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Un informe advierte de que las medidas de

distanciamiento social podrían ser necesarias hasta 18


meses
Científicos del Imperial College de Londres
alertan de que posiblemente habrá que esperar
a una vacuna para ganar al coronavirus

Miembros de la Unidad Militar de Emergencias desplegados el


domingo en la estación de Atocha, en Madrid.SERGIO GIL / GTRES
356
MANUEL ANSEDE
18 MAR 2020 - 01:20 COT

La épica batalla colectiva contra la peste del nuevo coronavirus que


van a tener que librar los 7.700 millones de ciudadanos del planeta
puede durar entre 12 y 18 meses, según advierte un
informe elaborado por un equipo del Imperial College de
Londres, colaborador de la Organización Mundial de la Salud en la
modelización de enfermedades infecciosas. Nada volverá a ser normal
durante un largo tiempo.

Los autores analizan con modelos epidemiológicos las dos estrategias


contra el coronavirus que hay sobre la mesa: la de mitigación,
planteada en un primer momento por Reino Unido para ralentizar, pero
no detener, la propagación de la epidemia, y la de supresión de la
transmisión, como se intenta ahora en España y en Italia con medidas
drásticas de encierro en los hogares y el ejército en las calles.

Los científicos, liderados por el epidemiólogo Neil Ferguson,


recomiendan la estrategia de supresión, pero advierten de que será
necesario “mantener las medidas, al menos de manera intermitente,
mientras el virus circule por la población o hasta que haya una vacuna
disponible”. En el caso de la Covid-19, “se necesitarán al menos unos
12-18 meses antes de que tengamos una vacuna”. Además, alertan,
“no hay garantía de que las primeras vacunas tengan una eficacia
alta”. Este lunes empezó un ensayo clínico de una posible vacuna
llevado a cabo por los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU y la
empresa biotecnológica Moderna.

El informe predice que la transmisión repuntará rápidamente si se


relajan las medidas de distanciamiento social

El equipo de Ferguson calcula que unas políticas de mitigación


óptimas —con el aislamiento de los casos sospechosos, la cuarentena
de su entorno y el distanciamiento social de las personas mayores o
con enfermedades graves— podrían evitar la mitad de las muertes,
pero incluso así “la epidemia mitigada resultante probablemente
provocaría cientos de miles de fallecimientos y la saturación repetida
del sistema sanitario, sobre todo de las unidades de cuidados
intensivos”. El modelo predice 250.000 muertes en Reino Unido y
hasta 1,2 millones en EE UU, dos países que empiezan a endurecer
su estrategia.

Los ciudadanos tendrán que armarse de paciencia para la batalla de la


supresión de las infecciones. “Predecimos que la transmisión
repuntará rápidamente si se relajan las medidas”, alertan los autores.
Los investigadores plantean “un distanciamiento social intermitente” en
función de los datos ofrecidos por los sistemas de vigilancia
epidemiológica. En España, esta inteligencia sanitaria sufrió recortes
desde el inicio de la última crisis económica y dispone de pocos
recursos. Todavía no hay datos españoles desglosados por sexo y
franjas de edad de los casos confirmados, de los hospitalizados, de los
ingresados en la UCI y de los fallecidos. Los epidemiólogos trabajan a
ciegas.

Nadie habla de permanecer 18 meses encerrados en casa. “Una


estrategia mínima de supresión incluye el distanciamiento social de
toda la población [minimizando los contactos cercanos fuera del
hogar], combinado con el aislamiento de casos en su casa y el cierre
de escuelas y universidades”, señala el informe. “Para evitar un
repunte en la transmisión, estas medidas deben mantenerse hasta que
haya suficientes existencias de vacunas disponibles para inmunizar a
la población, lo que podría ser dentro de 18 meses o más”, subraya.

El informe del Imperial College, con datos de China, Reino Unido y EE


UU, calcula que el 9,3% de los octogenarios infectados fallecería,
frente al 5,1% de los septuagenarios, el 2,2% de los sexagenarios y el
0,6% de los quincuagenarios. Los casos sintomáticos que requerirían
hospitalización oscilan entre el 10% de las personas de entre 50 y 59
años y el 27% de los mayores de 80 años. De estos hospitalizados, el
70% de los octogenarios, el 43% de los septuagenarios, el 27% de los
sexagenarios y el 12% de los quincuagenarios tendrían que ingresar
en la UCI. Son porcentajes que pondrán a prueba la capacidad de los
sistemas sanitarios.

El catedrático Ildefonso Hernández es más optimista y confía en


recuperar una cierta normalidad en verano

El informe recuerda que los casos exitosos de China y Corea del Sur
muestran que es posible conseguir la eliminación de la transmisión en
el corto plazo, pero “está por ver si es posible a largo plazo, y si es
posible reducir los costes económicos y sociales de las medidas
adoptadas hasta ahora”.
Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública de la Universidad
Miguel Hernández (Alicante), confía en que lo peor de la crisis
sanitaria pasará antes. “Creo que no es realista hablar de 18 meses.
Si la estrategia de supresión consigue bajar la transmisión, se ganará
tiempo para que las fábricas produzcan más respiradores y los
sistemas sanitarios estén más preparados”, argumenta. “Podría haber
un alivio paulatino de las medidas, con una normalidad hasta cierto
punto en verano, si el calor baja la transmisión del virus”, opina. “Nos
podríamos preparar mejor para la segunda embestida”, vaticina
Hernández, que fue director general de Salud Pública del Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2011.

La estrategia de supresión, según recuerda el nuevo informe, tiene


como objetivo reducir el llamado número reproductivo: la media de
personas a las que contagia cada infectado, una cifra que en el caso
del nuevo coronavirus se sitúa entre dos y tres. Si el número baja por
debajo de uno, las infecciones se desplomarán e incluso teóricamente
se podrían eliminar, como ya ha ocurrido varias veces con el ébola y
con el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), otro coronavirus
borrado del mapa en 2003.

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Pedro Sánchez: "En 15 días tendré que venir a prorrogar el Estado
de Alarma 15 días más"

¿Cuál es la tasa de letalidad del nuevo coronavirus en las personas


mayores?
España no ofrece datos de la mortalidad por franjas de edad, pero
otros países sí lo hacen

Dos niños y un hombre mayor pasean por un parque de


Madrid.VÍCTOR SAINZ
4
MANUEL ANSEDE
14 MAR 2020 - 04:47 COT
“Cada beso en la mejilla a nuestra amiga puede convertirse, de rebote,
en el beso de la muerte para su anciana madre”, advertían el
martes dos médicos en este periódico. Este viernes, tras decretar el
estado de alarma en España, el presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez, también hizo un llamamiento desesperado a las personas
mayores: “Deben protegerse al máximo frente a la infección: evitar a
toda costa los contactos y la exposición en espacios públicos”.
Quedarse en casa y nada de besos ni abrazos.

Es el gran mensaje de las autoridades en estos días de pandemia


mundial y saturación de los hospitales: el objetivo número uno es
impedir la infección de los abuelos. La enfermedad provocada por el
nuevo coronavirus es muy leve en los jóvenes, pero los últimos datos
oficiales en Italia, con casi 14.000 casos analizados, muestran una
letalidad del 9,6% entre los septuagenarios, de un 16,6% entre los
octogenarios y de un 19% entre los nonagenarios. Son resultados
similares a los de China, con una letalidad del 8% entre los
septuagenarios y de casi el 15% entre los mayores de 80 años. Pero
estos datos podrían ser un espejismo.

El Gobierno español, a diferencia de los principales países afectados,


no hace públicos los datos por franjas de edad de los 4.200
casos nacionales. Una portavoz del Ministerio de Sanidad invita a este
periódico a solicitar la información a las 17 comunidades autónomas,
una por una, ya que las competencias sanitarias están transferidas. La
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid —la región más
afectada, con casi 2.000 casos— tampoco facilita los datos
desglosados por edad.
Tasa de letalidad en Italia
Datos en porcentaje sobre el total de infectados confirmados.
Edad
0-9
0
0
10-19
0
20-29
0,1
30-39
0,1
40-49
0,6
50-59
2,7
60-69
9,6
70-79
16,6
80-89
19,0
+90
3,2
Sin datos
Total
5,8
Fuente: Istituto Superiore di Sanità.
EL PAÍS

Esta información, sin embargo, es esencial para adelantarse a los


efectos de la pandemia. El último informe de la agencia de salud
pública europea constata enormes diferencias por países. En Corea
del Sur, un estudio oficial de 4.200 casos ha detectado una tasa de
letalidad de solo el 3,1% entre los septuagenarios y del 3,7% entre los
mayores de 80 años. En ese país asiático, el comienzo del brote
estuvo muy ligado a jóvenes de una misma secta religiosa y las
autoridades procedieron inmediatamente a examinar a más de
200.000 de sus seguidores y a aislar a los casos positivos o
sospechosos.

“Creo que estas diferencias entre países se deben, al menos en parte,


al desfase entre la identificación de los casos y la fecha de las
muertes”, opina Julien Riou, un epidemiólogo de la Universidad de
Berna (Suiza) que está intentando calcular la verdadera letalidad del
nuevo coronavirus. A su juicio, la tasa de Corea del Sur ascenderá a
medida que vayan muriendo algunas de las personas hoy ingresadas
en estado grave, como ya ha ocurrido en Italia. El nuevo coronavirus
tarda unas dos semanas en matar.

Otros expertos son más optimistas. “Espero fervientemente que


descubramos que hay millones de personas que se han infectado y
que no han tenido síntomas, por lo que la mortalidad general sería
menor”, proclamó el 6 de marzo Michael Ryan, director ejecutivo de
Emergencias Sanitarias de la OMS. La organización registra unos
133.000 casos confirmados y casi 5.000 muertes en todo el mundo, lo
que significaría una letalidad del 3,7%. Sin embargo, si los casos
reales son por ejemplo 10 veces más, contando a las personas sin
síntomas y sin detectar, eso implicaría que la tasa de letalidad es 10
veces menor: 0,37%.

En el crucero Diamond Princess se infectaron 288 viajeros de


más de 70 años y un 57% ni siquiera presentó síntomas

La comunidad científica analiza ahora un experimento imprevisto: el


crucero Diamond Princess, que llegó el 3 de febrero al puerto japonés
de Yokohama con 3.711 personas a bordo y fue puesto en
cuarentena. Todos los pasajeros fueron analizados y 697 (el 19%)
acabaron dando positivo al nuevo coronavirus, la mitad de ellos sin
presentar síntomas. Siete personas (el 1% de los infectados)
fallecieron. Todas tenían más de 70 años.

El matemático y biólogo Timothy Russell está estudiando los datos


del Diamond Princess con su equipo de la Escuela de Higiene y
Medicina Tropical de Londres. La edad media a bordo era de 58 años,
mucho más alta que los 43 años de media que hay en España.
Haciendo ajustes por la estructura de edad de la población y
extrapolando el número de infecciones invisibles, Russell calcula que
la tasa real de letalidad del nuevo coronavirus en China ha sido del
0,5%, cinco veces mayor que la de la gripe estacional.

El Diamond Princess ofrece más cifras para la reflexión. En el barco se


infectaron 288 viajeros de más de 70 años. Un 57% ni siquiera
presentó síntomas. De hecho, el 86% de los octogenarios contagiados
no tuvo síntomas de la enfermedad. Los siete muertos son el 2,4% de
las personas de más de 70 años que tenían el coronavirus.

El modelo estadístico del epidemiólogo suizo Julien Riou, sin embargo,


sostiene que el 1,6% de las personas infectadas en China —con o sin
síntomas— ha muerto o morirá, “con diferencias por franjas de edad
incluso más importantes que las que sugieren los datos crudos”. El
porcentaje alcanzaría el 4,6% entre los sexagenarios, el 9,8% entre los
septuagenarios y el 18% entre las personas de más de 80 años.
El médico chino Bin Cao cree que la tasa de letalidad del 15%
observada en febrero en los octogenarios de China no se
corresponde con la realidad

Las perspectivas serían más sombrías todavía para los afectados con
síntomas, según los estudios preliminares de Riou. El 3,3% moriría. La
letalidad del virus en estos enfermos sintomáticos llegaría al 9,4%
entre los sexagenarios, al 20% entre los septuagenarios y al 36%
entre los mayores de 80 años. Son cálculos que hay que interpretar
con cautela, al estar elaborados con datos de China difícilmente
extrapolables a países como España. “Habría que tener en cuenta las
diferencias en la salud original de la población y en la eficacia del
sistema sanitario, aunque no estoy seguro de que todavía podamos
decir que Europa tiene mejores hospitales que China”, añade Riou.

El médico chino Bin Cao ha estudiado a dos centenares de pacientes


en hospitales de Wuhan y ha observado que los factores de riesgo de
morir por el nuevo coronavirus incluyen la edad avanzada, pero
también la existencia de patologías previas —hipertensión, diabetes,
enfermedades coronarias— y el ingreso demasiado tardío en el centro
hospitalario.

Cao no se cree la tasa de letalidad de casi el 15% observada en los


octogenarios chinos. La cifra sale de un estudio oficial de 45.000
casos confirmados hasta el 11 de febrero en Wuhan, entonces en el
epicentro de una epidemia desconocida que colapsó el sistema
sanitario. “En la etapa inicial del brote, la enfermedad fue
relativamente más grave y algunos pacientes no fueron confirmados
porque no tenían síntomas o porque se les hacían pruebas
inadecuadas. Por lo tanto, no creo que la letalidad real alcance el
14,8%, sino que disminuirá a medida que comprendamos la
enfermedad”, señala Cao, de la Academia de Ciencias Médicas de
China.

La enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, la Covid-19, no es


una sentencia de muerte para los ancianos, ni siquiera para los
nonagenarios, pero es lo suficientemente nociva como para tumbar el
sistema sanitario y empeorar el pronóstico. Por eso las autoridades
hacen un llamamiento desesperado para que todos los ciudadanos se
comprometan en la batalla para frenar la transmisión. “Y no hay que
centrarse solo en los mayores de 80 años. Los datos muestran que la
mortalidad aumenta constantemente con la edad, superando el 1% a
los 50 años. Una mortalidad del 1% no es algo que se pueda ignorar”,
advierte Julien Riou.

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