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Capítulo 5

Migración e inclusión social


y laboral para la igualdad

A. La compleja relación entre migración, pobreza y flujos de remesas internacionales:

Las remesas que se envían a los países de América latina se ven reflejados en la lucha contra la
pobreza ya que en algunos países son una parte importante en PIB.

En dos países la condición de migrante se asocia a una menor incidencia de la pobreza. Los
crecientes controles y regulaciones establecidos por algunos Estados, así como las políticas de
deportaciones masivas y el cierre de fronteras, podrían llevar a dificultar las condiciones en las que
se producen actualmente los flujos de remesas internacionales, lo cual podría incidir en el ingreso
de los hogares, llevando a muchos de ellos a caer rápidamente en la pobreza.

Por su parte, el mayor efecto de las remesas en la tasa de pobreza de los hogares perceptores se
verifica en la República Dominicana, donde la tasa de pobreza en este grupo casi se duplicaría,
hasta llegar al 61%. Un efecto de magnitud algo menor se registraría en Guatemala y en el Ecuador,
donde la tasa de pobreza para este grupo en particular se incrementaría en 17 puntos. En el resto de
los países se darían también aumentos importantes de la pobreza entre los perceptores,
incrementándose entre 5 y 20 puntos porcentuales el porcentaje de personas pobres. Aun cuando las
remesas contribuyen a mejorar la situación de los hogares receptores, las estimaciones dan a
entender que estas no parecen contribuir a una disminución sustancial de la pobreza a nivel
agregado.

No obstante, estos datos no permiten ser concluyente respecto al impacto de las remesas
internacionales en la reducción de la pobreza.

B. Migración e inclusión social y laboral

Las características sociodemográficas de las personas migrantes referentes al sexo, la edad y el


nivel educativo difieren de aquellas de la población local. Para la migración reciente se observa que
la proporción de población en edad de trabajar es relativamente mayor en comparación con la de los
locales. En segundo lugar, exceptuando Chile, la proporción de niños de 0 a 14 años en la población
local es mayor a la población migrante en todos los países de destino. No obstante, la proporción de
este grupo de edad en la población migrante reciente es considerable y oscila entre el 12% y el 23%.

En tercer lugar, se aprecia entre la migración antigua una mayor proporción de adultos mayores de
65 años, lo que pone de manifiesto un mayor grado de envejecimiento en comparación con la
población local y con los migrantes recientes en la Argentina, el Brasil y el Uruguay.
la distribución de la población local y la migrante en la estructura de ocupaciones según sector de
actividad primaria, secundaria y terciaria en los distintos países de destino, así como el porcentaje
ocupado en sectores de baja productividad8. Cabe preguntarse si estas características de inserción se
asocian con diferencias en términos de los perfiles educativos de la población migrante antigua y
reciente, o bien a que ciertos sectores de actividad son más accesibles durante los primeros años
después de haber llegado. En relación al análisis del empleo por rama de actividad, OIT/CEPAL
Chile, que presenta un escenario más diversificado en las distintas ramas de actividad.

Tales sesgos son particularmente fuertes al comparar a la población local con la población migrante
intrarregional, es decir proveniente de América Latina y el Caribe. 8, con excepción del Uruguay,
en los países analizados hay una sobrerrepresentación de los hombres migrantes en la rama de la
construcción, en comparación con la población local. En relación al trabajo doméstico remunerado,
se entrelazan las desigualdades de género y la subvaloración social del trabajo de cuidado, con las
desigualdades a las que habitualmente se enfrenta la población migrante. 9 se observa que en todos
los países las migrantes se encuentran sobrerrepresentadas en comparación con la población local.

En la Argentina, un 32,5% de las personas migrantes se desempeñan en esa rama de actividad, en


comparación con el 11,6% de la población local. Aquí se entrelazan las desigualdades de género y
la subvaloración social del trabajo de cuidado con las desigualdades que habitualmente afronta la
población migrante.

C. Racismo, discriminación y migración

La migración no es de ninguna manera un fenómeno reciente ni localizado. Mujeres y hombres han


abandonado sus patrias en procura de mejores empleos y de una nueva vida en otros países desde
los comienzos del trabajo remunerado

Los migrantes constituyen un grupo particularmente vulnerable, cuyos derechos no sólo como
trabajadores sino también como seres humanos son sistemáticamente violados. Por lo general son
objeto de actos de discriminación y hostilidad de raíz xenofóbica, el racismo puede verse agravado
por la distribución desigual de la riqueza, la marginación y la exclusión social. Las nuevas
tecnologías de la comunicación, incluida la Internet, se utilizan para difundir propaganda racista y
xenófoba contra los migrantes.

D. Institucionalidad para las personas migrantes en la región

Las existencias de brechas significativas en el acceso al mercado laboral formal y a la protección


social entre las personas migrantes y la población local en los países de destino. Muchos
trabajadores migrantes se desempeñan en condiciones laborales precarias e inseguras, con
salarios bajos y ausencia de seguridad social. Esta situación de desigualdad en inclusión y acceso a
la protección social de las personas migrantes se presenta en un contexto de marcada migración
intrarregional, generación de nuevos corredores migratorios y cambios en la institucionalidad social
de los países.
Uno de los aspectos novedosos del presente artículo es el uso de las encuestas de hogares de los
países de destino para estudiar las brechas de inclusión entre las personas migrantes y la
población local. En función de la disponibilidad de encuestas de hogares con información
migratoria, en el presente documento se analizan siete países seleccionados de América Latina:
la Argentina, el Brasil, Chile, Costa Rica, México, la República Dominicana y el Uruguay.

Se han avanzado con normas y tratados en todos los países para que las personas que migran a otros
países tengan un respaldo de las instituciones llamadas a proteger sus derechos como personas y
que estos no sean vulnerados.

E. El ciclo migratorio y los desafíos de las políticas de inclusión y protección social: algunas
áreas de atención prioritarias

El gran desafío a la hora de brindar protección social a los migrantes es abordar el hecho de que se
trata de poblaciones móviles cuyas necesidades se extienden más allá de las fronteras del Estado-
nación, porque mantienen responsabilidades aquí y allá La mayoría de las instituciones a cargo de
ofrecer esa protección social son de carácter nacional y están diseñadas para atender únicamente a
poblaciones sedentarias. El gran desafío a la hora de brindar protección social a los migrantes es
abordar el hecho de que se trata de poblaciones móviles cuyas necesidades se extienden más allá de
las fronteras del Estado-nación, porque mantienen responsabilidades aquí y allá La mayoría de las
instituciones a cargo de ofrecer esa protección social son de carácter nacional y están diseñadas para
atender únicamente a poblaciones sedentarias. la protección de las personas migrantes esté vigentes
y que exista un trabajo de concientización sobre los derechos y aportes asociados a la migración en
el país de destino. Un ejemplo son los subsidios a la vivienda para las personas migrantes, quienes
pueden requerir de este apoyo adicional para ejercer el derecho a esta.

Las campañas informativas y la asesoría legal eliminar la doble contribución a la seguridad social,
que ocurre cuando un trabajador de un país se desempeña en otro. Al respecto, el Convenio
Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social de la Organización Iberoamericana de Seguridad
Social acceso a las redes formales e informales que brindan apoyo a los migrantes y sus familiares.

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