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El vacío y la forma

Bruce Lee
Selección, traducción y presentación de
Iván García
El vacío y la forma, Bruce Lee - Dagas del Sur
1ra edición - Florencio Varela 2016
96 p 14 x 10 cm.

Diseño de tapa
e interior: Juan Nicolás Santillán/ Yamil Morato

Selección y traducción: Iván García

Imagen de tapa: libro de Kung Fu con anotaciones


hechas por Bruce Lee

Dagasdelsur@gmail.com
Dagas del sur
Presentación

Una parte de estos apuntes de Bruce Lee per-


tenecen al Tao of Jeet Kune Do, que el autor
comenzó a redactar a principios de 1970 y que
fue publicado póstumamente en 1975. Algunos
más pertenecen a Striking Thoughts, un peque-
ño volumen publicado en el año 2000, en el
que se recogen algunas de sus reflexiones pro-
venientes de cartas, entrevistas y anotaciones
realizadas en los márgenes de algunos libros.
El “tao”, o el “do” en japonés, es el Ca-
mino o Vía, aunque a veces también se ha tra-
ducido como método o doctrina. Antes de
Confucio, nos dice Lee, “el término tao gene-
ralmente significaba una vía o camino de ac-
ción. Confucio lo utilizó como un concepto
filosófico para indicar el camino correcto de
acción –moral, social y política. El taoísta em-
pleaba el término tao para representar la totali-
dad de las cosas, el equivalente de lo que algu-
nos filósofos han llamado ‘lo absoluto’. El tao
era el elemento básico del cual estaban hechas
todas las cosas. Era sencillo, amorfo, sin deseos
ni conflictos, en armonía suprema”. Así, el jeet
kune do, creado por el propio Lee, sería lite-
ralmente el “camino del puño que intercepta”,
aunque él mismo insistió en que ese do no era
un estilo ni un método, sino una búsqueda
constante, un “no estilo”, que acaso podríamos
entender como el camino de la forma sin for-
ma, una disposición y atención máximas desde
una forma siempre provisoria. 1

1
Desconozco por qué aquel libro sobre el jeet kune do
fue titulado de un modo que podría traducirse como el
“camino del camino del puño interceptor” (Tao of Jeet
Kune Do). Supongo que hubo un afán efectista, merca-
dológico por parte de los editores, dado el prestigio que
tiene la palabra tao a partir de Confucio y Lao Tsé –el
supuesto autor del Tao Te King, que en palabras de Lee
es “el evangelio del taoísmo”. Por otro lado, como el jeet
La idea principal de Lee está precisamente en
subrayar la importancia de no ceñirnos a un es-
tilo, apostarnos en “la fortaleza de nuestras
propias ideas” o asumir una actitud rígida que
impida responder a la variabilidad que ofrece
un contrario, sino internarnos en las evolucio-
nes de esa forma sin forma, en el descubrimien-
to de una forma que el jeet kune do va
descubriendo a través de nosotros mismos: “El
jeet kune do es un arte que no se fundamenta
en técnicas o doctrinas. Es simplemente como
tú eres”. En el pensamiento de Lee, no hay
maestros a seguir, ni estilos cristalizados, ni mé-
todos, ni doctrinas, sólo el camino de nuestro

kune do asimila elementos de distintas artes marciales,


algunos lo consideran simplemente una fusión o híbrido.
Sin embargo, para Dan Inosanto, uno de los alumnos
más avanzados de Lee, el jeet kune do es una idea que
apunta a la investigación y el desarrollo individuales y
constantes, con el fin de no amoldarse a un estilo defini-
do.
propio crecimiento, aunque estimulado por
compañías como las de los maestros y los li-
bros. En el prólogo de Striking Thoughts, John
Little señala: “Lee siempre desafiaba a sus es-
tudiantes (tanto en el salón de clases como en
sus textos) a no concordar ni discordar, sino a
crecer”. Esto es, entrar en estado de forma, por
decirlo de algún modo, una forma abierta, per-
formática.
Como puede verse, las reflexiones de Lee van
más allá de la práctica de algún arte marcial o
del arte en general, para convertirse en una
práctica de vida: “El arte nunca es ornamento,
es un trabajo de iluminación. Arte, en otras pa-
labras, es una técnica de libertad”, sostiene en
sus apuntes. En este sentido, es posible soste-
ner que el dojo –que significa “el lugar donde
se practica el Camino”– no se limita al espacio
destinado a la meditación o a la práctica de al-
gún arte marcial, sino que involucra a la vida
entera. Quien practica jeet kune do –o kyudo
(el camino del arco), judo (el camino suave),
aikido (el camino de la armonía y la energía vi-
tal), etcétera–, pero sólo lo hace en el dojo
propiamente dicho, y no al sonreír, al cocinar,
al discutir o al estrechar la mano, en realidad
todavía no practica su arte a plenitud, ni siquie-
ra en el dojo.
He titulado El vacío y la forma a este breve li-
bro, porque en el pensamiento de Lee todo gira
en torno a una forma flexible que vuelve al va-
cío, aunque no un vacío inerte, sino “vivo” y
generador, del cual florecen nuevos movimien-
tos. Es algo parecido a lo que podemos encon-
trar en Artaud: “La cultura es un movimiento
del espíritu que va del vacío hacia las formas y
de las formas vuelve al vacío, en el vacío como
en la muerte. Ser cultivado es quemar las for-
mas, quemar las formas para ganar la vida. Es
aprender a mantenerse erguido en el movi-
miento incesante de formas que se destruye su-
cesivamente”. En ambos casos, hay la concien-
cia del vacío como trance fundamental, o más
aún, de mantenerse erguido y danzando en esa
forma sui generis que es el fuego de la crea-
ción. 2
Lo que me indujo a traducir estos apuntes fue
el ademán sencillo y luminoso que los confor-
ma. De pronto, me pareció que el do cultivado
por el artista había abierto un camino corres-
pondiente para sus palabras, una especie de

2
Considero que en Lee no existe aquella tendencia hege-
liana de “matar al padre” o al maestro. ¿Matar a Ip Man
(su célebre maestro de wing-chun)? ¿Matar lo más vivo?
¿Matar para afirmarse? De ninguna manera… En sus
apuntes se plantea algo más abierto y sereno: la necesi-
dad de no cristalizar el estilo o el pensamiento de un
maestro, para ceder dócilmente al curso natural de la
forma hacia el vacío y del vacío hacia la forma.
camino del decir. 3 Me pareció que sus frases
nacían como los movimientos de un arte mar-
cial, y que como tales también respondían al
dictado de la respiración, la ensoñación, lo
muscular, la energía conducida y el silencio. No
en vano, el poeta y judoca brasileño Paulo Le-
minski solía decir que en su poesía no buscaba
“el tallereo, es decir, trabajar y trabajar en algo
hasta que ese algo quede bonito, no… es hacer
un movimiento de tal forma fiel a un movi-
miento interior que salga con la precisión de un
golpe de karate”. Para Lee, como para Lemins-
ki, la ejecución verbal o corporal no se alimenta
de movimientos asertivos (vacíos en el sentido

3
La idea no es tan disparatada, pues en el zen de Dogen,
el monje que fundó el soto en Japón en el siglo XIII (y
que tuvo influencia en Lee), la mente y la palabra son
educadas a través de la respiración, es decir, del ejercicio
de respiración que se cultiva durante la meditación sen-
tada.
más llano), sino vivos y precisos, ya que “un
movimiento asertivo es observado desde afuera
por el intelecto y un movimiento no asertivo se
activa desde la luz interior”. En otras palabras,
lejos del titubeo y la asertividad, el crecimiento
lleva a una profunda afirmación de vida y len-
guaje.
Como traductor, muchas veces me repetí las
líneas de estos escritos, intentando recibirlas
con mi propia respiración, sueño, carne, ener-
gía y silencio, y con la esperanza de que el resul-
tado al menos se acercara a la caligrafía eficaz
que realiza el cuerpo de un artemarcialista ver-
dadero. Después de todo, las palabras de Lee
también debían atravesar un vacío vivo, ese in-
terregno propio de toda traducción, antes de
aparecer en nuestra lengua. El resultado de esa
travesía es este libro.

Iván García
El vacío y la forma
1

Aquel que se preocupa por presentar bien su


arte, deja de ser un buen artista, porque
su mente para con cada movimiento.
Es necesario volverse uno con la obra.
2

El trabajo de un artista revela su alma, su es-


cuela, su temple. Detrás de cada movimiento
está la música del alma que se hace visible. De
otro modo, sólo tendremos movimientos va-
cíos. Y un movimiento vacío es como una pala-
bra vacía: no significa nada.
3

Localizar la mente significa congelarla. Cuan-


do la mente deja de fluir con la libertad que
necesita, se ha perdido la esencia
de lo mental.
4

Las posturas que no canalizan las emociones


de una manera adecuada en su interior son
movimientos muertos.
5

Sé flexible. Cuando un hombre está vivo, es


dócil y flexible; cuando está muerto, se vuelve
rígido. Flexibilidad es vida; rigidez es muerte,
cuando se trata del cuerpo, la mente o el espíri-
tu de un ser humano.
6

En el budismo no hay lugar para el esfuerzo.


Actúa con normalidad. Come tus alimentos,
digiere, toma agua y, cuando estés cansado,
descansa.
El ignorante se reirá de mí, pero el sabio
comprenderá.
7

Para transmitir un conocimiento de genera-


ción en generación, fue necesario organizar una
suma de respuestas, clasificarlas y presentarlas
bajo un orden lógico. Así, lo que comenzó co-
mo una fuente de visión, se convirtió en cono-
cimiento petrificado, una panacea para el
condicionamiento de los discípulos. Éstos no
transformaron ese conocimiento en un manto
sagrado, sino en una tumba para la sabiduría
del maestro. Debido a la naturaleza propia de la
organización y la preservación, los medios se
hicieron tan elaborados que comenzaron a exi-
gir una atención desmesurada y poco a poco
los fines quedaron en el olvido. Al final, la turba
de seguidores acaba aceptando ese “algo orga-
nizado” como la realidad total.
8

Lo que importa es el individuo, no el método


o sistema. El conocimiento y las habilidades
adquiridas deben ser olvidados para que po-
damos fluir cómodamente en el vacío, sin obs-
táculos. No existe una enseñanza fija. Hay que
observar las técnicas como si no las estuviéra-
mos observando. Un método establecido favo-
rece la resistencia, y donde hay resistencia no
hay comprensión. Un “estilo” es algo acabado,
establecido, cristalizado. Las técnicas de
aprendizaje sin experimentación interior sólo
pueden conducir a un arte superficial.
9

Existe el aquí y ahora; y para percibirlo sólo


necesitamos apertura, libertad. La libertad de
estar abierto y no tullido con alguna idea, con-
cepto, etcétera. Podemos entrenar, analizar,
frecuentar conferencias hasta el cansancio, pe-
ro todo eso en rigor no valdrá nada. Sólo cuan-
do paramos de pensar y nos relajamos es que
comenzamos a ver y descubrir. Cuando nuestra
mente está tranquila, hay un relajamiento y una
pausa ocasional en sus actividades febriles, y es
sólo entonces, en el intervalo entre dos pensa-
mientos, que un relámpago de comprensión –
comprensión, no pensamiento– puede ocurrir.
10

El arte nunca es ornamento o embellecimien-


to, es un trabajo de iluminación. Arte, en otras
palabras, es una técnica de libertad.
11

Durante el entrenamiento, el alumno debe


ser activo y dinámico. Pero llegado el momento
del combate, su mente debe permanecer en
calma. Debe sentirse como si nada crítico estu-
viera sucediendo. Al avanzar, sus pasos deben
ser ligeros y seguros, y sus ojos no tienen por
qué clavarse ferozmente en el enemigo. Su
conducta debe ser la misma que la de todos los
días, sin alterar un ápice de su expresión, sin
que nada denote el hecho de que está com-
prometido en un combate mortal.
12

Las formas son vanas repeticiones que frecen


un escape ordenado y bello del autoconoci-
miento con un contrario vivo.
13

La ausencia de una técnica estereotipada como


sustancia significa ser libre y total. Todas las lí-
neas y movimientos son la función.
14

El hombre clásico no es más que un montón


de rutinas, ideas y tradiciones. Cuando actúa,
traduce cada momento vivo en términos del
pasado.
15

El conocimiento está fijo en el tiempo, el cono-


cer es continuo. El conocimiento proviene de
una fuente, de la acumulación, de conclusio-
nes; el conocer es un movimiento.
16

El proceso aditivo no es más que un cultivo


mecánico de la memoria. Aprender no es acu-
mular; es un movimiento del saber sin
principio ni fin.
17

Si un estilo te enseña un método de pelea,


puede que estés listo para pelear según los lími-
tes de ese sistema, pero esto todavía no es pe-
lear.
18

La verdad es una vía sin camino. Una vía que


no es una vía. Es la plena expresión de aquello
que no tiene antes ni después. ¿Cómo puede
haber métodos y sistemas para llegar a algo que
está vivo? Para lo estático, fijo, muerto, es posi-
ble que exista un camino, un sendero definido,
pero no para lo que está vivo. No reduzcas la
realidad a algo estático ni inventes luego méto-
dos para alcanzarla.
19

Sé flexible. Sólo las formas muertas son


inflexibles.
20

Un maestro, es decir, un buen maestro, se


apoya en un mínimo de forma para conducir al
alumno a la ausencia de forma. Su tarea consis-
te en insinuar la verdad, no en entregarla como
tal, y en insistir en que lo importante es ser ca-
paz de amoldarse sin apegarse a un molde, o de
seguir principios sin aferrarse a ellos. Los auto-
didactas suelen ser grandes profesores.
21

Esta tarde percibo algo totalmente nuevo, y


esa novedad se registra en mi mente. Mañana,
sin embargo, esa experiencia parecerá mecáni-
ca, porque me empeño en repetir la misma sen-
sación, el mismo placer, pero la representación
nunca será real. Lo real es ver la verdad en el
instante. La verdad no tiene futuro.
22

La concentración oprime la mente. A noso-


tros lo que nos interesa es el proceso total de la
vida. Concentrarnos exclusivamente en un as-
pecto de ésta, empequeñece a la vida misma.
23

Una buena forma es la manera más eficiente


de alcanzar el propósito de una ejecución con
el mínimo de movimientos perdidos y energía
dilapidada.
24

Antes de que estudiara el arte, un golpe para


mí era sólo un golpe, una patada era sólo una
patada. Después de estudiar el arte, un golpe no
fue más un golpe, una patada no fue más una
patada. Ahora que he comprendido el arte, un
golpe es sólo un golpe, una patada es sólo una
patada.
25

Nada molesta más al adversario que la varie-


dad, tanto en la defensa como en el ataque, y
además relaja el físico, ya que distribuye la res-
ponsabilidad del trabajo entre un grupo de
músculos y otro.
26

Confiamos más en lo que imitamos que en lo


que nació de nuestras propias manos. Se impo-
ne la sensación de que no es posible confiar en
aquello que nació de nosotros mismos. La sen-
sación de inseguridad aparece cuando nos des-
cubrimos solos. Cuando imitamos jamás
estamos solos.
27

La mayoría de las personas sabe hablar sin oír.


Muy pocos saben oír sin hablar. Son muy raras
las personas que saben hablar y oír.
28

Cuando lo sustancial y lo no-sustancial dejen


de aparecer como algo fijo y definitivo, cuando
se disipen los contrastes de esa naturaleza, ha-
brás aprendido a lidiar con la forma sin forma.
Mientras exista un apego a la forma, mientras
exista un apego de la mente, no estarás todavía
en el verdadero camino. Cuando la técnica sur-
ja de sí misma, el Camino surgirá del no-
camino.
29

La luz que ilumina todo es fulgurante y está


más allá del movimiento de los opuestos.
30

El vacío es un vacío vivo, porque todas las


formas emanan de él.
31

El artista genuino no tiene público: trabaja


por la pura alegría de trabajar, como quien jue-
ga, con un cierto aire de azar. El arte descubre
su punto más alto cuando se despoja de toda
consciencia de sí mismo. La libertad se revela al
hombre cuando éste deja de pensar en la im-
presión que su trabajo provocará.
32

Aprende a vivir con pocos recursos. Ocúpate


de la elegancia, no del lujo; del refinamiento,
no de la apariencia; sé honrado, no respetable;
fecundo, no rico. Estudia, piensa en silencio,
habla delicadamente, realiza cada movimiento
con energía, actúa con sinceridad, reacciona
afablemente, aguarda el momento, nunca te
precipites. En suma, deja que lo espiritual, es-
pontáneo e inconsciente crezca a través de cada
día.
33

Aprender es descubrir. Y la mejor forma de


aprender no es acumulando datos, sino explo-
rando, descubriendo lo que en realidad ya está
dentro de nosotros mismos y el camino para
expandir nuestras vidas.
34

Toda idea que se mantiene en la mente y se


transforma luego en emoción, poco a poco irá
tomando la forma física más conveniente y
apropiada.
35

No me interesan los sistemas u organizacio-


nes. Los institutos burocratizados tienden a re-
cluir a las personas para que respondan a un
patrón de conceptos sistematizados. Lo peor es
que, al hacer que sus miembros encajen en una
estructura premeditada y sin vida, bloquean el
crecimiento natural.
36

Descubrir, no sólo imitar. Lo que importa es


el individuo, no el sistema. Es el hombre el que
puede inventar sistemas, no al revés. No te es-
meres en encajar en un patrón ideado por al-
guien más. Ese modelo quizá sea apropiado
para él, pero no necesariamente lo será para ti.
37

Un hombre con voluntad propia no tiene


otro objetivo que su propio crecimiento. Sólo
el misterioso poder que habita dentro de él,
que lo mantiene vivo y lo ayuda a crecer, le ins-
pira respeto. Su único destino válido lo dicta la
ley silenciosa e irrefutable de su corazón, al que
los hábitos sedentarios suelen oponer resisten-
cia, pero que para el hombre con voluntad pro-
pia conforma un destino sagrado.
38

No hay error más grande que anticiparnos al


resultado del combate. Nunca pienses si aque-
llo terminará en victoria o derrota. Deja que la
naturaleza siga su curso y tus herramientas gol-
pearán en el momento justo.
39

La única recompensa segura está en nuestros


movimientos, no en los resultados de esos mo-
vimientos. La calidad de la recompensa reside
en la profundidad de nuestra respuesta, en la
plenitud de aquello que al interior de nosotros
ejecuta el movimiento.
40

Si uno aprende conceptos o trabaja en busca


de información, jamás va a comprender. Cuan-
do mucho podrá explicar. Mientras piensan, los
hombres se alejan de lo que están intentando
comprender.
41

El principio del wu-wei es un movimiento de


la intuición creativa total que abre las fuentes
internas del hombre. Un movimiento asertivo
–tendencia común en los hombres– es precon-
cebido y racional, de ahí que no pueda penetrar
en las pausas íntimas de la creatividad. Un mo-
vimiento asertivo es observado desde afuera
por el intelecto; un movimiento no asertivo se
activa desde la luz interior. El primero es limi-
tado, el segundo es libre e infinito.
42

No seas pretencioso, ábrete, concéntrate y


exprésate. Rechaza toda forma final que no
consiga manifestar la realidad interna.
43

Deja el pensamiento como quien no deja el


pensamiento. Observa las técnicas como si no
las estuvieras observando. Toma el arte como
un medio para internarte en el estudio del Ca-
mino.
44

Para alcanzar la libertad, observa con aten-


ción aquello que normalmente practicas. No
condenes ni apruebes, sólo observa.
45

Hay una diferencia entre la realización perso-


nal y la realización de la autoimagen. Casi to-
dos viven apenas para su propia imagen.
46

El sabio no persigue la sabiduría, vive su vida,


y es justamente allí donde reside su sabiduría.
47

Tampoco rechaces impulsivamente la pers-


pectiva clásica, porque habrás creado otro pa-
trón que te mantendrá cautivo.
48

No busques ni huyas.
49

Fe sin trabajo es muerte


50

Escucha. ¿Puedes oír el viento? ¿El canto de


los pájaros? Es importante que aprendas a per-
cibir esos sonidos. Vacía tu mente. ¿Sabes có-
mo logra el agua llenar un vaso?
Convirtiéndose en el vaso. Debes pensar en
nada. Volverte nada.
51

El ahora es creativo
52

El ahora es inventivo
53

El hombre está en constante crecimiento, pe-


ro cuando queda atado a un conjunto de ideas,
o un “Camino” para hacer las cosas, es enton-
ces que deja de crecer.
54

El hombre, la criatura creativa, el individuo


creativo, es siempre más importante que cual-
quier estilo o sistema establecido.
55

Yo no soy un profesor. Soy, cuando mucho,


una seña para quien viaja perdido. Pero cada
uno debe elegir su propia dirección. Todo lo
que yo puedo ofrecer es una experiencia, nunca
una conclusión. Se debe reflexionar incluso so-
bre lo que estoy diciendo. Tal vez pueda ayu-
darlos a descubrir y examinar un problema,
despertando el conocimiento que en realidad
ya poseen dentro de sí mismos, pero no puedo
enseñar el conocimiento, porque no soy profe-
sor ni tengo estilo. No creo en los sistemas ni
en los métodos. Y sin sistema ni método, ¿qué
se podría enseñar?
56

Siento que dentro de mí habita esa gran fuer-


za creativa y espiritual, que es mayor que la fe,
mayor que la ambición, mayor que la confian-
za, mayor que la determinación y la visión, que
es todo eso junto. Mi cerebro se magnetiza con
esa fuerza dominante que recorre mis manos.
57

Sea o no divina, siento esa gran fuerza, ese


poder acumulado, esa cosa dinámica dentro de
mí. Ese sentimiento desafía toda descripción, y
no hay experiencias que se le comparen. Es
como una fuerte emoción mezclada con fe, pe-
ro mucho más poderosa.
58

Un organismo funciona como un todo. No


somos la suma de las partes, sino una coordina-
ción muy sutil de todos esos pedazos diferentes
que forman parte de un organismo. No tene-
mos un hígado o un corazón, somos hígado,
corazón, cerebro, etcétera.
59

Aprender es un descubrimiento, el descubri-


miento de la causa de nuestra ignorancia. Pero
la mejor forma de aprender no es computando
información. Aprender es explorar, descubrir lo
que existe dentro de nosotros. Cuando explo-
ramos, estamos descubriendo nuestras capaci-
dades, nuestros propios ojos, para encontrar
nuestro potencial, para percibir lo que está su-
cediendo, para descubrir cómo podemos ex-
pandir nuestra vida y encontrar medios a
nuestra disposición que nos permitan lidiar con
una situación difícil. Y todo eso, insisto, está
sucediendo aquí y ahora.
60

Realiza por lo menos un movimiento al día en


dirección a tu objetivo.
61

Si pasas demasiado tiempo pensando en algo,


nunca vas a realizarlo.
62

Los métodos clásicos y tradicionales esclavi-


zan la mente: has dejado de ser un individuo
para convertirte en un simple producto. Nues-
tra mente es resultado de muchos pasados.
63

Estar conscientemente inconsciente, o incons-


cientemente consciente, he ahí el secreto del Nir-
vana. La acción es tan inmediata y directa que
el intelecto no encuentra un espacio para inter-
venir y cortar en pedazos aquello que es un solo
movimiento.
64

El amor nunca se desperdicia. Cuando no es


recíproco, el amor fluye de vuelta, suavizando y
purificando el corazón.
65

Lo que pensamos cada día determina en gran


medida aquello en lo que nos convertiremos al
final.
66

“Desear” es un apego. Pero “desear no


desear” también lo es. Desapegarse significa es-
tar libre de ambas afirmaciones, la positiva y la
negativa. En otras palabras, es ser simultánea-
mente “sí” y “no”, lo que intelectualmente es
un absurdo, pero no para el zen.
67

Relación es entendimiento, un proceso de au-


to-revelación. La relación es el espejo en el que
te descubres a ti mismo. Ser es estar en rela-
ción.
68

El Jeet Kune Do no es una cuestión de técni-


ca, sino de cuerpo y espiritualidad altamente
desarrollados. No se trata de desarrollar lo que
ya ha sido desarrollado, sino de recuperar lo
que quedó atrás. Todo esto ha estado con no-
sotros, en nosotros, todo el tiempo, y nunca ha
sido distorsionado salvo por nuestra torpeza. El
Jeet Kune Do no tiene que ver con la tecnolo-
gía, sino con una percepción y entrenamiento
espirituales.
69

Las seis enfermedades:

1. El deseo de victoria.
2. El deseo de recurrir a la habilidad técnica.
3. El deseo de mostrar todo lo que has
aprendido.
4. El deseo de atemorizar al enemigo.
5. El deseo de jugar un rol pasivo.
6. El deseo de liberarte de toda enfermedad
que te aqueje.
70

Una mente concentrada no es una mente


atenta, pero una mente atenta sí puede concen-
trarse. La atención no excluye, todo lo envuel-
ve.
71

El practicante del Jeet Kune Do debe perma-


necer alerta para recibir la variabilidad de sus
contrarios. En cuanto su mente “se detenga”
con cualquiera de ellos, perderá su propia flui-
dez. Un hombre del JKD debe conservar vacía
su mente para que su libertad de acción nunca
se cierre.
72

Cuando la mente está atada a un centro, ob-


viamente no es libre. Sólo puede moverse den-
tro de los límites de ese centro. Si uno está
aislado, está muerto. Está paralizado dentro de
la fortaleza de sus propias ideas.
73

El Jeet Kune Do es un arte que no se funda-


menta en técnicas o doctrinas. Es simplemente
como tú eres.
74

Cuando no existe centro ni circunferencia,


hay verdad. Cuando trabajas libremente, eres
todo el sistema.
75

Me recosté en la barca y sentí que me había


unificado con el Tao: me había vuelto uno con
la naturaleza. Simplemente me quedé acostado
y dejé que la barca se deslizara a placer. En ese
momento alcancé un sentimiento en el que la
oposición se había vuelto mutuamente coope-
rativa, en vez de mutuamente exclusiva, un es-
tado libre de conflictos en mi mente. El mundo
entero para mí era uno solo.
76

Encuentra la quietud en el movimiento, como


la luna que vacila y rueda sobre las olas.
Encuadernado a mano
Florencio Varela 2016
A 76 años del nacimiento de Lee Jun-fan
(李振藩) mejor conocido como Bruce Lee

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