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Calle Zapata, Mauricio.

El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar


la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

El sujeto y el lazo social en Jacques Lacan como un pensar la


Modernidad fuera del sujeto moderno
The subject and the social link of Jacques Lacan as a way to
think modernity out of the modern subject
“Recibido el 20 de mayo del 2018, aceptado el 21 de junio del 2018”

Mauricio Calle Zapata*

Resumen
Se propone en el siguiente texto articular y abordar de manera teórica la com-
prensión de Jacques Lacan frente a lo que se ha denominado sujeto del incons-
ciente dentro de los lazos sociales. Al respecto de esto, cabe señalar que una de
las intenciones de dicha reflexión es aproximarnos a esa idea de sujeto desde la
perspectiva moderna y la subversión de la misma desde el psicoanálisis, a par-
tir de la idea del lenguaje y de la idea del significante. Finalmente, se intentará
pensar durante el desarrollo del texto, la posición del sujeto escindido y dividido
dentro de la estructura de los lazos sociales como determinación de lo que Lacan
denominará pequeño objeto “a” en el marco de las relaciones sociales cotidianas
dentro de los diversos discursos.

Palabras clave: Lazos sociales, modernidad, sujeto, lenguaje, discurso.

* Candidato a doctor en Filosofía en la Universidad de Antioquia, magíster en filosofía de la Universi-


dad Pontificia Bolivariana.

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Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

Abstract
The following paper aims to articulate and tackle, from a theoretical perspec-
tive, Jacques Lacan’s understanding of what has been called subject of the sub-
conscious within the social ties. In regards to this matter, it is worth mentioning
that an intention of this reflection is to approach to the idea of the subject from
the modern perspective and its subversion from psychoanalysis considering the
ideas of language and signifier. Finally, some thought will be given to the idea
of the position of the split subject within the structure of the social ties, which
Lacan will later call “a” little object within the everyday social relationships in
the different discourses.

Keywords: Social links, modernity, subject, language, discourse.

A modo de introducción sus múltiples maneras de darse desde


el lenguaje, el goce, la angustia, el de-
El concepto de sujeto propició, a seo y la sujeción al otro. Y lo segun-
partir de la obra de Jacques Lacan, que do, será intentar pensar la fragilidad y
la teoría psicoanalítica pensara a dicho desintegración de los vínculos socia-
sujeto desde las estructuras sociales, les que puedan darse en las relaciones
ya no desde la razón o la autoconcien- cotidianas, ya sean políticas, económi-
cia como lo estableció la Modernidad, cas, religiosas, culturales, entre otras.
sino desde su propio carácter real, a De este modo, el problema puede
saber: desde su inconsciente. Si bien enmarcarse en la siguiente cuestión:
es Sigmund Freud quien abre en plena ¿Cómo es posible que la teoría del
Modernidad la proto-inversión del su- sujeto y el lazo social en Lacan con-
jeto determinado por el placer, al mar- tribuyan a pensar la Modernidad fuera
gen del rasero racionalista y empirista, del sujeto moderno como posibilidad
será Lacan quien lleve al extremo la de restablecimiento del tejido social
subversión del sujeto como sujeto del en todos sus componentes, ya sean
inconsciente determinado por un sig- políticos, culturales, económicos, en-
nificante para pensar la Modernidad tre otros? La respuesta a esto, parte
más allá de sí misma. inicialmente de una posición estruc-
El propósito en Lacan, que es el turalista. Si bien el pensador francés
mismo que se persigue en el presente propondrá una estructura lógica del
texto, no es otra cosa que pensar dos discurso como acceso a la compren-
cuestiones. Lo primero, es intentar sión del sujeto moderno, no puede
descubrir cómo el sujeto se aloja en indicarse con ello que el acceso a di-
una determinada estructura social con

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cha estructura esté resuelto o claro. a un cambio radical respecto al sujeto


Dicho de otra manera, no puede pen- concebido por la Modernidad desde la
sarse en una estructura que atienda a ciencia y la filosofía.
la comprensión del sujeto inmerso en Esto posibilitó al pensador francés
los lazos sociales, sin antes pensar la indagar sobre el sujeto moderno, ya
función del lenguaje, de quien el es- no desde la filosofía como un sistema
tructuralismo hace de suyo en la com- determinado, sino desde una especie
prensión de los problemas a los que se de anti-filosofía2 que presupone de
enfrenta en su vida ordinaria. Asimis- entrada un asunto originario, esencial,
mo, el enfoque estructural en el pensa- abierto y más aún, problemático. “En
dor francés no insinúa un acceso emi- la concepción de Lacan, formaciones
nentemente histórico o dogmático al patológicas como la neurosis, la psico-
asunto sobre el sujeto moderno desde sis y las perversiones tienen la digni-
la estructura misma del lenguaje, antes dad de posturas filosóficas fundamen-
bien, Lacan piensa al sujeto allí donde tales respecto de la realidad”3.
la Modernidad creyó haberlo determi- En consecuencia, el objetivo de
nado, es decir, en su propio saber. esta breve reflexión debe partir inicial-
La subversión en Lacan, a propó- mente de un elemento, que a mi pare-
sito de tal concepción moderna del cer resulta imprescindible al momento
sujeto, consiste en el paso de un su- de indicar en qué lugar de la obra de
jeto con ideas claras y distintas a un Lacan se piensa esta modernidad fuera
sujeto inconsciente determinado no del sujeto moderno. Para Lacan, es im-
por su estructura gnoseológica, sino prescindible pensar el sujeto moderno
por su representación dentro del lazo a partir de lo que deviene deseante en
social. “La función del sujeto tal como él, es decir, de aquello que se le escapa
la instaura la experiencia freudiana
descalifica desde su raíz lo que bajo
este título, cualquiera que sea la for- 2
La denominación anti-filosofía referida al psi-
ma en que se vistan sus premisas, no coanálisis, no es utilizada acá como un asunto
de contraposición a la filosofía. De hecho, cabe
hace sino perpetuar un cuadro acadé- aclarar que una de las particularidades de la filo-
mico”1. La claridad en Lacan sobre el sofía está esencialmente en cobijar un discurso o
sujeto no desconoce la tarea ya inicia- teoría a través de lo que ella misma permite como
da por su maestro Freud. Al igual que acceso a la realidad. En el caso del psicoanálisis
desde Lacan deviene precisamente la preocupa-
éste, el sujeto del psicoanálisis apunta ción por tratar de abarcar y acceder mediante el
discurso a eso que se ha denominado realidad
1
Jacques Lacan, “Subversión del sujeto y dia- subjetiva y objetiva, y que tiene por desarrollo el
léctica del deseo en el inconsciente freudiano”, postulado de los lazos sociales.
en Escritos. (Buenos Aires: Siglo XXI. Vol. 2, 3
Slavoj Zizek, Cómo leer a Lacan (Buenos Ai-
2003), 774. res: Paidós, 2008), 14.

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a su lúcida conciencia. La crítica en el algún tipo de respuesta, sino también


fondo de la elaboración lacaniana so- de “comprender” que en dicha bús-
bre el sujeto está referida a la repre- queda se inclina a un sometimiento o
sentación de éste por un significante, a la sujeción del Otro. Por último, y
quien pone en cuestión su saber, su bajo esta pretensión, estableceremos
estatuto de verdad y su propia relación cuál es la idea del lazo social en Lacan
con los otros. Esto viene a decir: hay como alojamiento del sujeto y de su
un rechazo a la idealización absolu- subjetividad en el discurso, sin la exi-
ta del sujeto atravesado, escindido y gencia de explicar los cuatro discursos
barrado ($) por el lenguaje y por la que propone Lacan en su seminario
causa de su deseo: el pequeño objeto XVII, sino más bien, tratando de esta-
“a”. Esta será la novedad lacaniana: blecer cómo podría darse un discurso
el jugarse su teoría psicoanalítica en el diferente a éstos en el que se repre-
lugar vacío que dejó la representación sente al sujeto según su funcionalidad
moderna en la relación sujeto-objeto. en el discurso filosófico-cristiano que
Por ello, para el análisis de aquello proponemos como ejemplo del asunto.
que suscita el título de este escrito, se
debe establecer primero el asunto del El sujeto moderno puesto en
sujeto en Lacan. El primer acercamien- cuestión
to o primer momento en la presente
reflexión, debe darse desde aquello A diferencia de la filosofía, en la
cuestionado por Lacan en la construc- que existe una tentativa previa de de-
ción moderna del sujeto, a saber, su finición y determinación de aquellos
relación con un significante. Luego, objetos que estudia, el psicoanálisis, y
a partir de allí, es preciso orientar de en especial desde la perspectiva laca-
manera adecuada la cuestión del suje- niana, el asunto sobre la Modernidad
to desde el problema sobre el lengua- responde a esa misma necesidad de la
filosofía —con sus notables diferen-
je como posibilidad existencial con
cias— de descifrar a ese enorme enig-
Heidegger y como estructura de aquel
ma que es el sujeto; un enigma que
sujeto con Lévi-Strauss. Ambos diá-
desde la filosofía moderna, en especial
logos determinarán lo que es el sujeto
desde Descartes, se resuelve bajo los
respecto a lo que él “sabe” y lo que ha-
términos de la razón como sustento de
bla de él; además, desde esta doble vía
todo conocimiento posible. Sin em-
de comprensión se hará posible, según
bargo, esa imagen del sujeto moderno
Lacan, que el sujeto en su búsqueda de
como resolución de todo conocimien-
sentido, especialmente en la pregunta
to y saber tendrá un giro radical desde
¿quién soy yo?, se encontrase no sólo
el psicoanálisis con Lacan. Para éste
en la patética tarea de buscar y crear
—como se irá observando en el desa-

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rrollo del texto— en el sujeto moderno freudiana será definitiva a la hora de


acontecerá originariamente un saber considerar la sexualidad no únicamen-
como medio de goce y un saber como te como un asunto individual y aislado,
verdad de un sujeto, quien anclando sino también como una experiencia de
su subjetividad en un mundo lleno de los sujetos que se integran a una socie-
significatividad, significados y signifi- dad dentro de los contextos sexuales
cantes, es capaz de abordar su propia existentes en una cultura determinada.
existencia. En un texto llamado la subversión
Ya a partir de 1960, el concepto de del sujeto y dialéctica del deseo en el
sujeto lograría ubicarse formalmen- inconsciente freudiano de 1960, Lacan
te en el campo del psicoanálisis con encuentra la vinculación del concepto
Lacan. Sin embargo, por razones ob- de sujeto al campo del psicoanálisis,
vias del contexto histórico, Freud fue dejando de lado la perspectiva freu-
el primero dentro del psicoanálisis en diana, para centrarse en aquello en lo
acudir al término “sujeto” para referir- que la Modernidad creyó determinado
se a un concepto moderno del mismo. en el sujeto: su saber. En dicho tex-
Como buen moderno, Freud acudió a to la intención es subvertir la imagen
dicho concepto para referirse a la con- del sujeto que propició la Modernidad
sideración distintiva del cogito carte- desde el principio de unidad, es de-
siano en relación al conocimiento. El cir, como un sujeto de conocimiento,
sujeto es fuente del conocimiento a como sujeto de ciencia y como sujeto
través de la constitución del objeto, de verdad. Este modo tripartito del su-
convirtiendo así a dicho sujeto en nú- jeto moderno se define desde el saber,
cleo activo en la determinación pasiva ya sea desde la filosofía como lo con-
del objeto. cebía Descartes y Hegel, o como lo
Si bien el concepto de sujeto está concebía la ciencia desde Copérnico.
presente de manera implícita en Freud, Este sujeto moderno no es otra cosa
como por ejemplo en la referencia a la que una estructura gnoseológica que
actividad sexual del individuo como posibilita por mérito la obtención de
expresión de un “Yo libido” orgánico, un conocimiento desde un saber uni-
biológico y psíquico, será Lacan quien tario, o por decirlo en términos hege-
desde estos presupuestos, comience a lianos, ubicándose como la síntesis de
percibir cómo el sujeto se nutre des- la dialéctica en una identidad consigo
de las significaciones sexuales no sólo mismo para efectos de la verdad de
consigo mismo en el caso del sujeto aquello que conoce.
infantil, sino también de otras signifi-
caciones sexuales compartidas en las Esta dialéctica es convergente y va
relaciones sociales. Esta característica a la coyuntura definida como saber

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absoluto. Tal como es deducida, no aquello que no concibió en su identi-


puede ser sino la conjunción de lo dad, en otras palabras, un significante
simbólico con un real del que ya no que habla y piensa por él.
hay nada que esperar. ¿Qué es esto
sino un sujeto acabado en su identi-
El panorama que resulta de esto se
dad consigo mismo? En lo cual se lee ancla en la siguiente cuestión: ¿Qué
que ese sujeto está perfecto allí y que sucede entonces cuando al sujeto se le
es la hipótesis fundamental de todo desprende de su saber y se comprende
este proceso.4 desde la estructura del lenguaje? La
respuesta no puede ser otra sino aque-
Frente a esto, Lacan advertirá que lla que deviene del lenguaje mismo y
ese saber absoluto representado en de aquello que el significante (otro)
la verdad, que “no es otra cosa sino dice de él. Un ejemplo de esto puede
aquello de lo cual ese saber no puede notarse en la siguiente oración: “Yo
enterarse de lo que sabe sino haciendo pienso que no es correcta la opera-
actuar su ignorancia”5, saca de sí a ese ción”. Si notamos, el “Yo” es la refe-
sujeto moderno que supuestamente no rencia que el sujeto hace de sí en una
se angustiaba, que no lloraba, que no determinada enunciación como indi-
soñaba, que no deseaba, ubicándolo cativo de su habla referente a. El “Yo”
frente aquello que él mismo ignoraba se convierte allí en un sujeto de la
de sí: su propio agujero y su falta en enunciación por parte del significan-
el saber; una realidad que deviene, no te (otro) quién no lo significa, define
de sí, sino de los otros. Esto es lo que o determina completamente, debido a
se denominará de ahora en adelante que él sólo es un referente en el dis-
sujeto del inconsciente. “El incons- curso. El asunto entonces no está en
ciente a partir de Freud, es una cadena si el sujeto piensa o no, sino en si ese
de significantes que en algún sitio (en pensar está previamente representado
otro escenario, escribe él) se repite e por un significante que hace la misma
insiste para trasferir en los cortes que operación discursiva que el enuncian-
le ofrece el discurso efectivo y la cogi- te inicial, “es decir que designa al su-
tación que él informa”6. Por eso, si la jeto de la enunciación, pero que no lo
subversión consiste en tratar de pensar significa”7.
un tipo de sujeto al margen del sujeto Ahora bien, para Lacan esta sub-
moderno, éste debe pensarse en aque- versión del sujeto moderno al sujeto
llo que no es tan claro en su saber o en del inconsciente se comprende bajo
el asunto del discurso y desde allí es
4
Jacques Lacan, Subversión del sujeto, 777.
cuestionado. Lo cuestionado en él no
5
Ibíd.
6
Ibíd., 779. 7
Ibíd.

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es otra cosa que la confrontación con de la religión, la política, la economía,


su propio saber, y a partir de ahí, su etc.
apertura a otras condiciones que no
dependen de él sino de un significante. Figura 1. Tomado de: Jacques Lacan,
He aquí donde puede pensarse el suje- Subversión del sujeto y dialéctica del
to fuera del sujeto moderno. A esto le deseo. Escritos.
sigue que a esa pregunta de quién ha-
bla cuando se trata del sujeto incons-
ciente resulta comprensible de suyo
que la respuesta no puede venir del
sujeto, si él mismo, precisamente, no
sabe lo que dice o lo que habla y por La versión de un sujeto cuestiona-
eso se debe acudir a un corte (como lo do a partir de lo inconsciente, es lo que
señala Lacan en la cita sobre Freud), nos permite observar —como lo seña-
para entender quién habla allí donde la Lacan— que “este corte de la cade-
se supone sólo existe el sujeto enun- na significante es el único que verifica
ciativo. Lacan recurre a la siguiente la estructura del sujeto como discon-
fórmula: tinuidad de lo real”9. Esto quiere de-
cir que aquello que tenía existencia y
Para que no sea vana nuestra caza, presencia por sí mismo y que no podía
la de los analistas, necesitamos re- representarse porque era parte esen-
ducirlo todo a la función de corte en cial del sujeto para afrontar gnoseo-
el discurso; el más fuerte es el que lógicamente el mundo desde su saber,
forma una barra entre el significante en este caso lo real, pasa a ser parte
y el significado. Aquí se sorprende al
de una discontinuidad, de una inte-
sujeto que nos interesa, puesto que al
anudarse en la significación, lo tene- rrupción o de un corte por una cadena
mos ya alojado bajo la égida del pre- de significantes, los cuales desde un
consciente.8 discurso “superior” pueden subvertir
lo real en simbólico como un asunto
Visualmente podríamos represen- de regla y de comportamiento acorde a
tar esta cita bajo la figura de significa- un sistema cultural, o subvertir lo real
ción y significado, donde el segundo en un asunto meramente imaginario,
se anuda en el primero, ampliándolo, como imagen de sí en tanto diferencia
limitándolo, cuestionándolo o simple- del otro.
mente utilizándolo para sus propios Ahora bien, la subversión toca tam-
beneficios discursivos como en el caso bién esa condición con la que se deter-

8
Ibíd., 780. 9
Ibíd., 781.

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minó al sujeto: la razón. En Lacan, la representado también como un objeto;


razón no tiene un amplio sentido para evidenciando, por un lado, al incons-
efectos del análisis que realiza del su- ciente como representación, y, por el
jeto y del inconsciente. Su pensar a la otro, la verdad como finalidad de di-
inversa, no sólo el psicoanálisis, sino cha representación. Para la primera,
también la filosofía misma, es ya un lo inconsciente como representación
pensar fuera de cualquier considera- permite que en el sujeto quede algo
ción cartesiana y kantiana del sujeto de lo dado, es decir, algo del objeto.
moderno. Pensemos una tesis provi- Y para la segunda, la verdad que apa-
sional para la presente reflexión. Tra- rece en dicha representación no puede
dicionalmente se ha creído que con entenderse fuera de la esfera de la ade-
Descartes la filosofía tocó por fin, des- cuación, o de lo puesto por el sujeto
pués de tantos siglos de pérdida y ex- a lo dado. “La coincidencia entre la
travíos, puerto firme. Metafóricamen- representación y el objeto es la ver-
te hablando, cuando Colón descubre a dad. Luego la verdad aparece definida
América para el viejo continente como como adecuación representación-ob-
posibilidad de aumento de su riqueza jeto, el objeto mismo no puede ser re-
e imperio, será Descartes quien des- putado como verdadero o falso”.10
cubra, después de tantos siglos, algo Aquí aparece la enorme diferencia
más elevado que esto, a saber: el suje- entre el psicoanálisis y la postura mo-
to como posibilidad de conocimiento. derna sobre el sujeto. Mientras para la
Sin embargo, y sin menospreciar esta Modernidad existe una enorme distan-
tradición profesada por la historia de cia entre el sujeto y el objeto (raciona-
la filosofía sobre el valor de la filoso- lismo) y el objeto y el sujeto (empiris-
fía cartesiana, podríamos arriesgarnos mo), para el psicoanálisis la diferencia
a pensar que fue con el lenguaje, la no es tan evidente como se supone, ya
pulsión, el goce y el deseo, con lo que que el sujeto en su dimensión real de
el sujeto ancló, por fin, su subjetividad definir qué y quién es, no piensa allí
al mundo tal como éste le viene dado, donde aparece como objeto, es decir,
y por ende, representado. donde es representado por un signifi-
Aceptando esta tesis provisional, cante. Incluso cuando el sujeto se de-
evidenciamos cómo avanza ya desde cide a pensar, se hace evidente que allí
Freud, y luego con Lacan, esa subver- su pensar está representado y condi-
sión de la concepción de la filosofía cionado a Otro sujeto, a un significan-
sobre la Modernidad a partir del con- te que se lo concibe como objeto; un
cepto de sujeto. La escisión en la pos-
tura sobre el sujeto moderno estriba en
10
Eduardo Carbajal et al, Una introducción a
que para el psicoanálisis el sujeto es
Lacan (Buenos Aires: Lugar editorial, 2008), 19.

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objeto que, como se verá más adelan- más, hacia una apertura indeterminada
te, resulta siendo el concepto capital de otros discursos, otras comprensio-
de la postura lacaniana respecto a los nes sobre el mundo, a los otros y hacia
lazos sociales. lo simbólico.
Pero retornemos a la comprensión
de esta tesis provisional. Descartes El gran Otro opera en un nivel sim-
concibió al sujeto desde su famosa bólico. ¿Cómo está compuesto en-
tonces este orden simbólico? Cuan-
sentencia “pienso, luego soy, y allí
do hablamos (o escuchamos, para el
donde pienso, allí existo”11. Lacan — caso es lo mismo), no estamos mera-
siendo más duro con esta afirmación mente interactuando con otros; nues-
cartesiana— afirma que: “Pienso don- tra actividad discursiva está fundada
de no soy, luego soy donde no pienso en nuestra aceptación y subordina-
(…) Lo que hay que decir es: no soy, ción a una compleja red de reglas y
allí donde soy el juguete de mi pensa- presunciones.13
miento; pienso en lo que soy, allí don-
de no pienso pensar”12. La dureza de El sujeto del inconsciente está in-
esta afirmación encuentra su explica- merso en una cadena significante en el
ción en el asunto de la representación. que hecho presa de la abertura y de su
Se había afirmado renglones atrás, alojamiento en los lazos sociales por
que el sujeto claro y distinto no piensa un discurso “amo” —como lo dirá más
allí donde es representado como ob- adelante el mismo Lacan— no piensa
jeto. En realidad, lo que pasa en este allí donde sólo desea. “Para Lacan el
proceso de representación no es ya la sujeto como tal, el sujeto en lo que le
relación bidireccional sujeto-objeto y hace ser un “sujeto”, es, no aquel que
viceversa, sino la representación he- piensa, sino aquel que desea”14.
terogénea de un significante sobre un Por tal razón, para pensar los lazos
significado. Allí, el sujeto, significan- sociales que por sí mismos responden
te-significado, quien habitado por una a la cadena de significantes, como un
especie de identidad y reflexión, se ve pensar la Modernidad fuera de sí, en
abocado a la división y escisión por un especial fuera de esa concepción ho-
significante que se lo representa como mogénea de sujeto, se hace necesario
un objeto, retirándolo de su transpa- pensar a este sujeto como proyecto, no
rencia del pensamiento puro, claro, de la razón, sino como sujeto del psi-
preciso y consciente, lanzándolo, ade- coanálisis. Un sujeto que, a diferencia

René Descartes, Discurso del método (Madrid:


11 13
Slavoj Zizek, Cómo leer a Lacan, 19.
Gredos, 2011), 123. Alain Juranville, Lacan y la Filosofía (Buenos
14

12
Jacques Lacan, Subversión del sujeto, 484. Aires: Nueva visión Saic, 1992), 125.

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de aquel determinado por la tradición aparece en carta sobre el humanismo


moderna, está originariamente arrai- de (1929), “El lenguaje es la casa del
gado en el descubrimiento, análisis y ser”16. La segunda aparece en Ser y
teorización de lo que se ha denomina- Tiempo (1927), “el fundamento onto-
do inconsciente. lógico-existencial del lenguaje es el
discurso, el habla (Rede)”17. Ambas
El psicoanálisis no le enseña a un afirmaciones permiten que el Dasein
individuo cómo acomodarse a las (ser-ahí), en tanto ser-en-el-mundo,
demandas de la realidad social; en
comprenda e interprete su ahí, su co-
lugar de ello, explica el modo en el
que algo como la “realidad” se cons-
tidianidad. Aquí mismo, cabe recordar
tituye en primer término. El psicoa- que el habla (discurso) es uno de los
nálisis no permite que un ser humano existenciales del Dasein, aparte del
acepte meramente la verdad reprimi- comprender y el encontrarse. El com-
da acerca de sí mismo: explica cómo prender, o lo que denomina Heidegger
la dimensión de la verdad surge de la lo pre-ontológico, refiere a que el Da-
realidad humana.15
sein comprende en su arrojamiento el
mundo y a los demás entes en cuanto
Relaciones ontológicas y se relaciona con ellos. En el caso del
estructurales del lenguaje encontrarse, refiere a que el Dasein
Martín Heidegger y Levi-Strauss como ser-en-el-mundo se encuentra
serán determinantes al momento de entre otros entes que son semejantes
considerar el asunto sobre el lenguaje o distintos a él. Para el caso del ha-
en Lacan. Las relaciones académicas bla, es el que le permite al Dasein dar
del pensador francés con estos dos sentido a su propio arrojamiento. Por
grandes exponentes de la antropología ende, si “el lenguaje es la casa del ser”
y ontología contemporánea, no son éste se convierte en un habitar que es
desconocidas. Con Levi-Strauss su re- comprensible de suyo, en tanto que el
lación será más cercana, mientras que lenguaje es el constitutivo originario
con Heidegger apenas será mediada de la apertura del Dasein, es decir, en
por un intercambio de pensamientos la medida en que el Dasein habla, el
durante 1955 en una visita del filósofo discurso le posibilita, tal como lo de-
alemán a Francia. nomina Heidegger: ser uno con otro
Martín Heidegger, caracterizó en en tanto hablantes. De ahí que:
plena contemporaneidad una determi-
nación sobre el lenguaje desde el ser 16
Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo
y desde el habla. La primera de ellas (Madrid: Alianza Editorial, 2000), 295.
17
Martin Heidegger, Ser y Tiempo (México:
15
Slavoj Zizek, Cómo leer a Lacan, 13-14. FCE, 1971), 179.

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Hablar es articular significativamen- lenguaje puede convertirse en un peli-


te la comprensibilidad de “ser en el gro debido a su útil y “lo a la mano””19,
mundo”, al que es inherente el “ser convirtiendo el habla en lo que él de-
con” y que se mantiene en cada caso
en un modo determinado del “ser
nomina “habladurías”. Este aspecto
uno con otro”. Éste, el “ser uno con que el mismo Heidegger declara como
otro”, es hablante: da su palabra y estado de interpretado no refiere a un
retira la palabra dada, requiere, amo- término despectivo, sino a una forma
nesta, sostiene una conversación, se que tiene el Dasein de comprender e
pone al habla, habla en favor, hace interpretar su cotidianidad; sin embar-
declaraciones, habla en público.18
go, el aspecto peligroso en las habla-
durías radica fundamentalmente en
Con esta apreciación Heidegger que es precisamente un habla del que
se está oponiendo radicalmente a la nadie es dueño o responsable, permi-
imagen de sujeto claro y distinto que tiendo que fácilmente se convierta en
determinó la Modernidad. Si para la mera publicidad. Como hay un vacío
Modernidad la subjetividad de dicho de bases sobre aquello que se habla,
sujeto se revela a través de la razón, entonces no hay una comprensión e
entonces aquello que muestra no es interpretación elaborada por el mismo
efectivamente lo claro y distinto de Dasein, sino por otro quien significó
su ser, sino algo que está determinado a su manera dicho proceso. “La falta
por su misma razón. Para Heidegger, de base no cierra a las habladurías la
en cambio, el Dasein se opone a esa entrada en la publicidad, sino que la
idea clara y distinta de sujeto, ya que favorece”20.
éste está arrojado al mundo, lo com- Debido a esto, el Dasein se convier-
prende e interpreta, pero además de te en una referencia hecha por otros
ello, es un ente que habla y pone en entes, y allí donde aparece el lenguaje
común aquello que habla. como “lo a la mano” o como habladu-
Asimismo, y haciendo referencia al ría, se efectúa un tipo referencialidad
lenguaje, Heidegger propone una in- del Dasein que lo hace caer en el ries-
terpretación mucho más precisa para go de un “estado de interpretado” o de
efectos del presente texto, y es la refe- “una existencia inauténtica”. Dicho
rencia al peligro del lenguaje. Asegura de otra manera, el Dasein es pensado,
el filósofo alemán en Ser y Tiempo, que interpretado y sometido por medio de
“el Dasein como proyecto arrojado al las habladurías a un estado de inter-
mundo se encuentra con otros entes, y pretado y como un mero ser ante los
allí, en ese acto de comunicación, el
19
Ibíd., 166-167.
18
Ibíd., 180. 20
Ibíd., 188.

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ojos. Y en pocas palabras, lo útil del respondió diciendo que dicha hiancia
lenguaje puede convertir al Dasein en era pre-ontológica. “Podríamos de-
un ser instrumentalizado por un len- cir de la hiancia del inconsciente que
guaje ajeno y puede cosificarlo a favor es pre-ontológica”21. Si bien Heideg-
de otros entes. ger afirmaba que dicha característica
Ahora bien, es posible comprender pre-ontológica es el estado de com-
a partir de lo dicho, que el hablar como prensión en que ya habita el Dasein
medio del lenguaje es el que distancia según su manera de estar-en-el-mun-
al hombre de su animalidad, lo separa do, en Lacan lo pre-ontológico no tie-
de su instinto para convertirlo en un ne como finalidad explicar o definir
ser hablante, parlante (palabra),y, en la esencia del inconsciente en lo que
esa medida, se representa como signi- él es o sea, sino la funcionalidad del
ficado o como significante separado de mismo estriba en su realización o su
su real. Esta representación no es otra no-realización.
cosa que la imposición de la pregunta Dicho de otra manera, lo pre-on-
¿quién soy yo?, asunto que ampliare- tológico no supone algo inherente en
mos más adelante. La misma caracte- el inconsciente como lo cree Heideg-
rística llevará a Lacan a establecer una ger respecto al Dasein, sino algo que
estructura al problema del lenguaje tendrá que buscarse desde sí mismo
caracterizada en el “lazo social”. De en cada relación social, aunque irre-
entrada, el pensador francés establece mediablemente sea franqueado por el
que dicho lenguaje —que en términos Otro.
heideggerianos se trata de la aparición
del habla o discurso (rede)— sería pro- Lo óntico, en la función del incons-
piamente aquello que nos hace mante- ciente, es la ranura por donde ese
algo, cuya aventura en nuestro cam-
ner una relación con nuestro prójimo
po parece tan corta, sale a la luz un
o con el Otro, quien se convierte en instante, sólo un instante, porque el
significante definido para el sujeto. segundo tiempo, que es de cierre, da
Para Lacan, la postura ontológi- a esta captación un aspecto evanes-
ca del inconsciente no es la pregunta cente (…) Así pues, ónticamente, el
por cuál es la esencia de éste sino por inconsciente es lo evasivo, pero lo-
cómo éste aparece representado en el gramos circunscribirlo en una estruc-
tura, en una estructura temporal.22
lazo social.
A partir de una pregunta que hace
Jacques-Alain Miller a este pensador
sobre la característica ontológica en 21
Jacques Lacan, Los cuatro conceptos funda-
mentales del psicoanálisis (Buenos Aires: Pai-
su postura sobre la hiancia (abertu- dós, 1993), 38.
ra-agujero) del inconsciente, éste le 22
Ibíd., 39-40.

22
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

Por tal razón, la característica pro- Ahora bien, será con Lévi-Strauss,
piamente diferenciadora entre ambos padre del estructuralismo antropoló-
autores, Heidegger y Lacan, reside gico, con quien Lacan encontrará los
precisamente en que para Heidegger presupuestos teórico-prácticos para
no existe tal concepto de sujeto ya que llevar al análisis el problema del len-
es una categoría eminentemente mo- guaje. Ambos pensadores comparten
derna y no revela nada de la existen- criterios fundamentales respecto al
cia humana. Para Lacan, en cambio, lenguaje desde dos perspectivas dife-
la categoría de sujeto no sólo encierra rentes, aunque no excluyentes entre sí.
una determinación del mundo como Por eso, el interés acá no es otra cosa
su-yectum (estar atado a), sino como que precisar cómo desde la perspec-
posibilidad de realización o no-reali- tiva de Lévi-Strauss se comprende el
zación del deseo, de acceso al yo, a la lenguaje y qué funcionalidad cumple
conciencia, al inconsciente, al saber, a en la estructura social. Presupuesto
lo simbólico, al goce, a las pulsiones, que nos ayudará a comprender cómo
etc., mediado, o mejor dicho, habita- Lacan asume el estructuralismo en
do por el lenguaje que deviene habla beneficio de la comprensión del suje-
o discurso. “Mediante el instrumento to del inconsciente y cómo piensa la
del lenguaje se instaura cierto núme- funcionalidad del lenguaje respecto al
ro de relaciones estables, en las que lazo social.
puede ciertamente inscribirse algo Lo primero que debe sustentarse,
mucho más amplio, algo que va mu- es que Lévi-Strauss a diferencia de
cho más lejos que las enunciaciones Lacan, excluye esa relación homogé-
efectivas”23. Por tanto, y asumiendo nea sujeto-objeto de su elaboración
estas diferencias, es pertinente nom- antropológica. Allí, es posible obser-
brar cómo Lacan desarrolla su postura var que si debe decirse algo del hom-
frente a este sujeto, el cual no es claro bre, no puede determinarse desde una
ni transparente en su acceso al mundo observación cognoscitiva como lo es
y a los aspectos antes nombrados, sino la representación, sino más bien desde
como un sujeto dividido, atravesado lo que él es dentro de una estructura
y fraccionado por otro sujeto que se social. Al respecto dice Strauss: “Al
convierte en su significante que lo se- elegir un sujeto y un objeto radical-
siona, dirigiéndolo, a su vez, a la apro- mente distantes el uno del otro, la an-
piación de su existencia. tropología se expone, sin embargo, a
un peligro: que el conocimiento, apre-
hensión del objeto, no alcance al obje-
23
Jacques Lacan, Seminario XVII. El reverso del to en sus propiedades intrínsecas, y se
psicoanálisis (Buenos Aires: Editorial Paidós,
limite a expresar la posición relativa y
2006a), 10.

23
Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

siempre cambiante del sujeto con res- ser nominativo, singular y masculino.
pecto a él”24. Asimismo, la palabra tiene por signi-
Esta consideración no es otra cosa ficante dos fonemas U y S, por lo que
que tomar al hombre desde lo más bá- el significado no actúa independien-
sico, como lo son sus relaciones de temente del significante ya que éste
parentesco, su habla y lengua y sus permite descomponer al primero. En
creencias dadas en el mito, para esta- pocas palabras, el significado de la pa-
blecer su comportamiento y su mane- labra benedictus depende de un crite-
ra de enfrentar sus relaciones sociales. rio fonético que responde a las reglas
Por eso, si algo debe entenderse en un o leyes de la lingüística general.
primer momento es que la estructura Por eso, para Strauss la lingüísti-
o sistema social nace cuando aparecen ca es la única ciencia que puede dar
las estructuras del lenguaje. respuesta al comportamiento del hom-
bre dentro de una estructura social, ya
La fonología pasa del estudio de los que “el lenguaje al ser un fenómeno
fenómenos lingüísticos conscientes social”26 ya está determinado por las
al de la estructura inconsciente; rehú-
leyes de la misma.
sa tratar los términos como entidades
independientes, y toma como base de
su análisis, por el contrario, las rela- Como los fonemas, los términos de
ciones entre los términos; introduce parentesco son elementos de signi-
la noción de sistema.25 ficación; como ellos, adquieren esta
significación a condición de integrar-
se en sistemas. Por lo tanto las rela-
La fonología permite que el siste- ciones de parentesco forman siste-
ma o estructura responda a lo que ella mas, con estrecha relación entre sus
misma determina en el análisis y rela- elementos, en donde la modificación
ción de los términos como, por ejem- de uno de ellos implica la modifica-
plo, el significado y el significante. En ción del sistema.27
este sentido, ambos términos no son
independientes entre sí porque ya su Lo más interesante de este bre-
manera de operar responde al mismo ve análisis sobre el lenguaje es que
género lingüístico. Propongamos una Strauss lo ubica en un nivel científico
muestra: tenemos la palabra en latín muy delimitado. Responder a unas le-
benedictus. Si notamos, el significado yes de la lingüística, como es el caso
de la palabra puede determinarse por de la fonética, es darle estatus cientí-
fico y objetivo a un asunto que tendrá
24
Claude, Lévi-Strauss, Antropología estructural
(Buenos Aires: Editorial Universitaria, 1968), 33. 26
Ibíd., 52.
25
Ibíd., 31. 27
Ibíd., 32.

24
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

como función lo simbólico. De he- por una función simbólica, que no es


cho, y para ser un poco más precisos, otra cosa que las leyes compartidas en
Strauss afirma dos asuntos respecto al común desde las relaciones de paren-
lenguaje. tesco, deberes, derechos, denomina-
Primero, establece que “casi todas ciones míticas, etc.
las conductas lingüísticas se sitúan en De este modo, se puede compren-
el nivel del pensamiento inconscien- der cómo Lacan llega a establecer la
te”28. Esto significa que cuando habla- estructura de un sujeto determinado
mos o tenemos algún diálogo, es poco por un significante. Si bien Strauss
probable que tengamos consciencia de afirma que el lenguaje como fenóme-
las leyes sintácticas, morfológicas o no social se determina por unas leyes
semánticas que utilizamos allí. Por eso establecidas de la lingüística y como
cuando hablamos estamos asumiendo función simbólica, para Lacan la fun-
inconscientemente a través del len- ción del lenguaje es revelar cómo el
guaje una cantidad de leyes que al pa- inconsciente, en tanto cadena de signi-
sar objetivamente al análisis y relación ficantes, pueden tornar al sujeto, desde
podemos encontrar las imprecisiones la representación, en objeto, haciéndo-
que acometemos al lenguaje mismo. lo presa de su propia falta. Ambos pen-
Lo segundo que propone Strauss sadores coincidirán que el inconsciente
es que: es la estructura por la cual un colectivo
o un sujeto se ajustan a unas condicio-
El conjunto de estas estructuras for- nes del lenguaje, ya sea como función
maría lo que llamamos inconsciente simbólica o como representación.
(…) El inconsciente deja de ser el re-
fugio inefable de particularidades in-
dividuales, el depositario de una his-
El lenguaje como discurso: primera
toria singular que hace de cada uno instancia del lazo social
de nosotros un ser irremplazable. El
inconsciente se reduce a un término
Así pues, según los presupues-
por el cual designamos una función: tos ontológicos y estructurales del
la función simbólica.29 lenguaje, no resta sino preguntarse
cómo aborda Lacan el asunto desde
Lo que viene a decir: el inconscien- el psicoanálisis. “Lo que yo digo es
te no se entiende como un otro aislado que el lenguaje es la condición del
o como un sujeto, sino como un colec- inconsciente”30. De entrada, es posi-
tivo que se ve acotado y determinado ble afirmar que uno de los aspectos en
referencia al lenguaje en Lacan parte
28
Ibíd., 54.
29
Ibíd., 183. 30
Jacques Lacan, Seminario XVII, 43

25
Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

esencialmente de una división en el posición lógica a la comprensión de


sujeto. Por un lado, el sujeto no pue- este problema. Esta posición deviene
de conocerse sino desde la cadena de del lenguaje: es decir, discurso. Dicho
significantes en tanto falta, y una falta orden lógico parte de la misma divi-
no es otra cosa que la necesidad por sión existente en el sujeto. Una divi-
el deseo en el Otro, quien integra un sión que como observamos se da en la
lazo social ya establecido. “El objeto falta, a saber: en la necesidad por el
a, que puede ser el pecho, las heces, la deseo en el Otro, en el significante.
voz o la mirada, es un objeto que hace Sin embargo, no se puede pensar
del sujeto, objeto en la medida en que el sujeto en Lacan sin antes pensar
en él es deseante de una falta, es decir, una característica propia del sujeto: su
deseante de esa falta que es el deseo subjetividad. El sujeto por sí mismo
en el Otro”31. hace referencia a la figura moderna del
Por otro lado, el sujeto no existe hombre que conoce y razona en tanto
sino en la medida que es representado sub-yectum, mientras que la subjetivi-
o constituido por otro sujeto-signifi- dad, por otra parte, es lo que del sujeto
cante; por eso, el acceso a su modo de se muestra y lo que aparece de él en el
ser resulta imposible, y he aquí la difi- lenguaje, escenificando este último en
cultad de la tesis heideggeriana sobre su discurso o en su habla sobre aquello
el acceso al ser en general. El lengua- que desea. Para el psicoanálisis, el su-
je, y por tanto el sujeto, se articulan en jeto no es más que aquello que un sig-
múltiples discursos, ya sea en la publi- nificante representa de él. Esto quiere
cidad o en las habladurías, es decir, en decir su subjetividad es representada
los múltiples significantes. A partir de por un significante para otro signifi-
esta tesis lacaniana sobre el discurso cante. Su división propiamente dicha,
de los significantes, aparece una nueva como se afirmaba, aparece como falta
cuestión: ¿Cómo se aloja dicho suje- y como vacío, pues “el sujeto no es
to en esta articulación de significantes aprendido sino como falta entre dos
parlantes que a su vez forman un de- significantes. Él solo aparece repre-
nominado lazo social? Y más aún, ¿es sentado por un significante para otro
posible que no exista la sociedad tal significante, y si aparece representa-
como la concebimos y más bien exis- do es porque no está”32. Esto implica,
ta allí en los lazos sociales? Frente a además, que la cuestión del real del
esto, Lacan propone básicamente una
32
Jean Marie Sauret, Lo Real, Lo Simbólico y Lo
31
Diana Rabinovich y Juan Carlos Cosentino J, Imaginario (Medellín: Facultad de psicología,
Puntuaciones freudianas de Lacan: acerca de septiembre 1995), http://www.funlam.edu.co/
más allá del principio de placer (Buenos Aires: uploads/facultadpsicologia/639398.pdf (agosto
Manantial, 1992), 75. 2016).

26
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

sujeto, que no se reduce al significante existencial, que sólo puede responder-


o a un saber determinado por éste, se se, si es que es posible, en términos
conserve o aloje en otro discurso, in- de saber. Según Lacan, en el lengua-
dicando así la génesis del lazo social. je no aparece nada que le asegure al
Con ello, para determinar este fe- sujeto lo que él es, por ello se recurre
nómeno de representación, Lacan, a al orden lógico del discurso. Pero an-
diferencia de los filósofos modernos tes de establecer dicho orden lógico y
quienes se ocuparon de establecer para comprender mejor el asunto del
cómo conoce el hombre, propone el lenguaje dentro del psicoanálisis, es
lenguaje como discurso o habla. El importante señalar aquí una cita sig-
conflicto al respecto es que lenguaje nificativa de Jean Marie Sauret, quien
no revela el ser del sujeto, ni su esen- afirma: ´
cia, y, en cambio, solamente revela su
saber en términos de una búsqueda in- El psicoanálisis ha establecido una
terminable, no sólo sobre lo fenome- dependencia radical del ser humano
con el lenguaje, en tanto que el len-
nológico o epistémico, sino sobre su
guaje es aquel que determina la po-
ser, y en especial, sobre la pregunta sibilidad de existencia del sujeto, o
¿quién soy yo? para decirlo de otra manera, el hecho
A dicha pregunta, aparece una de que el organismo humano pase a
respuesta que no viene dada desde el ser un ser hablante, lo que a su vez
sujeto mismo, sino desde un signifi- establece una separación del hombre
cante. La respuesta lamentablemente del reino animal. El lenguaje, el he-
cho de hablar, es aquello que distin-
se convierte en una imposición por un
gue más radicalmente al hombre de
habla ajena y en una búsqueda inde- los animales. El mundo de lo simbó-
terminada, debido a que el significante lico es propio del ser humano. Esto lo
varía siempre en cada situación o cada aparta drásticamente de la naturaleza
momento. y de sus leyes y lo introduce en las
El escenario es desconcertante in- leyes del lenguaje, de lo simbólico.33
cluso si el significante amo cambia,
pues basta con que éste se inscriba en Con esto se hace evidente entender
cadenas para otro significante diferen- que es en el lenguaje donde se crea, en
te para que el sujeto se sitúe sólo en re- primera instancia, los lazos sociales,
lación al saber. La pregunta entonces y no en la voluntad consciente de los
quién soy yo, no refiere propiamente mismos sujetos de adherirse a uno.
a una elaboración auténtica del sujeto, Igualmente, Lacan propone el es-
sino que es impuesta por su significan- quema que explica al sujeto como
te. De ahí la propuesta lógica del dis-
curso como respuesta a esa pregunta 33
Ibíd., 1.

27
Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

falta y como ávido de saber en tanto sional sólo en respuesta al saber.


hiancia. Los lazos sociales, como de- Una muestra de esto, lo plantea
nominación del lenguaje, es decir, del Jean Marie Sauret:
inconsciente a través del discurso y
del habla, se entienden de la siguien- Por ejemplo, en la unidad residencial
te manera: para representar al sujeto donde resido, yo soy un señor, el se-
ñor del apartamento 405. El portero
se necesita de dos significantes. Uno
de la unidad me reconoce por esto,
solo no significa nada para el sentido porque soy el señor que habito en el
que puede darle a lo que se representa. apartamento que tiene por número el
Un solo significante en este proceso se 405. El S1 aquí es el significante “se-
convierte en un enigma o en una in- ñor”, o el significante “profesor”, y el
cógnita debido a que no aclara nada de S2 es: “de psicología y psicoanálisis”
lo que se representa, por lo que debe o “que habita el apartamento 405”.
Entonces, a la pregunta por nuestro
articularse a otro para establecer un
ser: ¿quién soy yo verdaderamente?,
sentido de dicha representación. solo obtenemos respuestas substitu-
Por eso, para el pensador francés tivas: soy esto, aquello o esto otro”.
el sujeto aparece dividido, escindido Y esto que se escapa es el pequeño
y, por tanto, sometido a la representa- objeto “a”, que como se afirmó re-
ción, de ahí su escritura $ en varios de sulta para el significante un agujero
sus escritos durante los años 60 y 70. en saber. Así pues, nuestro ser, lo real
del ser, escapa a la representación
Luego aparece el significante que se
significante, no lo podemos atrapar,
escribe S1 como el que se representa aprehender. Es que el ser pasa a ser
al sujeto, y más tarde aparece el sig- una cosa irreductible al saber, no se
nificante S2 que representa el saber. lo puede conocer, habita el lugar de
Éste último es muy importante debido desconocimiento, de no−saber. Esto
a que, tal como se dijo, está constitui- que escapa a la representación signi-
ficante es lo que se llama en psicoa-
do por al menos dos significantes, ya
nálisis objeto a pequeña.34
sea como necesidad para que el sujeto
quede representado, o también, para
Así, la característica fundamental
que este significante dé sentido al S1.
para un pensar el sujeto fuera de la
Finalmente, Lacan propone el peque-
concepción moderna del conocimien-
ño objeto “a” como aquello que se
to es que lo real es lo que está por fue-
le escapa al significante S1 y S2, los
ra del saber. El esquema puede variar
cuales no pueden determinar el ser del
en orden según el discurso de interés
sujeto. Lo que escapa a ambos será lo
en cada situación vivida por el mismo
denominado por Lacan como la pul-
sión. De ahí que a la pregunta ¿quién
soy yo? se responda de manera provi- 34
Ibíd., 3.

28
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

sujeto. Acá sólo nos limitamos a ex- barra del significante y el a minús-
poner de manera general la incidencia cula, objeto residuo de la puesta en
del discurso a la pregunta ¿quién soy condición, si puedo expresarme así,
del Otro, están del mismo lado, al
yo? mediante el orden lógico propues- lado objetivo de la barra. Están am-
to por Lacan para tratar de compren- bos del lado del otro, puesto que el
der qué es lo que se aloja en el lazo fantasma, apoyo de mi deseo, está
social y cómo se efectúa dicho aloja- en su totalidad del lado del otro. Lo
miento en un discurso habitual, como que ahora está de mi lado es lo que
es el caso ejemplar del discurso filosó- me constituye como inconsciente, a
saber A, el Otro en la medida en que
fico-cristiano y el discurso capitalista.
yo no lo conozco.35
En la figura 2, Lacan propone su pri-
mer esquema de división que aparece
Para Lacan, el deseo aparece en la
en su texto sobre la angustia de 1962,
estructura como consecuencia de la
en el que se comprende el origen de
división del sujeto y por aquello re-
los lazos sociales.
presentado de él para los demás sig-
Figura 2. Tomado de: Jacques Lacan nificantes. “El deseo del hombre es el
Introducción a la estructura de la deseo del Otro”36 El pequeño objeto
angustia. Seminario X. “a” se ordena de acuerdo a la cadena
de significantes. De ahí que el sujeto
se defina esencialmente como sujeto
de deseo en tanto deseo del Otro. A
diferencia del placer, como lo deno-
minaría Freud referido al estado aní-
mico del organismo como principio
Este primer esquema, que prece- de estabilidad o inestabilidad del mis-
de a los cuatro discursos establecidos mo, para Lacan hay algo más allá del
años más tarde por Lacan en su semi- principio de placer y es el principio de
nario XVII, revela claramente la posi- deseo. Cuando este pensador francés
ción del sujeto barrado y aquello que habla de deseo, se refiere directamente
subsiste en él como lo es el pequeño al Otro, quien a partir del goce obte-
objeto “a”. Según este autor: nido del usufructo del pequeño objeto
“a” dentro del discurso, determina esa
Con respecto al Otro, el sujeto que tendencia a la estabilidad para sus pro-
depende de él se inscribe como un
cociente. Está marcado por el rasgo 35
Jacques Lacan, Seminario X: la angustia (Bue-
unario del signifcante en el campo nos Aires: Paidós, 2006), 36.
del Otro (…) Por eso los dos térmi- 36
Jacques Lacan, Los cuatro conceptos funda-
nos $ y a, el sujeto marcado por la mentales, 46.

29
Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

pios intereses. No cabe sino revelar el jeto en un determinado lazo social para
deseo para que el capitalismo te venda así comprender dicha búsqueda o sim-
un producto y te estabilice como prin- plemente la manera en cómo se obliga
cipio fundamental del placer. a un alojamiento en particular.

El placer fija los límites del alcance Lazo social: “determinación” del
humano: el principio del placer, es el pequeño objeto “a”
principio de homeostasis. El deseo,
por su parte, encuentra su cerco, su La determinación del pequeño ob-
proporción fijada, su límite, y en la jeto “a” hace referencia directa a cómo
relación con este límite se sostiene
éste se aloja en lo que se ha denomi-
como tal, franqueando el umbral im-
puesto por el principio de placer.37
nado lazo social, aclarando de manera
justificada que la concepción de sujeto
En consecuencia, cualquier forma en Lacan no deviene una connotación
de discurso ubica al sujeto para una ca- negativa o algún tipo de sofisma des-
dena de significantes y como una falta pectivo, como si fuese algo oscuro y
en el saber. Dicho sujeto se identifica socavado. Acá es preciso recordar que
y se aloja en cada forma del discurso, la crítica directa de Lacan es a la Mo-
pero sesionado, e incluso el pequeño dernidad, que cobijando una nueva
objeto a, que es lo que conserva al su- concepción de hombre bajo la dife-
jeto en tanto pulsión, queda en la ma- rencia de sujeto (razón), lo determinó
yoría de las formas del discurso deter- bajo una sola posibilidad: dominio so-
minado por él mismo, es decir, queda bre el objeto. Por tanto, iniciamos con
aparentemente interpretado por sí mis- una cita del mismo Lacan:
mo en la búsqueda de su subjetividad a
partir de su pulsión y deseo. “Debido a Primero puse el acento en la reparti-
ción que constituyo al oponer, en lo
la existencia del inconsciente, nosotros
que toca a la entrada al inconsciente,
podemos ser ese objeto afectado por el los dos campos del sujeto y del Otro.
deseo. Incluso es en tanto que marcada El Otro es el lugar donde se sitúa en
de este modo por la finitud que nuestra la cadena del significante que rige
falta, la nuestra, como sujeto del in- todo lo que, del sujeto, podrá hacer-
consciente, puede ser deseo, deseo fi- se presente, es el campo del viviente
nito”38. En definitiva, esto nos conduce donde el sujeto tendrá que aparecer.
Y he dicho que, por el lado de ese
directamente, a ampliar el asunto del
ser viviente, llamado a la subjetivi-
discurso desde el alojamiento del su- dad, se manifiesta esencialmente la
pulsión.39
37
Jacques Lacan, Seminario X: la angustia, 39.
38
Ibíd., 35. 39
Jacques Lacan, Seminario XVII. El reverso del

30
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

El esquema anterior, expuesto ren- cambiar de lugar los elementos en los


glones atrás, refiere precisamente a cuatro discursos, que son: el del amo,
que Lacan durante su seminario XVII de la histeria, del analista y del univer-
de 1969/1970, estableció esos cuatro sitario, tal como se denominarán en el
discursos en los cuales se ve reflejado seminario XVII. Para dar un ejemplo,
el vínculo o lazo social entre los suje- relacionemos el discurso del amo que
tos, significantes y el saber. En dicho explica Lacan. Para ello, proponemos
seminario, denominado el revés del analizar de manera sucinta dos discur-
psicoanálisis, se establecen cuatro lu- sos: el discurso filosófico-cristiano y
gares fijos de dicha estructura social o el discurso capitalista.
vínculo social. Allí, Lacan denomina a
dicho discurso como una estructura o Figura 4. Tomado de: Jacques Lacan,
Producción de los cuatro discursos.
un aparato con cuatro posiciones. Seminario XVII. El reverso del
psicoanálisis.
Figura 3. Tomado de: Jacques Lacan,
Impotencia de la verdad. Fuente:
Seminario XVII. El reverso del
psicoanálisis 2002

El discurso del amo es claro. En


la figura (3) el ejemplo sería el de la
misma historia de la filosofía en rela-
ción con el cristianismo, es decir, su
Como se evidencia en el esquema,
derivación. La filosofía de Platón lle-
hay un vínculo de poder y de domi-
gó a leerse en términos del platonismo
nación. Visualmente en la figura (2)
por el filósofo Plotino, quien desde
puede observarse cómo los elementos
la caracterización ya cristiana pone
ubicados arriba corresponden a lo que
el mundo de las ideas como lo pura-
está de manifiesto, visible y notorio en
mente determinante en la realidad,
el discurso, como lo habíamos nom-
denominando a éste el uno-Dios. Lue-
brado renglones atrás y cómo los ele-
go, el padre de la Iglesia, San Agus-
mentos que aparecen abajo represen-
tín de Hipona, efectúa un discurso de
tan lo oculto y oscuro del discurso. Lo
las categorías de Platón y elabora su
interesante del esquema propuesto por
propuesta en su texto la Civitatis Dei
Lacan, consiste fundamentalmente en
(la Ciudad de Dios) y pone de nuevo
un mundo verdadero al cual todos los
seres humanos, mortales, debemos
psicoanálisis (Buenos Aires: Editorial Paidós,
2006 a), 32. aspirar, pero también alcanzar. Dicho

31
Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

discurso lo adoptará la Iglesia romana producción referirá al sujeto $ que está


para establecer que el mundo verdade- perdido desde el origen, dependiendo
ro, los fundamentos de la historia de así de un amo que lo sostenga. En este
la humanidad y el de los individuos, caso sería así:
es Dios.
Los efectos de este discurso crea- Figura 5. Tomado de: Jacques Lacan,
ron diversas formas de acceder a di- Discurso del capitalismo. Fuente:
cho mundo verdadero, cosa que traerá Conferencia de Milán. 1972
consigo lo que históricamente ya se
conoce: imposiciones, inquisiciones,
limitaciones, concepciones diversas
del mundo medieval (desde la risa y
desde lo culto), guerras, prohibicio-
nes, transgresiones, entre otros. Mi-
remos entonces un posible análisis
desde Lacan: S1 representa el discur- Si se nota, el sujeto (figura 4) ocu-
so amo, el discurso platónico (y no pa el lugar del amo, pero éste a su vez
necesariamente de Platón), el cual in- se esconde en el sujeto $, volviéndose
terpela y pone a trabajar al significante más fuerte, menos localizable, identi-
expreso en el saber S2, en este caso, la ficable y más aún, inatacable. S1 que
institucionalización en la iglesia cris- es el capitalismo, se ubica en el real
tiana-romana del discurso platónico del individuo o sujeto $, quien cree o
del mundo verdadero. Éste, a su vez, supone un saber para poner a traba-
producirá para él un objeto-plus de jar al sujeto S2, que sigue obteniendo
goce “a” como posible respuesta a ese un plus de aquello que produce aho-
deseo, y, por último, la verdad del amo ra la verdad. Este tipo de discurso es
será su propia división como sujeto $. lo que se convierte en el fundamento
Este ejemplo también se aplica di- de las relaciones sociales, en especial,
rectamente al asunto del capitalismo aquellas derivadas del capitalismo. Un
que Lacan propone en su seminario discurso que se esconde para un suje-
XVII de 1969/1970, y que traemos to que se encuentra en el lugar de la
acá de manera sucinta para efectos verdad, pero que realmente trabaja y
de representación de los alcances del produce para una estructura aún más
discurso. Si cambiáramos los luga- fuerte.
res en esta misma línea del discurso
y ubicáramos al sujeto dividido $ en El problema es que con el capita-
lugar del amo S1, tendríamos que el lismo, estamos más bien en el nivel
de una respuesta. Una respuesta sin
pequeño objeto “a”, el plus de goce o escapatoria y no una pregunta. Este

32
Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

goce, reducido ciertamente al plus- La pregunta fuerte entonces sería:


de-gozar, se impone implacablemen- ¿Cómo el sujeto puede sostenerse o
te. Sea los que fuere lo que el sujeto al menos resistir en este tipo de lazos
haga, está apresado en el orden anó-
nimo de la economía, que hace de su
sociales? Y más aún, ¿cómo puede
fuerza un objeto calculable. Incluso mantener su propio goce sin ser deter-
se puede decir que su deseo también minado por otro tipo de goce ajeno, en
deviene calculable. La industria lo este caso el del saber, el de la religión?
calcula de modo de vender lo que Sostenerse como individuo y como
produce, y eventualmente, actúa so- sujeto en un lazo social es complejo
bre este deseo.40
debido a que allí el sujeto no tiene nin-
gún vínculo con su propio goce y con
Por otro lado, el goce del pequeño su propio deseo, ya que a esto se le im-
objeto “a”, que antes era aquello que pone el significante.
no podría conocerse, ahora es determi- El asunto de fondo lo establece el
nado por el acceso al consumo, al mer- mismo Lacan:
cado y al puro capitalismo salvaje. El
goce es capitalizable. A partir de éste El revés (del psicoanálisis) no ex-
se obtiene más dinero, más objetos de plica ningún lugar. Se trata de una
uso, más artículos para belleza, más relación de trama, de texto, si quie-
salud, más cirugías estéticas e incluso, ren, de tejido. Lo que no quiere decir
se calculan los orgasmos en una rela- que ese tejido tenga un relieve y que
atrape algo. Esta palabra sólo tiene
ción “sexual” debido a que el goce,
existencia en el lenguaje. El len-
que dirige su mirada a la “verdad”, a guaje muestra precisamente el límite
lo originario en términos heideggeria- que aún existe en el mundo respecto
nos, al sujeto $, realmente dirige todo del discurso donde no todo es como
su plus al discurso S1 amo, al capita- lo digo en serio, sí quieren, el todo
lismo que impone de manera socavada como tal se refuta y se apoya incluso,
el modo de acceso al goce representa- por deber, a ser reducido en su em-
pleo. Digo esto para introducirnos
do en la verdad $ y al enigma ¿quién
en lo que hoy será el objeto de un
soy yo? acercamiento absolutamente esencial
Esto sería entonces la perversión a los fines de demostración de lo que
del discurso que pone al pequeño ob- es un revés. Revés es asonante con
jeto “a” a perderse desde el comienzo verdad.41
del mismo discurso.
Ahora bien, cabe aclarar que cuan-
do Lacan habla estrictamente de lazos
40
Moustapha Safouan, Lacaniana. Los semina-
rios de Jacques Lacan, 1953-1963 parís, fayard 41
Jacques Lacan, Seminario XVII. El reverso del
(Buenos aires: Paidós, 2003), 186-187. psicoanálisis, 43.

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sociales lo hace en términos de aná- de evidenciar el doble nacimiento de


lisis del sujeto, a condición de decir cada sujeto que compone la humani-
por ello que lo social constituye una dad. El primero, desde lo orgánico y
dimensión estructural del sujeto, es desde el lenguaje. Y el segundo, des-
decir, lo sujeto del individuo. Su sub- de aquello que posibilita el encuen-
jetividad es lo mismo que el sujeto de tro con el mundo y con el espacio del
lo colectivo o como lo hemos estu- otro. Así, el lazo social no equivale al
diado: objeto del lazo social. El lazo menos directamente a la sociedad. “La
social refiere a que el sujeto no está situación de este esclavo (el sujeto) en
solo con su yo o es un tipo de solip- el proceso es precisamente la de una
sismo. Éste siempre está en el campo autorrelación en el sentido hegeliano
del Otro, es del Otro de quien el sujeto (la relación del esclavo con el amo) y
recibe el mensaje que emite; incluso en el sentido freudiano (la relación del
dicho campo no sólo precede al sujeto ego con el ideal del egó)”43. En pocas
mismo, sino que como vimos renglo- palabras, a Lacan no le interesa saber
nes atrás, lo determina. cómo se mueve el que domina o el do-
minado, la víctima o victimario, sino
Los ideales sociales del sujeto pue- comprender cómo la sociedad se ve
den ser considerados como un con- fragmentada por los diversos lazos so-
junto reconocible de atributos que
ciales representados en los discursos,
mantienen una relación lógica de
vinculación entre ellos, conjunto
en especial aquellos que devienen pro-
de atributos (lealtad, cortesía, ho- ducción a partir del deseo del sujeto.
nestidad, o autonomía, para poner
algunos ejemplos) que se asocian a A modo de conclusión
figuras sociales del sujeto (la mujer
liberada, el trabajador eficiente, el En definitiva, es Lacan quien nos
ciudadano consciente, etc.).42 permite entender la fragilidad actual
de los vínculos o lazos sociales. Su
Los discursos, por tanto, represen- descomposición se debe fundamental-
tan una relación esencial de la que mente a que un discurso que aparente-
procede un particular vínculo social. mente se ubica en un lazo de identidad
Cada discurso según sea el caso, fija, con el sujeto, recluta un objeto para su
en efecto, un lazo social diferente. Por propio goce y su propia producción.
eso, Sauret establece que acá se pue- Llámese discurso ideológico-religio-
so, beligerante, cultural, político, esté-
42
Khatya Araujo, Dignos de su arte. Sujeto y lazo
social en Perú de las primeras décadas del si-
glo XX (Chile: Universidad de Santiago de chile, 43
Slavoj Zizek, Lacan: los interlocutores mudos
2003), 16. (Madrid: Akal, 2010), 104.

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Calle Zapata, Mauricio. El sujeto y lazo social en Jacques Lacan como un pensar
la Modernidad fuera del sujeto moderno
Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

tico, etc., hacen del sujeto una mímesis la economía capitalista, los discursos
o cosificación puesta entre lo real apa- emocionales, la publicidad, los me-
rente o imaginario. Asimismo, y es la dios de comunicación, entre otros, se
peor de las causas de la fragmentación establecieron como la panacea o como
social, es que ante esa pregunta ¿quién el canon regulador de toda pregunta
soy yo? que refiere directamente a un auténticamente vital y existencial. Un
desconocimiento de aquello que falta sujeto que se angustia es un sujeto que
en el sujeto, el discurso provee el plus resiste la división o escisión por parte
para que el sujeto intente crear (pura de ese gran Otro, que no es otra cosa
simulación) una respuesta a este enig- que lo ignorado o lo inadvertido por
ma, que no es originaria de sí, sino que el sujeto.
impone el Otro desde su discurso.

El gran Otro, que habla en el discurso


del inconsciente, sería entonces no el
sujeto del discurso de lo ideológico,
Dios, el Sujeto, etc., sino el propio
discurso de lo ideológico instaurado
como sujeto del discurso del incons-
ciente y en la forma específica de di-
cho sujeto, es decir, como efecto de
este discurso, presente en los signi-
ficantes del mismo como ausente por
representación bajo un significante.44

Finalmente, podemos concluir que


la pregunta fundamental del psicoaná-
lisis o el problema fundamental al que
hay que dar respuesta es la angustia.
El problema realmente deviene de
cómo dicha angustia, que antes era
propiamente elaborada por el indivi-
duo desde sus experiencias vitales,
ahora es elaborada por una estructura
del discurso, es decir, por un artificio
o una copia. La religión, la política,

44
Louis Althusser, Escritos sobre psicoanálisis
Freud y lacan (Madrid: Siglo XXI, 1996), 127.

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Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018

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