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Comunicación y Lenguaje.
Nombre:
Fransella Geimara Reyes Ruíz. #19012066
Docente:
Iván Sandino.
Para el hablante español medio, la autoridad máxima, algo así como el tribunal suprem
idioma, es la Real Academia Española. Esta institución oficial nació, en 1713, con un ca
exclusivamente técnico (diferente del de hoy, que es en gran parte honorífico) y con una fin
muy definida, que está de manifiesto en su lema: Limpia, fija y da esplendor.
Es decir, su misión era, basándose en el uso de los mejores escritores, establecer una
precisa y bella de la lengua, exenta de impurezas y elementos superfluos. Con tal ob
compuso la Academia su célebre Diccionario en seis volúmenes llamado "de Autoridades"
1739), y más tarde su Ortografía (1741) y su Gramática (1771). La autoridad que desde un pr
se atribuyó oficialmente a la Academia en materia de lengua, unida a la alta calidad de la p
de sus obras, hizo que se implantase en muchos hablantes -españoles y americanos-, hasta
idea de que la Academia "dictamina" lo que debe y lo que no debe decirse. Incluso entre pe
cultas es frecuente oír que tal o cual palabra "no está admitida" por la Academia y que por lo
"no es correcta" o "no existe".
En esta actitud respecto a la Academia hay un error fundamental, el de considerar que alguie
una persona o una corporación- tiene autoridad para legislar sobre la lengua. La lengua es
comunidad que la habla, y es lo que esta comunidad acepta lo que de verdad "existe", y es
el uso da por bueno lo único que en definitiva "es correcto".
JAIMITO.- ¡Que no me da la gana! ¿Qué pasa, eh? Se mete el tío que te gusta con otra cho
aquí, tan tranquilamente. Es que eres, tía, como la sábana de abajo. ¡Qué pachorra, y qué...!
CHUSA.- ¿Quieres que me ponga a llorar o que llame a los bomberos? Además, ayer se lo
nosotros, ¿no?
JAIMITO.- Ayer era ayer, y hoy es hoy... Estábamos los cuatro... era otra cosa. ¡Así no me da l