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Monición de entrada

Les damos una cordial bienvenida, queridos hermanos, en este día


del Señor. Dios ha querido reunirnos en torno a este altar, para
celebrar, como una sola familia cristiana, esta Santa Misa,
memorial de la Pascua del Señor, hacia la que nos encaminamos
en cada domingo de cuaresma. Hoy llegamos ya a la mitad de esta
etapa cuaresmal. Con el tercer domingo de Cuaresma, Cristo
quiere hacerse presente como esa fuente del alimento que nunca
perece.

Sedientos y hambrientos de ese alimento celestial, comencemos


esta santa Misa, cantando el canto de entrada. De pie por favor.

Moniciones a las lecturas

Opción 1: Monición única para todas las


lecturas
El carácter bautismal de la Cuaresma del ciclo A se pone
especialmente de manifiesto en los tres últimos domingos de este
tiempo litúrgico. De ahí que las lecturas de hoy estén centradas en
el simbolismo del agua. El Señor hace brotar agua de una roca,
según la primera lectura. En el evangelio de Juan se atreve afirma
que el verdadero “don de Dios” es el agua viva del Espíritu que
Jesús da a quien se la pide. Y Pablo habla del amor que Dios
“derrama” sobre el corazón de los creyentes. Siempre que, como
nos advierte el salmo, no sea un corazón endurecido. No
endurezcamos nuestros corazones y escuchemos atentos esta
Palabra. 

Opción 2: Moniciones para cada lectura


 Primera lectura (Éxodo 17, 3-7)
La página que leeremos del libro del Éxodo, nos presenta un
episodio de rebelión y protesta por parte del pueblo hacia Moisés:
acontecimiento que ha quedado en la historia de Israel como "el
día de Meribá y Massá en el desierto, y lo cantaremos en el salmo
del día de hoy

 Salmo responsorial (Salmo 94)


El salmo 94 nos invita a elevar alabanzas y vítores el Señor,
porque "él es nuestro Dios y nosotros su pueblo", y también a no
endurecer nuestro corazón al Señor, como hizo el pueblo de Israel,
en el episodio que leíamos en la primera lectura. Nos unimos al
salmista diciendo:

 Segunda lectura (Romanos 5, 1-2. 5-8)


San Pablo resalta en esta lectura la salvación que nos ha venido
de Cristo, por medio de él y de su entrega pascual, y precisamente
cuando todavía éramos enemigos de Dios y pecadores.

 Evangelio (Juan 4, 5-42)


El episodio del diálogo de Jesús con la mujer samaritana junto al
pozo de Siquem, que hoy nos relata el Evangelio de San Juan, es
realmente expresivo y rico en sugerencias, especialmente en
nuestro camino Cuaresmal, hacia la Pascua con Cristo.
Preparémonos para escuchar con atención cada uno de los
detalles.

Oración de los fieles


1.  Por el Papa, obispos y sacerdotes, para que el Espíritu
Santo les siga nutriendo su fe, para guiar a la Iglesia aún en
los momentos más conflictivos de su historia. Oremos.
2. Por los gobernantes de nuestro país, para que sepan
administrar con sabiduría los bienes del Estado. Oremos.
3. Para que el hambre y la sed de quienes carecen de lo
necesario para el sustento diario, sea suplido por quienes
han recibido de Dios abundancia material. Oremos.
4. Por las víctimas del Coronavirus, para que reciban su
tratamiento y sanación pronta. Oremos 
5. Por los que estamos reunidos hoy en torno al altar, para que
el alimento que Cristo nos ofrece sea solo la primicia de ese
banquete que nos permita Dios disfrutar en su
reino. Oremos.

Presentación de las ofrendas


Llevemos ahora al altar el pan y el vino, fruto de la tierra y del
trabajo del hombre, que hoy se convertirán en el Cuerpo y la
Sangre de Jesús. Cantemos todos.

Comunión
"El que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed", ha
dicho hoy Jesús a la Samaritana. Nosotros acerquémonos a comer
de ese alimento que nos da la vida eterna.

Final
Como la Samaritana fue a su pueblo a contarle sobre su encuentro
con el Mesías, nosotros vayamos ahora presurosos a contar lo que
aquí hemos vivido.

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