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Malos tiempos para la mujer

Carmen Domingo

Pocos días antes del 25N, Día Internacional contra la Violencia de Género, y con ya 44
mujeres asesinadas en lo que va de año, en la desgraciadamente conocida por todos,
Audiencia Provincial de Navarra, tras el juicio de “La Manada”, han condenado a un
hombre a diez meses de cárcel por maltrato ocasional, tras reconocer este que acudió a
la casa familiar y atacó con un cuchillo a su esposa, pero, al fin, dejó de estrangularla, al
escuchar los gritos de sus hijos pidiendo que no la matara. El mismo día, ahora en la
Audiencia de Lleida, dos hombres fueron absueltos porque la víctima, “si bien lloraba y
les decía que no”, no fue capaz de expresar su negativa de forma física. Seguramente,
mañana habrá dos o tres noticias más similares, así como las ha habido, ayer, anteayer,
y prácticamente todos los días del año, se lo puedo asegurar. Porque, por si no está
explicado con claridad, no es solo la violencia de género un problema, una plaga que
nos ahoga en este siglo a las mujeres ⎯y quiero pensar que también a muchos hombres⎯,
sino, y diría que mucho más, la verdadera plaga es lo barato que resulta en nuestro país
ejercerla. Para los violentos, claro está, que no para las víctimas.
Mentira me parece que, ya en pleno siglo XXI, nuestros periódicos se hayan
convertido en un parque temático de la violencia de género, donde no pasan 24 horas sin
que conozcamos una, o varias, noticias nuevas al respecto. Y luego… una Justicia que
absuelve por delito de violación, condenando por delito sexual; una Justicia que tarda en
dictar órdenes de alejamiento, tanto que muchas veces llega con la denunciante ya
camino del tanatorio; una Justicia que no retira la custodia a padres maltratadores con
sentencia hasta que estos acaban retirando a sus hijos de la vida; una Justicia que parece
dudar de la maltratada, salvo si esta ha sido asesinada… Una Justicia, en fin, que sigue
siendo patriarcal, tanto que la han escrito los hombres para acabar ellos mismos
aplicando las leyes que sufrimos las mujeres ⎯pocas mujeres en los mandos legales,
todavía⎯. Una Justicia a la que las mujeres nos acercamos buscando… Justicia y
acabamos encontrándonos frente a togas y ribetes que aplican unas leyes obsoletas que
nos dejan a merced de los maltratadores.
Sabiendo ya que de poco a nada sirven los minutos de silencio, los hashtags de
denuncia, o la enorme labor de concienciación que se está realizando, sobre todo entre
las mujeres. Parece claro que es urgente cambiar las leyes, que algo tan obvio como la
feminización de la Justicia es ya de una necesidad imperiosa, pero… ¿qué hacemos las
mujeres mientras tanto para defendernos, ya no solo de los maltratadores, sino también
de esa Justicia que vive de espaldas a nuestras propias realidades?
Porque, mientras cambiamos los jueces y las leyes, mientras exigimos un cambio
en la legislación para proteger a las víctimas y perseguir al delincuente, lo único que
cambian son mujeres vivas por mujeres muertas y, o exigimos esos cambios de forma
inmediata, o llegarán tarde para las cinco mujeres que serán asesinadas en diciembre de
este año y las de cada uno de los meses siguientes de 2019.

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