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Teofilo Lazaro hernandez.

Un estudio profundo del capitulo 22;1 del salmista david.

Leamos acontinuacion el texto biblico que analizaremos.

Salmo 22;1. Al Músico principal, sobre Ajeleth-sahar: Salmo de David.DIOS mío, Dios mío, ¿por qué me
has dejado? ¿por qué estás lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

INTRODUCCIÓN.-

Este salmo, que refleja el más intenso padecimiento .

(Este padecimiento)es designado como salmo “profético y mesiánico”.

También se lo ha denominado el “Salmo de la cruz”.

(Se le llama el salmo de la cruz) a causa de las aplicaciones que de él hacen escritores del NT para
referirse a los sufrimientos del inmaculado Hijo de Dios. cuando pareció que su Padre lo había olvidado a
pesar de que había depositado toda su confianza en él.

En ninguna parte del salmo hay confesión de pecado ni dejo de amargura.

Las figuras (expreciones humanas) son características de David y abundan las expresiones que se repiten
en otros salmos atribuidos a él.

Aunque el salmista (David) parece relatar su propia experiencia, las frecuentes referencias a este salmo
en el NT atestiguan el carácter mesiánico.

(Veamos los siguientes textos del nuevo testamento) (Mat 27:35; Mat 27:39; Mat 27:43; Mat 27:46; Mar
15:24; Mar 15:34; Luc 23:34; Luc 23:35; Jn 19:24; Jn 19:28).

Textos En cuanto al principio de la aplicación mixta y doble, ver com. Deu 18:15.

El salmo consta (divide) de dos partes.

1- Los Sal 22:1-21 expresan la congoja y la plegaria del que sufre.

2- Los Sal 22:22-31 son el agradecimiento por la liberación efectuada.

(Podemos ver que) se pasa abruptamente de la angustia a la alabanza.

Elena de White nos ayuda a comprender los rasgos mesiánicos de este salmo (leamos) (DTG 690-705).

(Vemos que) Armonizan notablemente con el sentido de este salmo las estrofas del poema de Gerhardt,
que junto con las armonías de J. S. Bach forman el conmovedor coral .(dice)“Oh Rostro Ensangrentado”:
¡Oh rostro ensangrentado, imagen del dolor, que sufres resignado la burla y el furor! Soportas la tortura,
la saña, la maldad; en tan cruel amargura, ¡qué grande es tu bondad! Cubrió tu noble frente la palidez
mortal, cual velo transparente de tu sufrir, señal. Cerróse aquella boca, la lengua enmudeció, la fría
muerte toca al que la vida dio. Con referencia al sobrescrito, ver págs. 622, 634.

(Veamos la exprecion) Dios mío. Heb. ‘Eli.

vocablo aquí traducido como “Dios”, ver t. I, pág. 180.

El posesivo “mío”.

parece añadir un toque de amorosa fe a la aparente desesperación del resto del versículo.

La fe lucha con el temor.

¿Por qué?

(Esta pregunta) Es el clamor de un hijo desesperado que no puede comprender por qué su padre lo ha
abandonado.

Me has desamparado. Fleb. ‘azabtani.

En Mat 27:46 y Mar 15:34 se escribe sabajtani, lo cual representa la transliteración griega del arameo,
idioma en el cual Jesús pronunció esas palabras.

Clamor. Heb. she´agah, vocablo con que se describe el rugido de un león

(Veamos algunos textos como ejemplo)

(Job 4:10; Isa 5:29; Eze 19:7; Zec 11:3).

Cuando se lo emplea en relación con un ser humano, debe entenderse como sin intenso clamor ( Sal
32:3).

Leer el libro DTG 701-704..

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