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Salmo 22;1. Al Músico principal, sobre Ajeleth-sahar: Salmo de David.DIOS mío, Dios mío, ¿por qué me
has dejado? ¿por qué estás lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
INTRODUCCIÓN.-
(Se le llama el salmo de la cruz) a causa de las aplicaciones que de él hacen escritores del NT para
referirse a los sufrimientos del inmaculado Hijo de Dios. cuando pareció que su Padre lo había olvidado a
pesar de que había depositado toda su confianza en él.
Las figuras (expreciones humanas) son características de David y abundan las expresiones que se repiten
en otros salmos atribuidos a él.
Aunque el salmista (David) parece relatar su propia experiencia, las frecuentes referencias a este salmo
en el NT atestiguan el carácter mesiánico.
(Veamos los siguientes textos del nuevo testamento) (Mat 27:35; Mat 27:39; Mat 27:43; Mat 27:46; Mar
15:24; Mar 15:34; Luc 23:34; Luc 23:35; Jn 19:24; Jn 19:28).
Textos En cuanto al principio de la aplicación mixta y doble, ver com. Deu 18:15.
Elena de White nos ayuda a comprender los rasgos mesiánicos de este salmo (leamos) (DTG 690-705).
(Vemos que) Armonizan notablemente con el sentido de este salmo las estrofas del poema de Gerhardt,
que junto con las armonías de J. S. Bach forman el conmovedor coral .(dice)“Oh Rostro Ensangrentado”:
¡Oh rostro ensangrentado, imagen del dolor, que sufres resignado la burla y el furor! Soportas la tortura,
la saña, la maldad; en tan cruel amargura, ¡qué grande es tu bondad! Cubrió tu noble frente la palidez
mortal, cual velo transparente de tu sufrir, señal. Cerróse aquella boca, la lengua enmudeció, la fría
muerte toca al que la vida dio. Con referencia al sobrescrito, ver págs. 622, 634.
El posesivo “mío”.
parece añadir un toque de amorosa fe a la aparente desesperación del resto del versículo.
¿Por qué?
(Esta pregunta) Es el clamor de un hijo desesperado que no puede comprender por qué su padre lo ha
abandonado.
En Mat 27:46 y Mar 15:34 se escribe sabajtani, lo cual representa la transliteración griega del arameo,
idioma en el cual Jesús pronunció esas palabras.
Cuando se lo emplea en relación con un ser humano, debe entenderse como sin intenso clamor ( Sal
32:3).