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NOVENA VIRGEN LA MILAGROSA

DIA PRIMERO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del primer día: Lucas 1,26-31.

Meditación: Cuando María recibió el anuncio del ángel y aceptó los planes de Dios, no
conocía muchos detalles, pero se puso ciegamente en las manos de su Señor. Ese será el
mérito de nuestra fe: confiar plenamente en la bondad y providencia divinas.

Breve historia

En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena -la del 18 de julio de
1830- se apareció por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la
Caridad de San Vicente de Paúl.

Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y
compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos.

¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos!
Que tu recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que
sufren y lloran en desamparo.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA SEGUNDO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del segundo día: Lucas 1, 30-38

Meditación: María creyó en su Hijo, Jesús, en todo momento, aún crucificado y muerto.
Cree en Dios, en el amor de Dios, y cree cuando las cosas te salgan bien y cuando te salgan
mal. Que nada te haga dudar del amor de Dios.

Profundización

En su primera aparición, la Virgen Milagrosa enseñó a Santa Catalina la manera como


había de portarse en las penas y tribulaciones que se avecinaban.

"Ven al pie de este altar –le decía la celestial Señora-, aquí se distribuirán las gracias sobre
cuantas personas las pidan con confianza y fervor, sobre grandes y pequeños."

Que la Virgen de la santa medalla y Jesús del sagrario sean siempre luz, fortaleza y guía de
nuestra vida.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA TERCERO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del tercer día: Juan 13, 34-35

Meditación: En su vida, María se preocupaba más por amar que por comprender, vivía todo
en la dimensión del amor. ¡Qué distinta sería nuestra vida cristiana si en todo nos moviera
clamor, si el amor fuera la explicación de nuestras actitudes y reacciones!

Profundización

En sus confidencias le dijo la Virgen Milagrosa a Sor Catalina: "Acontecerán no pequeñas


calamidades. El peligro será grande. Llegará un momento en que todo se creerá perdido.
Entonces yo estaré con vosotros: tened confianza…"

Refugiémonos en esta confianza, fuertemente apoyada en las seguridades que de su


presencia y de su protección nos da la Virgen Milagrosa. Y en las horas malas y en los
trances difíciles no cesemos de invocarla: "Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros".

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA CUARTO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del cuarto día: Carta a los Romanos 8, 14-17

Meditación: El Espíritu de Dios condujo a María a la realidad de la redención. Como


María, el cristiano que se deja conducir por el Espíritu Santo, llegará a una eminente
santidad y la luz de la fe lo iluminará para conocer las cosas de Dios y gustar de ellas.

Profundización

En la tarde del 27 de noviembre de 1830, baja otra vez del Cielo la Santísima Virgen para
manifestarse a Santa Catalina Labouré.

De pie entre resplandores de gloria, tiene en sus manos una pequeña esfera y aparece en
actitud extática, como de profunda oración. Después, sin dejar de apretar la esfera contra su
pecho, mira a Sor Catalina para decirle: "Esta esfera representa al mundo entero… y a cada
persona en particular".

Como el hijo pequeño en brazos de su madre, así estamos nosotros en el regazo de María,
muy junto a su Corazón Inmaculada. ¿Podría encontrarse un sitio más seguro?

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.
Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA QUINTO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del quinto día: Juan 2, 1-10

Meditación: Ninguna realidad puede causar en nosotros una alegría tan sentida y tan
duradera como la de sabernos hijos de Dios e hijos de María. Ten presente a María en todos
los momentos de tu vida. Si vas con ella, no te desviaras.

Profundización

De las manos de María Milagrosa, como de una fuente luminosa, brotaban en cascada los
rayos de luz. Y la Virgen explicó: "Es el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre
cuantas personas me las piden", haciéndome comprender -añade Santa Catalina- lo mucho
que le agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende.

La Virgen Milagrosa es la Madre de la divina gracia que quiere confirmar y afianzar


nuestra fe en su omnipotente y universal mediación. ¿Por qué, pues, no acudir a Ella en
todas nuestras necesidades?

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA SEXTO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del sexto día: Hechos de los Apóstoles 1, 12-14

Meditación: Toda comunidad debe tener una cabeza y un corazón: la comunidad cristiana
tiene a Jesucristo como cabeza y a María como corazón. Si quieres que tu apostolado sea
fecundo y que el cansancio no te venza, ponte siempre bajo la protección de María.

Profundización

Como marco "¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a
Vos!".

Y enseguida oyó una voz que recomendaba llevar la medalla y repetir a menudo aquella
oración-jaculatoria, y prometía gracias especiales a los que así lo hiciesen.

¿Dejaremos nosotros de hacerlo? Sería imperdonable dejar de utilizar un medio tan fácil de
aseguramos en todo momento el favor de la Santísima Virgen.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA SEPTIMO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del sexto día: Hechos de los Apóstoles 1, 12-14

Meditación: Toda comunidad debe tener una cabeza y un corazón: la comunidad cristiana
tiene a Jesucristo como cabeza y a María como corazón. Si quieres que tu apostolado sea
fecundo y que el cansancio no te venza, ponte siempre bajo la protección de María.

Profundización

Como marco "¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a
Vos!".

Y enseguida oyó una voz que recomendaba llevar la medalla y repetir a menudo aquella
oración-jaculatoria, y prometía gracias especiales a los que así lo hiciesen.

¿Dejaremos nosotros de hacerlo? Sería imperdonable dejar de utilizar un medio tan fácil de
aseguramos en todo momento el favor de la Santísima Virgen.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA OCTAVO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del octavo día: Lucas 1, 46-55

Meditación: María oraba y meditaba el mensaje de salvación de Dios a su pueblo. La


Palabra de Dios nos habla, nos cuestiona, nos alienta; por lo tanto es preciso leerla,
meditarla y vivirla con fidelidad.

Profundización

Fueron tantos y tan portentosos los milagros obrados por doquier por la nueva medalla
(conversiones de pecadores obstinados, curación de enfermos desahuciados, hechos
maravillosos de todas clases) que la voz popular empezó a denominarla con el sobrenombre
de la medalla de los milagros, la medalla milagrosa; y con este apellido glorioso se ha
propagado rápidamente por todo el mundo.

Deseosos de contribuir también nosotros a la mayor gloria de Dios y honor de su Madre


Santísima, seamos desde este día apóstoles de su milagrosa medalla.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


DIA NOVENO

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el


nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Oración para todos los días

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a ti, lleno de
confianza y amor, a implorar tu maternal protección y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del Cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo
la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

Lectura bíblica del noveno día: 1º Carta de Juan 4, 7-14

Meditación: La paz, como el amor, es un fruto de nuestra unión con Dios. La Virgen María
es la Reina de la paz, da la paz al alma que acude a ella por la devoción, construye la paz en
los hogares que la invocan y por ella la sociedad llegará a una paz duradera.

Profundización

Las apariciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa constituyen indudablemente una de


las pruebas más exquisitas de su amor maternal y misericordioso.

Amemos a quien tanto nos amó y nos ama. "Si amo a María -decía San Juan Bérchmans-
tengo asegurada mi eterna salvación".

Como su feliz vidente y confidente, Santa Catalina Labouré, pidámosle cada día a Nuestra
Señora, la gracia de su amor y de su devoción.

Súplica a Nuestra Señora

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos
abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza
en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas,
osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes
necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla
Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino
Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre
verdaderamente cristianos. Así sea.

Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha.
¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de
Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la
castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del
bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea.

Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Acto de Consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

¡Oh, Virgen Madre de Dios, María Inmaculada!, nosotros te ofrecemos y consagramos,


bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, nuestro cuerpo, nuestro corazón,
nuestra alma y todos nuestros bienes espirituales y temporales. Haz que esta Medalla sea
para cada uno de nosotros una señal cierta de tu afecto y un recuerdo imperecedero de
nuestros deberes hacia ti. Y que al llevar tu Medalla nos guíe siempre tu amable protección
y nos conserve en la gracia de tu divino Hijo. ¡Oh, poderosísima Virgen, Madre de nuestro
Salvador!, consérvanos unidos a ti en todos los momentos de nuestra vida. Alcánzanos a
todos nosotros, tus hijos, la gracia de una buena muerte, a fin de que, juntos contigo,
podamos gozar un día de la celeste beatitud. Amén.

Oración final

Oh, María, sin pecado concebida,


ruega por nosotros que recurrimos a ti.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
¡Bienaventurada tú que has creído!
tu corazón fue traspasado
junto con el corazón de tu Hijo
y ahora no cesas de interceder por nosotros.
Te consagramos nuestras fuerzas
y disponibilidad para estar
al servicio de la evangelización.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ROSARIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
(Medalla Milagrosa)

En el inicio: "Oh Maria sin pecado Concebida, rogad por nosotros


que recurrimos a Vos!" (3 veces)

Se contemplan los siguientes Misterios (6):


1º: La Inmaculada concepción de Maria Santísima.

2º: El Nacimiento e Infancia de Nuestra Señora.

3º: Nuestra Señora en la anunciación del Ángel.

4º: Nuestra Señora en la Vida Pública de Jesús.

5º: Nuestra Señora al pie de la Cruz.

6º: Nuestra Señora en la Gloria del Cielo.

En las cuentas grandes: Un Gloria.

En las cuentas pequeñas: "¡Oh Maria sin pecado Concebida, rogad


por nosotros que recurrimos a Vos!" (10 veces en cada Misterio)

Oración Final después de finalizar los seis Misterios.

"Recordaos oh Piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído


decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, e
implorado tu asistencia, haya sido abandonado de ti. Animado con
esta confianza, a ti acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes. Y
aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a
compadecer ante tu presencia soberana: no desatiendas, oh
Madre de Dios, mis súplicas. Antes bien, inclina a ellas tus oídos y
escúchalas favorablemente”. Amén
SANTO ROSARIO DE
JACULATORIAS
 A LA MEDALLA MILAGROSA
 

Por la señal de la Santa Cruz...


Felicitemos a la Santísima Virgen por el singular Privilegio de su
Concepción Inmaculada.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea.


Pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.
A ti celestial Princesa, Virgen Sagrada María
Yo te ofrezco, en este día, alma, vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes,

Madre mía, morir sin Tu bendición.

Atendiendo el deseo de la Virgen Santísima Milagrosa: recemos


con confianza y fervor las siguientes...

INVOCACIONES AL DULCÍSIMO NOMBRE DE MARÍA

PRIMERA INVOCACIÓN

Madre mía amantísima, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa,


en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, miserable
pecador(a).
Padre nuestro que estás en el cielo... Diez jaculatorias. ¡Oh María
sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

SEGUNDA INVOCACIÓN
Fuente de las divinas gracias, Santísima Virgen de la Medalla
Milagrosa, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis
pecados. (como la 1era invocación de las 10 jaculatorias..)

TERCERA INVOCACIÓN
Reina de cielos y tierra, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa,
sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos.
(como la 1era invocación...)

CUARTA INVOCACIÓN
Inmaculada, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa,
alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito
para mi salvación. (como la 1era invocación....)

QUINTA INVOCACIÓN
Abogada y refugio de nosotros pobres pecadores, Santísima
Virgen de la Medalla Milagrosa, asistidme en el trance de la
muerte y abridme las puertas del cielo. (como la 1era
invocación...)
Pídase la gracia que por intercesión de la Santísima Virgen se
desee alcanzar...

Y denle gracias por las ya obtenidas.


Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos
de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Señor nuestro Jesucristo, que quisisteis honrar con innumerables


milagros a vuestra Madre la Santísima Virgen María, Inmaculada
desde el primer instante de su Concepción, concédenos que,
implorando siempre su patrocinio, consigamos los goces eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Así sea.

Acudamos a la maternal protección y amparo de la Santísima


Virgen con la siguiente súplica (de San Bernardo):

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído


decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
hayan sido abandonados de Vos. Animado con esta confianza, a
Vos también acudo, ¡oh Virgen Madre de las vírgenes!, y, aunque
gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer
ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Purísima
Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y
atendedlas favorablemente.
(REZADA 0 CANTADA)

Salve Regina Mater misericordie...

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