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EXPOSITIVO
El texto expositivo tiene como objetivo informar y difundir conocimientos (=enseñar =finalidad pedagógica) sobre un
tema. La intención informativa hace que en los textos predomine la función referencial.
DIVULGATIVOS, es decir, textos que informan sobre un tema de interés. Van dirigidos a un amplio sector de público,
pues no exigen un conocimientos previos sobre el tema de la exposición (apuntes, libros de texto, enciclopedias,
exámenes, conferencias, coleccionables…)
ESPECIALIZADOS, es decir, textos que tienen un grado de dificultad alto, pues exigen conocimientos previos amplios
sobre el tema en cuestión (informes, leyes, artículos de investigación científica…)
PROCEDIMIENTOS DISCURSIVOS
Se trata de procedimientos que en ningún caso son exclusivos de la exposición, pero que sirven para desarrollar
contenidos.
PROCEDIMIENTOS ORGANITZATIVOS
La estructura de un texto expositivo no está determinada de antemano, depende de la finalidad perseguida en cada
caso. La selección de información que hace el emisor debe partir del conocimiento global del tema, fijar la perspectiva y
tener en cuenta los conocimientos que se presupone que tiene el receptor. La necesidad de que la exposición sea clara y
ordenada hace que el desarrollo de la información sea progresivo y equilibrado.
En la primera parte, el objetivo es presentar el tema del cual se hablará a lo largo del texto. En el desarrollo, es donde se
profundiza el contenido, aportando más detalles, más datos. Y en la conclusión, que no debe ser muy extensa, se realiza
un resumen de las principales ideas que se quiere transmitir al lector.
Además de esta forma de organización existe también la CLASIFICATORIA o condensada, que consiste en ofrecer la
información de forma resumida (listas, inventarios, tablas, esquemas, diagramas…)
EJEMPLO
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media
global, de la atmósfera terrestre y de los océanos, que posiblemente alcanzó el nivel de calentamiento de la época
medieval a mediados del siglo XX, para excederlo a partir de entonces.
Todas las recopilaciones de datos representativas a partir de las muestras de hielo, los anillos de crecimiento de los
árboles, etc., indican que las temperaturas fueron cálidas durante el Medioevo, se enfriaron a valores bajos durante
los siglos XVII, XVIII y XIX y se volvieron a calentar después con rapidez.2 Cuando se estudia el Holoceno (últimos 11
600 años), el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) no aprecia evidencias de que existieran
temperaturas medias anuales mundiales más cálidas que las actuales.2 Si las proyecciones de un calentamiento
aproximado de 5 °C en este siglo se materializan, entonces el planeta habrá experimentado una cantidad de
calentamiento medio mundial igual a la que sufrió al final de la Glaciación wisconsiense (último período glaciar);
según el IPCC no hay pruebas de que la posible tasa de cambio mundial futuro haya sido igualada en los últimos 50
millones de años por una elevación de temperatura comparable.
El calentamiento global está asociado a un cambio climático que puede tener causa antropogénica o no.
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno
(H2O). Es esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida. El término agua generalmente se
refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque la misma puede hallarse en su forma sólida llamada hielo, y en su
forma gaseosa denominada vapor. El agua cubre el 71% de la superficie de la corteza terrestre.2 Se localiza
principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes polares poseen
el 1,74%, los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales suponen el 1,72% y el
restante 0,04% se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres
vivos.
LA DESCRIPCIÓN
Es común que todos los individuos describan constantemente, sean abundantes o limitados los elementos que
incorporen, el hecho es que la atención al detalle y su traslación a sustantivos y adjetivos forma parte de la actividad
cotidiana. En realidad, sin que el hablante sepa cómo describir, justamente, a las descripciones, Helena Beristáin ha
desarrollado su propia definición: se trata de “una de las cuatro estrategias discursivas de presentación de personajes,
objetos, animales, lugares, épocas, conceptos procesos, hechos, situaciones, etc.”. De acuerdo con la investigadora, las
descripciones no sólo presentan, también fungen como narraciones, diálogos, monólogos y argumentación. Son pues,
por sí mismas estructuras discursivas. En otras palabras, las descripciones pueden ser entendidas como traslaciones, en
signos lingüísticos, de lo que el sujeto ha vivido, vive, percibe, ha visto, opina y recuerda. Se caracterizan sobre todo por
su carácter personal (alguien que haya atestiguado un crimen puede ofrecer a la policía una descripción muy particular
de la nariz del posible perpetrador, mientras que otra persona puede obviar ese detalle y haber puesto atención en una
cicatriz que el primer descriptor pudo no haber visto).
Algunas descripciones rayan en lo ordinario, mientras demuestran maestría en el manejo del lenguaje. A continuación,
algunos ejemplos:
“Con un rostro angelical y un cuerpo de tentación, Eugenia va por la vida robando corazones.”
“Inmaculada era una niña alta, delgada, con las piernas muy largas. Su hermano mayor le decía Lince, porque
apenas hacía algo que considerara malo por lo que podían regañarla, castigarla o pegarle echaba a correr y
nadie podía alcanzarla.”
“En esa infancia del trópico creció en él la convicción de que sus profesores no estaban debidamente preparados
y que debía superarlos. Iba a la Biblioteca del Estado, en las calles de Hidalgo, de la que se le permitía a Carlos
sacar libros, aunque estaba prohibido; el niño se los llevaba a su casa y los veía, pero no los entregaba en el
plazo acordado. En Villahermosa no había casi nada que hacer, excepto inventarse alguna actividad y así
disminuir el tedio.”
Todos estos ejemplos, sin importar su calidad y originalidad, coinciden con lo que Helena Beristáin precisa sobre las
descripciones: pueden referirse a la idiosincrasia, el físico de una persona (“sobre todo si se basa en su apariencia y
se infiere de sus acciones”), puede dar una idea de las costumbres o pasiones humanas, del modo de ser propio de
un protagonista (lo que se conoce como carácter), puede servir para establecer diferencias entre personajes,
trasladar al lector a lugares reales o imaginarios, épocas o, bien, tratar conceptos.
El primer ejemplo corresponde con una descripción sencilla de una fotografía de las que ilustran las páginas
centrales de los diarios de circulación masiva. En ellas se aprecian a mujeres esculturales, casi siempre desnudas. Los
adjetivos y sustantivos no hacen otra cosa que resaltar lo obvio y estimular el apetito de los lectores. No hace falta
un vocabulario rebuscado ni construcciones sintácticas complicadas para cumplir con este objetivo.
Las otras dos descripciones, en cambio, corresponden a obras literarias: la primera de ellas es el primer párrafo de la
novela Inmaculada o los placeres de la inocencia, de Juan García Ponce. La segunda es un fragmento de La ceiba en
llamas, investigación del Álvaro Ruiz Abreu sobre la vida en Tabasco, la ciudad de México y Europa, de un poeta
fallecido a los 34 años, en 1970, cuya obra despierta interés creciente: José Carlos Becerra.
El ejemplo de García Ponce revela no sólo aspectos físicos, sino cómo éstos determinan el carácter del personaje (en
concordancia con lo que establece Beristáin). Ruiz Abreu, por su parte, brinda un ejemplo de cómo las descripciones
pueden trasladar en tiempo y espacio: el lector puede darse una idea clara del tedio que dominaba la vida cotidiana
en Villahermosa y en la que leer resulta una forma de romper la monotonía. Esta descripción también podría ser una
explicación de porqué en el estado de Tabasco se han formado escritores de la talla de Carlos Pellicer, el mismo
Becerra y Ruiz Abreu, entre otros, pues la paz, el calor y la humedad que se vivía en el lugar hacía que los lugareños
buscaran refugio en la sombra y dedicarán mayor tiempo a escuchar música o leer.
Las descripciones pueden ser abundantes, precisas o escasas. En esta unidad no se emitirán juicios de valor sobre
ellas; lo que sí es importante resaltar es que cada una cumple un objetivo específico y su uso revela la habilidad, la
riqueza de vocabulario y el entendimiento de la situación del escritor en formación. No es lo mismo aplicar adjetivos
como el del periódico Metro (que son perfectamente válidos en su contexto y al público al que se dirigen) a una
modelo de calendario que a otra que posa para una revista de modas dirigida a un sector alto. Practicar haciendo
descripciones propias es un buen modo de evaluar la situación, adiestrar el ojo y, sobre todo, desarrollar la pluma.
ACTIVIDADES
La descripción de personas
PASO 4.- Frase que acerque nuestra experiencia personal a la persona descrita, para terminar nuestra descripción.