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Ciencia

La desaparición de especies también afecta a


tu calidad de vida
Santiago Campillo - May 22, 2017 - 13:35 (CET)
La biodiversidad es una necesidad para la continuación de un sistema formado por seres vivos. Su
pérdida tiene terribles consecuencias también para los seres humanos que habitan el ecosistema.

Romolo Tavani: Shutterstock


Compartimos este mundo con millones y millones de otras especies. Si no existiese nada más que un
par de seres, la vida sería del todo imposible. Pero aunque esto es obvio, mucho menos conocido es
otro hecho fundamental: cuanto menos rico en biodiversidad es un ecosistema, más dificultades
tienen los seres vivos que lo habitan. Y por primera vez en nuestra historia, un grupo de
investigadores tiene en su mano una herramienta para entender por qué.
La fuerza de muchas especies
Llamamos biodiversidad al conjunto y variedad de especies que habitan un espacio determinado.
Dicho espacio suele ser un ecosistema, formado por dichas especies y las relaciones que surgen
entre ellas. Los ecosistemas no son estáticos. Todo lo contrario, como ocurre con cualquier otra
manifestación natural, los ecosistemas cambian y evolucionan. Normalmente, todos los sistemas
biológicos tienden a la estabilización. Es decir, los sistemas suelen terminar por normalizar las
relaciones existentes entre las especies que lo habitan de manera que aunque haya pequeños
cambios, el ecosistema asegura la supervivencia a la larga de estas especies. Pero esto sólo ocurre
cuando el ecosistema puede absorber los cambios a los que se le somete. Estos cambios, muchas
veces conocidos como impactos, pueden desestabilizar el sistema provocando la pérdida masiva de
sus especies. Entre ellas la humana.

Petar Paunchev:Shutterstock
¿Por qué? Por las relaciones de las que hablábamos. Entre las relaciones están la alimentación:
cazar, depredar; o la relación: transportar semillas, polinizar, proteger una zona. Y esas son solo
unas pocas. Cuando comienzan a desaparecer especies, las relaciones se rompen, poniendo en
peligro el sistema. Si se fuerza demasiado, al final puede perderse por completo, convirtiéndose en
un desierto yermo. Cuanta mayor es la biodiversidad en dichos ecosistemas, mayor es la estabilidad
del sistema. ¿Por qué? Muy sencillo, porque una relación rota tiene más posibilidades de ser
reparada al establecerse con otras especies similares. Por ejemplo, si desaparecen todos los conejos
de una zona, pero existen varias especies de roedores, los depredadores tendrán más posibilidades de
no sufrir el impacto. Además, cuanto mayor es la biodiversidad, mayor es el número de especies
clave en el ecosistema. Estas especies juegan roles clave en el sistema. La pérdida de estas supone
un impacto crítico que desencadena una especie de efecto dominó en el ecosistema.
La gran mayoría de nuestras actividades se desarrollan en torno a una gran biodiversidad: la
agricultura, apicultura, ganadería, ocio, obtención de materiales y otros recursos naturales,
fármacos...
Cuanto mayor es el número de estas especies, menor es el impacto en caso de un problema con las
mismas ya que, aunque la comunidad pierda toda una cadena trófica (lo que coloquialmente y de
manera incorrecta se llama cadena alimentaria), por ejemplo, puede sustituir sus nichos o roles
con otras especies. Existen numerosos estudios que evidencian un dato muy importante: la pérdida
de biodiversidad es un problema que afecta a todos los seres vivos, incluyendo a los seres humanos,
que pierden calidad de vida. Esto se debe a que la gran mayoría de nuestras actividades se
desarrollan en torno a una gran biodiversidad: la agricultura, apicultura, ganadería, ocio, obtención
de materiales y otros recursos naturales, fármacos... Necesitamos numerosas especies para obtener
madera, compuestos químicos, alimento y sustancias de todo tipo. Estas especies se necesitan las
unas a las otras para sobrevivir. Perder biodiversidad supone perder trabajos, perder salud, perder
alimentos, perder ocio y muchísimas cosas más. El problema es que esto lo sabemos desde hace
relativamente poco, por lo que todavía estamos tratando de comprender cuáles son los mecanismos y
cómo aprovecharlos.
Entendiendo la biodiversidad
¿Por qué es tan complejo entender el papel de la biodiversidad para la vida? Al fin y al cabo es algo
de lo que formamos parte. Pero la vida extiende sus redes mucho más allá de lo que podemos ver o
apreciar. Es muy difícil, por ejemplo, entender la relación de millones de artrópodos a la vez; o
saber qué ocurre tanto en la superficie cómo debajo de los suelos de un ecosistema. Eso sin tener en
cuenta que desconocemos muchísimos sobre las especies que observamos. Para poder comprender
mejor estas relaciones, en Bad Lauchstädt, Alemania, han construido un pionero laboratorio donde
imitar de manera controlada varios ecosistemas. El Ecotron de iDiv está formado por veinticuatro
cámaras de condiciones controladas donde se puede observar las relaciones en todo momento, tanto
en su superficie como por debajo del suelo.

Ecotron. Fuente, Tilo Arnhold, iDiv


De esta manera, los investigadores pueden estudiar las relaciones mantenidas entre los animales y
plantas, retirar alguno de estos componentes y estudiar qué supone este impacto para el resto del
ecosistema controlado. Esto nos permitirá saber mucho más sobre el papel que tienen los pequeños
herbívoros, como los caracoles, o los predadores generalistas como las arañas o muchos escarabajos.
También podremos entender mejor el papel de las bacterias y hongos gracias a los
experimentos que el Ecotron permite realizar. ¿Y qué podremos conocer? Por ejemplo, sabemos
que cuantas más especies, mejor para el ecosistema. Pero, ¿cómo actúa la desaparición de las
especies clave? O ¿cómo afectan exactamente las especies desaparecidas en las redes tróficas
complejas? ¿Cuánta pérdida de biodiversidad es capaz de aceptar un sistema antes de colapsar?
Estas y otras cuestiones que todavía no comprendemos, podrían responderse al fin, gracias a este
laboratorio especial.
La mano del hombre
Por desgracia, tenemos que admitir que ha sido la mano del hombre la que ha provocado más del
90% de la pérdida de biodiversidad de los últimos 100 años. Esto es un hecho muy grave y que
evidencia la capacidad que tenemos de modificar los ecosistemas a nuestro antojo y, la mayoría de
veces, sin que prestemos atención a lo que esto supone para la vida. Las maneras principales por las
que hemos disminuido la naturaleza son la sobreexplotación y el cambio de ecosistemas. Cuando
talamos y quemamos áreas completas para construir; o cuando pescamos con redes de arrastre sin
tener en cuenta algunas medidas básicas de conservación; cuando plantamos hectáreas de
monocultivos... cuando destruimos las redes tróficas y sus relaciones, entonces, estamos
desencadenando la inevitable pérdida de biodiversidad. Algo que seguimos haciendo todos los días
y que tiene consecuencias negativas para todos.

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