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¿Junín, tiene una AGENDA PARA SU

DESARROLLO?
Por Sergio Pérez Rozzi
Con la pretensión de aportar ideas al debate
impostergable de un tema central, en un contexto crucial.

¿Qué es una Agenda para el Desarrollo de un territorio?


Es una herramienta en la que se plasman los más importantes programas;
proyectos y acciones, con sus tiempos; costos y responsables de ejecución, que
los actores y agentes (instituciones) de una comunidad, acuerdan como
sustanciales para el desarrollo local, más allá de los cambios que se irán
produciendo a través del tiempo, en las conducciones de las instituciones que
la componen. Esa agenda se elabora desde una lógica de apropiación;
pertinencia y permanencia en el tiempo (políticas de Estado).
Nuestro país en general; la provincia de Bs. As. y Junín en particular,
atravesaron durante los últimos años, por momentos singulares en materia de
crecimiento económico. Si bien es cierto que el crecimiento del PBI ha sido
sostenido hasta meses atrás, desde la llamada “crisis del campo“, se han
abatido nubarrones cada vez más oscuros en nuestro horizonte, que parecen
profundizarse en el seno del la crisis financiera global. Ello nos recuerda de
inmediato, la debacle que sufrió Argentina a comienzos del presente siglo, la
que ha dejado profundas huellas (¿y aprendizajes?), que no deberíamos olvidar.
¿Hemos perdido una oportunidad única, no aprendiendo de esa traumática
experiencia? Esa reflexión me dispara otras preguntas;
¿Los momentos de crisis son ideales para planificar? ¿Para que se debe
planificar?
Se planifica porque los recursos disponibles en un territorio son limitados, es
decir, finitos. La idea entonces, es optimizar los mismos a través del tiempo
(más allá de los gobiernos de turno), para lo cual se requiere concertar entre
las instituciones del territorio, para que el impacto sea más contundente, y
minimizar los conflictos (que también tienen sus costos ¿no?) y para ello hay
que discutir y negociar entre los distintos actores que hacen al desarrollo en
una comunidad.
¿Por qué?
Hoy las ciudades que pretendan insertarse en el contexto global, donde se
impone la nueva lógica de los territorios competitivos, donde reina la “sociedad
del conocimiento”, deben contar con agilidad suficiente como para adaptarse
al vértigo de los cambios impuestos por las nuevas tecnologías en materias
diversas. Ni que hablar cuando hay oportunidades como la que desperdiciamos
en los últimos años, o ahora, cuando hay una crisis brutal que nos afecta y
afectará profundamente.
A nivel país ¿se puede hacer algo? ¿En la Provincia? ¿En el Municipio?
Dejaré de lado a los dos niveles superiores del Estado para otra ocasión, pero sí
me concentraré en el territorio local.
La respuesta es, que no solo se puede hacer algo, sino que se debe hacer, y
urgentemente.
Las nuevas teorías sobre el desarrollo local / regional, surgidas (entre otras
cuestiones) a partir de la ruptura del paradigma del empleo1, indican que el
desarrollo debe surgir de abajo hacia arriba (aunque tengo alguna discrepancia
al respecto, que por ahora me reservaré), que debe ser endógeno al territorio,
que los actores locales deben ser los artífices del mismo. Esto de ninguna
manera implica que los Estados centrales, nación y provincia, deban
desentenderse definitivamente de la cuestión, más bien todo lo contrario. En
esos casos deberán accionar para contribuir a disparar los procesos en los
territorios donde no haya las competencias suficientes.
No es el caso de Junín. Afortunadamente, o mejor dicho, por mérito propio,
nuestro territorio tiene potencialidades (además de las naturales) en cuanto a
recursos técnicos; culturales; sociales; económicos; etc., gestados a través de
décadas, como para poder hacer y a la vez, ser. Luego veremos como, pero
ahora sigamos con la temática de la planificación.
Nuestro país; la pcia de Bs. As. ¿Poseen una estrategia de desarrollo? ¿Cuál es?
¿hicieron ejercicios de planificación en los últimos años? Se convocó a
universidades; partidos políticos; actores económicos; sociales; ambientales;
referentes de la cultura; investigadores; pensadores; sociólogos; filósofos; etc?
La respuesta categórica es, NO.
Los municipios de la argentina; ¿hicieron ese ejercicio?
La gran mayoría no, pero hay algunos casos, justamente entre los más
destacados, que sí lo han hecho.
A modo de ilustración, citaré tres casos emblemáticos: Rosario; Rafaela y
Bragado, son tres municipios de distinta dimensión (grande; mediano y medio-
mediano respectivamente); con gobiernos de distinto signo; Socialista
(Rosario); Peronista (Rafaela) y, Radical luego peronista (Bragado). Por ende; el
tamaño y la “coloratura” política, no serían, a priori, un impedimento.
¿Que t¡enen de distintivos esos municipios en materia de planificación?
Los tres casos son objeto de estudio por sus mejores indicadores
socioeconómicos, en relación a sus pares. La literatura especializada, tanto
Argentina, como Latinoamericana, abunda en citas y referencias a los casos
mencionados, como destacados (CEPAL2; UNQ3; BID4; PNUD5; ILPES6; UNSAM7
entre otras fuentes).
Saliendo de nuestro país; Curitiba en Brasil; San Sebastián en el País Vasco;
Barcelona en España; Rehovot en Israel; Milán en Italia, por citar un puñado de
ejemplos, son comunas que han implementado agendas de desarrollo
concertadas, habiendo partido de ejercicios de planificación.
¿Dónde reside el “éxito” de los casos?
Habiendo conocido los casos en la literatura; habiendo visto experiencias en el
terreno, pero también por el hecho de haber trabajado (aún hoy)
profesionalmente en dos de ellas (Bragado y Rafaela), podríamos afirmar que
lo destacado es que la planificación pactada, sobrevivió a los cambios de la
1 Trabajo y empleo no son sinónimos, pues desde la aplicación de la tecnología a la función de producción,
puede generarse trabajo, pero no necesariamente empleo.
2 Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Organismo del sistema de Naciones Unidas)
3 Universidad Nacional de Quilmes.
4 Banco Interamericano de Desarrollo.
5 Programa Naciones Unidas Para el Desarrollo.
6 Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social.
7 Universidad Nacional de San Martín
dirigencia público-privada, y garantizó en proceso de desarrollo.
Por ende, podríamos concluir que, en un mundo tan cambiante; volátil;
complejo; vertiginoso; etc., la imprevisión; improvisación; irresponsabilidad;
incoherencia; mezquindad; carencia de competencias; etc., son ingredientes
que van a contramano de los procesos de planificación de agendas
concertadas.
¿Y por casa como andamos??
En Junín no existe una agenda discutida y concertada de corte
interinstitucional; planificada metodológicamente, como para poder aprovechar
los ciclos positivos, o atemperar los ciclos negativos de la economía, como en
el que estamos inmersos actualmente, con sus inherentes consecuencias
sociales.
El antecedente más cercano en el territorio, de procesos de estas
características fue el del Plan Estratégico de Desarrollo Junín. Instancia
participativa donde se vieron involucrados innumerable cantidad de actores,
muchos de los cuales aún hoy, están al frente de varias instituciones de la
sociedad civil, e incluso en distintas funciones de gobierno.
Aquel Plan de Desarrollo, si bien en algunos aspectos puede estar
desactualizado, en muchas otros tiene perfecta vigencia, y sin dudas es un
insumo de vital importancia desde donde partir, para la construcción de una
Nueva Agenda para el Desarrollo territorial, lo cual, sin dudas representa una
oportunidad única que sería un pecado desaprovechar (no es lo mismo hacer
una casa desde los cimientos, que definir los detalles de terminación).
“La Nueva Agenda para el Desarrollo de Junín”, debería ser producto de un
trabajo que realicen las instituciones agrupadas en un ámbito o espacio común,
pues no podemos darnos el lujo de dilapidar recursos; técnicos; humanos;
económicos; sociales; sinergéticos; institucionales; etc.
La complejidad del mundo actual, no puede ser decodificada solo por un
dirigente o grupo de dirigentes. Insisto, el abordaje requiere de la multiplicidad
de actores, desde una concepción aglutinante, me refiero a sumar a las
instituciones de la sociedad civil ligadas al desarrollo, para que aporten su
conocimiento al servicio de estas nuevas lógicas, en cuestiones claves, como la
de la Universidad, por citar un solo ejemplo, para rediscutir su formato en
relación a la estrategia local y regional de desarrollo ¿Los juninenses no
tenemos algo para decir al respecto?
En definitiva, se trata del futuro de quienes habitamos nuestro territorio, pero
sobre todo, se trata de nuestro presente.

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