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NOTA BENE: Este es un material confeccionado por la cátedra ante la necesidad de adecuar
nuestras tareas tras el decreto del PEN que estipula AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y
OBLIGATORIO ante la crisis sanitaria que atravesamos por la diseminación del COVID-19.
Este material ha sido realizado sobre la marcha de los acontecimientos, sin la previsión que
hubiese requerido, en el marco de la superposición con tareas domésticas de cuidado, pero
apostando a la necesaria solidaridad que exige este momento, y asumiendo que el aislamiento
físico también implica multiplicar las formas de cuidado social a distancia, que en este caso
involucra instrumentar todas las medidas posibles para garantizar la cursada de la materia durante
este complicado cuatrimestre. Sepan disculpar fallas, límites y errores no previstos.
Estimadxs,
Estamos ante una situación absolutamente excepcional, y muchas consideraciones serían
pertinentes en relación a cómo afecta a nuestra vida universitaria, laboral, la superposición con los
cuidados, las posibilidades y los riesgos de la virtualización, etc. etc. Sin embargo, inicio esa serie
de entregas por escrito (y mientras escribo “serie” no sé si no me veré obligado a continuar de
otro modo en breve…) sabiendo que para que esto funcione conviene ir al grano, haciendo un
ejercicio de condensación y esquematización para que la transmisión, sin los recursos
presenciales, sirva. Vamos a hacer todo lo posible para que no se pierda el cuatrimestre. Sin
embargo, evidentemente nada remplaza el encuentro presencial en el aula. Con estas breves
aclaraciones, vayamos entonces al grano.
CÁTEDRA
Antes que nada, presento a la cátedra. Mi nombre es Luis Ignacio García, y soy el profesor titular.
Silvia Anderlini es la profesora asistente (por carga anexa), a cargo de los prácticos. Por suerte, en
los últimos años se han ido sumando muchxs adscriptxs y ayudantes. Catalina Sánchez, Manuela
Corral, Roberto Chuit y Franca Maccioni son adscriptxs, Ignacio Muñiz, José Ignacio Montoya, Julieta
Videla Martínez, Felicitas Aguiar Cau, Julieta Presidente, Eva Ponsati Cohen, Federico Frittelli y Virginia
Cagnolo son ayudantes. La cátedra está en proceso de normalización tras la jubilación de la titular
anterior, pronto será el concurso del titular, y de allí seguramente se terminará de acomodar el resto
de la conformación de la cátedra. En cuanto a uds., siempre quedan invitadxs a sumarse como
ayudantes y, en breve, como adscriptxs.
MATERIA Y SEMINARIO
En segundo lugar, es importante que sepan que la cátedra ofrece dos espacios curriculares: la
materia que están ahora empezando a cursar, durante el primer cuatrimestre, y el seminario, en el
segundo. Esto es muy relevante, porque el espacio del seminario determina en gran medida nuestras
decisiones fundamentales respecto al perfil general del programa de la materia.
En el espacio del seminario nos permitimos abordar el tema que nos parezca en cada año pertinente,
lo venimos desplegando como un espacio de una libertad y movilidad muy grandes, en general con
temas más específicos, en general con temas más ligados a debates más contemporáneos (para que
se den una idea de esa diversidad, les copio el título de los últimos cuatro que dictamos: 2019:
“Mitología romántica y figuración posthumanista”; 2018: “Oscar Masotta y la crítica Literal”;
2017: “Medialidad y montaje. Walter Benjamin entre Giorgio Agamben y Georges Didi-
Huberman”; 2016: “Historia y actualidad del situacionismo. Neovanguardia, marxismo,
espectáculo”).
Esa diversidad del seminario nos permite proponerles un programa de la materia más estable,
clásico digamos, formativo, casi escolar en la manera en que repasa los momentos y autores
más relevantes que cualquier manual o historia de la estética moderna debe tener en cuenta.
(No tan escolar en el trabajo directo con las fuentes, como luego veremos.)
Esa es la propuesta general de la cátedra: materia tradicional, seminario experimental. Entre
los elementos experimentales del seminario está el modo en que surgen sus temas, nunca de
manera predeterminada, sino en función de las coyunturas de cada año, nunca de manera
individual, sino en función de lo que conversamos entre lxs miembrxs de la cátedra y ustedes,
lxs estudiantes. Subrayo esto: sepan que al tema del seminario lo pueden proponer ustedes,
es algo que conversamos y acordamos a lo largo de la materia.
Para decirlo de manera breve, el programa propone un recorrido introductorio por los
principales autores y debates de la estética moderna. Para dar un par de hitos: de Kant a
Adorno. Aunque decirlo de este modo sea bastante tosco, ofrecerles esos dos nombres como
marco es indicativo sin embargo de varias cosas que son claras en este programa, y que paso a
explicitar:
1. se trata de un recorrido por la “modernidad” estética, es decir, a través de
aproximadamente los dos siglos que irían entre mediados del XVIII (cuando surge la disciplina
en su sentido moderno) y mediados del XX (cuando inician los debates y diagnósticos en torno
tanto a la “muerte del arte” como al fin o la crisis de la modernidad –y el modernismo estético
en particular);
2. se trata de un recorrido eminentemente eurocentrado, no por razones eurocéntricas, sino
pedagógicas: son los autores de hecho más necesarios para que ustedes puedan ubicarse y
manejarse con alguna competencia en los debates estéticos contemporáneos (incluidos los
poscoloniales);
3. se trata de un programa con bastante carga filosófica. Aprovecho para contarles que yo
provengo de una formación filosófica, y que desde el inicio de mi participación en la cátedra
intentamos aprovechar eso, justamente en una carrera, la del Licenciado en Letras, que en el
plan actual tiene poca formación filosófica. En esto, un poco nos aliamos a otra cátedra,
Hermenéutica, y les proponemos, conjuntamente, rudimentos de una introducción a algunos
ejes de discusión filosófica en general, orientados, obviamente, hacia el debate estético;
4. se trata de un programa con demasiados autores de la tradición alemana. Efectivamente,
ello es así, pero de nuevo por razones pedagógicas (Kant, de hecho, es el único nombre propio
incluido en los contenidos mínimos de la materia en el plan de estudios), pues en el período
histórico que nos incumbe la filosofía alemana ha sido hegemónica (así como pasó a serlo la
francesa justo a mediados del s XX), y además ha sido la que más se ha abocado a sistematizar
movimientos que en otras latitudes culturales se expresaron menos como teoría y más como
práctica o crítica… aunque por supuesto también podría confesar alguna distorsión personal
de formación… Por esto último, hemos incorporado algunos autores y debates de la tradición
inglesa (el verdadero inicio de la estética moderna: su nacimiento es empirista y es inglés) y
francesa (clave para la crítica literaria y de arte –piensen en Diderot o Baudelaire hasta
Blanchot o Barthes– en la modernidad);
5. Al decir Kant y Adorno, por supuesto, estamos proponiendo un recorte, es decir, una
política del marco que visibiliza algunas cosas e invisibiliza otras. De ello sólo podemos
hacernos cargo, e intentar explicitar los límites de los límites que les proponemos. Así, este
año incorporamos un capítulo sobre la estética empirista previa a Kant, por ejemplo, para
matizar y desdibujar nuestros inicios y finales. A pesar de ello, es tradición considerar a Kant el
inicio de la estética moderna por razones que luego discutiremos (lo anticipo: su esfuerzo por
fundamentar la universalidad del juicio estético). En cuanto a Adorno, hay consenso en
considerarlo el último gran teórico (moderno) de la modernidad estética. Pero por supuesto,
los debates en torno a modernidad, fin del arte, posmodernidad, etc., desde los años de la
muerte de Adorno (1969) son infinitos y obligan a no tomar al pie de la letra ningún corte
nítido en este tipo de cuestiones. Con todo, por razones didácticas, defendemos esta política
del marco, explicitando su contingencia, porque estamos convencidxs que es un recorrido
muy útil, casi diría necesario, para el abordaje de los debates estéticos contemporáneos.
6. El decir de Kant a Adorno estamos suponiendo un recorrido desplegado según un criterio
histórico. Ello nos ha parecido correcto desde el momento en que el propio nombre de la
materia incluye una determinación histórica que no podemos soslayar: modernidad.
Intentamos en cada unidad mostrar un movimiento de discusión (cada unidad incluye al
menos dos autores que dinamizan una discusión) que es retomado y modulado en la unidad
siguiente, que también es un momento histórico subsiguiente. (Incluso, como veremos, en
parte también es un momento de la historia del arte subsiguiente: ilustración/clasicismo,
idealismo/romanticismo, crisis del idealismo/posromanticismo o romanticismo oscuro, crítica
de la metafísica/esteticismo simbolista; teoría crítica/vanguardia)
7. Se trata de un programa eminentemente masculino, aunque no por masculinista. Es
masculino porque la tradición que intenta hacerles conocer lo es. Sin embargo, eso no implica
que no podamos movilizar la pregunta por esta condición (en este gesto es que podemos
intentar interrumpir el masculinismo: lo mismo que sucede con su carácter eurocentrado),
que es justamente lo que les proponemos en las “intervenciones” de este programa: la
pregunta por las relaciones entre estética moderna y género, que como saben, en castellano
aloja el doble sentido que otras lenguas desglosan: gender y genre. Esa mezcla entre género
artístico y género sexual nos da ya la pista que la estética no tendrá poco que ver con las
preguntas relativas a la diferencia sexual…
De la introducción hablaré en la próxima clase, pero en cuanto a las unidades, vayan algunos
adelantos:
a) Antes que nada, como verán, la idea es poder mostrar a la vez ciertos núcleos o zonas, y
ciertas diferencias, diálogos o disputas allí dentro.
(Por ejemplo: Kant fue la base para la concepción de Schiller, y sin embargo, Schiller plantea
una historización del planteo de Kant que él jamás hubiera admitido; Hegel muchas veces es
visto como un romántico: crítica de la razón abstracta de la ilustración, defensa de los estados
nacionales, etc.; y sin embargo, en términos estéticos fue un acérrimo crítico de los
románticos de su época, vale decir, tanto Hegel como los románticos parten de un escenario
post-kantiano, pero sus respuestas a los interrogantes de época son bien distintos… Nietzsche
y Heidegger igual: son ambos clave para la tradición hermenéutica, y sin embargo Heidegger
señaló una crítica fundamental y modélica al modo en que Nietzsche se enfrentó a la
tradición; Benjamin y Adorno suelen ser vistos como parte de la “teoría crítica” o de la
llamada “escuela de Frankfurt”, porque efectivamente tienen muchos elementos en común:
perspectiva materialista, interés estético, discusión metafísica, etc., y, sin embargo, hay una
exploración en las formas postautónomas del arte en Benjamin que Adorno nunca aceptó: el
umbral que entre ellos se tiende es el que sigue separando las vanguardias del modernismo
estético o “alto modernismo”.)
b) Luego, una pista con la que venimos iniciando la materia para luego ir problematizándola es
la que nos habilita el planteo de Christoph Menke (está en Dropbox como “Estética y
negatividad”), que considera que la estética moderna es una estética atravesada por la
dialéctica entre “autonomía” y “soberanía”: la “autonomía” es el rasgo siempre señalado
como fundamental de la estética moderna, esto es, su separación del resto de las “esferas de
validez”, su no dependencia ni de las reglas morales ni de las lógicas científicas, ni del “bien”
ni de la “verdad”: la “autonomía del arte” moderno implica la delimitación de una esfera
separada para el arte y para el discurso que lo legitima. Pero a la vez, sugiere Menke, la
modernidad le irá otorgando a la estética un rol “soberano” (en realidad, para Menke es la
vanguardia la que consuma esta dialéctica, pero creemos que puede pensarse el conjunto de
la modernidad estética a partir de esta tensión…), que implica ya no tanto su independencia
respecto al resto de las esferas sino su capacidad de incidir de manera crítica sobre ellas: la
“soberanía” del arte sería la potencia que guarda de intervenir en el resto de las esferas de
validez de la modernidad para juzgarlas críticamente.
Y bien, la idea sería sugerir que en las dos primeras unidades está en proceso de fundación la
“autonomía” del arte (en Kant esto es clarísimo: el famoso “desinterés” va en esta dirección),
y la soberanía parece más bien sujeta a ese proceso (la “educación estética” de Schiller puede
ser un ejemplo de esto). La unidad 3 es una unidad de transición, en la que el romanticismo
ya no tiene la confianza optimista o incluso “progresista” (en el sentido de la “poesía universal
progresiva”) del romanticismo temprano, el ámbito del arte deja de ser el de la proyección de
una humanidad emancipada y pasa a ser el de la pintura del infierno de la modernidad; pero
a la vez aún no es nítido el mandato vanguardista de disolución de las fronteras entre el arte y
la vida. En ese umbral se sitúa esta unidad 3, la de un romanticismo oscuro, tardío, de un
esteticismo que aún no explota ni en crítica de occidente ni en crítica del capital, pero las
prepara. Y finalmente, en las dos últimas unidades se invierte ese primado de la autonomía,
y, en torno al cambio de siglo y a la intervención de las vanguardias, se afirma con decisión la
“soberanía” del arte: una soberanía que proclama al arte como fuente de la crítica a la
metafísica a occidente (unidad 4: Nietzsche y Heidegger) o de la crítica social al capital y su
fetichismo (unidad 5: Benjamin y Adorno).
Este recorrido en cinco unidades y tres grandes momentos podría ser pensado como el
tránsito de la estética idealista (unidades 1 y 2), pasando por la estética de la crisis del
idealismo y el orden burgués (unidad 3), hasta una estética post-idealista o post-burguesa
(unidades 3 y 4).
En todo este proceso, podemos reconocer el ciclo completo de la modernidad estética, como
la consumación y el agotamiento de esta dialéctica de autonomía y soberanía del arte.
c) Por último, el programa podría sugerir, aunque resulta muy de manual, ciertas
correspondencias entre unidades y épocas de la historia de la cultura y el arte, o tradiciones
estéticas y de pensamiento, como ya fue sugerido: Unidad 1: ilustración; unidad 2:
romanticismo; unidad 3: esteticismo; unidad 4; hermenéutica; unidad 5: teoría crítica. Y a la
vez, grandes conceptos fundamentales: gusto, educación y progreso; absoluto literario o
histórico; mal, infinito, ciudad; metafísica, platonismo; vanguardia, fetichismo de la
mercancía, sensorium. Etc.
Para resumir: el programa aborda el ciclo de la modernidad estética, desde sus albores hasta sus
últimas expresiones modélicas. Lo aborda, a su vez, reconociendo momentos cruciales (por
unidades), y dentro de ellos, debates o diferencias decisivas en cada uno de esos momentos. Al
mismo tiempo, al plantear una sucesión histórica de las unidades, intenta mostrarles el modo en que
esos debates se van sedimentando en la historia de la estética moderna, y muchas veces los distintos
autores volverán a recorrer el mismo itinerario que nosotros venimos trazando. Al realizar este
despliegue, esperamos poder estudiar los conceptos estéticos más fundamentales ´de la modernidad
estética, que están a la base de casi todo el debate estético contemporáneo (de hecho, podríamos
hacer un esquema adicional que mostrara el modo en que cada uno de los autores trabajados en el
programa ocupa un lugar central en algunx de lxs autores más centrales del debate contemporáneo,
por ej.: Kant-Lyotard; Schiller-Rancière; Hegel-Danto; Schlegel-De Man; etc. etc.)
BIBLIOGRAFÍA
Voy cerrando este primer envío para no agotar. Y lo hago apuntando algunas cuestiones sobre la
bibliografía.
Vamos a trabajar con dos tipos fundamentales (y fundamentalmente distintos) de materiales: por
un lado, las fuentes, en las que no vamos a escatimar ni dificultad ni, eventualmente, extensión:
vamos a leer los textos fundamentales que hay que leer, sean los que sean, y ellos van a ser el
centro de nuestro interés. Las fuentes, ya verán, comienzan con cierta dificultad, porque largamos
con la Crítica de la facultad de juzgar de Kant, que involucra muchas cuestiones que iremos
aclarando. Pero a medida que avancemos, ya verán, la cosa se va a ir haciendo cada vez más
accesible y manejable.
Para complementar la dificultad que las fuentes puedan generar, les proponemos una bibliografía
secundaria bien “soluciona-problemas”, es decir, simple, concisa y breve. Para esto vamos a usar
los dos tomos compilados por Valeriano Bozal, Historia de las ideas estéticas y de las teorías
artísticas contemporáneas, editados por Machado, que tienen entradas breves y simples
elaboradas por un equipo amplio de especialistas, y que si bien a veces muestra sus desniveles
(escribe gente distinta sobre distintos temas, no todos los artículos están igual de bien), mantiene
la pauta de textos simples y breves sobre autores, o tradiciones, o problemas clave de la estética
moderna y contemporánea. Van a tener a su disposición (en Dropbox y en “biblio” del AV) ambos
volúmenes completos, para que les quede para eventuales consultas futuras sobre temas no vistos
en nuestra materia, pero a la vez en cada unidad van a tener una selección específica para lo que
necesitemos en cada caso.
Por último, hay un libro que el año pasado utilizamos, pero que dudo en pedírselos este año, que
vamos a estar teniendo que enfrentar tantas dificultades. Se trata de Naturaleza muerta. La
mirada estética y el laberinto moderno, de Vicente Serrano. El año pasado lo propusimos, y en
general a todxs les vino muy bien. De algún modo servía para ofrecer un relato conductor que les
sirviera para enlazar los materiales. Ni las fuentes ni los textos del manual de Bozal tienen esa
virtud, las fuentes por razones obvias, las entradas compiladas por Bozal porque no tienen una
organización histórica, sino que funcionan como entradas de diccionario, segmentadas. Entonces,
Serrano ofrece un relato, y uno que es muy próximo al que les proponemos en la materia. Si
pueden y les da el tiempo, pueden incorporarlo, es una lectura fluida, rápida, es un texto
ensayístico muy amable de leer, y de menos de 200 páginas en su totalidad. Sería una compañía
para la totalidad del programa. Lo dejamos como optativo.