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7.

PRESAS

Llama la atención, el modo indiscriminado con que, las personas no familiarizadas con las
instalaciones hidráulicas, utilizan las expresiones «salto», «presa», «embalse», «central»,
incidiendo, en ocasiones, en falsas interpretaciones, confundiendo entre sí la idea que
pertenece a cada término. Indudablemente que, corresponde al técnico, el correcto empleo y
entendimiento de los mismos.

De todos es sabido que la existencia de las corrientes de agua, a las que llamamos ríos,
arroyos, etc., se deben al movimiento continuo y descendente de grandes masas de agua,
como consecuencia de la caída de éstas a través de los sucesivos desniveles del terreno,
desdé el punto de nacimiento hasta el de desembocadura de dichas corrientes, lo que
constituye el cauce de las mismas.

Hemos mencionado las centrales que funcionan con caudales fluentes, en las que se
aprovechan, instantáneamente, las corrientes naturales de los ríos, previa creación de
pequeños saltos; y aquellas otras para las que el agua es embalsada con independencia de su
inmediata utilización o no.

La retención del agua tiene como objetivo primordial crear un salto de agua, que se logra
mediante la construcción, sobre el cauce de un río y transversalmente a éste, de una presa,
la cual, además, puede emplearse para almacenar el agua, dando origen a un embalse o lago
artificial, conocido también como pantano artificial.

Por lo tanto, presa es toda estructura que actúa como barrera, interrumpiendo la libre
circulación del agua a través de sus cauces normales, dependiendo su configuración de la
orografía del lugar de asentamiento.

Se construyen para conseguir una doble finalidad:

· Obtener una elevación del nivel del agua, formando un desnivel en el cauce de un
río, que hemos denominado salto. Cuanto más elevada sea la altura de éste, mayores
podrán ser las potencias obtenidas en la central alimentada por el mismo.

· Crear un depósito, de grandes dimensiones, para almacenar y regular la utilización


del agua, constituyendo en definitiva el embalse propiamente dicho, cuya capacidad
de volumen de agua embalsada está en función de las alturas de agua alcanzadas.

Una de las principales aplicaciones, para la que se destinan las presas, es la producción de
energía eléctrica, si bien se utilizan en otras funciones vitales, como son el abastecimiento
de agua a poblaciones, riegos, regulación y distribución de caudales en determinadas
cuencas, etc.

En las presas, a las que se denominan azudes cuando son de pequeña altura, se distinguen
las siguientes zonas estructurales (fig. 47).
Fig. 47. Presa. Zonas estructurales.
Cimentación

Base sobre la que descansa la mayor parte de la presa. Se suele denominar fundamento.
El terreno para la cimentación, que puede ser de roca, pizarra, lava, etc., ha de tener la
resistencia requerida para soportar el peso de la obra. Ha de presentar rugosidad adecuada
para contrarrestar la tendencia al deslizamiento; así mismo, tendrá la suficiente
impermeabilidad, a fin de evitar filtraciones y subpresiones. Antes de comenzar la
construcción de la presa, quedará lo más limpio posible para facilitar la unión con los
materiales empleados, siendo el hormigón el más generalizado.

Estribos

Conocidos también como apoyos laterales, son las zonas extremas de la presa que realizan
el cierre, incrustándose en el terreno de las orillas. Para su ejecución, y respecto a las
características del terreno, se tendrán en cuenta análogas consideraciones que para la
cimentación.

Se distinguen como estribo derecho y estribo izquierdo, según estén asentados en la orilla
derecha o izquierda del cauce, denominadas éstas margen derecha y este margen izquierda.
Para identificar la localización de dichos puntos, se toma como referencia el sentido de
circulación normal del agua, es decir, desde el punto de nacimiento hasta el de
desembocadura, definiendo como lados derecho e izquierdo a los situados,
respectivamente, a la derecha e izquierda de un observador que, teniendo a su espalda el
nacimiento del cauce, viese alejar a la corriente de agua creada.

Coronación

Zona más elevada de la obra, formada, generalmente, por camino accesible para personas y
vehículos de la instalación, sirviendo de asentamiento a distintos equipos.
En ciertos casos, la coronación es parte integrante de vías de comunicación, permitiendo el
libre tránsito a través de la misma.

Paramentos

Superficies de la presa. Se distinguen el paramento de aguas arriba, correspondiente a la


superficie que recibe fa corriente y la presión del agua, estando en contacto directo con la
misma; y el paramento de aguas abajo, superficie opuesta a la anterior.

Respectivamente, según el orden expuesto, los paramentos se suelen llamar dorso y talud.
En determinadas ocasiones, la coronación de una presa no se cierra, directamente, sobre las
laderas pertenecientes a las orillas del cauce del río en que se asienta, sino que, para obtener
el salto de embalse deseado, dicha coronación se halla a una cota superior respecto de la
horizontalidad del terreno. En tales circunstancias, y para contener el agua hasta que se
logra el cierre adecuado sobre terreno situado a mayor altura, se construyen diques (fig. 48)
siguiendo procedimientos similares a los empleados para la construcción de presas
propiamente dichas.
Fig. 48. Emplazamiento de diques, en función de la orografía del terreno.

7.1. Clasificación de las presas

Existe una amplia clasificación de las presas, basada en la aplicación, materiales utilizados
y forma adoptada. Citaremos las más significativas.
En lo referente a la aplicación, y dado que nos interesan las destinadas al aprovechamiento
energético, tenemos las conocidas como:

Presas de derivación

Su misión, aparte de conseguir salto de agua, es derivar o desviar los caudales hacia la
central (Fig. 4 y 49).

Fig. 49. Presa de derivación.


Presas de embalse
Destinadas principalmente al almacenamiento del agua, además de lograr salto hidráulico
(fig. 50).

Fig. 50. Presa de embalse.

Para su construcción se requieren obras de gran envergadura, y el agua embalsada, además


de utilizarse en la producción de energía eléctrica, se puede emplear para otros fines, tales
como riegos, actividades deportivas, náuticas, etc.
En relación con los materiales utilizados, las presas se catalogan en:

Presas de materiales sueltos

Se denominan igualmente presas de tierra o de escollera.


Se realizan sobre terreno con suficiente grado de impenetrabilidad al agua, situando una
pantalla impermeable en el paramento de aguas arriba, o formando un núcleo central,
completándose la estructura con relleno de tierra, piedras, capas de escollera, etc., estando
todo el conjunto convenientemente apisonado y compactado para poder resistir el empuje
del agua. La superficie en contacto con el suelo es muy grande, ya que la presa aguanta el
empuje del agua exclusivamente por rozamiento.
Las pantallas impermeables se construyen utilizando, indistintamente, arcilla, hormigón,
capas asfálticas, etc.
El paramento de aguas abajo, puede ir cubierto con mampostería.
Es un sistema de aplicación frecuente en la construcción de diques (fig. 51).
Fig. 51. Dique de materiales sueltos. Aplicación de la capa asfáltica.

Presas de hormigón

Constituidas de hormigón en masa, cemento y grava solamente; o en casos especiales con


hormigón armado, mediante barras de acero. Es el procedimiento generalmente utilizado en
la actualidad, para la mayoría de las presas de reciente construcción (fig. 52).

Fig. 52. Presa de hormigón. Proceso de obra.

En cuanto a la configuración de las presas, quedan clasificadas en:

Presas de gravedad

En las que las acciones de vuelco y deslizamiento sobre cimientos, debidas al empujé del
agua, son vencidas por la estabilidad y resistencia que presentan por la sola reacción de su
propio peso.
El perfil tiene una forma triangular o trapezoidal, de sección maciza constante (fig. 53).
Fig. 53. Presa de gravedad. Detalle del perfil.

Presas de contrafuertes

Son similares a las de gravedad, cuyo perfil no se mantiene constante, mostrando zonas de
menor sección a intervalos regulares. Con esta disposición se economizan materiales, por lo
que se conocen como presas aligeradas (fig. 54), recurriéndose también a esta técnica para
levantar diques.

Fig. 54. Presa de contrafuertes. Detalle del perfil.


Presas de arco

Se suelen ubicar en gargantas o pasos estrechos de los ríos.


Llamadas presas de simple curvatura, actúan como una superposición de arcos
horizontales, en los que, la parte convexa de los mismos, recibe la mayor parte del empuje
horizontal, ocasionado por la presión del agua, transmitiéndose a los apoyos laterales, razón
por la cual éstos deberán ser robustos y estar asentados sobre rocas compactas.
Es poco frecuente la construcción de presas de simple curvatura horizontal, cuya sección se
asemeja a un rectángulo (fig. 55).

Fig. 55. Presa de arco. Detalle del perfil.

Presas de bóveda

Presentan una esbelta estructura, conseguida por la disposición de arcos horizontales y


verticales, identificándose como presas de doble curvatura (fig. 56).

Fig. 56. Presa de bóveda. Detalle del perfil.


Presas de arco - gravedad

En ellas, se reúnen las características de las presas de gravedad y las de arco de curvatura
horizontal (fig. 57).

Fig. 57. Presa de arco-gravedad. Detalle del perfil.

Presas de arcos múltiples

Vienen a ser presas de contrafuertes, realizadas por sucesivas bóvedas (fig. 58).

Fig. 58. Presas de arcos múltiples. Detalles.


7.2. Fuerzas actuantes sobre las presas
En plan meramente informativo, relacionamos las siguientes:

· Fuerzas verticales, debidas al peso de la estructura, la componente vertical de la


presión hidrostática sobre paramentos y la componente vertical de las aceleraciones
sísmicas, así como subpresiones originadas por el agua.
· Fuerzas horizontales, resultantes de la componente horizontal de la presión
hidrostática sobre los paramentos y la componente horizontal de las aceleraciones
sísmicas.
· Esfuerzos térmicos, dilataciones y contracciones.
· Presión de los sedimentos y rellenos de tierra contra la estructura.
· Presión del hielo.
· Etc.

Para evitar que el agua en exceso, procedente de grandes crecidas, rebose sin control por
encima de las presas, lo que podría ocasionarles graves daños, poniendo en peligro la
estabilidad de las mismas al presentarse esfuerzos y efectos perjudiciales, éstas disponen de
desagües, denominados aliviaderos, por los que se encauza el agua, llegándose, en
situaciones normales, a regular la cuantía de los caudales vertidos. Por razones similares, se
instalan otros tipos de desagües conocidos como desagües de fondo y desagües de medio
fondo. De todos ellos hablaremos seguidamente.

7.3. Aliviaderos

Son elementos de seguridad, previstos para evacuar la cantidad de agua que sobre- pasa la
capacidad del embalse, de modo que la presa quede protegida contra la erosión y el arrastre,
especialmente, en zonas tan vulnerables como la cimentación, estribos y coronación.

Dada la diversidad de construcciones hidráulicas, resulta hasta cierto punto problemático


establecer una clasificación que delimite perfectamente los distintos tipos de aliviaderos.
Por ello, exponemos una primera catalogación, según las siguientes denominaciones, que
ampliaremos de inmediato.

· Aliviaderos de superficie
· Túneles aliviaderos
· Aliviaderos de emergencia
7.3.1. Aliviaderos de superficie

Consideramos los siguientes:

Presas vertederos

El aliviadero forma parte integrante de la propia presa, mediante aberturas ubicadas en la


coronación, constituyendo los llamados vertederos en coronación de presa, en los que se
consigue gran capacidad de rebosadero con poca altura de lámina al aprovechar la máxima
longitud posible de aquella.
Dichas aberturas quedan distribuidas, generalmente, de manera simétrica respecto del eje
vertical de la presa, a fin de conseguir que la acción de las fuerzas originadas por el agua, al
verter grandes caudales, sea uniforme y equilibrada sobre el paramento de aguas abajo,
procurando que dichas acciones sean mínimas o nulas sobre las zonas de cimentación y
estribos, para lo cual se dan formas adecuadas a las desembocaduras de los vertederos que
proyectan el agua, conocidas como saltos de esquí o trampolines de lanzamiento (fig. 59).

Fig. 59. Desembocaduras de vertederos.

Para similar fin, se construyen cuencos de amortiguación, en la zona de aguas abajo de la


cimentación de presa, a base de colchón de agua o con trampolines sumergidos, con lo que
se anula la energía de caída del agua antes de que haga impacto directo sobre el terreno,
evitándose erosiones de fatales consecuencias en dicha zona (fig. 60).

Fig. 60. Presa vertedero con cuenco de amortiguación.


Se consideran presas de vertedero libre, cuando no disponen de los medios adecuados para
controlar e interrumpir el paso de agua a través de las aberturas del aliviadero (fig. 61).
Tales medios consisten en las denominadas compuertas, de las que hablaremos
oportunamente.

Fig. 61. Presa de vertedero libre.

Vertederos en canal

Se trata de una o dos aberturas dispuestas en un lateral de la coronación de la propia presa,


por lo que también se nombran vertederos laterales y cuyo emplazamiento, al quedar
despejado el paramento de aguas abajo, permite la instalación de la central o de otros
equipos y sistemas en dicho espacio.
Una vez que las embocaduras son rebasadas por el agua, ésta discurre por canales abiertos
que la encauzan, lanzándola aguas abajo y proyectando su caída hacia zonas alejadas de la
cimentación y estribos (fig. 62). En determinadas circunstancias, se dispone de un cuenco
para amortiguar los efectos perjudiciales del choque del agua.

Fig. 62. Vertedero en canal.


Cuando las aberturas están libres, es decir, sin compuertas, se conocen como vertederos de
canal libre (fig. 63).

Fig. 63. Vertedero de canal libre.

La mayoría de las presas de gravedad y de arco-gravedad, pertenecen al tipo de presas


vertederos, que, además, pueden tener vertederos en canal (fig. 64).

Fig. 64. Presa vertedero con vertedero en canal.


La sola instalación de vertederos en canal, es característica predominante de las presas de
bóveda (Fig. 56 y 65).

Fig. 65. Vertedero en canal para presa de bóveda.

7.3.2. Túneles aliviaderos

Cada uno de ellos, consiste en un túnel de construcción independiente de la presa.


Su asentamiento depende de las condiciones topográficas del terreno, y en la mayoría de los
casos se utilizó, inicialmente, para desviar las aguas del cauce donde se ubica la presa. Una
vez concluida ésta, se transforman en conducciones que se asemejan a los vertederos en
canal, con la única diferencia de su conformación de túnel en vez de canal abierto (fig. 66).

Fig. 66. Túnel aliviadero.


Cuentan en su desembocadura con trampolines de lanzamiento, para la anulación de la
energía del chorro de agua.

Las aberturas de su embocadura, suelen ir equipadas con compuertas, no sólo para controlar
los caudales evacuados, sino para aislar los túneles cuando se realizan inspecciones y obras
de reparación en los mismos, ya que, de todos los tipos de aliviaderos, son los que están
más expuestos a erosiones y efectos perjudiciales, ocasionados por el fenómeno de
cavitación, del cual nos ocuparemos en el apartado 11.1.

La instalación de este tipo de aliviadero, depende de la altura de las presas, siendo, casi
siempre, un complemento de las de tipo gravedad y arco-gravedad.

7.3.3. Aliviaderos de emergencia

Se conocen con esta expresión, los vertederos libres, situados, particularmente, en la


coronación de las presas de bóveda (fig. 67).

Fig. 67. Aliviaderos de emergencia.

Para amortiguar la energía del agua, adquirida en su caída libre debida a la gran altura
desde la que se produce, son necesarios colchones de agua o superficies de solera que
resistan el impacto de las láminas líquidas.

7.4. Desagües de fondo y de medio fondo

Se denominan también desagües del embalse, y mediante los mismos se controla y regula
la salida del agua.

Los desagües de fondo, en el caso concreto de las presas de hormigón, suelen estar
formados por uno o más conductos que atraviesan la estructura entre paramentos, según
planos verticales a la cimentación (fig. 68).
Fig. 68. Desagües de fondo.

Cada conducción dispone de válvulas de regulación de caudales, instaladas en cámaras


situadas en el interior de la presa o en los extremos de aguas abajo de dichos conductos,
alejados de la misma, como muestra la figura.

En las zonas de entrada del agua (fig. 69), se ponen


rejillas, formadas por barras de acero u hormigón
armado, para impedir el paso de broza y cuerpos
extraños en suspensión dentro del agua, que podrían
ocasionar obstrucciones de difícil eliminación. Se
distinguen rejillas gruesas y finas, en función de la
separación entre barras; considerándose, para las
primeras, una distancia comprendida entre 50 y 250
mm y, para las segundas, 30 mm; datos, todos ellos,
orientativos. En la figura 70, se representan distintas
secciones de barrotes para rejillas.

Fig. 69. Rejillas.

Así mismo, en las embocaduras, se colocan


compuertas y ataguías destinadas a
bloquear el paso del agua, con el fin de
poder realizar el agotamiento completo de
las conducciones, facilitándose las
operaciones de revisión, conservación, etc.
Estos equipos serán tratados más adelante.
Fig. 70. Secciones de barrotes.

Los desagües de fondo, están situados cerca de la cimentación de presa, por lo general, en
la zona central de la misma. Se utilizan como medios de seguridad para el vaciado total del
embalse.

Conocidos también como desagües intermedios, los desagües de medio fondo, sirven de
ayuda a los aliviaderos de superficie y como elementos de control del nivel de embalse.
Suelen estar instalados a media altura de la presa y en los laterales de ésta, siendo
disposición frecuente, especialmente, en las presas de bóveda de grandes dimensiones (fig.
71).

Fig. 71. Desagües de medio fondo.

7.5. Galerías de inspección

Con el objeto de poder inspeccionar, interiormente, la estructura de una presa, y acceder a


los distintos equipos que en ella se encuentran instalados, tales como bombas de
agotamiento, motores y servomotores de accionamiento de válvulas, etc., se construyen
galerías subterráneas que la recorren en distintos sentidos. Ver figura 53.
Aparte del gobierno, reparación, etc., de los equipos, interesa esencialmente la vigilancia y
control, por personal especializado, de las filtraciones y juntas en el hormigón, para lo qué,
respectivamente, se colocan drenes en los que periódicamente se llevan a cabo aforos,
extensómetros que detectan la evolución de las juntas entre bloques de hormigón, así como
también captores de temperaturas, péndulos para detectar movimientos o deformaciones en
la presa, piezómetros para controlar presiones de agua, etc.

7.6. Escala de peces

Consiste en un canal abierto en toda su longitud que, situado en una de las márgenes,
comunica la zona de aguas abajo con la de aguas arriba de la presa. De anchura no superior
a 1,5 m y pendiente aproximada de 1:9, se consigue, con procedimientos y equipos
adecuados, que el agua discurra a una velocidad máxima de 3 m/s.
Constituye un elemento accesorio de presas asentadas en ríos donde ha de conservarse la
riqueza piscícola. Ver, en figura 64, escala de peces representada en margen derecha.

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