Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Nos preparamos para festejar plenamente un gran acontecimiento, la Resurrección de Cristo en la cual
participamos nosotros.
Para entender mejor que es la Cuaresma, debemos conocer lo que es el año Litúrgico que vive la Iglesia.
El Año Litúrgico es la Celebración Cíclica de los principales acontecimientos de nuestra salvación Tiene dos
períodos fuertes como preparación a grandes festividades.
El Adviento, que nos prepara para la celebración de la Navidad.
La Cuaresma, tiempo en el que nos preparamos para las festividades Pascuales.
Pasión y Muerte, Resurrección, Ascensión y Glorificación de Jesús.
La Cuaresma:
Inicia el Miércoles de Ceniza y termina con la Semana Santa: la Semana Santa comienza con el Domingo de
Ramos y acaba el Sábado Santo; luego viene el Domingo de Resurrección, la fiesta más grande de la Iglesia y
viene un tiempo aún más fuerte y bello, el Tiempo Pascual, tiempo de redención.
La Cuaresma, como ya se dijo es un tiempo de oración y esfuerzo, ya que nos recuerda los cuarenta días que
pasó Jesús orando y ayunando en el desierto, para ofrecer a su Padre el Sacrificio de su Vida.
El número cuarenta en la Biblia es un símbolo de tiempo de preparación, de prueba, por eso para nosotros esos
cuarenta días significan un tiempo de reflexión, oración, penitencia y conversión.
El echarse ceniza y ponerse un vestido o trapo burdo era costumbre de los judíos, costumbre que venía desde
antes de Cristo y significaba que estaban haciendo penitencia ante Dios. (Jdt. 4, 9-15 Job 42-1-6; LC. 10, 13-
15).
Los cristianos tomaron, pues esa costumbre de los judíos como un signo de arrepentimiento y de deseo de
iniciar un tiempo de conversión. Cuando recibirnos la ceniza al principio de la Cuaresma, estamos
reconociéndonos como criaturas de Dios, aceptamos con humildad que dependemos de El. También aceptamos
nuestra cruz para resucitar con Cristo.
El reconocer que somos pecadores nos exigirá imponernos a nosotros mismos una serie de actos que den más
valor a nuestros propósitos de auténtica conversión:
Reconciliación con Dios - nuestros hermanos - por medio de la confesión y el perdón mutuo.
Se nos invita a practicar con más generosidad nuestro amor a los demás. Todo esto con el fin de celebrar más
intensamente la Semana Santa: Domingo de Ramos y el Triduo Pascual: Jueves, Viernes y Sábado Santo. En la
Semana Santa celebramos los grandes misterios de la redención.
¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?
La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de
meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de
este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos,
de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador.
Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados.
Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes)
todo aquello que no agrada a Dios.
“Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en
memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos
son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones
como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de
bienes (obras caritativas y misioneras).” (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo: