Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
proyectos en curso
ENERO 29, 2004 FERNANDO M. FERNÁNDEZ
HTTPS://WWW.ANALITICA.COM/OPINION/OPINION-NACIONAL/HACIA-UN-NUEVO-CODIGO-PENAL-Y-LOS-
PROYECTOS-EN-CURSO/
02/01/2020
05:39 AM
Si te gustó, ¡comparte!
Pinterest
Introducción
El objetivo del presente artículo es contribuir con el proceso de hacer un nuevo Código
Penal en Venezuela y cambiar el paradigma jurídico, que es una de las metas para el
primer trimestre del año 2004 de la Comisión Mixta (1) de la Asamblea Nacional para el
Estudio de los Códigos Penal, Orgánico Procesal Penal y Orgánico de Justicia Militar
(de ahora en adelante LA COMISIÓN MIXTA), presidida por los Diputados Alberto
Jordán Hernández, Nelson Ventura (Sub – Comisión del Código Penal) y Nelson
Chacín (Sub – Comisión del Código Orgánico de Justicia Militar).
Es un hecho notorio, que no requiere ser probado, que en Venezuela existe una gran
impunidad de los delitos. Ello se debe a múltiples causas. Una de ellas es la
coexistencia de dos sistemas penales: por un lado, la obsolescencia de los delitos del
Código Penal y, de otra parte, la exagerada inflación normativa que impide saber con
exactitud cual es la norma aplicable en un caso concreto. Esa es parte del origen del
drama: muchas normas y poca eficacia.
Estamos ante un círculo vicioso que parte de la inflación legislativa causada por la
descodificación penal; la misma genera inseguridad jurídica; esta ocasiona impunidad;
y, como consecuencia, se dictan nuevas normas penales que aumentan la inflación
legislativa. Y así, sucesivamente.
El hecho de no saber con precisión cuales conductas son delictivas, hace que mucha
gente incurra en el error de prohibición. Allí es cuando cobra mayor relevancia el
principio de legalidad penal: nullum crimen, nulla poena, nulla mensura, sine lege
scripta, estricta, publica certa et praevia. Que quiere decir que no hay delito, tampoco
pena ni medida de seguridad, si no existe una ley escrita, de cumplimiento estricto, que
sea pública, cierta e inequívoca y previa a los hechos. Así, mediante la aplicación
rigurosa del principio de legalidad, las víctimas pueden saber cual es la naturaleza del
hecho que han sufrido y, de otra parte, los potenciales victimarios pueden saber con
anticipación qué es lo prohibido y cuales son sus consecuencias. Esa es la esencia de
una política criminal moderna.
Distintas publicaciones han recogido el texto del documento Hacia un nuevo Código
Penal, dentro de las que destacan las de
la(%=Link(“http://www.asambleanacional.gov.ve”,”Asamblea Nacional”)%)
Asamblea Nacional, la revista
digital(%=Link(“htpp://64.207.147.4/documentos/2002″,”Venezuela Analitica”)%)
y diversas compilaciones y libros la han referido. Asimismo, se han hecho múltiples
foros y conferencias a lo largo del país.
Igualmente, en el seno del Equipo Técnico se han producido unas 200 ponencias
especializadas sobre los distintos temas penales, entre delitos y principios, las cuales
han servido de base para la redacción final del nuevo Código Penal. Las
participaciones han sido grabadas y transcriptas, en donde constan los distintos
asuntos que se han expuesto, así como los temas polémicos que han surgido.
Por eso se debe cambiar el paradigma del Código de Zanardelli, adoptado por Juan
Vicente Gómez y el grueso número de leyes penales descodificadas, basados en una
visión estatista y autoritaria del Derecho Penal. Aun cuando, no queda duda, el Código
de Zanardelli por su inspiración en la Escuela Clásica ha sido una opción mejor que los
Código positivistas de la época y, lógicamente, que el Código Rocco en 1930
promulgado durante el reinado de Víctor Emmanuel II de la casa de Saboya, durante el
ascenso del fascismo de Mussolini y que sucedió al Código de Zanardelli en Italia.
Es un lugar común admitir que solo el Estado tiene la capacidad de hacer leyes. Ese
monopolio le proporciona un deber supremo: hacerlas bien y que sean justas, luego
escribirlas de forma clara y sencilla. De lo contrario, se violenta la libertad humana más
allá de lo permitido por la convivencia humana y los ciudadanos se convierten en
víctimas del Estado.
En democracia la regla para los ciudadanos es que todo está permitido, pero lo que las
leyes prohíben no puede hacerse. Es decir, que todo lo no prohibido o limitado
expresamente en las leyes está permitido plenamente. Luego, un ciudadano es libre
solo cuando sabe con exactitud lo que está prohibido por las leyes. Cuando ello se
ignora es imposible ejercitar la libertad, sin miedos o aprensiones. Más bien, el
atropello y el abuso de los derechos de los demás se convierte en norma. Ser libre es
hacer lo permitido con la plena certeza de que no habrá sanción alguna. De la misma
manera, que tampoco se hace daño a nadie ni a nada.
De otra parte, para el Estado y los funcionarios solo se puede hacer lo que está
expresamente establecido en la Ley. Lo que esta autoriza u obliga. Hacer lo contrario
puede ser un delito. En eso reside la diferencia entre ciudadanos de una República
democrática y los funcionarios del Estado.
Según la Constitución, las normas penales son las únicas que permiten ejercer la
potestad sancionatoria del Estado y establecer las formas de privar de la libertad
personal para facilitar la vida en común. Por eso se necesitan suficientes garantías
legales que impidan que sufran los inocentes. Además, que no haya venganzas,
errores, omisiones, abusos y excesos que afecten a los culpables. Asimismo, que las
penas sean justas y proporcionadas. O sea, un buen Código Penal debe evitar la
injusticia.
Lo más lamentable de esta situación, es que las faltas previstas en el Libro Tercero del
Código Penal vigente, está desactualizado y en total desuso. Lo que quiere decir que
los pequeños hechos punibles, por no ser atendidos, suelen ser el inicio del un ascenso
en la comisión de delitos graves. La conseja de las abuelas según lo cual “quien no
puede lo menos, no puede lo más”, esa máxima de experiencia no encuentra forma de
ser practicada. No existe prevención del delito y los hechos punibles más leves no se
procesan ni sancionan. Esa situación quebranta la moral de la ciudadanía que observa
el crecimiento desbordado de la anomia. De la impunidad de las faltas se asciende a la
comisión de los delitos. Esa es una regla fatídica.
El Código de Zanardelli
De otra parte, sin embargo, tutelaba bienes jurídicos propios de un reino y no de una
república democrática. En consecuencia, el primer sujeto de protección penal del
Código de Zanardelli l es el Estado, sus dignatarios y autoridades y no los seres
humanos y sus derechos fundamentales, como se hace ahora. Eso explica la
importancia, preeminencia y jerarquía de delitos contra el Estado y los funcionarios,
como es el caso de los delitos de desacato (todos de laesa maiestatis), la traición
(laesa patria), etc. como contrapartida quedan subordinados y con menores penas, los
delitos contra las personas, que no son ciudadanos, como se piensa ahora, sino más
bien súbditos, propio del sistema monárquico, estatista y autoritario italiano.
El Código de Zanardelli solo se mantiene vigente en Venezuela y en la ciudad Estado
Vaticano(3) . No obstante que, para el mundo académico mundial es una referencia
histórica indudable.
El Código de Zanardelli fue derogado en 1904 y sustituido por el Código español. Pero,
en 1915, año de la elección de Juan Vicente Gómez (4) como presidente constitucional,
el Código de Zanardelli fue nuevamente adoptado. Es evidente, entonces que el
máximo caudillo venezolano de entonces hiciera prevalecer su punto de vista, por eso
se retomó el Código de Zanardelli, con lo que se derogó el español, hasta nuestros
días, con reformas no sustanciales en 1926, 1964 y 2000. No es necesario demostrar
el carácter estatista y autoritario del régimen gomecista. Pero nos queda claro la
semejanza que existía entre una monarquía europea y el gobierno de uno solo, en
Venezuela. Por eso, delitos como los de desacato eran tan importantes para ambas
visiones de la política.
Como hecho constatable, ese Código de Zanardelli ha servido por igual a gobiernos
democráticos y dictatoriales en Venezuela a lo largo del siglo XX. Lo cual demuestra
una gran versatilidad, sin duda, pero también un descuido sostenido en preservar las
formas democráticas y las propias del Estado Social, de Derecho y de Justicia, dejando
para después las eliminación de los restos jurídicos del sistema gomecista. Asimismo,
graves injusticias, persecuciones políticas, errores y violaciones de los derechos
humanos se han hecho bajo su amparo, aun en democracia. La CRBV establece un
parámetro claro, inequívoco y terminante que impide continuar con esta tendencia
legislativa.
A los proyectos de reforma del Código Penal que han sido redactados por valiosos
tratadistas como Tulio Chiossone, Luis Jiménez de Asúa, José Rafael Mendoza
Troconis, José Miguel Tamayo Tamayo y Jorge Sosa Chacín, Tulio Chiossone
(Comisión de Codificación y Jurisprudencia), José Agustín Méndez, José Ramón
Medina, Gustavo Manrique Pacanins, Víctor Sanavria, Juan José Mendoza, Edgar
Sanabria, Nicomedes Zuloaga (entre los integrantes de la Comisión de Codificación,
Legislación y Jurisprudencia), Otto Marín Gómez y otros, se le suma el que ha
presentado, a principios de este año, un grupo de prestigiosos juristas coordinados por
el Magistrado Alejandro Angulo Fontiveros, integrado por José Luis Tamayo Rodríguez,
Gladis Hernández, Mónica Fernández(5) y Miguel Villarroel.
Tales iniciativas tienen un mérito indiscutible: son excelentes piezas jurídicas con
indudables aportes, pero todos han girado en torno al modelo de Zanardelli. Con la
CRBV, las cosas han girado en 180° debido a la preeminencia de los derechos
humanos. En consecuencia, tales anteproyectos deben ser revisados para obtener de
ellos lo mejor y que sea aplicable al nuevo paradigma jurídico, dentro de lo posible.
Asimismo, se han aprobado diferentes proyectos y nuevas leyes con delitos, lo que
hace que el trabajo de la Comisión Mixta sea cada día más exigente, profundo y
extenso. De la misma, se adelantan nuevos proyectos de leyes con nuevos delitos.
La descodificación
Dadas las dificultades de hacer una reforma integral del Código Penal, se han hecho
más de 70 leyes especiales que contienen delitos. Varias de esas leyes son
exclusivamente penales que se asemejan a pequeños códigos penales especializados,
pero con evidentes antagonismos con el Código de Zanardelli. Otras de ellas combinan
normas administrativas con delitos y otras son leyes civiles o administrativas o civiles
que contienen delitos sueltos. De esa manera se ha reformado parcialmente al Código
Penal, mediante una legislación desordenada y carente de la más básica
sistematicidad y elemental lógica.
En total, existen unos 813 delitos (6) en Venezuela publicados en la Gaceta Oficial, sin
contar los delitos militares(134 delitos) y las Faltas del Libro Tercero del Código Penal
(62 faltas), pero nadie sabe con precisión cuáles están vigentes o han sido derogados
por la descodificación para un total de 1009 hechos punibles publicados en Gaceta
Oficial. Lo más grave es que existen leyes especiales con principios rectores que
antagonizan con la sistemática del Código de Zanardelli, tal como se evidencia en el
tema de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, por ejemplo, algo que el
noble pero anciano Código de Zanardelli no permite.
Conclusiones
La vía que sugerimos a la Asamblea Nacional hace casi dos años, ha sido la de hacer
un nuevo Código Penal que desarrolle el paradigma contemporáneo basado en la
tutela y garantía de los derechos humanos, ya consagrados en los Tratados
Internacionales válidamente aprobados en Venezuela y reconocidos por la CRBV. Se
trata de hacer un instrumento eficaz y erradicar la inseguridad jurídica.
Finalmente, esperamos que el nuevo Código Penal que adelanta la Comisión Mixta
cuente con la mejor voluntad de todos los venezolanos en el 2004. En tal sentido, todas
aquellas personas que tengan alguna sugerencia o proyecto en curso, pueden enviarlo
a nuestra sede. Los caminos están abiertos.
Notas
(2) El documento Hacia un nuevo Código Penal fue elaborado por Elsie Rosales y
Fernando M. Fernández, por delegación de los demás miembros del Equipo Técnico,
quienes hicieron constantes sugerencias hasta que estuvo terminado, por lo que
cuenta, adicionalmente, con su respaldo científico.
(3) ZAFFARONI, Eugenio Raúl: Derecho Penal. Parte general. Ediciones EDIAR e
ILANUD. Buenos Aires, 2000. Pág. 230.
(4) Gómez ha sido calificado como un “tirano liberal” por uno de los más importantes
historiadores venezolano (Manuel Caballero: Gómez, el tirano liberal. Alfadil Editores.
5ª edición. Caracas, 2003), lo que no es contradictorio con su política carcelaria y la
adopción plena del sistema de Zanardelli, a lo que se une la implantación del modelo
inquisitivo mixto de enjuiciamiento criminal que estuvo vigente hasta su derogatoria en
1998, año en que se adoptó el modelo acusatorio, oral, público, garantista y con
participación ciudadana en el COPP. En líneas generales, el gobierno de Gómez se
apoyó en el sistema inquisitivo, el Código de Zanardelli y una impresionante red
penitenciaria, que parte de la Rotunda y se extiende a los presidiarios con grillos que
construían carreteras bajo la modalidad de trabajo forzado previsto en la pena de
presidio del Código de Zanardelli, bajo el régimen punitivo del Código Penal vigente.
Por último, la represión contra los llamados “vagos y maleantes” fue el complemento de
toda una visión autoritaria del poder.
(5) La Dra. Mónica Fernández ha sido acreedora del premio internacional como Joven
Sobresaliente del Mundo 2003 por la Cámara Junior Internacional, acreditada en 120
países. Además, es Juez penal por concurso, profesora universitaria y fue Directora de
Prisiones.
(6)Ver el papel de trabajo presentado por el autor en el que se compilan los delitos del
Código Penal y de las leyes penales especiales. Asimismo, la obra titulado Crímenes
delitos y faltas vigentes en Venezuela. Editorial LIVROSCA. Caracas, 2003.