Sei sulla pagina 1di 195

NECESIDADES NUTRICIONALES EN AVICULTURA

NORMAS FEDNA (2ª edición)

Elaboradas por:

G. Santomá (Trouw Nutrition)


G.G. Mateos (Universidad Politécnica de Madrid)

En colaboración con:

E. Borja (Grupo AN)


J. de los Mozos (Trouw Nutrition)
P. García Rebollar (Universidad Politécnica de Madrid)
G. Mallo (Universidad Nacional de Lujan, Argentina)
A. Rivera (Solinagro)

Patrocinadas por:

NANTA, S.A. NUTRECO PRC TROUW NUTRITION

Noviembre 2018
NECESIDADES NUTRICIONALES PARA AVICULTURA
NORMAS FEDNA (2ª edición)
Madrid, 22 y 23 de Noviembre 2018
Edita: Fundación Española para el Desarrollo de la Nutrición Animal
Imprime: IMPROTALIA S.L
ISBN: 978-84-09-06529-5
NORMAS FEDNA PARA LA FORMULACIÓN DE PIENSOS

2. Avicultura

Instituciones y Empresas Colaboradoras:

Agroloma, S.L. Hubbard Breeders


Avena Nutrició, S.L. Indukern, S.A.
Cargill, S.A. Nanta, S.A.
Aviagen S.A.U. Novus International
Cobb Española, S.A. Piensos Procasa, S.A.
Coren, S.C.L. Productos Florida S.A.
Corporació Alimentaria Guissona, S.A. Setna Nutrición S.A.U.
De Heus Nutrición Animal, S.A. Solinagro, S.L.
DSM Nutritional Products Tegasa
Evonik Nutrition & Care GmbH Tesercus, S.L.
Galimetría Estadística S.L. Trouw Nutrition, S.A.
Grupo AN Universidad de Maryland
Grupo Vall Companys Universidad Politécnica de Madrid
H&N International Uvesa

Técnicos participantes:

J.C. Abad J. Coma L. Mur


R. Angel C. Dapoza P. Pérez de Ayala
X. Arbe G. Farré I. Riu
J. Asensi M. Frikha F. Roig
X. Asensio D. García Valencia X. Serrano
J.I. Barragán M. Gorrachategui R. Sugráñez
C. de Blas R. Lázaro García J. Valle
J. Carrizo J.M. Lozano M. Valls
M. Cirera R. Martínez-Alesón E. Villalbí
E. Cegarra J. Méndez
INDICE

NORMAS FEDNA: Avicultura Páginas


PRESENTACIÓN 13
UNIDADES DE VALORACIÓN 15
Energía 15
Fibra Dietética 19
Ácido Linoleico y Grasa añadida 22
Proteína Bruta y Aminoácidos 23
Macrominerales 25
Vitaminas y Minerales Traza 32
Aditivos 35
Enzimáticos 35
Acidificantes 41
Pigmentantes 41
NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLOS DE CARNE
Pollos de Carne en Cría Intensiva 45
Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula 45
Necesidades Energéticas 50
Necesidades en Fibra Dietética 51
Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa 52
Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos 53
Necesidades en Macrominerales 56
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 58
Piensos de Preiniciación 59
Pollos de Carne en Sistemas de Cría Diferenciados 66
Necesidades Nutricionales 66
Presentación del Pienso 67
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 67
Color de la canal 68
NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLITAS Y AVES DE PUESTA
Pollitas de Recría Ligeras 74
Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula 79
Necesidades Energéticas 79
Necesidades en Fibra Dietética 80
Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa 80
Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos 80
Necesidades en Macrominerales 81
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 81
NORMAS FEDNA: Avicultura Páginas
Gallinas Ponedoras 87
Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula 88
Necesidades Energéticas 89
Necesidades en Fibra Dietética 89
Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa 90
Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos 91
Necesidades en Macrominerales 93
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 95
Nutrición y Calidad del Huevo 95
Calidad y Color de la Cáscara 96
Calidad del Albumen 99
Pigmentación de la Yema 99
Alimentación Diferenciada 100
Ponedoras sobre Suelo 101
Producciones Ecológicas 104
Reproductoras Pesadas 111
Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula 112
Necesidades Energéticas 113
Necesidades en Fibra Dietética 113
Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa 114
Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos 115
Necesidades en Macrominerales 116
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 117
Alimentación Separada de Machos 119
NECESIDADES NUTRICIONALES. PAVOS DE ENGORDE
Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula 124
Necesidades Energéticas 125
Necesidades en Fibra Dietética 126
Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa 126
Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos 126
Necesidades en Macrominerales 127
Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza 128
Niveles de Utilización de Materias Primas 129
ANEXOS 137
Anexo 1.- Cálculo de las necesidades energéticas
1.1.- Pollos de Carne 139
1.2.- Pollitas de Recría puesta y reproductoras pesadas 144
1.3.- Aves en Puesta: gallinas ponedoras y reproductoras 147
pesadas
ANEXOS Páginas
Anexo 2.- Cálculo de las necesidades de lisina
2.1.- Pollos de Carne 152
2.2.- Pollitas de recría puesta y reproductoras pesadas 154
2.3.- Aves en Puesta: gallinas ponedoras y reproductoras 157
pesadas
Anexo 3.- Resumen de las aportaciones realizadas por 160
técnicos españoles. Pollos de carne
REFERENCIAS 167
INDICE de Tablas

NORMAS FEDNA: Avicultura Páginas


UNIDADES DE VALORACIÓN
Tabla 1.- Clasificación de los hidratos de carbono de origen 20
vegetal
NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLOS DE CARNE
Tabla 2.- Balance de proteína ideal en pollos broilers de 0 a 21 d 61
de edad. Aminoácidos digestibles
Tabla 3.- Balance de proteína ideal en pollos broilers de 21 d de 62
edad a sacrificio. Aminoácidos digestibles
Tabla 4.- Balance de proteína ideal en pollos broilers 63
Aminoácidos digestibles. Recomendaciones FEDNA
Tabla 5.- Recomendaciones nutricionales para pollos de carne. 64
Producción industrial
Tabla 6.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales 65
traza en pollos de carne
Tabla 7.- Producción de pollos en España: sistema industrial y 69
sistemas alternativos
Tabla 8.- Recomendaciones nutricionales para pollos de 70
crecimiento diferenciado “rápido”. Producción tipo
"Certificado"
Tabla 9.- Recomendaciones nutricionales para pollos de 71
crecimiento diferenciado “medio”. Producción tipo
"Campero"
Tabla 10.- Recomendaciones nutricionales para pollos de 73
crecimiento diferenciado “lento”. Producción tipo
"Label"
NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLITAS Y AVES DE PUESTA
Tabla 11.- Balance de proteína ideal en pollitas de recría rubias.
Aminoácidos digestibles.
a.- De 0 a 5 semanas 82
b.- De 10 a 17 semanas 83
Tabla 12.- Balance de proteína ideal en pollitas de recría y 84
ponedoras rubias. Aminoácidos digestibles.
Recomendaciones FEDNA
Tabla 13.- Recomendaciones nutricionales para pollitas rubias 85
en recría
Tabla 14.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales 86
traza en pollitas rubias
NORMAS FEDNA: 2 . Avicultura Páginas
NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLITAS Y AVES DE PUESTA
Tabla 15.- Balance de proteína ideal en ponedoras rubias. 106
Aminoácidos digestibles
Tabla 16.- Balance de proteína ideal en ponedoras rubias. 107
Aminoácidos digestibles
Tabla 17.- Recomendaciones nutricionales para ponedoras 108
rubias en jaula
Tabla 18.- Recomendaciones nutricionales para ponedoras 110
rubias en suelo
Tabla 19.- Balance de proteína ideal en reproductoras 120
pesadas. Aminoácidos digestibles, inicio de puesta
Tabla 20.- Balance de proteína ideal en pollitas y 121
reproductoras pesadas. Aminoácidos digestibles.
Recomendaciones FEDNA
Tabla 21.- Recomendaciones nutricionales para pollitas, 122
reproductoras pesadas y machos
Tabla 22.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y 123
minerales traza en ponedoras comerciales y
reproductoras pesadas

NECESIDADES NUTRICIONALES. PAVOS DE ENGORDE


Tabla 23.- Balance de proteína ideal en pavos de carne de 0 a 130
9 semanas de edad. Aminoácidos digestibles
Tabla 24.- Balance de proteína ideal en pavos de carne de 9 131
semanas de edad a sacrificio. Aminoácidos digestibles
Tabla 25. Balance de proteína ideal en pavos de carne. 132
Aminoácidos digestibles. Recomendaciones FEDNA
Tabla 26.- Recomendaciones nutricionales para pavos de 133
carne. Programa de 6 fases
Tabla 27.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y 134
minerales traza en pavos de carne
Tabla 28.- Niveles de uso de materias primas en piensos para 135
pavos de carne. Recomendaciones prácticas
Abreviaturas

AA Aminoácidos
Arg Arginina
Arg dig. Arg digestible
BE Balance electrolítico
Ca Calcio
Cl Cloro
Cu Cobre
DDGS Granos y solubles de destilería deshidratados
DHA Ácido docosahexaenoico C22:6
EB Energía bruta
EM Energía metabolizable
EMA EM aparente
EMAn EMA retención nitrogenada cero
EMV EM verdadera
EMVn EMV retención nitrogenada cero
EN Energía neta
EPA Ácido eicosapentanoico C20:5
FAN Factor antinutricional
FB Fibra bruta
Fe Hierro
FND Fibra neutro detergente
Glu Glutámico
Gly Glicina
Gly equiv. Glicina equivalente = Gly (%)+0,7143 Ser (%)
Gly+Ser Glicina+Serina
Gly+Ser dig. Gly+Ser digestible
H Humedad
IC Índice de conversión
Ile Isoleucina
Ile dig. Ile digestible
K Potasio
Leu Leucina
Leu dig. Leu digestible
LNL Ácido linoleico C18:2
Lys Lisina
Lys dig. Lys digestible
máx. máximo
Met Metionina
Met dig. Met digestible
Met+Cys Met+Cisteína
Met+Cys dig. Met+Cys digestible
Mg Magnesio
mín. mínimo
Mn Manganeso
N Nitrógeno
Na Sodio
Ø Diámetro
P Fósforo
PB Proteína bruta
PV Peso vivo
Se Selenio
sem Semana
Ser Serina
T Temperatura
TGI Tracto gastrointestinal
Thr Treonina
Thr dig. Thr digestible
Trp Triptófano
Trp dig. Trp digestible
UE Unión Europea
Val Valina
Val dig. Val digestible
XAMAS Xantofilas amarillas
XAROS Xantofilas rojas
Zn Zinc
NORMAS FEDNA: Avicultura 13

NORMAS FEDNA PARA LA FORMULACIÓN DE PIENSOS

2. Avicultura

PRESENTACIÓN

El objetivo de esta monografía es aportar información básica


que ayude a los nutricionistas a mejorar la eficiencia productiva y
económica de las empresas avícolas. Las continuas mejoras en
genética, sanidad y manejo que han tenido lugar en los últimos años,
han modificado las necesidades nutricionales en todo tipo de aves.
Por tanto, es preciso adaptar las recomendaciones a la nueva
situación. Esta edición actualiza las normas FEDNA de alimentación
originales publicadas en el año 2008. Incluye recomendaciones
específicas sobre necesidades nutricionales de pollos en condiciones
intensivas y crecimiento rápido, así como de pollos de crecimiento
lento tipo certificado, campero y label. Asimismo, incluye información
para formular piensos para ponedoras comerciales en jaulas, suelo o
con acceso a parque, y reproductoras pesadas según fase de puesta.
Finalmente, se ha añadido un nuevo apartado dedicado a los
requerimientos nutricionales de pavos de engorde.

La bibliografía existente para las diversas líneas de aves es


exhaustiva pero no siempre aplicable de forma directa en nuestro
país, bien por no corresponderse con los objetivos de las
producciones nacionales, bien por no tener en cuenta que las
necesidades varían en función del tipo y manejo de la producción (p.
ej. mínimo coste vs. aves diferenciadas con valor añadido), producto
final requerido (p. ej. pollo asador vs. pollo para despiece) y genética
utilizada (p. ej., Cobb vs. Ross vs. Hubbard). En la preparación de
esta guía se ha revisado la información disponible a nivel mundial,
con énfasis en estudios realizados en aquellos países de nuestro
entorno económico líderes en avicultura.
14 NORMAS FEDNA: Avicultura

En ponedoras comerciales, gran parte de la información


disponible (Estados Unidos, Canadá, Países Bajos, etc) procede de
estirpes blancas que se caracterizan por tener un peso vivo inferior al
de las estirpes rubias y, por tanto, necesidades para mantenimiento
más reducidas y un menor consumo de pienso. En la presente
edición se introducen conceptos y comentarios sobre la producción
de huevos de aves en suelo con o sin acceso a parque. En todos los
casos, la información se ha particularizado y ajustado en base a
parámetros productivos estándares bajo condiciones españolas,
teniendo en cuenta datos proporcionados por empresas y técnicos del
sector que han colaborado en la elaboración de estas normas.

Los datos que se aportan en las tablas de recomendaciones no


se corresponden con necesidades mínimas obtenidas en estaciones
experimentales o laboratorios universitarios sino con
recomendaciones prácticas en condiciones de campo. Por tanto,
incluyen un amplio margen de seguridad que permite adaptarse a
situaciones específicas. Las normas cubren dos apartados claves: a)
presentación del pienso y b) necesidades de las aves en energía
metabolizable (EM), proteína bruta (PB; aminoácidos esenciales),
fibra, grasa (ácido linoleico), macrominerales (Ca, P, K+, Na+ y Cl-) y
microelementos (vitaminas y minerales traza) bajo sistemas
productivos con manejo adecuado y ausencia de enfermedades
relevantes. Se ha añadido un pequeño apartado sobre aquellos
aditivos (enzimas, ácidos orgánicos y pigmentantes) que se incluyen
de forma sistemática en los piensos comerciales producidos en la
Unión Europea (UE). El documento incluye información básica
(anexos 1 a 3) que permite recalcular mediante extrapolación, las
necesidades de las aves sometidas a circunstancias productivas
variables. Asimismo, se incluyen razonamientos y recomendaciones
lógicas que permiten adaptar los datos proporcionados a situaciones
productivas particulares. Es misión de cada nutricionista ajustar estos
estándares a las necesidades específicas de cada empresa.
NORMAS FEDNA: Avicultura 15

UNIDADES DE VALORACIÓN

Energía

La predicción de las necesidades energéticas en aves se


expresa en energía metabolizable aparente (EMA) en preferencia a
energía digestible ya que heces y orina se excretan conjuntamente.
Para su determinación se mide el consumo de alimento y la
producción de excreta, así como los valores correspondientes de
energía bruta (EB) o calor de combustión (Hill y Anderson, 1958). Si
se utiliza un marcador indigestible (p.ej., óxido de cromo, óxido de
titanio o cenizas insolubles en ácido) no se precisa controlar ni la
cantidad de pienso consumido ni de excreta producida, lo que facilita
el trabajo experimental. Los valores de EMA de un pienso
determinado dependen del nivel de ingestión: consumos bajos
reducen el contenido en EMA del alimento debido a la mayor
importancia en términos relativos de las pérdidas endógenas. Los
valores de EMA suelen corregirse en nitrógeno (EMAn; retención
nitrogenada cero) para tener en cuenta que parte del nitrógeno (N)
queda retenido bien como proteína tisular o proteína del huevo, o es
excretado en forma de ácido úrico. Para calcular la EMAn se añaden o
sustraen 8,22 kcal por cada g de N excretado o retenido, asumiendo
que es la cantidad de energía que corresponde a 1 g de N excretado
en forma de ácido úrico (NRC, 1994). La corrección aumenta con la
mayor excreción de ácido úrico (p.ej., movilización de proteína tisular
cuando el consumo es inferior a las necesidades de mantenimiento).
En aves en crecimiento o alta producción de huevos (balance de N
positivo), el valor de EMA es mayor que el de EMAn (de Blas et al.,
1990). En condiciones prácticas, se asume que la EMAn de un pienso
es aproximadamente un 94% de su EMA. Diversos autores (López y
Leeson, 2008; Mateos et al., 2019) estiman que cuando se utilizan
piensos equilibrados, la corrección en N penaliza el contenido
energético de los ingredientes ricos en proteína, una vez que éstos se
combinan con cereales u otras materias primas que aportan energía.
De aquí que se cuestione el beneficio de esta corrección por N en
situaciones prácticas.

El sistema de EM verdadera (EMV y EMVn) de Sibbald (1976)


utiliza gallos adultos en ayunas, cuyas necesidades para crecimiento
son mínimas. El método corrige los valores por pérdidas endógenas
(energía en excreta de origen no alimenticio) utilizando como control
gallos que se mantienen en ayunas. Diversos laboratorios (p. ej.,
16 NORMAS FEDNA: Avicultura

Universidad de Georgia y Universidad de Illinois) muestran


preferencia por la determinación y uso de valores de EMVn de las
materias primas ya que esta técnica es más fácil, rápida y económica
que la EMAn tradicional. Sin embargo, varios problemas limitan la
utilización práctica del sistema de EMVn:

a.- La utilización de gallos adultos como aves experimentales no


siempre es representativa de los valores a obtener en broilers en
crecimiento o en aves de puesta (CVB, 2018; Mateos et al., 2015,
2019).

b.- No se han publicado valores en EMVn de los principales


ingredientes en los últimos 10-15 años, lo que reduce su utilización
práctica. De hecho, a efectos prácticos los datos existentes se
corresponden en su mayoría con valores publicados por el NRC
(1994).

c.- La correlación entre los valores en EMAn y EMVn de las


materias primas tradicionales, caso del maíz y de la harina de soja es
alta, lo que no ocurre con materias primas no tradicionales, caso de
ingredientes ricos en fibra. Por tanto, su aplicación en formulación
práctica es discutible ya que no predicen de forma similar los
rendimientos de las aves.

d.- No existen valores publicados sobre las necesidades de las


aves en EMVn, lo que limita su aplicación.

e.- La valoración de la EMVn de los alimentos en las aves exige


ayunos prolongados, seguido de alimentación forzada con cantidades
elevadas del ingrediente a evaluar. En numerosos países, incluidos
los de la UE, el sistema no está permitido por sus implicaciones sobre
el bienestar animal.

En base a estas limitaciones, esta publicación no contempla la


utilización del sistema de EMV para evaluar la energía de
ingredientes y piensos en avicultura.

El sistema de energía neta (EN) fue introducido en la década de


los “40” en Estados Unidos (Fraps, 1946) y propuesto posteriormente
en Europa por De Groote (1974). En los últimos años, diversos
investigadores (Noblet et al., 2010; Choct, 2012, 2015; Swick et al.,
2013; Carré y Juin, 2015; Noblet, 2015; Van Milgen et al., 2018; Wu
NORMAS FEDNA: Avicultura 17

et al., 2019) han evaluado las posibles ventajas del uso de la EN en la


valoración de alimentos para aves. A pesar de las importantes
inversiones realizadas en diversos centros de investigación en Estados
Unidos (p.ej., Universidad de Arkansas) y Australia (p. ej.,
Universidad de New England), no se dispone de datos suficientes que
permitan su utilización en condiciones prácticas. A este particular,
Carré y Juin (2015) utilizaron 30 piensos con una amplia variabilidad
en composición química (2.735 a 3.550 kcal EMAn/kg; 18,4 a 29,8%
PB; 0,84 a 1,55% Lys total y 11,7 a 23,7% de paredes celulares
insolubles en agua) en pollos de 3 a 5 sem de edad. Encontraron que
la variación de la relación EN/EMAn de todos los alimentos era
reducida y dentro del rango 0,73 a 0,80%, lo que reduce el interés de
su uso en formulación práctica.

Los componentes del pienso con mayores diferencias entre los


valores en EMAn y EN corresponden a las fracciones fibrosa y lipídica
(Mateos et al., 2017b, 2019). La fracción fibrosa, especialmente la no
lignificada, puede ser fermentada en el intestino grueso, lo que afecta
a la eficacia neta de los ingredientes. Sin embargo, su importancia
práctica en aves jóvenes es muy limitada. Por otra parte, la eficacia
en la utilización de la fracción lipídica es superior en aves tipo
ponedoras, con altos niveles de deposición de grasa en huevo, que en
aves en mantenimiento. De hecho, numerosas publicaciones (p.ej.,
CVB, 2018) dan a las grasas valores energéticos en EMAn en aves de
puesta próximos e incluso superiores a su EB, lo que no es
biológicamente aceptable. Sin embargo esta valoración extra permite
tener en cuenta la mayor eficiencia energética relativa de los lípidos
vs. proteínas e hidratos de carbono en piensos para altas
producciones formulados en base a EMA. A efectos prácticos, la
mayoría de las tablas de avicultura expresan las necesidades y el
contenido energético de los ingredientes en EMAn utilizando como
animales experimentales broilers en crecimiento (Bourdillon et al.,
1990).

Las aves en general comen a fin de satisfacer sus necesidades


energéticas. Por ello, consumen más con piensos bajos en energía que
con piensos ricos en energía. Sin embargo, esta capacidad no es
perfecta en aves jóvenes (p. ej., inicio de puesta) o piensos muy
bajos en energía, debido en parte a la reducida capacidad física del
aparato digestivo. Por ello, las aves tienden a consumir menos energía
de lo preciso con piensos muy bajos en energía, ofrecidos en forma de
harina, especialmente en épocas de calor.
18 NORMAS FEDNA: Avicultura

Dentro de la zona de termoneutralidad, las necesidades


energéticas se reducen al elevarse la temperatura ambiental ya que el
ave no precisa utilizar nutrientes para producir calor. Como
consecuencia, sus necesidades energéticas disminuyen y el consumo
se reduce. Sin embargo, las necesidades en aminoácidos (AA), bien
para formar tejido muscular, bien proteína de huevo, y en minerales
permanecen constantes, por lo que es preciso aumentar su
concentración en el pienso. Cuando la temperatura ambiente está por
encima de la zona de termoneutralidad, la situación se complica,
iniciándose el jadeo con aparición de problemas metabólicos (p.ej.,
mayor deposición de grasa y menor de proteína) y reducción no
proporcional del consumo de pienso lo que reduce el crecimiento y la
productividad. El jadeo supone un gasto energético importante y bajo
estas circunstancias, la energía, y no los AA esenciales, podrían limitar
la productividad. El estrés térmico depende de la temperatura y de la
humedad relativa del medio ambiente. Se estima que cuando la suma
de la temperatura (T) en grados centígrados y de la humedad (H)
ambiental en porcentaje, supera el valor crítico de 100 (p.ej., 30ºC y
70% de humedad), el pollo eleva el jadeo y entra en estrés calórico.
Estos problemas no se solucionan de forma satisfactoria mediante
simples modificaciones nutricionales.

Una recomendación típica del nutricionista en épocas de calor


es aumentar la concentración energética del pienso en 30 a 50 kcal
EMAn/kg mediante suplementación con grasa, a fin de facilitar el
consumo voluntario de energía reduciendo al mismo tiempo el
incremento de calor (Mateos et al., 2017a, 2019). En teoría, esta
recomendación es prudente. Sin embargo, en condiciones prácticas, el
aumento de la energía y del nivel de grasa añadida rara vez supera el
1-2%, lo que limita su importancia real. Probablemente, el efecto más
positivo de la inclusión de grasa en piensos para aves en condiciones
de altas temperaturas sea la mejora de la palatabilidad y no sus
efectos positivos sobre el incremento de la producción de calor. A este
particular, la grasa añadida aglomera las partículas finas del pienso lo
que redunda en una mejora del consumo (Herrera et al., 2017,
2018a).

En situaciones de estrés calórico, el consumo voluntario de


pienso no viene regulado por las necesidades energéticas, sino por la
capacidad de liberar al exterior el calor metabólico producido
(Santomá y Pontes, 2004). Bajo condiciones ambientales severas, con
valores de T (ºC) + H (%) superiores a 105-108, las modificaciones
NORMAS FEDNA: Avicultura 19

nutricionales tienen poco efecto sobre el consumo y, por tanto, sobre


el crecimiento y la productividad de las aves. Un aumento del nivel de
AA en relación con la energía podría incluso ser perjudicial (Zhai et al,
2014). La única solución real al problema es reducir la producción de
calor, bien mediante técnicas de manejo (p. ej., menor densidad de
aves o reducción de la velocidad de crecimiento de las mismas), bien
mediante mejora de las instalaciones (p. ej., sistemas de aislamiento
y de ventilación de la nave).

En la valoración del contenido en EMAn de los alimentos se


recomienda ser prudente a la hora de valorar el posible efecto
beneficioso de las enzimas exógenas (p. ej., carbohidrasas, fitasas y
proteasas) y de otros aditivos, sobre la disponibilidad de la energía.
La razón es la dificultad de valorar este efecto de una forma
científica, ya que se ve afectado por numerosos factores
relacionados tanto con el ave como con el tipo de pienso (Mateos et
al., 2019). En cualquier caso, es conveniente tener en cuenta al
valorar la mayor disponibilidad de la energía por la inclusión en el
pienso de varios complejos o aditivos de forma conjunta, que los
efectos no siempre son aditivos (Fondevila et al., 2017).

Fibra Dietética

La fracción fibra de los alimentos no está bien definida en


nutrición animal. De hecho, la mayoría de los nutricionistas trabajan
con fibra bruta (FB) lo que excluye en gran medida la valoración
correcta del contenido en pectinas, hemicelulosas, celulosa y lignina
de las materias primas. En la tabla 1 se incluye un diagrama
aclaratorio sobre la clasificación de la fracción fibra de piensos y
materias primas en alimentación animal (NRC, 2012).

Las necesidades en fibra y los efectos de la misma sobre la


fisiología digestiva, la salud intestinal y la productividad de las
aves han sido objeto de numerosos trabajos de investigación (p.ej.,
Universidad de Armindale en New England en Australia, Massey
University en Nueva Zelanda, Norwegian University of Life Sciences
en Noruega, Wageningen en Holanda y Universidad Politécnica de
Madrid). Hasta muy recientemente, la idea más extendida era que
los piensos para aves debían incluir la menor cantidad posible de FB
por sus efectos negativos sobre la palatabilidad, el consumo
voluntario y la digestibilidad de los nutrientes (Janssen y Carré,
1985). De aquí que fuera frecuente limitar el nivel de FB en piensos
20 NORMAS FEDNA: Avicultura

comerciales a valores a menudo inferiores al 3% en alimentos de


primera edad. Trabajos más recientes indican que el nivel de fibra
aceptable en piensos para pollos podría ser superior al recomendado
y que en todo caso depende del tipo de fibra utilizado (Montagne et
al., 2003; González-Alvarado et al., 2007, 2010; Jiménez-Moreno et
al., 2009b, 2010, 2016; Svihus, 2011; Mateos et al., 2012, 2017b).

Tabla 1.- Clasificación de los hidratos de carbono de origen vegetal


(NRC, 2012)

Un mínimo de fibra, al igual que una molienda gruesa de los


ingredientes, favorece el desarrollo del tracto gastrointestinal (TGI),
la motilidad intestinal y probablemente, el reflujo de la digesta
(Jiménez-Moreno et al., 2009a; Mateos et al., 2012), a la vez que
estimula el funcionamiento de la molleja, la producción de ácido
clorhídrico y la actividad de los enzimas digestivos. Como resultado,
la solubilidad de los fitatos y de las sales minerales presentes en el
pienso aumenta, lo que beneficia la actividad de las fitasas, la
absorción de P y Ca y los procesos de calcificación. Un pH reducido
activa el pepsinógeno mejorando, especialmente en primeras edades,
la digestibilidad de las proteínas de origen vegetal en la parte
proximal del TGI. Además, niveles moderados de fibra modifican el
perfil de la flora intestinal en el TGI distal con aumento de la flora
celulolítica a expensas de la flora proteolítica (Kalmendal et al.,
2011; Mateos et al., 2012). Como consecuencia, niveles adecuados
de fibra pueden reducir el pH cecal, aumentar ligeramente la
producción de ácido butírico, reducir el crecimiento de Clostridium
NORMAS FEDNA: Avicultura 21

spp, Salmonella spp y otros microorganismos patógenos, y mejorar


la inmunidad general de las aves.

Es difícil presentar recomendaciones prácticas en relación con


el contenido en fibra dietética de los piensos y sus efectos sobre el
consumo y la digestibilidad de los nutrientes. Los valores a utilizar
dependen en primer lugar de cómo se expresan las necesidades
[p.ej., FB, fibra neutro detergente (FND), fibra insoluble o fibra
dietética], de la edad y tipo de ave y del objetivo prioritario de la
integración. Ensayos recientes (González Alvarado et al., 2008;
Mateos et al., 2012; Jiménez-Moreno et al., 2013a,b, 2016) indican
que de 0 a 21 d de edad, el pollito crece más y es más eficiente
con dietas que contienen 3,2 a 3,5% de FB (en base a añadir un 3%
de cascarilla de avena u otras fuentes de fibra insoluble) que con
dietas controles basadas en harina de pescado, arroz y concentrado
proteico de soja, con niveles de FB inferiores al 2,0-2,5%. Sin
embargo, en animales adultos (p.ej., gallina ponedora), la inclusión
de niveles relativamente elevados de fibra tiene escaso efecto sobre
el consumo de energía y la digestibilidad de los nutrientes pero
mejora el comportamiento del ave, con menor agresividad, y
reducción de la incidencia de picaje y mejora del emplume (Hartini et
al., 2002; Mateos et al., 2017b).

Las recomendaciones en FB que se presentan en las tablas


correspondientes incluyen un v a l o r mínimo para asegurar el
confort intestinal, estimular el desarrollo de la molleja y el
peristaltismo del TGI y reducir la agresividad, y un valor máximo a
fin de no penalizar la palatabilidad y el consumo voluntario de
energía. Teniendo en cuenta la nueva legislación de la UE en relación
con el bienestar animal y la posible mayor disponibilidad de materias
primas fibrosas (p. ej., salvados, DDGS de cereales y cascarillas
vegetales), cabe esperar que los niveles de inclusión de FB (y FND)
en piensos para aves aumenten, especialmente en ponedoras con
acceso a parque y reproductoras pesadas. A tener en cuenta que el
exceso de fibra, en particular de fuentes solubles, penaliza el
consumo y la digestibilidad de los nutrientes, especialmente en aves
jóvenes (González-Alvarado et al., 2008, 2010; Jiménez-Moreno et
al., 2011, 2013a,b), por lo que debe evitarse.
22 NORMAS FEDNA: Avicultura

Ácido Linoleico y Grasa Añadida

Las necesidades en ácido linoleico (LNL) se han estudiado con


cierto detalle en aves de puesta pero no en aves de carne. Existen
amplias discrepancias entre investigadores y técnicos de la industria
en relación con los niveles de LNL a utilizar para maximizar la
productividad en ponedoras. La mayoría de los trabajos científicos
publicados indican que para maximizar la puesta y el tamaño del
huevo, las aves necesitan alrededor de 1,10% de LNL en el pienso
(Jensen y Shutze, 1963; NRC, 1994; Grobas et al., 1999a,b,c,
2001; Safaa et al., 2008a; Pérez-Bonilla et al., 2012a,b; Herrera et
al., 2017, 2018b). Sin embargo, los técnicos de la industria y
numerosas empresas de genética (IsaBrown, 2015; Hy-Line, 2017;
Lohmann, 2017a,b,c) recomiendan niveles de LNL que a menudo
superan el 1,5-1,6%. Las razones de esta discrepancia tan acusada no
son conocidas, pero pueden explicarse en base a tres razonamientos.
En primer lugar, en la mayoría de los casos el contenido en LNL de las
grasas se valora en base a tablas, lo que en ocasiones (p.ej., oleínas
comerciales) no es correcto. En segundo lugar, el contenido en LNL de
las materias primas de naturaleza no lipídica, tales como los DDGS
de maíz, es inferior al indicado en tablas ya que no todo el extracto
etéreo analizado en el laboratorio se corresponde con grasa verdadera
(FEDNA 2010; CVB, 2018). Por tanto, el contenido real en LNL de los
piensos es en numerosas ocasiones inferior al formulado. Finalmente,
cuando se precisa elevar el nivel de LNL del pienso, es frecuente
añadir grasas vegetales insaturadas ricas en este ácido graso (p. ej.,
aceite u oleínas de soja). Por tanto, ambos factores (nivel de LNL y
suplementación con grasa) están confundidos y la mejora observada
al elevar el nivel de LNL del pienso podría deberse a la grasa añadida
“per se” y no al mayor contenido en LNL del pienso (Grobas et al.,
1999b,c; Pérez-Bonilla et al., 2011; Herrera et al., 2018a).

En pollos y pavos de carne, el nivel de LNL recomendado por el


NRC (1994) y numerosas empresas de genética (p.ej., Ross, 2017c,d)
es del 1%, pero la información que avala este valor es muy limitada.
Trabajos prácticos recientes, en los que se han comparado piensos
basados en maíz, cebada o trigo suplementados con aceite de soja o
grasas animales con bajo contenido en LNL, sugieren que este nivel
sobreestima las necesidades de las aves. Resultados similares,
mostrando unas necesidades reducidas en LNL, han sido publicados
por Zornig et al. (2001).
NORMAS FEDNA: Avicultura 23

Un problema potencial a considerar es el posible efecto


perjudicial del exceso de LNL del pienso de acabado (> 30-35 d de
vida) sobre la calidad de la canal. Pollos alimentados con piensos ricos
en LNL (superior al 2,3-2,5%) durante su ciclo productivo precisan
piensos bajos en grasa insaturada al menos durante los 10-14 d
previos al sacrificio, a fin de reducir el nivel de insaturación de la
grasa de la canal. Los problemas de grasa insaturada son más
frecuentes en verano con pollos sacrificados a pesos elevados y
cuando las canales producidas no mantienen la cadena de frío. En
estas condiciones se observa un mayor porcentaje de desgarros en la
piel y de dislocaciones o roturas de huesos, al tener que hacer un
desplumado más agresivo por la dificultad para desplumar a los pollos
como consecuencia de una grasa subcutánea más blanda. Esta
problemática, de gran importancia económica hace 10-15 años, se ha
reducido debido al menor porcentaje de grasa de las canales actuales,
consecuencia de los programas de selección genética. Hoy en día,
niveles de LNL inferiores al 1,8-2,0% no deberían dar problema
alguno de fluidez de la grasa, siempre que se mantenga la cadena de
frío y que la relación entre ácidos grasos insaturados y saturados del
pienso sea reducida. No debe confundirse el problema de exceso de
LNL en el pienso con el “pollo oleoso”. Este último es un problema
metabólico, que depende fundamentalmente de las horas de calor que
sufrió el ave durante el período de cría, y no se resuelve reduciendo el
nivel de LNL del pienso. Obviamente, un exceso de LNL no ayuda a
resolver el problema pero no es el causante del mismo.

Proteína Bruta y Aminoácidos

Las especies monogástricas no tienen necesidades específicas


en PB sino en AA (Block y Dekker, 2017). Sin embargo, y como
medida de seguridad, esta monografía incluye un mínimo y en
ocasiones un máximo en PB para cada tipo de producción. El mínimo
reduce la posibilidad de que un AA esencial no contemplado en
formulación (p.ej. Ile o Arg), limite la productividad. El máximo evita
problemas relacionados con la fisiología del tracto digestivo y sus
efectos sobre el perfil y el crecimiento microbiano desordenado.
Asimismo, un máximo de PB reduce problemas relacionados con la
contaminación ambiental, la incidencia de camas húmedas y la
presencia de huevos sucios.

Al igual que el resto de especies animales, las aves no pueden


almacenar el exceso de proteína como tal, sino que deben
24 NORMAS FEDNA: Avicultura

transformarlo en energía o depositarlo en forma de grasa. Para ello


se precisa desaminar los AA y eliminar lo antes posible los
componentes nitrogenados generados, en muchos casos de
naturaleza tóxica. La presencia de NH3 y otros compuestos ricos en N
en el tracto digestivo, resultado de los procesos de degradación de la
fracción proteica, es perjudicial. A este particular, la proteína
indigestible que fermenta en el ciego potencia el crecimiento del
género Clostridium spp, lo que se considera indeseable en aves.
Además, la eliminación del ácido úrico es energéticamente cara y
precisa de cantidades extras de agua y de Gly+Ser.

Cuando la reducción de la contaminación ambiental sea un


objetivo prioritario, los niveles de PB recomendados en tablas
podrían reducirse entre 1 y 2 puntos, dependiendo del tipo de ave, el
sistema de producción, el control de los procesos de fabricación y los
objetivos marcados por la empresa. En cualquier caso, los AA que
normalmente limitan la producción en aves son Lys y AA azufrados
(Met y Cys), seguidos de cerca por Thr. En piensos basados en trigo
o cebada, Val e Ile podrían ocupar el cuarto lugar. En piensos
basados en sorgo, probablemente la Arg sea el AA a vigilar. El Trp
podría llegar a ser limitante en piensos con altos niveles de inclusión
de maíz, gluten y DDGS de este cereal. Finalmente, en pollitos de
primera edad, Gly+Ser podrían ser los AA más limitantes.

Las necesidades en Lys de las aves se han determinado en


base a publicaciones científicas y experiencias prácticas de campo.
Para predecir y calcular las necesidades en el resto de AA
esenciales se ha utilizado el concepto de proteína ideal, utilizando
como base el perfil propuesto en las Normas FEDNA (2008)
actualizado de acuerdo con informaciones publicadas en los últimos
10 años (Corzo et al., 2008, 2011a; Dozier et al., 2008, 2015; Dozier
y Payne, 2012; Dozier y Kriseldi, 2017; entre otros). La aplicación
del concepto de proteína ideal facilita la expresión de las necesidades
en AA de las distintas especies domésticas. Las tablas de
recomendaciones de esta segunda edición incluyen valores para los
cinco AA disponibles en forma cristalina, expresados como AA totales
y digestibles. A tener en cuenta que, debido al escaso desarrollo del
intestino grueso y la alta velocidad de tránsito, los valores de
digestibilidad fecal real (utilizados en esta monografía) y de
digestibilidad ileal aparente no son muy diferentes en aves. Las
recomendaciones de proteína ideal en base a AA digestibles para
pollos de carne, pollitas ligeras y ponedoras comerciales rubias,
NORMAS FEDNA: Avicultura 25

pollitas y reproductoras pesadas, y pavos, se ofrecen en las tablas


correspondientes. Para todas las especies consideradas, se incluyen
datos comparativos sobre el perfil de la proteína ideal de FEDNA y
diversas fuentes, incluyendo NRC (1994), CVB (1996, 2018), Coon
(2004), Leeson y Summers (2012), Adisseo (2013), Klein (2013),
Fefana (2014a), Ajinomoto (2015), Evonik (2016) y Rostagno et al.
(2017), así como los estándares de las principales empresas de
genética. Los principales cambios introducidos con respecto a la
primera edición de las recomendaciones FEDNA, se corresponden con
las necesidades en Ile y Val, AA para los cuales los datos disponibles
hace 10 años, especialmente en el caso de ponedoras, eran muy
limitados. Asimismo, se han añadido en las tablas correspondientes
las necesidades en Gly+Ser de pollos de carne.

Macrominerales

Calcio (Ca) y fósforo (P) son dos minerales esenciales para el


desarrollo del esqueleto óseo y la formación de la cáscara. El Ca
interviene además en numerosos procesos metabólicos, incluidos la
coagulación de la sangre, las contracciones musculares y la
transmisión de los impulsos nerviosos. En caso de deficiencia, el ave
de puesta moviliza el Ca del hueso medular a fin de satisfacer las
necesidades de Ca para la formación de la cáscara, originando
pérdidas de P a través de la orina. El exceso de Ca reduce la
actividad de las fitasas exógenas y endógenas, interfiere con la
absorción del P y perjudica los procesos de calcificación y de
formación de la cáscara (Tamin y Angel, 2003; Angel et al., 2015).
Además, un exceso de Ca reduce la palatabilidad y el consumo de
pienso, aumenta la incidencia de problemas de urolitiasis en pollitas
y ponedoras jóvenes, y perjudica la calidad de las excretas y de la
cama (relación Ca:P excesiva). Un problema potencial atribuido la
presencia de Ca del pienso, es la formación de jabones cálcicos que
podría reducir la digestibilidad de la grasa dietética (Atteh y Leeson,
1983). La situación es de escasa importancia práctica en el caso de
aves adultas alimentadas con aceites insaturados, ya que los jabones
cálcicos se disocian a pH elevados a nivel del intestino delgado,
reduciendo la problemática. Por último, es frecuente encontrarnos
que los análisis de Ca de los piensos comerciales determinados en
laboratorio, superan con creces el valor esperado en base a la hoja
de formulación lo que se debe a menudo a no tener en cuenta la
naturaleza del excipiente utilizado en el corrector, o bien a problemas
26 NORMAS FEDNA: Avicultura

de dosificación en fábricas viejas. En cualquier caso, es una situación


a evitar o como mínimo, a tener en cuenta.

A considerar que una deficiencia en vitamina D produce la


misma sintomatología que deficiencias en Ca y P, ya que no se activa
el mecanismo de absorción de estos minerales. Asimismo, problemas
de degeneración hepática o renal afectan a la hidroxilación y
activación de la vitamina D, pudiendo ocasionar síntomas de
calcificación deficiente.

Las necesidades en Ca de las aves se expresan en Ca total,


dada la escasa información existente sobre la disponibilidad de este
mineral en los diversos ingredientes. En general, el Ca de las fuentes
de origen mineral y animal se utiliza mejor que el de las fuentes de
origen vegetal. Asimismo, el Ca presente en los fosfatos es más
disponible que el Ca presente en la conchilla y en las fuentes
tradicionales de carbonato cálcico. Además, la biodisponibilidad del
Ca disminuye de forma significativa al reducirse el tamaño de
partícula del carbonato cálcico (Saunders-Blades et al., 2009; Anwar
y Ravindran, 2016). Por último, a considerar que la variabilidad
existente entre yacimientos de carbonato cálcico es amplia, por lo
que a dia de hoy es difícil valorar en base a parámetros físicos la
biodisponibilidad de las diversas fuentes de Ca. A efectos prácticos, y
con miras al futuro, Angel (2017) recomienda formular con Ca
digestible, y no con Ca total, a fin de tener en cuenta la variabilidad
en la disponibilidad del Ca mineral (CaCO3 y CaHPO4) según origen,
densidad, tamaño de partícula y fuente utilizada.

El P es el mineral que más compromete al nutricionista a la


hora de formular un pienso para avicultura. Una carencia provoca
problemas similares a los indicados para el Ca, con un aumento de la
incidencia de picaje y canibalismo. Además, el exceso de P es caro y
causa problemas de contaminación ambiental, incluyendo la
eutrofización de las reservas acuíferas. Por ello, hoy día es
importante formular con un mínimo de P digestible. La expresión de
las necesidades en P de las aves varía entre países y es el objetivo
principal de numerosos estudios sobre nutrición aviar (Van der Klis y
Versteegh, 1996; Shastak y Rodehutscord, 2013; Angel et al., 2006,
2015). Básicamente disponemos de tres sistemas para valorar la
biodisponibilidad y posible utilización del P en formulación práctica:
NORMAS FEDNA: Avicultura 27

a) P no fítico. Los valores se estiman por diferencia entre el P


total y el P fítico (Angel, 2017). Una de las principales ventajas de
este sistema es que ambos valores son analizables en el laboratorio y
por tanto, son medibles. Su principal problema es que el P fítico sólo
está presente en los ingredientes de origen vegetal. Por tanto, la
disponibilidad teórica de las diversas fuentes de P animal o
inorgánico (p.ej. huesos calcinados vs. fosfato tricálcico vs. fosfato
bicálcico vs. fosfato monocálcico vs. fosfato sódico), independiente
de su estructura, es similar, lo que no concuerda con la realidad. Un
segundo problema a considerar, es que parte del P fítico presente en
los ingredientes puede ser utilizado por el animal mediante la acción
de fosfatasas endógenas propias o producidas por ciertos
microorganismos presentes en el TGI.

b) P disponible. En los años 60’s se estimaba una disponibilidad


del 30% para los alimentos de origen vegetal y del 100% para los de
origen animal o inorgánico, independientemente de su procedencia.
Más recientemente estos valores se determinan comparando la
disponibilidad del P de los diversos ingredientes con los de una
fuente patrón, normalmente el fosfato monocálcico, al que se le
atribuye de forma arbitraria una disponibilidad del 100%. Por tanto,
el P de ciertas fuentes minerales de alta disponibilidad, tales como
ciertos fosfatos monosódicos, debería tener un valor disponible
superior al 100%, lo que no tiene sentido biológico. Otra fuente de
variación a considerar es el patrón utilizado en los ensayos
experimentales que en numerosos centros de investigación no es el
fosfato monocálcico sino el fosfato bicálcico o incluso el fosfato
monosódico, lo que añade confusión al comparar los datos que se
ofrecen en las diferentes tablas disponibles. Por último, la
biodisponibilidad de una misma fuente de fosfato, bien monocálcico
bien bicálcico, puede variar en función del origen y procesado del
material pudiendo encontrarnos con ciertos fosfatos “bicálcicos” con
mejor disponiblidad que ciertos fosfatos “monocálcicos”. A tener en
cuenta que los datos de P no fítico y P disponible no son
necesariamente intercambiables.

c) P digestible. En este sistema el P “utilizable” contenido en las


materias primas se presenta en valores absolutos obtenidos
mediante ensayos de balance in vivo. En la práctica, los valores de
digestibilidad de las fuentes de P inorgánico comercializadas varían
entre un 60 y un 90% (FEDNA, 2010; CVB, 2016). Este sistema
probablemente sea el más aconsejable pero tiene el inconveniente de
28 NORMAS FEDNA: Avicultura

la falta de estandarización de la metodología utilizada en los


diferentes centros de investigación (Shastak y Rodehustcord, 2013;
Rodehustcord et al., 2017). Para determinar la digestibilidad de las
diversas fuentes de P, es conveniente medirla a nivel del contenido
pre-cecal y no de la excreta. Si en la determinación de la
digestibilidad del P se utiliza la diferencia entre P ingerido y P
excretado en las heces, el P que se absorbió a nivel ileal pero que no
fue retenido por estar en exceso en la fórmula, aparecerá en la orina
y por tanto en la excreta, dando valores anómalos de digestibilidad
real. Además, es importante considerar los posibles efectos tanto de
las fitasas endógenas como de las fitasas producidas por los
microorganismos existentes en el TGI, sobre la utilización de los
fitatos en función de su naturaleza.

Existe una clara tendencia a utilizar P digestible en trabajos de


investigación así como en formulación de piensos comerciales. Sin
embargo, la mayoría de las empresas de genética dan las
necesidades en base a P disponible exclusivamente, a pesar de la
escasez de datos recientes sobre la disponibilidad de P de los
diversos ingredientes. De aquí que en España y en otros muchos
países de nuestro entorno económico, sea aún poco frecuente utilizar
valores de P digestible. En esta segunda edición de necesidades se
ofrecen recomendaciones tanto en P disponible como en P digestible.
Los valores de las materias primas, en base a ambos sistemas, están
indicados en la tercera edición de las Tablas FEDNA (2010). Las
necesidades de Ca y P se han estimado en base a las
recomendaciones iniciales de FEDNA (2008), así como en trabajos y
publicaciones más recientes de Klein (2013), WPSA (2013), CVB
(2018), van Krimpen et al. (2013, 2016a), Angel (2017),
Rodehutscord et al. (2017), Rostagno et al. (2017) y de manuales
comerciales de las diversas empresas de genética.

Las necesidades en Na+, K+ y Cl- de las aves son difíciles de


cuantificar debido en gran medida a las interrelaciones entre estos
minerales y el gran número de procesos metabólicos y fisiológicos en
los que intervienen. Desde un punto de vista práctico, las
necesidades más estudiadas han sido las de Na+, electrolito
fundamental en numerosos procesos metabólicos relacionados con el
balance hídrico, la homeostasis y la asimilación de nutrientes
(Mongin, 1980, 1981; Mushtaq y Pasha, 2013). Un déficit en Na+
reduce el consumo de pienso y aumenta el nerviosismo, afectando a
la productividad general de las aves. Por el contrario, el exceso
NORMAS FEDNA: Avicultura 29

origina camas húmedas, especialmente en inviernos húmedos y


naves abiertas o mal aisladas (Jankowski et al., 2011). Enting et al.
(2009) indican que el efecto negativo del exceso de Na+ sobre la
calidad de la yacija es reducido e incluso inexistente, en broilers de 1
a 21 d en condiciones de verano. Un exceso moderado aumenta el
consumo de agua y también ligeramente, el consumo de pienso. Un
mayor consumo de agua puede ser de particular interés en verano
ya que el jadeo, con evaporación de agua en las vías respiratorias,
es el principal mecanismo del que dispone el ave para disipar el calor
que produce el catabolismo de los nutrientes y reducir así el estrés
calórico. A tener en cuenta que un aumento moderado del nivel de
Na+ y por tanto de la humedad de las excretas, puede reducir el
polvo que se genera en las naves en verano. Podría ser aconsejable
elevar ligeramente los niveles de Na+ del pienso cuando se utiliza
monensina como coccidiostato y reducirlos al utilizar lasalocid o
maduramicina. Sin embargo, no todos los autores están de acuerdo
en introducir modificaciones sobre las necesidades en Na+ en función
del coccidiostato utilizado. En todo caso, la presencia o no de camas
húmedas es clave a la hora de decidir el nivel óptimo de Na+ de los
piensos.

Las necesidades en K+ de las aves no han sido estudiadas en


detalle pero no cabe esperar síntomas de deficiencia con la utilización
de piensos prácticos. Por tanto, se ha prestado más atención a un
posible exceso que a una posible deficiencia. Diversos trabajos
(Enting et al., 2009) indican que el efecto negativo del exceso de K+
sobre la calidad de la yacija es más notable en el ave adulta que en
el pollo joven. De particular interés podría ser el posible efecto de
una deficiencia en K+ (< 0,50-0,55%) sobre la mortalidad en
reproductoras pesadas, con posibles implicaciones prácticas en
verano y cuando se utilizan harinas de soja de origen brasileño que
se caracterizan por su menor contenido en este electrolito (García
Rebollar et al., 2016). En condiciones de verano, la inclusión de
cantidades moderadas de KCl (1 a 2 kg/m3 de agua) es una
práctica común en naves abiertas, a fin de favorecer el BE y
aumentar el consumo de agua (Deyhim y Teeter, 1991; Soutyrine et
al., 1998). La suplementación con KCl mejora la capacidad del ave
para liberar calor, mediante evaporación en las vías respiratorias del
agua que se ingirió.

Las necesidades en Na+ y K+ de las aves se han estimado en


base a datos del NRC (1994), Teeter (1997), Oviedo-Rondón et al.
30 NORMAS FEDNA: Avicultura

(2001), Vieira et al., (2003), Leeson y Summers (2001, 2012),


Borges et al. (2003a,b, 2004), Mushtaq et al. (2005), Ravindran et
al. (2008), Murakami et al. (2003), Jankowski et al. (2011), Cengiz
et al. (2012), Klein (2013), Mushtaq y Pasha (2013) y Rostagno et
al. (2017), así como informaciones de las empresas de genética del
sector, y experiencias prácticas de los técnicos españoles en
condiciones de campo. A considerar que en la mayoría de los casos,
las necesidades se han estudiado en relación a aquellas de otros
electrolitos (Murakami et al., 2003; Borges et al., 2004).

La problemática para el Cl- es similar a la del resto de


electrolitos, con un mayor énfasis en el exceso que en el improbable
defecto. Un exceso de Cl- podría perjudicar en determinadas
circunstancias los procesos de osificación en pollitos jóvenes y
ponedoras al final del ciclo de puesta. Por otro lado, el efecto del
exceso de Cl- sobre la calidad de la yacija parece ser menos acusado
y de menor importancia práctica que el exceso de Na+ o K+. Las
recomendaciones indicadas en tablas para el Cl- están basadas en el
NRC (1994) y en los trabajos de Murakami et al. (2003) y Enting et
al. (2009). Dada la falta de datos sobre el contenido en este mineral
de los ingredientes de uso común, así como su alta variabilidad, los
valores recomendados en tablas tienen un carácter meramente
orientativo.

El balance electrolítico (BE; diferencia entre cationes y aniones)


de piensos y materias primas se define en avicultura como la
diferencia en meq/g entre los contenidos en Na+ y K+ y el contenido
en Cl-, según la ecuación: BE = [Na+] + [K+] – [Cl-], donde el
contenido de cada elemento se expresa en meq/kg = [g] x
valencia/peso atómico. El exceso de cationes (Na+ + K+) aumenta el
consumo de agua y la humedad de las excretas, mientras que el
exceso de aniones (Cl-) tiende a acidificar y perjudicar el consumo de
pienso y los procesos de calcificación. A tener en cuenta que la
inclusión de cloruro sódico no tiene efecto alguno sobre el valor del
BE. En uno de sus trabajos originales, realizado con pollos en
crecimiento, Mongin (1981) recomienda un BE en torno a 250
meq/kg. Borges et al. (2004) dan valores óptimos entre 120 y 240
meq/kg en broilers bajo estrés calórico, indicando que valores en
torno a 360 meq/kg eran excesivos. Valores lógicos estarían entre
200-250 meq/kg en aves de carne y entre 175-225 meq/kg en aves
de puesta (Oviedo-Rondón et al., 2001; Murakami et al., 2003;
Borges et al., 2003a,b, 2004; Mushtak et al., 2005; Mushtak y
NORMAS FEDNA: Avicultura 31

Pasha, 2013). Existen varios problemas con la utilización del BE, tal y
como se describe anteriormente, en formulación práctica de piensos
para aves:

a) Los datos sobre el contenido en los diversos electrolitos de


los ingredientes en publicaciones científicas son limitados y muy
variables. En la tercera edición de las Tablas FEDNA (2010) de
composición de alimentos, se añadieron datos del contenido en
electrolitos de ingredientes de uso común en España lo que palió en
parte esta falta de información. Por otro lado, en el cálculo del BE no
se tiene en cuenta ni la concentración de electrolitos en el agua de
bebida, ni la posible cloración del agua para el control microbiológico
de la misma. De hecho, la información existente sobre el contenido
en electrolitos del agua utilizada en las diversas explotaciones es
limitado, cuando no inexistente, y rara vez se tiene en cuenta en el
cálculo real del BE.

b) A diferencia de los rumiantes, el valor del BE en aves no


tiene en cuenta la posible presencia de iones sulfato en el pienso. Por
tanto, el BE, tal y como se utiliza en aves en el momento actual
podría tener un reducido valor práctico, caso de utilizar materias
primas ricas en esta sal (p.e., sulfato de L-Lys, sulfato sódico o
elementos traza ricos en esta forma química).

c) No disponemos de datos suficientes sobre los valores más


recomendables de BE y las necesidades en Na++K+–Cl- bajo
nuestras condiciones ambientales. Probablemente, la importancia del
equilibrio electrolítico y su influencia sobre la productividad en aves
sea mayor en naves abiertas y en ambientes con alta humedad y
temperatura, que en naves de ambiente controlado y temperaturas
moderadas.

d) El BE incorpora dos conceptos totalmente diferentes: el


balance entre aniones y cationes per se, y los efectos diferenciados
sobre el ave de cada sal individual que se intercambia para equilibrar
este balance. En la práctica, al elevar el valor del BE, se sustituye
parte de la sal común por bicarbonato, sin tener en cuenta las
distintas características (p. ej. palatabilidad y pH) de estas dos sales.

Teniendo en cuenta todas estas limitaciones, no creemos


conveniente recomendar valores de BE en situaciones prácticas. Sin
embargo, es de interés incluir este parámetro en formulación, sin
32 NORMAS FEDNA: Avicultura

valores mínimos ni máximos, a fin de tener una idea sobre el mismo.


De hecho, podría ser una idea aceptable evitar cambios pronunciados
en el BE entre los piensos de inicio, crecimiento y cebo.

Vitaminas y Minerales traza

No existe acuerdo entre autores sobre la composición óptima


de los correctores a utilizar en las diversas especies aviares
(Whitehead, 1993; Villamide y Fraga, 1999; Coelho, 2002; Broz y
Ward, 2007; McDowell, 2012; McDowell y Ward, 2014; Fefana,
2015; DSM, 2016). De hecho, no se conocen en detalle, ni las
necesidades de las aves para la mayoría de las vitaminas y
microminerales según tipo de producción, ni el contenido disponible
de las materias primas. Asimismo, las publicaciones científicas sobre
la mayoría de los microelementos, son escasas, con resultados
variables y no siempre detallados. Más aún, existen pocos estudios
recientes sobre los efectos negativos del procesado y el almacenaje
sobre la disponibilidad de las diversas presentaciones vitamínicas.

Los microelementos más estudiados en los últimos años han


sido las vitaminas A, E, C, D y colina en broilers y ponedoras, la
biotina, vitamina E y ácido fólico en reproductoras pesadas y el Mn,
Zn y Se en todo tipo de aves. El problema en cuanto a la elección de
los niveles a utilizar en piensos se complica por la amplia oferta
existente de diversas formas de vitaminas (p. ej., vitamina E natural
y 25-OH D3) de mayor valor vitamínico que las fuentes tradicionales,
y de minerales traza en forma orgánica u otras (p.ej., Zn, Cu, Mn, Fe
y Se) cuya disponibilidad suele ser superior a la de las sales
inorgánicas (metálicas), pero en todo caso muy variable. Así, por
ejemplo, 1 µg de 25-OH D3 tiene una actividad equivalente de 40 UI
de vitamina D3 (colecalciferol).

En la elaboración de estas tablas no se ha tenido en cuenta el


contenido en vitaminas y minerales traza de los ingredientes del
pienso debido a la alta variabilidad en riqueza y disponibilidad de los
mismos (Mateos et al., 2006b). La excepción sería la colina cuyo
nivel de inclusión en el corrector puede reducirse de forma apreciable
cuando se formula con aceite de soja sin refinar, soja integral o
simplemente harina de soja, debido a la alta disponibilidad de la
colina presente en forma de fosfolípidos en estos ingredientes. En la
práctica es frecuente presentar las necesidades en colina como
cloruro de colina, conceptos que no son intercambiables. De hecho,
NORMAS FEDNA: Avicultura 33

1,15 mg de cloruro de colina contienen 1,0 mg de colina pura. El


cloruro de colina (C5H14NOCl) tiene un peso molecular de 139,50 y
un contenido en cloro del 25,4% mientras que el de la colina
(C5H15NO2) es de 121,18. Es decir, 139,5 g de cloruro de colina dan
lugar a 121,18 g de colina porque el proceso precisa de la siguiente
reacción: C5H14NOCl + H2O = C5H15NO2 + HCl. Por tanto, la actividad
“colina” es sólo del 86,87% (121,18/139,50). A efectos prácticos, el
cloruro de colina comercial, con 60% de riqueza, contiene 52% de
actividad “colina” (60 x 0,8687) y 15,3% de ión Cl-.

La colina puede ser reemplazada por betaína como donador


de grupos metilos pero no en otras funciones fisiológicas específicas
de la vitamina, tales como formar parte de la composición de las
moléculas de fosfolípidos. Asimismo, la betaína puede sustituir en
parte y de forma económica a la metionina como donador de grupos
metilos, caso de una deficiencia en colina, pero no como componente
del tejido muscular. Se estima que 1 kg de betaína 100% pura podría
sustituir en pollos como donador de grupos metilos entre 2,0 y 2,17
kg de colina, sin menoscabo de otras posibles propiedades de este
aditivo (Saarinen et al., 2001). Así, la función protectora osmótica
inherente a la betaína (y no a la colina) podría ser de utilidad en
situaciones de estrés tales como en condiciones de altas
temperaturas y presencia de coccidiosis subclínica. La existencia de
niveles elevados de metilamina (> 500 ppm) en betaínas y colinas
comerciales podría ser indicativo de problemas en el proceso de
fabricación. Un exceso de trimetilamina puede ocasionar sabor a
pescado del huevo en determinadas situaciones.

La necesidad de aportes extras de biotina a través del corrector


es superior en piensos basados en trigo que en piensos basados en
maíz, ya que parte de la biotina del trigo está ligada de forma
covalente con la fracción fibrosa del grano por lo que su
disponibilidad es muy reducida. Las recomendaciones de biotina
indicadas en las tablas correspondientes se refieren a dietas trigo-
harina de soja y, por tanto, no se ha tenido en cuenta la mayor
disponibilidad de la misma en piensos basados en maíz.

El aporte de vitamina E al pienso a través del corrector merece


un estudio específico. Las necesidades en esta vitamina, a fin de
evitar los problemas clásicos de deficiencia (p.ej., diatesis exudativa
o encefalomalacia) son muy reducidas y probablemente inferiores a
15-25 mg/kg (NRC, 1994; McDowell, 2012). Sin embargo, niveles
34 NORMAS FEDNA: Avicultura

superiores podrían ser recomendables cuando el objetivo es


potenciar el sistema antioxidante del organismo y mejorar el estatus
inmunitario del ave (El-Senousey, 2018). Por ello, el nutricionista
debe ser quien decida de una forma juiciosa y en función del coste, el
uso de cantidades extras. A este particular merece la pena valorar la
actividad antioxidante del α- y del ɣ-tocoferol presentes en el aceite
de soja sin refinar (Grilo et al., 2014) y otros derivados vegetales,
que se comportan como antioxidantes metabólicos alternativos al uso
de altos niveles de vitamina E.

Las recomendaciones sobre los niveles de vitaminas y minerales


traza a utilizar en las diversas especies propuestas en esta monografía
han tenido en cuenta los estudios de Whitehead y Portsmouth (1989),
Whitehead (1993), Wilson (1997), AWT (2002), Leeson y Summers
(2012), Daghir (2008), Klein (2013), Fefana (2015) y Rostagno et al.
(2017). Asimismo, se ha valorado la composición de los correctores
comercializados en diversos países (Ward, 1993, 1996; Villamide y
Fraga, 1999; Aburto, 2005; Allard, 2005), las recomendaciones de
fabricantes de vitaminas (p.ej. Adisseo, 2013; DSM, 2016) y los
resultados de la encuesta realizada entre los técnicos españoles. A
tener en cuenta los límites legales establecidos por la legislación de la
UE, cada vez más restrictivos, sobre niveles máximos de inclusión en
piensos de determinados minerales traza (p. ej., Co, Cu, Zn, Mn, Fe,
Se y vitaminas A y D). A este particular, cabe destacar la prohibición
en la UE del uso de Co en el corrector para todo tipo de aves. La única
función conocida de este mineral es la de participar como grupo
prostético en la producción de vitamina B12. Dado que los correctores
añaden cantidades suficientes de vitamina B12, y que las aves, al igual
que el porcino y otras especies monogástricas, no son capaces de
incluir el Co en el núcleo de vitamina B12, la falta de efectos negativos
era de esperar. La prohibición, en efecto desde hace 2 años, ha
ayudado a reducir la contaminación del medio y la salud de los
trabajadores en fábrica sin menoscabo de la productividad de las
aves.

La composición de los correctores que se recomienda en esta


monografía se basa en estudios científicos en relación con la
incidencia de síntomas de deficiencia clásicos e incluye márgenes de
seguridad para evitar problemas subclínicos en condiciones de
manejo estándar (Mateos et al., 2004). Sin embargo, estas
recomendaciones no tienen en cuenta situaciones extremas tales
como: a) el efecto de altas temperaturas sobre la estabilidad del
NORMAS FEDNA: Avicultura 35

yodo y la síntesis de vitamina C (Coelho, 1991, 2002; DSM, 2016),


b) efectos del ácido fólico sobre la reproducción en épocas de calor
(Sahin et al., 2003), c) las necesidades extras del animal bajo
situaciones de estrés en relación con el sistema inmune y los
fenómenos oxidativos (p.ej., vitaminas A, C y E y Zn y Se, entre
otros), y d) el enriquecimiento del huevo y la mejora de la calidad de
la canal (p.ej., vitamina E, Mn, Cr, Se).

Dado el limitado conocimiento actual sobre las necesidades en


microelementos en función de los objetivos de producción y del
manejo de las aves, las recomendaciones ofrecidas en las diferentes
tablas de esta monografía incluyen, para cada nutriente, un valor
medio recomendado, acompañado de un rango lógico. Los niveles
sugeridos son valores a utilizar en caso de carecer de experiencia en
esta área de conocimiento o en situaciones de costes lógicos de las
diferentes vitaminas o microminerales. Los técnicos interesados
pueden moverse con cierta tranquilidad, dentro de los límites
indicados en base a su experiencia personal, necesidades y objetivos.
No es recomendable diseñar correctores cuyo contenido en
microelementos esté muy alejado de los rangos que se indican.

Aditivos

A efectos prácticos, enzimas, ácidos orgánicos y pigmentantes


son los aditivos más utilizados en alimentación de aves, sin
menoscabo de la importancia de otros, tales como secuestrantes de
micotoxinas, antioxidantes, minerales orgánicos, probióticos,
prebióticos y aceites esenciales. Debido a sus implicaciones
nutricionales y al alto porcentaje de piensos que los incorporan, se
detallan algunos puntos clave de su utilización en piensos. Sin
embargo, la valoración y comparación de la eficacia de los mismos en
los distintos piensos para avicultura no es objetivo del presente
documento.

Aditivos Enzimáticos

Carbohidrasas, fitasas y proteasas son las enzimas exógenas


más conocidas y utilizadas en avicultura en el momento actual
(Adeola y Cowieson, 2011). Las carbohidrasas de mayor utilización en
piensos por sus efectos mejorantes de la energía de los cereales son
las xilanasas, seguidas por las β-glucanasas. Trigo, centeno, triticale y
cebada son los ingredientes que responden mejor a la inclusión de
36 NORMAS FEDNA: Avicultura

estas enzimas. La actividad de estos aditivos parece ser superior


en: a) pollos que en ponedoras, b) cereales blancos que maíz, c)
cereales de nueva cosecha que cereales almacenados durante más de
30 d, d) partidas de baja uniformidad y baja calidad que partidas más
uniformes y de mayor valor nutricional, y e) piensos con un contenido
elevado en grasa saturada. A veces, dado que las enzimas mejoran
también la digestibilidad de la proteína, se les asigna un valor extra
en relación con la utilización de los AA. A este particular, no es fácil
dar un valor fijo de mejora a cada AA en cuestión en piensos basados
en materias primas diversas y aves de distintos tipos y edad.

La industria valora el uso de enzimas, bien añadiendo un valor


energético extra al cereal en cuestión o bien incluyendo una matriz a
utilizar en formulación. En el primer caso, las matrices de composición
y valor nutricional de los ingredientes incluyen “nuevos ingredientes”
que se corresponden con estos mismos cereales (trigo, cebada u otros
cereales blancos ricos en PNA) con el adjetivo “+ enzimas”. La matriz
es similar en ambos casos, excepto para la EMAn, que recomendamos
revalorizar prudentemente, entre un 2 y un 4% en función del cereal
y de la edad del ave en cuestión.

En algunas ocasiones, y con el fin de facilitar el trabajo, el


nutricionista utiliza una matriz con valores en energía (y en su caso de
disponibilidad de los AA) en el proceso de formulación. La utilización
de estas matrices podría ser adecuada cuando la proporción de
cereales blancos, ricos en PNA, utilizada en pienso es elevada y
constante en el tiempo. Sin embargo, si el nivel de inclusión es
variable por utilizarse indistintamente un cereal blanco o maíz en
función del precio relativo, esta práctica podría ser contraproducente.
Maíz y sorgo contienen sólo cantidades moderadas de xilanos y
niveles muy reducidos de β-glucanos por lo que cabe esperar una
menor eficacia del aporte enzimático que en el caso del trigo o de la
cebada. Por tanto, cuando el cereal blanco es sustituido por maíz o
sorgo, y usamos una matriz “fija” con valores energéticos y proteicos
en formulación, se sobrevalorará en numerosas ocasiones el valor
nutricional del nuevo pienso.

En sus inicios, las fitasas se incorporaban al pienso con el fin de


mejorar la utilización del P fítico. En los últimos años ha habido un
importante desarrollo de las fitasas comerciales con mejoras notables
de su eficacia sobre la digestibilidad del P, Ca, Zn y otros minerales,
en comparación con las fitasas tradicionales. De los estudios
NORMAS FEDNA: Avicultura 37

publicados se desprende que estas enzimas liberan no solo iones


fosfato de la molécula base del fitato (inositol) y otros
macrominerales y minerales traza, sino también otros nutrientes (AA,
almidón y otros componentes energéticos), mejorando el valor
nutricional de los ingredientes y los rendimientos productivos de las
aves (Campasino et al., 2014). Asimismo, Truong et al. (2015)
observaron una mejora en la absorción de AA y del funcionamiento
de la bomba de Na, al inactivar los fitatos presentes en el pienso.
Bougouin et al. (2014) evaluaron mediante meta-análisis, un total de
286 trabajos científicos publicados en los últimos años. De estas
publicaciones, escogieron sólo aquellas que cumplían con las
condiciones de idoneidad esperada (n=53). El efecto de las fitasas
dependió no sólo de la fitasa “per se” y de la dosis utilizada (a mayor
dosis, menor eficacia por unidad de enzima) sino también de factores
tales como el contenido en fitatos, niveles de Ca y vitamina D del
pienso, tamaño de partícula, temperatura de granulación, tipo de ave
y estado sanitario de la explotación. Dos factores clave a destacar en
relación con la actividad de las fitasas exógenas son el pH y el nivel
de Ca del pienso (Amerah et al., 2014). Niveles de Ca reducidos
junto a una reducción del pH en el tracto digestivo proximal mejoran
la actividad de las fitasas y garantizan una buena osificación del
esqueleto (Angel, 2017). La suplementación con fitasas aporta
beneficios al ave mediante al menos 3 mecanismos diferentes
(Cowieson et al., 2013; Lee et al., 2017):

a) Permite utilizar una parte importante del P fítico de los


ingredientes de origen vegetal. Los fitatos, componentes
antinutricionales de los piensos, contienen un 27,2% de P que es
potencialmente utilizable por el animal. De hecho, hoy día los fitatos
son considerados por el nutricionista no como un factor
antinutricional (FAN) sino como una fuente de P (y de Ca). Además,
este enzima libera cantidades medibles de ciertos elementos traza,
en especial de Zn, así como otros nutrientes. Sin embargo, no es
fácil dar valores correctos de estas mejoras cuando se utilizan
piensos con composición variable.

b) Los fitatos reducen la utilización del P y de otros nutrientes,


y debido a su naturaleza antinutricional, incrementan las pérdidas
endógenas. Por tanto, cuanto antes consigamos inactivarlos,
mayores serán los efectos positivos de las fitasas sobre la
productividad del ave. A este particular, Li et al. (2016, 2017)
demostraron que el efecto antinutricional se debe en gran medida a
38 NORMAS FEDNA: Avicultura

la molécula intacta del fitato, efecto que disminuye rápida y


considerablemente tan pronto como la fitasa libera uno de los iones
fosfatos presentes en el fitato. De aquí, el mayor efecto de una
suplementación extra (mayor probabilidad de liberar un primer ión
fosfato) o de fitasas de nueva generación (activas en un rango de pH
más amplio y, por tanto, más rápidas en liberar iones fosfato tras la
ingesta). Dosis extras de fitasa serían más recomendables en piensos
de iniciación, por facilitar la rápida inactivación del FAN y reducir las
pérdidas endógenas causadas por la molécula de fitato (Walk et al.,
2013; Gehring et al., 2013).

c) Las nuevas fitasas, con la ayuda de fosfatasas endógenas y


fitasas producidas por los microorganismos presentes en el TGI,
podrían liberar los 6 iones fosfatos de la molécula de fitato, dejando
como “residuo” inositol libre. La molécula de inositol juega un papel
importante en el funcionamiento hepático, así como sobre la
actividad de la insulina, por lo que podría mejorar la productividad
del ave, un efecto que es adicional y no relacionado con el de
liberación del ión fosfato (Cowieson et al., 2013; Walk et al., 2013).

Para facilitar el trabajo del nutricionista, y dado que la mayoría


de los piensos para aves contienen cantidades importantes de fitatos
(entre un 0,22 y un 0,27% en función de los ingredientes utilizados),
se suele incluir un “ingrediente” nuevo (fitasa) que incorpora una
matriz de “composición” o aporte de nutrientes. Esta matriz incluye
valores de P disponible y digestible, así como de Ca digestible, reflejo
de la influencia de esta enzima sobre la utilización de los minerales
del pienso. A veces, las matrices comerciales incorporan también
valores de P y Ca total, así como de PB y AA totales. Esta práctica
puede conducir a confusión ya que por definición el uso de fitasas no
afecta a los valores analíticos de Ca, P, Na, PB o AA del pienso sino a
sus contenidos digestibles. Mientras no dispongamos de valores de
digestibilidad del Ca, es conveniente incluir en la fórmula tanto los
valores de “Ca analítico” obtenido en laboratorio, como valores de Ca
“nutricional” que tendrían en cuenta tanto el Ca analítico como la
aportación de las fitasas en la mejora de la absorción del Ca,
evitando así equívocos en la valoración de estos nutrientes en los
piensos.

Puntos clave a considerar en relación con la utilización y


valoración de las fitasas en formulación práctica se detallan a
continuación:
NORMAS FEDNA: Avicultura 39

a) El efecto de la enzima aumenta con la dosis de inclusión pero


la eficacia no es lineal, reduciéndose considerablemente a dosis
elevadas. Por tanto, la matriz de las fitasas debe ir siempre
relacionada con el nivel de uso. En situaciones frecuentes de precios
altos de los fosfatos minerales y reducidos de las fitasas exógenas,
sería recomendable utilizar fitasas a dosis superiores a las
recomendadas por el fabricante, especialmente en aves jóvenes.

b) Las fitasas, como todos los enzimas, son sustrato dependiente.


Tal y como se ha indicado anteriormente, el contenido normal en
fitatos de piensos maíz/trigo/soja está en torno a 0,22-0,27%. Dado
que la actividad “liberadora de P” de las fitasas depende de la
presencia de fitatos, su inclusión en el pienso no puede aportar en
ningún caso más P que el contenido en forma de fitatos. Asimismo, y
siguiendo el mismo razonamiento, en ningún caso el P disponible o P
digestible puede superior al P total.

c) La actividad de las fitasas es mínima si los fitatos no han sido


previamente solubilizados. Por tanto, potenciar la producción de HCl
en el proventrículo (p.ej., moliendas gruesas, inclusión de trigo entero
o aporte de cantidades extras de fibra insoluble) y reducir el nivel de
Ca del pienso, mejoran la actividad fitásica. En numerosas ocasiones
los piensos de primera edad, tanto de broilers como de pollitas en
recría, se presentan en forma de migas en base a partículas muy
finas y son pobres en fibra. Bajo estas condiciones, el pH es
excesivamente alto y el desarrollo y la funcionalidad de la molleja se
ve afectada. Como consecuencia, se reduce la solubilidad de las
fuentes minerales y la actividad de las enzimas exógenas lo que
compromete la disponibilidad del P y del Ca.

d) La permanencia de la digesta en el buche, bien mediante


prolongación de las horas sin luz o retirada del pienso de los
comederos, aumenta la retención de la digesta en este órgano lo que
facilita la utilización del P fítico por el ave. A tener en cuenta, sin
embargo, que ayunos prolongados (> 9-12 h) perjudican el
funcionamiento del TGI pudiendo causar problemas digestivos en
broilers.

e) La liberación del P fítico varía entre un 30 y un 70% en función


del tipo de fitasa (tradicionales vs. nueva generación), especie y edad
del ave (pollito vs. ponedora adulta) y dosis utilizada (dosis simple vs.
extrasuplementación). En el futuro, y dadas las importantes
40 NORMAS FEDNA: Avicultura

inversiones en el desarrollo y mejora de los conocimientos por parte


de las empresas involucradas, la eficacia de la fitasas podría acercarse
al 80-90%. Una liberación de P fítico superior al 90%, junto a la
utilización de fosfatos de alta disponibilidad, como el fosfato
monosódico, podría permitir en un futuro no muy lejano formular para
especies monogástricas en base a P total.

f) La suplementación enzimática mejora la digestibilidad de los


componentes del pienso tales como P, Ca, PB y AA, pero no modifica
el valor analítico de los mismos. Es importante pues, formular piensos
para aves en base a nutrientes digestibles y no totales.

Existen numerosos trabajos científicos mostrando efectos


beneficiosos de la inclusión de fitasas sobre la utilización de la energía
y de los AA. Por ello, la industria de piensos compuestos incluye a
menudo en la matriz de estas enzimas un valor “equivalente” en
energía, proteína y AA. Esta práctica tiene puntos a favor, pero
también ciertos inconvenientes. Por ejemplo, la bibliografía existente
no nos permite cuantificar de forma precisa el efecto de cada enzima
en particular, sobre la disponibilidad de cada nutriente o de cada AA
individual en cada uno de los diversos ingredientes disponibles, lo que
reduce su aplicación práctica. Otra área problemática a tener en
cuenta, es que los efectos de la combinación de las fitasas con otros
enzimas y aditivos no son necesariamente aditivos. Cabe esperar que
los porcentajes de mejora sean decrecientes e incluso podrían no
estar presentes (Klein, 2013; de Keyser et al., 2016; Mateos et al.,
2019). Por todo ello, se recomienda ser prudente al valorar los efectos
positivos de estas enzimas sobre la utilización de la energía y la
digestibilidad de los AA.

Debido a estos inconvenientes, en esta monografía no se ha


tenido en cuenta el posible efecto beneficioso del uso de fitasas y
carbohidrasas (β-glucanasas y xilanasas), aisladas o en combinación,
sobre la utilización de la fracción proteica del pienso. Los valores
nutricionales que se detallan en las tablas correspondientes se
refieren a la utilización de piensos independientemente de que se
utilicen o no fitasas u otros enzimas o aditivos. En el caso de utilizar
fitasas se estima que su uso podría aportar entre 0,08 y 0,15
unidades de P disponible, 0,07 a 0,12 unidades de P digestible y 0,06
a 0,10 unidades de Ca digestible, en función del tipo y dosis de
enzima utilizada. Teniendo esto en cuenta, se aconseja comprobar
que los valores de P total, P disponible y P digestible, Ca “nutricional”,
y Ca “analítico” obtenidos en formulación práctica cuando se incluyen
NORMAS FEDNA: Avicultura 41

fitasas, son razonables (P total > P disponible > P digestible; Ca


“nutricional” > Calcio “analítico”).

Aditivos Acidificantes

La utilización de ácidos de naturaleza orgánica y sus


combinaciones, y en menor medida de ácidos inorgánicos, está muy
extendida en producción aviar (Polycarpo et al., 2017; Bourassa et
al., 2018). Los ácidos probablemente sean más activos (y
económicos) por vía agua que por vía pienso, siempre que se tenga
en cuenta el pH y el potencial redox del agua de bebida. Por el
contrario, su uso en granja a niveles adecuados es más difícil de
controlar.

Los ácidos juegan un doble papel en el control de


microorganismos y, por tanto, en la productividad aviar. Por un lado
reducen el pH del alimento lo que permite controlar multiplicaciones
anómalas y disbiosis microbianas. Por otro lado, los ácidos orgánicos
pasan a través de las paredes celulares de numerosas bacterias gram
negativas, disociándose una vez dentro de la célula, originando un
efecto bactericida. No es objeto de esta monografía comparar la
actividad de los diversos ácidos, pero debe prestarse atención a la
dosis real de uso. Con frecuencia, los ácidos bien de forma individual
bien en combinación, se excipientan para facilitar su uso y se
presentan en forma de sales, o protegidos para llegar sin cambios a la
parte distal del intestino donde podrían actuar. Por tanto, previo a su
utilización, debe saberse la actividad (tipo de ácidos y porcentajes
reales de los mismos) por kg de producto comercial (y de pienso), de
forma que pueda estimarse la dosis de incorporación en pienso más
adecuada. En cualquier caso, y dada la enorme diversidad de
productos presentes en el mercado, a la hora de decidir la dosis de
empleo de un acidificante particular se recomienda hacerlo con
precaución, y en base a los resultados de ensayos en los que se haya
podido contrastar su eficacia a la dosis propuesta.

Aditivos Pigmentantes

Pollos y ponedoras son animales de grasa amarilla capaces de


depositar los carotenoides y xantofilas que ingieren con la dieta en
tarsos, grasa corporal y yema del huevo, dando lugar a un color y
tonalidad característico en función de la cantidad y el tipo de xantofila
absorbida. En España, es frecuente utilizar los conceptos de xantofilas
42 NORMAS FEDNA: Avicultura

amarillas (XAMAS) y xantofilas rojas (XAROS) en formulación. Esta


clasificación no tiene valor científico alguno pero facilita la
formulación práctica. Dentro de las XAMAS se incluyen normalmente
la luteína, la zeaxantina y el apoéster del ácido carotenoico, éste
último obtenido mediante síntesis química. El maíz aporta
aproximadamente 15 a 20 mg de XAMAS/kg de pienso dependiendo
del tipo de grano, de la naturaleza del proceso de secado y las
condiciones de almacenaje. Dentro de las XAROS se incluyen
pigmentos derivados del pimentón, y la cantaxantina que se obtiene
también mediante síntesis química. En general, los pigmentos
obtenidos mediante síntesis química son más estables y eficaces, pero
a menudo más caros, que los pigmentos de origen vegetal. Existen
numerosos pigmentos extraídos de fuentes naturales y luego
estabilizados mediante procedimientos químicos o de otra naturaleza,
y pigmentos producidos por síntesis química. Diferentes xantofilas y
carotenoides pigmentantes tienen carácter de aditivos en el marco de
la UE, por lo que su uso está regulado por la legislación
correspondiente. Dentro de este grupo de aditivos con límites
máximos de empleo, se encuentran la luteína (E161b), la zeaxantina
(E161h) y el éster etílico del ácido g-apo-b-carotenoico (p. ej., carofil
amarillo), autorizados hasta un máximo de 80 mg/kg aislada o
conjuntamente con los demás carotenoides y xantofilas que tienen
carácter de aditivos. La cantaxantina (2a161g) (p. ej., carofil rojo)
está autorizada en pollos y otras aves para carne a un máximo de 25
mg/kg, y en ponedoras a un máximo de 8 mg/kg. La eficacia de los
diversos productos comerciales existentes en el mercado varía con el
tipo y las condiciones del proceso de extracción y estabilización del
producto activo, pero una comparativa de la capacidad de
pigmentación de las diversas fuentes no es objetivo de esta
monografía. Asimismo, no se han tenido en cuenta los posibles
efectos de estas sustancias pigmentantes sobre fenómenos de
reproducción e inmunidad (Surai et al., 2003; Zhang et al., 2011;
Rosa et al., 2012; Umar Faruk et al., 2018).

Existen dos mercados diferenciados del pollo en función de la


pigmentación requerida. En el caso del pollo blanco debe evitarse la
utilización de ingredientes o aditivos que contengan xantofilas de
cualquier tipo durante toda la vida del ave (mercados muy exigentes).
A menudo, el consumidor acepta utilizar niveles reducidos de maíz
(<1 5 -20%) e n el pienso de iniciación (1 a 10 d) y más limitados (5-
8%) hasta los 21-25 d de vida. En mercados de pollo amarillo, el nivel
de xantofilas a utilizar depende del nivel de pigmentación y la
NORMAS FEDNA: Avicultura 43

tonalidad deseada. Como norma, 30 a 6 0 mg de XAMAS (p. ej.


luteína + zeaxantina) por kg de pienso y 3 a 1 2 mg de XAROS (p.
ej. cantaxantina) por kg de pienso, suministrados durante las 4-5 sem
previas al sacrificio, deberían ser suficientes para una excelente
pigmentación. Caso de desear pigmentaciones con una tonalidad más
amarillenta, se deberá subir la relación XAMAS:XAROS. Por el
contrario, cuando se deseen pigmentaciones de tonos más
anaranjados, conviene elevar la relación XAROS:XAMAS por encima
de 1:10. A tener en cuenta que el uso de grasa de calidad en el
pienso mejora la absorción de los pigmentos. Por contra, grasas
enranciadas reducen la eficacia del proceso de pigmentación.
Asimismo, dosis elevadas de vitaminas liposolubles, en especial
vitamina A, reducen ligeramente la pigmentación de la canal, ya que
xantofilas y vitaminas liposolubles comparten en parte el mecanismo
de absorción.

En ponedoras, las necesidades en xantofilas dependen del


destino final del huevo (Fefana, 2014b). Para consumos en cáscara, el
objetivo es alcanzar un valor de 10 a 14 (según mercado) en la escala
de DSM. En estos casos la apreciación visual es determinante, y para
conseguir valores aceptables para el consumidor, pueden utilizarse 4
a 7 mg de XAMAS y 2,2 a 4,5 mg de XAROS por kg de pienso, según
la tonalidad deseada. Para huevos destinados a la industria de
ovoproductos, la saturación real es más importante que la valoración
visual. En este caso la importancia de la uniformidad del color de la
yema de cada huevo individual, es reducida. Cuando el huevo vaya
destinado a la industria de ovoproductos, se recomienda elevar el
nivel de XAMAS por encima de los 30-60 mg/kg pienso (según
mercado de destino) sin que se precise la utilización de pigmentos
rojos.

A tener en cuenta que el pavo carece de las rutas metabólicas


necesarias para absorber xantofilas. Por tanto, la inclusión de maíz no
crea problemas de pigmentación de la canal. Asimismo, no es posible
pigmentar la canal del pavo mediante la utilización de aditivos
comerciales.

Las recomendaciones sobre las diversas necesidades


nutricionales de las distintas especies aviares han tenido en cuenta
los valores indicados por diversas instituciones e investigadores,
incluidos el NRC (1994), Coon (2004), Daghir (2008), Leeson y
Summers (2012), Klein (2013) y Rostagno et al. (2017). En pollos de
44 NORMAS FEDNA: Avicultura

carne y reproductoras pesadas, se han valorado las especificaciones


de las empresas de genética líderes del mercado, incluidas Hubbard
(2011, 2016), Arbor Acres (2013, 2014, 2016), Cobb (2014, 2015,
2016, 2018a,b) y Ross (2014, 2016, 2017a,b,c,d), entre otras. Para
las aves de puesta se han tenido en cuenta las publicaciones del CVB
(1996, 2018), AWT (2000), Bregendahl et al. (2008) y Lemme
(2009), así como las recomendaciones de Isabrown (2012, 2015,
2017), H&N (2017a,b), Hisex (2014), Lohmann (2016, 2017a,b,c),
Hy-Line (2016a,b,c,d, 2017), Bovans (2016, 2017), Novogen
(2017a,b), Tetra (2017a,b) entre otras. En el caso de los pavos
hemos considerado las recomendaciones de Lázaro et al. (2002),
Aviagen (2009, 2010, 2015, 2016a,b), Hybrid (2014, 2015) y Rivera
(2015).
NORMAS FEDNA: Avicultura 45

NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLOS DE CARNE

Pollos de C arne en Cría Intensiva

Las necesidades nutricionales que se indican en esta


monografía se refieren a pollos sacrificados con más de 44 d de edad
en base a un programa de 4 piensos. La duración de los periodos
considerados varía entre integraciones y, en particular, con la
logística de la empresa y la edad de sacrificio de los pollos (p. ej.
entresaca de pollo asador). Los niveles indicados son aceptables para
estirpes modernas con un crecimiento diario en torno a 61-66 g/d.
En granjas convencionales sin control ambiental adecuado,
situaciones de altas temperaturas o alimentación en harina, el
crecimiento se reduce al menos en un 3-5% y, por tanto, las
necesidades en energía y Lys digestible disminuyen. En condiciones
óptimas, caso de granjas experimentales o granjas comerciales en
otros países libres de enfermedades infecciosas, los pollos alcanzan
crecimientos diarios medios durante su ciclo productivo superiores a
los 73-75 g/d. Estrategias tales como alimentación “in ovo”,
suministro de piensos especiales en incubadora o nacimientos en
granja, utilización de prestarters especiales durante los primeros 7 d
de vida y otros programas selectivos, podrían tener relevancia en un
futuro en granjas con manejo y genética excepcionales
(Shariatmandari, 2012). De todas las tecnologías indicadas sólo la
utilización de piensos de preiniciación es objeto de esta monografía.

Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula

El uso de piensos granulados mejora los resultados productivos


y económicos de las integraciones de pollos de carne, por lo que esta
presentación predomina a nivel mundial (Amerah et al., 2007a,b;
Chewning et al., 2012; Massuqueto et al., 2018). Para entender los
posibles beneficios de la granulación (o en su caso de la presentación
en harina) ha de tenerse en cuenta que el gránulo va acompañado
siempre de molienda fina, mientras que la harina se acompaña de
moliendas gruesas de los ingredientes. Aunque confundidos, los
efectos de la presentación del pienso y del tamaño de partícula son
totalmente diferentes en el ave y explican en gran medida las
ventajas e inconvenientes de cada tipo de presentación. A este
particular, las mayores ventajas del gránulo tienen lugar previo al
consumo: desde el inicio del proceso de fabricación hasta el “pico del
ave” o momento en el que el ave ingiere el pienso.
46 NORMAS FEDNA: Avicultura

Diversos investigadores (Amerah et al., 2007b; Bricket et al.,


2007; Serrano et al., 2012, 2013; Jiménez-Moreno et al., 2016) han
mostrado que de 0 a 21 d de edad la presentación en migas o
microgránulos mejora el consumo voluntario en comparación con la
presentación en harina, dando lugar a mejoras de los crecimientos en
torno al 15-20%. Estas ventajas tienden a disminuir con la edad del
ave, especialmente si los pollos reciben a partir de los 15-21 días de
vida un pienso común granulado (Serrano et al., 2013). Las ventajas
del gránulo son mucho más evidentes para las ganancias de peso
que para los índices de conversión, lo que sugiere que las principales
ventajas de la granulación son el aumento del consumo y la
reducción de las pérdidas de pienso, con escaso efecto sobre la
digestibilidad de los nutrientes (Serrano et al., 2013; Jiménez-
Moreno et al., 2016).

Previo al proceso de granulación, los ingredientes se muelen


finos a fin de mejorar la calidad del producto final. La granulación
modifica tres aspectos fundamentales del pienso: a) cambio de la
presentación, b) pérdida de humedad que si no se recupera,
mejorará los índices de conversión, y 3) reducción del tamaño de
partícula bien debido a una molienda fina de los ingredientes a fin de
mejorar la calidad del producto final, o bien por su paso por la matriz
de granulación. La presentación en gránulo también reduce las
mermas por formación de polvo en fábrica, las pérdidas durante el
transporte, así como el desperdicio de pienso en comedero. Además,
el gránulo facilita el consumo por el ave, reduciendo las necesidades
de mantenimiento ya que el pollo come más rápido y pasa más
tiempo descansando, y además, el ave puede consumir el gránulo
que caiga a la cama pero no la harina. Por todo ello, el granulado
mejora los índices de conversión en esta fase pre-consumo. En todo
caso, el desperdicio es más importante en granjas antiguas con mal
manejo o comederos mal diseñados.

Tras la ingestión, el tamaño de partícula podría ser más


importante que la presentación previa del pienso en relación con la
funcionalidad del aparato digestivo. Una vez ingerido el gránulo, pasa
bien al buche o bien a la molleja, donde pierde su estructura. Una
vez ingerido, es difícil distinguir si el pollo consumió un pienso en
harina o en gránulo. A partir de este momento ya no hay efecto de la
forma de presentación, puesto que el gránulo ha dejado de serlo,
siendo el tamaño fino de la molienda el factor dominante. La
granulación reduce el tamaño de partícula del alimento favoreciendo
NORMAS FEDNA: Avicultura 47

el tránsito rápido de la digesta a través de la parte proximal del TGI.


Como consecuencia, el ave no se siente saciada y tiende a aumentar
el consumo. Por otro lado, debido a la mayor velocidad de tránsito,
los piensos granulados (y por tanto, molidos finos) perjudican la
funcionalidad de la molleja con un menor desarrollo de las capas
musculares. Por el contrario, si se aumenta el tamaño de partícula
del pienso, las partículas gruesas permanecen en la molleja por más
tiempo, mejorando el desarrollo de la capas musculares y el
funcionamiento de este órgano. Además, la mayor motilidad de las
paredes y mucosas del aparato digestivo, mejora el estatus sanitario
y la productividad de las aves (Engberg et al., 2002; Svihus et al.,
2004a,b; Amerah et al., 2007a,b). Por tanto, en ausencia de
antibióticos y en presencia de camas húmedas, es aconsejable
aumentar el tamaño de las partículas del pienso, aún cuando se
perjudique la calidad del gránulo.

Las ventajas de las migas o de los microgránulos dependen en


gran medida de la calidad del producto final, con beneficios menos
pronunciados e incluso inexistentes con migas de baja calidad y con
exceso de finos, o gránulos blandos que se deshacen con facilidad
previo a su llegada al comedero. Es conveniente que el porcentaje
de finos a la altura del comedero no supere el 25-35%. Lilly et al.
(2011) observaron que por cada 10 puntos de incremento del
porcentaje de finos presentes en el pienso, las ganancias de peso de
pollos de 21 a 38 d de edad se reducían en 4 g/d. Asimismo, el peso
de la canal y de la pechuga empeoraron en 10 y 4 g,
respectivamente. Tendencias similares han sido publicadas por Corzo
et al. (2011b) y Lemons y Moritz (2015). A tener en cuenta que
gránulos o migas excesivamente duros (brillantes al ojo humano),
caso frecuente cuando se utilizan en formulación niveles elevados de
trigo, pueden provocar rechazo del consumo, especialmente en aves
jóvenes.

Al valorar los beneficios del proceso de granulación debe


tenerse en cuenta el posible aumento de la mortalidad (Bennett et
al., 2002; Serrano et al., 2013), probablemente debido a la mayor
velocidad de crecimiento de las aves así como a la menor humedad
del pienso (en torno a un 1,0 a 1,5%). Una reducción de la humedad
da lugar a que la mejora real de los índices de conversión (en base a
materia seca) sea inferior a la observada. En determinadas
situaciones, el pienso granulado puede estar excesivamente seco
(p.ej., verano, con uso de trigo duro procedente de áreas cálidas y
48 NORMAS FEDNA: Avicultura

granulación a temperaturas excesivas sin humidificación posterior).


En estos casos el consumo de pienso podría verse afectado. Parte del
problema podría solucionarse facilitando la humidificación del
alimento bien en fábrica, bien en el buche del pollito (p.ej., períodos
de oscuridad o ayuno continuo superior a 5-6 h).

De forma general, se recomienda utilizar piensos en forma de


microgránulos o migas de calidad no excesivamente secos (< 90%
materia seca) de 0 a 14 d de edad. Durante los primeros días de
vida, microgránulos de 2 mm de Ø y longitud inferior a 4 mm
mejoran el consumo y el crecimiento del pollito. A partir de los 18-
20 d de vida el pollo acepta gránulos de tamaño superior (≤ 3
mm d e Ø) y a partir de los 22-25 d de edad gránulos de 3,5
mm Ø son adecuados. Normas muy estrictas en relación con el
porcentaje de finos obligan a moler muy fino los ingredientes y a
aplicar vapor caliente en exceso, con temperaturas del alimento
superiores a 90ºC de forma puntual durante la granulación, lo que
resulta en gránulos excesivamente duros que reducen el consumo.
Además del rechazo del pienso y el aumento del desperdicio,
moliendas finas y calor excesivo reducen la digestibilidad de los
nutrientes, aumentando la incidencia de camas húmedas (Abdollahi
et al., 2013; 2014). A efectos prácticos, podría interesar en
determinadas circunstancias, el uso de harinas gruesas a partir de
los 21-25 d de edad, bien para reducir los crecimientos diarios y la
posible incidencia de problemas metabólicos relacionados con la
calidad de la canal, bien para mejorar la salud intestinal del ave, con
camas más secas y menor incidencia de úlceras y callos en pechuga
y tarsos quemados.

La molleja es el órgano “director” del aparato digestivo de las


aves. El vaciado de la molleja, el tránsito armónico de la digesta al
intestino delgado, la mayor motilidad de las paredes del digestivo, y
quizás de los movimientos antperistálticos, dependen en gran medida
de la funcionalidad de este órgano. Una molleja poco desarrollada
reduce la producción de HCl en el proventrículo con la consiguiente
subida del pH, lo que perjudica la activación del pepsinógeno
(Engberg et al., 2004; Svihus, 2011). Además, la molleja es co-
responsable de la producción de enzimas y secreciones biliares en el
TGI, lo que afecta a la digestibilidad de los nutrientes (Hetland y
Svihus, 2007). Un exceso de nutrientes en el intestino delgado, en
especial de almidón por paso rápido del alimento desde la molleja,
una menor actividad de la pepsina por falta de HCl, y una menor
NORMAS FEDNA: Avicultura 49

motilidad de las paredes digestivas, afectan la digestibilidad y


resultan, caso de no utilizar antibióticos como promotores de
crecimiento, en fermentaciones anómalas en el intestino grueso con
mayor incidencia de procesos entéricos. De aquí que, en presencia de
camas húmedas, la utilización de harinas gruesas mejora la calidad de
la canal y permite al mismo tiempo reducir el uso de antibióticos. En
todo caso, a tener en cuenta que piensos en harina afectan al
consumo, por lo que las aves precisarán entre 2 y 4 d extras para
alcanzar el peso óptimo requerido por el matadero.

El procesado por calor de las materias primas del pienso es de


uso común en lechones pero no en aves. La aplicación de
temperaturas elevadas a los cereales influye poco sobre los
rendimientos productivos del ave, excepto quizás en pollitos en los
primeros días de vida (García et al., 2008; González-Alvarado et al.,
2008). El exceso de calor aumenta a menudo la viscosidad de la
digesta en piensos basados en cereales blancos, lo que afecta a la
calidad de las camas y al crecimiento del broiler. El problema se
reduce e incluso desaparece con la utilización de complejos
enzimáticos adecuados. Sin embargo, el procesado del grano
(molienda fina y aplicación de calor) podría ser beneficioso en el caso
de piensos basados en guisantes o concentrados de proteínas
vegetales, ya que mejora la digestibilidad del almidón y de la fracción
proteica (Frikha et al., 2013).

La utilización de cantidades crecientes de trigo entero (5 a


30%) en función de la edad del ave, es una práctica común en
numerosos países Europeos tales como Países Bajos, Dinamarca,
Reino Unido y España (Engberg et al., 2004; Ahmed et al., 2018). La
inclusión de trigo a partir de los 7 d de edad, mejora la fisiología
digestiva del broiler sin afectar el consumo de forma relevante
(Bennett et al., 2002; Svihus et al., 2004a). Trigo entero (o en su
defecto, maíz troceado o molido muy grueso) podría mejorar la
capacidad de las aves para enfrentarse a procesos digestivos,
incluyendo clostridiosis, coccidiosis, contaminación por Samonellas
spp y colibacilosis (Gabriel et al., 2003; Engberg et al., 2004; Bjerrum
et al., 2005). Caso de utilizar porcentajes altos de trigo durante la
última semana de vida, debe alargarse el período de retirada del
pienso en granja a fin de facilitar la eliminación completa del
contenido del aparato digestivo. La utilización de otros cereales, tales
como la cebada, no parece mostrar efectos tan beneficiosos (Bennett
et al., 2002), sin que se sepan las razones de estas diferencias. A
50 NORMAS FEDNA: Avicultura

tener en cuenta que las aristas fibrosas del grano de cebada podrían
dañar las estructuras de la mucosa y de los tejidos blandos alrededor
del pico, afectando al consumo voluntario. Probablemente, los efectos
sobre la salud intestinal de la inclusión de grano entero, adición de
fibra insoluble o suministro del pienso en harina con tamaño grueso
de las partículas, tengan en común su acción dinamizadora del
desarrollo de la molleja, órgano director del TGI y del funcionamiento
correcto del aparato digestivo (Jiménez-Moreno et al., 2009a,b; 2016,
2019; Svihus, 2011, Svihus et al., 2014a,b; Singh et al., 2014).

Necesidades Energéticas

Un principio básico de la nutrición aviar es que el pollo regula


el consumo en función de sus necesidades energéticas (Van Milgen et
al., 2018). Por tanto, es posible modificar la concentración en EMAn
de los piensos, dentro de un rango amplio, en función del precio y de
la disponibilidad de ingredientes. El pollo actual, sin embargo, tiende
a sobreconsumir energía con piensos granulados o muy
concentrados, lo que resulta en mayores ganancias de peso y canales
ligeramente más engrasadas (Dozier y Gehring, 2014; Classen,
2017). Por contra, piensos poco concentrados reducen el consumo
energético, probablemente debido a la menor capacidad de ingestión
por razones anatómicas. Niveles bajos de energía afectan más a los
crecimientos diarios cuando el pienso se suministra en forma de
harina. Por tanto, es recomendable utilizar niveles de EMAn
superiores con piensos en harina que con piensos en gránulo,
excepto cuando el factor ganancia de peso no es objetivo prioritario.

Es previsible que, las necesidades “sociales” del consumidor de


la UE, en relación con el bienestar animal y la sostenibilidad
favorezcan en el futuro el uso de piensos y materias primas menos
concentradas (p.ej. co-productos de cereales, harinas proteicas tipo
girasol y colza) en detrimento de grasas, cereales y harinas de soja. A
tener en cuenta que, caso de cambiar la concentración energética del
pienso, bien por razones económicas bien por coste de oportunidad de
las materias primas, se precisa modificar en la misma proporción los
niveles de AA, minerales y otros nutrientes. En resumen, dentro de
ciertos límites, piensos de baja energía suministrados en forma de
gránulo no suponen problema alguno, salvo el empeoramiento
proporcional de la conversión alimenticia y un ligero pero progresivo
empeoramiento del ritmo de crecimiento.
NORMAS FEDNA: Avicultura 51

No es conveniente utilizar piensos con menos de 2.890 kcal


EMAn/kg en iniciación y 3.040 kcal EMAn/kg en acabado en
producciones intensivas de pollo industrial. Niveles inferiores
empeoran de forma significativa y no proporcional el crecimiento
diario y el índice de conversión. Se estima que una reducción de la
concentración energética del pienso de 100-150 kcal EMAn/kg,
aumenta la duración del cebo en un día, si el objetivo es mantener el
mismo peso al sacrificio. En épocas de calor la reducción del
consumo está en torno al 2-5% por cada ºC por encima de la zona
termoneutra (Santomá y Pontes, 2004). En estos casos puede ser de
interés elevar en 30-50 kcal/kg la energía del pienso en base a
grasa, pero siempre que el coste no se dispare y que se mantenga la
calidad del gránulo y la relación EMAn:AA. Aumentos de energía
superiores a los indicados durante el verano, rara vez dan lugar a
mejoras económicas en el global del ciclo productivo. Además de la
presentación y la concentración energética, otras características
químicas y físicas del pienso, tales como el equilibrio nutricional y el
nivel de fibra, determinan el consumo voluntario.

El número de factores técnicos y económicos que afecta la


toma de decisión en relación con los niveles de energía (y de AA) de
los piensos en un programa comercial para pollos es elevado. Podría
ser conveniente apoyarse en alguno de los modelos de crecimiento
disponibles para facilitar la toma de decisiones, pero su número,
disponibilidad y aplicabilidad práctica es limitada. Además, no existe
mucha información en el mercado sobre los mismos, por lo que a
menudo los resultados finales no son suficientemente precisos. Los
modelos y cálculos teóricos para determinar las necesidades
energéticas del pollo en sus distintos estadíos productivos se basan
fundamentalmente en su capacidad de consumo y el porcentaje de
magro y grasa de la canal. Detalles generales y nociones básicas de
estos modelos se indican en los anexos 1 y 2.

Necesidades en Fibra Dietética

Las necesidades del pollo en fibra no están bien determinadas.


Las aves son animales omnívoros y, por tanto, su aparato digestivo
está preparado para procesar alimentos moderadamente ricos en
fibra. Piensos excesivamente bajos en fibra (<2,7-3,0% FB) reducen
el tamaño de la molleja y perjudican la motilidad y la salud intestinal
de las aves (Hetland y Svihus, 2001; González-Alvarado et al.,
2007, 2008; Sacranie et al., 2012; Mateos et al., 2017b). Por otra
52 NORMAS FEDNA: Avicultura

parte, el pollo actual depende en gran medida de su capacidad de


consumo para alcanzar óptimos crecimientos, por lo que un exceso de
fibra es perjudicial (Mateos et al., 2002, 2017b). A considerar que las
fuentes de fibra soluble, tal como la pulpa de remolacha, tienden a
reducir el consumo, debido a su alta capacidad de retención de agua
(González-Alvarado et al., 2010).

No es aconsejable marcar límites estrechos sobre las


necesidades del pollo en fibra insoluble, ya que sus efectos sobre la
productividad varían según las condiciones de manejo y el estatus
sanitario de las aves. Cuando la incidencia de camas húmedas es alta,
las necesidades en fibra insoluble aumentan, pudiendo ser
recomendable superar el 3-4% de FB en el pienso (González-Alvarado
et al., 2010; Mateos et al., 2012; Jiménez-Moreno et al., 2016). En
estos casos, la inclusión de hasta un 2-3% de cascarilla de avena (o
en su defecto, el equivalente en cascarilla de girasol) con una
estructura física adecuada, podría ser beneficiosa. A tener en cuenta
que ciertos componentes de la fracción fibrosa, tales como el sílice en
la cascarilla de arroz, pueden afectar el crecimiento del ave (Guzmán
et al., 2015a).

Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa

Los pollos no tienen necesidades específicas en grasa pero sí en


ciertos ácidos grasos poliinsaturados (Balnave, 1970). Sin embargo, la
inclusión de grasas de calidad en el pienso es necesaria en piensos
muy concentrados y recomendable, por sus efectos positivos sobre la
palatabilidad, la reducción de pérdidas de pienso y la alta eficacia de
conversión de su contenido en EM a EN en todos los tipos de piensos.
Las necesidades en LNL del pollo de carne para crecimientos óptimos
son limitadas y probablemente inferiores a las recomendaciones del
NRC (1994) o de las diversas empresas de genética (Cobb, 2015;
Hubbard, 2016; Ross, 2014, 2017d). De hecho, los piensos
comerciales utilizados en ciertos países, tales como Australia y
España, frecuentemente basados en cereales blancos y grasa animal
con contenidos en LNL a menudo inferiores al 0,8-1,0%, cumplen con
las necesidades mínimas en este ácido graso esencial (Balnave,
1970; Zornig et al., 2001). Recientemente, se ha recomendado la
inclusión de ácidos grasos de cadena larga poliinsaturada en los
primeros días de vida del pollito por sus posibles efectos beneficiosos
sobre la inmunidad y el crecimiento del ave (Cherian, 2008, 2011).
NORMAS FEDNA: Avicultura 53

Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos

Los pollos no necesitan proteína sino AA digestibles. Por tanto,


los niveles de PB de los piensos pueden reducirse de forma
considerable cuando se formula con AA digestibles y se dispone de
datos contrastados sobre la composición de los ingredientes y las
necesidades del ave (Siegert y Rodehutscord, 2017; Belloir et al.,
2017; Dozier y Kriseldi, 2017). De hecho, no se observan problemas
de productividad con piensos equilibrados en AA con niveles de PB
inferiores a 21,0% en iniciación, 19,5% de 20 a 34 d de edad, y
17,0% a partir de los 35 d de edad. La posibilidad de reducir los
niveles de PB de forma aún más agresiva, en base a una mayor
utilización de AA industriales, es más limitada en pollos que en
cerdos. Una reducción excesiva de la PB, especialmente a edades
tempranas, puede provocar una deficiencia en Gly+Ser, Arg, Ile, Val,
u otros AA no tenidos en cuenta a la hora de formular (Berres et al.,
2010; Yuan et al., 2012). Bedford y Summers (1985) estimaron que
a fin de mantener productividades óptimas, la relación entre AA
indispensables y AA dispensables del pienso debería estar en torno a
55:45.

La utilización del concepto de “proteína ideal” ayuda a definir


las necesidades en AA digestibles del pollo (Emmert y Baker, 1997)
pero su aplicación, aunque conveniente, no está exenta de críticas. El
sistema se basa en determinar las necesidades en Lys del ave y
utilizar un porcentaje o relación fija respecto a la Lys, para el resto
de AA indispensables, evitando en todo caso cualquier exceso de N.
Sin embargo, Pack (1996) estima estas necesidades en torno al 66 y
70%. Por otro lado, Edwards et al. (1999) y Baker (2003) observaron
que las necesidades en Lys para conservación eran superiores a las
que se asumían y que el perfil del resto de AA en relación a la
misma, excepto para el caso de la Thr, no variaba con la edad. De
aquí que estos autores recomienden un perfil ideal único en broilers.
Sin embargo, la relación propuesta entre AA varía según la fuente
consultada. Por ejemplo, Baker et al. (2002) y Baker (2003) estiman
una relación Thr:Lys de 56% de 1 a 21 d de edad y del 58% de 22 d
al sacrificio.

Uno de los problemas en formulación de piensos en base a la


proteína ideal, es que no siempre se tienen en cuenta las múltiples
funciones metabólicas de ciertos AA en relación con la fisiología
animal y la utilización de otros nutrientes, así como las numerosas
54 NORMAS FEDNA: Avicultura

interacciones, bien entre ellos, bien con otros nutrientes (p.ej., Met,
Cys, colina y betaína). Por ello, el perfil de AA de la proteína ideal no
es una relación fija sino que varía en función de cada situación
particular. Estas diferencias están relacionadas en gran medida con el
estatus higio-sanitario y fisiológico de los pollos (Min et al., 2017).
Por ejemplo, la mucina, capa que protege la mucosa digestiva, es
muy rica en Thr y cualquier proceso de degradación de la misma
incide sobre las necesidades en este AA. Por ello, en caso de
problemas digestivos, cuando se daña la estructura de la mucosa y
aumenta la producción de mucus, la inclusión de cantidades extras
de Thr podría ser beneficiosa (Star et al., 2012; Chen et al., 2017).
En esta monografía no se han tenido en cuenta estas posibles
necesidades y se ha estimado que las necesidades proteicas para
conservación aumentan en términos relativos en relación con la Lys,
con la edad y el PV de las aves.

La Arg es un AA esencial autorizado en la UE pero que no está


disponible comercialmente. Es un AA a tener en consideración en
piensos cuando se limita el nivel de proteína. En estos casos, el ácido
guanidinoacético, actualmente disponible en el mercado, podría
reemplazar parcialmente a la Arg en su papel precursor de la
creatina fosfato, reduciendo así las necesidades en este AA (Dilger et
al., 2013). Mejía et al. (2012c) observaron respuestas positivas en
productividad al aumentar la relación Arg:Lys hasta el 110% en
situaciones de altas temperaturas. Asimismo, el estatus inmunitario
de las aves mejora al incrementar la relación Arg:Lys (Jahanian,
2009) y Glu:Lys (Gottardo et al., 2016) del pienso. De aquí, que no
sea fácil clasificar por orden de importancia los AA indispensables en
aves en función de sus necesidades en producciones intensivas.

Las necesidades en AA digestibles de los pollos de carne son,


en general, inferiores cuando el objetivo es mejorar las ganancias de
peso que cuando se pretende optimizar la eficiencia alimenticia, e
inferiores en ambos casos cuando se pretende aumentar el
rendimiento de la canal y la proporción de partes nobles. Asimismo,
las necesidades en Lys son superiores en pollos de crecimiento
rápido que en pollos de crecimiento lento ya que este AA,
componente clave de las proteínas musculares, tiene una importancia
relativamente reducida en relación con las necesidades para
conservación. Por tanto, el nivel de AA a recomendar depende tanto
del tipo y crecimiento del pollo como de los objetivos del integrador
(Zhai et al., 2014).
NORMAS FEDNA: Avicultura 55

En la presente edición hemos introducido recomendaciones en


Gly+Ser en pollitos durante el período de iniciación. Las necesidades
de estos dos AA en el ciclo del ácido úrico y su importancia en el
desarrollo de los pollitos en los primeros estadíos de su vida está
bien establecida (Siegert y Rodehutscord, 2017, 2018). A efectos
prácticos, estas necesidades se expresan en equivalentes de Gly
[(Gly equiv. (%) = Gly (%) + 0,7143 x Ser (%)], ecuación que tiene
en cuenta el distinto peso molecular de estos dos AA cuyas funciones
son intercambiables (Siegert y Rodehutscord, 2015). Formular con
un mínimo en Gly equiv., junto con el resto de AA indispensables
limitantes, permite reducir con mayor margen de seguridad las
necesidades mínimas en PB. Las necesidades en Gly equiv. de los
pollos se presentan en la tabla 4, aceptando que son valores
tentativos muy conservadores, ya que el conocimiento actual sobre
los mismos es muy limitado. Es posible que las necesidades sean
superiores en casos particulares pero la información disponible es
escasa. Se estima que las necesidades en Gly equiv. deberían ser
más reducidas en el caso de pollos de crecimiento más lento
comparado con pollos en producción industrial.

El balance de AA de la proteína ideal para pollos broilers de 0 a


21 d y de 21 d a sacrificio, según diversos autores e instituciones, se
presenta en las tablas 2 y 3, respectivamente. Las nuevas
recomendaciones FEDNA se detallan en la tabla 4. Los perfiles de la
proteína ideal incluidos en la tabla 4 del presente documento se han
determinado a partir de las publicaciones de centros de investigación
(Han y Baker, 1991, 1993, 1994; Baker and Han, 1994; Baker et al.,
1996, 2002; Pack, 1996; Mack et al., 1999; Schutte y de Jong,
2000; Baker, 2003; Coon, 2004; Samadi y Liebert, 2008; Corzo et
al., 2008, 2011a; Mejia et al., 2011, 2012c; Dozier et al., 2008,
2015; Dozier y Payne, 2012; Dozier y Gehring, 2014). Las
recomendaciones de las diversas compañías de genética aviar, así
como de los distintos nutricionistas españoles, también han sido
tenidas en cuenta. Las necesidades en AA esenciales totales y
digestibles de pollos de carne de tipo industrial, expresados en
porcentaje del pienso se indican en la tabla 5. Los valores se han
obtenido a partir de los datos de consumo de PB y Lys indicados en
el anexo 2. Las necesidades para el resto de AA esenciales se han
estimado aplicando el criterio de proteína ideal indicado en la tabla 4.
56 NORMAS FEDNA: Avicultura

Necesidades en Macrominerales

Los minerales de mayor interés en formulación de piensos para


pollos son Ca, P y Na+, con un menor interés práctico para K+ y Cl-. En
el caso del Ca y del P, es importante tener en cuenta la relación entre
ambos, así como el uso o no de fitasas. A este particular cabe
cuestionar la importancia real de mantener en formulación una
relación Ca total:P disponible en torno al 2:1 ya que la relación a
tener en cuenta debería ser Ca:P en términos digestibles. En el caso
del Na+, K+ y Cl- conviene destacar la importancia y problemática
(descritas en apartados anteriores) del BE y su posible influencia
sobre el consumo y la incidencia de camas húmedas.

Las necesidades del pollo en Ca y P son superiores para


optimizar el desarrollo óseo que para óptimos crecimientos (Oviedo-
Rondón, 2009). A partir de los 30 d de edad, niveles de Ca del 0,70%
y de P digestible inferiores al 0,35% no debieran afectar la
productividad del broiler a nivel de campo, siempre que los niveles de
Ca y P utilizados en la primera fase de vida hayan sido correctos. Sin
embargo, las cantidades de P disponible que se incorporaban hace 5-
10 años en piensos de terminación, a menudo superiores al 0,45%,
eran probablemente excesivas y se debían a la creencia general de
que el P adicional podría reducir los problemas de alas rojizas y
necrosis del fémur, frecuentemente observados en matadero. Si el
pollito no se calcificó adecuadamente durante los primeros 10 días de
vida, la incidencia de pollos de segunda en matadero podría verse
aumentada (Oviedo-Rondón, 2009).

Es preciso lograr un desarrollo armónico del esqueleto del pollo


en los primeros 10 d de vida. Una vez conseguido este objetivo, el
exceso de P (y de Ca) en los piensos de terminado presenta pocas
ventajas en relación con la problemática en matadero. Se estima que
podría ser conveniente utilizar niveles relativamente elevados de P
digestible (≥0,45-0,50%) y Ca (≥1,0%) en pre-iniciación, y
relativamente bajos (≤ 0,35-0,30% de P digestible y ≤ 0,70% Ca total)
en terminado. Trabajos recientes desarrollados en la Universidad de
Maryland (Angel, 2017) demuestran de forma contundente que la
utilización de niveles de P no fítico de 0 a 7 d en torno al 0,65%,
seguido de niveles de 0,30 a 0,25% hasta sacrificio, reducen la
incidencia de problemas locomotores en matadero comparado con el
protocolo tradicional de 0,45% P digestible de 0 a 21 d, seguido de
niveles de 0,40 a 0,35% hasta matadero. A tener en cuenta que estos
NORMAS FEDNA: Avicultura 57

niveles tan reducidos de P digestible exigen un buen manejo de los


programas de alimentación en pollos adultos, y un conocimiento
adecuado tanto de las necesidades de Ca como de las fuentes de Ca
disponible y del uso correcto de las fitasas exógenas. El sistema
propuesto tiene una buena lógica ya que para lograr una buena
estructura ósea debemos conseguir un buen desarrollo del esqueleto
en los primeros días de vida. Si este objetivo no se consigue, un
exceso de Ca y P en el pollo adulto no dará beneficios, resultando en
mayores costes productivos y aumento de los problemas medio-
ambientales. Las razones que podrían explicar la menor
concentración en Ca y P de los piensos actuales en relación a las
recomendaciones de hace unas décadas se indican a continuación:

- Mejor conocimiento actual de las necesidades de las aves según


edad.

- Mayor disponibilidad del P y del Ca de las fuentes de P actuales


(fosfatos mono-bicálcicos y monocálcicos vs. fosfatos bicálcicos).

- Uso de fitasas de nueva generación de mayor actividad y utilizadas


a dosis más elevadas.

- Importancia de la sostenibilidad y la reducción de la contaminación


del medioambiente con la consiguiente reducción de los márgenes
de seguridad.

- Necesidad de reducir los potenciales efectos negativos del exceso


de Ca sobre el consumo voluntario, la actividad de las fitasas, la
absorción de P, las pérdidas endógenas y la incidencia de camas
húmedas (Adedokun et al., 2018).

- Mejora en los sistemas de dosificación y de control de los procesos


de fabricación, que evitan niveles de Ca en pienso superiores a los
programados.

Las necesidades en Na+ del pollo broiler, en condiciones


ambientales estándar, son relativamente reducidas y en torno a 0,12-
0,14% (NRC, 1994). Se estima que las necesidades podrían ser más
elevadas en condiciones de altas temperaturas (Oviedo-Rondon et al.,
2001; Vieira et al., 2003) ya que la evaporación del agua en las vías
respiratorias es el mecanismo prioritario del que disponen las aves
para disipar el exceso de calor. Las necesidades en K+ y Cl- han sido
58 NORMAS FEDNA: Avicultura

menos estudiadas pero claramente quedan satisfechas en piensos


comerciales en los que el bicarbonato sódico no sustituya al total de
sal añadida a los piensos.

El BE, definido como Na++ K+- Cl- en meq/kg, podría jugar un


papel relativamente importante en el consumo de pienso y agua, así
como sobre la incidencia de camas húmedas (Mongin, 1981; Vieira
et al., 2003; Borges et al., 2003a,b, 2004; Collet, 2012). De 1 a 7 d
de vida, y en condiciones experimentales muy controladas, valores
superiores a 225 mEq/kg dan lugar a mejoras notables del
crecimiento (Mongin, 1981). Vieira et al. (2003) proponen una
relación Na++K+- Cl- superior a 200 meq/kg en pollos de 1 a 21 d. Es
probable que valores altos sean favorables en épocas de calor ya que
aumentan el consumo de agua, lo que facilita que el ave se refresque
mediante la evaporación del agua en las vías respiratorias. Sin
embargo, Ravindran et al. (2008) y Enting et al. (2009) no observan
beneficios en relación con el crecimiento de las aves y la calidad de las
camas con cambios en los niveles de sales minerales, a fin de elevar
el valor en el BE.

Las necesidades del pollo broiler en Ca, P y electrolitos se


presentan en la tabla 5. Para el cálculo de los requerimientos, se han
tenido en cuenta las referencias indicadas en los apartados
correspondientes, así como las recomendaciones de las empresas de
genética y las opiniones prácticas de los nutricionistas españoles. Para
el BE, los valores recomendados por los diversos autores varían
ampliamente y no contamos con información suficiente para
recomendar unos niveles u otros en las actuales condiciones
productivas españolas.

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

El contenido en microelementos de los correctores para pollos


ha aumentado de forma considerable en los últimos años,
especialmente en el caso de aquellas vitaminas y minerales traza
relacionados con la inmunidad, el estrés oxidativo y la calidad de la
canal. Sin embargo, el número de artículos publicados sobre los
requerimientos del pollo en vitaminas y minerales traza desde la
publicación de la primera edición de estas tablas es escaso, con datos
discordantes debido en gran medida a los distintos objetivos de las
propuestas (Broz y Ward, 2007; McDowell y Ward, 2014: Cobb, 2015;
Fefana, 2015; DSM, 2016; Ross, 2017d). Por ello, estos mayores
NORMAS FEDNA: Avicultura 59

aportes no siempre están justificados económicamente, aunque en


cualquier caso podrían proporcionarnos mayores márgenes de
seguridad ante situaciones adversas. A tener en cuenta que algunos
microminerales son probablemente los nutrientes que más afectan al
crecimiento microbiano en el intestino grueso de las aves. En
particular, excesos de Fe podrían no estar justificados en aquellos
casos con crecimientos desordenados de los microorganismos del TGI.

Las recomendaciones que se indican en la tabla 6 cubren las


necesidades de las aves en situaciones prácticas e incluyen un amplio
margen de seguridad, especialmente para los minerales traza durante
los 7 últimos días de vida. Sin embargo, no incluyen posibles efectos
de las condiciones de elaboración y almacenaje del pienso sobre la
disponibilidad de ciertas vitaminas (Coelho, 1991, 2002). Asimismo,
tampoco se han tenido en cuenta posibles aplicaciones especiales en
relación con fenómenos de inmunidad o mejora en la conservación y
mantenimiento de los productos elaborados en el lineal de los
supermercados. La comercialización de minerales traza de naturaleza
orgánica, alternativas antioxidantes a la vitamina E y derivados con
actividad vitamínica D extra, han aportado nueva información para su
uso en avicultura de carne, pero ha complicado la labor del
nutricionista en relación con los niveles óptimos a utilizar.

Piensos de Preiniciación

En las últimas décadas ha crecido el interés en el desarrollo de


piensos más adecuados a la anatomía y fisiología digestiva del pollito
en la primera semana de vida (Penz, 1998; Mateos et al., 2007;
FEDNA, 2008; Lamot, 2017). El objetivo fundamental de los piensos
de preiniciación no es acelerar el crecimiento del pollito y mejorar las
conversiones, sino potenciar el desarrollo del TGI. Las necesidades en
energía y AA de estos piensos podrían no ser tan relevantes como
cabría suponer, pero es importante que el consumo de pienso
inmediatamente tras la eclosión sea tan alto como sea posible. A
tener en cuenta que los preiniciadores se basan en ingredientes de
muy alta digestibilidad (p. ej., harinas de pescado, mucosa hidrolizada
de porcino, plasma porcino, soja fermentada y concentrados proteicos
de soja), materias primas que se caracterizan por su bajo contenido
en fibra insoluble. Niveles bajos de fibra favorecen el consumo pero
perjudican el desarrollo del TGI, la digestibilidad de los nutrientes y el
crecimiento del pollito (Jiménez-Moreno et al., 2016, 2019).
60 NORMAS FEDNA: Avicultura

La presentación del pienso es un punto clave en estos primeros


días de vida en los que se busca potenciar el consumo inicial. Los
pollitos recién eclosionados comen más con piensos en gránulo de
pequeño tamaño que con piensos en harina, con la presentación en
forma de migas de calidad en una posición intermedia (Serrano et al.,
2012). El microgránulo (o en su caso, la miga) debe adaptarse al
tamaño del pico y tener muy en cuenta la aversión de las aves a
consumir partículas muy finas. Se recomiendan gránulos no
excesivamente duros, de 1,8-2,0 mm de diámetro y una longitud
inferior a 4-5 mm, con ausencia total de finos. En caso de suministrar
harinas en este período, se recomienda, si es posible, la utilización de
molinos de rodillos y la inclusión de grasa a fin de aglomerar el polvo
presente y reducir la presencia de finos. Se estima que en relación a
piensos en harina, un microgránulo de calidad, con ausencia de finos,
mejora el peso vivo del pollito a los 7 días de edad en más de 40 g,
siempre que el manejo de la nave sea adecuado.

Puntos a considerar en l a formulación de piensos de


preiniciación son la utilización de: 1) grasas insaturadas de calidad, 2)
fuentes proteicas con niveles limitados en factores antinutricionales
(especialmente de inhibidores de la tripsina), 3) niveles elevados de
Na+ para favorecer ingestas altas de agua y pienso, 4) niveles
moderados de Ca y elevados de P, a fin de maximizar el consumo de
pienso y mejorar la actividad de las fitasas y los procesos de
calcificación, 5) niveles moderados de fibra insoluble, y 6) dosis
elevadas de fitasas (hasta 2-3 veces la dosis normal en función del
coste). Niveles elevados de fitasas en esta fase no tienen por finalidad
aumentar aún más la disponibilidad del P fítico de la dieta sino
desactivar rápidamente los fitatos para reducir sus propiedades
antinutricionales (p.ej., inactivación del FAN y reducción de las
pérdidas endógenas). A tener en cuenta, que el pollito joven tiene
unas necesidades mínimas en fibra (>3,0 a 3,2% FB en función del
estado fisiológico) para el desarrollo de la molleja, la mejora de la
motilidad intestinal y de los movimientos antiperistálticos, y la
producción adecuada de HCl y enzimas digestivas (Mateos et al.,
2006a). Por tanto, es importante añadir en estos piensos cantidades
moderadas de fibra insoluble, tales como cascarilla de avena, a fin de
evitar problemas digestivos y retardo del crecimiento. Por otro lado, el
exceso de fibra reduce la palatabilidad y el consumo, por lo que
también debe evitarse. Para más detalles sobre las necesidades
nutricionales de los pollitos de 0 a 7 días de vida, el lector puede
acudir a la edición anterior de las Normas FEDNA (2008).
NORMAS FEDNA: Avicultura 61
62 NORMAS FEDNA: Avicultura
NORMAS FEDNA: Avicultura 63

Tabla 4.- Balance de proteína ideal en pollos broilers.


Aminoácidos digestibles. Recomendaciones FEDNA

Inicio Acabado
(0-21 d) (21 d a sacrificio)
Lisina 100 100
Metionina 40 41
Metionina+cisteína 74 76
Treonina 65 66
Triptófano 17 18
Isoleucina 67 68
Valina 78,5 79
Arginina 105 106
Leucina 107 107
Gly equiv.1 126 118
1
Glicina equivalente= Gly (%) + 0,7143 Ser (%). Niveles superiores
(Δ10%) podrían ser recomendables en determinadas circunstancias tales
como interacciones con otros nutrientes del pienso.
64 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 5.- Recomendaciones nutricionales para pollos de carne.


Producción industrial

Iniciación Crecimiento Cebo Acabado


(0 a 14 d) (15 a 23 d) (24 a 36 d) (> 37 d)
Peso vivo inicial g 42 480 1.082 2.239
Peso final g 480 1.082 2.239 2.997
EMAn kcal/kg 2.950 3.050 3.100 3.120
Fibra bruta, mín.-máx.1 % 2,85–3,87 3,0–4,1 3,05–4,3 3,05–4,4
Ác. linoleico, mín.-max.2 % 0,8–Libre 0,6–Libre 0,6–2,6 0,5–2,3
Proteína bruta mín. % 21,2 20,0 18,5 17,5
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 1,22 1,10 1,00 0,92
Metionina dig. % 0,49 0,45 0,41 0,38
Metionina+cisteína dig. % 0,90 0,84 0,76 0,70
Treonina dig. % 0,79 0,73 0,66 0,61
Triptófano dig. % 0,21 0,20 0,18 0,17
Isoleucina dig. % 0,82 0,75 0,68 0,63
Valina dig. % 0,96 0,87 0,79 0,73
Arginina dig. % 1,28 1,17 1,06 0,98
3
Gly equiv. dig. % 1,54 1,30 1,18 1,09
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,38 1,25 1,13 1,04
Metionina total % 0,55 0,51 0,46 0,43
Metionina+cisteína total % 1,02 0,95 0,86 0,79
Treonina total % 0,90 0,83 0,75 0,69
Triptófano total % 0,23 0,23 0,20 0,19
Isoleucina total % 0,92 0,85 0,77 0,71
Valina total % 1,08 0,99 0,89 0,82
Arginina total % 1,45 1,33 1,20 1,10
Gly equiv. total3 % 1,74 1,48 1,34 1,23
Calcio, mín-máx % 0,98–1,05 0,90–0,95 0,75–0,85 0,70–0,80
Fósforo total4 % 0,66 0,58 0,56 0,52
Fósforo disponible % ≥0,48 0,43 0,38 0,35
Fósforo digestible % 0,45 0,40 0,34 0,32
Cloro, mín.-máx. % 0,17–0,27 0,17–0,28 0,16–0,32 0,15–0,32
Sodio, mín.-máx.5 % 0,19–0,23 0,17–0,20 0,16–0,19 0,15–0,18
Potasio, mín.-máx. % 0,51–1,15 0,50–1,10 0,46–1,05 0,40–1,00
1
Mínimo variable en función de utilizar grano entero o pienso en harina gruesa. El objetivo es estimular el
desarrollo de la molleja.
2
En caso de problemas persistentes de grasa líquida en la canal en verano reducir el nivel máximo de LNL
(1,9-1,7%, respectivamente). Reducir LNL a 1,9% con problemas de grasa líquida caso de realizar
entresacas a partir de los 24 d de vida.
3
Glicina equivalente = Gly (%) + 0,7143 Ser (%); niveles superiores (Δ10%) podrían ser recomendables.
4
Valores variables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
5
Para optimizar los rendimientos productivos interesa subir los niveles de sodio, especialmente en verano
y en pollitos jóvenes. Siempre a vigilar la incidencia de camas húmedas. Posiblemente sea conveniente
fijar un mínimo de sal añadida en el pienso (> 0,25%).
NORMAS FEDNA: Avicultura 65

Tabla 6.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales traza


en pollos de carne

0 a 14 d 15 a 36 d 37 a 44 d
Recom. Rango Recom. Rango Recom. Rango
3
Vitamina A 10 UI 10 9-15 9 7-10 7 6-8
Vitamina D31 103 UI 3,5 3-4,5 3 2,4-3,8 2,5 2,0-3,4
Vitamina E2 UI 252 20-50 252 15-40 202 12-30
Vitamina K3 mg/kg )
2,5 2-3,5 2,2 1,8-3 1,8 1,2-2
Tiamina (B1) mg/kg 2,0 1-3 1,5 0,6-2 0,6 0,3-2
Riboflavina (B2) mg/kg 6,5 5-8 5,5 4-7 3,1 2-5
Piridoxina (B6) mg/kg 3,0 2,3-4,5 2,5 2,5-3,6 1,0 1-2
Cobalamina (B12) µg/kg 16 16-23 15 12-18 11 10-13
Ácido fólico mg/kg 1 1-1,6 0,8 0,7-1,1 0,45 0,3-0,5
Niacina mg/kg 45 40-65 35 30-45 21 15-25
Ácido pantoténico mg/kg 12 10-16 11 10-13 8 6-10
Biotina3 (H) µg/kg 130 90-180 100 70-130 30 10-30
Colina total mg/kg 1.250 - 1.200 - 1.100 -
Colina añadida4 mg/kg 270 270-400 230 160-310 160 80-180
Hierro mg/kg 33 20-50 30 15-40 25 15-30
Cobre5 mg/kg 8 5-10 7 5-8 5 4-8
Zinc5 mg/kg 75 60-80 65 55-80 55 45-65
Manganeso5 mg/kg 90 70-120 70 65-105 65 55-80
Selenio5 mg/kg 0,34 0,30-0,35 0,34 0,25-0,35 0,34 0,25-0,35
Yodo mg/kg 1,1 0,6-1,3 0,85 0,6-1,0 0,55 0,5-0,9
1
En caso de alta incidencia de problemas locomotores podría ser recomendable elevar los niveles de
esta vitamina y eventualmente incorporar 25 OH D3 en sustitución de la vitamina D3.
2
Añadir suplementación extra de vitamina E o alternativas antioxidantes, según objetivos de
producción y de calidad de la canal.
3
Se recomienda aumentar en piensos en base de trigo y presencia de problemas de pododermatitis.
4
El cloruro de colina puede ser reemplazado por betaína: 2,17 g de cloruro de colina pura equivalen a
1 g de betaína pura. El uso de betaína, debido a sus efectos sobre la osmolaridad, puede ser útil en
situaciones de estrés, altas temperaturas e incidencia de coccidiosis subclínicas.
5
Puede estar recomendado suministrar una parte de estos minerales en forma orgánica para mejorar
aspectos de la piel y de la canal, y en casos de niveles máximos restringidos debido a la legislación.
66 NORMAS FEDNA: Avicultura

Pollos de Carne en Sistemas de Cría Diferenciados

El interés por la producción de pollos en sistemas diferentes a la


cría industrial tradicional ha aumentado en los últimos años. Los
modelos de producción son muy variables, dependiendo de la genética
utilizada, el sistema de cría (tamaño y tipo de explotación, acceso o
no al exterior, edad y peso a sacrificio) y la necesidad de cumplir
determinadas condiciones relacionadas con la alimentación, cuando se
precisa “certificar” el producto final. En comparación con la producción
industrial de broilers, los sistemas de cría diferenciados se
caracterizan por utilizar estirpes con un menor potencial de
crecimiento, que precisan piensos con una menor densidad de
nutrientes. Además, se reduce la densidad de aves en la nave y en
ocasiones, los pollos disponen de acceso a parques exteriores. Con
frecuencia se exige que este tipo de pollos estén fuertemente
pigmentados.

Atendiendo a las peculiaridades de los sistemas de producción,


los pollos diferenciados se pueden clasificar en dos grandes grupos:
pollos tipo “certificado” y pollos “de color” o “camperos”. Podría
añadirse un tercer grupo, el pollo tipo “label”, cuya producción es muy
limitada en nuestro país. Las características productivas de cada uno
de estos grupos y sus diferencias respecto a la producción intensiva
tradicional, se presentan en la tabla 7.

Necesidades Nutricionales

Las recomendaciones nutricionales estándar para pollos de tipo


“Certificado”, “Campero” y “Label” se detallan en las tablas 8, 9 y 10,
respectivamente. En la preparación de estas tablas se ha estimado
una proteína ideal ligeramente distinta a la del pollo industrial,
teniendo en cuenta las diferencias en velocidad de crecimiento entre
ambos tipos de aves y su repercusión sobre los requerimientos de AA
para las diferentes funciones metabólicas. Las recomendaciones que
se indican para los pollos tipo “Certificado” y “Label” están planteadas
para que el ritmo de crecimiento se aproxime al que corresponde a las
edades y pesos a sacrificio que se indican en las tablas 8 y 10,
respectivamente. Si se utilizan dietas más concentradas que las que
se proponen, la velocidad de crecimiento será superior a la indicada.
Un problema comercial grave en el pollo “Certificado” en verano es la
presencia de canales “oleosas”, con mayor incidencia en hembras
llevadas a pesos altos. En estos casos hay que diferenciar el problema
NORMAS FEDNA: Avicultura 67

de pollo oleoso de naturaleza metabólica, del exceso de aceite vegetal


insaturado en los piensos, debido en muchas ocasiones a la
prohibición de utilizar grasas animales junto a la obligación de incluir
un mínimo de maíz en estas dietas. En el caso del pollo “Campero”,
un tipo de producto muy heterogéneo, las recomendaciones que se
presentan corresponden a las de un pollo representativo del grupo.
Para animales con un potencial de crecimiento distinto al que se
muestra en la tabla 9, los valores a utilizar serán ligeramente
diferentes. En esta tabla se han incluido, en pie de nota, diversas
observaciones que se aplican en situaciones particulares, tales como
uso de machos exclusivamente, aves con acceso al exterior en
invierno y producciones a pesos elevados (más de 3 kg). En este
último caso, se recomienda suministrar un pienso de iniciación con un
contenido en PB y AA más reducido (alrededor de 0,96% de Lys
digestible) y un contenido superior de Ca (1,05%) y P digestible
(>0,47%) con el objetivo de reducir la velocidad de crecimiento
durante las primeras semanas de vida y disminuir al mismo tiempo la
incidencia de problemas locomotores durante la fase final de la cría.
Los niveles nutricionales indicados para este pienso son también
adecuados para el arranque de pollos destinados a la producción de
capones, que normalmente se sacrifican con pesos superiores a los 4
kg.

Presentación del pienso

En el caso del pollo “Certificado” y del pollo “Campero”, para


cumplir el objetivo de pesos que se presenta en las tablas, se
recomienda utilizar pienso en migajas en la fase de arranque y pienso
en gránulo en las dos fases siguientes. Es necesario ajustar el tamaño
del gránulo al tamaño del ave, por lo que se sugiere emplear gránulo
de 3 mm de diámetro en la fase de crecimiento y de 3,5 mm en la de
acabado. Es posible utilizar estos dos piensos en forma de harina
grosera, pero esto provocaría una pérdida de 150-200 g de peso a la
edad de sacrificio. En el caso del pollo “Label”, para ajustarse a la
curva de crecimiento propuesta, la recomendación es utilizar el pienso
de arranque en migajas y los de crecimiento y acabado en forma de
harina grosera o en migajas.

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

Carecemos de información sobre las necesidades en vitaminas y


microminerales de los pollos diferenciados de crecimiento lento. Dado
68 NORMAS FEDNA: Avicultura

que son aves menos productivas, que consumen mayor cantidad de


pienso por unidad de peso, y que sus condiciones de cría son menos
estresantes, parece razonable utilizar niveles de inclusión cercanos al
valor inferior del rango recomendado para el pollo estándar (tabla 6).
La excepción podría ser el nivel de vitamina E (y otros microelementos
y aditivos antioxidantes) cuando interesa reducir las pérdidas
exudativas, mejorar el aspecto de la canal y aumentar los días de vida
útil en el lineal de la gran superficie. En estos casos, es frecuente
aumentar el nivel de vitamina E del pienso suministrado durante las
dos últimas semanas de vida a 150-200 mg/kg.

Color de la canal

El nivel de pigmentación de las canales exigido para este tipo


de producción ha aumentado en los últimos años, lo que exige cuidar
la salud digestiva y utilizar grasas e ingredientes de calidad. Los
niveles de XAMAS y XAROS a incluir en estos piensos están en torno a
50-70 y 5-7 mg/kg, respectivamente, durante las cuatro últimas
semanas de vida. Para niveles superiores, se debe consultar la
legislación vigente sobre aditivos en relación con los niveles máximos
de inclusión de xantofilas y carotenoides.
NORMAS FEDNA: Avicultura 69

Tabla 7.- Producción de pollos en España: sistema industrial y


sistemas alternativos

Base genética PV Edad Δ PV Sistema


Tipo Estirpe Sexo Plumaje (kg) (d) (g/d) de cría
Pesada. Altos Intensivo
Industrial Mixtos Blanco 2,4 - 2,8 < 45 d 62-68
crecimientos En interior
Crecimiento
Extensivo
Certificado1 diferenciado: Mixtos Blanco 2,25 - 3,0 > 56 d 44-46
En interior
Rápido
Crecimiento Mixtos Extensivo
Variable
Campero2 diferenciado: o sólo Rojo 2,75 - 4,0 33-43 Con o sin
65-100 d
Medio machos parque
Crecimiento Extensivo
3
Label diferenciado: Mixtos Rojo 2,2 - 2,5 > 81 d 27-28 Acceso a
Lento parque
1
Producto bien definido. Certificación externa (tipo de estirpe, edad al sacrificio, densidad de cría,
composición del pienso).
2
Grupo muy heterogéneo, normalmente de color. Producto para autoconsumo o para mataderos
específicos. Certificado en algunos casos.
3
Producción muy limitada en España. Corresponde al tipo de producto que la legislación identifica
como pollo “campero tradicional”. Es semejante al pollo Label Rouge producido en Francia.
Certificado.
70 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 8.- Recomendaciones nutricionales para pollos de


crecimiento diferenciado “rápido”. Producción tipo "Certificado"1

Iniciación Crecimiento Acabado


(0 a 21 d) (22 a 42 d) (43 a 60 d)
Peso inicial g 40 635 1.720
Peso final g 635 1.720 2.630
EMAn kcal/kg 2.900 3.000 3.050
Ác. linoleico, mín.–max.2 % 0,8-Libre 0,7-2,4 0,6-2,0
Fibra bruta, mín.-máx. % 3,0-4,5 3,25-5,0 3,5-5,25
Proteína bruta mín. % 20,5 18,2 16,4
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 1,09 0,95 0,84
Metionina dig. % 0,44 0,39 0,35
Metionina+cisteína dig. % 0,80 0,72 0,65
Treonina dig. % 0,71 0,62 0,56
Triptófano dig. % 0,18 0,17 0,16
Isoleucina dig. % 0,73 0,64 0,57
Valina dig. % 0,85 0,75 0,67
Arginina dig. % 1,14 1,00 0,89
Gly equiv. dig.3 % 1,34 1,10 0,96
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,23 1,07 0,95
Metionina total % 0,48 0,43 0,39
Metionina+cisteína total % 0,91 0,81 0,74
Treonina total % 0,80 0,71 0,63
Triptófano total % 0,21 0,20 0,18
Isoleucina total % 0,83 0,72 0,65
Valina total % 0,97 0,85 0,76
Arginina total % 1,29 1,13 1,01
Gly equiv. total3 % 1,52 1,25 1,10
Calcio, mín.-máx. % 1,00-1,05 0,82-0,87 0,70-0,75
Fósforo total4 0,64 0,49 0,42
Fósforo disponible % 0,50 0,39 0,32
Fósforo digestible % 0,45 0,35 0,29
Sodio, mín.-máx. % 0,18-0,22 0,16-0,20 0,15-0,20
Potasio, mín.-máx. % 0,65-1,00 0,62-0,90 0,60-0,85
Cloro, mín.-máx. % 0,16-0,25 0,16-0,27 0,16-0,28
Xantofilas amarillas mg/kg Libre 45-60 50-70
Xantofilas rojas mg/kg Libre 4,5-6,0 5-7
1
Pollos de plumaje blanco, cruce de línea hembra de crecimiento lento con línea macho de
tipo industrial, y criados en sistema extensivo en interior. Ej. estirpe: Hubbard JA757.
2
Reducir el nivel en verano a 2,0 y 1,8% en crecimiento y acabado, respectivamente, si
existen antecedentes históricos de problemas de grasa líquida).
3
Glicina equivalente = Gly (%) + 0,7143 Ser (%)
4
Valores variables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
NORMAS FEDNA: Avicultura 71

Tabla 9.- Recomendaciones nutricionales para pollos de


crecimiento diferenciado “medio”. Producción tipo "Campero"1

Iniciación Crecimiento Acabado


(0 a 28 d) (29 a 56 d) (> 57 d)
Peso inicial g 40 855 2.110
Peso final g 855 2.110 3.005 (79 d)
EMAn kcal/kg 2.850 2.950 3.000
Ác. linoleico, mín- max.2 % 0,8-Libre 0,7-2,3 0,6-1,8
Fibra bruta, mín.-máx. % 3,0-5,0 3,5-5,25 3,75-5,75
Proteína bruta mín. % 19,9 17,6 15,6
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 1,03 0,90 0,78
Metionina dig. % 0,41 0,37 0,34
Metionina+cisteína dig. % 0,77 0,69 0,62
Treonina dig. % 0,68 0,60 0,52
Triptófano dig. % 0,18 0,17 0,15
Isoleucina dig. % 0,70 0,61 0,53
Valina dig. % 0,82 0,72 0,62
Arginina dig. % 1,09 0,96 0,83
Gly equiv. dig.3 % 1,25 1,03 0,89
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,17 1,02 0,88
Metionina total % 0,46 0,41 0,37
Metionina+cisteína total % 0,87 0,78 0,70
Treonina total % 0,77 0,68 0,59
Triptófano total % 0,21 0,19 0,17
Isoleucina total % 0,79 0,70 0,61
Valina total % 0,93 0,81 0,71
Arginina total % 1,23 1,08 0,94
Gly equiv. total3 % 1,42 1,18 1,01
Calcio, mín.-máx. % 0,97-1,02 0,77-0,82 0,65-0,70
Fósforo total4 0,63 0,46 0,40
Fósforo disponible % 0,49 0,37 0,30
Fósforo digestible % 0,44 0,33 0,27
Sodio, mín.-máx. % 0,18-0,22 0,16-0,20 0,15-0,20
Potasio, mín.-máx. % 0,65-1,00 0,62-0,90 0,60-0,80
Cloro, mín.-máx. % 0,16-0,25 0,16-0,27 0,16-0,28
Xantofilas amarillas mg/kg - 40-60 50-70
Xantofilas rojas mg/kg - 4-6 5-7
1
Pollos de plumaje de color, de estirpes de crecimiento lento con velocidades de crecimiento
variables (crianzas de machos y hembras: 3 kg de PV a 72-82 d), con acceso a parques
exteriores. Ejemplos de estirpes: Hubbard Redja, Hubbard Redbro y Sasso XL451.
2
Reducir el nivel en verano a 1,9 y 1,6% en los piensos de crecimiento y acabado,
respectivamente, si existen antecedentes históricos de problemas de grasa líquida.
3
Glicina equivalente = Gly (%) + 0,7143 Ser (%)
4
Valores variables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
72 NORMAS FEDNA: Avicultura

Las recomendaciones de la tabla 9 están planteadas para crianzas de machos y


hembras conjuntamente, con pesos de sacrificio inferiores a 3 kg y en condiciones de clima
templado. Se aconseja modificar los niveles de proteína y aminoácidos en las siguientes
circunstancias: a) crianzas en las que sólo se engorden machos, aumentar los niveles un 4 y
un 8% en los piensos de crecimiento y acabado, respectivamente; b) crianzas a pesos
superiores a 3 kg, reducir los niveles un 6-8% en el pienso de iniciación, y aumentar los
niveles mínimos de Ca y P digestible a 1,05 y 0,47%, respectivamente; c) crianzas de
invierno y con salida al exterior, reducir un 5% en los piensos de crecimiento y acabado.
NORMAS FEDNA: Avicultura 73

Tabla 10.- Recomendaciones nutricionales para pollos de


crecimiento diferenciado “lento”. Producción tipo "Label"1

Iniciación Crecimiento Acabado


(0 a 28 d) (29 a 56 d) (57 a 84 d)
Peso inicial g 38 615 1.535
Peso final g 615 1.535 2.310
EMAn kcal/kg 2.850 2.900 2.950
2
Ác. Linoleico , mín.-máx. % 0,8-Libre 0,7-2,2 0,6-1,7
Fibra bruta, mín.-máx. % 3,0-5,0 3,5-5,5 4,0-6,0
Proteína bruta3, mín. % 19,6 16,3 14,3
3
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 1,00 0,82 0,70
Metionina dig. % 0,40 0,34 0,30
Metionina+cisteína dig. % 0,75 0,63 0,56
Treonina dig. % 0,66 0,55 0,48
Triptófano dig. % 0,18 0,16 0,14
Isoleucina dig. % 0,68 0,56 0,48
Valina dig. % 0,79 0,65 0,56
Arginina dig. % 1,06 0,87 0,75
4
Gly equiv. dig. % 1,20 0,94 0,80
3
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,13 0,92 0,79
Metionina total % 0,45 0,38 0,33
Metionina+cisteína total % 0,85 0,71 0,63
Treonina total % 0,75 0,62 0,54
Triptófano total % 0,21 0,18 0,16
Isoleucina total % 0,77 0,64 0,55
Valina total % 0,90 0,74 0,64
Arginina total % 1,20 0,98 0,85
4
Gly equiv. total % 1,36 1,07 0,91
Calcio, mín.-máx. % 0,95-1,00 0,75-0,80 0,63-0,68
5
Fósforo total % 0,61 0,46 0,39
Fósforo disponible % 0,48 0,36 0,29
Fósforo digestible % 0,43 0,32 0,26
Sodio, mín.-máx. % 0,17-0,22 0,15-0,20 0,15-0,20
Potasio, mín.-máx. % 0,65-1,00 0,60-0,90 0,55-0,80
Cloro, mín.-máx. % 0,16-0,25 0,16-0,27 0,16-0,29
Xantofilas amarillas mg/kg Libre 30-60 50–70
Xantofilas rojas mg/kg Libre 3-6 5–7
1
Pollos de estirpes de crecimiento muy lento, con pesos a sacrificio entre 2,25 y 2,30 kg en
81-84 días, en crianzas de machos y hembras con acceso a parques exteriores. Ejemplos de
estirpes: Hubbard S757 y Sasso T451.
2
Reducir el nivel en verano a 1,8 y 1,5% en el pienso de crecimiento y acabado,
respectivamente, si existen antecedentes históricos de problemas de grasa líquida.
3
En invierno y con salida al exterior, reducir un 5% en piensos de crecimiento y acabado.
4
Glicina equivalente = Gly (%) + 0,7143 Ser (%).
5
Valores variables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
74 NORMAS FEDNA: Avicultura

NECESIDADES NUTRICIONALES. POLLITAS Y AVES DE PUESTA

Pollitas de R ecría Ligeras

Las estirpes de pollitas rubias utilizadas en España consumen


cerca de 6,5 kg de pienso para alcanzar un peso vivo (PV) medio
de 1,50 kg a las 18 sem de edad. En pollitas blancas, los valores
estimados son 6,0 kg de consumo para un PV de 1,25 a 1,30 kg a las
17 sem de vida, valores que pueden cambiar en función de la estirpe,
la temperatura ambiental y la densidad energética de los piensos. El
objetivo principal a cumplir en la fase de cría es lograr que la pollita
alcance un PV y una uniformidad determinada durante las diversas
fases de crecimiento. La consecución de este objetivo general está a
menudo más condicionado al manejo del lote (calidad de la pollita al
nacimiento, corte de picos, logística de transporte, densidad de cría y
programa de vacunaciones) que a modificaciones en la composición y
valor nutricional del pienso.

Las empresas recomiendan a menudo perfiles nutricionales


diferentes en función de la estirpe genética considerada, aún cuando
las pollitas presenten pesos y características fisiológicas similares.
Desde un punto de vista práctico, no disponemos de información
científica suficiente que justifique la necesidad de utilizar perfiles
nutricionales diferenciados en función de la estirpe (blancas vs.
rubias) o de la genética comercial dentro de cada estirpe. Se estima
que estas diferencias son limitadas y que se compensan en gran
medida variando el consumo voluntario. Por tanto, programas de
alimentación diferenciados según estirpes dentro de una misma
empresa, podrían no estar justificados en la mayoría de los casos. Las
recomendaciones nutricionales que se detallan en la presente
monografía corresponden a pollitas rubias destinadas a producción de
huevos de tamaño medio. Los criterios y objetivos básicos de la
producción se detallan a continuación:

a) Nacimiento a 5 sem de vida:

El objetivo principal en esta fase es que las pollitas alcancen un


PV final ligeramente superior al estándar de la casa genética con una
uniformidad superior al 85%. Para ello es necesario controlar los
siguientes aspectos de la crianza:
NORMAS FEDNA: Avicultura 75

- Asegurar que el corte de picos, bien en incubadora o bien en


granja, el transporte y las condiciones de entrada en nave sean
adecuadas. Probablemente el corte de picos en incubadora, mediante
infrarrojos y técnicas contrastadas, sea más adecuado que el sistema
tradicional con cuchilla caliente aplicada en granja a los 8 d de vida.
En cualquier caso, el corte de picos es una práctica cuestionada a
nivel de bienestar animal y a eliminar en la UE.

- Recibir pollitas de una misma granja de reproductoras para


asegurar una buena uniformidad del lote comercial. La desigualdad
inicial del lote es difícil de revertir en granjas comerciales. La inclusión
de más aves de las recomendadas por la casa de genética es, en
numerosas ocasiones, el principal causante del pobre crecimiento de
las pollitas.

- Facilitar el acceso rápido de la pollita a pienso y agua para


lograr un buen desarrollo inicial de las vellosidades intestinales que
permita optimizar el crecimiento. Para lograr estos objetivos es
importante distribuir rápidamente las pollitas a su llegada a granja.
Las pérdidas de peso que ocurren desde el nacimiento hasta el inicio
de consumo de pienso es una de las causas principales de falta de
crecimiento y uniformidad de las pollitas a las 5 sem de edad. La
utilización de piensos en migas con alto contenido en PB y energía
beneficia el crecimiento y la uniformidad del lote. De hecho, caso de
no ser posible granular el pienso en las instalaciones propias, la
utilización de un prestarter comercial para pollos durante las dos
primeras semanas de vida podría ser beneficiosa. A tener en cuenta
que si las pollitas van vacunadas, debe evitarse la utilización de
cualquier tipo de coccidiostato en estos piensos de preiniciación. A fin
de lograr consumos altos, es fundamental asegurar una densidad de
aves por m2, y sobre todo por cm lineal de comedero, adecuada.

- Asegurar la uniformidad del lote durante la cría con un


desarrollo armónico de los tejidos óseo y muscular, y un crecimiento
limitado del tejido adiposo (Kwakkel, 1993). La uniformidad del lote a
5 sem tiene probablemente mayor interés e incidencia sobre la
persistencia de la puesta que la uniformidad a edades superiores.

b) 5 a 10 sem de vida:

En este período de la vida de la pollita las recomendaciones


nutricionales son intermedias entre aquellas del período anterior y el
76 NORMAS FEDNA: Avicultura

siguiente. A tener en cuenta que la edad de cambio de un pienso a


otro es meramente orientativa, ya que depende de las condiciones del
medio, el desarrollo corporal y la uniformidad del lote.

c) 10 a 15/17 sem de vida:

En este período el objetivo principal es mantener, o en su caso


mejorar, la uniformidad del lote con un PV final ligeramente superior
al estándar comercial. A tener en cuenta las siguientes
consideraciones:

- Un ligero exceso de peso permite a la pollita afrontar con


menor dificultad el estrés del cambio de alojamiento de la nave de cría
a la nave de puesta, permitiendo iniciar satisfactoriamente la fase de
producción.

- Pollitas escasas de peso a edades tempranas pueden alcanzar,


mediante manipulaciones nutricionales, el peso indicado por la
genética a las 17 sem. Pero si la ganancia extra de peso se debe a
deposición de grasa, no se conseguirán los objetivos marcados en
relación con la puesta y el tamaño de huevo durante el ciclo
productivo.

- Asegurar un buen desarrollo del aparato digestivo, evitando la


deposición excesiva de tejido adiposo. Para preparar a la pollita para
el inicio de la puesta, se recomienda la utilización de piensos con
niveles moderados de energía (≥ 2.700 kcal EMAn/kg) ricos en fibra
de tipo insoluble (≥ 4,0-5,0% FB). Piensos ricos en fibra no son
necesariamente piensos de baja calidad. La fibra insoluble permite
maximizar el desarrollo de la molleja y del TGI, lo que resulta en un
aumento del consumo de alimento durante el inicio de la fase de
puesta. Niveles altos de energía tienden a engrasar a las aves y dan
lugar a piensos bajos en fibra, lo que reduce el desarrollo y la
funcionalidad del aparato digestivo. En la práctica, la falta de
disponibilidad de ingredientes adecuados ricos en fibra, hace difícil
formular piensos en esta fase con las características deseables (2.730
kcal EMAn, < 15% PB, > 5% FB, < 0,8% Ca y > 0,32% P digestible)
a costes razonables. La utilización de piensos con niveles altos de PB
no es recomendable, aún cuando el coste de las materias primas así
lo aconseje (Scheideler et al., 1998; Hartini et al., 2002; Guzmán et
al., 2015b).
NORMAS FEDNA: Avicultura 77

d) Pre-pico: 16/17 a 25 sem de vida:

A partir de las 16 sem de vida, en función del tipo de ave,


programa de luz utilizado y objetivos de producción, la pollita inicia el
desarrollo del aparato reproductor a la vez que sigue creciendo. La
importancia de la alimentación y el manejo durante esta fase de cría
es fundamental para la productividad posterior del lote, especialmente
en aves en suelo, con acceso a parque, y cuando el objetivo es alargar
el ciclo productivo por encima de las 80-85 sem de vida. Factores
importantes a considerar, previo al diseño de un pienso adecuado
para esta fase, se detallan a continuación:

a) En este período crítico tiene lugar el desarrollo del hueso


medular. Aunque el contenido total de los huesos en este tipo de Ca
es inferior a 2 g por ave, su importancia sobre la calidad posterior de
la cáscara es fundamental, ya que es una fuente de Ca fácilmente
movilizable. Posiblemente, factores relacionados con el control del
metabolismo del Ca medular son más importantes que la cantidad de
Ca suministrado de este origen durante el proceso de calcificación y
formación de la cáscara.

b) La yema, que es rica en grasa, inicia su desarrollo 8-10 d


antes de la primera ovoposición. De aquí, que la utilización de piensos
durante la fase de pre-pico con una concentración energética y una
composición en AA intermedia entre un pienso de pollitas y uno de
puesta sea cuestionable. Aguirre et al. (2018) compararon el efecto
de alimentar las pollitas desde las 16 hasta las 18 sem de edad (4-6%
de puesta) en base a: 1) pienso estándar de recría (2.700 kcal
EMAn/kg, 15% PB, 1% Ca), 2) pienso típico de prepuesta (2.750
kcal/kg EMAn, 16% PB, 2,5% Ca), 3) pienso de puesta estándar
(2.750 kcal/kg, 17% PB 3,8% Ca) y 4) pienso bajo en energía y rico
en AA y Ca (2.620 kcal EM/kg, 17,3% PB, 3,8% Ca) cuyo suministro
se alargó hasta las 25 sem de vida. De 26 a 60 sem de vida no se
observaron diferencias entre tratamientos en relación con la
producción, aunque las aves que consumieron directamente el pienso
de puesta con un 3,8% Ca tuvieron mejores IC y mayor peso del
huevo. En relación con la calidad, se observó una ligera reducción del
porcentaje de huevos rotos o en fárfara y un ligero aumento del peso
(mg/g huevo), del espesor de la cáscara y de la resistencia a la rotura
de la misma con el suministro del pienso de ponedoras a partir de las
16 sem de vida. En cualquier caso, a tener en cuenta que en este
ensayo el índice de puesta durante el período de 16 a 18 sem fue
78 NORMAS FEDNA: Avicultura

inferior al 6%. Por tanto, el porcentaje de aves que recibieron una


alimentación deficiente en nutrientes durante este período fue muy
limitado, por lo que cabría esperar que las diferencias entre
tratamientos a partir de esa edad fueran reducidas. El efecto del tipo
de pienso de pre-pico sobre la productividad y calidad de la cáscara
podrían magnificarse al final de puesta, especialmente en ciclos largos
(> 80 sem) y lotes que reciban el pienso de ponedoras, en sustitución
del pienso de prepuesta de forma tardía (a partir del 20-30% de
puesta). Es pues aconsejable no demorar la utilización de un pienso
rico en Ca y aminoácidos en pollitas comerciales previo al inicio de
puesta.

c) En este período se desarrolla rápidamente el aparato


reproductor, al mismo tiempo que la pollita sigue aumentando de
peso. Además, el ave inicia la puesta en la que se exige un peso de
huevo adecuado. Todo ello aumenta de forma notable las necesidades
en AA de las aves aún con consumos de piensos limitados.

d) La inclusión de fibra en el pienso mejora la capacidad de


consumo del ave. Sin embargo, al concentrar el pienso en energía y
PB se reduce el nivel de fibra del mismo. Consecuencia del bajo nivel
de fibra, el aparato digestivo se retrae en términos relativos,
reduciendo la capacidad de consumo del ave. Por tanto, podría ser
conveniente mantener elevado el nivel de fibra del pienso en esta fase
pre-pico.

Por tanto, en este período las aves precisan niveles altos de


energía, proteína (AA), macrominerales (Ca) y fibra (FB). Piensos
convencionales bajos en energía podrían afectar al consumo
energético, limitando el aumento de peso de las aves y la producción
de masa de huevo. Niveles de AA limitados afectan el desarrollo del
aparato reproductor y al crecimiento corporal, así como al peso inicial
del huevo. Niveles bajos de Ca podrían causar descalcificaciones en
aquellas ponedoras que adelantan la puesta, lo que podría perjudicar
la calidad de la cáscara al final del ciclo. Por último, niveles bajos de
fibra afectan al desarrollo del aparato digestivo, reduciendo el
consumo voluntario de alimento cuando más se necesita. A nivel
práctico, no es posible fabricar de una forma económica piensos de
pre-pico con alto contenido en estos cuatro componentes de la dieta.
En función de los objetivos de la empresa, tipo de ave y condiciones
medio-ambientales, será preciso elegir cuáles de estos parámetros
son más determinantes y cuáles tienen una menor importancia
relativa.
NORMAS FEDNA: Avicultura 79

Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula

La presentación, el tamaño de partícula y, en particular, la


ausencia de finos, son factores a controlar en los piensos
suministrados durante las primeras semanas de vida, especialmente
cuando no se cortan los picos de las aves. Numerosos trabajos han
demostrado que de 0 a 5 sem de vida las pollitas responden con
aumentos de peso y mejora de la uniformidad a piensos en migas o
microgránulos (2,0 mm Ø) cuando se comparan con piensos en
harina (Frikha et al., 2009a,b; Saldaña et al., 2015a,b; Guzmán et al.,
2015a). De utilizar piensos en harina, conviene prestar atención al
tamaño de la partícula que debe ser relativamente fina, a fin de
adaptarse a las dimensiones del pico, pero evitando al mismo tiempo
la presencia de partículas pulverulentas. De aquí, que en estas fases
iniciales sea preferible la molturación del cereal del pienso con molino
de rodillos que con molino de martillos. El efecto beneficioso de la
presentación en migas es mayor en piensos con baja concentración
energética. A veces se recomienda suministrar a las pollitas un pienso
con características nutritivas similares al de un pienso de iniciación
de pollos broilers presentado en forma de migas “finas” pero “sin
finos” de 0 a 2/3 sem de vida. A partir de las 5-6 sem de vida y hasta
el inicio de la puesta es recomendable el uso de harinas por su efecto
positivo sobre el desarrollo del TGI.

Necesidades Energéticas

La concentración energética recomendada para los piensos de


pollitas varía con la edad, siendo elevada en las primeras semanas de
vida (2.920-2.960 kcal EMAn/kg de 0 a 5 sem) y moderada a partir de
las 10 sem (2.700 a 2.750 kcal EMAn/kg). Durante la fase de inicio las
pollitas responden mejor a piensos concentrados que a piensos bajos
en energía (> 2.950 vs. < 2.840 kcal EMAn/kg) (Frikha et al., 2009b;
Kimiaeitalab et al., 2017, 2018). Piensos concentrados durante la fase
de crecimiento (10-16 sem) aumentan los PV y mejoran los índices de
conversión pero tienen escaso efecto sobre la productividad posterior
del ave. Por ello, no son aconsejables desde un punto de vista
práctico.
80 NORMAS FEDNA: Avicultura

Necesidades en Fibra Dietética

La inclusión de niveles moderados de fibra insoluble en los


piensos de pollitas es una práctica común. Los beneficios de la fibra
dependen de la edad de la pollita. De 0 a 5 sem de vida, la inclusión
de niveles moderados de fibra, tales como un 2-3% de cascarilla de
avena, mejora la utilización de los nutrientes con escaso efecto sobre
los índices de conversión (Guzman et al., 2015b). A partir de las 10
sem de vida, conviene elevar los niveles de fibra del pienso por
encima del 4% a fin de mejorar el desarrollo y la capacidad de
almacenaje del aparato digestivo (Saldaña et al., 2015a). A tener en
cuenta que el efecto positivo de la inclusión de fibra insoluble en el
pienso sobre el desarrollo de la molleja y el pH del contenido de este
órgano a estas edades, desaparece rápidamente una vez se
suministra a las pollitas un pienso bajo en fibra. Por tanto, el beneficio
que se observa al suministrar niveles altos de fibra a las pollitas de 10
a 17 sem de vida, es eficaz solamente durante las primeras semanas
de puesta, a no ser que se tenga la precaución de mantener un nivel
moderadamente alto de fibra en este pienso de inicio de puesta
(Saldaña et al., 2015b).

Necesidades en Ácido Linoleico y Grasa Añadida

Las pollitas se comportan de forma similar a los pollos de


engorde en relación con las necesidades en LNL y grasa añadida. A
destacar que el uso de grasas insaturadas ricas en LNL origina grasas
ricas en este ácido graso, lo que puede suponer una cierta ventaja, si
fuera necesaria, en relación con la movilidad de la grasa y el aporte
del ácido graso esencial. Por el contrario, no existe problema alguno
del exceso de insaturación sobre la calidad y fisiología de la pollita.

Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos

Las necesidades en AA esenciales de las pollitas no han sido


muy estudiadas. Como en otro tipo de producciones, los niveles a
utilizar dependen de los objetivos marcados, que normalmente están
en relación con el PV a lograr y la uniformidad del lote. En general,
piensos ricos en PB para pollitas de más de 7-10 sem de vida no
resultan en mayor productividad. Las recomendaciones en AA según
edad, en base a la proteína ideal según diversas instituciones y guías
comerciales de empresas de genética, se detallan en la tabla 11. Las
recomendaciones de FEDNA se ofrecen en la tabla 12.
NORMAS FEDNA: Avicultura 81

Necesidades en Macrominerales

Las necesidades en Ca y P recomendadas por la mayoría de las


compañías de genética podrían ser superiores a lo que precisa el ave,
en especial en pollitas con más de 8/10 sem de vida (Keshavarz,
2000). En un estudio reciente, Jing et al. (2018) compararon piensos
de pollitas blancas de 6 a 12 sem de vida con niveles de P disponible
que variaban entre 0,15 y 0,45%. Los datos de productividad
muestran que el nivel de P podría reducirse hasta en un 30% en
relación con las recomendaciones más recientes de las empresas del
sector. En este trabajo no se estudió el efecto de los niveles de P
utilizados durante la fase de recría, sobre la productividad y la calidad
del huevo durante la fase de puesta, por lo que debe tenerse cuidado
en su aplicación práctica. En cualquier caso, las recomendaciones en
Ca y P para pollitas se han reducido ligeramente en esta nueva
edición de las Tablas FEDNA (Tabla 13).

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

Las recomendaciones en vitaminas y minerales traza para


pollitas comerciales rubias, recriadas en batería y con un PV final
estimado de 1,50 kg a las 18 sem de edad se detallan en la tabla 14.
A considerar la falta de información científica sobre las necesidades de
las pollitas, por lo que los valores que se indican se ofrecen a efectos
meramente orientativos. Estas recomendaciones incluyen un amplio
margen de seguridad y han tenido en cuenta las publicaciones del
NRC (1994), Daghir (2008), Leeson y Summers (2012), Klein (2013)
y Rostagno et al. (2017). Además, se han considerado valores
publicados por las diversas empresas de genética, así como las
opiniones de los nutricionistas y técnicos de campo españoles. Los
valores indicados en tablas pueden adaptarse para pollitas blancas
teniendo en cuenta su menor PV (relación EM:PB ligeramente inferior)
y para pollitas criadas sobre suelo, teniendo en cuenta su mayor
actividad física (relación EM:PB ligeramente superior). Dada las
diferencias en consumo y la falta de información existente,
entendemos que no hace falta diseñar correctores diferentes para
pollitas comerciales en función del tipo de ave (blancas vs. rubias) o
de las características de los alojamientos (cría en jaula vs. suelo).
82 NORMAS FEDNA: Avicultura
NORMAS FEDNA: Avicultura 83
84 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 12.- Balance de proteína ideal en pollitas de recría y


ponedoras rubias. Aminoácidos digestibles. Recomendaciones
FEDNA

Pollitas de recría Puesta


0-5 sem 5-10 sem 10-17 sem ≥ 17 sem
Lisina 100 100 100 100
Metionina 44 45 47 50
Metionina+cisteína 75 80 84 88
Treonina 66 68 72 70
Triptófano 19 20 22 21
Isoleucina 68 70 71 80
Valina 75 76 77 89
Arginina 105 105 106 104
Leucina 107 109 110 115
1
Gly equiv. 110 106 105 -
1
Glicina equivalente = Gly (%) + 0,7143 Ser (%)
NORMAS FEDNA: Avicultura 85

Tabla 13.- Recomendaciones nutricionales para pollitas rubias en


recría

Edad, Inicio3
0-51,2 5-102 10-171
semanas puesta
EMAn kcal/kg 2.960 2.820 2.730 2.730
Grasa añadida % 2,0 ≥ 1,0 ≥ 1,0 ≥ 2,6
Ácido linoleico % 0,9 0,8 0,7 1,35
Fibra bruta, mín.-máx. % 3,3-4,2 3,6-5,8 4,0-6,4 >3,5-5,5
Proteína bruta % 18,8 16,7 15,0 17,0
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 0,98 0,76 0,55 0,68
Metionina dig. % 0,43 0,34 0,26 0,34
Metionina+cisteína dig. % 0,74 0,61 0,46 0,60
Treonina dig. % 0,65 0,52 0,40 0,48
Triptófano dig. % 0,19 0,15 0,12 0,14
Isoleucina dig. % 0,67 0,53 0,39 0,54
Valina dig. % 0,74 0,58 0,42 0,61
Arginina dig. % 1,03 0,80 0,58 0,71
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,13 0,89 0,67 0,78
Metionina total % 0,50 0,40 0,31 0,39
Metionina+cisteína total % 0,85 0,71 0,56 0,69
Treonina total % 0,75 0,61 0,48 0,55
Triptófano total % 0,21 0,18 0,15 0,16
Isoleucina total % 0,77 0,62 0,48 0,62
Valina total 0,85 0,68 0,52 0,70
Arginina total % 1,19 0,93 0,71 0,81
Calcio, mín.-máx. % 0,9-1,0 0,8-0,95 0,75-0,85 2,85-3,75
4
Fósforo total % 0,62 0,49 0,48 0,59
Fósforo disponible % 0,43 0,40 0,37 0,39
Fósforo digestible % 0,38 0,34 0,32 0,35
Sodio % 0,19 0,17 0,15 0,16
Potasio, mín.-máx. % 0,5-1,2 0,50-1,15 0,48-1,10 0,5-1,10
Cloro, mín.-máx. % 0,15-0,3 0,15-0,31 0,15-0,32 0,16-0,33
Colina total mg/kg 1.260 1.230 1.200 1.160
5
Colina añadida mg/kg 240 210 190 200
Sal, mín. % 0,31 0,29 0,26 0,25
1
Es recomendable suministrar un pienso más fuerte en Lys digestible (1,08%) y resto de
aminoácidos en forma de migas durante las dos primeras semanas de vida cuando se precise
mejorar la uniformidad del lote
2
No cambiar al siguiente pienso si no se alcanza un peso vivo o una uniformidad por encima de
las recomendaciones de la empresa de genética
3
Podría ser recomendable pasar directamente a un pienso de ponedoras
4
Niveles modificables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas
5
En forma de cloruro de colina o su equivalente en betaína anhidra o clorhidrato de betaína
86 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 14.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales


traza en pollitas rubias1

0 a 5 sem 6 a 17 sem
Recom. Rango Recom. Rango
3
Vitamina A 10 UI 10 8-10 8 7-10
Vitamina A
Vitamina D3 103 UI 2,8 2,2-3,2 2,5 1,7-2,7
Vitamina E UI 19 10-22 15 10-18
Vitamina K3 mg/kg 2,7 2,2-3 2 1,8-2,6
Tiamina (B1) mg/kg 1,5 1-2 1,1 0,7-2
Riboflavina (B2) mg/kg 5,0 3-7 4,2 2-6
Piridoxina (B6) mg/kg 2,3 1,8-2,6 1,8 1,5-2,5
Cobalamina (B12) µg/kg 15 12-16 10 8-12
Ácido fólico mg/kg 0,6 0,5-1,1 0,3 0,3-0,6
Niacina mg/kg 30 25-35 22 15-25
Ácido pantoténico mg/kg 9 6-11 7 5-8
Biotina (H)2 µg/kg 75 50-105 40 30-80
Colina mg/kg 240 150-300 100 75-220
Hierro mg/kg 40 35-50 35 35-45
Cobre mg/kg 8 5-10 7 6-8
Cinc mg/kg 62 50-70 55 40-60
Manganeso mg/kg 80 60-85 65 50-70
Selenio mg/kg 0,35 0,2-0,36 0,35 0,2-0,35
Yodo3 mg/kg 0,6 0,5-0,9 0,5 0,4-0,8
1
Niveles superiores dentro del rango para pollitas reproductoras ligeras.
2
Valores superiores dentro del rango para piensos basados en trigo.
3
Elevar en casos de utilización de harinas de colza a niveles elevados.
NORMAS FEDNA: Avicultura 87

Gallinas Ponedoras

La genética actual ha conseguido aves muy productivas (> 95%


en el pico de puesta), con una buena persistencia (> 35-40 sem por
encima del 90% de puesta) y que aumentan rápidamente el tamaño
del huevo. La búsqueda de una mejora en la eficacia alimenticia ha
originado gallinas más ligeras con un menor desarrollo relativo del
aparato digestivo, lo que perjudica su capacidad de consumo. Por ello,
es cada día más frecuente encontrar lotes que en la fase de inicio de
puesta no llegan a consumir lo suficiente para cubrir sus necesidades
energéticas. El problema es más acusado en el caso de: 1) estirpes
blancas ligeras, 2) pollitas mal recriadas en la fase inicial con escaso
desarrollo corporal a las 17 sem de vida, 3) inicio de puesta en naves
abiertas sin ambiente controlado, 4) naves abiertas con altas
temperaturas ambientales y 5) aves sobre suelo en naves mal
diseñadas. En estos casos, el desajuste entre consumo y necesidades
es difícil de manejar, lo que resulta a menudo en caídas bruscas de la
producción previo al pico de puesta y huevos de escaso tamaño
durante todo el ciclo productivo. De encontrarnos con este tipo de
situación, es recomendable revisar el programa de recría de pollitas
(manejo y alimentación), y en el caso de cría sobre suelo o con acceso
a parque, controlar el diseño de nidales, comederos y bebederos, así
como la densidad de aves. Piensos de prepuesta (16 a 25 sem) no
necesariamente altos en energía (en torno a 2.650 kcal EM/kg), pero
con un contenido alto en AA esenciales (5-6% sobre el pienso normal
de puesta) y en fibra (≥ 4,0% FB), pueden ayudar a evitar, o en su
caso reducir, la incidencia del problema. Asimismo, la utilización de
pienso en migas en este período podría ser razonable para evitar falta
de consumo en este período específico.

Es frecuente, incluso en granjas de ambiente controlado,


encontrar diferencias en temperatura de hasta 4-5 ºC entre diversas
zonas de la nave de puesta, lo que se traduce en producción de
huevos más desiguales y de menor tamaño medio. En el caso de aves
sobre suelo, además del PV y la masa del huevo producida, la
temperatura ambiental y la actividad física marcan en gran medida el
consumo de pienso, con subidas importantes en aves mal
emplumadas sometidas a temperaturas ambientales fuera del rango
de “confort” térmico.
88 NORMAS FEDNA: Avicultura

Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula

El pienso de gallinas ponedoras se presenta normalmente en


forma de harina gruesa. En piensos basados en cereales y harina de
soja, y gallinas con alta capacidad de consumo, la presentación en
migas no es una alternativa atractiva debido al coste asociado al
proceso de granulación. La presentación en migas aumenta el
consumo de agua y la agresividad y el picaje de plumas por las aves,
probablemente por disponer de más tiempo libre para estas
actividades. La utilización de migas reduce la retención del pienso en
la molleja, lo que afecta a la motilidad de las paredes digestivas y la
actividad antiperistáltica del TGI, con posible aumento de la humedad
de las heces (Jiménez-Moreno et al., 2009b, 2016). Las migas, sin
embargo, podrían ser beneficiosas en el inicio de puesta en aves de
escaso desarrollo, alimentadas con piensos de baja energía ricos en
fibra o en base a ingredientes pulverulentos y condiciones de verano.

No se ha estudiado en detalle el tamaño óptimo de partícula en


piensos para aves de puesta. De hecho, existen pocos trabajos a este
particular, con resultados divergentes entre ellos. Algunos autores
indican que la molienda fina aumenta el consumo de pienso, aunque
la mayoría de los trabajos publicados indican un efecto contrario.
Cuando se les permite escoger, las gallinas muestran una clara
preferencia por las partículas gruesas, efecto que es menos acusado
según desaparecen las partículas de mayor tamaño (Portela et al.,
1988; Herrera et al., 2017, 2018a,b). Las aves rechazan consumir
partículas finas, un efecto que probablemente sea más importante que
la preferencia por partículas gruesas. De hecho, una de las principales
ventajas de la suplementación con grasa es la aglomeración de las
partículas pulverulentas, lo que reduce la presencia de finos e
incrementa el consumo (Pérez-Bonilla et al., 2012a,b; Herrera et al.,
2017). El uso de molinos de rodillos permite regular el tamaño medio
de las partículas, con moliendas más uniformes y menor porcentaje de
finos, por lo que podría ser preferible al uso de molinos de martillos.
Sin embargo, el molino de rodillos no es adecuado con piensos
basados en materias primas fibrosas, tales como cebada, avena y
semillas de girasol (Pérez-Bonilla et al., 2014). Asimismo, la
implementación de un by-pass en el molino a fin de no moler de
nuevo los ingredientes ya molturados, mejora la estructura del pienso
y el consumo voluntario. En cualquier caso, se prefieren tamaños de
partícula uniformes, con ausencia de finos y de granos enteros para
evitar la selección por el ave. Ensayos realizados en la Universidad
NORMAS FEDNA: Avicultura 89

Politécnica de Madrid (Safaa et al., 2009; Herrera et al., 2017, 2018a)


muestran que la ponedora se adapta bien a moliendas del cereal en
molinos de martillos con cribas de 6 a 12 mm y velocidades de giro de
50 a 60 m/s, medidas en la periferia de los mismos. Para un molino
de 65 cm de diámetro, esto corresponde a una velocidad de giro del
rotor de 1500 – 1800 r.p.m. En cualquier caso, es importante
mantener el nivel de finos (partículas < 0,5 mm) por debajo del 10-
15%, teniendo en cuenta que el “objetivo teórico” sería un porcentaje
aún más bajo.

Necesidades Energéticas

Uno de los principios claves en alimentación aviar es que las


aves comen para satisfacer sus necesidades energéticas. Las
ponedoras se adaptan bien a amplios rangos de concentración
energética del alimento, excepto quizás en aves blancas al inicio de
puesta, condiciones de verano y naves abiertas, cuando las
necesidades pueden ser superiores al consumo. Por ello, la
concentración energética óptima del pienso entre límites razonables
(2.580 y 2.830 kcal EMAn/kg) viene marcada por la edad del ave, el
coste relativo de los ingredientes y el objetivo deseado en cuanto a
tamaño del huevo e índices de conversión. En cualquier caso, piensos
poco concentrados, aunque aumentan el consumo de alimento,
tienden a reducir el consumo de energía, especialmente en
condiciones de altas temperaturas. Por otro lado, un exceso de
energía reduce la eficacia de utilización, ya que parte del exceso no se
utiliza para mejorar la producción de masa de huevos sino para
aumentar la grasa corporal y por tanto el PV (Pérez-Bonilla et al.,
2012b). Los mejores resultados económicos de un lote de ponedoras
se obtienen en general con temperaturas en la granja cercanas a los
niveles superiores de la termoneutralidad (≥ 25-27ºC). Sin embargo,
cuando el tamaño del huevo es prioritario, caso de España,
temperaturas inferiores mejoran el consumo de nutrientes y el peso
del huevo.

Necesidades en Fibra Dietética

Las necesidades en FB de las ponedoras no se han determinado


con precisión, pero probablemente sean superiores a los niveles de
uso prácticos con piensos basados en harina de soja de alta proteína y
maíz. Niveles excesivamente bajos de FB (< 3,0-3,5%) inciden
negativamente sobre la fisiología digestiva y el bienestar del ave (van
90 NORMAS FEDNA: Avicultura

Krimpen et al., 2005, 2009). Niveles adecuados de fibra resultan en


aves más tranquilas, más fáciles de manejar y que producen excretas
más consistentes. Las aves sobre suelo tienden a ingerir mayores
cantidades de cama cuando los piensos son pobres en fibra, indicativo
de unas necesidades mínimas en material estructural (Hetland et al.,
2003; Hetland y Svihus, 2007). Un exceso de fibra, sin embargo,
podría reducir el consumo y, en su caso, elevar el coste de piensos
ricos en energía. Además, cuando parte de la fibra de los ingredientes
va ligada a la fracción proteica o a otros nutrientes, el valor
nutricional del pienso se reduce.

En gallinas camperas criadas con acceso a parque exterior,


niveles altos de FB reducen de forma significativa la incidencia de
picaje y mortalidad del lote. Niveles de FB cercanos o incluso
superiores al 7% no causan problema alguno en relación con la
productividad, siempre que se mantenga el nivel de energía, proteína
y otros nutrientes. A tener en cuenta que para reducir los problemas
de picaje es recomendable el uso de fibras insolubles, tales como la
cascarilla de avena. Fibras solubles con alta capacidad de retención de
agua, caso de la pulpa de remolacha, podrían reducir el consumo. Los
valores máximos y mínimos de fibra recomendados en las tablas 17 y
18 se ofrecen a efectos orientativos, y no deberían ser tenidos en
cuenta de forma estricta en ausencia de problemas, o cuando resulten
en un aumento excesivo del precio del pienso.

Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa

Existen grandes discrepancias entre universidades, centros de


investigación y la industria, en relación con las necesidades en grasa
añadida y LNL en aves de puesta (Grobas et al., 1999b,c, 2001; Hy-
Line, 2015, 2016b; Lohmann, 2017a,b,c; Herrera et al., 2017). En
general, cuando se desean huevos de gran tamaño, los técnicos del
sector formulan piensos de inicio de puesta con niveles de LNL
superiores a las recomendaciones mínimas (1,3%) que se indican en
las tablas 17 y 18. De hecho, niveles de LNL por debajo del 1,2% no
permiten a menudo maximizar el tamaño del huevo. Una vez
conseguido este nivel de LNL, el principal causante del aumento del
peso del huevo es el porcentaje de grasa añadida al pienso. Cuando el
tamaño del huevo es un objetivo prioritario, es conveniente incluir en
el pienso un mínimo de 3% de grasa, preferentemente de origen
vegetal. Se estima que por cada 1% de grasa añadida, el tamaño del
huevo aumenta en 0,20 a 0,35 g, dependiendo del tipo de grasa
NORMAS FEDNA: Avicultura 91

(Safaa et al., 2008a). En la práctica, cuando el nutricionista eleva el


nivel de LNL de la fórmula por encima del 1,3%, el nivel de grasa
añadida aumenta. Por tanto, los efectos del LNL, nivel de grasa
añadida y concentración energética del pienso, están a menudo
confundidos.

La fracción lipídica del huevo es fácil de modificar mediante


cambios nutricionales. A este particular, la inclusión de ácidos grasos
ω-3 (p. ej., ácido linolénico, EPA y DHA) en el pienso resultan en un
enriquecimiento de los mismos en el huevo. A destacar que el
enriquecimiento que se busca es particularmente en DHA, y que
niveles altos del mismo en la yema pueden provocar sabor a pescado
del huevo.

Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos

Al igual que el resto de aves, las ponedoras no precisan


proteína sino AA esenciales, siempre y cuando haya suficiente
cantidad de N proteico para satisfacer sus necesidades básicas en AA
banales. Por tanto, no sería necesario establecer límites en cuanto a
necesidades en PB. Niveles altos de PB incrementan a menudo, sin
beneficio alguno, el coste de la fórmula y la contaminación del medio
ambiente. A tener en cuenta que niveles altos de PB garantizan
que las necesidades en ciertos AA esenciales, no contemplados por
el nutricionista, queden cubiertas pero obliga a las aves a
desaminar el posible exceso de N, con aumento del coste y de la
incidencia de huevos sucios. El exceso de PB en ciego da lugar a
fermentaciones indeseables con basificación del medio intestinal,
proliferación de ciertos patógenos, tales como los del género
Clostridium spp, y aumento en la incidencia de excretas líquidas. Por
ello, es importante evitar excesos de PB sin menoscabo de cumplir
con las necesidades en AA esenciales. Niveles reducidos de PB
(<15,5-16,0%) tienden a reducir el porcentaje de huevos XL debido
probablemente a una deficiencia en un AA limitante a identificar.
Cuanto mayor control tengamos sobre el contenido en AA digestibles
de las materias primas utilizadas y sobre los procesos de elaboración
del pienso en fábrica, menos márgenes de seguridad serán
necesarios. Los niveles de PB indicados en tablas se ofrecen pues con
carácter meramente orientativo.

Las necesidades en AA de las ponedoras no están bien


documentadas, a pesar de los numerosos trabajos publicados a este
92 NORMAS FEDNA: Avicultura

particular. Además, gran parte de estos trabajos corresponden a


estirpes blancas (p.ej., datos de USA, Alemania y Países Bajos) lo que
podría modificar ligeramente los valores relativos entre AA. En aves
de puesta, AA azufrados, Lys, Thr e Ile por este orden, suelen ser los
AA más limitantes aunque depende de la composición en ingredientes
del pienso. En relación con las Normas FEDNA (2008) se han elevado
de forma considerable las necesidades en Lys y consecuentemente,
siguiendo el criterio de proteína ideal, el resto de AA indispensables.
Las gallinas de hoy presentan consumos de pienso similares a las de
sus antecesoras de hace 10 años, pero la persistencia y la producción
de huevos ha aumentado en más de un 5%. Por tanto, los piensos
precisan niveles más elevados de PB y AA. En las tablas 15 y 16 se
ofrecen estudios comparativos del balance de proteína ideal en
ponedoras según diversas instituciones y empresas de aditivos y de
genética, respectivamente. Llama la atención la alta variabilidad
existente entre autores en cuanto a valores de proteína ideal, con
diferencias notables a menudo difíciles de justificar (CVB, 1996, 2018;
AWT, 2000; Coon, 2004; Bregendahl et al., 2008; Lemme, 2009;
Fefana, 2014a; van Krimpen et al., 2015; Rostagno et al., 2017).

Las necesidades en AA de las ponedoras dependen del objetivo


marcado y son superiores para maximizar el tamaño del huevo que
para conseguir buenos índices de puesta. Niveles altos de PB y Met se
justifican mejor en inicio de puesta en aves escasas de peso, bajo
consumo, y cuando el tamaño del huevo es un objetivo prioritario. Por
ello, los niveles de AA a utilizar, en particular de AA azufrados durante
los primeros meses de puesta, dependen en gran medida del valor
relativo de venta entre huevos superextras (XL > 73 g) y medianos
(M > 60 g). En la práctica, es frecuente encontrar fórmulas con
niveles de Met digestible superiores al 0,42-0,44%. La razón podría
radicar en que un exceso de azufrados, AA normalmente limitantes en
producción de huevos, puede beneficiar a aquellas aves que, bien por
razones ambientales no controladas o bien por la propia variabilidad
intrínseca del lote, ingieren menos Met de lo necesario. A este
particular, el consumo voluntario en el inicio de puesta es a menudo
inferior a 100 g/d. Bajo estas circunstancias, un aumento de la PB (y
en especial de los niveles de AA esenciales, incluidos los azufrados) en
torno al 5-8% podría mejorar el tamaño del huevo y la productividad.
La diferencia en precios de venta entre huevos superextras y extras
está disminuyendo en los últimos años en la mayoría de los países
Europeos, lo que reducirá la suplementación extra en AA azufrados.
Además, en caso de ciclos largos (> 80-90 sem de puesta), huevos de
NORMAS FEDNA: Avicultura 93

excesivo tamaño perjudican notoriamente la calidad de la cáscara al


final del período de puesta.

Una vez decidido el nivel de Met+Cys, principales AA limitantes


en relación al tamaño de huevo, el nivel para el resto de AA se
determina en base al criterio de proteína ideal indicado en la tabla 12.
El balance de proteína ideal recomendado se basa en datos de De Blas
y Mateos (1991), NRC (1994), Bregendahl et al. (2008), Lemme
(2009), Klein (2013), Fefana (2014a), van Krimpen et al. (2015) y
Rostagno et al. (2017), y los estándares de las empresas de genética
y de aditivos indicados en otros capítulos de la presente monografía.

Necesidades en Macrominerales

Las necesidades en macrominerales de la ponedora en relación


con la calidad de la cáscara han sido estudiadas por numerosos
investigadores (Lambert et al., 2014). Sin embargo, no disponemos
de información suficiente que permita reducir, mediante
modificaciones nutricionales, los frecuentes problemas de cáscara
observados en gallinas de más de 55-60 sem de vida. Previo al inicio
de la puesta, es recomendable controlar el nivel de Ca (< 3,75%) ya
que el exceso podría afectar al consumo de energía y aumentar la
humedad de las heces (Leeson y Summers, 2012). En aves viejas,
conviene elevar los niveles de Ca por encima del 3,9%. El exceso de
Ca (> 4,5%) a estas edades no parece crear perjuicio alguno sobre la
productividad (An et al., 2016). Por el contrario, Safaa et al. ( 2008b)
han mostrado que niveles de Ca en el pienso del 3,5% reducen la
productividad y la calidad de la cáscara del huevo en gallinas rubias
de más de 50 sem de edad.

Es una práctica común de la industria utilizar un porcentaje del


carbonato cálcico de la dieta (aproximadamente entre un 50 y un
75% del total, en función de la edad de la gallina y la solubilidad de
la fuente de Ca) en forma granular. El CaCO3 granular (>2-3 mm)
podría mejorar la disponibilidad del mineral ya que las partículas
gruesas se solubilizan más lentamente y permanecen más tiempo en
la molleja que las finas, lo que permite al ave disponer de Ca de
origen dietético durante parte del período de oscuridad. Safaa et al.
(2008b) han mostrado que este efecto, aunque real, es de
importancia relativa. De hecho, piensos en migas donde todo el
carbonato cálcico se incluye en forma de harina, no presentan más
problemas de cáscara que piensos en harina de calidad similar. A
94 NORMAS FEDNA: Avicultura

considerar que la mayor permanencia del CaCO3 granular en la


molleja podría mejorar la funcionalidad de la misma, con reducción
del pH de la digesta y mejora de la actividad de las enzimas
endógenas (p.ej., pepsina) y exógenas (p. ej., fitasas). Como
resultado, la utilización del Ca aumenta. De hecho, Saunders-Blades
et al. (2009) observaron que la absorción del Ca en ponedoras
mejoraba con presentaciones gruesas del carbonato. También la
incidencia de fatiga de las baterías en aves de puesta es superior
cuando las mismas consumen fuentes de carbonato fino que fuentes
de carbonato granular. Además de los efectos mencionados, el CaCO3
granular reduce el porcentaje de finos del pienso mejorando la
estructura y el consumo del mismo. Se estima que la ponedora pierde
capacidad para consumir Ca fino cuando la partícula del mismo es de
un diámetro medio inferior a 1 mm.

Probablemente, las prácticas más eficientes para reducir la


incidencia de huevos fisurados y de cáscaras blandas al final del ciclo
de puesta sean: a) cuidar con detalle los programas de alimentación
de las pollitas durante la fase de recría y el período previo al pico de
puesta, y b) evitar huevos de excesivo tamaño al final del ciclo de
postura. Un problema frecuente en la práctica, es la utilización
desacertada de los llamados piensos “prepuesta”, desde la entrada en
nave hasta el inicio de la puesta. Estos piensos se caracterizan por su
limitado nivel de Ca (en torno al 2,2-2,5%) por lo que el consumo en
este mineral es reducido en las aves que inician la puesta, pero
excesivo para aquellas que no ponen huevos. Es frecuente, bien por
problemas de logística bien por adelantamiento de la puesta,
encontrar lotes que consumen este pienso bajo en Ca, aún con índices
de puesta superiores al 20-30%. En estos casos, aquellas gallinas
que han puesto varios huevos con un pienso deficiente en Ca se
descalcificarán. Desafortunadamente, el problema no será evidente
hasta el final del ciclo de puesta, cuando las aves no utilizan
eficientemente el Ca medular que se les supone debían tener. Aguirre
et al. (2018) compararon piensos en inicio de puesta (16-18 sem) con
niveles de Ca que variaban entre 1,0 y 3,9% y observaron la
conveniencia de utilizar niveles altos de Ca a partir de esta edad.

Huevos de excesivo tamaño al final del ciclo resultan en


mayores porcentajes de rotura, bien debido al menor porcentaje de
cáscara por unidad de superficie externa del huevo, bien al tamaño
“per se” que incide sobre el porcentaje de cáscaras dañadas durante
NORMAS FEDNA: Avicultura 95

el embalaje y transporte. En ciclos largos, la producción de altos


porcentajes de huevos superextras podría no ser aconsejable.

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

No existe mucha información científica sobre las necesidades de


las ponedoras en las diversas vitaminas y minerales traza. De hecho,
excepto para la colina, vitamina E, vitamina D3 y derivados (p.ej.,
vitamina OHD3) y minerales de origen orgánico (Cu, Zn y Mn), los
datos publicados en los últimos años son muy limitados (Bouvarel et
al., 2010; Fefana, 2015).

Las necesidades en vitaminas y microminerales en piensos de


ponedoras se detallan en la tabla 22. Para cada elemento se presenta
un valor medio recomendado y un rango lógico de utilización. Dentro
del rango indicado, los nutricionistas son libres de utilizar un nivel u
otro en función de los objetivos de producción, margen de seguridad
requerido, coste, condiciones de almacenaje del corrector y período de
caducidad del pienso. Se han tenido en cuenta las limitaciones
legislativas sobre el contenido máximo del pienso en vitamina A
(10.000 UI), D3 (3.200 UI) y elementos traza [Cu (25), Mn (150), Zn
(120) y Se (0,5) mg/kg]. A tener en cuenta que los niveles máximos
“legislados” incluyen el contenido en estos elementos de las materias
primas utilizadas en la fabricación de los piensos. En el presente
estudio no hemos tenido en cuenta la posible y frecuente utilización
de la vitamina 25-OH D3 en sustitución de vitamina D3 (colecalciferol),
y de la betaína en sustitución de la colina donde se consideran otros
posibles efectos metabólicos de la suplementación.

Nutrición y Calidad del Huevo

En nuestro país aún se valora de forma descompensada el


huevo XL (>73 g) por lo que existe interés en aumentar el tamaño
del huevo en los períodos iniciales de la puesta. A efectos prácticos, el
factor que más influye sobre el tamaño del huevo, es el peso de la
pollita al final de la recría. Pérez-Bonilla et al. (2012a,b) demostraron
que por cada 100 g de PV extra, el peso del huevo aumentaba en
torno a 1,0-1,1 g. Desde el punto de vista nutricional, factores clave a
considerar en aves de tamaño medio son los niveles de Met+Cys, LNL
y grasa añadida, así como la energía del pienso. Cuando el tamaño del
huevo es prioritario puede ser conveniente elevar el porcentaje de
Met+Cys de los piensos de inicio de puesta en un 2-3% en relación
96 NORMAS FEDNA: Avicultura

con lo indicado en la tabla 17. Un incremento del nivel de Met


(realmente, de AA azufrados) a fin de aumentar el tamaño del
huevo debe ir acompañado de una subida del resto de los AA
esenciales, cumpliendo siempre con el concepto de proteína ideal.

El aumento del tamaño del huevo con la edad se debe al mayor


tamaño de la yema, que va acompañado por un aumento de la
cantidad de clara depositada (Grobas et al., 1999b,c, 2001). Un nivel
reducido (<1,1-1,2%) de LNL afecta al tamaño de la yema. Dado el
poco conocimiento existente sobre el contenido real en LNL de las
diversas materias primas (p.ej., maíz, DDGS y soja integral), y la
variabilidad existente en relación con el contenido en grasa verdadera
(y por tanto en LNL) de las mismas, se recomienda un mínimo
práctico del 1,35%. La inclusión de un 3% de grasa en piensos que
cumplen con este mínimo de LNL, mejora el tamaño del huevo en
aproximadamente 0,6 g. La grasa suplementaria es más beneficiosa
en aves destinadas a la producción de huevos para venta en cáscara
que en aves destinadas a la industria de ovoproductos, ya que la clara
es fundamentalmente agua y, por tanto, tiene un menor valor
energético y económico.

Niveles altos de energía tienden a mejorar ligeramente el


tamaño del huevo (Pérez-Bonilla et al., 2012a,b; Bouvarel et al.,
2010), efecto que puede deberse bien al mayor nivel de grasa
añadida de estos piensos o al mayor PV de las gallinas. A tener en
cuenta en el caso de producciones orgánicas, que la inclusión de
habas (Vicia faba) en la dieta reduce el tamaño del huevo debido al
alto contenido en las mismas de los glucósidos vicina y convicina
(Mateos y Puchal, 1982; Lessire et al., 2017).

Debido a la prohibición de las mudas tradicionales y a fin de


amortizar el coste inicial de las pollitas, existe una tendencia actual a
aumentar la duración de los ciclos de puesta. En caso de ciclos largos
(≥ 80-90 sem) y, para minimizar el desgaste de la ponedora, es
conveniente evitar tamaños de huevo excesivos, reduciendo el nivel
de Met (y del resto de AA esenciales) y controlando el porcentaje de
grasa añadida.

Calidad y Color de la Cáscara

El principal problema comercial al final del ciclo de puesta es la


calidad de la cáscara, problema que se complica cuando el porcentaje
NORMAS FEDNA: Avicultura 97

de huevos de tamaño excesivo aumenta. Factores a controlar para


reducir la incidencia del problema son: 1) nivel y fuente de Ca, 2)
nivel de P digestible, 3) nivel de Cl-, 4) inclusión de vitamina D3 y
derivados, y 5) porcentaje de huevos excesivamente grandes. Puntos
a considerar son los siguientes:

a) Utilizar niveles de Ca superiores al 4,0% al final de la


puesta. Parte de este Ca (65-75%) debe suministrarse en forma de
carbonato granular (> 3-4 mm de diámetro). El efecto positivo del
Ca granular sobre la productividad y la calidad de la cáscara se debe a
tres factores: 1) solubilidad más lenta que permite al ave disponer de
Ca dietético en las primeras horas sin luz, 2) mejor textura del
pienso, que favorece la fluidez del mismo en los transportadores de la
granja y reduce la posibilidad de que parte de las aves se queden
sin pienso en momentos determinados, y 3) mejora del desarrollo y
actividad de la molleja, con reducción del pH y aumento de la
solubilidad y de la digestibilidad de Ca. Por tanto, el aporte de Ca
grueso es una práctica a recomendar. Por otro lado, el uso de niveles
excesivos de Ca origina depósitos calcáreos de tipo granular en la
cáscara por lo que debe evitarse.

b) Utilizar niveles apropiados de P digestible. Una deficiencia en


P digestible por periodos cortos, rara vez dará lugar a problemas
reconocibles en la calidad del huevo. Sin embargo, deficiencias
prolongadas perjudican la calidad de la cáscara. Al final del ciclo de
puesta, tanto el defecto como el exceso de P perjudican la calidad de
la cáscara, pero el defecto es mucho más perjudicial que el exceso.

c) Reducir el nivel de Cl- del pienso y del aportado a través del


agua. El exceso de Cl- bien en pienso, bien por cloración del
agua de bebida, aumenta la acidosis, reduce el BE y perjudica
ligeramente los procesos de calcificación. A este particular, caso de
que el agua no precise cloración, la utilización de bicarbonato sódico
podría ayudar en relación con el BE ya que proporciona el Na+
necesario sin aumentar el nivel de Cl-. Sin embargo, el efecto
beneficioso de esta práctica no es siempre aparente (Balnave y
Muheereza, 1997), especialmente en climas templados y niveles de Cl-
en el pienso inferiores al 0,30-0,32% (Bouvarel et al., 2010).

d) Controlar el contenido en Na+, Mg2+ y otros macrominerales


presentes en el agua disponible, que pueden reducir la calidad de la
cáscara. A tener en cuenta que un defecto de Mg2+ (< 0,2%) podría
98 NORMAS FEDNA: Avicultura

reducir la calidad de la misma. Asimismo, controlar el nivel de Mg de


muchas fuentes de Ca que también pueden perjudicar la calidad de la
cáscara.

e) Reducir los niveles de Met y grasa añadida al pienso.


Niveles de Met digestible en torno al 0,30% o incluso inferiores, y de
grasa añadida inferiores al 1,0% al final de la puesta, ayudan a este
particular. La reducción del aporte de Met debe ser controlada para
que ni la puesta ni el porcentaje razonable de huevos XL se vean
afectados. Destacar que una reducción del LNL hasta niveles cercanos
al 1,2% no afecta al tamaño del huevo y por tanto, no mejora la
calidad de la cáscara (Safaa et al., 2008a).

f) En la práctica, la mejora del manejo ayuda a reducir los


problemas de rotura de cáscara en aves viejas. Así, el suministro de
60 a 90 min extras de luz durante la noche, puede mejorar el
consumo de pienso y de Ca, y reducir la incidencia del problema
especialmente durante el verano. Sin embargo, está práctica no está
permitida en la UE.

El color y la uniformidad del mismo es un importante parámetro


de calidad de la cáscara por su influencia sobre la decisión de compra
por el consumidor. La protoporfirina, principal pigmento responsable
del color en gallinas rubias, se sintetiza en la glándula cascarógena y
se concentra en la capa externa de la cáscara y en la cutícula. Los
principales factores que influyen sobre este parámetro, aparte de
enfermedades tales como la bronquitis infecciosa, son la edad y la
genética de las gallinas, el sistema de alojamiento y el estrés
(Samiullah et al., 2015). A este particular, los huevos procedentes de
gallinas con acceso a parque podrían presentar cáscaras de color
menos intenso que las criadas en jaulas (Sekeroglu et al., 2010). A
destacar, la alta incidencia de huevos con tonalidades moráceas de
intensidad variable en gallinas muy jóvenes o aves que han sufrido un
estrés. Este defecto de color se debe a la deposición de carbonato
cálcico sobre la cáscara ya formada y pigmentada, consecuencia de
que el huevo no se evagina correctamente.

Desde el punto de vista nutricional, es difícil mejorar la


pigmentación y la uniformidad del color de la cáscara mediante
modificaciones nutricionales del pienso. Algunos trabajos han
mostrado efectos positivos de la inclusión de ciertos Bacillus y de
proteinato de Fe, y efectos negativos del exceso de Fe o vitamina D
NORMAS FEDNA: Avicultura 99

pero los resultados no son siempre repetibles. A tener en cuenta que


la contaminación del pienso con nicarbazina aumenta la incidencia de
huevos con cáscaras sin pigmentar y de baja calidad (McClary, 1955).
A efectos prácticos, la genética y la edad de la gallina son las
variables más importantes a considerar en relación con el color y la
calidad de la cáscara.

Calidad del Albumen

Los factores que más afectan la calidad del albumen, aparte de las
enfermedades y la genética, son la edad de la gallina, la muda, la
frescura del huevo y la temperatura durante el período de almacenaje
de conservación (Williams, 1992). La composición y valor nutricional
del pienso tienen poco efecto sobre la calidad del albumen, excepto
cuando se incluye en el mismo cloruro amónico (NH4Cl) o habas (Vicia
faba). El uso de NH4Cl, en los casos en que esté permitido, reduce el
pH sanguíneo mejorando las unidades Haugh (Hall y Helbacka, 1959).
A cambio, la acidificación de la sangre perjudica los procesos de
calcificación y la calidad de la cáscara. Por otro lado, la inclusión de
habas mejora la calidad del albumen pero a expensas de un menor
tamaño del huevo (Mateos y Puchal, 1982). Otros ingredientes, tales
como el Mg y los coproductos de fermentación, caso de los DDGS,
podrían tener algún efecto positivo aunque no siempre es observable
(Williams, 1992).

Pigmentación de la Yema

Niveles de luteína entre 4 y 7 mg junto a 2,2 a 3,5 mg de un


pigmentante rojo (normalmente cantaxantina) por kg de pienso son
suficientes para una buena pigmentación de la yema (> 10 de la
escala de DSM). La inclusión de pigmentación amarilla adicional
(luteína, zeaxantina o apo-ester carotenol) no sería necesaria en
piensos con más de un 30-40% de maíz. Por otro lado, el exceso de
luteína (XAMAS) puede ser contraproducente por diluir la apreciación
del color de la yema por el ojo humano. A considerar que la
suplementación del pienso con grasa de calidad tiende a mejorar la
pigmentación del huevo. Por contra, en caso de grasas de mala
calidad, el efecto es negativo.

Las necesidades nutricionales (incluidas energía, AA y


macrominerales) de gallinas ponedoras rubias en batería, con un peso
vivo a las 18 sem de 1,50 kg, se detallan en la tabla 17. Tal y como
100 NORMAS FEDNA: Avicultura

se indicó en el apartado dedicado a la alimentación de las pollitas, no


existen publicaciones recientes que a igualdad de peso y edad,
muestren diferencias notables en necesidades nutricionales entre
ponedoras blancas y rubias. En ponedoras blancas, caracterizadas por
producciones de masa de huevo similares, menores necesidades de
conservación por su menor PV, y ciclos posiblemente más largos a las
de las gallinas rubias, se estima conveniente incrementar los
contenidos en AA y macrominerales en un 2-4% en relación a lo
indicado en las tablas, siempre en función del consumo esperado.

Alimentación Diferenciada

En los últimos años diversas empresas han recomendado


programas de alimentación diferenciada para ponedoras en función de
las horas del día (split-feeding). Durante las horas de la mañana se
suministra el Ca en forma de carbonato fino mientras que por la tarde
el suministro de Ca es en forma gruesa exclusivamente (Molnar et al.,
2018). El sistema se basa en que la formación de la cáscara tiene
lugar fundamentalmente durante la tarde y noche, cuando los
procesos de calcificación se acentúan, mientras que la formación de la
clara ocurre más bien durante las primeras horas del día (Bouvarel et
al., 2010; Herrera et al., 2018a; Molnar et al., 2018). La digestibilidad
del Ca varía según las horas del día, con valores reducidos y en torno
al 30-40% durante la mañana, y próximos al 70% durante las horas
cercanas al anochecer. Por tanto, el sistema permite reducir el uso de
Ca medular lo que se espera mejore la calidad de la cáscara en aves
viejas. En base a este criterio, se recomienda un pienso
(aproximadamente el 40% del consumo diario del ave) rico en PB y
con niveles reducidos de minerales, especialmente de Ca, durante la
mañana, y un pienso (60% del consumo diario) con un alto contenido
en Ca y bajo en PB y energía (p.ej., 2.550 kcal EMAn/kg, 15,0% PB y
5,5% Ca) durante la tarde. Las características nutricionales de estos
piensos se adaptan mejor a las necesidades del ave por lo que los
costes de la alimentación y la contaminación ambiental se reducen,
sin menoscabo de la productividad. A tener en cuenta que la
formación de la yema es continua lo que obliga a mantener más
constante el aporte de energía. El sistema exige una aplicación
correcta de la filosofía con necesidad doble de silos, básculas de
pesaje y control diario del sistema por parte del granjero. El modelo
es una perfección de las pautas nutricionales de hace años en las que
se añadía al atardecer 1-2 g extras de CaCO3 por ave y día. En un
trabajo reciente, Herrera et al. (2018a) han mostrado que las
NORMAS FEDNA: Avicultura 101

ponedoras, cuando se les ofrece un pienso comercial típico con 3,8%


de Ca, tienden a seleccionar y consumir menos Ca, y por tanto más
PB y energía durante la mañana, datos que avalan la menor necesidad
de este macromineral durante las primeras horas del día.

Ponedoras sobre Suelo

El porcentaje de gallinas ponedoras sobre suelo (aviarios y


suelo con acceso a parque) ha aumentado de forma considerable
tanto en la UE como a nivel mundial en los últimos años (Ruhnke,
2015). Dados los objetivos de la legislación vigente, las preferencias
de los consumidores y la presión comercial de las cadenas de
supermercados, cabe esperar que esta tendencia continúe en el
futuro. La puesta en suelo no modifica los objetivos de producción en
cuanto a productividad y calidad del huevo, pero afecta al
comportamiento de las aves y a la uniformidad del lote lo que
complica el programa de alimentación. Desde un punto de vista
nutricional la producción de huevos en suelo difiere de la
producción en jaula en seis aspectos fundamentales:

a) Aumento de las necesidades de conservación debido a la


mayor actividad física.

b) Menor importancia relativa del tamaño del huevo, ya que el


consumidor tiende a no pagar extra por gramajes excesivos.

c) Importancia de la calidad de las excretas que afecta al


porcentaje de huevos sucios no comercializables.

d) Aumento de la incidencia de problemas óseos con rotura de


quilla y huesos largos. La problemática se agrava en el caso de
aviarios o naves mal diseñadas.

e) Necesidad de mantener el bienestar de las aves, sin


situaciones de estrés, a fin de evitar problemas de picaje y
canibalismo.

f) Mayor dificultad en mantener la uniformidad de los lotes lo


que exige un mejor manejo y a menudo mayores márgenes de
seguridad en relación con los nutrientes del pienso.
102 NORMAS FEDNA: Avicultura

En términos relativos, las características de los alojamientos y


el manejo de las aves durante la recría y el inicio de puesta,
especialmente cuando las aves tienen acceso a parques, pueden ser
más importantes que la labor del nutricionista y las características
nutricionales del pienso “per se”. Es decir, el trabajo del granjero
podría tener mayor incidencia sobre la productividad del lote que la
labor del nutricionista. Un problema grave pero frecuente es el exceso
de densidad, en aves con posible acceso a parques “invernales”, pero
que por razones climatológicas o de otro tipo, se mantienen cerradas
sin acceso al mismo. Bajo estas condiciones, la labor del nutricionista
es compleja y poco efectiva.

Los cambios más importantes, que obligan a replantear las


necesidades nutricionales de aves sobre suelo, se detallan a
continuación:

a.- Las aves tienen mayor libertad de movimientos. Por tanto,


sus necesidades energéticas aumentan, especialmente en el caso de
aviarios y producción con acceso a parque, con el consiguiente
aumento del consumo voluntario de pienso. Las necesidades
proteicas, sin embargo, no varían ya que los aminoácidos se utilizan
en gran medida para la producción de masa de huevo. Por tanto,
podría reducirse el porcentaje de PB (y AA) y macrominerales del
pienso.

b.- El manejo de las aves se complica, lo que a menudo origina


problemas de uniformidad del lote. Una falta de uniformidad da lugar
a aves con consumos variables, lo que obliga al nutricionista a
aumentar los márgenes de seguridad y los costes de producción.

c.- La producción sobre suelo aumenta la interacción entre


individuos lo que da lugar, especialmente en lotes mal manejados, a
mayor agresividad, incidencia de picaje y problemas de roturas óseas
(Brantsaeter et al., 2018). Por tanto, las necesidades nutricionales
(p.ej., niveles de Ca y P digestible, sal, Met+Cys y fibra) varían,
perjudicando siempre el coste final del huevo.

d.- El control de la calidad de las deyecciones es un factor de


producción importante por su incidencia sobre el bienestar animal y el
porcentaje de huevos sucios, especialmente en estirpes blancas. Por
tanto, se precisa un buen control de la presentación del pienso, de los
NORMAS FEDNA: Avicultura 103

niveles de Na+ y K+, nivel de fibra y de la calidad del agua disponible


(p.ej., contenido en Cl-, Mg2+ y sulfatos).

Las aves comen para satisfacer sus necesidades energéticas y


por tanto cabe esperar que las ponedoras sobre suelo consuman en
torno a un 5 - 10% más de pienso (en función de la temperatura,
emplume y actividad física) que sus compañeras en batería. Dado
que el tamaño del huevo no es clave y que el consumo de pienso es
más elevado, parece aconsejable reducir el nivel de Met y del resto
de AA esenciales en al menos la misma proporción. Sin embargo, las
empresas suministradoras de genética recomiendan para este tipo de
producción, piensos con una composición nutricional similar a los de
ponedoras en jaulas convencionales (Lohmann, 2016; Hy-Line,
2016b,d). Una posible explicación para recomendaciones altas en PB
en aves sobre suelo, sería la mayor incidencia de problemas de
picaje y canibalismo en lotes con escaso espacio disponible,
alimentados con piensos bajos en PB. Además, el exceso en PB
permite aumentar el margen de seguridad, y mejorar el emplume y la
uniformidad del lote.

En la tabla 18 se ofrecen recomendaciones nutricionales


”intuitivas” para gallinas sobre suelo, sin acceso a parque, en
condiciones productivas óptimas. En el diseño de estas
recomendaciones se han tenido en cuenta los criterios de las
empresas de genética. Niveles de PB, AA, Ca y P digestible inferiores a
los recomendados en esta tabla deberían dar resultados técnicos
aceptables, si el manejo, en particular el aprendizaje a las nuevas
condiciones de los alojamientos durante la puesta y el emplume de las
aves, es adecuado.

En producciones con acceso a parque, la problemática


nutricional se complica aún más, ya que es difícil conseguir una buena
uniformidad de los lotes. Se estima que dependiendo del manejo,
hasta un 30-35% de las aves podrían no salir al parque, a pesar de
tenerlo disponible. La problemática debida a la variabilidad en el
comportamiento entre aves de genética similar, lleva a dos extremos:
“gallinas caseras” bien emplumadas que no salen al exterior cuyas
necesidades de consumo de pienso podrían ser inferiores a 115 g/d, y
“gallinas viajeras” mal emplumadas que podrían precisar consumos
diarios por encima de 145 g en condiciones invernales (Peguri y Coon,
1991). Estos altos consumos son difíciles de alcanzar por las estirpes
actuales, más aún con piensos bajos en energía, lo que podría
104 NORMAS FEDNA: Avicultura

ocasionar que un alto porcentaje de las aves perdieran peso. Las aves
que no salen al parque, bien porque así lo desean, bien por limitarse
la salida debido a condiciones climáticas, comerán menos que sus
hermanas y podrían mostrar deficiencias en Ca y P (calidad de la
cáscara) y en AA (menor tamaño del huevo). Por otro lado, dentro de
las aves que salen al parque, el consumo de pienso variará en función
de: 1) comportamiento exploratorio (mayores necesidades de
energía), 2) consumo de posibles alimentos presentes en el parque
(aporte de insectos, hierbas y otros nutrientes sin definir), 3)
emplume y sus efectos sobre las necesidades energéticas de
conservación, y 4) cambios en la temperatura ambiental que
afectarán más a aquellas aves mal emplumadas. De aquí, que en
producciones alternativas, la importancia del nutricionista “puro”
disminuya y la del granjero profesional aumente. Un buen granjero
logra lotes más homogéneos, tanto en comportamiento como en PV,
lo que uniformiza el consumo de pienso y permite al nutricionista
ajustar mejor las características del pienso a las necesidades del lote.
A recordar que si no sabemos el consumo, no podemos formular
correctamente los piensos a suministrar, lo que obliga a aumentar los
márgenes de seguridad.

Todas estas consideraciones se traducen en piensos para aves


con acceso a parque con un mayor contenido en fibra dietética, a fin
de reducir el picaje y mejorar la consistencia de las excretas, pero
también en energía para evitar pérdidas de peso. Dado que las
necesidades en proteína para conservación son limitadas, y que el
tamaño del huevo no es el principal objetivo de este tipo de
producción, podría ser recomendable utilizar niveles de AA moderados
en los piensos, excepto en el caso de lotes agresivos o mal
emplumados. No es fácil formular piensos con coste ajustado en aves
que precisan altos niveles de fibra, proteína, minerales y energía. De
aquí la dificultad de mantener lotes en buen estado en situaciones de
manejo adversos.

Producciones Ecológicas

La producción de huevos ecológicos crece en la UE y se espera


que siga aumentando en el futuro. La nutrición de estas aves se
complica, no tanto por falta de conocimientos sino por el exceso de
normas que impiden utilizar la mayoría de las materias primas
tradicionales (p.ej., harinas vegetales obtenidas con solventes,
materias primas procedentes de organismos genéticamente
NORMAS FEDNA: Avicultura 105

modificados, cultivos que precisaron el uso de herbicidas durante la


cosecha, y utilización de AA, enzimas y vitaminas de síntesis química
entre otros). En este tipo de producción, Met+Cys son los AA
limitantes que gobiernan la formulación de las dietas. Por ello, es
aconsejable formular piensos con niveles relativamente bajos en
energía pero ricos en fibra, a fin de aumentar el consumo de pienso y
por ende de Met+Cys, al mismo tiempo que se reduce la incidencia de
problemas de picaje y canibalismo (van Krimpen et al., 2016b).
106 NORMAS FEDNA: Avicultura
NORMAS FEDNA: Avicultura 107
108 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 17.- Recomendaciones nutricionales para ponedoras rubias en jaula

Pre-pico1,2 Inicio3 Final


Problemas
(16 a 25 (26 a 50 puesta
de cáscara
sem) sem) (>50 sem)
EMAn kcal/kg 2.670 2.730 2.700 2.680
Grasa añadida4 % >3,2 >3,0 >1,5 ≤1,0
Ácido linoleico % 1,35 1,35 >1,20 >1,1 <1,3
Fibra bruta, mín.-máx. % >4,0 - 5,3 3,6 - 5,6 3,5 - 5,8 3,4 - 6,0
Proteína bruta, min. % 17,0 16,6 15,8 15,0
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % >0,75 0,73 0,65 0,57
Metionina dig. % 0,38 0,37 0,33 0,29
Metionina+cisteína dig. % 0,66 0,64 0,57 0,50
Treonina dig. % 0,53 0,51 0,46 0,40
Triptófano dig. % 0,16 0,15 0,14 0,12
Isoleucina dig. % 0,60 0,58 0,52 0,46
Valina dig. % 0,67 0,65 0,58 0,51
Arginina dig. % 0,78 0,76 0,68 0,59
Aminoácidos totales
Lisina total % 0,86 0,84 0,75 0,65
Metionina total % 0,43 0,42 0,38 0,33
Metionina+cisteína total % 0,76 0,74 0,66 0,57
Treonina total % 0,60 0,59 0,53 0,46
Triptófano total % 0,18 0,18 0,16 0,14
Isoleucina total % 0,69 0,67 0,60 0,52
Valina total % 0,77 0,75 0,67 0,58
Arginina total % 0,89 0,87 0,78 0,68
Calcio5, mín.-máx. % 3,50 – 3,85 3,85 – 4,0 3,90 – 4,20 4,20
Fósforo total6 % 0,60 0,56 0,51 0,48
Fósforo disp., mín.-máx. % 0,38 – 0,40 0,36 – 0,39 0,32 – 0,37 0,27
Fósforo dig. mín.-máx. % 0,33 – 0,37 0,31 – 0,33 0,29 – 0,32 0,23
Sodio7 % 0,17 0,16 0,15 0,14
Potasio8, mín.-máx. % 0,50 – 1,00 0,50 – 1,00 0,50 – 0,90 0,50
Cloro9, mín.-máx. % 0,15 – 0,29 0,15 – 0,31 0,14 – 0,28 0,14
Colina total mg/kg 1.260 1.250 1.200 1.250
Colina añadida mg/kg 225 250 180 190
Xantofilas amarillas mg/kg >4 <8 >6 <9 >6 <9 >6 <9
Xantofilas rojas mg/kg >2,5 2,5-3,0 2,5-3,0 2,5-3,0
Sal añadida10, mín. % 0,28 0,26 0,24 0,20
1
Estrategia nutricional para preparar el ave para ciclos de puesta largos. En el sistema tradicional, se inicia la
puesta con el pienso siguiente.
2
Podría ser conveniente el uso de migas para potenciar el consumo.
3
Consumos estimados de 111 g en el inicio (>90% puesta) y 117 (> 80% de puesta) g en el final de fase. En
caso de consumos inferiores se recomienda elevar proporcionalmente el nivel de aminoácidos y minerales.
4
Incluye la grasa añadida en materias primas tales como el haba integral, gérmenes grasos y semillas de
girasol.
NORMAS FEDNA: Avicultura 109

5
Utilizar un 60-70% de carbonato en forma granular (>3-4 mm Ø) para facilitar la fluidez
del pienso y mejorar la digestibilidad del Ca y la calidad de la cáscara.
6
Niveles modificables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
7
Reducir un 10% en caso de problemas de excretas húmedas. Subir los niveles en un
10-15% en situaciones de calor. Utilizar en su caso bicarbonato para reducir el cloro y
cumplir con el mínimo de sodio.
8
Reducir el máximo a 0,85% (si fuera posible) en caso de excretas húmedas.
9
Niveles máximos podrían ser aplicables en caso de problemas de calidad de cáscara.
10
Niveles superiores podrían ser recomendables en situaciones de estrés calórico.
110 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 18.- Recomendaciones nutricionales para ponedoras rubias en suelo

Pre-pico1,2 Inicio3 Final


Problemas
(16 a 25 (26 a 50 puesta
de cáscara
sem) sem) (>50 sem)
EMAn3 kcal/kg >2.700 >2.730 2.700 2.680
Grasa añadida % 2,0 2,5 <2,0 ≤1,0
Ácido linoleico % 1,30 1,30 1,20 >1,0 <1,2
4
Fibra bruta, mín .-máx. % 4,1 - 5,6 4,2 – 6,0 4,3 – 6,2 4,3 – 6,2
Proteína bruta % 16,8 16,4 15,5 14,9
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % >0,74 0,72 0,63 0,55
Metionina dig. % 0,37 0,36 0,32 0,28
Metionina+cisteína dig. % 0,65 0,63 0,55 0,48
Treonina dig. % 0,52 0,50 0,44 0,39
Triptófano dig. % 0,16 0,15 0,13 0,12
Isoleucina dig. % 0,59 0,58 0,50 0,44
Valina dig. % 0,66 0,64 0,56 0,49
Arginina dig. % 0,77 0,75 0,66 0,57
Aminoácidos totales
Lisina total % 0,85 0,83 0,73 0,63
Metionina total % 0,43 0,42 0,37 0,32
Metionina+cisteína total % 0,75 0,73 0,64 0,55
Treonina total % 0,60 0,58 0,51 0,44
Triptófano total % 0,18 0,17 0,15 0,13
Isoleucina total % 0,68 0,66 0,58 0,50
Valina total 0,76 0,74 0,65 0,56
Arginina total % 0,88 0,86 0,76 0,66
5
Calcio , mín.-máx. % ≥3,40 – 3,70 3,75 – 3,90 3,85 – 4,0 4,10
Fósforo total6 % 0,59 0,56 0,51 <0,49
Fósforo disp., mín.-máx. % 0,37 – 0,40 0,36 – 0,38 0,32 – 0,36 0,27
Fósforo dig., mín.-máx. % 0,34 – 0,37 0,33 – 0,35 0,30 – 0,32 0,23
7
Sodio % 0,15 0,14 0,14 0,13
8
Potasio , mín.-máx. % 0,50 – 0,90 0,45 – 0,90 0,45 – 0,90 0,45
Cloro, mín.-máx. % 0,15 – 0,30 0,15 – 0,28 0,14 – 0,26 0,14
Colina total mg/kg 1.230 1.220 1.180 1.200
Colina añadida mg/kg 220 240 180 190
Xantofilas amarillas mg/kg >4 <8 >5 <9 >5 <9 >5 <9
Xantofilas rojas mg/kg >2,5 >2,5 >2,5 >2,5
9
Sal , mín. % 0,26 0,24 0,22 0,18
1
Estrategia nutricional para preparar el ave para ciclos de puesta largos. En el sistema tradicional, se inicia la
puesta con el pienso siguiente.
2
Podría ser conveniente el uso de migas para potenciar el consumo.
3
Niveles superiores (≅ 30 kcal) podrían ser recomendables en gallinas mal emplumadas con acceso a parque
exterior.
4
Elevar en un 10% en caso de problemas de picaje
5
Añadir un 60-70% de del carbonato en forma granular (> 3-4 mm Ø).
6
Niveles modificables en función del uso (tipo y nivel) de fitasas.
7
Reducir un 10% en caso de problemas de excretas húmedas.
8
Reducir el máximo a 0,75% (si fuera posible) en caso de heces húmedas.
9
Utilizar bicarbonato para cumplir con el mínimo de sodio en caso necesario.
NORMAS FEDNA: Avicultura 111

Reproductoras Pesadas

La información existente sobre las necesidades nutricionales de


pollitas y reproductoras pesadas es limitada. El programa de
alimentación de las reproductoras busca altos índices de puesta, con
huevos de tamaño aceptable y buena cáscara que produzcan un alto
número de pollitos viables de buena calidad. El objetivo principal es
conseguir 162 a 165 huevos y 138-140 pollitos por ave alojada a las
60 sem de vida. Para lograr este objetivo se precisa que las
reproductoras alcancen un pico de puesta superior al 86%,
mantengan una buena persistencia durante el ciclo de puesta, con un
nacimiento medio entre y el 85 y 87%, y con una mortalidad durante
el ciclo inferior al 8-10%.

La continua mejora del apetito y del crecimiento del pollo


broiler, obliga a restringir el consumo durante las fases de recría y
puesta en las reproductoras pesadas. La restricción se ha acentuado
con la mejora genética y se implementa cada año a edades más
tempranas. De hecho, es frecuente iniciar la restricción a edades de
las aves inferiores a las 4 sem de vida, y no es raro en la actualidad
restringir los animales desde la segunda sem de vida. Por el contrario,
tampoco es extraño observar que las pollitas no alcanzan los pesos
objetivo en las 2 primeras sem de vida, en este caso puede ser
recomendable usar piensos algo más concentrados durante esas
semanas. El objetivo es conseguir que la pollita alcance un peso a las
22 sem de vida similar al de su futura descendencia a las 6 sem
(Leeson y Summers, 2012). Esta situación conlleva problemas a
resolver en relación con el bienestar animal (Jong y Guémené, 2011).

Como consecuencia de los avances genéticos en el pollo broiler,


las reproductoras actuales son muy magras y tienden a depositar poca
grasa, lo cual es un problema más evidente durante las 30 primeras
semanas de vida. Esta evolución genética que afecta a la composición
corporal de la reproductora obliga a modificar los programas de
alimentación en relación al de sus antepasadas de hace 15 años.
Estos cambios son necesarios tanto durante la recría como en la fase
de puesta (Van Emous et al., 2015; De los Mozos et al., 2017). A fin
de adecuarnos a la nueva situación, en esta nueva edición de las
Normas recomendamos un programa de alimentación en base a 2
piensos con características nutricionales específicas, que se adaptan
mejor a las necesidades de las aves. Es conveniente evitar el exceso
indiscriminado de PB en el inicio de puesta, ya que puede dar lugar a
112 NORMAS FEDNA: Avicultura

aves excesivamente musculadas y sin el mínimo de grasa corporal


necesario para alcanzar un buen pico y persistencia de la puesta.

Un buen programa de alimentación de reproductoras pesadas


exige una estrecha colaboración entre el nutricionista y el técnico de
campo. De nada vale que el nutricionista ajuste con errores mínimos
las necesidades en AA de un lote de reproductoras, si el técnico de
campo decide arbitrariamente subir o bajar el consumo en 3-5 g/d.
Los problemas claves actuales a resolver en reproductoras pesadas
son: a) necesidad de utilizar programas de alimentación restringida lo
que conlleva problemas de bienestar del ave, b) lograr una buena
uniformidad del lote, c) evitar un exceso de deposición magra previo y
durante el inicio de la puesta, d) mantener las hembras con un buen
plumaje para mejorar la aceptación del macho, y e) conseguir huevos
de tamaño adecuado que permita maximizar la viabilidad de los
pollitos, especialmente durante la primera fase del ciclo de puesta,
que den lugar a pollitos con alta capacidad de crecimiento.

Presentación del pienso y Tamaño de Partícula

Desde un punto de vista práctico, la presentación del pienso


tiene una gran influencia sobre la productividad de pollitas y
reproductoras pesadas. La presentación en migas o en microgránulos
es recomendable en primeras edades (<3 sem) e imperativa en aves
mantenidas sobre suelo, con distribución aérea de pienso. En
alimentación en base a harina, la textura del pienso es importante,
probablemente más en el caso de pollitas o reproductoras pesadas
que en el caso de gallinas de huevo comercial. Cuando la restricción
del consumo es alta, tal y como ocurre durante la recría y el período
de puesta, el gránulo facilita el consumo rápido del pienso por las
aves dominantes, lo que en caso de naves escasas de espacio de
comida o de comederos, reduce el consumo de las aves más débiles,
lo que se traduce en menor uniformidad del lote. Por tanto, el uso de
microgránulo es totalmente necesario en aves alimentadas
directamente sobre suelo, mientras que en presencia de comederos
en canal o platos, la presentación en harina o en migajas con buena
textura puede dar buenos resultados. En el primer caso, cuando el
pienso se distribuye sobre el suelo por medio de sistemas de
distribución aérea, es muy importante que el gránulo tenga muy
buena durabilidad y la menor cantidad posible de finos para asegurar
que las aves tengan disponible realmente la cantidad de pienso
deseada. En caso de utilizar gránulo en la nave de recría, el pienso de
NORMAS FEDNA: Avicultura 113

prepuesta desde las 17 a las 20 sem debe suministrarse también en


gránulo, y en la nave de puesta desde las 20 sem hasta el primer
huevo (≈23 sem), el pienso se suministrará en la misma presentación
que reciban las gallinas en puesta. Por otro lado, podría ser
recomendable la distribución de granos enteros de cereales, fuentes
de Ca granular o grit en suelo a fin de que las reproductoras bajen de
los slats, facilitando la monta y mejorando la fertilidad. Además, el
picoteo natural por las aves podría facilitar la pérdida de humedad y
mejorar la textura y calidad de la cama. Cuando las gallinas
reproductoras en puesta se alimentan con piensos en harina, es muy
importante una buena homogeneidad del tamaño de partícula,
limitando, tanto el % de partículas muy gruesas (> 3mm) como el de
partículas muy finas (< 1 mm), para evitar problemas de disgregación
del pienso que empeoran la uniformidad del lote y problemas de
reducción o retraso en el consumo en verano.

Necesidades Energéticas

Se estima que las reproductoras pesadas precisan 460-475 kcal


EMAn/d en el pico de puesta, v a r i a n d o en función de la
temperatura ambiental, el peso y la productividad (ver anejo 1).
Dado que los piensos comerciales tienen una concentración
energética en torno a las 2.760-2.800 kcal EMAn/kg, se estiman
unos consumos medios diarios en este período de 167-172 g de
pienso. Las pollitas reproductoras pesadas se adaptan bien a amplios
rangos de concentración energética de los piensos. Durante la
fase de recría, donde la restricción alimenticia es elevada, sería
recomendable utilizar dietas diluidas, con bajos niveles de energía y
resto de nutrientes pero altos en FB. En las recomendaciones para
reproductoras pesadas que se presentan en la tabla 22 se propone
un nivel energético de 2.775 kcal EMAn/kg por ser un valor típico en
inicio de puesta en la industria. Sin embargo, niveles inferiores no
suponen problema alguno desde el punto de vista productivo,
siempre que se ajuste el consumo de forma proporcional. Es más,
una reducción en la concentración energética del pienso mediante la
inclusión de fibra podría reducir el estrés de las aves, mejorando el
bienestar animal.

Necesidades en Fibra Dietética

En general, el posible beneficio de elevar el nivel de fibra de los


piensos destinados a pollitas y reproductoras pesadas sobre el
114 NORMAS FEDNA: Avicultura

bienestar no se tiene en cuenta en formulación práctica. Sin embargo,


la inclusión de ingredientes fibrosos en el pienso es un tema de
interés creciente debido a su relación con el bienestar animal y la
productividad. Niveles altos de fibra podrían ser de particular interés
en piensos de recría a partir de las 7/10 sem de vida, una fase que se
caracteriza por las fuertes restricciones de consumo que se practican
para ajustarse a las guías de peso de las empresas de genética. Un
volumen de pienso relativamente alto satisface mejor las necesidades
del ave en relación con el confort fisiológico del TGI, evitando al
mismo tiempo una ingesta excesiva de energía y de AA.

La tendencia actual es aumentar la cantidad de pienso


suministrada a las aves reproductoras. Piensos con bajos contenidos
en energía reducen la necesidad de aplicar restricciones cuantitativas
excesivas, especialmente cuando se aplican programas de
alimentación en días alternativos (De Beer et al., 2007, 2008; Ekmay
et al., 2010). Además, piensos bajos en nutrientes mejoran la
uniformidad de los lotes (Zuidhof et al., 2015) y reducen el estrés
relacionado con la restricción (De Los Mozos et al. 2017). En general,
las pollitas son capaces de consumir grandes cantidades de pienso
(hasta un 15-25% por encima de lo recomendado por las distintas
estirpes) y niveles de FB superiores al 10%, sin pérdida de eficiencia.
Piensos ricos en fibra dan lugar a aves más tranquilas, menos
agresivas y con menor tendencia al picaje de plumas que piensos
basados en maíz y harina de soja. Como resultado, el emplume
mejora, facilitando la aceptación del macho y favoreciendo los índices
de fertilidad del lote. Dentro de las fuentes de fibra disponibles se
recomienda aquellas insolubles que no afectan a la viscosidad
intestinal ni perjudican la digestibilidad de los nutrientes. En base a
estas informaciones y efectos, en la presente edición de las Normas
FEDNA se ha considerado conveniente elevar los niveles de FB
recomendados para gallinas reproductoras respecto a los indicados en
FEDNA (2008).

Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa añadida

Las aves en general no precisan un aporte específico de lípidos,


excepto para el caso del LNL. Una deficiencia en este ácido (< 1,2%)
se traduce en huevos de menor tamaño, con baja incubabilidad y
reducción del número de pollitos viables. Al igual que ocurre en
ponedoras comerciales, la inclusión de grasa, especialmente si es de
origen vegetal, mejora el tamaño del huevo. A este particular la
NORMAS FEDNA: Avicultura 115

inclusión de lecitinas, grasa rica en fosfolípidos, en el pienso, podría


ser de particular interés en reproductoras jóvenes (Mandalawi et al.,
2015). Asimismo, trabajos recientes (Koppenol et al., 2014, 2015)
sugieren la conveniencia de suplementar el pienso con ácidos grasos
de cadena larga poliinsaturados, por sus efectos positivos sobre la
calidad del embrión y del pollito recién nacido.

Necesidades en Proteína y Aminoácidos

Las necesidades en PB de las reproductoras pesadas en el pico


de puesta se estiman entre 19 y 22 g/día (Leeson y Summers,
2012; Arbor Acres, 2013; Ross, 2016, 2017b; Cobb, 2016). La
mayoría de los trabajos publicados sugieren un óptimo en torno a 5,3-
5,5 g de PB por cada 1.000 kcal de EMAn. Por tanto, un pienso
estándar no debiera superar el 15% de PB. A destacar que las aves no
necesitan proteína sino AA disponibles. Por tanto, caso de disponer de
materias primas adecuadas y que se formule con AA digestibles,
conviene no superar niveles de proteína superiores al porcentaje
indicado. A efectos prácticos se recomienda un consumo diario de
proteína equilibrada en torno a 18 g a las 20 sem de vida y 25 a 26 g
a partir de las 35 sem de vida (Mateos y Piquer, 1994; Cobb, 2016). A
tener en cuenta que el exceso de PB origina aves con excesiva masa
muscular y un engrasamiento limitado lo que perjudica la
reproducción. Además, el exceso de proteína se excreta vía orina,
originando un exceso de amonio en la nave con aumento de la
incidencia de camas húmedas y pododermatitis.

Van Emous et al. (2013, 2015a,b) observaron un efecto positivo


al reducir entre un 2 y un 6% los niveles de PB (y aminoácidos) del
pienso suministrado de 7 a 17 sem y un 15% en el pienso de 17 a 23
sem de vida. Ekmay et al. (2013) sugieren que consumos de PB de
20,9 g/ave y día en reproductoras entre las 30 y 40 sem de vida
mejoran la producción de huevos, y que niveles ligeramente inferiores
(19,4 g PB/ave y día) optimizan el índice de conversión, sin que se
observe incidencia negativa alguna sobre los parámetros de fertilidad
o el índice de nacimiento. Sin embargo, niveles altos de PB (>27
g/ave y día) podrían ocasionar problemas de deformaciones y elevar
la mortalidad embrionaria (Pearson y Herron, 1982). Debido a la
menor productividad se recomienda reducir el nivel de PB del pienso
en la segunda fase de puesta en un 6,5% (13,3% vs. 14,2%)
manteniendo la energía. Esta reducción de la PB favorece la
116 NORMAS FEDNA: Avicultura

persistencia de la puesta y los índices de incubación y de nacimientos


(Van Emous et al., 2013; Van Emous et al., 2015ab).

Se estima que las necesidades de Lys digestible por


reproductora y día en el pico de puesta (30-35 sem de vida) están en
torno a 915-1.000 mg/d (Mejia et al., 2012a,b; Mejia et al., 2013;
Ekmay et al., 2013; De Paula Dorigam et al., 2017). El balance entre
AA y su relación con la energía del pienso deben ser tenidos en cuenta
en formulación práctica. Los niveles de AA se han estudiado con
mayor detalle en los últimos años. En la tabla 19 se muestran las
recomendaciones de AA en inicio de puesta por diversos centros de
investigación y empresas de genética. Los niveles recomendados en
pollitas y reproductoras aplicando el concepto de proteína ideal se han
basado en los estudios originales del NRC (1994), Fisher (1998),
Leeson y Summers (2012) y Rostagno et al. (2017), así como en las
recomendaciones de las casas de genética y las opiniones de los
técnicos de campo. A destacar las grandes diferencias que se
observan entre recomendaciones. En la tabla 20 ofrecemos nuestras
recomendaciones en proteína ideal para pollitas, reproductoras
pesadas y machos adultos, a sabiendas de la falta de datos
existentes. Las recomendaciones FEDNA sobre necesidades
nutricionales para reproductoras pesadas se ofrecen en la tabla 21. A
destacar la reducción en las mismas de los niveles mínimos de PB en
relación con las anteriores normas FEDNA (2008).

Necesidades en Macrominerales

Se estima que la ingesta máxima diaria de Ca no debiera


superar 4,8 g/d en aves jóvenes al inicio de la puesta y 5,3 g/d en
aves adultas al final del ciclo. Una deficiencia en Ca (consumos
inferiores a 4,4-4,9 g/d) reduce la calidad de la cáscara y la viabilidad
del pollito. Por contra, el exceso de Ca podría aumentar el consumo
de agua lo que perjudica la calidad de la cama, especialmente en el
inicio de puesta.

Contrariamente a lo que ocurre en gallinas ponedoras, el efecto


del tamaño de la fuente de Ca suministrada a reproductoras pesadas
no ha sido estudiado en detalle. Se recomienda que al menos 70% del
Ca se suministre en forma de carbonato grueso con 3-4 mm de
diámetro para aumentar la disponibilidad de Ca en las horas de
formación de la cáscara. El efecto de la inclusión de esta fuente de Ca
gruesa podría ser más beneficiosa cuando se alimenta a las aves a
NORMAS FEDNA: Avicultura 117

primera hora de la mañana. Una práctica recomendable es el


suministro de carbonato grueso o conchilla en suelo también por las
tardes, aumentando la cantidad aportada con la edad de las gallinas.

Tanto el exceso como el defecto de P perjudican la calidad de la


cáscara y por ende, la viabilidad del embrión. Niveles reducidos de P
benefician la calidad de la cáscara en gallinas viejas, pero perjudican
la formación del esqueleto en aves jóvenes. En cualquier caso, la
utilización de fitasas ha reducido de forma notable la problemática,
disminuyendo al mismo tiempo la cantidad de fosfatos y carbonato
cálcico utilizados en piensos para reproductoras.

Debido al sistema de producción en suelo, los niveles de Na+,


K+ y Cl-, y el BE de los piensos de recría y de reproductoras precisan
estar controlados por sus efectos sobre el pH del plasma sanguíneo y
el mantenimiento de la presión osmótica. Es importante conocer la
calidad del agua y su contenido en minerales, especialmente Na+ a la
hora de formular las dietas. Se estima que la utilización de fitasas
podría liberar ciertas cantidades adicionales de Na+ utilizables por las
aves. En cualquier caso es conveniente asegurar un mínimo de 0,15%
de Na en el pienso.

Un problema a considerar en reproductoras pesadas es el


síndrome de muerte súbita, al inicio de la puesta en épocas de calor,
más frecuente en Brasil y USA que en nuestro país. La razón del
mismo no es bien conocida, pero podría estar relacionada con altos
niveles de Ca y bajos de P y K+ en los piensos (Hopkinson, 1991). El
estrés por calor aumenta la excreción de K+, lo que sería una causa
potencial del problema. De aquí que se recomienden niveles mínimos
de 0,65-0,68% de K+, 0,40 a 0,43% de P digestible y 2,8 a 3,0% de
Ca al inicio de la puesta en dichas condiciones. Estos niveles de K+ no
son fáciles de lograr con piensos bajos en PB y uso limitado de harina
de soja. A tener en cuenta el bajo contenido en K+ de las harinas de
soja brasileñas en relación con las de procedencia EEUU, lo que podría
explicar las diferencias en la incidencia del problema según país.

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

A pesar de su importancia en reproductoras pesadas, existen


pocas publicaciones realizadas en los últimos 10 años sobre las
necesidades en vitaminas y minerales traza. De hecho, muchas de
las recomendaciones actuales resultan de extrapolar datos
118 NORMAS FEDNA: Avicultura

procedentes de ensayos con ponedoras comerciales. En la tabla 22 se


ofrecen recomendaciones en base a revisiones publicadas por
diversos autores (Whitehead, 1993; Mateos y Piquer, 1994; NRC,
1994; Ward, 1996; Wilson, 1997; Rostagno et al., 2017; Berwanger
et al., 2018), datos de las diversas casas de genética y aditivos, y
composición de los correctores comercializados en la Península
Ibérica. Tal y como se indicó en capítulos anteriores, estas
recomendaciones se basan en condiciones normales de producción,
con pérdidas mínimas de disponibilidad durante la fabricación o el
almacenaje posterior de los piensos. En numerosos casos se
recomienda suministrar aportes extras de vitaminas durante el pre-
pico (19 a 27 sem), en particular vitaminas A, E, D3, biotina, colina y
ácido fólico (Wilson, 1997). Sin embargo, no existen suficientes datos
científicos que nos permitan avalar o condenar estas prácticas
(Hossain et al., 1998).

A destacar el interés por el uso de antioxidantes en piensos


para reproductoras a fin de mejorar la calidad de los espermatozoides
y del embrión. De hecho, diferentes autores (Rebel et al., 2004;
Hocking, 2009) indican que las necesidades para obtener un embrión
viable son superiores a las necesidades “per se” de las reproductoras.
El huevo contiene 11% de lípidos que se localizan prioritariamente en
la yema (33%). La estabilización de los mismos podría tener un efecto
beneficioso, no totalmente contrastado, sobre la reproducción. Los
antioxidantes más utilizados con esta finalidad serían la vitamina E y
el Se seguidos por la vitamina C y diversos carotenoides y
microminerales (Zn, Cu y Mn).

El uso de minerales traza en forma de compuestos orgánicos


(quelatos orgánicos y otros) de mayor disponibilidad que las sales
inorgánicas tradicionales ha aumentado considerablemente en aves
reproductoras, en especial para el Se y Zn, y en menor proporción
para el Cu y el Mn. En cualquier caso, conviene destacar el interés de
una suplementación extra de Se y Zn por sus efectos beneficiosos
sobre la fertilidad y viabilidad de los pollitos recién eclosionados y el
sistema antioxidante del embrión, así como sobre la inmunidad de las
aves (Surai y Fisinin, 2014; Markovic et al., 2018). En la tabla 22 se
ofrecen rangos lógicos de composición de los correctores a utilizar en
piensos para reproductoras pesadas. En caso de utilizar niveles
moderados de Se, Zn, Cu o Mn podría ser conveniente incluirlos en
forma orgánica en el corrector.
NORMAS FEDNA: Avicultura 119

Las recomendaciones nutricionales de las pollitas, reproductoras


pesadas y machos durante la puesta quedan reflejadas en la tabla 21.
Los valores nutricionales indicados se basan en las recomendaciones
del NRC (1994), Mateos y Piquer (1994), Daghir (2008), Leeson y
Summers (2012), Klein (2013) y Rostagno et al. (2017), así como en
los manuales de las diversas empresas de genética. Dada la
importancia del manejo en estas aves, se han tenido también en
cuenta las informaciones y recomendaciones de los técnicos del sector
en base a situaciones prácticas.

Alimentación Separada de Machos

Las necesidades nutricionales de los machos reproductores son


claramente inferiores en cuanto a cantidad y calidad, a las de las
hembras. Niveles energéticos en torno a 2.600 kcal EMAn/kg de
pienso, 12% de PB y 0,42% de Lys digestible podrían ser suficientes
en la mayoría de los casos. Dietas con un 12% de PB comparadas con
dietas con un 16%, podrían mejorar la calidad y volumen de
espermatozoides producidos por los machos (Zhang et al., 1999). Las
necesidades en Ca y P son limitadas en animales adultos y un exceso
indiscriminado podría incluso ser contraproducente. A tener en cuenta
que el exceso de PB incrementa el desarrollo de la pechuga, y el
exceso de Ca, aumenta la incidencia de problemas en articulaciones lo
que lleva consigo una reducción de la uniformidad y problemas
reproductivos (Zhang et al., 1999). Sin embargo, dada la
disponibilidad y precios actuales de las materias primas, no es fácil
formular piensos para machos con niveles reducidos en energía,
proteína y minerales. Debe tenerse en cuenta que, para una
producción de semen en cantidad y calidad adecuada es necesario que
los machos reproductores aumenten de peso con la edad, de lo
contrario se puede comprometer su vida productiva (Romero-Sánchez
et al., 2007a,b; 2008). Esta situación, junto con dificultades
relacionadas con el manejo y la logística de distribución de dos
piensos diferentes en la misma nave, hace que el uso de piensos
especiales para machos sea limitado, aunque su utilización en España
va en aumento.
120 NORMAS FEDNA: Avicultura
NORMAS FEDNA: Avicultura 121

Tabla 20.- Balance de proteína ideal en pollitas y reproductoras


pesadas. Aminoácidos digestibles. Recomendaciones FEDNA

Reproductoras
Pollitas de recría Machos
pesadas
adultos
1-6 sem 6-21 sem (> 22 sem)
Lisina 100 100 100 100
Metionina 43 44 50 40
Metionina+cisteína 80 85 87 80
Treonina 70 74 77 80
Triptófano 19 22 23 24
Isoleucina 78 71 82 49
Valina 76 78 86 78
Arginina 106 107 106 105
Leucina 106 108 110 109
122 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 21.- Recomendaciones nutricionales para pollitas, reproductoras


pesadas y machos

Iniciación1,2 Recría Prepuesta Puesta


Machos
(0-6/8 (8-16 (17-1 er
(> 22 (> 40
adultos
sem) sem) huevo) sem) sem)
EMAn kcal/kg 2.800 2.680 2.775 2.775 2.775 2.700
3
Extracto etéreo % 2–4,5 >2,8 >3,8 4,5–6,5 4,5–6,5 >2,0
Ácido linoleico % 1,1 0,9 1,20 1,25 1,25 0,75
3
Fibra bruta % 3,6-5,4 4,0-7,0 4,1-6,5 3,6-5,5 3,6-5,5 3,6-5,5
FND % 10-13 >12,8 >10,8 >10,5 >10,4 >10,6
3
Proteína bruta % 18,4-19,0 14,6-16,4 15,0-16,5 14,2-16,4 13,7-15,0 11,3-14,5
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 0,82 0,54 0,54 0,61 0,59 0,42
Metionina dig. % 0,35 0,24 0,24 0,29 0,28 0,17
Met+cisteína dig. % 0,66 0,46 0,46 0,53 0,51 0,34
Treonina dig. % 0,57 0,40 0,40 0,47 0,45 0,34
Triptófano dig. % 0,16 0,12 0,12 0,14 0,14 0,10
Isoleucina dig. % 0,64 0,38 0,38 0,50 0,48 0,21
Valina dig. 0,62 0,42 0,42 0,52 0,51 0,33
Arginina dig. 0,87 0,58 0,58 0,65 0,63 0,44
Aminoácidos totales
Lisina total % 0,94 0,66 0,66 0,70 0,65 0,50
Metionina total % 0,40 0,29 0,29 0,34 0,31 0,20
Met+cisteína total % 0,75 0,56 0,56 0,61 0,57 0,40
Treonina total % 0,66 0,49 0,49 0,54 0,50 0,40
Triptófano total % 0,18 0,15 0,15 0,16 0,15 0,12
Isoleucina total % 0,73 0,47 0,47 0,57 0,53 0,25
Valina total 0,71 0,51 0,51 0,60 0,56 0,39
Arginina total % 1,00 0,71 0,71 0,74 0,69 0,53
Calcio3 % 0,95-1,10 0,90-1,05 1,0-1,2 3,0-3,3 3,2-3,5 0,80-1,10
4
Fósforo total % 0,56 0,55 0,54 0,52 0,50 0,48
Fósforo disp. % 0,45 0,38 0,38 0,35 0,33 0,37
Fósforo dig. % 0,39 0,32 0,32 0,28 0,27 0,30
3
Sodio % 0,17-0,19 0,16-0,17 0,15-0,17 0,16-0,18 0,16-0,18 0,17-0,19
3
Cloro % 0,15-0,25 0,15-0,29 0,14-0,28 0,15-0,29 0,15-0,26 0,16-0,28
Potasio % 0,48 0,45 0,55 0,50 0,55 0,48
Colina total mg/kg 1.290 1.260 1.150 1.150 1.100 1.020
Colina añadida mg/kg 275 230 230 250 230 220
Sal, mín. % 0,30 0,27 0,25 0,22 0,20 0,28
1
Puede ser aconsejable utilizar un pienso de 0 a 3 semanas de edad similar al indicado para pollitas de 0 a 6/8
semanas, pero incrementando los aminoácidos en torno a un 10%. En este caso, los niveles de aminoácidos de
3 a 6/8 semanas pueden reducirse sobre un 4% con respecto a los niveles mostrados en el pienso de iniciación.
2
Si se utiliza un solo pienso de 0 a 6/8 semanas, se recomienda utilizar para machos de 0 a 3 semanas de
edad un pienso con niveles más altos de proteína y aminoácidos (Lys dig.>1,1%)
3
Mínimo–máximo
4
Valores modificables en función del uso (nivel y tipo) de fitasas
NORMAS FEDNA: Avicultura 123

Tabla 22.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales


traza en ponedoras comerciales y reproductoras pesadas

Ponedoras Reproductoras
comerciales pesadas
Recom. Rango Recom. Rango
Vitamina A1 103 UI 9,0 8-10 10 8-10
Vitamina D3 103 UI 3,0 2,1-3,2 2,8 2,4-3,2
Vitamina E UI 13 8-20 30 15-60
Vitamina K3 mg/kg 1,7 1,4-2,1 2,1 2-3
Tiamina (B1) mg/kg 1,0 0,4-1,5 1,1 0,5-1,9
Riboflavina (B2) mg/kg 4,0 4-6 7,0 6-10
Piridoxina (B6) mg/kg 1,8 1,5-3 2,7 2,5-6
Cobalamina (B12) µg/kg 10 9-15 17 15-25
Ácido fólico mg/kg 0,3 0,2-0,6 1,0 0,7-2
Niacina mg/kg 20 18-35 25 20-35
Ácido pantoténico mg/kg 8 7-10 12 10-15
Biotina (H)2 µg/kg 50 35-80 110 70-160
Colina2 mg/kg 200 150-250 250 160-300
Hierro mg/kg 32 25-40 30 25-50
Cobre3 mg/kg 7 5-9 9 6-14
Zinc3 mg/kg 65 50-70 80 60-100
Manganeso3 mg/kg 85 70-100 90 80-110
Selenio3,4 mg/kg 0,35 0,3-0,35 0,35 0,3-0,35
Yodo mg/kg 0,7 0,4-1,0 1,0 0,6-1,3
1
Niveles mayores de 10.000 UI están legalmente autorizados sólo para pollitas reproductoras
menores de 14 días de vida (máximo 20.000 UI)
2
Elevar en caso de hígados grasos o aves engrasadas
3
En caso de utilizar niveles moderados o de niveles máximos restringidos por la legislación puede
estar recomendado suministrar una parte de estos minerales en forma orgánica
4
Límite máximo legal de 0,2 mg/kg para fuentes orgánicas
124 NORMAS FEDNA: Avicultura

NECESIDADES NUTRICIONALES. PAVOS DE ENGORDE

Los pavos se caracterizan por su alto grado de dimorfismo


sexual lo que exige separar machos y hembras durante la crianza.
Este dimorfismo es más acusado a partir de las 7-8 sem de vida por
lo que la nutrición separada suele realizarse a partir de esta edad
(Aviagen, 2009). Las necesidades nutricionales de los pavos de
engorde son muy elevadas durante las primeras 6 sem de vida
(Linares et al., 2012) y marcarán el futuro desarrollo muscular y la
calidad del esqueleto del ave.

Los programas de alimentación para el engorde de pavos


comerciales constan de 6 a 8 fases o tipos de pienso, en función del
peso al sacrificio. En nuestro país, es habitual el programa de 6
piensos en estirpes medias y de 8 piensos en estirpes más pesadas
(sacrificio con 15 kg los machos y 8,5 kg las hembras). En todo caso,
son los objetivos productivos y las condiciones de explotación los que
determinan la elección de uno u otro programa de alimentación. Los
programas de alimentación que se indican en el apartado
correspondiente para pavos machos de estirpes medias podrían verse
modificados en la nuevas estirpes (Óptima y Premium) recientemente
introducidas en el mercado. Estas líneas presentan características
intermedias entre las estirpes pesadas y medias, combinando la
mayor capacidad de deposición de tejido magro de las primeras, con
la mayor velocidad de crecimiento de las segundas para PV de 18 kg
en machos y 10 kg en hembras.

Las áreas claves a considerar en la programación de la


alimentación de pavos de engorde son: a) presentación del pienso, b)
niveles óptimos de AA y macrominerales (Ca, P y Na+), y c) control
de la incidencia de procesos digestivos y de aplomos.

Presentación del Pienso y Tamaño de Partícula

El consumo en pavos viene determinado tanto por la


presentación como por el contenido energético del pienso. El pavo,
especialmente en las primeras semanas de vida, es muy sensible a la
calidad del gránulo y tiende a reducir el consumo según aumenta el
porcentaje de finos (Proudfoot y Hulan, 1982). De aquí la importancia
de lograr gránulos de calidad, evitando en todo caso una textura
excesivamente dura. Debido a las dificultades en el consumo en
relación con el tamaño del pico, se recomienda utilizar migas o
NORMAS FEDNA: Avicultura 125

microgránulos durante los primeros 21 d de vida. Es importante que


el tamaño de la miga sea uniforme y con ausencia casi total de finos.
En caso de utilizar micro-pellets, deben evitarse gránulos
excesivamente largos (> 5 mm), ya que las partículas gruesas no se
adaptan a las dimensiones del pico y son rechazados durante los
primeros días de vida. A partir de esta edad y durante las siguientes
3 semanas se recomiendan migas o gránulos de 3,5 mm de diámetro
y una longitud de 5-8 mm. A partir de las 10 sem, se utilizan
gránulos de 3-4 mm de diámetro y 8-12 mm de longitud con
ausencia o limitación severa de finos o de partículas de longitud
inferior a 0,5 mm. En caso de problemas digestivos podría ser
recomendable utilizar piensos en harina o incluir cereal entero o
troceado grueso en el pienso a partir de las 7 sem de vida (Zdunczyk
et al., 2013; Jankowski et al., 2016a,b). La inclusión de trigo entero
probablemente tenga el mismo efecto que la fibra insoluble en
relación con la fisiología digestiva y el control de camas húmedas
(Jankowski et al., 2013). Estas prácticas logran corregir en cierta
medida los problemas digestivos, que se deben en gran medida a
sobreconsumo de pienso. Caso de utilizar piensos en harina, deben
buscarse presentaciones uniformes sin partículas finas y añadir grasa
en cantidad suficiente para aglomerar el polvo y facilitar la
aprehensión, evitando que el consumo se vea afectado.

Necesidades Energéticas

Las necesidades energéticas de los pavos en engorde no son


excesivamente elevadas, pero debido a sus altas necesidades en
proteína y minerales, los piensos incorporan cantidades altas de
grasa. Como resultado, la dureza y durabilidad del pienso tienden a
disminuir y el porcentaje de finos a aumentar, lo que resulta en una
reducción severa del consumo. Si la calidad del gránulo no se ve
afectada, la suplementación lipídica mejora de forma notable los
resultados productivos del ave (Veldkamp, 2002). Caso de que se
considere conveniente reducir la concentración energética del pienso,
debería hacerse a partir de las 10 sem de vida. En estos casos
conviene aumentar el número de piensos sobre el programa
propuesto o alargar la duración de cada período (3 semanas, en vez
de cada 2 semanas).

Los programas de alimentación para hembras son específicos y


diferentes a los de los machos ya que tanto sus necesidades en
nutrientes (p.ej.: Lys, Ca) como el peso al sacrificio varían (Hybrid,
126 NORMAS FEDNA: Avicultura

2014, 2015; Aviagen, 2016a,b). Hasta la semana 10 de vida, ambos


sexos se comportan de forma similar en cuanto a crecimientos. A
partir de esta edad (peso vivo de 8,5-9,0 kg) y hasta el sacrificio,
machos y hembras precisan recibir programas de alimentación
diferentes. Las hembras reciben los mismos piensos que los machos
pero cambiando al pienso siguiente con menos semanas de vida. En
los últimos años, debido a la mejora genética, ha aumentado la
utilización para hembras de piensos con niveles de energía similares a
los de los machos pero con niveles inferiores en Lys (y resto de AA),
Ca y P.

Necesidades en Fibra Dietética

No existe mucha información sobre las necesidades en fibra de


los pavos de engorde. Probablemente sus efectos sobre la fisiología
digestiva sean similares a los observados en el pollo de carne.
Muchos de los efectos de la fibra se deben a su naturaleza físico-
química, debiéndose evitar excesos de fibra soluble. Por ello, en la
tabla de necesidades correspondiente se admite un amplio rango de
valores de esta fracción en la dieta.

Necesidades en Ácido Linoleico y en Grasa

El pavo se comporta de forma similar al pollo de engorde en


relación a la utilización de grasas. De hecho, un exceso de LNL no
crea problemas graves de calidad de la canal. Por otro lado, las altas
necesidades nutricionales de estas aves hacen necesario un mayor
control de calidad de las grasas utilizadas. De hecho, el pavo utiliza
muy eficientemente la grasa añadida al pienso.

Necesidades en Proteína Bruta y Aminoácidos

Las necesidades en PB de los pavos para una óptima


productividad son muy elevadas, y superiores en relación con la
energía al resto de aves domésticas. Lisina, AA azufrados y Thr
suelen ser los AA más limitantes, seguidos posiblemente de la Arg en
piensos basados en trigo (Veldkamp, 2002). En la mayoría de los
países desarrollados la pechuga es la parte más valorada de la canal,
contribuye al menos al 30% del peso del ave y origina más del 60-
70% de los ingresos. En el caso de los pavos, las necesidades en AA
para maximizar el rendimiento en pechuga exceden a las necesidades
para un óptimo crecimiento (Case et al., 2010).
NORMAS FEDNA: Avicultura 127

La información sobre las necesidades proteicas es limitada. En


esta monografía se han utilizado datos de NRC (1994), Firman y
Boling (1998), Lázaro et al. (2002), Firman (2010), Linares et al.
(2012) y Fefana (2014a) así como de las estirpes genéticas y los
utilizados por técnicos del sector (Hybrid, 2015; Aviagen, 2016a,b).
En las tablas 23 y 24 se ofrecen datos de diversas instituciones y
empresas de genética sobre la proteína ideal en pavos hasta las 9
semanas y desde las 9 semanas de edad, respectivamente. El
concepto de proteína ideal que se propone en la tabla 25 se basa en
la relación de AA esenciales digestibles y Lys digestible según edad
del ave. El desarrollo más precoz en las seis primeras semanas de
vida del pavo, así como su mayor porcentaje en pechuga, sugiere la
necesidad de un aporte de Lys superior al propuesto. Sin embargo,
un aumento del suministro de este AA implica aumentar las
cantidades del resto de AA, lo que supone incrementar la inclusión de
materias primas proteicas y, por consiguiente aumentar el nivel de PB
y grasa del pienso. Los cambios en el pH digestivo que implica la
medida anterior, unido al pH básico “per se” del tracto digestivo del
pavo, dificultan la correcta digestión y absorción de la PB, siendo ésta
una de las principales causas de los problemas digestivos frecuentes
en esta especie.

Necesidades en Macrominerales

Las necesidades en Ca y P digestible de los pavos son muy


elevadas, aunque los niveles utilizados se han reducido de forma
considerable en los últimos años. Esta reducción se ha debido en gran
parte a la mejora genética de las estirpes comerciales, la necesidad
de reducir los problemas de contaminación ambiental, la utilización
de fitasas y el mayor conocimiento del metabolismo mineral de estas
aves (Rodehutscord, 2015). Así, el aumento del tamaño de partícula
de la fuente de Ca, en combinación con la acidificación del TGI y el
uso de fitasas, permiten reducir de forma notable los niveles de este
mineral.

La coincidencia en el tiempo de las mayores necesidades en Ca,


P y PB influye de forma notable sobre el pH digestivo. Un factor
importante a considerar, dadas las elevadas necesidades en Ca de los
pavos y su influencia sobre el pH digestivo, es el contenido en este
mineral de los piensos. Nuestras recomendaciones en Ca y en la
relación Ca:P digestible son inferiores a los valores indicados por las
compañías de genética, sin que se hayan observado repercusiones
128 NORMAS FEDNA: Avicultura

negativas sobre los procesos de formación de las diferentes


estructuras óseas. Esta práctica podría reducir la tendencia a
depositar el exceso de Ca en los tendones del ave, mejorando los
aplomos y la movilidad (Oviedo-Rondon, 2007). En estas
recomendaciones se han considerado aportes moderados de Ca y P
que, en ambos casos, se benefician de la inclusión de fitasas en los
piensos.

La presencia de camas húmedas y la incidencia de


pododermatitis es un problema grave en pavos a cualquier edad. El
contenido en Na+, K+ y Cl- de los diferentes piensos se ha de
considerar por separado y en su conjunto (BE; equilibrio electrolítico),
en relación a su incidencia en la aparición de camas húmedas
(Jankowski et al., 2012; Veldkamp et al., 2017), consumo de pienso,
formación del esqueleto, pododermatitis (Lichtorowicz et al., 2012;
Da Costa et al., 2014) e hipertensión y cardiopatías (Frame et al.,
2001). El pavito joven podría ser más susceptible a problemas
metabólicos causados por un exceso de Na+ que el ave adulta. Desde
el punto de vista nutricional, el problema se complica debido al alto
contenido en harina de soja de los piensos comerciales. La harina de
soja contiene altos niveles de K+ y de oligosacáridos, lo que junto a
un exceso de proteína y sal en la ración, pueden dar lugar a mayor
incidencia de problemas digestivos (Veldkamp et al., 2017). De aquí
la conveniencia de diversificar las fuentes proteicas en piensos para
pavos.

Ciertas estirpes actuales presentan una predisposición a


consumir menos agua de lo que cabría esperar. La relación
agua:pienso está próxima a 2,2:1, relación que a menudo no se
alcanza en pavos machos de estirpe media hasta aproximadamente
las 12 sem de vida. Durante las 6 primeras semanas de vida,
coincidente con un contenido muy elevado de proteína de los
piensos, el consumo de agua es especialmente alto, alcanzándose
relaciones de 2,8:1 con independencia de la estirpe. Por ello, los
valores de PB, macrominerales y electrolitos que se indican en la
tabla 26 deberán ajustarse en función del tipo y contenido en sales
del agua de bebida.

Necesidades en Vitaminas y Minerales Traza

Los datos existentes sobre las necesidades en vitaminas y


microminerales en pavos de engorde son muy limitados. En las
NORMAS FEDNA: Avicultura 129

presentes recomendaciones se han tenido en cuenta las publicaciones


del NRC (1994), Hybrid (2015) y Aviagen (2016a,b), así como DSM
(2016) y las informaciones del sector, razón por la que proponemos
un valor medio recomendado y un rango de inclusión estimado en
base a informaciones de la industria, que deberá ajustarse en cada
momento a la legislación vigente.

Niveles de Utilización de Materias Primas

En la tabla 28 se establecen tres niveles de materias primas a


emplear en los diferentes piensos para pavos en función de la edad.
Se indican valores máximos de utilización recomendados, si bien
pueden modificarse en función de la calidad, el uso de enzimas
exógenas específicas y la forma de presentación del pienso. Los
niveles de uso dependen de dos factores fundamentales: a)
conocimiento de la materia prima y su utilización en pavos, y b) coste
relativo de la materia prima objeto de estudio. A menudo, niveles
superiores a los indicados, dan respuestas positivas desde un punto
de vista económico. A tener en cuenta que los valores de
digestibilidad de los AA en pavos son diferentes que en pollos
(Kozłowski et al., 2011), razón por la que la diversificación de
fuentes, dentro de un mismo objetivo nutricional, puede ser acertada.

130 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 23.- Balance de proteína ideal en pavos de carne de 0 a 9


semanas de edad. Aminoácidos digestibles

1. Instituciones y centros de investigación

Firman Leeson y
NRC Firman FEDNA
y Boling Summers
(1994) (2010) (2018)
(1998) (2012)
EMAn kcal/kg 2.800 - 3.030 2.800 2.870
Lisina digestible, % 1,60 - 1,40 1,70 1,48
Proteína ideal, % Lisina
Metionina 34 - - 36 37
Metionina+cisteína 66 59 60 62 66
Treonina 62 55 58 53 62
Triptófano 16 16 16 16 16,5
Isoleucina 69 69 57 65 63
Valina 75 76 70 70 70
Arginina 100 105 123 103 103
Leucina 119 124 130 112 -

2. Empresas del sector

Empresas aditivos Empresas genética


Adisseo Fefana Hybrid Aviagen
(2013) (2014a) (2015) (2016a)
EMAn kcal/kg 2.870 - 2.850 2.930
Lisina digestible, % 1,70 1,55 1,62 1,73
Proteína ideal, % Lisina
Metionina 36 39 40 35
Metionina+cisteína 64 72 65 65
Treonina 52 63 59 58
Triptófano 14 15 16 15
Isoleucina 61 68 62 61
Valina 67 79 69 67
Arginina 102 103 101 102
Leucina 109 68 - -
NORMAS FEDNA: Avicultura 131

Tabla 24.- Balance de proteína ideal en pavos de carne de 9


semanas de edad a sacrificio. Aminoácidos digestibles

1. Instituciones y centros de investigación

Leeson y
NRC Firman FEDNA
Summers
(1994) (2010) (2018)
(2012)
EMAn kcal/kg - 3.300 3.050 3.140
Lisina digestible, % 1,00 0,93 1,45 0,99
Proteína ideal, % Lisina
Metionina 35 - 36 41
Metionina+cisteína 65 59 58 71
Treonina 75 59 57 63
Triptófano 15 17 16 16
Isoleucina 60 65 - 64
Valina 80 76 69 74
Arginina 90 130 107 104
Leucina - 158 114 -

2. Empresas del sector

Empresas aditivos Empresas genética


Adisseo Fefana Hybrid Aviagen
(2013) (2014) (2015) (2016)
EMAn kcal/kg 3.060 - 3.125 -
Lisina digestible, % 1,22 1,14 1,22 1,20
Proteína ideal, % Lisina
Metionina 38 42 40 38
Metionina+cisteína 70 78 65 68
Treonina 57 67 60 60
Triptófano 16 17 16 17
Isoleucina 62 72 62 62
Valina 70 79 70 71
Arginina 103 106 101 103
Leucina 109 72 - -

132 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 25. Balance de proteína ideal en pavos de carne.


Aminoácidos digestibles. Recomendaciones FEDNA

Edad, semanas
0-3 4-6 7-9 9-12 12-15 15-18
Lisina 100 100 100 100 100 100
Metionina 36 37 40 41 41 42
Metionina+cisteína 65 66 70 70 71 73
Treonina 60 62 63 63 63 64
Triptófano 16,5 16,5 16 16 16 16
Isoleucina 63 63 64 64 64 65
Valina 68 70 72 73 74 75
Arginina 102 103 103 103 104 104

NORMAS FEDNA: Avicultura 133

Tabla 26.- Recomendaciones nutricionales para pavos de carne. Programa de


6 fases

Arranque 1 Crecim. 1 Crecim. 2 Crecim. 3 Acabado 1 Acabado 2


(0-3 sem) (4-6 sem) (7-9 sem) (10-12 (13-15 (16-18
sem) sem) sem)
EMAn Kcal/kg 2.800 2.870 2.960 3.070 3.140 3.200
Proteína bruta1 % 26,0-28,0 25,0-26,5 23,0-24,5 20,5-22,0 18,5-20,0 16,5-18,0
1
Fibra bruta % 3,0-4,5 3,5-5,0 3,5-5,0 3,5-5,5 3,0-5,5 2,5-6,0
1
Grasa bruta % 3,0-6,0 3,5-7,0 4,0-7,5 5,0-8,0 5,5-8,5 5,8-9,0
Ácido linoleico1 % 1,3-3,0 1,20-2,5 1,0-2,5 1,0-1,9 0,9-1,6 0,8-1,5
Aminoácidos digestibles
Lisina dig. % 1,62 1,48 1,34 1,17 0,99 0,85
Metionina dig. % 0,58 0,55 0,54 0,48 0,41 0,36
Met+cisteína dig. % 1,05 0,98 0,94 0,82 0,70 0,62
Treonina dig. % 0,97 0,92 0,84 0,74 0,62 0,54
Triptófano dig. % 0,27 0,24 0,21 0,19 0,16 0,14
Isoleucina dig. % 1,02 0,93 0,86 0,75 0,63 0,55
Valina dig. % 1,10 1,04 0,96 0,85 0,73 0,64
Arginina dig. % 1,65 1,52 1,38 1,21 1,03 0,88
Aminoácidos totales
Lisina total % 1,80 1,63 1,46 1,26 1,09 0,93
Metionina total % 0,65 0,60 0,58 0,52 0,45 0,39
Met+cisteína total % 1,17 1,08 1,02 0,88 0,77 0,68
Treonina total % 1,08 1,01 0,92 0,79 0,69 0,60
Triptófano total % 0,30 0,27 0,23 0,20 0,17 0,15
Isoleucina total % 1,13 1,03 0,93 0,81 0,70 0,60
Valina total % 1,22 1,14 1,05 0,92 0,81 0,70
Arginina total % 1,84 1,68 1,50 1,30 1,13 0,97
1
Calcio % 1,36-1,42 1,26-1,32 1,10-1,15 1,00-1,05 0,85-0,90 0,75-0,80
Fósforo total2 % 0,95 0,86 0,77 0,69 0,66 0,60
Fósforo disp. % 0,73 0,66 0,58 0,52 0,42 0,37
Fósforo dig. % 0,68 0,62 0,54 0,46 0,38 0,34
Cloro1 % 0,18-0,28 0,17-0,28 0,16-0,25 0,15-0,24 0,15-0,23 0,14-0,22
1
Sodio % 0,17-0,25 0,16-0,24 0,16-0,20 0,16-0,19 0,15-0,16 0,15-0,16
Potasio1 % 0,80-1,25 0,70-1,10 0,60-1,00 0,60-1,00 0,60-1,00 0,50-0,80
1,3
BE meq/kg 250-350 250-320 210-270 190-230 180-210 165-190
1
Mínimo-máximo
2
Valores modificables en función del uso (nivel y tipo) de fitasas
3
Balance electrolítico. Valores aproximados en función del conocimiento sobre la calidad del agua y la
composición de las materias primas


134 NORMAS FEDNA: Avicultura

Tabla 27.- Recomendaciones prácticas de vitaminas y minerales traza


en pavos de carne

0-4 sem 5-12 sem > 12 sem


Unidad Recom. Rango Recom. Rango Recom. Rango
3
Vitamina A 10 UI 13 12-15 10 8-10 8 6-9
Vitamina D3 103 UI 4,6 4-5 4,1 3,0-4,5 3,2 2,5-4,0
Vitamina E UI 80 50-115 45 40-70 30 25-50
Vitamina K3 mg/kg 4,0 3-4,5 3 2,5-4 2 2-3
Tiamina (B1) mg/kg 3,5 3-5 2,5 2-4 1,3 1,3-2,5
Riboflavina (B2) mg/kg 10 8-15 7 5-10 5,5 5-8
Piridoxina (B6) mg/kg 5,5 5-7 4,0 3,5-5,5 3 2,5-4,0
Vitamina B12 µg/kg 30 20-40 20 17-30 20 15-25
Ácido fólico mg/kg 2,5 2-4 1,5 1,5-2,5 1 1-2
Niacina mg/kg 75 70-100 70 65-80 50 45-60
Ác. pantoténico mg/kg 20 18-30 16 15-25 14 12-20
Biotina (H) µg/kg 270 250-300 250 200-350 180 100-250
Colina añadida mg/kg 400 330-500 320 250-450 230 200-330
Hierro mg/kg 60 50-80 40 35-60 36 30-50
Cobre mg/kg 10 8-15 9 8-12 7 8-10
Zinc mg/kg 80 70-100 70 70-100 70 60-90
Manganeso mg/kg 100 85-120 85 80-110 90 90-120
Selenio mg/kg 0,35 0,3-0,35 0,30 0,25-0,35 0,30 0,25-0,35
Yodo mg/kg 2,5 1,5-3 2 1,5-2,5 1,6 1,5-2,0


NORMAS FEDNA: Avicultura 135

Tabla 28.- Niveles de uso de materias primas en piensos para


pavos de carne. Recomendaciones prácticas

Edad, semanas
Materias primas (%) 0-4 5-10 11-20
Avena 5 8 15
Cebada 15 25 35
Centeno 5 10 15
Maíz 40 50 55
Trigo 40 55 65
Triticale 15 25 35
Sorgo 6 15 25
Haba de soja tostada 15 15 10
Haba de soja extrusionada 20 20 15
Harina de soja, 47% PB 30 35 30
Harina de soja, 44% PB 30 35 30
Harina de soja micronizada 15 - -1
Harina de colza 3 5 8
Semilla de girasol 3 7 8
Harina de girasol, 30% PB 4 6 8
Harina de girasol, 36% PB 5 8 9
Guisante 6 11 15
Harina de pescado, 65% PB 6 3 -1
Hidrolizado de mucosa intestinal 4 2 -1
DDGS maíz 4 7 11
DDGS trigo 4 6 10
DDGS cebada 3 5 9
DDGS sorgo 0 4 8
Harinilla de trigo 10 15 20
Salvado/tercerillas trigo 5 8 10
Harina de galletas 5 9 11
Raicilla de malta 3 6 8
Manteca 4 5 7
Grasa de ave 4 5 7
Sebo 2 3 5
Aceite de soja/girasol 5 5 4
Aceite de palma 2 4 5
Aceite de pescado 3 2 -
Glicerina 2 3 4
Cascarilla de girasol 2 3 4
Cascarilla de avena 3 4 5
Cascarilla de soja 3 4 6
1
Restricción basada en precio.
ANEXOS
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 139

ANEXO 1.- CÁLCULO DE LAS NECESIDADES ENERGÉTICAS

Tal como se ha indicado en las recomendaciones nutricionales de


estas Normas, la energía es la principal variable nutricional que regula el
consumo en aves, con los matices y salvedades indicadas en los capítulos
correspondientes. Por tanto, el nivel de energía de los piensos es de la
máxima importancia económica, ya que además de su coste, determina en
buena medida el índice de conversión de las producciones animales.

1.1.- Pollos de Carne

Durante los últimos años se han desarrollado diversos modelos, por


ejemplo (EFG, 1995; OMNIPRO (Fancher, 1999); Aminochick (2.0) (ver en
Evonik, 2010), INAVI (ver en Méda et al., 2015); BEEP (Aviagen; ver en
Pesti, 2009); Aftab, 2012; Talpaz et al., 2013; Avinesp, 2015 (e.g.
Sakomura et al., 2015; Hauschild et al., 2015); para una revisión Oviedo-
Rondón, 2015), que tienen como finalidad optimizar los niveles de los
principales nutrientes en función de la edad, la relación dosis-respuesta, el
coste relativo de los nutrientes, el precio pagado por los productos
animales, así como de diversas variables productivas (densidades,
temperaturas, estado sanitario, etc.). Debido a la continua evolución de la
genética, estos modelos requieren un ajuste permanente (ej. Da Costa et
al., 2017).

En una monografía de carácter práctico como esta, no hemos


abordado la modelización como objetivo, pero sí queremos hacernos eco
de esta capacidad tecnológica existente y creciente que nos permite
manejar cada vez mayor número de datos (Big Data), con el fin de
optimizar las producciones. Con todo, en los epígrafes siguientes hemos
revisado las publicaciones de los últimos años que nos permiten el cálculo de
las necesidades energéticas de las aves de acuerdo con la mejora
experimentada en su productividad.

Necesidades de mantenimiento

En la primera edición de FEDNA (2008) consideramos la siguiente


ecuación para el estudio de estas necesidades:

113 kcal EMAn x kg PV0,75 y día


Donde:
PV: peso vivo en kg
140 NORMAS FEDNA: Avicultura

La ecuación se basaba en gran medida en los trabajos de (Scott et


al., 1982; De Blas et al., 1991; Chwalibog, 1991; Sakomura et al., 2003;
Sakomura et al., 2005a,b).

Trabajos más recientes (Noblet et al., 2015; Carré y Juin, 2015;


Carré y Méda, 2015; Liu et al., 2017), sin embargo indican que las
necesidades de mantenimiento son superiores. El trabajo de Carré y Méda
(2015) incluye 42 artículos publicados entre 1980 y 2015, con un total de
57 ensayos y 384 tratamientos, 12.277 pollos de 3 a 66 días de edad,
ganancias medias diarias de 77 g a 3,322 kg de PV, dietas con 1.750 a
3.675 kcal EMAn/kg y niveles de PB de 7,3 al 35,0%, en condiciones de
termoneutralidad y alimentación ad libitum. Los autores calculan
relaciones cruzadas entre consumo de pienso, composición del pienso
(EMAn y PB), peso vivo, ganancia de peso, edad media, y composición en
grasa y proteína de la ganancia de peso.

La ecuación obtenida por Carré y Méda (2015) para las necesidades


de mantenimiento es:

162,52 kcal EMAn x PV0,634 y día


Donde:
PV: peso vivo en kg

Las diferencias respecto a las necesidades de mantenimiento


propuestas en la primera edición de las normas FEDNA (2008) son muy
significativas a distintos pesos.

Cuadro 1.1.- Necesidades de mantenimiento de pollos de carne


(kcal EMAn/d)

Peso vivo (g)


42 189 480 929 1501 2144 2800
Carré y Méda (2015) 21,8 56,5 102 155 210 264 313

Normas FEDNA (2008) 10,5 32,4 65,2 107 153 200 245
Relación (%)1 208 174 157 145 137 132 128
1
Ratio (%) de necesidades según Carré y Méda (2015) / FEDNA (2008)
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 141

Necesidades de termorregulación
Aumentar o reducir 4-5 kcal EMAn por kg PV0,75 y día por cada ºC
por debajo o por encima de 23ºC, respectivamente (rango válido de 15 a
30ºC en aves a partir de los 21 d de vida)
(Emmans, 1974; Sakomura et al., 2003; Sakomura et al., 2005a)

Donde:
PV: peso vivo en kg

Necesidades para crecimiento


En la primera edición de las normas FEDNA (2008) consideramos la
ecuación:

13,4 kcal EMAn/g G y d + 12 kcal EM/g P y d


(Chwalibog, 1991; Sakomura et al., 2005a)

El trabajo de (Carré y Méda, 2015) propone:

10,45 kcal EMAn/g G y d + 7,91 kcal EM/g P y d


Donde:
G: grasa retenida, g/d = GMD x % grasa /100
P: proteína retenida, g/d= GMD x % proteína /100
GMD: ganancia media diaria en g

En las ecuaciones de FEDNA (2008) se consideraron unas eficacias


medias de retención de la grasa y de la proteína del 70 y 47%,
respectivamente (Chwalibog, 1991; Klasing, 1998; Sakomura et al.,
2003; Sakomura et al., 2005a) sobre el calor de combustión de ambos
(9,4 kcal/g grasa y 5,7 kcal/g proteína), con lo que resultaban unos
coeficientes medios de 13,4 kcal/g para la grasa y 12 kcal/g para la
proteína. Los valores propuestos por FEDNA (2008) para las eficacias de
retención son significativamente inferiores a los determinados por Carré y
Méda (2015) de 89,6 y 72,0%, respectivamente, y dan lugar a
coeficientes de 10,45 kcal/g para la grasa y 7,91 kcal/g para la proteína.

En base a su revisión, Carré y Méda (2015) proponen un sistema de 6


ecuaciones (cuadro 1.2) que relacionan componentes del pienso con el
crecimiento del pollo, así como flujos de energía y proteína para calcular
las necesidades energéticas de pollos en crecimiento alimentados ad
libitum en condiciones estándar de temperatura.
142 NORMAS FEDNA: Avicultura

Cuadro 1.2.- Estudio de necesidades energéticas en pollos


(Carré y Méda, 2015)

E1 EP = (GMD x PGP) / (PB x CMD / 100)

E2 PGP = (0,00259 A + 0,157) x (1 – GGP)

E3 GGP = α x (0,025 + 0,137 PV0,418) x e(-1,082 PB/EMAn – 2,090 EP)

E4 EMI = 0,680 PV0,634 + 0,03288 GMD x PGP + 0,04372 GMD x GGP

E5 CMD = 1000 EMI / EMA

E6 EMA = EMAn + 1000 (0,0344 GMD x PGP/6,25 / CMD)

EP: Eficiencia proteica = ganancia de proteína/consumo de proteína


GMD: Ganancia de peso (g/d)
PGP: Contenido en proteína de la ganancia de peso (g/g)
PB: Proteína bruta del pienso (%)
CMD: Consumo diario de pienso (g)
A: Edad media del pollo en el periodo (d)
GGP: Contenido en grasa de la ganancia de peso (g/g)
α: parámetro variable según genética y sexo. Se ha aplicado 12,3 que es el valor
dado por los autores para las estirpes comerciales actuales.
PV: Peso Vivo
EMI: Consumo medio diario de energía metabolizable (MJ/d)
EMAn: Concentración EMAn del pienso (MJ/kg)

En el cuadro 1.3 se comparan las necesidades energéticas totales


(EMA/d) y el consumo de pienso (g/d) en pollos de carne sin sexar en
condiciones óptimas de termoneutralidad y manejo, según el modelo de
Carré y Méda (2015) y según las normas FEDNA (2008). Los resultados
muestran que las necesidades obtenidas según Carré y Méda (2015) son
inferiores a las de las normas FEDNA (2008), excepto en la etapa inicial
donde son superiores. Cabe indicar que los consumos obtenidos mediante
las ecuaciones de Carré y Méda (2015) se acercan más a los perfiles de
consumo propuestos por las empresas de genética para estirpes
modernas.
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 143

Cuadro 1.3.- Necesidades energéticas según modelo de Carré y Méda


(2015)1 y según normas FEDNA (2008)2

Periodo, d 0a7 7 a 14 14 a 21 21-28 28-35 35-42 42-49

PV inicio, g 42 189 480 929 1501 2144 2809

PV fin, g 189 480 929 1501 2144 2809 3457

PV medio, kg 0,116 0,335 0,705 1,215 1,823 2,477 3,133

Edad media, d 3,5 10,5 17,5 24,5 31,5 38,5 45,5

Mantenim., Carré y Méda (2015) 41,4 81,2 130 184 238 289 335
kcal EMAn/d FEDNA (2008) 22,4 49,7 86,9 131 177 223 266

Relación (%)3 185 180 163 152 145 139 137

GMD, g 20,9 41,6 64,1 81,7 91,9 95,0 92,6

Grasa, % GMD 4,18 5,79 9,61 11,9 15,7 19,6 23,3

Proteína, % GMD 15,9 17,4 18,3 19,4 20,1 20,7 21,1

Crecimiento, Carré y Méda (2015) 35,5 82,2 157 227 297 349 380
kcal EMAn/d FEDNA (2008) 51,7 119 223 321 415 484 523

Total, Carré y Méda (2015) 76,8 163 287 411 535 638 715
kcal EMAn/d FEDNA (2008) 74,1 169 310 451 593 707 789

Relación (%)3 104 97 93 91 90 90 91

kcal EMAn/kg pienso 2.950 2.950 3.050 3.100 3.100 3.120 3.120
Carré y Méda (2015) 26,0 55,4 94,2 133 173 204 229
CMD, g
FEDNA (2008) 25,1 57,1 102 146 191 227 253
1
Mantenimiento: 162,52 kcal EMAn x PV0,634 y día
Crecimiento: 10,45 kcal EMAn/g G y día + 7,91 kcal EMAn/g P y día
2
Mantenimiento: 113 kcal EMAn x kg PV0,75 y día
Crecimiento: 13,4 kcal EMAn/g G y día + 12 kcal EM/g P y día
PV: peso vivo, kg
G: grasa retenida, g/d=GMD x %grasa/100
P: proteína retenida, g/d=GMD x %proteína/100
GMD: ganancia media diaria, g
3
Ratio (%) de necesidades según Carré y Méda (2015) / FEDNA (2008)
CMD: consumo medio diario, g
144 NORMAS FEDNA: Avicultura

1.2.- Pollitas de Recría de puesta y de reproductoras pesadas

En este caso hemos mantenido el sistema de cálculo de FEDNA


(2008) con la incorporación de las recomendaciones para la variación de
la temperatura ambiente en recría y gallinas ponedoras.

El método factorial utilizado para calcular las necesidades energéticas


tiene en cuenta el PV, la ganancia de peso, la producción de huevos y el
desvío de la temperatura de confort. En el caso de ponedoras blancas con
baja ingesta sugerimos incrementar la concentración de nutrientes y
energía hasta en un 7%.

Cuadro 1.4.- Necesidades energéticas totales (kcal EMAn/d y ave)1 y


consumo de pienso (g/d)2 en pollitas rubias en condiciones óptimas
de termoneutralidad y manejo.

Periodo, sem 0-5 5-10 10-17 17-1% puesta


PV inicio, kg 0,035 0,375 0,880 1,430
PV final, kg 0,375 0,880 1,430 1,530
PV medio, kg 0,205 0,628 1,155 1,480
Mantenimiento, kcal EMAn/d 34 80 126 152
GMD, g 10 14 11 7
Grasa, % GMD 13 14 15 17
Proteína, % GMD 17 16 15,5 15,3
Crecimiento, kcal EMAn/d 38 55 43 29
Total1, kcal EMAn/d 72 133 168 180
kcal EMAn/ kg pienso 2.960 2.820 2.730 2.730
CMD2, g 24 47 62 66
1
Necesidades EMAn (kcal/d) = (113 x PV0,75) + (13,4 x G) + (12 x P)
PV: peso vivo, kg
G: grasa retenida, g/d = GMD x % grasa /100
P: proteína retenida, g/d= GMD x % proteína /100
GMD: ganancia media diaria, g
2
CMD: consumo medio diario, g
CMD= [(Necesidades EMAn, kcal/d)/(kcal EMAn/kg pienso)] x 103
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 145

Necesidades de termorregulación
Las necesidades se han ajustado a un modelo líneal en función del
peso metabólico de las aves y al diferencial de temperatura esperada
respecto la temperatura de confort de las aves. La temperatura de confort
se ha obtenido por una ecuación cuadrática a partir de los datos de
Andrade (2017) en función de la edad hasta el día 35 de edad de las aves,
teniendo en cuenta las recomendaciones de temperatura de confort y de
sus rangos de validez (Combs, 1968; Emmans, 1974; Sakomura et al.,
2003; Sakomura et al., 2005a; Rostagno et al., 2017)

Requerimientos extras por variación de temperatura


Requerimientos EMTª = PV0,75 x (TC - Temperatura esperada)

Donde TC = Temperatura de confort (ºC)

Temperatura de confort (= Tª crítica):


1 a 5 semanas = (38,143 - 5,5357 sem + 0,3939 sem2) ºC
6 a 18 semanas = 20 °C

Aumentar o reducir 2,6 (entre 2 a 3) kcal EMAn/kg PV0,75 y día


por cada ºC por debajo o por encima de la temperatura de confort,
respectivamente (rango válido de acuerdo al cuadro 1.5)

Cuadro 1.5.- Rango válido de valores de Temperatura (ºC) según edad.

Temperatura
Semana Minimo Máximo de confort
1 25 35 32,4
2 22 32 29,1
3 20 30 25,8
4 17 28 22,5
5 17 27 20,0
5 a 18 17 27 20,0
146 NORMAS FEDNA: Avicultura

Cuadro 1.6.- Necesidades energéticas totales (kcal EMAn/d y ave)1 y


consumo de pienso (g/d y ave)2 en pollitas de reproductoras pesadas en
condiciones óptimas de termoneutralidad y manejo.

Periodo, sem. 0-7 7-17 17-23


PV inicio, kg 0,038 0,860 1,800
PV fin, kg 0,860 1,800 2,900
PV medio, kg 0,449 1,330 2,350
Mantenimiento, kcal EMAn/d 62 140 214
GMD, g 17 13 22
Grasa, % GMD 10 9,3 9,2
Proteína, % GMD 16 16,2 17
Crecimiento, kcal EMAn/d 55 41 72
Total1, kcal EMAn/d 117 181 286
kcal EMAn/ kg pienso 2.800 2.680 2.760
CMD2, g 42 68 104
1
Necesidades EMAn (kcal/d) = (113 x PV0,75) + (13,4 x G) + (12 x P)
PV: peso vivo en kg
G: grasa retenida, g/d = GMD x % grasa /100
P: proteína retenida, g/d= GMD x % proteína /100
GMD: ganancia media diaria en g
2
CMD = consumo medio diario en g
CMD= [(Necesidades EMAn, kcal/d)/(kcal EMAn/kg pienso)] x 103
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 147

1.3.- Aves en Puesta: gallinas ponedoras y reproductoras pesadas

Dos fórmulas aceptadas (FEDNA, 2008) para calcular las


necesidades energéticas de ponedoras en zona de termoneutralidad (19-
28 ºC) son las siguientes:

a) EMAn (kcal/kg) = PV0,75x (143,7–1,612 TºC) + 5 x GMD + 1,62/0,63 x MH

b) EMAn (kcal/kg) = (125 x PV0,75) + 5 x GMD + 2 x MH

en donde GMD es la ganancia de peso diario en gramos, MH los gramos de


huevos producidos al día, 1,62 el contenido en energía bruta de 1 g de
huevo expresado en kcal/kg, y 0,63 el coeficiente de eficacia de
transformación de la energía del pienso en energía del huevo. Estas
ecuaciones estiman que el aumento del PV del ave se debe a una
combinación media de depósitos de grasa y masa muscular, cuya
proporción va variando con la edad. En gallinas adultas, la mayor parte del
aumento de peso se debe a grasa corporal. En estos casos, el coeficiente a
aplicar al incremento de PV debería ser cercano a 7,0-8,0 ya que hasta un
90% del tejido graso está formado por lípidos y sólo un 10% es agua.

En este anexo se ha mantenido el sistema de cálculo de las normas


FEDNA (2008).

Necesidades de mantenimiento
125 kcal EMAn/kg PV0,75 y día
(Burlacu y Baltac, 1971; Emmans, 1974; NRC, 1984, 1994; Rostagno et
al., 2005; Sakomura et al., 2003; Sakomura et al., 2005b; Rabello et al.,
2006;)
Donde:
PV: peso vivo en kg

Necesidades para termorregulación


Aumentar o reducir 2 kcal EMAn/kg PV y día por cada ºC por debajo o
por encima de 21ºC, respectivamente (rango válido 15 a 30ºC)
(Emmans, 1974; NRC, 1984, 1994; Rostagno et al., 2005; Sakomura et
al., 2005b; 2015; Rabello et al., 2006)

Donde:
PV: peso vivo en kg
148 NORMAS FEDNA: Avicultura

Necesidades para crecimiento


5 kcal EMAn/g GMD y día
(Leeson et al., 1973; Emmans, 1974; NRC, 1984, 1994; Sakomura et al.,
2003; 2005b) Rostagno et al., 2005; Rabello et al., 2006; Hy-Line brown,
2016c)
Donde:
GMD: ganancia media diaria en g

Se considera que el aumento de PV de la gallina ponedora y


reproductora tiene un contenido energético medio de unas 4 kcal/g
(Smith, 1972; Emmans, 1974) y una eficacia media de conversión de la
EMAn del pienso en carne de un 80% (Waring y Brown, 1965, 1967;
Grimbergen, 1970; Burlacu y Baltac, 1971; De Groote, 1974; Sakomura
et al., 2003). Por tanto, se necesitan 5 kcal para la producción de 1 g de
carne.

Necesidades para producción de huevo


2 kcal EMAn/g de masa de huevo (MH) y día
(Leeson et al., 1973; ARC, 1975; Emmans, 1974; NRC, 1984, 1994;
Rostagno et al., 2005; Sakomura et al., 2005b; Rabello et al., 2006).

Se considera que un huevo tiene un contenido energético de 1,6


kcal/g (Brody, 1945; Romanoff y Romanoff, 1949; Tasaki y Sasa, 1970;
Grimbergen, 1970) y una eficacia media de conversión de la EMAn del
pienso en huevo de un 80% (Waring y Brown, 1965, 1967; Grimbergen,
1970; Burlacu y Baltac, 1971). Por tanto, se necesitan 2 kcal para la
producción de 1 g de huevo.
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 149

Cuadro 1.7.- Necesidades energéticas totales (kcal EMAn/d)1 y consumo


de pienso (g/d)2 en ponedoras rubias en condiciones óptimas de
termoneutralidad y manejo.

Periodo, sem 1%-32 32-44 44-55 55-70


PV inicio, kg 1,530 1,900 1,920 1,930
PV fin, kg 1,900 1,920 1,930 1,940
PV medio, kg 1,715 1,910 1,925 1,935
Mantenimiento, kcal EMAn/d 187 203 204 205
GMD3, g 4,1 0,2 0,1 0,1
Crecimiento, kcal EMAn/d 21 1,0 0,5 0,5
IP, % 81 94 90 84
PH, g 57 63 65 67
MH, g/d 46 59 59 56
Producción huevo, kcal EMAn/d 92 118 117 113
1
Total , kcal EMAn/d 300 323 322 318
kcal EMAn/kg pienso 2.670 2.730 2.730 2.700
CMD2, g 112 118 118 118
1
Necesidades EMAn (kcal/d) = (125 x PV0,75) + (5 x GMD) + (2 x MH)
PV: peso vivo en kg;
GMD: ganancia media diaria en g;
IP: índice de puesta en %;
PH: peso del huevo en g;
MH = (IP/100) x PH;
MH: masa de huevo en g/d
2
CMD: consumo medio diario en g;
CMD = [(Necesidades EMAn (kcal/d) / kcal EMAn/kg pienso)] x 103
3
Se estima un 19% de grasa y un 15,2% de proteína en la ganancia de
peso (Sakomura et al., 2005b)
150 NORMAS FEDNA: Avicultura

Cuadro 1.8.- Necesidades energéticas totales (kcal EMAn/d)1 y consumo


de pienso (g/d)2 en reproductoras pesadas en condiciones óptimas de
termoneutralidad y manejo.

Periodo, semanas 23-40 40-65


PV inicio, kg 3,000 3,900
PV fin, kg 3,900 4,200
PV medio, kg 3,450 4,050
Mantenimiento, kcal EMAn/d 316 357
GMD3, g 8,0 1,7
Crecimiento, kcal EMAn/d 40 9
IP, % 81 65
PH, g 61 69
MH, g/d 49 45
Producción huevo, kcal EMAn/d 99 90
Total1, kcal EMAn/d 455 455
kcal EMAn/kg pienso 2.775 2.775
CMD3, g 164 164
1
EMAn (kcal/d) = (125 x PV0,75) + (5 x GMD) + (2 x MH)
PV: peso vivo en kg;
GMD: ganancia media diaria en g;
IP: índice de puesta en %;
PH: peso del huevo en g MH = (IP/100) x PH;
MH: masa de huevo en g/d
2
CMD = consumo medio diario en g
CMD = [(Necesidades EMAn, kcal/d) / (kcal EMAn/kg pienso)] x 103
3
Se estima un 15% de grasa y un 16% de proteína (Rabello et al.,
2006).
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 1 151

En los últimos años se han publicado varios modelos para calcular las
necesidades energéticas diarias de las reproductoras, tanto en su fase de
recría como en su fase de puesta. Varias de las propuestas descritas en la
literatura se muestran a continuación:

Sakomura et al. (2003)


Edad (sem)
3-8 EMAn = PV0,75 x (174 – 1,88 T) + 2,83 x Δ PV
9-14 EMAn = PV0,75 x (174 – 1,88 T) + 2,50 x Δ PV
15-20 EMAn = PV0,75 x (174 – 1 88 T) + 3,24 x Δ PV

Rabello et al. (2006)


Puesta EMAn = PV0,75x (806,53–26,45T + 0,50T2) + 31,90 x Δ PV +
 + 10,04 x MH

Romero et al. (2009)


Puesta EMAn = PV0,75 x (111,95–0,36T) + 3,36 x Δ PV  + 2,10 x MH

Reyes et al. (2012)


Puesta EMAn = PV0,75 x [111,02 – 0,49 x T + 0,049 x (T – 22,072)] +
+ (1/0,77 x ERg + 1/0,37 x ERp) x Δ PV + 1,5/0,73 x MH

Pishnamazi et al. (2015)


Puesta EMAn= 92,5 x PV0,84+ 2,126 x Δ PV + 1,789 x MH

Donde:
EMAn = Necesidades totales de EMAn (kcal/d)
PV= peso vivo (kg)
T= temperatura (°C)
Δ PV = ganancia diaria de peso (g)
MH = masa de huevo (g)
ERp=energía retenida como proteína (kcal)
ERg=energía retenida como grasa (kcal)
152 NORMAS FEDNA: Avicultura

ANEXO 2.-CÁLCULO DE LAS NECESIDADES DE LISINA

2.1.- Pollos de Carne

Las necesidades de lisina de los pollos deben revisarse


continuamente como consecuencia del desarrollo genético. De este modo
no es de extrañar que alrededor de un tercio de los trabajos publicados en
las distintas revistas científicas sobre necesidades nutricionales de los
pollos en general, se dedique a la determinación de las necesidades en
aminoácidos, y de ellos, alrededor de un 20% son sobre necesidades en
lisina (Santomá, 2014 y 2015). En el gráfico siguiente se compendian los
valores utilizados por los nutricionistas españoles, así como las
recomendaciones de las principales empresas de genética, expresados en
g de Lys digestible/1000 kcal EMAn. A partir de estos datos se ha
estimado una regresión media para calcular las necesidades de lisina para
pollos con un crecimiento medio de 68 g/d a los 44 días.

Relación Lys dig./EMAn en función de la edad. (Valores utilizados por los


nutricionistas españoles y recomendaciones de Cobb, 2012 y Ross, 2014).

g Lys dig./1000 kcal EMAn= 0,0003 x Edad2(d) - 0,048 x Edad (d) + 4,395

En el cuadro siguiente se puede comparar la diferencia entre las


recomendaciones de las Normas FEDNA (2008) y las actuales, de dónde
se desprende que por cada 1% de mejora en el crecimiento hay un
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 2 153

aumento medio del 104% en la relación Lys dig./EM, valor que


prácticamente coincide con el de la modelización propuesta por Carré et
al. (2014), y con las observaciones presentadas por de Coca-Sinova et al.
(2010) o Dozier y Payne (2012), entre otros.

Cuadro 2.1.- Relación Lisina digestible/EMAn según ecuaciones propuestas


en normas FEDNA 2008 y 2018.

Edad (d) 0 a 14 15 a 23 24 a 36 37 a 44
PV inicio, kg 0,042 0,480 1,082 2,239
PV fin, kg 0,480 1,082 2,239 2,997
PV medio, kg 0,261 0,781 1,661 2,618
Edad media, d 7 18,5 29,5 40
EMAn (Kcal/kg) 2.950 3.050 3.100 3.120
Lys dig./EMAn (FEDNA, 2018)1 4,07 3,61 3,24 2,96
Lys dig./EMAn (FEDNA, 2008)2 4,02 3,46 3,07 2,83
Incremento 2018/2008, % 101 104 106 104

1
FEDNA (2018):
g Lys dig./1000 kcal EMAn=0,0003 x Edad2(d) - 0,048 x Edad (d) + 4,395
2
FEDNA (2008):
g Lys dig./1000 kcal EMAn=0,0006 x Edad2(d) - 0,064 x Edad (d) + 4,434

Teniendo en cuenta que las Normas FEDNA de 2008 y de 2018


están diseñadas para machos con un crecimiento medio de 60 y de 68 g/d
a los 44 días, respectivamente, con ambas ecuaciones se pueden calcular
las recomendaciones para crecimientos intermedios, o incluso extrapolar a
crecimientos mayores.

En el caso que se practique la alimentación separada por sexos, se


ha desarrollado una ecuación para las hembras a partir de la propuesta de
las tablas de Evonik (2016) y de Rostagno et al. (2017).

g Lys dig./1000 kcal EMAn=0,0002 x Edad2(d) - 0,0557 x Edad + 4,427

En primeras edades las necesidades de las hembras son muy


similares a las de los machos y se van diferenciando paulatinamente hasta
llegar a ser un 13% inferiores para las hembras a los 42 días.
154 NORMAS FEDNA: Avicultura

Con todo, hay que tener en cuenta que los niveles de aminoácidos en
el pienso, y en particular la lisina, determinan de manera importante el
coste del pienso. Por tanto, en la toma de decisión de estos niveles,
además del criterio técnico-nutricional, es fundamental considerar el
aspecto económico para la rentabilidad de la producción. De este modo,
en función del coste de los aminoácidos, del criterio productivo
(crecimiento, conversión, rendimiento en pechuga, etc.), de la respuesta
del nivel de aminoácidos a estos criterios productivos, del estado
sanitario, de la dispersión de resultados de las granjas, de los márgenes
de seguridad, etc., se recomienda modificar los valores medios propuestos
en estas normas para optimizar el coste de producción por la
alimentación.

Para ajustar los niveles de aminoácidos a estos criterios, puede ser


de ayuda, además de la experiencia, la utilización de alguno de los
modelos existentes mencionados en el apartado 1.1 de estos Anejos.

2.2.- Pollitas de Recría de puesta y reproductoras pesadas

Necesidades de mantenimiento
100 mg de Lys digestible x kg PV0,75 y día
(Fisher, 1998; Edwards et al., 1999; Rostagno et al., 2005, 2017)

Para el cálculo de la lisina total se ha asumido una digestibilidad


verdadera media de los piensos o materias primas más comúnmente
utilizadas del 85-89% (NRC, 1994).

Necesidades para ganancia de peso


20 mg de Lys digestible x g GMD y día
(Emmert y Baker, 1997; Leeson y Summers, 2001; Rostagno et
al., 2005; 2017).
Donde:
GMD: ganancia media diaria en g

Para pollitas rubias en pre-puesta, desde la semana 17 al 1% de


puesta, se ha calculado un incremento de las necesidades de 150 mg de
Lys dig./día para el desarrollo del ovario, oviducto e hígado durante este
periodo (Rostagno et al., 2017). De igual modo, para pollitas
reproductoras pesadas se ha añadido por igual motivo, 50 mg de Lys
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 2 155

dig./día a la etapa de prepuesta entre las 17 y 23 semanas de vida


(Bowmaker y Gous, 1989, Silva et al., 2013 y Ferreira, 2015).

Para los cálculos se estima que el tejido depositado contiene como


media 12 mg de lisina/g (Sklan y Noy, 2005) y que la eficacia de
utilización de la lisina para crecimiento es del 60-66% (Fisher, 1980;
Sklan y Noy, 2005). Con lo que las necesidades varían entre 18,2 mg
Lys dig./g de GMD (12 mg Lys/g GMD/0,66) y 20 mg Lys dig./g de
GMD (12 mg Lys/g GMD/0,60).

Cuadro 2.2.- Necesidades totales de Lys digestible (Lys dig./d)1 para


pollitas rubias en crecimiento

Periodo, semanas 0-5 5-10 10-17 17-1% Puesta


PV inicio, kg 0,035 0,375 0,880 1,430
PV fin, kg 0,375 0,880 1,430 1,530
PV medio, kg 0,205 0,628 1,155 1,480
Mantenimiento, mg Lys dig./d 30 71 111 134
GMD, g 10 14 11 7
Crecimiento, mg Lys dig./d 194 289 224 133
Desarrollo de órganos
0 0 0 150
reproductivos, mg Lys dig./d
Total1, mg Lys dig./d 224 360 335 417
kcal EMAn/ kg pienso 2.960 2.820 2.730 2.730
CMD2, g 24 47 62 66
Lys dig., % pienso 0,94 0,76 0,54 0,63
Lys total, % pienso 1,06 0,87 0,62 0,73
1
Lys digestible (% pienso) = [ (0,1 x PV0,75) + (0,020 x GMD) +
+ (0,001 x x Desarrollo órganos reproductivos)] x 100/CMD
PV: peso vivo en kg
GMD: ganancia media diaria en g
2
CMD = consumo medio diario en g
156 NORMAS FEDNA: Avicultura

Cuadro 2.3.- Necesidades totales de Lys digestible (Lys dig./día)1 para


pollitas de reproductoras pesadas en crecimiento.

Periodo, semanas 0-7 7-17 17-23


PV inicio, kg 0,038 0,860 1,800
PV fin, kg 0,860 1,800 2,900
PV medio, kg 0,449 1,330 2,350
Mantenimiento, mg Lys dig./d 55 124 190
GMD, g 17 13 22
Crecimiento, mg Lys dig./d 336 269 449
Desarrollo de órganos
50
reproductivos, mg Lys dig./d
Total1, mg Lys dig./d 390 392 689
kcal EMAn/ kg pienso 2.800 2.680 2.760
CMD2, g 42 68 104
Lys dig., % pienso 0,93 0,58 0,66
Lys total, % pienso 1,06 0,66 0,76

1
Lys digestible (% pienso) = [ (0,1 x PV0,75) + (0,020 x GMD) +
+ (0,001 x Desarrollo órganos reproductivos)] x 100/CMD
PV: peso vivo en kg
GMD: ganancia media diaria en g
2
CMD = consumo medio diario en g
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 2 157

2.3.- Aves en Puesta: gallinas ponedoras y reproductoras pesadas

Necesidades de mantenimiento
100 mg de Lys digestible/kg PV0,75 y día
(Fisher, 1998; Edwards et al., 1999; Rostagno et al, 2005; 2017)

Para los cálculos de Lys total se ha asumido una digestibilidad


verdadera media de los piensos o materias primas más comúnmente
utilizadas del 85-89% (NRC, 1994).

Necesidades para ganancia de peso


20 mg de Lys digestible/g GMD y día
(Emmert y Baker, 1997; Leeson y Summers, 2001; Rostagno et al, 2005;
2017)

Donde:
GMD: ganancia media diaria en g

Para los cálculos se estima que el tejido depositado contiene como


media 12 mg de lisina /g (Sklan y Noy, 2005) y que la eficacia de
utilización de la lisina para crecimiento es del 60-66% (Fisher, 1980;
Sklan y Noy, 2005). Con lo que las necesidades varían entre 18,2 mg Lys
dig./g de GMD (12 mg Lys/g GMD/0,66) y 20 mg Lys dig./g de GMD (12
mg Lys/g GMD/0,6).

Necesidades para producción de huevo


10-11,5 mg Lys digestible/g de MH y d
(Fisher, 1998; Rostagno et al., 2005; 2017)
Donde:
MH: masa de huevo en g

Se asume que el huevo presenta un porcentaje medio de proteína


de 11,25 % con un contenido de lisina de 416 mg/g N (De Blas y Mateos,
1991) y que la eficacia de la utilización de lisina para la deposición de
proteína en el huevo es en torno al 75% (McDonald y Morris, 1985). Con
lo que las necesidades serían:
416 mg Lys/g N/6,25 = 66,6 mg Lys/g proteína huevo
66,6 mg Lys/g proteína huevo x 0,1125 =7,49 mg Lys/g huevo
7,49 mg Lys/g huevo/0,75 (eficacia)=10 mg Lys dig./g de huevo
158 NORMAS FEDNA: Avicultura

Los valores recomendados en la bibliografía varían entre 9 y 12,4


mg Lys dig./g de huevo y día (Fisher, 1998; Rostagno et al., 2017).

Cuadro 2.4.- Necesidades totales de Lys digestible (Lys dig/día)1 para


ponedoras rubias

Periodo, semanas 1%-32 32-44 44-55 55-70


PV inicio, kg 1,530 1,900 1,920 1,930
PV fin, kg 1,900 1,920 1,930 1,940
PV medio, kg 1,715 1,910 1,925 1,935
Mantenimiento, mg Lys dig./d 150 162 163 164
GMD, g 4,1 0,2 0,1 0,1
Crecimiento, mg Lys dig./d 81 5 3 2
IP, % 81 94 90 84
PH, g 57 63 65 67
MH, g/d 46 59 59 56
Producción huevo, mg Lys dig./d 460 592 585 563
Total1, mg/d 691 759 751 729
kcal EMAn/ kg pienso 2.670 2.730 2.730 2.700
CMD2, g 112 118 118 118
Lys dig., % pienso 0,62 0,64 0,64 0,62
Lys total, % pienso 0,74 0,75 0,74 0,72
1
Lys digestible (%) = [(0,1 x PV0,75) + (0,020 x GMD) + (0,010 x MH)] x
x 100 / CMD
PV: peso vivo en kg
GMD: ganancia media diaria en g
IP: Indice de puesta en %
MH: masa de huevo diaria en g; Se estiman 10 mg Lys dig./g de MH y d;
2
CMD: consumo medio diario en g
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 2 159

Cuadro 2.5.- Necesidades totales de Lys digestible (Lys dig./día)1 para


reproductoras pesadas

Periodo, semanas 23-40 40-65


PV inicio, kg 3,000 3,900
PV fin, kg 3,900 4,200
PV medio, kg 3,450 4,050
Mantenimiento, mg Lys dig./d 253 285
GMD, g 8 1,7
Crecimiento, mg Lys dig./d 151 34
IP, % 81 65
PH, g 61 69
MH, g/d 49 45
Producción huevo, mg Lys dig./d 564 518
Total1, mg/d 968 837
kcal EMAn/ kg pienso 2.775 2.775
CMD2, g 164 164
Lys dig., % pienso 0,59 0,51
Lys total, % pienso 0,68 0,58
1
Lys digestible (%) = [(0,1 x PV0,75) + (0,020 x GMD) + (0,020 x MH)] x
x 100 / CMD
PV: peso vivo en kg
GMD: ganancia media diaria en g
IP: Indice de puesta en %
MH: masa de huevo diaria en g; Se estiman 11,5 mg Lys dig./g de MH y d;
2
CMD: consumo medio diario en g
160 NORMAS FEDNA: Avicultura

ANEXO 3.-RESUMEN DE LAS APORTACIONES REALIZADAS POR LOS


TÉCNICOS ESPAÑOLES. Pollos de carne

Durante el último trimestre de 2014 se realizó una encuesta entre los


principales técnicos españoles involucrados en la formulación de piensos
para pollos. Se consultó a unos 25 técnico/as nutricionistas, incluyendo
empresas productoras de pollos, de aminoácidos sintéticos, de vitaminas,
de aditivos y del ámbito universitario.

La información solicitada cubrió los siguientes ámbitos:


− Nº de piensos. Intervalo edades
− Presentación física del pienso
− Sugerencias cambios de niveles de nutrientes
• Energía
• Aminoácidos
• Proteína ideal
• Macrominerales
• Oligoelementos y vitaminas
− Nuevos nutrientes a incluir
− Sugerencias de temas a modificar o incorporar en el texto de las
nuevas normas FEDNA

Entre las principales respuestas obtenidas, destacamos los siguientes


puntos:

Nº de piensos. Intervalo edades. Respuestas encuesta

La opinión mayoritaria de los técnicos es proponer como mínimo 4


tipos de piensos a lo largo de la vida del pollo, e incluso 5. Los intervalos
de edades más frecuentemente propuestos son:
• Un primer pienso entre los 0 y 10 ó 14 d (igual de frecuente uno u
otro).
• Un segundo pienso que finaliza, también en igualdad de casos, a los 20
ó 25 días. Quienes trabajan con 3 piensos lo alargan a los 37 d como
en las normas FEDNA (2008), pero es una situación minoritaria.
• Un 3er pienso que termina entre los 30 d (aclarado) y 40 d, con una
mayoría entre los 35 a 37 d.
• Un 4º pienso hasta sacrificio (entre los 40 a 46 d).
Es por esta razón que en las nuevas normas FEDNA se propone un
plan de alimentación de 4 piensos de 0 a 14 d, de 15 a 23 d, de 24 a 36 d
y de 37 a 44 d de edad.
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 3 161

Niveles de EMAn empleados en piensos. Resultados encuesta

EMAn, Kcal EMAn/kg


Edad, d 0 a 14 15 a 23 24 a 36 37 a 44
Nº de respuestas 14 10 10 11
Media 2.990 3.080 3.135 3.160
Mínimo 2.900 2.975 3.050 3.080
Máximo 3.050 3.150 3.175 3.200
En FEDNA 2008 >3.000 >3.140 >3.140 >3.170
Otros comentarios1 3< 3< 3< 2<
1
Número de opiniones que indican que la recomendación de FEDNA 2008 es demasiado alta.

Niveles de aminoácidos empleados. Resultados encuesta

La información relativa a los niveles de aminoácidos empleados y el


perfil de proteína ideal se ha incluido en el anejo 2 y en las normas para
cada tipo de ave, respectivamente.

Niveles de macrominerales empleados. Resultados encuesta

En los gráficos siguientes se muestran los niveles de calcio, fósforo


disponible y fósforo digestible utilizados. Llama la atención como hay
nutricionistas que están trabajando con niveles de Calcio y Fósforo cada
vez más bajos, probablemente fruto de la utilización cada vez mayor de
fitasas.

Calcio total (%)


162 NORMAS FEDNA: Avicultura

Fósforo disponible (%)

Fósforo digestible (%)


NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 3 163

Niveles de otros nutrientes empleados. Resultados encuesta

En cuanto a otros nutrientes, en los cuadros siguientes se muestran


los niveles empleados de Ácido linoleico, Almidón, Fibra bruta, Cloro (Cl-),
Sodio (Na+) y Balance electrolítico (BE) en primera y última fase del
crecimiento del pollo.

1ª FASE: 0 - 12 días

Nº de FEDNA Otros
Nutrientes respuestas Media Mínimo Máximo (2008) comentarios1
Ac. Linoleico mín 6 1,4 1,2 1,8 0,5
máx 1 3,8 3,8 3,8
Almidón mín 2 32,5 32,0 33,0 36
máx
Fibra bruta mín 6 3,2 2,0 3.8 3,0
máx 9 4,1 4,0 4.5 4,2
-
Cloro (Cl ) mín 6 0,17 0,15 0.22 0,17
máx 7 0,26 0,20 0.35 0,28
+
Sodio (Na ) mín 12 0,18 0,15 0.22 0,17 2<
máx 6 0,24 0,17 0.30 0,20 1<
Balance mín 2 228 225 230
electrolítico máx 3 253 250 260
1
Número de opiniones que indican que la recomendación de FEDNA 2008 es demasiado alta

4ª FASE: 36 - 44 días

Nº de FEDNA Otros
Nutrientes respuestas Media Mínimo Máximo (2008) comentarios1
Ac. Linoleico mín 8 0,9 0,5 1,2 0,4
máx 5 1,8 1,0 2,5 2,0
Almidón mín 1 33 33 33 34
máx 1 43 43 43
Fibra bruta mín 4 2,8 2,0 3,0 3,0
máx 5 4,5 4,0 5,0 4,5
-
Cloro (Cl ) mín 6 0,16 0,14 0,2 0,15
máx 9 0,25 0,20 0.35 0,30
+
Sodio (Na ) mín 12 0,15 0,14 0,16 0,14 2<
máx 10 0,19 0,16 0,25 0,16 1<
Balance mín 2 200 200 200
electrolítico máx 3 223 190 250
1
Número de opiniones que indican que la recomendación de FEDNA 2008 es demasiado alta
164 NORMAS FEDNA: Avicultura

De estos resultados destacamos el escaso número de nutricionistas


que tiene en cuenta el BE, en consonancia con la escasez de datos que
corroboren esta restricción nutricional según lo indicado en estas Normas,
y la sensibilidad creciente sobre los niveles de fibra (estructura) del
pienso. Los niveles de Na+ utilizados en la práctica son, en general, algo
superiores a los recomendados por FEDNA (2008), y acordes con el efecto
positivo de este mineral en términos de rendimientos productivos.

En los cuadros siguientes se muestran los niveles de vitaminas y


minerales traza utilizados en la práctica por los técnicos españoles en
comparación con las recomendaciones más recientes y con las realizadas
por FEDNA (2008), que han dado fruto a las recomendaciones de estas
normas para estos nutrientes.
NORMAS FEDNA: Avicultura. ANEXO 3 165
NORMAS FEDNA: Avicultura 167

Referencias

Abdollahi, M.R., Ravindran, V. y Svihus, B. (2013) Pelleting of broiler diets: An


overview with emphasis on pellet quality and nutritional value. Anim. Feed
Sci. Technol. 179: 1-23.
Abdollahi, M.R., Ravindran, V. y Svihus, B. (2014) Influence of feed form on
growth performance, ileal nutrient digestibility, and energy utilization in
broiler starters fed a sorghum-based diet. Livest. Sci. 165: 80-86.
Aburto, A. (2005) Broiler nutrition in Mexico. A brief overview. Arkansas
Annual Anim. Nutr. Conf., Rogers, Arkansas, USA. pp. 5-10.
Adedokun, S.A., Pescatore, A.J., Ford, M.J., Aho, T. y Jacob, J. (2018)
Investigating the effect of dietary calcium levels on ileal endogenous
amino acid losses and sandarized ileal amino acid digestibility in broilers
and laying hens. Poult. Sci. 97: 131-139.
Adeola, O. y Cowieson, A.J. (2011) Opportunities and challenges in using
exogenous enzymes to improve nonruminant animal production. J. Anim.
Sci. 89: 3189-3218.
Adisseo (2013) Rhodimet Nutrition Guide. Amino Acid Recommendations for
Feed Formulation. Mercier, Y. (ed). Adisseo Saint Antony, Francia.
Aftab, U. (2012) Dietary amino acid optima: An economic appraisal. J. Appl.
Poult. Res. 21: 738–743.
Aguirre, L., García, J., Scappaticcio, R., Fondevila, G. y Mateos, G. (2018)
Effects of the nutritional profile of the pre-laying diet on productive
performance and egg quality traits of Brown-egg laying hens from 15 to 62
weeks of age. Poult. Sci. 97 (Suppl.1): 317 (Abst.).
Ahmed, R., Juniper, D., Tonks, A. y Rymer, C. (2018) The effect of incremental
inclusion of whole grain wheat in the diet of growing turkeys on growth
performance, feed conversion ratio, cecal health, and digesta
characteristics. Liv. Sci. 214: 36-41.
Ajinomoto (2015) Amino acid solutions for low crude protein levels in broiler
feeds. Information nº 38. Ajinomoto. Eurolysine S.A.S.
Allard, J.P. (2005) Broiler nutrition in the United States. A brief overview.
Arkansas Annual Anim. Nutr. Conf. Rogers, Arkansas, USA. pp. 1-5.
Amerah, A.M., Ravindran, V., Lentle, R.G. y Thomas, D.G. (2007a) Feed
particle size: implications on the digestion and performance of broilers.
World’s Poult. Sci. J. 63: 439-455.
Amerah, A.M., Ravindran, V., Lentle, R.G. y Thomas, D.G. (2007b) Influence
of particle size and feed form on the performance, energy utilization,
digestive tract development, and digesta parameters of broiler starters.
Poult. Sci. 86: 2651-2623.
Amerah, A.M., Plumstead, P.W., Barnard, L.P. y Kumar, A. (2014) Effect of
calcium level and phytase addition on ileal phytate degradation and amino
acid digestibility of broilers fed corn-based diets. Poult. Sci. 93: 906–915.
An, S.H., Kim, D.W. y An, B.K. (2016) Effects of dietary calcium level on
productive performance, egg shell quality and overall calcium status in
aged laying hens. Asian. Austral. J. Anim. Sci. 29: 1477-1482.
168 NORMAS FEDNA: Avicultura

Andrade R.R. (2017) Determinação da faixa de conforto térmico para galinhas


poedeiras na fase inicial de criação. Thesis Ms.Sc. Universidade Federal de
Viçosa, Brasil. http://www.locus.ufv.br/handle/123456789/10597.
Angel, R. (2017) Rethinking calcium and phosphorus nutrition in poultry: the
importance of calcium digestibility. Fedna 33: 141-148.
Angel, R., Saylor, W.W., Mitchell, A.D., Powers, W. y Applegate, T.J. (2006)
Effect of dietary phosphorus, phytase, and 25-hydroxycholecalciferol on
broiler chicken bone mineralization, litter phosphorus, and processing
yields. Poult. Sci. 85: 1200-1211.
Angel, R., Jimenez-Moreno, E., Li, W., Kim, S.W., Proskowiek-Weglarz, M. y
Escribano, F. (2015) Dietary calcium, phosphorus and phytase
interactions. Fedna 31: 111-121.
Anwar, M.N. y Ravindran, V. (2016) Measurement of calcium digestibility in
feed ingredients for poultry. Methodology and challenges. En: Phytate
Destruction Consequences for Precision Animal Nutrition. W.C.L. Worlk et
al. (eds). Wageningen Academic Publishers. Países Bajos.
Arbor Acres (2013) Arbor Acres Parent Stock Handbook. Aviagen (0113-
AVNAA-032). Aviagen Limited. Huntsville Alabama, USA.
Arbor Acres (2014) Arbor Acres Broiler Management Handbook. Aviagen Lited.
Huntsville, Alabama, USA.
Arbor Acres (2016) Arbor Acres plus. Stock Nutrition Specifications. Fast
featherms. Aviagen (0316-AVNAA-049). Aviagen Ltd. Huntsville, Alabama,
USA.
ARC (1975) The Nutrient Requirements of Farm Livestock: Poultry. 2ª ed.
Agricultural Research Council. HMSO. Londres, Reino Unido.
Atteh, J.O. y Leeson, S. (1983) Effects of dietary fatty acids and calcium levels
on performance and mineral metabolism of broiler chickens. Poult. Sci. 62:
2412-2419.
Aviagen (2009) Nutritional Recommendations for B.U.T. Commercial Turkeys.
Key Points. Aviagen Turkeys Ltd. Cheshire, GA, USA.
Aviagen (2010) Revised phosphorus and calcium guidelines for turkeys.
Aviagen Turkeys, Cheshire, GA, USA.
Aviagen (2015) Feeding Guidelines for Nicholas and B.U.T. heavy lines.
Publication NUOS version 1. Aviagen Turkeys Ltd. Tattenhalf. Cheshire,
Reino Unido.
Aviagen (2016a) Management Guidelines for Growing Commercial Turkeys.
Aviagen Turkeys Limited. Publication CL 23 version 1. Tatenhall, Cheshire,
Reino Unido.
Aviagen (2016b) Feeding Guidelines for Nicholas and B.U.T. Medium Lines.
Aviagen Turkeys Ltd, Cheshire, GA, USA.
AWT (Arbeitsgemeinschaft fur Wirkstoffe in der Tierenahrung) (2000)
Aminosauren in der Tierernahrung, Agrimedia Verlag. Bergen/Dumme,
Alemania.
AWT (Arbeitsgemeinschaft fur Wirkstoffe in der Tierenahrung) (2002) Vitamins
in Animal Nutrition. AWT, Bonn, Alemania.
NORMAS FEDNA: Avicultura 169

Baker, D.H. (2003) Ideal amino acid patterns for broiler chicks. en: Amino
Acids in Animal Nutrition. J.P.F. D’Mello (Ed.). CABI Publishing.
Wallingford, Reino Unido. pp. 223-235.
Baker, D.H. y Han, Y. (1994) Ideal amino acid profile for broiler chicks during
the first three weeks posthatching. Poult. Sci. 73: 1441-1447.
Baker, D.H., Fernandez, S.R., Webel, D.M. y Parsons, C.M. (1996) Sulfur
amino acid requirement and cystine replacement value of broiler chicks
during the period three to six weeks posthatching. Poult. Sci. 75: 737-742.
Baker, D.H., Batal, A.B., Parr, T.M., Augspurger, N.R. y Parsons, C.M. (2002)
Ideal ratio (relative to lysine) of tryptophan, threonine, isoleucine and
valine for chicks during the second and third week of life. Poult. Sci. 81:
485-494.
Balnave, D. (1970) Essential fatty acids in poultry nutrition. World’s Poult. Sci.
J. 26: 442-460.
Balnave, D. y Muheereza, S.K. (1997) Improving eggshell quality at high
temperatures with dietary sodium bicarbonate. Poult. Sci. 76: 588-593.
Bedford, M.R. y Summers, J.D. (1985) Influence of the ratio of essential to
non-essential amino acids on performance and carcass composition of the
broiler chick. Br. Poult. Sci. 26: 483-491.
Belloir, P., Meda, B., Lambert, W., Corrent, E., Juin, H., Lessire, M. y
Tesseraud, S. (2017) Reducing the crude protein content in broiler feeds:
impaction animal performance, meat quality and nitrogen utilization.
Animal 11: 1881-1889.
Bennett, C.D., Classen, H.L. y Riddell, C. (2002) Feeding broiler chickens
wheat and barley diets containing whole, ground, and pelleted grain. Poult.
Sci. 81: 995-1003.
Berres, J.; Vieira, S.L., Kidd, M.T., Taschetto, D., Freitas, D.M., Barros, R., y
Nogueira, E.T. (2010) Supplementing L-valine and L-isoleucine in low-
protein corn and soybean meal all-vegetable diets for broilers. J. Appl.
Poult. Res. 19:373–379 .
Berwanger, E., Vieira, S.L., Angel, C.R., Kindlein, L., Mayer, A.N., Ebbing, M.A.
y Lopes, M. (2018) Copper requirements of broiler breeder hens. Poult.
Sci. 97: 2785-2797.
Bjerrum, L., Pedersen, A.B. y Engberg, R.M. (2005) The influence of whole
wheat feeding on Salmonella infection and gut flora composition in
broilers. Avian Dis. 49: 9-15.
Block, M.C. y Dekker, R.A. (2017) Table standardized ileal digestibility of
amino acids in feedstuffs for poultry. CVB Documentation report nº 761.
Wageningen Livestock Research. Wageningen, Países Bajos.
Borges, S.A., Fischer da Silva, A.V., Ariki, J., Hooge, D.M. y Cummings, K.R.
(2003a) Dietary electrolites for broiler chickens exposed to thermoneutral
or heat-stress environments. Poult. Sci. 82: 428-435.
Borges, S.A., Fischer da Silva, A.V., Ariki, J., Hooge, D.M. y Cummings, K.R.
(2003b) Dietary electrolites for broiler chickens under moderately high
ambient temperatures and relative humidities. Poult. Sci. 82: 301-308.
170 NORMAS FEDNA: Avicultura

Borges, S.A., Fischer da Silva, A.V., Majorka, A., Hooge, D.M. y Cummings,
K.R. (2004) Physiological responses of broiler chickens to heat stress and
dietary electrolite balance (sodium plus potassium minus chloride,
miliequivalents per kilogram). Poult. Sci. 83: 1551-1558.
Bougouin, A., Appuhamy, J.A.D.R.N., Kebreab, E., Dijkstra, J.R.P., Kwakkel,
R.P. y France, J. (2014) Effects of phytase supplementation on phosphorus
retention in broilers and layers: a meta-analysis. Poult. Sci. 93:1981–
1992.
Bourassa, D.V., Wilson, K.M., Ritz, C.R., Kiepper, B.K. y Buhr, R.J. (2018)
Evaluation of the addition of organic acids in the feed and/or water for
broilers and the subsequent recovery of Salmonella Typhimurium from
litter and ceca. Poult. Sci. 97: 64-73.
Bourdillon, A., Carré, B., Conan, L., Francesch., M., Fuentes, M. y
Huyghebaert, G. (1990) European reference method of in vivo
determination of metabolisable energy in poultry: reproducibility, effect of
age, comparison with predicted values. Br. Poult. Sci. 31: 567-576.
Bouvarel, I., Nys, Y., Panheleux, M. y Lescoat, P. (2010) Comment
l’alimentation des poules influence la qualité des oeufs? INRA Prod. Anim.
23: 167-182.
Bovans (2016) Bovans White Commercial Management Guide. Hendrix
Genetics Ltd. Boxmeer, Países Bajos.
Bovans (2017) Bovans Brown. Product Guide. Alternative Production Systems.
Institute de Selection Animale BV. Boxmeer, Países Bajos.
Bowmaker, J. E.; Gous, R. M. (1989) Quantification of reproductive changes
and nutrient requirements of broiler breeder pullets at sexual maturity.
British Poultry Science, v. 30, n. 3, p. 663-676.
Brantsaeter, M., Nordgreen, J., Hansen, T.B., Muri, K., Nødtvedt, A., Moe, R.O.
y Janczak, A.M. (2018) Problem behaviours in adult laying hens –
identifying risk factors during rearing and egg production. Poult. Sci. 97:
2-16.
Bregendahl, K., Roberts, S.A., Kerr, B. y Hoehler, D. (2008) Ideal ratios of
isoleucine, methionine, methionine plus cystine, threonine, tryptophan,
and valine relative to lysine for White Leghorn laying hens of twenty-eight
to thirty-four weeks of age. Poult. Sci. 87: 744-758.
Brickett, K.E., Dahiya, J.P., Classen, H.L. y Gomis, S. (2007) Influence of
dietary nutrient density, feed form, and lighting on growth and meat yield
of broiler chickens. Poult. Sci. 86: 2172-2181.
Brody, S. (1945) Bioenergetics and Growth. Reinhold, Nueva York, EE.UU.
Broz, J. y Ward, N.E. (2007) The role of vitamins and feed enzymes in
combating metabolic challenges and disorders. J. Appl. Poult. Res. 16:
150-159.
Burlacu, G. y Baltac, M. (1971) Eficiency of utilization of the energy of food in
laying hens. J. Agric. Sci. Camb. 77: 405-411.
Byerly, T.C., Kessler, J.W., Gous, R.M. y Thomas, O.P. (1980) Feed
requirements for egg production. Poult. Sci. 59: 2500-2507.
NORMAS FEDNA: Avicultura 171

Campasino, A., York, T., Wyatt, C., Bedford, M.R. y Dozier III, W.A. (2014)
Effect of increasing supplemental phytase concentration in diets fed to
Hubbard × Cobb 500 male broilers from 1 to 42 days of age. J. Appl.
Poult. Res. 23: 705–714.
Carré, B., Méda, B. y Juin, H. (2014) Progress in broiler selection: benefits,
limitations as assessed by the digestive function and consequence on
dietary lysine concentration. Proc. XIV European Poult. Conf. Stavanger.
pp. 189-209.
Carré, B. y Juin, H. (2015) Partition of metabolizable energy, and prediction of
growth performance and lipid deposition in broiler chickens. Poult. Sci. 94:
1287-1297.
Carré, B. y Méda, B. (2015) Cross relationships between growth performance,
growth composition and feed composition in broiler chickens, calculated
from published data. Poult. Sci. 94: 2191-2201.
Case, L.A., Miller, S.P. y Wood, B.J. (2010) Factors affecting breast meat yield
in turkeys. World’s Poult. Sci. J. 66: 189-202.
Cengiz, Ö., Hess, J.B. y Bilgili, S.F. (2012) Influence of graded levels of
dietary sodium on the development of footpad dermatitis in broiler
chickens. J. Appl. Poult. Res. 21: 770–775.
Chen, Y.P., Cheng, Y.F., Li, X.H., Yang, W.L., Wen, C., Zhuang, S. y Zhou,
Y.M. (2017) Effects of threonine supplementation on the growth
performance, immunity, oxidative status, intestinal integrity and barrier
function of broilers at the early age. Poult. Sci. 96: 405-413.
Cherian, G. (2008) Egg quality and yolk polyunsaturated fatty acid status in
relation to broiler breeder hen age and dietary n-3 oils. Poult. Sci. 87:
1131-1137.
Cherian, G. (2011) Essential fatty acids and early life programming in meat
type birds. World’s Poult. Sci. J. 67: 599-614.
Chewning, C.G., Starks, C.R. y Brake, J. (2012) Effects of particle size and
feed form on broiler performance. J. Appl. Poult. Res. 21: 830-837.
Choct, M. (2012) Feed energy system to use and prospects for evaluation.
XXIV World’s Poultry Congress. Salvador de Bahía, Brasil. 8 páginas.
Choct, M. (2015) Net energy. En: Proc. 20th Eur. Symp. Poult. Nutr. (ESPN).
Praga, República Checa. 9 pp.
Chwalibog, A. (1991) Energetics of animal production. Acta Agric. Scand. 41:
147-160.
Classen, H.L. (2017) Diet energy and feed intake in chickens. Anim. Feed Sci.
Technol. 233: 13-21.
Cobb (2012) Broiler Performance and Nutrition Supplement. Cobb-Vantress
Inc., Siloam Springs, Arkansas, USA.
Cobb (2014) Broiler Nutrition Guide. Cobb-Vantress Inc., Siloam Springs,
Arkansas, USA.
Cobb (2015) Broiler Performance and Nutrition Supplement. Cobb-Vantress
Inc., Siloam Springs, Arkansas, USA.
Cobb (2016) Breeder Management Guide. Cobb-Vantress Inc., Siloam Springs,
Arkansas, USA.
172 NORMAS FEDNA: Avicultura

Cobb (2018a) Broiler Performance and Nutrition Supplement. L-2114-08 EN.


Cobb-Vantress Inc., Siloam Springs, Arkansas, USA.
Cobb (2018b) Breeder Management Supplement. L-2020-06 EN. Cobb-
Vantress Inc., Siloam Springs, Arkansas, USA.
Coelho, M.B. (1991) Effects of processing and storage on vitamin stability.
Feed Inter. 13 (12): 39-45.
Coelho, M.B. (2002) Vitamin stability in premixes and feeds. A practical
approach in ruminants. Proc. 13th Annual Florida Ruminant Nutr. Symp.
Gainsville. FL, USA. pp. 127-145.
Collet, S.R. (2012) Nutrition and wet litter problems in poultry. Anim. Feed Sci.
Technol. 173: 65-75.
Combs, G.F. (1968) Amino acid requirement of broiler and laying hens.
Proceedings of Maryland Nutrition Conference. pp 86-96.
Coon, C. (2004) The ideal amino acid requirements and profile for broilers,
layers, and broiler breeders. American Soybean Association. Bruselas,
Bélgica.
Coon, C., de Beer, M., Manangi, M., Lu, J., Reyes, M., Bramwell, K., Sun, J.M.,
Sakomura, N., Rosebrough, B., Richards, M. y McMurtry, J. (2006) The
effect of increased protein intake during the starter and prebreeder periods
on reproductive performance of ultra high yield Cobb 700 broiler breeder
hens. Arkansas Annual Nut. Conf. Rogers, Arkansas, USA. pp. 10-34.
Corzo, A., Dozier, W.A. y Kidd, M.T. (2008) Valine nutrient recommendations
for Ross x Ross 308 broilers. Poult. Sci. 87: 335-338.
Corzo, A., Dozier III, W.A., Mejia, L., Zumwalt, C.D., Kidd, M.T. y Tillman, P.B.
(2011a) Nutritional feasibility of L-valine inclusion in commercial broiler
diets. J. Appl. Poult. Res. 20: 284–290.
Corzo, A., Mejia, L. y Loar II, R.E. (2011b) Effect of pellet quality on various
broiler performance parameters. J. Appl. Poult. Res. 20: 68-74.
Cowieson, A.J., Ptak, A., Mackowiak, P., Sassek, M., Pruszynska-Oszmalek, E.,
Zyla, K., Kaczmarek, S. y Jozefiak, D. (2013) The effects of microbial
phytase and myoinositol on performance and blood biochemistry of broiler
chickens fed wheat corn-based diets. Poult. Sci. 92: 2124-2134.
CVB (Centraal Veevoederbureau) (1996) Aminozurenbehoefle van Leghenen
en Vleeskvikens (Amino acid requirements for laying hens and broiler
chickens). Report nº 18. Lelystad, Países Bajos.
CVB (Centraal Veevoederbureau) (2009) CVB Table Booklet Feeding of Poultry.
CVB Series nº 45. September 2009.
CVB (Centraal Veevoeder Bureau) (2016) Chemical Composition and
Nutritional Values of Feedstuffs. CVB Feed Table. Veevoedertabel.
Wageningen. Países Bajos.
CVB (Centraal Veevoederbureau) (2018) CVB Table Booklet Feeding of Poultry
2018. CVB-Series nº 61. July 2018.
Da Costa, M.J., Grimes, J.L., Oviedo-Rondón, E.O., Barasch, I., Evans, C.,
Dalmago, M. y Nixon, J. (2014) Footpad dermatitis severity on turkeys
flocks and correlations with locomotion, litter conditions and body weight
at market age. J. Appl. Poult. Res. 23: 268-279.
NORMAS FEDNA: Avicultura 173

Da Costa, M.J., Colson, G., Frost, T.J., Halley, J. y Pesti, G.M. (2017)
Evaluation of starter dietary digestible lysine level on broilers raised under
a sex-separated or straight-run housing regime, part 2: Economics of sex
separation and digestible lysine level for maximum returns. Poult. Sci. 96:
3282–3290.
Daghir, N.J. (2008) Poultry Production in Hot Climate. 2nd ed. CAB
International. Reino Unido.
De Beer, M., Rosebrough, R.W., Russell, B.A., Poch, S.M., Richards, M.P. y
Coon, C.N. (2007) An examination of the role of feeding regimens in
regulating metabolism during the broiler breeder grower period. 1. Hepatic
lipid metabolism. Poult. Sci. 86: 1726-1738.
De Beer, M., McMurtry, J.P., Brocht, D.M. y Coon, C.N. (2008) An examination
of the role of feeding regimens in regulating metabolism during the broiler
breeder grower period. 2. Plasma hormones and metabolites. Poult. Sci.
87: 264-275.
De Blas, C., Santomá, G. y Mateos, G.G. (1990) Valoración Energética de los
Alimentos. Monografía 90. E.T.S.I. Agrónomos. UP Madrid.
De Blas, C. y Mateos, G.G. (1991) Nutrición y Alimentación de Gallinas
Ponedoras. MAPA, Aedos Editorial y Ediciones Mundi-Prensa. Madrid.
De Coca-Sinova, A., Jiménez-Moreno, E., González-Alvarado, J.M., Frikha, M.,
Lázaro, R. y Mateos, G.G. (2010) Influence of source of soybean meal and
lysine content of the diet on performance and total tract apparent
retention of nutrients in broilers from 1 to 36 days of age. Poult. Sci. 89:
1440–1450.
De Groote, G. (1974) Utilization of metabolisable energy. En: Energy
Requirements of Poultry. Morris, T.R. y Freeman, B.M. (eds). British
Poultry Science Ltd., Edinburgo, Escocia. pp. 113-133.
De Groote, G. y Huyghebaert, G. (1997) The bioavailability of phosphorus from
feed phosphates for broilers as influenced by bio-assay method, dietary
Ca-level and feed form. Anim. Feed Sci. Technol. 69: 329-340.
De Keyser, K., Kuterna, L., Kaczmarek, S., Rutkowski, A. y Vanderbeke, E.
(2016) High dosing NSP enzymes for total protein and digestible amino
acid reformulation in a wheat/corn/soybean meal diet in broilers. J. Appl.
Poult. Res. 25: 239–246.
De Los Mozos, J., García-Ruiz, A.I., Den Hartog, L.A. y Villamide, M.J. (2017)
Growth curve and diet density affect eating motivation, behavior, and body
composition of broiler breeders during rearing. Poult. Sci. 96: 2708-2717.
De Paula Dorigam, J.C., Sakomura, N.K., Soares, L., Fernandes, J. B.K.,
Sünder, A. y Liebert, F. (2017) Modelling of lysine requirement in broiler
breeder hens based on daily nitrogen retention and efficiency of dietary
lysine utilization. Anim. Feed Sci. Technol. 226: 29-38.
Deyhim, F. y Teeter, R.G. (1991) Research note: sodium and potasium
chloride drinking water supplementation effects on acid base balance and
plasma corticosterone in broilers reared in thermoneutral and heat-
distressed environments. Poult. Sci. 70: 2551-2553.
174 NORMAS FEDNA: Avicultura

Dilger, R.N., Bryant-Angeloni, K., Payne , R.L., Lemme, A. y Parsons, C.M.


(2013) Dietary guanidino acetic acid is an efficacious replacement for
arginine for young chicks. Poult. Sci. 92: 171–177.
Dozier, W.A., Kidd, M.T. y Corzo, A. (2008) Dietary amino acid responses of
broilers. J. Appl. Poult. Res. 17: 157-167.
Dozier, W.A. y Payne, R.L. (2012) Digestible Lys requirements of female
broilers from 1 to 15 days of age. J. Appl. Poult. Res. 21: 348–357.
Dozier, W.A. y Gehring, C.K. (2014) Growth performance of Hubbard × Cobb
500 and Ross × Ross 708 male broilers fed diets varying in apparent
metabolizable energy from 14 to 28 days of age. J. Appl. Poult. Res. 23:
494–500.
Dozier, W.A., Meloche, K.J., Tillman, P.B. y Jiang, Z. (2015) Growth
performance of male broilers fed diets varying in digestible threonine to
lysine ratio from 1 to 14 days of age. J. Appl. Poult. Res. 24:457–462.
Dozier, W.A. y Kriseldi, R. (2017) Minimizing protein: How far down the
essential amino acid list do we so? 6th Int. Broiler Nutr. Conf. Poultry
Beyond 2023. Abdollahi, M.R. y Ravindran, V. (eds). Queenstown, New
Zealand. pp. 283-292.
DSM (2016) Vitamin Recommendations for Poultry.
https://www.dsm.com/markets/anh/en_US/products/products-
vitamins/products-vitamins-ovn/broilers.html
Edwards, H.M., Fernández, R.S. y Baker, D.H. (1999) Maintenance lysine
requirement and efficiency of using lysine for accretion of whole-body
lysine and protein in young chicks. Poult. Sci. 78: 1412-1417.
EFG (1995) EFG Broiler Growth Model. http://www.efgsoftware.net.
Ekmay, R.D., De Beer, M., Rosebrough, R.W., Richards, M.P., McMurtry, J.P. y
Coon, C.N. (2010) The role of feeding regimens in regulating metabolism
of sexually mature broiler breeders. Poult. Sci. 89: 1171-1181.
Ekmay, R.D., De Beer, M., Mei, S.J., Manangi, M. y Coon, C.N. (2013) Amino
acid requirements of broiler breeders at peak production for egg mass,
body weight, and fertility. Poult. Sci. 92: 992-1006.
El-Senousey, H.K., Chen, B., Wang, J.Y., Atta, A.M., Mohamed, F.R. y Nie,
Q.H. (2018) Effects of dietary vitamin C, vitamin E, and alpha-lipoic acid
supplementation on the antioxidant defense system and immune-related
gene expression in broilers exposed to oxidative stress by dexamethasone.
Poult. Sci. 97: 30-38.
Emmans, G.C. (1974) The effects of temperature on the performance of laying
hens. En: Energy Requirements of Poultry. Morris, T.R. y Freeman, B.M.
(eds). British Poultry Science Ltd., Edinburgo, Escocia. pp. 79-90.
Emmert, J.L. y Baker, D.H. (1997) Use of the ideal protein concept for
precision formulation of amino acid levels in broiler diets. J. Appl. Poult.
Res. 6: 462-470.
Engberg, R.M., Hedemann, M.S. y Jensen B.B. (2002) The influence of grinding
and pelleting of feed on the microbial composition and activity in the
digestive tract of broiler chickens. Br. Poult. Sci. 43: 569-579.
NORMAS FEDNA: Avicultura 175

Engberg, R.M., Hedemann, M.S., Steenfeldt, S. y Jensen B.B. (2004) Influence


of whole wheat and xylanase on broiler performance and microbial
composition and activity in the digestive tract. Poult. Sci. 83: 925-938.
Enting, H., de los Mozos, J., Gutiérrez del Álamo, A. y Pérez de Ayala, P.
(2009) Influence of mineral on litter moisture. Proc. 12th Eur. Symp.
Poult. Nutr. (ESPN). Praga, República Checa. pp. 47-52.
Evonik (2010) AMINORED. AMINONews. Evonik-Degussa GmbH, Hanau-
Wolfgang, Germany.
Evonik (2016) Recommendations for Poultry. Amino Acids and More. AminoDat
5.0. Evonik Nutrition & Care GmbH. (www.aminoacidsandmore.com).
Hanau, Germany.
Evonik (2017) Amino acid recommendation for laying hens. Dr. A. Lemme.
AminoNews Nº 3. Vol. 21. pp. 11-19.
Fancher, B.I. (1999) Use of broiler growth modeling technology in live
production strategic planning. En: Proc. Maryland Nutr. Conf., University of
Maryland, College Park, MD. pp. 41-50.
FEDNA (2008) Necesidades Nutricionales para Avicultura. Pollos de Carne y
Aves de Puesta. R. Lázaro, Mateos, G.G., Barroeta, A. y Barragan, J.I.
(eds.). Fundación Española para el Desarrollo de la Nutrición Animal.
Madrid.
FEDNA (2010) Normas FEDNA de Composición y Valor Nutritivo de Alimentos
para la Fabricación de Piensos Compuestos. 3ª ed. de Blas, C., Mateos,
G.G. y Rebollar, P.G. (eds) Fundación Española para el desarrollo de la
Nutrición Animal. Madrid, Spain.
FEFANA (2014a) Amino acids in Animal Nutrition. Bruselas. Bélgica.
http://fefana.org/wp-content/uploads/2017/08/2015-03-
24_booklet_amino-acids.pdf
FEFANA (2014b) Carotenoids in Animal Nutrition. Bruselas. Bégica.
http://fefana.org/ wp-content/uploads/2017/08/2014-12-
04_booklet_carotenoids.pdf
FEFANA (2015) Vitamins in Animal Nutrition. Bruselas. Bélgica.
http://fefana.org/wp-content/uploads/2017/08/2015-04-
15_booklet_vitamins.pdf
Ferreira, N.T. (2015) Modelagen do crescimento, maturação sexual e
produçãêo de ovos como ferramenta para estimar as exigências
nutricionais de matrizes pesadas. Tese Doutor em Zootecnia, Unesp,
Brasil.
http://www.athena.biblioteca.unesp.br/exlibris/bd/cathedra /11-08-
2015/000843107.pdf
Firman, J.D. (2010) Ideal protein based diets for turkeys. Int. J. Poult. Sci. 9:
856-862.
Firman, J.D. y Boling, D. (1998) Ideal protein in turkeys. Poult. Sci. 77: 105-
110.
Fisher, C. (1980) Protein deposition in poultry. En: Proc. 29th Easter School of
Agriculture Science. E. Buttery y Lindsay (eds). Butterworths, Londres,
Reino Unido.
176 NORMAS FEDNA: Avicultura

Fisher, C. (1998) Lysine: Amino acid requirements of broiler breeders. Poult.


Sci. 77: 124-133.
Fondevila, G., Cámara, L., Chuscho, V.V., Arch, J.L., Smith, A. y Mateos, G.G.
(2017) Effects of the inclusion of xylanase and protease on growth
performance and nutrient retention in broilers fed wheat or maize as the
main component of the diet. Poult. Sci. 96 (Supl. 1): 124 (Abst.).
Frame,D., Hooge, M. y Cutler, R. (2001) Interactive effects of dietary sodium
and chloride on the incidence of spontaneous cardiomyopathy (Round
Heart) in turkeys. Poult. Sci. 80: 1572-1577.
Franco, S.M., Tavernari, F.C., Maia, R.C., Barros, V.R.S.M, Albino, L.F.T.,
Rostagno, H.S., Lelis, G.R., Calderano, A.A. y Dilger, R.N. (2017)
Estimation of optimal ratios of digestible phenylalanine + tyrosine,
histidine, and leucine to digestible lysine for performance and breast yield
in broilers. Poult. Sci. 96: 829–837.
Fraps, G.S. (1946) Composition and productive energy of poultry feeds and
rations. Bull. Tex. Agric. Exp. Station. 678: 5-37.
Frikha, M., Safaa, H., Pérez-Serrano, M.P., Arbe, X. y Mateos, G.G. (2009a)
Influence of the main cereal and feed form of the diet on performance and
digestive traits of brown-egg laying pullets. Poult. Sci. 88: 994-1002.
Frikha, M., Safaa, H.M., Jimenez-Moreni, E., Lazaro, R. y Mateos, G.G. (2009b)
Influence of energy concentration and feed form of the diet on growth
performance and digestive tract traits of brown egg laying pullets from 1
to 120 days of age. Anim. Feed Sci. Technol. 163: 292-302.
Frikha, M., Valencia, G., De Coca-Sinova, A., Lázaro, R. y Mateos, G.G. (2013)
Ileal digestibility of amino acids of unheated and autoclaved pea protein
concentrate in broilers. Poult. Sci. 92: 1848-1857.
Gabriel, I., Mallet, S., Leconte, M., Fort, G. y Naciri, M. (2003) Effects of whole
wheat feeding on the development of coccidial infection in broiler chickens.
Poult. Sci. 82: 1668-1676.
García M., Lázaro, R., Latorre, M.A., Gracia, M.I. y Mateos, G.G. (2008)
Influence of enzyme supplementation and heat processing of barley on
digestive traits and productive performance of broilers. Poult. Sci. 87: 940-
948.
García-Rebollar, P., Cámara, L., Lázaro, R.P., Dapoza, C., Pérez-Maldonado, R.
y Mateos, G.G. (2016) Influence of the origin of the beans on the chemical
composition and nutritive value of comercial soybean meals. Anim. Feed
Sci. Technol. 221: 245-261.
Gehring, C.K., Bedford, M.R. y Dozier, W.A. (2013) Extra-phosphoric effects of
phytase with and without xylanase in corn-soybean meal-based diets fed
to broilers. Poult. Sci. 92: 979-991.
González-Alvarado, J.M., Jiménez-Moreno, E., Lázaro, R. y Mateos, G.G.
(2007) Effects of cereal, heat processing of the cereal, and fiber on
productive performance and digestive traits of broilers. Poult. Sci. 86:
1705-1715.
González-Alvarado, J.M., Jiménez-Moreno, E., Valencia, D.G., Lázaro, R. y
Mateos, G.G. (2008) Effects of fiber source and heat processing of the
NORMAS FEDNA: Avicultura 177

cereal on the development and pH of the gastrointestinal tract of broilers


fed diets based on corn or rice. Poult. Sci. 87: 1779-1795.
González-Alvarado, J.M., Jiménez-Moreno, E., González-Sánchez, D., Lázaro,
R. y Mateos, G.G. (2010) Effect of inclusion of oat hulls and sugar beet
pulp in the diet on productive performance and digestive traits of broilers
from 1 to 42 days of age. Anim. Feed. Sci. Technol. 162: 37-46.
Gottardo, E.T., Prokoski, K., Horn, D., Viott, A.D., Santos, T.C. y Fernandes,
J.I.M. (2016) Regeneration of the intestinal mucosa in Eimeria and E. coli
challenged broilers supplemented with amino acids. Poult. Sci. 95: 1056–
1065.
Grilo, E.C., Nunez, P., Santos, C., de Lima, A., de Souza, F. y Dimenstern, R.
(2014) Alpha tocopherol and gamma tocopherol concentration in vegetable
oils. Food Sci. Technol. 34: 379-385.
Grimbergen, A.H.M. (1970) The energy requirements for maintenance and
production of laying hens. Neth. J. Agric. Sci. 18: 195-206.
Grobas, S., Méndez, J. y Mateos, G.G. (1999a) Influence of dietary linoleic acid
on production and weight of eggs and egg components in young brown
hens. J. Appl. Poult. Res. 8: 177-184.
Grobas, S., Méndez, J., de Blas, C. y Mateos, G.G. (1999b) Laying hen
productivity as affected by energy, supplemental fat, and linoleic acid
concentration of the diet. Poult. Sci. 78: 1542-1551.
Grobas, S., de Blas, C. y Mateos G.G. (1999c) Influence of dietary energy,
supplemental fat and linoleic acid concentration on performance of laying
hens at two ages. Br. Poult. Sci. 40: 681-687.
Grobas, S., Méndez, J., Lázaro, R., de Blas, C. y Mateos, G.G. (2001) Influence
of source and percentage of fat added to diet on performance and fatty
acid composition of egg yolks of two strains of laying hens. Poult. Sci. 80:
1171-1179.
Guzmán, P., Saldaña, B., Kimiaeitalab, M.V., García, J. y Mateos, G.G. (2015a)
Inclusion of fiber in diets for brown-eggs laying pullets: effects on growth
performance and digestive traits from hatching to 17 weeks of age. Poult.
Sci. 94: 2722-2733.
Guzmán, P., Saldaña, B., Mandalawi, H.A., Perez Bonilla, P., Lázaro, R. y
Mateos, G.G. (2015b) Productive performance of brown-egg laying pullets
from hatching to 5 weeks of age as affected by fiber inclusion, feed form,
and energy concentration of the diet. Poult. Sci. 94: 249-261.
H&N International (2017a) Guía de Manejo. Brown Nick. Ponedoras de Huevos
Marrones. H&N International. Renton, USA.
H&N International (2017b) Nick Chick White Egg Layers. H&N International.
Renton, USA.
Hall, K.N. y Helbacka, N.V. (1959) Improving albumen quality. Poult. Sci. 38:
111-114.
Han, Y. y Baker, D.H. (1991) Lysine requirement of fast and slow growing
broiler chicks. Poult. Sci. 70: 2108-2114.
178 NORMAS FEDNA: Avicultura

Han, Y. y Baker, D.H. (1993) Effects of sex, heat stress, body weight and
genetic strain on the lysine requirement of broiler chicks. Poult. Sci. 72:
701-708.
Han, Y. y Baker, D.H. (1994) Lysine requirement of male and female broiler
chicks during the period three to six weeks posthaching. Poult. Sci. 73:
1739-1745.
Hartini, S., Choct, M., Hinch, G., Kocher, A. y Nolan, J.V. (2002) Effects of light
intensity during rearing and beak trimming and dietary fiber sources on
mortality, egg production, and performance of ISA Brown laying hens. J.
Appl. Poult. Res. 11: 104-110.
Hauschild, L., Sakomura, N. K., Silva, E. P. (2015) AvinespModel: predicting
poultry growth, energy and amino acid requirements. En: Nutritional
Modelling for Pigs and Poultry. Sakomura, N.K., Gous, R.M., Kyriazakis, I.
y Huschild, L. (eds). ISBN 9781780644110. CABI Publishing Reino Unido.
pp. 188-208.
Herrera, J. Saldaña, B., Guzmán, P., Cámara, L. y Mateos, G.G. (2017)
Influence of particle size of the main cereal of the diet on egg production,
gastrointestinal tract traits, and body measurements of brown laying hens.
Poult. Sci. 96: 440-448.
Herrera, J. Saldaña, B., Guzmán, P., Ibáñez, M.A., Mandalawi, H., Cámara, L.
y Mateos, G.G. (2018a) Particle size affects short term preference
behaviour of brown-egg laying hens fed diets based on corn or barley.
Poult. Sci. 97: 1324-1333.
Herrera, J. Saldaña, B., Cámara, L., Berrocoso, J.D. y Mateos, G.G. (2018b)
Influence of grinding size of the main cereal of the diet on egg production
and egg quality of brown egg laying hens from 33 to 65 weeks of age.
Poult. Sci. 97: 3506-2515.
Hetland, H. y Svihus, B. (2001) Effect of oat hulls on performance, gut
capacity and feed passage time in broiler chickens. Br. Poult. Sci. 42: 354-
361.
Hetland, H., Svihus, B. y Krogdahl, A. (2003) Effects of oat hulls and wood
shavings on digestion in broilers and layers fed diets based on whole or
ground wheat. Br. Poult. Sci. 44: 275-282.
Hetland, H. y Svihus, B. (2007) Inclusion of dust bathing materials affects
nutrient digestion and gut physiology of layers. J. Appl. Poult. Res. 16: 22-
26.
Hill, F.W. y Anderson, D.L. (1958) Comparison of metabolizable energy and
productive energy determinations with growing chicks. J. Nutr. 64: 587-
603.
Hisex (2014) Nutrition Management Guide. Hisex Brown Layers. Version
L7121-2. Hendrix Genelies B.V. Boxmeer. Países Bajos
Hocking, P.M. (2009) Controlled feeding of the breeding bird - a comparative
approach. 7th European Symposium on Poultry Nutrition: 99-103.
Hopkinson, W.I. (1991) Reproduction of the sudden death syndrome of broiler
breeders: A relative potassium imbalance. Avian Phathology 20: 403-408.
NORMAS FEDNA: Avicultura 179

Hossain, S.M., Barreto, S.L., Bertechini, A.G., Rios, A.M. y Silva, C.G. (1998)
Influence of dietary vitamin E level on egg production of broiler bereeders,
and on the growth and immune response of progeny in comparison with
the progeny from eggs injected with vitamin E. Anim. Feed Sci. Technol.
73: 307-317.
Hruby, M., Itamre, M.L. y Coon, C.N. (1995) Predicting amino acid
requirements of broilers at 21.1 ºC and 32.2 ºC. J. Appl. Poult. Res. 4:
395-401.
Hubbard (2011) Breeder Nutrition Guide. Americas Hubbard LLC. Walpole, New
Hampshire, USA.
Hubbard (2016) Broiler Management Manual. Fast Growth. Americas Hubbard
LLC. Pikeville, Tennessee, USA.
Hy-Line (2015) W-36 Commercial Layers. Management Guide. Hy-Line
International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hy-Line (2016a) Guía de Manejo: Ponedoras Comerciales Blancas W-80. Hy-
Line International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hy-Line (2016b) W-80 Aviary and Barn Systems – North America Edition.
Management Guide. Hy-Line International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hy-Line (2016c) W-80 Commercial Layers. Management Guide. Hy-Line
International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hy-Line (2016d) W-36 Aviary and Barn Systems – North America Edition.
Management Guide. Hy-Line International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hy-Line (2017) Commercial Management Guide Hy-Line of Brown Hens. Hy-
Line International. Des Moines, Iowa, EE.UU.
Hybrid (2014) Hybrid Turkeys Nutritional Guidelines. Hendrix ISA, Boxmeer.
Países Bajos.
Hybrid (2015) Commercial Nutrient Guidelines for Turkeys. Customization
Tool. Documento CNG-0715. Hendrix ISA. Boxmeer, Países Bajos.
Isabrown (2012) ISA Brown Commercial Management Guide. Institute de
Selection Animal. Ploufagran, Francia.
Isabrown (2015) Guida di Allevamente. A Hendrix Genetics Company,
Ploufagran, France.
Isabrown (2017) ISA Brown Commercial Management Guide (Edición
Canadiense). Institut de Selection Animal. Boxmeer. Países Bajos.
Jahanian, R. (2009) Immunological responses as affected by dietary protein
and arginine concentrations in starting broiler chicks. Poult. Sci. 88: 1818–
1824.
Jankowski, J., Zduńczyk, Z., Juskiewicz, J. y Kwiecinsky, P. (2011) The effect
of different dietary sodium levels on the growth performance of broiler
chickens, gastrointestinal tract function, excrea moisture and tibia
mineralization. J. Anim. Feed Sci. 20: 93-106.
Jankowski, J., Zduńczyk, Z., Lichtorowicz, K. y Juskiewicz, J. (2012) Effect of
different levels of dietary sodium from sodium chloride on gastrointestinal
tract response, tibia mineralization, and footpad dermatitis incidence in
young turkeys. J. Appl. Poult. Res. 21: 856-867.
180 NORMAS FEDNA: Avicultura

Jankowski, J., Zduńczyk, Z., Mijulski, D., Sosnowska, E. y Juskiewicz, J.


(2013) Effect of whole wheat feeding on gastrointestinal tract development
and performanc of growing turkeys. Anim. Feed Sci. Technol. 185: 150-
159.
Jankowski, J., Zduńczyk, Z. y Juskiewicz, J. (2016a) Whole grain in turkey
nutrition. Part 1: Gastrointestinal development and function. World’s Poult.
Sci. J. 72: 521-530.
Jankowski, J., Zduńczyk, Z. y Juskiewicz, J. (2016b) Whole grain in turkey
nutrition. Part 2: Production results in different feeding systems. World’s
Poult. Sci. J. 72: 563-572.
Janssen, W.M.M.A. y Carré, B. (1985) Influence of fibre on digestibility of
poultry feeds. En: Recent Adv. Anim. Nutr. Haresign, W. y Cole, D.J.A.
(eds). Butterworths, Londres, UK. pp. 71-86.
Jensen, L. y Shutze, J.V. (1963) Essential fatty acid deficiency in the laying
hen. Poult. Sci. 42: 1014-1019.
Jiménez-Moreno, E., González-Alvarado, J.M., de Coca-Sinova, A., Lázaro, R. y
Mateos, G.G. (2009a) Effects of source of fiber on the development and pH
of the gastrointestinal tract of broilers. Anim. Feed Sci. Technol. 154:93-
101.
Jiménez-Moreno, E., Gonzalez-Alvarado, J.M., Gonzalez-Serrano, A., Lázaro, R.
y Mateos, G.G. (2009b) Effects of dietary fiber and fat on performance and
digestive traits of broilers from one to twenty-one days of age. Poult. Sci.
88: 2562-2574.
Jiménez-Moreno, E., González-Alvarado, J.M., González-Sánchez, D., Lázaro,
R. y Mateos, G.G. (2010) Effects of type and particle size of dietary fiber
on growth performance and digestive traits of broilers from 1 to 21 days of
age. Poult. Sci., 89: 2197-2212.
Jiménez-Moreno, E., Chamorro, S., Frikha, M., Safaa, H.M., Lázaro, R. y
Mateos, G.G. (2011) Effects of increasing levels of pea hulls in the diet on
productive performance, development of the gastrointestinal tract, and
nutrient retention of broilers from one to eighteen days of age. Anim. Feed
Sci. Technol. 168: 100-112.
Jiménez-Moreno, E., Frikha, M., de Coca-Sinova, A., Garcia, J. y Mateos, G.G.
(2013a) Oat hulls and sugar beet pulp for broiler diets: 1. Effects on
growth performance and nutrient digestibility. Anim. Feed Sci. Technol.
182: 33-43.
Jiménez-Moreno, E., Frikha, M., de Coca-Sinova, A., Garcia, J. y Mateos, G.G.
(2013b) Oat hulls and sugar beet pulp for broiler diets: 2. Effects on the
development of the gastrointestinal tract and on the structure of the
jejunal mucosa. Anim. Feed Sci. Technol. 182: 44-52.
Jiménez-Moreno, E., de Coca-Sinova, A., González-Alvarado, J.M. y Mateos,
G.G. (2016) Inclusion of insoluble fiber sources in mash or pellet diets for
young broilers. 1. Effects on growth performance and water intake. Poult.
Sci. 95:41–52.
Jiménez-Moreno, E., Gonzalez-Alvarado, J.M., De Coca, A. y Mateos, G.G.
(2019) Inclusion of insoluble fiber sources in mash or pellet diets for young
NORMAS FEDNA: Avicultura 181

birds. 2. Effects on nutrient digestibility and gastrointestinal tract


development. Poult. Sci. 98 (en prensa).
Jing, M., Zhao, S., Rogiewicz, A., Slominski, B.A. y House, J.D. (2018)
Assesment of the minimal available phosphorus needs of pullets during the
pre-laying period. Poult. Sci. 97: 2400-2410.
Jong, I.C.D. y Guémené, D. (2011) Major welfare issues in broiler breeders.
World's Poult. Sci. J. 67: 73-82.
Kalmendal, R., Elwinger, K., Holm, L. y Tauson, R. (2011) High-fiber sunflower
cake affects small intestinal digestion and health in broiler chickens. Br.
Poult. Sci. 52: 86-96.
Keshavarz, K. (2000) Reevaluation of nonphytate phosphorus requirements of
growing pullets with and without phytase. Poult. Sci. 79: 1143-1153.
Kimiaeitalab, M.V., Cámara, L., Mirzaie Goudarzi, S., Jiménez-Moreno, E. y
Mateos, G.G. (2017) Effects of the inclusion of sunflower hulls in the diet
on growth performance and digestive tract traits of broilers and pullets fed
a broiler diet from zero to 21 d of age. A comparative study. Poult. Sci.
96:581–592.
Kimiaeitalab, M.V., Mirzaie Goudarzi, S., Jiménez-Moreno, E., Cámara, L. y
Mateos, G.G. (2018) A comparative study on the effects of dietary
sunflower hulls on growth performance and digestive tract traits of broilers
and pullets fed a pullet diet from 0 to 21 d of age. Anim. Feed Sci.
Technol. 236: 57-67.
Klasing, K.C. (1998) Comparative Avian Nutrition. CAB international. Londres,
Reino Unido.
Klein, R. (2013) Chicken Nutrition. A Guide for Nutritionists and Poultry
Professional. Editorial Context. Leicestershire, Reino Unido.
Koppenol, A., Delezie, E., Aerts, J., Willems, E., Wang, Y., Franssens, L.,
Everaert, N. y Buyse, J. (2014) Effect of the ratio of dietary n-3 fatty acids
eicosapentaenoic acid and docosahexaenoic acid on broiler breeder
performance, egg quality, and yolk fatty acid composition at different
breeder ages. Poult. Sci. 93: 564-573.
Koppenol, A., Buyse, J., Everaert, N., Willems, E., Wang, Y., Franssens, L. y
Delezie, E. (2015) Transition of maternal dietary n-3 fatty acids from the
yolk to the liver of broiler breeder progeny via the residual yolk sac. Poult.
Sci. 94: 43-52.
Kozłowski, K., Helmbrecht, A., Lemme, A., Jankowski, J. y Jeroch, H. (2011)
Standardized ileal digestibility of amino acids from high-protein feedstuffs
for growing turkeys – a preliminary study. Eur. Poult. Sci. J. 75: 185-190.
Kwakkel, R.P. (1993) Rearing the layer pullet. A multiphase approach. En:
Recent Adv. Anim. Nutr. P.C. Garnsworthy y Cole, D.J.A. (eds.).
Nottingham University Press, Nottingham, Reino Unido. pp. 109-129.
Lambert, W., de Lange, M., Van Krimpen, L., van der Klis, J. y Star, L. (2014)
P-Requirements in modern laying hens – a literatura review. Report nº
1326. Schothorst Feed Research B.V. Livestock Research Wageningen,
Países Bajos.
182 NORMAS FEDNA: Avicultura

Lamot, D. (2017) First week nutrition for broiler chickens. PhD Thesis.
Wageningen University. Wageningen. Países Bajos.
Larbier, M. y Leclercq, B. (1994) Nutrition and feeding of poultry. J. Wiseman
(ed.). Nottingham University Press, Loughborough, Reino Unido.
Lázaro, R., Mateos, G.G. y Latorre, M.A. (2002) Nutrición y alimentación de
pavos de engorde. Fedna 18: 187-204.
Lee, S.A., Nagalakshmi, D., Raju, M.V.L.N., Rama Rao, S.V. y Bedford, M.R.
(2017) Effect of phytase superdosing, myo-inositol and available
phosphorus concentrations on performance and bone mineralisation in
broilers. Anim. Nutr. 3: 247-251.
Leeson, S., Lewis, D. y Shrimpton, D.H. (1973) Multiple linear regression
equations for the prediction of food intake of laying fowl. Br. Poult. Sci.
14: 595-608.
Leeson, S. y Summers, J.D. (2001) Nutrition of the Chicken. 4ª ed. University
Books. Guelph, Ontario, Canadá.
Leeson, S. y Summers, J.D. (2012) Commercial Poultry Nutrition. 3ª ed.
University Books. Guelph, Ontario, Canadá.
Lemme, A. (2009) Amino acid recommendations for laying hens. Lohmann
Information 44 (2): 21-32.
Lemons, M.E. y Moritz, J.S. (2015) The effect of feeder space access and
crumble- or pellet-to-fine ratio on 38-day-old broiler performance. J. Appl.
Poult. Res. 25: 12–20.
Lessire, M., Gallo, V., Prato, M., Akide-Ndunge, O., Mandili, G., Marget, P.,
Arese, P. y Duc, G. (2017) Effects of faba beans with different
concentrations of vicine and convicine on egg production, egg quality and
red blood cells in laying hens. Animal 11: 1270-1278.
Lesuisse, J., Li, C., Sachallier, S., Leblois, J., Everaert, N. y Buyse, J. (2017)
Feeding broiler breeders a reduced balanced protein diet during the
rearing and laying period impairs reproductive performance but entrances
broiler offspring performance. Poult. Sci. 96: 3949-3959.
Li, W., Angel, R., Kim, S.W., Brady, K., Yu, S. y Plumstead, P.W. (2016)
Impacts of dietary calcium, phytate, and nonphytate phosphorus
concentrations in the presence or absence of phytase on inositol
hexakisphosphate (IPG) degradation in different segments of broilers
digestive tract. Poult. Sci. 95: 581-589.
Li, W., Angel, R., Kim, S.W., Brady, K., Yu, S. Y Plumstead, P.W. (2017)
Impacts of dietary calcium, phytate, and phytase on inositol
hexakisphosphate degradation and inositol phosphate release in different
segments of digestive tract of broilers. Poult. Sci. 96: 3626-3637.
Lichtorowicz, K., Jankowski, J., Zdunczyki, Z. y Juskiewicz, J. (2012) The effect
of different dietary sodium levels on blood electrolites, growth
performance and determatitis incidence in turkeys. J. Elementology 17:
279-287.
Lilly, K.G.S., Gehring, C.K., Beaman, K.R., Turk, P.J., Sperow, M. y Moritz, J.S.
(2011) Examining the relationships between pellet quality, broiler
performance, and bird sex. J. Appl. Poult. Res. 20: 231–239.
NORMAS FEDNA: Avicultura 183

Linares, L., Murarolli, R., Guaiume , E., Shirley ,R., Hoehler, D., Ledoux, D. y
Firman, J. (2012) Digestible lysine and threonine requirements of male
turkeys from days 8 to 21 and days 29 to 42. J. Appl. Poult. Res. 21: 384–
398.
Liu, W., Lin, C.H., Wu, Z.K., Liu, G.H., Yan, H.J., Yang, H.M. y Cai, H.Y. (2017)
Estimation of the net energy requirement for maintenance in broilers.
Asian-Australas. J. Anim. Sci. 30: 849-856.
Lohmann (2016) Lohmann LSL-Classic. Alternative systems. Lohmann
Tierzucht GMBH. Cuxhaven, Alemania.
Lohmann (2017a) Lohmann LSL-Classic. Ponedoras. Lohmann Tierzucht GMBH.
Cuxhaven, Alemania.
Lohmann (2017b) Lohmann LSL-Lite. Ponedoras. Lohmann Tierzucht GMBH.
Cuxhaven, Alemania.
Lohmann (2017c) Lohmann White. Lohmann Tierzuchf GMBH. Cuxhaven,
Alemania.
López, G. y Leeson, S. (1995) Response of broiler breeders to low protein
diets. I. Adult breeder performance. Poult. Sci. 74: 685-695.
López, G. y Leeson, S. (2008) Assessment of the nitrogen correction factor in
evaluating metabolizable energy of corn and soybean meal in diets for
broilers. Poult. Sci. 87: 298-306.
Mack, S., Bercovici, D., DeGroote, G., Leclercq, B., Lippens, M., Pack, M.,
Schutte, J.B. y Van Cauwenberghe, S. (1999) Ideal amino acid profile and
dietary lysine specification for broiler chickens of 20 to 40 days of age. Br.
Poult. Sci. 40: 257-265.
Mandalawi, H.A., Lázaro, R., Redon, M., Herrera, J., Menoyo, D. y Mateos,
G.G. (2015) Glycerin and lecithin inclusion in diets for brown egg-laying
hens: Effects on egg production and nutrient digestibility. Anim. Feed Sci.
Technol. 209: 145-156.
Marković, R., Ćirić, J., Drljačić, A., Šefer, D., Jovanović, I., Jovanović, D.,
Milanović, S., Trbović, D., Radulović, S., Baltić, M.Ž. y Starčević, M. (2018)
The effects of dietary selenium-yeast level on glutathione peroxidase
activity, tissue selenium content, growth performance, and carcass and
meat quality of broilers. Poult. Sci. 97: 2861-2870.
Massuquetto, A., Durau, J.F., Schramm, V.G., Netto, M.V.T., Krabbe, E.L. y
Maiorka, A. (2018) Influence of feed form and conditioning time on pellet
quality, performance and ileal nutrient digestibility in broilers. J. Appl.
Poult. Res. 27: 51-58.
Mateos, G.G. y Puchal, F. (1982) The nutritional value of broad beans for
laying hens. Br. Poult. Sci. 23: 1-6.
Mateos, G.G. y Piquer, J. (1994) Fundamentos nutricionales y diseño de
programas de alimentación para reproductoras pesadas. Fedna 10: 65-83.
Mateos, G.G., Lázaro, R. y Gracia, M. (2002) The feasibility of using nutritional
modifications to replace drugs in poultry feeds. J. Appl. Poult. Res. 11:
437-452.
184 NORMAS FEDNA: Avicultura

Mateos, G.G., Valencia, D.G. y Jiménez-Moreno, E. (2004) Microminerales en


alimentación de monogástricos: aspectos técnicos y consideraciones
legales. Fedna 20: 275-323.
Mateos, G.G., Lázaro, R., González-Alvarado, J.M., Jimenez, E. y Vicente, B.
(2006a) Efectos de la fibra dietética en pienso de iniciación para pollitos y
lechones. Fedna 22: 39-66.
Mateos, G.G., Pérez Serrano, M., Hermida, M., Romero, C. y Patón, F. (2006b)
Reevaluación del contenido en minerales de las materias primas. Fedna
22: 217-241.
Mateos, G.G., Jiménez-Moreno, E., González-Alvarado, J.M. y Valencia, D.G.
(2007) Alimentación del pollito de carne durante la primera semana de
vida. Fedna 23: 65-92.
Mateos, G.G., Jiménez-Moreno, E., Serrano, M.P. y Lázaro, R.P. (2012) Poultry
response to high levels of dietary fiber sources varying in physical and
chemical characteristics. J. Appl. Poult. Res. 21: 156-174.
Mateos, G.G., Cámara, L., Saldaña, B., Guzmán, P. y Lázaro, R. (2015)
Evaluating the energy content of ingredients in poultry diets: an update.
Proc. 20th Eur. Symp. Poult. Nutr. (ESPN). Praga, República Checa. pp.
55-62.
Mateos, G.G., Fondevila, G., Archs, J.L. y Cámara, L. (2017a) Valoración de
fuentes lipídicas en aves y porcino. Fedna 33: 196-203.
Mateos, G.G., Cámara, L., Fondevila, G., Mandalawi, H., Archs, J. y Lázaro, R.
(2017b) Insoluble fiber for gut development, microbial management and
performance. 6th Int. Broiler Nutr. Conference. Poultry Beyond 2023.
Abdollahi, R. y Ravindran, V. (eds). Queenstown, New Zealand. pp. 189-
216.
Mateos, G.G., Cámara, L., Fondevila, G. y Lázaro, R. (2019) Critical review of
the procedures used for estimation of the energy content of diets and
ingredients in poultry. J. Appl. Poult. Res. DOI.org/10.3382/japr/pfly025.
McClary, C.F. (1955) The restriction of ooporphirin deposition of egg shells by
drug feeding. Poult. Sci. 34: 1164-1165.
McDonald, M.W. y Morris, T.R. (1985) Quantitative review of optimum amino
acid intakes for young laying pullets. Br. Poult. Sci. 26: 253-264.
McDowell, L.R. (2012) Vitamins in Animal and Human Nutrition. 2nd ed.
Acdemic Press Inc. San Diego, C.A. Estados Unidos.
McDowell, L.R. y Ward, N.E. (2014) Optimum vitamin nutrition for poultry. Int.
Poult. Prod. 16 (4): 27-34.
Méda, B., Quentin, M., Lescoat, P., Picard, M. y Bouvarel, I. (2015) INAVI: a
practical tool to study the influence of nutritional and environmental
factors on broiler performances. En: Sakomura, N.K., Gous, R.M.,
Kyriazakis, I., Hauschild, L. Nutritional Modelling for Pigs and Poultry (p.
106-124). CABI Publishing, GBR : CABI Publishing.
http://prodinra.inra.fr/record/308726.
Mejía, L., Zumwalt, C.D., Kim, E.J., Tillman, P.B. y Corzo, A. (2011) Digestible
isoleucine-to-lysine ratio effects in diets for broilers from 4 to 6 weeks
posthatch. J. Appl. Poult. Res. 20: 485–490.
NORMAS FEDNA: Avicultura 185

Mejia, L., McDaniel, C.D. y Corzo, A. (2012a) Dietary influence of digestible


lysine concentration on Cobb 500 hen broiler breeder reproductive
performance Poult. Sci. 91: 426-431.
Mejia, L., McDaniel, C.D., Lopez, K., Parker, H.M. y Corzo, A. (2012b) Effects
of digestible lysine intake level on Cobb 500 broiler breeder hen
reproductive performance. J. Appl. Poult. Res. 21: 868-873.
Mejía, L., Zumwalt, C.D., Tillman, P.B., Shirley, R.B. y Corzo, A. (2012c) Ratio
needs of arginine relative to lysine of male broilers from 28 to 42 days of
age during a constant, elevated environmental temperature regimen. J.
Appl. Poult. Res. 21: 305–310.
Mejia, L., McDaniel, C.D., Kidd, M.T., Lopez, K. y Corzo, A. (2013) Evaluation
of carryover effects of dietary lysine intake by Cobb 500 broiler breeder
hens. Poult. Sci. 92: 709-718.
Min, N., Liu, S.G., Qu, Z.X., Meng, G.H. y Gao, Y.P. (2017) Effects of dietary
threonine levels on growth performance, serum biochemical indexes,
antioxidant capacities, and gut morphology in broiler chickens. Poult. Sci.
96:1290–1297.
Molnar, A., Kempen, I., Sleeckx, N., Zoons, J., Maertens, L., Ampe, L., Buyse,
J., Delezie, E. (2018) Effects of Split feeding on performance, egg quality,
and bone strenght in Brown laying hens in aviary system. J. Appl. Poult.
Res. 27: 401-415.
Mongin, P. (1980) Role of sodium, potassium and chloride in eggshell quality.
Proc. Florida Nutr. Conf. University of Florida, Gainesville, FL. pp. 211-223.
Mongin, P. (1981) Recent advances in dietary cation-anion balance:
applications in poultry. Proc. Nutr. Sci. (Camb.) 40: 285-294.
Montagne, L., Pluske, J.R. y Hampson, D.J. (2003) A review of interactions
between dietary fibre and the intestinal mucosa, and their consequences
on digestive health in young non-ruminants animals. Anim. Feed Sci.
Technol. 108: 95-117.
Murakami, A.E., Sakamonto, M.I., Franco, J.R., Martins, E.N. y Oviedo, E.
(2003) Requirements of sodium and chloride by Leghorn laying hens. J.
Appl. Poult. Res. 12: 217-221.
Mushtaq, T., Sarwar, M., Nawaz, H., Aslam Mirza, M. y Ahmad, T. (2005)
Effect and interactions of dietary sodium and chloride on broiler starter
performance (hatching to twenty-eight days of age) under subtropical
summer conditions. Poult. Sci. 84: 1716-1722.
Mushtaq, M.M.H. y Pasha, T.N. (2013) Electrolytes, dietary electrolyte balance
and salts in broilers: an updated review on acid-base balance, blood and
carcass characteristics. World's Poult. Sci. J. 69: 833-851.
Noblet, J. (2015) Comparative interests and limits of metabolizable energy and
net energy for evaluating poultry and pig feeds. En: Proc. 20th Eur. Symp.
Poult. Nutr. (ESPN). Praga, República Checa. pp. 46-54.
Noblet, J., Van Milgen, J. y Dubois, S. (2010) Utilisation of metabolisable
energy of feeds in pigs and poultry: interest of net energy systems? Aust.
Poult. Sci. Symp. 21: 26-43.
186 NORMAS FEDNA: Avicultura

Noblet, J., Dubois, S., Lasnier, J., Warpechowski, M., Dimon, P., Carré, B., van
Milgen, J. y Labussière, E. (2015) Fasting heat production and metabolic
BW in group-housed broilers. Animal 9: 1138–1144.
Novogen (2017a) Guía de Manejo Ponedoras Comerciales. NovoGen White.
Novogen S.A.S., Quintin, France.
Novogen (2017b) Management Guide Commercial Layers. NovoGen Brown.
Novogen S.A.S., Quintin, France.
NRC (1984) Nutrient Requeriments of Poultry. 8ª ed. Natl. Acad. Sci.
Washington DC, EEUU.
NRC (1994) Nutrient Requeriments of Poultry. 9ª ed. Natl. Acad. Sci.
Washington DC, EEUU.
NRC (2012) Nutrient Requirements of Pigs. 11th ed. Natl. Acad. Sci.
Washington DC, EEUU.
Oviedo-Rondón, E.O. (2007) Factores predisponentes que afectan la capacidad
de caminar de pavos y pollos. XX Conferencia de Nutrición Avícola de
Carolina del Norte, ELWIFH,EEUU.
Oviedo-Rondón, E.O. (2009) Aspectos nutricionales que influyen sobre la
incidencia de problemas de patas en pollos de engorde. FEDNA 25: 79-
106.
Oviedo-Rondón, E.O. (2015) Model applications in poultry production and
nutrition. En: Nutritional Modelling for Pigs and Poultry. Sakomura, N.K.,
Gous, R.M., Kyriazakis, I. Y Hauschild, L. (eds) CABI Publishing GBR. ISBN
9781780644110. pp. 120-140.
Oviedo-Rondón, E.O., Murakami, A.E., Furlan, A.C., Moreira, I. y Macari, M.
(2001) Sodium and chloride requirements of young broiler chickens fed
corn-soybean diets from one to twenty-one days of age. Poult. Sci. 80:
592-600.
Pack, M. (1996) Ideal protein in broilers. Poult. Int. 35: 54-64.
Perason, R.A. y Herron, K.M. (1982) Effects of maternal energy and protein
intakes on the incidence of malformations and malpositions of the embryu
and time and death during incubation. Br. Poult. Sci. 23: 71-77.
Peguri, A. y Coon, L. (1991) Effect of temperature and dietary energy on layer
performance. Poult. Sci. 70: 126-138.
Penz, M.A. (1998) Avances en la alimentación de monogástricos: aves. Fedna
14: 243-259.
Pérez-Bonilla, A., Frikha, M., Mirzaie, S., García, J. y Mateos, G.G. (2011)
Effects of the main cereal and type of fat of the diet on productive
performance and egg quality of brown-egg laying hens from 22 to 54
weeks of age. Poult. Sci. 90: 2801-2810.
Pérez-Bonilla, A., Jabbour, C., Frikha, M., Mirzaie, S., García, J. y Mateos, G.G.
(2012a) Effect of crude protein and fat content of the diet on productive
performance and egg quality traits of brown egg-laying hens with different
initial body weight. Poult. Sci. 91: 1400-1405.
Pérez-Bonilla, A., Novoa, S., García, J., Mohiti-Asli, M., Frikha, M. y Mateos,
G.G. (2012b) Effects of energy concentration of the diet on productive
NORMAS FEDNA: Avicultura 187

performance and egg quality of brown egg-laying hens differing in initial


body weight. Poult. Sci. 91: 3156-3166.
Pérez-Bonilla, A., Frikha, M., Lázaro, R.P. y Mateos, G.G. (2014) Type of
grinding of the main cereal of the diet affects production of brown egg-
laying hens. Anim. Feed Sci. Technol. 194: 121-130.
Pishnamazi A., Renema R. A., Paul D. C., Wenger I. I. y Zuidhof M. J.. 2015.
Effects of environmental temperature and dietary energy on energy
partitioning coefficients of female broiler breeders1. J. Anim. Sci. 93:
4734–4741.
Pesti, G.M. (2009) Impact of dietary amino acid and crude protein levels in
broiler feeds on biological performance. J. Appl. Poult. Res. 18: 477-486.
Pilbrow, P.J. y Morris, T.R. (1974) Comparison of lysine requirements amongst
eight stocks of laying fowl. Br. Poult. Sci. 15: 51-73.
Polycarpo, G.V., Andietta, I., Kipper, M., Cruz Polycarpo, V.C., Dadult, J.C.,
Rodrigues, P.H.M. y Alburquerque, R. (2017) Metanalaytical study of
organic acids as an alternative performance enhancers feed additive to
antibiotics for broiler chickens. Poult. Sci. 96: 3645-3653.
Portela, F.J., Caston, L.J. y Leeson, S. (1988) Apparent feed particle size
preference by laying hens. Can. J. Anim. Sci. 68: 915-922.
Proudfoot, F.G. y Hulan, H.W. (1982) Feed texture effects on the performance
of turkey broilers. Poult. Sci. 61: 327-330.
Rabello, C.B.V., Sakomura, N.K., Longo, F.A., Couto, H.P., Pacheco, C.R. y
Fernandes, J.B.K. (2006) Modelling energy utilization in broiler breeder
hens. Br. Poult. Sci. 47: 622-631.
Ravindran, V., Cowieson, A.J. y Selle, P.H. (2008) Influence of dietary
electrolyte balance and microbial phytase on growth performance, nutrient
utilization, and excreta quality of broiler chickens. Poult. Sci. 87: 677-688.
Rebel, J.M.J., Van Dam, J.T.P., Zekarias, B., Balk, F.R.M., Post, J., Flores, A. y
Ter Huurne, A.A.H.M. (2004) Vitamin and trace mineral content in feed of
breeders and their progeny: Effects of growth, feed conversion and
severity of malabsorption syndrome of broilers. Br. Poult. Sci. 45: 201-
209.
Reyes, M.E., Salas, C. y Coon, C.N. (2012) Metabolizable Energy Requirements
for Broiler Breeder in Different Environmental Temperatures. Int. J. Poult.
Sci. 11: 453-461.
Rivera, A. (2015) Normas FEDNA para la formulación de piensos de pavos de
engorde. Fedna 31: 139-156
Rodehutscord, M. (2015) Differences in amino acid and phosphorus
digestibility between broiler chickens, turkeys and ducks. Proc. 20th Eur.
Symp. Poult. Nutr. (ESPN). Praga, República Checa. 6 páginas.
Rodehutscord, M., Adeola, O., Angel, R., Bikker, P., Delezie, E., Dozier, W.A.,
Umar Faruk, M., Francesch, M., Kwakernaak, C., Narcy, A., Nyachoti, C.M.
y Olukosi, O.A. (2017) Results of an international phosphorus digestibility
ring test with broiler chickens. Poult. Sci. 96: 1679-1687.
Romanoff, A.L. y Romanoff, A.J. (1949) The avian egg. Wiley, Nueva York,
USA.
188 NORMAS FEDNA: Avicultura

Romero, L.F., Zuidhof, M.J., Renema, R.A., Naeima, A. y Robinson, F.E. (2009)
Characterization of energetic efficiency in adult broiler breeder hens. Poult.
Sci. 88: 227–235.
Romero-Sanchez, H., Plumstead, P. W. and Brake, J. (2007a) Feeding broiler
breeder males. 1. Effect of feeding program and dietary crude protein
during rearing on body weight and fertility of broiler breeder males. Poult.
Sci. 86: 168-174.
Romero-Sanchez, H., Plumstead, P.W., Leksrisompong, N. y Brake, J. (2007b)
Feeding broiler breeder males. 2. Effect of cumulative rearing nutrition on
body weight, shank length, comb height, and fertility. Poult. Sci. 86: 175-
181.
Romero-Sanchez, H., Plumstead, P.W., Leksrisompong, N., Brannan, K.E. y
Brake, J. (2008) Feeding broiler breeder males. 4. Deficient feed allocation
reduces fertility and broiler progeny body weight. Poult. Sci. 87: 805-811.
Rosa, A.P., Scher, A., Sorbara, J.O.B., Boemo, L.S., Forgiarini, J. y Londero, A.
(2012) Effects of canthaxanthin on the productive and reproductive
performance of broiler breeders. Poult. Sci. 91: 660-666.
Ross (2014) Ross 308 Broiler Nutrition Specifications. Aviagen, Newbridge,
Midlotian, Escocia, Reino Unido.
Ross (2016) Ross 308 Parent Stock: Nutrition Specifications. 0316-AVNR-051.
Aviagen, Newbridge, Midlotian, Escocia, Reino Unido.
Ross (2017a) Broiler Performance Objectives. Ross-Aviagen. Alabama, USA.
Ross (2017b) Ross Broiler Breeder Management Guide. Aviagen. Newbridge,
Midlothian, Escocia, Reino Unido.
Ross (2017c) Ross 408. Especificaciones de Nutrición. América Latina Pollo de
Engorde. 0617-AVNR-083. Aviagen. Alabama, USA.
Ross (2017d) Ross 308 AP. Especificaciones de Nutrición. América Latina Pollo
de Engorde. 0417-AVNR-078. Aviagen. Alabama, USA.
Rostagno, H.S., Teixeira, L.F., Donzele, J.L., Gomes, P.C., de Oliveira, R.F.,
Lopes, D.C., Soares, A. y de Toledo, S.L. (2005) Requerimientos
nutricionales de las aves. En: Tablas brasileñas para aves y cerdos.
Composición de alimentos y requerimientos nutricionales. 2ª ed. H.S.
Rostagno (ed). Universidad Federal de Viçosa. Brasil.
Rostagno, H.S., Albino, J.L. L.F.T., Hannas, M.I., Donzele, J.L., Sakomura,
N.K., Perazzo, F.G., Saraiva, A., Teixeira, M.L., Rodrigues, P.B., Oliveira,
R.F., Barreto, S.L. y de Oliveira Brito, C. (2017) Tabelas Brasileiras para
Aves e Suínos. Composiçao de Alimentos e Exigencias Nutricionais, 4th ed.
Universidade Federal de Viçosa. Viçosa, Brazil.
Ruhnke, I. (2015) Free range egg production in Australian industry trends and
challenges. Lohmann Information 49 (2): 24-31.
Sacranie, A., Svihus, B., Denstadli, V., Moen, B., Iji, P.A. y Choct, M. (2012)
The effect of insoluble fiber and intermittent feeding on gizzard
development, gut motility, and performance of broiler chickens. Poult. Sci.
91: 693-700.
Saarinen, M. T., Kettunen, H., Pulliainen, K., Peuranen, S., Tiihonen, K.Y. y
Remus, J. (2001) A novel method to analyze betaine in chicken liver:
NORMAS FEDNA: Avicultura 189

effect of dietary betaine and choline supplementation on the hepatic


betaine concentration in broiler chicks. J. Agric. Food Chem. 49: 559 –563
Safaa, H.M., Serrano, M.P., Valencia, D.G., Arbe, X., Jiménez-Moreno, E.,
Lázaro, R. y Mateos, G.G. (2008a) Effects of the level of methionine,
linoleic acid, and added fat in the diet on productive performance and egg
quality of brown laying hens in the late phase of production. Poult. Sci. 87:
1595-1602.
Safaa, H.M., Serrano, M.P., Valencia, D.G., Frikha, M., Jiménez-Moreno y
Mateos, G.G. (2008b) Productive performance and egg quality of brown
egg-laying hens in the late phase of production as influenced by level and
source of calcium in the diet. Poult. Sci. 87: 2043-2051.
Safaa, H.M., Jiménez-Moreno, E., Valencia, D.G., Frikha, M., Serrano, M.P. y
Mateos, G.G. (2009) Effect of main cereal of the diet and particle size of
the cereal on productive performance and egg quality of brown egg-laying
hens in early phase of production. Poult. Sci. 88: 608-614.
Sahin, K., Onderci, M., Sahin, N., Gursu, M.F. y Kucuk, O. (2003) Dietary
vitamin C and folic acid supplementation ameliorates the detriment effects
of heat stress in Japanese quail. J. Nutr. 133: 1882-1886.
Sakomura, N.K., Silva, R., Couto, H.P., Coon, C. y Pacheco, C.R. (2003)
Modeling energy utilization in broiler breeder pullets. Poult. Sci. 82: 419-
427.
Sakomura, N.K., Longo, F.A., Oviedo-Rondon, E.O., Boa-Viagem, C. y
Ferraudo, A. (2005a) Modeling energy utilization and growth parameter
description for broiler chickens. Poult. Sci. 84: 1363-1369.
Sakomura, N.K., Basaglia, R., Sá-Fortes, C.M.L. y Fernandes, J.B.K. (2005b)
Modelos para estimar as exigências de energia metabolizábel para
poedeiras. R. Bras. Zootec. 34: 575-583.
Sakomura, N.K., Silva, E.P., Dorigam, J.C.P., Gous, R.M. y St-Pierre, N. (2015)
Modeling amino acid requirements of Poultry. J. Appl. Poult. Res. 24:267–
282.
Sakomura, N.K., Silva, E.P., Dorigam, J.C.P., Gous, R.M. y St-Pierre, N. (2015)
Modeling amino acid requirements of Poultry. J. Appl. Poult. Res. 24:267–
282.
Saldaña, B., Guzman, P., Camara, L., Garcia, J. y Mateos, G.G. (2015a) Feed
form and energy concentration of the diet affect growth performance and
digestive tract traits of brown-egg laying pullets from hatching to 17
weeks of age. Poult. Sci. 94: 1879-1893.
Saldaña, B., Guzman, P., Safaa, H.M., Harzalli, R. y Mateos, G.G. (2015b)
Influence of the main cereal and feed form of the diets on performance,
digestive tract and body traits of brown-egg laying pullets from hatch to 7
weeks of age. Poult. Sci. 94: 2650-2661.
Samadi, y Liebert, F. (2008) Modelling the optimal lysine to threonine ratio in
growing chickens depending on age and efficiency of dietary amino acid
utilisation. Br. Poult. Sci. 49: 45-54.
Samiullah, S., Roberts, J.R. y Chousalkar, K. (2015) Eggshell color in brown-
egg laying hens. A review. Poult. Sci. 94: 2566-2575.
190 NORMAS FEDNA: Avicultura

Santomá, G. y Pontes, M. (2004) Interacción nutrición-manejo en


explotaciones para aves y porcino. 1. Introducción y factores ambientales.
Fedna 20: 149-210.
Santomá, G. (2014) Revisión Normas FEDNA de Avicultura: Pollos. FEDNA 30:
http://fundacionfedna.org/sites/default/files/FEDNA%202014-
G%20Santom%C3%A1-Revisi%C3%B3n%20Pollos.pdf
Santomá, G. (2015) Revisión Normas FEDNA de Avicultura: Broilers. FEDNA
31: http://fundacionfedna.org/sites/default/files/2015-MesaRedonda-
BROILERS.pdf
Saunders-Blades, J.L., MacIsaac, J.L., Korver, D.R. y Anderson, D.M. (2009)
The effect of calcium source and particle size on the production
performance and bone quality of laying hens. Poult. Sci. 88: 338-353.
Scheideler, S.E., Jaroni, D. y Puthpongsiripron, V. (1998) Strain, fiber source,
and enzyme supplementation effects on pullet growth, nutrient utilization,
gut morphology, and subsequent layer performance. J. Appl. Poult. Res. 7:
359-371.
Schutte, J.B. y de Jong, J. (2000) Ideal amino acid profile for poultry. Options
Mediterraneennes. CIHEAM. Reus, Tarragona. pp. 259-263.
Scott, M.L., Nesheim, M.C. y Young, R.J. (1982) Energy. Capítulo II. En:
Nutrition of the Chicken. 3ª ed. M.L. Scott (ed). Ithaca, Nueva York. pp. 7-
57.
Sekeroglu, A., Savica, M. Demir, E., Ulutag, Z., Saatci, M. y Omed, H. (2010)
Effects of different housing systems on some performance traits and egg
quality of laying hens. J. Anim. Vet. Adv. 9: 1739-1744.
Serrano, M.P., Valencia, D.G., Mendez, J. y Mateos, G.G. (2012) Influence of
feed form and source of soybean meal of the diet on growth performance
of broilers from 1 to 42 days of age. 1. Floor pen study. Poult. Sci. 91:
2838-2844.
Serrano, M.P., Frikha, M., Corchero, J. y Mateos, G.G. (2013) Influence of feed
form and source of soybean meal on growth performance, nutrient
retention, and digestive organ size of broilers. 2. Battery study. Poult. Sci.
92: 693-708.
Shariatmandari, F. (2012) Plans of feeding broiler chickens. World's Poult. Sci.
J. 68: 21-30.
Shastak, Y. y Rodehutscord, M. (2013) Determination and estimation of
phosphorus availability in growing poultry and their historical
development. Worlds’ Poult. Sci. J. 69: 569-586.
Sibbald, I.R. (1976) A bioassay for true metabolizable energy in feedstuffs.
Poult. Sci. 55: 303-307.
Siegert, W. y Rodehutscord, M. (2015) Relevance of glycine in low protein
broiler feeds. En: Proc. XX Europ. Symp. Poul. Nutr. (ESPN), Prague,
República Checa. pp. 18-26.
Siegert, W. y Rodehutscord, M. (2017) Relevance of glycine in crude protein-
reduced broiler nutrition. Lohmann Information 51: 10-16.
Siegert, W. y Rodehutscord, M. (2018) Relevance of glycine in low crude
protein diets for broilers. Amino News, Evonik 22 (1): 1-10.
NORMAS FEDNA: Avicultura 191

Silva, E.P., Sakomura, N.K., Hauschild, L., Gous, R.M. (2013) A model to
estimate the amino acid requirements for growth and sexual development
in laying pullets. In: Proceedings of the International Symposium:
Modelling in Pig and Poultry Production. Funep, Jaboticabal, Brazil
Singh, Y., Ravindran, V., Wester, T.J., Molan, A.L. y Ravindran, G. (2014)
Influence of feeding coarse corn on performance, nutrient utilization,
digestive tract measurements, carcass characteristics, and cecal microflora
counts of broilers. Poult. Sci. 93: 607–616.
Sklan, D. y Noy, Y. (2005) Direct determination of optimal amino acid intake
for maintenance and growth in broilers. Poult. Sci. 84: 412-418.
Smith, A.J. (1972) Some nutritional problems associated with egg production
at high environmental temperatures. 3. The effect of environmental
temperature on water intake and calcium utilization by pullets and on
certain aspects of carcase composition. Rhod. J. Agric. Res. 10: 31-40.
Soutyrine, A.G., Smith, F.O. y Sivanadian, B. (1998) Feed withdrawal,
potassium chloride, and carbonated water effects on broilers
thermotolerance. J. Appl. Poult. Res. 7: 138-143.
Star, L., Rovers, M., Corrent, E. y van der Klis, J.D. (2012) Threonine
requirement of broiler chickens during subclinical intestinal Clostridium
infection. Poult. Sci. 91: 643–652.
Summers, J. (1995) Reduced dietary phosphorus levels for layers. Poult. Sci.
74: 1977-1983.
Surai, A.P., Surai, P.F., Steinberg, W., Wakeman, W.G., Speake, B.K. y
Sparks, N.H.C. (2003) Effect of canthaxanthin content of the maternal diet
on the antioxidant system of the developing chick. Br. Poult. Sci. 44: 612-
619.
Surai, P.F. y Fisinin, V.I. (2014) Selenium in poultry breeder nutrition: An
update. Anim. Feed Sci. Technol. 191: 1-15.
Svihus, B. (2011) The gizzard: function, influence of diet structure and effects
on nutrient availability. World’s Poult. Sci. J. 67: 207-224.
Svihus, B., Juvik, H., Hetland, H. y Krogdahl, A. (2004a) Causes for
improvement in nutritive value of broiler chicken diets with whole wheat
instead of ground wheat. Br. Poult. Sci. 45: 55-60.
Svihus, B., Kløvstad, K.H., Pérez, V., Zimonja, O., Sahlström, S., Schüller,
R.B., Jeksrud, W.K. y Prestløkken, E. (2004b) Physical and nutritional
effects of pelleting of broiler chicken diets made from wheat ground to
different coarsenesses by the use of roller mill and hammer mill. Anim.
Feed Sci. Technol. 117: 281–293.
Svihus, B. (2014a) Function of the digestive system. J. Appl. Poult. Res. 23:
306–314.
Svihus, B. (2014b) Starch digestion capacity of poultry. Poult. Sci. 93: 2394-
2399.
Swick, R., Wu, S.B., Zuo, J., Rodgers, N., Barekatain, M.A y Choct, M. (2013)
Implications and development of a net energy for broilers. Anim. Prod. Sci.
53: 1231-1237.
192 NORMAS FEDNA: Avicultura

Talpaz, H., Cohen, M., Fancher, B. y J. Halley, J. (2013) Applying complex


models to poultry production in the future- Economics and biology. Poult.
Sci. 92: 2541–2549.
Tamin, N.M. y Angel, R. (2003) Phytate phosphorus hydrolisis as influenced by
dietary calcium and micromineral source in broiler diets. J. Agric. Food
Chem. 51: 4687-4693.
Tasaki, I. y Sasa, Y. (1970) Energy metabolism in laying hens. En: Energy
Metabolism of Farm Animals. A. Schürch y C. Wënk (Eds). Juris Druck
Verlag, Zürich. pp. 197-200.
Teeter, R. (1997) Balancing the electrolyte equation. Feed Mix 5 (3): 22-26.
Tetra (2017a) Tetra L Superb Commerial Hybrid Management Guide. Hungary.
Tetra (2017b) Tetra-LL Commerial Hybrid Management Guide. Hungary.
Tillman, P. y Dozier,W.A. (2014) Amino acid considerations for modern
broilers. Poultry Federation Meeting, Arkansas, USA.
Truong, H.H., Bold, R.M., Liu, S.Y. y Selle, P.H. (2015) Standard phytase
inclusion in maize-based broiler diets enhances digestibility coefficients of
starch, amino acids and sodium in four small intestinal segments and
digestive dynamics of starch and protein. Anim. Feed Sci. Technol. 209:
240-248.
Umar Faruk, M., Ross, F.F. y Cisneros-Gonzalez, F. (2018) A meta-analysis on
the effect of canthaxanthin on egg production in Brown egg layers. Poult.
Sci. 97: 84-87.
Van der Klis, J.D. y Versteegh, H.A.J. (1996) Phosphorus nutrition of poultry.
Recent Adv. Anim. Nutr. Garnsworthy, P.C. Wiseman, J. y Haresign, W.
(Eds). Nottingham University Press. Reino Unido. pp. 71-83.
Van Emous, R.A., Kwakkel, R.P., Van Krimpen, M.M. y Hendriks, W.H. (2013)
Effects of growth patterns and dietary crude protein levels during rearing
on body composition and performance in broiler breeder females during
the rearing and laying period. Poult. Sci. 92: 2091-2100.
Van Emous, R.A., Kwakkel, R.P., Van Krimpen, M.M., Van Den Brand, H. y
Hendriks, W.H. (2015a) Effects of growth patterns and dietary protein
levels during rearing of broiler breeders on fertility, hatchability,
embryonic mortality, and offspring performance. Poult. Sci. 94: 681-691.
Van Emous, R.A., Kwakkel, R.P., Van Krimpen, M.M. y Hendriks, W.H. (2015b)
Effects of dietary protein levels during rearing and dietary energy levels
during lay on body composition and reproduction in broiler breeder
females. Poult. Sci. 94: 1030-1042.
Van Krimpen, M.M., Kwakkel, R.P., Reuvelkamp, B.E.J., Van der Peel
Schweing, C.M.C., Den Hartog, L. y Verstegen, M.W.A. (2005) Impact of
feeding management on feather pecking in laying hens. World’s Poult. Sci.
J. 61: 663-686.
Van Krimpen, M.M., Kwakkel, R.P., Van der Peel Schweing, C.M.C., den
Hartog, L.A. y Verstegen, M.W.A. (2009) Effects of nutrient dilution and
nonstarch polysaccharide concentration in rearing and laying hen diets on
eating behaviour and feather damage of rearing and laying hens. Poult.
Sci. 88: 759-773.
NORMAS FEDNA: Avicultura 193

Van Krimpen, M.M., van Diepen, J.Th.M., van Wikselaar, P.G., Bikker, P.
Jongbloed, A.W. (2013) Effects of available phosphorus (aP), calcium/aP
ratio, and growth rate on P deposition, P digestibility, performance and leg
quality in broilers. UR Livestock Research Reprot 670. Wageningen, Países
Bajos.
Van Krimpen, M.M., Veldkamp, T., van Riel, J.W., Khaksar, V., Hashemipour,
H., Bock, M.C. y Speck, W. (2015) Estimating requirements for apparent
faecal and standardized ileal digestible amino acid in laying hens by a
meta-analysis approach. UR Livestock Research Reprot 848. Wageningen,
Países Bajos.
Van Krimpen, M.M., Dekker, R.A., van Emous, R.A., Bikker, P., Bruininx,
E.M.A.M, van der Leee, A.G. (2016a) Response of broilers on incremental
dietary P content and consequences for P-requirements. UR Livestock
Research Reprot 931. Wageningen, Países Bajos.
Van Krimpen, M.M., Leedtra, F., Maurer, V. y Betman, M. (2016b) How to fulfill
EU requirements to feed organic laying hens 10% organic ingredients. J.
Appl. Poult. Res. 25: 129-138.
Van Milgen, J., Labussiere, E., Noblet, J. y de Lange, C.M.E. (2018)
Bioavailability of dietary energy components. En: Feed Evaluation Science.
P.J. Moughan y W.H. Hendrikds (eds). Wageningen Academic Publishers.
Países Bajos. pp: 249-274.
Veldkamp, T. (2002) Heat stress and diet utilization in male turkeys. The role
of dietary energy and amino acids. PhD Thesis. Wageningen University,
Países Bajos.
Veldkamp, T., Hocking, P.M. y Vinco, L.J. (2017) Effect of crude protein
concentration and dietary electrolyte balance on litter quality, footpad
dermatitis, growth performance and processing yields in two medium
heavy turkey hybrids. Br. Poult. Sci. 58: 557-568.
Vieira, S., Penz, A.M., Pophal, S. y Godoy, J. (2003) Sodium requirements for
the first seven days in broiler chicks. J. Appl. Poult. Res. 12: 362-370.
Villamide, M.J. y Fraga, M.J. (1999) Composition of vitamin supplements in
Spanish poultry diets. Br. Poult. Sci. 40: 644-652.
Walk, C.L., Bedford, M.R., Santos, T.S., Paiva, D., Bradley, J.R., Wladecki, H.,
Honaker, C. y McElroy, A.P. (2013) Extra-phosphoric effects of superdoses
of a novel microbial phytase. Poult. Sci. 92: 719-725.
Ward, N.E. (1993) Vitamin supplementation rates for US commercial broilers,
turkeys and layers. J. Appl. Poult. Res. 2: 286-296.
Ward, N.E. (1996) Vitamin and trace mineral supplementation for poultry.
International Symposium on Nutrition Requirements of Poultry and Swine.
H. Rostagno (ed). Viçosa, Minas Gerais, Brazil. pp. 188-203.
Waring, J.J. y Brown, W.O. (1965) A respiration chamber for the study of
energy utilisation for maintenance and production in the laying hen. J.
Agric. Sci. Camb. 65: 139-146.
Waring, J.J. y Brown, W.O. (1967) Calorimetric studies on the utilisation of the
dietary energy by the laying White Leghorn hen in relation to plane of
194 NORMAS FEDNA: Avicultura

nutrition and environmental temperature. J. Agric. Sci. Camb. 68: 149-


155.
Wecke. C. y Liebert, F. (2013) Improving the reliability of optimal in feed
amino acid ratios based on individual amino acid efficiency data from N
balance studies in growing chickens. Animals 3: 558-573.
Whitehead, C.C. (1993) Vitamin supplementation of cereal diets for poultry.
Anim. Feed Sci. Technol. 45: 81-95.
Whitehead, C.C. y Portsmouth, J.I. (1989) Vitamin requirements and
allowances for poultry. Recent Adv. Anim. Nutr. W. Haresign y Cole, D.J.A.
(eds). Butterworths, Reino Unido. pp. 35-86.
Williams, K.C. (1992) Some factors affecting albumen quality with particular
reference to Haugh unit score. World’s Poult. Sci. J. 48: 5-17.
Wilson, H.R. (1997) Effects of maternal nutrition on hatchability. Poultr. Sci.
76: 134-143.
WPSA (World Poultry Science Association) (2013) Determination of phosphorus
availability in poultry. Working Group N. 2 (Nutrition). World’s Poult. Sci. J.
69: 687-698.
Wu, G. (2014) Dietary requirements of synthesizable amino acids by animals.
A paradigm shift in poultry nutrition. J. Anim. Sci. Biotech. 5: 1-12.
Wu, S.B., Swick, R.A., Noblet, J., Rodges, N., Cadogan, D. y Choct, M. (2019)
Net energy prediction and energy efficiency of feed for broiler chickens.
Poult. Sci. 98 (doi.org/10.3382/ps/pex 442).
Yuan, J., Karimi, A., Zornes, S., Goodgame, S., Mussini, F., Lu, C. y Waldroup,
P.W. (2012) Evaluation of the role of glycine in low-protein amino acid
supplemented diets. J. Appl. Poult. Res. 21: 726-737.
Zdunczyk, Z., Jankowski, J., Mikulskit, D., Przybylska-Gornowicz, B.,
Sosnowska, E. y Juskiewicz, J. (2013) Gastrointestinal morphology and
function in turkeys fed diets diluted with whole grain wheat. Poult. Sci. 92:
1799-1811.
Zhai, W., Peebles, E.D., Mejia, L., Zumwalt, C.D. y Corzo, A. (2014) Effects of
dietary amino acid density and metabolizable energy level on the growth
and meat yield of summer-reared broilers. J. Appl. Poult. Res. 23: 501–
515.
Zhang, X., Berry, W., McDaniel, G., Roland, D., Liu, P., Calvert, C. y Wilhite, R.
(1999) Body weight and semen production of broiler breeder males as
influenced by crude protein levels and feeding regimens during rearing.
Poult. Sci. 78: 190-196.
Zhang, W., Zhang, K.Y., Ding, X.M., Bai, S.P., Hernandez, J.M., Yao, B. y Zhu,
Q. (2011) Influence of canthaxanthin on broiler breeder reproduction,
chick quality, and performance. Poult. Sci. 90: 1516-1522.
Zornig, W.O., Pesti, G.M. y Bakalli, R.I. (2001) The essential fatty acid
requirements of broilers. J. Appl. Poult. Res. 10: 41-45.
Zuidhof, M.J., Holm, D.E., Renema, R.A., Jalal, M.A. y Robinson, F.E. (2015)
Effects of broiler breeder management on pullet body weight and carcass
uniformity. Poult. Sci. 94: 1389-1397.

Potrebbero piacerti anche