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TEMA 3

El desarrollo de la personalidad. El desarrollo afectivo en los niños y niñas de cero a seis años.
Aportaciones de distintos autores. La conquista de la autonomía. Directrices para una correcta
intervención educativa.

INDICE

BIBLIOGRAFÍA.

0. INTRODUCCIÓN.

1. EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD.
1.1. Concepto de personalidad.
1.2. Factores condicionantes del desarrollo.
a) Biológicos.
b) Ambientales.
1.3. Proceso de desarrollo de la personalidad.

2. EL DESARROLLO AFECTIVO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A SEIS AÑOS.


2.1. Consciencia de sí mismo. Autoconcepto.
2.2. Procesos afectivos de socialización.

3. APORTACIONES DE DISTINTOS AUTORES.


3.1. Perspectiva psicoanalista. Freud.
3.2. Dimensión afectiva en la Psicología genética de H. Wallon.
3.3. Perspectiva cognitiva. Piaget.

4. LA CONQUISTA DE LA AUTONOMÍA.

5. DIRECTRICES PARA UNA CORRECTA INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

6. RELACIÓN CON EL CURRÍCULO.

7. CONLUSIÓN.

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BIBLIOGRAFIA

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 MAYOR, J. (1987). La psicología en la escuela infantil. Ed. Anaya. Madrid.
 AA.VV. (2000): Pedagogía de la Escuela Infantil. Ed. Santillana. Madrid
 MOLL, Blanca y otros (1991): La Escuela Infantil de 0 a 6 años. Ed. Anaya. Madrid.
 SILVESTRE, N. y Mª R. SOLE (1991): Psicología evolutiva. Ed. CEAC.
 LLEIXA ARRIBAS, T. (1992): La Educación Infantil (0-6 años).Ed. Paidotribo. Barcelona.
 BARTOLOMÉ, Mª R. (1993): Educador Infantil. Ed. Interamericana. Madrid.
 IBÁÑEZ SANDÍN, Carmen (2008): El proyecto de Educación Infantil y su práctica en el aula.
Ed. Muralla. Madrid
 LEBRERO BAENA, Mª P. Y Otros (1995): Especialización del profesorado de educación
infantil 0-6 años. Ed.UNED-MEC
 PALACIOS, J. COLL, C. MARCHESI, A (1991): Desarrollo Psicológico y Educación Infantil.
Tomo 1. Psicología Evolutiva. Ed. Alianza. Madrid.
 PIAGET, J. (1969): Psicología y pedagogía. Ed. Ariel

PÁGINAS WEB CONSULTADAS:


• www.psicoactiva.com: Página en la que podemos encontrar diversos artículos interesantes
relacionados con la Educación Infantil.
• www.educacioninfantil.com : Esta página nos proporciona diversos recursos de gran
utilidad relacionados con aspectos tales como: salud, riesgos, alimentación, juguetes,
libros para niños/as y padres…entre otros.
• www.cnice.mecd.es: Página perteneciente al Instituto Superior de Formación y Recursos
en red para el profesorado (ISFTIC) que nos ofrece una variedad de recursos de gran
interés para nuestra labor docente.
• www.juntadeandalucia.es: Página web de la Consejería de Educación y Cultura de la
Comunidad Autónoma de Andalucía donde podemos encontrar diversos temas de interés
relacionados con la educación.

REVISTAS
• Revista de educación: www.revistaeducacion.mec.es
• Cuadernos de pedagogía: www.cuadernosdepedagogia.com .Revista que trata diversos
aspectos de interés pedagógico.
• Maestra Infantil: www.ediba.com. Revista que nos proporciona una gran cantidad y
variedad de recursos muy útiles para nuestro trabajo diario en el aula.

0. INTRODUCCIÓN

 El tema que nos ocupa: “El desarrollo de la Personalidad” es uno de los más relevantes en
la Educación Infantil ya que tal y como establece la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de Mayo de
Educación, (L.O.E.), la finalidad primordial de la Educación Infantil es la de contribuir al
desarrollo físico, intelectual, afectivo y social de los niños/as de 0 a 6 años, por tanto, si

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pretendemos contribuir a un desarrollo integral del alumnado, desde la escuela infantil
hemos de potenciar la dimensión afectiva, teniendo en cuenta que es precisamente
durante esta etapa cuando se sientan las bases que determinarán la futura personalidad
del niño/a. Así, a lo largo del presente tema trataremos la relevancia que adquiere el
desarrollo afectivo para el de la personalidad, veremos cómo evolucionan ambos
conceptos destacando las aportaciones más significativas algunos autores al respecto.
Asimismo, describiremos el proceso que sigue el niño/a en la conquista de su propia
autonomía y finalizaremos su desarrollo estableciendo las directrices básicas que como
docentes hemos de tener en cuenta para llevar a cabo una adecuada intervención
educativa.

1. EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

Antes de describir este plano del desarrollo de forma aislada, hemos de tener en cuenta que el
niño/a constituye una unidad integrada en la que interactúan de forma coordinada tres
dimensiones principales: biológica, psicológica y socio- afectiva, de modo que, de la conjunción e
interacción entre estos tres aspectos en estrecha relación con el entorno, se derivará la
personalidad del individuo.
Ahora bien, ¿qué entendemos por personalidad?, ¿a qué nos referimos exactamente cuando
empleamos este término?

1.1. Concepto de personalidad.


Son muchas las teorías y autores han tratado de definir este concepto, no obstante una de las
definiciones más conocidas y comúnmente aceptadas es la propuesta por Alliport (1.963), según la
cual ésta se define como la configuración en el interior del individuo de los sistemas psicofísicos
que determinan su conducta y pensamiento característicos.
Y, ¿Qué factores condicionan su desarrollo?

1.2. Factores que influyen en el desarrollo de la personalidad.


Diferenciamos dos amplios bloques:
a) Factores Biológicos.
b) Factores Ambientales.

Veamos en qué consiste cada uno de ellos, cuáles son sus características básicas y como influyen
en el desarrollo de la personalidad.

Los factores biológicos son aquellos que se encuentran presentes desde el nacimiento: raza, sexo,
enfermedades...entre otros. Estas características personales que diferencian a unos individuos de
otros vienen determinadas por la herencia, los factores prenatales y perinatales.
Los factores ambientales, determinan las relaciones que el individuo establece con el medio que
le rodea, condicionando por tanto, su proceso de socialización.

Entre los agentes de socialización más significativos, podemos destacar:


• La familia
• La imitación

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• La motivación
• El grupo de iguales y
• Los hábitos sociales.

- La familia, constituye durante los primeros años de vida el primer y único agente
socializador para el niño/a. En su seno se establecen las primeras interacciones y se
adquieren aprendizajes sociales básicos: adquisición del sistema de valores, normas de
conducta, sistema de hábitos…sentándose las bases de una personalidad incipiente en el
niño/a.
- La imitación constituye en este sentido, un aspecto de gran relevancia pues los primeros
aprendizajes sociales que el niño/a realiza tienen lugar por medio de la imitación de
comportamientos y conductas en las personas que le rodean, constituyéndose éstas como
modelos a imitar.
- La motivación, tanto intrínseca como extrínseca, condiciona al sujeto a reproducir acciones
y comportamientos si los resultados obtenidos en experiencias anteriores le han resultado
gratificantes.
- El grupo de iguales constituye una fuente ideal de entrenamiento de las llamadas
habilidades sociales. Las relaciones con los compañeros del grupo-clase facilitan la ruptura
del egocentrismo familiar y potencian el desarrollo social: control de la agresividad,
cooperación, ayuda mutua, adquisición de estrategias para la resolución de conflictos…
entre otras.
- La escuela constituye en este sentido un contexto socializador de gran relevancia, pues el
es marco que hace posible la interacción entre iguales.
- Y finalmente, destacamos los hábitos sociales que podemos definir como formas usuales
de pensar, sentir y actuar que se adquieren por aprendizaje en contacto con el entorno, es
por ello por lo que poseen un valor significativo en la configuración de la personalidad, ya
que éstos dependen de la cultura a la que se pertenezca pues el niño/a aprende a
comportarse conforme a las expectativas de la sociedad a la que pertenece.

1.3. El desarrollo de la personalidad.


Y ¿cómo se desarrolla la personalidad? ¿Qué proceso sigue? ¿Existen momentos críticos en este
desarrollo?

La personalidad empieza a formarse ya desde el seno materno. Un primer momento crítico en la


formación de la personalidad lo determina el propio nacimiento ya que según se realice esta
incorporación al mundo, se conformará en parte de un modo u otro la personalidad.
El medio en que se desenvuelve el sujeto es un poderoso condicionante de su personalidad.
Durante los primeros momentos de la vida del niño/a, la madre o persona que atiende sus
cuidados se convierte en un elemento decisivo del desarrollo social ya que posibilita las primeras
interacciones del niño/a con el entorno que le rodea. A través de las relaciones diádicas que se

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establecen entre ambos, de comienzo el proceso de socialización y la formación de la personalidad
del pequeño.
Otro momento crítico en el desarrollo de la personalidad es el ingreso del niño/a en la escuela
infantil, pues ésta constituye la primera institución social con la que el niño/a toma contacto,
ampliándose con ello su mundo circundante y las posibilidades de interacción con los demás.
Resulta fundamental procurar un adecuado periodo de adaptación a los niños/as, pues según se
perciba esta primera experiencia, se conformará en el niño/a una disposición favorable hacia el
entorno escolar o por el contrario, un rechazo y apatía hacía los aprendizajes escolares.

2. EL DESARROLLO AFECTIVO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A SEIS AÑOS.


¿Qué influencia tiene el desarrollo afectivo en el de la personalidad?
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que el estudio de la personalidad está íntimamente
ligado a la evolución de la consciencia de sí mismo.

2.1. Consciencia de sí mismo. Autoconcepto.


El núcleo de la personalidad lo constituye el “Yo”, el mundo interno de una persona, a diferencia
del externo, constituido por las demás personas y objetos.
La toma de consciencia de sí mismo supone un lento proceso de diferenciación a través del cuál,
el niño/a va construyendo progresivamente su propia identidad.
Muy vinculado a la consciencia del “yo”, está el Autoconcepto o concepto de sí mismo, que
podemos definir como la percepción que cada cual tiene de de su propia identidad,

Siguiendo a Allport, el concepto de si mismo evoluciona de esta manera:

a) Etapa de 0 a 3 años. El niño va adquiriendo progresivamente su “yo corporal”, la toma de


consciencia de su propio cuerpo, reconociendo sus posibilidades de movimiento, su propio
nombre, características físicas…etc. Al Final de esta etapa, surgen sentimientos de
autoestima y orgullo. El niño se siente capaz de hacer cosas por sí mismo por lo que tiene
lugar el negativismo como confirmación del yo. Es la llamada “fase de Oposición”.

b) De 4 a 5 años. El niño adquiere una extensión de sí mismo, manifestada en la conducta


posesiva ("esto es mío") Comienza a percibirse de acuerdo a las expectativas y criterios de
los adultos que le rodean, a la idea sobre sí mismo que los demás le transmiten,
comportándose conforme a ello.

En este proceso, el establecimiento de relaciones con la figura de apego y la posterior separación


de ella, son fundamentales.

2.2. Procesos afectivos de socialización.


Constituyen uno de los mecanismos principales en la configuración de los rasgos de la
personalidad. Este proceso constructivo tiene lugar en interacción con los demás, es decir, en el
marco de las relaciones sociales.
Entre los principales vínculos afectivos que el niño/a establece con las personas que le rodean,
destacamos el apego y la amistad.

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Siguiendo a Félix López, podemos definir el apego como el vínculo afectivo que el niño/a
establece con las personas que interactúan con él de forma privilegiada, estando caracterizado
por determinadas conductas, representaciones mentales y sentimientos.
Y, ¿cómo se forma y consolida el vínculo de apego en los niños/as?
Ainsworth y Bell, (1970) consideran las siguientes etapas de evolución del apego:
Hasta los 2 meses, el niño se comporta como un activo buscador de estímulos sociales, se siente
atraído por el rostro, la voz, el tacto, la temperatura corporal…de las personas que interactúan con
él, pero no existen pruebas que confirmen según Félix López, de que el niño llegue a reconocer a
las personas en cuanto a tales, de hecho, acepta los cuidados de desconocidos siempre y cuando
sigan las pautas comportamentales de las personas que le cuidan habitualmente.
Del 2º al 6º mes de vida, ya discrimina entre conocidos y extraños, aceptando mejor las
atenciones y cuidados de quienes le cuidan habitualmente.
Entre los 6 y los 12 meses, manifiesta clara preferencia por las figuras de apego y rechaza a los
desconocidos, reaccionando con cautela, miedo o rechazo hacia ellos, es la llamada “etapa de la
angustia de los 8 meses”
Durante el 2º año de vida, el vínculo de apego se consolida, enriqueciéndose sus componentes
representacionales gracias al desarrollo de las capacidades lingüísticas y mentales, que junto con
la adquisición de la autonomía motora, facilitan la ampliación del entorno físico y social en que se
desenvuelve el niño.
Es a partir de los 3 años, coincidiendo con la entrada del niño/a en la escuela infantil, cuando el
vínculo de apego se transforma en vínculo amistoso con los iguales y adultos presentes en este
nuevo medio, favoreciéndose con ello, su proceso de socialización.
En definitiva, podemos afirmar que el apego y la amistad son los dos vínculos básicos que
caracterizan el desarrollo afectivo en los niños/as de 0 a 6 años.

3. APORTACIONES DE DISTINTOS AUTORES.


Durante décadas, el estudio de la personalidad ha estado ensombrecido por las ideas conductistas
que afirmaban que la única ciencia psicológica válida era la que utilizaba sus métodos y
planteamientos, limitando el objeto de estudio a lo exclusivamente observable.
En la actualidad, los estudios realizados sobre el conocimiento social demuestran que el desarrollo
afectivo no se puede separar del estudio del sujeto en su conjunto, contemplando tanto la
dimensión social, como la afectiva y la biológica.
Podemos destacar, entre otros, 3 conocidos autores cuyas aportaciones han supuesto un gran
avance con respecto al estudio de la personalidad.
3.1. Perspectiva psicoanalista. FREUD.
3.2. Dimensión afectiva de la psicología genética. H. WALLON
3.3. Perspectiva cognitiva. PIAGET. A continuación analizaremos cada una de ellas.

3.1. Perspectiva psicoanalista. FREUD.


Para Freud y sus seguidores, el desarrollo afectivo y de la personalidad están íntimamente
relacionados con la sexualidad. Desde esta perspectiva, se establecen etapas psicosexuales en
función de la zona corporal donde el sujeto es más sensible a la estimulación, provocándole
sensaciones libidinales agradables.
Durante los 6 primeros años de vida, la sexualidad infantil es pre-genital y auto- erótica, aún no se
persigue una relación interpersonal (con otra persona) a través de los genitales sino que
predominan las autoestimulaciones de distintas zonas erógenas: boca, ano, pene, vulva….

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Según Freud, la secuencia que sigue el desarrollo del auto- erotismo infantil es invariable,
sucediéndose siempre las mismas etapas en cualquier individuo. Nos centraremos en describir las
que caracterizan a los niños/as de Educación Infantil (0 a 6 años). Así, podemos distinguir:

1ª). Etapa Oral: se desarrolla a lo largo del primer año de vida.


La localización de la libido se centra en las actividades orales, siendo la succión la fuente de placer
por excelencia (el niño/a chupa todo lo que cae en sus manos).

2ª) Etapa Anal.( Del 2º al 3º año de vida).


La localización de la libido se centra en las actividades anales: expulsión retención. Precisamente
durante este periodo es cuando tiene lugar la educación del control de esfínteres, por lo que la
intervención adulta resulta decisiva.

3ª) Etapa Fálica (De los 3 a los 6 años)


La localización de la libido se centra en los órganos genitales. Es el momento en que los niños
empiezan a sentir curiosidad por sus órganos genitales: los tocan, miran y exhiben con frecuencia.

El conflicto central de la fase fálica lo constituye sin duda, el complejo de Edipo, cuya
manifestación femenina es el de Electra. Éste consiste en el establecimiento de una relación de
deseo hacia el progenitor del sexo opuesto y consecuente hostilidad hacia el progenitor del mismo
sexo por los celos que en el niño/a provoca la relación entre ambos. Percibe al progenitor del sexo
contrario como un rival. En condiciones normales, el sentimiento de hostilidad hacia el progenitor
del sexo contrario desaparece, transformándose en identificación con él/ella.

3.2. La dimensión afectiva en la psicología genética de H. WALLON:


Para Wallon existe una relación entre las necesidades biológicas aspecto del niño y la sociedad en
la que se ve inmerso. Partiendo de las primeras interacciones entre niño-madre o cuidador, surge
la expresión emocional que va a provocar los primeros intercambios comunicativos con los demás.
La vida afectiva entendida como interacción biológico-social, es el punto de partida de la
personalidad del niño.
Wallon (1939) distingue varias etapas, siendo la de 3 a 6 años la más significativa en la
construcción de la personalidad, es la llamada “Etapa del personalismo” y se estructura en torno a
las siguientes fases:
a) Fase de Oposición: hacia el 3º año de vida, el niño/a descubre su “yo” y necesita reafirmarlo
mediante la oposición a las imposiciones parentales. Los progresos lingüísticos le facilitan la
utilización de pronombres personales para referirse a él mismo en 1º persona y no en 3ª, como lo
hacía anteriormente.
b) Fase de la Gracia: tiene lugar entre los 3 y los 4 años en la que la principal pretensión del niño
es ganarse el afecto y la aprobación de los demás, por lo que los seduce con sus gestos, palabras y
expresiones emocionales.
c) Fase de la Imitación: entre los 4 y los 5 años tiene lugar la imitación de modelos adultos. Imita
gestos y comportamientos de las personas a las que admira.
La imitación de los demás, que garantiza su aprobación y afecto acaba por convertirse en
identificación con ellos.

3.3. Perspectiva cognitiva de PIAGET.

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Las teorías cognitivas en lugar de considerar las emociones como fuerzas centrales del desarrollo,
las consideran como derivadas de propio proceso cognitivo.
Esta perspectiva es espacialmente eficaz al considerar el interés del niño/a en cuanto a la
exploración del mundo que le rodea. En este sentido, las emociones juegan un papel decisivo en
interacción con otros sistemas: sensorial, perceptivo, cognitivo…
Dicha interacción va evolucionando a medida que el ser humano se desarrollo, así durante los
primeros meses de vida, es el sistema sensorial y las necesidades fisiológicas lo predominante,
cobrando progresivamente mayor relevancia el interés por el entorno físico y social.

4. LA CONQUISTA DE LA AUTONOMÍA
 Tal y como establecen el Decreto 428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la
ordenación y las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía y la ORDEN de
5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el Currículo correspondiente a la Educación Infantil
en Andalucía, uno de los objetivos de la etapa de Educación Infantil es el de " adquirir autonomía
en la realización de sus actividades habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y
bienestar y desarrollar su capacidad de iniciativa”
Pero, ¿qué es la autonomía?, ¿a qué nos referimos cuando empleamos este término?
Podemos definir la autonomía como la capacidad para manejarse por sí mismo y actuar
libremente, es decir, llegar a ser independiente de los demás.
El niño/a evoluciona de un estado de dependencia total del adulto hacia una progresiva
autonomía a lo largo de su desarrollo.
Y, ¿cuáles son las condiciones necesarias para que el niño llegue a convertirse en una persona
autónoma?
En primer lugar, es necesario un adecuado desarrollo psicomotor que posibilite al niño el
desplazamiento autónomo y la libre exploración del entorno que le rodea.
Asimismo es imprescindible un ajustado desarrollo intelectual que posibilite la interpretación y el
establecimiento de relaciones lógicas entre los elementos presentes en su medio ambiente.
El lenguaje, constituye también en este sentido un elemento decisivo, ya que el niño/a necesita
dotar de un nombre y un significado aquellos aspectos de la realidad que va conociendo.
Y finalmente, hemos de desatacar la necesidad de un adecuado desarrollo socio- afectivo que le
permita descentrarse de sí mismo y ser capaz de coordinar diferentes perspectivas.
Por tanto, teniendo en cuenta la necesidad de potenciar un adecuado desarrollo afectivo en el
niño y progresiva adquisición de su propia autonomía, hemos de plantearnos, ¿cómo hemos de
intervenir para ello?, ¿qué pautas de actuación seguiremos?

5. DIRECTRICES PARA UNA CORRECTA INTERVENCIÓN EDUCATIVA.


Nuestra labor como docentes ira encaminada a:
• Animar al niño/a a actuar por sí mismo, en un ambiente libre y exento de constantes
prohibiciones.
• Debemos evitar actitudes sobreprotectoras que limiten las posibilidades de actuación del
niño/a.
• Se ha de crear un ambiente cálido, acogedor y seguro donde el niño/a se sienta motivado
para actuar autónomamente conforme a sus propias necesidades de expresión y
movimiento.

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• Ofreceremos ayuda cuando sea necesario, evitando resolver situaciones que ellos/as
pueden solventar por sí mismos.
• Es necesario establecer unas normas básicas en el aula que rijan la vida en grupo. Se hará
de forma consensuada de modo que todos los integrantes del grupo las conozcan y
respeten.
• Debemos estimular la comunicación en el alumnado, no anticipándonos a expresar
nosotros por ellos lo que necesitan o dar respuesta a sus demandas sin que tenga que
hacer un esfuerzo por expresarlas.
• Las actividades de exploración sensorial y observación de las propias características físicas
y de los demás resultan muy recomendables para el adquisición de la propia identidad
además de fomentar el respeto hacia las particularidades de los demás.
• Hemos de contemplar actividades que potencien la autorregulación del propio
comportamiento, la adquisición de valores, normas y actitudes sociales, potenciación de la
autoestima, fomentando el esfuerzo personal y el trabajo bien hecho, la propia iniciativa
posibilitando la elección autónoma de tareas…en definitiva, una adecuada educación
emocional y social.
• Animaremos al alumnado a que se relacionen y resuelvan sus conflictos por ellos mismos
de forma pacífica, ofreciendo orientaciones y estrategias para ello.
• Se deberá crear en el aula un clima cooperativo, evitando la competitividad e
individualismo negativo. En este sentido, se hacer necesario establecer distintos tipos de
agrupamiento: gran grupo, pequeños grupos, por parejas…
• Cuidaremos de forma especial el periodo de adaptación de los niños/as al centro
educativo, de modo que de ello se formen una imagen positiva del entorno escolar y una
predisposición favorable hacia el aprendizaje.
• Es necesario establecer cauces de comunicación y colaboración continuos con las familias
de modo que se lleguen a acuerdos comunes y el niño/a perciba una misma línea de
actuación tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Ofreceremos orientaciones a las
familias para que animen a sus hijos/as a actuar autónomamente mediante la realización
de tareas sencillas que pueden llevar a cabo por sí mismos: ayuda en la preparación de
alguna receta sencilla, recoger sus juguetes, dejar ordenados los espacios que utiliza,
cuidado y aseo personal autónomo, responsabilidad de pertenencias y objetos
personales….entre otros.

Y, ¿cómo se contempla este plano del desarrollo desde nuestro actual sistema educativo?

6. RELACIÓN CON EL CURRÍCULO.


La actual legislación educativa: Ley Orgánica 2/2006 de 3 de Mayo de educación,(L.O.E.) destaca la
relevancia que se confiere al desarrollo afectivo y personal del alumnado así como a una
progresiva conquista de su autonomía personal. Asimismo, la normativa que regula la educación
infantil: R.D. 1630/2006 de 29 de Diciembre y en la comunidad autónoma de Andalucía el Decreto
428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes
a la Educación Infantil en Andalucía y la ORDEN de 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el
Currículo correspondiente a la Educación Infantil en Andalucía, establecen entre los objetivos a
alcanzar en el alumnado durante esta etapa educativa, los siguientes:

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a) Construir su propia identidad e ir formándose una imagen positiva y ajustada de sí
mismo, tomando gradualmente conciencia de sus emociones y sentimientos a través del
conocimiento y valoración de las características propias, sus posibilidades y límites.
b) Adquirir autonomía en la realización de sus actividades habituales y en la práctica de
hábitos básicos de salud y bienestar y desarrollar su capacidad de iniciativa.

En cuanto a las áreas de conocimiento y experiencias en que se organizan los contenidos,


establecidas en nuestro actual currículo, destacamos el primer área: Conocimiento de sí mismo y
autonomía personal por guardar una estrecha relación con el tema que nos ocupa,
principalmente a través de los siguientes bloques de contenido:

• Bloque 1: La identidad personal, el cuerpo y los demás.


• Bloque 2: Vida cotidiana, autonomía y juego.

No obstante, hemos de tener en cuenta que las tres áreas en las que se organiza el currículo
contribuyen eficazmente a este desarrollo, pues éstas, dado el carácter globalizador de la etapa de
educación infantil, se encuentran en estrecha relación y mutua dependencia. No sería posible un
adecuado desarrollo afectivo y personal del alumnado sin establecer una relación con el entorno
(área 2), así como la representación de los aspectos afectivos y personales a través de los distintos
lenguajes que permiten la comprensión y expresión del mundo le rodea. (área 3)

7. CONCLUSIÓN.
Como conclusión final, podemos resaltar que el desarrollo de la personalidad infantil es un largo y
complejo proceso que los docentes dedicados a esta educativa hemos de cuidar especialmente
para potenciar un desarrollo completo e integral del alumnado ya que es precisamente durante
esta etapa cuando se sientan las bases que determinarán el posterior desarrollo personal.
Por ello, resulta imprescindible la colaboración y actuación conjunta entre equipo docente y
familias con el fin de adoptar pautas de actuación comunes que hagan posible dicho desarrollo en
las condiciones más idóneas posibles.

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