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Ahora bien, habiendo analizado los pronunciamientos judiciales y los valiosos aportes de
nuestra doctrina estamos en condiciones de afirmar que, a efectos de evitar posibles
contingencias de carácter laboral, todo empleador que decida iniciar un procedimiento
disciplinario deberá observar lo siguiente: a) Debe existir un plazo inmediato y razonable entre
el momento en que el empleador conoce o comprueba la existencia de la falta cometida por
un trabajador., b) El momento en que se inicia el procedimiento disciplinario y se impone la
sanción disciplinaria y c) En caso no medie un plazo inmediato y razonable entre el momento
del conocimiento de la comisión de la falta grave y el inicio del procedimiento de despido y la
imposición de la sanción, se entenderá que el empleador ha condonado u olvidado la falta
grave, y ha tomado la decisión tácita de mantener vigente la relación laboral. Sin embargo, no
se transgrede el principio de inmediatez en aquellos casos que por ser muy complejos
requieran investigaciones internas que demanden más tiempo en comparación con los
procedimientos disciplinarios más simples. En conclusión, no existe un plazo legal establecido
que deba observarse para no vulnerar el principio de inmediatez. Todo dependerá de cada
caso en particular y de su complejidad. El empleador deberá tener presente los lineamientos
señalados en la jurisprudencia para no vulnerar el principio de inmediatez, y así evitar una
eventual contingencia de carácter laboral.
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2 Arce,E. (2013). Derecho individual del trabajo en el Perú. Desafíos y deficiencias. Lima, Perú: Palestra
En nuestra legislación laboral este se encuentra regulado por el Texto Único Ordenado de la
Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el Decreto Supremo N° 003-97-
TR (27/03/ 1997), en adelante la LPCL, norma que regula el despido como una de las causales
para extinguir una relación laboral
Una vez producida, conocida o investigada la causa justa de despido relacionada con la
capacidad o la conducta del trabajador, el empleador debe realizar el siguiente procedimiento:
(i) Cursar una carta de emplazamiento o también denominada de preaviso de despido en la
cual se señalen los hechos que ocasionan la falta cometida otorgándole un plazo mínimo de
seis (6) días naturales para que efectúe el descargo respectivo (ver Modelo N° 1). En el caso de
que se trate de una causa relacionada con su capacidad, el plazo para el trabajador es de
treinta (30) días naturales para que este demuestre su capacidad o corrija su deficiencia.
Cuando se trate de falta grave flagrante (y no resulte razonable otorgar al trabajador el
derecho de defensa), el empleador está habilitado para cursar directamente la carta de
despido sin necesidad de cursar previamente la carta de preaviso. Mientras dure este trámite,
y siempre que esté relacionado exclusivamente con la conducta del trabajador, el empleador
puede exonerarlo por escrito de asistir al centro de trabajo, solo si ello no perjudica su derecho
de defensa y se le abonan la remuneración, derechos y beneficios que pudieran
corresponderle. (ii) El empleador puede cursar la carta de despido al trabajador después de
vencido el plazo, haya o no realizado su descargo (ver Modelo N° 2). Mediante la carta de
despido debe indicarse de modo preciso la causa del mismo y la fecha del cese. Si el trabajador
se niega a recibirla, el empleador se la remitirá por intermedio de notario o de juez de paz y, a
falta de ellos, mediante la autoridad policial.