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OTRAS TRADUCCIONES DE LA BIBLIA EN VERBO DIVINO

CASA DE LA BIBLIA, LA BIBLIA


(PPC, SÍGUEME, VERBO DIVINO 2006).

Edición completa de La Biblia, preparada por un grupo de expertos de “La Casa de la Biblia”,
institución católica española, fundada el año 1964 para el estudio y difusión de la Biblia. Los
miembros del grupo, dirigidos en su etapa final por Santiago Guijarro y Miguel Salvador, tenían
una larga experiencia académica, pues, siendo profesores de Sagrada Escritura, eran también
expertos en trabajo pastoral y catequético, de forma que no sólo conocían el texto en su lengua
original, sino que sabían exponer y compartir también su contenido con grupos de creyentes, en
la nueva etapa de contacto con la Biblia que se inició tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).

Por eso, su traducción, que culminó y fue publicada el año 1992, siendo exacta y rigurosa en un
plano científico, resulta accesible y popular, en el mejor sentido del término, pudiendo utilizarse no
sólo para el mejor conocimiento personal de la Biblia y para su exposición en grupos de estudio,
sino también para el diálogo pastoral y para el trabajo catequético. Ha sido la primera traducción
hecha por un grupo de expertos, bien coordinados entre sí, que han sido no sólo profesores (con
amplio bagaje intelectual), pero también pastores, dirigentes y animadores de comunidades; una
traducción que no evita ni elude el fondo teológico de texto, pero que destaca más su aspecto
histórico y literario, respetando siempre el sentido original del texto, presentándolo en un
castellano moderno de España.

Ésta traducción ha surgido como resultado del mayor conocimiento y experiencia que habían ido
acumulando los grupos de estudio de la Biblia en diversos lugares de la Iglesia Católica española.
Por eso se puede afirmar que es la traducción del post-concilio, propia de los nuevos grupos de
estudio y actualización bíblica, cosa que aparece clara sobre todo en el Nuevo Testamento. Es
una traducción católica, pensada para militantes cristianos, comprometidos en la causa de Jesús,
dentro de la tradición católica española. Pero es, al mismo tiempo, una traducción abierta a todos
aquellos que quieran conocer la Biblia en el lenguaje de hoy, sean o no católico, creyentes o no
creyentes.
Es una traducción ajustada a los originales, redactada con sobriedad y belleza, aunque no haya
querido destacar los aspectos literarios; una traducción viva, realizada en el lenguaje cercano y
accesible, que se habla en los medios populares cultos (pero no especializados) de lengua
castellana. Ha surgido así una Biblia compartida, fruto del diálogo de los especialistas entre sí, y
de los especialistas con el pueblo, logrando así que los antiguos textos resuenen y se sientan
como nuevos, en un plano histórico y religioso.

Es una traducción para leer en privado, con las introducciones y notas necesarias que sitúan cada
libro en su contexto y dentro del conjunto de la Escritura cristiana, en la línea de eso que suele
llamarse una “lectura canónica”, es decir, eclesial y católica de la Biblia. Pero es, al mismo
tiempo, una traducción pensada par el estudio en común de los textos, en familia, o en un grupo
de estudio o catequesis, para profundizar en lo leído y para compartir el resultado de las diversas
lecturas, recorriendo juntos los caminos de la Biblia. Para eso sirven las introducciones, escritas
con los mejores criterios de la investigación reciente, pero adaptadas a la mentalidad y a las
preocupaciones de aquellos que no son especialistas en historia y en literatura antigua.
Es una traducción, finalmente, “religiosa”, es decir, atenta a la voz de la palabra de Dios, tal como
se escucha en la vida diaria y no sólo en las ceremonias de la liturgia. Por eso es apta para la
escuela y la casa, para las comunidades y grupos de oración. Una Biblia, en fin, para la vida
diaria, de manera que cada casa pueda presentarse como Casa de la Biblia.

Muchos hogares católicos de España (y de otros países de lengua castellana) han estado
presididos por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús o de la Virgen María, de manera que
ha podido decirse que han sido y son Casas de Jesús y de María. Sin negar en modo alguno esa
costumbre y tradición, podemos afirmar que está Biblia está pensada par que los hogares
católicos (cristianos) sean también Casas de la Biblia; para está está pensada y preparada esta
traducción, pues, retomando una famosa palabra de Santa Teresa de Jesús, podríamos decir que
“también entre los pucheros habla y resuena la Biblia de Dios, es decir, su Palabra”.

CASA DE LA BIBLIA, BIBLIA DE AMÉRICA


(PPC, SÍGUEME, VERBO DIVINO 2004)

Ésta es la misma Biblia anterior, que había sido traducida y preparada en España por el equipo
de La Casa de la Biblia (1992). Pero ya en los años de su gestación (1982) se constituyó un
grupo especial de expertos, de diversos lugares países de lengua española de América Latina,
para adaptarla, en sus textos y notas, al carácter especial de la cultura y problemas de América
Latina.

La Biblia que así ha resultado es sensiblemente igual que la anterior, incluso en paginación,
tipografía, notas y mapas, pues ambas, la edición española y la latinoamericana, se han influido y
fecundado mutuamente, produciendo un texto común, que puede utilizarse, sin dificultades ni
diferencias, a uno y otro lado del Atlántico, con las ventajas que ofrece la unificación lingüística de
base.
Algunos lectores pueden preguntarse a qué se debe el cambio de título, porque en ambos casos
aparece como autor o responsable el equipo de La Casa de la Biblia, con los mismos directores
(Santiago Guijarro y Miguel Salvador), pero en el primero el texto se titula simplemente La Biblia,
y su edición está aprobada por la Conferencia Episcopal Española, y en el segundo se titula Biblia
de América, y su edición está aprobada por las Conferencias Episcopales de México, Colombia y
Chile.

Pues bien, ese cambio se debe, sin duda, al hecho de que la nueva Biblia de América no es
simplemente una reedición americana del texto español, sino una revisión y adaptación de su
contenido, manteniendo las características del texto español, ya señaladas en la recensión
anterior, pero actualizadas para el contexto latinoamericano.

Se trata, como he dicho al hablar de la edición española, de una Biblia para el pueblo, pero no
está pensada para una lectura directa del pueblo (como sucede en La Biblia Latinoamericana, de
la que luego hablaremos), sino que exige cierto conocimiento añadido, propio de teólogos,
sacerdotes y catequistas especializados, que conocen de algún modo la historia de fondo y la
cultura de los pueblos del entorno de la Biblia, y especialmente del pueblo de Israel y de la Iglesia
primitiva. Por eso, las introducciones a cada uno de los libros suponen un conocimiento esencial
de los temas de la Biblia, lo mismo que las notas a pie de página, que están pensadas para
resolver problemas exegéticos, más que para responder a las preguntas normales y más
repetidas de la gente de la calle.

Por eso, esta Biblia para América implica un mayor conocimiento que La Biblia Latinoamericana
de la que hablaremos luego. No es que sea mejor ni peor, pues las dos son muy buenas, cada
una en su campo, pero es diferente, y así debe indicarse. La Biblia Latinoamericana se halla más
inserta en la cultura de los pueblos latinoamericanos, respondiendo a sus problemas directos, en
línea de iluminación y transformación social; por eso exige menos estudio teórico y más
compromiso práctico. Por el contrario, esta Biblia de América, que ha sido producida básicamente
en España, empieza respondiendo a los problemas de la misma Biblia, más que a los del pueblo;
por eso implica un mayor conocimiento teórico de los problemas de la misma Biblia, un mayor
estudio académico.
Así puede afirmarse que en La Biblia Latinoamericana lo primero es el pueblo, con sus
necesidades y problemas, de manera que la Biblia viene después, como iluminación y solución de
esos problemas. Por el contrario, en esta La Biblia de América lo que más importa es la misma
Biblia, las etapas de su composición, los temas y problemas de su estructura; ciertamente, ellas
responde a los problemas del pueblo, pero lo hace en un segundo momento, y de un modo
especial, poniendo de relieve la tradición exegética de la Iglesia.
Ambas aproximaciones resultan válidas y pueden (deben) completarse. Quizá podamos afirmar
que en los ambientes populares tendrá prioridad La Biblia latinoamericana, pues ella nos empieza
colocando ante la realidad concreta de las poblaciones americanas. Pero es bueno que después,
en un determinado momento, es bueno que los mismos cristianos del pueblo de América Latina,
sin olvidar ni marginar sus problemas, puedan acceder también al mismo texto de la Escritura (tal
como aparece en esta Biblia de América), pues el mejor conocimiento de la Palabra de Dios les
permitirá descubrir problemas y riquezas que antes quizá no habían advertido.
Sólo nos quede añadir que esta Biblia de América ofrece al final un riquísimo Vocabulario Bíblico
(págs. 1931-1970), con aclaraciones literarias, teológicas y sociales que permiten conocer mejor
los temas principales de la historia y contenido de la Escritura del Pueblo de Dios.
LA BIBLIA CATÓLICA PARA JÓVENES
(INSTITUTO FE Y VIDA, CASA DE LA BIBLIA, VERBO DIVINO, 2005)
Ésta es quizá la más bella, la más útil, la más pedagógica de todas las biblias católicas de
estudio que hoy existen en lengua castellana. La traducción de los textos bíblicos, con el
material de algunas notas exegéticas y el vocabulario final, está tomado de la Biblia de la Casa de
la Biblia (Biblia de América), cuyo sentido y contenido acabo de evocar. Sobre esa base el
Instituto Fe y Vida (Stockton CA, Estados Unidos de América) y la Editorial Verbo Divino (Estella,
España) han elaborado esta Biblia Católica para Jóvenes, que es la obra más significativa de este
tipo que hoy existe, tanto por su belleza y cuidado tipográfico como por la cantidad de material
catequético y didáctico que incluye.

Es la Biblia ideal para la catequesis de confirmación, y así debían repartirse ejemplares de ella en
todos los países de lengua castellana. Ciertamente, puede ser una Biblia para la Casa (como he
dicho al presentar la Biblia de la Casa de la Biblia), pero quiere ser, ante todo, una Biblia
Personal, para estudio y oración de los cristianos, a partir de su confirmación.
Para eso ayudan ya las primeras páginas, con dedicatoria y firma personal, los amplios espacios
dedicados a la reflexión y al estudio privado, con los índices temáticos donde se ponen de relieve
los diversos niveles y temas de estudio, con las aplicaciones litúrgicas y la profundización orante.
No es simplemente una Biblia, sino un programa de estudio y conocimiento personal de la Biblia,
de manera que al fin aparecen, con los índices bellísimos de su contenido, las páginas abiertas
anotaciones personales, con planes de estudio.

Es una Biblia que no se puede (¡no se debe!) prestar, pues está pensada para que en ella
se inscriba y se grabe la vida personal de cada uno de sus lectores, como en la corteza de
un árbol añoso de familia donde van escribiéndose los hitos y recuerdos principales de la
propia historia. Como digo, no es una Biblia para prestar, sino para regalar a los que empiezan a
recorrer su historia cristiana, desde la juventud (catequesis de confirmación, adolescencia) a lo
largo de toda la vida. Es la primera vez que en los países de lengua española tenemos algo
semejante. Por eso, desde ahora, el signo de identidad personal de nuestros cristianos, desde su
juventud, puede ser y será la Biblia Personal de estudio, meditación y compromiso, para hacer
con ella la trayectoria de la vida.
Es una Biblia pensada, en principio, para jóvenes cristianos de lengua española de USA, pero
también de América Latina y de la misma España, pues estamos entrando en una era de cultura
universal. Su texto base es como he dicho en la Biblia de América (Casa de la Biblia), pero esta
edición especial (de estudio y reflexión, para jóvenes) ha sido preparada por el Instituto Fe y Vida,
de California (USA), y así su diseño y algunos comentarios están tomados de la Catholic Youth
Bible (Biblia Católica de la Juventud), de Sait Mary’s Press (Winona, Minnesotta USA 2000).

Ésta es una Biblia que se sitúa en la línea algunos intentos famosos de adaptación y estudio de la
Escritura Cristiana, en línea personal y en grupos, como la Serendipity Bible for Goups (New
International Bible, Zondervan, Colorado USA 1988), con sus temas de profundización y sus
esquemas de estudio y discusión comunitaria. Pero ofrece materiales y utiliza métodos de
reflexión, conocimiento y compromiso que están tomados también de la tradición del cristianismo
hispano (especialmente de América Latina), aunque ellos nunca se habían empleado de esta
forma, de un modo riguroso, entre nosotros (en lengua española) para el estudio de la Biblia.

Para realizar este proyecto se creó una comisión de expertos de diversos países de USA y
América Latina que, tomando como base la Biblia de América, han compuesto diseñado esta
Biblia Católica para Jóvenes, que ha sido aprobaba por varios obispos de Estados Unidos (USA)
y de América Latina (especialmente de Chile), pues ella responde a las directrices del episcopado
del CELAM, en las asambleas de Puebla y de Santo Domingo, centradas en el tema de la Nueva
Evangelización. Dos son las finalidades básicas de esta edición: (a) Estudio y comprensión del
texto. (b) Vivencia y oración cristiana.

(a) Ésta es, ante todo, una Biblia para el estudio y comprensión de la Escritura. Por eso, en
las introducciones y recuadros se ponen de relieve los temas vinculados al conocimiento, en línea
histórica y literaria. En esa línea, los responsables de esta edición han hecho un gran esfuerzo
por seleccionar las preguntas y temas de estudio, que aparecen sobre fondo azul en las
márgenes del texto (¿sabías que…?), con paralelos culturales de otros tiempos y circunstancias.
En ese mismo contexto se sitúan los temas de reflexión, con recuadros, resúmenes y síntesis que
ayudan a situar, comprender y desarrollar el texto.
(b) Ésta es, en segundo lugar, una Biblia para orar y celebrar, tanto en línea personal (de
meditación y vivencia de la Palabra) como social (litúrgica, sacramental). La Biblia no es
simplemente un libro de cultura (¿sabías que…? ¡piensa!), sino también, y sobre todo, un
testimonio y manual de vivencia orante, en un plano de interioridad personal y de comunicación
social, sobre todo en un ámbito de catequesis y de liturgia de la Iglesia. En esa última línea son
fundamentales los recuadros en los que se invita a “vivir la Palabra”, es decir, a personalizarla,
convirtiéndola en experiencia de plegaria.
Ésta es, por tanto, una Biblia para que los jóvenes aprendan (en línea de conocimiento) y, sobre
todo, para que experimenten y vivan la riqueza del texto sagrado, con la tradición de la iglesia
católica. Por eso (de una forma que es lógica en un contexto interconfesional como el de USA)
aparecen con frecuencia unos recuadros que ponen de relieve la interpretación católica del, para
distinguirla de la protestante (sin condenar, en modo alguno, la lectura protestante). En esa
misma línea, ella pone de relieve los elementos fundamentales de la identidad católica en un
mundo multi-cultural y multi-religioso.
Un lector acostumbrado a la Biblia Latinoamericana puede echar quizá en falta la ausencia de
fuertes criterios sociales, en línea de encarnación social y compromiso por los pobres, en clave de
justicia. Pero esos temas se encuentran también en el fondo de esta Biblia, aunque están quizá
algo matizados desde una perspectiva más cercana a la que tiene la juventud en USA, con los
problemas vinculados a la droga, a la falta de sentido de la vida y a la fuerte ruptura personal y
social en la que vive una parte considerable de su población.
Es evidente que esta Biblia no responde a todas las preguntas, ni resuelve todos los problemas,
pero es, en una línea, el mejor instrumento que tenemos, en lengua castellana, para la formación
bíblica de un tipo de juventud inmersa en un mundo plural como el que está surgiendo ya en otros
países América Latina, tanto en México como en las naciones del cono sur (y en España), con un
nivel medio creciente de cultura, y con necesidad de “catequesis”, es decir, de lectura
acompañada comprensiva y comprometida de la Biblia.
Sorprende la riqueza de sus introducciones, la amplitud de las cuestiones que plantea y, al final,
tras el vocabulario bíblico (tomado de la Biblia de América), resulta extraordinario el valor
pedagógico de los diversos índices, que recogen la aportación de las introducciones y recuadros
del texto: Hechos y enseñanzas de la Biblia; comentarios para la vida; oraciones bíblicas,
personajes, símbolos, mapas, temas sacramentales, con lugares en los se evoca y estudia la
perspectiva católica.
Ciertos lectores dirán que aquí falta un compromiso de acción más expreso (siguiendo en la línea
del ver-juzgar-actuar de las comunidades más comprometidas con la vida); otros podrán añadir
que quizá no se respeta el equilibrio de la lectio divina (donde es fundamental el conocer,
profundizar y orar, pero también el comprometerse par la vida concreta, en plano social); pero, en
conjunto, aunque quizá menos destacados, esos elementos aparecen también en esta Biblia para
Jóvenes, que es la mejor que conocemos en lengua castellana (quizá la única que existe).

En esa línea, como reflexión final, podemos decir que este libro ofrece una de las mejores
aportaciones actuales al estudio de la Biblia, en lengua castellana. No es simplemente una Biblia
Para Jóvenes (hispanos o latinoamericanos), sino una Biblia Guiada (o, quizá mejor, una guía de
estudio y compromiso bíblico), para todos aquellos que quieran estudiarla, conocerla y vivirla. Con
pequeños retoques, esta misma edición serviría para lectores, especialmente jóvenes, de
España.

oooooooo
BIBLIA LATINOAMERICANA
(SAN PABLO, VERBO DIVINO, 2010).
Ésta es una Biblia que se ha vuelto ya mítica, la más difundida y famosa de todas las que se han
hecho en lengua española (y quizá en todos los idiomas modernos del mundo, en el pasado siglo
XX). La cosa empezó de un modo sencillo, como suelen empezar todas las grandes empresas,
como idea del P. Bernardo Hurault, un joven sacerdote francés (1924-2004), que llegó a una
zona deprimida de Chile (1963) y descubrió que no había traducciones de la Biblia para el
pueblo, pues el lenguaje que empleaban las que había resultaba extraño en aquel contexto.
En aquel momento (antes de las grandes traducciones posteriores que se han hecho también en
España), las biblias que había resultaban anticuadas, empleaban un lenguaje teológico/sacral,
poco inteligible, hallándose muy lejos de las preguntas y necesidades concretas de la gente. Por
eso tomó, el P. Hurault tomó la decisión de traducir y adaptar la Biblia al lenguaje del pueblo, para
que todos pudieran entenderla, y así lo hizo con la ayuda de otro sacerdote chileno, llamado
Ramón Ricciardi, publicando la primera Biblia Latinoamericana (1ª edición 1970; edición definitiva
1972).

El éxito fue fulgurante. Nunca, ningún libro castellano había alcanzado tanta difusión, ni se había
vuelto tan popular. Nunca, ningún libro realizó un servicio mayor a la cultura y a la vida de la
gente del pueblo, y así se multiplicaron las ediciones con miles y millones de ejemplares, tanto en
Chile como en Argentina, para todos los países de habla castellana de América Latina. Ésta ha
sido y sigue siendo la Biblia preferida de los movimientos pastorales de renovación de América
Latina, una Biblia que el pueblo ha entendido y querido como propia.

Así la he visto, año tras año, en los lugares más distintos y extraños de América Latina, allí donde
nadie había tenido antes un libro, en sacristías, capillas, casas particulares y salones de
catequesis. Ha sido una Biblia para aprender a leer y pensar, decidiendo juntos, la Biblia de
gentes que apenas sabían leer, pero que sabían que éste era si Libro de Dios, para recorrer el
camino de la libertad cristiana, con introducciones y notas para entender el mensaje (y no para
confundirlo y explicarlo con tecnicismos).
Una Biblia que apareció muchas veces con imágenes y fotos antiguas y modernas, como le gusta
al pueblo, fotos de lugares de Palestina y de personas de la actualidad, que habían entendido el
mensaje y lo habían aplicado al pueblo (Luther King, Helder Cámara, Oscar Romero…). Quiso ser
de esa manera el libro para todos, la Biblia de la gran renovación de la Iglesia Católica
Latinoamericana.

Fue un texto que encontró también dificultades, tanto por parte de políticos intransigentes
(dictadores empeñados en impedir que el pueblo piense), como por parte de algunos círculos de
Iglesia, más puristas, que tenían miedo de que el pueblo pudiera pensar por sí mismo, entender a
Jesús, leyendo y aplicando su Biblia, para construir así la Iglesia. Tuvo pues dificultades, pero la
Iglesia Latinoamericana en su conjunto defendió siempre esta Biblia, a pesar de que los
especialistas le pusieran (pusiéramos) algunos reparos de detalle, diciendo que a veces el texto
se volvía demasiado coloquial, e incluso acomodaticio, tendiendo a explicar y aplicar algunas
cosas con demasiada facilidad.

Pero reparos como esos (de un tipo o de otro, de una parte o de otra), se pueden poner a todas
las traducciones de la Biblia, incluso a las más tradicionales, aquellas que han sido oficiales en la
Iglesia Católica, como la versión la griega de los LXX (Setenta) y la latina de San Jerónimo
(Vulgata). Ésta no ha querido ser una Biblia “oficial” de ninguna Iglesia, pero ha sido de hecho la
Biblia más querida de millones de cristianos, que la siguen tomando, leyendo y comentando como
suya.

Por eso, esta Biblia, con su letra grande y más pequeña (según la importancia de los textos del
Antiguo Testamento), con sus pasajes en letra redonda y cursiva (para distinguir motivos
especiales), con sus introducciones y notas para entender y aplicar el texto a nuestras
circunstancias, ha logrado imponerse y se sigue utilizando en todos los países de lengua
castellana, de manera que se han hecho incluso ediciones adaptadas a otros idiomas
(empezando por el inglés de Estados Unidos).
Teniendo en cuenta algunos reparos, que parecían justificados (¡como pasa en todas las
traducciones vivas, que se van revisando sin cesar, en contra de las traducciones muertas, de
museo, para filólogos y coleccionistas), el año 1995, los autores revisaron y actualizaron ciertos
giros de la traducción precedente, con el deseo de ponerla aún mejor al servicio de las
comunidades cristianas, especialmente católicas, de Latinoamérica. En esa línea, ésta sigue
siendo una Biblia popular, es decir, para la gente del pueblo, más que para teólogos y
especialistas (que podrán utilizar además otras traducciones, o acudir a los textos originales, en
hebreo o griego). Ésta es una Biblia actualizadora, es decir, hermenéutica: es fiel a los textos
antiguos, pero, al mismo tiempo, los interpreta y aplica desde la situación actual, a fin de que los
mismos lectores cristianos posean así una herramienta para entender su fe y para
comprometerse al servicio del evangelio y del pueblo.

La edición actual ha sido revisada de nuevo el año 2005, con diagramación e ilustración de
Hernán Rodas, cuidando más el texto, que es lo importante, con las 259 enseñanzas previas, las
notas aclaratorias a pie de página, las notas al fin de cada libro, y el índice final de personas,
palabras e instituciones. Por otro ello, puedo afirmar que ésta Biblia es un lujo de libro “de lujo”, si
así puede decirse (a pesar de su precio que es muy accesible), quizá el libro más importante que
se ha publicado en los últimos siglos en América Latina (y en todos los países de lengua
española) para servicio de la cultura y del despliegue de la religión cristiana.

ooooooooooo

BIBLIA CATÓLICA DE LA FAMILIA


(Center for Ministry Development y Editorial Verbo Divino 2013)
‒ Center for Ministry Development. Fundado en 1978, tiene como misión habilitar a las
comunidades de fe católicas y a sus líderes para que puedan realizar una pastoral efectiva con
adolescentes, jóvenes y familias, por medio de una formación pastoral para líderes articulada en
programas, talleres, recursos y publicaciones.
‒ Editorial Verbo Divino. A partir de la publicación de su primera obra, Los Santos Evangelios,
en 1959, Editorial Verbo Divino ha centrado su actividad en la difusión de la Palabra de Dios. A lo
largo de los años, esa vocación inicial se ha reforzado hasta convertirse en una de las casas
editoras con mayor proyección en producción y difusión bíblica en el ámbito hispanohablante, y
especialmente en los países de América. añawww.verbodivino.es
Finalidad. 
Es una Biblia concebida por el Center for Ministry Development y Editorial Verbo Divino para
iluminar el poder de la Palabra de Dios en la Escritura, facilitar su comprensión y ayudar a las
familias católicas a crecer en la fe. La Biblia Católica de la Familia es una Biblia concebida y
realizada especialmente para:
• Las familias católicas de habla hispana de los Estados Unidos de América y el conjunto de los
países de América Latina.
• Las familias católicas latinas de los Estados Unidos que son bilingües español/inglés.
• Las parroquias católicas que trabajan con las familias de habla hispana.
• Utilización del texto bíblico de La Biblia. El libro delPueblo de Dios, traducción de reconocido
prestigio, avalada por su uso como texto litúrgico.
• Introducciones a cada libro de la Biblia para facilitar su comprensión global e invitar a su lectura.
• Complementación del texto bíblico con más de 600 artículos realizados por un equipo de
pastoralistas hispanos y estudiosos de las Escrituras, laicos y religiosos.
• Visión y concepción propia de la mentalidad y espiritualidad latinas en las presentaciones, textos
complementarios, notas de estudio e ilustraciones.
• Con bellas ilustraciones que ayudan a la reflexión y facilitan la interiorización de los pasajes más
representativos.
• Edición a dos colores, con alta legibilidad, especialmente concebida para resultar atractiva a
todos los miembros de la familia.
• Contiene prácticos preliminares y apéndices con una guíapara leer la Biblia como familia,
índices temáticos, planes de lectura, lecturas del Leccionario, oraciones católicas tradicionales,
grandes relatos de la Biblia, mapas, etc.
Elementos de la Biblia Católica de la Familia

La Biblia Católica de la Familia fue diseñada para que las familias puedan leer, entender y aplicar
las Escrituras a sus vidas diarias y para que sus miembros puedan crecer juntos en la fe. Todos
los elementos de esta Biblia están dirigidos a ayudarles a escuchar y comprender el ardiente
deseo de Dios de que ustedes estén en relación con Él, así como de poner en práctica lo que
aprenden en las Escrituras en sus relaciones con su familia, amigos, vecinos, comunidad y
miembros de la Iglesia.

Cada sección y libro de la biblia empieza con una introducción que pone de relieve las historias
más importantes o las personas, y ofrece lecciones para nuestro presente. que incluye las
siguientes partes:

Datos generales. Ofrece datos interesantes sobre los autores, las fechas en que se escribieron
los libros, la audiencia para quien se escribió y los estilos literarios.
Visión de conjunto. Expande el texto introductorio, proporcionando el contexto cultural e
histórico y acompañándolos a través de los temas más importantes.
Esquema. Divide el contenido de la sección o libro por libros o capítulos, identificando los temas
más importantes, los acontecimientos y los personajes. Introducciones a las secciones y a los
libros.
Artículos de texto. Breves artículos que se van intercalando en cada libro para ayudar a la
reflexión y el compartir de la familia y para enfatizar los pasajes clave de la Biblia
Niveles de lectura:
Conoce a... Introduce a los personajes importantes de la Biblia y las lecciones que podemos
aprender de ellos
Comprende la Palabra. Ofrece datos importantes sobre la Biblia y la fe católica, trata de asuntos
difíciles en la Biblia y muestra cómo la Biblia es significativa para la vida familiar católica hoy día.
Siente la Palabra. Invita a la familia a reflexionar sobre el pasaje de la Biblia, a descubrir el
mensaje de Dios para su vida hoy y a tomarlo muy en serio.
Actúa según la Palabra. Anima a la familia a involucrarse en alguna acción inspirada por el pasaje
bíblico, tal como obras de misericordia o justicia.
Ora con la Palabra. Proporciona oraciones y rituales sencillos para su familia con el fin de
ayudarlos a guiar su oración con la Escritura

LA BIBLIA
TRADUCCIÓN INTERCONFESIONAL (BTI).
(BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, EDITORIAL VERBO DIVINO,
SOCIEDAD BÍBLICAS UNIDAS, MADRID 2008)
El año 1972, la Conferencia Episcopal Española y las Sociedades Bíblicas Unidas, con la
colaboración técnica de La Casa de la Biblia, se comprometieron a elaborar una traducción
interconfesional de la Biblia, tomando como modelo la excelente traducción francesa: Traduction
Oecuménique de la Biblia (1975 y 1977). La primera parte de la obra apareció pronto con el título
Biblia interconfesional. Nuevo Testamento (BAC, Casa de la Biblia y Sociedades Bíblicas Unidas,
Madrid 1978). La obra total, donde se incluye el Antiguo Testamento, ha tardado muchos años,
para publicarse, al fin, la Biblia entera el año 2008.
Se trata de un proyecto español, no de los países de lengua castellana, y aparece avalado, por
parte católica por Mons. Adolfo González Montes, de la Comisión Episcopal de Relaciones
Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, y por parte protestante por Samuel
Escobar, presidente honorario de las Sociedades Bíblicas Unidas. Como promotores y
responsables técnicos aparecen, de parte católica y protestante, Miguel Salvador, Ricardo
Moralejo e Ignacio Mendoza, aunque los colaboradores han sido muchos, y no sólo los reseñados
en la página correspondiente de la Introducción.

La publicación de esta Biblia (aunque por ahora sólo es propia de España y no de otros países de
lengua castellana) constituye un acontecimiento de primera magnitud en la historia cultural y
religiosa de nuestras comunidades. Desde la traducción protestante de Casiodoro de la Reina:
Biblia del Oso (Basilea 1569), reelaborada y reeditada por Cipriano de Valera (Biblia de Reina-
Valera, Ámsterdam 1602), católicos y protestantes hispanos habían (habíamos) estado divididos
por la Biblia. Ahora, por vez primera, tenemos una Biblia común (aceptada por todos), y además
podemos emplear unos las Biblias de los otros, sin dificultades ni condenas, sabiendo que son
valiosas, aunque tengan matices distintos.

Por otra parte, esta nueva Biblia común (Interconfesional) tiene muchos valores, empezando por
las introducciones que son, en general, pertinentes y sobrias, tanto en el aspecto histórico-
exegético (aceptando las hipótesis y perspectivas más extendidas en estos momentos) como en
el aspecto doctrinal, donde se han puesto de relieve los presupuestos comunes, sin ocultar las
diferencias.

El orden y división de los libros del Antiguo Testamento recoge el de la Biblia Hebrea, pero se
añaden, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, como un cuerpo especial, los deutorocanónicos,
no sólo aquellos que se han concebido en forma independiente (Jud, Tob, 1-2 Mc, Sab, Eclo, Bar
y Carta Jer), sino los capítulos que han sido a libros ya existentes del canon hebreo (en especial a
Est y a Dan).
Se trata de una traducción sobria y precisa, donde el afán por la exactitud ha primado sobre el
principio de “equivalencia dinámica y formal”, que los promotores del primer proyecto del año
1972 habían (habíamos) propuesto, siguiendo las indicaciones de Eugene A. Nida (The Theory
and Practice of Translation, Brill, Leiden 1969). Esos principios, que siguen siendo muy valiosos,
podían aplicarse mejor cuando el grupo de traductores resulta homogéneo y tiene los mismos
intereses. Pero, en el caso de esta Biblia, dada la diferencia de origen y tendencia de los
traductores, ha resultado algo difícil conseguir esa “equivalencia dinámica”, de forma que el texto
resulta más exacto que bello, con una equivalencia más literal que dinámica.
A pesar de ello, y sacrificando a veces la belleza de los originales, los traductores han logrado un
texto de gran exactitud, en buen castellano, en lenguaje comprensible, que tanto católicos como
protestantes pueden (podemos) aceptar agradecidos. El valor de la traducción resulta
especialmente claro en aquellos pasajes donde tradicionalmente han podido existir divergencia
entre católicos y protestantes, como son los referentes a la eucaristía o a la justificación por la fe.
La solución que los traductores han logrado en esos casos resulta positiva y de valor notable.
Por todo eso, y por el valor del texto en sí, queremos afirmar que nos hallamos ante un
acontecimiento religioso, social y cultural de inmensa importancia. Nunca antes nos habíamos
puesto de acuerdo católicos y protestantes, nunca habíamos podido “comulgar” sobre una Biblia,
ahora podemos y queremos hacerlo.
Sólo nos queda desear que esta Biblia no quede reducida a ser el signo de un compromiso de
acuerdo puntual, de manera que católicos y protestantes sigan (sigamos) empleando cada uno
nuestras biblias particulares (y pensando por separado), como si nada hubiera sucedido. Es
preciso nos acostumbremos a emplear unos y otros esta misma Biblia, y que esto sea el punto de
partida de un encuentro más hondo entre las iglesias.

Para ello será bueno que, en lo posible, en nuevas ediciones se ofrezca un texto que sea
tipográficamente más hermoso (más digno), con márgenes más amplios para el estudio personal,
e incluso con más mapas e ilustraciones de la historia bíblica. No estaría mal que se añadieran
referencias a los intérpretes más conocidos de la Biblia, sobre todo en lengua castellano, tanto
protestantes como católicos (empezando, como es de rigor, por C. de la Reina y C. Valera, hasta
llegar a los grandes traductores del siglo XX, como podría ser L. Alonso Schökel).
Es necesario que esta Biblia sea Biblia de estudio y manejo diario, y no sólo una simple referencia
muda de un acuerdo logrado entre iglesias. Es necesario que ella funcione en sí misma y se
extienda, por el valor que ella tiene, por su lenguaje preciso y cercano y por la forma en que
plantea y resuelve temas que han sido discutidos a lo largo de los siglos y que ahora forman parte
del patrimonio común de todos los cristianos.

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