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INTRODUCCION

Al referirnos a Materias que se tramitan en Juicio Oral,


podemos establecer que cada una de estas posee
características especificas a sus procedimientos, pero en
general los Juicios Orales observan una similitud en lo relativo
a la estructura de los Órganos Jurisdiccionales, también lo
referente al desarrollo del proceso, la extensión del principio
de oralidad, y cabe mencionar el poder de los jueces en estos
Procedimientos, es necesario establecer que los Procesos
Orales de los que versa esta investigación están contenidos
en nuestra legislación Procesal Civil y Mercantil de los
artículos199 al 228.

Entre las clases de Juicios Orales que nuestra legislación


regula se encuentran Los Juicio Orales de Menor Cuantía, El
Juicio de Alimentos, Juicio de Rendición de Cuentas, Juicio de
División de la Cosa Común, Juicio de Jactancia, Asuntos que
por disposición de la ley o convenio de las partes deba
seguirse en esta vía.

A continuación se describe cada una de las materias que se


tramitan en Juicio Oral puntualizando sus diferentes
características procedímentales, así como también se hace
referencia a las diferencias que existe entre cada uno de
estos procesos orales.

En el Marco Teórico Conceptual de la siguiente investigación,


se pudo establecer que en la solución de conflictos de materia
Civil, en los cuales la oralidad cumple un papel fundamental,
es de vital importancia la observancia de este principio, ya
que además de facilitarle la función al Juzgador, para las
partes se vuelve más sencillo en su trámite.

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JUICIOS ORALES DE MENOR CUANTIA

En el Código Procesal Civil y Mercantil, se regulan dos tipos de juicio


Oral, atendiendo al valor de lo reclamado: los de menor cuantía y los de
ínfima cuantía. Ya sabemos que de conformidad con el artículo siete de
dicho código, por razón de la cuantía son competentes los jueces
menores, cuando el valor que se litiga no excede de Q.500.00. de esa
manera, deben tramitarse por el procedimiento del juicio oral, ante los
jueces menores, todos aquellos asuntos que tengan un valor inferior a
esa suma. Sin embargo el código fijo una excepción para aquellos casos
en que el valor de lo litigado sea menor de Q.100.00 y para esa clase de
asuntos, señalo un procedimiento especial bajo la denominación de
juicios de ínfima cuantía.

JUICIO DE MENOR CUANTIA

Para los juicios de menor cuantía, o sea aquellos inferiores a Q.500.00 y


superiores a Q.100.00 se aplicara el procedimiento comprendido en los
artículos del 201 al 210 del C P C Y M. Dicho procedimiento se
desenvuelve en forma de audiencia y su trámite debe ser rápido.

JUICIO DE INFIMA CUANTIA

El juicio de ínfima cuantía es todavía mucho más rápido y concentrado.


El Código le destina un solo artículo, pero esa norma en realidad se
refiere a varias situaciones. La disposición dice así: Art.211.
Procedimiento: Cuando la cantidad que se litiga no exceda de cien
quetzales, la demanda, su contestación y demás diligencias, se harán de
palabra, dejando constancia de ellas en un libro que se llevara al efecto,
así como de la resolución que se dicte en el acto. Contra esa resolución
no cabe recurso alguno. Si no compareciere el demandado, el Juez
podrá citarlo bajo apercibimiento de tener su incomparecencia como
confesión de los hechos afirmados por el actor, que se harán constar
lacónicamente en acta y se dictara sentencia conforme al párrafo
anterior. En esta clase de procesos no se gravara a las partes con
gastos, costas ni honorarios de ninguna clase.

Las situaciones que hemos mencionado son las siguientes:

1.- La situación común y corriente es que el titular de un crédito


pequeño es decir que no exceda de cien quetzales acudirá a un Juzgado
de Paz para que este órgano jurisdiccional cite al deudor.
Esta citación puede hacerse de manera simple, sin necesidad de
levantar, por el momento ninguna acta. Si el día de la audiencia
comparece el demandado, en ese caso la demanda, su contestación y
demás diligencias se harán constar en un libro de actas que se llevara

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para el efecto en el cual se asentara la resolución que en la misma
audiencia dicte el juez. Contra esta resolución no cabe recurso alguno.

2.- si a la citación librada no respondiere el demandado es decir si se


produce la incomparecencia de este el juez hará constar lacónicamente
en una sola acta los hechos afirmados por el actor y señalara audiencia
especial para que comparezca el demandado, bajo apercibimiento de
tener su incomparecencia como confesión de los hechos sostenidos por
el actor.

3.- Puede suceder que ambas partes comparezcan ante el juez, de


modo voluntario y sin citación de ninguna especie, caso en el cual al
exponer su punto de litigio, la demanda, su contestación y demás
diligencias se harán de palabra dejando constancia de ellas en un libro
de actas y se dictara sentencia.

4.- Puede el tribunal ya que no lo prohíbe la disposición que estamos


comentando al comparecer el demandante levantar acta lacónica con la
exposición de los hechos afirmados por el actor y señalar audiencia para
la comparecencia del demandado bajo apercibimiento de que si no
comparece se tomara como confesión de los actor y en caso de hacer
efectivo el apercibimiento en la audiencia fijada dictara sentencia
inmediatamente.

Una vez obtenida la sentencia ya se posee titulo ejecutivo para proceder


al embargo de bienes del deudor conforme a los procedimientos de
ejecución. Todas las medidas precautorias que permite el código, desde
luego si pueden hacerse efectivas, ya sea en la fase del juicio o en la
ejecución de la sentencia.

JUICIO DE ALIMENTOS

Este juicio se tramita ante la jurisdicción privativa de familia conforme al


Decreto Ley- numero 206 del 7 de mayo de 1964.

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DEMANDA

La demanda en este juicio puede interponerse verbalmente o por


escrito, tal como do dispone el articulo 201 del CPCYM, pero tiene la
característica de que el actor debe presentar con ella el titulo en que se
funda, que puede ser el testamento, el contrato, la ejecutoria en que
conste la obligación , o los documentos justificativos del parentesco.

El código Civil establece que la denominación de alimentos comprende


todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido
asistencia medica y también la educación e instrucción del alimentista
cuando es menor de edad siendo este un concepto bastante amplio que
el juez debe tomar en cuenta para la fijación de la pensión provisional, o
a definitiva en su caso.

En el mismo Código Civil se establece que los alimentos han de ser


proporcionados a las circunstancias personales y pecuniarias de quien
los debe y de quien los recibe y que los alimentos se reducirán o
aumentan proporcionalmente, según el aumento o disminución que
sufran las necesidades del alimentista y la fortuna del que hubiere de
satisfacerlos. Como estas situaciones plantean problemas de prueba,
especialmente difíciles para el que necesita de los alimentos, el código
procesal en vigor lleno un vació que se hacia sentir en la legislación
anterior, tanto civil como procesal, y es de esa manera que se estableció
la importante norma del párrafo segundo del articulo 212 del CPCYM
sobre que se presuma la necesidad de pedir alimentos, mientras no se
pruebe lo contrario. En esta forma, para entablar una demanda de
alimentos, basta la presentación de cualquiera de los títulos que se han
mencionado para que el juez proceda a darle tramite, con base en la
presunción legal de la necesidad en que se encuentra el alimentista de
pedir alimentos de conformidad con el Código Civil.

PENSION PROVISIONAL

La pensión provisional fue objeto de nuevo tratamiento en el CPCYM


debido a las dificultades que se habían presentado con el anterior
código. En este se establecía que mientras se ventilaba la obligación de
dar alimentos.

Podía el juez ordenar, según las circunstancias, que se dieran


provisionalmente, desde que en la secuela del juicio hubiera fundamento
razonable, sin perjuicio de la restitución, si la persona de quien se
demandaban obtenía sentencia absolutoria. Con base en ese precepto
los jueces podían fijar, a su prudente arbitrio, la pensión alimenticia en
forma provisional pero el problema surgía por la expresión desde que en

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la secuela del juicio haya fundamento razonable. Había jueces que
estimaban que la pensión provisional no podía fijarse con la sola
presentación de la demanda sino hasta que se hubiera contestado esta,
por que hasta ese entonces podía hablarse propiamente de juicio,
naturalmente que no era un criterio correcto, por la función que los
alimentos están llamados a desempeñar, pero siempre quedaba en pie
el criterio legal sobre que decida de haber un fundamento razonable.

En el código en vigor este problema desaparecían, por la norma ya


citada de que se presume la necesidad de pedir alimentos, la cual evita
la formula equivoca del fundamento razonable para pedir los alimentos
provisionales, toda vez que existe la presunción de la necesidad de ellos.
El código, en su artículo 213 trae reglas precisas para la fijación de la
pensión provisional. Estas reglas son fundamentalmente dos:

1. La primera establece que con base en los documentos


acompañados a la demanda y mientras se ventila la obligación de
dar alimentos, el juez ordenara, según las circunstancias que se
den provisionalmente, fijando su monto en dinero sin perjuicio de
la restitución si la persona de quien se demandan obtiene
sentencia absolutoria. De manera que si el actor acompaña con su
demanda documentos que justifiquen las posibilidades del
demandado, o den idea de su posición social, el juez fijara de
acuerdo con ellos el respectivo monto.

2. si no se acompañaren documentos justificativos de las


posibilidades económicas del demandado, el juez fijara
prudencialmente la pensión alimenticia provisional. Con forme
esta segunda situación, aunque no haya ninguna justificación
documental de las posibilidades del demandado, el juez siempre
fijara la pensión provisional, pero a su prudente arbitrio.

En los juicios de alimentos siempre surgen discusiones respecto del


monto de la pensión provisional y a fin de evitar, en lo posible, tales
controversias que entorpecen la marcha normal del proceso, en el
párrafo final del articulo 213 del Código se incluyo la norma que da
facultades al juez para que durante el curso del proceso, pueda variar el
monto de la pensión o decidir que se den en especie o bien en otra
forma.
Esta disposición del Código procesal se compagina con lo regulado en el
articulo 279 del código Civil, que si bien establece que los alimentos
deben ser fiados por el juez en dinero, también permite que se den de
otra manera cuando, a juicio del juez, medien razones que lo justifiquen.
Igualmente armoniza esa disposición procesal con el artículo 280 del
Código Civil, que antes hemos mencionado, conforme al cual los
alimentos se reducirán o aumentan proporcionalmente, según el

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aumento o disminución que sufran las necesidades del alimentista y la
fortuna del que hubiere de satisfacerlos. El mismo orden de ideas se
sigue con el artículo 281 del Código Civil que establece que los
alimentos solo se deben en la parte en que los bienes y el trabajo del
alimentista no alcance a satisfacer sus necesidades.

Todas esas disposiciones reflejan la realidad cambiante que ocurre en


materia de alimentos y la necesidad de ellos, por lo que es lógica la
previsión del Código en cuanto a que durante el curso pueda el juez
variar el monto de la pensión o decidir que se den en especie o en otra
forma. El Código no menciona el procedimiento para que el juez pueda
llegar a esta decisión, pero es obvio que cuando se formule una petición
en ese sentido, no puede el juez resolverla de plano, puesto que tiene
que atender la situación de ambas partes y por ello, tendrá que aplicar
el procedimiento relativo a los incidentes.

PROVIDENCIAS PRECAUTORIAS Y ASEGURAMIENTO DE


ALIMENTOS

En esta clase de juicios, el demandante podrá pedir toda clase de


medidas precautorias, las que se ordenaran sin más trámite y sin
necesidad de prestar garantía. Esta disposición concuerda con la
establecida en el párrafo 2º. Del articulo 12 de la Ley de Tribunales de
Familia que establece que cuando el juez considere necesaria la
protección de los derechos de una parte, antes o durante la tramitación
de un proceso, puede dictar de oficio o a petición de parte, toda clase de
medidas precautorias, las que se ordenaran sin mas tramite y sin
necesidad de prestar garantía. Por consiguiente, estas normas
constituyen una excepción a los dispuesto el artículo 531 del CPCYM que
dispone el otorgamiento de garantida para que pueda ejecutarse una
medida precautoria.

También el Código Civil se ocupa del aseguramiento de los alimentos,


cuando haya habido necesidad de promover juicio para obtenerlos. La
disposición respectiva se encuentra en el artículo 292 que dice. La
persona obligada a dar alimentos contra la cual haya habido necesidad
de promover juicio par obtenerlos, deberá garantizar suficientemente la
cumplida prestación de ellos con hipoteca, si tuviere bienes
hipotecables, o con fianza u otras seguridades, a juicio del juez, en este
caso.
El alimentista tendrá derecho a que sean anotados bienes suficientes del
obligado a prestar alimentos, mientras no los haya garantizado.

Como puede apreciarse, el juez que conoce del juicio de alimentos tiene
amplias facultades para dictar toda clase de medidas precautorias y
esas facultades, que son de carácter discrecional, se ven apoyadas por

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la norma del Código Civil antes transcrita, que también lo autoriza para
que exija del obligado garantías especificas. Pero, además de lo anterior,
el nuevo Código Penal en el Titulo relativo a los delitos contra el orden
jurídico familiar y contra el estado civil, trae un capitulo especial que
titula Del incumplimiento de deberes, compuesto de cuatro artículos del
242 al 245. En esa regulación penal, se establece en el primero de los
artículos Articulo 242 lo siguientes “quien estando obligado legalmente a
prestar alimentos, en virtud de sentencia firme o de convenio que
conste en documento publico o autentico, se negare a cumplir con tal
obligación después de ser legalmente requerido, será sancionado con
prisión de seis meses a dos años, salvo que probare no tener
posibilidades económicas para el cumplimiento de su obligación.

El autor no quedara eximido de responsabilidad penal, por el hecho de


que otra persona los hubiere prestado.

Según el articulo 243 del Código Penal, la sanción señalada en el articulo


242 se aumentara en una tercera parte, cuando el autor, para eludir el
cumplimiento de la obligación, traspasare sus bienes a tercera persona o
empleare otro medio fraudulenta.

Aunque de conformidad con las disposiciones del orden civil los


alimentos comprenden también lo relativo a la educación del necesitado
de ellos, el Código Penal en su artículo 244 tipifica como delito especial,
el incumplimiento de deberes de asistencia en este sentido. Dice esta
disposición “quien estando legalmente obligado, incumpliere o
descuidare los dichos de cuidado y educación con respecto a
descendientes o a persona que tenga bajo su custodia o guarda, de
manera que estos se encuentren en situación de abandono material y
moral, será sancionado con prisión de dos meses a un año. No obstante
la drasticidad de las disposiciones anteriores, el legislador suavizo la
situación del obligado, al establecer una eximente específica para el
caso de cumplimiento. Esa eximente la encontramos en el artículo 245
el cual establece que en los casos previstos en los artículo 242, 243 y
244 quedara exento de sanción quien pagara los alimentos debidos y
garantizare suficientemente, conforme a la ley, el ulterior cumplimiento
de sus obligaciones.

De manera que en la legislación procesal civil no tiene limite el juez


para dictar las medidas precautoria que a su juicio procederá, puede
exigir garantías especificas conforme al articulo 292 del Código Civil, y
además, se protege al alimentista a trabes de la ley penal, mediante la
tipificación de delitos cuando haya negativa a prestarlos o se recurra a
maniobras fraudulenta para aparentar que no se tienen bienes con que
responder a la obligación.

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Para el aseguramiento de los alimentos conforme al código Civil, no se
requiere que el juicio de alimentos este terminado, ya que el artículo
292 del dicho código, el único presupuesto que exige es que haya
habido necesidad de promover juicio. Esta disposición no señala ningún
procedimiento, pero se entiende que el juez resolverá inmediatamente y
sin correr audiencia al obligado, porque se trata de una medida
precautoria, para el efecto le señalara termino aplicando el articulo 143
de la Ley del Organizo Judicial, el cual dispone que el juez debe señalar
términos en los casos en que la ley no los haya fijado expresamente.

En cambio en el ámbito penal se necesita que se haya dictado sentencia


o celebrado convenio en documento publico o autentico y que el
obligado haya sido legalmente requerido. Este requerimiento puede
hacerse en forma notarial o judicial. Desde luego, la notificación
ejecutiva equivale al requerimiento, pero este puede hacerse también
sin necesidad de juicio.

REBELDIA

Dentro de las disposiciones especiales que trae el Código en relación


con el juicio de alimentos, encontramos da del articulo 215 que asigna
efectos especiales a la rebeldía del demandado. Esta disposición dice
así. “si el demandado no concurriere a la primera audiencia y no
contestare por escrito demanda, el juez lo declarar confeso en las
prestasiones del actor y procederá a dictar sentencia. Esta dispocion
constituye una excepción a la regla general establecida en el juicio
ordinario, en el cual si el demandado no comparece, se tiene por
contestada la demanda en sentido negativo y se sigue el juicio en su
rebeldía, a solicitud de parte. Quiere decir, que por la simple
incomparecencia del demandado, el juez debe dictar sentencia
condenatoria.

No dice nada el código respecto de la rebeldía del actor aunque es obvio


que si el demandante no comparece a la primera audiencia y ha ofrecido
pruebas en su demanda, no puede el juicio terminar aunque el
demandado presente todas sus

SENTENCIA Y EJECUCIÓN

El juicio de alimentos puede terminar si el demandado incurre en


rebeldía, pero no a la inversa. Tanto en el caso de la rebeldía del
demandante como en su comparecencia, debe investigarse la verdad de
los hechos, por lo que el juez de familia debe recibir toda la prueba e
incluso buscarla, haciendo uso de los poderes inquisitivos que le confiere
la ley.

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La ejecución de la sentencia es bastante rápida. Está regulado el
procedimiento en el párrafo segundo del articulo 214 del CPCYM.
Aunque la ejecución se supone aplicable cuando ya el proceso ha
concluido por virtud de sentencia; en la primera resolución que dicta el
juez, fija la pensión provisional la cual puede dejar de pagarse al igual
que el incumplimiento para lo cual se procederá inmediatamente al
embargo y remate de bienes suficientes para cubrir la obligación; ya que
el Código no hace ninguna distinción en cuanto al momento en que se
incurre en incumplimiento el cual puede ocurrir durante el proceso o al
finalizar por la sentencia.

Si se hubiera otorgado garantías especificas como por ejemplo hipoteca,


prenda o fianza, desde luego, la ejecución tendrá que ser, por la vía de
apremio para el caso de la hipoteca y de la prenda y por la vía ejecutiva
común para el caso de la fianza; pero sin perjudicar en este ultimo caso
al actor, ya que por no haber una garantía real especifica, puede
obtener embargo en los bienes del demandado. Lo mismo sucederá si
en la prenda se pacto que le obligado quedaba responsable por un saldo
insoluto (Artículos 823 y 881 del CC)

PERSONAS OBLIGADAS A PRESTAR LOS ALIMENTOS

Según el Código Civil están obligados recíprocamente a darse alimentos,


los cónyuges, los ascendientes, descendientes y hermanos. Cuando el
padre y la madre no estuvieren en posibilidad de proporcionar alimentos
a sus hijos, corresponde a los abuelos paternos de los alimentistas, por
todo el tiempo que dure la imposibilidad del padre ( Art. 283)

Se estipula que cuando recaiga la obligación de dar alimentos, en dos o


mas personas se partirá entre ellas el pago, en cantidad proporcionada a
su caudal respectivo. (Art. 284 CC.)

Contempla el Código Civil que dos o más personas alimentistas tuvieren


derecho a ser alimentados por una misma persona y ésta no tuviere
fortuna bastante para atender a todos. En tal evento, según el articulo
285 estipula que deberán prestarse en el orden siguiente: 1) a su
cónyuge; 2) a los descendientes del grado más próximo, 3) a los
ascendientes del grado más próximo; y 4) a los hermanos.

El Código Civil también establece cuando cesa la obligación de prestar


alimentos: 1) por la muerte del alimentista; 2) cuando aquel que los
proporciona se ve en la imposibilidad de continuar prestándolos, o cuado
termina la necesidad del que los recibía; 3) en el caso de injuria, falta o
daño grave inferidos por el alimentista contra el que debe prestarlos; 4)

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cuando la necesidad de los alimentos dependa de la conducta viciosa o
de la falta de aplicación al trabajo del alimentista, mientras subsistan
estas causas; y 5) si los hijos menores se casaren sin el consentimiento
de los padres. (Art. 289) En el articulo 290 también se estipula quienes
no pueden exigir alimentos.

Todas estas situaciones se ventilaran por el procedimiento del juicio oral


de alimentos y las disposiciones especiales que contienen los artículos
212 a216 del CPCYM (articulo 216 párrafo primero del CPCYM)

OTRAS DISPOSICIONES ESPECIALES DEL CÓDIGO CIVIL

El código civil estable que el derecho a los alimentos no es renunciable


ni transmisible a un tercero, ni tampoco se puede embargar. Los
alimentos no admiten compensación con lo que el alimentista debe al
que ha de prestarlos. Sin embargo pueden compensarse, embargarse,
renunciarse y enajenarse las pensiones alimenticias atrasadas (articulo
282)

El Código Civil anterior establecía la norma de que no pueden cobrarse


alimentos pretéritos, sino por un tiempo que no excediera de los doce
meses inmediatamente anteriores a la demanda (Art. 218). En la
actualidad ya no pueden reclamarse alimentos pretéritos ya que solo se
estable en el articulo 287 del CC que la obligación de dar alimentos será
exigible desde que los necesitare la persona que tenga derecho a
percibirlos; por lo que depende enteramente del alimentista reclamarlos
desde que los necesite, a fin de que en ese momento fije el juez la
pensión provisional y una vez fijada las normas que entran en juego son
las de la prescripción extintiva reguladas en el articulo 1514 inciso 4º.
Del Código Civil. No obstante debe tenerse presente que no corre el
termino para la prescripción, según el articulo1504 del Código Civil:
contra los menores y los incapacitados, durante el tiempo que estén sin
representante legal constituido; entre padres e hijos, durante la patria
potestad, entre los menores e incapacitados y sus tutores, mientras dure
la tutela; y entre los cónyuges, durante el matrimonio; y entre hombre y
mujer, durante la unión de hecho(incisos 1º., 2º., 3º. Y 5º.)

En el Código Civil hay dos normas que debemos mencionar con el objeto
de aclarar en qué vía deben discutirse los litigios que pudieran surgir en
torno a ellas las cuales las encontramos en los artículos 286 que dice
que el pago de alimentos no proporcionados debe tramitarse en juicio
oral porque precisamente se trata de exigir alimentos a los que el padre
estaba obligado y no proporcionó. Y el articulo 288 donde surge una
duda ya que menciona específicamente que quien haya suministrado
alimentos (puede ser pariente o no serlo) con “protesta de cobrarlos”
tiene derecho “a ser indemnizado” por la persona obligada a proveerlos.

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Pareciera ser que esta “indemnización” debiera cobrarse por la vía
ordinaria y no por los tramites del juicio oral. Sin embargo, esto favorece
al alimentista. En efecto, quien no estando obligado a dar los alimentos,
los proporciona, sabe de antemano que cuenta con un procedimiento
rápido para recobrar lo desembolsado.

COSTAS JUDICIALES

Según el Código Procesal, en esta clase de juicios no se exigirá papel


sellado al alimentista. La reposición de dicho papel al del sello de ley
correspondiente, será a cargo del demandado si resulta condenado,
quien en este caso también deberá ser condenado al pago de las costas
judiciales (Art. 216, párrafo 2º.)

Hay duda en cuanto a que si esta exención también es aplicable a los


tramites de ejecución. Un criterio que al parecer ha prevalecido, consiste
en alicar la exención cuando la ejecución se pide en el mismo juicio, lo
que puede hacerse con base en el párrafo segundo del articulo 214 del
CPCYM y párrafo primero del articulo 295 del mismo código. Pero cuando
se utiliza vía separada, debe usarse el papel sellado correspondiente.
Esta ultima solución no resulta gravosa para el ejecutante, porque a la
postre, se resarcirá de estos gastos al ser incluidos dentro de las costas
judiciales de la ejecución.

JUICIO DE RENDICION DE CUENTAS

La regulación del juicio de rendición de cuentas es nueva en el CPCYM.


Es un juicio oral incluido en al articulo 199, inciso 4o. del código,
sujetándose a ese tramite todas las personas a quienes se le impone
esta obligación la ley o contrato. El anterior código tenía gran cantidad
de dificultades ya que no se encontraba regulado y por ello ese asunto
debía tramitarse por la vía del juicio ordinario. Esto era perjudicial para
las partes ya que debían agotar la primera y segunda instancia, luego el
recurso de casación para que la sentencia tuviera obligación, o sea que
el obligado rindiera cuentas. Después de dictada la sentencia
confirmatoria de lo que la legislación establece, había que proceder a la
ejecución de la sentencia, a través de la cual si se obtenía la rendición
de cuentas, o en su caso, el pago de daños y perjuicio.

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Por esas razones fue que se regulo un procedimiento mas rápido, por
medio del cual y en el mismo juicio, se rindieran las cuentas, a la vez
dejar variar posibilidades para el contenido de la sentencia, a fin de que
el juez pudiera resolver todas las situaciones que pueden presentarse
con motivo de la rendición de cuentas. La vía del juicio oral era la más
adecuada, por sus características, que permite al juez en audiencias
estar en contacto con las partes y tener el conocimiento real y efectivo
de los hechos.

Las normas aplicables son las mismas para el juicio oral. Su disposición
especifica la encontramos en el articulo 217 que dice: “Cuando se
demande la rendición de cuentas, ya sea por no haberse rendido, o por
haberse hecho defectuosa o inexactamente, declarara provisionalmente
la obligación del demandado de rendir las cuentas y le prevendrá
cumplir con esta obligación en la primera audiencia que señale, bajo
apercibimiento de tener por ciertas las afirmaciones del actor y de
condenarlo en los daños y perjuicios que prudencialmente fijara el juez”.

Para obtener la declaración preliminar, se requiere obligatoriamente que


se presente prueba documental con la demanda. Con esa prueba el juez
declara provisionalmente la obligación que tiene el demandado de rendir
las cuentas, lo que significa que si los documentos no son prueba
fehaciente de la obligación, el juez se abstiene de darle curso a la
demanda. Si por el contrario, los documentos demuestran la demanda,
la prevención del juez es seria y drástica, ya que ordena que el
demandado rinda cuentas en la primera audiencia, bajo el
apercibimiento de tener por ciertas las afirmaciones del actor y de
condenarlo en los daños y perjuicio que el juez fijara. Esta es una
confesión ficta, en el caso de que incurra en rebeldía el demandado.
Esta norma es una excepción del juicio ordinario, conforme a la cual la
rebeldía del demandado implica la negación de los hechos y no la
confesión ficta.

El mismo articulo en el 2º. párrafo indica que contra las afirmaciones del
actor, el demandado puede rendir prueba en contra, el demandado
puede rendir la prueba en la contestación de la demanda. El trámite
para la recepción de la prueba debe acomodarse a la celebración de las
distintas audiencias. Pero, este párrafo indica que si el demandado no ha
contestado la demanda, ni comparece a la audiencia o no rinde en ella
cuentas de su administración, el juez tendrá por ciertas las afirmaciones
del actor y dictara sentencia, dando por concluido el juicio y
condenándolo en los daños y perjuicio que prudencialmente fije.

Al concluir la tramitación del proceso, el juez tendrá que pronunciarse


sobre lo siguiente:

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1º La aprobación o improbacion de las cuentas
Esta posibilidad la tiene el juez cuando se han rendido cuentas durante
el juicio y se ha aportado prueba sobre las distintas afirmaciones de las
partes, que conducen a que el juez se pronuncie.

2º. La condena al pago del saldo que resulte de las mismas


El juez aprueba la rendición de cuentas de conformindad con los
resultados que ofreza la prueba aportada, pero determina el saldo a
favor del actor, a cuyo pago se obliga al demandado.

3º La condena de daños y perjuicio, que se fijaran


prudencialmente por el juez, para el caso de la rebeldía a rendir
cuentas, o de improbacion de las mismas, tomando como base
las afirmaciones del actor.
Hay dos hipótesis para este caso: una, para el caso de la rebeldía a
rendir cuentas; y la otra, para el caso de que se imprueben. En ambos
casos, el juez estima prudencialmente los daños y perjuicios, tomando
como base las afirmaciones del actor. Aunque la facultad del juez para
fijar los daños y perjuicios es discrecional, ya que el Código dice que los
determinará “prudencialmente”, sin embargo, el mismo Código se
refiere a que el juez tomará como base las afirmaciones del actor.
Quiere decir esto, que el monto de tales daños y perjuicios, en ningún
caso puede exceder de lo que el demandante pretende en su demanda.

4º La condena al pago de intereses legales y las costas


Esto opera, cuando se ha determinado que existe un saldo deudor. No
opera, en cuanto al monto estimado de los daños y perjuicios, ya que en
ese caso se cobrarán intereses legales pero a partir del momento en que
en ejecución de sentencia, se emplace al demandado para el pago de
esos daños y perjuicios. La condena en costas es aplicable a todos los
presupuestos en que resulte vencido el obligado a rendir cuentas. En
este juicio la condena en costas es imperativa.

5º La fijación del plazo dentro del cual deberá hacerse el pago


Este plazo tiene relación, tanto para el caso en que se haya condenado
al pago del saldo resultante de la rendición de cuentas como para el
evento de que haya habido condena en daños y perjuicios; y, desde
luego, para el pago de los intereses legales, en el caso de que se tratara
de un saldo deudor.

6º La absolución del demandado con base en que no estaba


obligado a rendir cuentas
Puede presentarse la situación de que, con la prueba producida, se haya
desvirtuado la obligación de rendir cuentas.

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JUICIO DE DIVISION DE LA COSA COMUN

Finalmente, debemos mencionar el último párrafo del artículo 217 del


CPCYM, que se refiere al trámite que debe observarse para la rendición
de cuentas de los depositarios nombrados en juicio. Para estos casos, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 43 del mismo Código, la vía a
seguir es la de los incidentes, en cuerda separada, a fin de no
obstaculizar el curso del asunto principal.

Esta clase de juicios aparece por primera vez en nuestra legislación en


el inciso 5 del artículo 199 de CPCYM. Esta disposición establece que se
tramitaran en juicio oral la división de la cosa en común y las diferentes
que sugieren entre los copropietarios en relación a la misma.

Cuando tratamos del juicio oral de rendición de cuentas, en el artículo


492 del código civil establece que ningún propietario estará obligado a
permanecer en la comunidad. Cada uno de ellos podrá pedir, en
cualquier tiempo, que se divida la cosa en común, salvo en los casos en
que la indivisión este establecida en la ley, como sucede por ejemplo en

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el régimen de propiedad horizontal, en lo cual los elementos y partes
comunes se han de mantener en división forzosa, mientras dure este
régimen, siendo nulo cualquier pacto en contrario.

Antes de la vigencia del nuevo código los casos de la división de la cosa


en común, en asuntos litigiosos debe ventilarse en la vía ordinaria, lo
cual suponía la tramitación de las dos instancias, y eventualmente la
fase correspondiente al recurso de casación, después de este largo
proceso se dictaba la sentencia que establecía la división de la cosa
como una obligación a cargo de los demandados, declaración totalmente
irrelevante, puesto que ya la ley establecía esa obligación. No era sino
hasta el tramite de la ejecución de la sentencia, en la cual venia a
hacerse la partición del bien común.

Para evitar todo ese largo y engorroso camino se incluyo en el código


PCYM el juicio oral de la división de la cosa común, a fin de que la
partición se llevara a cabo, dentro del propio juicio a trabes de un
procedimiento rápido y con interdicción del notario partidor. Como el
juicio de la división de la cosa en común se tramita por la vía oral todo el
procedimiento es aplicable a esa clase de juicios sirve para el
desenvolvimiento del mismo, siendo siempre supletorias las normas del
juicio ordinario.
En consecuencia se desarrolla en un máximo de tres audiencias y con el
régimen ya descrito para el juicio oral en cuanto a la demanda,
interposición excepciones, pruebas sentencia, recursos y ejecución.

CASOS EN QUE PROCEDE

Cuando los copropietarios no estén de acuerdo, pueden pedir la división


o venta publica en subasta de cosa en común Art. 219 CPCYM. Esta
norma de código guarda concordancia con la antes mencionada del
código Civil sobre que ningún copropietario esta obligado a permanecer
en la comunidad. Nótese que en la disposición citada se dan dos
posibilidades a quien entable la acción, una de ellas es pedir la división y
la otra es pedir su venta,

Es necesaria la declaración judicial de división de la cosa común cuando


hubiere intereses de menores, ausentes incapaces o del Estado. Este
supuesto esta contemplado es el párrafo segundo del artículo 219 el
cual dispone que estos casos, los afectados serán citados por medio de
sus legítimos representantes.

Debe tenerse presente que el código civil permite que pueda celebrarse
el pacto de indivisión. Conforme al articulo 493 de este código será
valido el pacto de conservar la cosa indivisa por tiempo determinado

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que no exceda de tres años, plazo que puede prorrogarse por nueva
convención.

La única limitación que tiene la petición de división de la cosa común


resulta de la prohibición establecida en el artículo 494 del código civil
sobre que los copropietarios no podrán exigir la división de la cosa
común cuando de hacerla resulte inservible para el uso que se le
destine. En este caso dice la mencionada disposición si los condueños
no convinieren en que se adjudique a uno de ellos indemnizando a los
demás, se procederá a su venta y se repartirá su precio.

Así por ejemplo el articulo 1087 a ningún coheredero puede obligarse a


permanecer pro indiviso en los bienes hereditarios, ni ha un por orden
expresa del testador.

NOMBRAMIENTO DEL PARTIDOR

La designación del partidor es una de las regulaciones mas importantes


que tiene este juicio de acuerdo con el articulo 220 del CPCYM el
partidor deberá ser notario y es en la primera audiencia, en la fase
conciliatoria cuando el juez procurara a venir a las partes sobre el
nombramiento del partidor y solo si no hubiere acuerdo el juez hará la
designación. Una vez llenados los trámites la aceptación y
discernimiento del cargo al partidor nombrado, el juez le fijara término
para que presente su proyecto de partición o manifieste la imposibilidad
de hacerlo. Esta imposibilidad deviene que la cosa común no admita
cómoda división.

AUDIENCIAS

Las audiencias en el presente juicio son, naturalmente las mismas que


corresponden al juicio oral y que ya fueron explicadas anteriormente, No
obstante ello es conveniente que hagamos una puntualización para el
caso especifico de que a la primer audiencia no comparezca el
demandante y el demandado, El juez tendrá que decretar la rebeldía de
las dos partes debiendo ser en ese caso, la designación del partidor y
seguir con los tramites establecidos para la división de la cosa en
común.

DISCUSIÓN DEL PROYECTO

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Conforme a lo dispuesto en el articulo 221 del CPCYM una vez que el
notario nombrado haya presentado el proyecto de petición, el pues lo
hará saber a las partes y las convocara a una audiencia para que hagan
las observaciones y rindan las pruebas que estimen convenientes. Se
entiende que esta audiencia debe ser una de las tres señaladas para el
juicio oral. Lo mas lógico es que sea la segunda, las partes pueden
formular objeciones al proyecto de partición y si el juez las estime
fundadas tales objeciones, podrá disponer por una sola ves, que se
formule nueve proyecto por el partidor. A quien le fijara un plazo para
este efecto no dice el código cuanto tiempo se le dará, pero dadas las
circunstancias el plazo no será muy largo. Según la disposición citada
de este nuevo proyecto, debe darse audiencia por cinco días a las
partes.

TERMINACION DE PROCESO

El proceso puede terminar de dos maneras, la primera por medio de un


auto razonado que dicta el juez, cuando transcurridos los términos para
que las partes expresen sus observaciones sobre el proyecto de
partición, no medie oposición de parte. Esta situación supone la
conformidad absoluta de las partes con el proyecto de partición
presentado.

La otra situación es cuando el proceso termina por sentencia que dicta


el juez, este caso supone que habiendo oposición, y en tal evento, el
juez debe pronunciarse en la sentencia, sobre si aprueba el proyecto
presentado por el notario 0partidor, o bien si lo modifica, determinando
concretamente los puntos que deben ser cambiados. Estos dos
supuestos están contemplados en el artículo 222 del CPCYM y en ambos
casos, debe el juez ordenar la protocolacion de la partición.

PROTOCOLACION

Finalmente, concluido todo el trámite de aprobación del proyecto de


partición, el tribunal entregara al Notario partidor certificación de dicho
proyecto y del auto que lo apruebe, o de la sentencia en su caso, para
que proceda a protocolar la partición. Así lo dispone el artículo 223 del
CPCYM, el cual, a fin de que la partición sea fácilmente leída y
entendida, también establece que la certificación será extendida
respetando en todas sus partes la forma que le hubiere dado el partidor,
auque se hayan dejado espacios y no se haya escrito a renglón seguido.

17
JUICIO DE JACTANCIA

El Juicio de Jactancia es le ultimo de los juicios menciona expresamente


en el articulo 109 del Código Procesal Civil y Mercantil, (inciso 6), la
denominación “declaratoria de jactancia”. Este juicio es supervivencia
de las antiguas instituciones procesales. Nuestros códigos han seguido
por lo general los vaivenes de la legislación española, en este punto se
han apartado de ella.

Etimológicamente, la palabra jactancia proviene de iactancia que


quiere decir alabanza propia, desordenada presuntuosa; es el alarde
vanidoso de cualidades personales exaltación de la propia excelencia y
valer.

Malaver sostiene que en la esfera del derecho, la jactancia implica la


ostentación publica por el jactancioso de una pretensión jurídica
respecto de un tercero, atribuyéndose determinados derechos reales o
créditorios o bien acciones en contra de el mismo, ocasionados con ello
perjuicios materiales, morales al verdadero titular del derecho discutido.

Esta clase de juicios, importan desde luego, algunas variantes con


respecto a los demás procedimientos establecidos en el Código. En
virtud de la llamada acción de jactancia, se obliga a otra persona a
demandar, lo que quiere decir que en cierta forma esta persona se ve
coaccionada a demandar, si no desea soportar las consecuencias legales

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de su omisión. Al demandar dicha persona, se cambia la situación
jurídica de las partes, porque quien era actor en el juicio de jactancia,
será demandado en el que inicio, lo que provoca variación en lo que se
refiere a la carga de la prueba según las ideas tradicionales.

Advertimos, desde u principio, lo que señala Malaver en relación a que


“la legislación y la doctrina procesal moderna ha sustituido la acción de
jactancia por la acción declarativa o de mera declaración, amas amplia y
sencilla que aquella, pues tiende exclusivamente a obtener una
sentencia reconociendo la existencia o inexistencia de un derecho (con
eliminación de elemento provocatorio o coaccionar a obrar, típico de la
acción de jactancia).

Por oposición a la sentencia de condena, que impone el cumplimiento de


una pretensión positiva o negativa, y a la sentencia constitutiva, que
crea un estado jurídico nuevo o modifica o extingue un estado jurídico
ya existente”.

Fuera de que esta es la corriente moderna, piénsese también que por lo


general el juicio de jactancia da origen a un doble proceso, el llamado
propiamente juicio de jactancia y el jactancioso debe iniciar,
circunstancia que va, ano duplarlo, contra el principio de economía
procesal.

No obstante todas estas consideraciones, en el medio forense


guatemalteco ha prevalecido la corriente que se inclina por mantenerlo
dentro del código Procesal. El Código Procesal Civil y Mercantil también
se inclino por incluirlo en su regulación, tal como lo hacen el Código de
Procedimientos Civil y Comercial de la Provincia de Córdova, Republica
Argentina y el Proyecto Couture.

CARACTERES

El juicio de jactancia configura uno de los casos en que se obliga a una


persona a demandar, los cuales están mencionados en el artículo 52 del
Código Procesal Civil y Mercantil, que se refiere a la provocación de la
demanda.

No es un proceso que baste por si solo para satisfacer el interés del


actor, pues generalmente provoca un segundo juicio. “El demandado
dice Alsina: esta obligado a sumir el carácter de actor y suministrar una
prueba para la cual quizás no se halle preparado; mas aun, se le fuerza
a deducir una acción antes de vencido el plazo o de cumplida la

19
condición, al solo efecto de conservar su derecho, que deberá hacerlo
valer oportunamente en un tercer juicio”.

Es un juicio contradictorio, porque en el se aprecian los diversos


elementos constitutivos del proceso. Dice Alsina que no es una acción
preventiva, “porque no se trata con ella de evitar otro juicio, ni de
prevenir un daño sino de hacer cesar los efectos de una pretensión
declarando la inexistencia de un derecho cuya afirmación lesiona el
patrimonio del actor. Supone pues, un interés, actual y concreto, sin el
cual la acción de jactancia no es admisible”.
MOVIMIENTO DOCTRINARIO

Malaver hace ver la admisibilidad de la acción de jactancia ha sido


materia de grandes y apasionadas controversias doctrinarias en España.
En las diferentes épocas fijadas este autor, en lo que a España se refiere
la mayoría de tratadistas antiguos como Montalvo, Covarrubias, Antonio
Gómez, Menchaca, Gregorio López (el glosario de las partidas), Pérez y
López, etc., fueron partidarios de esta acción; una escasa minoría,
siguiendo a Francisco Sarmiento, se opusieron a su admisión. En el
historial de procesalistas españoles, Manresa Miquel y Reus, son
partidarios de la subsistencia de la acción; Caravantes, sin embargo no
la trato. En España, actualmente la doctrina se inclina por la supresión
del juicio de jactancia y su sustitución por la acción decorativa. A este
respecto expresa Malaver: “Algunos modernos autores españoles,
aunque pocos, son partidarios del juicio de jactancia por considerar que
tiene utilidad practica y por no ser contrario al texto literal y al espíritu
de la ley procesal vigente, que en definitiva solo guarda silencio sobre el
particular”.

Se apoyan asimismo en la jurisprudencia sentada por el Tribunal


Supremo en esta materia favorable a esta acción. Agrega Malaver: “Sin
embargo, la mayoría de la doctrina es adversa a su admisión: Prieto
Castro y Beceña la combaten acérrimamente; otros en cambio, como de
la Plaza y Fraga Iribarne, lo que hacen en tono mesurado”.

Véase también la forma en que se expresa Beceña (citado por Malaver):


“Porque razón, obligar aun persona a que inicie un juicio contra su
voluntad, obligarla a probar cuando quizás no pueda hacerlo
convenientemente, complicar este proceso con diferentes cuestiones
incidentales, si el resultado final: declaración judicial de que un
determinado derecho carece de existencia, puede conseguirse utilizando
un procedimiento directo, en que cada parte asume la situación que le
corresponde normalmente” . Porque si, en definitiva, la adminisbilidad
de la acción de jactancia requiere la declaración de que el derecho
recto, rápido y natural de la acción de declaración, libre del elemento

20
provocatorio que es del que derivan todos sus inconvenientes. Citamos,
especialmente, este movimiento de juristas en Espala, porque nuestra
tradición jurídica esta íntimamente vinculada a la de la Madre Patria.

La conclusión que se desprende de lo expuesto, es que con respecto al


juicio de jactancia, actualmente la crítica ha sido destructiva. En la
Argentina, Alsina, se expresa así: “No es necesario, sin embargo, recurrir
a procedimientos indirectos, que tampoco resultan eficaces en todos los
casos, para obtener la declaración de la inexistencia de una vinculación
jurídica. Siempre que haya interés justificado para ello, sin perder el
carácter de actor en el juicio, como en el de jactancia, ni provocar como
en este un doble proceso, puede acudirse a la acción declarativa.

La aparente dificultad de la prueba para el actor, respecto a la


inexistencia de la vinculación misma con relación ala cual se solicita una
declaración negativa, se elimina aplicando las reglas establecidas para
la carga de la prueba, según que se trate de hechos constitutivos,
impeditivos o extintivos.

CAUNDO PROCEDE

En el anterior Código Procesal se establecía que toda persona podía


interponer ante un juez competente, demanda de jactancia para
prevenir los daños que le resaltarían de un dicho o de un juicio
promovido intempestivamente (articulo 785 CECYM). Esta demanda
procedía en los cuatro siguientes casos:

Si alguno divulga que le pertenece el derecho o la cosa que otro


tiene.
Si alguno perjudica a otro con sus dichos o asegura que le debe.
Si alguno niega o atribuye a otra persona un estado civil distinto
del que ostenta.
Si alguno para promover un juicio con ventaja, dice que espera
circunstancias que impidan o dificulten la defensa de otra persona.

En el Código Procesal Civil y Mercantil, en el articulo 225, se incorporo


una norma de carácter bastante general, que tuvo su inspiración en el
articulo 541 del Código de Enjuiciamiento Civil y Comercial de la
Provincia de Córdoba, República Argentina y en el articulo 529 del
Proyecto Couture. Según esa norma, la declaratoria de jactancia
procede contra todo aquel que, fuera de juicio, se hubiere atribuido
derecho sobre bienes del demandante o créditos o acciones en contra
del mismo, de cualquier especie que fuere.

21
Es necesario hacer un distingo en cuanto a la competencia del juez que
debe conocer, tanto en el juicio de jactancia, como en el que se
promueva a consecuencia de este:

Que el juicio de jactancia es independiente de la litis que será


objeto de segundo juicio.
Que es una acción personal, por lo que se sigue el principio de la
competencia se determina por el domicilio de jactancioso.

Ahora, en cuanto al segundo juicio depende de su naturaleza,


conforme a la cual deben aplicarse los principios generales de la
competencia.

DEMANDA, TRAMITACION, SENTENCIA Y EFECTOS

También el juicio de jactancia, por estar incluido dentro del proceso oral,
debe sujetarse a las normas ya aplicadas para esa clase de juicios.
Pero, el Código trae normas especiales de acuerdo con su naturaleza. El
articulo 226 del Código Procesal Civil y Mercantil dispone que el actor
además de cumplir con los requisitos establecidos para la demanda,
expresara en que consiste la jactancia, cuando se produjo, medios por
los que llego a su conocimiento y formulara petición para que el
demandado confirme o niegue el hecho o hechos imputados. Para los
efectos de celebración de la primera audiencia, el código dispone
(articulo 227) que al emplazar al demandado, el juez le imitara para que
en la audiencia que señale confiese o niegue los hechos imputados bajo
apercibimiento de que, en caso de rebeldía, tendrán por ciertos los
hechos en que se funda la demanda.

Encontramos en esta situación una nueva manifestación de la confesión


ficta, ósea una excepción al principio general establecido para el juicio
ordinario, en el cual la rebeldía del demandado produce que se tenga
por contestada la demanda en sentido negativo. Esta norma tiende,
como en otros casa de excepción de los juicios orales, a terminarlos
prontamente, de modo de la incomparecencia del demandado deja el
proceso en estado de dictar sentencia, la que sede luego, será favorable
al demandante. Así lo dispone el artículo 228 para los supuestos de
confesión. Dice el párrafo primero de este artículo que en caso de
rebeldía o de que el demandado confesara los hechos el juez dictara la
sentencia declarando la jactancia y señalando al jactancioso el término
de quince días para que interponga su demanda, bajo apercibimiento de
tenerse por caducado su derecho.

22
Si por el contrario, el demandado comparece y niega la demanda, el juez
tendrá que tramitar el juicio oral y con base en las pruebas producidas
dictara la sentencia, la cual declarará
Si se produjeron o no por el demandado las expresiones que la demanda
le hubiere atribuido. En caso afirmativo procederá como entes se indico,
señalando el termino de quince días al demandado para que interponga
su demanda bajo apercibimiento de tenerse por caducado su derecho
(articulo 228, párrafo 2º.,CPCYM).

Transcurrido el mencionado termino fijado por el juez en la sentencia,


sin que el demandado hubiere justificado haber interpuesto la demanda,
el juez, a solicitud de parte, declarará caducado el derecho y mandara
expedir certificación al actor.

En el caso que se declare caducado el derecho del actor, este ya no


puede volver a discutir el asunto que fue objeto de la jactancia. Con
forme al código anterior (articulo 789) si el jactancioso no se desdecía
en el termino que le fijara el juez ni interponía la correspondiente
demanda, se le imponía “perpetuo silencio” y no podía promover la
misma acción sobre que versó el juicio de jactancia, ya que la sentencia
producía los efectos de cosa juzgada. En realidad, el perpetuo silencio
impuesto al jactancioso y los efectos de la cosa juzgada, equivalía a la
declaración del derecho del autor. Según el código actual el efecto que
se produce es la caducidad del derecho del actor, quien por esa razón no
puede volver hacerlo valer. Estas circunstancias son las que han
movido a argumentar por qué razón no rediscute directamente la
declaración de ese derecho, sin posibilidad de ulterior juicio y sin alterar
la situación de las partes. Podemos decir que el juicio de jactancia se
conserva, aun presentando las dificultades que se han expresado, por
razones puramente practicas y para resolver rápidamente las soluciones
en que haya efectivamente jactancia. En aquellas circunstancias en que
no se trate propiamente de jactancia si no expresiones reales, lo mas
seguro es que el demandado como jactancioso si haga valer el derecho
que le asiste. En cambio cuando se trate de jactancia, lo mas seguro es
que el jactancioso no entable el segundo juicio, precisamente porque
carece de derecho y en esa forma queda resuelta, definitivamente, la
situación de jactancia y la pretendida posesión del derecho, a través del
primer juicio.

Sin embargo la jurisprudencia a encontrado casos difíciles como los


siguientes: en sentencia de 11 de diciembre de 1947 la Corte Suprema
De Justicia resolvió que la declaración de jactancia y la subsiguiente
imposición de perpetuo silencio, no tiene la misma eficacia jurídica para
los efectos de cosa juzgada, cuando se trata de cuestiones relacionadas
con derechos de propiedad sobre inmuebles que deben dilucidarse en

23
juicio plenario, especialmente en los casos en que la adquisición legal de
esto se efectúe con posterioridad a aquella declaratoria.

En otro caso, sentencia de 2 de octubre de 1952 , la actora en ejercicio


de la patria potestad, había iniciado acción de filiación contra la mortual
del padre de un menor. Acompañó principio de prueba por escrito y
probó con prueba testimonial que el menor era hijo del causante. La
demanda se había tenido por contestada en sentido negativo en
rebeldía de la mortual. Sin embargo, posteriormente, el interventor de la
mortual interpuso la excepción perentoria de cosa juzgada, con base en
un juicio de jactancia se le había impuesto perpetuo silencio a la actora.
El juzgado de primera Instancia absolvió a la mortual. La sala
jurisdiccional confirmó la sentencia, estimando fundada la excepción de
cosa juzgada. El asunto llegó a casación y fue favorable a las peticiones
a la actora, en vista de que el recurso prosperó. Pero, el éxito de la
casación se debió a que la certificaciones presentadas por el interventor
y en las cuales apoyó su defensa, no podía tomarse en cuenta porque se
había expedido sin citación de la parte contraria. Por eso la corte caso el
fallo y declaró con lugar la demanda de filiación., desestimando la
excepción perentoria de cosa juzgada. Analizando este precedente, cabe
preguntarse que hubiera sucedido si tales certificaciones se hubieran
expedido con citación de la parte contraria. Lo mas probable es que el
recurso no hubiera tenido el éxito que obtuvo y la actora hubiere
continuado sumida en su perpetuo silencio. Desde luego, en un caso
como ese, cabe la posibilidad de que el menor hubiera planteado esa
acción al llegar a su mayoría de edad y que los tribunales le hubieran
dado la protección que en justicia merecía. Para evitar estos
inconvenientes es que en el Proyecto Couture se excluyó la declaración
de jactancia por manifestaciones inherentes al estado civil (artículo 592,
párrafo 2º.). Sin embargo, en nuestra regulación procesal, tanto en el
código anterior como en el vigente no se hace esta exclusión.

Substitutivos del juicio de jactancia

Dos substitutivos, señala Malaver, con respecto al juicio de jactancia: la


acción de declaración de mera certeza y la de los daños y perjuicios. La
primera que es el verdadero equivalente a la acción de jactancia y la
segunda, que solo satisface el interés económico del actor. Es
interesante conocer las conclusiones (soluciones), a que llega Malaver,
en relación con el Derecho Argentino: “a) La ampliación de la orbita
propia de la acción de jactancia, extendiendo su alcance en la esfera del
derecho privado, no solo a los derechos reales sino también a los
personales, e igualmente al derecho público, toda vez que en ese campo
especialmente en el derecho administrativo también existen situaciones
sumamente perjudiciales derivadas de la incertidumbre jurídica

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provocada frecuentemente por los decretos del Poder Ejecutivo que
cercenan determinados derechos de los particulares afectados por sus
disposiciones y luego que no se ejecutorían ni entran en vigor. Ello
impide la libre transmisión de tales derechos, dada la desconfianza e
inseguridad existente a cerca de los mismos, acarreando serios
trastornos para el titular toda vez que los terceros ante esta situación
inestable se resiste adquirirlos. Ello podría obviarse mediante la fijación
de un plazo prudencial, dentro del cual todo aquel que se jacte de tener
un derecho de cualquier naturaleza, contra un tercero, esta obligado a
accionar deduciendo su pretensión bajo pena de perder para siempre la
posibilidad de reclamar judicialmente sobre el particular; b) La
eliminación del juicio de jactancia y su sustitución por la adopción legal
de la acción declarativa de tipo alemán o angloamericano, de mayor
eficacia, simplicidad y alcance”. De las dos soluciones anteriores
Malaver, se pronuncia por la segunda.

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OTROS ASUNTO QUE PUEDEN SEGUIRSE EN JUICIO
ORAL

Hacemos énfasis en que existen otros asuntos que pueden ventilarse


por el juicio oral, porque el inciso 7º. Del artículo 199 del CPCYM
establece que tramitarán en juicio oral los asuntos que por disposición
de la ley o por convenio de las partes, deben seguirse en esta vía.

De acuerdo con esta disposición, el legislador esta facultado para


determinar en la ley que algunas controversias se sujeten al juicio oral;
o bien las partes por convenio, puedan estipularlo así. En ambos casos,
el código esta favoreciendo la implantación de la oralidad, ya que puede
adoptarse el tramite de este juicio para resolver en forma rápida
determinadas controversias, sin que sea necesario sujetarse al
procedimiento del juicio ordinario. Igual facultad existe para someterse
al juicio sumario, que también es abreviado (artículo 229, inciso 6º. Del
CPCYM). Pero en este caso existe la limitación de que si el proceso
intentado, por su naturaleza debiera haberse ventilado en juicio
ordinario, habrá lugar al recurso de casación (articulo 231, párrafo 2º,
del CPCYM). En cambio, si la controversia se sujeta al juicio oral, por ley
o por convenio de las partes, el proceso queda definido en las dos
instancias, si hubo recurso de apelación, en forma definitiva.

26
CONCLUSIONES

Se pudo establecer que en los Juicio Orales existen tres


etapas, las cuales se pueden establecer de la siguiente
forma: en la primera, las partes proponen al tribunal la
contienda legal, en la segunda, el tribunal realiza la
necesaria instrucción, información o prueba de las
afirmaciones de las partes, la tercera, el tribunal verifica
esas afirmaciones a través de la valoración de esas
pruebas y dicta la sentencia definitiva.

Se determino las diferentes materias que pueden ser


objeto de trámite en la vía del Juicio Oral.

Se concluye con que la Primera Audiencia reviste máxima


importancia, porque en ella puede quedar agotada toda la
fase de instrucción, además en esta audiencia el Juez
procura avenir a las partes, proponiéndoles formulas
ecuánimes de arreglo, siempre y cuando no contraríen las
leyes.

Como en cualquier otro Proceso la terminación del Juicio


Oral es por medio de la emisión de una Sentencia Firme, y
su respectiva Ejecución.

S e pudo determinar que en el Juicio Oral el único recurso


que procede en contra de una sentencia es la Apelación.

En el Código Procesal Civil y Mercantil, lo relacionado con


la Ejecución de las Sentencias, establece que la ejecución

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de dichas sentencias se hará conforme a las disposiciones
para la vía de apremio y las normas especiales previstas
para las distintas clases de obligaciones (de dar, de hacer
y de no hacer).

BIBLIOGRAFIA

LIBROS

DERECHO PROCESAL CIVIL DE CUATEMALA


Mario Aguirre Godoy
TOMO II
Volumen 1º.
Primera Edición

LEYES

Código Civil

DECRETO 107
Código Procesal Civil y Mercantil.

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