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Richard Morse en el espejo de América primeros años en esta universidad

Latina presenciaron un cierto giro en las


tradicionales políticas de ésta, permitiendo la
por Alejandro Crispiani* “entrada menor” de los estudios sobre el
Tercer Mundo, tomando como áreas de
Richard Morse es, sin duda, una de las interés África y América Latina. “Antes de
figuras inevitables y constitutivas de lo que darme cuenta se me ordenó dirigir un
podríamos llamar los estudios sobre cultura Programa de Estudios Latinoamericanos que
latinoamericana, particularmente de aquellos requería dinero fácil del gobierno, y un
auspiciados desde el medio académico paquete integrado por dinero fácil y dinero
norteamericano. más controlado de la Fundación Ford”,
afirmó al respecto. Desde esa posición los
Nació en Estados Unidos en 1922 y contactos de Morse con América Latina se
realizó sus estudios en Humanidades en la diversificaron y profundizaron,
Universidad de Columbia, donde fue alumno relacionándose con instituciones y personas
de Allen Tate y R. P. Blackmur. Haciéndose como Emir Rodríguez Monegal, Ángel
eco quizá del clima de acercamiento cultural y Rama, Marta Traba, Jorge Enrique Hardoy y
económico que marcó las relaciones entre Celina Vargas do Amaral, cuyos nombres son
Estados Unidos y Brasil en la segunda sólo algunos de aquellos que pueden citarse
posguerra, Morse decidió abordar como tema en la profusa red de contactos que unieron a
para su tesis de doctorado la historia de la Morse con la intelectualidad latinoamericana
ciudad de San Pablo, la “gran metrópolis de de los años sesenta, setenta y ochenta.
los trópicos”. En 1947 realizó su primer viaje
a Brasil, con el fin de recabar información En los años setenta Morse pasó a
pero también para conocer su caso in situ y desempeñarse como representante de la
ponerse en contacto con el inquieto medio Fundación Ford en Río de Janeiro,
cultural de esa ciudad. En 1952 recibió su reforzando así los lazos con Brasil. En 1978
Ph.D., siendo su tesis publicada bajo el título se incorporó a la Universidad de Stanford,
“From Comunity to Metropolis: a biography donde permaneció hasta 1984. Durante los
of Sao Paulo” (1958). Se trata de un libro en años setenta y ochenta se publica en español
muchos sentidos clásico como ejercicio de y en portugués parte de su obra más
historia urbana, que abrió el campo de la importante, sin duda un punto de referencia
ciudad latinoamericana a un enfoque que estimulante, pero también sujeto a ciertos
posteriormente decantaría como “cultural” reparos con respecto a su productividad y
en la obra del propio Morse. A partir de este exactitud interpretativa para los estudios
primer trabajo, la vinculación de Morse con sobre la cultura en América Latina.
el medio académico latinoamericano – Vinculado al Centro Latinoamericano de
particularmente con Brasil- no dejaría de Ciencias Sociales, Morse publicó en ediciones
crecer y desarrollarse en múltiples de este organismo varios de sus principales
emprendimientos e iniciativas. Junto a ensayos referidos a la cultura urbana en
investigadores como Stanley Stein o Dauril América Latina. También conoce una
Alden, Morse perteneció a la primera traducción al español de su investigación
generación de “brasilianistas”, empujada por sobre la historiografía latinoamericana en
los programas para graduados de las relación con la ciudad.
universidades de Stanford, Berkeley, Illinois y
Columbia en los años cincuenta. Veinte años después

En 1962 Morse se incorporó a la Pero es sin duda “El espejo de Próspero.


Universidad de Yale, donde permaneció Un estudio de la dialéctica del Nuevo
hasta 1978. Según su propio testimonio, sus Mundo”, traducido al español en 1982, el
libro que constituye la apuesta más fuerte de
Richard Morse, al menos en relación con los
*
Arquitecto, Universidad Nacional de la Plata, temas latinoamericanos. Las ideas, pero
Doctor (c) en Historia Intelectual, Universidad también la sensibilidad de Morse con
Nacional de Quilmes. Profesor de la Escuela de respecto a la realidad social y cultural tanto
Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Estados Unidos como de América Latina,
de Chile. E-mail: acrispia@puc.cl
núm. 3, invierno 2005
www.bifurcaciones.cl
alejandro crispiani
richard morse en el espejo de américa latina

se condensan en un pequeño libro que parte Occidente, no es para Morse una bandera,
con Abelardo en el siglo XII y que termina como lo presenta Schwartzman, sino una
con un inusual y conscientemente arriesgado alternativa que en algunos aspectos puede ser
ejercicio de mirada hacia el futuro de ambas viabilizada como una suerte de vacío, que si
Américas. En “El espejo de Próspero” se bien se encuentra históricamente
pone en juego y decanta una particular condicionado, aún no ha sido colonizado,
simbiosis entre forma literaria, metodología conteniendo posibilidades de convertirse en
histórica y análisis ideológico, que no va a un espacio de libertad. En su respuesta a
dejar de ser intentada por otros autores Schwartzman, Morse no se priva de usar la
latinoamericanos en los años ochenta. misma técnica reduccionista empleada por su
comentarista, adjudicándole un positivismo
El papel que Morse adjudica a cerrado que el artículo no registra. La manera
Latinoamérica en el devenir de la racionalidad de hacer productiva la histórica autonegación
occidental no dejó de suscitar adhesiones y de gran parte de la producción cultural
rechazos, acordes con la magnitud de la latinoamericana frente a los cambiantes
apuesta y lo arriesgado de toda la operación modelos de los países centrales, no parece
en su conjunto. Uno de los puntos haber emergido de esa polémica.
neurálgicos del ensayo de Morse es su
reivindicación del papel lateral que La relectura del “Espejo...” en los
Latinoamérica, en su cultura, economía y primeros años del siglo XXI no resuelve,
orden político, habría tenido en lo que el previsiblemente, el suspenso que el libro
autor llama la ciencia y la conciencia modernas. planteaba en su momento: “Al escudriñar
Esta marginalidad, que de ninguna manera es hacia adelante, hacia el siglo XXI y más allá –
interpretada por Morse como una otredad, hacia la acumulativa racionalización de la vida
contendría la posibilidad para su cultura de y colectivización de las mentes; hacia los
florecer en un futuro, de presentarse como tiempos, quizás de rutinarización, disfunción
una cantera más rica frente a los resultados burocrática y entropía pura, puntuada por
devastadores y esclerotizantes de la vida episodios apocalípticos- cabe preguntarse si
social que estas categorías estarían teniendo cierto manojo de opciones occidentales que
particularmente en la América anglosajona. por mucho tiempo ha mantenido en custodia
Guiado en su diagnóstico con respecto a este Iberoamérica, sin honores ni alabanzas, no
último punto por la escuela de Frankfurt – estará destinada a alcanzar lentamente un
particularmente por la visión de Horkheimer reconocimiento cada vez mayor”, dicen sus
y Adorno con respecto a la realidad del páginas. No creo que este punto de vista,
individuo en la sociedad de consumo masivo- seductor y esperanzador para los
, no son pocos los problemas y taras de la latinoamericanos, sea demasiado compartido
realidad latinoamericana que en el discurso de hoy en día o que pueda sostenerse como hace
Morse se metamorfosean en virtudes veinte años atrás. Ese “más allá” que plantea
presentes o futuras. el libro parece demasiado lejano como para
cumplirse según los términos originarios.
Simon Schwartzman afirmó en 1988, con Resulta evidente que si exceptuamos la
respecto al “Espejo de Próspero”, que se referencia comprensible (hace veinte años) a
trataba de un libro “profundamente los episodios apocalípticos, las amenazas que
equivocado y potencialmente dañino en sus Morse plantea para la vida en Occidente
implicaciones”. El prolijo desmontaje de siguen en pie y gozan de excelente salud. La
Schwartzman de varias de las ideas fundantes entropía que el autor atribuye a las sociedades
del ensayo de Morse, y su convincente desarrolladas parece justamente, en estos
descripción de cuáles podrían ser esas primeros años del siglo XXI, más activa y
implicaciones dañinas, no dejan de quedar potente que nunca en su tierra natal, y
empañadas por una cierta caricaturización de creemos que no hace falta abundar al
su pensamiento, su traducción a términos de respecto. No parece ajena a este fenómeno
blanco o negro que el ensayo original evita esa “colectivización de las mentes”, que a
cuidadosamente. Está claro que la cuestión partir de un número asombrosamente
de la supuesta “irracionalidad” diverso de instrumentos se ha operado y se
latinoamericana, en comparación con los opera al menos en partes importantes de las
paradigmas políticos y económicos de sociedades de los países desarrollados, como

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richard morse en el espejo de américa latina

claramente lo ilustra la refracción al juicio constituyen parte sustancial de su


crítico internacional que ha mostrado el argumentación. No hace falta recurrir a
electorado norteamericano en los últimos ninguna tradición para buscar alternativas y
años. Pero lo que es cada vez más dudoso es antídotos para estas disfunciones, que sin
que Iberoamérica posea, debido a un duda pueden hacerse aún más graves en
paciente trabajo de salvaguarda histórica, esos nuestro medio. Tampoco parece muy realista
valores que Morse le atribuye, y con los pensar, como en parte lo plantea Morse, que
cuales podría enfrentarse a las enfermedades la manera de enfrentarlas es buscar un nuevo
que ya amenazan a las sociedades donde la paradigma de lo que él entiende por ciencia.
“racionalidad occidental” se ha desarrollado
con menos tropiezos. Quizás los años le han Queda en pie la confianza en las propias
dado la razón a Schwartzman (y también a fuerzas culturales que el propio Morse
Joaquín Brunner), en el sentido de que si detectó y propició en América Latina, y
Iberoamérica quiere enfrentarse a esos también el intento por trazar el itinerario de
fenómenos, no será a partir del recurso a su los problemas latinoamericanos sin aislarlos
historia ni pensando en su pasado como en ni pensarlos como “otros”, pero tampoco sin
una reserva de valores, sino desde un subordinarlos al gran recorrido de la tradición
presente imperfecto, quizás todavía no occidental.
demasiado moldeado por esas fuerzas que
han conducido a las naciones más Richard Morse falleció en Haití, de donde
desarrolladas. Pero tampoco resulta claro era oriunda su esposa, en el año 2001.
cómo se logra esto sin seguir, justamente,
ciertos cauces ya trazados por esas mismas
naciones.

De todas formas, no hace falta suscribir el


argumento de Morse en su totalidad para
compartir varias de las apreciaciones
contenidas en el libro, así como algunos de
sus puntos de vista. Quizás uno de los puntos
más notables que contiene “El espejo de
Próspero” es la no exclusión de la reflexión
sobre las condiciones de producción del
libro, es decir, sobre las particulares
características institucionales en las cuales se
gestó y en las cuales transcurrió toda la
carrera de Morse. La mirada crítica sobre la
educación superior norteamericana que
atraviesa todo el libro no parece haber
perdido actualidad, y su relevancia parece
mayor en momentos en que, al menos en el
ámbito de la educación en Chile, sus modelos
de referencia comienzan a ser absorbidos con
una decisión cada vez mayor, como en cierta
forma se verifica en el proceso de renovación
que ha tenido lugar en nuestra universidad en
los últimos años. La excesiva formalización
de los sistemas de promoción y de evaluación
de los productos universitarios, la
exportación de lógicas eficientistas que poco
tienen que ver con la tarea intelectual, el
reemplazo de los intereses intelectuales por
las razones institucionales, la producción de
un conocimiento que resulta inerte fuera de
la “entropía” del campus, son temas que
Morse decidió no dejar fuera de su libro, y

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