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1º.- PRODUCCIÓN
Se realiza en las centrales generadoras, entre las que podemos distinguir tres grupos fundamentales:
- Hidráulicas
- Térmicas (carbón, combustibles líquidos, gas)
- Nucleares
Además existen otros sistemas de producción de menor importancia como por ejemplo la energía solar, eólica,
biomasa, etc.
La energía se genera en los alternadores a tensiones de 3 a 36 kV en corriente alterna.
2º.- ESTACIÓN ELEVADORA
Dedicada a elevar la tensión desde el valor de generación hasta el de transporte a grandes distancias. Normalmente
emplazadas en las proximidades de las centrales o en la central misma, elevan a tensiones de:
66 - 110- 132 - 220 - 380 kV.
3º.- RED DE TRANSPORTE
Esta red, partiendo de las estaciones elevadoras, tiene alcance nacional, uniendo entre sí los grandes centros de
interconexión del país y estos con los centros de consumo.
Su misión es el transporte de potencias a grandes distancias. Las tensiones utilizadas en España son:
110 - 132 - 220 - 380 kV.
Las mayores tensiones empleadas en el mundo son: 550 kV. (EE.UU y U.R.S.S.), 735 kV. (Canadá Y EE.UU.). En
la actualidad existe una línea experimental en EE.UU de 1000 kV.
Estas redes por su característica de interconexión son redes fundamentalmente malladas.
4º.- SUBESTACIONES DE TRANSFORMACIÓN (S.E.T.)
Su misión es reducir la tensión del transporte e interconexión a tensiones de reparto y se encuentran emplazadas en
los grandes centros de consumo.
5º.- REDES DE REPARTO
Son redes que, partiendo de las subestaciones de transformación reparten la energía, normalmente mediante anillos
que rodean los grandes centros de consumo hasta llegar a las estaciones transformadoras de distribución. Las
tensiones utilizadas son:
25 - 30 - 45 - 66 - 110 - 132 kV.
6º.- ESTACIONES TRANSFORMADORAS DE DISTRIBUCIÓN (E.T.D.)
Su misión es transformar la tensión desde el nivel de la red de reparto hasta el de la red de distribución en media
tensión.
Estas estaciones se encuentran normalmente intercaladas en los anillos formados en la red de reparto.
7º.- RED DE DISTRIBUCIÓN EN MEDIA TENSIÓN
Son redes que, con una característica muy mallada, cubren la superficie del gran centro de consumo (población, gran
industria, etc.) uniendo las estaciones transformadoras de distribución con los centros de transformación.
Las tensiones empleadas son:
3 - 6 - 10 - 11 - 15 - 20 - 25 - 30 kV.
8º.- CENTROS DE TRANSFORMACIÓN (C.T.)
Su misión es reducir la tensión de la red de distribución de media tensión al nivel de la red de distribución de baja
tensión.
Están emplazados en los centros de gravedad de todas las áreas de consumo.
9º.- RED DE DISTRIBUCIÓN DE BAJA TENSIÓN
Son redes que, partiendo de los centros de transformación citados anteriormente, alimentan directamente los
distintos receptores, constituyendo pues, el último escalón en la distribución de la energía eléctrica.
Las tensiones utilizadas son:
220/127 V. y 380/220 V.
En la figura de la página siguiente representamos el esquema general de alimentación a un gran centro de consumo
en el que intervienen todos los elementos descritos.
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11.2. CLASIFICACIÓN DE LAS REDES
Podemos hacer una primera clasificación de las redes eléctricas según su disposición y modo de alimentación en los
tres tipos siguientes.
- Red radial o en antena.
- Red en bucle o en anillo.
- Red mallada.
La red radial se caracteriza por la alimentación por uno solo de sus extremos transmitiendo la energía en forma
radial a los receptores. Como ventajas resaltan su simplicidad y la facilidad que presentan para ser equipadas de
protecciones selectivas. Como inconveniente su falta de garantía de servicio.
La red en bucle o en anillo se caracteriza por tener dos de sus extremos alimentados, quedando estos puntos
intercalados en el anillo o bucle. Como ventaja fundamental podemos citar su seguridad de servicio y facilidad de
mantenimiento, presentando el inconveniente de una mayor complejidad y sistemas de protección así mismo más
complicados.
La red mallada es el resultado de entrelazar anillos y líneas radiales formando mallas. Sus ventajas radican en la
seguridad de servicio, flexibilidad de alimentación y facilidad de conservación y manutención. Sus inconvenientes,
la mayor complejidad, extensiva a las protecciones y el rápido aumento de las potencias de cortocircuito.
Atendiendo a la tensión, las redes se clasifican en alta y baja tensión. La baja tensión comprende hasta los 1000
voltios.
Para la alta tensión, el Reglamento de Líneas Eléctricas en el artículo segundo, nos marca tres categorías de líneas
teniendo en cuenta la tensión nominal y la tensión más elevada.
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En la tabla de la página siguiente aparecen las tensiones normalizadas.
Se entiende por "tensión nominal" el valor convencional de la tensión eficaz entre fases con que se designa la línea y
a la cual se refieren determinadas características de funcionamiento, y por "tensión más elevada" de la línea, al
mayor valor de la tensión eficaz entre fases, que puede presentarse en un instante en un punto cualquiera de la línea,
en condiciones normales de explotación, sin considerar las variaciones de tensión de corta duración.
Atendiendo a su construcción podemos distinguir:
- Líneas aéreas.
- Cables aislados.
- Barras rígidas sobre aisladores.
Teniendo en cuenta este dato y sabiendo que la población española es de unos 40 millones de habitantes, podemos
asegurar que el consumo eléctrico en 1.996, fue aproximadamente de:
40.000.000 x 3.900 = 156.000.000.000 kWh.
Para producir esta energía eléctrica a lo largo del año, es necesario tener instalada una potencia que en primera
instancia podemos valorar en:
Pero si tenemos en cuenta que éstas serán las necesidades de consumo medio, y que en horas punta este consumo
llegará a ser del orden de 2,75 veces superior al valor medio, para poder hacer frente a estas necesidades se
necesitará disponer, como mínimo, de una potencia instalada de:
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17.800.000 x 2,75 = 48.900.000 kW.
Al finalizar el año 1.996, la potencia eléctrica instalada en España se desglosaba, aproximadamente, de la siguiente
forma:
Esta enorme potencia instalada se consigue en España mediante cerca de 2.000 centrales de todo tipo: hidráulicas,
térmicas, nucleares, solares, eólicas, etc. Centrales de muy diversas potencias y características, como la central solar
de Almería de 1.200 kW., la eólica de Aragón de 360 kW, la hidráulica de Alcántara de 915.000 kW. y la nuclear de
Ascó con dos grupos de 930.000 kW.
Toda la energía eléctrica producida por las centrales va a parar a la Red General Peninsular, realizándose de esta
manera la interconexión de todas ellas. Esta red nacional cuenta con más de 48.000 km. de longitud, repartidas de la
siguiente manera: unos 14.000 km. en líneas de 380 kV., unos 15.000 km. en líneas de 220 kV. y unos 19.000 km.
en líneas de 110 y 132 kV.
La Red Española se halla interconectada con las de Portugal y Francia, por lo que España se encuentra plenamente
integrada en la Red Europea de Transporte de Electricidad.
El consumo energético nacional y por consiguiente, la potencia instalada, es un dato que no se mantiene constante a
lo largo de los años, tal y como nos muestra la tabla adjunta:
Como consecuencia del aumento del nivel de vida y de población, la demanda de electricidad va incrementándose
de año en año, de forma que en los años 60, en plena expansión económica, se obtuvieron incrementos anuales
superiores al 12%. En la actualidad, debido a la crisis económica no se supera el 5%.
Si el optimismo nos lleva a la conclusión de que la crisis económica se va a superar en breve plazo, deberemos
estimar el incremento de la demanda en un 7 u 8%, por lo que el consumo se duplicará en un tiempo no superior a
los 10 años.
Dentro de los 156.000 millones de kWh. producidos para el mercado nacional, el 37% fue producción hidráulica, el
46% termoeléctrica clásica y el 17% nuclear.
El balance importación-exportación fue ligeramente positivo, 1.856 millones de kWh.
En el gráfico de la página siguiente se puede ver la distribución de los costes según la naturaleza de la fuente de
energía:
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12.2. COMPARACIÓN ENTRE EL COBRE Y EL ALUMINIO PARA LA
CONSTRUCCIÓN DE UNA LÍNEA DE TRANSPORTE
Es interesante estudiar qué material es el más adecuado para el transporte y distribución de energía eléctrica.
En los próximos apartados se analizan y se comparan las características del cobre y del aluminio para obtener una
serie de conclusiones importantes.
Las características del cobre y del aluminio son:
ALUMINIO COBRE
Resistividad () 0,03 mm² / m 0,018 mm² / m
Densidad (d) 2,7 kg / cm3 8,8 kg / cm3
Carga de rotura ( ) 15 kg/mm² 25 kg/mm²
Calor específico (c) 0,21 0,09
Precio (p) 400 Pts/kg 800 Pts/kg
Vemos como la resistividad del cobre es menor que la del aluminio, la densidad del cobre es muy superior a la del
aluminio, la carga de rotura del cobre es superior a la del aluminio, el calor específico referido al agua es menor en
el cobre que en el aluminio y el precio del cobre es el doble que el del aluminio.
12.2.1. Comparación entre las secciones a igualdad de resistencia y longitud
Comparamos dos líneas, una de cobre y otra de aluminio, con la misma longitud y la misma resistencia eléctrica:
en donde:
* RCu, RAl: Resistencia eléctrica del cobre y del aluminio.
* Cu, Al: Resistividad del cobre y del aluminio.
* LCu, LAl: Longitud de la línea.
* SCu, SAl: Sección de los conductores.
Por lo tanto:
Puesto que la sección del aluminio es 1,6 veces mayor que la sección del cobre, sin duda esto supone un
inconveniente para el aluminio, ya que la acción del viento y del hielo le perjudicara más.
en donde:
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* PCu , PAl: Peso del cobre y del aluminio.
* VCu , VAl: Volumen del cobre y del aluminio.
* dCu , dAl: Densidades respectivas.
* SCu , SAl: Sección de los conductores.
Por lo tanto, la línea de aluminio pesa la mitad que la de cobre, por lo que en este aspecto el aluminio es más
ventajoso.
12.2.3. Comparación entre las resistencias mecánicas a tracción a igualdad de resistencia eléctrica y longitud
Estudiamos la tensión máxima a tracción que puede soportar un cable de cobre y otro de aluminio a igualdad de
resistencia eléctrica y longitud, basándonos en el apartado 2.2.1.
Sea TCu la tensión máxima a tracción del cobre y TAl la del aluminio:
siendo:
Por lo tanto
TCu TAl
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Dividiendo ambas expresiones resulta:
12.2.7. Ejemplo
Sea una línea trifásica de longitud L = 100 km., con un cable de diámetro D=20 mm. Veamos el coste de esta línea
en el caso de construirla con cable de cobre o de aluminio.
Cable de cobre:
Cable de aluminio
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Además, la sección de los conductores ha de ser adecuada a la intensidad de la corriente prevista, para impedir una
elevación de temperatura peligrosa.
Cualquiera que sea la naturaleza del conductor (cobre, aluminio, etc.) sus condiciones de enfriamiento dependen del
modo de estar instalado (desnudo, cubierto, aéreo, subterráneo, etc.) y por tanto, también de ello depende la cantidad
de calor desarrollada por efecto Joule para que alcance el conductor la temperatura máxima admisible, o lo que es lo
mismo, la sección mínima que puede tolerarse para un valor dado de la corriente.
Pero, si bien no debemos darle una sección inferior, sí podemos darle una mayor, ya sea con el fin de disminuir la
pérdida de energía hasta el valor conveniente, para que la economía resultante de la explotación e instalación sea
máxima, o bien atendiendo a que la caída de tensión no pase de un cierto límite, compatible con el buen
funcionamiento de los receptores.
Como primera aproximación para calcular la sección de un conductor, podríamos decir que en líneas de 220 V. se
colocan secciones que equivaldrían a 1mm² por cada kilovatio de potencia. Si suponemos un receptor que consume
2 kW. a 220 V. tendremos:
Si por la regla anterior se coloca una sección de 2 mm², resulta una densidad de corriente de:
Naturalmente esta no es una forma muy ortodoxa de calcular la sección de un conductor, aunque en ocasiones sirve
para obtener una primera idea, por lo tanto debemos estudiarla de una manera más técnica.
Tres son los conceptos a tener en cuenta en el cálculo de la sección de los conductores:
a) Sección atendiendo a la elevación de temperatura, o densidad máxima admitida.
b) Sección atendiendo a la caída de tensión.
c) Sección más económica.
Estos tres criterios son independientes y el más desfavorable de ellos será el que, en definitiva, fije el valor de la
sección.
Teniendo en cuenta que el calentamiento es independiente de la longitud, lo que no ocurre con la caída de tensión, el
criterio que marcará el valor de la sección en conductores de gran longitud será el b) mientras el criterio a) será el
dominante en el cálculo de conductores de reducida longitud.
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De todas formas, en el caso de muy altas tensiones, la mínima sección de los conductores viene impuesta, en
general, por la condición de no dar lugar al efecto corona que estudiaremos más adelante.
12.3.1. Sección mínima de un conductor atendiendo a la elevación de su temperatura
Si llamamos R a la resistencia del conductor e I a la intensidad de la corriente, la energía (R I2 t) transformada en
calor en un tiempo t, va calentando el conductor hasta llegar al equilibrio entre el calor desarrollado y el calor
perdido por enfriamiento, equilibrio que se verifica para una cierta diferencia entre la temperatura del conductor y la
del ambiente.
Si llamamos M al calor perdido (expresado en calorías) por unidad de superficie de enfriamiento, grado de
diferencia de temperatura y unidad de tiempo, por L la longitud del conductor y por p el perímetro de su sección, la
diferencia entre la temperatura T, alcanzada por aquel y la To del ambiente, se ha de satisfacer el equilibrio térmico
"calor generado es igual a calor disipado":
En donde R depende de la naturaleza del conductor y M de las condiciones en que se verifique el enfriamiento.
Esta expresión es general para todos los casos y demuestra que la elevación de temperatura es independiente de la
longitud y que para una misma corriente y sección, o iguales condiciones de enfriamiento, la elevación de
temperatura es tanto menor cuanto mayor sea el perímetro, o lo que es lo mismo, para una misma elevación de
temperatura, la corriente I admisible para una sección dada aumenta con el perímetro de ésta.
De donde deducimos entre otras cosas, que la densidad de corriente depende del perímetro y de la sección del
conductor, aumentando la densidad con la relación perímetro/sección.
Al depender el valor de M de una serie de condicionamientos, tales como si el conductor está desnudo o recubierto,
si es hilo o cable, si está brillante o por el contrario se ha oxidado, etc., hace que esta fórmula tenga escasa
aplicación práctica.
El Reglamento de Líneas Eléctricas de Alta Tensión impone, en el artículo 22, la densidad de corriente máxima que
pueden soportar los distintos conductores, de las líneas aéreas.
ALEACION
SECCIÓN COBRE ALUMINIO
ALUMINIO
(mm²) (A/mm²) (A/mm²)
(A/mm²)
10 8,75 - -
15 7,60 6,00 5,60
25 6,35 5,00 4,65
35 5,75 4,55 4,25
50 5,10 4,00 3,70
70 4,50 3,55 3,30
95 4,05 3,20 3,00
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125 3,70 2,90 2,70
160 3,40 2,70 2,50
200 3,20 2,50 2,30
250 2,90 2,30 2,15
300 2,75 2,15 2,00
400 2,50 1,95 1,80
500 2,30 1,80 1,70
600 2,10 1,65 1,55
Para cables de aluminio-acero se tomará en la tabla el valor de la densidad de corriente correspondiente a su sección
como si fuera de aluminio y su valor se multiplicará por un coeficiente de reducción que según la composición será
de:
* 0,902 para la composición (30+7).
* 0,926 para la composición (6+1) o (26+7).
* 0,941 para la composición (54+7).
Para los cables de aleación de aluminio-acero se procederá de forma análoga partiendo de la densidad de corriente
correspondiente a la aleación de aluminio, empleándose los mismos coeficientes de reducción en función de la
composición.
La tabla II del Reglamento de Baja Tensión (MIE BT 004), limita la intensidad máxima admisible para cables
trenzados.
Tabla II
Intensidad máxima admisible en amperios para cables aislados trenzados en haz (servicio permanente) t
= 40ºC
Naturaleza del conductor
Cobre Aluminio
Sección nominal Tipo de aislamiento
2
mm
V R/I V R/I
4 36 41 - -
6 47 52 - -
10 64 72 50 56
16 86 95 67 75
25 115 130 89 100
35 140 155 110 120
50 170 190 135 150
70 220 245 170 190
95 265 295 205 230
120 - - 240 265
150 - - 275 305
V = Policloruro de vinilo
R = Polietileno reticulado
I = Polietileno clorosulfonado
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12.3.2. Sección mínima de un conductor atendiendo a la caída de tensión
La sección de los conductores viene impuesta en muchos casos por la máxima caída de tensión admisible.
Supongamos una línea de longitud L a la que hemos aplicado una tensión inicial E, obteniéndose en el otro extremo
la tensión E´.
Sabemos que cuando la intensidad sea pequeña la tensión E´ será prácticamente igual a E, pero por el contrario,
cuando tengamos una intensidad máxima, la caída de tensión será también máxima y los receptores se verán
afectados por fluctuaciones de tensión a pesar de ser constante el valor E.
Es necesario calcular la sección de los conductores con la condición de que al ser recorridos por la corriente
máxima, la resistencia de los mismos no de lugar a una diferencia V = E - E´ mayor del límite asignado a la caída de
Por lo tanto:
Para el caso de suministro a una vivienda a 220 V., el Reglamento marca caída de tensión del 7%, lo que supone
una oscilación admisible comprendida entre 204,6 V y 235,4 V.
La energía perdida por efecto Joule en un conductor, es tanto menor cuanto mayor sea su sección.
Por otra parte, el producir energía nos cuesta una cierta cantidad de dinero, y el dejar de venderla proporciona un
menor ingreso; desde este punto de vista nos conviene una sección lo más grande posible. Por el contrario, cuanto
mayor es la sección más elevado es el coste de los conductores y, por tanto, más alto serán los intereses y la
amortización del capital empleado en adquirirlos.
Para tener en cuenta estas dos tendencias opuestas, debemos hacer el cálculo de los conductores de modo que la
suma de gastos anuales originados por uno y otro concepto sea lo menor posible.
La pérdida por efecto Joule da lugar a un cierto gasto anual, y la amortización e interés del capital empleado en los
conductores representa, también representa otro gasto anual. Como ambos varían en sentido inverso, podremos
hallar una sección para la cual el gasto total por año, suma de los dos anteriores, sea mínimo.
El coste anual, A1, de la energía perdida por efecto Joule es:
en donde I es la intensidad de corriente prevista por cada conductor y supuesta constante, L es la longitud total de
los conductores de que consta la línea, t es el número de horas durante el que pasa esta corriente al cabo de un año y
p es el valor, en pesetas, de cada watio hora perdido.
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El coste de una canalización eléctrica se compone de dos sumandos, uno que podemos considerar independiente de
la sección, aunque exactamente no sea así, como es el coste de postes, aisladores, etc., y otro, el valor de los
conductores, proporcional a su peso y, por tanto a su volumen, cuando el conductor es desnudo, y,
aproximadamente, en la mayoría de los casos, también proporcional al volumen cuando aquél es cubierto.
Llamando "m" a lo que cuesta por metro de conductor el primero de los mencionados sumandos, el valor total del
mismo es "mL"; del mismo modo, designado por "n" el precio de dicho conductor por metro de longitud y unidad de
sección, y designando por L esta longitud, el coste de los conductores es "nLS" y el capital invertido en la
instalación viene dado por la suma "mL + nLS".
La anualidad "a", necesaria para amortizar este capital en un número de años dado, y con un interés impuesto por el
precio del dinero, según época, localidad y condiciones del mercado, supone un gasto anual A2, de la canalización,
El mínimo buscado se obtiene, como vemos, cuando los gastos anuales debidos a la pérdida de energía y al coste del
conductor son iguales.
Dado que la densidad de corriente es = I / S, se obtiene:
Como ya hemos dicho, el precio total del conductor en una línea es:
y su precio
EJEMPLO
1º) Sea una línea de aluminio de resistividad = 0,03 mm2/m, cuyo coste de instalación del conductor es de
400 Pts/kg., el precio del kW. es de P = 10 Pts/kWh, el coeficiente de amortización es de a = 20% y el tiempo
de funcionamiento anual es de t=3000 h. Calcular la densidad más económica.
d = 2,70 gr/cm3 ; N = 400 Pts/kg ; a = 20% = 0,20
= 0,03 mm2/m ; t= 3000 h ; P = 10 Pts/kWh
Sustituyendo los valores en la fórmula resulta:
2ª) Sea una línea de cobre de resistividad 0,018 O mm2/m, cuyo coste de instalación del conductor es de 800
Pts/kg., el precio del kWh es de P = 10 Pts/kWh, el coeficiente de amortización es de a = 20% y el tiempo de
funcionamiento anual es de t = 3000 h. Calcular la densidad más económica.
d = 8,8 gr/cm3 ; N = 800 Pts/kg. ; a = 20% = 0,20
= 0,018 O mm2/m ; t= 3000 h ; P = 10 Pts/kWh
Lo mismo en el caso de corriente continua que en el de alterna, de cualquier número de fases, para una misma
potencia (y un mismo factor de potencia en el caso de corriente alterna) el valor eficaz de la intensidad en los
conductores de una línea o distribución eléctrica está en razón inversa a la tensión empleada y, por tanto, la pérdida
en aquellos está en razón inversa del cuadrado de dicha tensión.
Si por ejemplo, dos líneas trifásicas de idéntica longitud tienen que transmitir la misma potencia W, con igual factor
de potencia y con las mismas pérdidas p, a tensiones compuestas diferentes E y E´, tendremos, llamando I e I´ a las
intensidades,
siendo R y R´ las resistencias y S y S´ las secciones de cada uno de los tres conductores de una y otra línea:
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La sección de los conductores varía pues, en razón inversa del cuadrado de la tensión empleada. Utilizando una
tensión doble reduciremos el peso de cobre a la cuarta parte, con una tensión triple necesitaremos la novena parte de
cobre, etc.
Se comprende, por tanto, el interés que supone la posibilidad, ya lograda actualmente, de construir aisladores y
transformadores para muy altas tensiones, mediante los cuáles sea posible transportar, económicamente, enormes
potencias a muy largas distancias, con conductores de poca sección y con pequeña pérdida.
Lo anteriormente manifestado no quiere decir, sin embargo, que siempre sea la tensión más alta la más económica,
porque el precio de los aisladores, tamaño de las torres, etc., crece también rápidamente con la tensión y lo mismo
sucede con los transformadores y aparamenta en general.
La tensión más económica depende de la potencia a transmitir y de la longitud de la línea y debe determinarse, en
cada caso por tanteos, haciendo varios presupuestos a distintos valores.
En muchos casos la tensión viene ya impuesta por tratarse de la distribución de la zona o por razones de
normalización ajenas al transporte.
12.3.5.1. Comparación entre una línea de corriente continua y otra alterna monofásica
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Comparamos la sección empleada en una línea de corriente continua y en otra de corriente alterna monofásica que
presentan la misma longitud L, la misma potencia a transmitir W, las mismas pérdidas p y la misma tensión E.
Llamamos I a la intensidad, R a la resistencia y S a la sección de la línea de corriente continua.
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Como la relación de las secciones depende del factor de potencia, hacemos el análisis para los valores de cos más
frecuentes:
Si cos = 1 S = S´
Si cos = 0,9 S = 0,81 S´
Si cos = 0,8 S = 0,64 S´
Si cos = 0,7 S = 0,49 S´
Vemos que en el caso de ser cos = 1, las secciones de continua y alterna son iguales, pero esto no ocurre casi
nunca, lo más lógico es tener un factor de potencia de 0,8. Por lo tanto, en principio, es mejor transportar en
continua que en alterna.
A pesar de la ventaja en favor de la corriente continua, esta no ha podido ser empleada hasta ahora en los transportes
de energía de alguna longitud por la dificultad de generarla a grandes tensiones y la imposibilidad que todavía existe
para obtener éstas por transformación estática y de una forma económica.
12.3.5.2. Comparación entre una línea alterna bifásica y otra alterna trifásica
Comparamos la sección empleada en una línea de corriente alterna bifásica y en otra alterna trifásica que presentan
la misma longitud L, la misma potencia a transmitir W, las mismas pérdidas p, la misma tensión compuesta E y el
mismo factor de potencia cos .
Llamamos I a la intensidad, R a la resistencia, S a la sección de un conductor y ST a la sección total de la línea
alterna bifásica.
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Llamamos I´ a la intensidad, R´ a la resistencia, S´ a la sección de un conductor y S´T a la sección de la línea alterna
trifásica.
Teniendo en cuenta que la sección total es ST = 2 S para la línea bifásica y S´T = 3 S´ para la trifásica, se obtiene:
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Es decir:
Vemos que transportando en trifásica la sección es menor que en bifásica, por lo tanto el peso del conductor también
es menor.
Si ahora comparamos una línea trifásica con una exafásica, naturalmente obtendríamos un menor peso de conductor
para la línea exafásica. No obstante, dada la complijidad que esto supondría en los transformadores, aisladores,
interruptores, etc., podemos asegurar que casi la totalidad de los transportes de energía eléctrica se realizan con tres
conductores.
En ocasiones veremos líneas de 6, 9 ó 12 conductores, estos casos corresponden sin duda a líneas trifásicas dobles,
triples o cuádruples.
Estos casos se justifican debido a que por una línea de sección S puede circular una intensidad menor que por otra
doble de sección S/2, según puede apreciarse en la tabla de densidades máximas exigidas por el reglamento.
12.3.5.3. Comparación entre una línea de corriente continua y otra alterna trifásica.
Comparamos la sección empleada en una línea de corriente continua y en otra de corriente alterna trifásica que
presentan la misma longitud L, la misma potencia a transmitir W, las mismas pérdidas P y la misma tensión
compuesta E.
Llamamos I a la intensidad, R a la resistencia, S a la sección de un conductor y ST a la sección total de la línea de
corriente continua.
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Por tanto tendremos:
W = E I ; p = 2 R I2
Además, como las secciones están en razón inversa de las resistencias, queda:
Resulta que:
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Como la relación de las secciones depende del factor de potencia, hacemos el análisis para distintos valores del
factor de potencia.
De lo cual deducimos que es mejor el transporte en trifásica con factores de potencia comprendidos entre 0,886 y 1.
Por lo tanto en las líneas de alta tensión interesa efectuar el transporte con valores de factor de potencia igual a 1 e
inyectar corriente reactiva en las proximidades de los abonados.
13.1. CONDUCTORES
13.1.1. Conductores para líneas aéreas
Los conductores, por las características eléctricas propias del material, pueden ser de cobre, aluminio y aluminio-
acero y se presentan normalmente desnudos. Estos conductores van sujetos a los aisladores; éstos, a través de los
herrajes, son colocados en las crucetas, que a su vez, se colocan sobre el poste que los mantiene distanciados del
suelo.
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El diámetro de los alambres de aluminio es igual que el de los de acero. En la tabla siguiente se representan las
características de los conductores aluminio-acero normalizados.
Es un conductor formado por una cuerda de aluminio sobre la que se extrusiona una fina capa de cloruro de
polivinilo, plastificado y estabilizado, que impermeabiliza al conductor y lo protege de los agentes atmosféricos,
evitando de esta forma los efectos que le pudiera producir los ambientes más desfavorables, incluso los muy
corrosivos. Su aplicación se reduce a líneas de baja tensión.
Este cable es adecuado para líneas aéreas sobre aisladores, pero no para la derivación de una línea aérea al interior
de un edificio. El cálculo para su tendido se realizará de idéntica forma que en los cables desnudos de aluminio para
líneas de baja tensión.
Las ventajas de este tipo de cables son:
- Gran duración de la línea en medios corrosivos, debido a la protección ejercida por la capa de cloruro de
polivinilo.
- Mayor regularidad en el suministro de energía en la línea, debido a la ausencia de cortocircuitos
ocasionados por contactos accidentales, ramas de árboles u otros elementos que puedan caer o tocar a los
conductores.
- Eliminación total de riesgos de accidentes, debidos a contactos de personas con la línea y descuidos en el
trabajo de los operarios próximos a una línea de tensión.
En las redes de distribución, para reemplazar a las líneas aéreas de cobre desnudo o aislado, se ha generalizado un
nuevo tipo de montaje a partir de cables trenzados.
Están constituidos por tres cables unipolares de campo radial, aislados individualmente sin funda exterior, cableados
sobre un núcleo central formado por una cuerda portante de acero de 50 mm² de sección, protegida generalmente
con una capa de cloruro de polivinilo.
Los conductores trenzados de media y alta tensión se componen de las siguientes capas:
- Conductor generalmente de aluminio.
- Capa semiconductora.
- Aislamiento de polietileno reticulado o etileno-propileno.
- Capa semiconductora.
- Pantalla de flejes de cobre o corona de alambre de cobre.
- Cubierta de cloruro de vinilo negro.
Las ventajas que presentan los cables trenzados son:
- Ventaja de acoplar los tres conductores alrededor de un cable fiador.
- El calentamiento mutuo entre fases es notablemente más débil que en un cable trifásico.
- Facilidad de fabricación, montaje y reparación, al presentarse las averías casi siempre en una sola fase.
- En la alimentación de pequeños núcleos rurales, en la que las líneas desnudas presentan peligro y la
canalización subterránea es muy costosa, se emplea este tipo de cable como solución intermedia, para
mejorar la estética.
- La ausencia de soportes facilita la circulación sobre las aceras y las calles.
Las intensidades de carga admisibles se han determinado según normas para cables instalados al aire con
temperatura ambiente de 40ºC y temperatura máxima, en el conductor, de 90ºC en régimen permanente.
Intensidades de carga admisible en cables en haces (Cu, Al)
Número Diámetro Peso Radio Longitud Intensidad
y sección máximo aproximado mínimo Máxima máx. adm.
de los del haz del haz de curvatura del cable en régimen
conductores mm kg/km mm por bobina permanente
mm2 m a 40º C
A
3 (1 x 50) 66,6 3.665 370 300 205
Conductores
de cobre 3 (1 x 70) 70,8 4.520 410 300 260
3 (1 x 95) 74,8 5.470 440 300 315
3 (1 x 50) 66,6 2.775 370 300 160
3 (1 x 70) 70,8 3.205 410 300 200
Conductores
de aluminio 3 (1 x 95) 74,8 3.665 440 300 245
3 (1 x 120) 77,4 4.000 470 300 285
3 (1 x 150) 81,0 4.460 500 200 320
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La tensión nominal de este tipo de cables no suele sobrepasar los 30 kV.
En la figura podemos ver las distintas partes que constituyen los cables empleados en canalizaciones subterráneas,
que son:
1.- Conductores. Generalmente son cableados y su misión es conducir la corriente. Cada uno de los cables
se llama cuerda.
2.- Capa semiconductora. El conductor se recubre de una capa semiconductora, cuya misión es doble. Por
una parte, impedir la ionización del aire, que en otro caso se produciría en la superficie de contacto entre el
conductor metálico y el material aislante. Y por otra, mejorar la distribución del campo eléctrico en la
superficie del conductor.
3.- Aislante. Cada conductor lleva un envolvente aislante, de diferentes características, según el tipo de
cable. Se emplea generalmente papel impregnado en aceite mineral o aislantes secos como son el
policloruro de vinilo, el polietileno, el polietileno reticulado, el caucho natural o sintético y el etileno-
propileno.
4.- Pantalla. Se aplica una pantalla sobre cada uno de los conductores aislados con el fin de confinar el
campo eléctrico al interior del cable y limitar la influencia mutua entre cables próximos. La pantalla está
constituida por una envoltura metálica de cobre.
5.- Rellenos. Su misión es dar forma cilíndrica al conjunto de los tres conductores.
Este cable se ha empleado en corriente continua, pero en la actualidad se emplea mucho en muy alta tensión. Está
constituido por una sola alma, que casi siempre es de sección circular. Los aislamientos y la protección son similares
al cable multipolar.
En los últimos años, los aumentos en la demanda de potencia han llevado al uso de tensiones cada vez mayores. El
problema que se presenta es el de elegir entre cable unipolar y tripolar, dependiendo de los factores económicos,
capacidad de transporte y gastos de instalación.
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Los empalmes de cables subterráneos armados deben realizarse con gran cuidado para no dar lugar a puntos de
aislamiento débil en una red. Se utilizan cajas metálicas o de plástico para este fin.
Con objeto de obtener un cierre hermético, los bordes de una de las mitades de la caja llevan una ranura y los de la
otra un reborde que ajusta perfectamente en aquella al unir ambas mitades, asegurándose el cierre por collares o
bridas de presión apretadas por medio de tornillos y tuercas. Efectuado el empalme de los conductores por medio de
manguitos metálicos, se encajan las dos mitades, se aprietan las tuercas de las bridas y se vierte en el interior de la
caja por orificios practicados en una de las dos mitades, una sustancia aisladora y no higroscópica, tal como resina
de epoxi de la casa CIBA (ARALDIT) y se taponan los mencionados orificios por medio de tornillos.
Cuando el cable se quiere enterrar directamente, con el fin de que no se dañe con las piedras o imperfecciones del
terreno, se vierte en el interior de la zanja y por encima del cable, unos 25 cm. de arena fina, colocando un ladrillo
de tabicar, rasilla o teja, que proteja al cable de posteriores actuaciones sobre la línea. A unos 20 cm. del nivel del
suelo se coloca una malla señalizadora, a fin de evitar posibles accidentes en alguna excavación posterior. El cable
enterrado debe ir perfectamente aislado para impedir el aplastamiento o la perforación del mismo.
Si el sistema de conducción adoptado es el uso de canalizaciones de fibrocemento o bancos de tubos, éstos se
depositan sobre el fondo de la zanja y se recubren con hormigón, que al fraguar, los dejará completamente rígidos.
Debe tenerse especial cuidado en la unión de los tubos o multitubos, de forma que no queden en el interior de la
construcción salientes que deterioren posteriormente el cable; de igual forma, sus juntas deben ser recubiertas
especialmente de hormigón más fluido, con el fin de que no penetre por ellas el agua de lluvia.
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Determinamos el valor de esta resistencia para un conductor de radio r1 aislado con una cubierta de espesor r2 - r1.
La resistencia de una capa infinitesimal del aislamiento situada a una distancia r, teniendo en cuenta el valor de la
superficie (S = 2 r L ), será:
La resistencia de todo el aislamiento quedará calculada al integrar entre los límites r = r1 y r = r2, por lo tanto:
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Lo cual nos indica que para un mismo grosor de dieléctrico, la resistencia del aislamiento aumenta cuando
disminuye r1.
Esto equivale a decir que para una misma resistencia de aislamiento, los cables de poca sección llevan espesores de
aislamiento delgados y viceversa.
La resistencia del aislamiento puede medirse prácticamente introduciendo un trozo de cable en un recipiente con
agua salada, dejando fuera los dos extremos, desnudando uno de ellos, y aplicando una diferencia de potencial V
entre este extremo y una placa metálica que se ha sumergido anteriormente en el recipiente.
Si se intercala un galvanómetro sensible capaz de medir la pequeña corriente I que puede pasar a través del aislante,
se determina la resistencia del aislamiento de la longitud sumergida del cable, mediante la relación:
Debemos poner un pequeño interruptor 1 derivado entre los terminales del galvanómetro para poner éste en
cortocircuito antes de cerrar el interruptor 2, con el fin de evitar que la corriente de carga, debida a la capacidad del
cable, pueda deteriorar el aparato. Pasados algunos segundos de haber cerrado 2, ya podemos abrir 1 y se hace la
lectura correspondiente.
La resistencia de aislamiento de los dieléctricos es una magnitud mal conocida pues depende de muchos factores.
13.2. AISLADORES
13.2.1. Condiciones generales
Los conductores empleados en líneas aéreas, en la mayor parte de los casos, son desnudos; por lo tanto, se necesita
aislarlos de los soportes por medio de aisladores, fabricados generalmente con porcelana o vidrio. La sujeción del
aislador al poste se realiza por medio de herrajes. Pero además, un aislador debe tener las características mecánicas
necesarias para soportar los esfuerzos a tracción a los que está sometido.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, las cualidades específicas que deben cumplir los aisladores son:
1.- Rigidez dieléctrica suficiente para que la tensión de perforación sea lo más elevada posible. Esta rigidez
depende de la calidad del vidrio o porcelana y del grueso del aislador. La tensión de perforación es la
tensión a la cual se ceba el arco a través de la masa del aislador.
2.- Disposición adecuada, de forma que la tensión de contorneamiento presenta valores elevados y por
consiguiente no se produzcan descargas de contorno entre los conductores y el apoyo a través de los
aisladores. La tensión de contorneamiento es la tensión a la que se ceba un arco a través del aire siguiendo
la mínima distancia entre fase y tierra, es decir, el contorno del aislador. Esta distancia se llama línea de
fuga.
3.- Resistencia mecánica adecuada para soportar los esfuerzos demandados por el conductor, por lo que la
carga de rotura de un aislador debe ser cuanto menos igual a la del conductor que tenga que soportar.
4.- Resistencia a las variaciones de temperatura.
5.- Ausencia de envejecimiento.
Los aisladores son, de todos los elementos de la línea, aquellos en los que se pondrá el máximo cuidado, tanto en su
elección, como en su control de recepción, colocación y vigilancia en explotación. En efecto, frágiles por naturaleza,
se ven sometidos a esfuerzos combinados, mecánicos, eléctricos y térmicos, colaborando todos ellos a su
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destrucción. Todo nuevo tipo de aislador necesita ser confirmado por un uso muy prolongado, dada la imperfección
de nuestro conocimiento en esta materia.
Aisladores de porcelana
Su estructura debe ser homogénea y, para dificultar las adherencias de la humedad y polvo, la superficie exterior
está recubierta por una capa de esmalte. Están fabricados con caolín y cuarzo de primera calidad. La temperatura de
cocción en el horno es de 1400º C.
En alta tensión, los aisladores son de dos, tres o más piezas unidas con yeso. Esto se debe a que solamente se
consigue una cocción buena cuando su espesor no excede de 3 cm.
Aisladores de vidrio
Están fabricados por una mezcla de arena silícea y de arena calcárea, fundidas con una sal de sodio a una
temperatura de 1300 ºC, obteniéndose por moldeo. Su color es verde oscuro. El material es más barato que la
porcelana, pero tienen un coeficiente de dilatación muy alto, que limita su aplicación en lugares con cambios
grandes de temperatura; la resistencia al choque es menor que en la porcelana. Sin embargo, debido a que el coste es
más reducido y su transparencia facilita el control visual, hacen que sustituyan en muchos casos a los de porcelana.
Aisladores de esteatita y resinas epoxi
Se emplean cuando han de soportar grandes esfuerzos mecánicos, debido a que su resistencia mecánica es
aproximadamente el doble que la de la porcelana, y sus propiedades aislantes también son superiores; sin embargo,
el inconveniente que tienen es el de ser más caros.
Están unidos al soporte por un herraje fijo y no pueden, por consiguiente, cambiar normalmente de posición después
de su montaje. Su forma general es la de una campana que lleva en su parte superior una garganta sobre la que se
fija el conductor por una ligadura (de hilo de cobre recocido para conductores de cobre o de hilo de aluminio para
conductores a base de aluminio). El vástago está empotrado en su interior y queda debajo de la campana. Este
vástago puede ser recto o en forma de cuello de cisne. Se pueden encontrar aisladores con el interior roscado para
atornillarlo a la parte superior del vástago, disposición que facilita la sustitución de un aislador defectuoso, evitando
desmontar el vástago.
El aislador fijo más simple es el de las líneas telefónicas, o el de las líneas de baja tensión (Modelo ARVI-12).
Cuando la tensión es más alta, se acostumbra a prolongar la línea de fuga dando a la campana ondulaciones
profundas e inclinadas hacia abajo; cuando el tamaño del aislador es grande o la campana es complicada, no puede
fabricarse de una sola pieza, por lo que debe estar constituida por la unión de 2, 3 ó 4 campanas superpuestas, unidas
por yeso o cemento (modelo ARVI-32).
Los mayores aisladores fijos corresponden a una tensión de servicio de 63 kV. Pueden ser de porcelana o vidrio.
Están constituidos por un número variable de elementos según la tensión de servicio; estas cadenas son móviles
alrededor de su punto de unión al soporte, y además, las articulaciones entre elementos deben tener bastante libertad
para que los esfuerzos de flexión queden amortiguados; estas articulaciones suelen ser de rótula.
Este tipo de aislador es el más empleado en media y en alta tensión, ya que presenta las siguientes ventajas:
1.- Permite elevar la tensión de funcionamiento con sólo aumentar la longitud de la cadena, es decir,
colocando más elementos.
2.- No se interrumpe el servicio por rotura de un aislador, ya que la cadena sigue sustentando al conductor.
3.- Presenta una gran economía en la reparación de las cadenas, pues solamente es necesario cambiar el
elemento averiado.
Existen diversos tipos de aisladores de cadena, que a continuación estudiamos:
a) Caperuza-vástago: Este aislador se compone de una campana de porcelana o vidrio, en forma de disco y que lleva
en su parte inferior algunas ondulaciones. En la parte superior de la campana está empotrada una caperuza de
fundición o acero, y en su parte inferior en un hueco bastante reducido, lleva un vástago sellado al aislador. Vástago
y caperuza se adaptan uno y otro por una articulación de rótula, formando de esta forma una cadena tan larga como
se quiera. Se fabrican en porcelana o en vidrio templado. Existen numerosos modelos con diversas características
eléctricas y mecánicas. A título de ejemplo se dan las especificaciones para un aislador de suspensión modelo 1.512
fabricado por VICASA.
La figura siguiente nos muestra la disposición de los aisladores en una cadena de suspensión o en una cadena de
amarre.
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b) Motor: Este elemento está constituido por un núcleo cilíndrico de porcelana de diámetro comprendido entre 60 y
85 mm., y provisto de dos faldas anchas; en los dos extremos están empotrados dos caperuzas análogas a las de los
aisladores caperuza-vástago. La unión de los aisladores Motor entre sí se hace con un pequeño vástago cilíndrico
terminado en dos rótulas.
La diferencia esencial entre el aislador Motor y el elemento caperuza-vástago reside en el hecho de que el primero
es rigurosamente imperforable en servicio, mientras que el segundo puede, en ciertas circunstancias, perforarse antes
de ser contorneado, especialmente por la acción simultánea de esfuerzos mecánicos y acciones eléctricas.
c) Langstab: Este modelo es una ampliación del aislador Motor y se denomina Langstab (larga línea de fuga). Está
constituido por un largo cilindro de porcelana de 80 a 100 cm., con ondulaciones bastante profundas y terminado en
dos caperuzas.
3.- Aisladores especiales
a) Antiniebla: Su principal característica consiste en tener ondulaciones más profundas que permitan una mayor
tensión de contorneamiento.
b) De costa: La campana exterior es más ancha y alta, de forma que protege completamente contra el rocío a las
faldas interiores. Los depósitos de humedad (niebla, rocío, condensación de origen variable) lo mismo que el
depósito de cuerpos conductores extraños (humos industriales) reducen considerablemente la tensión de
contorneamiento de los aisladores. Cuando se combinan las dos acciones, llegan a impedir la explotación de la red a
su tensión nominal. Se impone un aumento del nivel de aislamiento, o la utilización de aisladores de un calibre
superior al que sería estrictamente necesario en circunstancias normales. La protección más difícil de realizar es la
de líneas en regiones industriales, pues los depósitos contaminantes se introducen en todas las canaladuras del
aislador, donde son llevadas a veces por la misma humedad.
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AISLADOR FIJO MODELO ARVI-12 (Vidrio)
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Tensión nominal normal de utilización 20 kV.
Longitud mínima de la línea de fuga 510 mm.
Carga mínima de rotura a la flexión 1.200 kg.
Peso neto aproximado 3,9 kg.
AISLADOR DE SUSPENSIÓN MODELO 1.512 (Vidrio templado )
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Tensión de perforación en aceite 130 kV.
Longitud de la línea de fuga 510 mm.
Carga de rotura mecánica, mínima garantizada 16.500 kg.
Esfuerzo permanente normal 6,600 kg.
Peso neto aproximado 8,3 kg.
CARACTERÍSTICAS ELEMENTALES DE LAS CADENAS
N 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Vs 100 170 235 305 370 425 490 540 595 650
Vl 50 80 130 170 215 250 290 335 385 420
Donde:
N = Número de elementos por cadena.
VS = Tensión de contorneo en seco a frecuencia industrial en kV.
VL = Tensión de contorneo bajo lluvia a frecuencia industrial en kV.
Someter a los aisladores a una serie de ensayos nos permite comprobar si poseen las características mecánicas y
eléctricas para las que han sido fabricados. Analizaremos la calidad de la porcelana o del vidrio, la tensión de
contorneamiento en seco o en lluvia, la tensión de perforación y la resistencia mecánica del aislador.
Un ensayo elemental para darnos cuenta de la calidad de la porcelana y de su buena vitrificación consiste en romper
el aislador y examinar las superficies de fractura, que deben ser brillantes y homogéneas y en ningún caso
presentarán fisuras, oquedades o burbujas. Se comprueba también que el esmalte superficial esté exento de grietas,
sea duro e inatacable por los agentes atmosféricos. También resulta interesante estudiar la porosidad de la porcelana
y su variación con los cambios de temperatura.
Los aisladores de vidrio se analizan con luz ordinaria y polarizada, comprobando la ausencia de fisuras y de
burbujas.
b) Ensayo de contorneamiento
En este ensayo se comprueba si la tensión de contorneamiento es realmente la especificada por el fabricante. Esta
tensión es aquella en la que se produce un arco o descarga disruptiva por la superficie del aislamiento entre el
soporte metálico y el conductor.
El ensayo se realiza sometiendo al aislador a una tensión cada vez más elevada entre la caperuza y el vástago, hasta
que se produce el arco eléctrico; en ese momento estaremos ante la tensión de contorneamiento.
El ensayo se realiza también bajo lluvia artificial controlada con una inclinación de 45º sobre el aislador. La tensión
de contorneamiento bajo lluvia es menor que en condiciones normales pero siempre debe ser superior a la tensión
nominal de empleo del aislador.
Los aisladores se fabrican con el interior ondulado con el fin de aumentar la longitud que debe recorrer el arco
eléctrico para que salte. Esta distancia se llama línea de fuga y es una característica fundamental en los aisladores.
c) Ensayo de perforación
La tensión de perforación es aquella en que se produce la rotura del aislador, ya que el arco eléctrico atraviesa el
vidrio o la porcelana.
Con frecuencia industrial, la perforación del aislador no puede ser obtenida estando rodeado de aire, ya que saltaría
el arco por la superficie y no por el interior. Por lo tanto se impide la formación del arco de contorneo sumergiendo
el aislador en aceite mineral, con lo cual se puede elevar la tensión de prueba hasta obtener la rotura o la perforación
del aislador.
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d) Ensayo mecánico
Los aisladores se someten durante 24 horas consecutivas a un esfuerzo mecánico de tracción aplicado axialmente,
igual al especificado por el fabricante.
En la figura siguiente se representan los herrajes y formas de suspensión para cadenas de aisladores:
13.2.5. Reparto de potencial entre los distintos elementos de una cadena de suspensión
La tensión de contorneamiento en seco de un elemento caperuza-vástago normal (modelo 1.512) de 254 mm. de
diámetro es de 78 kV. Cuando se forma una cadena de n elementos no se tiene una tensión de contorneamiento de n
. 78 kV. sino inferior. Por ejemplo:
5 elementos soportan 270 kV. (media de 54 kV.)
10 elementos soportan 475 kV. (media de 47,5 kV.)
15 elementos soportan 670 kV. (media de 44,6 kV.)
Ello se debe a la desigual repartición del potencial a lo largo de la cadena. Desde el punto de vista de las
capacidades, una cadena de aisladores es equivalente al conjunto de condensadores conectados como se muestra en
la figura siguiente para el supuesto de tres elementos.
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Como se deduce de la simple inspección de la figura, la corriente de capacidad a través del elemento más próximo a
la línea es mayor que la de todos los demás y va disminuyendo en cada uno de ellos con su lugar de colocación, en
el orden conductor-soporte, sucediendo lo mismo con la diferencia de potencial sufrida por los mismos y cuya
expresión es:
;
Llamamos C a la capacidad que presenta cada aislador, c a la capacidad de cada uno respecto a tierra, Vn al
potencial del conductor de la línea con relación a tierra, Vn-1 al potencial en la unión de los dos últimos elementos,
etc.. Y puesto que las corrientes de capacidad están en fase (adelantadas /2 sobre las tensiones) tenemos:
i1 = i´1 + i´´1
i´1 = i´2 + i´´2
...................
EJEMPLO
Sea una cadena de suspensión de tres aisladores sometidos a una tensión de 75 kV.; sabiendo que k = 0,2, hallar la
tensión que soporta cada aislador.
Aplicamos la fórmula general:
Vn = (2 + k) Vn-1 - Vn-2
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Vn-1 = (2 + k) Vn-2 - Vn-3
y como Vn-3 = 0, sustituyendo, queda:
Vn-2 = 19,5 kV.
Vn-1 = 42,9 kV.
El aislador más cercano al apoyo soporta una tensión de :
19,5 kV.
el siguiente aislador soporta:
42,9 kV - 19.5 kV = 23,4 kV.
y el aislador más cercano al conductor soporta:
75 kV - 42,9 kV = 32,1 kV.
Se llama grado de aislamiento a la relación entre la longitud de la línea de fuga de un aislador (o la total de la
cadena) y la tensión entre fases de la línea.
El grado de aislamiento viene dado por la expresión:
en donde:
* GA = grado de aislamiento (cm/kV).
* LF = línea de fuga (cm).
* E = tensión compuesta más elevada (kV)
* n = número de aisladores de la cadena.
Los grados de aislamiento recomendados, según las zonas que atraviesan las líneas, son los siguientes:
13.3. APOYOS
Se denominan apoyos a los elementos que soportan los conductores y demás componentes de una línea aérea
separándolos del terreno; están sometidos a fuerzas de compresión y flexión, debido al peso de los materiales que
sustentan y a la acción del viento sobre los mismos.
Aunque las prescripciones oficiales establecen que los postes podrían ser de cualquier material, siempre que se
cumplan las debidas condiciones de seguridad, solamente se utilizan para construir apoyos la madera, el hormigón y
el acero.
Según su función, los postes en una línea, se pueden clasificar en:
-Apoyos de alineación: Su función es solamente soportar los conductores y cables de tierra; son empleados en
las alineaciones rectas.
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-Apoyos de ángulo: Empleados para sustentar los conductores y cables de tierra en los vértices o ángulos que
forma la línea en su trazado. Además de las fuerzas propias de flexión, en esta clase de apoyos aparece la
composición de las tensiones de cada dirección.
-Apoyos de anclaje: Su finalidad es proporcionar puntos firmes en la línea, que limiten e impidan la
destrucción total de la misma cuando por cualquier causa se rompa un conductor o apoyo.
-Apoyos de fin de línea: Soportan las tensiones producidas por la línea; son su punto de anclaje de mayor
resistencia.
-Apoyos especiales: Su función es diferente a las enumeradas anteriormente; pueden ser, por ejemplo, cruce
sobre ferrocarril, vías fluviales, líneas de telecomunicación o una bifurcación.
El poste de hormigón armado es el más utilizado en las líneas eléctricas de baja y media tensión. Como dato
confirmativo se puede indicar que, del total de postes fabricados en Francia en los últimos años, el 85% han sido de
hormigón armado.
Los postes de hormigón tienen la ventaja de no necesitar conservación y su duración es ilimitada, pero tienen el
inconveniente de que su coste es mayor que los de madera y, como su peso es grande, aumentan los gastos de
transporte cuando no se fabrican en el lugar de emplazamiento; tienden a desplazar a los postes de madera a partir de
los 15 kV. y en algunos casos, en baja tensión.
Con la finalidad de mejorar las cualidades del hormigón armado, la fabricación de los mismos se lleva a cabo
mediante vibración, centrifugado y actualmente por precompresión.
Los postes más empleados en instalaciones eléctricas, en la actualidad, se pueden ver en la figura de la página
siguiente. Según el sistema de fabricación se dividen en :
- Postes de hormigón armado vibrado.
- Postes de hormigón armado centrifugado.
- Postes de hormigón armado pretensado.
Ventajas e inconvenientes:
- Amplia gama de medidas y resistencias.
- Permiten vanos muy grandes.
- Tienen vida ilimitada.
- Son más caros y pesados que los de madera.
- Tienen mayor fragilidad que los de madera.
Es un sistema nuevo de poste de hormigón armado, es decir, los materiales empleados en la fabricación de un poste
de hormigón armado se someten a unas vibraciones, bien sea a través de la armadura, o bien con la ayuda de
vibradores ordinarios, consiguiendo que la masa de hormigón se vaya asentando y reduciendo el volumen de aire
ocluido. La frecuencia de las vibraciones oscilan entre 5000 y 24000 vibraciones por minuto.
La sección de estos postes suele ser rectangular o en forma de doble T. Tienen alturas comprendidas entre los 7 y los
18 metros.
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El poste de hormigón vibrado es el más extendido de todos, ya que tiene la ventaja de poder fabricarse en el lugar de
implantación, reduciéndose así los costes de transportes.
Se fabrican en moldes de madera, que giran alrededor de su eje a una gran velocidad, sobre unas 800 r.p.m.,
comprimiéndose el hormigón por la fuerza centrífuga, quedando una superficie exterior compacta y a un grosor
adecuado, formando bloque con las armaduras metálicas y dejando la parte inferior hueca. El desmolde puede
hacerse al día siguiente de la operación, pero el transporte no se puede realizar hasta después de unas 3 semanas.
En algunos casos especiales, la armadura longitudinal no se reparte uniformemente en la sección circular,
consiguiendo un poste con diferente resistencia en las distintas direcciones.
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Su aplicación principal es en montajes de líneas eléctricas y como mástiles para alumbrado público. En líneas
eléctricas se emplean, sobre todo, en electrificaciones rurales, líneas de alta y baja tensión, ferrocarriles,
electrificaciones de tranvías, etc. En alumbrado satisface todas las exigencias de altura y esfuerzo. Las líneas
montadas con este tipo de postes son muy variadas, desde baja tensión hasta tensiones de 220 kV.; y, combinando
varios postes, se pueden conseguir construir apoyos de ángulo, anclaje, derivación, etc. y subestaciones.
No se emplean en lugares de difícil acceso, por la dificultad de transporte, ya que no se pueden fabricar en talleres
provisionales colocados en las cercanías del tendido.
Es una técnica nueva en la fabricación de postes de hormigón, empleándose cada día más por ser más baratos que
los de hormigón corriente, al requerir menos material férrico. Se fabrican con hormigón vibrado y llevan en su
interior alambres de acero que se someten a tensión antes de colar el hormigón. Cuando el hormigón adquiere cierto
grado de fraguado, se cortan los hilos; al quedar sin tensión, los hilos tienden a acortarse, pero, al impedirlo la masa
de hormigón, comprimen ésta, convirtiéndose en un soporte pretensado.
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El Reglamento de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta Tensión RLAT en su Artículo 31, contempla la posibilidad
de que ciertos apoyos de madera y hormigón no lleven cimentación, en cuyo caso exige que dichos apoyos se hallen
empotrados en el terreno una profundidad mínima
donde:
h es la altura del empotramiento (mínimo 1,3 metros)
HT es la altura total del apoyo.
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No obstante, los apoyos formados por estructuras metálicas y los de hormigón armado, en su casi totalidad, llevan
una cimentación de hormigón que ayuda a contrarrestar las fuerzas exteriores que tienden a provocar el vuelco del
apoyo. De todos los métodos utilizados para calcular las cimentaciones de los apoyos de líneas eléctricas, el más
comúnmente utilizado es el método de Sulzberger, y es que el que exponemos seguidamente.
Para calcular las dimensiones de la cimentación de un apoyo, lo primero que deberemos conocer es el momento de
vuelco del apoyo, el cual viene determinado por la fórmula:
donde:
Mv es el momento de vuelco de todas las fuerzas exteriores expresada en metros por tonelada (m.t.)
F es la fuerza flectora resultante que actúa sobre el apoyo en toneladas. Generalmente se suele tomar el esfuerzo en
punta del apoyo elegido.
H es la altura sobre el terreno, hasta el punto de aplicación de F, en metros.
h es la altura de la cimentación en metros.
Ahora bién, este momento de vuelco debemos contrarrestarlo por una parte con el momento estabilizador del terreno
M1 y por otra con el momento estabilizador del bloque de hormigón y el peso propio del apoyo M2
El momento estabilizador del terreno podemos calcularlo mediante la fórmula:
en la que:
M1 es el momento estabilizador del terreno expresado en m.t.
Ch es el coeficiente de compresibilidad a la profundidad "h".
tag es la tangente del ángulo de giro de la cimentación.
a es el lado de la base de la cimentación en metros (se supone cuadrada).
h es la altura de la cimentación en metros.
El artículo 31, Cuadro nº 4, de RLAT nos da los valores de los distintos coeficientes de compresibilidad a 2 m de
profundidad "K", y en el mismo cuadro, apartado b), admite la proporcionalidad de este coeficiente con la
profundidad, por lo tanto tendremos que
También el mismo artículo, nos dice que el ángulo de giro de la cimentación no deberá tener una tangente superior a
0,01.
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Sustituyendo estos valores en la fórmula general, tendremos:
K es el coeficiente de compresibilidad del terreno a 2 metros de profundidad, que podremos reducirlo a tres valores
K = 20 kg/cm3 para terrenos fuertes.
K = 10 kg/cm3 para terrenos normales.
K = 5 kg/cm3 para terrenos flojos.
Algunos autores y fabricantes, también suelen utilizar como valores de K, 16, 12 y 8 kg/cm3.
El momento de las cargas verticales o momento estabilizador del bloque de hormigón y del poso del apoyo, se puede
calcular mediante la fórmula:
siendo:
M2 el momento de las cargas verticales en m.t.
Pciment el peso de la cimentación en toneladas.
Papoyo el peso del apoyo en toneladas.
a el lado de la base de la cimentación en metros.
Esta fórmula podemos ponerla en función del volumen de la cimentación "h a2", ya que si tenemos presente que la
densidad del hormigón es 2,2 Tn/m3 , podremos poner
Como ya hemos expuesto, el momento de vuelco debe ser contrarrestado con el momento estabilizador del terreno y
con el momento estabilizador del bloque de hormigón y del apoyo, por lo tanto,
teniendo en cuenta un cierto coeficiente de seguridad "n", (Según el Reglamento RLAT, el coeficiente de
por lo tanto
Las incógnitas en esta fórmula son dos "h" y "a", por lo tanto podemos asegurar que hay infinitas soluciones
posibles, pero no obstante, las soluciones prácticas pueden quedar limitadas a una serie de resultados lógicos, todas
ellas teóricamente válidas.
Si ahora suponemos que es el valor de "h" el que vamos a predeterminar, fácilmente llegaremos a la siguiente
ecuación de tercer grado:
Para apoyos formados por estructuras metálicas de alturas comprendidas entre 8 y 20 metros, podremos partir de
valores de "h" entre 1,1 y 2,5 metros, para terrenos normales, obteniendo de esta manera pares de valores (h, a), de
entre los que elegiremos el par que más nos convenga.
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Para apoyos de gran envergadura, es obvio que las alturas de las cimentaciones presentarán valores prácticos
superiores, los cuales deberemos ir ensayando y comprobando hasta obtener uno que cumpla nuestros deseos.
Entre el fondo de la cimentación y el final del apoyo existe una distancia llamada "solera base" que suele ser del
orden de 0,2 metros para terrenos flojos, 0,10 metros para terrenos normales y 0,05 metros para terrenos fuertes. Por
lo general este valor tiene escasa influencia en el cálculo de los apoyos, por lo que en algunas ocasiones podrá
despreciarse.
Apoyos a base de perfiles de hierro se fabrican en todas las alturas y esfuerzos útiles en punta. Seguidamente damos
los datos de los distintos apoyos de la serie C-500, de la casa FUNTAN, cuyo esfuerzo en punta es de 500 kg.
Si el fabricante, como en este caso, nos da la altura total del apoyo y la altura sobre el suelo, el valor de "h" se puede
deducir inmediatamente ya que
h = HT -H + solera
El cálculo de la cimentación de los apoyos de hormigón armado, es similar al de los apoyos de perfil de hierro.
Unicamente diremos que es conveniente tener en cuenta las Recomendaciones UNESA sobre las alturas de las
cimentaciones, ya que recomiendan que tengan un valor
Como la fórmula general esta en función de la altura del apoyo sobre el suelo H, fácilmente deduciremos que
H = HT - h + solera
despreciando el valor de la solera, y sustituyendo H en la fórmula general, tendremos:
Con el valor de "h" recomendado por Unesa ya podemos determinar el valor de "a".
Los apoyos de hormigón de alturas comprendidas entre 7 y 12 metros suelen tener un diámetro en la base entre 0,20
y 0,30 metros (ver tabla al final), por lo que fácilmente podremos deducir que valores de "h" del orden de 1,2 a 2
metros, para terrenos normales, nos darán valores de "a" muy ajustados a la realidad práctica. Téngase presente que
el valor de "a", por lógica, tiene que ser mayor que el diámetro de la base del apoyo; un valor entre dos y tres veces
mayor, parece razonable.
Es conveniente observar en la fórmula general lo poco que influye el peso del apoyo en los resultados finales. Esto
puede comprobarse muy fácilmente variando el peso del apoyo en el programa; sacaremos la conclusión de que si en
algún momento desconocemos este dato, puede sustituirse por uno aproximado.
Seguidamente, damos las características más importantes de los apoyos de la SERIE AL de Postes Romero S.A.
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CARACTERÍSTICAS DE POSTES DE HORMIGÓN ARMADO CENTRIFUGADO PARA ALTA
TENSIÓN
DIMENSIONES ESFUERZO LIBRE EN PUNTA (kg)
Altura Peso
(mm) (Coeficiente de seguridad 2,5)
HT (m) (kg)
a b E 100 125 160 200 250 315 400 500 630
7 325 125 195 60
8 375 125 205 60
7 420 155 225 65
8 525 155 235 65
9 675 155 245 65
10 725 155 255 65
11 800 155 265 65
12 875 155 275 65
7 575 185 255 70
8 690 185 265 70
9 800 185 275 70
10 900 185 285 70
11 1.025 185 295 70
12 1.150 185 305 70
La resistencia de los conductores es la causa principal de la pérdida de energía en las líneas de transporte.
Entendiendo por tal resistencia, la llamada resistencia efectiva del conductor, cuyo valor en ohmios viene dado por:
y que no hemos de confundir con la resistencia del conductor al paso de la corriente continua, que tiene por
expresión:
Sólo en corriente continua la distribución de corriente en la sección del conductor es uniforme. En corriente alterna
y a medida que aumenta la frecuencia, las diferencias entre la densidad de corriente en las distintas zonas de una
sección transversal se hace más notoria. Este fenómeno se conoce como efecto pelicular o efecto Kelvin.
Partiendo de las ecuaciones de Maxwell se obtiene la ecuación general de onda que describe el comportamiento
general de un campo electromagnético:
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Dado que esta ecuación rige el caso general, podemos particularizar para un medio material que sea buen conductor.
Como no hay densidad volumétrica de carga, " / " es cero. Por otra parte, en un medio conductor lineal,
homogéneo e isótropo se verifica que J = E, por lo que la ecuación anterior nos queda de la forma:
Al ser buen conductor, las corrientes de conducción son muy superiores a las de desplazamiento, es decir, es
mucho mayor que , por lo que despreciamos el término correspondiente y sustituimos E por su valor (E = J/).
siendo:
es la pulsación.
f la frecuencia.
la permeabilidad magnética
la conductividad.
Podemos obtener una gráfica con los distintos valores de J / J0 en función de z.
Observamos que en la superficie del conductor J es igual a Jo, pero a medida que nos acercamos al interior del
conductor, la densidad de corriente disminuye de forma exponencial.
De la gráfica podemos definir la distancia de penetración como el valor en que se produce una atenuación de 1/e,
es decir, de un 63% del valor en la superficie. Por lo tanto:
En vista de lo anterior podemos afirmar que para conductores cuyo radio sea superior a 3, toda la corriente
circulará por la corona comprendida entre la superficie y la distancia representada en la figura.
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Para un conductor de aluminio y una frecuencia industrial de 50 c/s obtenemos un valor de de 11,7 mm., por lo
que en los conductores que no superen este radio existirá una distribución de la corriente bastante uniforme. Por el
contrario, en conductores de mayor radio se acentuará la concentración en las zonas periféricas en comparación con
las centrales.
Dado este mal aprovechamiento del conductor se produce un aumento de la resistencia efectiva en comparación con
la resistencia en corriente continua.
La distancia de penetración varía extraordinariamente con la frecuencia, y como comprobamos en la fórmula, si la
frecuencia aumenta, disminuye. Esto origina que el transporte a frecuencias situadas en el rango de las
telecomunicaciones se empleen conductores huecos, pues toda la corriente circulará por la superficie.
Como los conductores empleados en las líneas aéreas de alta tensión no tienen radios superiores a 3, cometeríamos
un error al afirmar que toda la corriente circula por la corona de espesor . Por este motivo, para comparar las
resistencias en corriente alterna y en corriente continua, aplicaremos la fórmula de Rayleigh que se obtiene de
desarrollar adecuadamente la expresión (1):
Siendo
Como observamos en la tabla, solamente para cables con elevado diámetro se obtienen diferencias apreciables entre
la resistencia en corriente alterna y en continua.
Nosotros emplearemos siempre el valor de R0 al hablar de la resistencia de un conductor y emplearemos dicho valor
en todos los cálculos.
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14.2.1. Coeficiente de autoinducción aparente
En un conductor que forma parte de un circuito recorrido por una corriente alterna senoidal, de intensidad eficaz I, el
valor eficaz de la diferencia de potencial correspondiente es :
V I R 2 wL2
e
L
di
dt
es decir, la fuerza electromotriz de autoinducción desarrollada en el conductor en un instante dado, tomada con
signo negativo, dividida por la velocidad de variación de la corriente en cada instante.
Ya que la intensidad instantánea responde a la fórmula:
i = Io sen t
siendo Io la intensidad máxima, podemos despejar la f.e.m. de autoinducción del párrafo anterior de la forma:
di
e L wLI 0 cos t
dt
Si ahora suponemos que un conductor al que llamamos 1 se encuentra cerca de otros conductores 2, 3, 4, ... y todos
ellos están recorridos por corrientes eléctricas i1, i2, i3, i4... las cosas cambian sustancialmente, ya que habrá que
tener presente la influencia que sobre un conductor ejerce el resto.
di1
e1 L
dt
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Pero la f.e.m. inducida en el conductor 1 ya no es debida únicamente a la variación de la corriente i1 en este
conductor, sino también a las variaciones de las corrientes i2, i3, i4, ... que recorren los otros conductores, pues éstas
crean campos magnéticos que inducen otras f.e.m.s. en 1. Estas f.e.m.s. dependen de los coeficientes de inducción
mutua M21, M31, M41, ... del conductor 1 con relación a cada uno de los demás.
Los coeficientes de inducción mutua pueden definirse por una relación análoga a la antes expresada para £:
La diferencia de potencial V1 producida en el conductor 1 es igual en cada momento a la caída óhmica R1 i1 más una
f.e.m. de inducción e1T que a su vez es la suma de la f.e.m. de autoinducción e1 creada por i1, y de las f.e.m.s. e2, e3,
e4, ... de inducción mutua debidas a las variaciones de i2, i3, i4, ...
Al ser e1T una suma de frecuencias senoidales, sabemos que será igual a la expresión:
siempre que determinemos adecuadamente los valores de £A1 y de 1. El ángulo 1 sale como consecuencia de que la
suma vectorial de e1, e2, e3, e4, ... no tiene que ser necesariamente perpendicular al vector R i1 de caída de tensión
óhmica, tal como se ilustra en la figura.
Comparando las dos expresiones anteriores se observa que el coeficiente £A1 equivale a un coeficiente ficticio de
autoinducción, llamado coeficiente de autoinducción aparente, en el cual está englobado el de autoinducción £1 y los
de inducción mutua M21, M31, M41 ...
De igual manera podemos expresar el valor de las f.e.m.s. e2T, e3T, e4T, ... en función de los coeficientes de
autoinducción aparente £A2, £A3, £A4, ... :
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En la obtención de estas igualdades hemos supuesto que los conductores estaban colocados de una forma arbitraria,
pero si los hubiéramos supuesto equidistantes y recorridos por idénticas corrientes, las igualdades serían las mismas.
Pero como el valor de la permeabilidad relativa del medio r es igual a 1 en nuestro caso, y como o es igual a 4
en unidades u.e.e., queda:
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Si consideramos un punto a una distancia x de la periferia del conductor, el flujo a que está sometido un elemento
infinitamente pequeño dS por unidad de longitud, dS = dx , será:
y finalmente resulta:
1 = 2 i1 (ln R - ln r)
Segundo flujo:
El segundo flujo es igual a la suma de los flujos originados por los conductores cercanos.
La corriente i2 del conductor 2 creará también un flujo y éste sólo envolverá al filete comprendido entre las
superficies cilíndricas de radios d´ y R, siendo d´ la distancia del filete al eje O2. Como se observa en la figura, d´ es
prácticamente igual a la distancia entre O1 y O2, a la que llamaremos d1.
por lo tanto
Tercer flujo
Para calcular el flujo que corta el interior del conductor 1, de radio r, producido por la corriente i1, empecemos por
hallar el flujo que corta a una corona circular de radio interior a y de exterior r.
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La intensidad de corriente en un cilindro de radio x comprendido entre a y r (r x a) es una fracción de la
intensidad total i1, de valor:
El valor del flujo en esta corona de radio interior a es un caso particular que nos hemos planteado, pero no es el flujo
que corta al conductor de radio r, ya que coronas de radio grande dan flujos grandes y coronas de radio pequeño dan
flujos pequeños. Así pues, el flujo que corta al conductor deberá corresponder con el valor medio del flujo de las
infinitas coronas que se puedan formar y cuyos radios estarán comprendidos entre 0 y r.
La media del flujo cm en el interior del conductor debido a la corriente i1, será el valor medio de los elementos
debidos a las corrientes comprendidas en las superficies anulares ds = 2 a da, extendido este valor medio a toda la
superficie r² de la sección del conductor.
En el caso de dos conductores podemos representar gráficamente el campo magnético que se crea y los flujos
correspondientes.
El flujo total a considerar por unidad de longitud como causante de la fuerza electromotriz de inducción en el
conductor 1 es:
T = l + cm + 2 + 3 + ... =
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= 2 i1 (ln R - ln r) + i1/2+ 2 i2 (ln R - ln d1) + 2 i3 (ln R - ln d2) + ... =
= i1/2+ 2 ln R (i1 + i2 + i3 + ...) - 2 i1 ln r - 2 i2 ln d1 - 2 i3 ln d2 - ...
sea cual sea el tipo de línea, monofásica, bifásica, trifásica, se verifica que
i1 + i2 + i3 + ... = 0
por lo que queda:
T = i1/2- 2 i1 ln r - 2 i2 ln d1 - 2 i3 ln d2 - ...
La fuerza electromotriz por unidad de longitud originada por este flujo es la siguiente:
Como una línea monofásica está formada por dos conductores recorridos por corrientes i1 e i2, se verifica que:
Por lo tanto
sustituyendo queda:
Obteniéndose finalmente:
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u.e.e./cm
Expresando £A en unidades más prácticas (1H = 109 u.e.e. y 1 km = 105 cm) y sustituyendo el valor del radio por el
del diámetro, resulta que:
en la que "d" es la separación entre los conductores y "D" es el diámetro del conductor.
14.2.4. Coeficiente de autoinducción aparente en el caso de una línea trifásica simple y simétrica
En una línea trifásica simple, las tres corrientes en los conductores 1, 2 y 3 pueden expresarse (suponiendo las fases
equilibradas ) por las igualdades:
se obtiene:
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Para deducir £A1 y 1 de esta ecuación, damos valores a t puesto que se debe verificar para cualquier valor:
Si t = /2 cos t = 0 y sen t = 1
Si t = 0 cos t = 1 y sen t = 0
Las líneas trifásicas se llaman simétricas cuando los tres conductores son de la misma sección y cada uno de ellos
está colocado a igual distancia de los otros dos, ocupando los tres vértices de un triángulo equilátero en un corte
transversal de la línea.
r1 = r2 = r3 ; d1 = d2 = d3
Como consecuencia de esto, los tres coeficientes de autoinducción son iguales, así como todos los coeficientes de
inducción mutua:
Aplicando estos coeficientes a las ecuaciones (4) y (5) para cualquiera de los conductores:
Con lo cual obtenemos valores iguales a los encontrados para una línea monofásica:
H/km
siendo:
d la separación entre los conductores.
D el diámetro del conductor.
14.2.5. EJEMPLOS
1.- Calcular la resistencia y autoinducción aparente de una línea de alta tensión trifásica simple y simétrica, que
utiliza un cable CONDOR (D = 27,8 mm.; S = 455,1 mm²) y cuya separación entre conductores es de d = 7,5 m.
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La resistencia por kilómetro es:
En realidad, esta resistencia según tablas resulta ser de 0,072 / km. dado que este cable lleva 54 hilos de aluminio
y 7 de acero.
Observamos a la vista de estos dos resultados que la reactancia es mucho mayor que la resistencia, por lo tanto lo
que verdaderamente influye en la caída de tensión es la autoinducción.
2.- Calcular la resistencia y autoinducción aparente de una línea de baja tensión trifásica simple y simétrica, que
utiliza un cable CONDOR (D = 27,8 mm.; S = 455,1 mm²) y cuya separación entre conductores es de d = 0,2 m.
La resistencia por kilómetro es la misma que la del ejemplo anterior, es decir, 0,072 /km.
Para calcular la autoinducción aparente aplicamos la fórmula:
Observamos que ahora la diferencia entre la resistencia y la reactancia no es tan grande, por lo que a la hora de
calcular la caída de tensión habrá que tener en cuenta ambos valores.
Podemos hacer una tabla comparando los resultados obtenidos en los dos ejemplos:
En las líneas de alta tensión, como es en el caso 1º, la influencia predominante es la autoinducción. En cambio, en
las líneas de baja tensión existe una mayor igualdad entre los efectos de la resistencia y de la autoinducción.
Podemos representar gráficamente a escala los valores de la tabla. En el primer caso la reactancia es 6 veces mayor
que la resistencia y en el segundo es de 2,5 veces mayor.
Sabiendo que:
Z² = R² + X²
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obtenemos los triángulos de la figura siguiente que están construidos a escala para poder comparar gráficamente los
respectivos valores:
donde:
n = número de conductores por fase:
n = 1 para fases simples.
n = 2 para fases dúplex.
n = 3 para fases tríplex.
n = 4 para fases cuádruplex.
d' = distancia media geométrica entre ejes de fases, generalmente en milímetros.
r' = radio ficticio, generalmente en milímetros, definido por:
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= R/3 en una tríplex.
= R/2 en una cuádruplex.
Fases simples:
n = 1 ; r' = r
Fases dúplex:
n=2;
Fases tríplex:
n=3;
Fases cuádruplex:
n=4;
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disposición de un hexágono casi regular como se ve en la figura siguiente:
No debemos confundir la caída de tensión V que es igual a la diferencia de los módulos U1 y U2 , con el vector que
es la diferencia vectorial entre U1yU2, es decir:
Teniendo en cuenta que en la caída de tensión influye la resistencia total RT y la reactancia total XT:
RT = RK L
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Puesto que en una línea monofásica hay dos conductores, podemos expresar la caída de tensión V1 mediante la
relación:
Si consideramos un consumo de tipo inductivo, circunstancia que sucede en la casi totalidad de los casos prácticos
(el vector de intensidad se hallará retrasado respecto al de tensión), la representación gráfica, tiendo en cuenta los
vectores que intervienen en la resolución del problema, la podremos dibujar de la siguiente manera:
Esta figura no está dibujada a escala, pues en la práctica V1 será muy pequeña en comparación con U1 y U2., por lo
que 1 y 2 serán casi iguales.
A la vista de esta composición vectorial, vamos a desarrollar la solución analítica de la caída de tensión en dos
supuestos casos. En el primero tendremos como datos U2 y 2 , debiendo calcular las incógnicas U1 y 1. En el
segundo caso los datos serán U1 y 1 y las incógnitas s U2 y 2.
Situando la intensidad como origen de fases resulta:
Dado que :
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OA = U2 cos 2 ; BC = U2 sen 2
AB = 2 RT I ; CD = 2 XT I
se obtiene
Dado que:
OB = U1 cos 1 ; AB = 2 RT I
BD = U1 sen 1 ; DC = 2 XT I
se obtiene que:
Como las expresiones anteriores son bastante complicadas, podemos obtener fórmulas más sencillas sin perder
exactitud en el caso de líneas normales de mediana longitud:
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Trazando un arco de circunferencia con centro en O y radio OC, vemos en la figura que OC = OG. La aproximación
consistirá en tomar iguales las distancias OG y OP, por lo que en esta demostración damos por cierto que OP = OG.
Esto se puede hacer si tenemos en cuenta que en la práctica las caídas de tensión son muy pequeñas, generalmente
del 2, 6, 8, ó 10 %
Por lo tanto:
OG = OP = OD + DP = OD + DH + HP
Dado que:
OG = U1 ; DH = 2 RT I cos 2
OD = U2 ; HP = 2 XT I sen 2
Resulta sustituyendo :
U1 = U2 + 2 RT I cos 2 + 2 XT I sen 2
La caída de tensión tendrá la expresión:
V = U1 - U2 = 2 RT I cos 2 + 2 XT I sen 2
que también se puede expresar en función de la corriente activa IA y la reactiva IR:
V = U1 - U2 = 2 RT IA + 2 XT IR
Esta manera de obtener la caída de tensión en una línea, de forma aproximada, tiene una extraordinaria importancia
a la hora de examinar ciertos fenómenos. Así por ejemplo, pensemos en lo que la fórmula nos dice cuando la
intensidad reactiva IR es negativa (capacitiva)... la caída de tensión puede llegar a ser nula e incluso negativa.
* V1 es la suma vectorial de 2 RT I y 2 XT I.
mientras que:
* V es la diferencia de los módulos de los vectores U1 y U2, es decir, la diferencia que
obtendríamos de las lecturas de sendos voltímetros colocados al principio y al final de línea.
Es práctica normal que a la hora de trabajar, algunas veces confundamos una u otra expresión,
no son iguales; no obstante, cuando el ángulo de U1 con respecto a U2 es muy pequeño, lo que sucede en la mayor
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Se trata de calcular la caída de tensión que se produce en una línea trifásica equilibrada y simétrica, con capacidad
despreciable.
Como suponemos que la línea es equilibrada, la tensión, la intensidad y el factor de potencia tendrán el mismo
módulo para cada fase.
Por lo tanto, al principio de la línea tendremos una tensión compuesta E1, la correspondiente tensión simple U1 y un
factor de potencia cos 1, verificándose que:
Al final de la línea existirá una tensión compuesta E2, la correspondiente tensión simple U2 y un factor de potencia
cos 2, cumpliéndose que:
Además por ser simétrica, el coeficiente de autoinducción aparente y la resistencia por unidad de longitud también
serán iguales en las tres fases.
Con lo cual se obtiene que la caída de tensión V1 es la misma para cualquiera de las tres fases, verificándose que:
Para hallar la caída de tensión consideramos la resistencia y la autoinducción kilométricas, obteniéndose una
resistencia total RT y una reactancia total XT, de forma que:
RT = RK L
XT = £T = £AK L
Podemos expresar la caída de tensión mediante la siguiente relación:
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También podemos aplicar a la caída de tensión la expresión simplificada que se obtiene de forma análoga a lo
deducido para las líneas monofásicas del apartado anterior.
Por lo tanto:
a caída de tensión compuesta VC se obtendrá de operar con E1 y E2:
quedando finalmente :
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Despreciando la capacidad y las pérdidas por falta de aislamiento, esta última fórmula es suficientemente exacta
para calcular la caída de tensión en líneas aéreas de no muy larga longitud. Como veremos, para longitudes
superiores a 20 ó 30 km., la capacidad empieza a tener su importancia, pues su efecto se hace notar claramente en
los resultados finales, en especial en líneas a tensiones muy elevadas.
Nada podemos decir sobre las líneas a base de cables aislados para instalaciones subterráneas o submarinas, ya que
en estos casos habrá que valorar la capacidad en cada caso, sin duda mucho mayor que en las líneas aéreas. No
obstante, si nos atrevemos a decir que este tipo de cables no presentarán efectos apreciables de capacidad en líneas
de longitud inferior a 1 km.
EJEMPLOS
1.- Hallar la caída de tensión por el método exacto y por el aproximado en una línea monofásica de las
siguientes características:
U2 = 220 V ; L = 300 m.
I = 15 A ; RK = 0,4 km .
cos 2 = 0,8 ; XK = 0,2 / km.
Método exacto
= 223,961 V.
Por lo tanto:
V = U1 - U2 = 223,961 - 220 = 3,961 V.
Método aproximado
= 223,960 V.
Por lo tanto:
V = U1 - U2 = 223,960 - 220 = 3,960 V.
Observamos que la diferencia entre un método y otro para esta línea de baja tensión y de corta longitud es de
0,001 V., por lo que no merece la pena aplicar el método exacto.
2.- Hallar la caída de tensión por el método exacto y por el aproximado en una línea trifásica de las siguientes
características:
U2 = 15.000 V. ; L = 2 km.
I = 100 A. ; RK = 0,2 / km.
cos 2 = 0,8 ; XK = 1 / km.
Método exacto
= 15152,61 V.
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Por lo tanto:
Método aproximado
Por lo tanto:
Observamos que la diferencia entre un método y otro para esta línea de alta tensión es de 0,61 V. en tensiones
simples y 1 en tensiones compuestas, por lo que no merece la pena aplicar el método exacto. El error cometido
resulta ser muy pequeño en tanto por ciento, error que por otra parte no podríamos detectar con un voltímetro de
aguja.
Los conductores de una línea eléctrica, aislados entre sí y de tierra, son desde el punto de vista eléctrico,
equivalentes a las armaduras de un condensador, y cuando están a potenciales distintos, toman una carga eléctrica
dependiente de los valores relativos de dichos potenciales, entre sí y respecto a tierra.
Consideramos primeramente una línea monofásica formada por dos conductores de radio r, separados entre sí una
distancia d:
Como nos interesa la capacidad kilométrica expresada en el sistema internacional, hacemos el cambio a faradios por
kilómetro:
1 F = 9 10¹¹ u.c.g.s. ; 1 km. = 105 cm.
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que al sustituir queda:
Y como generalmente trabajamos con el diámetro en lugar de con el radio, resulta finalmente:
Al igual que calculamos los voltajes respecto de un hilo neutro, real o ficticio, nos interesa la capacidad respecto a
tierra o a un hilo neutro:
Esta capacidad tendrá un valor de 2C, tal como vemos en la figura, pues el hilo neutro o la tierra forma dos
condensadores en serie, cuya capacidad ha de ser obligatoriamente 2C, para que al sumarlos obtengamos C.
Por lo tanto, la fórmula de capacidad respecto a un hilo neutro en una línea monofásica será:
En una línea trifásica la capacidad de cada fase respecto de un hilo neutro, real o ficticio, también será 2C, ya que,
como se observa en la figura siguiente la capacidad C en cada fase es igual a dos capacidades de valor 2C colocados
en serie.
Por lo tanto, la capacidad por fase en una línea trifásica tendrá la expresión:
Observamos que la capacidad por unidad de longitud depende del diámetro del conductor y de la separación entre
estos. En las líneas de baja tensión las secciones serán pequeñas y las distancias entre conductores medianas, por lo
que la capacidad tendrá valores pequeños. En las líneas de alta tensión, las secciones son más elevadas, pero la
separación es muy grande por lo que obtendremos valores muy pequeños. El efecto de la capacidad se nota más en
las líneas subterráneas, ya que los conductores están muy juntos y separados por dieléctricos.
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14.4.2. Ejemplos
1.- Calcular la capacidad por fase y las intensidades inyectadas en una línea trifásica simple y simétrica de 120 kV.,
que utiliza un conductor CONDOR (D = 27,8 mm.; S = 445,1 mm²) y cuya separación entre conductores es de 7,5
metros.
2.- Calcular la capacidad por fase y las intensidades inyectadas en una línea trifásica simple y simétrica de 220 V.,
que utiliza un conductor CONDOR (D = 27,8 mm.; S = 445,1 mm²) y cuya separación entre conductores es de 0,2
metros.
La capacidad tiene por fórmula:
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Podemos hacer una tabla comparando los valores obtenidos en los dos ejemplos:
Observamos que en las líneas de alta tensión, aunque la capacidad es relativamente baja, la corriente inyectada tiene
valores no despreciables. Por el contrario, en las líneas de baja tensión la capacidad es más alta, pero al ser baja la
tensión, la corriente inyectada es despreciable. La máxima importancia del efecto de la capacidad se notará en líneas
muy largas o en las instalaciones subterráneas.
Hasta ahora hemos visto el cálculo de la capacidad en el caso de una línea trifásica simétrica y simple. Esto significa
que la línea sólo tiene un conductor en cada fase y que los tres cables están en los vértices de un triángulo equilátero.
Pero esto es un caso particular en la construcción de líneas de alta tensión. A continuación damos las fórmulas
necesarias para el cálculo de la capacidad en todos los casos utilizados en la práctica.
En una línea trifásica cualquiera, la capacidad por fase es:
donde:
d' = distancia media geométrica entre ejes de fases, generalmente en milímetros.
r' = radio ficticio, generalmente en milímetros, definido por:
Los valores de d' y de r' se calculan según lo expuesto en el apartado 4.2.6. referente al coeficiente de autoinducción
generalizado.
La capacidad de una línea está uniformemente repartida a lo largo de la misma, y rigurosamente, deberíamos
considerar la capacidad infinitamente pequeña de cada elemento de longitud de la línea y establecer las ecuaciones
diferenciales correspondientes a la variación de tensión y de intensidad en ese elemento. Esto lo dejaremos para más
adelante, y ahora, veamos el estudio vectorial de la línea dividida en partes finitas.
Supongamos una línea trifásica y consideraremos una fase cualquiera y el hilo neutro, real o ficticio.
Dividimos la línea en partes finitas, de longitudes L1, L2 y L3, todas iguales, y suponemos concentradas las
capacidades de los trozos en los centros de los mismos, lo que nos dará, como veremos, una serie de puntos
suficientes para determinar la curva de variación del valor eficaz (o máximo) de la tensión y de la corriente a lo
largo de la línea. Cuanto más pequeños sean los trozos mayor será la aproximación del procedimiento. En la práctica
se consideran tramos de 40 a 50 km. de línea.
Observamos que I2 = 0 pues la línea se encuentra abierta, por lo que la caída de tensión en el primer tramo será nula,
V0 = 0.
En relación a las tensiones tenemos que:
siendo V3, V2 y V1 las caídas de tensión en cada tramo debidas a R y £, es decir, caída de tensión óhmica e
inductiva.
En general sabemos que:
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Por lo que despejando I = U C.
Para deducir el diagrama de las tensiones e intensidades en cada punto de la línea, tomamos como origen de fases, la
fase de la tensión U2 al final de la línea, es decir, OA.
Como i1 = U'2 C, la componente activa de esta corriente es nula y como la reactancia es sólo capacitiva, la corriente
i1 está adelantada 90º en el diagrama con relación a U2, y la representaremos por OA', perpendicular a U2.
En el trozo comprendido entre 1 y 2 circula una corriente I'2 = i1, lo que origina una caída de tensión que al ser
óhmica e inductiva, se determina construyendo el triángulo rectángulo cuyos catetos son R I'2 y £ I'2.
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a la de la corriente. La diferencia de fase entre la tensión y la corriente es variable de un punto a otro de la línea,
aunque es constante en el tiempo, para cada punto.
4.- La tensión U2, en el receptor, puede ser notablemente superior a U1 al principio de la línea, es decir, la
capacidad da lugar a una caída de tensión negativa. Este efecto se denomina "efecto Ferranti".
5.- Como la corriente en una línea abierta está adelantada con relación a la tensión, refuerza el campo
magnético de los alternadores, por consiguiente, estos necesitan de una corriente de excitación mucho más
pequeña para producir la tensión normal cuando están en comunicación con una línea abierta, que si están
aislados de la misma y funcionando en vacío. En algunos casos la corriente de capacidad puede dar lugar a la
autoexcitación de los alternadores. El refuerzo del campo por la corriente de capacidad puede producir una
sobretensión en el caso de una disminución brusca de la potencia transportada.
Sabido es que cuando a un átomo de gas se le comunica la energía suficiente es posible arrancarle uno o varios de
sus electrones, pudiendo provenir esta energía de fuentes naturales o artificiales. Las fuentes naturales de energía
capaces de ionizar un gas pueden ser los rayos ultravioletas procedentes de la luz solar, las partículas rápidas que se
forman en la desintegración de sustancias radioactivas, de las cuales se encuentran trazas en todas partes, y los rayos
cósmicos.
Aclaradas estas ideas, conectemos dos placas metálicas a una fuente de alimentación variable, según el esquema de
la figura, y examinemos las variaciones que sufre la intensidad en función de la tensión.
Incrementando el potencial a partir de cero voltios, nos encontramos que para pequeñas tensiones unos pocos iones
y electrones libres existentes en el aire son atraídos por las placas, iniciando una pequeña corriente que irá creciendo
con los aumentos de potencial y cuya situación corresponde a la fracción (OA) de la curva indicada en la figura:
Un mayor incremento de la tensión a partir del punto A ya no es seguido por aumentos de intensidad, puesto que la
tensión aplicada es suficiente para barrer todos los iones y electrones con la misma rapidez con que los crea la
ionización natural. Si seguimos aumentando el potencial, la intensidad permanecerá constante durante la porción de
curva (AB), creciendo no obstante la energía de los iones y electrones.
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Al llegar al punto B, la energía ganada por los electrones es suficiente como para producir ionización por colisión
con los átomos de gas, aumentando otra vez la corriente durante la fracción de curva (BC). Téngase en cuenta que
por ser la ionización natural del aire muy pequeña, en condiciones normales, del orden de 0,5 iones por segundo y
por centímetro cúbico, la corriente a que nos hemos referido es extraordinariamente pequeña. Esta porción de curva
fue estudiada por J. S. Townsend y es conocida por descarga Townsend.
Si aumentamos el potencial correspondiente al punto C nos encontraremos con que la energía adquirida por los
iones positivos de aire, es suficiente como para arrancar electrones secundarios del cátodo, que a su vez producen en
su camino hacia el ánodo nuevos iones y electrones; en este instante se produce una descarga autónoma con la
consiguiente luminosidad, aumento brusco de la intensidad y disminución de la caída de tensión.
A partir del punto D tendremos que a aumentos muy pequeños de la tensión le corresponden otros relativamente
grandes de intensidad durante la fracción de curva (DE), aumentando también la luminosidad, que va
progresivamente recubriendo el cátodo.
Sobrepasando el punto E va aumentando la densidad de corriente, que durante la porción de curva (DE) había
permanecido prácticamente constante, creciendo así la caída de tensión en su interior de forma apreciable con los
aumentos de intensidad. Los iones positivos del aire van adquiriendo con esto una gran energía, produciendo en su
choque contra el cátodo un aumento considerable de temperatura y en consecuencia un gran número de electrones.
Al llegar al punto F la densidad de corriente se ha hecho tan grande que se produce un arco eléctrico entre los
electrodos, disminuyendo la caída de tensión y aumentando aún más la intensidad quedando estas dos placas
prácticamente en cortocircuito.
Si los conductores de una línea eléctrica alcanzan un potencial lo suficientemente grande para que rebase la rigidez
dieléctrica del aire, se producen pérdidas de energía debido a la corriente que se forma a través del medio. Es decir,
que todo sucede como si el aire se hiciera conductor, dando lugar a una corriente de fuga.
En los conductores aéreos, el efecto es visible en la oscuridad, pudiéndose apreciar cómo quedan envueltos por un
halo luminoso, azulado, de sección transversal circular, es decir, en forma de corona, por lo que al fenómeno se le
dio el nombre de efecto corona.
La tensión para la cual comienzan las pérdidas a través del aire, se llama tensión crítica disruptiva, y para ella el
fenómeno no es aún visible. Los efluvios se hacen luminosos cuando se alcanza la tensión crítica visual; es decir,
que la disruptiva es de valor menor que la visual. Las pérdidas empiezan a producirse desde el momento en que la
tensión de la línea se hace mayor que la tensión crítica disruptiva.
El valor de esta tensión crítica, a partir del cual se inician las pérdidas, depende de diversos factores como son el
diámetro, la separación y rugosidad de los conductores, el estado higrométrico del aire y su densidad.
La fórmula general, o fórmula de Peek, para calcular la tensión crítica, se fundamenta en que la del aire a una
presión de 760 mmHg y a una temperatura de 25º C es de VC = 29,8 kV/cm.
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Como r es el radio del conductor, se puede expresar EC en función del diámetro y realizando la operación de las
constantes queda:
En donde:
* Ec es la tensión crítica compuesta en kV.
* D es el diámetro del conductor expresado en centímetros.
* d es la separación entre conductores en centímetros.
* mc es el factor de corrección debido a la rugosidad del conductor.
mc = 1 (hilos lisos y pulidos)
mc = 0,95 (hilos oxidados y ligeramente rugosos)
mc = 0,85 (cables)
* mt es el factor de corrección debido al estado higrométrico del aire:
mt = 1 (tiempo seco)
mt = 0,8 (tiempo lluvioso)
fc es el factor de corrección debido a la densidad del aire:
siendo:
h = presión barométrica en cm de Hg.
tm = temperatura media en ºC
La presión barométrica en función de la altitud de paso de la línea, viene definida por la siguiente igualdad:
Es beneficioso que la tensión crítica Ec sea algo menor que la tensión de funcionamiento normal de la línea, ya que
en caso de sobretensiones el efecto corona hace el papel de autoválvula de descarga.
14.5.3. Perditancia
Las pérdidas en una línea se originan si la tensión de servicio es superior a la tensión crítica y aumentan rápidamente
con la diferencia entre ambas.
as pérdidas, expresadas en kW/km. fase, pueden calcularse mediante la fórmula de Peek:
en donde:
fc es el factor de corrección debido a la densidad del aire y que está desarrollado en el apartado anterior.
f es la frecuencia expresada en ciclos por segundo.
r es el radio del conductor en centímetros.
d es la separación entre conductores en centímetros.
E es la tensión compuesta más elevada en kilovoltios.
Ec es la tensión crítica compuesta en kilovoltios.
Dado que nosotros empleamos siempre una frecuencia de 50 c/s., usando el diámetro de conductor D en lugar de su
radio y operando las constantes queda:
kW/km. fase
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Esta fórmula sólo es aplicable para una tensión de servicio superior a la tensión crítica (E -Ec > 0), pues en caso
contrario no habría pérdidas y la fórmula nos daría valores erróneos.
Ya hemos visto que hay una corriente de fuga en los conductores y como consecuencia, el cociente de la tensión
simple U y la corriente de fuga kilométrica Ifk, nos proporciona el valor de la resistencia kilométrica de aislamiento
Rgk de la línea. Su valor no es nunca infinito, aunque puede llegar a valores de muchos megaohmios por kilómetro:
Esta corriente debida a la conductancia del aislamiento está en fase con la tensión y por consiguiente es totalmente
activa, lo que da lugar a una pérdida de potencia cuyo valor referido a una sola fase y por kilómetro, será el
siguiente:
(Siemens/km.fase)
Hallar la tensión crítica y la perditancia de una línea aérea de las características siguientes:
E = 145 kV. Tiempo = lluvioso
d = 9m. ; tm = 14 ºC
D = 15,7 mm. (Cable LA-140) Altitud = 220 m.
Para hallar la tensión crítica aplicamos la fórmula general:
por lo tanto:
Dado que la tensión crítica Ec es igual a 138 kV. y la tensión de trabajo de línea es de 145 kV, existirán pérdidas.
No es malo que haya pérdidas en tiempo lluvioso pues se crea un punto débil en la línea y así tendremos una
derivación a tierra en caso de descargas atmosféricas.
Las pérdidas se calculan aplicando la fórmula general:
Observamos que las pérdidas son muy pequeñas, sobre todo si las comparamos con la potencia total que puede
transportar esta línea, y que seguidamente vamos a calcular.
Puesto que para un diámetro del conductor de D = 15,7 mm., le corresponde una sección de S = 146 mm², y
teniendo en cuenta que el Reglamento marca una densidad máxima de corriente de = 2,5 A/mm², tendremos que
(Siemens/km.fase)
Sustituyendo resulta:
Si resolvemos este ejemplo para tiempo seco, observaremos que no hay pérdidas.
La resistencia óhmica de los conductores de una línea ya construida, se puede determinar por dos procedimientos:
por medio de un voltímetro y un amperímetro, según el sistema convencional, y por medio de un óhmetro analógico
o digital.
El procedimiento voltímetro-amperímetro consiste en aplicar a dos de las fases de la línea una tensión continua, tal
como indica la figura, cortocircuitando sus extremos.
De esta manera, el cociente de la tensión por la intensidad, nos dará el valor de la resistencia de dos de los
conductores, por tanto:
Dado que la resistencia de una línea está comprendida entre unos cuantos ohmios (líneas cortas) y varias decenas de
ohmios (líneas largas), con el fin de que la intensidad no sea muy grande, el valor de la tensión aplicada no suele
sobrepasar los 80 voltios.
Para determinar la resistencia de una línea, también podremos utilizar óhmetros analógicos o digitales que nos
permitirán medir directamente la resistencia. En el caso de óhmetros digitales, se puede llegar a determinar la
resistencia de una línea, apreciando incluso las décimas de ohmio.
Según nos muestra la figura, la intensidad por la línea estará limitada únicamente por el valor de la resistencia y
Siendo esta la autoinducción para una longitud de línea l, su valor kilométrico será:
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Para poder determinar estas constantes de la línea, primeramente intentemos hallar la corriente debida a C y G. Para
ello, con la línea abierta, apliquemos la tensión nominal de trabajo y conectemos tres amperímetros según muestra la
figura, uno de ellos a tierra a través de una resistencia puramente óhmica R.
Las lecturas obtenidas mediante estos tres amperímetros van a darnos la solución del problema, ya que en primer
lugar, podremos decir que I1 = I2 + I3, siendo I2 una intensidad debida a la resistencia puramente óhmica R,
conectada a tierra e I3 es una intensidad, que al estar la línea abierta solamente es debida al valor que tome la
capacidad y las pérdidas de la línea. Con estos tres valores de intensidad, construyamos el triángulo (construcción de
un triángulo conocidos sus tres lados).
La intensidad I3 debida a C y G será la suma de dos intensidades IC e IG; I3 = IC + IG. El valor de IG debido
únicamente a las pérdidas por falta de aislamiento, es un vector en fase con I2 (ambas son intensidades resistivas),
mientras que IC resultará desfasado 90º por ser una intensidad capacitiva; así pues, descompongamos el vector I3 en
dos vectores perpendiculares.
De esta manera gráfica, conoceremos los valores modulares de IG e IC, y como:
Obtendremos:
Un conductor de peso uniforme, sujeto entre dos apoyos por los puntos A y B situados a la misma altura, forma una
curva llamada catenaria. La distancia f entre el punto más bajo situado en el centro de la curva y la recta AB, que
une los apoyos, recibe el nombre de flecha. Se llama vano a la distancia "a" entre los dos puntos de amarre A y B.
Los postes deberán soportar las tensiones TA y TB que ejerce el conductor en los puntos de amarre. La tensión T =
TA = TB dependerá de la longitud del vano, del peso del conductor, de la temperatura y de las condiciones
atmosféricas.
Para vanos de hasta unos 500 metros podemos equipararla forma de la catenaria a la de una parábola, lo cual ahorra
unos complejos cálculos matemáticos, obteniendo, sin embargo, una exactitud mas que suficiente.
La catenaria deberá emplearse necesariamente en vanos superiores a los 1000 metros de longitud, ya que cuanto
mayor es el vano menor es la similitud entre la catenaria y la parábola.
Calculamos a continuación la relación que existe entre la flecha y la tensión. Para ello representamos el conductor
de un vano centrado en unos ejes de coordenadas:
Consideramos un trozo de cable OC que tendrá un peso propio PL aplicado en el punto medio y estará sometido a las
tensiones TO y TC aplicadas en sus extremos.
Tomando momentos respecto al punto C tendremos:
Si llamamos P al peso unitario del conductor, el peso total del conductor en el tramo OC, que hemos llamado PL,
será igual al peso unitario por la longitud del conductor, que cometiendo un pequeño error denominaremos x.
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Si ahora consideramos el punto A correspondiente al amarre del cable en vez del punto C, tendremos que:
La ecuación [1 nos relaciona la flecha f en función de la tensión TO, del peso unitario del conductor P y de la
longitud del vano a.
podremos observar la complejidad de ésta, y como demostraremos más adelante, los resultados serán prácticamente
iguales.
Nos interesa trabajar con la tensión TA en lugar de la empleada hasta ahora TO. Observamos el triángulo de fuerzas
compuesto por TO, TA y PL:
En los casos prácticos que se nos presentan en las líneas aéreas de alta tensión, el valor del ángulo formado por TO
y TA es muy pequeño, por lo que podemos asegurar que TO TA, aproximación que emplearemos en cálculos
posteriores. Esto equivale a afirmar que la tensión a lo largo del conductor es constante.
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Referente a TA, podemos decir que esta tensión no debe sobrepasar nunca el valor de la carga de rotura del
conductor Q , pues de lo contrario se rompería:
Q=S
siendo el coeficiente de resistencia a la tracción del conductor utilizado y S la sección del mismo.
Puesto que un conductor no debe trabajar nunca en condiciones próximas a las de rotura, se deberá admitir un cierto
coeficiente de seguridad n tal que:
El Reglamento de Líneas de Alta Tensión admite coeficientes de seguridad mínimos de 2,5 y en algunos casos
obliga que sea del orden de 5 ó 6.
Sea un vano de 250 metros de longitud formado por cable LA-140. Hallar y comparar las tensiones TO y TA en tres
casos:
a) Flecha de 10 m.
b) Flecha de 0,5 m.
c) Flecha mínima.
Sustituyendo queda:
Comparando los valores de TO y TA obtenemos una diferencia de 5,39 kg. que supone un 1,25% de diferencia.
Podemos hallar el coeficiente de seguridad con el que trabajamos:
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Comparando los valores de T O y TA se obtiene una pequeña diferencia de 0,27 kg. que supone un 0,003%.
Observamos que como TO TA > Q el cable se romperá.
Al comparar los resultados obtenidos en a) y b) podemos afirmar que cuanto menor es la flecha mayor es la tensión
que soporta el conductor.
c) Flecha mínima
La flecha mínima será la correspondiente a un coeficiente de seguridad de 2,5 y por lo tanto:
Por lo tanto al comparar TA y TO se obtiene una diferencia de 1,05 kg que supone un 0,047%.
De esta forma elaboramos la tabla siguiente en la que aparece la longitud del vano en metros, la flecha para la
catenaria y para la parábola en metros y la diferencia entre los dos valores expresada en tanto por ciento.
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200 2,213 2,213 0,017
400 8,857 8,852 0,065
600 19,945 19,916 0,146
800 35,499 35,406 0,261
1000 55,548 55,322 0,407
1200 80,133 79,664 0,585
1400 109,302 108,432 0,796
1600 143,111 141,625 1,038
1800 181,627 179,244 1,312
2000 224,925 221,289 1,616
Como podemos comprobar de la observación de la tabla, es suficiente aproximación el empleo de la parábola, sobre
todo para vanos inferiores a 1000 metros.
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y la expresión de dl resulta:
La longitud del conductor en la mitad del vano se obtiene integrando dl desde 0 hasta x:
La longitud del conductor en la totalidad del vano será el doble que en la mitad, por lo tanto L = 2 l, es decir:
Para vanos normales, sólo se emplean los dos primeros términos, pues la aproximación es más que suficiente:
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EJEMPLO
Hallar la longitud de un conductor en un vano de 200 metros que presenta una flecha de 3 metros.
Aplicamos la fórmula que nos relaciona la longitud del conductor con la luz del vano y con la flecha:
el resultado sería de 200,11993 m., con lo cual comprobamos que es suficiente aproximación el empleo de los dos
primeros términos.
Observamos también cómo el vano es prácticamente igual a la longitud del cable, pese a que la flecha es
relativamente grande.
Como hemos admitido en apartados anteriores, la curva que forma el conductor es una parábola y la ecuación que
relaciona la flecha con la tensión es:
En esta fórmula vemos la relación existente entre el peso unitario por unidad de longitud y la tensión a la que está
sometido.
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15.3.2. Acción del viento
Se puede decir que la fuerza ejercida por el viento sobre un cuerpo es directamente proporcional al cuadrado de la
velocidad del viento y a la superficie expuesta. La constante K depende de la forma geométrica y de la posición
relativa del obstáculo respecto a la dirección del viento.
F = K v² S
siendo:
* F: Fuerza total ejercida sobre el cuerpo (kg).
* K: Constante.
* v: Velocidad del viento (km/h).
* S: Superficie recta que presenta el objeto (m²).
Por ejemplo, para una superficie plana la constante K vale 0,007, pero si la superficie expuesta al viento tiene cierta
forma aerodinámica, como puede ser un conductor eléctrico de forma cilíndrica, habrá que aplicar ciertos
coeficientes de corrección que modifiquen dicho valor.
Así, para conductores de diámetro igual o inferior a 16 mm. el coeficiente de corrección resulta ser 0,6, por lo tanto
tendremos:
k = 0,007 0,6 D 16 mm.
Cuando el diámetro sea superior a 16 mm., el coeficiente de corrección resulta ser de 0,5, por lo tanto:
k = 0,007 0,5 D 16 mm.
Mejor que trabajar con la fuerza total es emplear la fuerza por unidad de longitud, y teniendo en cuenta que la
superficie expuesta del conductor es igual al producto de su diámetro (D) por su longitud (L), nos queda:
PV = K v² D
en donde:
* PV : Fuerza por unidad de longitud (kg.)
* D: Diámetro del conductor (m.)
* K: Constante.
* v: Velocidad del viento (km/h.)
El Reglamento hace referencia a velocidades máximas del viento de 120 km/h., por lo tanto tendremos que:
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El viento actúa de forma horizontal, mientras que el peso del conductor lo hace verticalmente. Por lo cual debemos
componer ambas fuerzas:
La resultante PT es el peso total por unidad de longitud en un conductor sometido a la acción del viento:
El hielo que se puede formar alrededor del conductor hace aumentar considerablemente el peso del mismo, por lo
que se eleva la tensión, pudiendo llegar a la rotura.
Por estos motivos el Reglamento considera diversos manguitos de hielo según la zona en la que está instalada la
línea. En la zona A, entre 0 y 500 metros de altitud, no se considera la formación de hielo.
En la zona B, entre 500 y 1000 metros, la fuerza del manguito por unidad de longitud PH (kg/m) es:
El hielo actúa de forma vertical, por lo que se suma al peso propio del conductor:
PT = P + PH
Debido a los cambios de temperatura, el conductor se dilata o se contrae. Esto origina variaciones en la tensión y en
la flecha, que aunque no son muy importantes en vanos de pequeña longitud, deberemos tenerlas en cuenta en el
cálculo mecánico.
Como la dilatación es lineal responde a la fórmula:
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en donde:
* LO: Longitud del cable a cero grados (m).
* L1: Longitud a la temperatura t (m).
* : coeficiente de dilatación lineal ( ºC -1).
* t: temperatura considerada (ºC).
Cuando un conductor está sometido a una determinada tensión, se produce un alargamiento de su longitud que
responde a la ley de Hooke.
Llamando al alargamiento elástico producido por un kilogramo, sobre un conductor de un metro de longitud y un
milímetro cuadrado de sección, tendremos que en general, el alargamiento producido por una tensión T1 o T2 sobre
un conductor de longitud LO y sección S será:
Ecuación que nos permite saber la variación de longitud del cable cuando esta sometido a una variación de tensión,
T1, T2.
La variación de las condiciones de carga (hielo o viento) o de la temperatura, producen la modificación de la tensión
de trabajo de los conductores.
La ecuación del cambio de condiciones relaciona dos estados o situaciones de una línea eléctrica. Si se conocen
todos los parámetros de un estado o condición inicial (1), se puede hallar por medio de la ecuación los parámetros de
otro estado arbitrario o condición final (2).
CONDICION INICIAL(1) a f1 L1 t1 T1 P1
CONDICION FINAL(2) a f2 L2 t2 T2 P2
Resumiendo las ecuaciones que intervienen en las variaciones que sufre un vano cualquiera al variar sus
condiciones, tendremos:
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Ecuación de la flecha:
por lo tanto
Influencia de la temperatura:
Influencia de la elasticidad:
en donde:
* L0 a longitud del vano (m).
* f1, f2: flecha del conductor (m).
* L1, L2: longitud del conductor (m).
* t1, t2: temperatura ambiente (ºC).
* T1, T2: tensión en el conductor (kg).
* P1, P2: peso total unitario del conductor incluyendo la acción del viento y del hielo si lo indica el
Reglamento (kg/m).
Con todas estas premisas ya estamos en condiciones de plantear la ecuación. Por una parte la diferencia entre las
longitudes del conductor en dos condiciones diferentes está dada por la expresión [2], por lo tanto:
Por otra parte, la diferencia de longitudes también viene dada por las expresiones [3] y [4], pues el conductor estará
sometido a las variaciones de temperatura y a la elasticidad, por lo tanto esta diferencia (L1 - L2) será igual a la suma
de estas variaciones :
Puesto que nos interesan las condiciones finales en función de las iniciales, demos al primer miembro de la igualdad
el valor de K1 :
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con lo cual:
Llamando K2 a:
y K3 a:
Observamos que es una ecuación de tercer grado, lo que nos planteará problemas a la hora de su resolución, sin
embargo, el empleo de ordenadores facilitará la obtención de resultados exactos de forma inmediata.
También es necesario aclarar que esta ecuación es válida para vanos nivelados, es decir, que los dos apoyos están a
la misma altura. Sin embargo, se consigue suficiente aproximación hasta el 14% de desnivel, lo que abarca la mayor
parte de los casos prácticos. Para vanos muy grandes o muy desnivelados se aplican fórmulas más complejas que se
encontrarán en los libros especializados en el tema.
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El Reglamento nos marca una serie de hipótesis entre las que tenemos que buscar la más desfavorable. Estas
hipótesis se dividen según las zonas en las que está situada la línea.
ZONA A
HIPOTESIS PESO TEMP.
TRACCION MAXIMA P+V -5
P+V 15
FLECHA MAXIMA
P 50
T.D.C. P 15
FLECHA MINIMA P -5
ZONA B
HIPOTESIS PESO TEMP.
TRACCION MAXIMA P+H -15
ADICIONAL P+V -10
P+V 15
FLECHA MAXIMA P+H 0
P 50
T.D.C. P 15
FLECHA MINIMA P -15
ZONA C
HIPOTESIS PESO TEMP.
TRACCION MAXIMA P+H -20
ADICIONAL P+V -15
P+V 15
FLECHA MAXIMA P+H 0
P 50
T.D.C. P 15
FLECHA MINIMA P -20
Las hipótesis de tracción máxima, adicional y de flecha máxima son de obligado cumplimiento. Las hipótesis de
flecha mínima y tensión de cada día (T.D.C.) no están reglamentadas, pero dada su importancia se reseñan en las
tablas.
Atendiendo a lo dicho en el Artículo 27 del Reglamento de Líneas Eléctricas Aéreas de Altas Tensión, sobre
vibraciones, incluimos una condición no reglamentaria, la TDC Tensión de Cada Día. Esta condición que
corresponde a un peso del conductor sin sobrecargas y a una temperatura de 15 ºC, dará una tensión a la que el
conductor esta sometido la mayor parte del tiempo.
También incluimos una condición, no reglamentada, la de FLECHA MÍNIMA, la cual puede ser interesante en
ciertas ocasiones.
La ecuación del cambio de condiciones nos permitirá hallar cuál es la peor condición a la que estará sometido un
conductor en un vano, es decir, aquella situación en la que nos acerquemos más a la rotura del conductor; esta será
la hipótesis más desfavorable.
Para aplicar la ecuación del cambio de condiciones necesitamos una serie de datos básicos que quedarán definidos
una vez elegido el conductor. La elección del conductor se hace en función de las características eléctricas de la
línea, y casi nunca atendiendo a las necesidades mecánicas. Inmediatamente después elegiremos el vano, teniendo
presente que cuanto mayor sea el vano las flechas resultantes serán mayores y por tanto también la altura de los
postes que sustentarán la línea.
Las características del conductor que necesitamos, y que facilitan las tablas son:
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Para obtener la hipótesis más desfavorable, tendríamos que comparar todas entre sí, pero como sabemos que esta
será siempre la hipótesis de tracción máxima o la hipótesis adicional, solamente tendremos que buscar entre estos
dos casos.
Si suponemos que la línea está en la zona B, comparamos la primera hipótesis (tracción máxima) con la segunda
(hipótesis adicional). Como datos de la primera hipótesis tenemos el peso total a que estará sometido el conductor
(peso propio más peso del hielo), la temperatura (-15 ºC) y la tensión máxima que puede soportar el cable (carga de
rotura dividida entre el coeficiente de seguridad). Como datos de la segunda hipótesis tenemos el peso total (peso
propio más peso originado por el viento) y la temperatura (-10 ºC) a que estará sometido el conductor en la hipótesis
adicional. De esta manera tendremos una ecuación con una sola incógnita T2. Al resolver la ecuación del cambio de
condiciones obtendremos la tensión de la hipótesis adicional.
La hipótesis que presenta una mayor tensión será la más desfavorable y con los datos de esta hipótesis calculamos la
constante K1 en la ecuación del cambio de condiciones, y a partir de aquí hallaremos las tensiones correspondientes
al resto de las hipótesis.
Una vez efectuadas todas estas operaciones tendremos la tensión a la que está sometido el conductor en cada una de
las hipótesis que marca el Reglamento, y por lo tanto hallaremos las flechas correspondientes, fijándonos
especialmente en la flecha máxima que nos condicionará la altura de los postes.
Además con los datos de la hipótesis más desfavorable calcularemos las tablas de tendido del conductor que
estudiaremos más adelante.
Por la experiencia adquirida en la explotación de las líneas eléctricas se llegó a la conclusión de que cuanto más
elevada sea la tensión mecánica de un cable, mayores son las probabilidades de que aparezca el fenómeno de las
vibraciones. De aquí se dedujo la conveniencia de mantener dicha tensión dentro de ciertos límites para eludir en lo
posible la presencia de tal fenómeno.
Se pretendía determinar cuál sería la tensión admisible para poder recomendar valores con los que se esperaba no se
produjeran averías por vibración, es decir, roturas de los hilos componentes de los cables.
Se llegó al concepto de "tensión de cada día" (T.D.C.) que es la tensión a la que está sometido el cable la mayor
parte del tiempo correspondiente a la temperatura media de 15 ºC sin que exista sobrecarga alguna.
El coeficiente T.D.C. (tensión de cada día) se expresa en tanto por ciento de la carga de rotura, es decir:
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En la figura se representa un antivibrador Stockbridge constituido por dos mazas enlazadas a través de un cabo de
cable por cuyo centro se fija al conductor.
Naturalmente esta ecuación, tiene tres soluciones, pero afortunadamente sólo una de ellas es real y positiva, y es la
que nos interesa.
Representando la función A1 = f(T), obtendremos una curva que necesariamente habrá de cortar en un punto al eje
(+ T); este punto corresponderá con el valor A1 = 0, que será la solución de la ecuación.
Para resolverla partiremos de la carga de rotura del conductor Q, ya que la tensión que buscamos necesariamente
Sustituimos este valor en la ecuación del cambio y obtenemos un valor A1, que puede ser negativo, positivo o cero:
*Negativo: Si A1 < 0 significa que T 1 está a la izquierda de la solución T, tal como se aprecia en la figura.
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y lo llevamos a la ecuación del cambio de condiciones obteniendo un valor A2 con el que procedemos de igual
forma que antes.
*Positivo: Si A1 > 0 significa que T1 está a la derecha de la solución T, según vemos en la figura:
y lo llevamos a la ecuación del cambio obteniendo un valor A2 con el que repetimos el proceso.
Los diferentes pasos se repiten una y otra vez hasta obtener la solución con la aproximación deseada.
Este procedimiento de resolver la ecuación del cambio es sin duda alguna el más rápido y es el que utilizaremos para
el ordenador.
Como ya hemos visto, tomando como punto de partida la hipótesis más desfavorable, obtenemos el resto de las
hipótesis de flecha máxima, flecha mínima, condición T. D. C., etc. No obstante, estos cálculos no serán suficiente,
ya que a la hora de montar la línea, las condiciones climatológicas no serán las de las citadas hipótesis.
Se trata pues de establecer una serie de condiciones que sean normales a la hora del montaje y que tendrán como
condición extrema de referencia la hipótesis más desfavorable.
Así, mediante la ecuación del cambio de condiciones, deberemos resolver una serie de casos en los que
supondremos que el viento y el manguito de hielo no existen, teniendo como única variable las diversas
temperaturas que se suponen normales en la zona. Para cada valor de temperatura obtendremos una tensión,
formando así lo que llamaremos tabla de tendido para un determinado vano.
La siguiente tabla de tendido está construida para un cable LA-180 y un vano de 200 metros. Se ha considerado un
intervalo de temperaturas comprendido entre -5 y 35 grados centígrados.
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Con objeto de simplificar la obtención de esta tabla, será suficiente con tomar valores de temperatura de cinco en
cinco grados, desde la temperatura mínima que consideremos, hasta la máxima.
Como en algunos casos en lugar de hacer el tendido por tensión, se efectúa por la flecha, debemos también incluir el
valor de la flecha que corresponde a cada valor de la tensión.
De esta tabla podemos obtener lo que llamaremos curvas de tendido, es decir, la variación de la tensión y la flecha
con la temperatura:
Observamos como la tensión disminuye con la temperatura, mientras que la flecha aumenta con la temperatura.
Según el Reglamento, la altura de los apoyos será la necesaria para que los conductores con su máxima flecha
vertical, queden situados por encima de cualquier punto del terreno o superficies de agua no navegables, a una altura
mínima de:
Siendo U la tensión compuesta en kV., y siempre con una altura mínima de 6 metros.
Si a esta altura le sumamos la flecha máxima y la longitud de la cadena de aisladores, tendremos la altura del punto
de amarre al conductor más bajo. La altura total del poste nos la dará la disposición del resto de los conductores que
están por encima.
La longitud del vano influye considerablemente en el costo total de una línea aérea, por lo que es conveniente
elegirlo dentro de una idea de máxima economía.
Cuanto mayor sea la longitud del vano elegido, menor será el número de apoyos y de aisladores, pero los apoyos
deberán ser más altos y robustos, como consecuencia de las mayores flechas resultantes y de los mayores esfuerzos
que deberán soportar.
Por el contrario, si adoptamos vanos pequeños, mayor será el número de apoyos y de aisladores, pero los apoyos
podrán ser más bajos y menos robustos, como consecuencia de las menores flechas resultantes y de los menores
esfuerzos que deberán soportar.
Sin tener en cuenta el precio de los conductores de una línea, que naturalmente es independiente de la longitud del
vano adoptado, tendremos que el costo total de una línea aérea será igual al costo unitario de los apoyos más el costo
de las cadenas de aisladores que entran en cada apoyo, multiplicado por el número total de apoyos:
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siendo:
* CT: costo total de la línea.
* CP: costo de un apoyo.
* CA: costo de las cadenas de aisladores de un apoyo.
* n: número de apoyos.
Y como el número de apoyos en función de la longitud del vano a y de la longitud total de la línea L, es:
tendremos:
Para calcular el vano más económico, primeramente deberemos establecer la sección de los conductores según su
potencia, tensión y longitud. Calcularemos seguidamente la tensión mecánica máxima correspondiente a la hipótesis
más desfavorable y la condición de flecha máxima, para un determinado vano "a1". Así obtendremos la resistencia
máxima que deben soportar los postes y su altura, es decir, su costo unitario. Repitiendo estos cálculos para distintos
vanos, obtendremos una curva CT = f(a) que indudablemente tendrá un mínimo, siendo este punto el correspondiente
al vano más económico.
Para líneas pequeñas, los vanos suelen ser inferiores a 100 metros, para líneas medianas están comprendidos entre
100 y 200 metros, y para grandes líneas, entre 200 y 400 metros.
En ciertas situaciones especiales, como cruzamientos y paralelismos con otras líneas o vías de comunicación, pasos
sobre bosques, pasos sobre zonas urbanas, etc., el Reglamento impone unas distancias mínimas de seguridad con el
fin de reducir la probabilidad de accidentes. Estas distancias mínimas son:
Conductores al terreno
mínimo 6 m
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Conductores entre sí y entre éstos y los apoyos
mínimo 0,2 m
Para obtener el valor del coeficiente K, primeramente deberemos determinar el ángulo de oscilación, cuyo valor
será:
mínimo 7 m.
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Ferrocarriles eléctricos, tranvías y trolebuses
mínimo 3 m
mínimo 4 m
G =galibo (En el caso de que no exista galibo definido se considerará éste igual a 4,7 m.
Siendo:
* U: tensión compuesta de la línea en kV.
* K: coeficiente de oscilación (ver Art. 25 del Reglamento).
* F: flecha máxima en metros.
* L: longitud en metros de la cadena de suspensión.
* G: gálibo en metros.
Si el cálculo de las tensiones y flechas se hiciese de modo independiente para cada uno de los vanos del tramo, en
función de las diferentes longitudes de los vanos, habría que tensar de manera distinta en vanos contiguos, pero
como los cables cuelgan de cadenas de aisladores de suspensión, las diferencias de tensión quedarían
automáticamente anuladas por las inclinaciones que en sentido longitudinal tomarían dichas cadenas, cuya posición
correcta es precisamente vertical y no inclinada.
Puesto que en un tramo de línea constituido por una serie de apoyos de alineación, limitada por dos de anclaje, las
cadenas de suspensión (verticales) no pueden absorber las diferencias de tensado, debidas a las distintas longitudes
de los vanos, deberemos admitir que las tensiones de los cables, iguales en todos los vanos, varíen como lo haría el
de un vano teórico que le llamaremos "Vano ideal de regulación".
Es necesario, por consiguiente, que las tablas de tendido de los distintos vanos tengan una misma tensión para cada
valor de la temperatura, siendo la variación de la flecha quien compense las diferencias de longitud de los vanos.
Tal tensión variará, como se ha dicho antes, si lo hace la temperatura, las condiciones meteorológicas, las
sobrecargas, etc., pero en todo momento deberá tener un valor uniforme a lo largo del tramo.
En la que a1, a2, a3, ... an son las diferentes longitudes de los vanos que forman una determinada alineación
comprendida entre dos postes de anclaje.
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Una vez determinado valor del vano ideal de regulación, deberemos hallar su condición reglamentaria más
desfavorable y la tabla de tendido correspondiente. De esta manera tendremos el punto de partida para determinar
las características de los vanos que integran esta serie.
Según la tabla de tendido, para cada temperatura le corresponde una tensión y una flecha, por lo tanto para el vano
de regulación ar le corresponde una flecha de regulación f r cuyo valor resultará ser:
Como la tensión en la serie de vanos que integran la alineación es igual en todos ellos, tendremos que la flecha
"incognita" para cada uno de los distintos vanos, será:
Ecuación que nos proporciona el valor de la flecha fi , de cada vano, en función de la flecha de regulación fr, y de
sus correspondientes vanos ai y ar, para una condición determinada de temperatura, tensión y peso del conductor.
Así, ya podemos construir la tabla de tendido en la que para las distintas temperaturas obtenemos la tensión y la
flecha correspondiente, según la longitud de los diferentes vanos.
Seguidamente, exponemos una tabla de tendido calculada para una cable de aluminio-acero con las siguientes
características:
Cable Gaviota,
Zona B;
Coeficiente de seguridad 2,5.
Seis vanos de 265, 270, 283, 290, 304, 310 m.
Inicialmente calcularemos el vano ideal de regulación para estos seis vanos, que resultará ser de 288m.
Seguidamente calcularemos la tensión más desfavorable según las hipótesis reglamentarias, y con ella la tabla de
tendido correspondiente.
Con la tabla de tendido, para cada par de valores "tensión-temperatura" calcularemos la flecha correspondiente a
cada uno de los seis vanos.
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En este apartado hacemos el estudio completo de un vano que presenta las siguientes características:
* Conductor: LA-180.
* Zona B.
* Luz del vano: a = 200 metros.
* Coeficiente de seguridad: n = 2,5.
Calculamos primeramente las sobrecargas debidas al hielo y al viento, pues las emplearemos posteriormente.
Tenemos que calcular la hipótesis más desfavorable, es decir, aquella en la que el conductor esté sometido a una
mayor tensión. En la zona B se consideran las siguientes hipótesis:
ZONA B
HIPOTESIS PESO TEMP.
TRACCION MAXIMA P+H -15
ADICIONAL P+V -10
P+V 15
FLECHA MAXIMA P+H 0
P 50
FLECHA MINIMA P -15
T.D.C. P 15
siendo:
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Comparamos la hipótesis de tracción máxima con todas las demás, y de esta forma conoceremos el caso más
desfavorable.
Teniendo como datos de partida los de la hipótesis de tracción máxima, calculamos si la hipótesis adicional es más
desfavorable.
La constante K1 no varía, pues sólo depende de los datos iniciales, por lo que K2 y K3 serán:
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y resolviendo se obtiene:
T2 = 2.348,7 kg.
De este se deduce que la hipótesis de tracción máxima es más desfavorable que la adicional, ya que T 1 > T 2. En caso
contrario calcularíamos la constante K1 con los datos de la hipótesis adicional y seguiríamos el proceso.
La flecha correspondiente a esta tensión es:
Una vez conocida la hipótesis más desfavorable, que es la de tracción máxima, y haciendo uso de la constante K1
hallada anteriormente, calculamos el resto de las hipótesis marcadas en la tabla:
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y la solución que obtenemos es:
T2 = 2.407,8 kg.
La flecha correspondiente es:
Por lo tanto, la flecha máxima la tendremos cuando el conductor esté sometido a la acción de su propio peso y a una
temperatura de 50 grados. Este dato nos servirá para calcular la altura de los postes.
Observamos que aunque la flecha es mínima, la tensión en este caso es inferior a la del apartado A) correspondiente
a la hipótesis de tracción máxima.
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5.- Tensión de cada día (P ; t = 15) TDC (no reglamentaria)
El coeficiente T.D.C. resulta superior al 18% por lo que se recomienda colocar antivibratorios:
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