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UNIVERSID

Mont~

-
BIBLIOTE
DE1

Nº Inventar
EL MONTEVIDEO ·
Encuad:_

Precio:_
·oE LA ·EXPANSION
(1868-1915)

Ricardo Alvarez Lenzi


Mariano Arana
Livia Bocchiardo

989.51 A473m
El Mon_tevideo de la expansión

EDICIONES
,
DE LA BANDA f 111iiliíil111
/

l
··adecimiento
j
~

Iste libro está basado en la investigación desarrollada entre 1981 y 1984 sobre el
"La iniciativa privada y la especulación inmobiliaria en Montevideo entre el último
.· .-Jel siglo XIX y 1915. La captación de los sectores de bajos y medios ingresos a
Je propuestas edilicias y modificaciones en la estructura urbana".
Lr1 buena medida la realización deJ presente estudio fue posibl~ gracias a la colabo-
Je numerosas instituciones y personas.
Nuestro primer reconocimiento debe ser para el Centro Latinoamericano de Cien-
1s Sociales (CLACSO), por el apoyo brindado, y para el Centro de Información y Estu- ·
~JOS del Uruguay (CIESU), que nos proporcionó desde un principio su respaldo
-
4
•.icional.
:. ·
Nos sentimos igualmente deudores de José P. Barrán, Alfredo R. Castellanos, Raúl
;J, Benjamín Nahum, Juan A. Oddone, Blanca Pans, Juan Rial y Silvia Rodríguez
nil, quienes respondieron a nuestras frecuentes consultas.
Debemos agradecer en forma especial el material documental que nos proporciona-
·'.nerosamente el arquitecto Antonio Pietropinto y el ingeniero agrimensor Enrique R .
. ·reagudo, material que constituyó un aporte fundamental para nuestro trabajo.
Expresamos igualmente nuestra gratitud a Jos funcionarios de la Biblioteca Nacio-
. . .7uienes nos asistieron con eficacia y amabilidad durante Ja prolongada indagatoria
,·wia a cabo en esa institución.

Los autores

© Ediciones de la Banda Oriental SRL


Gaboto 1582 - Montevideo - Tel. 4.32.06
Queda hecho el depósito que marca la ley
Impreso en Uruguay - 1986

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Nota preliminar

La agudización de los momentos críticos mueve al apasionamiento contestatario y


al análisis reflexivo. Estas actitudes no son excluyentes. Nosotros mismos, ante la experien-
cia traumatizante de la dictadura, asumimos ambas conductas: por un lado, Ja acalorada
defensa de una ciudad vulnerada por Ja insensibilidad, Ja incompetencia, el lucro y el
autoritarismo; por el otro, el estudio documentado, capaz de develar el proceso de su
configuración concreta.
En los doce últimos años, asistimos a la degradación de una ciudad de infrecuentes
valores arquitectónicos, urbanísticos, paisajísticos, ambientales. Y consecuentemente, a la
degradación de Ja calidad de vida de su población.
Sospechábamos que Ja construcción de Ja ciudad y Ja definición de sus áreas caracte-
rizadas son el resultado de Ja acción conjugada no sólo de administradores, promotores y
técnicos, sino también Ja de sus propios habitantes. Luego de efectuado el estudio, verifica-
mos la incidencia cierta de Ja población involucrada y de su lucha por obtener una justa
distribución del espacio, del equipamiento y de Jos servicios urbanos.
A esa ciudad y a esa pobláción dedicamos este libro.
Agosto de 1985

. 1

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,,
Introducción

El presente estudio tiene como objetivo clarificar la incidencia de los diversos facto-
res que produjeron la expansión territorial de la ciudad de Montevideo en el lapso com-
prendido entre el último tercio del siglo XIX y la segunda década del siglo XX, e indagar
en las particularidades que presentó ese proceso. En apenas medio siglo la ciudad de
Montevideo -decuplica su población, multiplica por 7 el stock edilicio y acrece considera-
blemente su territorio.
No obstante lo explosivo de ese' crecimiento, el análisis de su resultado permite
comprobar la apreciable calidad del tejido urbano generado y la razonable dotación de
servicios públicos, a la luz de los parámetros de confort vigentes en la época. Tanto la
organización del territorio urbanizado como el volumen e~ilicio en él construido, se mani-
fiestan como la sumatoria de múltiples acciones individuales no concertadas. A su vez, las
dimensiones habituales de los terrenos y el tipo de edificación en ellos realizada, expresan
por lo general rasgos de modestia, compatibles .sin embargo con una aceptable calidad
constructiva.
Tales características del proceso de expansión urbana de Montevideo permitieron
esbozar como hipótesis tentativa, la actuación protagónica no sólo de la iniciativa capita-
lista privada, sino también la de los sectores populares de la población en la definición de
aquel proceso expansivo. A reforzar dicha hipótesis contribuyeron múltiples testimonios
coincidentes en señalar como hecho habitual, la obtención en propiedad de terreno y
vivienda por parte de numerosas familias de escasos recmsos que se apoyaron,para ello,
en las acciones de promoción desarrolladas por el especulador inmobiliario.
El hecho de que la historiografia urbana no hubiese registrado hasta el presente tal
circunstancia, indujo a indagarla, profundizando en aspectos hasta ahora poco estudiados.
Los principales asuntos seleccionados para el análisis fueron:
- Dinámica y ritmo del proceso de urbanización, determinando hacia qué territorios y por
qué razones, se orientó el fraccionador eri tanto agente de la expansión.
- Modalidades de la iniciativa privada, tanto en la materialización de la infraestructura
de servicios públicos como en las formas operativas de la especulación inmobiliaria.
- Caracterización de la población, con referencia especial a los niveles de retribución
salarial y capacidad de ahorro de los distintos sectores que la conformaron.
- Correlación que pudiera existir entre la localización industrial y la distribución territo-
rial de la población a nivel urbano.
- Evolución de las formas de tenencia de la vivienda.

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J
El acceso a la documentación necesaria, resultó problemático. La variedad de asun-
tos a estudiar demandaba la consulta de múltiples fuentes 4e información. Pero muchos
de los repositorios naturales resultaron inaccesibles; algunos, por haberse perdido; otros,
por no ser libremente consultables dada la especial coyuntura socio-política que atravesa-
ba el país al tiempo de realizar la investigación. En tales circunstancias, se optó por apelar,
básicamente a la documentación édita existente (censos, estadísticas, encuestas, etc.) y a la
información aportada por la prensa de la época.
Los censos, estadísticas y encuestas publicados constituyeron una rica cantera de
datos (demográficos, económicos, laborales, etc.), aunque sin ofrecer muchas veces la de-
seable homogeneidad en su registro, lo que dificultó su comparación, obligando a trabajo-
sas elaboraciones para su análisis.
La consulta de la prensa también aportó valiosa información, especialmente la vin-
1 - Montevideo:
culada a la oferta de solares efectuada mediante anuncios que periódicamente publicaban
los empresarios inmobiliarios. Allí se registraba la mayoría de las operaciones de fracciona-
antecedentes de
miento urbano. Por esa vía se obtuvo información sobre áreas fraccionadas, número y
dimensión de solares, valores del arrendamiento y de la tierra y aun indicios que permitían
su proceso expansivo
conocer las ideas y objetivos del especulador inmobilario, así como la condición socio-
económica de los destinatarios de la oferta.
En el transcurso de la investigación se detectaron fuentes informativas complemen-
tarias: estudios, ensayos y artículos periodísticos redactados por protagonistas y contempo-
ráneos del proceso analizado, valiosos documentos cartográficos y, en particular, una im- Con el advenimi,ento del Estado Independiente, se subvierten las estructuras colo-
portante colección privada de afiches anunciadores de remates de fraccionamientos niales que España había impuesto en todos los órdenes de la vida del país. Se modifican
urbanos. la forma de gobierno. la organización social y económica. la política educacional y cultural.
Dicha colección de afiches, a menudo presentó dificultades de datado, puesto que ~
muchos anuncios indican solamente el día de la semana y la hora del remate, sin establecer La estructuración fisica del territorio -especialmente en el ámbito urbano- sufre
el año y la fecha precisa. En algunos casos, se pudo precisar la fecha con el auxilio de la también el impacto de la emancipación nacional.
prensa, si ésta publicaba el aviso correspondiente. Otras veces hubo que recurrir a métodos La ciudad indiana, limitada e inextensible y tifildamente planeada como yuxtaposi~
indirectos para inferir la data probable, como la consideración de la tipografia empleada ción de diversas partes con preciso destino funcional, se quiebra para dar paso a la nueva
o de la alusión en el texto a algún hecho de fecha conocida. c?ncepción de ciudad abiert~ilimitada y extensible.
También resultó importante el aporte de investigaciones realizadas por historiado- Montevideo es, dentro del país, la ciudad que más temorapa y claramente sufre el
res, d~mógrafos, sociólogos y economistas nacionales, que ·con anterioridad habían incur- I w~~eso ~e ~an;ibi.~. i;:1 o~mer rasg.º indiano que pierde, és su condición de "ciudad territo-
siqnado en el mismo período histórico. 1 .!llL.. La JUnsd1cc1on temtonal (F1g. 1) que estaba limitada allN'orte por la Cuchilla Gran-

El entorno temporal, se acotó entre los años 1868 y 1915, en el entendido que el de, al Sur por el Río de la Plata, al Oeste por el Arroyo Cufré y al Este por las Sierras de
mismo podía considerarse una unidad histórica en cuanto a estructura y comportamiento MaldonadoO>) es absorbida por la división departamentai<2> con.que se organiza el nuevo
social, pautas económicas, ideología y mentalidades prevalentes. La fecha inicial -1868-
se eligió en coincidencia con el comienzo del tendido de las líneas de transporte urbano,
que sin lugar a dudas constituyó uno de los factores desencadenantes de la expansión
país (Fig. 2). Las tierras de Propios y el Ejido pierden las fuñciones asignadas en el modelo
' urbano colonial por las Leyes de Indias, y se convierten en tierras públicas factibles de ser
enajenadas. La ciudad se reduce así al casco amanzanado conocido hoy como Ciudad
¡
urbana, y atendiendo a la circunstancia que con posterioridad a esa fecha,. recién se verifi- Vieja (Fig. 3 y 4). '
caron los p~imeros fraccionamientos urbanos de significación. Sobre la ciudad indiana desmembrada se realizan sucesivas operaciones urbanísti-
El final del período fue determinado en tanto señala el comienzo de un debilita- cas q ue dan inicio al proceso de expansión que sufre Montevideo a lo largo del siglo XIX.
miento en la expansión urbana de Montevideo, coincidente con la primera guerra mundial. L~ primera de ellas fue la demolición de las murallas que encerraban los "solares del
Ep ese mismo año finaliza la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez, durante la cual se pueblo". decretada en 1829(3>, que posibilitará las posteriores extensiones del amanzanado.
definieron pautas que posibilitarían el desarrollo del urbanismo regulador, característico De esas murallas (Fig. 5) sólo se demuelen, en forma inmediata, las "cortinas", mantenién-
de los años subsiguientes. dose l~s bastiones~ el polvorín conocido como "Las Bóvedas" y la "Ciudadela", que~ van
La tesis emergente del presente trabajo debe entenderse como propuesta provisio- dem?~endo suces1~amente. La "Ciudadela" es destinada a mercado de la ciudad, en cuya
nal, hasta tanto algunas fuentes informativas fundamentales (registro del catastro nacional func1on se la mantiene hasta 1869, año en que se inaugura el Mercado Central construido
y el del crédito hipotecario,entre otras) puedan ser consultadas. Su éxito estaría asegurado por el am~itecto inglés Thomas Havers.1 Las "Bóvedas" tienen una supervivencia más
si·alentara estudios complementarios que permitieran convalidar, discutir o aun contrade- larga, al grado que aún hoy se conservan dos de sus naves.
cir lo aquí expuesto.

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En 1829 se encarga al entonces sargento mayor de artillería, don José María Reyes,
el trazado de la "Ciudad Nueva"<4> en las'tierras del antiguo ejido co!gnjal desde la "Cjuda- / antiguamente denominado del Cardal y luego "del Comercio". _Este nycleamiento se desvi-
dela" hasta la actual calle Yaguarón (Fig. 6). Esta op~ración urbanística constituye la talizó hasta desaparecer, a partir de 1851, por efecto de la inactividad portuaria que apare-'
primera extensión de Montevideo. ió el levantamiento gel Sitio.
En la misma época, por decreto del 9 de setiembre de 1834, se ordena la creación Este cordón de pueblos periféricos generados por el Sitio Grande se completa con
de un núcleo urbano en la falda Este del Cerro de Monte":ideo con el nombre de~"ViJla la ya citiJ,da Villa Cosmópolis, fundada en los primeros años de vida republicana y cuyo
Cosmóp:>lis", para afincar población inmigrante qu~ co'ii;tituiría la fuente de mano de desarrollo se vio afectado negativamente por el conflicto bélico. Este núcleo urbano,que
obra gara la industria saladeril que se estaba estableciendo en esa zona. originariamente constituyó un pueblo autónomo y separado de la ciudad, en la segunda
A la vez que se desarrollaban estas operaciones planeadas, se fueron generando, en mitad del siglo XIX y por obra del proceso de expansió11. urbana, será absorbido parella,
forma espontánea, afincamientos urbanos en los suburbios de "Cordón" y "Aguada"< 5> transformándose, con el nombre de "Cerro", en uno de sus barrios.
inmediatos a la Ciudad Nueva; el primero, sobre el Camino a Maldonado (luego avenida Terminada la Guerra Grande con la concertación de la Paz de Octubre de 1851.
- 18 de Julio) y el segundo, sobre el Camino al Paso_del Molino (luego_avenida Agraciada) Montevideo presenta una estructura urbana compuesta por uri' núcleo central formado por
Estos afincamientos,que serán delineados y amanzanados oficialmen,te en la década del 60, la· "Ciudad Vieja" y la "Cmdad Nueva", y una serie de pueblos periféricos conectados al
constituyen la segunda expansión de Montevideo. • . centro y entre sí, mediante una red caminera que se. había ido formando desde la época
A principios del año 1842, se ·planean dos operaciones de fraccionamiento de tierras
con ·destino urbano, en los aledaños de Montevideo. Uno de ellos se realiza en las proximi-
dades del Arroyo Seco, sobre el Camino al Paso del Molino, contiguo al matadero de
' - colonial (Fig. 8) para comunicar los "solares del pueblo" con el territorio inmediato.
Esa red vial, que constituye un pre-diseño de la ciudad futura y que impone, como
toda trama urbana de base, una incuestionable in~rcia morfológica, está compuesta por
abasto de carne que allí existía, con el nombre de "Bella Vista" y promovido por Francisco tres sistemas de caminos individualizables. (Fig. 9Y-'!Uno de ellos, de conformación radial, 1'~'\>\M..­
Farías, propietario de tierras en la zona. El otro fraccionamiento fue el denominado "Pue- nace en las puertas de la ciudad amurallada y se proyecta al territorio circundante. En su
blo Victoria", sobre la bahía, entre los arroyos Miguelete y Pantanoso, promovido por parte fündamental lo componeri' el Camino de Maldonado -origen de las actuales avenidas
Samuel Lafone en las proximidades del saladero que allí poseía. Ambas operaciones urJ.>a- 18 de Julio y 8 de Octubre- y el Camino del Paso del Molino - oriee,n <ls: la actual ayenida
nas fracasan como consecuencia del conflicto bélico que parallzó a Montevideo durante Agraciada-. De ellos se desprenden ramales secundarios, todos los cuales configuran una
casi una década. Recién hacia fines del siglo habrán de efectivizarse ambos loteamientos, estructura arborescente. Desde el Camino de Maldonado se desprenden: enseguida del
al ser retomados por sendas empresas irtmobiliarias en el marco de Ja fiebre especulativa Ejido, el Camino de la Estanzuela (origeri de las actuales avenidas Constituyente y 21 de
_~ que signó la actividad económica de ese período. Setiembre); en la .zona que se denominaba. "El Cardal" -próximo a la actual ubicación d~
Ir La Guerra Grande (1839-1851), y más esoecíficamente el Sitio que a partir del mes la Universidad- el Camino del Buceo (origen de la-actual.avenida Rivera): y en el paraje
de febrero de 1843 establecen sobre Montevideo las fuerzas comandadas por el general .r.onoc!do. como "Tres Cruces·~~amino de la Aldea (prigen de fa actual avenida Italia).
' Oribe, van a alterar las características de ese crecimiento inicial. Sobre la ciudad propia- lJel Cammo del Paso del Mohno se desprenden: después de "La Aguada", el Camino de
mente dicha, el Sitio provocó la congelación del desarrollo gue se insinuó en los primeros
( años de la República, de tal modo que puede asegurarse que el plano de Montevideo
•¡ Goes (actual avenida General Flores) y ef Camino del Reducto (actual avenida San Mar-
1 tín). Del Camino del Reducto nacen a su vez: el Camino Millán y algo más adelante. el
levantado por el agrimensor Pedro Pico en 18'46 (Fig. 7), representa la situación práctica-
mente estacionaria de Montevideo entre los años 1843 y 1851. En cambio, sobre el territo-
,, _rio circundante gue..o.cupaban lfl§ fuerzas sitiadoras -vertebrado por los Caminos de Larra-
/ ñaga, de Propios y de Comercjo- se produjo el efecto contrario: se incentivó su
L
r .Camino de Burgues. Del mismo Camino del Paso del Molino se deriva. después del Arroyo
Seco, el que se conocería posteriormente como Camino Suárez.
Otro de los sistemas viales reconocibles es transversal al aatei:i9r y lo componen 'J(lAµ ~
cammos que comunican entre sí distintos puntos del terri orio. Lós"iñás importantes son:
1 urbanización. el Camino de Sierra (hoy Fernández Crespo) que comunfoa la Aguada con El Cardal; el
En el Paso del Molino, ·zona de las antiguas chacras del Miguelete que se habían ido Camino de la Figurita {actual avenida Garibaldi) entre ~'1 Reducto y la Aldea; el Camino
subdividiendo en parcelas menores -quintas-, se produjo la radicación de 1m importante de, L~rrañaga (a~t~al avenida Luis A. de Herrera) entr,e Paso del Molino y' el Buceo: el

\ número de familias patricias simpatÍzantes del ejército sitiador, transformándose en una,


nucleación no urbana, sino semi rural, aunque con mayor densidad de población que antes
del Sitio.
En el Cerrito de la Victoria, Oribe instaló la sede de su gobierno generándose en su
Cammo de Propios (actual Bulevar José Batlle y Ordóñez) límite de las tierras pertenecien-
tes al Cabildo de la "ciudad indiana", que se ·extendía entre las tZopas del Cerrito y del
Buceo. ,., "
Los dos sistemas viales descrÍptos se caracterizari por la irregularidad propia de los
torno un incipiente poblado. trazados espontáneos. · · '
En el asentamiento del Cardal -formado· algunos años antes sobre el Camino de Existe finalmente un •tercer sistema vial que contrasta con los anteriores por la
Maldonado, algo más allá del Camino de Propios- se produjo una zonización cultural y rei~laridad d~ su trazado. Este sistema de vías rectas y e~ralelas entre sí, se origina en los ,
comercíal provocando-el desarrollo del caserío que devino en lo que se denominó Villa de an~iguos camm~s de "abrevadero", trazados entre las chacras gue Pedro Millán repartió en
l' la Restauración y que en 1851 fue rebautizada con el nombre de La Unión. Tuvieron su 'v la epoca fundacional en las zonas de Miguelete y Manga<6>. Estos viejos caminos de abreva-
~ sede en Ja villa, el colegio, la iglesia, el cementerio, los juzgados y oficinas; se instalaron dero se convirtieron en importantes vías de tránsito de la ciudad posterior. como Emanci-
~omercios e industrias de relativa importancia y tuvieron su residencia muchos ?e los pación, Carlos Ma. de Pena, General Hornos. Casavalle. etc""""· '
personajes importantes del gobierno del Cerrito, constituyéndose en el núcleo más vital del
f am o sitiador Finalm nte se estableció en el Buceo un uerto de ultramar en tor'ho ·a1
\ cual se produjo otra concentración urbana conectada a Villa Restauración por el cam·no . La estruct.ura urbana que Montevideo presenta al finalizar la Guerra Grande, cons-
~ , tituye el presupuesto territorial a partir del cual se produce el espectácular desarrollo que
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la ciudad experimenta en las siete décadas siguientes. La magn~tud de esa expan~ión se ha~e
manifiesta a través de la comparación de los planos del ~gnmensor Pedro Pico del ano
1846 (Fig. 7) y del arquitecto Augusto Guidini del año ~ 913 (F.~g.. 10). Te~~o~al~e~te, la
cfüdad crece desde el núcleo formado por las denominadas Cmdad Vieja y Cmdad
Nueva" -unas 333 hectáreas- hasta ocupar un área inscripta en un sector de círculo de
algo más de 1O kilómetros de radio. Tal crecimit1nto produce una conurbación qu~ inc~r­
pora como barrios de la ciudad a los pueblos -an~es autón?mos- que_ forn_iaban el. ~mturon
periférico: Cerro, Pueblo Victoria, Paso del Molmo, Cemto de la Yictona y l Jmon. .
Su población se multiplica por más de 10, pasando de 33.994C7> a unos 350.000
pabitantes<8>, en 63 años. ·
El stock edilicio aumenta en Montevideo, desde los -6.219 edificios inventariados e
1852<7>, a los 42. 785 edificios calculados para el año 1911 <9>. Ese crecimiento edilicio s~ 1- t"(\.. \. e, lt \(
haría mucho más significativo si pudiera cuantificarse en metros cuadrados. Los censos y
\ estadísticas de la época contabilizan como unidad edilicia a todo volumen construido qu ~ 11 - Factores determinantes L a 1-, i""
tenga una puerta de acceso común desde la calle. A su vez, los permisos de ~onstrucci~1
consideran como unidad edilicia el conjunto edificado que se levanta en un mismo padro~ de la expansión urbana
catastral. En ambas circunstancias se hace caso-omiso de su dimensión Y del número d.
unidades locativas en él c9ntenidas, hecho este que, por inadvertido, indujo a errores en
algunas investigaciones de historia urbana. Sin embargo comenzó a ser relativamente fre-
cuente -sobre todo a partir del último cuarto del siglo XIX- la erección de medianos :, (

grandes edificios, tanto por su desarrollo planimétrico como por su desarrollo en altura El desarrollo urbano producido en el mundo occidental durante los siglos XVIII y
constituidos por múltiples unidades de alojamiento. XIX, y la fuerte tendencia de la población a tomar radicación urbana, recién se manifiesta
en Uruguay después de mediados del siglo XIX. En Montevideo se percibe una aceleración
del crecimiento de la ciudad a partir de la séptima década. Diversos factores se conjugaron
La instalación de servicios públicos urbanos es igualmente signltlcativa en el ara desencadenar ese proceso expansivo.
período. Uno de los más importantes ue, sin duda, la tecnificación de la explotación rural
En 1853 se instaló, destinada a iluminación y energía, la primera fábrica de gas que ocasionó un flujo migratorio hacia el medio urbano., Esa tecnificación se verificó sobre
,distribuido por cañerías, abasteciendo a las zonas más densificadas de la ciudad. . todo mediante la .maquinización del laboreo agrícola, el mejoramiento zootécnico y el
Desde 1854 se comienza la instalación de la red de caños colectores de aguas resi- consecuente cerramiento de los campos que impuso la nueva tecnología, mediante cercos
duales domiciliarias. de piedra en un principio y por alambramiento a partir de 1875, al desgravarse por ley del
En 1871 se inicia el suministro domiciliario de agua potable. 6 de agosto, la importación del alambre necesario para tal fin.
En 1878 se inicia la prestación del servicio telefónico de iQtercom1micacjón 11rhana , Desde los primeros años de la República independiente, había comenzado la intro-
\ A partir de 1887, se cuenta con energía eléctrica.primero para uso doméstico l! iucción de animales de raza y la práctica del cruzamiento para mejorar los rebaños,tanto
desde 1906, también para uso industrial. JOVinos COm9 lanares, técnica que Se consolidó a partir de' 1887 con la creación del registro
A su vez, entre los años 1868 y 1880,. se estructura en sus líneas fundamentales la del pedigree.
red de transportes urbanos mediante el tendido del tranvía,traccionad.o a sansr~a También la agricultura fue sensiblemente perfeccionada éon la aclimatación de di-
1906 y a energía eléctrica después de esa fecha . ersas especies vegetales foráneas gue diversificaron los cultivos (árboles frutales, algodón,
"id, etc.), Y con la introducción de trilladoras y segadoras a partir de 1867, que mejoraron
1s cosechas de los plantíos tradicionales.
El elemento humano de la producción rural tampoco escapó al proceso de tecnifica-
1ón; la Escuela de Capataces Agrícolas de Toledo y la escuela Superior de Agricultura, ,
readas en 1.885 y 1890 resgectjyamente, fueron algunos de los factores que contribuyeron
la elevación de su capacitación. ·
~ nueva tecnología agraria redujo considerablemente la mano de obra necesaria en
el medio rural, lo que produjo un importante desplazamiento poblacional hacia los centros
J
urbanos, vitalizados por la industria y el comercio en desarrollo.

· Otro aspecto que contribuyó positivamente al proceso expansivo de Montevideo fue


la intensificació~ qu~ _se operó en el intercambio comercial de carácter internacional, al
amparo de la leg1slac1on aaffimera QUe Se fue elaborando a lo largo del período(IO) y de lOS

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tratados comerciales que el gobierno concertó con diversos países extranjeros< 11 >. Se generó des mutuales de asistencia y la prestación de nuevos servicios en el área de la salud pública,
por esa vía una intensa actividad naviera< 12> que indujo a la construcción de un moderno que van desde la introducción de sueros vacunas de recepción obligatoria< 16>, hasta la
puerto de ultramar, cuyas obras, iniciadas en 1901 , culminaron en 1909. Montevideo se creación de asilos matemales< 17> y de centros hos italarios es ec1a a os ementes en
convirtió así. en sede de filiales de diversas empresas internacionales interesadas en las 1860. Tuberculosos en 1891. Niños en 1905.)
operaciones que ese tráfico generaba. _ Deben también señalarse otros dos factores coadyuvantes a la elevación del nivel
Por otra parte, es de destacar que en el período estudiado se hizo una especial sanitario de la población montevideana: la vivienda y la alimentación. ·
valoración de la educación, en la medida que se la consideraba una de las vias esenciales En materia de vivienda es destacable que los "ranchos",que en 1852 constituían el
de ascenso económico y social. La radicación capitalina de los institutos universitarios y 1 27% del total de viviendas de Montevideo, se redujeron en 1908, a sólo el 9%.
1
el carácter de las profesiones posibles en la época -abogacía, medicina. ingeniería y araui- 1. En cuanto a la calidad de la alimentación montevideana en la época, puede calificar~
tectura<13>- eran lazos que ataban al universitario con la ciudad. tanto en la etapa formativa se de excepcional si se la compara con la de otras áreas ceocráficas Entre 1870 y 191 5 el
como. más tarde, en el ejercicio profesional. montevideano ingería promedialmente 114 gramos de proteínas por día, que constituye
algo más del doble de lo gue la ciencia dietética considera una alimentación suficiente. Al
Todo lo anotado actuó como importante agente vivificador de la vida urbana. Pero comienzo del período se registraba un consumo diario de 420 gramos de carne por persona
el factor prevalente en la expansión que registra la ciudad de Montevideo después de la y por día, cantidad que baja a 250 gramos en los años finales, pero sin disminuir el nivel
Guerra Grande. y que en algún modo puede considerarse resulta<;lo de todos los anterior- proteico, habida cuenta que la dieta se hizo más variada por la incorporación de otros
mente señalados, es la explosión demográfica que se produce en aquellos años. alimentos (frutas y verduras por ejemplo), que antes no se consumían con asiduidad.
\

~ ~
Migraciones internas
LA EXPLOSION DEMOGRAFICA . .
Las migraciones internas establecieron· un flujo positivo a favor de Montevideo. La
?4.ooc desaparición de la estancia "cimarrona" como consecuencia de la modernización del agro
Montevideo aumenta su población desde los 33.994 habitantes que poseía en 1852,a a la que se ha hecho referencia, desplazó un importante contingente poblacional,que ya no
los 309.231 que se contabilizaron en 1908 y los 350.000 estimados para 1915<8>. Esa multi- tenía cabida en el medio rural con las nuevas fo~as de explotación. Una parte de la
plicación por más de 10 de la población montevideana en 63 años, fue el aporte de tres población desplazada se agrupó al borde de los caminos -en tierras casi siempre fiscales-
caudales principales: un fuerte crecimiento vegetativo. la sostenida corriente migratoria constituyendo los conglomerados más tarde éonocidos como "pueblos de ratas". Desde
desde el interior hacia la capital, y el importante flujo inmigratorio que recibe el país y que allí, el campesino desplazado esperaba las eventUales tareas zafrales que podía prop~
mayoritariamente se radica en Montevideo. narle la estancia "científica". Otra parte de esa población emigró a los centros urbanos
~1 preexistentes o a los gue se formaron durante esos años!18>. En particular, la ciudad de
Montevideo atrajo un número imnortante de esos pobladores.de oricen rural, en la medida
Crecimiento vegetativo que la industria y el comercio en desarrollo de la capital, les proporcionaban posibilidades
más seguras de ocupación, a la par que más fácil acceso a los ~er-vicios educacionales y
El crecimiénto natural de la población fue sorprendentemente alto durante todo el' asistenciales.
período. En el entorno del año 1880 se registra una tasa de crecimiento vegetativo superior Es de señalar que la propia capital ofrecía una gama de ocupaciones (tamberos,
al 300/oo. En el quinquenio 1911 -1915 había descendido fuertemente al 17,640/oo pero aún caballerizos, cocheros, carreros, trabajadores de saladeros y curtiembres, etc.), que presen-
se mantenía muy por encima de las tasas gue acusaban las poblaciones más industrializa- taban notorias afinidades con las tareas propias del medio rural. ,
das de Europa (Inglaterra por ejemplo, hacia 1890, sólo crecía a razón de 13,30 habitantes Esta migración al medio urbano, pudo por otra parte Tacilitarse por la paulatina
cada mil). Ello es consecuencia, como lo expresan elocuentemente Barrán y Nahum. de aproximación psicológica que experimentó el poblador rural, al influjo de los medios de
gue los uruguayos nacían "a la antigua" y morían "a la moderna", aludiendo a la alta tasa comunicación -telégrafo, teléfono, prensa, ferrocarril- que atemperaron, quizás, la oposi-
de natalidad característica de. la sociedad agrícola del "ancien régime" y a la baja tasa de ción campo-ciudad.
mortalidad propia de las sociedades altamente tecnificadas de la era industrial. En efecto, J La importancia que tuvo esta corriente migratoria hacia Montevideo, queda mani-
entte 1876 y 1880, Montevideo acusó una tasa de natalidad de 49,97 por cada mil habitan- •
1
fiesta en el Censo Nacional de 1908, donde se registra que el.12, 72% de sus habitantes eran
tes, que si bien entre l 911 y 1915 bajó al 31, 11 %0, estaba contrapuesta. a una tasa de oriundos de los departamentos de la campaña.
mortalidad general muy baja y también decreciente: 19,460/oo en la década 1881-1890 y
13,470/oo entre 1906- y 1915< 14>. A la reducción de la mortalidad general, contribuyó en Inmigración
forma decisiva la reducción de la mortalidad infantil gue entre 1890 y 1915 disminuyó
en un 26.24%. La inmigración incidió en forma particularmente relevante en el incremento de la
Todo lo expresado concuerda con el mejoramiento progresivo de las condiciones población montevideana.
higiénicas resultante de la instalación de la red cloacal urbana a pat¡ir de 1854 y de la ~l cuadro No. 1, elaborado en base a información censal< 19l, pone de manifiesto el
distribución de agua potable por cañerías desde 1871. A su vez, se corresponde con el proceso de crecimiento que experimentó la población de Montevideo y el papel decisivo
crecimiento del número de médicos en relación a la población< 15>, la formación de socieda- que le cupo a la inmigración en el mismo.

18 19
/ /
Cuadro No. 1 - POBLACION SEGUN NACIONALIDAD vielle, al argentino.Florencio Escardó y al ~r~sileño Barón de Ma~~ en el Gampo financi~ro
e inmobiliario o al italiano Mario !sola, introductor del servic10 de gas, o al espanol
1852 1860 1889 1908 Marcelino Día~ y García, que hizo lo propio respecto al servicio de electricidad, o al inglés
Samuel Lafone, destacado en la industria saladeril.
Uruguayos 18.590 30.242 114.322 215.102 La arquitectura y la construcción tampoco fueron campos ajenos a la actuación de
(54,69%) (52,22%) (53,16%) (69,56%) 4 .;
extranjeros. Muchos de los arquitectos de actuación relevante en el oaís fueron europeos.
Extranjeros 15.404 27.674 100.739 94.129 a la par que europeos fueron también los directores de gran parte de las empresas construc-
(45,31%) (47,78%) (46,84%) (30,44%) toras ilnportantes, así como sus operarios, especialmente en los rubros de tecnologíá más
avanzada. Es destacable la obra arquitectónica de personalidades tales como los franceses
Total 33.994 57.916 215.061 309.231 Ailné Aulbourg y Victor Rabu, los suizo-it-ªliaJlQ.s Bernardo y Francisco P~ni, ros itaua-
nos Luigi A~ fJuan fosi, los españoles Emilio Boix y Cayetano Buigas y Monrava,
y fos 1ngleses Thomas Havers y John Adams. Ellos, junto a muchos otros, fueron vehículo
rinci al de enetración de las ideas y las modalidades estilísticas eclécticas y modernistas
El cuadro evidencia el alto porcentaje de la población extranjera. Este porcentaje se imperantes en el medio europeo a nes del siglo XIX y principios del sig o XX, ideas y
mantiene, a lo largo de buena parte del período, próximo al 50% de la población total. El
modalidades que signaron la arquitectura producida en Uruguay en el periodo estudiado
Censo de 1908 acusa una baja de ese porcentaje al 30,44%, pero tal reducción queda y caliijcaron el ámbito urbano de Montevideo.
mediatizada si se considera que muchos de los habitantes registrados como uruguayos,
eran hijos de inmigrantes y,en tanto conservaban pautas culturales de sus progenitores, no
alteraron sustancialmente las características de la población de los años precedentes.
Anali~ando el espectro por nacionalidad, se comprueba la notoria primacía de los c3 Aspectos Poblacionales: Sectorización y Homogeneización
inmigrantes de origen latino. En 1889 lo~ italianos constituían el 46,65% de la colonia
extranjera montevideana, los españoles el 32,40%, los franceses el 8,30% y los argentinos -.,,_ · Además de los orígenes nacionales, otros factores inciden para seetorizar la pobla-
el 5,33%. Las demás nacionalidades en su conjuntó sólo alcanzaban el 7,32% del total de
extranjeros. En 1908, los guarismos no sufren modificaciones significativas. Los italianos
mantienen la primacía con el 42,61%, los españoles son el 36,31%, los argentinos suben al
.
'
ción en estratos más o menos delimitados. El nivel educacional alcanzado, el área laboral )
en que se actúa y la mayor o menor especialización técnica o grado jerárquico detentado,
las relaciones familiares y sociales y la capacidad económica, son algunos de los elementos
9,13% y los franceses bajan al 5,37%, en tanto que las demás nacionalidades en su conjunto que contribuyen a definir esos sectores poblacionales. Pero su objetivación resulta harto,
representan apenas el 6,58%. , .. dificil de realizar. Los censos proporcionan información imprecisa y escasa sobre tales
La importancia de la inmigración no se redujo a su mero peso cuantitativó sino que , .. aspectos. En cuanto a lo educacional, sólo se contabilizan letrados y analfabetos, sin esta-
constituyó también un incuestionable factor modificador de la cult~ra, la mentalidad, las blecer gradaciones. En el campo laboral, se releva genéricamente el número de individuos
costumbres y la ideología de la comunidad. Ciertas manifestaciones artísticas, aficiones ocupados en cada rama de actividad, pero sin que se puedan individualizar sus diferentes
gastronómicas, prácticas deportivas y hasta modalidades idiomáticas incorporadas a la niveles jerárquicos. En materia económica no se brinda información 'sobre ingresos perso-
sociedad uruguaya, revelan aún hoy, la impronta de la inmigración. Con ella penetraron nales y familares. La documentación referente a alquileres tampoco resulta operativa para
ideas, usos, oficios y técnicas que modificaron profundamente el medio nacional. incidien- este propósito, porque los datos de renta se dan por edificios ("casas") y no por unidades
do en todos los órdenes de la vida social y.particularmente, en sus concreciones arauitectó- de vivienda, lo que imposibilita distinguir, en algunos niveles de rentabilidad, si se está en
nicas y urbanas. presencia de lujosas mansiones o de .conventillos de vastas dimensiones.
La intervención del sector extranjero fue relevante en el proceso de industrialización En. los últimos años, la· labor analítica de algunos investigadores, usando métodos
que se operó durante la segunda mitad del siglo XIX. El Censo Municipal de 1889 registró indirectos, ha arrojado cierta luz al respecto. Se ha podido vislumbrar así la importancia
que el 86% de los establecimientos industriales de Montevideo estaban en manos de ex- numérica de un llamado "sector popular'', integrado por los que dependen predominante-
tranjeros que controlaban el 79% del capital invertido en esa actividad. Asimismo, tam- mente de sus ma~os para subsistir: asalariados, sirvientes, funcionarios y empleados subal-
bién era extran·ero el 62% del ersonal ocu ado en la industria. 'Similar situación resenta- ternos, pequeños artes~nos y comerciantes, etc. ·
ba el comercio 1 donde el 82,63% de los establecimientos perte ecía a extranjeros que ~0> calcula que en 1908, el 40% de ia población de Montevideo lo consti-
controlaban el 55,58% del capital invertido en el ramo. En 1908 se sigue manteniendo la tuía la "clase media". ·
preeminencia de los extranjeros en la industria y el comercio, aunque algo atemperada. El Otros e.studiosos se muestran más cautos y evitan hablar de ·"clases" con referencia
Censo Nacional levantado ese año, revela que el 60, 13% de los establecimientos industria- a la época. Así, lliffilªI)· Ra.mil<;, 1> analiza la composición de la población nacional en 1908
les y comerciales de Montevideo pertenecía a extranjeros, en tanto que también era extran- y concluye que Ia-Ufbaña'S't'~tegra con un "sector bajo'', que constituye el 69,80%, en
jero el 38,50% del personal que empleaba. Esa gravitación del residente extranjero se hace tanto que el 30,20% restante corresponde a los "sectores medio y alto" .
.aún más significativá, si se considera que su peso demográfico era sólo del 46,84% en 1889 A su yez, J.P. Barrán y B. Nahum<22> calculan que la población de Montevideo en
y del 30,44% en 1908. 1908 ·se componía de un 54,p% perteneciente al "sector bajo" o "popular'', tal como· ellos
En el campo de las finanzas, de la especulación inmobiliaria, de la industria y de lo llaman, un 40, 79% al "sector medio" y un 4,48% al "sector alto".
los servicios públicos, los extranjeros igualmente jugaron un papel de primer ord~n. Baste Recientemente Juan Rial<23> ha concluido que la población montevideana se compo-
recordar, entre otros, la actuación que cupo al español Emilio Reus, al francés Luis Super- nía, en 1889, de un 82,80% de habitantes pertenecientes al "sector bajo" y un 17, 10% a los

20 21
"sectores medio y alto'', en tanto que en 1908, esos porcentajes eran, respectivamente, 84% ban sexo, edad y condiciones económicas para el ingreso.
y 16%. La organización gremial de los trabajadores fue también escasa y atomizada, como
. Los guarismos así expuestos manifiestan, en apariencia, gran discordancia. Por correspondía a una industria dispersa y casi artesanal. Multiplicidad de pequeños talleres
ejemplo, el "sector bajo" de la población oscila en 1908, entre el 54, 74% que determinan y fábricas propiciaban con más facilidad la relación fraternal del patrón con los escasos
Barrán y Nahum y el 84% calculado por Rial. Pero un estudio más afinado de esos porcen- operarios de su empresa, que entre estos y sus iguales de otras .fábricas. El patrón indus-
~r~ertir que las pautas de agrupación han sido diferentes en uno y otro trial, en la generalidad de los casos, era un obrero más en su pequeño taller, y no tenía
analista. En efecto, bajo el rótulo "sector bajo" no se clasifica exactamente al mismo grupo -diferencias esenciales con sus dependientes. Ambos -patrón y obrero- estaban enrasados
poblacional. Mientras Barrán y Nahum establecen por encima del "sector bajo" un "sector por el similar origen, la parecida formación cultural la identidad de ideale
medio" desglosado en tres niveles, Rial coloca los niveles más bajos del "sector medio" en · y los lazos a ecttvos que generaba el trabajo cotidiano compartido. Otras empresas -Ferro-
el "sector bajo", y el nivel medio alto en el "sector alto". Este reagrupamiento parece carriles, Tranvías, Aguas Corrientes- tenían una dirección despersonalizada que escapaba
válido, aún analizado a la luz de los conceptos que formulan los propios Barrán y Nahum, al cuadro general descripto, pero eran las menos.
quienes asignan al "sector medio bajo" mentalidad, ingresos y comportamiento que lo Esta situación,que es dominante en el último tercio del siglo XIX, no alentaba la
acercan y vinculan al "sector bajo", en tanto que igual circunstancia ocurre en el "sector agremiación obrera. Las pocas organizaciones sindicales que se formaron en la época,
medio alto" respecto al "sector alto"<24>. fuede concluirse pues, cualquiera sea la fuente de . carecían de fuerza porque aglutinaban a muy pocos trabajadores. Así, la Asociación Inter-
apoyo, que más del 80% de la población de Montevideo se agrupaba dentro del denomina- nacional de los Trabajadores, fundada en 1875, apenas reunía unos 800 obreros. Otros
do "sector popular". sindicatos que se formaron en la década del 80 -tranviarios, tipógrafos, albañiles, panade-
/ Este panorama de la sociedad montevideana hace comprensible el énfasis que puso ros, etc.- eran aún menos numerosos. Si se toma como referencia el número de obreros
A el especulador inmobiliario, tal como se verá más adelante, para captar ese amplio "sector que trabajaba en la industria montevideana, se percibe el bajo nivel de agremiación. Aun
-~ popular", constituido en potencial clientela de sus negocios de fraccionamienfo urbano. ante la imprecisión de la información que se posee, puede presumirse que en el últixñO'
cuarto del siglo XIX no se debe haber superado la relación de un agremiado cada 15 o 20
obreros ocupados<28>.
TltJ ~'\~\ZA<.\( \ · Se han considerado hasta ahora·algunos rasgos de la población montevideana que ' ·· El período de prosperidad que ~ll~dió a la caída del presidente Santos (1886) y la
tienden a sectorizarla y estratificarla. Pero pueden señalarse otros que, por encima de
sectores sociales, constituyen elementos homogeneizantes. Ciertas pautas morales.como la .
1 fuerte -desocupación que provocó la crisis que siguió al crac financiero de 1890, fueron
también factores que contribuyeron a retardar la consolidación del sindicalismo uruguayo.
·.mística del trabajo y del ahorro, algunos ideales y apetencias, como la aspiración a la
Francisco Pintos manifiesta que "las organizaciones obreras que habían adquiridio cierta
elevación del status social y su consolidación a través de la propiedad privada, la confianza fuerza hacia el año 1886, se disgregaron o redujeron al mínimo durante el período de la
en el progreso ilimitado y la validación del ~ito económico como fuente de prestj~jo, son prosperidad .... De 1887 a 1894 no fue registt'ado un solo movimiento de importancia"(29>.
detectables en todos los niveles del espectro social. Así por ejemplo, se pregonaba en la
'Recién en los albores del siglo XX, cuando la industria comienza a concentrarse en
época: "Lo que ha prosperado fue el pequeño ahorro acumulado lenta y pacientemente"...
grandes establecimientos (frigoríficos, curtiembres, textiles. etc.) y el capital nacional o el
"Los que nos hemos formado en Ja escuela de la necesidad; los que luchando hemos
e~tranjero _nac!onalizado_ ce_de ant~ el. empuje .del capit.al ~onopólico internacional espe-
llegado, porque queríamos llegar, sentimos Jo que predicamos y así Jo hacemos sentir, .a
cialmente mgles- el movimiento smdical comienza a VIgonzarse. Hasta entonces. la tónica
Jos que ambicionan llegar; a Jos que quieren llegar hoy, y que, no lo duden, llegarán
general era la de un marcado individualismo en todo el ámbito social. incluido el sector
mañana".r25> popular.
Otros pontificaban que "La división de la tierra, constituye hoy un verdadero desi-
Las posibilidades de supervivencia y ascenso social y económico, eran un desafío
deratum social: los latifundios son rémoras del progreso y del bienestar de la comunidad,
hecho por la "sociedad de oportunidades" al poblador urbano que, al decir de José Luis ·
porque obstan al arraigo del hombre en el suelo que habita y Jo mantienen en condiciones
':lomero "no se planteaba como un problema de grupos sino·como un problema de indivi-
de alejarse en cualquier momento. Nada contribuye tanto a Ja radicación, como Ja posesión
.luos, capaces o no de aceptar las nuevas posibilidades de, éxito económico. Y Ja respuesta
de Ja tierra ".<26> ·
fue una concepción profundamente individualista tañto de Ja sociedad como del éxito, que
10 excluía la creencia en cierta providencia profana que operaba sobre el conjunto y
Otro rasgo común fue el individualismo como conducta generalizada en todos los ~gulaba los ascensos sociales según el principio de Ja selección riatural'r30>.
sectores sociales. Si bien es cierto que se formaron algunas asociaciones sectoriales estas
acciones comunitarias t'uvieron escaso predicamento.
En el campo empresarfal se constituyeron la Asociación Rural (1871), la Cámara de Aun ~os integrantes del sector más desposeído, consideraban su ubicación en el
Comercio ( 18,75) y la Liga Industrial ( 1879); todas ellas, con limitado apoyo de los directos sp~ctro socia_l como aleatoria y transitoria y no como el resultado ineludible de las reglas
interesados. En el caso de la Liga Industria~por ejemplo, seis años después .de su fundación le 1uego del sistema capitalista. Por ende, ,su punto de mira no estaba puesto en una lucha
sólo había logrado agrupar'la vigésima parte de los industriales en actividad<21>. Je clases que condujera a la superación de las contradicciones inherentes al sistema sino
en la ap~icación del esfuerzo personal para acceder a la propiedad privada, que los p;oyec-
En el orden mutual, se formaron algunas instituciones dirigidas a la protección de·
tara a n~veles sociales más elevados. La confianza en que tal ascenso social era posible por
ciertos grupos caracterizados en un principio por su común origen nacional o por su afini- 11 ese ~ammo, se .apoyaba en el consenso generalizado y en el conocimiento de algunos casos
dad ideológica -Asociación Española de Socorros Mutuos (1853), Societá di Mutuo So- particulares - siempre muy publicitados- en que tal .tránsito se había producido.
corsso fra gli Operai ltaliani (1862), Societá di Mutuo Socorsso Stella d'ltalia ( 1881 ),
Fue creencia extendida que la propiedad inmueble era no sólo condición ineludible
Círculo Católico de Obreros ( 1885)- de marcado carácter limitativo, en tanto discrimii:ia-

22 23


• !~~\:;,).. .., _, n.or y ól&L•HU:l..P
, ,..... ~'\)e')10 "'e v '--' r e
~!

) de la seguridad personal y el prestigio social, sino también, la base de la propia felicidad 38,35%), se afincó en el Area Central. El resto del incremento poblacional (111.625 habi-
familiar. El "fomentista" Francisco Piria lo atestigua con su estilo inefable: tantes que representan el 61 ;65% del crecimiento), se radicó en las Areas Exteriores.
"Me decía un día una pobre mujer: «desde que abandonamos el conventillo y mi Entre 1889 y 1908 la población de Montevideo siguió creciendo; pasó de 215.061 a
marido adquirió este terrenito en el que hemos construido nuestro nido, ha cambiado 309.231 habitantes. Pero la población del Area Central, en el mismo lapso, permanece
como por encanto. Antes pasaba Ja hora del descanso en Ja calle, en el cafetín o en Ja estacionaria, lo que indica que la totalidad del incremento (94.170 nuevos pobladores), se
trastienda de la pulpería y venía siempre alegre, envenenado por el alcohol. Ahora odia la afincó en las Areas Exteriores.
bebida, ha cambiado de carácter y él y nosotros somos felices: y esta felicidad la debemos Hasta 1889 la población del Area Central crece, aunque a un ritmo más lento que
a la bendita ocurrencia de habemos hecho propietarios». el crecimiento general de la ciudad. Hacia ese año, dicha área alcanza una población total
¡Y son infinitos los casos como estef'25J. cercana a los 90.000 habitantes, con una densidad promedio de 269 habitantes por hectá-
rea, límite de su capacidad locativa en función de la estructura edilicia que la conformaba.
En tal contexto ideológico, la expansión de la ciudad se dio, en gran medida, como A partir de ese momento, los incrementos de población son absorbidos, en su totalidad,
resultado de la acción atomizada de los individuos empeñados en acceder a la vivienda en por las Areas Exteriores.
propiedad, conjugada con la gestió~ de la empresa privada, propulsora del negocio En términos de dimensión territorial, se constata que en 1889, "el 90% de las habita-
inmobiliario. ciones del departamento están dentro del abanico, menos de un semicírculo, que formase
Ja revolución de un radio de seis kilómetros que tuviese por eje la extremidad de Ja penín-
sula, allá por el principio de la calle del Sarandí. Esto demuestra, que sólo un diez por
ciento de los habitantes, en te~is general, no están al alcance inmediato de Ja zona de
TENDENCIAS EN LA DISTRIBUCJON '· circulación que abarcan Jos Tranvías Urbanos"J31)
Hac~a 191 5, ese radio alcanzaba los 15 kilómetros.
TERRITORIAL DE LA POBLACION -Esta tendencia de la población a radicarse mayoritariamente en las Areas Exteriores,
fue impulsada por la empresa privada, la que operó prefei:entemente en ese territorio.
Es importante conocer la dinámica de distribución geográfica del crecimiento pobla-
cional que registró Montevideo en el lapso estiJdiado, a efectos de comprender el modo
como la estructura urbana se. adecuó a la nueva situación. Con tal objeto, se ha dividido
el territorio de la ciudad en dos zonas. Una zona que ha de llamarse "Area Central",
integrada por las denominadas Ciudad Vieja y Ciudad Nueva (Seccionales Judiciales la. LA EMPRESA PRIVADA, FACTOR DINAMIZAQOR
a 6a.) (véase Anexo No. 22) cuya urbanización es anterior a la época estudiada. La otra DEL PROCESO DE EXPANSION URBANA "
zona, que ha de denominarse "Areas Exteriores", comprende el territorio urbanizado con
posterioridad al año 1851 , a medida que se producía el crecimiento de la población de En el marco ideológico liberal gue caracterizó el ámbito nacional en la segunda
Montevideo. mitad del siglo XIX, la empresa privada tuvo una importancia relevante y fue protagonista
El cuadro No. 2 condensa la información censal que permite conocer la tendencia del desarrollo que en todos los campos de actividad vivió el país en esos años, En especial,
radicacional de la población. dentro de la problemática que nos concierne, a la empresa privada correspondió el papel
de agente propulsor del proceso de expansión ·que exnerimentó la ciudad de Montevideo
Cuadro No. 2 - DISTRIBUCION DE LA POBLACION .ante el emouje de su crec'imiento poblacional.
La estructura urbana debió adecuarse para dar cábida a ese aumento de población.
1852 1860 1889 1908 g_no se verificó mediante dos recursos 'claramente identificables: por la densificación del
área urbana preexistente (el Area Central constituida oor las Secciones Judiciales la a 6a )
POBLACION TOTAL 33.994 57.916 215.061 309.231 y sobre todo; por la expansión hacia los territorios circundantes aún no urbanizados: las
Areas Exteriores (véase Cuadro No. 2). .
Población del
. AREA CENTRAL La densificación del Area Central se operó principalmente mediante la ocupación
(S. Jud. 1 a. a 6a.) 20.489 36.539 . 89.931 90.059 de los espacios vacíos gue aún presentaba la antigua trama urbana (Fig. 7 ). Allí,,el capital
financiero privado buscó una vía de inversión lucrativa a través de la construccjón de
Densidad de Pobl. viviendas para cubrir la demanda de una población en aumento. La vivienda individual -
(S. Jud. 1 a. a 6a.} 61/Há 109/Há 269/Há 270/Há para los sectores mejor dotados económicamente, los edificios de departamentos para los
sectores medios y los conventillo~ para los estratos de menores ingresos. fueron los progra-
Población de mas más frecuentados. A esa densificación contribuyó, subsidiariamente. la naulatjna sus-
AREAS EXTER IORES 13.505 21 .377 125.130 219.172 titución de la antigua edificación baja por edificios de mediana altura. .
La extensión de la ciudad hacia las Areas Exteriores, qu"e conllevó la transformación
de la tierra rural o semi-rural en urbana, también correspondió a la iniciativa de la empresa
De la información que registra el cuadro, se deduce que entre 1852 y 1889, la privada. ,
población de Montevideo aumentó en 181.067 habitantes, de los cuales 69.442 (sólo el Tres manifestaciones de la iniciativá privada tuvieron especial incidencia en el pro-

24 25
03 L J ·¡ 5
)
r ceso expansivo de la ciudad: las empresas tranvi~rias que instalaron las lineas de transp~r­
' ·te urbano, la industria manufacturera que se localizó preferentement~ en las Areas. Exteno-
de Montevideo, de capital inglés, reuniendo las empresas del Tranvía del Este y del Tran-
vía de los Pocitos. Luego, en 1897, se le incorporó el Tranvía del Reducto y en 1905, el
res y las compañías inmobiliarias gue llevaron a cabo el fraccionamiento de predios .antes Tranvía de Unión y Maroñas. En 1905 se constituyó la empresa La Transatlántica, con
destinados a chacras y quintas, creando la sucesión de barrios gue formaron la cmdad capitales alemanes, que r-eunió la empresa del Tranvía a Paso del Molino y Cerro y la del
"expandida" (Anexos No. 17 a 21). . . Tranvía Oriental<33>•
• .,. La empresa privada fue también la ejecutora de la instalación de los servi~ios urba- En los albores de la electrificación, el transporte urbano de pasajeros. excluido el
nos (colector de aguas residuales, suministro.de gas, agua potable y energí~ ~léctnca). Pero Tranvía del Norte cuyo rubro principal lo constituía el transporte de carne, fue monopoli-
su acción en ese campo no habrá de ser considerada, puesto que tales servicios no coadyu- zado por sólo dos empresas. Ello facilitó el rápido proceso de sustitución energética. 1 (
varon a la expansión de la ciudad sino que le fueron en zaga. · En efecto, en el transcurso de los años 1906 y 1907, las líneas tranviarias de pasaje=-f
ros 1 que hasta entonces se movían por tracción animal, fueron electrificadas<34>. La intro- 1
t~M\\rt_SlK 1 Gt-\ti<::> µ::- l>- ,~ '"'l\i\ ji\ Tu"A.vP<\ . ducción de esta revolucionaria mejora técnica, trajo como resultado que los servicios que?
c1 Transporte Urbano - Cobertura territorial hasta entonces alcanzaban a la Villa del Cerro y al Pueblo ltuzaingó como puntos más
alejados, se extendieran a las localidades de Sayago, Colón, y Piedras Blancas, cubriendo
La estructura urbana que presentaba Montevideo después de la Guerra Grande, un radio de casi 15 kilómetros<35>. Al mismo tiempo, la ampliación de la cobertura territo-
requirió el establecimiento de servicios de trañs'porte entre el nútleo principal Ylos centros @l, el aumento de las frecuencias, la mayor capacidad de los vagones empleados .Y_&
urbanos periféricos. reducción del costo de los pasajes a que se hará referencia, promovió una mayor moyjfüa-
En los primeros años, esa necesidad fue satisfecha mediante líneas de transp?rte ción de montevideanos: los 60 viajes anuales per cápita régi'Strados en 1890, aumentaron
servidas por diligencias y carruajes: la diligencia "Rosa del Miguelete" al Paso del Molmo. a 124 en 1907 y a 248 en 1913(36>. .
y los omnibuses de Larravide a la Unión<32>. En 1888, informa Wonner<37> que el precio de los pasajes del tranvía oscilaba entre
A partir de 1868 se introdujo un importante adelanto técnico en el transporte: la 4 y 20 centésimos. El boleto de 4 centésimos cubría recorridos cortos: desde la Ciudad
instalación de líneas de tranvías con tracción animal. que rodaban sobre rieles de hierro; Vieja al Cordón, desde el Cordón a la Playa Ramírez, desde el Buceo a la Unión, o desde
ello aparejaba un sensible mejoramiento de la calidad del servicio. ..a Blanqueada a la Unión, por ejemplo. Viajar desde la Ciudad Vieja hasta La Blanquea-
Entre 1868 y 1880 se construyó lo fundamental de la red tranviaria de Montevideo 'la, Arroyo Seco o Reducto, desde el Reducto hasta el Paso del Molino, desde el Paso del
que comunicó los distintos barrios de la ciudad entre sí y a ésta con los núcleos urbanos 'Aolino hasta el Cerro o desde el Cordón a la Unión demandaba un gasto de 8 ~entésimos.
periféricos (Anexo No. 17). 'ara ir desde la Ciudad Vieja hasta Punta de las Carretas, Unión, Pocitos o Buceo, o desde
La primera línea tranviaria se tendió en 1868 uniendo la ciudad de Montevideo con a Unión a Pueblo Ituzaingó debía pagarse 1O centésimos. Viajar desde la Ciudad Vieja
~a Villa de la Unión, a través de los arrabales de Tres Cruces y Aldea. ·&3~ 1asta el Paso del Molino costaba 12 centésimos y desde el mismo origen hasta el Pueblo
instalaron: .tuzaingó o la Villa del Cerro, 20 centésimos. Si se confrontan estos costos de pasajes COI}
- el Tranvía al Paso del Molino, en 1869, pasando por las zonas de Aguada, Arroyo Seco, ús salarios generalizados en esa época, que ~scilaban entre 50 centésimos y 1 peso con 20)
Bella Vista y Capurro y que se prolongó hasta la Villa del Cerro en 1879; ~ntes1mos dianos(JH>, debe concluirse que el tranvía era un servicio al que los sectores
- el Tranvía del Este, en 1871, que servía las zonas de Playa Ramírez y Punta Carretas; · -wulares tenían dificil' acceso.
- el Tranvía del Centro, también en 1871, que unía Montevideo con la Villa de la Unión En la hipótesis de quee l uso del tranvía se limitara a un solo viaje diario de ida y
y el Pueblo Ituzaingó, con un recorrido paralelo al del Tranvía de la Unión,que a breve 1elta, su incidencia sobre el salario se situaba entre el 7 y el 16% en los casos más
plazo lo absorbió; vorables y entre el 30 y el 80% en los más desfavorables. Los sectores populares debieron,
- el Tranvía del Reducto (también llamado Brasilero), en 1873, que llegaba hasta el Paso ., consecuencia, hacer un uso mu restrin ido del tranvía, lo que está corroborado por las
del Molino a través de Aguada, Reducto, Brazo Oriental, Atahualpa y Paso de las ,¡adísticas de 1889 que registraron, como ya vimos, so o 60 viajes anuales per cápita.
Duranas; Con la electrificación, el precio de los pasajes de tranvía bajó considerablemente.
- el Tranvía Oriental, en 1874, que unía las zonas de Reducto y Aguada con la zona • itcha reducción tatj.faria osciló entre el 25 y el 60%. El prefio de los pasajes se fijó entre
portuaria de la Ciudad Vieja y derivaba un ramal que llegab~ has~a la Playa Ramírez; · , .1 mínimo de 4 centésimos y un máximo de 16 centésimos<l9l. A ello debe agregarse el -J

- el Tranvía de los Pocitos, en 1875, que se extendió hasta el Buceo en 1877 y hasta la .ablecimiento de un servicio especial llamado "tranvía obrero" que circulaba durante las (
Villa de la Unión en 1880; _·meras y últimas horas de la jornada de labor y cuyo costo era el 50% de las tarifas de j
- en 1878 se instaló la última de las líneas tranviarias de Montevideo, el Tranvía del .}· servicios ordinarios( 40>. -
Norte, cuyo objetivo principal era realizar el transporte de carne hacia los mercados de Por otra parte, el pasaje mínimo, que mantuvo el mismo valor que en la época de
la ciudad; partía de la zona de Arroyo Seco donde recibía las reses faenadas que el tracción a sangre, permitió, con el eléctrico, cubrir distancias mucho mayores: con un
Ferrocarril del Norte traía desde el matadero establecido en la desembocadura del río saje de 4 centésimos, que antes sólo permitía viajar ·desde la Ciudad Vieja hasta el
Santa Lucía, y recorría un circuito que unía los cuatro mercados que entonces tenía rdón, se podía acceder a barrios como Bella Vista, Pocitos, Playa Ramírez, etc. y con el
Montevideo: el del Puerto, el Chico, el Central y el de la Abundancia. ~mo pasaje mínimo, se ib~ desde la Unión al Pueblo ltuzaingó, viaje que anteriormente
1..0staba dos veces y media más.
1 Hacia el último quinquenio del siglo XIX se inició un proceso de fusión de las No bstante 1 ºderable disminución del costo del trans orte urbano ue a are- )
ºó el cambio del sistema de tracción, para muchos montevideanos aun con mua a sien o _,
Lempresas tranviarias. El paso inicial IÓ constituyó la formación de la Sociedad Comercial una carga pesada. Así lo revelan las declaraciones que una o rera de Fngori 1co Monten·

26 27
deo del Cerro hacía al diario El Siglo en 1915: su jornal era de 60 centésimos y como vivía operarios<44l, En 1889, año que señala la cúspide de la prosperidad que se produjo en la
en el Paso del Molino debía gastar 12 centésimos diarios ~n transporte, es decir, el 20% de "época de Reus", el Censo Municipal registró 22.392 obreros ocupados e9 2.682 establecí- iA
i su salario<41 >. La alternativa que tenían por lo tanto los montevideanos, era vivir cerca del \ mientos industria)es, lo que arroja una ocupación promedio que apenas supera los 8 obre- 1
} lugar de trabajo. La industria, por ~u te~dencia a locali_zarse e.~ las Areas_ Exteriores -Agu~- ros por establecimiento.
da, Reducto, Capurro, Pueblo V1ctona, Nuevo Pans, Umon, Maronas, etc.- coadyu- Hacia la última década del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, ~or· influjo
·vó, con el tranvía, a canalizar a los sectores populares hacia esas zonas. Efectivame?t~, el de la l~slactón protecc1omsta elaborada a partir de 187 5, se establecieron algunas indus-
7 70% del incremen o lacional ue tuvo Montevideo entre 1860 1908 se radico en trias important~s: Fábnca de Papel de M. Dupuy (1890), Compañía General de Fósforos
las Areas Exteriores (véase Cuadro No. 2). : (ls93), Saladero Santa Rosa (1897), Fábrica de Tejidos Salvo (1897), Fábrica de Tejidos
r No cabe duda que los territorios servidos .por el tranvía, se potenciaron en su desa- Campomar y Cía. (1900), Frigorífica Uruguaya (1902), entre otras. No obstante ello, el
rrollo urbano. La Villa del Cerro, el Paso del Molino, la Villa de la Unión Y el Pueblo de Censo Nacional de 1908 sigmo registrando la primacía del pequeño taller en la industria
tos Pocitos puntos terminales de líneas vieron acrecida su población en buena m~di~a. de Montevideo. La ocupación promedio era de 13 obreros por establecimiento. Según nos
por efecto de la presencia del tranvía. Pero también esa influencia alcanzó a los ter~1to~1?s informan Barrán y Nahum, todavía en 1913 el 95,37% de los establecimientos industriales\
1 intermedios. alentándose en ellos la instalación de industrias y sobre todo. la rad1cac1on
de Montevideo eran pequeños talleres, en tanto que apenas el 4,63% de ellos, eran fábricas J t\
de población. Esta incidencia sobre el territorio trasciende la mera prestació~ del ~ervicio de importancia con más de 40 obreros ocupados en cada una. Dentro de estos estableci-
J..de transporte, al integrarse con actividades empresariales paralelas que las m1_ smas empre- mientos, se contabilizaban solamente 14 grandes fábricas que ocupaban en su conjunto
sas tranviarias promovieron y que resultaron factores efectivos de urbanización. 8.591 obreros, es decir, un promedio de 614 obreros por establecimiento<45>.
Varias empresas tranviarias pueden tomarse como ejemplo de esa acción urbaniza- ' Esta rimacía del e ueño taller en la industria montevideana osibilitó ue las +
dora indirecta, efectuada mediante inversiones en otros campos de actividad: diferencias entre obreros atronos no se agu zaran emasiado y constituyó uno de los _
tactores causales de la ya referida carencia de vitah ad de la movilización sindical en esos
- la empresa del Tranvía a Unión y Maroñas poseía y explotaba un campo de depo~es Y .1 §s. Penmte mcluso hacer comprensible, las aspiraciones "propietaristas" de los sectores 1
~
esparcimiento sobre la avenidª: 8 de Octubre y camino Cibils, denominado Gran Par- )opulares, lo que en definitiva constituyó uno de los motores del desarrollo · urbano l {.0-t"'-'• ~
que Central, dotado con canchas de juego y otras instalaciones y que se. constituyó en t:xpans1vo.
importante factor vitalizador de la zona conocida con el nombre de La Blanqueada; -Otro aspecto que importa analizar por las implicaciones que tuvo en la estructura-
:.. la compañía del Tranvía de los Pocitos era, a su vez, propietaria del "Hotel de los .,ión de la ciudad "expandida", es el que se refiere a la localización territorial de la indus-
Pocitos" y de las instalaciones de baños de la playa; . ria. En la definición de la zona de localización iydustrial, incidieron varios factores: la
- la compañía La Transatlántica construyó sobre la bahía, en tierras de su propiedad, el :egislación normativa existente, la presencia de algunos servicios como los de transporte y
Parque Capurro, promoyiendo el área a la categoría de lujosa estación balnearia e im- ~ner ía las condiciones del sitio dimensiones costo de la tierra or e·em lo la accesi-
pulsando el desarrollo urbano de sus adyacencias. · bilidad a los mercados de colocación del producto, la cercanía de la mano de obra re ueri-
Ja, etc. , · . ~~uC... ó" 1
Un caso particular de conjunción dt: acciones empresariales, fue la que practicó la Durante los gobiernos de\River~ (1830-1834) y di,Orib,.S 0835-1838). se elahoraroa p. ~d....'.d.~
Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas del Dr. Emilio Reus<42>, al planear el 1~s primeras normas referentes a localización industrial, prohibiendo la instalación dentro ~1 \ 0 '{ci:>l.ac...~
barrio Villa Muñoz (o Reus del Norte), al mismo tiempo que adquiría la compañía de :eTreeiñto urban'? de aquellas que fueran nocivas a la higiene y la salud pública. El decreto ~-''
Tranvía Oriental que lo conectaba al resto de la ciudad. . rte 3 de enero de 1834<46> firmado por el presidente )livera, establecía que las panaderías, 't.<"<Z ~ ~ '?"<
~~bonerías, velerías y curtiembres, debían ubicarse fuera de los muros de la ciudad. El t.I:> -\-i!V'K> Le.>
decreto de 30 dxJl!?-ril ~ 1836<47> firmado por el presidente Oribe, a la vez que reiteraba t.:/l\i"<:. de \:;>
2 Localización Industrial ~l decreto anterior, fi]aba u~mzaCión específica para el ~ecimiento de hornos de ~(¡.\J ::/! ~'< -
.adrillos y saladeros: los J2.rimeros defüañ alejarse dela ciudad por lo menos_"m~dia legua" -te~ ~/\ ~1
'. 2,5 Km. aproximadamente) y los segundos, ubicarse en los territorios que quedaban al .L. . l
norte del arroyo Miguelete y el Cerrito,-y al este de Maroñas. .En razón de la conformación ..,..<ri-1<>.-.o, ~:: .
i.rbana que presentaba Montevideo en los primeros años de la república independiente ~ ~
, :ig. 6), esas disposiciones estaban referidas a la Ciudad Vieja. Las sucesivas extensiones ~e. 'e> ~ ~'
""' 11e experimentó la ciudad, obligaron a tomar dispqsiciones amphatonas de las_~onas" f:->q r<U\ f\.Qc...·
. ;ladas a la instalación de industrias perjuaiCiales: la de 26 de abril de186()f48fincorpora "\fdI> '\'"0.r~ \.~
l . : iudad Nueva hasta la calle Ejido; la de 9 de abril de l866< 49>, la extiende aproximada- ~~ 'cw "'b5o0w~
...... numero muy re uc1 o e QPerarjos rue~rio que más tarde sería la Ciudad Novísima y a los núcleos de la Unión Yf'.'.íl,\.:u... ..fvc.---
En 1884 existían 11 curtiembres en la zona de Nuevo París que ocupaban en con- del Paso del Molino; finalmente, la resolu8Órlde 10. de ¡gosto de 1868<50> amplió la zona~ ·~.W.. \
junto 109 obreros<43>; sólo una de ellas empleaba 50 operarios, en tanto que los 59 restantes · · li · ~./\./' . ....._v c.q_11 1<
ved ad a al terr1tono mitado al este por una línea recta entre Buceo y Maroñas, al norte
se repartían entre lqs otros 1O establecimientos. En 1885, de las 237 carpinterías de obra por una línea recta entre Paso de Casavalle y Paso de la Arena y por el oeste, el curso del
registradas en Montevideo, el 20% ocupaba a una sola persona, el 30% a dos, en tanto que arroyo Pantanoso hasta la bahía, más la franja comprendida entre la falda norte del Cerro
el 50% de ellas ocupaba 3 o más operarios. En el ramo de herrería, la situac;ión era similar: de Montevideo y la costa. Dentro de estos límites, se encontraba la zona de Nuevo París,
59 talleres ocupaban menos de 3 obreros, en tanto que los 57 restantes tenían 3 o más que era asiento de un número importante de curtiembres y ladrilleras. En 1884 los propie-
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tarios de esas industrias fueron intimados a que en un plazo de seis meses trasladaran sus aquellos habitantes que no deseaban ? no podían ac~eder a la vivien~~ en propie~ad. _
establecimientos a zonas habilitadas<51>, lo que provocó una fuerte oposición de los indus- Para los estratos sociales de ba1os recursos. el mversor respondio con una tipologia) T\ ,
triales. El gobierno debió ceder, retrotrayendo el límite de prohibición a los caminos a Las habitacional específica: el "conventillo". 1
Piedras ·y al Cerro<s2>. · _ "Se trataba de c;psas colectivas divididas en habitacione! arrendables_independier:te- ) 1
Í Esta legislación. más la oresencia del puerto metropolitano. el trazado de los ferro-J mente y con servicios generales agrupados para uso en comun. Las soluc10nes conoo1das \
carriles Central, del Est~- y ~el No~e, y los tranvías urbanos, contribuyeron a la definición van desde una simple fila de habitaciones, a veces teniendo como único esvacio exterior t\
de zonas de concentraqon mdustnal. · · el de Ja calle, hasta los más complejos que conforman uno o varios patios, can uno o más. \
Las industrias "nocivas". calificación que alcanzaba a las que trabajaban con mate- ) pisos. '"55J ·
riales putrescibles o peligrosos. se establecieron preferent_s;mente en las proximidades de
Maroñas, Unión.. Nuevo París y Pantanoso, zonas habilitadas por la legislación, servidas Junto a edificios que se construyeron expresamente con ese destino, existieron otros
por el ferrocarril y el tranvía, y adyacentes a las grandes rutas de penetración desde el que eran grandes viviendas obsoletas adaptadas para su arrendamiento pieza por pieza.
interior del país. Esas fueron las áreas de localización prevalente de saladeros, curtiembres, . \ Este tipo de conventillo adaptado, que padecía mayores carencias que el conventillo pro-
graserías, velerías, hornos de ladrillos, industrias químicas, efe. piamente dicho, se encontraba con más frecuencia en el Area'Central y particularmente en
Las industrias inocuas (las que procesaban materiales inertes o difícilmente perect: ) la Ciudad Vieja.
bles), en la medi~a gue care~í~n de mterdicciones de loca!izacion, prefmeron rad_icarse en - La población alojada en conventillos, no alcanzó en Montevideo el peso porcentual
zonas más urbamzadas y proximas al puerto. al ferrocaml y al mercado consumidor. que se re2istró en otras ciudades latinoamericanas. En Buenos Aires por ejemplo, en 1887,
La introducción de nuevos procedimientos técnicos, hizo que industrias antes consi- · más del 25% de sus habitantes vivía en conventillos<56>. En Montevideo en cambio, la - 1
deradas nocivas, perdieran esa condición y pudieran también optar por una localización ">oblación alojada en ese tipo de vivienda fue siempre inferior al 15% de la población total. \
más central. Esto ocurrió con la fabricación de jabones y algunas industrias químicas. El cuadro. No. 3 recoge la información disponible referida a diversos años del perío-
Muchos aserraderos, manufacturas madereras y la mayoría de los molinos harineros io que estudiamos.
y las fábricas de fideos anexas, tuvieron su emporio en la Aguada con prolongaciones hacia
Arroyo Seco y Reducto: La industria de alimentos -chocolates, dulces, galletitas, licores,
cerveza y otras bebidas~ se afincó preferent~mente en los barrios Reducto y Capurro. La
industria lanera - lavaderos, hilanderías, tejedurías y confección de vestimenta- se estable-
ció mayoritariamente en la franja aledaña a la bahía, asiento de los barrios Arroyo Seco,
Bella Vista, Paso del Molino y Pueblo Victoria. La industria frigorífica se nucleó en el
Cerro y sus adyacencias. Otra zona predominantemente industrial, fue la de Peñarol, aun-
que sólo se instalaron allí los talleres del Ferro Carril Central. La industria montevideana, '
aún incipiente, comenzaba así a definir nuevos paisajes urbanos (Fig. 13 a 20).
Piria, en 1897, refiriéndose a Maroñas, la denominaba "nuestro Manchester"<53> y
un historiador contemporáneo califica a las zonas de Aguada y Arroyo Seco, como "un
pequeño Birminghan"<54>; ambos, aludiendo a su marcado carácter fabril.
f Estas concentraciones industriales, fueron polos de atracción para nuevas radicacio- ~
nes de una población que buscaba aproximarse a las fuentes de trabajo. primordialmente
con el propósito de evitar el elevado costo del transporte tranviario. A ello contribuyó el
No obstante la menor incidencia numérica q ue trasuntan las cifras para el caso de
es eculador realizando fraccionamientos de tierra ocasionalmente al unos ro ramas r'
Montevideo,(el hacinamiento, la promiscuidad, la deficiencia 'de servicios y la falta de
habitacionales, en el entorno de las áreas fabriles, destinados preferentemente a la pobl -
hi iene -cam o ro icio para el desarrollo de las enfermedades los vicios la criminali-
ción obrera.
dad- confirieron al conventillo, erfiles dramáticos 8>. Las autoridades, a esar de la men-
talidad liberal dominante se vieron obli adas a inte enir re lamentándolo En 187 1 l
1878 se dictaron sendos re lamentos tendientes a atenuadas condiciones de lorables ue~ /t\
r3 La especulación inmobiliaria en el campo_de la vivienda presentaba ese tipo de aloj~miento< 59>. Ambos reglamentos obligaban a los "encar2ados" de-
Jos conventillos a velar por el buen estado de aseo, a la vez que prescribían gue los mur.os .
El crecimiento poblacional de Montevideo y la consideración de sus áreas adyacen- tabi ues fueran de mampostería revocada y " los techos sin filtraciones construidos de
tes como territorio potencialmente urbanizable, despertaron el interés de los capitalistas material con exclusión de madera me al o filtros" los atios letrinas enlosados con
añte la posibilidad de realizar negocios inmobihaños de alta rentabilidad. Esa expectativa a e escurrimiénto de l s a uas el suficiente a rovisiona-
cletinverSor, se tradujo en una mtensa actividad especulativa en el orden territorial y e~ miento de a ua ota e a a i acion de las habitaciones. El resto de .}as
menor medida en el eillticio, convirtiéndolo en el agente propulsor del desarrollo expansi- disposiciones, hacia r.eferencia a con ro po icial de la identida y estado sanitario de los
..Jo·de Montevideo. habitantes .
En el campo de la inversión edilicia se verificó una intensa corriente de colocación ) Por su magnitud, algunos ejemplos dan evidencia de la importancia que el inversio- x-i f
de capitales en la construcción de viviendas destinadas al arrendamiento, para alojar a nista otorgó a este tipo de vivienda.
f

30 ·1 31
/ .

) Y-
-.tconve~tillo RissB(conocido popularmente .como "Medio Mundo"). Fue construido cía la escasa demanda del poblador de las Areas Ex~eriores por ~l conven~il~o· y por co~si-
. te no se aventuraba . a proyectar allí operaciones demasiado . ambiciosas. Podnan
en 1883" en el barrio Sur de la Ciudad Nueva (calJe Cuareim entre las de Durazno e Isla p~, .
de Flores). Poseía 40 habitaciones dispuestas en dos plantas en tomo a un ran ati indicarse, a modo de hipótesis interpretativa del hecho s~ñalado, las diferentes estrategias
central
.....,_........ (Figs. y s serv1c1os se reducían a sólo 4 pequeñas letrinas y carecía de t razadas ·por los sectores populares, en cada una .de esas
.
areas urbanas.
.
.
rt t
cocmas<60>. / En el Area Central, procuraba obtener alojamiento permanente un n:nep an e con- (
·¡__o_:n-ve-n~ti;::.l:l:-o-B~--e--:t:-1Fue construido en 1887 en el barrio Cordón norte, cerca del de t"ngente de sirvientes y trabajadores s."informales" (lavanderas, costurerast "llJstrabotas,
Agua a calle Gabotoentre Cerro Largo y Paysandú). Se componía de 86 )habitaciones c~angadores, mandaderos. etc.) buscando la necesaria pr~ximidad resnecto a los estratos ,-
\ económicamente dominantes, gue constituían sus potenciales empleadores. El alto · co~to
dispuestas en dos plantas alrededor de 2 patios (Fig. 23). Los serv1c1os consistían en 20
lefnnas y 4 cocmas ,eolectivas<601. relativo de la tierra en el Area Central, imposibilitaba a_los inte~r~ntes de ese grupo _social t
ans e on evi eano Fue concebido por el ingeniero italiano Luigi Andreoni constituirse en propietarios y ni siquiera en arrendatanos ~e viviend~s -aun l~s ~as hu-
~i en 1887. Había de ocupar la tota idad de la manzana limitada por las calles lbicuy (actual mildes- quedando pr~cticamente el conventillo como su úmca alternativa de alojamiento. .
Av. Rondeau), Queguay (actual Paraguay), Guatemala y Panamá, en el centro del barrio En las Areas, Exteriores, en cambio, vivía un alto número de obreros. arte~anos y
Aguada, pero no llegó a construirse ~onsecuencia de la crisis económica que afectó al modestos empleados integrantes de sectores medios oon ~ierta capacidad económica que
paiSén 1890. EíprÓ ecto constaba de cuatro plantas con 114 habitaciones cada Uña{Pig. les permitía arrendar pequeñas viviendas y aun formar cierto ahorr~ que l?s colocaba en
24heotsponían 12 letrinas en cada piso y una cocina centra zada para todo el edificio, condiciones de planificar, en un futuro próximo, su acceso a ~a propiedad i_~mueble. Ello
en planta baja. La denominación de "Fala · " iere la aplicación de la teoría indujo al inversor a dar respuesta a t~les expectativas, m~diante la cre~~i_on d~ nuevas
social de Charles Founer, no ogra ocu ar el propósito especu a 1vo que encerra a a ope- opciones. Por esa vía, las ~reas Extenores fueron escenar~o de la apanc1on de ~l~unas
raclón pro ectada-:-Era, en los hechos - .. ntillo" de vastas e infrec imensio- ,tipologías habitacionales menos elementales gue el com~.entillo, pero cuyo arrendamiento¡~ J
nes planeado con mes de h1cm<61). btaba al alcance de pobladores de menguados recursos. . . " Ti 11..4
~ onvent1 o Lafone. ue construido en 1891 en el batrio Aguada, en la esquina Una de las tipologías más frecuentadas fue· la constituid~ por apa~a~entos en
de las cal es ueguay (actual Paraguay) y General Tajes. Constaba de una sola planta con > 0tira". Esta solución se componía de una sucesión de modestas umdades de vi: ienda con 2
3 habitaciones cocina baño adosadas a un corredor central o later~l (Figs. 25 a ,28).
23 habitaciones en torno a 2 patios y un local para comercÍÜ:LOs servicios cons1stlan en
7"1etnnas y 12 cocmas. S1 bien por sus dimensiones, este ejemplo no es excepcional, su En ocá.siones el corredor era accesible desde una sola calle, en tanto que en otras realiza-
singularidad radica en el empleo, para su construcción, del hormigón armado según el ciones atrav~saba la manzana constituyendo un verdadero pasaje peatonal. . . .
sistema Monier. Este procedimiento constructivo,-aphcado allí por primera vez ~n el país, 'Ejemplos particularmente señalables de viviendas de arriendo para famihas de ba-
constituía la más avanzada técnica disponible en la época<62l. . .
jos ingresos, fueron los grupos habitacionales par~ ob reros que Al . Rossell y R.m s( 63),_ en J.,..,,
. e10
\ actitud teñida de filantropía, construyó en_ el_bamo_Reduc~o (Fig. 29 y 30) entre los anos · ( \
El Censo Nacional de 1908 aporta datos que analizados con detenimiento, revelan 1907 y 191 O, próximos a grandes establec_im1e~~os mdus_tnales. Se trataba ~e tre~ si:upos
las tendencias de localización del conventillo en el contexto de la expansión urbana. con un total de 156 viviendas,destinadas a fam1has de ba1os recursos, en las mmediac1ones
de la Fábrica de Chocolates Saint y de la Compañía General de Fósforos.
Concurrente al mismo propósito, aunque con otro sentido, fue "la actitud asumida ...,. ¡J\
.
Cuadro No. 4 - CONVENTILLOS DE MONTEVIDEO
. EN 1908 por algunas empresas al edificar grupos de vivi~nd~s para su personal. En~re ellas se desta: . J
can el Ferrocarril Central del Uruguay y la Fngonfica Uruguaya. La pnmera, construyo /
Pobl. No. Hab. en 0
/o No.de No. de Prom. de 6
en 1890 un barrio para sus obreros (Fig. 31) y empleados JUI).to a los talleres de Peñarol< 4J; _, oti I
Total Conventillos Conv. · Piezas Piezas/ la Frigorífica Uruguaya, hizo lo propio e~ 1903 en su establecimiento del Cerr~< 65 >. .
Conv. Los sectores de mediana capacidad económica también cayeron en la mua del m- ~
AREA versor privado. Para ellos se concretaron realizaciones edilicias que iban desde vi~iendas }.
CENTRAL unifamiliares que multiplicidad de pequeños capitalistas construyeron en forma dispersa l
S. Jud. en toda la ciudad (Fig. 32 y 33), hasta medianas y gran~es casas de apartamentos y aun ...~) _
1a. a 6a. 90.061 17.727 ( 19,68 ) 357 conjuntos habitacionales de Tayor entidad (Fig. 34. a 36).
6.853 19,20 '<;._ •
Entre las viviendas individuales tuvo especial.relevancia una tipología que Giuria(6&l 1 A A
AREAS
EXTER.
,denominóf"c@sa sta~ (también denominada casa "de patios" o, para el c~so argenti~o , ¡u) ty. I
217.518 17.137 7,88 773 6.330 8,19 casa "chorizo") gue, por el elevado número de realizaciones, otorgó una especial fisonomia
a barrios CQ_mo Cordón, Aguada y Reducto, donde proliferó (Fig. 37). La planta tip? estaba J \\
compuesta por dos piezas al frente separadas por el zaguán de acceso y una hilera de
En el Area Central, el 19,68% de su población vivía en conventillos, en tanto que l habitaciones sobre unod;IOs muros medianeros, enfrentadas a dgs patios abiertos o techa-
en las Areas Exteriores sólo lo hacía el 7,82%. La menor aceptación del conventillo por dos cop claraboya<67>. El patio· principal lfodaba con las· piezas del frente y a él llegaba el
parte de los habitantes de las Areas Exteriores, también se manifiesta a través del reducido zaguán.' El otro patio, ai que se enfrentaban los servicioS'(cocina, baño, despensa, etc.), se
tamaño que allí tuvieron los edificios construidos con ese destino. El número de piezas _ubicaba ~.n la zona posterior. Con frecuencia. sobre los servicios se disuonía un entrepiso
promedio, era en las Areas Exteriores, de 8, 19 por edificio, mientras que en el Area Central para distintos usos (habitación de la servidumbre, depósito. etc.). con acceso a la azotea,
alcanzaba la cifra promedial de 19,20. Esto parece indicar que el capitalista inversor cono- Los patios estaban separados por una habitación generalmente utjhzada como comedor.

32 33
La fachada, muy característica, presentaba la puerta del za~uáxi Y dos o tres ventanas con de Aguas Corrientes de Lezica, Lanús y Fynn que en 1873 toma a su cargo la venta de
,balcón que correspondían a las habitaciones del frente . solares en Villa Colón; y el de varias instituciones bancarias montevideanas que anexan
La "casa standard" también estaba tipificada por su forma constructiva, basada en departamentos inmobiliari~s< 12>. .
una estructura mural de mampostería y una cubierta de bovedillas cerámicas sobre vigue- La em resa inmobiliaria partió del supuesto ue entre los mte
tas de hierro trafilado<68>. · · .
Se conocieron realizaciones más complejas, donde la planta standard se duplicaba en en emen e ca tar os como clientes de sus ne ocio t · ' \
00
torno a un eje de simetría, y al!n ejemplos en los que en planta alta se disponían viviendas mo a una a il romoci -n ubh 1tana a la i
de similar conformación. · u ac11t ran i
Menos generalizada.,.avnque imponien~~ Y! desde las dos últimas décadas del siglo os pro e 1mientos de captación puestos en juego, reveladores de una fecunda
XIX su presencia urbana renova~ora, se _reg1str? -;sobr; todo en el Area Central- un~ \\ inventiva, se rasuntan nít1 amente en la promoción publicitaria para la venta de solar~s
·nueva tipología de vivienda. La mis~ esta constltmda por el edificio de apartamentos en que el ~sp ulador inmobiliario realizaba a tra~é.s de afiche~ de d~s~ribuci~n callejera o
altura, producto de" !a trasposjción d~ modelos europeos. especi~_lmente fr~nceses. A pesar _ anuncio ublicados en la prensa< 73>. En esta actividad, Fr:anc1sco Pma fue p1oner? y co~- ®
l de su notoria significación en el ulterior proceso de transformac1on de la cmdad, se d.escar- ductor; muchos de los artilugios habituales y generaliz.ados, fueron producto de su mvent1-
A ta aquí su consideración detenida, por estar destinada a usuarios de recursos más holgados Vadando muestras de una imaginación desbordante. ~
r ' Algunos de los usuales mecanismos de captación apelaban a resqrtes psicológic~s
que los del sector popular. . . . . · < • •
Entre los conjuntos habitacionales que construyó ehnvers1omsta pnvadq, sobre~a­ en procura de impactar la mentalidad del montevideano medi°' otros en cambio se diri-, ~ J- ,..._e).
len notoriamente los que realizó la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas, bajo gían a la razón, tratando de demostrar la viabilidad económica de las propuestas y las . º•i
la conducción del ya citado financist~_españolffü._Emilio Réüaj Entre los años.1888 y 1892 ventajas de los solares que se ofrecían en venta. ., ~~
esa~P-añía financiera const~os 5amos: el_!!!rrio ,!teus del Sur . el Ba · __ d~l Entre l~s rec~rsos publicitarios que recurrían a la psicología de masas, se destacab n t'
Norte,conocido más tarde con el noriilirede-v1l a noz. pnmero, situado en el Barn ' con mayor ev1denc1a: .
Cordón Sur, en la manzana que forman las calles Isla de Flores, Minas, San Salvador Y - Los anuncios en la prensa (en ocasiones invertidos respecto a la tipografía general de la
Tacuarembó (actual Lorenzo Carnelli), se compone de dos bloques en dos plantas y man- página). ·
sarda habitable, con 96'unidades de vivienda (fig. 38). El segundo,construido en las proxi- - Los afiches con llamativos dibujos -muchas veces humorísticos- o con textos de insólito
midades del barrio Reducto.en un predio de casi 10 hectáreas, se componía de 498 vivien- r.
conteniao. Uno de ellos,por ejemplo, proclamaba con gruesos caracteres: "Pueblo de los
das de diferentes tipos<69 l agrupadas en edificios mayoritariamente de dos plantas, Pocitos. Gran centro de la high life, de Ja nobleza uruguaya ¡y de las lavanderas_!"f 74J_
constituyendo un conjunto de unas 20 manzanas (Fig. 39 y 40). · - El gran show que generalmente se montaba en torno a las ventas de sola~s. Todo ~
iñ1ciaba con una caravana de tranvías precedida.por una banda de música, que traslada-
ba gratuitamente a los interesados ha "nuevo barrio" que se remataba. Luego, en los
La especulación inmobiliaria en el ámbito territorial interva os del remate, se sucedían atracciones diversas dntre las que no faltaban los
juegos pirotécnicos y las bandas de música. Al finalizar. los concurrentes eran agasajados
con un "banquete", como elgue anunció Francisco Piria para el 20 de abril de 1884,
En una valoración global de los factores incidentes en el roceso ex ansivo
Montevideo liberal, so resale la acción evada a cabo por e especulador en tierras. ·Esta cÜn motivo de la inauguración del Barrio Artigas:
acción adquuio enorme importancia por su gran volumen operativo, así como por la "Después del rematazo ¡Lunch!
cOñtinuidad con que se desarrolló. 2. 000 suculentos pasteles de carne a la Visillac!
,Parece.ia e el verdadero materializador de la expansión urbana fue
t el em resario i mobiliafio, y el agrimensor a su servicio e concreto disena or . e su
500 alfajores con dulce de leche a la Mangones!
500 pasteles de "Cremona" legítimos, a Ja Playitas!
trama< 70>. A ellos correspondió la tarea e realizar el fraccionamiento _de grandes predios 100 botellas de champagne Granja Amortizable!
para convertirlos iñ nuevos barrios de la crndad que, en elevado número, generaron la ~ 500 litros de vino blanco Revolución!
conurbac1on que expenmentó Montevideo a partir del último cuarto del siglo XIX. Des<te Pan y bizcochos en abundancia.
la década del 60 se constituyeron con tal propósito, multiplicidad de compañías inmÓbilia- 5. 000 cigarros marca Moral Administrativa!
rias entre las que sobresalieron por la cuantía de sus operaciones, la "Sociedad Porvemr" Toda la inmensa cantidad de fruta que hay en Ja quinta queda a Ja disposición del
e;-1864, la "Sociedad de Fomento Territorial" en 1867, la "Sociedad de Fomento Monte- público ¡Para postreJ"r75J
videano" de Marcclino Santurio y Florencio Escardó, la "Sociedad de Fomento de las Tres
C ruces"'' y la "Sociedad Anónima Cornelio Guerra y Cía.", todas ellas formadas en 1868, La estridencia de la publicidad habitualmente realizada por el especulador inmobi- ¿
1..a comercial" fundada por Florencio .Escardó en 1871, y sobre todo "La Industrial" que
liario, impedía que el público estuviera desinformado respecto a la oferta de solares. ~
creó el carismático Francisco Piria< 11> en 1873. q,no de los temas frecuentemente manejados por el especulador como herramienta
El éxito obtenido por estas empresas incentivó su multiplicación, a ·1a vez que im- psicológica en la promoción de sus negocios, fue el de la salud.
pulsó a otras que originariamente operaban en ámbitos diferentes, a incursionar en el
La población alentaba un miedo cerval a las enfermedades, especialmente las epidé-
campo de los negocios inmobiliarios. Tal es el caso del Ferrocarril Central del Uruguay '¡ micas, que frecuentemente azotaban a la ciudad dejando trágicas secuelas<16>. Hasta los
que en 1872 realiza el Pueblo Ferrocarril,adyacente a la estación Colón; el de la Compañía
~ybrimientos de Pasteur, se desconocía la existencia de microbios y virus como agentes
34
35
·".·· \
mórbidos, aun dentro de la ciencia médica. Se creía que las enfermedades eran producidas
por "miasmas" y "emanaciones". En consecuencia se consideraba que la remoción del aire
1
La generalizada aspiración a ascender en la escala social, fue utilizada hábilmente ~M~ 'O
por el viento, la ventilación o cualquier otro medio, constituía una tera ia eficaz. A tal
gra o es a a arra· ,con motivo de la epidemia de fiebre amarilla del
por el especulador inmobiliario. :J.
..S 'J J 4l
En la venta de terrenos, sé destacaba con frecuencia la vecindad ~e instituciones
año 1857; un periodista llegó a proponer, sin que aparentemente provocase el asombro
---prestigio_§as, de personalidad~s notorias del intelecto, la política, el comercio o la industria,
público, disparar cañonazos al aire para remover la atmósfera y dispersar las emanaciones
0 la proximidad de familias pertenecientes a los sectores alfós de la sociedad, para refren-
perniciosasm>.
dar la jerarquía de los predios ofrecidos. El prestigio de tales prominentes instituciones y
De todo ello hizo caudal el especulador inmobiliario y, en forma velada o directa,
personas, revertía de algún modo en la calificación de sus vecinos de menor status, lo que
seria o socarronamente, casi nunca dejó de traer a la memoria de la gente el tema de la
hacía apetecible afincarse en su cercanía.
salud en a o o de su ne' ocio. En forma insistente se hacía alusión · ·
Pero por sobre todo, se aleccionaba a los potenciales adquirentes a través de la

i
higiénicas de los barrios ofrecidos en venta.
1 ') exacerbación de la mística de la propiedad. Dos aspectos eran los destacados: la propiedad_
La consideración de la calidad sanitaria de los barrios no fue por cierto una inven-
, coJJULpªnacea social y la propie@d como signo.....de.Jiqueza.
ción del especulador inmobiliario montevideano, sino que venía avalada por la ciencia
- n la consideración del primer aspecto, resulta ejemplo elocuente lo expresado por
higienista europea que en la segunda mitad del siglo XIX había hecho progresos
Piria: .. "el ahorro se hace carne en el novel propietario, que comienza a ahorrar para pagar
considerables. e erreno y Juego ahorra con que hacer una casilla para meterse en ella y economizar el
Partiendo de las denuncias que escritores como Dickens y Víctor Hugo o r.rforma-
alquiler. Vivirá más restringido pero vive en Jo que es suyo. ¡En su propiedad! Santa pala-
dores sociales como Owen, Fourier Engels hicieron de la situación degradante de la
bra que cambia al hombre, transformando muchas veces en tacaño, a un derrochador; a
us na , pasan o por os progresos rea iza os por a micro o ía, en to os o
un vicioso, en un ser perfecto; a un padre despreocupado del hogar, en el hombre más
ámbitos mveles de la socieaad se orno conciencia de los problemas higiénicos. Es así
amante de Ja prole, de Ja esposa y de su casa. •'(251
ue la hi iene a licada mereció una consi eracion mu es ecial de la le islación la ense- 1 '
. Tempranamente las
;.;::=~~~§~~~~;:;;5~~E=~~:?~~~:::=:::=::;::::::=;r,:=m~cole des Beaux Arts", Vale también como ejemplo la siguiente proclama que argume"hta en el mismo senti-
incorporaron a sus planes de estudio asignaturas referidas a higiene y salubridad. La propia do, apoyándose en la sorpresiva teoría de concebir la banca como agente regulador de la
Facultad de Matemáticas de Montevideo, creada en 1885 a imagen de la escuela parisina,. distribución social de los bienes: "la propiedad es la suprema razón que arraiga a los
fue también alcanzada por la ~isma preocupación, incorporando diez años después, en su hombres, y les quita el carácter errabundo, haciéndoles adquirir hábitos de
trabajo".~. "El
plan de estudios, el curso de Higiene Pública. Los nuevos conceptos higienistas incorpora- Banco Popular del Uruguay que tiene por fin loable la cooperación mutua, la repartición
dos al ámbito científico y técnico se vulgarizaron al grado que rápidamente los asimiló el justiciera de Jos bienes que pueden disfrutarse para que la prosperidad extienda su acción
ciudadano medio. . protectora a todos los hombres de but:na voluntad y sanos propósitos, ha quf!rido llevar a
Consciente de la -situación referida, el especulador la aprovechó, destacando las) Ja práctica, dentro de sus poderosos elementos, esas doctrinas de un socialismo factible,
favorables condiciones "sanitarias" de los solares que ofrecía en venta, alu_diendo ~n especial · ofreciendo sus terrenos en pequeños Jotes para que centenar.es de personas los puedan
énfasis a la altitud de los terrenos. De ese modo se aseguraba al potencial adqmrente que adquirir sin esfuerzo alguno, sin violentar sus medios de vida normal. "(261
los predios no eran inundables y que la atmósfera se purificaba con las brisas permanentes.
Aludiendo a las condiciones de salubridad que la mentalidad de la época asignaba El enri uecimiento, que era tenido por uno de los medios más eficaces ara ascen.J
a la altitud de los terrenos, un rematador calificaba a un nuevo barrio de sugestivo nombre der socia mente ue toma o también con es ecial énfasis or el es eculador inmobiliario
-"Aires Puros"- como "nido de Cóndores"<79>. - -- como tema propagandístico. Se instaba, en e ecto, a Jos pobladores a hacerse propietarios,
Otras veces se recurría a un lenguaje más directo y ocurrente: §que la promedad mmobihana era la objetivación más evidente de la riqueza. Se prego-
"En este barrio inundado de vivificantes rayos solares, que depuran Ja atmósfera, naba que mediante el ejercicio de un ahorro metódico se podíl) alcanzar esa propiedad y
con torrentes de oxígeno que lo embalsaman, no tienen entrada los médicos. ¡Allí se mue- por ende, laprospendad económi«.a. G •

ren de hambref''(90J - El siempre desbordante Piria, brinda nuevamente un apoyo testimonial: "con aho-
"Los médicos que en este Edén se establezcan se funden porque Jos habitantes rrar un cigarrillo de papel, 2 vintenes de tren y un escarbadiente por día se puede adquirir
revientan de salud''(91J uno de estos lotes y al cabo de 30 o 40 meses, antes de concluir de pagarlo valdrá 1O veces
"... en la parte más alta de los alrededores de Montevideo con un panorama privi- más del precio al que hoy Jo pueden comprar. Vendemos por mensualidades pequeñas,
legiado (una verdadera Suiza)"... "el más alto, el más sano, como Jo certifican los principa- bien pequeñas, para que todos Jos que aún no son propietarios y ganan poco y pueden
les médicos higienistas: un verdadero «Sanatorio» ' "f82J ahorrar algo, aprovechen el momento y adquieran uno qe estos lindos Jotes asegurando sus
economías y formándose así insensiblemente un verdadero y sólido porvenir.
Frente a tod¿ lo expresado, resulta., paradoja! sin embargo, que un elemento tan~ ¡El hombre que tiene algo: vale algo! El que nada tiene, nada vale y siempre está en
esencial oara el control sanitario de la población como el suministro de agua potable, las puertas de la miseria. No olviden el refrán criollo y bastante real: "El hombre pobre
jamás apareciera mencionado en la publicidad de los nuevos fracciol!_amientos. Ello se hiede a muerto" ¡que es derivado del antiguo refrán de Cicerón: "Homus senza pecunia
r explica por la circunstancia de que los nuevos barrios. en sy etapa fundacional. carecían
de ese servic.io. La extensión de las cañerías de aguas corrientes, r~cién ~e efe~tuaha cuando /
el barrio contaba con una población suficiente para hacer rentable}a mversión.
consideratus mortus es"!. •'(8JJ
Para los que oyeran este llamado, se vaticinaba un futuro de prosperidad por haber
desatado la reacción en cadena de la fortuna:

36


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. /
~ ¡ r~Aµüí
"Como el nuevo propietario estaba acostumbrado ya a economizar siguió ahorrando Además de los instrumentos de atracción psicológica seña1a96's, el especulador elabo-
~1'A,;~;00J
y construyó una pieza Tuyo casa y casa suya, fruto de su trabajo sacrosanto, de su sudor
virtuosamente acumulado.
ró también numerosos mecanismos de ca tación diri idos a la razón destacando las ondi-
ciones materiales de los solares y las favorables condiciones de venta propuestas.
_ Como ya se consignó, la existencia de servicios tranviarios era destacada enfática-
· '1 l"'
Las economías aumentaron desde entonces, y poco después, el que antes no tenía .(',4 ~°"'
nada, y que gracias a las facilidades de La Industrial fue improvisado, sin un centavo, en mente si resultaba conveniente a los fines del vendedor se mencionaba también el recio
(f)
propietario; en muchos casos haciendo del desordenado, del despilfarrador, del vicioso y
algunas veces hasta de la crápula un hombre virtuoso y ordenado; pues ese infJujo benéfico
produce sobre el hombre el hábito del ahorro. El que antes no tenía nada, fue propietario
de la tierra, después fue dueño de la población (se refiere a las construcciones levantadas
en el predio) y sus ahorros aumentaron porque no tuvo que abonar mensualmente el
del pasaje. En la propaganda de venta de solares se hizo manida la frase: "Tranvía de 2
vintenes<81> a la puerta", para indicar que al barrio rematado se accedía· con el pasaje de
precio mínimo.
_ En ocasiones, se aludía a la existencia de fábricas importantes en las cercanías, en
la medida que podían constituirse en fuentes de trahajo para Ja población que allí se
g ~)

alquiler. Entonces sólo pensó en emplear todas sus economías en Ja construcción de una afincara. ,
nueva pieza para alquilar y desde ese día fue Rentista. Anunciaba Piria en 1897: "Localidad espléndida. Terrenos de inmenso porvenir.
Ya contaba al fin de cada mes como recursos con lo que se acostumbró a ahorrár . Está ubicado, o mejor dicho enclavado en el centro de nuestro Manchester, en medio de
desde el día que empezó a vivir en su casa y con lo que le producía la pieza alquilada. Seis todas las grandes fábricas. Circundan el nuevo Barrio Industrial la~ fábricas de Villemur,
meses después tenía capital para hacer otra pieza y así sucesivamente construyó gradual- Jaume, Natale, Cambiasso, Fossati, Harambure y cien más cuyo detalle omitimos, pues .
mente un buen edificio. habría para llenar una columna del diario. "< 53>
Fue feliz; vivió tranquilo en Jo que le costó su trabajo y privaciones y tuvo para la Entre los señuelos publicitarios más recurridos, estaban los que hacían referencia a
vejez una casa en donde pasar tranquilo sus días; y como las rentas aumentaron, y la los aspectos económicos y,particularrnente,a las formas de financiación propuestas.
economía ya inveterada no se abandona tan fácilmente, con el capital que fue de continuo Los sistemas ~ago más usuales, se basaban en~a división del precio total del solar
acumulando compró otro terreno; construyó otra casa: y el trabajador ahorrativo, ordenado en múlfiples cuotas mensuale~ Ese sistema de financiación se ofreció en dos variantes.
y económico, concluyó por ser Rentista. ''<84J (i) Una de ~llas -la más generalizada- consistía en la oferta 9e solares en venta pe;;-
el sistemá
Estos supuestamente predestinados de la fortuna eran permanentemente convoca- de subasta pública) estableciéndose habitualmente un precio base para la unidad métrica
dos al éxito: · y predeterminándose el número de cuotas para efectuar el pago. Los oferentes pÚjaban
"Alerta Sindicatos sobre el precio de la vara o del metro cuadrado, según los casos, y el solar se adjudicaba a
No descuidarse especuladores<85J porque no todos los días se venden lotes tan lindos quien hacía la oferta más alta. El precio total resultante se dividía.por el número de cuotas
como estos pagaderos.en ¡40 mensualidades! sin interés. ''<86J predeterminado, fijándose así el monto mensual a pagar. Los valores estaban siempre
referidos a la venta a plazos; en algunos casos se ofrecían descuentos especiales para aque-
La propuesta de un posible enriquecimiento general y al alcance de todos que reali- llos compradores que estuvieran dispuestos a efectuar el pago al contado.
zaba el especulador inmobiliario, era una flagrante falacia. Es condición inherente y nece- 1,) La otra variante, que era invención de Francisco Piria y de su uso casi exclusivo, se
saria del capitalismo que la riqueza beneficie a una minoría privilegiada en detrimento de caracterizaba porque a cada solar se le preestablecía una cuota mensual fiJ·a· en el remate
< ' '
la masa desposeída. Pero tal consideración no cabía enia mentalidad imperante en la los oferentes pujaban sobre el número total de cuotas a pagar. Las cuotas mensuales fijas
época, la que asociaba indisolublemente el éxito económico con los atributos individuales oscilaron entre $1 y $5, según las variadas circunstancias emergentes de la ubicación o del
~ ositivos (trabajo, ahorro, perseverancia vida metódica la pobreza con los I)egativos tamaño de los solares.
(abulia, imprevisión, vicios). La justicia social no entraba en el juego. Aquella generalizada La promoción del primero de los sistemas an9tad@s, destacaba los largos plazos
creencia fue hábilmente manejada como recurso publicitario y como tal cumplió su ofrecidos que oscilaban entre 20 ó 30 meses, hasta alcanzar en la primera década del siglo
cometido. Y en casos excepcionales, 150, 200 ó hasta 300 meses (25 años)<88>. En el segundo, se hacía
El especulador inmobiliario consideró con particular atención la cli:entela potencial hincapié en la exigüidad de las cuotas. Pero uno y otro sistema de venta financiada son
constituida ·por la importante masa de inmigrantes gue integraba la población de Montevi- reveladores de la existencia de una gran confianza en la estabilidad monetaria y ~n la
deo. Respondiendo a esta circunstancia, ensayó como recurso psicológico de captación, en solidez de los valores del bien raíz. .
los nuevos barrios, la utilización de· una nomenclatura apropiada, tendiente a sensibilizar Cualquiera fuera el sistema de financiación manejado, la promoción publicitaria ·
la fibra sentimental y patriótica de aquel sector, a través de denominaciones que evocaban ponía e~ acento en que los solares ofrecidos estaban al alcance de los má_s pobres. Piria,
su historia su tradición sus lu ares de o i en. Muchos de los barrios creados fueron con su mveterada exageración y particular humorismo, expresaba: ."500 solares algo más
bautizados con nombres que concurrían a ese propósito:· Colón (1868),' Castro Urdiales que a largos plazos. Pagaderos a voluntad del comprador!! Y si a Uds. les place y a mí no
(1874), Castelar, Garibaldi, Nueva Roma, Caprera y Víctor Manuel (1879), Nueva Savona me desagrada podrán pagarlos ¡TARDE! ¡MAL!,Y ¡NUNCA!"<89J
(1880), de los Españoles, y Nueva Génova (1881), Méndez Núñez (1884), de los Italianos
(1885), Bella Itaiia (1888), ·Umberto lo. (1890), Italiano (1891), Villa Española (1906),
Marconi (191 O), etc. , E~ otra ocasión, anunciaba: "los solares se venderán a pagar un peso por mes, pues
Es, también, demostrativo de lo expuesto, lo anunciado por el diariq La Tribuna,del
as1 e~taran al alcance de todas las personas pobres, trabajadoras y económicas que en todos
11 de mayo de 1879~ con motivo de la inauguración del barrio Vittorio Emanuele II. Se los. tieml!,os han sido la base angular sobre la cual ha surgido imponente el progreso en Ja
lee allí: "Después de colocada la piedra fundamental se hará en honor del rey Vittorio IT • edificac10{1 de la capital y sus contornos. Este remate es para los pobres, es para los obre-
Emanuele una salva real elevándose un globo con Ja inscripción ¡Viva Italia Unida!. ros, es para los desheredados de Ja fortuna. Es para los que nada tienen, pero tienen la

38 39
- .
virtud del ahorro, que se privan de Jo superfluo y economizan un peso por mes, adquieran vacío le al gue en 1892 el Inspector Departamental de Obras Municipales, ingeniero Juan
un solar y puedan vivir tranquilos y persuadidos de que su fortuna está asegurada." <53> P. L-ª!]1~ trató de subsanar a través de una propuesta de "Plan de Amanzanamiento de
la Ciudad" que resultó aproQ._ado por la autoridad<96>. En los hechos, el Plan Lamolle no fue
r-otracósá' que la regularización de la situación creada tras más de 20 años de actuación
A la sombra de Piria proliferaron otros que imitaron su mensaje social y su técnica irrestricta de la iniciativa privada en materia de fraccionamientos. Esta circunstancia expli-
publicitaria. Uno de ellos proponía: ca la contrastante conformación urbana que se observa entre la zona relativamente unifor-
"Gran remate popular. No será propietario el que no quiera serlo. ALERTA PUE- mizada por el damero que encierra el Bulevar Artigas, donde el sector público actuó pre-
BLO. ALERTA OBREROS. Vuestra verdadera redención, vuestro gran problema, está en viamente al empuje de la iniciativa privada, y la zona exterior a dicho límite, de mayor
ser propietarios, en libraros de_la pesada carga del alquiler. Siendo propietarios aseguráis variedad de trazado, donde se dio la circunstancia inversa (Fig. 45).
vuestro bienestar y el porvenir de vuestros hijos. •'(90J
=- Dentro del bulevar de circunvalación, la burocracia administrativa, carente de toda
inventiva y sin ninguna consideración para con el catastro y la topografía, aplicó un dame-
ro uniforme sólo atenuado por las alteraciones que le impuso la insoslayable red caminera
Limitaciones a la especulación inmobiliaria: preexistente. Como resultado se tuvo un espacio urbano excesivamente monótono, múchas
tentativas reguladoras del sector público calles con declives inconvenientes, y una gran variedad de solares, algunos con formas y

r. En el cam o edilicio el obierno limitó su acción al dictado de ~nas ocas re lamen-


taciones mer n e o 1cia es os reglamentos de conventillos de 1871 y 1878 y la Ley
-
din1ensiones insólitas, producto de la desinteligencia entre el catastro y el damero. (Fig. 46
y 47).
Én cambio, en el territorio exterior al bulevar, el !oteador, sin la imposición del
amanzanado previo, actuó con independencia,atendiendo solamente a las condicionantes
de Construcciones . n o atmente a as operaciones temtoriales, la autori a
emergentes de la parcela a dividir. De ello resultó que,en cada barrio, el loteador pudo
uvo en cambio al unas mtervenc1ones ue aun ue arc1a e 1 1
determinar a su albedrío, la dirección de calles que más convenía a esa situación, de modo
\ a definir la estructura ur e on e · · ar.
que los solares tuvieran mayor regularidad de forma y dimensión. Al momento de proce-
En pnmer término, debe reiterarse la incidencia de la legislación normativa en
derse a regu!arizar el trazado y acordar entre sí los diferentes loteos, se generaron multipli-
. materi~ de localización industrial'.a la que ya se ha hecho referencia,y gue constituyó un
( factor importante en el procesamiento de la expansión urbana de Montevideo. A ello se cidad de plazuelas, ensanchamientos y frecuentes inflexiones de calles. Debe señalarse que
tales circunstancias concurrieron a conferir .mayor variedad y riqueza al espacio urbano
agrega un ~onjunto de decisiones gubernamentales tomadas en la segunda mitad del siglo (Fig. 48).
XIX, tendientes a regular la morfología urbana. ·
. P~r decreto de 31 de diciembre de 1861< >, se dispuso la extensión de la ciudad,
91

;ncorporandole los arrabales de Cordón y Aguada, nucleaciones urbanas de formación


espontánea adyacentes a la Ciudad Nueva. Complementariamente. por decretos de 4 de
abril 28 de ma o 26 de octubre de l 867<92> se ordenó roceder a la delineación y
amanzanado de esas áreas.
-r En l 878 el Gobernador Provisorio coronel La torre en acuerdo con el Ministro d
\~ Gobierno, dispuso que se trazase un "Boulevard de Circunvalación" (actual Bulevar Arti-
L gas), que oficiaría de límite contenedor de la ciudad<93>. La Dirección General de Obras
Públicas, a la vez que daba cumplimiento a esa disposición, procedió a realizar el amanza-
nado del territorio que encerraba el "Boulevard", completándose así la retícula urbana d
a
lo que pasó denominarse "Ciudad Novísima" (Fig. 43 y 44).
El !oteador de tierra operando en el territorio de la Ciudad NovísiJD~. debió atener-
se a ese ~nia~zana_ ~ preestablecid?, aunque no .siempre lo acató con rigurosidad. De ello
son teshmomo mulhples transgresiones que en 1 ieron lugar a a mtervención de Ja
Junta Económico Administrativa de Montevideo. Dicha Junta,sin embargo, en lugar de
proceder contra los !oteadores renuentes, se limitó a librar un aviso al público expresando
"que la autorida~ no es responsable por los perjuicios que puedan experimentar Jos pobla-
dores de los barrios cuyas cal/es no estén sujetas a trazados oficiales''(94J.
El gobierno incidió también sobre el territorio exterior al "Boulevard de Circunvala-
ción", ~ero lo hizo tardíamente. La urbanización de esas áreas estaba regida genéricamente
( por .el Reglamento para el trazado de Pueblos y Colonias" del año 1877<9 >. La falta de
5

realismo de este Reglamento, determinó que su observanci;a fuese harto dificil en lo que
r~specta al trazado de pueblos y colonias que expresamente reglaba, y de aplicación impo-
sible en los prograrn~s de extensión urbana corno lo fueron los nuevos "barrios" promovi-
dos por el sector pnvado en Montevideo. Su generalizado incumplimiento, generó un

40 41
111 - .un arquetipo: Piria
Aunque ya en varias ocasiones se ha hecho referencia a_Francisco Piria, se estima
necesario abundar en la consideración de una personalidad que, sin lugar a dudas, está
indisolublemente ligada al proceso urbano expansivo de Montevideo ·
Su acción, si bien no puede calificarse de pionera, en tanto otros lo precedieron en
la realización de fraccionamientos, es sí rectora,·puesto que se desarrolló con estilo y técni-
cas originales que la convirtieron en modelo de imitación para otros promotores.
La actividad urbanizadora de Piria fue espectacular por su volumen -fundó más de
70 barrios en Montevideo y varios pueblos en el interior- y por lo prolongado de su
actuación que se desarrolló a lo largo de 60 años (Fig. 49).
Su vida,y sobre todo su personalidad, se muestran con tintes legendarios que dificul-
tan un conocimiento cabal. y objetivo. A este escamoteo del verdadero Piria, no ha sido
. ajeno el propio personaje,con su inveterada costumbre de deformar y exagerar.
Poco es lo que se conoce acerca de su infancia. Por tradición se sabe que su madre,
tempranamente viuda, lo envió a Italia,donde un pariente le sirvió de preceptor y, según
se dice, lo introdujo en el conocimiento de la Cábala, el Ocultismo y otras doctrinas
esotéricas. Se ha querido ver en ello un componente de su carácter de hombre singular, de
"elegido"<97>.
Su imagen de "self made man", su modesta condición d~ origen, su arraigada voca-
ción de comerciante y su contracción al t.rabajo, se trasuñtan en diversos relato!) y en un
nutrido anecdotario que a menudo deforma la realidad. Uno de los relatos menos confia-
ble.s, refiere que en fa madrugada siguiente al día de su boda, salió de Montevideo a pie,
cargando a sus espaldas un gran fardo de ropa para venderlo en la Villa de la Unión.
Piria había adquirido desde temprano, fama de "benefactor de la gente pobre" y este
aspecto de su personalidad dio tema· a múltiples anécdotas. Una de ellas relata lo sucedido
en uno de sus populares remates de terrenos, donde los interesados, llevados por un irracio-
nal apasionamiento, elevaroñ las ofertas a cifras astronómicas. Piria detuvo entonces el
remate y luego de una áspera reconvención a los derrochadores, fijó un precio razonable
- varias veces menor que el ofertado- y adjudicó los solares. Hemos escuchado esta anéc-
dota ambientada en diversos lugares, lo que habilitaría a suponer que era un ensayado y
repetido recurso histriónico usado por él. Pero, como quiera que sea,confirma su reconoci-
da imagen de hombre ocurrente y carismático, y concuerda con lo que publicitaba:
"Prevengo que si a Jos compradores se les ocurre alzar Ja prima y pagar como sucede,
mayor precio de lo que valdrían estos como tirados, no Jo permitiré! Así como lo oyen! No

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lo permitiré! Estoy dispuesto a vender, a sacrificar, a regalar, a tirar, ¡Pero! Cuidado con La ropa de confección era uno de sus rubros más importantes, al grado que llegó a
alzarla prima y hacer locuras; yo quiero vender barato, que queden contentos y satisfechos instalar un taller propio para su fabricación. En 18 78 anunciaba, dentro de ese ramo, lo
· y que cuando concluyan de abonar resulte que el valor del terreno se ha triplicado cuando que denominó "gran revolución". Un diario de la época<10 1> publicó en forma de artículo
menos". <98> de Ja redacción, un aviso publicitario con el característico estilo jacarandoso de Piria,
·donde se refiere a sí mismo en tercera persona:
Lo que también contribuye a la imprecisión del conocimiento sobre la persona y
"GRAN REVOLUCION - LOS REMINGTONS DE PIRIA
actuación comercial de Piria, es la desaparición de su archivo. Al planificar el presente
trabajo, se tuvo el propósito de analizar la documentación de su empresa "La Industrial", Ya no hay necesidad de recurrir al Correo de Ja Moda para saber que es lo que se
presuponiendo que podía constituir una rica fuente de información sobre la personalidad usa en París y demás capitales europeas. Hemos venido observando que de cuatro años a
de su fundador y ·sobre Ja historia urbana de Montevideo. Pero, lamentablemente, esa esta parte durante Jos días más fríos de invierno algunos individuos, como de hurtadillas,
inestimable fuente documental parece haberse perdido con el cese de la actuación de esa salían a Ja calle metidos en una especie de gran levitón, Jos que eran mirados por los
compañía inmobiliaria. transeuntes con tono de zumba. Estas escenas se repitieron durante cuatro años pero la
moda no colaba!
El motivo más poderoso para obstar al desarrollo de esta importante pieza de abri-
Francisco Piria nació en Montevideo el 21 de agosto de 1847 en el seno de un hogar go, era el fabuloso precio que se dejaban pedir Jos que podían hacerlo. ¡Había sastres que
de inmigrantes italianos oriundos de Génova y murió 86 años después. el 10 de diciembre pedían hasta 35$! En este estado se encontraban las cosas cuando hace un mes aproxima-
de 1933, Juego de una intensa vida empresarial que le permitió acumular una importante damente, el popular Piria compró en remate la bagatela de siete mil yardas de ratina fina
fortuna personal. -enseguida concibió la idea de preparar una revolución económica- fabricó Levitones; Jos
A fines de Ja década del 60, cuando contaba escasos 20 años de edad, se le encuentra bautizó con el estruendoso nombre.de remingtons, pero ¿quién se animaba a sahr a Ja calle
establecido con un pequeñ.o comercio en el Mercado Viejo de la Ciudadela, al que pompo- con ellos?
samente denominaba "GRAN ESPOSICION UNIVERSAL. GRAN BAZAR Y REMATE. El frío apretaba y sin embargo Jos remingtons permanecían escondidos -el taller
FRANCISCO P. PIRIA"<99>, Era este, un negocio de compra-venta donde adquiría objetos seguía trabajando con actividad!
diversos que luego vendía en remate público. Comercializaba muebles, casimires y otros Bastó un pequeño anuncio ofreciéndolos en venta a 65 reales, para que al día si-
tejidos, ropa hecha, relojes y objetos diversos. Así lo describe un cronista: guiente veinte individuos salieran a Ja calle con un remington a cuestas; 1O días después
... "bajo el arco de salida del Mercado Viejo, donde estableció su tienda de remate 500 remingtons ya habían salido a la luz. Han transcurrido 20 días y Piria ha vendido Ja
permanente, que funcionaba desde las primeras horas de Ja mañana hasta las diez de Ja friolera de dos mil remingtons! Tres oficiales de primer orden cortan continuamente,
noche, hubiese o no concurrentes, con sol o con lluvia, con calor o con frío, oyéndose mientras que 100 personas entre sastres y costureras se ocupan de la confección. Concu-
siempre el continuo pregonar del vendedo1~ cuya voz se enronquecía a medida que avanza- rren. al nuevo y económico taller, el Rico y el Pobre, todos buscando Jo que en otras partes
ba el día, y que al llegar Ja noche se hacía de todo punto incomprensible"... .
no encuentran, esto es, bueno y barato.
"Eran de verse los esfuerzos que hacía el martillero para atraer marchantes. N.B. Hemos visto los ricos trajes de casimir negro que en esa casa se hacen a 12
-¡Vamos a ver, señores! repetía con énfasis- - ¡cinco reales! cinco reales ¿no hay quién
pesos, y no podemos menos que recomendarlos a Jos que visten bien y gastan poco.
dé más? Fíjense que esto es tirado a Ja ~e... ¡cinco reales! ¡cinco reales! Y al mismo tiempo que
El taller en Ja calle Treinta y Tres núm. 164". 0°2>
con la derecha mano repicaba con el martillo sobre el mostrador, cada vez que ante Ja
puerta pasaba un transeúnte, mostraba con la izquierda en alto un calzoncillo o una camisa
cuya bondad ponderaba inútilmente, pues ni Jos bancos ni las ·sillas, únicos concurrentes, En 1881. Piria liquida definitivamente la ."Exposición Universal" y procede al re-
por lo general, de la tienda, ~e dejaban convencer por la elocuencia del orador. Pero no mate de todas sus existencias (IOJ>, para dedicarse con exclusividad, a los negocios inmobi-
por eso se arredró Piria. · · liarios por intermedio de la empresa La lndustrial,que había fundado en 1873.
Cuando el público no acudía de suyo, él buscaba medio de atraerlo, y así como Jos Cambia la mercadería -terrenos en lugar de ropa- pero mantiene la técnica promo-
cazadores de jilgueros ponen un llamador para que Jos que vuelan acudan al reclamo así ciona! y el sistema de venta mediante remates que va perfeccionando con el correr de los
también Piria alquilaba .llamadores, cuatro o cinco gandules de esos que haraganean e~ Jos años.
bancos de las plazas, los cuales servían de reclamo para hacer entrar a Jos paseantes deso- Su primer operación ·inmobiliaria fue el denominado Recreo de Las Piedras, que
cupados, que a su vez iban formando un núcleo <;¡ue poco a poco aumentaba hasta que Ja inauguró en 1874 en tierras adyacentes a la estación del ferrocarril de la ciudad del mismo
concurrencia llenaba todo el local. . nombre. en el departamento de Caneloriesºº4i.
· Aquí d~ 1~ habilidad de Piria para ofrecer Jos artíc1¡.Jos que él juzgaba aparentes para En el mismo año de 1874 realiza otro fraccionamiento en el departamento de Duraz-
la ~Jase de pu.blico que Je rodeaba. Si las camisas y calzopcillos no encontraban acogida, no, fundando, próximo a su ciudad capital, un pueblo agrícola que denominó La
sal~an a relu~ir los sacos y pantalones; si se presentaba un paisano, ponía en venta, como Economía< 105>.
qwen no quiere la cosa, un par de bombachas; y cuando creía distinguir a algún parroquia- Mientras realizaba estas operaciones inmobiliarias en el interior del oaís. tuvo alc,u- ,
no acomodado, sacaba a luz sus alhajas, cuyo mérito pregonaba con toda honradez, por- nas intervenciones en fraccionamientos de Montevideo, 'pero en tales casos actuaba a
que, en medio de todo, Piria es incapaz de engañar a nadie. nombre de la empresa La Comercial de Florencia Escardó, en la que ocupó un cargo de
-"¡Vamos a ver, señores! ¡Un anillo con brillantes falsos! ¡Garantidos falsos! ¡Aquí dirección durante algún tiempo<106>.
no hay engaño!." <100> Recién a partir de 1879 - según se ha podido detectar- Piria realiza sus primeros
1

44 . ¡ 1
.,.,' 45
fraccionamintos en Montevideo, a través de su propia empresa. Tal es el casa de la funda::. En octubre de 1888 Piria se integra a la Compañía Nacional de Crédito y Obras
ción de los barrios Nueva Roma y Nueva Génova. entre otros< 101>. Públicas fundada el año anterior, por el Dr. Emilio Reus. Un diario de la época< 110> da
A partir de entonces, la actividad inmobiliaria de Piria fue incesante. Entre 1879 y información sobre este acontecimiento: ·
1915, se registran más de 70 barrios fundados por Piria en Montevideo(l 08>, además de "La gran operación del día!! Piria vendió ayer a Ja Compañía Nacional de Crédito
importantes remates de solares que efectuó en fraccionamientos realizados por otros pro- todos sus terrenos, en setecientos mil pesos. De hoy en adelante sólo rematará por cuenta
motores como, por ejemplo, los realizados en el Cerro, Paso del Molino, Cerrito de la de esa institución. La oficina de La Industrial quedará para cobrar los saldos de las ventas
Victoria, San Lorenzo y Carrasco. · · a plazo que alcanzan a medio millón de pesos y que no traspasa el Sr. Piria. .
Para llevar a cabo esta gigantesca actividad inmobiliaria, Piria, según ya se ha con- Sólo tres propiedades se reserva: la choza de Ja calle Treinta y Tres como él la llama,
signado, creó una particularísima y original modalidad empresarial que lo singularizó en una quintita en el Paso del Molino y el terreno frente al cuartel de dragones". ·
el ámbito del Montevideo finisecular. Obtuvo, por esa vía, una enorme popularidad. Su.
persona era tema habitual de conversación, asunto de interés para los periodistas, y hasta "El area vendida excede de dos millones de varas de t~rreno en la ciudad vieja, en
simpático personaje recurrido de los caricaturistas (Fig. 51 y 52). Sansón Carrasco vuelve Ja ciudad nueva o sus alrededores, entrando muértos unos veinte edificios.
a servirnos de valiosa referencia testimonial del "fenómeno" Piria: "... dio mayor vuelo a En Jo sucesivo Piria intervendrá como perito y a título gratuito, en todas las com-
sus especulaciones, inaugurando las ventas de tierras por solares en parajes próximos a la pras que realice la compañía".
capital.
Nunca olvidaré yo aquellas escenas de la Plaza Independencia, donde Piria hacía al
aire libre sus especulaciones de terrenos. Colocaba bajo uno de los paraísos que flanquea- Bajo el· patrocinio de la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas. Piria
ban Ja calle una larga mesa, sobre Ja cual instalaba Jos 'planos del pueblo en perspectiva., fundó en 1888 los barrios Gral. Garzón y Gral. Leandro Gómez y en 1889, los barrios
Como reclamo, tenía a su lado una murga compuesta de un fagot, un clarinete y un tambor Francisco A. Maciel y Solís. Sin embargo, desde 1890 vuelve a operar a nombre de la
destemplado, tres instrumentos que hacían un terceto insoportable, y así que se iban agru- empresa La Industrial, desapareciendo de la publicidad toda referencia a la Compañía
pando Jos curiosos, empezaba la venta. Nacional.
Con el sombrero echado hacia Ja nuca, levantando el martillo con la derecha, y Con la reaparición de su empresa La Industrial, Piria dio muestras de una pujanza
apuntando con el índice de la izquierda al plano desplegado sobre la mesa, ponderaba Piria económica que no condecía con la tremenda crisis en que se debatía el país. En la década
la excelencia y buena posición de Jos terrenos" .. final del siglo XIX, signada por la depresión económica, los graves problemas sociales y
............................. . ...... . ............ ...... ...... . . ........... . ..... . .. las agudas crisis políticas, Piria fundó en Montevideo, más de 20 barrios y puso en marcha
"Contra ese público esgrimía Piria las armas más contundentes de su tentadora su obra magna -Piriápolis- donde foresta, cultiva vides, crea industriaso 11>, fracciona te-
elocuencia: -¡Vean Ustedes, les decía, vamos ahora a vender este solar de la manzana ·n1 rrenos y construye elementos básicos de comunicacióno 12> y de hotelería(l 13l.
¡Magnífica situación! ¡Terreno alto! ¡En la esquina de Ja plaza! En los tres primeros lustros del siglo XX, la obra de Pirla se incrementa todavía,
Los espectadores se codeaban para ver de cerca el plano, y entonces el martillero, con 1a creación de una veintena de nuevos barrios en Montevideo. A ello; deben agregarse
aprovechando la curiosidad, continuaba con mayor entusiasmo! «¡Aquí está Ja iglesia! las obras que realizó para su regalo personal: el Castillo de Piriápolis (Fig. 53),construido
¡Aquí Ja comisaría! ¡Aquí la escuela!», y a cada una de estas indicaciones señalaba con el \1 1
por el lng. Aquiles Monzani hacia 1900, y el suntuoso palacio edific~do en Montevideo
dedo un punto en el plano, con gran asombro de los concurrentes, que con tamaño ojo sobre la Plaza Cagancha, proyectado en 1916 por el arquitecto francés Camille Gardelle. '\
abierto no acertaban a explicarse como podía haber una iglesia, una comisaría, o una Esta gigantesca obra inmobiliaria realiz.a da por Piria a lo largo de seis décadas, se
escuela, donde solo veían rayas de tinta trazadas sobre un papel. apoyó en su directo trabajo personal, que abarcaba desde la función de martillero cumplida·
Convencido al fin Piria de que su marchantazgo no entendía mucho de planos, en los remates, hasta la de redactor de su tan peculiar publicidad, y aun la de escritor, a
resolvió hacer las ventas sobre el mismo terreno, y entonces organizó esas fiestas en que través de algunas incursiones en el campo d~ la literatura e,nsayística. La multiplicidad de
los concurrentes gozaban de tren gratis, gratuitas diversiones y sabrosos asados con cuero, su acción lo impone como figura apasionante e insoslayable en el Montevideo de la época.
que nada les costaban." Su obra de escritor no es ajena a la actividad que desarrolla como homhre de empre-
. ... .. .. ... ..... .... ............. . . .... ..................... . ....... .. ........ .. .. . .. sa; antes bien, le sirve de fundamento. En sus escritos, Piria hace un análisis de la situación
"El cartel contiene por lo general el plano de los terrenos, con su rosa de Jos vientos económica, discurre sobre las formas convenientes de producción, inversión y ahorro, y ·
y todo, que maldito si .Ja entiende la mayoría de los interesados. En seguida viene el sindica a la propiedad territorial como el pilar básico que sustenta la seguridad individual,
programa de las fiestas, en las que hay carreras en un pie, o de espaldas, corridas de sortija,. ·familiar y social. Defiende ahincadamente el trabajo productivo como única forma legíti- "
juegos atléticos y otras diversiones estrafalarias, que terminan con un lunch, copiosamente ma de acceder a la riqueza y denigra la especulación bursátil, a la que considera una vía
regado con sendas damajuanas de una bebida oscura que no solo parece vino por el color, bastarda y socialmente nociva, por ser generadora de valores ficticios. · J\(
sino que hasta lleva el nombre de tal. ¡Cómo calumnian a las viñas! En el artículo titulado "Al Pueblo" que publica en 1891 (l J4J, analiza la situación
El terreno del remate es una verdadera romería. Aparte de los interesados en Ja económica del país, y fundamenta su reincorporación independiente a los negocios inmo-
compra, que son los menos, concurren allí todos Jos que no tienen que hacer de sus Domin- biliarios donde. a su parecer, habría de jugar un papel de agente regulador de los valores
gos, aprovechando la ocasión de tener un cija de campo y hartarse sin que les cueste un ~rritoriales que la prosperidad y la crisis habían distorsionado.
centavo, merced a la generosidad de Piria, a quien poco se le da sacrificar algunos reales a Piria publicó en forma de folleto, algunos trabajos éle similar contenido, aunque de
trueque de ver su remate bien concurrido. " 009¡ mayor consideración, bajo el seudónimo de Henry Patrick:

46 47
- "Impresiones de un viajero en un país .de llorones". Montevideo. 1880. labor Jo indispensable para matarse el hambre, llenándose el vientre con un puñado de
- "Un pueblo que ríe". Montevideo. 1886. · . harina de maíz.
- "El socialismo triunfante - Lo que será mi país dentro de 200 años". Montevideo. ~s miserias y delitos de aquella época nefasta, otra cosa no fueron que las conse-
1898. cuencias lógicas del falso ordenamien,to de la sociedad.
La miseria de Jos cuerpos, el símbolo tétrico de la mayor miseria, que tenía su
El último de los ensayos indicado.se distingue por proponer, en una visión futuroló- asiento en el fondo de las almas; el vicio de los órganos se convertía en el vicio de las
gica, una organización política, social y económica del país, que lo aproxima a las ideas inteligencias.
socialistas utópicas formuladas en el correr del siglo XIX.
¡Blasfemia! A aquello le llamaban siglo de libertad. ¡Santo Dios!
Relata allí un fantástico viaje al siglo XXI, donde un cicerone lo conduce a través
En muchos países, y entre ellos el nuestro, tenían leyes que, a los que nada poseían
y rio ericonúal:n1i1 'iraba)o~ i<Js«':oiisldúaban como' vágos, ociosos y mendicantes; sin dere-
de un país organizado sobre principios de estricta justicia. En el idí~ico ámbito que,imagi_.
na Piria no existen las fortunas desmedidas: "Nosotros (le informa el cicerone) hemos
l cho ni a Ja libertad provisoria. Indudablemente esa justicia penal era fabricada para favo-

l
limitado las fortunas. ¡Nadie puede ser millonario en este siglo!" y más adelante agrega: recer a Jos ''poltroni" que tenían algo, por más vagabundos, ociosos, viciosos y crápulas
"Nosotros hemos puesto un freno a las grandes fortunas, deteniendo ese poder que se que fueran; siendo más de una vez vergonzantes mendicantes de mandones arbitrarios y
criaba absorbiéndolo todo, que en aras de un bienestar ilusorio .Y para satisfacción de la canallas.
sórdida avaricia del millonario, existían en tu época; entidad que con menoscabo del La robustez y Ja salud del cuerpo, la cultura de Ja inteligencia, Ja rectitud de Ja
derecho que tienen de vivir cómodamente todos Jos hombres de Ja tierra, se apoderan del voluntad son el máximo bien del hombre; y que cada cual pueda conseguir ese complemen-
bienestar ajeno, ocupando el sitio que a todos les correspondía." <115> ·
to de dones, es la aspiración fecunda de la civilización de nuestro siglo.
Tampoco se admite la herencia como origen de la riqueza: "Nadie tiene el derecho Dado esto como principio inconcluso, y concediendo que el hombre fuera sustraído
de vivir en nuestra sociedad sin trabajar. Todo el que consume debe producir. Este es a las más duras condiciones de la dependencia legal, él no h!Jbría llegado a ser libre sin la
nuestro emblema. Un padre que acumula millones para dejarlos a sus hijos, para que éstos independencia intelectual, la instrucción, como se da hoy; y esta instrucción no Ja habría
vivieran en Ja holganza y en el vicio! en nuestro siglo sería considerado un padre crimi- conseguido sin la independencia económica. "º 18),
nal. "( 116J
Piria relata, con sintaxis confusa y con permanente alusión a. su presente, la idílica
Del país creado por la ensoñación de Piria, se habían desterrado los impuestos organización político-social dd siglo XXI, concebida de tal modo: "que cada ciudadano
paralizantes de la vida económica, la burocracia y otras formas de parasitismo que obsta- tuviera derecho de poder votar libremente, sin tener que enrolarse en uno de los partidos
ban al progreso social: · que querían dividirse él país, y que de antemano se repartían por medio de acuerdo -que
"En tu época, Jos gobiernos cargaban de impuestos a Jos pueblos y se quedaban con al final terminarían en desacuerdos- las bancas de Ja representación nacional, colocando
Jos impuestos para repartírselos entre Ja casta de los holgazanes que vivían de la cosa en Ja condición de ilotas a los ciudadanos que pensaban a su manera, es decir, que no
pública, mantener ejércitos, pues la Europa sola gastaba no menos de catorce millones tenían por ni para que ser blancos ni colorados. Los que. no eran blancos ni colorados no
diariamente en el sostén de sus numerosas tropas, derrochando inicuamente las tres cuar- tenían el derecho de reunir sus votos y elegir a quien les pareciera mejor"...
tas partes de Jos recursos de las naciones, es decir, del sudor que arrancaba al pueblo. Y
cuando Jos recursos no alcanzaban, se creabaP. deudas, cuyo servicio se le echaba a las "Por última vez Jos usurpadores del sufragio popular intentaron su maniobra ma-
espaldas al pueblo trabajador, convertido en un burro de carga."... quiavélica, pero estaba escrito que la «chaqueta» había <je triunfar ~obre .Ja «levita» cum-
............................................ . ........................................ pliéndose Ja ley evolutiva; pues así como la <<levita>> había triunfado del ~<kepis», y éste a
"No es extraño que tú no comprendas todo lo que pasa a tu alrededor; pero a su vez del <.<chiripá», al fin el poder debía volver a las manos del pueblo, de donde sólo
medida que estudies nuestro modo de ser, viendo que no tenemos ejércitos permanentes, pudo sacarlo la obcecación de los partidos políticos denominados .blanéos y colorados, que
que ni de policía habemos menester, que no hay parásitos que vivan como en tu tiempo l durante largo$ años mantuvieron en armas y en fiera lucha a la farriilia oriental.
cargados de galones a expensas del sudor del pobre pueblo~ que no hay esos miles de . éa~;~do pues ei piieblo -de ser bestia d~ caiga, ;~ opo~e al iriuntó déí fraude; las
empleados inútiles mantenidos con estupendos sueldos, que no hay más deuda pública, circunstancias forman Jos hombres diligentes, y surgen caracteres abnegados y patrio-
que la propiedad territorial ha sido limitada y que en nuestra sociedad todos trabajan, te tas. ''< 11 9J
persudirán de que lo que nosotros hemos conseguido, también Jo teníais vosotros al alcance
de Ja mano, y que si no habéis gozado del bienestar y próspera felicidad de que nosotros ¿Era éste el íntimo y sincero pensamiento de Piria, o constituía otro de sus acostum-
gozamos, fue porque no lo habéis querido, no habéis sabido 'alcanzarla." <111> brados golpes publicitarios? Es dificil creer que todo fuese hipocresía, aunque su habitual
picardía comercial, que manipula los datos deformando la realidad, obliga a un continuo
Piria pone en boca de su cicerone acerbas críticas a la sociedad de su tiempo, al~ .
aludiendo a la falta de libertades, a la expoliación del trabajador y · al escamoteo de los Algunos ejemplos pueden resultar ilustrativos en cuanto a sus posibles
beneficios de la.cultura: exageraciones.
"El pobre no tenía ni el derecho de quejarse; y en muchos países se les negaba hasta
el de reunirse para discutir las imposiciones violentas y arbitrarias de los que pretendían -Hacia fines del siglo XIX Piria:se arrogaba la fundación de 350 barrios y pueblos y la
que trabajara como una bestia, sin que Je fuera dado asimismo conseguir como pago de su venta de 175.000 solares, lo que arroja un promedio de 500 solares por fraccionamiento.

48 49
1
Sin embargo, los barrios fundados por· Piria excepcionalmente superan los 500 solares:
Bella Italia contaba con 1.000 solares, Gral. Garzón con 500, Umberto lo. con 500,

Porvenir con 500 e Industrial con 578; también constituyen una excepción, algunos de
los pueblos fundados en el interior. Los restantes fraccionamientos detecta~os,sin ~~­
bargo, se componían de un número mucho menor de solares. Además, en la mdagac1on
efectuada, sólo se han podido registrar 39 barrios en Montevideo y 4 pueblos en el
interior fundados por Piria antes de 1900, con un total de solares que llega apenas a la
décima parte de la cifra manifestada por él (véase Anexo No. 12).
- Después de los remates, Piria solía publicar en la prensa crónicas de los mismos, donde
informaba acerca de la concurrencia que él contabilizaba por miles, cuando razonable-
mente la cantidad de asistentes habría llegado, en el mejor de los casos, a unas pocas
centenas. . .
- En ocasiones Piria deformaba minimizando. En su ensayo "Impresiones de un viajero
en un país d~ llorones", revela cómo planifica y desarrolla un fraccionami~nto de ~~la­
res. El ejemplo manejado se refiere a un predio de 50.000 varas de superficie adqumdo •'
!V - La vivienda propia
a
razón de $ 0,07 la vara y vendido, luego de fraccionado, a $ 0,087 la vara, pero a largos
plazos. Deducidos los gastos, se consigna una ganancia de $ 300 para la empre~a que,
en la materialización
por ínfima, resulta poco creíble. Si se comparan estos datos con los que proporcione:~¡
mismo Pirla en 1888 cuando anuncia la venta de todos sus terrenos a la Compama
de la ~xpansión urbana
Nacional de Crédito y Obras Públicas, la falacia surge evidente. En esa ocasión vend~ó
algo más de 2.000.000 de varas de terreno al precio de$ 700.000, r~s~_Itando el p~ec10
de la vara superior a$ 0,30, lo que dista bastante de los$ 0,087 adm1t1dos en el pnmer

¡
ejemplo, aun sin tomar en consideración la diferencia de precio '!.ue razonablemente Se ha hecho referencia anteriormente, a las estrategias usadas por el especulador
debe existir entre una venta global y al contado, y otra en pequenos lotes Y a largos inmobiliario para inducir a los sectores populares a la adquisición de solares. Interesa
plazos. ahora evaluar cómo respondieron los sectores populares a sus requerimientos. Para ello es
necesario, en primer término, conocer si estos sectores poseían realmente la capacidad
económica que el especulador suponía. No es fácil obtener indicios seguros a ese respecto,
Por todo lo visto, es imposible, con la información que actualmente se posee, hacer porque la documentación que se posee es muchas veces parcial y no siempre confiable. No
una valoración objetiva de la personalidad de Piria. La opinión de sus contemporáneos

obstante, parece posible admitir que, en el último cuarto del siglo XIX y en los primeros
oscila entre los denuestos de sus detractores< 120J que lo consideraban un especulador frío,
años del siglo XX, el monto de las retribuciones por concepto de sueldos y jornales .tuvo
oportunista y deshumanizado, y las loas de los panegiristas que lo calificaban como un ·cierta estabilidad. El nivel de ocupación también era estable y en algunos períodos crecien-
generoso benefactor del trabajador humilde y un adalid del progreso. te, salvo en la última década del siglo XIX cuando, por efectos .de la crisis de 1890, se
De cualquier modo; resultan incuestionables su lúcida inteligencia y su desbordante produjo una aguda desocupación.
vitalidad, puestas al servicio de un trabajo sin pausa.

r Puede estimarse que Piria fue el arquetipo del especulador inmobiliario, en tanto se

---
constituyó en el mayor fraccionador de tierra y, en gr~n medida, en el ~jecutor material de
la expansión territorial de la ciudad durante el último cuarto del siglo XIX Y las dos
\ primeras décadas del siglo XX. CAPACIDAD ECONOMICA DE LOS SECTORES POPULARE5_
'(___ .

En los conflictos laborales desatados en el período, prevalecían las reivindicaciones


referentes a mejores condic10nes de trabajo; en especial, se reclamaba l~ reducción de la
'ornada (que hasta 1915 superaba las 11 horas y en algunos casos alcanzaba a 16 horas
diarias , el me·oramiento hi iénico ambiental de los lu ares de traba·o el descanso m -
1fª1 obligatorio. Las reivindicaciones salariales. cuando ·existían, aparecían fmmuladas en
~gundo plano. Esto autoriza a suponer que el salario recibido satisfacía en cierta medida
_JM¿ecesidades de la familia obrera o, cuando menos, no constituía su problema más
acuciante. -
Florencio Escardó, hombre de intensa actividad en el campo de los negocios inmo-
biliarios en la época, expresaba en 1873: "Es tan fácil ganar la vida aquí que no sólo eJ
industrial tiene sueldos de 20, 30 y 50 duros, sino que el changador o mozo de cordel se
gana al día 1 o 2 duros, una sirvienta gana al mes 18 o 20 duros con casa y comida y hasta
hay cocineros que ganan 40 duros al mes, casa y comida." <122>

50
51
r
Otras fuentes0 23> aportan datos más precisos. Se conoce así que los salarios estaban ~a- ~sobre esa base'. _se establee~~ _distintas categorías. El Censo de 1908 entiende por
comprendidos entre$ 0,30 y$ 0,60 diarios para niñeras, sirvientas y aprendices, pudiendo casa toda construccion con una umca puerta de acceso desde la calle; sin tener en cuenta
llegar hasta $ O, 7 5 diarios para cocineras y costureras. El trabajo de la mujer en la indus- su des!ino ni e~ número ~e unidades locativas gue contenga. Los referidos autores no han
tria, que empezó a generalizarse a partir de la década del 80, se remuneraba con jornales advertido esa cucunstanc1a Y por lo tanto, suponen que todas las "casas" qué recibían una
que no sobrepasaban $ 0,60 por día. renta eleva_da, aloja~ª°: habitantes de altos ingresos, lo que no era siempre así. En efecto.
Los trabajos masculinos de· servicio -caballerizos, peones de saladeros, peones de las categonas de ed1~c1os de renta alta'. podían incluir, junto a viviendas suntuosas, otras
panaderías, mozos de café y almacén, lacayos y sirvientes en general-, recibían remunera- muy modesta~. Por ejempl~, un conventillo con 40 habitaciones arrendadas a $ 4 cada una.
ciones diarias comprendidas entre $ 0,55 y $ O, 75. ue en su conjunto produc1a $ 160 de renta mensual, se encuentra incluido en el ·o de
La gente de oficio -albañiles, carpinteros, herreros, picapedreros, sastres, zapateros, "casas" con alquiler mayor a 100 asignado al "Sector Alto", cuando en realidad ese>
etc.- percibían jornales que iban desde$ 1,40 o$ 1,50, hasta$ 1,80 o$ 2,00 y en algunos inmueble correspondía al "Sector Popular Bajo" En la misma situación están los edificios
casos algo más, en tanto que sus respectivos peones o ayudantes tenían jornales de $ 0,90 con varios apartamentos modestos,los que aparecen incluidos, al tener una sola entrada
o$ 1,00. desde la calle, entre los grupos de "casas" de alquiler elevado. Casos como estos que
Los operarios de alta especialización, entre los que se contaban los maquinistas de· pueden ser deducidos pero no individualizados -dada la•forma en que se ofrecen los datos
diverso tipo, los mecánicos, los técnicos de procesos industriales, etc., r~cibían pagas que censales- distorsionan el cálculo realizado por los citados autores, pues incluyen dentro de
estaban comprendidas entre $ 2,40 y $ 6,00 o $ 7,00 por día. los sectores altos, a po~la~ión que debió contabilizarse dentro de los sectores populares.
Esta variedad de montos de remuneración al trabajo de los sectores populares, pre- Como para el objetivo del presente trabajo, basta una cuantificación aproximada de
supone la posibilidad de definir distintos niveles económicos en esa población. los sectores ~opulares, pueden aceptarse como base, las cifras manejadas por Barrán y
En el escalón más bajo de ingresos, estaban los sirvientes de ambos sexos, y las Nahum, adv1rt1endo que en la reahdad, el número de integrantes de ese grupo . debió ser
n:!.ajeres y los mños que traba1aban en la mdustna. cuyas remuneraciones mensuales esta- mayor que ,el calculad~ ~or ellos. ~l cuadro No. 5 resume las cifras estimadas026J para los
ban, en todos los casos, por debajo de $ 20. . mon~o_s de mgreso famibar pro~ed10, con los respectivos porcentajes de población que los
Un nivel algo más alto, lo ocupaban los peones y ayudantes en las distintas activida- perc1b1a. Para el presente estudio, se optó por agregar entre paréntesis los montos mínimo
des y oficios. percibiendo mensualmente entre $ 23 y $ 26 . y máximo de ingreso familiar que corresponde a cada sector. '
Más arriba se situaba el estrato de los hombres gue tenían un oficio manual, quienes
re,pibían remuneraciones comprendidas entre$ 36 y$ 57 por mes. Cuadro No. 5 - PORCENTAJE DE POBLACION SEGUN INGRESOS
Por encima de todos ellos se agrupaban los trabajadores industriales altamente espe-
c;ializados, que tenían remuneraciones por encima de $ 60 mensuales.
Con respecto a ·los trabajadores "no manuales" (oficinistas y funcionarios de admi- Ingreso familiar % del sector
Grupo Social mensual promedio s/pobl. total
nistración, maestros y profesores, profesionales, etc.) el conocimiento que se posee es por
demás nebuloso. Sin embargo algunos indicios hacen suponer que dentro de ese grupo se SECTORES POPULARES 54,73
daban niveles de remuneración similares a los de.los trabajadores manuales. Por ejemplo, Bajo $ 8 a$ 18,27 31,32
en 1889 los maestros percibían sueldos de entre $30 y $60 mensuales, que los asimilaría Alto $ 55,77 ($ 38,46 a$ 73,08) 23,41
económicamente a los trabajadores con oficio, en tanto que los tenedores de libros recibían
de $ 50 a $ 200 por mes, que los equipararía a los trabajadores de alta especialización. SECTORES MEDIOS 40,79
Los jornales y sueldos antes indicados, son los que percibía cada trabajador indivi- Bajo $ 94,23 ($ 76,92 a $ 111,54) _ 17,86
dualmente. El ingreso familiar podía estar incrementado por el aporte de más de un inte- Medio $ 171,15 ($ 115,38 a $ 226,92) 17,73.
grante del núcleo. Era habitual, en las familias del sector popular, que trabajaran las muje- Alto $ 305,77 ($ 230,77 a$ 380,77) 5,20
res y hasta los niños, hecho mucho menos frecuente en los sectores medios, donde no se
SECTOR ALTO $ 769,23 ($ 384,60 en adelan.)
veía con buenos ojos el trabajo de la mujer fuera del hogar. Las mujeres trabajaban como 4,48 4,4~ .
lavanderas, sirvientas, cocineras y, desde 1882< 124>, como obreras en la industria. Los niños
también tuvieron su lugar en el servicio doméstico como oinches, mandaderos. niñeros.
etc. y en la industria. como aprendices y operarios de escasa especialización. En 1908, el El grupo ~oblac~~n~l de bajos ingresos al que ·~e dirigía la promoción publicitaria
22% de los trabajadores industriales eran mujeres y el 18%, menores de 18 años. del especulador mmob1hano, puede considerarse integrado por los Sectores Populares que
Lo que resulta dificil. por la carencia de datos esp~cíficos. es llegar a conocer con re~resentaban, según el c~adro que antecede, el 54, 73% de la población total, y por el nivel
certeza los ingresos familiares. b~jo .de los Secto~es Medios que ~onsti~uían el 17,aMú y que -según Barrán y Nahum- se
- l_!!arrán y NahumJ intentan, para 1908, el cálculo de los ingresos familiares y la asimilaban a aquellos por mentahdad, mgresos y comportamiento<121i.
cantidad de poblaci-OñQue los percibía, usando un método indirecto - parcialmente discuti- _ ~ara_ s~ber si en los años precedentes el grupo homólogo tuvo una importancia
ble, ~~mo vere~os, pero sin ~uda ingenioso-, que parte del monto de alquiler que paga la ~u~enca s1~tlar, s~ h.a tentado el cálculo de su integración para 1889, tomando como base
famiha, supomendo que el mismo constituía el 26% de su ingreso0 25l. Pero,lamentablemen- a i?formac1on summ1strada por los Censos Industrial y Comercia1<12 s> levantados en Mon-
tevideo
. - ub tea~
. e n ese ano, ' d o en ese grupo a los trabajadores
. de servicio, a los de la
te, el Censo de Vivienda de 1908,en el que se apoyan Barrán y Nahum, no proporciona
información respecto al alquiler que pagaba el núcleo familiar. La información está referi- md~stna Y a los del comercio y sus respectivas familias. Cabrían en él también los funcio-
da al monto de la renta gue recibía cada edificio o "casa" -según la terminología emplea- nanos subalternos, los gu~rdiaciviles, los soldados y otros de similar condición, pero no se

52 53
f
ha obtenido información que permita contabilizarlos, por lo que debe consignarse que la de $ O, 90 a $ 1,00, pero quedaba fuera del alcance de los que realizaban tareas de servicio,
estimación resultante será imprecisa por defecto. cuyo salario diario no sobrepasaba$ 0,75, salvo que al núcleo- familiar aportara más de un
El personal de servicio se integraba con 16.435 personas, de las cuales 10.995 eran integrante, o que recibiera retribuciones complementarias (comida y/o alojamiento por
mujeres y 5.440 eran varones mayores de 18 años. De acuerdo a las tasas de nupcialidad ejemplo).
que se verifican en la época, puede considerarse que el 50% de los varones -2.720 perso- Con referencia al sector de la gente de oficio, puede verificarse la posibilidad de
nas- eran solteros, y el resto, casados y con una integración familiar promedio de 6 compo- solventar el gasto diario familiar y aun, generar cierto ahorro. Considérese, a modo de
nentes, correspondiente a los sectores popularesC1 21>. Ello implica la inclusión de 16.320 ejemplo, el caso de un oficial albañil que recibiera el jornal mínimo de $ 1,60. Si su gasto
personas más. El grupo de los sirvientes y sus familias suma entonces, 30.035 personas o familiar diario era el qu~ establece el presupuesto antes indicado, le quedaba un sobrante
sea, el 13,97% de la población montevideana. teórico de $ 0,55 por día, que al mes constituía un monto de $ 14,30. Admítase que
Los trabajadores de la industria eran 22.392. El 40% de ellos, es decir, 8.957 trabaja- destinara de ese sobrante, $ 4 a $ 6 para sumarlos a los $ 4 que se asignaban al alquiler de
dores, eran mujeres y menores de 18 años. El 30% o sea, 6. 717 obreros, eran solteros una pieza de conventillo y mejorar de ese modo sus condiciones de alojamiento, alquilan-
mayores de 18 años y el restante 30%, eran varones casados con familia promedio de 6 do una vivienda de$ 8 o$ 10 mensuales< 130>. En tal caso, aún le quedaría un remanente
integrantes, lo que significa otras 40.305 personas. Se llega así a la cifra de 55.979 habitan:. mensual de $ 8,30 a $ l 0,30 o sea, más del 20% de su ingreso. Ese posible ahorro era capaz
tes que dependían de la industria y que representaban el 26;03% de la población de de viabilizar, como se demostrará más adelante la realización de la vivienda propia.
Montevideo. · Al tentar la estimación numérica de los sectores populares con capacidad económica
Por su parte, el comercio ocupaba 7.658 trabajadores, en su casi totalidad mayores para acceder a la propiedad de la vivienda, se optó por excluir la categoría de sirvientes e
de 18 años. De ellos, 948 mujeres y 6. 71 O varones, de los cuales el 50% eran solteros y los incluir en cambio, la de peones. Los primeros, como ya vimos, percibían en el entorno de
restantes 3.355, casados. Asignando a los varones casados una familia promedio de 6 1900, salarios individuales que los colocaban por debajo del nivel subsistencia!. Aunque
integrantes, se calculan otros 20.130 personas que integraban el grupo de los que depen- se sabe que era frecuente la percepción de aportes complementarios en alimentación y/o
dían del comercio. Se llega así a la cifra de 24.433 personas que vivían a expensas de los alojamiento que podían conferirles cierta capacidad de ahorro, la información que se posee
salarios que pagaba el comercio. no permite cuantificar estas situaciones.
Sumando los integrantes de los tres grupos se llega a la cifra total de 110.447 indivi- Con ·referencia a los peones cuyo salario individual alcanzaba ajustadamente a cu-

r ú duos o sea, el 51,36% de la población total de Montevideo. Cifra que por las razones
anotadas, seria inferior a la situación real.
Puede afirmarse entonces, sin temor a error, que a lo largo de todo el período
, estudiado, más del 50% de la población de Montevideo integraba el tramo de los gue
percibían las más bajas remuneraciones de la escala de salarios vigente, no obstante lo cual
brir los gastos subsistenciales familiares, podían generar cierto ahorro aquéllos que . no
tuvieran familia a su cargo o quienes, teniéndola, recibían el aporte de algún otro integran-
te del núcleo. Bastaría, por ejemplo, poder destinar la cuarta parte del más bajo salario
_conocido, para amortizar el costo de un solar en alguno de los nuevos fraccionamientos de
~a ciu~ad, cuya venta se realizaba en cuotas de $ 1 o .$ 2 mensuales. Igualmente resulta
el especulador inmobiliario los consideró como clientes potenciales. imposible en este caso, precisar el número de peones ~n condiciones de generar algún
A los efectos de indagar su real capacidad económica para acceder a la propiedad, ahorro. Ni siquiera puede determinarse el volumen total de esta categoría de asalariados,
se optó por confrontar sus ingresos con el costo de vida en la época. Se apeló para elJo, a por imposibilidad de desagregar los datos censales. Pero es presumible la mayor factibili-
un presupuesto de "Gastos diarios de una familia, en LIRAS" de 1885, suministrado por dad de generar ahorros en el caso de un peón, que en el de un sirviente.
Rodríguez Villamil y Sapriza< 129> y convertido a moneda uruguaya al cambio de 5,40 liras Aunque la decisión de excluir la totalidad de los sirvientes é incluir la totalidad de
por$ 1 uruguayo, vigente entre 1880 y 1906. los peones puede ser discutible, se optó por atenerse a ella, al no encontrar una alternativa

Cuadro No. 6 - GASTOS DIARIOS DE UNA FAMILIA


* más razonable.
Bajo estas premisas, el volumen global de los sectores p_opulares con ca_Qacidad
económica para lograr la vivienda rqpia,_podría estimarse entonces, en el 37,39% de 1.a
En Liras En Pe,s os _población total, ~gún el cálculo a uí elaborado J>ara l 889t y en el 41,27%, según el cálculo
' )
Pan de trigo .................. . ........ ... . 0,5t $ 0 ,0925 de Barrán y Nahum para 1908; en cualquier caso, superaría holgadamente la tercera parte
Arroz y pastas .. . .... : .............. . ..... . 0,40 $ 0,075 de la población de Montevideo. Ello está evidenciando el acertado conocimiento del mer-
Carne ......... ...... ......... . ....... .... . 0,50 $ 0,0925 cado con que se manejó el especulador inmobiliario para trazar su estrategia.
Vino .. .. .·........................ . ........ . 0,40 $ 0,075
Legumbres . . ..... ... . .................... . 0,30 $ 0,055
Combustible .. . .............. . .... .. .. . ... . 0,30 $ 0,055
Vestimenta .......... . ..... ..... ....... ... . 1,20 $ 0,22
Alojamiento (pieza en conventillo) . .. ........ . $ 0,13 RESPUESTA DE LOS SECTORES POPULARES
$ 0,795
. . .El .análisis precedente hace suponer que el Montevideo de la expansión que impulsó
El gasto mensual de una familia alcanzaba, según este presupuesto, a la suma de $ la m1c1ativ~ privada por intermedio del especulador inmobiliario, pudo materializarse, en
24,65. Como en esa época el número mensual de jornadas laborables era promedialmente buena medida, por el aporte de un importante contingente de personas pertenecientes a
26, el ingreso diario de la familia debía ser de $ 0,95 como mínimo, para cubrir dicho los sectores de oblación con ba ·os medios in resos ue lo raron obtener la vivienda en
gasto. Ese gasto promedio dia1io era apenas accesible para un peón que ganaba un jornal propiedad.,

54 \ 55
La información oral suministrada por multiplicidad de personas -artesanos, opera- Los sectores populares prefirieron recurrir, para materializar la vivienda familiar, a
V
rios, funcionarios, maestros, pequeños comerciantes, etc.- que conocieron ese proceso en la autoconstrucción y la construcción por etapas; métodos no excluyentes sino que se ·~
forma directa o a trav6s de referencias de sus progenitores, así como algunos comentarios presentaban a ~uda como c'Omplementanos. ·El uso de esós procedimientos, permitía
que pueden leerse en la prensa de la época, parecen corroborar tal hipótesis. iniciar el camino hacia ~rop1a, aun contando con una restringida capacidad de
Se narra como hecho habitual, que modestos trabajadores adquirían los solares que ahorro. Bastaba con disponer inicialmente de $ 1 o $ 2 mensuales para adquirir un terreno
las empresas inmobiliarias vendían en publicitados remates y que podían pagarse median- en cuotas. U~ vez pagado el terreno, en plazos que iban comúnmente desde un año y .
te cuotas mensuales de$ 1, $ 2 o$ 3< 131 >. Por esa vía, un solar cuyo valor total era de$ 40 medio a cuatro anos, se podía seguir ahorrando esa pequeña mensualidad para construir
o $ 50, podía ser amortizado en plazos que iban desde un año y medio hasta cuatro años, algun~ habitación que, pc;r:-modesta que fuese, perm1ba alojar la fam1ha y liberarse de ~la
aunque se registraron casos en los que se concedían plazos mayores que podían llegar, carga del alquiler. El eventual cultivo de una pequena huerta y el CUidado de un gallinero
como ya se ha señalado, hasta 300 meses. Asegurada la posesión de un solar, podía enca- eñélprediO:lfodían contribuir a mejorar la dieta alimenticia del núcleo familiar y tal vez
rarse la construcción de la vivienda propia. dejaran alguna economía complementaria. Por esta~ acrecía la capacidad de aiiOITO
En el subtítulo anterior, se indicó la posibilidad de alcanzar la propiedad de una de la familia permitiendo encarar la construcción de la Vivienda definitiva. Ese tránsito
vivienda, con un ahorro de $ 8 ·o $ 1O mensuales. En efecto, con esa suma se podía afrontar hacia la vivienda en propiedad no se hacía sin impt>rtantes sacñhc1os, pero aun esto
el pago de una cuota destinada a la compra de un terreno y a la amortización de un constituía un hecho socialmente redituable, pues el consenso público tenía en muy elevada
préstamo bancario para financiar la construcción de la vivienda. Exist_ían en efecto, insti- consideración a quienes se sometían, con perseverancia, a la disciplina del trabajo y el
tuCiones financieras que otorgaban préstamos para construir, pagaderos en mensualidades ahorro.
entre$ 6,85 y$ 7,50 por cada$ 1.000 recibidosº 32>, cantidad con la que se podía edificar Esta modalidad de construcción, puede detectarse en viviendas de la época, en
en la época, una vivienda modestaº 33>. Pero debe admitirse que el auxilio bancario no fue muchas de las cuales ha quedado señalada su impronta.
4) el mecanismo financiero más recurrido por el sector popula¡. Aunque la propaganda suge- ' La autoconstrucción se manifiesta en el empleo d~ dispositivos constructivos muy
ría una liberalidad total en la concesión de los préstamos, la limitada solvencia económica simples y de escasa nerfección técnica, como corresponde al uso de una rp.ano de obra nq..
del sector popular debió dificultar su acceso a tales instituciones financieras. Por otra especializada. El aspecto que revela con mayor evidencia el empleo de la autoconstrucción,
parte, la mentalidad generalizada corisideraba la hipoteca exigida en garantía, como un es la resolución d'e los techados, para los cuales se recurrió con abundancia al uso de chapas
recurso desdoroso y que connotaba ruina o inconducta en la a.Quiinistración del patritno- metálicas sobre entramago de madera. sistema que requería escaso instrumental. poca
nio personal. Esto pudo ser un factor complementario de retracción en el uso de esa forma pericia técnica y no demandaba continuidad en su realización.
de financiación. La construcción de la vivienda por etapas sucesivas, se muestra sobre todo en el uso
Otra opción la ofrecían algunas empresas financieras <Banco Popular del Uruguay, de tipologías arquitectónicas que seactecuaban a ello)ocalizadas fundamentalmente en las
Banco Obrero del Uruguay, Banco Constructor Oriental, por ejemplo) que construían ca- Areas Exteriores de Montevideo. .
~ .)
sas individuales para vender. (Fig. 54 y 55). Pero tampoco este sistema contó con la Cuando la vivienda se construía por etapa,s, se comenzaba habitualmente por las
adhesión de los sectores sociales que t'tnían menguados ingresos. Los principales obstácu- _habitaciones de la zona posterior, que eran las más modestas, y sucesivamente se iba
los para esta alternativa estuvieron constituidos por la elevada cuota gue demandaba su avanzando. hacia el frente, culminando el plan con la construcción de los locales sobre la
financiación y por ias ubicaciones elegidas para la implantación de las viviendas, general- ~(Fig. 56 a 58). Cuando se apelaba a la autoconstrucción, al edificar los locales del
mente alejadas de los centros principales de ocupaciónº?4>. Ambas circu~stancias determi- frente y particularmente la fachada, se solía abandonar este sistema recurriendo al empleo 1
naron que esta opción fuese menos apta para los sectores populares que para los sectores
medios¡ estos últimos, no sólo poseían mayor capacidad de pago, sino que además no
1 ~e m~no de .obra especia~izada, con el deliberado propósito de conseguir una mejor apa-
nencia exteno_r que_ contnbuyera a elevar el status familjar. ~l insoslayable Francisco Piria
estaban dispuestos a afrontar los sacrificios que demandaba la autoconstrucción y la edifi- aporta un testlmomo de ese proceso. En un texto publicitario< 135> expresa:
cación por etapas a las que más adelante se hará referencia.
Francisco Piria, siempre avisado, captó la imposibilidad que tenía el sector popular "Se empieza por adquirir el solarcito con el pequeño ahorro, y el ahorro hace carne
para alcanzar la vivienda propia por esa vía, y la manejó como argumento publicitariq en el novel propietario, que comienza a ahorrar.para pagar el terreno y luego ahorra con
cuando manifestaba: qué hacer una casilla para meterse en ella y economizar el alquiler."...
"Lo que ha prosperado fue el pequeño ahorro acumulado lenta y pacientemente. . .......................... ....... .............. . ............. .. ...·............ . . . .. .
Todos pueden ahorrar 5 o 6 $ mensuales. No todos, sino muy pocos, pueden ahorrar 30 y "¡Y son infmitos los casos como éste!
40 pesos Por mes para comprar una casa a Ja Empresa Constructora en un país en donde Luego se sigue ahorrando el alquiler y al cabo de cierto tiempo, se edifica una casita
el capital cuesta tan caro. de material, algo retirada de Ja línea de la calle, dejando lugar para hacer después el frente
Una casita con esa cúota no puede adquirirla el obrero, no está a su alcance. más- lujoso y de azotea "(el subrayado es de los autores).
Al empleado tampoco le conviene porque no puede ahorrar Jo que ahorra el obrero,
y es vana ilusión y solemne fantasía hacerle creer que se le va a vender una casa por una
cantidad igual al importe del que paga por alquiler mensual. La "casa standard", en la generalidad de los casos, presenta un único nivel de te-
Fuera de ahí no hay nada práctico a no ser la venta de terrenos destinada a fomentar chos, lo que está i dicando que fue construida de una sola vez. Sin embar o se encuentran
al ahorro haciendo a la vez miles de propietarios, de los que muchos pueblan (construyen) ' e em los con más e un nivel en la cubierta en ciertos casos con distintos rocedimien-
de inmediato sin ayuda ni -protección de nadie. Hay que dejar al hombre que luche y ~os _constructivos (c bierta liviana y bovedillas, por ejemplo) lo que podría tomarse como
triunfe con su esfueno." 0 3s> md1cador de una construcción realizada en varias etapas. En estos casos, los techos más

56 57
altos corresponden a los locales sobre la calle, los que generalmente constituyen la culmina- De la consideración del Cuadro No. 7, se infiere que el Area Central (seccionales
ción de la construcción. La sobreelevación de esos techos podría responder al propósito de 1a. a 6a. correspondientes a "Ciudad Vieja" y "Ciudad Nueva") presentaba una situación
construirlos sin interferir con el resto de la vivienda que estaba habitada. casi. estabilizada. En los 19 años del período intercensal, el stock edilicio de esa área
Pero no siempre fue posible edificar la totalidad de las etapas previstas, como lo aumentó en 530 casas. Las casas alquiladas aumentaron allí en 540 unidades y las ocupa-
revelan multiplicidad de testimonios aún existentes. Se registran modestas viviendas com- das en propiedad, disminuyeron en 1O. Prevalecen en consecuencia," las fincas ocupadas en
puestas de 2 o 3 habitaciones, un pequeño local anexo para cocina y, a veces, uno para arrendamiento. En efecto, en 1889 el 81, 72% de las casas del Area Central, estaban alquila-
baño<IJ6l (Fig. 59). En muchos casos, estaban complementadas con un pasillo adyacente a das; en 1908 lo estaban el 83,25%.
las piezas, cerrado con un enrejillado de menudas maderas en procura de mejorar las Por el contrario, las Areas Exteriores manifiestan un marcado desarrollo edilicio.
condiciones de intimidad y climatización (Fig. 60 y 61 ). Estas -viviendas están casi sie~pre Entre 1889 y 1908 se construyeron en esas áreas, 14.35 1 viviendas nuevas, de las cuales
retiradas de la línea de la calle, posiblemente previendo la eventualidad de ulteriores 5.649 o sea el 39,36%, fueron ocupadas por sus propietarios. En 1889, las casas ocupadas
ampliaciones. por sus propietarios eran 5.539, o sea el 28l 76% de todas las casas ocupadas de Montevi-
deo. Esta categoría llega, en 1908, a la cifra de 11.188, aumentando su peso porcentual a
32,77%. Las casas ocupadas por sus propietarios en las Areas Exteriores se multiplicaron
Tenencia de la Vivienda por 2,62 en el período intercensal, en tanto que el stock edilicio de toda la ciudad sólo se
multiplicó por 1,74.
El análisis de la información censal disponible confirma la importante gravitación Si se consideran los datos referentes a población, se constata una tendencia similar.
de los sectores populares en la concreción de la· expansión urbana de Montevideo. Para ese El cuadro No. 8 resume la cuantificación de la población desde el punto de vista de la
análisis, se ha recurrido al Censo Municipal del año 1889 y al Censo Nacional del año forma de tenencia de la vivienda ocupadaC 138>.
1908. Aunque estas fuentes no permiten confeccionar una serie y tampoco brindan infor-
mación homogénea ni· plenamente confiableC 137 l, proporcionan· de cualquier modo datos
ilustrativos sobre la forma de tenencia de las fincas existentes, su distribución territorial y Cuadro No. 8 - HABITANTES, INQUILINOS Y PROPIETARIOS
su nivel de confort.
AÑO 1889 ·
El cuadro No. 7 resume la información relativa a las formas de tenencia de la
PROPIETARIOS INQUILINOS
vivienda en l_889 y en 1908.
Secc. Judicial Total Cantidad Porcent. Cantidad Porcent.
Habit. (1) (2)
Cuadro No. 7 - FORMAS DE TENENCIA DE LA VIVIENDA
1a. a 6a. 89.901 89.992 39,29% 6.909 3,27%
AÑO 1889
. ~~ ', CASAS ALQUILADAS CASAS EN PROPIEDAD . Areas Ext. 121.307 88.907 42,09% 32.400 15,34%

Secc. Casas Cantidad Porcent. Cantidad Porcent. 211.208 171.899 81,38% 39.309 18,61%
Judicial" Ocupadas (1) (2)

1a. a 6a. 6.460 5.279 27,41% 1.181 6,13% AÑO 1908(134l


INQUILINOS PROPIETARIOS
Areas Ext. ·12.797 7.258 37,69% 5.539 28,76% Secc. Judicial Total Cantidad Porcent. Cantidad Porcent.
Habit. (1) (2)
Totales 19.257 12.537 65,10% 6.720 34,89%
1a. a 6a. 90.061 76.401 24,84% 13.660 4,44%

AÑO 1908 Areas Ext. 217.518 132.667 43,13% 84.851 27,59%


CASAS ALQU ILADAS CASAS EN PROPIEDAD
Secc. Judicial Casas Cantidad Porcent. Cantidad Porcent. 307.579 209.068 67,97% 98.511 32,03%
Ocupadas (1) (2)
(1) Porcentaje de población inquilina respecto al total de población 9e Montevideo.
1a. a 6a. 6.990 5.819 17,04% 1.171 3,43% (2) Porcentaje de población propietaria respecto al total de población de Montevideo.

Areas Ext. 27.148 15.960 46,75% 11.188 32,77%

Totales 34.138 21.779 63,79% 12.359 36,20% En el Area Central, donde la población total se mantuvo estabilizada, la población
inquilina disminuyó en 6.591 personas, lo que significa un decrecimiento porcentual de
( 1) Porcentaje de casas alquiladas respecto al total de casas ocupadas de Montevideo. 7,94%. En el mismo lapso en cambio, la población propietaria aumentó en 6.75 1 personas,
(2) Porcentaje de casas en propiedad respecto al total de casas ocupadas de Montevideo. lo que constituye porcentualmente, un crecimiento del 97, 71 %. Los guarismos referentes

58 59
a fos propietarios deben tomarse con reserva, dado que arrojan un promedio de ocupación El cuadro No. 9 (síntesis del Anexo No. 10), muestra la·evolución de las cubiertas
de 11,67 habitantes por casa, lo que parece excesivo aun considerand~ _que los sectores entre 1889 y 1908. Tal como se vino haciendo, se diferencia el Area Central (donde se
altos, mayoritariamente propietarios en esa área, integraban a la ~am1_ha ~e. san~e .un afincaban de preferencia los sectores altos), de las Areas Exteriores (que constituían el
número importante de sirvientes. Las cifras relativas a la P?blac1ón m.qudma, s1 bien habitat de la mayor parte de los sectores populares). Se establece en este caso además una
arrojan promedios altos de ocupación por finca, son más exphcables, te~1~ndo en cu~nta precisión, segregando de las Areas Exteriores, las secciones judiciales 7a, l 5a y l 8a, que
que allí está incluida la población de los conventillos y otras formas de v1viend~-co~ectl~~­ corresponden a los "nuevos" afincamientos de Cordón, Playa Ramírez, Punta Carretas y
Estableciendo la relación con la población total de la ciudad, en 1889, la poblac1on mquili- _Pocitos, porque en ellos se produjo desde un principio, una radicación importante de
na del Area Central era el 39.29% y la propietaria, el 3,27%, en tanto que en 1908, la pobladores pertenecientes a los sectores medio y alto.
primera bajó el 24,84% y la segunda subió al 4,44%. . .
Durante el período intercensal, en las Areas Extenores se venfica el aument~ de
todos los guarismos. La población total se incrementó_en 96.211 habitantes, lo que consti-~ - Cuadro No. 9 - CONSTRUCCIONES SEGUN EL TIPO DE CUBIERTA
tuye el 79,31 % de aumento. ~a población ínquilina creció e~ 43. 760 personas,. o sea el Año 1889
49 22%. Y la población propietaria aumentó en 52.451 personas, lo que constituye un ..
Azoteas Porcen. Pareen.
au~ento porcentual de 161,88%, a la vez que representa el 54,43% del crecimiento de toda Secc. Judicial Casas
Total % /Cas.
Cub.
Livian.
Pareen.
% /Cas.
Otros
Techos %/Cas.
la ciudad de Montevideo en el mismo lapso. Asimismo, se verifica que la población inqui- Sec. Sec. Sec.
lina de las Areas Exteriores se mantiene casi estacionaria en valor porcentual, (42,09% en
1889 y 43, 13% en 1908), respecto a la población de toda la ciudad. Se registra en cambio 1a. a 6a. 6.683 6.129 91,71 546 8,17 7 0,10
un decrecimiento acentuado en términos relativos, respecto a los habitantes de la propia
área, pasando del 73,29% en 1889, al 60,99% en 1908. Areas Ext. +
Por el contrario, la población propietaria de esas mismas Areas Exteriores, experi- 7a., 15a. y 18a. 4.796 3.703 77,21 1.059 22,08 34 0,71
menta además de un aumento en números absolutos, un incremento bien señalado en valor
relativo. Con relación a la población de toda la ciudad, pasa de 15,34% en ·I 889, a repre- Resto
sentar el 27,59% en 1908, en tanto que con relación a la población de la propia área, crece Areas Ext. 9.309 5.008 53,80 ' 4.241 45,56 57 0,61
1
desde el 26, 71 % al 39% en los mismos años. Dicho de otro modo, la población total de 20.788 14.840 5.846 98
Montevideo y la población inquilina de las Areas Exteriores, se multiplicaron por 1,46 y
1,49 respectivamente, mientras que la población propietaria de esas mismas áreas, se mul-
Año 1908
tiplicó por 2,62, entre 1889 y 1908. .
Es incuestionable el aumento experimentado por la población que habitaba en casa Secc. Judicial Casas Azoteas % /Cas. Cub. %/Cas. Otros %/Cas.
Total Sec. Livian. Sec. Techos Sec.
propia, producido entre 1889 y 1908, particularmente en las Areas Exteriores. Interesaría
además, determinar a qué sectores sociales pertenecían esos nuevos propietarios. Tal infor- 6.318 86,25 . 581 7,93 ..... 426 5,82
1a. a 6a. 7 .325
mación no surge directamente de los datos censales por lo que es necesario recurrir a
procedimientos indirectos para su determinación. Areas Ext. +
1í En primer lugar, el hecho de que el mayor aumento de la población propietaria se 7a., 15a. y 18a. 9.932 . 7.187 72,36 2.175 21,90 579 5,83
verifique en las Areas Exteriores -con menor valor territorial e inferior dotación de s~rvi­
cios públicos que el Area Central- permite presumir que un número importante de esos Resto
~ propietarios pertenecieron a los sectores populares. Areas Ext. 18.823 8.015 42,58 ·..., 9.564 50,81 1.235 6,56
Otro indicio puede darlo la calidad de las construcciones realizadas en el período.
Para evaluar la calidad de los edificios se ha tomado como indicador el tipo de cubierta 36.080 21.520 12.320 2.240
empleado, desde el momento que constituye, dentro de la información disponible, el únfoo
elemento claramente diferenciador. Ni la estructura mural -por el uso generalizado de la En 1889 "otros techos y no especificados" representaban el 0,4 7% de los edificios
mampostería (véase Anexo No. 9)- ni las instalaciones de servicios públicos -por su res- contabilizados, porcentaje que en 1908 se elevó al 6,21%. Este aumento porcentual parece
tringida y parcial distribución hacia esos años (ver Anexo No. 11 )- resultan adecuados responder a una deficiencia del relevamiento censal y no a la aparición de nuevos tipos de
para medir ese aspecto. Puede considerarse que los techos de azotea corresponden a edifi- techado. Suponiendo que en el grupo de techos no individualizados, las azoteas y los
cios de mayor calidad y confort, en tanto que las cubiertas livianas están asociadas a las techos livianos guarden la misma proporción que aquellos que fueron especificados, se
construcciones más modestas. En consecuencia, fueron incluidos en un grupo, los techos puede corregir el cuadro de 1908 tal como se expresa en el Cuadro No. 10.
de azotea y en otro, los techos livianos que incluyen los de tejas, los de zinc, los de hierro
galvanizado y los de paja. Se dejan aparte las cubiertas que, en ambos censos, se registran
como "otros" y "no especificados", por no tener referencia alguna acerca de su calidad; El Area Central presenta durante el período intercensal, una estabilidad numérica
aunque por descarte, podría suponerse que entre ellos se encuentran algunos otros tipos de .respecto a las tipologías de techado usadas, concordante con la estabilidad manifestada por
alta calidad constructiva (estructuras abovedadas, cubiertas de pizarra, cobre, etc.). su población. Asimismo se constata el neto predominio de los techos de azotea, que tanto
en 1889 como en 1908, superan el 90% del total del área.

60
61

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\
Uf_~' \
~ Cuadro No. 11 - CONSTRUCCIONES TECHADAS CON HIERRO GALVANIZADO O ZINC
Cuadro No. 10 - CONSTRUCCIONES SEGUN TIPO DE CUBIERTA
1908 1889 1908

Secc. Judicial Casas Azoteas Porcen. Cub. Porcen. Otros Porcen. Secc. Judicial Casas Zinc y Porcen. Casas Zinc y Porcen.
Total %/Cas. Livian. %/ Cas. Techos 1 %/ Cas. Total H.G. Total H.G.
Sec. Sec. Sec.
1a. a 6a. 6.683 414 6,19% 7.325 400 5,46%
1a. a 6a. 7.325 6.685 91,26 615 8,40 25 0,34
Areas Ext. +
Areas Ext. + 7a, 15a y 18a 4.796 704 14,68% 9.932 1.811 18,23%
7a., 15a. y 18a. 9.932 7.606 76,58 2.303 23,18 33 0,33 '·
Resto
Resto Areas Ext. 9.309 1.773 19,05% 18.823 7.262 38,58%
Areas Ext. 18.823 8.541 45,38 10.192 54,15 81 0,43
20.788 2.891 36.080 9.473
36.080 22.832 13.109 139 ...
Los guarismos hasta ahora manejados, permiten definir la calidad de construcción
de las 3 .zonas urbanas consideradas:
En las Areas Exteriores, se producen en cambio modificaciones significativas. La
sub-zona compuesta por las secciones judiciales 7a, l 5a y l 8a, muestra características El Area Central presenta el más alto grado de calidad de construcción de toda la ciudad, __,.,.
}
intermedias entre el Area Central y el resto de las Areas Exteriores. En efecto, con el Area ( lo que es demostrativo del predominio de pobladores pertenecientes a los sectores altos
Central se asemeja por la estabilidad que presentan los valores porcentuales y el neto _de la sociedad.
predominio que tienen los techos de azotea. Con el resto de las Areas Exteriores tiene en - En las secciones judiciales 7a, 15a y 18a se constata un aumento significativo de las
común, el señalado desarrollo edilicio y el mayor índice de crecimiento que manifiestan construcciones modestas, aunque de todos modos se advierte la primacía de las cons-
las construcciones con techados livianos. En las secciones judiciales 7a, l 5a y 18a el stock trucciones de buena calidad. ·
edilicio se multiplicó por 2,07 entre 1889 y 1908, en tanto que el resto de las Areas - El resto de las Areas Exteriores muestra el predominio de las construcciones modestas,
Exteriores lo hizo por 2,02 y el Area Central solamente por 1, 1. A su vez, los techos de concordante con una población que en su mayoría provenía de los sectores populares.
azotea se multiplicaron por 2,05 y las cubiertas livianas por 2, 17, aunque se conserV'aron
casi constantes los valores porcentuales: en 1889, las azoteas eran el 77 ,2 1% de las cubier- El predominio de las cubiertas metálicas dentro de las construcciones calificadas
tas del área y los techos livianos, el 22,08%; en 1908, representaban respectivamen~e, el como modestas, es indicativo del propósito de los sectores populares, por conseguir calida-
76,58% y el 23, 18%. des constructivas que no se lograban con otros materiales más económicos. En efecto, el
En las Areas Exteriores, excluidas las secciones judiciales 7a, l 5a y 18a, los cambios zinc y el hierro galvanizado posibilitaban estanqueidad y durabilidad, a la vez q~~ una
fueron más acentuados, tanto en valor numérico como porcentual. Las cubiertas livianas apariencia exterior similar a la que se obten~a mediante el techado en azoteas, cond1c1ones
se multiplicaron allí por 2,40, en tanto que las azoteas sólo se multiplicaron por 1,71 entre que no se lograban con las cubiertas de teja o de paja. Estas últimas alternativas, aunque
1889 y 1908. Consecuentemente, las azoteas, que en 1889 representaban el 53,80% del de menor costo, tuvieron muy poca aceptación. Ello es indicativo, sin duda, de la aspira-
total del área, bajaron al 45,58% en 1908, mientras que los techos livianos crecieron del ción a mejorar sus condiciones de vida a través de la vivienda, que primaba dentro de los
45,56% al 54, 15% en el mismo período. sectores populares.
Es posible que en realidad, los números fueran mayores a favor de las cubiertas Los techos de tejas que en 1889 eran 1.979 y representaban el 9,51% de todos los
livianas. Se· han observado ejemplos de viviendas que presentan una parte techada con
tech¿s, en 1908 habían disminuido a 1.869, con un peso porcentual de sólo 5,18%. Los
azotea y otra con cubierta liviana, circunstancia que los censos no registran. Es posible que techos de paja, por su parte, que se mantuvieron ,constantes en número absoluto -976
en tales casos se tomara en cuenta un solo tipo de techo; probablemente el de azotea, que
cubiertas- pasaron de representar el 4, 7%, a solamente el 2, 71 % en el mismo período

¡
en general correspondía a la parte más reciente y de mejor apariencia del edificio. .
(véase Anexo No. 10).
Entre las construcciones con cubierta liviana, predominaban las techadas con zinc
Concordantemente, las estructuras murales catalogables como de baja calidad, tam-
o hierro galvanizado. En 1889, el 49,45% de los techos livianos estaban confeccionados
bién tuvieron escasa significación. Se soslayarán las consideraciones respecto a los muros
con chapas metálicas, y en 1908, ese porcentaje se había elevado al 72,26%. El cuadro No.
que en el censo de 1889 se agrupan bajo la denominación "zinc o piedra" y en el censo de
11 resume los datos que muestran la evolución de los techos de zinc y hierro galvanizado.
1908, como "otros y no especificados'', porque, al no existir en ambos censos las categorías
En el Area Central los techos de hierro galvanizado o de zinc disminuyeron en homólogas, no resulta posible la comparación.
números absolutos, de 414 en 1889, a 400 en 1908. En las Areas Exteriores en cambio, Las casas construidas con muros de mampostería (ladrillo y/o piedra) predominaron
crecieron en forma notoria multiplic~ndose por 3,66. Discriminando por sub-zonas, las netamente. Su número en toda la ciudad, se multiplicó en el período intercensal, por 1,66;
secciones judiciales 7a, 15a y 18a acusan un factor de crecimiento de 2,57, en tanto que aunque porcentualmente disminuyeron levemente, pasando del 92, 19% en 1889, al 88,06%
en el resto de las Arcas Exteriores, el factor de multiplicación es 4, 1O. en l 908 (véase Anexo No. 9).
>
62 63
Los muros de madera en cambio, en el mismo período, se multiplicaron solamente
por 1,47 y además se redujeron porcentualmente del 2,85% al 2,42%. ,
Analizando ahora la ciudad por zonas, se constata que en el Area Central el numero
de construcciones con muros de madera fue siempre insignificante (55 edificios en 1889 y
65 en 1908). En lo que respecta a las Areas Exteriores, su número creció, multiplicándose
por ·1,5; pero su peso porcentual disminuyó desde el 3,81 % al 2,81 %, en igual lapso.
Es necesario hacer una consideración especial respecto a la sección judicial 18a .¡
integrada a las Areas E!Cteriores, correspondiente a los barri~s de Pocitos, Pu~ta Carre~~s, _:. .
etc. Allí se presenta una situación aparentemente anómala. En efecto, en dicha secc1on
judicial, los edificios de madera se multiplicaron or 4,38 entre ambos censos, lo que
puede sorpren er, ratándose una zona con valor terntona re a ivamente eleva o y
afincamiento importante de pobladores pertenecientes a los sectores medio y alto. Pero el
hecho uede ex licarse si se tiene en cuenta que muchas de las construcciones que allí se
realizaron, fueron casillas de uso trans1 o urante a tempora a veraniega y ocahza as Consideraciones finales
en la proximidad de la co~a.oc:::: . , . . .
Por su parte, la nstrucciones con muros de adobe, terron o s1m1lares tuv1 ron
aúrr_ menos relevancia numérica. En efecto, en el peno o mtercensal dismmuyeron en un
49%,oCllc1íO de otro modo, se redujeron casi a la mitad. · ·
Después de la Guerra Grande la ciudad de Montevideo sufrió un acelerado aumento
Todo lo que antecede fortalece la presunción de que un significativo p~rcentaje de de población. Esa explosión demográfica se tradujo en un importante crecimiento territo- (
los sectores populares, accedieron a la vivienda propia y de ese modo, contribuyeron a la rial, en el que tuvo relevancia la acción de un apreciable porcentaje de los sectores popula-
materialización del proceso expansivo urbano de Montevideo. Pero no es posible efectuar res, conjugada con la actuación del dinámico sector de la empresa privada que operaba en
su cuantificación exacta con los medios disponibles. Se procurará, sin embargo, una esti- el campo de la especulación inmobiliaria. Ello puso de manifiesto la sagacidad del especu-
ll
mación aproximada para el año 908,Jaun alertados acerca de las imprecisiones ~ue el lador para interpretar la coyuntura del momento y generar los mecanismos apropiados que
le asegurasen una alta rentabilidad.
procedimiento empleado puede introducir.
Por la información censal disponible, se conoce que la población total de Montevi- A la vez, se reveló la existencia de un potencial económico significativo que abarca-
deo alcanzaba en ese año, la cifra de 307.579 habitantes< 139>, de los cuales 98.511, o sea el ba un amplio tramo del espectro social. Una parte considerable de ese potencial económico
32,03%, vivía en casa propia. era detentado por los sectores populares. En este grupo -que superaba el 70% de la pobla-
ción total- más de la mitad de sus integrantes tenían ingresos que le permitían generar
Para realizar la pronunciada estimación se formulan las siguientes hipótesis ' de cierto ahorro y, tal como se consignó en el capítulo anterior, no menos del 32,67% lo

D
trabajo: _ _ canalizó hacia la vivienda propia. De ese modo, los sectores populares se constituyeron en
a) Ningún integrante del nivel bajo de los sectores populares, (que pueden calcularse en un factor importante de la expansión urbana de Montevideo.
96.334 habitantes) alcanzó la vivienda propia. Aunque mediatizada por la presencia de casi un tercio de la población sometida
b) Todos los integrantes del sector medio alto y del sector alto (que pueden estimarse en explotación e infraconsumo, la situación económica que presentaba buena parte de los
29.774 personas) vivían en casa propia. sectores populares montevideanos hacia 1900< 141 >, era excepcional si se la compara con la
c) También vivía en casa propia el 50% de los integrantes del sector medio absoluto (que { de otras ciudades la~inoamericanas y cont~as~a con ~a pauperiz,ación y el deterioro salarial
alcanzaba a 27.267 personas). . sufrido por el trabajador uruguayo en los ulttmos anos. - .
Actualizando el presupuesto familiar de 1885 (incluido en el capítulo anterior: Cua-
Indudablemente estas hipótesis pueden considerarse excesivas. Es posible que en el dro No. 6), a los yalores de mercado de mayo de 1984, resulta que los $ O, 795 correspon-
sector popular bajo, hubiese algunos propietarios y, lo que es aún más probable, que en dientes al gasto diario de 1885, se transforman en $ 251,66 (véanse Anexos No. 15 y 16).
los sectores altos hubiese . algunos inquilinos. Pero de esas circunstancias no existe infor- En consecuencia, el presupuesto mensual de la familia que en 1885 era de $ 24,65, pasa a
mación cierta que permita cuantificarlas. ser de N$ 7.801,46 en 1984, suponiendo en una y otra época, el mismo consumo en calidad
Aceptando esas hipótesis de trabajo se llega a la cantidad de 57.041 personas vivien- y cantidad< 142>.
do en casa propia, provenientes de los sectores medio y alto. Para alcanzar el número de Tomando como referencia los operarios de la industria de la construcción, el peón
98.511 habitantes propietarios que registra el Censo de 1908, deben incluirse otros 41.470 que en 1885 recibía por su trabajo$ 0,95 diarios cubría su gasto familiar mensual con 26
habitantes propietarios, y éstos sólo pueden provenir del sector popular alto y del sector jornales. En 1984, con un jornal de N$ 135,04(143>, el peón hubiera necesitado para el
medio bajo. Como los habitantes pertenecientes a ·estos sectores pueden estimarse en mismo propósito, unos 58 jornales. Ello significa que el peón de 1885 tenía un poder
126.938!1 40>, puede concluirse que por lo menos el 32,67% de ellos, logró la vivienda propia. adquisitivo 2,23 veces mayor que el peón de l 984. Haciendo el mismo cálculo para el
Consecuentemente se deduce que como mínimo, el 42, 10% de los habitantes propietarios oficial albañil, resulta que en 1885, con un jornal de$ 1,50, cubría el presupuesto familiar
de Montevideo pertenecería a los Sectores populares. Porce~taje significativo. que confir- mensual con 16 y l/2jornales. En 1984, recibiendo una paga diaria de N$ 153,45, hubiera
maría la hipótesis inicialmente planteada respecto a la importancia de ese sector poblacio- requerido 51 jornales para el mismo fin. En otras palabras, el oficial albañil de 1885 tenía
nal en el que se ha denominado "Montevideo de la expansión".

64 65
/
1,.
un poder adquisitivo 3,69 V€:Ces mayor que el de 1984. _
Tomando ahora como base comparativa el costo del transporte urbano, se constata
un desequilibrio similar: los$ 0,95 que ganaba por día el peón de 18~5, equi~alían a ~3,75
pasajes mínimos de tranvía; en ca~bio, _l~s N$ 135,94 que cob.raba J>Or dia .~l peon de
1984, sólo equivalían a l 4,21 pasajes ~mrnmos. Hac~e~do la _misma coi:relacioll: ~ara el
oficial albañil, se verifica que con el jornal que recibia en 1885, podi;ia adq~1?1" 37,5
pasajes mínimos de tranvía, mientras que con el de 1984, solamente podía adqumr 16, 15
pasajés mínimos. · . .
Las comparaciones que anteceden demuestran que el trabajador con oficio en 1~84,
apenas alcanzaba el nivel de remuneraciones que te~an los _"sirvien~es" d~ fines del siglo
XIX, quienes como ya se ha. visto, est~ba~ por ~ebajo del rnvel subsistencia!. _ .
Ese relativo afianzamiento economico verificado en los sectores populares mont~vi­
deanos en él entorno de 1900, tuvo múltiples consecuencias en varios ór~enes de la vida
ciudadana. - .
N tas
Puede ser una explicación razonable de la débil conciencia de clase mamfestada por
los trabajadores, que se tradujo en una escasa y discont~nua activ~da.d .sindical. . .
A su vez debió ser uno de los factores que determmaron el mcip1ente fortalecimien-
to registrado en los sectores medios por esos años y que, en definitiva, los convirti~ron en
el sustento electoral de las corrientes reformistas generadas en torno a la personalidad de
José Batlle y Ordóñez, en los años ulteriores. SIGLAS EMPLEADAS: .
CIESU: Centro de Información y Estudios del Uruguay; EBO: Ediciones de la Banda Oriental; FCU: Fundación de
y en el ámbito urbano, pudo reflejarse en la ciudad sin grandes contrastes, que fue Cultura Universitaria; IHA: Instituto de Historia de la Arquitectura (Facultad de Arquitectura, Universidad de la
el "Montevideo de la expansión", construido con importante aporte de los sectores República, Uruguay); IMM: Intendencia Municipal de Montevideo; JDM: Junta Departamental de Montevideo;
MOP: Ministerio de Obras Públicas, Uruguay.
P~J>ulares.

. (1) Término y jurisdicción de Montevideo establecidos por Pedro Millán el 24 de diciembre de 1726.
ESCRIBANIA de GOBIERNO y HACrENDA. Mdeo. Copia de los Libros Padrón No. 1 y 2. 1726 a 1730. Mdeo.
. 1891. f.2 y 3.
(2) ASTIGARRAGA, José P. "Historia de la división política de la República Oriental del Uruguay".
MOP. Dirección de Topografía del Uruguay. Mdeo. 1963.
(3) Ley del 25 de agosto de 1829. PEREZ MONTERO, Carlos. "La calle del 18 de Julio". Apartado de la
Revista del Instituto Histórico y Ge?gráfico del Uruguay. Mdeo. 1942. p. 149 y 150.
(4) No existe certeza respecto a la fecha en que José M. Reyes efectivizó el trazado de la Ciudad ·Nueva.
Según expresa Isidoro de María en su obra "Rasgos biográficos de hombres notables. de la República O. del
Uruguay" (Mdeo. 1886. p. 63 y ss.) lo habría realizado entre los años 1832 y 1833, cuando ya Reyes actuaba
como presidente de la Comisión Topográfica, institución creada por decretos del 12 y 19 de diciembre de 1831.
Pérez Montero opina en cambio, que tal trabajo pudo haberse concretado antes del mes de agosto de 1830.
(PEREZ MONTERO, C. Op. Cit., p. 164 y ss.).
(5) La denominación de "Cordón" proviene del nombre que se daba a la línea demarcadora del Ejido,
próximo a la cual estaba emplazado. El nombre de "Aguada" refiere l!,_las fuentes manantiales que existían en ese
paraje y que proveían de agua a la ciudad y a los barcos que llegaban al .puerto.
(6) ..."ventres uertey suerte fui dexando una calle de l 2vs de ancho para quesirva deabrevádero segun
esta ordenado porla Lei zitada en cabeza depadron" ... Reparto de Chacras realizado por Pedro Millán el 18 de
enero de 1730. ESCRIBANIA de GOBIERNO y HACIENDA. Mdeo. Copia de los Libros Padrón No. 1 y 2. 1726
a 1730. Mdeo. 189 1. f. 34v.
(7) Censo Nacional_del año l 85i.En "Anuario Estadístico" Años 1902 y 1903. Tomo l. Mdeo. 1905.
(8) El Censo Nacional del año 1908 registró para la ciudad de Montevideo 309 .231 habitantes. Si se
considera que entre 1911 y 1915 la tasa de crecimiento vegetativo anual era de 17 ,64 por mil, puede estimarse
la población en 1915, en unos 350.000 habitantes.
(9) Esa cifra resulta de considerar los 36.080 edificios registrados por el Censo Nacional de 1908, incre-
mentados con 6.705 permisos de construcción otorgados por el Municipio de Montevideo en los años 1909, 1910
y 1911.
(10) En el decurso de la segunda mitad del siglo XIX, se sancionaron más de una docena de leyes aduaneras
con el objeto de promover el comercio internacional y proteger la industria nacional.
. (11) Los principales tratados de comercio y navegación firmados por Uruguay en la segunda mitad del
siglo XIX fueron: con el Zollverein (asociación aduanera de los estados alemanes) en 1856, con Brasil en 1857,
con Bélgica en 1858, con Italia en 1867, con el Imperio Alemán en 1875, con Italia y Gran Bretaña en 1885, y
con el Imperio Alemán y Francia en 1892.

¡
J_
67
( 12) En 1881 operaban en el puerto de Montevideo 11 compañías europeas de navegación transatlántica,
además de múltiples empresas que realizaban servicios continentales y de cabotaje. * LLOYD, Reginald. "Impresiones de la República del Uruguay''. Greater Britain Publishing Company.
( 13) En 1849 se creó la Facultad de Jurisprudencia, en 1875 la Facultad de Medicina y en 1885 la Facultad Londres. 1912. .
de Matemáticas que otorgaba los títulos de arquitecto, ingeniero y agrimensor. Las profesiones vinculadas a la * PFAFFLY, Casimiro. Plano de la ciudad de Montevideo. Año 1893.
producción agraria se crearon recién en el siglo XX, durante el rectorado de Eduardo Acevedo: en 1905 se * Diario "El Ferrocarril''. Mdeo. Años 1868 a 1880.
estableció la Escuela de Veterinaria y en 1906 la Escuela de Agronomía, elevadas al rango de Facultades en 1935 * Diario "El Siglo". Mdeo. Años 1868 a 1880.
y 1925 respectivamente. (34) Sólo mantuvo la tracción a sangre el Tranvía del Norte que se electrificó tardíamente, en 1924.
(14) BARRAN, José P. y NAHUM, Benjamín. "El Uruguay del Novecientos". EBO. Mdeo. 1979. p. 29. (35) La ley de cambio de tracción del 8 de julio de 1905, estableció como exigencia la extensión de algunas
( 15) En 1889 se registraron en Montevideo 79 estudiantes de Medicina, lo que equivalía a 1 estudiante de las líneas existentes; entre ellas, un ramal tranviario hasta Carrasco, el que sólo alcanzó a tenderse hasta la
cada 2722 habitantes. En 1905 el número de estudiantes de Medicina se había elevado a 173. Para dicho año se zona de Malvín.
carece de datos de población, por lo que se la ha comparado con la de 1908, obteniéndose la relación de 1 (36) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del Novecientos". EBO. Mdeo. 1979. p. 114.
estudiante de Medicina cada 1737 habitantes (Acevedo, E., Anales Históricos, T. ·rv y V, Movimiento (37) WONNER, E. "De las industrias y del desarrollo industrial en la República Oriental del Uruguay".
admin istrativo). El Censo Nacional de 1908 registra, a su vez, 243 médicos en Montevideo, lo que hace Ja Imp. Rural. Mdeo. 1888. _
relación de 1 médico cada 1272 habitantes. Para los años precedentes no se obtuvo información sobre el número (38) PINTOS, F.R. "Historia del movimiento obrero del Uruguay". Gaceta de Cultura. Mdeo. 1960. p. 27.
de médicos. (39) Memoria correspondiente a la Administración del año 1907 presentada por el Directorio de La
( 16) El Censo Nacional de 1908 registró en Montevideo 270.049 habitantes vacunados, o sea el 87,2% del Transatlántica. Mdeo. 1908.
total de su población, que alcanzaba a 309.231 habitantes. · (40) Artículo 7o. de la Ley sobre ca~bio de tracción del 8 de julio de 1905. ALONSO CRIADO, Matías.
"Colección legislativa de la República Oriental del Uruguay",. Año 1905. Mdeo. 1906, p. 220.
( 17) En 1889 se construyen dos asilos maternales sobre proyectos del Arq. Juan Tosí: el No. 1, ubicado en
la calle Durazno entre Yi y Cuareim, y el No. 2, ubicado en la calle Yaguarón entre Cerro Largo y Galicia. En .-· (41) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El _Uruguay del Novecientos''. EBO, Mdeo. 1979. p. 149.
1894 se contruyó el asilo maternal No. 3, sobre proyecto de Parcus y Siegerist, ubicado en la calle Piedras entre (42) EMILIO REUS y BAHAMONDE era natural de España, donde nació en 1858. Graduado de abogado
Misiones y Treinta y Tres. en Madrid, ejerció alli su profesión conjuntamente con actividades de publicista, político y especulador de bolsa.
( 18) Entre 1870 y 1900 se fundó un número importante de pueblos, la mayoría de ellos, sobre las vias' Reiterados fracasos en la especulación bursátil lo obligaron, en 1886, a emigrar a Buenos Aires; allí intentó, sin
ferrocarri leras que se tendieron en esos años. Ver: ALVAREZ LENZI, Ricardo "Fundación de poblados en el éxito, reiniciar su actividad en el campo financiero. En 1887 deja Buenos Aires y se establece en Montevideo
Uruguay''. IHA. Mdeo. 1972. donde fundó el Banco Nacional cuya gerencia desempeñó hasta 1888, y la Compañía Nacional de Crédito y
( l 9) Se usaron las siguientes fuentes de informacion: Obras Públicas que también dirigió personalmente. Con esta empresa realizó importantes operaciones inmobilia-
*Censo Nacional del año 1852. rias y edilicias, entre las que se destacan dos conjuntos habitacionales conocidos con las denominaciones de
* Censo Nacional del año 1860. Barrio Reus Norte y Barrio Reus Sur. La crisis financiera del año 1890 arrastró a la quiebra tanto al Banco
* Censo Municipal de Montevideo del año 1889. Nacional como a la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas y marcó la caída definitiva del Dr. Emilio
* Censo Nacional del año 1908. Reus. Sumido en extrema pobreza murió en Montevideo el año 1891 , cuando apenas contaba 32 años de edad.
* "Anuario Estadístico" Años l 902-1903. Tomo l. Mdeo. 1905. p. 40, 47 y 125. (43) JACE>B, R. "Breve historia de la industria en el Uruguay". FCU. Mdeo. 1981. p. 59.
* "Anuario Estadístico" Año 1908. Tomo II. Parte 111. Mdeo. 1910. (44) LAMAS, Mario D. y PIOTTI, Diosma E. "Historia de la industria en el Uruguay. 1730-1980". Cáma-
(20) SOLAR!, Aldo. "Estudios sobre la sociedad uruguaya". Editorial· Arca. Mdeo. 1964, p. 119. ra de Industrias del Uruguay. Mdeo. 1981. p. 88 y 89.
(21) RAMA, Germáñ. "El ascenso de las clases medias". En "Enciclopedia Uruguaya". Fascículo No. 36. (45) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del Novecientos". EBO. Mdeo. 1979. p. 203.
Arca y Editores Reunidos. Mdeo. 1969. (46) ALONSO CRIADO, M. "Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay". Años 1825-
- (22) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del Novecientos". EBO. Mdeo. 1979. p. 158. 1852. Mdeo. 1876. p. 249.
(23) RIAL, Juan. "Situación de la vivienda de los sectores populares de Montevideo. 1889-1930''. CIESU. (47) ALONSO CRIADO, M. Op. Cit. Años 1825-1852. Mdeo. 1876. p. 314.
Cuaderno No. 44. Mdeo. Abril de 1982. p. 41. nota 44. (48) ALONSO CRIADO, M. Op. Cit. Años 1852-1865. Mdeo. 1877. p. 288.
(24) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del Novecientos". EBO. Mdeo. 1979. p. 163. (49) ALONSO CRIADO, M. Op. Cit. Años 1865-1873. Mdeo. 1878. p. 97.
(25) Afiche anunciando un remate de solares en el Barrio Jardines del Manga por Francisco Piria. Mdeo. (50) ALONSO CRIADO, M. Op. Cit. Años 1865-1873. Mdeo. 1878. p. 309.
s/f. (posterior al año 1906). (51) JACOB, Raúl. "Breve historia de la industria en el Uruguay". FCU. Mdeo. 1981. p. 50.
(26) Afiche anunciando un remate de solares y casas en el Barrio Pocitos por Jaime Maeso con el Banco . (52) ALONSO CRIADO, M. "Colección Legislativa· de la República Oriental del Uruguay''. Año 1885.
Popular del U{Uguay. Mdeo. Mayo 23 de 1909. · · Mdeo. l 886. p. 16.
(27) JACOB, Raúl. "Breve historia de la industria en Uruguay", FCU. Mdeo. 1981. p. 44. (53) Afiche anunciando un rémate de solares en el Barrio Industrial (Maroñas) por Francisco Piria. Mdeo.
(28) Los censos aportan la siguiente información referente al elenco de obreros en la industria Abril 11 de 1897.
montevideana: (54) JACOB, R. "Breve historia de la industria en el Uruguay" FCU. Mdeo .. 1981. p. 45.
1884 - ·16.438 trabajadores (55) ALVAREZ LENZI, R. "El Conventillo de Lafone''. IHA. Documento 3. Mdeo. 1977. p. l.
(56) RlAL, J. "Situación de la vivienda de los sectores populares de Montevideo, 1889- 1930". ClESU.
1889 - 32. 796 trabajadores -22.392 obreros Cuaderno No. 44. Mdeo. Abril de 1982. Cuadro No. 13. p. 59.
-10.404 empleados (57) RIAL, J. Op. Cit. Cuadro No. 12. p. 59.
(58) El problema preocupó a personalidades que actuaban en diversos ámbitos del quehacer nacional. A
-21.808 obreros modo de ejemplo pueden señalarse: .
1890 - 34.642 trabajadores -12.834 empleados * Proyecto para construcción de vivienda obrera presentado en 1902 al 11 Congreso de Círculos
Católicos de Obreros por el arquitecto Juan Llambías de Olivar.
1893 - 24.967 trabajadores
-14,37 1 obreros
_10. 596 empleados * Propuesta del Dr. Miguel Lapeyre en 1903 a la Junta Económ ico-Administrativa ·de Montevideo
para exonerar de impuestos a las viviendas que se construyeran con destino a fam il ias obreras.
(29) PINTOS, Francisco R. "Historia del movimiento obrero del Uruguay". Gaceta de Cultura. Mdeo. * Propuesta del Intendente Municipal de Montevideo en l 9 l 1 tendiente a la erradicación del
1960. pág. 42 a 47. conventillo.
(30) ROMERO, José Luis. "Latinoamérica. Las ciudades y las ideas". Siglo XXI. Buenos Aires. 1976. p. Asimismo se realizaron diversas publicaciones que abordaban esa temática. Erttre ellas se destacan:
311y312. * MORATO, Octavio. "Problemas sociales''. Tall. Graf: El Arte, Mdeo. 19 11.
(31) "Censo municipal de la ciudad y el departamento de Montevideo" - ( 1889-90). Junta Económico· * AGORIO, Leopoldo Carlos. "La habitación obrera en Buenos Aires". Revista ARQU ITECTURA
Administrativa de Montevideo. Mdeo. 1892. p. 37. No. 14. ~deo. 1916. p. 168 y ss.
(32) CASTELLANOS, Alfredo R. "Historia del desarrollo edilicio y ...,1 banfatico de Montevideo. 1829- (59) ALONSO CRIADO, M. "Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay''. Años l 865-
1914". JDM. Mdeo. 1971. p. 57 y 83. 1873. Mdeo. 1878. p. 460 y Año 1878. Mdeo. (1879) p. 82.
(~~ Respecto a los tra!!vias de Montevideo se consultaron las siguientes fuentes informativas: (60) CONTI de QUEIRUGA, Nydia. "La vivienda de interés social en el Uruguay''. IHA. Mdeo. 1972. p.
* WONNER, Esteban. "De las industrias y del desarro110 industrial de la República Oriental del Uruguay''. 8.
Imp. Rural. Mdeo. 1888. p. 81 a 86. (61) ALVAREZ LENZI, R. "El Falansterio Montevideano''. IHA. Documento 4. Mdeo. 1977.
* "Libro del Centenario. 1825-1925". Agencia Publicidad Capurro y Cía. Mdeo. (1925). p. 740 a 745. (62) ALVAREZ LENZI, R. "El Conventillo de Lafone". IHA. Documento 3. Mdeo. 1977.
(63) BOCCHIARDO, Livia. "Los grupos de viviendas construidas por Rossell y Rius en el Reducto''. !HA.

68
69
Documento 2. Mdeo. 1977. (94) BURMESTER, C. "Agrimensura legal". Domaleche y Reyes. Mdeo. 1900. p. 379.
(64) BOCCHIARDO, L. "El Barrio Peñarol". IHA. Documento l. Mdeo. 1977. (95) ALVAREZ LENZI, R. "Fundación de poblados en el Uruguay". IHA. Mdeo. 1972.
(65) CONTI de QUEIRl!GA, N. "La vivienda de interés social en el Uruguay". IHA. Mdeo. 1972. p. 11. (96) Propuesta del ingeniero Juan P. LAMOLLE de 15 de febrera de 1892, aprobada el 17 de m¡¡rzo de
(66) GlURIA, Juan. "La arquitectura en el Uruguay". IHA Mdeo. 1958. Tomo 11 p. 82. 1893. ALONSO CRIADO, M. "Colección legislativa de la República Oriental del Uruguay". Año 1893. Apéndi-
(67) Existieron variantes de esta tipología: en algunos casos· aparecía una sola pieza al frente, y en otros, ce, Mdeo., 1894. p. 48 1 y ss. .
de mayor envergadura, se contaba con tres patios. (97) Información proporcionada por el Sr. Arturo :Piria, nieto de Francisco Pirla en 1982.
(68) El sistema de techado en base a bovedillas cerámicas sobre viguetas de hierro "doble T" , se generalizó (98) Afiche anunciando la inauguración del Barrio Bolívar por Francisco Piria. Mdeo. 6 de abril de 1890.
en Montevideo en el último tercio del siglo XIX, aunque se siguió utilizando sistemas de techado de uso habitual (~9) Anuncios publicados por Francisco Pirla desde el año 1869, en el diario "El Ferrocarril" de
en épocas anteriores. Entre los sistemas recesivos predominó el "techo a la porteña" de origen colonial, consisten- MonteVldeo. ·
te en un entramado de madera que sustentaba un solado de ladrillos y argamasa. (100) SANSON CARRASCO, "Ai:ticulos". Colección de Clásicos Uruguayos. Tomo X. Mdeo. 1953. p. 337
(69) Se han detectado en el conjunto, más de 25 tipos diferentes de viviendas. a 339. (Sansón Carrasco era el seudórumo que usaba para firmar su producción periodística Daniel Muñoz
(70) El especulador inmobiliario y el agrimensor fraccionador integraban; en muchos casos, binomios· notoria personalidad pública que ocupó, entre otros, el cargo de Intendente Municipal de Montevideo en ocasió~
permanentes. Uno de los más notorios fue el que componían Francisco Pirla y el agrimensor Aquiles Monzani. de crearse las Intendencias Departamentales en 1908).
(71) Véase Capítulo III: "Un arquetipo: Pirla". (101) Diario "El Ferrocarril" Mdeo. lo. de julio de 1878. .
(72) Como ejemplos pueden citarse: Banco Supervielle; Banco de Crédito, Locaciones y Anticipos; Banco (102) La dirección corresponde a la casa que Piria denominaba familiarmente "la choza".
Constructor Oriental; Banco de Crédito Real Uruguayo; Banco Popular del Uruguay; etc. (103) Diario"µ¡ Tribuna Popular". Mdeo. 30 de abril de 1881.
(73) Para el presente trabajo se consultaron diversos periódicos existentes en la Hemeroteca de la Bibliote- (104) Diario "El Ferrocarril". Mdeo. 13 de febrero de 1874.
ca Nacional, fechados entre los años 1865 y 1920. Entre ellos: "El Ferrocarril", "El Siglo", "El Telégrafo Maríti- 1 (105) Diario "El Ferrocarril". Mdeo. 27 de agosto de 1874.
mo", "La Tribuna Popular", "El Día", etc. También se manejó una colección privada de afiches de remates de " . __ .<!06) Todavía .en 1879, .Francisco Pirla aparece vinculado a la empresa "La Comercial", tal como se
terrenos, publicados entre los años 1860 y 1940. eVJdenc1a en el anuncio de un remate de solares en el Barrio Caprera publicado en el diario "La Tribuna" Mdeo.
(74) Afiche anunciando el remate de solares en el Barrio Pocitos por Francisco Pirla. MdeEi. ·~¡f (alrededor 25 de marzo de 1879.
del año 1890). (107) CASTELLANOS, Alfredo. "Historia del desarrollo edilicio y urbanístico de Montevideo" JDM.
(75) Afiche anunciando la inauguración del Barrio Artigas por Fran'cisco Pirla. Mdeo. 20 de abril de 1884. Mdeo. 1971. p. 162 y 163. Véanse además anuncios de remates de solares publicados en el mes de agosto de 1880
(76) Algunas de las enfermedades epidémi~s aue azotaron a Montevideo fueron: Escorbuto en 1843; en el diario "La Tribuna" de Montevideo.
Fiebre Amarilla en 1857; Cólera en 1868; Viruela en 1871; Fiebre A~arilla en 1872 y 1873. BUÑO, Washington. (108) Véase Anexo No. 12 y Fig. 49.
" Una crónica del Montevideo de 1857". EBO. Mdeo. 1983. p. 93 y 100. ( 109) SANSON CARRASCO. "Artículos". Colección de Clásicos Uruguayos. Tomo X. Mdeo. 1953. p. 339
(77) "Tampoco faltaban las sugestiones descabelladas" afirma Washington Buño y transcribe de "El Nacio- a34ly343. •
nal": "J<umigaciones - A todo el mundo se le ocurre algo útil para hacer desaparecer la fiebre reiname, menos al (110) Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 30 de octubre de 1888.
Ministro de la Guerra. ¿Por qué no se le ha ocurrido hacer salir a las calles a cuatro piezas volantes a hacer (11'1) Las industrias creadas por Pirla fueron: una bodega que elaboraba medio millón de litros de vino y
disparos de c_añón que contribuyan a modificar las condiciones de la atmósfera? ¿No sabe que ese es un recurso las canteras de mármol y granito de Pan de Azúcar.
.como cualquier otro? ¿Por qué no las manda al barrio de la Dársena un día entero para que se empleen en esto? (112) El puerto y la rambla de Piriápolis y el ferrocarril de Piriápolis a Pan de Azúcar.
Hasta s~ría un.a divei:_sión, Sr. Ministro". BUÑO, W. Op. Cit. p. 35. . (113) El Gran Hotel Piriápolis que inauguró en 1908 y el lujoso Hotel Argentino cuya piedra fundamental
(78) Sobre la influencia higienista en la Arquitectura y Urbanismo, pueden consu1t~rse entre otros: CASA- colocó en 1920 e inauguró en 1930.
TI, Joseph. "L'Hygiene et l'Art dans la Construction". Henri Jouve. Paris. 1903. MUMFORD, Lewis. "La Cultu- (114) Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 21 de marzo de 1891.
ra de las Ciudades". Tomo Il, Emecé Editores. Buenos Aires, 1945. SICA, Paolo. "Historia del Urbanismo - El (115) Mr. HENRY PATRICK. "El socialismo triunfante. Lo que será mi país dentro de 200 años". En
siglo XIX". 2o. Tomo. Instituto de Estudios de Administración Local. Madrid 1981. Enciclopedia Uruguaya. Apéndice No. 29. Mdeo. 1969. p. 472.
(i9) ·Anuncio.de remate de solares en el Barrio Aires Puros por Francisco Pirla publicado en el diano "la (116) Mr. HENRY PATRICK. Op. Cit. p. 473.
Tribuna Popular". Mdeo. 1O de marzo de 1908. (117) Mr. HENRY PATRICK. Op. Cit. p. 474 y 475.
(80) Afiche anunciando el remate de solares en el Barrio Maroñas por Francisco Piria. Mdeo. s/f (hacia (ll8) Mr. HENRY PATRICK. Op. Cit. p. 475.
1910). (119) Mr. HENRY PATRICK. Op. Cit. p. 477 y 480. · .
(81) Anuncio de remate de solares publicado en el diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 29 de mayo de (120) Véase: FERNANDEZ SALDAÑA, J.M. "Diccionario uruguayo de biografias 1810-1940". Ed. Ame-
1888. rindia. Mdeo. 1945.
(82) Anuncio de remate de solares en el Barrio Progreso por Mendoza Garibay, publicado en el diario "La (121) En esos años, ~ personal ocupado en la _industria y el comercio se redujo en casi un 30% respecto a
Tribuna Popular". Mdeo. 1O de enero de 1908. los años anteriores. Véase: PINTOS, F.R. "Historia del movimiento obrero en el Uruguay". Gaceta de Cultura.
(83) Afiche anu·nciando la inauguración del Bamo General Flores por Francisco Piria. Mdeo. 1896. Mdeo. 1960. p. 47.
(84) Afiche anunciando la inauguración del Barrio Jacinto Vera por Francisco Pirla. Mdeo. 1895. (122) ESCARDO, Florencio. "Un reflejo de Montevideo". Imprenta a vapor de La Democracia. Mdeo.
(85) El término "especulador" carecía de la connotación peyorativa que posee en el presente. 1873. p. 28.
(86) Afiche anunciando un remate de solares en el Barrio del Prado por Jaime Maeso y por cuenta y orden ( 123) El estudio de todo lo referente a las remuneraciones al trabajo se ha basado en la información
de la Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas, Mdeo. 14 de julio de 1889. suministrada por:
(87) Vintén: denominación popular que se daba a la moneda de 2 centésimos. * BORDONI, Giousé E. "Montevideo e la Repubblica dell'Uruguay". Mila'no. 1885 (Citado en:
(88) En mayo de 1907 Francisco Piria inauguraba el Barrio Libertad y anunciaba un remate de 150 solares RODRIGUEZ VILLAMIL, Silvia y SAPRIZA, Graciela, "l::á inmigración europea en el Uruguay
pagaderos en 60, 100 y 200 meses de plazo. (Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. Mayo de 1907). -Los italianos". EBO. Mdeo. 1982).
En noviembre de 1908 Francisco Pirla ofrece solares en el Barrio Carlos Ma. Ramírez pagaderos en 150 • "Anuario Estadístico". Año J 889. Mdeo. 1890.
y 200 meses de plazo. (Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 20 de noviembre de 1908). .* BA_RRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del novecientos" EBO. Mdeo. 1979.
En enero de 191 O, Francisco Piria remata solares sobre camino Larrañaga próximos a avenida Gral. Flores (124) PARIS de ODDONE, Blanca y otros. "Cronología comparada de la Historia del Uruguay. 1830-
pagaderos en 100, 200 y 300 mensualidades. (Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 20 de enero de 1910). 1945". Universidad de la República. Opto. de Publicaciones. Mdeo. 1966.. p. 50.
(89) Anuncio publicado por Francisco Piria en el Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 13 de abril de 1890 (125) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. "El Uruguay del novecientos" EBO. Mdeo. 1979. p. 160.
(90) Afiche anunciando Ja venta de 150 solares en el Barrio del Prado por Victorica y Muiño. Mdeo. s/f. (126) BARRAN, J.P. y NAHUM, B. Op. Cit. p. 162.
(anterior a 1910). · (127) BARRAN, J .P. y NAHUM, B. Op. Cit. p. 163.
(91) ALONSO CRIADO, M. "Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay". Años 1852- (128) Censos Industrial y Comercial de Montevideo. Año 1889. En "Anuario Estadístico". Años 1902-
1865. Mdeo. 1877. p. 492 y 493. . 1903. Tomo II. Mdeo. 1906. .
(92) FERNANDEZ MEDINA, Benjamín. "Ley Orgánica de las Juntas Económico-Administrativas". Ba- (129) RODRIGUEZ VILLAMIL, S. y SAPRIZA, G. "La inmigración europea en el Uruguay. Los italia-
rreiro y Ramos. Mdeo. 1904. Tomo I. p. 157, 159 y 163. nos~. EBO. Mdeo. 1982. p. 99. (Para el rubro alojamiento que los autores no cotizan, se tomó el precio que
(93) ALONSO CRIADO, M. "Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay. Año 1878". hab~tualmente se cobraba por el alquiler de una pieza de conventillo).
Mdeo. (1879) p. 126 y 127. La idea del trazado de un bulevar de limitación de la ciudad se venía manejando con <.130) Esta hipótesis resulta admisible, tal como demuestran múltiples ofertas de alquiler de viviendas que
anterioridad. Es así que en los planos trazados en 1872 por los agrimensores Pablo Santías y Francisco Surroca se pub.hcaban en la prensa. Véanse algunos ejemplos:
(Fig. 43) ya figura la traza del mencionado bulevar. * El diario "El Ferrocarril" de Montevideo de fecha 9 de junio de 1881, publicaba el siguiente aviso: "Se alquila

70 71
total. (Véase Cuadro No. 5 en Cap. IV).
por 8$ una casita con 4 hermosas habitaciones, cocina, letrina, zaguán y patio independiente. Calle Sta. Lucía ( 142) Tal supuesto no es totalmente cierto por cuanto en Ja actualidad existen requerimientos en materia
93". de alimentación, salud, educación, servicios públicos, esparcimiento, etc. que no existían en el pasado.
• En el mismo diario de fecha 24 de enero de 1882 se anunciaba: "En 1O pesos se alquilan dos lindas piezas al (143) Remuneraciones en la industria de la construcción vigentes a partir del lo. de mayo de 1984:
frente de la casa, calle del Yí núm. 16 teniendo cielorrasos y todas perfectamente pintadas con su cocina Jornal de Peón (8 horas) .......... . .. ... ... ... .... . . . ... . .... .... ................. . . . .N$ 136,40
independiente". Descuento 1% ....... . .............. . ........ . ....... . .... . .. ........... ... ...N$ 1,36
• En el diario "La Tribuna Popular" de Montevideo de fecha 2 de abril de 1907, se ofrecía en alquiler "casita Jornal neto ... .. . . . ... . ... ........ .... .. .. . .. .................... ... .. ....... N$ 135,04
con tres piezas y demás comodidades, en 10 pesos a una c. (cuadra) de la Estación Pocitos". Sueldo mensual de Oficial ................... . ........ . ............. . . ....... . . .... ...N$ 3.410,00
• Complementariamente puede consignarse que el alquiler de las viviendas construidas en el Reducto por Alejo Descuento l % .. .. ·................................................................ N$ 34, 1O
Rossell y Rius variaba entre$ 7,90 y$ 11 ,46. (BOCCHIARDO, L. "Los grupos de viviendas construidas por Sueldo neto .............................................................. .. ...... N$ 3.375,90
Rossell y Rius en el Reducto", IHA. Documento 2. Mdeo. 1977). Debe señalarse que la exigüidad de las remuneraciones percibidas por el trabajador de 1984, resultan atempera-
( 131) A inodo de ejemplo, pueden citarse los siguientes casos: das por algunos beneficios sociales de los que carecían los asalariados del novecientos.
* Remate de 500 solares en el Barrio Porvenir por Francisco Piria en cuotas de$ 1 mensual. (Diario "La Tribuna
Popular". Mdeo. 3 de octubre de 1895).
* Remate de 130 solares en el Barrio Larravide por Francisco Piria. Se estipulaba la siguiente forma de pago:
"Solares muy grandes dos pesos por mes, solares regulares a 15 reales, chicos a 1 peso por mes". (Diario "La
Tribuna Popular''. Mdeo. 13 de Diciembre de 1903).
* Remate de 80 solares en el Barrio Cerrito de la Victoria por Francisco Piria. Se estipulaba la siguiente forma
de pago: "Los solares de 300 varas se venderán a pagar por cuotas mensuales de 1 peso, los de· 400, 15 reales
y los de 500, 2 pesos". (Diario "La Tribuna Popular". Mdeo. 17 de Octubre de 1905). ·
(132) En el diario "La Tribuna Popular" de Montevideo de fecha 30 de abril de 1907, se anunciaba que
el Banco Cooperativo de Ahorro "facilita cualquier cantidad para construir casas a pagar en mensualidades y a
largos plazos". Por $ 1.000 de préstamo, el Banco cobraba $ 7,50-mensu-afes. Carfos María Maeso en su obra
"Uruguay a través de un siglo" (Mdeo. 191 O. p. 365) consigna que el Banco Hipotecario del Uruguay concedía
préstamos destinados a la construcción, pagaderos en <;uotas mensuales de $ 6,85 por amortización e intereses,
por cada$ 1.000 de préstamo, a 30 años de plazo. En la misma obra (pág. 374) Maeso informa que el Banco de
Préstamos Inmobiliario también otorgaba préstamos con el mismo propósito.
En un anuncio correspondiente al remate inaugural del Barrio Edison efectuado el 26 de enero de 1908, se
informaba que el Banco Popular del Uruguay "proporcionará dinero a sus compradores para edificar, a JO años
de plazo y a muy módico interés" (diario "La Tribuna Popular").
( 133) Hacia fines del siglo XIX y primeros años del siglo XX, el costo de construcción de una vivienda
modesta y de escasas dimensiones, podía situarse en el entorno de los $ 1.000. Se posee información cierta sobre
las viviendas que en 1907 construyó Alejo Rossell y Rius en el Reducto (calles Garibaldi y Rocha). El costo
promedio de una unidad de 42 metros cuadrados fue de $ l.310 (Véase BOCCHIARDO, L. "los grupos de
viviendas construidas 'por Rossell y Rius en el Reducto" IHA. Documento 2. Mdeo. 1977. p. 20). En el diario
"El Ferrocarril" de Montevideo del 3 de enero de 1881, se ofrecía en venta por la suma de $ 1.600, un predio
situado en el Barrio Nuevo París, con una casa compuesta de "5 habitaciones grandes, 2 patios, cochera, caballeri-
zas, corral, árboles frutales, jardín, gran parral". En el diario "La Tribuna Popular" de Montevideo de fecha 26
de marzo de 1907, se ofrecía en venta, por la suma de $ 1.400, una vivienda con 3 habitaciones, aljibe y
empedrado pago, a 120 metros de la estación Goes del tranvía. Habida cuenta del volumen construido de ambas
ofertas y teniendo presente que esos precios incluyen obviamente el valor del terreno y sus correspondientes
mejoras, parece razonable la estimación de $ 1.000 como monto suficiente para la edificación de modestas
viviendas por autoconstrucción.
(134) En 1909 el Banco Popular del Uruguay ofrecía construir casas de acuerdo a modelos preestablecidos,
en un loteo ubicado en Pocitos (avenida Brasil y Bolívar), financiadas en 14 años con cuotas mensuales que iban
desde $ 12,50 las más pequeñas, hasta$ 59,85 las de mayor tamaño. Hacia la misma época, el Banco Obrero del
Uruguay ofrecía en venta casas ubicadas en Libertad y Bolívar, pagaderas en 228 cuotas de$ 16,75. (Datos
extraídos de los respectivos afiches publicitarios. (Véase Figs. 54 y 55).
(135) Afiche anunciando un ·remate de solares en el Barrio Jardines del Manga P.Or Francisco Piria. Mdeo.
s/f. (posterior al año 1906). •
( 136) Por lo general en las viviendas de esta condición, los servicios sanitarios se reducían a una pequeña
letrina separada de la construcción principal.
( 137) A modo de ejemplo puede señalarse la incongruencia que significa que el Censo del año 1908
contabilice, en algunas secciones judiciales, menor cantidad de casas con colector y agua corriente que las que
contabilizaba el Censo de 1889 (Véase Anexo No. 11).
( 138) El Censo de 1908 es minucioso en cuanto a la clasificación de los habitantes en inquilinos y
propietarios. El censo de 1889 en cambio, no aporta esa información. A los efectos de calcular la población
inquilina propietaria en 1889, se ha partido de un supuesto que se estimó admisible: considerar las casas en
propiedad como viviendas unifamiliares ocupadas por una familia tipo (5,85 integrantes para el año 1889).
(139) La cifra de 307.579 consignada como total de habitantes de Montevideo, no incluye las 1.652
personas que el día del censo se encontraban en tránsito en el Puerto de Montevideo. Con ellas, se llega al total
de 309 .231 habitantes censados.
(140) Estos 126.938 habitantes incluyen los 72.004 habitantes pertenecientes al sector popular alto (23,4 1%
de Ja población total) y los 54.934 habitantes pertenecientes al sector medio bajo (17,86% de la población total).
Véase Cuadro No. 5.
(141) El sector popular bajo que estaba en situación de infraconsumo, ha sido cuantificado en 96.334
habitantes, representando el 31,32% de la población de Montevideo. Los sectores populares que contaban con
cierta capacidad de ahorro, han sido calculados en 126.938 habitantes, constituyendo el 41,27% de la población

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Fíg. 7: Montevideo en 1846. Plano del Agrimensor Pedro Pico.


Fig. 6: Montevideo. Ciudad Nueva. Trazado de José María Reyes. 83
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Fig. 11 y 12: Estación del Tranvía del Reducto (Avda. San Martín esq. Rivadavia).

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Fig. 19: Curtiembre en Nuevo París (calle Bernardo de Guzmán esq . Santa Lucía).

Fig. 17 y 18: Compañía General de Fósforos en el Reducto (Avda. San Martín esq. Garibaldi). Fig. 20: Usina Eléctrica en Arroyo Seco (calle Jujuy esq. Entre Ríos).

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Fig. 21 y 22: Conventillo "Medio. M_und~" en Zona Sur (calle Zelmar Michelini) Plano de planta
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Fig. 24: Conventillo "Falansterio Montevideano" (Proyecto). Planta del primer piso y fachada. Fig. 25: Ejemplo de vivienda de apartamentos "~ n tira" (calle Garibaldi Nº 2057).
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Fig. 26: Apartamentos "en tira". Otra toma del ejemplo anterior.
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~ Uruguay esq . Río Negro. Giuria).
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Fig. 40: Barrio Reus Norte. Planta de conjunto. Fig. 41: Afiche de remate hacia 1910.

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~ Fig. 47: Plano de fraccionamiento en la zona del Reducto hacia 1910 (Reproducción de afiche).
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Fig. 51 y 52: Caricaturas de Piria.


Fig. 50: Reproducción parcial de afiche de fraccionamiento del Barrio Artigas (1884).
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Fig. 55: Viviendas tipo promovidas para la venta por el Banco Obrero del Uruguay (Reproducción de afiche). ~
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Fuentes documentales

Bibliografía Consultada

ACEVEDO, Eduardo - "Notas y Apuntes; con- Uruguay". MOP. Dirección de Topografía.


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ACEVEDO, Eduardo - "Historia del Uru- Uruguaya" T.4, EBO. Mdeo. 1974.
guay". Imp. Nacional. Mdeo. 1919-29.
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peta Nº 18. por el diario El Día.

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130
ANEXO No. 1 DENSIDAD DE POBLACION POR SECCIONES JUDICIALES.

1889 1908
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2a. 47Há,1940 14.430 306 14.159 30U
Ja. 44Há.8369 12.229 273 13.465 300 -
4a. 49Há,5750 17.4 -2 3 351 16.665 336
5a. BOHá.2900 14.542 182 16.988 211
6a. 53Há.1712 15.633 295 15 . 167 285
7a . . . 101Há.1024 27.958 24.359
15a. 577Há.0250 9.801 33.889
tea. 982Há.2650 7.335 19.428.
1660Há.3924 45.094 27 77.676 47
ea. 269Há.1501 22.007 82 29.907 111
9a. 15960Há.8430 3.445 5.712
21a. --- ---- ----- 5.980
159.60Há. 84 30 3.445 0.2 11.692 0.73
lOa. 3307Há.3337 9.418 2,8 13.533 4
11 a. 11748Há.5740 5. 100 0,4 9.723 0.83
12a. 1616Há.5998 9.466 16.666
19a. --- ---- ----- 17.781
1616Há.5998 9.466 6 34.447 21
13a. 4284Há.7878 6.527 1. 5 9.583 2
14a. 1628Há.2100 16.355 14 . 495
20a. --- ---- ----- 11.228
1628Há.2100 16.355 10 25.723 16
16a. 7211Há.4826 1 . 876 0.26 3.206 0,44
17a. 4979Há .. 0715 2.019 o. 4- 2.031 0.4

133
ANEXO Nº 2. POBLACION DE CONVENTILLOS. ·ANEXO Nº \3. POE;ILACION HABITANDO EN ~ONVENTILLOS. AAO 1908;

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134
135
ANEXO Nº 4. ESTIMACION DEL COSTO DE ARRENDAMIENTO POR PIEZA EN VIVIENDA.
AÑ0'1889•

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~la. 128 14 2.365 227 622 46 --- - 3. 115 423 5.284 67S 3.007 4-46 358 1. 596 2. 169 1 . 173 1 85
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13a. 217 14 618 36 S72 49 -- - 1. 407 14 1 10.458 661 2.593 3 -92 318 1 . 2 46 9.0S1 1. 105 8 19
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l16a. 72 7 114 14 413 lS --- - 599 so 1 1.273 404 980 2 43 83 202 6 74 1S2 4,43
17a. 44 3 6S7 24 S4 13 --- - 7 55 58 1.629 269 907 3 37 131 441 - 874 383 2.28

NOTAS ACLARATORIAS AL ANEXO_Nº 4 poder establecer la comparación con las correspon-


REFERENCIAS DE ANEXO Nº 4: - Columna 1O: Columna 9 dividido Columna 8.
dientes del Censo de 1908, dado que las tres secciones
- Las planillas del Censo de 1889 indican alquileres agrupadas, definen en ambos Censos el mismo territo-
entre $ 10 y $ 15, entre $ 15 y $ 20, etc. En todos los - Columnas 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9 y 11 : Datos del Censo. - Columna 12: Columna 11 multiplicado por Columna
rio. Con el mismo fin se agrupan las Secciones Judicia-
casos se tomó el promedio. les 9 y 2 1, 12 y 19 y 14 y 20 del Censo de 1908, que 10.
corresponden a las Secciones' 9, 12 y 14 del Censo de - Columna 5: Sumatoria de alquileres de las colum-
- Cuando se especifica alquiler de " más de $ 1.000" se 1889. nas 1, 2, 3 y 4 .. - Columna 13: Columna 7 menos Columna 5.
tomó $ 1.333 siguiendo el criterio del Censo expresado
en la página 43. - Columna 6: Cómputo en base a datos del Censo - Columna 14: Columna 12 menos Columna 6.
- El Censo de 1889 indica casas de "más de 50 piezas".
considerando:
En el cómputo realizado se tomó en esos casos, -SO pie-
- Se agrup~~n las_Seccione~ J ~diciales ?, 15 y 18 par~ zas, lo que puede originar cierta imprecisión. - En Escuelas l "pieza" por aula.
- En Industria y Comercio 1 y 1/2
• Columna 15: Columna 13 dividido Columna 14.
"pieza" por establecimiento. - Columna 16: Sumatoria de Columna 13 dividido Su-
- En Cocheras 1 "pieza" por establ. matoria de Columna 14.

136
137
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NOTAS DE ANEXO Nº 6:

a)-Sólo fueron contabilizados los loteamientos an"un-


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b)-No se tuvieron en cue_pta las ventas de solares en
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número inferior a 30 lotes, por presumirse que en
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tales casos, podía tratarse de saldos de loteos ante-
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1899
247
383
9 88
15,32
riores y/o considerarlos de escasa significación.
c)-Cuando se especifica el área loteada se toma ese
dato. Si sólo se indica el número de solares, se supo-
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121
13, 4 o ne una superficie de 1 hectárea cada 25 lotes ofreci-
dos en venta incluidas las calles.
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iñ ~ ·.5 8.'a ~ d)-Cuando no se indica el área ni el número de solares,

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1891-1900 6.741 269,64 Há no se toma en cuenta el fraccionamiento en la cuan-
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~.,;
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ANEXO N17. PERMISOS DE CONSTRUCCION.
ANEXO Nº 8. EDIFICIOS EN CONSTRUCCION POR SECCIONES JUDICIALES.

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1908
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141

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ANEXO N°\ 9. CALIDAD DE CONSTRUCCION: MUROS.

1
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AÑO 1908
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" 3.110 8,62

142
143
ANEXO No. 10. CALIDAD DE CONSTRUCCION: TECHOS.
l
AÑO 1889 AÑO 1908
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~ ANEXO Nº 11. INDICE DE CONFORT SEGUN LOS SERVICIOS PUBLICOS.
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AÑO 1889 AÑO 1908

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la totalidad de los edificios están provistos de conexión al Colector Sanitario Público
y de Servicios de Aguas Corrientes, Gas y Electricidad.

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ANEXO Nº 13. EVALUACION DE LA POBLACION SEGUN LA FORMA DE TENENCIA DE LA
VIVIENDA. AÑO 1889. .

Cantidad
AÑO BARRIO de Solares
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1908 Plácido Ellauri 200
Pérez Castellano 800 la. 1.074 1. 04 2 919 123 15 . 644 4,96 610 3,90 15 . 034
Gral. Lavalle~a 227 2a . 926 893 775 118 14 . 430 5,67 669 4 64 13 . 761
Carlos Ma. amírez 139 3a. 1 . 095 1 . 049 852 197 12 . 229 4 36 859 7 02 11 . 370
1910 Fraternidad 310 4a . 1 . 268 1 . 236 1 . 009 227 17.423 4,40 999 5 73 16 . 424
Tomkinson 450 5a . 1 . 225 1 . 184 856 328 14 . 542 4,90 1 . 607 11 os 12 .935
Ideal 69 6a . 1 . 095 1. 056 868 188 15 . 633 4,92 925 5 92 14 . 708
Jardines del Manaa · 235 7a . 2 . 658 2.492 1 . 738 754 27.958 5,24 3 . 951 24 . 007
15a . 1. 11 7 l . 026 721 305 9.801 5,47 1.668 8 . 133
18a . 1. 021 928 483 445 7.335 4,98 2 .2 16 5.119
4.796 4.446 2.942 1 . 5 04 45.094 7.835 17 37 37 . 259
8a ; 1 . 9 51 1 . 873 1.137 736 22. 007 5,13 3.776 17,16 18 . 231
9a . 468 454 18 2 272 3.445 6,91 1. 879 54 , 54 1.566
2 1a . ---
468
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454
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182
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27 2 3.445
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6,91 1 . 879 54 54 1 . 566
10a. 1 . 298 1 .2 16 7 16 500 9.418 5,60 2 . 800 29 73 6 . 618
lla . 730 675 358 317 5. 1 ºº 6, 1 2 1 . 940 3 8 . 04 3.16 0
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19a .
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502
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2.9 17
---
30,08
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6.549
---
1 . 674 1.121 619 502 9 . 466 s,01 2.9 17 30 08 6. 549
13a . 694 661 318 343 6.527 5,54 1 .9 00 29 11 4.627
14a. 1 . 772 1. 6 78 772 9 06 16 . 355 5,44 4 . 929 30, 14 11.426
20a. ---
1 . 77 2
--- --- --- --- ---- --- ---- ----=-
1 .67 8 772 906 16.355 5,44 4.929 3 0.14 11.426
16a. 420 404 83 321 1 .876 5.62 1 . 804 96 16 72
17a. 302 269 131 138 2. 019 6.19 854 4 2.30 1 • 16 5

REFERENCIAS DE ANEXO Nº 13:

- Columnas 1, 2, 3, 5 y 6: Datos del Censo Municipal


de 1889. _
- Columna 4: Columna 2 menos Columna 3.
- Columna 7: Columna 4 multiplicado por Columna 6.
- Columna 8: Columna 7 sobre Columna 5.
- Columna 9: Columna 5 menos Columna 7.

148 149
ANEXO Nº 14. EVALUACION DE LA POBLACION SEGUN LA FORMA DE TENENCIA DE LA VI-
VIENDA. AÑO 1908.

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1.549
1. 7 57
11 , 3 7
12, 4 1
2a. 932 915 797 21 ( 1 21 ªº.) 64 707 10.444 1o.254 8.931 799 . 845 6.902 13.465 2.325 2,75 4,56 447 1, 30 8.973 11.745 1. 7 20 12,77
Ja. 1. 088 1.063 918 27 ( 98 ap.) 54 837 9.787 9.562 8.257 510 1 . 50 3 5.873 16.665 3 . 648 2,43 4 53 376 1, 64 9.632 13.656 3. 009 18,06
4a. 1. 4 21 1.202 976 29 ( 83 ap.) 73 874 11. 581 9.796 7.954 578 846 7.948 16.985 2.689 3,18 4,98 294 1 , 33 10.571 1 3.5S4 3 . 431 20,20
5a. 1. 677 1. 6 32 1.265 17 ( 59 ap.) 58 1 . 190 11. 946 11.626 9.011 217 1 • 1 26 7.840 lS.167 3 . 043 2,70 S,98 287 1 , 2 3. 9.643 12.973 2. 194 14,47
6a. 1. 250 1.237 1. 041 12 ( 48 ao.) 57 972 11. 263 11.146 9.380 414 1. 13S 9.243 24.356 3.135 2,76 4,76 600 1, S9 14.696 18.431 S.92S 24,33
7a. 2.539 2.449 1. 816 46 ( 126 ap.) 57 1. 713 15 .038 14.506 10.755 377 1.183 12.262 33.889 3.315 2,80 S,22 S9S 1 , 61 19.742 23".6S2 10. 237 30,21
1Sa. 4.187 3.994 2.722 38 (114 ap.) 147 2.537 21.162 20.186 13.757 312 279 4.49S 19.428. 679 2, 4 3 5,20 260 1 '97 8 . 8S5 9.794 9.63 4 49,S9
18a. 3.206 2.791 1.406 21 ( so ao.) 29 1. 3 56 11. 3 54 9.885 4.980 206 2.S97 26.000 77.673 7 .129 2,75 1. 4S 5 43.293 Sl.877 2S.796 3 3, 21
9.932 9 . 234 5.944 105 (290 ap.) 233 5.606 47 . 554 44.577 29.492 895 1 . 116 8 . 976 29.907 3. 18S 2 85 5,06 1.240 1 , 91 17.144 21.S69 8 .3 38 27.88
ea . 3. 156 3 . 097 2.221 86 ( 24 5 ap.) 94 2.041 15.641 15 . 348 11. 007 915 122 1. 1 S2 S.712 289 2,37 S,59 --- 1, 62 1 . 866 2. 1 S5 3.SS7 62,27
9a.
l2ta.
994
1. 012
939
962
345
444
--
22 ( 49 ap.)
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54
320
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3. 671 .
3.846
3.468
3 . 656
1.274
1. 649
---
171
168
290
1. 31 o
2.462
S . 980
11.692
498
7 87
2 , 96 5 , 22 2S6
2S6
1, 57 2.0S7
3.923
2.811
4.966
3 . 169
6.726
S2,99
S7,S3
2.006 1. 901 789 22 ( 49 ap.) 79 688 7.517 7. 124 2.923 171 276 3.523 13.S33 676 2,4S 4,62 --- 1, 7 3 6.095 6 . 771 6.762 49.97
lOa. 2.063 1. 918 94 7 -- 42
60
905
589
8 . 277 7.695 3 . 799 ---
72
422 1. 589 9.723 980 2,32
2,77
5,4S 316
98
2,18
2, 2S
3.464
6.898
4.760
8.2S1
4 . 963
8.415
51.04
S0,49
11 a. 1. 447 1 .370 663 14 ( 58 ao . ) 4 . 546 4.304 2.083 4 53 3.066 16.666 1. 2S_S 4,92
12a. 2.297 2.103 1. o 28 9 ( 20 ap .) 90 9 29 8 . 014 7.337 3.586 67 103 4.S14 17 .7 81 283 2,75 4,83 2S1 2,SB 11. 646 12.180 5 . 601 31,SO
19a . 2.216 1. 985 1 . 366 16 ( 52 ao.) 13 1 . 3 37 7.788 6. 976 4.800 183 556 7.580 34.447 1 . S38 349 18.544 20.431 14 . 016 40 69
4.513 4.088 2.394 25 ( 72 ao.) 103 2.266 15.802 14.)13 8.386 250 473 1. 897 9.SB3 1. 207 2,S 5 5,60 --- 1, 98 3.756 4 . 963 4.620 48 21
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1 . 363
2.098
1.349
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1. 256
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56
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1. 160
4.743
9.899
4.694
9 . 573
2.370
5 . 927
---
431
4S2
17 5
5.044
1.795
14.4 95
11.228
1.1 S6
384
2,56
2, 19
S,47
5,13
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1, 4 7
2,90
7.415
S.20S
9 . 1 Sl
5: 738
S.344
S.490
36,87
48 90
2 0 a. 1.310 1.289 665 10 ( 29 ao.) 29 626 .3.985 3.921 2.023 53 627 6.839 25.723 1. 540 729 12.620 14.889 10.834 42,12
3.408 3.318 1. 921 50 ( 13 5 aP. ) 85 1. 786 13.884 13.494 7.950 484 29 413 3. 206 77 2,66 s,ss SS 2,88 1.189 1. 321 1.88S SB,80
16a. 566 553 234 5 ( 10 ao.) 3 226 1. 162 1.135 480 38 14 537 2.031 28 2,00 5,89 330 1 '42 762 1.120 911 44 85
17a. 33 3 320 166 18 ( 56 ao.) 1 147 1. 377 1.323 686 135
REFERENCIAS DE ANEXO Nº 14:
- Columna 17: Calculado suponiendo que en cada
. Columnas 1, 2, 3, 4, 5, 7, 10, 11, 13, 14 y 16: Datos apártamento habita un núcleo fami-
extraídos del Censo Nacional de 1908. liar promedio (Columna 4 derecha
- Columna 6: Columna 3 menos Columna 4 y menos multiplicado por Columna 16).
Columna 5. - Columna 18: Columna 13 menos Columna 14 y me-
- Columna 8: Calculado sobre la Columna 7 con la nos Columna 17 dividido Columna 8
misma relación porcentual existente menos Columna 1O y menos Columna
entre la Columna 1 y la Columna 2. 11.
- Columna 9: Calculado sobre la Columna 7 con la - Columna 19: Columna 12 multiplicada por Columna
misma relación porcentual existente 18.
entre la Columna 1 y la Columna 3. - Columna 20: Sumatoria de Columnas 14, 17 y 19.
· - Columna 12: Columna 9 menos Columna 10 y me- - Columna 21: Columna 13 menos Columna 20.
nos Columna 11. - Columna 22: Columna 21 por 100 sobre Columna
- Columna 15: Columna 14 dividido Columna 1J. 13.

151
150
ANEXO Nº 15. COSTO DE SUMINISTROS EN HORA.S DE TRABAJO.

Factor de
Peón 1900 Peón 1984 Actualización
1 Kg. de Pan . 1 h. 1 h. 12' 1,20
1 Kg. de Carne 1 h. 3 h. 35' 3,58
1 Kg. de Arroz 1h.30' 1 h. 47' 1,19
1 Kg. de Manteca 14 h. 8 h. 56' 0,64
1 Kg. de Papas 45' 1 h. 12' 1,60
1 Lt. de Querosen 1 h. 09'
1 Kg. de Fideos 2 h. 05'
Alquiler de Pieza en
Conventillo 46 h. 30 59 h. 17' 1,28

NOTAS:
1) Los valores para el Peón del año 1900 se tomaron de BARRAN, J.P. y NAHUM, B. uEl Uruguay del Nove-
cientos". Mdeo. 1979, p.187. ·

2) Los valores para el Peón del año 1984 se calcularon en base al jornal vigente en mayo de 1984 en la industria
de la construcción para esa categoría y a los valores. de mercado de la canasta familiar en la misma fecha.

ANEXO .Nº 16. GASTOS DIARIOS DE UNA FAMILIA.

Año 1885 Año 1984


3.
1. 2. 4. 5.
En pesos En horas Factor de En horas En pesos
ActuaflZ.
Pan de Trigo $ 0,0925 1 h. 05' 1,20 1h. 18' N$· 21,92
Arroz y Pastas $ 0,075 53' 1,20 1 h. 04' N$ 17,88
Carne "regular" $ 0,0925 1 h. 05' 3,58 3 h. 53' N$ 65,47
Vino $ 0,075 53' 54' N$ 15,00
Legumbres $ 0,055 37' 1,60 1 h. N$ 16,88
Combustible $ 0,055 37' 1 h. 52' N$ 31,50
Alojamiento .. $ 0,13 1h.30' 1,28 1 h. 55' N$ 32,37 · ~EXOS ~os. 17 a 21.
Vestimenta $ 0,22 2 h. 34' 3 h. N$ 50,64 Los 5 planos que grafican el proceso de expansión territorial de Montevideo entre 1868 y 1915, fueron
$ 0,795 N$ 251,66 confeccionados utilizando como base planos donde aparece expresamente diferenciado el volumen construido
Días no del resto del amanzanado de la ciudad. · '
Laborables $ 0,153 N$ 102,95 Se señalaron además, en cada uno de ellos, las áreas urbanizadas con anterioridad al periodo considerado
y aquellas otras, urbanizadas durante el mismo período.
$ 0,948 N$ 354,61 En los planos se expresó también la red de líneas tranviarias y ferroviarias y, complementariamente se
indicó el espacio verde organizado, incorporado a la ciudad en cada peñodo. · '

- Columna 1 - Datos tomados del cuadro Nº 6 incluído en el texto. a) ANEXO Nº 17 (Período 1868 - 1880) Plano base: Autor - Francisco Surroca Año - 1872 Litografía A.
- Columna 2 - Calculado en base a Jos costos horarios para el peón de fines del siglo XIX consignados en el Godel. ·
Anexo Nº 15, considerando que el jornal promedio era de$ 0,95 con 11 horas de labor diaria. b) ANEXO Nº 18 (Periodo 1881 - 1890) Plano base: Autor - Augusto Papín Año - 1884 Litografía A.
- Columna 3: Datos tomados del Anexo No. 15. Godel. ~
- Columna 4 - Valor de Columna 2 multiplicado por el Factor de Actualización indicado en Columna 3. e) ANEXO Nº 19 (Periodo 189 1 - 1900) Plano base: Autor - Casimiro A. Pfaffiy Año - 1893 Litografía
- Columna 5 - Calculado en base a los datos de la Columna 4 y al jornal neto de peón de la industria de la Italo Oriental.
construcción, establecido en N$ 135,04 con 8 horas de labor diaria. d) ANEXO Nº 20 (Periodo 1901 - 19 1O) Plano base: Autor - Saturnino Cortesi Año - 1906.
La incidencia de los dias no laborables en el presupuesto familiar se ha calculado considerando que: a fines del e) ANEXO Nº 21 (Periodo 1911 - 1915) Plano base: Autor - Augusto G uidini Año - 1913 Plan original
siglo XIX los obreros trabajaban promedialmente i6 días por mes, habiendo en consecuencia 5 días no labora- existente en la IMM.
bles. En el presente en cambio, el promedio de días laborables es 22 y los no laborables 9 por mes. Dicha
incidencia resulta de multipliC2lel gasto diario por los días no laborables dividido por los laborables. Para la graficación de lof'fraccionamientos, fue utilizada la información recogida por los autores en la
prensa de la época y en la colección de afiches de remates utilizada para el presente trabajo. .

152
153
~
1 .
ANEXOS 17 A 21 ::;,t 1
1

1
CIRCULACIONES. · 1
1

~
1
PLANOBASE 1
1
1
1
1
FERROCARRILES - _ ' 1

~'
1
1869 - F.C. CENTRAL DEL URUGUAY
1 - ESTACION BELLA VISTA
~4
2- ESTACION MIGUELETE (YATAY) ~ ~
3 • ESTACION SAYAGO

\\
4 • ESTACION COLON
1878- F.C. DEL NORTE DE MONTEVIDEO
5 • ESTACION ~
6 ·MATADERO Y CORRALES DE ABASTO ~O
1879 ·F.C. URUGUAYO DEL ESTE ~
7 • ESTACION TALLERES, CORDON 4to ~ \
8 • ESTACION UNION ~l't:- ~~":,-. tz~3
9 - ESTACION ITUZAINGO Ot:-<lf, ~,._ ~ \¡
10 - ESTACION TREINTA Y TRES (MANGA) 041~ q \1
... -1
TRANVIAS "'º~o
l
¡
A· 1868 ·A LA UNION
Extensión a Pueblo ltuzaingó
B - 1869 ·A PASO DEL MOLINO
Extensión al Cerro (1879)
C - 1871 • DEL ESTE (a Playa Ram irez)
Extensión a Punta Carretas
D - 1873 - DEL REDUCTO
Extensión a Paso del Molino (1874)
E-1874-0RIENTAL
Ramal a Playa Ram irez '
F -1875-A POCITOS
Extensión a Buceo (1877)
Extensión a Unión (1880)
G • 1878 - DEL NORTE

~
N
~ ...

.... --=. ~ _::::: ~·

ANEXO Nº 17
1868-1880 ~ 1868-1880

~
N
!!""""--
- AREA EDIFICADA EN 1872- (Plano de Feo. Surroca)
D FRACCIONAMIENTOS URBANOS ANTERIORES A 1868
CiZJ FRACCIONAMIENTOS URBANOS ENTRE 1868 y 1880
~ 1881-1890
ANEXO Nº 18
1881-1890

·,
,
\


-
AREA EDIFICADA EN EL AÑO 1884 (Plano de A. Papin).
FRACCIONAMIENTOS URBANOS ANTERIORES AL AÑO
..6.
1881 N
~ FRACCIONAMIENTOS URBANOS ENTRE LOS AÑOS ~ ...
1881y1890
E;;il ESPACIO VERDE ORGANIZADO

ANEXO Nº
1891-1900 19r:;;/
,.._.::::J
1891 1900
. -

'~---
1
1
1
1

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) \l.! '
·,
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fil} '

·~

·- AREA EDIFICADA EN EL AÑO 1893 - (Plano de C. P1aff!)').


FRACCIONAMIENTOS URBANOS ANTERIORES AL ANO
1891.
t:::::::.J FRACCIONAMIENTOS URBANOS ENTRE LOS AÑOS
1891y1900.
~
~-

m ESPACIO VERDE ORGANIZADO.


,..,i¡EXO Nº 20
~
1901-1910 5~901~1910
--~
~
'

\ ~
~-":.:.
-:;,
b.~

L::!..
-
-
AREA EDIFICADA EN EL AÑO 1906 (Plano de S. Cortesi).
FRACCIONAMIENTOS URBANOS ANTERIORES AL AÑO N
1901 ~-
~ FRACCIONAMIENTOS URBANOS ENTRE LOS AÑOS
1901y1910.
C ESPACIO VERDE ORGANIZADO.

:~..:¡,:

MEXO Nº 21 / l
»11-1915 --'
¡G)
1911-1915 1
11
1
1
1
1
1
1
1
1

.JI

1 AREA EDIFICADA EN EL AÑO 1913 (Plano de A. Guidini)


L::!..
1 FRACCIONAMIENTOS URBANOS ANTERIORES AL AÑO N
... 1 1911 . ~-
~ J FRACCIONAMIENTOS URBANOS ENTRE LOS AÑOS
1911-1915.
ESPACIO VERDE ORGANIZADO.
. ,_

8 •

i!

Indice de ilustraciones

- Fig. 1 Jurisdicción de Montevideo - 1726


Fig. 2 División departamental del Uruguay - 1828
Fig. 3 Ciudad Vieja de Montevideo - 1813
Fig. 4 Montevideo - fines siglo XVIII
Fig. 5 Montevideo - fortificaciones

..
Fig. 6 Montevideo - Ciudad Vieja
Fig. 7 Montevideo - 1846
Fig. 8 Montevideo - territorio adyacente
Fig. 9 Montevideo - 1867
Fig. 10 Montevideo - 1913
Fig. 11 y 12 Estación de tranvías del Reducto
i Fig. 13 Molino en la Aguada
Fig. 14 Paisaje industrial
Fig. 15 y 16 Cervecería en la Aguada
Fig. 17 y 18 Fábrica en el Reducto
Fig. 19 Curtiembre en Nuevo París
Fig. 20 Usina en Arroyo Seco
Fig. 21 y 22 Conventillo "Medio Mundo"
Fig. 23 Conventillo Barouquet
Fig. 24 Falansterio Montevideano
..,.,
"'.
z
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eo
., Fig. 25 y 26 Apartamentos en tira
....,.
.. .,
-V(/)~
(/)
w ..,
a; Fig. 27 y 28 Apartamentos en tira
~-,~ffi .,
·¡;; F ig. 29 y 30 Viviendas de Rossell y Rius
có ~ UJ" 'C
o Fig. 31 Viviendas obreras en Peñarol
~~~>~ ü
o Fig. 32 y 33 Grupos de viviendas para arrendar
'WW. e
~Zt:~ ·¡:
Fig. 34 Edificio de Apartamentos en la Ciudad Vieja
::;.Q::;;. :;
¡;;
(/)u:; . (/) Fig. 35 y 36 Edificio de Apartamentos en la Ciudad Nueva
~&l¡g~ oc.
<f;(/)
ü(/)iii~
- Fig . 37 Casa "standard"
-<::>,.... .,o Fig. 38 Barrio Reus Sur
º=>z(/) :!;?
~!2>~ .,> Fig. 39 y 40 Barrio Reus Norte
fil~ ui!'; e:o
z < ,_ ü ::¡ Fig. 41 y 42 Afiches de remate de Solares
0(J)ZO
-<W::>
ü _, ::¡ "7
..,., Fig. 43 ,Montevideo - 1872
üw<(/) o
Wo2:w
e Fig. 44 Montevideo - 1883
C'I . (/) z ,_ z ~
C'I ~o&lQ ;,; Fig. 45 Montevideo - 1910-12
>iiin.u · e- Fig. 46
W5(J)üg~~
ZO
Fraccionamiento en la Ciudad Novísima
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WW (J) ___
LL"'
Fig . 47 Fracciona miento en el Reducto

161
. ~:1::\
Fig. 48 E~quina atipica
. .r .~
' )

Fig. 49 Terrenos vendidos por F. Piria


Fig. 50 Fracciom1miento de Barrio Artigas
Fig. 51 y 52 · Caricaturas de Piria ' ·-~ .
Fig. 53 Castillo de Piria Jl. ·,
Fig.
Fig.
Fig.
Fig.
Fig.
54
55
56 a 58
59
60 y 61
Viviendas para la venta - Banco Popular del Uruguay
Viviendas para la venta - Banco Obrero del Uruguay
Viviendas construidas en etapas
Vivienda "de galeria" - planta tipo
Viviendas "de galeria"
r! ¡

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t ~..· .
.

¡ '1
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.
'

.l . .·· Indice
'f
¡.-
·:;

.. Agradecimiento ..... . .. . . . .............................. . .......... . ..... ..... ... . 7


·¡· .. Nota preliminar · . ....... . ......................................... . .. . ......... . . . . .9
Introducción ............. . ... .. .......................................... . . . .. . . . 11
I. MONTEVIDEO- ANTECEDENTES DE SU PROCESO EXPANSIVO ............. . la
11. FACTORES DETERMINANTES DE LA EXPANSION URBANA , . .. .. . ... . . .. . . . 17
1. La explosión demográfica . . ........ . ......... . . ... . .. . ... . .......... .. ·.. ...... . . 18
1 " · -Crecimiento vegetativo . .......... . ............... . .... . . ... .. ...... , .. . . .. ... . 18
- Migraciones internas ...... . .......... . .......... . . ....... . . . . . . ............. . 19
- Inmigración . ................ . .................. ..... .. ... .. .. . . ... . ... . .. . . 19
-Aspectos poblacionales: sectorización y homogeneización .................. . . . .. . . 21
Tendencias en la distribución territÓrial de la población ................ .. . .. .. ... ... . 24
La empresa privada, factor dinamizador del proceso de expansión urbana ....... . ..... . 25
-Transporte urbano - Cobertura territorial ......... . .. .. ... ... .. . .. . . .. . . . ... ... . 26
- Localización industrial .... . . . . . ....... . ........ . .. . ... .. .................... . 28
- La especulación inmobiliaria en el campo de la vivienda ............... . .. '. '. .. . . . . . 30
- La especulación inmobiliaria en el ámbito territorial ........ ... ... ... .. . .. ... .... . 34
-Limitaciones a la especulación inmobiliaria: tentativas reguladoras del sector público 40
III. UN ARQUETIPO: PIRIA .... . . . . .............. . ...... . . . ........... ... ...... . 43
IV. LA VIVIENDA PROPIA EN LA MATERIALIZACION DE LA EXPANSION
URBANA . . . . .. . . . . . ." . .... .............. . .... .. . .. . ..... . .. . . . .....•......... 51
Capacidad económica de los sectores populares .................... . .. . .. . . .. ... .. . . 51
Respuesta de los sectores populares .. ~ ............ .. . ..... ., .......... . . ......... . 55
-Tenencia de la vivienda ... . .... .. ....... . .. . .......-.. , . ....... . ... . .... . ..... . 58
... CONSIDERACIONES FINALES ......... .. ..... . . .. .. ... . . . . . ........... . .. : .' . . .. . 65
NOTAS ....... .................... ....... · · ···· · ······· · ···· · · · · ··· ·· · ···· • · · ····· 67
ILUSTRACIONES ....... . ... . ..... . ............................... . . . .... . . . ... . . 75
FUENTES DOCUMENTALES ....... . ........... . .... . .. . ...... . . . ............... . 127
ANEXOS ..... . .......... . .. : ......... . ... . .... . ......... . . . . .................. . . 131
1-Densidad de población de Secciones Judiciales ............ , . ......... . . ....... . 133
2- Población·de conventillos .. ... '........ . '. ... ... ..... . . . .............. .. ... . . . 134
3-Población habitando en conventillos. Año 1908 ....... . . ..... .... ... . . . . ... . ... . 135
· 4-Estimación del costo de arrendamiento por pieza en vivienda (1889) . . . . ..... . .... . 136
5- Estimación del costo de arrendamiento por pieza en vivienda (1908) ..... . . ....... . 138
6 - Area urbanizada por Ioteamientos ........ . .. . ....... . .. ............... . ..... . 139
7 - Permisos de construcción (1867-1909) ........ .. .. . ..... . ....... ........ .. .. ; .. 140
8- Edificios en construcción por secciones judiciales ........ . . ....... . .. ......... . . 141

162
163
..
9-Calidad de construcción: muros. . . . . . . .. . . . . . . .. . .. .. . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . 142.
¡·.
10-Calidad de construcción: techos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
11- Indi~e de confort según lo~ ~ervicios públicos (1889/ 1908) ............... . . .. : .. : . ~ .1~6 ......
12-Bamos fundad(,!S por F. Pma antes de 1915 ·.: .; .......... . .... ·.-.· t .•:1 ~~··-;;~! ,\ : .. •.. \.; '147· "··
.. 13-Evaluac!ón dela poblac!ón s~~n laho~a:de t~~~nc~a de la ~!~~~ti (1889) : . • '. . . ...· 149
14-Evaluación de la población 11Elk'ún la fonna:de tenenc1a.,d,e la vivienda (1908) . . . . . . . . 150
~5 - Costo de suministros en hoias de ~rabajo .......... . .". ... :. ; ... .... \. ... . . . . ... . . . . 152
16-·Gastos diatjos de una familii:l(l885/ 1984) ..... . ..... ·... ; . .' ..: ·: ::. ," ............ .. . 152
17-Edificación, fraccionamiento:6.itrans¡:¡orte público (l.868·1B80) ... . . ':·~ ......... . , . :· 155
IS-Edificación, fraccionamient<it1.r trans¡for.t e 'pú.l;>l~o..( l~(~J89Q.) , .. . ~ . ..,.,: .......... · 1~6
19-Edificación, fraccionamiento,9.'y ..transporte pqblidó'll89'1-1900) . ,'.... ; . .. ".. . ': .... .. . 157
y:
20-Edificación, fraécionamien~ transporte público (1901-·1910) . : . .... ; .• ,'; ., . .. . ·,_. 158
21-Edificación, fraccionamientos~~transporte público (1911-1915) . .' . ·x....:,· ..... ...~' 159
22.- Secciones judiciales de Monte'<rideo hacia 1889 y 1908 . . . . . . . . . . . . .. . . ... . . . . . . . . . . i60

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Se terminó de imprimir
en Prisma Ltda. Gaboto 1582 Montevideo,
en el mes de mayo de 1986.
Edición amparada en e! a1t 79
? de la ley 13.349
(Comisión del Papel) D.L. 215.655

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