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Juan Carlos Torre

El proceso político
de las_, reformas
.
economtcas en
América latina

FLACSO ARGENTINA
BIBLIOTECA DE CIENCiAS SOCIALES

~~~ Paidós
Buenos Aires-Barcelona-México
,

Índice

Director de colección: Sebastián Mazzuca

/
Cubierta de María Laura Piaggio

la. edición, 1998

N ata preliminar ................................................................................. . 9


Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Introducción ....................................................................................... . 11
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723

l. El ingreso de las reformas estructurales en la agenda pública 21


l. Las elites gubernamentales y la supervivencia política..... 23
©Copyright de todas las ediciones 2. Las respuestas iniciales a la emergencia económica........... 24
3. El desenlace del aprendizaje negativo.................................. 26
Editorial Paidós SAICF
4. El papel de las presiones políticas......................................... 31
Defensa 599, Buenos Aires
5. Un reformismo pragmático.................................................... 33
Ediciones Paidós Ibérica S.A.
Mariano Cubí 92, Barcelona 2. El lanzamiento político de las reformas estructurales ............ . 37
l. Bolivia ..................................................................... . 42
Editorial Paidós Mexicana S.A.
2. Argentina ................................................................................. . 45
Rubén Darío 118, México, D.F.
3. Brasil ......................................................................................... . 50
4. México ................................. . 54
5. Colombia .................. . 59
La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modifica-
da, escrita a máquina, por el sistema "multigraph", mimeógrafo, impreso por fotocopia,
fotoduplicación, etc., no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier uti- 3. Las reacciones sociales a la políticas de reforma ..................... . 65
lización debe ser previamente solicitada. l. La importancia del contexto macroeconómico en que
se lanzan las reformas ............................................................ . 69
2. La gestión política de los programas de reforma ............... . 73
ISBN 950-12-8904-4 3. Sobre el carácter bifronte del proceso de cambio ............... . 84

~~

llio.....'"' 1
10 Juan Carlos Torre

quiero destacar mi gratitud de siempre al Instituto Torcuato Di Tella,


en cuyo saludable clima humano e intelectual se desenvuelve mitra-
bajo desde hace tantos años.

Introducción

Los países de América latina atraviesan en la actualidad las vicisi-


tudes propias de un cambio de época. Dos orientaciones de política
económica condensan el signo de los nuevos tiempos: 1-ª~liza­
ción__y la reducción del pap_~L<i~.§sta.cflQ enJ~ ecs>_!l_Q!!"!Jél_y_!_aJedefini-
ci_ón de las relaciou~reJas_eCD.QQIDÍélS nacionales
----- -- -··---
y - el
·-
mercado
--- -·-
in-
ternacional, en favor de una mayor integración. Con el impulso de
las reforma"i ~~t~l.lctU.;ales-~ediante las cuales -díchas orientaciones se
han ido implementando en la última década, la era del desarrollo ha-
cia adentro y promovido desde el Estado que presidió hasta entonces
el desenvolvimiento eco_nóm_ico y social de América latina ha entra~o \1._.:; "l"-'
aceleradamente en la h1stona, para ser reemplazada .Eo_:_~!. s!.s:s.p.he-0 · \
glJ.e de un nuevo patrón de desarrollo centrado en la inversión priva-
gil_a~pertura ~terna y las señales de me_~ado. - ·· ·
C,-9~_<;ª-ill.PjQ_sfe ép~, ha..ID.udado 1 <isimisirio, el significado del
cor:tc:~P.!Q cie reformas estructura!l2s-_ ~J:l)_a._~d~~~~9,~_.P!_e_v_iél_s, particu-
larmente en los sesenta, !~~-~s-~!n:~!9-?. . ins.Jitucionales a los que se alu-
día con las reformas estructurales se referían sea a transformaciones
erl_eL.régirn~~íi.- a~~p~o:P]:;;:a-ªd~i~- ~~io!'~~-ag~ari~_::-,· seaal fortaleci-
miento de la capacidad de los gobiernos para diseñar y ejecutar pro-
gramas de desarrollo -la creación de agencias de planificación-; en
fin, las reformas estructurales eran concebidas a partir de la perspec-
tiva de países envueltos en la tarea de remover los obstáculos al pro-
12 Juan Carlos Torre Introducción 13
i ~,...._,./,J¿vi' ,)
ceso de modernización económica y social iniciado en el período de vista conceptual, la reiteración de este d..es.eAla.ce encierra una ironía
posguerra. ~B_la década del ochenta, la política de transformación al- histórica:~_!! momentos en que la teoría d_e~_c!.E'Pe_!!df'ncia ha perdi-
teró sl.l_S_.Qpj~-~~~os y lo hizo en favor de la cre~c_0"!i.9_~jªs¡:::gn9-iciones do el atractivo intelectual que te__nía_~D_:t!J]_p_~ado no muy distante,
para 1ª-ª-<;;Yl!llܪciQ.!:!_EÍ:l.va-aay elfQxtalecimiE'nto de la competitivi- nos--reC1.i.erda--q-;:;:e-Tos-caml:Jiosen el con1:_e_;xtQ_int~r:nacional condicio-:..
4ª-<:l i11terna.cional. Aunque hubo experiencias precursoras -las reali- ná.n fuert~II1enteTa:s· opC:l(¡!l_"~?-4"~-sl~Éiar-rollo d~ Amgr_ic9_latina.
zadas con suerte diversa por los proyectos de liberalización económi- Como ocuri{ó asímismo durante los años treinta y cuarenta, las
ca del Cono Sur a mitad de los años setenta-, el giro hacia las nuevas respuestas de los países al cambio en el contexto internacional dentro
reformas estructurales se produjo para la región en su conjunto bajo del que se desenvolvían sus economías presentaron llamativas dife-
el impacto de la crisis de la deuda externa. rencias. _El fin del ~.i~}g_ g_cl.Q~_SéiJ:!?ll().J~:~<:.i~-~-cl_~!!~r9-Y p-mrp.ovido des-
<:;:alocadas en ese con_!E'~.~. las_j:.fª-D.§für!!:!:_~~~()_nes presentes apare- deel_:§stado ha seguido diferentes -~!9-Y~.ft_Q_r-ias en los distintos países,
cen como"uñ-ei)j.sodiQ_i!!_ás Q_e_lª_roodalidad de cambio estructural depen<l1eljgcüi~..I-ªif:¿ircunStanda_"s. específica-s--de cad.a-iino.de-ello~ Si

:_~~.~ti~~-~ 1~~~~-r}'á~--~1~~---r~_~t_~~:¡fi~~---_i~-~a_~~~Th~~a_-~f_;~~i~%~~-c~_-_fJ}
que singuJa!iZél_}~ !J:"él.Yec~q;r:i?.s!~..J\mérica latina. -~~~ consecuE'!l:cias 1
_c!el alza de las tasas de interés internacionales, la subseclient"e mora-
tori:aae-raao-ensus·¿¡::¡ffipr-omisos -ae Tiaeuda externa a la que se y desregulación económica, ~ _Qportunidad, el ritmo y los alcanc~s
del a·us ··- lde liños- otro vo ese nario no_ fue uni-

--
vieron forzados los países de la región y el abrupto cese de los flujos
financieros voluntarios del exterior evocan, a la distancia, los efectos fu~me:-Esto indica la neces1 a e
especifÍ.c~r la afirmación anterior,
que la Gran Depresión tuvo sobre las instituciones económicas de señalando que, aunque los cambios en el contexto internacional han
América latina. I:;:p.tonces, la crisis del comercio internacional condu- condicionado fuertemente las opciones de desarrollo de los países de
j() a la adopción de un nuevo C1:!_1"5_Q__ ~_!:l__el.Proceso d~_ciesarrollo, en la América latina, no han dictado, empero, las respuestas concretas que
di~~<:C:i~_n _<:le _léi ~11:9-ustrlalizaCión sustitutiva! -~-b.él.!Jrí~-9-~ consoli- éstas fueron dando a los desafíos impuestos por la crisis. Para dar
darse luego~ en los afios--cuarenTa:Ho)/-en día la región se encuentra cuenta de esta diversidad en las respuestas es preciso desplazar la
nuevamente ante un ·Ien2imeno familiar: los cambios exógenos -sea atención desde las restricciones externas a la consideración de facto-
por la vía de la alteración de los precios relativos, sea por la vía del res contextuales de naturaleza interna.
estrangulamiento financiero- precipitan una mutación en las reglas Do_::; órdenes de factores con textuales internos son relevantes a es-
de juego y en la organización de sus economías. 1 Desde un punto de te respecto. En primer lugar están aquellos de carácter económico y
que definen el grado diferencial de exposición al shock externo y el
variable monto de recursos potenciales para reaccionar a su impacto.
l. Esta afirmación requiere algunas precisiones. Una vez que se ha subrayado la Estos factores incluyen tanto decisiones de política económica -por
importancia del shock exógeno sobre el viraje estratégico de los países de la región es ejemplo, las que influyeron sobre el nivel del endeudamiento externo
necesario señalar, no obstante, que la severidad de los problemas rnacroeconórnicos y en el uso dado a dichos fondos- como formas de organización eco-
de los años ochenta estuvo influida por circunstancias endógenas. Si la crisis de la nómica previas, entre las que está la existencia o no de control públi-
deuda externa llegó a tener el impacto que tuvo en América latina, a diferencia de lo
que ocurriera con otros países también endeudados, corno Corea del Sur, fue porque
estas economías eran extremamente vulnerables a las perturbaciones externas debi-
do a la estrategia de sustitución de importaciones seguida hasta entonces. Este argu- valente al 6 % del PIB se habría tenido que duplicar en dos años las exportaciones no
mento está desarrollado por Joseph Ramos: "Crecimiento, crisis y viraje estratégico", tradicionales y eliminar por completo las importaciones de bienes de consumo, lo
Revista de la CEPAL, no 50, agosto de 1993, págs. 63-80. "Debido a la estrategia de sus- que obviamente era imposible. Por contraste, en las economías asiáticas de indus-
titución de importaciones, explica Ramos, las exportaciones no tradicionales (las úni- trialización reciente era más factible un ajuste no recesivo sobre la base de la expan-
cas que normalmente podían expandirse significativamente sin afectar su precio) re- sión de las exportaciones no tradicionales, ya que éstas constituían el 30 % del PIB y
presentaban menos del 4 % del PIB de la región; mientras que las importaciones más eran casi todas manufacturas[ ... ] Vernos así que la orientación hacia afuera de estas
prescindibles, las de bienes de consumo, constituían, debido al avance del proceso economías las había dejado en mucho mejor pie para efectuar un ajuste no recesivo,
de sustitución, menos del2% del PIB. Por consiguiente para efectuar un ajuste equi- en vivo contraste con los países latinoamericanos".

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14 Juan Carlos Torre Introducción 15

co sobre los ingresos de recursos naturales exportables, debido a su bios~isponen,_EQr ello mismo, de una gravitación insoslayable so-
gravitación en la ecuación de pagos externos. bre la conformació;h .9-~}~_<l;genda pública; de hecho, sus ·perce-pcio-
Los factores aludidos determinaron, junto a otros, la evolución de nes, sus intereses políticos, sus recursos, son insumas cruciales en el
los dos fenómenos económicos centrales que organizaron el compor- proceso poi-erq1ie.?.~-ª'tfc1ae-qi:i{rtipo de reformas serán introducidas,
tamiento de los países en la crisis: la brecha externa y la brecha fiscal. cuándo s~r_áJ~_i!liqi<l;<:J..él:S..Y.«::étmo se procurará concretarlas.
Una y otra brecha definieron las coordenadas internas del marco eco- Que sean insU:hlOS cruciales no significa que sean insumas únicos.
nómico adverso que condujo a América latina a imprimir una nueva ~as elites gttbe~namentales ocupan una_E_osicióncrítica en la conflic-
dirección a sus opciones de desarrollo. El análisis de esta dimensión tiyg_interacrió.n._que pQne en marcha la c:r:i'Sis--d~-l~~e_xtern_a.en­
propiamente económica del proceso de ajuste estructural ha sido tre ~Lroe.di.o.. a:rnbiente i.nter!@.Ci.Qnªl y_cl_á:rp,!:>ito.. Dac!QnaL son ellas las
abordada por la literatura especializada a la que nos remitimos. 2 q~~ reciben en primera p~~SC>!!.ªJ~p_res!9Ees d~!9~P-ªi~e.s ~creedo­
Ciertamente, la adversidad económica constituyó un poderoso re5;10s"I:Jañ.co.sex:trañjeros~ i~s organismos ffiuTtilaterales d~ crédito;
acicate para el ajuste estructural. Pero si bien ella fue una condición t¡;¡!liEi~.fi~~ssob-~~-ellas que recaeD.l~~-~~msecuencias de los-confli~tos
necesaria, no bastó por sí sola para definir cuándo, cómo y en qué distributivos y.polític-GS.internos_pr.o_v:Q<;.a_dq¡:;_po~l.O§:'-~TQ.::¡_del shock
medida habría de efectuarse el ajuste .. Para..explic<!_r la~ mo_9:~~~gades ~_?<:terno. Este juego de presiones externas y de demandas internas]
contrastante_s q11e_el aj_1.1ste_estructural ha asumido en l2_~?t~ntos dentro del que actúan las elites gubernamentales constituye, induda-
países hay que completar el ~~áiisís lnfroauciendü"l!rl~~g"tJ.D.c::l9 QXden .. blemente, otra fuente de insumas que intervienen sobre la decisión.
¡le factmés COritéXfuiilésiflk<·n_. . -~_=_·_e§!Q--~_.~S>n_c_l·~-_z-_a_·r.ácter político y tie-l
_.o·
de las reformas. Pero su gravitación, esto es, su eficacia, está siempreJ
influencia
...•
que ejercen las ideas,. ..las fuerzas ' ' ..
·"..
socio- k\ mediatizada por el comportamiento de las elites gubernamentales.
Jgd9Íl.es::en.:=l~íón- e ·implementacióll._ q~ las En .otras palabras,las. pn:Je:rencié1s p_olíticas tanto de la comunidad fi-
políticas.púhlicas para respo.nder_a_@..crisis__,_El examen de estos facto- ) nanciera inte!ztaciqnal como de los empresarios, los trabajadores y
-~~s es .el DbjetiYQ..del p.resente Jibro. 3 --~ · demás grupos de interés locales no entran necesariamente en forma
La consideración de los factores políticos aludidos trae al primer directa en el proceso de reformas; antes, bien, son filtradas por las
plano el papel central que desempeñan las elites gubernamentales. orientaciones ideológicas y los cálculos políticos de los líderes de go-
C:91n9_~UQ~O del análisis son !Q~SilJ!llJi()?_~nJa:=¡ políticas de desarro- bierno que son, en definitiva, quienes sancionan y autorizan la conti-
llo, paree~ razonªpl~ dirigir la atención hacia aquellos que tienen res- nuidad o el cambio en las políticas públicas.
po~s-~]Jilidacl.e.s constitudonah~s y adminístiaJivél.s sobre tales cam- ~o que revelan el papel acti:vo-de.las elites.gubernamenta-
les, la~ _e~_R.~ri~ncias de ajuste_estructULaLde...Am.ér.icalatina ponen de

2. Mario Damill y José M. Fanelli: "La macroeconomía de América Latina: de la


crisis de la deuda externa a las reformas estructurales", Serie Reformas de Política Pú-
blica, no 30, CEPAL, Chile, 1994.
m~_nifiesto que sus in~ervenci_~~es ha!_l_sido acotadas_p~f_'ll!l:a varie-

capacidades burocráticas y técnicas del aparato estatal, las caracterís-


ticas de los alineamientos sod.opoliticos, los Íe-gados y las c{rcunstan-
1
~ad _q~_.r.estr~-on.es. E.. sta··· s il!.duy:en.las _r_eg..las de_iJJ..~g-·_Q___ políticas, las
3. En la introducción a su estudio sobre crisis internacionales y respuestas nacio-
nales entre países industrializados Peter Gourevitch destaca la centralidad de estos cias históricas, las negociaciones con los organismos financieros y los
factores. "La prosperidad -afirma este autor- oscurece una verdad que los tiempos acreedores externos. Operando en un espacio político delimitado por .
difíciles ponen de manifiesto: la opción entre propuestas de política pública en con- este tipo de condicionamientos, eJ.Jider:azgo..de.Jas.elites. guberna~J
flicto entre sí surge de la política [ ... ].La crisis económica conduce al debate y la con- rn,~ntaJgs.se.j_lJ.ega._en su habilidad parª maniQQ.rar dentro de ~lJo::¡_,_en_
troversia y de este conflicto emergen las medidas de política. Sean innovadoras o no,
estas medidas requieren de la política, es decir, las respuestas a la crisis exigen movi-
p_rocura ~_E':.<:~t:=;?:=; ·?·ª:r:a .elaborar YP~D:Pener alte~nativ as. ante lél cr!-
lizar recursos políticos. Por consiguiente, para entender las opciones de política he- s1s 9.lJ:~. sean.econouuca.y,.-ª_la. Y.~;?;'--P-Qh he amen te v1ab les._ ..
mos de entender la política que las produce", en Políticas estratégicas en tiempos difíci- Antes de avanzar en la reconstrucción y el análisis del proceso de
les. Respuestas comparativas a las crisis económicas internacionales, México, Fondo de las reformas económicas en América latina, a la luz de los condicio-
Cultura Económica, 1993, págs. 17-19. namientos políticos e institucionales, nos parece conveniente comen-

\- í ', ~.,ri\ ( p
ht"'-·.·.
~

16 Juan Carlos Torre Introducción 17

tar un punto de vista que conspira contra este tipo de enfoque._.º~ embargo, sólo de su excesivo voluntarismo. En realidad, éste es el
trªt.a de..Ja.opi.niónJ..l:D\lL_Q._ifyndida ..enl:re_analistas .económicos y fi- corolario natural de una concepción del cambio social y económico
nancieros, según la cual la dave 12-ªra exp~ica!_l_a....s:!Pacidad para deci- en la cual la opción por las reformas, esto es, sobre su oportunidad y
c:!!~.implementar reformas -~~~I"!l:S!.t!..:t:ales está en la existencia o au- sus alcances, no es, en sí misma, problemática. );'_rto lo es porqu~ se
sencia de voluntad .E~!~~c~-~11___1~~- elite? __ gl1ber~~mentait::s· Para f:!arte del su~esto de gue ex§te ya disponible __g_IJ_él~Qill~i.6_r:L9.R.tima a
quienes así razonan ésa es la restricción estratégicamente relevante l~s prc::l?Je:m-ª.~Q~)a reorganizació_D_ prodl1~_tiyé} <;lg Jª_región,tal como
que condiciona los procesos de ajuste estructural. De allí que suelan se Ei)(pn~-~ª' p<)J; ei~IDE.l~!-~~~l.Y~.cl~I1:t..éc11rl). de p.olíticas del "Washing-
sospechar del enfoque que pone el énfasis en factores contextuales ton Consensus". De aquí se sigue, previsiblemente, que la incógnita
políticos e institucionales para dar cuenta de por qué ciertas políticas deTaecuaciónreformista se reduzca a contar o no con la apropiada
económicas y no otras han sido adoptadas: éste no sería más que un dosis de voluntad política en los líderes de gobierno para implemen-
esfuerzo por ofrecer justificaciones a posteriori de experiencias fraca- tarla.
sadas, inspirado por el deseo de disminuir la responsabilidad de los
-.. A la vista de las controversias dentro de la comunidad de econo-
líderes de gobierno. mistasge la región y fuera de ella en torno de las poÜticas de ajuste
Por cierto, no puede excluirse, en principio, que haya explicacio- esTructural, es difícil compartir la creencia optimista en que se dispo-
nes políticamente motivadas frente a las cuales esa advertencia sea ne de una fórmula racional en condiciones de maximizar el bienestar
útil y oportuna. No obstante, esta perspectiva adolece de una visión de los países de América latina. Los debates en curso sugieren que
demasiado voluntarista de la formación de las políticas públicas ya so11.rnás de una las combina':iQT1g}; .posibles.en.treJa.arripiitu_d,_ L:i_in-
que presupone que los líderes de gobierno tienen un alto grado de tensidad}r iá secuenC!ad.éi-a)~ste estruc!':l.I<3.1. 4 De allí que sea discu-
control sobre el contexto institucional y político en el que actúan. tible postular que existe una alternativa objetivamente óptima para
Mas esto no es obvio y en rigor constituye una hipótesis que requiere encarar la emergencia económica en cualquier circunstancia. ~Q~
ser verificada empíricamente, caso por caso. El proceso de reformas luciones a una situ9-ción problemática nunca son obvias porque el
es siempre una batalla política por llevar a la práctica ciertos objeti- impacto de las políticas a ser adoptadas_ll.O...p.uede~c:onocerse por an-
vos. Por lo tanto, no consiste sólo en la adhesión de determinado -ticipé!:<!<?.~ }\demás, los cursos de acción que se desprenden de una ló_~
a
conjunto e políti¿-as~sioo~q~e- ta~bié¡,·i~~hJ.ye la tar~a de movilizar gica económica_ iempre coinciden con los que resultan_d~una ló-
los apoyos sociales y capacidades institucionales para implementar ~-politica_ A diferencia e o ue está implícito en el punto de
dichas políticas y neutralizar a quienes se oponen a ellas. vista que comentamos, por nuestra parte entendemos que las opcio-
Un somero examen de las experiencias nacionales estaría en con- nes de política implican todas incertidumbre y riesgo. Ello convierte
diciones de mostrar que el ajuste estructural ha sido más vasto y pro- a las respuestas que los líderes de gobierno dan a los desafíos del
fundo allí donde las elites gubernamentales han logrado secundar la cambio de época que envuelve a la región en verdaderas elecciones
decisión en favor de las reformas con una alta concentración del po- políticas.
der y la autoridad, sea por la supresión dictatorial de las libertades Por ello, el proceso de reformas no puede ser visto como un acto
públicas, s~a atrél_v~s_c;le_la.apelación a poderes constitucionales de administrativo en el que importa el compromiso de los ejecutantes
emergencia, sea mediante mecanismos de cooptación y control políti- con un libreto prefijado. D~. hecho, el proceso de reform~g;__es una
co. _En el balan.~!_estos casos sugieren gue lo que importa no es sólo o:eer~ción sustancialmente política, esto es.!~~ oper~~~?I.l cuyo va-
o apenas la voluntad política sino el control por los líderes de gobier-
~o de lo;¡:ecurscis políticos e mshtucwnales quetespermitanTniciar.
1-as..p.olíticas de reforma y, luego, sosteneriasen ertfempO,-a pesa·:r·ae-
4. José María Fanelli, Roberto Frenkel y Guillermo Rozenwurcel: "Growth and
las previsibles resistencias a sus costos distributivos. Structural Reforin in Latin America. Where we Stand", en Álvaro Zini Junior
Las reservas ante las restricciones políticas e institucionales por (comp.): The l\1arket and the State in Economic Development in the 1990s, Amsterdam,
parte del punto de vista que estamos comentando no provienen, sin North Holland, 1992.

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18 Juan Carlos Torre ,.,J
\ Introducción 19
riada desenlace depende de las salidas contingentes que las elites gu-
bernamentales dan a los dilemas puestos por las presiones de la ad- evaluadas a partir de las ideas, los intereses y los recursos de las eli-
tes gubernamentales.
versidad económica y por las restricciones políticas e institucionales
que circunscriben su libertad de acción. : Desde esta perspectiva, estamos en mejores condiciones para dar
El segundo punto de vista que nos in~ esa revisar es uno que res-
1 cuenta del proceso de cambio que ha venido caracterizando a Améri-
ponde a una visión diametralmente opue ta, .§ubrayando sobre todo ca latina y en el cual observamos que los países se mueven hacia un
los límites de la voluntad política. Su pu to de partida es la constata- r(O':eertorio co!:l:!:..~I1 <:Ie reformas de mercado -el efectÓ-~iiccio­
~eryiraj: convergente de los países hacia políticas de liberaliza- nes-, pero que esa ti-áyecToria la recorren con diferente velocidad y
ción económica. A partir de esta cpnsta,_~n formula un teorema en distinto alcance -el efecto de las elecciones políticas hechas por los lí-
cuya premisa está el cambio de las circunstancias económicas y pos- deres de gobierno en cada país-. Ésta es, por otra parte, la dirección
tula, en consecuencia, la inevitabilidad del ajuste estructural. Aquí el analítica que orienta a la nueva literatura política sobre el ajuste es-
acento está puesto en las restricciones y se descalifica el momento de tructural en los países en desarrollo: en lugar de tratar las opciones
la opción política por parte de las elites gubernamentales. Esta visión que hacen los gobiernos frente a la adversidad económica como un
encuentra eco en posiciones de diferente cuño.,A~í, !.~~!!l:()_S~-12~.!u­ dato exógeno, éftla ~licar po!_'l'Ll~hall_~,C::()g!d() _unconjun-
rªp~Qli.l::>S'Xª-1.q_l!g_~Qll~.!!:ier9:-ªk~<2lítj_~as de reforma como respues- to delimitado pero diferenciado de polí!iCél? cieref<:>!ma y por qué
han-oFfenl.doresulfados contrastantes en su esfuerzo por llevarlas a
.1.. t_a___s. ()b_j~t.iy. a._ sil L1na s. ~tuél~::ión objetiva:_.~! C()l~ps~ deÍ pat~ó·r; de desa- la práctica. 5
- f rr()ll.() qri~ntado_hac;i_ª-~J Il1~:rc:ªc!_()_j.!:l!~rJ::t().YPE()moyido por el_J;:stado.
Tenemos también la postura crítica que interpreta igualmente las po- uPara este análisis comparativo habremos de basarnos, principal-
líticas de reform.a como las respuestas objetivas a una situación obje- mente, en los estudios hechos por los investigadores que abordaron
tiva, sólo que dicha situación es aquí definida como la correlación de los aspectos político-institucionales dentro del proyecto de investiga-
ción realizado en el marco de la CEPAL. 6
fuerzas favorable a los países acreedores y a los grandes grupos eco-
nómicos externos e internos. En ambos casos, el ajuste estructural se Adicionalmente, se recurrirá a otros trabajos y a la literatura sobre
"objetiviza" y se torna, por lo tanto, necesario y previsible.
Sin embargo, si se presta atención a los voceros de este punto de
vista, se podrá advertir que no se privan de hacer comentarios sobre 5. Joan Nelson (comp.): Economic Crisis and Policy Choice, Princeton, New Jersey,
Princeton University Press, 1990 (versión en castellano: Crisis económica y políticas de
el comportamiento de los líderes de gobierno, unos para reprocharles
ajuste, Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1994); Robert Kaufman y Stephan Haggard
que no apliquen con el ritmo y el alcance deseable las políticas de li- (comps.): The Politics of Economic Adjustment, Princeton, New Jersey, Princeton Uni-
beralización económica, los otros para denunciar que cedan a las pre- versity Press, 1992; Luiz Bresser Pereira, José María Maravall y Adam Przeworski:
siones de sectores económicamente poderosos. Vemos, pues, cómo, al Economic Reforms in New Democracies, Nueva York, Cambridge University Press,
interior de esta visión que subraya el papel de las restricciones obje- 1993; William Smith, Carlos Acuña y Eduardo Gamarra (comps.): Democracy, Mar-
kets and Structural Reforms in Latin America, New Brunswick, Transaction Books,
tivas, se filtra aquí y allá la hipótesis de un margen de maniobra, la
1993. Desde la perspectiva de la economía, véase Mariano Tomassi y Andrés Velas-
idea de la elección política que, por definición, está descalificada de ca: "Where are we in the Political Economy of Reform", Policy Reform, vol. 1, 1996,
su marco interpretativo. Para sortear esta contradicción entendemos págs. 187-238.
que es preciso razonar desde una perspectiva analítica que contem- 6. Blanca Heredia: "Las dimensiones políticas de la reforma económica en Méxi-
ple la referencia tanto a los límites que ponen las circunstancias eco- co", Serie Reformas de Política Pública, n° 35, CEPAL, Chile, 1995. Andrés López Res-
trepo: "Las etapas de la liberalización de la economía colombiana", Serie Reformas de
nómicas como a las opciones que hacen los líderes de gobierno. Éste
Política Pública, no 34, CEP AL, Chile, 1995. Juan Carlos Torre y Vicente Palermo: "A
es un enfoque más productivo, ya que nos permite apreciar que el la sombra de la hiperinflación: las reformas económicas en Argentina" (mimeo);
peso de las restricciones es inseparable de la percepción que de ellas Eduardo A. Gamarra: "Democracia y gobernabilidad en la transformación económi-
tienen los actores políticos. Por lo tanto, en las experiencias a estudiar ca de Bolivia", Serie Reformas de Política Pública, no 36, CEPAL, Chile, 1995. Lourdes
hay que considerar cómo las restricciones que pone el contexto son Sola: "Reforma económica, democratización y orden legal en Brasil", Serie Reformas
de Política Pública, n° 37, CEPAL, Chile, 1995 .

....__
20 Juan Carlos Torre

el tema recién aludido. La organización de este trabajo se compone


de cuatro capítulos. En el primero se aborda la cuestión del ingreso
de las reformas estructurales en la agenda de los gobiernos. El segun-
do se ocupa de los recursos políticos y estilos de decisión que presi- Capítulo 1
den el lanzamiento de las reformas. El tercero trata las reacciones so-
ciales suscitadas por la introducción de las políticas de reforma. En el
cuarto se consideran los cambios más recientes operados en el proce- El ingreso de las reformas estructurales
samiento político de las reformas estructurales. Finalmente, hay un en la agenda pública
epílogo en donde se formulan algunas conjeturas generales sobre los
desafíos pendientes de la transformación económica en curso en los
países que constituyen el universo de la investigación: Argentina, Bo-
livia, Brasil, Colombia y México.

El i_r:¡.gre_~Q. g~Jª§.:tdorma.s_e.&trn~_tv..mle.s_enJii_a.gfpd~ pública pue-


di:ser_yis.t()CQIDPla,m.anifestación.Q~.lJ._ILf.'_to_c::g~Q i_ll:l_miJ:lado por Al-
.I::J.IT(Hirschman en su estudio pionero sobre las tácticas de reforma
económÍca: sucesivos fracasos en resolver un problema público polí-
ticamente relevante para las elites gubernamentales tienden a gene-
rar presiones en favor de soluciones más amplias e integrales; en
esas circunstancias se crea el contexto propicio para que fenómenos
de la realidad social y económica sean articulados desde nuevas
perspectivas conceptuales en la busca de salidas a la emergencia. 1 La
experiencia histórica a partir de la cual Hirschman elaboró su hipó-
tesis fue la persistencia de las presiones inflacionarias en los cincuen-
ta, que él estudió particularmente en el caso de Chile.,.Entonces, los
repetidosy-faUidos.intentos.po.rcDRtrolar·la-inflación mt::dj.a,nte los
.i.n.strumentos el~ l.ª' ortodoxia. mon~taria predominante crearon el
ámbito favg_.ra.l:>k pq.r_a.eisurgü:rü~PÍ.<:) c:!.e .é.!:hg:r:D_a.tivas. La oportuni-
éfacffl.l.e aprovechada por los economistas de la escuela estructuralis-
ta, quienes intervinieron en el debate con un diagnóstico que rela-
cionó el fenómeno inflacionario con la dinámica de las instituciones
económicas existentes. Sintetizando el argumento, destacaron que

l. Albert O. Hirschman: fourney's Toward Progress, Nueva York, Doubleday, 1965,


cap. 3.

L
'----

Capítulo 2

El lanzamiento político de
las reformas estructurales

Después que las reformas estructurales han hecho su ingreso a la


agenda pública, ¿quéfactores condiciollan_la capacidad de las elites
gubernamentales de iniciar, definir y (sOstener ~n el tiempo el proceso
de transformación? -- -- ·
Examinado más concretamente, -~E>!~_interrogante se desdobla en
va_r:ias cuestion~srelevante_Ei: La primera de ellas se refiere aJ~grado
de autonomía de que disponen los líderes de gobierno para traducir
sus orientaciones y preferencias en políticas públicas. A este respecto
. .

recordemos la hipótesis ampliamente compartida en los años setenta:


la capacidad d_e actuar con al1tonomía poL.p._q.rte d.~ l~_~lges guber-
ll~a!.~..Y.-ªIÍil.:_s~gún el tipo de régimen político. Entonces se argu-
mentaba que los regímenes autoritarios tenían el monopolio de dicha
~pacidad y esto por tres razones a primera vista evidentes. La pri-
mera, porque la supresión de los controles democráticos que limitan
los márgenes de discrecionalidad de los gobiernos proveía a los líde-
res autoritarios de un recurso crucial para iniciar cambios de gran
porte; la segunda, y en conexión con lo anterior, debido a que al anu-
larse la competencia política el proceso decisorio era puesto fuera del
alcance de las demandas de corto plazo de la población; y la tercera,
porque los regímenes autoritarios contaban, por definición, con los
mecanismos represivos y disuasivos para neutralizar las resistencias
a las políticas de transformación.
La tesis que asociaba autoritarismo y reformas se respaldaba en
38 Juan Carlos Torre Ellanzarniento político de las reformas estructurales 39

las experiencias exitosas de modernización bajo tutela militar, de las de c!~c:isi<?_n_por parte de las asambleas legislativas en favor de la pre-
que Brasil era en la región la ilustración más sobresaliente. A fines de sidencia. En síntesis, ~nrápi~<:>_re~orrido por las disposiciones cons-
los setenta, la tesis encontró un nuevo respaldo en experiencias de _t:it:uc_ionaJes de los regímenes democráticos de América latina permi-
transformación de vastos alcances pero de un signo opuesto, como te concluir que garantizan, directa o indirectamente, al Ejecutivo una
fueron las liberalizaciones económicas lanzadas por las dictaduras amplia gama de atribuciones con las cuales ejercer y fortalecer su au-
militares del Cono Sur. Descansando sea en los autoritarismos desa- tonomía decisional. 2
rrollistas, sea en los autoritarismos de mercado, la opinión prevale- ~c-E~-~e'éis;~~brayar, no obstante, que el inventario de los atributos
ciente en la época era escéptica acerca de la posibilidad de que acto- constitucionales es una guía todavía insuficiente para apreciar el
res estatales dentro de regímenes democráticos pudieran movilizar la margen de acción con el que cuenta el Ejecutivo en los sistemas de
capacidad de gobierno necesaria para reformar las instituciones eco- gobierno de la región. El fenómeno de la primacía de la presidencia
nómicas existentes. desborda los textos legales y hunde sus raíces en una trayectoria his-
Los años siguientes forzaron una revisión de la afinidad postulada tórica que, a lo largo del tiempo, ha ido acumulando recursos y sobre
entre la puesta en marcha de grandes cambios económicos y los re- todo expectativas sociales en el vértice unipersonal del ordenamiento
gímenes autoritarios. 1 En efecto, y como las diversas experiencias gubernamental. En América latina la idea de gobierno se asocia habi-
nacionales que consideramos lo muestran, yastos _rogram~d~ re- tualmente a la de una presidencia activa. 3
~tructurales fueron lanzados por lí eres de -gobie-rno popu- -La referencia a los arreglos institucionales no constituye, empero,
,-larmente_ electos. A la luz de estos ejemplos se hizo evidente que la el punto de llegada del análisis. Las reglas formales no operan en un
simple dicotomía entre autoritarismo y democracia no discriminaba vacío sino que su dinámica está condicionada a un segundo orden de
respecto de la existencia o no de un recurso clave para iniciar políti- factores de naturaleza más política que también gravita sobre la ca-
cas de transformación, como es el grado de autonomía institucional a pacidad de los líderes de gobierno de escoger sus opciones de políti-
.disposición de las elites gubernamentales. Para capturar esta dimen- ca. En efecto, la posibilidad de utilizar los recursos potenciales que se
sión se hizo necesario dirigir la atención a la distribución del poder hallan alojados en las reglas y prácticas constitucionales está en rela-
ins!H_ugo1l<lLª-entro de las estructuras de gobierno establecidas por ción directa con el espacio p()lítico con el que cuentan las elites gu-
los arreglos constitucionales: --- -=., ,¿~---rcl"i(<.-o;,'Z--t' bernamentales. La magnitud de dicho espacio político está definida,
En este sentido, hay que Q.pstacar que las constituciones y las prác- entretanto, por un conjunto de variables. Entre ellas indicaremos dos:
ticas constitucionales informales en los países de la región han exhi- la contextua!, es decir; la coyuntura soci~l y política en la que los go-
bido un grado de flexibilidad suficiente como para otorgar a los líde- biernos operan y la electoral, referida (á-l<:t particular distribución del
res de gobierno recursos para llevar adelante sus políticas, facilitando poder que generan los resultados electorales.
1
su autonomía con relación a las presiones inmediatas de los grupos (!;Respecto de la primera, se trata de una ya mencionada en otros
1 sociales y políticos\\Dichos mecanismos incluyg_u__los._p.uderes de
emergenc,i9.,_Q_tor_gadosSJ Ejec:utiY.Q.._para afrontar_<::_risis_r}acionales, co-
mo ~[:estac:!cQ de__sitio. Además de estos poderes, las EQ[l?_t_ituciones 2. Con relación a las prerrogativas presidenciales véase, entre otros, John Carey
c-onceden a la preside'il.cia facultades leg· ~él~i~~E>_~-~~2_rw_~os decretos, y Mattew Shugart: Presidents and Assernblies, Cambridge, Cambridge University
el 12.s:>__ e..-r:. e ve o y e 1TI1Clar egis ación. j<\ todos estos mecanismos Press, 1992.
e hay que agregar también la posibilidad de la delegación de autoridad 3. Esto se ha traducido, según Ana María Mustapic: "por un lado, en el estableci-
miento de normas que refuerzan la gravitación del Ejecutivo y, por otro, en una ex-
tendida expectativa que considera dicha gravitación, o su ausencia, la piedra de to-
que de la salud del proceso decisorio. Esto significa que la arquitectura institucional
l. Robert Kaufman y Barbara Stallings: "Debt and Democracy in the 1980. The tiene incorporado un sesgo en detrimento de una participación más central del Con-
Latin American Experience", en B. Stallings y R. Kaufman (comps.): Debt and Demo- greso", en "El papel del Congreso en América Latina", Contribuciones, 4, Fundación
cracy in Latín Arnerica, Boulder, Westview Press, 1989, págs. 201-223. Konrad Adenauer, 1997.

L
40 Juan Carlos Torre Ellanzcuniento político de las reformas estructurales
4l
tramos de este trabajo,.~_ma situación d~_crü;~s
colectivamente percibi- Esta dinámica política, familiar en las situaciones de crisis, fue vi-
~da. Sus efectos pol}9cco-institucionales se manifiestan a
través de tres sible_~Il acto en los aíses de la re ión durante lasco unturas -de ace-
canales principale~_rirrJ~!Q,Jª?_CJ"isis !ie_Il:~n el efecto de desacreditar 1eración inflacionaria que pautaron la peripecia de sus econom~u~
las posturas y las ideas .de_l-ª-ªc:l.O.:Un!sttacíón anterior y predísp~one a dés_Eués de la cris..is..de la deuda ex~~-:__}3~l!~Il-ª:J2ci[Je de las medidas
la op.lni~R!:l_b~ conceder a quienes acc~na1--gol51erno un am- de ajuste y reformas_lanzadas entonces fue hecha por intermedio del
plÍo mandato para actuar sobre la emergenci~Segundo, las crisis ins-
talan _l:l:~§_~~~e-~~ncia que fortalece la cr~ncia de que la falta
"d"ecrét:ismo':, un estilo-efe gestión gue no se reduce al uso de decre-

de iniciativas sólo puede-agra-var las cosas; en estas circunstancias,


tóspres"iaeñciales"siiio que. é:aTrfic.i ..más bien a un ~iseño de políticas
radicado en el vértice del gobierno y que contornea la consulta a los
los--t?scruprrlos acerca de-ms-pruce-ctirnientos más aprcrpiados para agrupamientos polÍticos y los intereses organizados.
tomar ~isiones dejan paso a una aceptación de decisiones extra-or- - Destaquemos, sin embargo, que las incógnitas institucionales de la
dinariagQ!tercero, las crisis no sólo agudizan los problemas colectivos política de transformación no se despejan todas apelando a los pode-
sino que generan además un extendido temor por el alza de los con- res de excepción formales y paraconstitucionales del Ejecutivo. En
flictos sociales y amenazas al orden institucional. lQdn__ello amplía verdad, lo que importa conocer son las oportunidades de veto exis-
los m~J2ªIB-la accj'lp de los líderes de gobierno e intimida a tentes en el proceso decisorio, esto es, todas las instancias por las que
,------- ,· ' i "
las fuerzas de oposición~~C:::uando estos varios mecanismos que las una política pública debe pasar y conseguir la autorización para ser
criSisponen en movimiento se combinan,se genera una demanda de decidida e implementada. 5 Hay medidas que pueden ser tomadas en
gobierno que permite a la presidencia echar mano a los recursos ins- el ámbito de la presidencia: para ellas, la decisión del Ejecutivo es la
titucionales necesarios para concentrar la autoridad de decisión, decisión final. Un ejemplo es la reducción de los aranceles con vistas
adoptar políticas elaboradas en el sigilo de los gabinetes tecnocráti- a la apertura comercial externa. Hay otriJ.S que requieren la aproba-
cos e imponer un trámite expeditivo a su promulgación. 4 ción legislativa: en este caso, ellocus del proceso decisorio se traslada
·',:'
a la sede del Congreso y deposita en sus miembros el poder de abrir
4. Sobre este punto, Juan Carlos Torre: "América Latina, el gobierno de la demo- paso o de bloquear las iniciativas del Ejecutivo. Éste es el status de la
cracia en tiempos difíciles", Doc. de Trabajo, n° 122, Instituto Di Tella, CIS, Buenos Ai- mayoría de las políticas de reforma ya que promueven cambios en la
res, julio de 1994; una versión anterior fue publicada en Revista de Estudios Políticos, legislación que regula las instituciones económicas, como son las pri-
Madrid, n° 74, octubre-diciembre de 1991. Respecto de la dinámica política entre cri-
vatizaciones o la reforma de la seguridad social, por ejemplo.
sis y reformas véase John T. S. Keeler: "Opening the Window for Reforrn. Mandates,
Crises and Extraordinary Policyrnaking", Comparative Political Studies, 25, 4, enero de (¿}-quí es cuando cobra relevancia la segunda variable que influye so-
1993, págs. 433-486. Al respecto, Keeler señala que "la crisis crea _l!;!l.li~I!!i.99_Qg__gr-
gencia qne descansa en ~upuesto de que los problemas_y_~e J?.Or _síserios py_e_den
exac~rse si no se hace nada. E~senhuoaeWrgeñclafluede com:t:ihuiLa...que sede-
5. Estos aspectos han sido destacados por Ellen M. Irnmergust al señalar: "Las
~::delad.o.l~..eaute~upación por1os procedirnien que observan los normas constitucionales y los resultados electorales crean diferentes restricciones a
f"!,!ncionarios tanto del ejecutivo corno e eg1s ativo (y del poder judicial también)· la capacidad de los gobiernos para adoptar nuevas políticas. Estos obstáculos políti-
durª-n_tg__ti_empns_más ap-ªQ_bles y perrniTeiaaceptacwn ínusualf!:lente rápida y acríti-. cos e institucionales orientan el proceso decisorio por caminos distintos en los dife-
ca de ro uestas de reforma que apuntan a resolver la cr~~,. Un ejemplo clásico de rentes sistemas políticos. Las oportunidades de veto son las que determinan si una
esta dinámica sugiere ee eres que provee el relato de J. M. Burns sobre el alum- instancia efectiva de decisión será el poder ejecutivo, la arena legislativa o la arena
bramiento del New Deal de F. D. Roosevelt, cuando el congreso debió tratar la ley electoral. Los mecanismos específicos de veto definen con precisión cuáles son los
de emergencia bancaria: "Completado por el presidente y sus asesores a las dos de actores que tienen el poder de ratificar o rechazar las políticas propuestas", Ellen M.
la mañana, el proyecto de ley estaba todavía en borrador. Sin embargo, aun durante Immergust: "The rules of the game: The logic of health policy-making in France,
los magros 45 minutos asignados al debate en el recinto, se escucharon voces recla- Switzerlancl y Sweden", en S. Steinmo, K. Thelen y F. Longstreh (comps.): Structu-
mando 'Hay que votar', 'Hay que votar' ... La Cámara aprobó prontamente el pro- rll1g Politics. Historical Institutionalism in Comparative Perspective, Cambridge, Cam-
yecto a mano alzada; el Senado lo hizo unas pocas horas después; el presidente lo bridge University Press, 1992. Consultar también George Tsebelis: "Decision Making
promulgó con su firma a las nueve de la mañana", en J. M. Burns: Roosevelt: the /ion in Political Systems: Veto players in Presidentialism, Parliamentarism. Multicamera-
and the fax, Nueva York, Harcout Brace, 1956, págs. 166-167. ~
lism and Multipartyism", Britlsh Joumnl of Political Science, 25, 1995, pág.289-325.

1
Juan Carlos Torre El lanzamiento político de las reformas estructurales 43
42

bre el espacio político de los gobiernos, el monto y la cohesión de sus cional del Ejecutivo? El 29 de agosto de 1985, a través del decreto
apoyos legislativos. En efecto, la eficacia de las oportunidades de veto 21.060, el gobiemo del recién electo presidente Víctor Paz Estenssoro
existentes a lo largo del proceso decisorio se manifiesta en el caso de introdujo la Nueva Política Económica, sorprendiendo a sus partida-
que existan puntos de vista discrepantes a propósito de una política de rios y a los grupos de izquierda que habían apoyado su designación.
reforma y sus efectos distributivos. )hl_ respecto, los resultados eleGtora- La NPE imprimió un giro radical a la estrategía de desarrollo liderada
l~el comportamiento de los partidos y sus representantes hacen una por el Estado establecida 33 años antes por su propio partido, el MNR
..• :diferencia. Si el§ecutivo cuenta con una mayona legislativa estable~y (Movimiento Nacionalista Revolucionario) entonces en el gobiemo, y
la
· diSCiprmaua~ probabl.lidad-de que una iniciativa suya sea anulada es proseguida luego por sucesivas administraciones. Combinando drás-
muy baja. De allí que, aunque para autorizar una política pública la ticas medidas de estabilización con reformas estructurales, el progra-
Constitución requiera la intervención legislativa, la existencia de apo- ma permitió que la salida de la situación hiperinflacionaria en que se
yos partidarios en el Congreso diluye la lógica institucional de la sepa- hallaba el país fuera casi inmediata. La estabilización alcanzada logró,
ración de poderes y confirma, en los hechos, la preeminencia del Ejecu- asimismo, sostenerse en el tiempo de manera tal que, a pesar de sus
tivo sobre el proceso decisorio. L-ª._capacidad de movilizar mayorías costos distributivos, la NPE se ganó una aceptación mayoritaria en la
legislativas, sea por medio del control deTpropioparHdo o a través de opinión pública. Cinco años más tarde, en 1989, el nuevo presidente
acuerdoscon otras fuerzas define, pues, el margen que tienen los líde- electo, Jaime Paz Zamora, del MIR (Movimiento de Izquierda Revolu-
res de gobierno para lanzar reformas económicas. cionaria), la hizo suya en sus rasgos generales; para darle un signo
Las dimensiones reseñadas hasta aquí representan, todas suma- distintivo, en enero de 1990 Paz Zamora, sugestivamente, reemplazó
das, una clave retrospectivamente importante para explicar la corre- el decreto 21.060 por otro, el 22.407, por el cual se ratificaron las refor-
lación positiva observada entre regímenes democráticos y grandes mas neoliberales en curso y, a la vez, también un estilo de gestión gu-
cambios económicos en la última década. Por su inquietante persis- bernamental fundado en los poderes de excepción de la presidencia.
tencia ante los intentos por dominarla, la emergencia económica que La reseña de la experiencia boliviana sería parcial si sólo señalara
siguió a la crisis de la deuda externa representó un fuerte incentivo que la intervención de Paz Estenssoro se limitó a utilizar la demanda
para la adopción de políticas de ajuste estructural por las elites gu- de gobierno que se elevaba desde una opinión pública conmociona-
bernamentales. Colocadas ante ese desafío, el problema que éstas de- da por la hiperinflación para reforzar con ella un estilo decisorio
bieron resolver según la ajustada visión de James Malloy fue cómo condensado en el decreto presidencial. En rigor, desde un punto de
generar a partir del marco institucional y político existente los recur- vista institucional, la pieza clave en el lanzamiento de la Nueva Polí-
6 tica Económica fue el acuerdo político de Paz Estenssoro con Hugo
sos necesarios para decidir, rápida y eficazmente, dichas políticas. A
continuación reconstruiremos esa experiencia a través de la perspec- Banzer, el jefe del principal partido de oposición, ADN (Acción De-
tiva que nos ofrecen los distintos casos nacionales. mocrática y Nacionalista), en el llamado Pacto de la Democracia. El
acercamiento entre ambos líderes políticos lo facilitó la adopción por
Paz Estenssoro de capítulos importantes del programa económico de
Banzer. Pero la situación que motorizó el acuerdo fue la tradicional
1. Bolivia
fragmentación del cuadro partidario boliviano, la cual amenazaba
En Bolivia el uso del decreto presidencial revistió un claro simbo- con precipitar a la nueva administración en el conflicto entre un eje-
lismo político como expresión del despliegue de la autoridad discre- cutivo débil y una legislatura dominada por la oposición, en donde
ya habían naufragado los intentos de estabilización económica del
anterior gobierno encabezado por Hernán Siles Suazo (1982-1985).
6. James Malloy: "Política económica e o problema da govem.abilidade democrá-
tica nos Andes Centrais", en Lourdes Sola (comp.): Estado, Mercado e Democracia, San
Pablo, Paz e Terra, 1993, págs. 99-126. 7. Seguimos aquí al trabajo de Gamarra ya citado en nota 6, pág. 19.

L
44 Jwm Carlos Torre Ellanzi7luicnio político de las reformas estructurales 45

Al conjurar el riesgo de la parálisis decisoria, el Pacto de la De- la aquiescencia de los legisladores para forzar la promulgación de
mocracia le dio a Paz Estenssoro el indispensable respaldo legislativo políticas de reforma -como las que autorizaban los joint-ventures y las
para poner en marcha importantes medidas de la Nueva Política Eco- privatizaciones en la minería y los hidrocarburos- recurriendo a pro-
nómica; la primera de ellas, una no estrictamente económica: la ratifi- cedimientos constitucionales y paraconstitucionales.
cación del estado de sitio decretado para hacer frente a la oposición
de los sindicatos obreros. Entretanto, Banzer y su partido recibieron, a
;/ ' ( 1?· i
cambio, la administración de algunas agencias y empresas estatales y, 2. Argentina
asimismo, la promesa de la alternancia en el poder una vez concluido
el período de Paz Estenssoro. Concebido corno una coalición de al- Una revisión de las otras experiencias nacionales nos provee nue-
cance parlamentario y asentado sobre el incontestado liderazgo de vos ejemplos de la ~rnportancia que revisten los apoyos, políticos del ·
ambos jefes políticos, el acuerdo facilitó que, en los hechos, la torna de Ejecutivo para despejar el camino de las reformas a través de las ins-
decisiones quedara concentrada en el Ejecutivo, confinando al Con- tituciones. Ampliando lo dicho hasta aquí subrayemos que las políti-
greso a la función de endosar las políticas formuladas por el equipo c<is econó:micas difieren en cuanto a los requerimientos fonnales que
de asesores económicos ligados a la presidencia. Este diseño de polí- imponen sobre los mecanismos de decisión de los gobiernos: no es lo
ticas públicas fue, a su vez, reforzado por la decisión de Paz Estensso- mismo decidir una devaluación que iniciar un programa de privati-
ro de dividir su gabinete en dos: un ala encargada de las cuestiones zaciones. Más específicamenter las_ decisiones_macroeconómicas de
económicas, bajo la conducción de Gonzalo Sánchez de Losada, a la los planes~cLe.~stéll:Jili_zación cgmportan ~enose.xigencias: general-
que le fue transferida una amplia autoridad y poniéndola al abrigo de mente, están dentro de las competencias del Ministerio de Economía
las presiones y compromisos políticos, y un ala cuya misión era ase- y del_Banco-Centraly pqegen-se~ad optacfasporun
-pequeño número
gurarse la disciplina de los partidarios del gobierno para con los nue- de altos funcionarios y refrendadas luego por un decreto presiden--
vos rumbos, repartiendo favores y empleos, a cargo del ministro de cial. Con frecuencia no ocurre lo mismo con los programas de refor-
Relaciones Exteriores, Guillermo Bredegal. ~~ estructurales, que involucran cambios en la legislación vigente y,
Para completar esta breve sintesis, señalemos que los dilemas ins- por consiguiente, demandan la formación de mayorías parlamenta-
titucionales del sistema de partidos boliviano volvieron a replantear- rias para su promulgación. Decimos que esto sucede con frecuencia
se al finalizar el mandato de Paz Estenssoro y recibieron también en- pero no siempre porque dicho requisito no se aplica a todas las ini-
tonces una solución cooperativa, pero dentro de una rearticulación ciativas de reforma por igual. Este señalamiento es una buena vía de
de las alianzas políticas. En las vísperas de las elecciones de 1989, los entrada a las vicisitudes institucionales de las políticas de transfor-
partidarios de Paz Estenssoro rompieron unilateralmente el acuerdo mación económica en Argentina. S
con Banzer, presentando candidato propio a la presidencia en la con- A mediados de 1987 y luego de sucesivas frustraciones en el logro
fianza de que el nivel de apoyo popular a la NPE les anticipaba una de la estabilización económica, el gobierno de Raúl Alfonsín, electo
segura victoria electoral. Sin ernbargo, el resultado de los comicios no por la Unión Cívica Radical en 1983, anunció un conjunto de políticas
arrojó un ganador neto y, de acuerdo con las normas constituciona- que perseguían un cambio en el papel del Estado en el proceso de de-
les, correspondió al Congreso la tarea de escogerlo entre los tres can- sarrollo, la reasignación de los recursos económicos, el establecirnien-
didatos más votados: Sánchez de Losada (MNR) 23,07 %, Banzer to de nuevas reglas de juego de largo plazo. Este giro hacia las refor-
(ADN) 22,7% y Jaime Paz Zamora (MIR) 19,6 %. Las negociaciones mas estructurales . bastante moderado en sus alcances, incluía en un
entabladas a ese efecto condujeron a Paz Zamora a la jefatura del go- lugar destacado decisiones vinculadas a la liberalización comercial y
bierno, quien recibió el respaldo de Banzer en el marco de un nuevo la privatización de empresas públicas. Las primeras, que consistían
pacto político, el Acuerdo Patriótico. Las fuerzas combinadas de la
coalición de gobierno conformada por el :tv1IR y la ADN le asegura-
ron la mayoría en el Congreso; esto permitió al Ejecutivo contar con 8. Seguimos aquí al tr;cbajo de Torre y P;clerrno ya citado en not;c 6, pág 19.

L
46 Juan Carlos Torre Elln11zamiento político de las rejor:1zas estructurales 47

en la reducción de las tarifas arancelarias y de las restricciones cuan- asunción de Carlos Menem, electo en los comicios. Ante el potencial -¡
titativas a las importaciones, pertenecían al tipo de medidas que, no de aniquilamiento político que exhibía la crisis económica, el nuevo
obstante su envergadura institucionat requerían sólo de resoluciones presidente de origen peronista, sorprendiendo a amigos y adversa-
de las autoridades económicas. Las segundas, en cambio, por impli- rios por iguat dejó de lado el programa populista al que debía en
car modificaciones en el status legal de las empresas públicas, debían gran parte su victoria electoral. En su lugar, adoptó la política de es-
pasar por el trámite legislativo del Congreso. tabilización y liberalización económica en pos de la aquiescencia de
Esta distinta naturaleza institucional de las iniciativas influyó los principales agentes económicos, internos y externos, que dispo-
sobre el desenlace desigual del programa de reformas de Alfonsín. nían de un insoslayable poder de veto sobre los mercados y la sus-
En efecto, la política de liberalización comerciat radicada en el ámbi- tentatibilidad política del flamante gobierno.
to de las atribuciones del Ministerio de Economía, pudo realizar sus El segundo componente del contexto en que se adoptaron las re-
objetivos. Si bien vistos desde los cambios que habrían de producirse formas fue ~ relación de Menem con el movimiento peronista y l<:t
en los años posteriores dichos objetivos eran modestos, suscitaron de coalición de gobierno. En retrospectiva, la opción de Menem en favor
todos modos la resistencia de los industriales; no obstante ello, pre- de la liberaTlzacwn económica no fue el elemento determinante en el
valeció la decisión del gobierno, aun cuando éste debió conceder ex- desenlace de la coyuntura crítica de 1981. De hecho, la crisis de las fi-
cepciones bajo la forma de regímenes especiales para ciertas ramas nanzas públicas y la necesidad de ganar reputación frente a la comu-
de la industria. á su vez,__ la_dg_c!~i§n de privatizar en forma parcial nidad de negocios lo condujeron en esa dirección .....:S,n verdad, lo Q~­
(un 40 %de las accioD_~)_Lé!.~~mP-:L~s.as~-estataies de transporte aéreo marcó la dife_rencia crucial desde el punt'2.__g~--~!~!ª_políticofue que
y g_e_if:!lg_cQmLmkaciones rec~bi~ tratamie11to legislativo a principios pu.cfféra-abandonar las banderas desarrolÜstas y distribucionistas del
de..J..9.8.8. ~ara e;ntonces,la_a.9ministración de Alfonsín, luego del re- peronisrtHY sin perder por etta·-erresparailWsus-parhcfiiil_os:-La ra-
vés experi~e~tado en las elecciones parlamell.Útrias de setiembre de zón de-esta exitosa reconversión ideológica habría que buscarla en
198:Z:tse hallaba políticamente debilitada ert el Congreso.- El principal las mismas causas que suscitaron las reservas iniciales de los empre-
partido de oposición, el Partido Justicialista, contó en la ocasión con sa·r-ios, sus credenciales políticas. ~enero había resultado victoriosol
los recursos para bloquear la iniciativa, la cual también fue escasa- primero dentro de su artido y luego en las eleccione · dales, j
mente acompañada por buena parte de los representantes del partido le.vaitt~;:;_-do consignas popu 1stas de hondo arraigo en el peronismo. !
de gobierno, que vieron en ella una suerte de defección programáti- Co_!l~m-vez de-Spués.-de.l.a-mu.erte.-de.-Perón en l
ca. Un año más tarde, sin embargo, la agudización de la emergencia 1974, el peronismo se había unificado en torno de un liderazgo acep~o
económica generó la dinámica política propicia para retomar la ini- taqo por todas las corrientes, Por consiguiente, cuando llegó al go::
ciativa de las reformas, pero ahora bajo la conducción de una nueva bÍerno lo hizo llevando consigo el capital político necesario para legi- !
administraciól'l.
El relanzamiento y profundización de las reformas se produjo en
un contexto caracterizado por dos componentes principales. El pri-
*
timar sus nuevas opciones de política. L.as__inno:vaciones..q._lJ.~-..P.JC:()dujo J
en las políticas las alianzas una vez en la presidens:_i_é!t_ efect_tJ._~das­
por_l:!_DJíder polÜico sin las credenciales de Menem, (=!ifícilmente hu~
mero fue la explosión hiperinflacionaria que sacudió la economía ar- bÍE~ran tenido la misma-a-Et>-gidél:En línea con una antig-ua paradoja
,) gentina a mediados de 1989 y que provocó literalmente el derrumbe de la política, según la cual los líderes de izquierda pueden adoptar
S de las finanzas públicas. Por entonces, a una situación fiscal deterio- políticas de derecha sin atraerse la condena de la izquierda (y vice-
~
e rada, un creciente endeudamiento gubernamental a tasas y plazos versa), el viraje de Menem probó que un presidente de origen popu-
lista podría lanzar una estrategia económica y política no populista, y
desfavorables y reservas internacionales a niveles mínimos se sumó
la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales del mes salir airoso en el intento.
de mayo. En este contexto, las autoridades se vieron en dificultades Hay que destacar, no obstante, que el nuevo rumbo económico y
para gobernar. Fue así como el presidente Alfonsín decidió renunciar político de Menem provocó tensiones dentro del movimiento pero-
cinco meses antes de terminar su mandato legat precipitando la nista, pero los disidentes no tuvieron alternativas políticas para cana-

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48 Juan Carlos Torre Ellanzanliento político de las reformas estructurales 49


\
lizar su disconfornüdad. Algunos sindicatos y militantes presionaron de miembros\ e la Corte Suprema. Luego de designar jueces adictos,
en favor de estrategias de confrontación. Sin embargo, la mayoría de el presidente enem dispuso de los recursos para evitar que el alto
loi.l_ peroni.stas se mostró poco inclina_Qa a segmr JlD .cui:S:o._ci~.-ª~ción tribunal se con irtiera en una oportunidad de veto para los intereses
que_pili!!i_~}?~~r en pehgro éf acceso a~ecursos deLpatronazgo afectados por la reformas o cuestionara los procedinüentos seguidos
~stataLMenem exploto esfa acqtua y, aplicando de manera selectiva para adoptarlas. dicionalmente, cuandq __se hubo disiJ?ado el clima
premros y castigos, logró mantener bajo control el movimiento. D~ de ~S inicial y detñórecurrir al Congreso, no encontra!l.d_o__entonces
q4e reunió el poder mshtucion 1 d '
con el respa o e os nuc eos m'
=
~modo, pudo formar una E.oder;~: =~= ~= gohiemo....en-·ra
r
~
·vos del oder económico.
ista
entre sus .P_.é!_Jj:_idarios el acompañamiento disciplinado.deJo.sp:rimeros
díá_~~-ªPiÍ2.~~..!:!.I.lª..P.IDpillción desconocida en la his!Q.Iiª_!ns ti tucional
argentina a los decretos de necesidad y urgencia.a..1in...cle..de.s.trabar el
Retoman o a referencia a las reformas señalemos que, junto a las tfámited"eTas reformas. J?e este modo, en l'!..E_residencia fl!~--~obrando
r /~nedidas para actuar sobre la crisis hiperinflacionaria, el gobierno de forma un estilo dedsionista que supo explotar el espacio Eolítico que
r~_,: Menem lanzó dos grandes iniciativas de cambio estructural. Aludí- la em~"f&enC:I."a el apoyo o la a mescenc1a de sus partidarios.ponían
\. mos a la Ley de Emergencia Económic~_Ley de R_~forma detEsta- asualcance para acumular recurSOS e O ierno roducir COn ellQS
do. La primera asestó Ún goipe--f~tal al corazón del capitalismo granéi-escam ws económicos: la desregulación de los mercados y el
~ido que se desarrolló desde la posguerra, suspendiendo los re- fi!i~~e los subsidios pübli.c@ a lam~a,IaiiDer~lí~!~'@ii.acelerada
gímenes de promoción industrial, regional, de exportaciones y de del-com.en:i.Q y la privatización de las empresas est~ta~~s.
compras del Estado; a su vez, la Ley de Reforma del Estado marcó el El corolario que se desprende de las experiencias de Bolivia y Ar-
comienzo del fin de otro de los pilares del patrón de desarrollo pre- gentina es que !s.>E>.niveles más elevados de autonomía decisional de
existente, al fijar el marco normativo para la privatización de empre- la presidencia_q.ue_l~¡__:;;situac:l.oHes.-ae-eme-r.gencja económica promue-
sas públicas. Estas dOS-iniciativas fueron aprobadas p.QX_~u::=.<J!lgreso ven y a la vez legitiman, requieren del respaldo estable de coaliciº-!::l~s
en tiempo récord. La rápida aprobación fue posible debido a la_~OQ:~ . de gQ_bierno para ser duraderamente efectivos. En rigor, es plausible
péración política promovida por el contexto de emergencia -~11~!~~1.1-
~~El Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical concerta. ~on
un acuerdo que se ocupó de los arreglos para la transferencia antici- ·.
'1 -las ilustraciones abundan- que en ausencia de dicho respaldo el Eje-
cutivo pueda intervenir en prirnera persona en coyunturas de crisis
con medidas de excepción rápidas y eficaces. Pero la sustentabilidad
pada del mandato de Alfonsín a Menem, así como de las pautas de la de dicha intervención depende de recursos políticos menos contin-
cohabitación de los dos partidos en el período de transición. El acuer- J gentes que los que resultan del mandato plebiscitario que se gesta en
do incluyó el compromiso de facilitar la sanción de la legislación eco- f} los clin1.as propicios de incertidumbre colectiva: aludimos a los recur-
nómica de ernergencia que el nuevo gobierno enviara al Congreso. sos políticos que los líderes de gobierno estén en condiciones de ge-
L~':!e E:nergencia Ecol"':~r:::_i_<::_~_y_l~~_gy_Q.~.. R~f9.J.Ina del Estado, nerar a partir del sistema de representación partidaria existente. Los
que comportabanTa.convalid"ación general de un considerable núme- ejemplos recién evocados ilustran bien este punto. En Bolivia, la divi-
ro de iniciativas puntuales, i:QlPJicaron un elevado grado-de-delega- sión relativamente equilibrada del cuadro partidario creg~entivos
ción de poder. En efecto, en virtud de la delegación de facultades le- para forjar acuerdos de gobierno. En Ar entina, el ~ cé-eie ·
gisiitiv-a·s ·-hecha por el Congreso, gL_Eje.cuti\:.ol_Qg!"_é:>_l!_Il._ vgd(ldero de la dis uta orla residencia dentro de un formato acentuadamen..;-
eh~~ en blanco con_relación..a .. aspe.c.tos-.centrales ...de.Ja.s ..reformas
[e · ipartidista le dio, a ter 1vamente, a las dos principales fuerzas
económ!~ªs. En los hechos, el Congreso le otorgó a la presidencia los
po 1hcas ·as ma orías e 1s ara secundar las iniciativas del
poderes institucionales necesarios para que pudiera prescindir de la Ej~cutivo. Cuando en este contexto se introduce el caso de Brasif~l
propia asamblea legislativa a la hora de implementar el nuevo curso contraste es manifiesto y, con él, l_Q_S.QD también los pr'2.~. !~mª.?__d~Jg_
econórnico. ,...;0--"o_b_e'""r_n_a_b_I_.l_id_._a_d_._
de_l_a.:_j_us_te_e_s_t_n_.l_c_tural.
Además de los que emanaban de las dos leyes mencionadas, una l. --
nueva ley amplió estos poderes al autorizar el aumento del número
(J/1¡\L- ov 'Í~
Juan Carlos Torre El lanzamiento político de las reformas estructurales 51
50

3. Brasil
v~mentfohesiona4__c:>s. Más bien, la combinación de 1ma legislación
que alienta el multipar.tidismo y un sistema electoral de tipo p.r.op.or-
En Brasil la tarea de formar las coaliciones de~biemo indispensa- c;ional-pmo eleva habit~ente al Ejecuti~gentes que care-
bles~para jj;Tciar y sostener la_§_p_olíticas de ajJJ..s.te...estr:u..¿t~r.i1J se desen- C~!}_de sólidas mayorías parlamentarias Aquí no radica, empero, el
-V~ en condiciones altamente desfavorables desde el retorno-de la obstáculo mayor que se alza a la hora de movilizar los apoyos a las
ck.Il!-S?cr:<3.Si;_9iJe allí el desplazamiento-que -~ep~~d~J;-~;_~fTugarocu­ políticas gubernamentales: de hecho, se ha logrado con frecuencia
pado por el país en los casilleros de la política comparada. En efecto, articular fórmulas de cooperación entre partidos. En verdad, el obs:: ·
de ser el ejemplo conspicuo de las experiencias de concentración auto- táculo que conspira contra la estabilidad de las coaliciones de gobier-
ritaria del poder de decisión al servicio de grandes cambios económi- no proviene de la débil consistencia de los partidos corno organiza-
cos durante los años setenta, Brasil pasó a ser desde mediados de los ciones políticas. En el nivel manifiesto esto se expresa en la compleja
ochenta el país que mejor ha expuesto las dificultades de las autorida- trama de negociaciones necesaria para disciplinar a los bloques par-
des democráticas en reunir y mantener la capacidad de gobierno para lamentarios, cuyos integrantes actúan en función de intereses que
encarar los problemas de la emergencia económica. son primero individuales y corporativos, recién luego partidarios y
[)ich_~s_qificultades son visibles en el plano de la distribu~ón del sólo en último término dictados por la coalición de la que son parte.
poder in~t_üii_C.Ioi\aL Los análisis de la política brasileña coinciden-en En un escenario semejante, el espacio político a disposición del Eje- ~}
destacar que, en los últimos diez años, tuvo lugar un acentuaqo pro...:· cutivo no garantiza otra cosa que la formación de coaliciones parla- !
ceso de descentrali,zación..por--1-a-t-ransferenc.ia..de_recursos polít@s-y mentarías ad hoc, de acuerdo con las necesidades del momento, las i
ecortÓmicos desde la administración central a lo~y·m-unici­ cuales aportan a las iniciativas del gobierno un acompañamiento )
pios. Este proceso recogió su fuerza de las transformaciones estructu- oneroso por sus altos costos de negociación. /
rales operadas durante el régimen autoritario. La multiplicación__sle No sorprende entonces gue la experiencia brasileña en la gestión
p.olos de desarrollo industrial promovida por los_s;a.mBios ~nó- de la ernergenci~ económica constituya un caso_(;!)ÜX~mQ.Ciejr!úddling
__m~s.llevó a la formación de una estructura de poder más diversifi- · through, según la caracterización de Lourdes Sola, esto es, un E!:()ce::¡o_
. con epicentro de los estados regionq.l~s. Con la retirada de los de a·uste económico autado or fugaces logros y constantes recaí-
ue asta en onces proveían de un centro político~­ das, en el que 1 si bien se ~vitó un d~sen ace 1penn acwna~-lo
ración en el e uilibrio institucwna e inistración central y ~o poniendo sirnultánea~-e-iiden-da!a "(fecrec1eñ1ecapacr-
l~g()biernos estaduales emergió a la superficie. Durante la transi_:

l
dad de las elite.§..g_ubernarnentales para movilizar los recursos de po-
ción a la democracia los gobernadores ganaron protagonismo ya que d~cesarios a la estabilización-de-la-economía. .
primero se realizaron elecciones libres a nivel estadual antes de que En esta trayectoria, qne erosionó el capital de confianza.de_t;l1Cesi:'/
ocurriera lo mismo en el plano nacional. Los gobernadores electos ~s administraciones -José Sarney (1985 1990) y Fernando Collar
dirigieron la movilización popular y ganaron una participación so- (1990-1992) la mencionada reforma constih1cional de 1988-fue un hi-.
bresaliente en las negociaciones con los militares que condujeron al to importante: los cambios gue introdujo amplificaron los problemas
retorno de la autoridad civil. ~-~-_g!ocretada la__tr.ansición.los po- de gobernabilidad ya apuntados con relación al sistema de partidos. 1 1;
der:g? p~lí.!i~.QS regionales logr'aron consagrar el nuevo equilibrio en Concebida idealmente a partir de la crítica a "la presidencia irnpe- J/ I
el.texto.d.e.Ja.Cíu1sfítu6on··ae-:19BK:-:-·------------------~ - rial" del pasado régimen autoritario, la reforma <;:ornportó una r~dis- "f
C ~_s_ta descentralización del oder institucional ha sido mu tribución de..!_:e._~d_«::_~~~~~!~~iS:!.l~L~E.i~_Y.QLdel.COngresu_y_deJos esta- \
n:~te compensada por la acción de mecanismos de a_gregacjQn_p.Qlí- dO§. region'!!~t>-~J;:s!_a transferendad~s>rciong1'>A.;}é,lves_ c!el proceso
tlS-ª' sean éstos líderes de alcance nacional o grandes partidos :;:.!_at_i- d~s:i§~hacia los ámbitos institucionale~'Lue__.~p~ior_r~f1ejaban la por
de:~~_ acentuada rnultipolaridad del si§i§llil P.Q.U_tico J'. ec~11l>Q1j_~ de
Br.agil ~-llcorporó, previsiblemente, obstáculos adicionales a la gestión
9. Seguimos aquí al trabajo de Sola ya citado en nota 6, pág. 19. J?olít~~ de la_~mer~~ncia.
- -1 _,
LA~- ~,~
-#
, ... .J>"'p'"J Juau Carlos Torre El lanzallliento político de las reformas estructurales 53
52
~¡.:r-v
?~~ñal~_~que/si la tarea de la estabili_~aci_gxu;;'_conórnica probó ser ferenciarse de las tendencias más radicalizadas en los ritmos y alcan-
d«:~~-~_Lg_<j_Q._~;:xtg~h_t~_j)i!.!"_ª-.la~--~~?-cidad~~Q_<;>_JQ~__gobie.rn.o~....~L_glo~, ces de las reformas observadas en otros países . ..Q.t.r.o-r.<U?_gQ__distintivo
xi@_entoJ:g~!-ª.la liberalización comercial y las_p.rivat!~aciones, hecho destacado por Lourdes Sola es ~-~~i.l!ll2:.t!:!~º-~_l~s reformasprovinozs7
q__~P-~.9.!::1-~~ pasos, tuvo, por contraste, un desenvolvimiento__El-ás · áti"Ia~.i!gen~@~-aei aparatci~e~fª_tªL.g_g_~_tenía.D_ªj;_0"~:ca:rg9_lleyar_ ade-
¡:¡Q_sitiYo., A medida que la percepción de la magnitud y la duración l_ante las directrieesde--fa- estrateg~a desarrollista. Dentro de esas
de los desequilibrios macroeconómicos se abrió paso en los diversos agencias tecnocráticas, tradicionalm~nte-}Jrotegidas de las presione,s
elencos gubernamentales la política de ajuste estructural cobró ma- del sistema partidario y los intereses organizados, a fines de los años
yor relevancia. El cambio de rumbo se insinuó durante la administra- ochentyr tuvo lugar un intenso debate. La dramática reducción del
ción de Sarney p~rE-~~~.9-..9."9.i!"i.~!..~D._3}_g_afus ahon;ó público, las vicisitudes_ de la crisis fiscal y los fallidos intentos
plenu...de_políticas~públicas con el arribg__ge Collor...a_la.p.r:e.sit;;le_ncia. por superarla, la percepción de los desafíos colocados por nuevos pa-
y__, Proveniente de uno de los estadoo~ás tradicionales del país y ex- radigmas tecnológicos, todo ello modificó los marcos bajo los que
' presión conspicua de las oligarquías políticas regionales, 12ollor s~ operaban convirtiéndolas en puestos de observación privilegiados de
~ \ benefició del colapso de los grandes partidos que habían sec~o los impasses del patrón de desarrollo existente. Fue así CC:;IUO a raíz--
l a Sarney y pagado un alto precio por su frustrante legado económico; <;ie esos debates y del subsecuente reajuste intelectual c9-.rtl"enzaron a
elaborarse las primeras propuestas de cambio en el t~eno de las po-
así, l<;gró reunir v~a vasta y h~t~EO~Q~a ~9:Y.<?!Í~ .c:l~_::'_9_tQS...aLpostu­
\. larse en los comicios de 1989 c.Qmo alternativa a la candidatura dellí- líticas comercial e industrial y de las empresé!.:i-públicas que Collor
l a~r-~ii\4tcaC'f:¡¡i~~"Lula;7-=-da-Sil;a, ci-;l.P~;iid.~d:~'~i;~ Traba)adores". A hizo suyas al llegar a la presidencia, para_ hahsformarlas en ejes de la
1 lo largó ele la campaña electoral, un tema dominante de su mensaje
agepda de gobierno. .. . ·-· .- 1

tJ¡ fue la crítica del Estado: más que un cuestionamiento desde una vi- Jjrtlo:q.~~~~-p:~fi~[-~ªJª:.<:::0'~E!tió.n_q"\+eestamos considerando, el ]aq- 1 ,
sión neoliberal, se trató, en rigor, de una impugnación, con fuertes to- zar¡i~~b_to EQl~ticqc=!.~.l~s.refo~~':~,e!_(?_stilC?<=!(?<;:?llgrno fue, empci·~
nalidades morales~opulistas, de los grupos burocráticos y corpora- Únél ~x,c:epción xe~pec:to cl.~_l_o~xasgos..fuertemente decisionistas pre-
tivos cr~C1l al aM l'i:-b de las intervenciones del Estado. Si bien su serte_::; en otras experien(ias. ~?lo que en S:tJ. caso, la impronta de Un
----
gestión posterior, hasta. su desplazamiento de la presidencia por me- te:rnperam~nto personal _poco pro¡::_liy~__al <:C?PP!Qfui_§(); i;_g_rrip licó más
dio de un impeachment constitucional en 1992, constituyó un ejemplo todavía unas relaciones entre presidencia y Congreso ya afectadas
de la corrupción en el usufructo de los poderes públicos que denun- p9rh cÍ_e~ig~al éiú3t~ib{¡ción cÍelpqde1: inst!t_uclm1al resultante de las
ciara en la campaña electoral, ~1 mensaje antiestatista de Cg_l_lg_r tuvo éle:t:cio_l1_es de 1989. AUo..~~.r:E.osesión del gobierno y lanzar su pro-
..J,truné.ri±o....estratégU:o: permitió que se filtrara en la agenda de gobier- gran:tª de.aju~J~, Collar carecía de-rnayorla.-en~ta:·a.samblealegislativa .
no y ganara legitimidad el nuevo consenso sobre la necesidad de reo- Ele¿to en comic!"Qi_ii!fª-!iii:>iiJ.~~p~()~ª'-fí3_~99·~:_en -ei ñlveld(nas candida-
rientar el patrón de desarrollo formado bajo la dura pedagogía de la turas pr~s.!.4E'I"lC::ié.ll~sJ s~Jvjct.q:rj;:l_no_ se tradu)o-eñ-füerza parlamen-
emergencia. táiia:-1(.);;_ r~pres.t=ntant~?___de..su.p.ª_i_t_[(J~9·-~ª~f:l.:~P~l1.~~ eCg _% de los
E!:l:_¡¿~.q!!_e_ el _proyecto _9_~s.¡;¡_rrollista era ampli<:t~_e.nte.com- nÚembros del Congreso y sumados a los representantes no siempre
partido, tar:ttQ_§: d~~~c:ha¡:omo a izqu"íel-Cfa;·aonde-descansaba sobre <;_O_.Q.fiª.bles::..d.e.los..pªr!üi.Q§.ge apoyo, totalizaban-eT3T%: 'Esfii! situa-
fuer-tes intereses creados y,-ademai:Cestábaa_"sóCiaclC:; aun <Jesempeño c_ió.~Jo.f~"""ll.b~.!~ dt,:'__s:onflictos ~rma;_~~~-o'ique la estrategia d~_~o:­
comparativamente exitoso, ese nuevo consenso postulaba previsible- llor~Qns.is.tió.-en pre~~~~~J?.ara que apro a!_"! Sli§j_nic:iati- -
mente una reconversión gradual en el tie:rnpo. 10 En esto habría de di- yas ... sin modificaciQne~,_pgro__eLJ;?Jo..q~ más numeroso en t_orno al_
PMDB se resistió a.ello. Quedó así planteado un tira y afloje entre la
preside-nc1;:;:- y el Congreso, en el que los triunfos se aÍternaron de un
laclo y del otro. En un escenario semejante, los dilemas de gobierno
10. Con relación a las claves del gradualismo de las reformas en Brasil, véase Ma-
ría Herminia Tavares de Almeida: "Pragmatismo por Necessidade: Os Rumos da Re-
sólo pudieron ser sorteados explotando la dinámica política de las si-
forma Económica no B~asil", Dados (Rio de Janeiro), vol. 39, n° 2, 1996, págs. 213-234. tuaciones de crisis.
54 Juan Carlos Torre El lanzanzie11/o político de las refonrzus estructurales 55

//~ El trámite de la política de privatizaciones fue un ejemplo. A la ficultades para gestionar la emergencia económica. Numerosos fue-
1
hora de formular esta iniciativa Collar optó por recurrir a los decre- ron los poderes establecidos que cayeron, otros nuevos los reempla-
tos presidenciales en lugar de la negociación con el Congreso; luego, zaron, en un proceso que comportó cambios en el personal político e,
aprovechando la crítica coyuntura de mediados de 1990, incorporó incluso, cambios de régim.en, con el tránsito desde el autoritarismo a
los decretos de privatización como parte del plan de estabilización la democratización política. Entretanto, en México, el orden político
que sometió a la asamblea legislativa. Bajo la amenaza del inminente sobrellevó los desafíos y logró preservar su continuidad institucional.
colapso económico los parlamentarios aprobaron tanto las medidas El legado político e institucional a partir del cual la elite guberna-
de emergencia fiscal como las decisiones en materia de privatización, mental mexicana formuló las respuestas a la crisis le proveyó de re-
las cuales, al cabo de esta tortuosa estrategia, fueron convertidas en cursos considerablemente más robustos que los que tuvieron a su al-
ley. Con los nuevos instrumentos legales a su disposición, el gobierno cance los líderes de gobierno en otros países. Éste fue el plano en el
de Collar comenzó entonces la transferencia de activos públicos -so- que radicó la singularidad de su experiencia de ajuste estructural.
¡ bre todo empresas siderúrgicas- al sector privado y este proceso, si- Porque en lo que hizo a la orientación general México no fue una ex-
l multáneo a las medidas de apertura comercial, puso en marcha una cepción en la región. También allí se verificó la trayectoria que co-
transformación institucional de envergadura, más allá de los fracasos menzó con ajustes de corto plazo y prosiguió, más tarde, entrando en
\-,_ que habría de recoger en sus esfuerzos por estabilizar la economía. la segunda mitad de los ochenta, con la radicalización del diagnóstico
de la emergencia y la puesta en marcha de reformas estructurales. Se-
ñalemos, sin embargo, que el debate entre opciones de política estuvo
4. México lejos de desenvolverse sin tensiones. Pero mientras que en los demás
paÍSEJS, con sistemas políticos más abiertos, las inflexiones del rumbo
Los avatares en el lanzamiento de las políticas de ajuste estructural económico acompañaron la alternancia en el poder de sucesivas ad-
que hemos descrito sumariamente tuvieron un rasgo en común: se ministraciones, en México estuvieron pautadas por conflictos al inte-
produjeron en el marco de estructuras políticas competitivas. Éste no rior de la elite dirigente. En efecto, sobre el telón de fondo de la conti-
fue, por cierto, el caso de México. En este país, detrás de la fachada de nuidad institucional la crisis económica alteró, y significativamente,
un régimen formalmente democrático, se levantó un sistema cerrado la correlación de fuerzas entre las facciones del partido gobernante.
de distribución y transmisión del poder que, históricamente, colocó a Con la llegada de Miguel de La Madrid al gobierno en 1982, una elite
las elites dirigentes al abrigo de los controles institucionales de la polí- tecnocrática, reclutada en la burocracia financiera publica, logró el vir-
tica competitiva.11 En México, el esquema de ejercicio del poder guber- tual monopolio de los ministerios y los altos cargos de la administra-
namental descansó en dos ejes principales: el monopolio del Partido ción estatal, desplazando a una posición marginal a los sectores políti-
Revolucionario Institucional (PRI) sobre la arena electoral y el control cos del PRI y a las corrientes desarrollistas a ellos vinculadas. Esta
oficial sobre las organizaciones que nuclean a los trabajadores y los ruptura de las reglas no escritas del ejercicio de la presidencia, que es-
campesinos. A estos dos ejes hay que agregar la densa red de relacio- tipulaban una distribución más plural del poder entre las diversas fac-
nes clientelistas que penetran los más variados intersticios de la estruc- ciones, se consumó más plenamente en 1987, cuando de La Madrid
tura social y consolidan informalmente el sólido predominio de un ré- escogió como su sucesor a Carlos Salinas de Gortari, el responsable de
gimen político que se distinguió en América latina por su estabilidad. la gestión económica y principal inspirador de la estrategia de desa-
Durante la crítica coyuntura abierta por la crisis de la deuda exter- rrollo fundada en la ortodoxia fiscal y las reformas de mercado.
na esta peculiaridad de México se puso una vez más de manifiesto. A El encliln"bramiento a golpes de palacio del nuevo elenco dirigen-
través de la región, las estructuras políticas existentes se vieron en di- te estuvo facilitado por varios factores. La extrema vulnerabilidad fi-
nanciera del país hizo que el péndulo del poder dentro del aparato
estatal se moviera hacia las agencias a cargo de la política macroeco-
11. Seguimos aquí el trabajo de Heredia ya citado en nota 6, pág. 19. nómica, en particular aquellas que, como los Ministerios de Presu-
Jun/1 Cnrlos Torre Ellanznmii'nto político de las reformas estructuro/es 57
56

puesto y de Finanzas y el Banco Central, albergaban a los partidarios co, el programa incluyó, al lado de medidas de corte ortodoxo, un es-
de la ortodoxia económica. El desprestigio irreparable que el estalli- quema de concertación de precios y salarios, así como la aceleración
do de la crisis de la deuda trajo aparejado a las corrientes desarrollis- del cambio estructural, en especial de la apertura comercial iniciada
tas, a la sazón en el gobierno de la economía, contribuyó, asimismo, a un año antes. Visto en la perspectiva de los esfuerzos por dominar la
devolver al primer plano a la burocracia financiera pública. Por otro emergencia que se sucedían en América latina, el Pacto de Solidari-
lado, las estrechas relaciones que ésta tradicionalmente mantenía con dad Económica de 1987 presentó dos rasgos que interesa destacar. En
los grandes grupos económicos reforzó también sus credenciales, en el plano conceptual, incorporó el nuevo enfoque que caracterizará las
1nomentos en que era imperioso restablecer la cooperación con el sec- tentativas de ajuste de fines de los ochenta: la vinculación estrecha
tor privado, seriamente deteriorada a raíz de la nacionalización de la entre estabilización y reformas estructurales. En el plano instrumen-
banca decidida por el predecesor de La Madrid en la presidencia al tal, consistió, en la definición de Blanca Heredia, en una fórmula de
declararse la emergencia económica. La combinación de estos facto- control político de los principales factores de la economía. Si en el pri-
res allanó a la elite tecnocrática el camino al poder. Desde allí y con el mer plano sus novedades pasaron a ser parte del clima de la época,
acceso al vasto conjunto de facultades discrecionales que posee el en el segundo, en cambio, condensaron el aspecto distintivo de la ex-
Ejecutivo en México, a los controles corporativos y al sistema de re- periencia mexicana, ya que en los demás casos los mecanismos utili-
des clientelares contó con los instrumentos para neutralizar las resis- zados por los gobiernos para actuar sobre las conductas de los intere-
tencias y generar los apoyos a sus opciones de política. ses socioeconómicos tuvieron un carácter más indirecto y consistieron
En términos comparativos, el interrogante acerca de la capacidad exclusivamente en medidas de política económica.
de las elites gubernamentales para decidir y sostener en el tiempo el Durante la década de los ochenta se planteó una y otra vez en dis-
proceso de transformación económica recibió en México una respues- tintos países la conveniencia de los pactos sociales como mecanismos
ta más rotunda y consistente. Sin embargo, como apuntamos antes, la para garantizar el gobierno de la emergencia. Más allá de su justifica-
naturaleza de dicha transformación fue, en un principio, vagamente ción en términos de la teoría democrática, la propuesta recogió sus
definida: sólo se esclareció a lo largo de un difícil aprendizaje que, se- 1 argumentos de la visión heterodoxa de los problemas inflacionarios,
gún ocurriera también en los demás países, estuvo pautado por fal- con su acento en los efectos de la incertidumbre económica y las
sos com.ienzos, vacilaciones e inesperados contratiempos. En este prácticas de indexación de los contratos. Desde este punto de vista, la
sentido, pero ahora en lo referido a las políticas económicas, el año política de ingresos a través de la concertación social era una pieza
1987 constituyó igualmente un momento de inflexión. Al cabo de cin- indispensable para estabilizar la economía. En Brasil y Argentina,
co años de gestión de la emergencia y de dos intentos de estabiliza- donde los economistas heterodoxos tuvieron mayor predicamento en
ción centrados en la ortodoxia fiscal y monetaria, a fines de 1987 se las primeras administraciones democráticas, los líderes de gobierno
produjo un abrupto deterioro de la situación económica, motorizado no lograron, empero, suscitar la cooperación de las organizaciones
por factores internos y externos, que hizo perfilar en el horizonte el corporativas, por lo que sus recomendaciones se concretaron por la
riesgo de la hiperinflación. vía expeditiva del decreto en congelamientos de precios y salarios de
Frente a los términos de esta inquietante coyuntura, que puso en efímera eficacia.
evidencia los límites de la estrategia de ajuste ortodoxo, las autorida- Al llegar la oportunidad de hacer un intento semejante en México,
des mexicanas encararon una revisión a fondo, que culminó en el pa- el espacio político que tenía la elite dirigente para llevarlo a cabo era
quete de medidas instrumentadas por el llamado Pacto de Solidari- a todas luces más amplio. El control oficial sobre el movimiento sin-
dad Económica. La clave de este nuevo intento fue el reconocimiento dical fue, a este respecto, un insumo crucial en el diseño del pacto so-
de que para estabilizar la economía no bastaba con actuar sobre el dé- cial. Por otra parte, el acatamiento de las cámaras empresarias fue ob-
ficit fiscal sino que era preciso actuar además sobre los componentes tenido por medio de la decisión unilateral del gobierno de acelerar la
inerciales de las presiones inflacionarias y las rigideces institucionales reducción de las licencias de importación y los aranceles externos. Si
que afectaban la formación de precios. En sintonía con este diagnósti- bien la apertura comercial era un componente del pacto, no fue el re-
58 Juan Carlos Torre El lanzamiento político de las reformas estructurales 59

sultado de consultas con el sector privado y, en los hechos, sirvió pa- emergencia la figura que se recortó a menudo en el vértice del poder
ra forzarlo a alinearse a la política de ingresos. público fue la de unas elites gubernamentales al frente de unas insti-
No obstante, destaquemos que la efectividad de este ejercicio de tuciones estatales debilitadas, y sin otros medios para coordinar la
discrecionalidad sobre el mundo de los negocios no fue indepen- salida de la crisis que los recursos del liderazgo político y los poderes
diente de los compromisos oficiales en materia de austeridad fiscal y de excepción de la presidencia. En ese contexto, la aplicación de esos
futuras privatizaciones. El pacto social de 1987 fue renovado al año recursos y esos poderes a la reconstrucción de un principio de autori-
siguiente por Salinas de Gortari, ahora en la presidencia, bajo el nom- dad estatal se tradujo en un primer y drástico movimiento de exclu-
bre de Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y fue una herramienta sión o, al menos, de distanciamiento de los actores políticos y los gru-
central al servicio de la política de cambio estructural, que adquirió a pos sociales de los ámbitos de formación de las decisiones públicas.
partir de entonces un alcance más integral y un ritmo más acelerado. Tal fue el resultado de los acuerdos en las alturas de los jefes políticos
La experiencia de la concertación social en México merece un Paz Estenssoro, Banzer, Paz Zamora en Bolivia, de la manipulación
comentario adicional porque sirve para poner de manifiesto algunos de las lealtades del partido de gobierno por parte de Menem en Ar-
de los problemas del gobierno político de la transformación económi- gentina, de la táctica de fuga hacia adelante desplegada por Collor en
ca. A comienzos de los ochenta las estrategias de concertación social, Brasil. Distintas fueron las condiciones iniciales en México y también
como técnicas políticas para arribar a soluciones cooperativas ante lo fue el desenlace. Allí la elite político-tecnocrática en el gobierno
los conflictos macroeconómicos, fueron objeto de frecuentes debates contó con un régimen político cuya solidez distintiva en la región no
políticos y académicos. Las discusiones concluyeron regularmente fue afectada por la emergencia y siguió nutriéndose de la capacidad
poniendo en duda su viabilidad política, utilizando argumentos ex- de articulación provista por estructuras corporatistas de control ver-
traídos de las experiencias conocidas en los países europeos. Así se tical de intereses sociales. Constituyó, pues, una reveladora ironía
destacó que en la región es difícil encontrar organizaciones de cúpu- que se lograra reunir la autoridad efectiva para llevar a cabo una ex-
la con una envergadura y una cohesión comparable a las que sirvie- periencia de concertación social-no exenta, por cierto, de ritualismo-
ron de plataforma a los casos exitosos de pactos sociales en el viejo en el país donde las cuestiones relativas a la generación, manteni-
continente. En la mayoría de los países de América latina las asocia- miento y circulación del poder institucional se resolvían a espaldas
ciones corporativas -se sostuvo- carecen de una alta densidad orga- de los desafíos del pluralismo político.
nizacional y se hallan fragmentadas en facciones rivales que buscan
imponerse unas a otras en la busca del apoyo de las bases.l 2 Estas li-
mitaciones son, en general, verdaderas aunque, a nuestro juicio, no 5. Colombia
fueron en su momento las más relevantes.
Creemos, más bien, que lo que conspiró contra la viabilidad políti- La experiencia colombiana constituye un caso aparte en términos
ca de las propuestas de concertación social fue que asumieron como económicos. 14 A diferencia de las demás experiencias nacionales aquí
un dato aquello que, en rigor, constituyó el problema, esto es, la exis- reseñadas, Colombia no llegó a las reformas estructurales al cabo de
tencia de un centro de poder en condiciones de tomar a su cargo la
tarea de organizar los acuerdos, en otras palabras, una autoridad es-
tatal efectiva. 13 En efecto, en la América latina de los tiempos de la un artículo 'los pactos sociales no pueden ser firmados por manos invisibles'. Debe
existir un actor visible, que aporte un elemento, no sólo de poder e influencia, sino
también de coacción legítima. Y ese actor debe ser el Estado, que debe estar presente
de algún modo en las negociaciones, si no estar sentado en la mesa de negociación",
12. A propósito del debate académico sobre los pactos sociales, véase Stephan "La concertación social en perspectiva comparada", en Álvaro Espina (comp.): Con-
Haggard y Robert Kaufrnan: The Political Economy of Democratic Transitions, New Jer- certación social, neo-corporatismo y democracia, Madrid, Ministerio de Trabajo, 1991,
sey, Princeton University Press, 1995, págs. 340-345. págs. 67-80.
13. En este sentido, Philippe Schrnitter ha señalado: "Corno alguien escribía en 14. Aquí seguirnos el trabajo de López Restrepo ya citado en nota 6, pág. 19.
60 Junn Carlos Torre El lauzanucnto político de las rcfonllus estructumles 61

la crisis de la deuda externa y del fracaso de los ajustes de corto pla- neoliberal sobre los excesos de la industrialización orientada al mer-
zo. La opción por las políticas de liberalización económica fue tardía, cado interno. La plausibilidad de este diagnóstico era, en el caso co-
ya que recién en 1990 hicieron su ingreso explícito a la agenda guber- lombiano, rnenos obvia en principio que en otras economías latinoa-
namental, y lo hicieron en el marco de una coyuntura económica que mericanas. En verdad, la singularidad del patrón de desarrollo
no presentaba los contornos de emergencia que conocieron otros paí- colombiano en la región consistía en su carácter neutral, es decir,. ni
ses. La ausencia de un telón de fondo semejante permitiría esperar orientado hacia adentro ni orientado hacia afuera. Adicionalmente,
que las autoridades públicas no recurrieran a las modalidades expe- en un país con fuertes intereses agrarios la industrialización nunca
ditivas y unilaterales que los demás gobiernos utilizaron para poner había tenido la prioridad que tuviera .en otras latitudes. En el corto
en marcha las iniciativas de reforma. Ello hubiera sido, por otra par- plazo, a su vez, la recuperación de las exportaciones y, entre ellas, el
te, consistente con la forma de gestión de las políticas públicas que dinamismo de las de origen manufacturero eran hechos que parecían
por mucho tiempo distinguió a Colombia entre los países de la re- desmentir la visión pesimista del diagnóstico neoliberal. En breve, la
gión: son numerosos los observadores que han destacado el predomi- propuesta de un cambio en el patrón de desarrollo no parecía ir al
nio de un estilo decisorio caracterizado por la práctica de la consulta encuentro de problemas reales y urgentes. De allí que antes que ser
y el compromiso entre los gobiernos, la clase política y los principales vista como el desenlace en la gestión de la emergencia económica
intereses organizados. Sin embargo, como veremos, dicha expectati- -según ocurrió en los demás países- la iniciativa de la reforma co-
va se cumplió sólo a medias, por lo que Colombia, en términos polí- mercial lanzada en febrero de 1990 por el equipo económico desde el
ticos, más que un caso aparte, puede ser vista como parte de la ten- CONPES -Consejo Nacional de Política Económica y Social- puede
dencia general hacia el decisionismo gubernamental. ser interpretada como una propuesta claramente normativa.
Frente a las dificultades de financiamiento provocadas por la crisis El contexto político en que fue formulada era, a primera vista, es-
de la deuda externa las autoridades colombianas respondieron con el casamente auspicioso. Mientras que a partir de la mitad de los ochen-
repertorio convencional de ajustes de corto plazo, pero con mejor for- ta la eCünomía se desenvolvió por un sendero positivo, en el terreno
tuna que otros países de la región. El hecho es que, a partir de 1986, político el país se tornó cada vez más ingobernable, bajo la violencia
el cuadro macroeconómico cambió de signo con una visible mejoría desatada por los narcotraficantes y las formaciones guerrilleras, que
en la balanza de pagos, la cual no fue independiente de una nueva alcanzó un pico entre 1988 y 1990, culminando una escalada que lle-
bonanza cafetalera. En cierto sentido, como lo ha indicado José Anto- vaba ya diez largos ail.os. El anuncio de la liberalización gradual de
nio Ocampo, Colombia estaba superando hacia finales de la década las importaciones se produjo a cinco meses de la finalización del
los coletazos de la emergencia y retomando su sendero de crecimien- mandato del presidente Barco. Según lo destacó bien Andrés López
to15 Pero fue precisamente entonces que se abrió paso en la agenda Restrepo, cuando un gobierno se aproxima a su término, el margen
gubernamental la propuesta de reorientar el patrón de desarrollo en de acción se reduce y, en los hechos, se espera que deje las decisiones
línea con las políticas de reformas estructurales en boga. trascendentes a su sucesor. Esta observación general -agrega- era to-
El hecho precipitante de este alineamiento tardío fue la solicitud davía más pertinente en el caso de Barco, quien concluía su adininis-
en 1990 por parte de la administración de Virgilio Barco, en funciones tración en medio de la mayor soledad debido al carácter controverti-
desde 1986, de un préstamo del Banco Mundial, el cual puso como do de su política hacia los carteles de la droga y a su impotencia para
condición la adopción de medidas de apertura comercial. La presión detener la ola de violencia.
externa fue el catalizador de un consenso formado en los años pre- Paradójicamente, esta situación facilitó la iniciativa de la tecnocra-
vios dentro de los economistas del gobierno alrededor de la crítica cia económica. Actuando con gran autonomía al interior de un go-
bierno en el cual el presidente había perdido casi toda capacidad de
liderazgo, el CONPES implementó las decisiones de la apertura ex-
15. José Antonio Ocampo: "Reforma del Estado y desarrollo económico y social en terna sin negociarlas con los sectores a ser afectados e, incluso, sin el
Colombia", Análisis Político (Bogotá), no 17, setiembre-diciembre de 1992, págs. 5-40. respaldo del propio Barco, que no las compartía. Cabe señalar, empe-

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62 Jwm Carlos Torre Ellnnzanúcnto político de las reformas estructurales 63

ro, que el candidato con más probabilidades de ser electo en los pró- además, que aquella parte de las reformas que necesitaba de la apro-
ximos comicios, el dirigente del Partido Liberal, César Gaviria, había bación legislativa la obtuviera y se llevara a cabo a un ritmo acelera-
sido ministro de Hacienda de la administración saliente y, en esa ca- do sin amplia discusión política. En verdad las deliberaciones más
lidad, dado su apoyo al proyecto de liberalización comercial que aho- decisivas se dieron en el seno mismo del gobierno. Gaviria incluyó
ra se ponía en marcha a través de un proceso decisorio tan inusual en el gabinete a su adversario dentro del Partido Liberal, Ernesto
para las prácticas políticas colombianas. Samper, un crítico del giro económico, quien animó los debates, has-
Visto en términos comparativos, es sugestivo que el examen de la ta que, derrotado en su tentativa por dar un sesgo gradualista a las
experiencia de Colombia permita iluminar un rasgo que ha formado reformas -en particular, la apertura comercial-, renunció un año más
parte de la dinámica política del lanzamiento de reformas econó- tarde, lo cual restauró la cohesión y unidad del comando reformista.
micas en los demás países, aludimos a la intervención de equipos tec- La ejecución del "revolcón" -tal fue la denominación popular del
nocráticos que operan desde el vértice del aparato gubernamental y paquete de reformas- comportó ajustes sobre la marcha a la vista de
deciden políticas en condiciones de aislamiento respecto de las in- la cambiante coyuntura económica externa y las reacciones sociales
fluencias partidarias y las presiones corporativas. Esta tendencia, in- internas: en el terreno de la apertura externa se aceleraron los tiem-
sinuada en los últimos días de la administración Barco, se hizo más pos, en el de las privatizaciones y las reformas laborales las autorida-
nítida con la llegada de César Gaviria a la presidencia en agosto de des optaron por soluciones de compromiso. En resumen, la experien-
1990. Gaviria dio a la reorientación en curso del patrón de desarrollo cia de Colombia entre 1990 y 1991 ilustra la importancia de las
un alcance más integraL complementando la apertura comercial con circunstancias políticas en la creación de las oportunidades para lan-
reformas en las políticas cambiaría, fiscal y laboral y con propuestas zar políticas de reforma. En un contexto diferente al de la crítica co-
de privatización y racionalización de empresas públicas. Estas inicia- yuntura en que se hallaba el país hubiera sido más difícil que se crea-
tivas iban más allá del programa económico del Partido Liberal que ra el espacio político propicio para lanzar iniciativas que salían de los
lo llevó a la presidencia. De hecho, durante la campaña electoral Ga- límites -en forma y sustancia- de los tradicionales consensos de las
viria se había distanciado del mismo, para abrazar, en cambio, la po- elites dirigentes colombianas.
lítica de liberalización económica ejecutada por otros gobiernos veci-
nos en un esfuerzo por sumarse a la tendencia en auge en América
latina.
Lo cierto es que ni durante los debates electorales ni tampoco en
el año posterior a los comicios los problemas del cambio estructural
estuvieron en el centro de la atención pública. La cuestión dominante
era la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, para el
primer semestre de 1991, a fin de reformar la Constitución en un in-
tento por crear nuevas bases para la convivencia política de un país
al borde del caos. Mientras este proceso político tenía lugar, Gaviria
lanzó a partir de su asunción, en agosto de 1990, un torrente de me-
didas drásticas y cambiantes, rompiendo con el tradicional manejo
económico incrementalista de los gobiernos colombianos. Con el res-
paldo de la presidencia, la tecnocracia económica dispuso de un
margen considerable para llevar a cabo las reformas de mercado sin
necesidad de buscar consensos para ello y de negociar con las orga-
nizaciones corporativas. A su vez, el hecho de que el debate público
estuviera centrado en la Asamblea Nacional Constituyente facilitó,

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