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El camino de un maestro
por Antonella Beltrán, Micaela Green y Mariana Martínez
Luis Fortunato Iglesias nació en Tristán Suárez, partido de Esteban
Echeverría, en 1915. Murió el 8 de agosto de 2010 en Buenos Aires. Durante
veinte años se desempeñó como maestro único en la Escuela Rural Unitaria N°
11 de Tristán Suárez y reunió sus experiencias en varios libros, entre ellos, La
Escuela rural unitaria.
Su vivencia
Luis Iglesias fue maestro y escritor, y un apasionado por
la lectura.
Se formó en la Escuela Normal de Lomas de Zamora, y
ejerció a lo largo de veinte años como maestro rural en
la Escuela N° 11 de Tristán Suárez (desde el año 1938 hasta 1957), a la que fue designado a
modo de castigo debido a un discurso para un acto escolar, en el que agradeció a un
empresario de la zona la donación de una escuela y una iglesia contrastando el gesto con el
de los industriales que colaboraron con el nazismo.
Fue en esta escuela rural donde elaboró propuestas renovadoras de la didáctica en todas la
áreas de la educación básica que aún hoy son fuente inspiradora para los docentes. Para
conocer más detalladamente este período fundamental en la vida de este ejemplar maestro
rural es interesante recurrir al documental
“Luis F. Iglesias: el camino de un maestro” 1
Su escuela
La Escuela rural Nº11 de Tristán Suárez
constaba de un aula grande, con pisos de
pinotea. En una de sus paredes estaba el
pizarrón y a su lado el escritorio del maestro.
Los rincones del aula estaban destinados a
diferentes actividades como periodismo,
geografía y dibujo.
Era un aula “plurigrado”, es decir que
convivían en un mismo ámbito y con un único
maestro, alumnos de distintos grados o de
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El documental “Luis F. Iglesias: el camino de un maestro” retoma la trayectoria de este pedagogo argentino. Fue realizado durante
el año 2008 por el Instituto Nacional de Formación Docente, dirigido y producido por la Lic. Cinthia Rajhschmir, coordinadora del Área
de Comunicaciones, y propone un recorrido a través de las ideas, prácticas, reflexiones y propuestas de uno de los pedagogos que
marca un punto de inflexión en la historia de la pedagogía argentina y latinoamericana en el período 1938 -1978.
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Su propuesta pedagógica
Luis Iglesias se autodefinía como un “maestro
rebelde”, y con respecto a su pedagogía afirmaba
que no era una “pegagogía chata” sino una
“pegagogía social, idealista y humanista”, en la
que intentaba “buscar las ideas, los sentimientos
de sus alumnos, intentando provocar inquietudes
en ellos”.
Los chicos tenían un cuaderno de pensamientos
propios en los que escribían frases sobre ellos
mismos, sobre sus vidas, sus temores, sus
aventuras, sus emociones, y las acompañaban
con dibujos y acuarelas. El arte de los niños estaba presente siempre. Para Iglesias, incluso la
escritura “era un dibujo más”.
Los más grandes, a veces, les enseñaban a los más chiquitos y, a través de los guiones
didácticos, cada uno iba completando las fichas que le correspondían según sus edades y su
nivel de conocimiento, y que el maestro había fabricado una por una. “Era un maestro de
avanzada”, sostienen hoy sus ex alumnos, que lo siguen queriendo.
Su legado
La pedagogía de Iglesias, reconocida en toda América
Latina, constituye un legado para las actuales y futuras
generaciones de maestros.
En su faceta de escritor Luis Iglesias intentó dejar
plasmada su reflexión pedagógica, ya que le interesaba
que sus propuestas se practicaran, al respecto el
expresó “yo no escribía fantasías sino realidades, lo
que surgía día a día en mi labor. Ser maestro es ser
investigador, ser apasionado por la búsqueda, por
encontrar el camino y por hacer el camino...el camino
se encuentra caminando. Yo tendría que presentar mis
libros diciendo: acá está un maestro caminando”.
Otra de sus principales preocupaciones era la
formación docente, ya que “sin formación docente
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