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FREDIANO SESSI
Diccionario de la tolerancia
Colección vitral
Traducción
Héctor Arruabarrena
Bogotá Barcelona Buenos Aires Caracas Guatemala Lima México Panamá Quito San José San
Juan San Salvador Santiago Santo Domingo
Collo, Paolo
Diccionario de la tolerancia / Paolo Collo y Frediano Sessi. –
1 Bogotá : Editorial Norma, 2001.
402 p.: 21 cm. — (Colección Vitral)
ISBN 958-04-6199-6
1. Tolerancia 2. Historia 3. Sociología I. Sessi,
Frediano II. Tit. III. Serie 178.9 cd 20 ed.
AHF2606
CC: 20565
ISBN: 958-04-6199-6
I . “Lo que hace similar tanto a un ser humano como a otro es el hecho
de que cada uno lleva en sí la figura del otro”, escribe el filósofo francés
contemporáneo Jean-François Lyotard (“I diritti dell’altro”, en I diritti
umani, Milán, Garzanti, 1994), interrogado sobre la cuestión de los
derechos del ser humano. Le hace eco el poeta de origen argelino Edmond
Jabes: “como para el dátil, de las raíces a la palma, el otro es parte mía”
(Uno straniero, Milán, SE, 1991).
Por lo tanto, no puedo decir “yo” sin contemplar a su vez un “tú”, un
“otro” en el que me reconozco.
Pero si esta “alteridad” nos pertenece y dialoga desde el nacimiento
con cada uno de nosotros, ¿por qué es tan difícil comprenderla en la
realidad cotidiana (de hoy y el pasado)? ¿Por qué la guerra, la violencia, el
racismo, el prejuicio?
Sabemos cuántas son las formas y las modalidades de rechazo y
exclusión de los “otros”, extraños a “nuestro grupo”, e incluso estamos
dispuestos a individualizar las razones, atenuar culpas y responsabilidades.
Aspiramos a un “mundo mejor”, pero todavía queda una pregunta abierta:
¿será posible, alguna vez, comprender verdaderamente a los otros?
Sin duda, conocimiento y comprensión deben estar en la base de una
convivencia civil entre personas que, habitando en un mismo lugar,
provienen de culturas, tradiciones y etnias distintas. Todavía “el elogio de
la tolerancia” y el recíproco respeto de las diferencias, el estímulo al
diálogo, que parecen prevalecer en la mayoría de las poblaciones, no
corresponde con las prácticas sociales que atraviesan una Europa en el
centro de movimientos migratorios y conflictos entre grupos étnicos.
Simultáneamente, con el afirmarse, en la época moderna, de una sociedad
integrada en una suerte de “aldea global” —somos, seremos cada vez más,
ciudadanos del mundo—, el enfrentamiento y el entrecruzarse de
civilizaciones y tradiciones, distintas por valores, leyes y expresiones de
vida, se convierten, de hecho, en algo más complejo.
El “relativismo cultural” que ha garantizado en muchos aspectos el
diálogo a distancia entre culturas diferentes (por lo cual, por ejemplo, un
cristiano, aun considerando fuera de la ley la poligamia, sabía respetar la
norma musulmana que la consiente), parece no bastar para favorecer la
integración de personas que son llamadas a construir un futuro común pero
sin un origen común (los musulmanes que vienen a vivir a Italia, en
efecto, no pueden practicar la poligamia). Quien convive con “nosotros”
debe aceptar “nuestras” reglas. Prosiguiendo con el ejemplo, es obvio
constatar cómo la familia occidental es, en lo que se refiere a leyes y
principios, más respetuosa de la paridad de la dignidad de sus miembros,
en particular de la mujer y de los menores. Pero, ¿esto vale para todas las
expresiones de las culturas extrañas a la nuestra? ¿Sólo nosotros podemos
pedir que ciertas conquistas sociales sean universales? ¿Estamos seguros
de que nuestra cultura occidental es inmune a errores y desviaciones? Y
sobre todo, ¿cómo pueden convivir con pleno respeto culturas distintas en
la “aldea global”?
2. COMPONENTES DE LA COLONIZACIÓN
3. LA TRATA DE ESCLAVOS
LA COLONIZACIÓN OCCIDENTAL
EN LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO
Países Periodo de
Países colonizados
colonizadores Colonización
África
Angola Portugal 1575-1974
Camerún Francia 1884-1960
Costa de Marfil Francia 1889-1960
Etiopía Italia 1936-1960
Ghana Inglaterra 1874-1957
Kenia Inglaterra 1894-1963
Madagascar Francia 1885-1960
Mozambique Portugal 1510-1975
Nigeria Inglaterra 1884-1960
Senegal Francia 1850-1960
Sudán Inglaterra 1899-1956
Uganda Inglaterra 1894-1962
Zaire Bélgica 1885-1960
América
Argentina España 1536-1816
Bolivia España 1532-1825
Brasil Portugal 1516-1821
Chile España 1540-1810
Colombia España 1510-1810
Cuba España 1515-1898
Ecuador España 1534-1809
Guatemala España 1524-1821
Haiti Francia 1498-1804
México España 1522-1820
Perú España 1536-1821
República
Dominicana España 1506-1824
Uruguay España 1680-1811
Venezuela España 1527-1811
Asia
Birmania Inglaterra 1852-1948
Camboya Francia 1863-1949
Ceylán Inglaterra 1815-1948
China Europa 1858-1911
Corea (Norte y Sur) Japón 1907-1948
Filipinas España 1564-1954
India
Pakistán Inglaterra 1757-1947
Indonesia Países Bajos 1755-1949
Vietnam Francia 1883-1954
Han pasado casi quinientos años desde que Europa y África (el África
continental, la tierra de los negros), comenzaron a conocerse y a cerrar las
primeras relaciones comerciales.
Después de este descubrimiento recíproco, africanos y europeos
conocieron cuatro siglos en los que se alternaron amistad y hostilidad,
bien y mal, ganancias y pérdidas; y durante todos estos años, la suerte de
África y Europa estuvo íntima e inextricablemente unida. Comenzó luego
la conquista europea; hoy, en fin, se ha llegado al término del sistema
colonial y al nacimiento del África independiente. Así, se cierra el ciclo:
renacen ahora y toman nuevas formas aquellas relaciones basadas sobre la
igualdad y el respeto de la propia dignidad que eran una experiencia
normal en aquellos primeros años.
Pero, ¿por qué la historia tuvo este curso? ¿Por qué la conquista
europea llegó tan tarde y luego de tanto tiempo y a menudo después de una
larga experiencia común, gran parte de África cae en una imprevista y
absoluta sujeción a Europa? Sabemos que los españoles ocuparon América
Central, que los portugueses se apoderaron de Brasil, que los franceses y
británicos penetraron en la franja costera de América septentrional, y que
todos izaron sus banderas victoriosas en los países de Oriente. Pero África
permaneció inviolada hasta el siglo XIX. Luego, casi de un momento a
otro, vastas regiones africanas se convirtieron en colonias europeas.
Se podría hacer la pregunta de otro modo. ¿Por qué Europa se extendió
así extraordinariamente y creció en potencia y en riqueza, y África no hizo
lo mismo? ¿Por qué los primeros condottieri europeos trataron a los
africanos con el respeto que se debe a sus congéneres, mientras que en una
época posterior, arrinconando el pasado u olvidándolo, se llegó a
considerar a los africanos como seres inferiores por naturaleza?
{...] Muchos autores han estudiado el lado europeo y americano de la
experiencia esclavista, pero poco o nada ha sido escrito sobre las
consecuencias que el comercio de los esclavos tuvo en la propia África.
Asimismo, el esclavismo hizo naufragar rápidamente todas las relaciones
de alianza y amistad, y tuvo efectos profundos, hasta decisivos, sobre el
destino de muchas comunidades africanas. No se puede entender nada de
su historia en estos siglos si no se tienen en cuenta, desapasionadamente,
los profundos efectos que ha tenido el esclavismo.
[...] Durante largos años, la “Madre Negra”, África, debía poblar
América con sus hijos e hijas.
Para encuadrar el ambiente y recrear el espíritu particular, así fuerte y
obstinadamente confiado pese al sufrimiento y la muerte, comenzaron a
percibirse algunos contrastes.
Había miseria, una miseria extrema. Era tan frecuente la muerte, en
América, que la población entera de esclavos debía ser renovada cada año.
Los documentos son bastante elocuentes.
En 1829, un inglés de nombre Walsh viajó a Brasil en una embarcación
británica, la North Star. En un punto del Atlántico sur siguieron y
detuvieron a una nave negrera. Walsh subió a bordo y luego describe lo
que ha visto: los horrores del Middle Passage (el viaje de un esclavo desde
África hasta América). El cargamento de la nave negrera estaba
compuesto por quinientos individuos, mujeres y hombres (la tripulación
había arrojado al mar a cincuenta y cinco personas en los diecisiete días de
viaje), y estos esclavos “...estaban todos encerrados bajo llave y
engrillados. El espacio era tan limitado que uno se sentaba entre las
piernas del otro, y estaban tan hacinados que, tanto de día como de noche,
no tenían ninguna posibilidad de extenderse ni de cambiar de posición.
Puesto que pertenecían a dueños distintos y eran transportados por cuenta
de ellos, estaban todos marcados como ovejas, con distintas marcas de
acuerdo a su patrón. Estas estaban impresas en el pecho o en los brazos y,
cómo me informó el oficial de segunda con perfecta indiferencia, la marca
se imprimía con un hierro caliente...”. Walsh estaba escandalizado, pero
sus compañeros de viaje, “que habían pasado tanto tiempo en las costas
africanas y habían visitado tantas naves”, durante el servicio de inspección
contra la trata de esclavos, dijeron que esta nave negrera era “una de las
mejores que habían visto”. La altura de los espacios en que estaban
recluidos los esclavos era de aproximadamente un metro, mientras que en
otros barcos no superaba los cuarenta y cinco centímetros; durante la
travesía del Atlántico, por lo general, los esclavos eran encadenados al
cuello y a las piernas, y aquí no lo estaban.
Tales escenas eran frecuentes, se repitieron mes tras mes durante
aproximadamente trescientos años luego de que Walsh se fuera de Brasil.
Esta era la degradación física ligada al comercio. Había, además, una
degradación moral de los esclavos y de los esclavistas: al reducir a los
africanos a la esclavitud, los europeos ofendían, incluso, a su propia
naturaleza humana. Llegaron a creer que los africanos no habían conocido
nunca un orden social racional y que los esclavos africanos no merecían
nada mejor de aquello que recibían.
B. Davidson, Madre Negra,
Turín, Einaudi, 1966.
PRIMERA PREMISA
SEGUNDA PREMISA
I. LA IDEA DE CONQUISTA
2. LA CONQUISTA DE AMÉRICA
4. LA “CIVILIZACIÓN EUROPEA”
☻
STEVEN RUNCIMAN “La apelación del Papa”
STEVEN RUNCIMAN (1903) ES UN HISTORIADOR INGLÉS
EXPERTO EN HISTORIA BIZANTINA. ADEMÁS DE LA HISTORIA
DE LAS CRUZADAS, DEL QUE SE EXTRAE EL SIGUIENTE TEXTO,
HA ESCRITO LOS MANIQUEOS DE LA EDAD MEDIA.
6. LA COLONIZACIÓN Y LA MISIÓN
Parece que los incrédulos, en ningún modo deben ser obligados a creer:
I. Se lee en el Evangelio, que los siervos de ese señor en cuyo campo
había sido sembrada la cizaña, le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a
recogerla?”; y él respondió: “No, porque recogiendo la cizaña, arrancas
también el trigo”. Crisóstomo explica: “Así dice el Señor queriendo
prohibir matar. En efecto, no es necesario matar a los herejes: porque si los
mataran abatiríais necesariamente con ellos a muchos santos”. Por lo
tanto, por el mismo motivo, ningún incrédulo debe ser obligado a creer.
2. En el Decreto (de Graziano) se lee: “A propósito de los hebreos, el
Santo Concilio ordena que ninguno lo fuerce a creer”. Por lo tanto, por el
mismo motivo no se debe obligar a los otros incrédulos.
3. San Agustín afirma que el hombre puede hacer otras cosas no
queriendo, pero “no puede creer de otro modo que queriendo”. Ahora, el
querer no se puede obligar. Por lo tanto los incrédulos no pueden ser
obligados a la fe.
4. Así Dios habla en Ezequiel: “No quiero la muerte del pecador”. Pero
nosotros debemos adaptar nuestra voluntad a la de Dios, como hemos
dicho anteriormente. Entonces no debemos querer que los incrédulos sean
matados.
Por lo contrario: en el Evangelio se lee: “Ve por las calles y obliga a la
gente a entrar, para que mi casa se llene” Ahora, los hombres entran en la
casa de Dios, es decir en la Iglesia, mediante la fe. Entonces algunos deben
ser obligados a la fe.
Respondo: hay incrédulos, como los judíos y los paganos, los que
nunca han abrazado la fe. Y a ellos no se les debe obligar a creer de
ninguna manera: porque creer es un acto voluntario. Todavía los fieles
tienen el deber de obligarlos, si tienen la facultad, a no obstaculizar la fe
con insultos, malas sugerencias, o también con abiertas persecuciones.
Esto es porque aquellos que creen en Cristo le hacen guerra a los infieles,
no para obligarlos a creer (porque también aun cuando llegaran a
vencerlos y hacerlos prisioneros los dejarían libres de creer, si quieren):
sino para obligarlos a no obstaculizar la fe de Cristo.
En vez, hay otros incrédulos, que en un tiempo han aceptado la fe y la
han profesado: son los herejes, los apóstatas de todo tipo. Ellos deben ser
obligados incluso físicamente a cumplir lo que prometieron, y a conservar
lo que una vez aceptaron.
Solución de las dificultades:
1. Algunos entendieron aquel texto en el sentido que está prohibido, no
excomulgar, sino matar a los herejes: y esto está demostrado en la cita de
Crisóstomo. Incluso San Agustín narra así de sí mismo: “Primero yo era
de la opinión que no se debía obligar a ninguno a la unidad de Cristo, pero
que era necesario tratar con palabras, y combatir con las disputas. Pero
esta opinión mía ha sido vencida no por las palabras sino por los hechos.
En efecto, el miedo de las leyes civiles ha ‘favorecido’ a que muchos
hayan llegado a decir: ‘Agradezcamos a Dios, que ha roto nuestras
cadenas’”. Por eso, el significado de aquellas palabras del Señor:
“Déjenlas crecer juntas hasta la maduración”, aparece en aquellas que
siguen: “...hasta que recogiendo la cizaña no arranques incluso el trigo”.
“En las que él muestra bastante claramente”, como dice San Agustín, “que
cuando no hay este temor, es decir, cuando el delito es bien notorio y
aparece execrable a todos, tanto como para no tener defensores y para no
poder determinar un cisma, la severidad de la corrección no debe dormir”.
2. Los judíos, si nunca han abrazado la fe, no deben ser obligados a
creer, pero si han recibido la fe, “deben ser obligados por la fuerza a
conservarla”, como se dice en ese mismo capítulo.
3. Como “hacer un voto es un acto de libre voluntad, conservarlo se
convierte en una necesidad”. He aquí por qué los herejes deben ser
obligados a mantener la fe. Escribe en efecto San Agustín: “Donde ellos
han aprendido a protestar, ‘¿existe libertad de creer y de no creer?, ¿a
quién le ha hecho violencia Cristo?’. Y bien, en el caso de San Pablo, ellos
pueden ver que Cristo primero los obliga y después los instruye”.
4. Respondamos con San Agustín: “Que ninguno de nosotros quiere que
un hereje perezca. Pero la casa de David mereció la paz sólo luego que el
hijo Absalón fue muerto en la guerra cuando combatió contra el padre. De
este modo, la Iglesia Católica, si mediante la pérdida de alguno puede
cosechar todos los otros alivia el dolor de su corazón materno con la
liberación de poblaciones enteras”.
3. CARACTERÍSTICAS DE LA DICTADURA
V. Zazubrin, La scheggia,
Milán, Adelphi, 1990.
JUDAÍSMO
I. ¿QUIÉN ES EL JUDÍO?
“El racismo actual que se desarrolla a nivel político sobre todo después
de la Primera Guerra Mundial, tiene sus orígenes lejanos y es el resultado
del encuentro y la fusión de pensamientos distintos, alejados entre ellos: el
estudio científico de las razas, el nacionalismo, una actitud mística e
irracional en política” (Diccionario de política, dirigido por N. Bobbio, N.
Matteucci, G. Pasquino).
El estudio de las razas (en la actualidad destituido de todo fundamento
científico), comienza durante el Iluminismo, pero el análisis de los
caracteres somáticos, en particular los del rostro para deducir las
características psíquicas de una persona, se remontan a la antigüedad. El
paso siguiente cumplido en el siglo XVIII, es la determinación de las
características psicológicas (que resultarán totalmente infundadas),
ligadas a la raza: el negro es considerado cercano al reino animal porque
es perezoso, indolente, sensual, fantasioso, no racional; el amarillo tendría
poca imaginación, sería materialista y capaz de realizarse solamente en los
negocios; el blanco, es decir el hombre de raza aria, tendría cualidades que
son superiores a la sensualidad de los negros y al materialismo de los
amarillos. Estas concepciones se desarrollan en el siglo XIX, con la teoría
de la herencia de los caracteres raciales y a través de una interpretación
libre del pensamiento de Charles Darwin (1809-1882): la selección natural
que consiente la supervivencia de quien se adapta al ambiente se
transforma en el derecho a la supervivencia de la raza de hombres que
pertenecen a aquella que formula las teorías y que es considerada superior
a las otras. La mezcla entre las razas se convierte así en una verdadera y
propia obsesión.
El nacionalismo, por el cual la patria es considerada superior a las
otras, y el impulso a la conquista de colonias, da luego nuevo vigor a las
teorías racistas; la idea de nación se separa de la de pueblo y se arraiga en
los conceptos de raza y sangre: los dos elementos que parecen constituir
una identidad nacional “pura”.
Llegamos de tal modo a la tercera corriente de pensamiento: la actitud
mística e irracional en política, reflejo directo de la acusación que se hizo
en algún momento al positivismo, de sofocar la libre creación individual.
En contra de una concepción determinista objetiva y racional de los
procesos históricos y sociales prevalece, desde comienzos del siglo XX, la
idea de la supremacía del individuo que dará vida al concepto de primado
de un pueblo, de una raza, de una estirpe a partir de una herencia
biológica.
Si el racismo desde sus inicios fue causa de marginación y
persecuciones que hicieron a las poblaciones de color víctimas de la
“raza” blanca, es con el nazismo que se apunta al exterminio de las razas
consideradas inferiores y en particular, de los judíos. Adolf Hitler, en su
libro Mein Kampf (Mi lucha, 1925), individualiza la presencia de los
judíos en los dos enemigos del pueblo alemán: la socialdemocracia y el
gran capital financiero; por otra parte considera que sólo la raza aria es la
verdadera depositaría del desarrollo de la civilización y de tal modo, como
autentica raza alemana, es también el “pueblo de los patrones” que debe
conquistar y someter a todas las razas inferiores comenzando por los
judíos. Así, el racismo de la tradición se convierte en algo fuertemente
antisemita (antijudío), pero todavía más: racismo de estado que encuentra
su fundamento, por primera vez, no sólo en las ideas, sino en las leyes.
Si entonces, también desde la facción judía, la afirmación de una
identidad que evidencia la diversidad (ortodoxia religiosa), ha producido y
produce formas de exclusión, luego del desarrollo de las teorías raciales
iluministas y luego del racismo antisemita (que ha llevado a la destrucción
de cerca de seis millones de judíos en las cámaras de gas por parte del
régimen nazi), la balanza de nuestro juicio pende por una condena, sin
posibilidad de absolución del antisemitismo del Estado nazi, invitándonos
a reconocer, en las expresiones ortodoxas formas de exclusión típicas de
todas las comunidades religiosas integralistas (que ven la verdad sólo
dentro de su grupo restringido y de su fe), condenables cuando llegan a
agredir a los infieles.
3. EL ANTISEMITISMO EN LA HISTORIA
Pero, la aversión contra los judíos no nace con el nazismo y las teorías
de Adolf Hitler sobre la pureza de la raza aria alemana, amenazada por un
presunto complot judío internacional. Se encuentran trazas de
antisemitismo desde los tiempos de la antigua Roma aunque no se trate de
un odio hacia los judíos, sino de una mezcla de incomprensión por la
esencia de su religión, curiosidad por sus ritos y por el separatismo de su
modalidad de vida. Por ejemplo, Apión de Alejandría, contemporáneo a
Cristo, en su obra Contra el judío, sostiene que los judíos “adoran una
cabeza de asno, se dedican al homicidio ritual y constituyen un peligro”.
No obstante los antiguos romanos eran muy tolerantes con la religión de
los otros, siempre que no amenazase la autoridad del Estado, como, en
vez, sucedió con los cristianos que por este motivo fueron torturados y
perseguidos.
Cuando en el siglo IV después de Cristo, el cristianismo se convierte en
religión de estado, se abre el camino hacia la intolerancia y,
sucesivamente, el odio contra los judíos. En esta fase, aun considerando a
los judíos como testimonio vivientes de las Sagradas Escrituras, la Iglesia
les atribuye la culpa por haber provocado la muerte de Cristo. De este
modo, para la Iglesia, los judíos se convierten en un “pueblo deicida”. No
sólo los padres de la Iglesia, como San Juan Crisóstomo o San Agustín,
sostienen este antisemitismo “religioso”, sino que en la liturgia del
Viernes Santo, a partir del siglo vi después de Cristo, es introducida una
oración con el título Pro perfidis judaeis para recitar con la supresión de la
genuflexión, obligatoria en otras oraciones (sólo en 1951 el Papa Juan
XXIII corregirá esta oración). Desde la culpa por la muerte de Cristo es
endosado a los judíos todo tipo de horrores hasta que todo el mal del
mundo será proyectado sobre ellos; los judíos se convierten así en un
chivo expiatorio exactamente como en otras épocas lo eran los herejes o
las brujas.
En el curso de los siglos, los judíos fueron acusados a menudo de
profanaciones religiosas (como la que se basaba en la convicción de que
habían robado las hostias compradas para hervirlas y clavarlas con agujas;
sucedió en Berlitz, en los alrededores de Berlín, en 1243 donde se condenó
a muchos judíos). En Alemania, Francia, Bélgica, España, Austria, Polonia
tales acusaciones llevaron a trágicas consecuencias como torturas,
expulsiones, confiscación de bienes, sin olvidar los tribunales de la
Inquisición española o las expulsiones de España en 1492 o de Rusia. En
Rusia, en 1903, y luego en París, en 1905, aparece un panfleto con el titulo
Protocolo de los sabios de Sion, falso, reconocido de un diálogo satírico
del siglo xix que ilustraba un plan judío para el dominio mundial con
dinero y violencia. Por efecto de este antisemitismo religioso, los judíos
fueron también culpados de haber provocado terremotos (en el 1020 en
Roma, en 1279 en Ancona, en 1570 en Ferrara), o envenenamientos
colectivos del agua (como en Benevento en 1630).
La inferioridad moral con la que se acusaba a los judíos se convierte
entonces en inferioridad jurídica: el IV Concilio Lateranense (1215) les
impone llevar un signo distintivo (en general un circulo de paño amarillo
cosido sobre las vestimentas, como antecedente de la estrella amarilla
impuesta por los nazis a todos los judíos de Europa). Pero también se
ponen en práctica limitaciones a sus actividades económicas: desde la
prohibición de adquirir bienes inmuebles hasta la exclusión de las
profesiones liberales a excepción de la medicina. Por otra parte, la severa
prohibición impuesta á todos los cristianos de dar préstamos con interés
(el precepto evangélico decía: gratis date, Mateo 10.8), estimula a los
judíos, excluidos de todos modos —según los Padres de la Iglesia—, de la
salvación eterna porque fueron asesinos de Cristo, a ser siempre más
activos en dar pequeños préstamos: una actividad comercial que los
expone a menudo al odio del populacho, incapaz de ver las verdaderas
causas de sus miserias.
A partir del Medioevo, la polémica contra los judíos se agravó de tal
modo que provocó expresiones de furor popular, difundidas con
impresionante frecuencia en toda Europa. Por ejemplo, durante la Primera
Cruzada (1096), los soldados que se preparaban para combatir a los
infieles en Oriente, consideraban que su deber era exterminar primero a
los infieles que se encontraban sobre suelo europeo, por lo que saquearon
muchas comunidades judías de Worms, Maguncia, Colonia, Praga, etc.
Asimismo, en 1348, los judíos fueron exterminados por miles porque se
los consideraba responsables de la epidemia de peste. Mientras que en
Italia sucedió sólo un caso de violencia (en Parma en 1348), en Alemania
fueron más de dos mil los judíos declarados culpables de la epidemia,
segregados en sus cementerios y quemados, mientras la población se
repartía sus bienes (14 de febrero de 1349).
La emancipación de los judíos de esta forma de antisemitismo religioso
fue lenta, y por cierto favorecida por las ideas de igualdad nacidas con el
Iluminismo y con la Revolución Francesa; todavía, en 1938 el Papa Pío XI
escribía: “A través de Cristo y en Cristo nosotros somos la descendencia
espiritual de Adán. El antisemitismo es inadmisible. Espiritualmente
somos todos semitas”.
Prohibición para los cristianos de comer junto a los Les es prohibido a los judíos el uso de
judíos (Sínodo de Elvira del 306). los vagones-restaurante (ministro de los
Ferrocarriles al ministro del Interior, 30
de diciembre de 1939).
No es lícito que los judíos cubran cargos públicos Ley sobre la reorganización de las
(Sínodo de Clermont en el 535) profesiones burocráticas (7 de abril de
1933).
No es lícito que los judíos tengan siervos o Ley para la defensa de la sangre y del
esclavos cristianos (Tercer Sínodo de Orleans en matrimonio alemán (15 de septiembre de
538). 1935)
No está permitido a los judíos hacerse ver por la Ordenanza de la policía que autoriza a
calle durante la Semana Santa (Tercer Sínodo de las autoridades locales a alejar de las
Orleans en 538). calles a los judíos en determinados días,
es decir en las fiestas nazis (28 de
noviembre de 1938)
Prohibición del Talmud y otros escritos judíos Quema de libros en la Alemania nazi.
(Duodécimo Sínodo de Toledo en 681).
Les es prohibido a los cristianos consultar médicos Cuarta ordenanza respecto de la ley
judíos (Sínodo en el 692). sobre la ciudadanía en el Reich (25 de
julio de 1938).
No les es permitido a los cristianos convivir con los Disposición de Göering, del 28 de
judíos (Sínodo de Narbonne en 1050). diciembre de 1938, según la cual los
judíos deben ser concentrados en casas
determinadas (Bormann a Ro- semberg,
17 de enero de 1939).
Los judíos deben dar a la Iglesia las mismas Tasa social según la cual los judíos
décimas que dan los cristianos (Sínodo de Gerona deben corresponder una tasa especial
en 1078). como contribución de los gastos del
Prohibición de trabajar el domingo (Sínodo de partido (24 de diciembre de 1940).
Szabolcs en 1092).
Los judíos no pueden acusar o testimoniar contra Propuesta de la cancillería del partido de
los cristianos (Concilio Lateranense IB, 1179). prohibir a los judíos promover causas
civiles (Bormann al Ministerio de
Justicia, 9 de septiembre de 1942).
Les es prohibido a los judíos desheredar a sus Autorización del Ministerio de Justicia a
hermanos de fe pasados al cristianismo (Concilio declarar nulos los testamentos que
Lateranense HI, 1179)- ofenden el “sano sentimiento popular”
(31 de julio de 1938).
Los judíos deben llevar un distintivo sobre sus Ordenanza del 1° de septiembre de
ropas (Concilio Lateranense iv, 1215, sobre el 1941.
ejemplo de un decreto del Califa Omar 1, 634- 644,
según el cual los cristianos debían llevar una
insignia celeste y los judíos una amarilla).
Se les prohíbe a los cristianos participar de las Prohibición de relaciones amistosas con
fiestas judías (Sínodo de Viena en 1267). los judíos el 24 de octubre de 1941
Los judíos no pueden discutir con la gente simple (Disposición de la Gestapo).
sobre la fe católica. (Sínodo de Viena en 1267).
Los judíos pueden habitar solamente en los barrios Orden de Heydrich del 21 de septiembre
judíos (Sínodo de Breslavia en 1267). de 1939.
No es lícito, para los cristianos, vender 0 alquilar Ordenanza que prevé la venta
bienes 0 terrenos a los judíos (Sínodo de Ofen de coaccionada de los bienes y terrenos
1279). judíos (3 de diciembre de 1938).
Está prohibido empeñar 0 vender objetos Ley sobre la disolución de las agencias
eclesiásticos a judíos (Sínodo de Lavauren 1368). inmobiliarias de bienes raíces judías
Los judíos no pueden hacer de mediadores en como también los institutos de
contratos entre cristianos, en particular en contratos mediación matrimonial judíos abiertos a
matrimoniales (Concilio de Basilea, 1434, XIX los no judíos (6 de julio de
sesión). 1938).
Los judíos no pueden acceder a grados académicos Ley contra el exceso de inscripción en
(Concilio de Basilea, 1434, XIX sesión). las escuelas y los institutos superiores
1 alemanes (25 de abril de 1933).
Ya desde estudiante, aquel Hitler que a los seis años había comenzado a
formar parte del coro y a colaborar en la misa se había embriagado “con la
solemnidad de las fiestas de la Iglesia extraordinariamente espléndidas”;
debe haberse convertido en irreligioso a causa de un maestro de religión
grosero y autoritario. Sobre ese escolar tuvieron influjo sobre todo algunas
expresiones anti judías del Evangelio de Juan (“hijos de la luz” =
cristianos, “hijos de las tinieblas” = judíos) y también luego el odio de
Hitler hacia los judíos no es pensable sin el clima antisemita de Austria y
Viena, de su Iglesia y su partido socialcristiano. Como es notorio, desde el
Iluminismo, la Iglesia católica austríaca había fomentado el tradicional
antisemitismo de la población, es más, hasta lo había usado como
instrumento político, y precisamente tanto contra la monarquía como
contra la democracia: en primera instancia contra el emperador iluminado
José II (hijo de Francisco I y María Teresa), por el cual la población judía
profesaba una gran devoción a causa de su tolerancia; luego contra el
emperador Francisco José I (emperador de Austria y rey de Hungría), por
sus relaciones personales con los judíos y, en fin, contra los burgueses
liberales, que en cuanto “infectos de judaísmo” eran considerados
responsables de la caída de la monarquía del Danubio. No es casual,
entonces, que luego de 1918 Karl Lueger, el popularísimo intendente
antisemita de Viena, fundador y jefe del partido socialcristiano, se
convirtiera en el primer modelo de Hitler: el primer gran jefe carismático
de las masas.
[...] ¿Qué había sucedido entonces? Viena, un lugar de concentración de
innumerables pueblos y elementos nacionales, hacia el fin del siglo XIX,
se encontraba en una situación de miseria cada vez más grave. Habían
renacido antiguos prejuicios: los judíos que en la ciudad imperial, bien
dispuesta respecto de ellos, habían aumentado de 6.200 en 1857 a 200.000
en 1923, habían conquistado una posición cada vez más relevante tanto en
las finanzas, como en el comercio como también en la medicina y en la
justicia, y, en fin, en la prensa y en la Universidad. Luego de la derrota de
Austria en Königgratz en 1866, y con mayor razón luego de la caída de la
bolsa en 1873, los judíos habían vuelto a ser considerados el chivo
expiatorio de la empeorada situación económica de las masas. Todos los
inmensos problemas de la organización moderna, de la industrialización y
el incipiente capitalismo eran adjudicados “a los judíos”. “Los judíos”, se
decía, estaban detrás de todo: detrás del Iluminismo, del liberalismo y el
libertinaje, pero también detrás del socialismo y el marxismo. Era
cómodo, para las iglesias y los partidos burgueses pero también para
sectores de la social democracia, encontrar un adversario común en la
lucha para conquistar el favor de las masas. “Los judíos” eran
considerados como responsables no solamente de la crisis económica, sino
también como conspiradores contra la Iglesia, el clero y el orden religioso.
¿Y el católico Adolf Hitler? Él respiraba a pleno pulmón ese aire
antisemita de Viena y Austria de su juventud.
Pero, asimismo, se debe decir claramente que el antisemitismo
personal de Hitler era esencialmente distinto al antijudaísmo religioso de
la Iglesia, que no condujo nunca a la eliminación física sino a la
delimitación y la conversión. Ello era, esencialmente, también algo más
que el antisemitismo de los deudores contra los judíos que prestaban
dinero y no, por ejemplo, contra los médicos judíos. No, el antisemitismo
de Hitler era biológico-racista, y por lo tanto total contra “el judío”, tout
court. Un influjo fundamental sobre el joven Hitler lo habían tenido los
confusos cuadernos de un ex monje, un cierto Georg Lanz de Liebenfels;
pero también lo influyó un amigo (el “amigo Bernhard”), aquel ex
religioso católico Bernhard Stempfle que había contribuido a la redacción
de Mi lucha y que estuvo al lado de Hitler en Munich hasta que luego, por
un error de las S.S., fue asesinado durante el putsch de Rohm (un intento
de golpe por parte del jefe de las S.A. —Escuadrones de Asalto—, que
fracasó y el mismo Rohm terminó asesinado), en 1934 (Hitler se indignó:
“¡estos cerdos mataron también a mi buen padre Stempfle!”).
Ciertamente, habiéndose convertido en jefe del partido, Hitler
despreciaba a los obispos alemanes por cobardes aunque, como hombre de
poder, podía admirar la organización, la estabilidad dogmática, la liturgia
de la bimilenaria Iglesia romana y en particular la disciplina de los
jesuitas. Y no obstante haber pagado regularmente hasta su fin los
impuestos eclesiásticos a la Iglesia católica, pensaba vengarse después de
la guerra de los numerosos párrocos y capellanes católicos silenciosos y
reticentes. Pero lo que Hitler odiaba más que otra cosa en el mundo eran
los judíos.
Seis millones de hombres murieron sólo porque eran judíos, y a ellos se
agregan también quinientos mil detenidos no judíos. La palabra
“Holocausto” (introducida por el escritor judeo-americano y sobreviviente
de Auschwitz, Elie Wiesel), denota de todas maneras originalmente, en la
acepción religiosa, un “sacrificio total”. Pero los judíos no querían ser
“víctimas”, querían vivir. Y sus opresores no querían cumplir,
precisamente, un “sacrificio”, sino exterminarlos totalmente. Este es el
motivo por el cual hoy muchos judíos prefieren la palabra shoah
procedente de Isaías 47,11 que indicaba una “desventura”, una
“catástrofe”.
[...]
Pero no se ha dado hasta ahora una respuesta a la culpa respecto del
Holocausto, concentrándola sobre el “Führer”. Muchos —y en verdad no
solamente los diez millones de inscriptos al partido-, luego de la guerra se
refugiaron en la falsedad. Ciertamente, la campaña aliada del juicio a los
nazis extendida a toda la población inducía también a creer que quien se
había inscripto en los cuestionarios consideraba la cuestión liquidada. Es
así que de principales responsables se convertían en incriminados, de
incriminados en acompañantes, de acompañantes en absueltos. Luego, se
debían preocupar por la comida y las viviendas, la reconstrucción de la
ciudad destruida, la reorganización de la vida económica y la edificación
de un estado democrático. Lo que sucedió, ¡¿sucedió?!
No es de admirarse que los interrogantes sobre la responsabilidad,
largamente reprimidos, reaparezcan varios años después.
[…]
Imaginemos sobre todo: ¿qué habría sucedido si el episcopado alemán
—en vez de capitular, con gran escándalo por parte de muchos católicos,
de frente al nacionalsocialismo, luego de la declaración de Hitler del 29 de
marzo de 1933—, hubiera dado la alarma respecto del programa
abiertamente antisemita de los nazis y protestado públicamente frente a
los actos intimidatorios y violentos cometidos contra quien pensaba
libremente?
Imaginemos en segundo lugar: ¿qué habría sucedido si el Vaticano —
en vez de acreditar a Hitler ya desde el 29 de junio de 1933 con un
concordato—, hubiera dado la alarma en Alemania y al mundo respecto de
un hombre cuya desastrosas intenciones habían sido anunciadas de manera
inequívoca en Mi lucha y en el programa de 24 puntos de su partido, y que
ya desde el comienzo de 1933 había promovido el boicot a los negocios,
los médicos y los abogados judíos y otras medidas discriminatorias
respecto de los ciudadanos hebreos?
Imaginemos en tercer lugar: ¿qué habría sucedido —así se interrogaba
luego de la guerra el pastor Martín Niemoller, uno de los pocos
eclesiásticos opositores—, si los catorce mil párrocos de Alemania —en
vez de callar e incluso acompañar—, hubieran osado hacer frente desde el
comienzo al régimen nazi y hubieran exhortado a la resistencia política?
Judaísmo, cristianismo e islam son las tres “religiones del Libro”, así
llamadas porque su texto fundador es la Biblia. Judíos, cristianos y
musulmanes reconocen un solo y único Dios, pero a partir de este origen
común desarrollan doctrinas, creencias, rituales muy diferentes y
asimismo conflictivos.
El islam nace en el siglo vil después de Cristo, en la península árabe,
donde la población seguía prevalen temen te una religión pagana y estaba
organizada en confederaciones de tribus. Su fundador es Mahoma, que
declarándose profeta, luego de Zacarías y Jesús, se dirige a los árabes para
dar forma definitiva al mensaje divino. La vida de Mahoma se encuentra
en el origen de la religión islámica y es la principal referencia de todos los
musulmanes. El calendario islámico comienza en el año 622 después de
Cristo, año de la fuga de Mahoma de la Meca a Medina y la fundación de
la comunidad musulmana. Luego de la muerte de Mahoma comienza la
expansión de los árabes musulmanes que continuará durante los siglos
siguientes con la conquista, primero, de territorios cercanos como Siria,
Egipto, África del Norte, los actuales Irán e Irak para luego llegar a
Europa: desde el siglo VIII al XI los musulmanes gobernaron en España y
en Sicilia. Las conquistas fueron seguidas por conversiones en masa a la
religión islámica, no impuestas, pero estimuladas también por los menores
tributos requeridos a los musulmanes respecto a los otros infieles.
El texto sagrado más importante es el Corán, documento de gran
riqueza, estilo y contenido, en el que Mahoma condensa la propia
concepción de la religión y la vida de los musulmanes. A ello se agregan
los hadith, que son los cuentos de las afirmaciones y los comportamientos
del profeta, cuyas prescripciones confluyen en la Sunna, el conjunto del
derecho consuetudinario islámico. Sobre esta base se superponen las
reelaboraciones de las distintas escuelas de pensamiento teológico,
jurídico, de las que al menos cuatro son consideradas oficiales: Maliquita,
Hambalita, Hanafita, Shafiita.
3. UN RETRATO DE FAMILIA
4. EL DERECHO DE FAMILIA
7. MATRIMONIOS MIXTOS
A. EL PREJUICIO ÉTNICO
Con la palabra éthnos los griegos antiguos designaban a los grupos de
seres humanos definidos a través de su origen y su condición común. En
las sociedades democráticas de hoy, la palabra “etnia” remite a los
caracteres originarios transmisibles sólo a través de la sangre y en
consecuencia también a la “suma de hábitos, tradiciones, símbolos y
recuerdos de comunidades relativamente restringidas” (G.E. Rusconi, Se
cessiamo di essere una nazione, Bolonia, II Mulino, 1993). El “otro”, el
que nace fuera del grupo étnico, entonces es percibido como un extranjero,
inferior, culturalmente inasimilable y biológicamente distinto. Existe
también un etnocentrismo que coincide con nuestra legítima necesidad de
raíces y que no comporta hostilidad hacia los otros. La etnicidad elevada
como valor supremo conduce a la xenofobia, es decir una reacción
agresiva respecto de aquellos que no pertenecen al grupo, proponiéndose
como defensa de la propia identidad. La xenofobia comporta acciones y
comportamientos hostiles que alientan a echar al intruso: se funda
precisamente sobre el rechazo al intruso que, con su misma presencia,
amenaza la integridad, la “pureza” del grupo.
B. EL PREJUICIO RACIAL
El racismo propiamente dicho transforma las reacciones xenófobas de
hostilidad hacia el intruso y de defensa de la etnia en una verdadera y
propia ideología (es decir en un sistema de pensamiento y de valores que
justifica el racismo). A diferencia del etnocentrismo y la xenofobia, el
racismo recurre a teorías que se dicen fundadas en la biología de la
naturaleza humana (por lo tanto científicas y moralmente aceptables) y
que siempre han terminado por legitimar la explotación de enteros países
y poblaciones, hasta el exterminio. Se hace oportuno recordar que, junto
con el racismo “clásico” fundado sobre la sangre y los caracteres
somáticos, existe también un racismo cultural, es decir que se basa sobre
la reivindicación agresiva de una superioridad-diversidad de la cultura de
un grupo sobre las de otras colectividades: cultura que arriesgaría
contaminarse y perder la raíces si se pusiera en contacto con otras
(consideradas inferiores y primitivas).
4. LENGUAJE Y PREJUICIO
Desde hace tiempo está en el aire la pregunta con la que se intenta dar
respuesta incluso con encuestas: ¿Los italianos son racistas? Cito la
óptima investigación desarrollada en Turín, curiosamente titulada Rumor:
este título quiere hacer entender que la actitud racista por ahora sólo es un
rumor de fondo, que todavía no se ha transformado en acciones concretas
y sólo aflora raramente como para crear una molestia. El contenido del
libro está dado por el subtítulo Actitudes frente a los inmigrantes
extranjeros. Comienza por el capítulo “Prejuicio étnico y varias formas en
que se expresa: sociocultural, socioeconómico, personal”. Doy algún
ejemplo para mostrar que no hay sorpresas: el prejuicio es monótono. Las
frases dirigidas a los extracomunitarios son las mismas que hace algunos
años se le dirigían a los meridionales. Prejuicio de carácter general:
“...tienen más defectos que virtudes e invaden nuestro territorio”. Prejuicio
de tipo sociocultural: “aparecen como diferentes en la mentalidad, el
comportamiento, la vida social, las tradiciones”. Prejuicio
socioeconómico: “son haraganes, viven a expensas nuestras, amenazan
nuestros intereses”. Prejuicio de carácter personal: “son maleducados,
deshonestos, sucios, tienen enfermedades infecciosas, son violentos con
las mujeres, etcétera”.
El prejuicio étnico es uno de los tantos prejuicios que infectan nuestra
mente y es uno de los más peligrosos. Incluso porque es difícil de extirpar.
La force du préjugé, de Pierre André Taguieff, un volumen de más de
seiscientas páginas, trata sobre la naturaleza y las varias formas del
prejuicio que veo menos citado de lo que debe ser; como se entiende por
su subtítulo Essai sur le racism et ses doubles, está dedicado al prejuicio
racial. Ahí el prejuicio es definido como un “juicio prematuro” que induce
a “creer saber sin saber, prever sin indicios suficientemente seguros,
extraer conclusiones sin poseer las certezas necesarias, pero afirmando e
imponiéndolas como ciertas”.
Hace algún tiempo, afrontando el mismo tema, me expresé de este
modo: “Generalmente llamamos prejuicio a una opinión o un conjunto de
opiniones, también a una entera doctrina, que es acogida sin crítica y
pasivamente por la tradición, por costumbre o por una autoridad, cuyos
dictámenes aceptamos sin verificarlos, por inercia, por respeto o por
temor. Y los aceptamos con tanta fuerza que resisten a toda refutación
racional”. El prejuicio no solamente provoca opiniones erróneas, pero, a
diferencia de muchas opiniones erróneas son más difícilmente rebatibles,
porque el error que ello provoca deriva de una falsa creencia, contra la que
no vale un argumento racional ni una prueba empírica. La falsa creencia se
distingue de un razonamiento errado que se puede demostrar como falso, y
por la asunción de un dato falso de hecho, cuya falsedad se puede probar
empíricamente.
Quien esté sin prejuicios que tire la primera piedra. No existe prejuicio
peor que el de creer que no se tiene ningún prejuicio. Decía Montesquieu:
“Llamo prejuicio no ya lo que hace que se ignoren ciertas cosas, sino sobre
todo lo que hace que ignoremos a nosotros mismos”. Personalmente me
interesa entender el racismo antes de condenarlo, lo que es bastante fácil,
desde el momento en que está tan desacreditado el hecho que ninguno se
declara racista públicamente.
Antes que nada me interesa entenderlo, porque si por “racismo” se
entiende, en una primera aproximación, una actitud de desconfianza hacia
el diverso, especialmente para el diverso que interviene inopinadamente
en nuestra vida, existe un poco de racismo en cada uno de nosotros, y no
hay nada peor que el moralismo barato, porque en general cuando es
barato también es hipócrita. En segundo lugar, y sobre todo, sólo
intentando comprender las razones podemos intentar corregirlo y, en
última hipótesis, eliminarlo.
Para controlar, si no para evitar totalmente, el surgimiento de
conflictos étnicos se hace necesario que el gobierno elija y desarrolle una
política de inmigración. Las políticas de inmigración se colocan entre el
extremo de la asimilación, que conduce a la progresiva homologación de
los inmigrados entre los habitantes históricos del país que los acogen a
través del gradual reconocimiento de los así llamados derechos de
ciudadanía, y como principal el derecho político, que debe ser distinguido
de los derechos personales, que en un estado de derecho debería ser
reconocido para todos; y el extremo del respeto a las diferencias que
conduce, por el contrario, a consentir al inmigrado la conservación de lo
que lo hace diverso, su propia lengua, sus propios ritos, sus propias
costumbres (recuérdese el debate que explotó en Francia sobre el uso del
chador —velo que cubre el rostro de las mujeres musulmanas—, en la
escuela). Entre los dos extremos puede haber soluciones de compromiso,
que dependen de múltiples factores que varían de un país al otro. La
elección entre las dos soluciones extremas depende también de la mayor o
menor fuerza de los prejuicios recíprocos de los dos sujetos del conflicto.
El debate está más abierto que nunca. Esta no es la sede para intentar
cerrarlo, admitiendo que yo sea capaz. Cualquiera sea la solución a
adoptar, es necesario no perder nunca de vista la razón profunda de la
lucha contra el racismo en todas sus formas y manifestaciones:
democracia y racismo son incompatibles; al menos por dos motivos: la
democracia está fundada sobre valores universales como la libertad, la
justicia, el respeto por el otro, la tolerancia y la no violencia; el racismo es
antiliberal, anti-igualitario, intolerante, instiga a la violencia. En segundo
lugar, la democracia es inclusiva, en el sentido que tiende a incluir a
aquellos que por una razón u otra, están fuera del cerco de los
privilegiados, haciendo extensible a ellos los mismos derechos. Toda
forma de poder despótico es excluyente: tiende, por el contrario, a excluir
a los ya incluidos, negando por ejemplo a los opositores políticos el
derecho a la libertad. Una democracia no puede ser exclusiva sin faltar a
su principio inspirador.
Un mito de los indios cheroqui cuenta que el Gran Espíritu creador del
mundo, queriendo crear a los humanos, fabricó tres estatuas de arcilla y
las introdujo en el horno para cocerlas. La primera, sacada muy rápido del
horno, era blanca y mal cocida: de ella deriva el hombre blanco. Cuando
sacó la segunda, estaba cocida a punto, de color rojo: de ella provienen los
indios. Por olvido, el Gran Espíritu sacó por último la tercera, que estaba
muy cocida y tenía color negro: de ella nacía la estirpe de los negros. De
este modo fueron creadas las tres razas que habitan en América: pero la
blanca y la negra llevaron desde su comienzo la marca de la imperfección,
mientras la estirpe india se presenta como la única justa y perfecta. El
mito expresa, ingenuamente, un prejuicio negativo y una actitud de reserva
de los cheroqui respecto de los blancos y los negros. Bajo esta actitud se
escondían precisas motivaciones históricas, que se refieren evidentemente
a la oposición entre el carácter autóctono de los indios del continente
americano y el carácter de ocupantes de las otras dos poblaciones, llegadas
más tarde, por lo tanto consideradas como intrusas en su tierra natal.
No es casual que entre estos mitos antropogónicos (que narran sobre la
formación de distintos clanes), difundidos también en la actualidad por los
gitanos manus de Europa central, se encuentren analogías de estructura o
significado con el mito cheroqui. En dos versiones distintas se narra, entre
los manus, cómo sucedió la creación del mundo y el género humano.
En la primera versión se cuenta que en el principio sólo estaba el agua,
luego Dios creó la arena y de esta la tierra. En ella plantó un árbol, y del
árbol extrajo todas las criaturas humanas de todas las razas o naciones,
exceptuando a los gitanos. Pero se dio cuenta que la obra estaba
incompleta puesto que faltaban, en efecto, los gitanos. De este modo, con
las propias manos forjó la pareja Rom y Romni (“hombre” y “mujer”): la
pareja más hermosa de todas, en cuanto fue hecha por las propias manos
de Dios.
En la segunda versión del mito se explica por qué los gitanos tienen la
piel morena. Incluso esta les asigna a los gitanos un destino privilegiado
respecto de los demás pueblos. De acuerdo a este mito Dios creó a los
hombres de figuritas de arcilla puestas a cocer en el horno. Una fue
extraída por él demasiado pronto, quedó blanca, dé la que desciende la
raza blanca; otra la dejó cocer demasiado, quedó negra y de ella
descienden los negros. Sólo la tercera vez Dios entendió cuál era el tiempo
justo y así pudo sacar las figuritas con el color exacto, de la que nacieron
los gitanos, seres justos y perfectos.
Como se ve, los gitanos, teniendo en Europa un estatuto de minoría
étnica correspondiente al que los cheroqui tienen en América, encuentra,
como ellos, en algunos mitos de superioridad, el modo de reponerse, entre
ellos, contra la discriminación impuesta desde afuera. No es casual que
tanto los indios en general como los gitanos demuestren una actitud de
clausura tradicionalista hacia el exterior. Existen otros casos significativos
de mitos y nombres étnicos de valor etnocéntrico, entre las sociedades
tradicionales y los grupos minoritarios.
Para la secta de los Black Muslims, entre los negros norteamericanos,
el hombre negro (Black Man), fue el primer hombre, encabezando a todo
el género humano, dotado de naturalezas angélica, moralmente
irreprochable. La primera nación del hombre fue la Nación Negra. Un
genio maligno, Jacub, degenerado y diabólico, dio vida a la gente de piel
blanca a través de cruces estudiados ad hoc para llevar el mal al mundo.
Los blancos creados por él son una estirpe diabólica llegada a la tierra para
perseguir y oprimir a los negros, hasta que llegará el tiempo en que (está
por llegar), la relación entre las dos poblaciones será rectificada con el
triunfo de los negros sobre los blancos. Es un mito que expresa una actitud
de condena de los negros hacia los blancos, en respuesta a la opresión
ejercida por estos durante cuatro siglos con el esclavismo, luego con la
segregación racial. El mito expresa, además, la espera de la propia
emancipación.
Los ejemplos exhibidos demuestran un modo particular de expresar la
idea de superioridad étnica por parte de muchos grupos y sociedades, es
decir a través de la mitología. Pero más allá de los mitos, a menudo un
concepto idéntico de superioridad encuentra expresión a través de otras
formas, como módulos de evaluación verbal, imágenes y estereotipos
negativos, difundidos por chismes, a propósito de sociedades diversas con
las que se tienen, de todos modos, relaciones.
[...} También en época actual, y en Europa, vemos explotar tensiones de
trasfondo etnocentrista y hasta racista en países como Inglaterra y Suiza.
En la primera con motivo de la masiva inmigración de nativos de las
Indias Occidentales, en la segunda respecto de las minorías de
trabajadores inmigrados procedentes de Europa meridional,
comprendiendo Italia. El fenómeno refiere a los casos de osmosis
ideológica o etnocentrismo inducido y reflejado, en la medida en que la
ideología de superioridad, con sus corolarios de desprecio y
discriminación, involucra también a las partes más humildes, como el
proletario autóctono, contra grupos totalmente similares pero
discriminados por ser extranjeros, “diversos”. “La gente ignorante está
contra nosotros -declara un inmigrante friulano respecto de Suiza—, ...a lo
mejor porque trabajamos demasiado”. Otro emigrante italiano declara:
“Los obreros nos miran con malos ojos: nos tratan como extranjeros”.
Rechazados por la clase obrera local —concluye la encuesta dirigida por
Amalia Signorelli—, los emigrantes italianos se encuentran aislados... en
el último escalón de la sociedad, y se convierten, especialmente en
algunos países, en objeto de una pesada discriminación. Esto los hace
sentir, y de hecho los convierte, en “hombres de segunda categoría”.
Entre los casos de osmosis o etnocentrismo reflejado observamos
también el de numerosas comunidades de emigrantes italianos que asumen
actitudes paradojalmente etnocéntricas hacia otras comunidades de
emigrantes italianos de origen diverso: todos están sujetos a una misma
condición discriminatoria por parte de la población extranjera que los
acoge.
Es elocuente el caso examinado por S. Marzocchi en el libro de A.
Signorelli de los emigrantes friulanos respecto de los emigrantes
meridionales. Vale la pena detenerse un instante. Entre los friulanos han
madurado complejos motivos de orden histórico y cultural (reiteradas
calamidades naturales, invasiones extranjeras, guerra mundial en combate
en su tierra de origen, comunicaciones históricas con centros urbanos
modernos e influencias de países centroeuropeos, economía agrícola con
fragmentación y dispersión de la propiedad), como para tener un afilado
sentido étnico, tanto más fuerte en cuanto hace de contrapunto al sentido
de inseguridad (por las calamidades mencionadas) y al riesgo perpetuo de
pérdida de la identidad étnico-cultural luego de la intensa emigración.
Marzocchi dice que se puede hablar de un verdadero “friulanismo”, como
forma de etnocentrismo regional. Se manifiesta en formas particularmente
crudas hacia los emigrantes de Italia meridional, que comparten la misma
suerte que los friulanos y viven juntos en tierras extranjeras.
Escribe Marzocchi: “Así se expresan los friulanos respecto de los
meridionales, que también se lamentan por las condiciones en que viven
en el exterior y por la discriminación de la que son objeto: ‘los
meridionales son diversos, no gastan nada para comer, se llevan todo para
sus casas... Comen cebolla y perejil que traen desde sus pueblos. Luego
quizá gastan mucho en la vivienda... Los meridionales descalifican al
trabajador italiano porque no saben hacer nada... Sería necesario impedirle
que emigren, pero no se puede... Si fuera de otra manera bastaría con
tomarles un examen, y serían reprobados... He trabajado con gente del sur,
pero la mayor parte no tiene un oficio... Son duros para aprender... Luego
está la explotación de la mujer. Si ven una de trece o catorce años se le van
encima... Si se pudiera hacer un muro y separarlos a todos estaríamos
mejor... Es cierto, los meridionales nos arruinan... por una cosa o la otra
son criticados y esa imagen también nos la atribuyen a nosotros”. “Se le
atribuyen a los meridionales todos aquellos defectos tradicionalmente
asociados a los ‘terroni’: agresividad, ignorancia, escasa disposición al
trabajo, comportamiento incorrecto sobre todo con las mujeres, mafia, etc.
Por otra parte, son acusados de faltar al honor, con su comportamiento, a
Italia en el exterior”.
Lo expuesto, también, en contraste con el juicio positivo que luego los
mismos friulanos tienen sobre los individuos meridionales, como: “En
Estrasburgo conocí un meridional, era una buena persona... Pero hay
alguno que se destaca y entonces son buenos y amigos leales”.
Por lo tanto, el prejuicio sobre los meridionales, en parte corregidos
por los juicios más moderados sobre los individuos, constituye para los
meridionales, más que una “total clausura de tipo racista”, “el medio de
diferenciación, de adquisición de status, de recuperación de la dignidad de
la identidad cultural, en el suavizar la común condición de emigrantes”.
El fenómeno que se verifica entre los emigrantes friulanos hacia los
meridionales corresponde al de los negros en Estados Unidos, los
intocables en la India, el proletariado norteamericano hacia los esclavos
emancipados, etcétera.
3. ¿CUÁNTAS VIOLENCIAS?
Una modificación dañosa del estado físico del individuo o del grupo”:
una frase casi aséptica detrás de la cual se esconde el inmenso y horrible
mundo de las múltiples violencias.
Para comprender cómo el fenómeno de la violencia está tan extendido
sería suficiente releer todos los acápites presentes en este libro. En el
tratamiento de cada uno de ellos, en efecto, emerge con evidencia el
“germen” de la violencia: revelan la presencia de un cierto tipo de
violencia, su manifestación bajo cualquier forma.
Es violencia la guerra, pero también es violencia la amenaza atómica
de la guerra fría; era violencia la de la Inquisición contra los herejes,
brujas e infieles; ¿pero quizás no es violencia contra la entera humanidad
destruir, por intereses puramente comerciales, millones de quilómetros
cuadrados de selva amazónica o contaminar los mares y los océanos con
sustancias tóxicas o radiactivas? Ciertamente fue un acto de violencia
inaudita el exterminio de los judíos por parte de los nazis, asimismo como
la violencia perpetrada por los europeos contra las poblaciones indígenas
americanas, que duró cuatro siglos; es violencia (bajo nuestros ojos), la
teorizada y practicada por los llamados naziskin contra los inmigrantes de
color; así como, menos claramente, pero en una cantidad mayor,
adolescentes y mujeres de todo el mundo sufren actos de violencia.
También es violencia manifestar los propios prejuicios contra los
homosexuales o aquellos que son injustamente catalogados como diversos
(disminuidos, ciegos); ¿y acaso no es violencia matar o mutilar animales
indefensos por el solo gusto de hacerlo? ¿O dejar morir, todavía hoy, de
hambre y sed a enteras poblaciones del Tercer Mundo?
Prosiguiendo de este modo, podremos descubrir que, detrás de muchos
de nuestros comportamientos y pensamientos, puede ocultarse la “semilla''
de la violencia.
5. LEY Y VIOLENCIA
6. EDUCACIÓN Y VIOLENCIA
7. MUJERES Y VIOLENCIA
Las mujeres siempre han sido objeto de la violencia por parte del así
llamado “sexo fuerte”. Humilladas, segregadas, encerradas en harem o
“serrallos” a disposición de un señor, obligadas a aceptar maridos que no
deseaban o a ingresar a un convento, obligadas a llevar por “ley”
indumentos que cubren incluso la cara, les han sido negados los derechos
más elementales. Es suficiente pensar en el derecho al voto, que en Italia
sólo ha sido concedido en 1948 y en algunos cantones de Suiza todavía es
un derecho negado.
8. LA NO-VIOLENCIA
A. EL CASO DE SUDÁFRICA
Los habitantes de la República Sudafricana son treinta y cinco
millones, divididos de este modo: 75 por ciento negros (bantúes), 8 por
ciento mestizos, nacidos de blancos y esclavos importados por las colonias
a las Indias Orientales, 2 por ciento de asiáticos inmigrados durante el
siglo XIX, 15 por ciento blancos de origen inglés, holandés y francés. No
obstante su inferioridad numérica, los blancos, de hecho, han dominado el
país entero imponiendo un racismo regulado por las leyes del Estado.
Recorramos brevemente la historia de Sudáfrica. En 1948 la victoria
electoral del Partido Nacionalista dio comienzo al apartheid, una política
de segregación racial y limitación de los derechos políticos y civiles con
perjuicio de la población negra y asiática. La idea básica del apartheid se
fundaba en el principio de que cada raza posee un destino que le es propio
(como se sostiene en la ley Population Registration Act de 1950 que divide
la población en grupos raciales), del que derivaría una contribución
cultural única siendo el mundo el destinatario; en sustancia, las distintas
razas tenían que mantenerse separadas para que tuvieran la oportunidad de
desarrollarse de acuerdo con sus propias peculiaridades. Sobre la base de
este principio, en 1950 es introducida también la ley Group Areas Act, con
la que cada grupo racial fue obligado a residir en zonas preestablecidas y
diferenciadas (la policía tuvo así la autorización para alejar con la fuerza a
los negros, asiáticos y mestizos que entraban en las zonas reservadas a los
blancos). En 1953, la Bantu Education Act legalizó la separación de la
instrucción pública, y en el mismo año fue impuesto a cada ciudadano de
color no blanco a llevar siempre consigo un documento especial, cuyo
olvido comportaría sanciones muy severas: desde ese momento, cada año
miles de personas fueron mandadas a la cárcel y a los campos de trabajo.
Luego, en 1968, una ley prohibió a los partidos políticos tener entre sus
afiliados a personas de razas distintas. Muchas otras normas de
segregación racial se referían al uso de los medios públicos (prohibidos a
los negros), la entrada a los negocios, el uso de los cines, teatros, museos,
playas, gimnasios, restaurantes, etc. La segregación también era aplicada
en los hospitales, donde blancos y negros eran curados separadamente, y
en la práctica del deporte donde estaba prohibido tener equipos y hacer
torneos mixtos. Las fábricas tenían que tener entradas, oficinas de pago,
enfermerías, duchas, vestidores, comedores, baños separados. Dentro de
esta lógica se ha dado el caso en que una mujer blanca fue condenada a
seis meses de prisión por haber dado a luz a un bebé no blanco.
A nivel geográfico, el apartheid ha comportado la formación de un
territorio para los blancos y uno reservado para los negros. La zona negra
cubría aproximadamente el 13,5 por ciento de Sudáfrica mientras que el
territorio restante estaba reservado para la minoría blanca. En cuanto a las
condiciones sociales de vida bastarán algunos datos para dar cuenta de qué
significaba el apartheid incluso en términos de supervivencia: la edad
media de los blancos llegaba a los 72 años mientras que la esperanza de
vida entre los negros se detenía en los 58 años; el analfabetismo era del 3
por ciento entre los blancos y el 54 por ciento entre los negros; la
mortalidad infantil era del 3 por mil entre los blancos, del 90 por mil entre
la gente de color; en fin, la riqueza nacional era del 67 por ciento para los
blancos (que son el 15 por ciento de la población) y sólo el 23 por ciento
era distribuida entre los negros (que representan el 75 por ciento de todos
los habitantes); el restante 10 por ciento pertenecía a los mestizos y los
asiáticos. La relación entre el salario de un blanco y el de un negro era de
cuatro a uno; por otra parte, todavía hoy la gente de color sufre de
subalimentación y muere de numerosas enfermedades curables, como la
tuberculosis, el tifus. Sudáfrica ha sido el país con mayor frecuencia de
ejecuciones capitales, y la mayor parte de los condenados a muerte estuvo
constituida por negros. Los blancos, por delitos análogos, estaban mejor
defendidos y gozaban de un mejor tratamiento jurídico.
Finalmente, a partir de 1983, incluso gracias a la presión internacional,
se puso en marcha un proceso de redimensionamiento progresivo del
apartheid. En ese año, en efecto, entró en vigor la nueva Constitución que
consintió la presencia de diputados mestizos y asiáticos en el Parlamento.
En 1985 fueron canceladas las leyes que prohibían el matrimonio mixto, y
prohibían la entrada de gente de color distinto en el mismo partido. En
1990 fue liberado, luego de una prisión que duró decenios, Nelson
Mandela, líder histórico del African National Congress, la organización
política negra antiapartheid; simultáneamente fue abolida la segregación
racial en los lugares públicos. En fin, en 1993, los negros participaron en
las primeras elecciones con sufragio universal y Mandela fue electo
presidente de la República Sudafricana.
Esto no significa que se hayan resuelto todos los problemas de Sudá-
frica; todavía se debe construir mucho para dar vida a una cultura del
diálogo y la no violencia, para que el recíproco respeto y la tolerancia
consientan una coexistencia pacífica de las distintas comunidades que
viven en el país.
B. EL CASO DE LOS ESTADOS UNIDOS
Los orígenes del racismo antinegro en los Estados Unidos se remontan
a la guerra civil entre los años 1861 y 1865, que vio enfrentados por un
lado a los Estados del Sur (caracterizados por una economía
fundamentalmente agrícola basada en la explotación de los esclavos
negros) y por el otro a los estados industrializados del Norte que
presionaban para que se aboliera la esclavitud. La victoria del Norte llevó
a la emancipación de los esclavos negros, sancionada por la nueva
Constitución de los Estados Unidos: con este acto se llega al
reconocimiento para los negros de los mismos derechos que los blancos y
en 1870 la abolición de la discriminación racial fue extendida al ámbito
del derecho al voto.
Pero desde ese momento en algunos estados del Sur fueron
promulgadas leyes contra los negros: por ejemplo, en Tennessee, en 1875,
se votó una ley que establecía la separación de los negros y los blancos
sobre los trenes y rápidamente los carteles diciendo “sólo blancos” o
“negros” fueron ampliamente difundidos, hasta llegar a los lugares de
culto, los hospitales, las cárceles. Fueron prohibidos también los
matrimonios mixtos. La separación en las escuelas (sancionada por la
Corte Suprema en 1896), luego, fue determinante, porque produjo
obstáculos para la comprensión recíproca.
La segregación de los negros asumió también formas violentas. En el
mismo Tennessee, en 1867 había sido fundado el Ku Klux Klan, una
organización secreta, racista, de ideología filonazi (el nombre deriva de la
corrupción de la palabra griega kykios, círculo, y la palabra inglesa clan).
Puesto fuera de la ley en 1869, fue refundado en Georgia en 1915; en 1925
los adeptos a esta sociedad eran algunos millones, y se contaron por miles
los gravísimos actos contra los negros, garantizados a menudo por la
protección policial. Uno de los hechos más trágicos, típicos de la violencia
racista antinegra, era la práctica del linchamiento. Individuos de color, a
menudo inocentes, pero acusados de delitos, eran capturados por la
muchedumbre y ajusticiados bárbaramente con golpes y piedras sin un
proceso regular. Considerando el periodo que va desde 1882 hasta 1970, se
cuentan en unos tres mil quinientos los linchamientos de negros y, a
menudo, causados por el Ku Klux Klan. En muchos casos el linchamiento
se desencadenaba por razones más bien banales como por ejemplo el uso
de un lenguaje ofensivo con un blanco, una cachetada dada a un niño
blanco, el rechazo a pagar una mínima cuenta, etc. El Ku Klux Klan es un
grupo terrorista que todavía funciona, si bien redimensionado a través de
las sucesivas leyes norteamericanas y la difusión de una cultura menos
racista.
Son tantas las veces mientras trabajo que me asalta la tristeza, que me
vienen ganas de llorar. ¡No soy un hombre, ninguno de nosotros lo es! No
poseo nada. No soy lo bastante hombre como para tener un negocio:
ninguno de nosotros lo es. (Hombre, alrededor de 30 años.)
Si has cumplido los requisitos entonces tendría que ser que quien llega
primero, entra primero; ¿entiendes lo que quiero decir? Blancos o negros,
todos tenemos familia: quien llega primero debería entrar primero. En vez
para ti no es así. Si eres negros, eres descartado automáticamente de una
infinidad de trabajos. Toman tu solicitud y apenas sales de la oficina, o de
donde sea que salgas, la tiran en el cesto, luego de haberte dicho que te
harán saber antes de quince días. (Hombre, alrededor de 24 años.)
Están aumentando tanto los alquileres que con el trabajo, el trabajo
mísero que tenemos, y el dinero que cobramos, no podemos pagarlo. ¿Y
entonces, dónde vamos? Poco a poco nos empujan siempre más para que
nos vayamos de Harlem. (Hombre, 31 años.)
Puedes ver al negro convencional en el cine o en la televisión, que
camina por la orilla del río con una sandía en mano, los dientes que brillan
y el sombrero de paja en la cabeza. Esto lo ves en la televisión, sí señor, y
los bailarines hacen el tip-tap porque esta es la imagen convencional del
negro. Me parece que el negro burgués y el pequeño burgués buscan
alejarse de este cliché. Son ellos los que buscan alejarse. (Hombre, 18
años.)
2. LA ÉPOCA CLÁSICA
3. LA VISIÓN JUDEOCRISTIANA
ESCENA TERCERA
Campo de papas.
Bárbara. Luego Abraham con una pequeña valija en la mano. Los dos
están callados.
Abraham. —¡Mamá!
(Ninguna respuesta)
—Mamá...
Bárbara. —¿Llegaste con el autobús? ¿Viniste para llevarte tus cosas?
(Abraham calla)
—¿Qué pasa?
Abraham. -Mamá...puedo...
Bárbara. —Te lo han leído en la cara que eres uno de aquellos.
¿Encontraste trabajo? Quiero saberlo.
Abraham. —No.
Bárbara. —No. Y lo dices así: no. ¿Por qué no tienes trabajo? ¿Por qué
no? ¡A lo mejor ni lo buscaste! Y yo que creí que lo habías encontrado.
(Dominándose con dificultad). Escucha Abraham, tienes que irte de este
pueblo. Aquí la gente habla de ti.
(Abraham calla)
—Entonces te quieres quedar aquí. Contigo siempre lo mismo. Estás
fuera un día y la gente me señala con el dedo: la madre de aquel. ¡Y sé que
hiciste otra de tus porquerías! Y ahora empezamos de nuevo.
Abraham. —No.
Bárbara. —¡Siempre lo dijiste! ¡Por qué no te habrás muerto en la
guerra! (Con desesperación). Dios, si no puedo quedarme aquí, entonces
tengo que irme. Ahora quiero un trabajo fijo, un lugar mío donde estar.
Estás bastante crecido como para vivir por tu cuenta.
Abraham. —Por qué me pusiste en el mundo si siempre te he
molestado, si...
Bárbara. —¿Sabría en qué te convertirías? ¡Ah, si hubiera podido
pensar! Yo... yo, de ti, me avergüenzo hasta morir.
No hay otra cosa que excite más el interés indiscreto de las pequeñas
sociedades que la honesta pretensión de mantener distinguido, en la propia
vida, lo que es público de lo que es privado. ¿Qué le sucedía a Athos
Fadigati luego que la enfermera cerraba la puerta de vidrio del consultorio
detrás de la espaldas del último cliente? Lo no claro, o al menos el empleo
poco normal de las noches que hacía el doctor, contribuía a estimular
continuamente la curiosidad sobre él. Sí, en Fadigati había algo no
perfectamente comprensible.
Todos sabían cómo pasaba las mañanas, y sobre las mañanas ninguno
tenía algo qué decir.
A las nueve ya estaba en el hospital, y entre consultas y operaciones
(porque también operaba: no había día que no le tocaran un par de
amígdalas para sacar), estaba ocupado hasta la una. Luego, entre la una y
las dos, no era raro encontrarlo mientras recorría a pie la avenida Giovecca
con su paquete de atún en aceite o el fiambre colgando del meñique, y con
el Corriere della Sera que sobresalía del bolsillo del sobretodo. Luego
almorzaba en casa. Puesto que no tenía cocinera, y la señora a medio
tiempo que le mantenía limpia la casa y el estudio se presentaba solamente
hacia las tres, una hora antes que la enfermera, tenía que ser él mismo
quien se preparaba el indispensable plato de pastasciutta.
Incluso para la cena lo habrían esperado en vano en los únicos
restaurantes de la ciudad que, en esa época, eran considerados decorosos:
Vincenzo, Sandrina, Tre Galletti; y tampoco Roveraro en el callejón del
Granchio, cuyo cocina casera concitaba a tantos solteros de edad media.
Pero esto no significaba que comiera en casa como al mediodía. A la
noche no debía permanecer nunca en casa. Hacia las ocho, ocho y cuarto,
en la calle Gorgadello, era fácil verlo en el momento que salía. Se detenía
un instante, miraba hacia lo alto, a la derecha, a la izquierda, como
incierto por el tiempo y la dirección a tomar. Luego se animaba,
mezclándose con la gente que a esa hora, tanto en invierno como en
verano, desfilaba lentamente frente a las vidrieras iluminadas de la calle
Bersaglieri del Po como a lo largo de las mercerías venecianas.
¿Dónde iba? De paseo, vagando por acá y por allá, aparentemente sin
una meta precisa.
Luego de una intensa jornada de trabajo le gustaba sentirse entre la
muchedumbre: la muchedumbre alegre, ruidosa, indiferenciada.
[…]
—Buenas noches, doctor —alguien le gritaba desde atrás.
Y era un milagro si oía, si, transportado lejos por la corriente, se daba
vuelta para responder al saludo.
Aparecía solamente más tarde, después de las diez, en uno de los cuatro
cines de la ciudad: Salvini, Rex, Excelsior y Diana. Pero también aquí, en
vez de los lugares de galería, donde las personas distinguidas se
encontraban como en un salón, prefería los últimos puestos de la platea.
¡Las personas distinguidas se sentían incómodas al verlo allí debajo, tan
bien vestido, confundido en medio de la “gentuza popular”! ¿Era de buen
gusto —suspiraban, dirigiendo las miradas a otra parte—, ostentar el
espíritu de boheme hasta de ese modo?
Es bastante comprensible que hacia los años treinta, cuando Fadigati ya
tenía unos cuarenta años, no pocos empezaran a pensar que necesitaba
prontamente una mujer. Los pacientes susurraban en las salitas del
consultorio de la calle Gorgadello, en espera de que el doctor se asomara
por la puertita reservada a sus periódicas apariciones e invitase a pasar
“allá”. Se hablaba de esto en la cena entre marido y mujer, mientras los
hijos con la nariz metida en la minestra y las orejas paradas no alcanzaban
a entender de qué se hablaba. Y luego, más tarde, en la cama —pero aquí
hablando sin contenerse—, el tema había invadido habitualmente cinco o
diez minutos de aquella querida media hora, sagradas por las confidencias
y los bostezos siempre más prolongados, que preceden por norma al
intercambio de los besos y las “buenas noches” conyugales.
Tanto a los maridos como a las mujeres les parecía absurdo que un
hombre de ese valor no pensase de una vez por todas en formar familia.
Aparte de la índole quizá un poco de “artista”, ¿qué otro licenciado
ferrarés, entre otros cincuenta, podría enorgullecerse de tener una posición
mejor que la suya? Simpático con todos, rico (¡ganaba más de lo que
quería!), socio efectivo de dos de los mayores Círculos ciudadanos, y
aceptado tanto por la media y pequeña burguesía de las profesiones y los
negocios como por la aristocracia, con o sin blasones, de las propiedades y
las tierras; provisto hasta del carnet del Fascio que, si bien él se hubiera
declarado “apolítico por naturaleza”, el Secretario Federal en persona se lo
había querido dar a toda costa: ¿qué le faltaba, ahora, si no una bella mujer
para llevar todos los domingos a la mañana a San Cario o al Duomo, y a la
noche al cine, con pieles y joyas como corresponde? ¿Por qué no se
esforzaba un poco para encontrar una? A lo mejor, he aquí, a lo mejor
estaba absorbido por la relación con alguna mujerzuela inconfesable,
como modista, ama de llaves, sirvienta, etcétera. ¡Como le sucede a
muchos médicos, a lo mejor le gustaban sólo las enfermeras: por eso
mismo las que pasaban todos los años por su estudio eran bonitas,
procaces! Pero todavía admitiendo que las cosas se desarrollaran en estos
términos (¡y por otra parte era curioso que nunca se hubiera deslizado
nada preciso sobre este tema!), ¿por qué motivo no se casaba? ¿Quería
tener el fin que había tenido el doctor Coreos, el más ilustre médico de
Ferrara (de ochenta años), el que, como se contaba, luego de haber tenido
amores durante años con una joven enfermera fue obligado por los
familiares a estar con ella toda la vida?
En la ciudad se hacía la búsqueda de la muchacha digna,
verdaderamente, de convertirse en la señora Fadigati [...]: cuando, no se
sabe de donde, comenzaron a escucharse extraños, es más, extrañísimos
comentarios.
—¿No lo sabes? Me parece que el doctor Fadigati es...
—Escucha la novedad. ¿Conoces a aquel doctor Fadigati, que vive en la
calle Gorgadello casi en la esquina con Bersaglieri del Po? Bien, escuché
decir que es....
G. Bassani, La novela de Ferrara,
Barcelona, Espasa Calpe, 1993.
UMBERTO SABA “Ernesto se pensaba mal”
UMBERTO SABA (1883-1957) ES POETA, FORMADO EN EL
ÁMBITO MITTELEUROPEO. SU CANZONIERE REPRESENTA UNA
DE LAS MEJORES SELECCIONES DE POESÍA ITALIANA DEL
INICIO DEL SIGLO XX.
2. RAZA Y RACISMO
Los estudiosos, o mejor dicho la mayoría de ellos, desde hace años han
decretado el fin de la noción de “raza” como se la entendía en el pasado.
Sostienen que las variaciones de los rasgos somáticos de las distintas
poblaciones son significativas sólo desde el punto de vista de la genética y
no tienen ninguna relación con presuntas diferencias intelectuales y
psicológicas, ni menos aún justifican clasificaciones de la especia humana.
Todavía, el término “raza” sobrevive tenazmente en nuestro lenguaje, pero
sobre todo vive dentro de nosotros como una certeza, como un mito. De
acuerdo al antropólogo M.F. Ashley Montagu (La razza. Analisi di un
mito. Turín, Einaudi, 1966), la “idea de raza es uno de los mitos más
peligrosos y trágicos de nuestro tiempo”. Actúa, en muchos de nosotros,
como un mecanismo de defensa, de autoengaño, por el cual las diferencias
exteriores de los “otros” se convierten en un pretexto para construir
presuntas diferencias morales, mentales, emotivas, para construir, en fin,
barreras.
De tal manera, terminamos pensando con estereotipos, con prejuicios,
es decir valoramos personas o grupos sociales sobre la base de una
percepción distorsionada, razonamos en términos de raza.
Pero los estudiosos, más que de razas prefieren hablar de poblaciones
biológicas o grupos étnicos si se refieren a factores genéticos o culturales.
Los estudiosos de genética sostienen que los rasgos externos, trasmitidos
por vía hereditaria, de las poblaciones biológicas son el fruto de la
selección natural y las adaptaciones climáticas. Mientras que los
estudiosos de sociología y psicología sostienen que el ambiente externo (la
familia, el grupo cultural de pertenencia, la instrucción, las condiciones
sociales y económicas de los distintos sujetos), es el que determina las
diferencias de comportamiento entre los distintos grupos étnicos.
Está demostrado que la capacidad intelectual, medida de acuerdo con
los famosos y discutibles cocientes de inteligencia, presentan diferencias
entre individuos de la especie humana y no entre poblaciones biológicas.
En cuanto a las cualidades psicológicas, éticas, actitudinales, ningún grupo
étnico tiene el monopolio de cualidades hereditarias buenas o malas. Tales
cualidades se transmiten por herencia cultural, o bien, como sostiene el
genetista Luigi Luca Cavalli-Sforza (Quiénes somos. Historia de la
diversidad humana, Madrid, Ed. Crítica, 1999.), a través de “la
transmisión horizontal”, a través del condicionamiento del ambiente
externo del que hemos hablado anteriormente.
Por el contrario, el argumento principal del discurso racista consiste en
asegurarle un rol determinante a la herencia, la transmisión genética de los
caracteres ligados a la inteligencia y al comportamiento; en virtud del cual
se determinarían las diferencias entre grupos humanos y, en consecuencia,
su clasificación.
Pero, ¿por qué todo esto? ¿Por qué el racismo? ¿Por qué el racismo está
reconquistando por todos lados grandes espacios?
Es casi imposible una respuesta a la primera pregunta. Son muchos los
estudiosos del racismo que colocan el término entre comillas para
significar la indefinibilidad de la noción, mientras que gran parte de ellos
concuerda en el hecho de que es casi imposible una teoría general del
racismo. Pese a esto, las definiciones del racismo son centenas y esto da fe
de la necesidad de conocimiento, los múltiples ámbitos de investigación y
sobre todo la complejidad del objeto “racismo”.
Una buena aproximación a esta cuestión, como sugiere el sociólogo
francés Michel Wieviorka en su libro El espacio del racismo (Barcelona,
Paidós, 1993), consiste en partir prioritariamente de las expresiones
concretas del fenómeno, de sus manifestaciones empíricas, aunque sea
verdad que no es posible separar del todo al racismo como sistema de
análisis de los hechos materiales.
Partamos, por lo tanto, de algunas formas visibles de racismo, como el
prejuicio, la segregación, la discriminación. En cuanto a la violencia
racista, que representa el estadio más alto y peligroso del racismo, hemos
hecho algunas referencias a las distintas y trágicas modalidades con que
hoy se manifiesta en el mundo.
Estas manifestaciones concretas de racismo representan a su vez
niveles de guardia que señalan el grado de peligro del fenómeno. Para el
primer nivel, el que refiere al prejuicio más que de verdadero racismo,
sería oportuno hablar de una forma elemental de xenofobia ligada a la
defensa de la identidad colectiva o comunitaria, es decir al sentimiento de
pertenencia a una comunidad, a un grupo: se trata de una forma muy
arraigada en el ánimo humano que tiende a reproducirse a través del
lenguaje cotidiano y de los medios de comunicación.
En general el prejuicio, como dice Wieviorka, da a los miembros del
grupo dominante el modo de tomar conciencia de sus posiciones de
privilegio o de poder, como en el caso de los blancos respecto de los
negros en la sociedad norteamericana.
La segregación y la discriminación son dos formas distintas y muy
concretas de racismo que también pueden combinarse, como sucedió en
Sudáfrica hasta febrero de 1991, cuando se abolió el apartheid. La
segregación reserva, al grupo hecho objeto de racismo, espacios propios
que no puede dejar si no con ciertas condiciones restrictivas; la
discriminación impone un tratamiento diferenciado o penalizante respecto
de las minorías. Como es sabido, la discriminación más difundida es la
ejercida, aun en las muy civiles sociedades occidentales, respecto de una
“minoría” que constituye más de la mitad de la población mundial: las
mujeres.
La segregación y la discriminación nos conducen a los rasgos
fundamentales del racismo, a su esencia, que permanece inmutable, sin
considerar las formas en las que se mimetiza en las distintas épocas
históricas y en los diferentes países del mundo, denotando un “fenómeno
social unitario”. En efecto, el racismo está fundado siempre y en todas
partes sobre la práctica de la “exclusión”, en oposición al principio de
igualdad y al concepto de “inclusión”, propio de la democracia, por la que
a todas las personas presentes en el territorio de un país les es consentido
ser incluidas en el sistema de democracia, con iguales derechos de
ciudadanía.
La práctica de la exclusión, que hoy es practicada, sobre todo en la
forma de discriminación, sea por los regímenes totalitarios o por muchos
países con régimen democrático, caracteriza al “racismo institucional”.
Esta es una noción que se ha desarrollado hacia fines de la década del
sesenta, y significa que no sólo la sociedad sino la misma máquina del
Estado, a través de las ordenanzas administrativas, está permeada de
racismo; obviamente de un racismo no declarado, pero se sabe que el
racismo no tiene necesidad de aparecer como intencional. Sucede que con
respecto a las minorías étnicas, los sujetos más débiles, locales o
extranjeros, sin domicilio fijo, desocupados, inmigrados, refugiados
políticos, nómades, en muchos países occidentales, Italia incluida, se
ejercen formas de discriminación institucional en distintos niveles: desde
la falta de aplicación hasta la aplicación discrecional de las normas
vigentes, negando o reconociendo de modo restrictivo el derecho a la
instrucción, a la vivienda, un espacio preparado para los nómades, al
tratamiento sanitario, previdencial y así sucesivamente.
También sucede, como es el caso italiano, que algunos países,
interesados por procesos migratorios, no hayan previsto políticas y
ordenanzas adecuadas para hacer frente a uno de los más complejos
fenómenos de nuestra época: la inmigración. De tal modo el Estado,
obstaculizando el proceso de integración social, constriñe a estas personas
a una condición de marginación social que no corresponde a su proyecto
migratorio, basado a su vez en el status de los trabajadores; los transforma
de trabajadores en “pobres”, aplicándoles una etiqueta que les quita la
dignidad ante sus mismos ojos pero, sobre todo, frente a los ojos de los
locales.
La imagen de los inmigrados, brindada por el Estado a sus ciudadanos,
es deformada, alarmante, y contribuye a alimentar el racismo “desde
abajo”, el así llamado “racismo popular”; el que a su vez, en un círculo
perverso, alimenta el racismo institucional. Etienne Balibar, el filósofo
francés, sostiene que no basta decir que el racismo difundido en la
sociedad penetra y condiciona a las instituciones a partir de las situaciones
que expresan “patología social”, sino que es necesario admitir que el
racismo es estructuralmente funcional al sistema de dominio del Estado.
Sabemos que el racismo de abajo se desarrolla por múltiples razones,
pero cuando el Estado no tiene ninguna cuenta de la dignidad y los
derechos de los ciudadanos extranjeros y sus familias, empuja a la g^nte a
hacer lo mismo, ofreciendo un ejemplo autorizado y útil para justificar
actos de racismo.
Si es verdad que el racismo prolifera entre los estratos sociales más
pobres de la población local, que se siente amenazada por “la cercanía
social” de los últimos llegados, sobre todo inmigrados (con los que está
obligada a competir por recursos de todos modos escasos: trabajo,
servicios sociales, casa), también es verdad que el pleno reconocimiento,
por parte del Estado, y la extensión de los derechos fundamentales a todos
los ciudadanos presentes en el territorio de un país pueden contribuir a
prevenir y contener el racismo.
☻
F. Ciafaloni, Sisifo,
Turín, 18 de enero de 1990.
¿Por qué se deja el propio país para ir a otro del que apenas se conoce
la posición geográfica? Los factores que determinan los movimientos
migratorios pueden distinguirse en factores repulsivos y factores
atractivos. Los primeros comprenden causas de carácter natural
(terremotos, inundaciones), social (conflictos de raza, religión, ideología
política) y económico (descompensación entre población y recursos
existentes). Factores atractivos pueden ser, por contraposición a los
repulsivos, la presencia de sociedades homogéneas y tolerantes, la
posibilidad de absorber mano de obra, una mejoría general de las
condiciones de vida y trabajo.
El estímulo económico, precisamente, es el más fuerte y difundido. No
obstante los pasos adelante cumplidos en los últimos años, los países en
vías de desarrollo tienen todavía menos del veinte por ciento del rédito per
cápita de los países industrializados, el cuarenta por ciento de la fuerza de
trabajo es desocupada o sub-ocupada, respecto de una tasa media de
desocupación en el norte que es de alrededor del 6,7%.
Los movimientos migratorios se han convertido en un elemento
fundamental en la economía internacional. Las remesas de dinero de los
emigrados a sus países de origen ascienden a setenta mil millones de
dólares por año, es decir una vez y media del nivel de las ayudas oficiales
provistas por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos).
Para muchos de los habitantes más pobres de mundo, la migración de
un país al otro, aunque sea peligrosa y difícil, aparece como la decisión
más razonable.
4. EL “DESAFÍO” A ENFRENTAR
Menu tuvo que leer tres veces seguidas esta carta, y en ciertos párrafos
explicarle a mamá que lloraba; por las buenas noticias, decía.
INQUIETUD
¡MENU FANTÁSTICA!
Mamá y el abuelo no sabían que Menu, cuando salía de casa por algún
mandado o a pasear un rato, no tenía otro pensamiento que correr a
encontrar a este o aquel de los “americanos” para pedir noticias, para tener
información. Muchos, que seguían siendo toscos campesinos, no obstante
el viaje y la permanencia en América, no sabían decirle nada en especial.
A menudo notaba que uno se contradecía con lo que le había dicho el
otro. Se vanagloriaban de haber ganado mucho dinero pero lo habían
dejado allá, en el banco, porque tenían que volver para retomar sus
negocios.
Alguno, que parecía más sincero, le respondía:
—Querido mío, el mundo es pequeño. Acá nos lamentamos de los
propietarios. Nos pagan mal, es verdad, pero nos tratan como cristianos.
Allá, cuando se cae en ciertas manos... No se sabe a quien recurrir para
defendernos; nos hacen trabajar como esclavos, con la fusta, casi como si
fuésemos animales; y si alguno se rebela, castigo y castigo... Nos
transportan por tren, lejos, a los campos desiertos. Quien quisiera escapar
se perdería y se lo devorarían las bestias feroces.
—Pero, ¿todos los otros?
—¡Hay algunos con suerte!
Entonces Menu le preguntaba a quien acababa de llegar:
—¿Es verdad esto? ¿Es verdad esto otro?
—Si no fuese verdad no vendría a llevarme a mamá y mis hermanas;
vine a propósito para llevármelas.
Alguno tenía la misma actitud que Cola-pelada; y mentía más
fuertemente que él.
—Allá cinco liras valen menos que cinco centésimos. Si uno lo ve en el
suelo no lo recoge, como acá ninguno recoge una lira, a menos que sea un
pordiosero.
También él tenía los dedos llenos de anillos, y puesto que abría los
labios casi como para mostrar ios dientes, se veía brillar en su boca un
diente de oro.
—Allá todos —afirmaba él—, tienen uno, dos dientes de oro. Incluso
se sacan dientes buenos, a propósito...Está de moda cambiarlos así. ¡Oh!
Los sacan sin dolor...Yo me di cuenta cuando vi mi diente en la mano del
dentista.
Y el joven sastre don Pedro Ruffino mostraba a todos ese diente de oro
bien encastrado, brillante, que mostraba con orgullo.
Menu, pensaba que él nunca se sacaría un diente para cambiarlo por
uno de oro. Don Pedro le producía una impresión cómica, por la tenacidad
en mostrar esa novedad, que se obligaba a hacer, hablando, una mueca con
los labios como si algo los empujara hacia afuera.
Daba a entender también:
—¿Agujas? Allá no se encuentran ni en las sastrerías. Yo tengo un
negocito comparado con los edificios de diez pisos, pero sería una
sastrería extraordinaria no aquí en Rabbato... sino en Palermo y Catania.
Diez máquinas de coser, americanas, de las que aquí no se ven... Trabajan
casi por sí mismas. En noventa minutos, con el reloj en la mano, puedo
entregar, ya listo, lindo y planchado, un traje.—¿En una hora y media?
—¡En una hora y media!
—¡Buh!
—¿Quién hizo buh?
—Yo —responde un sastre viejo—. ¿Las horas en América son como
las nuestras? ¿O son largas como un día? Y tampoco...
Menu se maravillaba que todos los presentes le dieran la razón a Don
Pedro Ruffino.
—¿Qué sabemos nosotros?
—Esa es una tierra de milagros, aprobaba otro.
¡Un traje de hombre, cortado, cosido y planchado en una hora y media!
Le parecía mucho incluso a Menu. ¿Pero habría creído en el diente de oro,
si alguien se lo hubiera contado?
Así, su imaginación juvenil se encendía de a poco viendo las diez
máquinas de coser en funcionamiento, con el traje cosido y planchado
como si lo tuviera que usar él.
Llegó en esos días otra carta de los “americanos” —en familia no los
llamaban de otro modo a Stefano y Santi—, con un giro de cuatrocientos
liras.
—¡Pocas líneas, como si escribir les diera cansancio! —se lamentaba
la señora Maricchia. Lo de siempre: gracias a Dios, estamos bien y
esperamos que ustedes lo estén; lo infaltable: saluden a los vecinos y a
todos los amigos que preguntan por nosotros, ¡y nada de lo que hacían allá,
de cómo vivían!
Tío Santi sintió que se le ensanchaba el corazón cuando vio en sus
manos tantas lindas monedas de oro que le pagaron en el correo.
5. MINORÍAS Y CONFLICTOS
Casi en todos los países existen uno o más grupos étnicos cuyos niveles
de desarrollo humano están muy detrás respecto de la media nacional. Uno
de los casos más evidentes y mejor documentados es el de los negros de
Estados Unidos.
Sus desventajas comienzan desde el nacimiento. La tasa de mortalidad
infantil de los blancos es de ocho decesos por cada mil nacidos vivos,
mientras que el de los negros es de diecinueve. Los niños de color tienen
más probabilidades de vivir en familias monoparentales que los blancos:
en 1990, el porcentaje era del 19% para los niños blancos y 54% para los
niños negros.
Los niños negros corren mayores riesgos de crecer en la pobreza. El
PBI per cápita de los blancos en 1990 era de 22.000 dólares contra los
cerca de 17.000 de los negros.
Escribe Andrew Hacker, autor de Tivo Nations (1992): “...Las
estadísticas producen desazón. Hoy casi dos tercios de los niños negros
nacen fuera del matrimonio y más de la mitad de las familias de color son
comandadas por una mujer. La mayoría de los adolescentes negros vive
sólo con la madre, que en más de la mitad de los caos no está casada. De
acuerdo a las ultimas revelaciones, más de la mitad de las mujeres solteras
ya ha tenido hijos, y entre las que tienen entre 35 y 40 años, menos de la
mitad tienen un matrimonio que dure. Estas cifras son de tres a cinco
veces más altas que las de las familias blancas y son notablemente más
elevadas que las registradas entre los afronorteamericanos de sólo hace
una generación... Los negros de Estados Unidos son ciudadanos
norteamericanos y todavía viven como extranjeros en la única tierra que
conocen. Otros grupos pueden permanecer extraños al acontecer cotidiano
del país —por ejemplo, algunas sectas religiosas—, pero lo eligen
voluntariamente. Por el contrario, los negros están obligados a soportar
una segregación que no es, para nada, el resultado de una elección. Estados
Unidos puede ser visto, por lo tanto, como dos naciones separadas entre
ellas”.
En efecto, si Estados Unidos fuera dividido en dos “países”, el de la
población blanca ascendería al primer lugar del mundo mientras que el de
la población negra ocuparía el puesto treinta y uno.
2. DEFINICIONES DE “NACIÓN”
Es muy difícil —incluso inútil para muchos estudiosos—, intentar
definir de modo objetivo qué es una nación. Los intentos de explicar
porqué ciertos grupos de individuos (comunidades territoriales), en el
curso del tiempo se han convertido en una nación, a menudo han sido
basados sobre criterios particulares como la lengua o la raza, o bien
combinando distintos aspectos como la lengua, un territorio o una historia
común, y ciertas características culturales y del comportamiento social e
incluso otras. Entre los innumerables intentos, el más notorio —como
sugiere el estudioso inglés Eric J. Hobsbawn (1917)—, es el que define el
término “nación” como “una comunidad estable, históricamente formada,
que tiene su origen en la comunidad de lengua, territorio, vida económica
y conformación psíquica, que se manifiesta en la cultura común”.
Esta definición es considerada “objetiva” porque se basa en aspectos de
la vida social y la política que son relevables fácilmente. Sin embargo, no
es difícil observar cómo los criterios sugeridos no resultan suficientes para
delimitar un organismo complejo como lo es hoy una nación. Basta
recordar que muchas naciones son plurilingües y que una lengua es
hablada en naciones distintas (el francés en Francia, Canadá, Marruecos,
Argelia, etc.; el inglés de Estados Unidos, Gran Bretaña, etc.). En cuanto a
los usos y las costumbres (cultura común), con frecuencia, regiones
limítrofes pertenecientes a naciones distintas y confinantes son más
similares entre ellas que regiones situadas en las extremidades opuestas de
la misma nación: piénsese por ejemplo en el Trend no-Alto Adige y el
Tirol austríaco (donde lengua, costumbres, tradición, cocina e incluso
habitaciones son totalmente similares), si, en cambio, se lo compara con
Sicilia.
Otros estudiosos, por ejemplo Ernest Renan (1823-1892), escritor
francés y exponente del Positivismo, han intentado dar una definición de
nación sobre una base “subjetiva”: “Una nación es un plebiscito
cotidiano”, es decir una elección directa del pueblo que se repite
diariamente. Por lo tanto, para el escritor francés, el individuo particular
reivindica su pertenencia a una nación específica expresando su voluntad
de vivir junto a los otros.
En este caso, se busca adaptar la idea de nación a un territorio en el que
a menudo coexisten individuos que hablan lenguas distintas (como por
ejemplo en China e India), o bien que fundan su vida cotidiana sobre usos
y costumbres diferentes (este es el caso de muchas naciones actuales,
incluida Italia, donde cada región muestra su particularidad).
Definir una nación a resguardo del sentimiento de pertenencia es, como
propone Renan, un modo de no definirla: en efecto, sería suficiente, para
un grupo que habita en un cierto territorio, autodefinirse nación para dar
vida a una entidad política nueva.
Las dos posiciones, por lo tanto, muestran un modo más bien distinto
de entender la nación: una, aportada por Hobsbawn y compartida por
muchos estudiosos, hace referencia a una unidad “cerrada”, histórica,
cultural y de sangre que diferencia un pueblo de otro y que fija de modo
rígido la pertenencia a un grupo (extranjeros o extraños son todos aquellos
que no pertenecen a esta unidad orgánica de pueblo y sangre); la otra
propone una idea de nación “abierta”, precisamente porque estaría ligada a
una elección cumplida cotidianamente por sus miembros.
Se puede concluir, en todo caso, como propone el estudioso francés
Michel Wieviorka, que cualquier definición de “nación” puede ser
desviante. En cambio, parece más provechoso partir del modo de concebir
la nación, es decir del nacionalismo, y no tanto de la realidad que ésta
representaría. El “nacionalismo, en efecto, primero viene de las naciones y
constituye la suma de las ideas y los hechos que llevan a un cierto grupo,
más o menos amplio, más o menos homogéneo, a buscar un destino
común, una organización y un nombre que los una política y socialmente...
Comprender hoy qué cosa es el nacionalismo —sugiere Michel Wieviorka
—, es más urgente que definir qué es o no es una nación”.
3. NACIONES Y NACIONALISMOS
6. DEMOCRACIA Y MIGRACIONES
7. ALGUNAS CONCLUSIONES
Quien hace la ley sabe mejor que todos los demás cómo tiene que ser
aplicada e interpretada. Por lo tanto parece que no podría existir una
constitución mejor que aquella donde el poder ejecutivo esté unido al
legislativo, mientras que esto produciría un gobierno insuficiente sobre
ciertos aspectos, porque las cosas que tienen que ser distinguidas no lo
son, y porque el príncipe es el soberano; no siendo más que la misma
persona, forman, por así decirlo, un gobierno sin gobierno.
No está bien que quien hace la ley la ejecute, ni que el pueblo distraiga
su atención de las consideraciones generales para dedicarla a objetos
particulares. Nada es más peligroso que la influencia de los intereses
privados en los negocios públicos, y el abuso de las leyes por parte del
gobierno es un mal menor de la corrupción del legislador, consecuencia
infalible de los aspectos particulares. Entonces, estando el Estado alterado
en su sustancia, cada reforma se convierte en imposible. Un pueblo que no
abusase nunca del gobierno no abusaría ni siquiera de su independencia;
un pueblo que gobernara siempre bien no tendría necesidad de ser
gobernado.
Tomando el término en su acepción rigurosa, se puede decir que nunca
ha existido una verdadera democracia, y no existirá nunca. Es contra el
orden de la naturaleza que la mayoría gobierna y la minoría es gobernada.
No puede imaginarse que el pueblo permanezca continuamente reunido
para atender los negocios públicos, y se ve fácilmente que ello no podría
establecerse con el propósito de las comisiones sin que cambie la forma de
la administración.
En efecto, creo que puedo establecer como principio que, cuando las
funciones del gobierno están divididas en muchos órganos, los menos
numerosos adquieren tarde o temprano la máxima autoridad, aunque sea
por la facilidad para conducir los negocios, a lo cual están habituados.
Por otra parte, ¡cuántas cosas difíciles de reunir supone este gobierno!
En primer lugar, un Estado pequeñísimo, donde el pueblo sea fácil de
congregar, y donde cada ciudadano pueda conocer ágilmente a todos los
otros; en segundo lugar una gran simplicidad de costumbres que evite el
multiplicarse los negocios y las discusiones espinosas; por otro lado, la
igualdad no podría subsistir sin los derechos y la autoridad; en fin, poco
lujo, puesto que el lujo es efecto de las riquezas, o se convierte en
necesario; él corrompe al mismo tiempo al rico y al pobre, a uno con la
posesión y al otro con el deseo de obtenerlo; vende la patria a la
haraganería, a la vanidad; al Estado le saca todos sus ciudadanos para
convertirlos en sirvientes unos de otros.
He aquí porqué un famoso autor (Montesquieu) ha colocado la virtud
como principio de la república, porque todas estas condiciones no podrían
subsistir sin la virtud; pero por no haber hecho las distinciones necesarias,
a menudo ese ingenio ha sido inexacto, y no ha visto que la autoridad
soberana, siendo la misma en todas partes, el mismo principio tiene que
tener lugar en cada Estado bien constituido, más o menos, es verdad, de
acuerdo a la forma de gobierno.
Agreguemos que no hay gobierno más sujeto a las agitaciones internas
y las guerras civiles que el democrático, porque no hay nadie que tienda
cambiar de forma tan fuerte y continuamente, ni que requiera más
vigilancia y coraje para ser mantenido. En esta constitución es que el
ciudadano tiene que armarse de fuerza y constancia, y decir cada día de su
vida desde lo profundo de su corazón lo que decía el virtuoso Palatino en
la dieta de Polonia: Malo periculosam libertatem quam quietum servitium
(Prefiero una libertad peligrosa a una servidumbre tranquila).
Si hubiese un pueblo de dioses, se gobernaría democráticamente. Un
gobierno así perfecto no es recomendable a los hombres.
Todo grupo de personas respeta ciertas reglas que les permite evitar
conflictos entre sus miembros. En general, cada uno de nosotros observa
varios sistemas de reglas sin ni siquiera darse cuenta, porque han sido
inculcados desde la infancia o porque se los considera útiles. Para nosotros
es natural (en otras palabras, nos viene espontáneamente), descubrirnos la
cabeza cuando entramos a una iglesia, tratar de “usted” a un anciano o
conservar la derecha cuando conducimos un automóvil. Pero estas reglas
son “naturales” sólo para el grupo social al que pertenecemos. Basta entrar
en otro grupo para ver que allí las reglas naturales son distintas: los judíos
se cubren la cabeza cuando entran a la sinagoga; algunas lenguas tienen
dos o tres formas de cortesía, otras tienen una sola que vale para todos; en
fin, de la otra parte del canal de La Mancha todos conducen
“naturalmente” por la izquierda.
Se podría continuar: pero por ahora detengámonos aquí y limitémonos
a constatar que las reglas de los grupos sociales son distintas y que a cada
uno les parecen buenas las de su propio grupo porque está habituado a
comportarse de este modo. Concretamente, se puede decir que ciertas
reglas son mejores que otras solamente por el hecho de que se exhiben
como las más propicias para alcanzar determinados objetivos. Quien está
convencido de esto considera que todas las reglas tienen un valor relativo,
por lo que pueden ser cambiadas. Quien, en vez, está convencido de que
las reglas que observa son las mejores de todas, es decir que atribuye a
ellas un valor absoluto (veremos luego las razones), no está dispuesto a
ponerlas en discusión. La visión relativista es la del régimen liberal; la
visón absolutista es la de los regímenes autoritarios (en el sentido de que
se remite a una autoridad absoluta, indiscutible: Dios, el duce, el monarca,
etcétera).
Los problemas surgen cuando sistemas de reglas distintos entran en
contacto. Si el conductor, habiendo cruzado el canal de La Mancha,
continúa respetando sus propias reglas, termina “naturalmente”
produciendo conflictos sociales que, en este caso, asumen la forma
indeseable de choques frontales. Puesto que ninguno quiere los accidentes
callejeros, es necesario encontrar reglas para resolver estos conflictos.
Una solución “pacífica” es la de aceptar las reglas del grupo social
donde se ha entrado. Pero no es tan simple como se puede imaginar a
primera vista: también el más anglófilo de los conductores continentales
termina por encontrarse, al finalizar una curva o en un cruce complicado,
del lado que para él es justo pero que para los ingleses es equivocado: la
buena intención no le evitará los insultos, la multa o el choque. Una
solución “violenta” es la de imponer las propias reglas al grupo social
donde se ha ingresado.
La elección de una de las dos soluciones (y de una de las infinitas
variantes que existen entre estos dos extremos), es solamente un problema
de relación de fuerzas.
Si los conductores continentales fueran más numerosos (o simplemente
más feroces), que los ingleses, luego de algún tiempo los ingleses
mantendrían la derecha, o se extinguirían “naturalmente”.
Las dos soluciones se han verificado históricamente.
La solución pacífica ha sido adoptada, por ejemplo, por los emigrantes
europeos, que, llegados a América del Norte y del Sur, entre el fin del
siglo XIX y principios del XX, aceptaron las reglas jurídicas (y, en parte,
las sociales; pero no necesariamente las religiosas), de la sociedad que los
acogía.
La solución violenta ha provocado, en varios casos, reacciones
diversas. Cuando llegaron las cañoneras norteamericanas en 1853/54,
Japón, para evitar una guerra, aceptó costumbres sociales, valores
religiosos, políticos y normas jurídicas extrañas a su tradición. Pero las
asimiló del tal modo que, en 1904, derrotó a la Rusia zarista; por primera
vez en la Historia el ejército de una gran potencia blanca perdía una guerra
contra un Estado extra-europeo. En cambio, en la conquista de América
latina, los indios, tanto los de las grandes civilizaciones mayas, aztecas o
incas, como los de las culturas menores, no aceptaron los valores de la
potencia ocupante y se opusieron con la fuerza o con la resistencia pasiva.
El problema de obligar a trabajar, habitar y rezar de acuerdo al modelo
español, conllevó que quien no quería trabajar, ni habitar ni rezar de
acuerdo con ese modelo hiciera desembocar en el exterminio casi total de
los indios. Colateralmente fue necesaria la trata de esclavos desde África
ecuatorial.
En estos casos (y todavía en muchos otros), el pueblo sometido no
acepta todas las reglas del conquistador, pero intenta salvar lo salvable del
propio patrimonio cultural. De este modo en la población del mismo
territorio conviven varios conjuntos de reglas de origen distinto, en un
equilibrio a veces estable, a menudo precario. Este pluralismo nace no
necesariamente de una conquista violenta. Ello puede encontrar orígenes
históricos distintos, como en el caso de las migraciones de la antigüedad o
en las emigraciones del siglo xix, o bien puede fundarse sobre
peculiaridades geopolíticas de países como Suiza o Malasia.
4. DERECHO Y VALORES
5. DERECHOS Y CONFLICTOS
2. TIPOS DE GUERRA
Aristóteles, Política,
Madrid, Alianza, 1997.
ANARQUISTA
V. Anarquía.
ANTROPOLOGÍA
La palabra remite al estudio del hombre y sus condiciones de vida
naturales, biológicas, sociales y culturales. En el siglo xix, la disciplina
toma dos direcciones distintas: por una parte la Antropología física o
natural que estudia al hombre desde el punto de vista físico y biológico
(intentando definir las “razas” en que subdivide la especie humana); por la
otra, la Antropología cultural o Etnología, que estudia los usos y las
costumbres de varios pueblos, con particular atención en las formas
originarias de vida y organización social. El desarrollo de la Antropología
física también desembocó en la Antropología racial y en la Eugenesia que
sirvieron al régimen nazifascista para sostener “científicamente” su propia
política racista.
ANTROPOMÓRFICO
V. Antropomorfismo.
ANTROPOMORFISMO
Atribución de caracteres humanos, tanto físicos como psíquicos (es
decir aspecto, intelecto y sentimientos), a seres distintos de los hombres.
A PRIORI ÉTICO
Juicio de valor que se expresa independientemente de la consideración
de los hechos y previamente a toda experiencia.
ARIA, RAZA
Definida por la Antropología física como la raza indoeuropea auténtica
y originaria, con la llegada del nazismo y su política racista se convierte
en la “raza superior” que tiene que ser salvaguardada de cualquier mezcla
con otras razas consideradas inferiores (judíos, gitanos, orientales, etc.).
En nombre del cuidado de la raza aria, se justificaron horrores de todo
tipo: desde la esterilización en masa de los “enfermos” y los mestizos,
hasta asesinar a los no-arios en las cámaras de gas, con fusilamientos en
masa y otros (hambre, trabajo extenuante, venenos, etc.). Pero la misma
Antropología racial no llegó a demostrar la presencia de una raza aria en
Europa, no sólo porque científicamente el concepto de raza es imposible
de proponer, sino porque los antropólogos y los biólogos se dieron cuenta
que era imposible hablar de una raza pura en el origen de un pueblo: la
hibridación, es decir el cruce entre distintas razas, es la base del desarrollo
humano.
ASIMETRÍA
Falta de simetría (es decir de una disposición ordenada y articulada de
las partes que constituyen un conjunto), entre los componentes de un
objeto, de un cuerpo, de un conjunto de elementos (la sociedad).
AUTARQUÍA
El término es una derivación griega y significa, en primera instancia,
“autosuficiencia ética y dominio de sí” (filosofía cínica y estoica),
fundamentales para conseguir la felicidad. Durante la época de los
regímenes totalitarios ha significado “autosuficiencia económica” de un
país, de modo tal que pueda producir internamente todo lo que necesita y
rechazar, así, el libre cambio de las mercancías con otros países (a partir
de 1935 el régimen fascista italiano predicaba y practicaba la autarquía
nacional).
AUTÓCTONO
Literalmente “aquel que ha nacido en la tierra donde vive”. Por
extensión, el término se contrapone a “inmigrado” que, en vez, indica
“persona que vive en una tierra donde no ha nacido”.
AUTODETERMINACIÓN
Acto con el que el individuo se determina de acuerdo a sus propias
leyes, con absoluta independencia de los factores y las causas que no están
en su poder. En derecho internacional, el derecho de un pueblo de elegir
autónomamente su propia organización política.
BICULTURALIDAD
V. Interculturalidad.
BOLCHEVIQUE
Palabra que en ruso significa “mayoría”. Los bolcheviques
constituyeron la fracción del partido obrero que, bajo la guía de Nicolás
Lenin (1870-1924), luego del Congreso de 1903, resultó mayoría respecto
de la corriente política de los mencheviques. Fueron los artífices de la
Revolución de Octubre que dio vida a la Unión Soviética en 1917.
BRAZO SECULAR
Indica el poder civil de la Iglesia, representado en el pasado por los
tribunales de la Inquisición y el Santo Oficio.
BRUJA
Mujer a la que la creencia popular y la ideología religiosa —sobre todo
en el Medioevo, pero también en el siglo XVIII—, le atribuía poderes
mágicos obtenidos por su relación con el demonio. La persecución de las
brujas por parte de la Inquisición fue una verdadera masacre en masa.
CAPITALISMO
Sistema económico fundado sobre la propiedad privada de los medios
de producción, que coloca en el centro el capital y su crecimiento continuo
(mediante la ganancia), haciendo prevalecer la separación entre quien
detenta el capital y es propietario de los medios de producción, y quien
ofrece su propio trabajo en cambio de un salario. En los modelos
abstractos el sistema capitalista se identifica con un mercado de libre
competencia; en realidad todos los sistemas capitalistas son economías
mixtas, en las que coexisten propiedad privada y pública de los medios de
producción y la libre competencia está limitada por normas legislativas. Si
la filosofía capitalista ha producido bienestar en muchas partes de los
países de Occidente, también es la causa del subdesarrollo de gran parte de
las áreas del Tercer Mundo (África, Asia, América latina, etc.), utilizadas a
menudo como “colonias” para empobrecer.
CAPITALISTA
V. Capitalismo.
CASTA
Clase de personas distinguida de todas las otras (originalmente por
nacimiento, luego por religión, ocupación, condición económica y otros),
que tiende a permanecer aislada, a veces por voluntad propia, a veces por
efecto de una ley civil o religiosa muy rígida. Las personas que componen
una casta a menudo gozan o exigen el uso exclusivo de derechos y
privilegios, y pretenden disfrutar de una particular y cerrada solidaridad de
grupo.
CATEQUESIS
Enseñanza, en general oral, de la religión cristiana llevada a cabo por
los sacerdotes o misioneros laicos. La palabra deriva del griego y significa
“instrucción”.
CISMA
Separación de una Iglesia o de una congregación de una fe religiosa,
debido no a divergencias doctrinales sino disciplinarias, litúrgicas,
jurídicas.
CIVILIDAD / CIVILIZACIÓN
Para los latinos, el término “civilidad” indicaba la sociedad de los
ciudadanos, es decir de los habitantes de la ciudad, y por tal motivo
durante siglos el término conservó el significado de condición social y
cultural más desarrollada o privilegiada respecto al estado de naturaleza
típico de la vida agrícola. Luego se difundieron otras definiciones del
término, en particular la de “civilización” con la que en la segunda mitad
del siglo XVIII, en Francia y en Inglaterra, se designaba el refinamiento de
las maneras, lo pulido de las costumbres y el ánimo con una referencia
implícita a lo que era primitivo, salvaje o tosco. Hoy los dos términos
están en declinación y se tiende a darles un significado omnicomprensivo
de las formas de cultura y organización material e intelectual de la vida y
la actividad de un grupo social.
CÓDIGO ROCCO
Alfredo Rocco (1875-1935), ministro de Justicia durante el fascismo;
entre 1925 y 1932 fue el artífice de los códigos penales y los
procedimientos penales dictados entre 1930 y 1931, conformes a las
exigencias ideológicas, políticas y económicas del régimen.
COMUNISMO
Ideología política formada con el desarrollo del pensamiento de Carlos
Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895), que le dieron la
primera expresión en el Manifiesto del Partido Comunista de 1848. En él,
entre otras cosas, se exhibe la hipótesis del pasaje del capitalismo al
comunismo a través de una revolución que tendría como protagonistas a
los proletarios. La sociedad comunista sería precedida por una fase de
transición seguida por la dictadura del proletariado sobre las otras clases
sociales. Pese a la reciente caída del horizonte comunista, a causa de los
errores y las injusticias perpetrados dentro de sociedades que se decían
comunistas, las ideas igualitarias y de justicia social de las teorías de
Carlos Marx han promovido una política de reformas sociales y de
cuidado de las clases que menos tienen que, originalmente, el Estado
burgués liberal no había previsto.
COMUNISTA
V. Comunismo.
CONCILIO
Asamblea de cardenales y otros prelados (obispos), convocados por el
papa o por una autoridad canónica, para discutir y deliberar sobre
problemas de fe, costumbre y disciplina.
CONGRESO DE VIENA
Congreso internacional abierto el lo de noviembre de 1814 para dar una
nueva característica política y territorial a Europa luego de la caída de
Napoleón. Se cerró el 9 de junio de 1815.
CONSERVADOR
Aquel que en política es, por tendencia, adverso a los cambios y las
nuevas ideologías y tiende a mantener y defender el orden constituido.
CORÁN
El término deriva del árabe qur’an, palabra que puede ser traducida por
“recitar” o “lectura en voz alta”. Es el texto fundamental de la vida
religiosa y social del árabe de religión musulmana. La materia del Corán
fue organizada en un libro luego de la muerte del profeta Mahoma.
CONSTITUCIÓN
En los países con régimen democrático es la ley de las leyes, la ley
fundamental del Estado. En ella están escritos los principios que son el
fundamento del estado y su funcionamiento (ordenamiento), pero también
son afirmados los derechos y los deberes de los ciudadanos en sus
relaciones con la sociedad civil y el Estado. Técnicamente es la más
importante fuente del derecho.
CRUZADAS
Expediciones llevadas a cabo por los cristianos de Occidente para
arrancar la Tierra Santa del dominio musulmán. La primera tuvo lugar
entre el año 1096 y 1099 y llevó a la conquista de Jerusalén; la ultima, la
sexta, fue en el año 1270 y conducida por Luis IX de Francia.
CHIVO EXPIATORIO
El chivo, en la tradición judía era depositario de todas las culpas del
pueblo y enviado, por el sacerdote, al desierto. Por extensión,
especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en el
símbolo que indica a un pueblo (o un grupo de personas), al que se le
atribuyen todos los males de la comunidad. Los judíos, por ejemplo,
fueron los chivos expiatorios de los nazis.
DELITO DE HONOR
Es así llamado porque se lo comete para vengar la honorabilidad
ofendida del propio nombre y la familia. En muchos ordenamientos
jurídicos es castigado con sanciones menos severas que otras formas
delictivas.
DERECHO CANÓNICO
Conjunto de leyes que la Iglesia se impone a sí misma, en cuanto
organización, y a sus fieles.
DERECHO PRIVADO
Parte del Código civil que regula las relaciones entre padres e hijos y
entre los cónyuges, y que prevé el cuidado de los derechos de los menores.
DIÁSPORA JUDÍA
Del griego “dispersión”. Término usado para referirse a las
comunidades judías que viven fuera del Estado de Israel.
DONATISTAS
Adherentes a un movimiento religioso fundado por Donato, un
reformador y purificador de la Iglesia que exaltaba el martirio, acentuaba
el rigor y rechazaba drásticamente cualquier compromiso. Luego, el
movimiento (siglos IV y V) se impregnó de valencias políticas y sociales
y adhirieron sobre todo los estratos más humildes de la sociedad. Fueron
perseguidos como verdaderos herejes.
ECUMÉNICO
Es decir universal. El movimiento religioso que se dice “ecuménico”
tiende a la unión de las Iglesias cristianas separadas.
ENCOMIENDA
En las colonias españolas de América, territorios concedidos a los
colonos, a los que también se le confiaban los indios que debían
obligatoriamente trabajar en los campos y en las minas. El sistema
degeneró en una verdadera esclavitud.
ESCUADRONES
Forma de organización de adherentes a los movimientos fascistas o
nazis. Los escuadrones de acción nazifascista eran violentos y cometían
desmanes de todo tipo, hasta llegar al asesinato de los opositores. En
general es entendido como un método de acción política basado en el uso
de la violencia por parte de escuadrones organizados.
ETNOCENTRISMO
Actitud cultural de hostilidad hacia los “otros” grupos étnicos, su
cultura, sus tradiciones, a la que a menudo corresponde una excesiva
valoración de la propia cultura. El etnocentrismo es una actitud que
favorece el racismo en sus varios aspectos.
ETNOLOGÍA
V. Antropología.
EUGENESIA
Disciplina que se ocupa del posible mejoramiento biológico de la
especie humana.
EVANGELIZACIÓN
Obra de difusión de los Evangelios y la doctrina católica a través de la
predicación. Por extensión “evangelizar” significa también intentar
convencer o convertir a los otros a las propias ideas o convicciones; es
decir hacer obra de proselitismo ideológico y político. No siempre la
evangelización ha sido acompañada por la libre elección del evangelizado.
EVOLUCIONISMO
Teoría que sostiene la idea de que los seres vivientes, los distintos
organismos y el universo entero están movidos por una continua
“evolución”, es decir un cambio progresivo que conduciría de un estadio
inferior a un estadio superior. El evolucionismo, propuesto por Charles
Darwin (1809-1882), desde el ámbito biológico llega sucesivamente a lo
social y a todos los campos del saber.
FAMILIA JERARQUIZADA
Fundada sobre el poder del padre de familia y los padres ancianos sobre
las generaciones que los siguen. Era típica de una sociedad preindustrial y
campesina y estaba constituida, además de los padres y los hijos, por
abuelos y tíos.
FAMILIA MULTIÉTNICA
Formada por cónyuges de etnias distintas, es cada vez más frecuente en
los países con fuerte inmigración y que han integrado en el seno social a
ciudadanos de procedencia geográfica, cultural, lingüística diversificadas.
FAMILIA NUCLEAR
Típica de los tiempos modernos y de las sociedades industriales
avanzadas. Se compone en general de padre, madre y uno o dos hijos.
FASCISMO
Régimen autoritario y antidemocrático donde todo el poder está
concentrado en las manos de un “duce”, jefe supremo de todo el aparato
estatal (ejército, poder ejecutivo, legislativo o judicial, información,
economía, etc.). En Italia fue un movimiento político y luego un régimen
fundado por Benito Mussolini (1883-1945). Conquistó el poder con la
marcha sobre Roma (1922) y sucumbió con el armisticio (8 de setiembre
de Í943) y luego con la liberación definitiva de la ocupación nazi el 25 de
abril de 1945. Dictadura monopartidaria, operó desde su comienzo con la
violencia y el asesinato contra los opositores y los adversarios políticos:
por ejemplo el diputado G. Matteotti fue asesinado por haber denunciado
el fraude electoral de Mussolini en 1924. Luego fueron suprimidas las
libertades fundamentales del ciudadano, disolviendo por la fuerza
sindicatos, partidos, Parlamento y otras organizaciones de la vida social
italiana. En política exterior adoptó una estrategia agresiva para la
conquista de colonias en África y en 1939 efectuó un pacto férreo con
Hitler para la conquista de Europa y el mundo. Italia entró en guerra en
1940 y fue el comienzo de la disgregación de su régimen que perdía cada
vez más el apoyo originario de la mayoría de los italianos. El fin del
régimen fascista sucede también gracias a las formaciones partisanas, que
en los últimos años dieron vida a la guerra de Liberación nacional.
FASCISTA
V. Fascismo.
FEMINISMO (MOVIMIENTO FEMINISTA)
Movimiento que se diferencia de los movimientos femeninos
anteriores, que toma importancia sobre todo hacia finales de los años
sesenta, poniendo como base de sus reivindicaciones no sólo la cuestión
del divorcio y el aborto (como momentos de autodeterminación de la
mujer), o los derechos civiles o sociales de la mujer (paridad,
oportunidades iguales), sino sobre todo el respeto de la “diferencia” entre
rol masculino y femenino en la sociedad y la consecuente recuperación de
la función de la mujer en el desarrollo social y político, cultural e
histórico. El feminismo ha movido los viejos valores que veían en la
familia, la sociedad y la política fundadas sobre la presencia casi exclusiva
del género masculino. Ha sido uno de los movimientos más importantes de
renovación social y cultural de la época contemporánea.
FLUJOS MIGRATORIOS
Movimientos de poblaciones desde sus países de origen hacia países
más ricos.
FUNDAMENTALISMO
Tendencia conservadora desarrollada en el protestantismo
norteamericano. Hoy, en particular la expresión se refiere a la religión
islámica. De este modo, con fundamentalismo islámico se indica la
orientación política e ideológica musulmana más integrista y
antioccidental afirmada en los países de Asia y África a partir de los años
ochenta.
GENOCIDIO
En el significado actual del término ha sido usado por primera vez en
1944 para indicar la destrucción en masa de un grupo étnico, como sucedió
con los judíos durante el nazismo, incluso todo proyecto sistemático
dirigido a eliminar cualquier aspecto fundamental de la cultura de un
pueblo. Así definido el genocidio es antiguo como la historia humana,
pero sólo luego de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad
internacional, ante los enormes crímenes cometidos por la política racista
y antisemita de la Alemania nacionalsocialista, ha sentido la necesidad de
fijar normas internacionales contra este delito (Asamblea de la ONU del 9
de diciembre de 1948, art. 2).
GHETTO
Originalmente, área urbana delimitada por muros reservada a ios
judíos, donde vivían separados de sus vecinos. Los ghettos medievales no
eran cerrados, sino, más que nada, áreas comunitarias de residencia.
Durante el régimen nazi los judíos fueron encerrados en ghettos cerrados,
donde morían de hambre e inanición, en espera de ser deportados a los
campos de concentración. Uno de los ghettos más poblados fue el de
Varsovia, donde se encontraban más de seiscientos mil personas, en un
área que anteriormente contenía casi una décima parte. Los judíos vivían
en condiciones inhumanas que provocaban enfermedades epidémicas y
muerte. En el ghetto de Varsovia se desarrolló también una lucha de
resistencia contra el ejército alemán en abril de 1943. En el régimen nazi
el ghetto era parte del llamado “sistema de concentración” puesto a
funcionar para destruir a todos los judíos, seres considerados de raza
inferior y opositores de Europa: comprendía campos de trabajo forzado,
clínicas de eutanasia, campos de exterminio, ghettos y prisiones de la
Gestapo (la policía secreta del Estado).
GRUPO ÉTNICO
V. Etnia.
GUERRA DE VIETNAM
Se alude al enfrentamiento entre Estados Unidos y la República
Democrática de Vietnam (de gobierno comunista), a partir de 1965. La
guerra concluyó en 1975 con la reunificación de Vietnam bajo un régimen
socialista que luego entró en la esfera de la influencia soviética. Las miles
de víctimas entre los vietnamitas y los soldados norteamericanos, la
ferocidad de las acciones militares, inspiraron libros y películas sobre una
guerra que vio el surgimiento de muchos movimientos pacifistas
norteamericanos y europeos para rechazarla.
GUERRA ECONÓMICA
Es una forma de presión ejercida por algunas naciones contra otra
nación, para dificultar su vida interna, con el fin de obtener resultados
estratégicos sin el uso de las armas. Ha sido usada por los países de
Occidente contra Irak antes que se desencadenase la Guerra del Golfo y
actualmente por Estados Unidos contra Cuba. Reside en el bloqueo de las
exportaciones y las importaciones, el control de los espacios aéreos y
navales, la clausura de todos los mercados de intercambio, en particular de
los comestibles, medicinas. También se la llama “embargo”.
GUERRA FRÍA
Fase de enfrentamiento político y militar entre el mundo comunista
centrado en la Unión Soviética y la Alianza Atlántica centrada en Estados
Unidos. Su característica ha sido la radicalización ideológica pero también
la de evitar enfrentamientos directos. Comienza en 1946 y termina
solamente con la era de Gorbachov y la caída del muro de Berlín en 1989.
GUERRA PSICOLÓGICA
Estrategia de ataque mediante amenazas y acciones demostrativas, a
menudo puestas en funcionamiento con atentados terroristas, que tienden a
debilitar al adversario.
HEREJÍA
Doctrina contraria a la verdad de la fe propuesta por la Iglesia católica
como revelada por Dios. La cuestión de las herejías se remite al siglo XI,
pero parece que solamente en el siglo XII monjes y laicos fueron
protagonistas de las herejías. En particular la herejía cátara, fundada sobre
el dualismo (una suerte de oposición absoluta), entre el bien y el mal y una
rígida práctica ascética, era sostenida por un grupo de creyentes también
llamados “los buenos cristianos”. La Iglesia católica persiguió las herejías
en cuanto constituían un peligro para la afirmación de la verdad de la fe, y
sobre todo para el ordenamiento jerárquico del clero.
HOLOCAUSTO
El significado original designa una ofrenda sacrificial hecha a través
del fuego. El término, si bien impropio, es comúnmente usado para indicar
el exterminio de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. La
matanza en masa de los judíos representó el punto culmine del desarrollo
del antisemitismo nazi. Aquellos que contaron el holocausto, por haber
sobrevivido, lo describen a menudo como un infierno en la tierra.
ILUMINISMO
Movimiento estrictamente cultural del siglo XVIII caracterizado por la
confianza de poder resolver los problemas humanos (sociales y políticos),
con las “luces” de la razón, sin apelar a la fe y a la tradición.
IDEALISMO
Toda doctrina filosófica que concibe la idea como principio del
conocimiento y la realidad. El idealismo moderno, que se afirma en el
siglo XIX, resuelve toda la realidad en el sujeto pensante mientras que en
el siglo XX se afirma un idealismo llamado “trascendental” que propone a
la realidad como centro de una suerte de conciencia universal.
IMPERIALISMO
Es considerado como una fase superior del capitalismo que amplía su
poder sobre otras naciones y continentes, mostrándose capaz de gobernar
no sólo las economías y los mercados, sino de influenciar masivamente las
decisiones del gobierno de naciones subdesarrolladas o en vías de
desarrollo. De acuerdo a muchos economistas, conservadores o
progresistas, el Imperialismo también es la causa del comienzo de la
Primera y Segunda Guerra Mundial. Se caracteriza por grandes
movimientos de capital, concentraciones de la riqueza en manos de pocos
grupos financieros dedicados a la especulación en la bolsa, formación de
áreas desarrolladas y zonas de subdesarrollo, fuertes movimientos
migratorios de mano de obra, elevado derroche de recursos, etc. También
es considerado como una nueva forma de conquista.
IMPERIALISTA
V. Imperialismo.
IMPERIO OTOMANO
Conjunto de dominios sujetos al poder de los soberanos otomanos
desde el siglo XIV al XX. Luego de la Primera Guerra Mundial, el Imperio
queda reducido a Anatolia, la cual, en 1923, es proclamada como
República de Turquía.
INFLACIÓN
El origen del término es latino {inflaré). Indica el proceso de
crecimiento de los precios y el correspondiente descenso del valor
adquisitivo de la moneda. De este modo la inflación transfiere riqueza de
los acreedores (generalmente las familias), a los deudores (el Estado y la
industria).
INQUISICIÓN
Tribunal de la Iglesia católica instituido para la lucha contra la herejía
a partir de 1184.
INSTITUCIÓN JURÍDICA
Toda institución o ente regulado por un complejo de normas jurídicas,
es decir, con carácter obligatorio, y organizado para alcanzar determinados
fines sociales.
INTEGRISMO
Tendencia a aplicar de modo no indulgente y absoluto los principios de
una doctrina o de una ideología. Una posición integrista en general no está
dispuesta al diálogo o la tolerancia de las ideas de los otros.
INTERCULTURALIDAD (BICULTURALIDAD)
Enfrentamiento entre modos de vivir y entender la vida social e
individual a través de la convivencia de personas procedentes de
experiencias de culturas y lenguas distintas. La biculturalidad prevé, en
vez, el diálogo entre dos culturas distintas. Es de hacer notar que en Italia,
hasta los últimos años noventa, ha prevalecido una monocultura y que el
diálogo con las otras culturas es una decisión consciente de civilidad.
LAGER
Denominación en lengua alemana del “campo de concentración”. Bajo
el régimen nazi el primer lager, contra los opositores políticos, fue
instituido en Dachau, cerca de Munich. Se trataba de un campo de
reeducación mediante el trabajo forzado. Luego el régimen nazi abrió
miles de campos de concentración en toda Europa y a partir de los finales
del año 1941 dio vida a los campos de exterminio (Auschwitz y Treblinka
en Polonia y Mauthausen en Austria).También Italia tuvo sus lager: en
Fossoli (Carpi di Modena) fue instituido un campo de trabajo y tránsito,
mientras que campos de exterminio fueron el de Risiera di San Sabba
cerca de Trieste y Gries cerca de Bolzano. En los lager los verdugos nazis
torturaban, hacían experimentos médicos y quirúrgicos, homicidios en
masa y obligaban a los internados al trabajo forzado de catorce a dieciséis
horas por día con escaso aporte de alimento (a menudo la ración diaria no
superaba las 900 calorías). Los niños, los viejos y los enfermos eran
“seleccionados” para la cámara de gas y sólo quien era capaz de trabajar
podía esperar a sobrevivir. Enfermedades epidémicas, tifus, diarreas y
parásitos de distinto tipo, además del frío y los problemas higiénicos,
contribuían a favorecer la alta mortalidad. Las víctimas de los lager nazi-
fascistas en Europa fueron más de once millones, de los cuales casi seis
millones eran judíos.
LIBERALISMO
Pensamiento ético-político que afirma la existencia de los derechos
individuales inalienables y asigna al Estado el deber de garantizarlos.
LIBRE CAMBIO
Dirección económica que ve en la libre competencia y en el desarrollo
de las capacidades de las empresas individuales la condición para el mejor
funcionamiento de la economía. Anteriormente, el libre cambio era hostil
a cualquier forma de proteccionismo económico y a la intervención del
Estado en la economía.
MATERIALISMO
Toda doctrina o sistema de pensamiento que ponga como principio
fundamental de toda la realidad a las manifestaciones de la materia y que
también considere la actividad intelectual como un aspecto de ella.
MERCADO DE TRABAJO
Lugar ficticio donde se encuentran oferta y demanda de trabajo. La
demanda está representada por las industrias o por los propietarios de los
medios de producción que necesitan de la fuerza de trabajo, y la oferta por
los individuos o las familias.
MISIONEROS
Con este término se designó a todos aquellos que desempeñan una
actividad de difusión de la fe cristiana en el mundo, como obra de la
Iglesia católica u otras religiones.
MONARQUÍA
Forma de gobierno del Estado donde el poder supremo está en las
manos de un individuo, por derecho de sangre (monarquía hereditaria).
Cuando por efecto de las demostraciones de 1848 las monarquías de
Europa concedieron estatutos y cartas constitucionales se empezó a hablar
de Monarquía ilustrada, la cual, más allá de los privilegios del monarca y
su corte, también veía los derechos del ciudadano.
MONOTEÍSMO
Toda doctrina religiosa o filosófica que afirma la existencia de un único
dios.
MOVIMIENTO FEMINISTA
V. Feminismo.
NACIONALSOCIALISMO
V. Nazismo.
NACIONES UNIDAS
Es la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Originalmente la
expresión fue usada para designar a los países aliados contra las potencias
del Eje (Alemania, Italia, Japón), durante la Segunda Guerra Mundial.
NAZISMO (NACIONALSOCIALISMO)
Dictadura, cuyo jefe máximo fue Adolf Hitler, que ascendió al poder en
Alemania en 1933 y fue derrotada por la intervención de las fuerzas
aliadas en los primeros meses de 1945. Tuvo un amplio apoyo popular y
desde temprano pretendía fundar una “Gran Alemania” con la anexión de
Austria, los Sudetes y otros territorios. En 1939 declaró la guerra a Polonia
y comenzó un proceso de ocupación en toda Europa con la intención de
germanizar al mundo entero. Su racismo y antisemitismo fue ley del
Estado, así como se sucedieron las persecuciones contra los opositores, las
razas consideradas inferiores y los judíos. Hoy se considera que el régimen
nazi signó una de las épocas más oscuras de la historia de la humanidad,
que todavía se interroga sobre los horrores y los muertos producidos en su
nombre.
NAZI
V. Nazismo.
OLIGARQUÍA
Término de origen griego (“gobierno de pocos”), usado en el léxico
político para indicar el ejercicio del poder por parte de grupos
restringidos.
ORTODOXIA
Plena correspondencia a los principios de una religión o sistema de
pensamiento filosófico o científico, ideológico o cultural. Por extensión es
ortodoxo quien observa plenamente las reglas y los principios de una
religión o un pensamiento.
PADRES DE LA IGLESIA
Nombre con que, tradicionalmente, son indicados los antiguos
escritores cristianos de ortodoxia comprobada, que vivieron entre los
siglos 1 y VIII.
PENAS SECULARES
Previstas por el tribunal de la Inquisición, como la tortura, la hoguera.
POPULISMO
Actitud política, cultural o ideológica que generalmente tiende a la
defensa de las clases sociales más pobres, sin referencia a una doctrina
específica.
POPULISTA
V. Populismo.
POSITIVISMO
Movimiento filosófico de la segunda mitad del siglo xix que rechazaba
toda forma de doctrina “metafísica”, es decir que no hiciera referencia a
los datos de la realidad, y que ponía en la ciencia todo el fundamento de su
cultura y el progreso social.
PRINCIPIOS SECULARES
Expresión con la cual se instruían los religiosos que dirigían los
tribunales de la Inquisición.
PROTESTANTISMO
V. Reforma protestante.
PSICOANÁLISIS
Ciencia fundada por Sigmund Freud (1856-1939), médico neurólogo
vienes que dio importancia fundamental al inconsciente en la vida del
individuo, como una zona de la psiquis donde son reprimidos los impulsos
y los contenidos emotivos, que no pueden expresarse en la vida de todos
los días y en la conciencia. El Psicoanálisis como disciplina presenta dos
grandes aspectos: el clínico, es decir sobre la cura de las enfermedades
mentales y las neurosis, y el cultural que durante el siglo xx ha
influenciado a muchos campos del saber: lingüística, literatura, filosofía,
antropología, crítica, sociología, etcétera.
RABINO
“Mi maestro” (en hebreo), es un estudioso de textos sagrados y en
particular un experto en leyes judías; está autorizado, de acuerdo a la
tradición, a decidir sobre cuestiones rituales y de interpretación de las
Escrituras.
REFORMA PROTESTANTE
Movimiento religioso del siglo xvi, que originó el Protestantismo.
Comenzó en 1517 con la circulación de las 95 proposiciones de Martín
Lutero (1483-1546), que discutían las verdades de la Iglesia católica. El
Protestantismo designa el patrimonio doctrinal originado por la Reforma y
las Iglesias que, haciéndolo propio, se separaron de la Iglesia católica,
romana.
RÉGIMEN
Sistema político o forma de gobierno. En sentido despreciativo el
término es entendido como sistema de gobierno autoritario. Un régimen
“centralista” concentra todas las decisiones y el poder en los órganos
centrales del estado sin delegar a las autonomías locales el poder
intervenir en la vida social de los ciudadanos.
RELATIVISMO
Concepción filosófica que no admite verdades absolutas en el campo
del conocimiento o principios inmutables en el plano de la moral.
RELIGIÓN MONOTEÍSTA
V. Monoteísmo.
RENACIMIENTO
Movimiento cultural formado en Italia hacia la mitad del siglo XV y
desarrollado en toda Europa hasta el siglo xvi. El motivo central es el
descubrimiento del hombre y el mundo en sus significados naturales,
laicos, reales, contra la concepción medieval que privilegiaba lo
sobrenatural.
REPRESIÓN
El término es entendido aquí como el rechazo psicológico de un
sentimiento o una pasión, por lo tanto como un proceso inconsciente a
través del cual el sujeto censura y excluye de la conciencia ideas,
recuerdos, afectos ligados a una pulsión, cuya satisfacción estaría en
oposición con las exigencias del Yo (razón), o el Superyo (conciencia
social).
REPÚBLICA DE WEIMAR
Régimen político republicano instaurado en Alemania en 1919 luego de
la Primera Guerra Mundial. Su Constitución, que preveía un Parlamento y
un presidente de la República, ambos electos por sufragio universal, fue
elaborada por una asamblea reunida en la ciudad de Weimar. La victoria
del partido nacionalsocialista en las elecciones políticas de 1932 puso las
bases para el arribo de la dictadura nazi de Hitler, que asumió la
conducción del gobierno en 1933.
RESISTENCIA
A menudo con este término se indica una forma de oposición a la
opresión tiránica. La forma más notoria de Resistencia fue aquella armada
que combatió en Italia y otras partes de Europa (España, Francia, Grecia,
Yugoslavia, etc.), contra los regímenes totalitarios nazifascistas. Fue
llevada a cabo por tropas civiles y militares de los varios Comités de
Liberación. Hoy se intenta dar mucho peso, también, a otra forma de
Resistencia llamada civil, fundada sobre expresiones de solidaridad
concreta y cotidiana respecto de las víctimas de la dictadura.
REVOLUCIÓN FRANCESA
Movimiento que en Francia derrotó al régimen feudal y la monarquía
creando las bases para el nacimiento del Estado democrático moderno. Su
comienzo data del 5 de mayo de 1789.
SACRALIZACIÓN
El proceso que convierte en sagrado o que atribuye un carácter sagrado
a un fenómeno, una persona o a un movimiento (como sucedió con las
Cruzadas).
SECESIÓN
La separación de un grupo de la unidad política o social a la que
pertenece.
SHOAH
Término judío con el que se indica la destrucción de los judíos de
Europa por obra de los nazis.
SÍMBOLO
Cosa concreta o idea que evoca una realidad más amplia o una entidad
abstracta. Por ejemplo, el color verde en ciertas culturas es símbolo de la
esperanza, la bandera es símbolo de la patria.
SINAGOGA
Del griego “reunión”, templo de los ritos y el culto judíos. En general
está construida de modo que la fachada se oriente hacia el lugar donde se
erigía el templo de Jerusalén.
SISTEMA JURÍDICO
Conjunto de leyes que regulan la vida de un Estado.
SKINHEAD
Grupos de jóvenes que a menudo toman ideologías nazis y violentas.
Originalmente estaban organizados en clubes deportivos del fútbol in-
glés.
SOCIALDEMOCRÁTICO V. SOCIALDEMOCRACIA.
Ala moderada de los movimientos socialistas. Originalmente el
término indicaba a los partidos que hacia finales del siglo xix se separaron
de los partidos obreros marxistas, oponiéndose al proyecto de revolución
de Lenin y proponiendo un pasaje gradual a través de reformas del nuevo
régimen.
SOCIALISMO
Con este término se indica a un movimiento histórico, político y
económico que propone una transformación de la sociedad, por el cual los
intereses colectivos prevalecen sobre los individuales.
SOCIALISTA
V. Socialismo.
SOCIALIZACIÓN
Proceso por el que un individuo aprende y se adecúa a las normas de
comportamiento social. Es sinónimo de inserción en la sociedad o en una
comunidad.
SOCIEDAD MULTIÉTNICA
Una sociedad donde están presentes e integrados los ciudadanos
procedentes de distintas etnias, tradiciones y culturas.
SOLIDARIDAD
Tendencia a sentirse solidarios con los otros, es decir a compartir ideas
y aspiraciones.
STALINISMO
Régimen de Stalin (1879-1953), hombre político soviético, cuyo
gobierno asumió, a partir de los años treinta, carácter totalitario.
Tristemente famosas fueron las “purgas” de los años 1932 y 1933 y los
procesos entre 1936 y 1937, a través de los cuales Stalin eliminó a todos
sus opositores políticos.
STALINISTA
V. Stalinismo.
TEOCRACIA
Forma de gobierno donde el poder civil y político es sometido a la
autoridad de la religión, ejercida por una persona, una casta o una
institución que se considera delegada de Dios.
TEÓLOGO
Estudioso de teología que analiza la presencia de Dios, sus
manifestaciones y su relación con el mundo y los hombres.
XENOFOBIA
Odio, aversión hacia los extranjeros y por todo lo que es extranjero.
Actitud que está en la base del racismo.
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ÍNDICE
Introducción
Notas sobre los textos.
COLONIALISMO / COLONIZACIÓN
1. La colonización como proceso de expansión
2. Componentes de la colonización
3. La trata de esclavos
4. Nueva fase del colonialismo
5. La descolonización: ¿fin del colonialismo?
Basil Davidson. “Madre negra”
Joseph Ki-Zerbo. “La trata de esclavos”
Giorgio Rochat. “El colonialismo olvidado”
CONQUISTA
1. La idea de conquista
2. La conquista de América
3. El mayor exterminio de la historia
4. La “civilización europea”
5. La responsabilidad de la Iglesia
6. Una historia marcada por conquistas
Steven Runciman. “La apelación del Papa”
Amin Maalouf. “La ruptura entre dos mundos”
Códice florentino. “El cuento de los indios”
Bartolomé de las Casas. “Relación sobre la destrucción de las Indias”
Rigoberta Menchú. “La cultura del respeto”
CRISTIANISMO
1. Religiones monoteístas e intolerancia
2. El paganismo y la herejía en los primeros siglos del cristianismo
3. La cristiandad medieval y la actitud hacia los infieles
4. El Medioevo: la actitud hacia los herejes y la Inquisición
5. Inicios de la Edad Moderna: Inquisición española y romana
6. La colonización y la misión
7. Hacia una Iglesia tolerante
Tomás de Aquino. “¿Convencer a creer?”
Leonardo Boff. “Qué es la teología de la liberación”
DICTADURA
1. Origen del término
2. Dictadura y regímenes no democráticos
3. Características de la dictadura
4. Clasificación de las dictaduras
5. ¿Por qué debemos condenar las dictaduras?
Hannah Arendt. “Dictadura y consenso”
Vladimir Zazubrin. “Enemigos del comunismo”
JUDAÍSMO
1. ¿Quién es el judío?
2. Identidad judía y racismo
3. El antisemitismo en la Historia
4. La “solución final”: ¿cuáles responsabilidades?
5- Identidad judía y “cuestión judía”
Primo Levi. “Hebraicidad”
Raúl Hilberg. “Medidas antijudías eclesiásticas y nazis”
Hans Küng. “El antisemitismo de Hitler y las culpas de la sociedad civil”
ISLAMISMO
1. Islam y Europa
2. El nacimiento de la religión islámica
3. Los deberes del musulmán
4. ¿Uno o muchos Islam?
5. El musulmán inmigrado y el integrismo
Mayy Muzaffar. “Páginas privadas”
Vittorio Ianari. “Para un mapa de los grupos fundamentalistas”
Giorgio Vercellin. “Derecho islámico y otros sistemas jurídicos”
FAMILIA
1. La familia: un concepto corriente
2. Otros tipos de estructuras familiares
3. Un retrato de familia
4. El derecho de familia
5. Familia y adopción internacional
6. Entrecruzamiento entre familia y multietnicidad
7. Matrimonios mixtos
8. Proceso migratorio, familia y generaciones
Theodor Fontane. “Un matrimonio por deber”
Max Horkheimer. “Familia autoritaria y cambios sociales”
Rachid Mimouni. “Mujer y sociedad en Argelia”
Tahar Ben Jelloun. “Diferencias irreconciliables”
PREJUICIO
1. ¿Qué es el prejuicio?
2. La escala del prejuicio
3. Distintos tipos de prejuicio
A. El prejuicio étnico
B. El prejuicio racial
C. El prejuicio sobre el género
D. El prejuicio sobre la clase social
4. Lenguaje y prejuicio
5. Prejuicio como forma de autodefensa
Norberto Bobbio. “Reflexiones sobre el prejuicio”
Norberto Bobbio. ”Iguales y diversos”
Vittorio Lanternari. “Prejuicio: de la mitología a la realidad”
VIOLENCIA
1. El mito de la violencia fundadora
2. Una definición de violencia
3. ¿Cuántas violencias?
4. El relativismo cultural de la violencia
5. Ley y violencia
6. Educación y violencia
7. Mujeres y violencia
8. La no-violencia
Luciano Bolis. “Violencia de Estado”
Amedeo Cottino. “La violencia escondida”
Corrado Stajano. “Violencia contra los diversos”
Norberto Bobbio. “¿Existe alternativa a la violencia?”
Primo Mazzolari. “La no violencia”
NEGRITUD
1. ¿Cuál es el color del primer hombre?
2. Dos casos de racismo antinegro
3. Lucha contra la segregación
4. El espacio del racismo antinegro
5. El racismo antinegro en Italia
Roy Lewis. “El color más sensato para la piel humana”
Albert B. Cleage. “Malcom X: el orgullo de ser negros”
Kenneth B. Clark. “Voces de Harlem”
Martin Luther King. “El mal será vencido”
HOMOSEXUALIDAD
1. Una mirada de conjunto
2. La época clásica
3. La visión judeocristiana
4. Entre represión y tolerancia
5. Los movimientos homosexuales y el proceso de transformación cultural
Parlamento europeo. “Paridad de derechos”
Martin Sperr. “Me avergüenzo de ti”
Giovanni Dall’Orto. “El invitado indeseable”
Giorgio Bassani. “Escuché decir…”
Umberto Saba. “Ernesto se pensaba mal”
RACISMO
1. ¿Existen las razas?
2. Raza y racismo
3. Grupos étnicos y poblaciones biológicas
4. Factores genéticos y diferencias humanas
5. Las distintas expresiones del racismo
Brunetto Chiarelli. “La raza de los regímenes totalitarios”
Benedetto Croce. “El presupuesto racista”
Claude Lévi-Strauss. “Razas y Cultura”
Giovanna Zincone. “Racismo en la actualidad y responsabilidad publica”
EXTRANJERO
1. Extranjero como bárbaro
2. Extranjero como salvaje
3. Extranjero como otro
4. Cultura e interés económico
5. La violencia, signo de falta de civilización
6. Comprender la diversidad del otro
Michael de Montaigne. “¿Pero, verdaderamente, son bárbaros y
salvajes?”
Claude Lévi-Strauss. “Etnocentrismo”
Francesco Ciafaloni. “El extranjero entre nosotros”
Ignacy Sachs. “El extranjero en la descripción de la aventura”
MIGRACIONES
1. Civilización humana y migraciones
2. Europa: tierra de inmigración
3. ¿Por qué dejar el propio país?
4. El “desafío” a enfrentar
5. Extranjeros en Europa: tres estrategias de recepción
Rainer Münz. “Cuatro formas de migración en masa”
Hans Magnus Enzensberger. “Una humanidad en movimiento”
Luigi Capuana. “Hacia América del Norte”
MINORÍAS
1. Definición de “minoría”
2. Minorías religiosas y nacionales
3. Cuidado de las minorías
4. Minorías y reconocimiento de derechos
5. Minorías y conflictos
6. Las minorías étnico-lingüísticas en Italia
Josef Kirchengast - Silvius Magnago. “El rol de las minorías”
Georges Simenon. “Conflictos y fronteras”
Sociedad de las Naciones. “Un país, dos naciones”
Mimma Stefanelli Barbieri - Bruno Nicolini. “Los gitanos en Italia”
NACIÓN / NACIONALISMO
1. “Nación”: nacimiento del término
2. Definiciones de “nación”
3. Naciones y nacionalismos
4. Los movimientos nacionalistas y el racismo
5. La nación, el ciudadano, la ciudadanía
Ernest Renan. “¿Qué es una nación?”
Gian Enrico Rusconi. “La cuestión de la identidad nacional”
Italo Calvino. “La fuerza de las asociaciones”
DEMOCRACIA
1. Cómo se reconoce una democracia
2. Estado democrático y libre expresión del individuo
3. Formas organizativas del Estado democrático
4. División de poderes y Constitución
5. Democracia, tecnología e información
6. Democracia y migraciones
7. Algunas conclusiones
Jean-Jacques Rousseau. “La democracia”
Montesquieu: “La división de los poderes”
Karl Popper. “El dominio de la democracia”
DERECHO
1. Sociedad y reglas de comportamiento
2. Los tres ámbitos normativos: ético, religioso, jurídico
3. El derecho en las sociedades primitivas y en los Estados teocráticos y
totalitarios
4. Derecho y valores
5. Derechos y conflictos
Thomas Raucat. “¿Cuál regla?”
Italo Calvino. “Las reglas de Cosimo y Viola”
GUERRA
1. Definición de “guerra”
2. Tipos de guerra
3. Guerra como actividad humana
4. ¿Guerra justa o guerra como crimen?
Aristóteles. “Condena de las políticas de guerra”
Pierre Crépon. “¿Guerra justa?”
Albert Einstein - Sigmund Freud. “¿Por qué la guerra?”
Ernesto Balducci. “Una nueva posibilidad histórica”
GLOSARIO
BIBLIOGRAFÍA