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7 beneficios de tener un gato para la salud

Ene 30, 2018

Muchos siempre lo han sabido y cada vez existen más estudios que lo demuestran. En la
mayoría de los casos, tener mascota y, más concretamente, tener un gato, es beneficioso
para nuestra salud. Hoy te desvelamos hasta dónde llegan los beneficios de tener uno o varios
felinos como mascota.

Reducción del estrés


Acariciar gatos reduce los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés). Se cree,
también, que el contacto físico con gatos incrementa en humanos la producción de
ondas tetha cerebrales, que habitualmente se producen en estados de relajación y calma
profunda.

Efecto terapéutico en personas con autismo


El contacto físico con las mascotas incrementa los niveles de oxitocina, una hormona que está
vinculada con el establecimiento de relaciones sociales. Un estudio encontró niveles menores
de oxitocina en sangre en niños autistas. Se ha comprobado que el incremento de niveles de
oxitocina en autistas disminuye las conductas repetitivas y mejora la habilidad de evaluar el
significado emotivo de la entonación al hablar. Por otra parte, otro estudio reveló que los niños
con autismo que tenían mascota se sentían más tranquilos y se relacionaban con mayor
facilidad.

Inspiran emociones positivas


Una encuesta realizada a 7000 personas en 2015 indicó que ver vídeos o fotografías de gatos
suponía un incremento en las emociones positivas (felicidad, esperanza…) de la persona que
los visualizaba, así como un aumento de sus niveles de energía.

Ronroneo sanador
Tras observar varios felinos domésticos y salvajes, se ha comprobado que el ronroneo se
produce a una frecuencia de entre 20 y 140 Hz, siendo lo más habitual una frecuencia de 20-
50 Hz en gatos domésticos. Parece ser que esta vibración sonora estimula la curación de
tejidos, especialmente en lesiones que afectan a tendones y músculos. Asimismo, reduce el
dolor y ayuda a incrementar la densidad ósea.

Protegen el corazón
Convivir con mascotas se ha asociado con la disminución del estrés, la reducción de la
presión sanguínea y, por lo tanto, menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Un estudio realizado en 2009 en el que hubo más de 4000 participantes que habían tenido o
tenían actualmente mascota (perros y/o gatos), reveló que las personas que habían convivido
con gatos tenían menor riesgo de sufrir infarto de miocardio que los que no vivían con felinos.
Curiosamente, la convivencia con perros no demostró estar asociada a una reducción del
riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, incluyendo el infarto miocárdico.

Mejora la salud mental


Una encuesta realizada en 2011 a 600 personas, de las cuales la mitad padecían en ese
momento un problema de salud mental, reveló que el 87% sentía que tener gato tenía un
impacto positivo en su vida y el 75% sobrellevaba mejor el día a día gracias a la compañía de
su gato.

Mejora la salud general


Si actualmente no tienes gato y te estás planteando dejar entrar uno en tu vida has de saber
que en un estudio llevado a cabo con casi un centenar de participantes, resultó que durante el
primer mes tras la adquisición de una mascota (perro o gato), las personas daban
puntuaciones mejores en un cuestionario de salud general comparado con las personas que
no tenían mascota. En las personas con mascota hubo una reducción significativa en la
incidencia de problemas de salud menores durante este periodo. Así que… ¿a qué estás
esperando?

Referencias:
(1) Beneficial effects of pet ownership on some aspects of human health and behaviour.
Serpell J
J R Soc Med. 1991 Dec; 84(12):717-20
(2) Emotion regulation, procrastination, and watching cat videos online: Who watches Internet
cats, why, and to what effect?
Jessica Gall Myrick
Computers in Human Behavior Volume 52, November 2015, Pages 168-176
(3) Cat ownership and the Risk of Fatal Cardiovascular Diseases. Results from the Second
National Health and Nutrition Examination Study Mortality Follow-up Study.
Adnan I Qureshi, Muhammad Zeeshan Memon, Gabriela Vazquez, and M Faredd K Suri
J Vasc Intery Neurol. 2009 Jan; 2(1): 132–135.
(4) Does Exposure to Cats or Dogs in Early Life Alter a Child’s Risk of Atopic Dermatitis?
Dennis R. Ownby and Christine Cole Johnson
J Pediatr. 2011 Feb; 158(2): 184–186.

Un artículo de Raquel Hernández, veterinaria.

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