El riesgo es una parte inherente de cualquier negocio.
Sin embargo el riesgo puede ser administrado y sus
resultados adversos pueden ser mitigados.
El mayor desafío para los propietarios de empresas
pequeñas es encontrar el equilibrio adecuado entre la paz de la mente y la rentabilidad deseada.
Tratar de eliminar por completo el riesgo en el negocio, es
realista, pero en algunos casos puede ser prohibitivamente caro, el otro extremo es instalar políticas tan reacias para tratar el riesgo que hagan que su negocio nunca crezca. Cuando algunos propietarios de empresas pequeñas piensan en “gestión de riesgos” se limitan por lo general a la compra de diversos seguros de protección, sin mucha consideración a otras formas de proteger su negocio.
La gestión de riesgos puede ser muy compleja, pero no
tiene que serlo al momento de iniciarse.
Inicie con algo sencillo, con un plan fácil de seguir y si es
necesario, amplíe a partir de ahí, a madurar se ha dicho.
Sigua estos pasos básicos para realizar un plan inicial de
gestión de riesgos en su empresa:
Primero: identificar los riesgos
Algunos riesgos son comunes a la mayoría o todos los
negocios.
Otros son muy específicos de su negocio y sólo usted,
como el propietario, puede conocerlos.
La mejor manera de abordar esto, es utilizar una lista de
verificación de riesgos estándar como punto de partida y luego añadir riesgos particulares a la misma en base a su experiencia específica.
Algunas compañías de seguros o diferentes organismos
ofrecen guías de gestión de riesgos para diversos aspectos de empresas pequeñas.
Por ejemplo:
Documento en pdf “Guías para la gestión del riesgos” <-
Clic para descargar, elaborado por Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras de Bolivia, con el apoyo de la Fundación para el Desarrollo Productivo y Financiero (PROFIN)
Algunos riesgos iniciales en los que pensar son:
Pérdidas de propiedad – por lo general se producen a
partir de los daños físicos, la pérdida y / o la actividad delictiva. Pérdidas por interrupción del negocio – se produce si su empresa deja de vender por alguna razón (por ejemplo a causa de un incendio). Además de las pérdidas de bienes, la empresa no sería capaz de producir productos y venderlos. Esta “interrupción en sus actividades de negocios” puede ser tratada anticipadamente. Las pérdidas por responsabilidad – se refieren a la responsabilidad legal por los daños y perjuicios causados a los demás por su compañía. Las pérdidas de personas – se refieren a los costos asociados con las personas; al sufrir enfermedades, una discapacidad o morir. Está de moda dejar un trabajo para emprender una meta personal. El impacto de la pérdida de una persona clave en una pequeña empresa puede ser catastrófico. Lesión a los empleados – se refiere a los costos asociados a un empleado al quedar herido mientras esta en el trabajo.
Segundo: evaluar la vulnerabilidad de su empresa para
cada riesgo
La vulnerabilidad está en función de la probabilidad –
¿Cuáles es la probabilidad de que un riesgo particular se materialice? – y su costo – ¿Cuánto de su empresa puede verse afectada como resultado?
El objetivo de este paso es cuantificar los riesgos y
determinar cuáles valen la pena tratar y cuáles no, ¿para qué preocuparse por todo?
Para los que valen la pena preocuparse, la pregunta es
cómo proteger su empresa contra ese riesgo de forma eficaz.
Si un riesgo particular tiene una baja probabilidad de que
ocurra, y de ocurrir, le costaría a su empresa un máximo de $ 50,000 en pérdidas, pero va a costar $ 65,000 protegerse contra este riesgo, puede que tenga que analizarlo más, aparentemente puede que no sea un buen uso de los recursos.
Tercero: preparar planes de contingencia
La planificación de contingencia va más allá de la compra
de seguros. Hay muchas formas de gestionar los riesgos, por ejemplo:
La implementación de políticas que valoren la
seguridad de los empleados sobre acciones riesgosas. Instalación de un sistema de seguridad para protegerse contra las pérdidas de bienes. Evitar las transacciones crediticias con clientes con historial de morosidad. El entrenamiento de gerentes de alto potencial, en las funciones y responsabilidades de sus superiores para protegerse contra las pérdidas de personas clave.
Un plan eficaz de gestión de riesgos es integral y creativo.
Va más allá de los seguros.
Cuarto: Adquirir los tipos adecuados de seguros
Seguros, ¡Claro!, sin embargo, no hay que olvidar minimizar
el riesgo. Es una parte central de la gestión de riesgos.
Los tipos principales de seguros son:
Seguro de responsabilidad civil general – Cubre los gastos
relacionados con la responsabilidad legal por lesiones a un tercero. Normalmente cubre daños materiales, lesiones corporales, gastos médicos y el costo de contratar a un abogado para defender a su empresa.
Seguro de responsabilidad de producto – Cubre los gastos
relacionados con la responsabilidad legal por lesiones o daños causados por un producto defectuoso. Si su empresa, fabrica, distribuye o vende productos en venta al por menor, entonces sería aconsejable obtener un seguro de responsabilidad de producto.
Seguro de responsabilidad profesional – Al igual que el
seguro de responsabilidad de productos, este es para los servicios en lugar de productos. Este protege contra las malas prácticas, errores y negligencia. Se refiere a veces como seguros para “errores y omisiones”
Seguros de propiedad comercial – Cubre la pérdida y daños
a la propiedad del negocio. Pérdidas de propiedad y por interrupción del negocio son típicamente cubiertos por el seguro de propiedad comercial.
Por ejemplo, si la empresa cuenta con un plan de combate
contra incendio, documentado y bien implementado, es probable que tenga que pagar montos menores por un seguro sobre la propiedad comercial. De no contar con planes de gestión de riesgo, es probable que los seguros sean más caros. Entre más alto el riesgo más caros son.
Quinto: Mejorar según sea necesario
Los planes de gestión de riesgos deben ser revisados y
actualizados regularmente.
Tomar un par de días cada seis meses para revisar y
actualizar los planes a las condiciones actuales de su negocio es una inversión inteligente.
Esta revisión planificada debe incluir a los propietarios, jefes
de departamento y (si se justifica y si se puede) un consultor de gestión de riesgos.
Muchas compañías de seguros a veces – con la vista puesta
en la reducción de los pagos de las reclamaciones – proporcionan el asesoramiento en la mitigación de riesgos, ¡Tontos no son!
Durante el período de actualización, sería un buen momento
para acercarse a ellos y tratar el tema de la asesoría.
Demostrar que se es bueno en la gestión del riesgo en su
negocio, será importante si pretende crecer aumentando el capital con nuevos inversionistas. Es esencial para conseguir que se sientan cómodos con la nueva oportunidad de inversión.
Como dicen por ahí:
Los líderes impudentes toman riesgos imprudentes;
líderes prudentes toman riesgos calculados. La gestión de riesgos es la “calculadora”.