Sei sulla pagina 1di 18

SEÑOR PRESIDENTE DEL

COLEGIO DE ABOGADOS DE ENTRE RIOS

DR. ALEJANDRO CANAVESIO

PRESENTE

Los abajo firmantes, abogados de la matrícula, designados por nuestra entidad colegial como

“DELEGADOS DEL CAER PARA EL SEGUIMIENTO DE LAS CARCELES DE LA

PROVINCIA DE ENTRE RIOS ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19”, en cumplimiento

estricto de la misión encomendada, la que llevamos a cabo en conjunto con las autoridades del

Servicio Penitenciario de E. Ríos y del Poder Judicial, procedemos a informarle y por su digno

intermedio a los demás integrantes de la CD, lo que más abajo se apunta:

INFORME PRELIMINAR SOBRE VISITAS UNIDADES PENALES 1 y 6 DE

PARANA.

En el marco de las actuaciones administrativas promovidas por la huelga de hambre iniciada

por internos de la Unidad Penitenciaria Nro. 1 de la ciudad de Paraná, la presentación efectuada por

el Colegio de Abogados de Entre Ríos manifestándose sobre esa situación crítica, solicitando

además participar activamente en las inspecciones que deberían llevarse a cabo para interiorizarnos

de la real situación a través de la observación directa de cada uno de los pabellones y el diálogo con

los internos y en virtud a la resolución del Sr. Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad

Subrogante, Dr. Pablo Barbirotto, participamos de una Inspección a las unidades penitenciarias de la

ciudad de Paraná, conjuntamente con agentes del Servicio Penitenciario y los delegados judiciales

del S.T.J.E.R. (Confr. Actuaciones Administrativas- Huelga de Hambre Unidad Penal Nro. 1 de

Paraná S/Ejecución Penal).-

Aclaramos, a todo evento, que decidimos ambos delegados del CAER, hacernos presentes

en cada uno de los pabellones de la UP 1 y de la UP 6, pues pretendíamos – y lo logramos- no ser

sólo escuchas pasivos de relatos de autoridades penitenciarias y judiciales, sino observadores

directos, a través de nuestros sentidos, de lo que allí acontecía para tomar real dimensión del estado
de situación, a lo que sumamos el diálogo franco, directo y sin intermediarios con la población de

internos, quienes libremente se expresaron acerca de los problemas y reclamos que los aquejan.-Y,

en tal faena, tuvimos en los propios presos y en el personal penitenciario, a los mayores

facilitadores de nuestro cometido institucional.-

Conforme surge del acta de inspección, podemos sintetizar (tal como lo hiciera el Sr. Juez)

que :“los motivos por los cuales se encuentran realizando una Huelga de Hambre son la falta de

celeridad en la tramitación y resolución de sus pedidos para acceder a los institutos liberatorios

-Libertad Condicional, Libertad Asistida- y Prisión Domiciliaria, expresando también que muchos

internos se encuentran pasados de la fecha de encuadre para acceder a dichos institutos

liberatorios y quieren que se evalúe la posibilidad de otorgárselos a fin de poder dejar de estar

expuestos a un contagio del COVID -19 y quieren estar junto a sus familias en este momento de

cuarentena; aducen falta de suministro de elementos de higiene como Jabón, Cloro y Lavandina;

también se hizo saber que en el Pabellón 1º patio "A" se reclamó que hay personas con H.I.V.,

mayores y asmáticos allí alojados, mientras que otros puntos de queja versan en torno a los

informes psicológicos expresando algunos internos que todos los informes resultan desfavorables,

expresando que son idénticos en su contenido, cambiando solamente el nombre y apellido del

interno.”

Sin perjuicio de los motivos específicos que dieron lugar a la huelga de hambre, pudimos

constatar otros reclamos que, aun cuando no dieran motivo a la medida de fuerza, entendemos

tienen una razón atendible y deberían ser solucionados por las autoridades correspondientes.

Dentro del universo de reclamos, podríamos distinguir con claridad algunos que son resorte

exclusivo del poder judicial, otros del Poder Ejecutivo y un tercer grupo que deben implementarse

de manera conjunta y articulada entre ambos poderes estatales.

RECLAMOS REFERIDOS A LAS TRAMITACIONES DE LOS LEGAJOS DE EJECUCION .


El punto más sobresaliente de los reclamos, acaso el más crítico y problemático en la visión

de los internos, está dado por lo que consideran –y perciben de modo inobjetable- una lentitud en

la tramitación de los legajos de ejecución. Falta de celeridad, claro está, que conspira contra el

usufructo legítimo de sus derechos dentro del régimen progresivo de la pena instituido por la Ley

24.660. A este respecto, el Colegio de Abogados de Entre Ríos (CAER), a través de sus delegados

designados señala que, sin perjuicio de que se trata de una problemática por todos conocida y de

vieja data, se ve fortísimamente agravada en épocas de mayor cercenamiento de derechos como el

que ocurre en estos momentos como consecuencia de la actual pandemia. Debemos llamar la

atención, muy especialmente, a la desproporción evidente que existe entre los recursos que posee

el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Paraná, y la creciente población

carcelaria.

Se trata de una asimetría disruptiva que se traduce en condiciones de deficiente atención

del interno y sobre la capacidad de respuestas a tiempo sobre sus problemáticas concretas y

especiales, llegando en algunos casos a la negación de sus derechos, con la consecuente desilusión

y frustración del interno, que siente que muy lejos está el fin resocializador que predican normas

constitucionales y convencionales. Sumado a ello, debemos mencionar que la etapa de ejecución

de la pena, tal vez la más importante por los resultados que conlleva, es prácticamente

desconocida por los operadores judiciales que no se dedican específicamente a estos temas.

De allí que, en la práctica, quienes interactúan con los internos de las unidades penales

sean mayormente los propios miembros del Servicio Penitenciario y los Delegados Judiciales,

quienes pese a los esfuerzos que cotidianamente y muchas veces en soledad realizan no pueden

contener ni resolver satisfactoriamente los reclamos postulados por la población carcelaria.

Esta misma situación se replica y resignifica una vez que los pedidos llegan al Juzgado de

Ejecución, dando como resultado las tardías respuestas que se dan a los internos, lo que muchas

veces conlleva, en la práctica, a la merma o pérdida de derechos.


La gravedad de la situación y las especialísimas circunstancias en la que se producen, deja

de ser individual, transformándose en Institucional (en función de los parámetros y alcances que

la CSJN le atribuye vocablo), ya que la no incorporación al interno en tiempo y forma de las

distintas etapas progresivas del cumplimiento de la pena, dan por tierra con todo el sistema

instaurado, no cumpliéndose la manda constitucional y legislativa con clara afectación a los

derechos que emanan de la Constitución y los pactos a los que la Argentina adhirió y que fueran

constitucionalizados.

SOLUCIONES PROPUESTAS

Entendemos férreamente que desde el Colegio de Abogados de Entre Ríos se puede

contribuir a la solución de la problemática someramente descripta, instaurando un Consultorio

Jurídico y Observatorio Penitenciario, a través de turnos de presencia de colegas que

voluntariamente puedan concurrir a las distintas unidades penales de la provincia para mantener

un diálogo con los internos, habilitando el hábito de la escucha, tal como se instituyó hace

décadas y con gran acierto el Consultorio Jurídico Gratuito (actuaciones Pro Bono) en nuestra sede

central.

Dado lo específico de la materia y que como indica la realidad somos muy pocos los

letrados que ejercemos defensas penales, este servicio pro bono debería hacerse de manera

voluntaria, pero solicitando al Servicio Penitenciario o directamente al Ministerio de Gobierno de

Entre Ríos, disponga de un lugar, acondicionándolo mínimamente, para realizar dichas atenciones,

las que en principio y de no mediar mayores exigencias de atención, podrían llevarse a cabo-como

mínimo- dos veces al mes, sin perjuicio de que se daría prioridad a aquellos internos que no

pudieran solventar los honorarios de un letrado particular.

Este nuevo instituto cumpliría, a la vez, el rol de observatorio, pues el actual Instituto de

Derecho Penal, Procesal penal y Criminología del CAER, deberá agregar un aspecto más a su área

científica de incumbencia, como lo es la de asuntos carcelarios. En ese aspecto, deberá hacer un


seguimiento preciso, circunstanciado y metódico de todos los casos que se abordan en su esfera de

incumbencia y actuación, debiendo elevar cuatrimestralmente informes a las autoridades del

Ministerio de Gobierno y Sala Penal del STJER, con el objeto de que se conozca el estado de

situación real de los establecimientos carcelarios, en lo judicial se corrijan procedimientos, se

advierta sobre la celeridad que debe imprimirse a estos trámites, se unifiquen criterio de

interpretación y aplicación de la ley 24.660 y, en general, se apliquen las correcciones que fueren

menester ante procedimientos y medidas que se adoptan por las autoridades judiciales de la

ejecución penal, que resultan francamente contradictorias del fin que sus normas persiguen,

muchas veces desnaturalizándolas contra rei.-

Asimismo el Colegio puede requerir al Juzgado de Ejecución elabore las pautas y

recomendaciones para la actuación profesional frente al mismo, a fin de agilizar la tramitación de

los legajos correspondientes.

Por fuera de estas especificaciones y propuestas efectuadas en los parágrafos precedentes,

en esta instancia y frente a la excepcionales circunstancias que estamos viviendo a raíz de la

pandemia provocada por el COVID-19, deberíamos elevar un Informe al Superior Tribunal de

Justicia de Entre Ríos, para que por los canales correspondientes, estén al tanto de las quejas

referidas, muy especial y específicamente, a la tramitación de la etapa de ejecución de la pena y

su régimen progresivo, insistiendo una y otra vez en la necesidad inexcusable de visualizar una

problemática compleja, debiendo realizar severas auditorías y visitas a las unidades

penitenciarias.

Incluso, de no existir, debería existir una Secretaría dentro de la Sala Penal del alto cuerpo,

dedicada exclusiva y específicamente al ámbito de la ejecución penal, de tal suerte de que el

seguimiento será más exhaustivo, focalizado, expeditivo y profesional, debiendo propenderse a la

formación y capacitación rigurosa de cuadros técnicos en esta etapa tal olvidada, acaso “la

cenicienta”, del proceso penal, paradójicamente donde según la manda constitucional y los pactos
constitucionalizados, se reeduca y resocializa al cuidadane condenade para que luego de este

proceso de privación de la libertad-único derecho del que se lo priva- se reintegre a la sociedad

debidamente preparado, al haber cumplido el programa de progresividad que prevé el paradigma

resocializador.-

En el caso de los detenidos y condenados en la órbita de la Justicia Federal, las quejas

fueron mucho más agudas y unánimes, pues se refieren a la casi absoluta falta de contacto de las

autoridades judiciales federales con los detenidos (“no nos conocen la cara, ni nosotros al juez o

defensores”, expresan con preocupación ostensible, no exentos de ira, los internos), aunque

muchísimo más severos fueron les internes (UP 1 y 6) respecto de aquellos que están bajo la órbita

del Sr. Juez Federal de la ciudad de Concepción del Uruguay, Dr. Pablo Seró y con la asistencia

letrada de defensores de aquella localidad, lo que no justifica su pasividad funcional aun

entendiendo razones objetivas de distancia entre el Juzgado y las Unidades Penales enclavadas en

esta ciudad. De todas maneras, a pesar de las distancias, debería encontrarse alguna solución,

sugiriendo como paliativo posible, sencillo y rápido, la delegación en los Defensores Públicos

Oficiales con asiento en esta ciudad, y la remisión de los legajos individuales referidos a los

detenidos preventivos para que el juez local pueda corroborar y conocer la situación en esta

ciudad. Acaso otra forma, atendiendo a que no se advierte falta de personal en el fuero Penal

Federal, sería la de designar Delegados Penitenciarios Federales, similares a los que tiene

habilitados desde hace ya muchos años la Justicia Ordinaria de E. Ríos.-

Creemos necesario asimismo que se tome debida razón de lo expresado respecto de los

informes realizados por los profesionales en los cuerpos interdisciplinarios, ya que fue motivo

constante de queja, enojo y enorme desilusión de les internes, al sostener con pruebas

contundentes que tales diagnósticos y pronósticos eran estandarizados, comunes y copiados de

otros legajos, cambiándole únicamente los datos del interno. Tal situación, debería analizarse en

el contexto de carencia de personal, pero también y por fuera del necesario profesionalismo que
deben demostrar los cuadros técnicos de estas áreas específicas y sensibles del sistema, en la

necesaria especialización que debieran tener quienes realizan el delicado trabajo de dictaminar,

nada menos, que en la aplicación del sistema progresivo de la aplicación de la pena,

proponiendo la posibilidad de ampliar el cuerpo de profesionales hoy existente en el ámbito de la

justicia local. Pero también, teniendo en consideración que cada caso es único, especial e

irrepetible, y por tanto debe dedicársele a las entrevistas con les internes de Psiquiatrxs, Psicólogxs

y Trabajadoxs Sociales, el tiempo necesario como para abordar con seriedad y elevado

profesionalismo, las singularidades de cada caso sometido a su experticia.

A este respecto también, entendemos que debe articularse con la Justicia Federal que

usufructúa de todos los recursos humanos y materiales de la provincia, pudiendo colaborar al

respecto mediante los profesionales con los que cuenta en la actualidad dicha justicia. Porque nos

queda muy claro que, por razones que desconocemos pero que llevan décadas, los internos

(procesados y condenados) Federales, utilizan los recursos provistos por el sistema de Entre Ríos,

generando por lógica consecuencia una merma sustancial de recursos, tiempo y demás aspectos

en detrimento de la población carcelaria perteneciente al Poder Judicial local.-

Así las cosas, el colapso de nuestras cárceles, no sólo es en el ámbito de lo edilicio

traducido en las más que precarias e insalubres condiciones de habitabilidad e higiene, sino en lo

que respecta al tratamiento institucional de los internos, viéndose alevemente resentido el

tratamiento en lo que respeta al régimen progresivo de la pena, a través de su ley rectora 24.660,

que conforma claramente el digesto de derechos de los internos, casi el estatuto que regula su

convivencia, sus obligaciones y derechos mientras dure la situación de encierro.-

Reclamos referidos a la Infraestructura y los lugares de cumplimiento

No es novedad, y no lo fue al momento de realización de la visita a las unidades 1 y 6 el

estado deplorable, muchas veces calamitoso, de los distintos pabellones que personalmente

recorrimos junto al personal penitenciario y los colegas Delegados Penitenciarios del STJER. Esto
obedece a múltiples factores, siendo tal vez el más conocido la superpoblación carcelaria, cuyos

factores desencadenantes no son objeto de análisis en el presente, pues esto nos obligaría

ineludible y responsablemente, referirnos al uso abusivo e irracional de las prisiones cautelares o

preventivas, utilizadas en muchísimos casos y a despecho de derechos y garantías constitucionales,

como un auténtico y real adelantamiento de penas, cuando no como un modo de compeler al

cuidadane en conflicto con la ley penal, a “colaborar con la tesis acusatoria”, enarbolada por el

Ministerio Público Fiscal.-

Lo cierto es que a esa realidad conocida, se contrapone (para grata sorpresa) la voluntad

férrea y honesta de paliarla por parte de los internos. Así, ellos mismos mediante un sistema

básico y sencillo de autogestión, han llevado a cabo diversas divisiones dentro de los pabellones,

realizado un muy precario sistema de alumbrado que les permite contar con energía eléctrica en

cada una de las celdas, habiendo realizado “motu proprio” con los escasísimos materiales provistos

mejoras en el hábitat. En este punto, el reclamo puntual se da en la petición de materiales de

construcción por parte del Poder Ejecutivo Provincial (aunque debería también colaborar el Estado

Nacional que usufructúa el sistema carcelario local) para permitirles la realización de mejoras en la

infraestructura, los que lejos de ser de envergadura o de alta significación económica, podrían ser

fácilmente resueltos a través dela entrega de cantidades mínimas de insumos de construcción.

Así, por caso y sólo para dar un ejemplo elocuente y representativo del universo de

deficiencias y necesidades básicas insatisfechas dentro del sistema carcelario local, uno de los

pabellones (el número 11) posee una población cercana (fluctuaciones mediante) a los 60

internos y tiene un sólo baño con una ducha eléctrica. Sí, aunque parezca una exageración

sensiblera, no lo es. En absoluto. Sesenta cuerpos con necesidades fisiológicas humanas, contando

con un solo baño donde defecar, orinar e higienizarse.-

El reclamo que nos hicieron llegar con mucha claridad y con la solución posible (queja y

propuesta al unísono), fue que se les permita realizar en un pasillo que se encuentra desocupado,
un baño más, contribuyendo ellos mismos con la mano de obra, pues hay varios que son oficiales o

medio oficiales de la construcción, y solicitando tan sólo los materiales y sanitarios, para su

realización. De igual modo en otros pabellones, se puntualizó la necesidad de realizar diversas

obras de infraestructura, comprometiéndose a llevarlas a cabo con mano propia, solicitando tan

sólo la provisión de los materiales necesarios para la realización. Por caso, evitar que las

conexiones eléctricas queden cubiertas, dando mucha seguridad, embutiéndolas a través del

sistema de cable canal, tomando tomas nuevas para dejar de utilizar cables pelados, en una

precariedad extrema con la generación de un peligro mayúsculo y permanente.-

También respecto a la necesaria limpieza y fumigación regular de lugares contiguos a los

pabellones, al menos tres o cuatro veces al año, ya que la proliferación de roedores, cucarachas,

hormigas, arañas y demás insectos y alimañas, fueron vistos por los suscriptos, habiendo hecho

tomas fotográficas en algunos pabellones y sobre ciertas cuestiones, de tal forma de obtener

registros objetivos de las situaciones denunciadas.

SOLUCIONES PROPUESTAS:

Desde el Colegio de Abogados, se puede establecer un canal de diálogo entre las

autoridades del Servicio Penitenciario y la población Carcelaria a fines de recabar el estado global

de la infraestructura y poder así llevar propuestas concretas de materiales necesarios a fin que el

Poder Ejecutivo envíe los mismos. De igual modo, el Colegio puede tomar como propia la

realización de algún tipo de donativo al respecto y articular con los diversos actores sociales la

posibilidad de realización de donaciones o aportes en igual sentido. Es de recalcar que las

soluciones contempladas son a corto plazo y con el fin de dar algún alivio temporal al

hacinamiento y precarias condiciones de habitabilidad en que se encuentra la población carcelaria,

que genera un malestar constante, operando como un factor de desincentivo, angustia e

irritabilidad para el interno. Sólo quienes atraviesan por esas penurias, lejos del mundo de los

afectos e intramuros, pueden entender de qué se trata. El resto, todos nosotros, operadores del
sistema penal, debemos apelar a la sensibilidad, a la visibilización de estos dramas humanos y a

una necesaria cuota de humanismo, responsabilidad, solidaridad y sentido común, para colaborar

en su mitigación progresiva y para que el mandato constitucional de 1.853 sea una realidad y no

una mera expresión de deseo, apenas una frase vacía de contenido y concreciones.-Las soluciones

de fondo deberán ser encaradas a través de las áreas respectivas, pudiendo el Colegio de

Abogados de Entre Ríos actuar como Veedor de las medidas y resolución que se adopten al

respecto, tanto de sustanciales mejoras edilicias y de habitabilidad como la que pudiera

contemplar la creación de una nueva cárcel.

Reclamos referidos a la forma de cumplimiento

La pandemia dejó entrever otro tipo de situaciones que pese a ser conocidas, hoy

adquieren una nueva dimensión, siendo necesario e indispensable para su solución la

interactuación y articulación sistémica y planificada de los poderes estatales en su conjunto. Hoy

se muestra como un derecho absolutamente limitado o directamente vedado la comunicación con

los familiares, derecho reconocido e instaurado como obligación estatal en la legislación local e

internacional. La cuarentena obligatoria, y la imposibilidad de contacto directo con los familiares

(mantenimiento de los vínculos o lazos afectivos), es tal vez el mayor de los problemas a resolver

por lo candente y preocupante de la situación. Pero a su vez es uno de los de más sencilla y rápida

solución.

Al efecto, los distintos poderes judiciales provinciales, han comenzado a dar respuesta

permitiendo el uso de celulares en los pabellones. Celulares que bien pueden ser provistos por el

Estado y de esa manera controlar el uso de los mismos, al ser registrados por las compañías.

En este sentido se ha expedido recientemente la Suprema Corte de la Provincia de Buenos

Aires, insistiendo en que la obligación estatal de permitir la comunicación de los internos con sus

familiares y allegados, no puede ser limitada so-pretexto de la pandemia que cursamos, cuando

existen medios tecnológicos que permitirían cumplir con la manda constitucional y convencional.
Debemos recordar que los internos que se encuentran cumpliendo una pena, el único derecho que

pierden es el de la libertad y ningún otro.-

Como bien lo recordó el Dr. Juan Sebastián Galarreta, a cargo del Juzgado de Ejecución

Penal Nro. 2 de Mar del Plata, en su pronunciamiento del día 27/03/2020, la cárcel no priva de

otros derechos más que el de la libertad (CSJN, “Dessy, Gustavo Gastón s/Hábeas Corpus”, del

19/10/1995, D.346, XXIV). El enunciado parece evidente, pero es necesario reiterarlo, porque la

privación de libertad no implica-ni puede implicar- el cercenamiento de otros derechos básicos,

como los relativos a la alimentación, salud, educación, asistencia y mantenimiento de los vínculos

familiares, por citar sólo algunos, en miras a lograr una efectiva reinserción social. Puntualmente,

la Corte dijo que: el propósito de readaptación social del penado, que debe estar en la base del

tratamiento carcelario, se vería controvertido si se les censurara u obstaculizara a los internos la

comunicación con el exterior, es un modo de distanciarlos del medio social al que se deberán

reintegrar luego de cumplidas las penas impuestas.-

Agregamos de nuestra cosecha, pero teniendo a la vista la realidad del mundo actual y de

las nuevas tecnologías que hacen cada vez más fluida la comunicación entre las personas, para

todos los ámbitos de la vida relacional, aun estando privados de la libertad, contar con un teléfono

celular, una notebook o elemento similar.- Todo ellos, en el contexto mundial descripto, ha dejado

de ser un bien suntuario y se ha convertido, como un jabón o el papel higiénico, incluso los propios

alimentos, en un bien de primerísima necesidad, insustituible para mantener contacto no sólo con

el mundo afectivo que está afuera, sino con otras instancias donde la comunicación emerge como

un insumo impostergable, citando por ejemplo, la educación a distancia, el acceso a la

información, etc.

Hoy por hoy, ese contacto con el exterior, necesario en un proceso progresivo de

resocialización, se efectiviza, en general, a través de los nuevos instrumentos tecnológicos, y


cuanto más si les persones están privadas de su liberad ambulatoria, con lo cual su utilización se

resignifica positivamente.-Agreguemos a lo dicho, la existencia de una pandemia que obliga al

aislamiento y que por ende suspende el usufructo de derechos (LAS VISITAS) en función de

preservar la salud de la población en general y de la carcelaria en particular.-

Sobre los aspectos expuestos, no está demás hacer alusión en forma de reiteración, de

algunas de las recomendaciones que en estos días y a raíz de la pandemia del COVID-19, ha

efectuado con enorme precisión y crudeza la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

(CIDH), en el marco de su Sala de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada, a través de la

Res. Nro. 066/20.

Expresa, sin ambages, la necesidad impostergable de urgir a los Estados miembro a

enfrentar la gravísima situación de las personas privadas de la libertad en la región y a adoptar

medidas urgentes para garantizar la salud y la integridad de esta población y de sus familias, frente

a los efectos devastadores de la pandemia del COVID-19, así como asegurar las condiciones dignas

y adecuadas de detención en los centros de privación de la libertad, de conformidad con los

estándares interamericanos de derechos humanos. En particular- y en este sentido van nuestras

peticiones a la justicia local y federal) la CIDH insta a los Estados a reducir la sobrepoblación en

los centros de detención como una medida de contención de la pandemia.-

En este sentido, la CIDH manifiesta su profunda preocupación por las alarmantes

condiciones en las que se encuentra la población carcelaria en la región, que incluye –como

acontece en la UP! que inspeccionamos al detalle-precarias condiciones de salubridad e higiene y

niveles de hacinamiento extremos. El contexto reseñado, afirma la Comisión, puede significar un

mayor riesgo ante el avance del COVID-19, en particular para aquellas personas que conforman

grupos en situación de vulnerabilidad, como personas mayores de 60 años, diabéticas,

hipertensas, pacientes inmunosuprimidos, pacientes oncológicos, con enfermedades


autoinmunes, insuficiencia cardíaca, cardiorrespiratoria e insuficiencia renal crónica, entre otras y

sólo por nombrar algunas.-

Conforme con lo establecido en sus Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las

Personas Privadas de su Libertad en las Américas, la CIDH recuerda a los Estados que toda persona

privada de sus libertad bajo sus jurisdicciones tiene derecho a recibir un trato humano, con

irrestricto respeto a su dignidad inherente, a sus derechos fundamentales, en especial a la vida e

integridad personal, y a sus garantías fundamentales, como lo son el acceso a las garantías

judiciales indispensables para proteger derechos y libertades.

Los Estados se encuentran en una especial condición de garante frente a las personas

privadas de su libertad, lo cual implica que deben respetar la vida e integridad personal de ellas,

así como asegurar condiciones mínimas que sean compatibles con su dignidad. Así, los Estados

están obligados a realizar acciones concretas e inmediatas para garantizar los derechos a la

vida, integridad y salud de las personas privadas de libertad, en el marco de la pandemia…Esta

Coyuntura exige a los Estados un gran esfuerzo coordinado para descongestionar tanto unidades

penitenciarias como comisarías a través de criterios de excarcelación o adopción de medidas

alternativas a la privación de la libertad para garantizar la vigencia y goce de los derechos

humanos a todas las personas.

Asimismo, la CIDH insta a los Estados a adoptar planes de contingencia para prevenir la

propagación del virus en los centros de detención y para garantizar la atención médica adecuada a

las personas privadas de libertad. Estas medidas además de atender las recomendaciones de las

autoridades sanitarias y ser proporcionales al riesgo de expansión del COVID-19 en los centros de

privación de libertad, deberán respetar las obligaciones del derecho internacional de los derechos

humanos en la materia. Entre las medidas de prevención dispuestas, deben distinguirse muy

especialmente la de revisión de casos de prisión preventiva, la adopción de la prisión domiciliaria

para personas mayores, en riesgo por patologías preexistentes, mujeres embarazadas y la


progresión al régimen abierto para aquellas personas que se encuentren cerca de recibir el

beneficio legal.

En prieta síntesis, las recomendaciones del Organismos Internacional de DDHH, insta a los

Estados a adoptar todas aquellas medidas que tiendan a reducir el número de personas privadas

de la libertad, a flexibilizar los criterios excarcelatorios y de otorgamiento de libertades asistidas y

condicionales, como también aquellas destinadas a mutar la prisión el establecimientos carcelarios

en domiciliarios.

Respecto a la provisión de elementos de higiene, si bien algunes internes manifestaron que

se activaron y regularizaron a partir de las huelgas y distintas manifestaciones que se llevaron en

distintas cárceles del país, sin embargo, todes admitieron que se les estaban suministrando, pero

que en algunos casos se rechazaban debido a las medidas de huelga que además de la alimentaria,

comprendía no aceptar del Servicio Penitenciario la provisión de estos insumos básicos de higiene

y prevención del virus.

Adunamos a todo esto y por fuera de las recomendaciones de la CIDH, algunas realidades

patentes y extremas recabadas en nuestras visitas a los pabellones de las internas,

fundamentalmente. Se trata de mujeres, algunas con prisión preventivas, otras con condenas,

algunas cortas y a punto de ser cumplidas totalmente, cuando no encuadradas desde hace

bastante tiempo en regímenes de Libertad Condicional o Asistida, aún no resueltos como parte de

esta endémica inercia de lentitud y excesivo retraso en el tratamiento y resolución de situaciones

vinculadas a beneficios y derechos obtenidos en el cumplimiento (en calidad y cantidad) del

sistema progresivo instituido en la Ley 24.660.

Concretamente, se trata de madres de hijos menores y sin presencia paterna (padres

fallecidos, divorciados, desconocidos, etc.) que se encuentran o la buena de Dios o al “cuidado” de

hermanos también menores o de abuelos que forman parte, por edad o patologías, de la llamada

población de riesgo, haciéndose necesario e impostergable humanamente que en esos casos y por
esta crisis sanitaria excepcional y compleja, se resuelvan favorablemente las prisiones

domiciliarias, manifestándonos las internas que no tienen inconveniente alguno de que se les

coloquen tobilleras, a fin de fortalecer el control de las internas a las que se les morigere la prisión

por la forma domiciliaria.

Con este temperamento, a unísono, se descomprimen los pabellones de presiones de las

internas y se reduciría sensiblemente la población, con lo cual mejoran las condiciones de

habitabilidad y salubridad, y por otro lado, esos menores acotan significativamente el riesgo de

contagio al dejar de vivir con personas mayores y recuperan lazos maternales perdidos por la

pérdidas de libertad de sus madres.-

Se trata, como se dijo y reitera con deliberada repitencia, de casos en que las madres están

cursando prisiones preventivas (casos en los que se ha producido la prueba), conjurados los

peligros de fuga o entorpecimiento procesal y con la presunción de inocencia a su favor; o casos

que están encuadradas favorablemente en los regímenes de libertad condicional o asistida y que

razones que desconocemos se encuentran muy demoradas sus resoluciones: En el caso de las

presas con encarcelamiento preventivo, estas volverían a la UP, de ser condenadas y esta

adquiriera firmeza y seguramente una vez que se hayan mitigados los primeros y más devastadores

efectos de la pandemia; y en el caso de las condenadas, debido a el estadio de cumplimiento, ya

no regresarían más al establecimiento carcelario Igual temperamento se debería seguir con la

población carcelaria masculina, cuando se tratara de casos de internos encuadrados en situaciones

de Libertad Condicional o Asistida o, incluso, algunos que sumados los incentivos educativos ya

estarían próximos a cumplir la totalidad de la condena impuesta.-

Se advierten también muchísimos reclamos de les internes referidos a que no se les

computan correctamente los cursos efectuados como estímulos educativos, o los encierros

cautelares cumplidos ante de las sentencias condenatorias, llegando al extremo de aplicarse, al

menos en el Juzgado de Ejecución de la ciudad de Paraná, algunas resoluciones facturadas bajo el


palio de fundamentos o arropamientos argumentales que violentan el régimen progresivo de la

pena y las normas y convenciones en este sentido.

Se trata, concretamente, de que hay casos de internes a quienes se les rechazan las

libertades condicionales o asistidas en razón de que antes no gozaron de salidas socio-laborales; o

casos, en que a les internes que están cumpliendo prisiones domiciliarias, se les deniegan las

salidas socio-laborales por ese motivo, lo que implican resoluciones contra rei y que violentan

groseramente derechos de los internos, consagrados en la propia ley 24.660.

Se han relevado casos de internos del ámbito Federal que estarían próximos a cumplir el

plazo máximo y excepcional de tres años de Prisión Preventiva (inocentes), sin que se registren

constancias de fijación de fecha para la realización del juicio oral y público.

Nuestro estupor y preocupación, como seres humanos y operadores del sistema penal,

tiene su arraigo, insistimos, en la ostensible y muchas veces inexcusable lentitud en el tratamiento

y resolución de los planteos efectuados, sobre todo, en el caso de los condenados y muy

especialmente, en los que pertenecen al ámbito de la Justicia Penal Federal.-

Se releva, in situ, un gran número de internos que siendo primarios, o gozarán de

beneficios muy tardíamente o directamente llegarán al final del tiempo de su condena, sin haber

gozado de ninguno de ellos. Esta desidia judicial desestimula, quita incentivos personales y genera

enormes e irreversibles frustraciones, sumado a la desidia y muchas veces falta de profesionalismo

de los equipos interdisciplinarios que “avalúan” a les internes, y en un par de renglones y copiando

y pegando frases estandarizadas, dictaminan que no están actos-según el pronóstico- para ser

beneficiados con la libertad y poder reinsertarse la sociedad de las que alguna vez fueron parte.-

Queremos dejar debida constancia, agregar y agradecer, la inestimable colaboración de la

Dra. Patricia VALIN, quien el día 1-04-2020 acompañó a los suscriptos a la UP 6 de mujeres,

compartiendo y participando activamente de las entrevistas mantenidas con internas provinciales

y federales, luego de cuya actividad, nos reunimos con el Director del Servicio Penitenciario de
Entre Ríos, Insp. Gral., Dr. Marcelo Rubén SANCHEZ y la Directora de la UP 6, Sub Prefecto, María

Muñoz, con quienes intercambiamos muy cordial y abiertamente puntos de vista, opiniones y

probables modos de solución acerca de los problemas más habituales y comunes que se registran

en las unidades carcelarias de E. Ríos, problemas que existen desde larga data, pero que en estos

tiempos de crisis sanitaria mundial por el COVID-19 se han agudizado y resignificado, urgiendo

consecuentemente el abordaje y solución de los mismos por parte de las autoridades

competentes.-

El día lunes 31-03-2020, por iniciativa del P.E., mantuvimos una cordial y muy positiva

videoconferencia con la Ministra de Gobierno, Dra. Rosario M. Romero, el Secretario de Justicia, Dr.

Pablo Biaggini, la que se extendió por algo más de una hora, en la que luego de hacerles un

completo informe de los temas centrales que habíamos relevado durante las inspecciones, se

produjo un intercambio de ideas, puntos de vista y se esbozaron finalmente algunos principios de

solución, dentro de lo que es la órbita de competencia del Poder Ejecutivo.- Nos comprometimos

como Colegio, a seguir colaborando activamente en lo que sea necesario y útil para mejorar el

estado de nuestros establecimientos penitenciarios y la tramitación judicial de los reclamos de los

internos alojados en ellos.-

Epilogando este informe preliminar, nos permitimos citar por su sensibilidad, humanismo,

oportunidad y justeza, la resolución facturada por el Vicepresidente del Tribunal de Casación Penal

de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Víctor H. Violini (in re: “Detenidos Alojados en la UP 9 de La

Plata SY Hábeas Corpus Correctivo”- Causa Nro.100145), con cita de Albert Camus, “En última

instancia, y ante la gravedad de las circunstancias que nos toca vivir, debemos extremar nuestro

sentido de humanidad para, al menos, intentar no ser parte de ese universo descripto por Albert

Camus, según el cual, “lo peor de la peste, no es que mata a los cuerpos, sino que desnudas las

almas, y ese espectáculo suele ser horroroso”.


Saludamos al Sr. Presidente del Colegio de Abogados de Entre Ríos, agradeciendo

enormemente haber confiado en ambos matriculados la responsabilidad de intervenir en esta

especialísima y excepcional situación, quedando a vuestra entera disposición y de las autoridades

del Poder Ejecutivo y Judicial, para colaborar en lo que sea necesario a través de les letrades que

integran el Instituto de Derecho Penal, Procesal Penal y Criminología del CAER.-

Dr. Miguel A. CULLEN Dr. Rubén A. PAGLIOTTO

Delegado CAER Delegado CAER

Paraná, Provincia de Entre Ríos, 2-04-2020

Potrebbero piacerti anche