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Cultivos, producción agrícola de zona NORTE.

SUR.
Aparición del lenguaje simbólico.

Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico, por lógica parecería implicar que
hay que hablar previamente de la cerebración, y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano
simbólico tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios
importantes en la estructura del sistema nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden
realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica (de un modo semejante
a un sistema muy simple de comunicación para mudos).

Ahora bien, el lenguaje simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y para
que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se requieren más innovaciones
morfológicas, algunas de ellas muy probablemente anteriores al desarrollo de un cerebro lo
suficientemente complejo como para pensar de modo simbólico. En efecto, observemos la
orofaringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción del humano, la laringe se encuentra en la
parte alta de la garganta, de modo que la epiglotis cierra la tráquea de un modo estanco al beber e
ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a las
cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados, pero al no
poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y la ingesta deben alternarse para que el
sujeto no se ahogue. El acortamiento del prognatismo que se compensa con una elevación de la
bóveda palatina facilitan el lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y
estructura del hioides, su gracilidad y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente
articulado.

Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca (España) evidencian que Homo antecessor, hace
unos 800 000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje
oral lo suficientemente articulado como para ser considerado
simbólico, aunque la consuetudinaria fabricación de utensilios (por
toscos que fueran) por parte del Homo habilis hace unos dos millones
de años, sugiere que en éstos ya existía un lenguaje oral articulado
muy rudimentario pero lo suficientemente eficaz como para transmitir
la suficiente información o enseñanza para la confección de los toscos
artefactos.

Además de todas las condiciones recién mencionadas, imprescindibles


para la aparición de un lenguaje simbólico, se debe hacer mención de
la aparición del gen FOXP2 que resulta básico para la posibilidad de tal
lenguaje y del pensamiento simbólico, como se verá a continuación.

Los beneficios de saltar cuerda.

El primer beneficio del salto de la cuerda es que está aconsejado para cualquier tipo de
deportista ya que, a pesar de no ser un deporte en sí mismo, es un ejercicio muy completo
que nos ayuda a mejorar nuestra forma física, tanto a nivel de resistencia como de
velocidad, coordinación o potencia.

Además, nos permite trabajar todo el cuerpo con un ejercicio simple y divertido. Con el
salto de la cuerda podremos tonificar y mejorar la fuerza de piernas y brazos
especialmente, pero también de torso o abdomen.

Con una sesión continuada de salto conseguiremos, por lo tanto, quemar calorías a la vez que
trabajamos la musculatura. Para que sea más efectivo, lo ideal sería practicarlo como un ejercicio
más de nuestro entrenamiento e ir incrementando la velocidad y el tiempo de salto, mejorando así
nuestra resistencia, algo que tendrá su influencia directa en otro tipo de deportes que
practiquemos.

Por otro lado, mejoraremos la respiración. Este punto está ligado al anterior. Al trabajar la
resistencia y darnos cada vez más capacidad para ejercitarnos durante períodos más largos o con
más intensidad, estaremos haciendo un ejercicio aeróbico que nos ayudará a controlar mejor la
respiración, un aspecto clave para el deporte. Podemos
utilizarlo como parte del calentamiento o como un
entrenamiento en determinadas sesiones en las que
queremos reforzar esto.

Como hemos apuntado, el salto de la cuerda lo puede


practicar cualquier persona, sea cual sea la disciplina que
trabaja, aunque suele ser especialmente popular entre
runners, por la incidencia directa sobre la zancada y la
fuerza que puede aportar a la musculatura de las piernas.

Cuáles son las lesiones por saltar cuerda.

Vale que es una actividad muy favorable para aquellos/as que necesiten perder unos kilitos y los
que quieran mejorar su coordinación corporal porque siempre se han visto algo torpes a la hora de
hacer deportes. Sin embargo siendo una actividad en la que destaca un único movimiento de giro
y salto, algún inconveniente tendría que tener.
El impacto en la articulación de las rodillas podría destacarse como el mayor inconveniente de
saltar a la cuerda. Y al mismo tiempo, la cadera podría sufrir lesiones graves dado a que nuestras
rodillas ya no puedan tirar bien con nuestro cuerpo. Pero para todo mal hay una solución, y es que
si podemos permitirnos unas buenas zapatillas deportivas bien acolchadas que amortigüen
nuestros saltos, habremos alargado en el tiempo la posibilidad de dañar nuestras articulaciones.
El último inconveniente no lo vemos como tal, pero sí lo es para aquellos/as cuyo objetivo sea el
de ganar músculo e hipertrofiar su cuerpo. Saltar a la cuerda nos ayudará a tonificar la
musculatura que ya tenemos y no hará que crezca de ninguna manera. Al tratarse de una actividad
aeróbica propiamente dicha, significa que nuestro corazón llegará a unas pulsaciones dadas y se
mantendrá durante todo el tiempo hasta que finalicemos el ejercicio. De este modo la quema de
calorías y el uso de nuestros músculos, con únicamente nuestro propio peso corporal, ayudará a su
tonificación, ya que no añadimos peso.

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