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El Bosque en Michoacán: Entre la Burocracia y la

Corrupción

Contenido: Mi Morelia.com, Michoacán, 14 de enero de 2009, Jorge Espinosa.

Morelia Mich., 14 de Enero 2008. -Mientras a nivel nacional se confirma un


hecho largamente anunciado por los especialistas y ecologistas, el fracaso del
programa pro-árbol, en Michoacán la tala clandestina, el crimen organizado,
cambios de uso de suelo, además de las inexistentes políticas ambientales
federales y estatales, han provocado que en los últimos 50 años se hayan
perdido más de un millón de hectáreas de los mas de cuatro millones de
bosques con que contaba.

De acuerdo a cifras de la Comisión Forestal en promedio se afectan 50 mil


hectáreas de bosque anualmente por diversos fenómenos entre los que
destaca el cambio de uso de suelo y la tala clandestina, que dicho sea de paso
se realiza en total complicidad de autoridades municipales, estatales y
federales; de esta cifra por lo menos 40 mil hectáreas ya no se recuperan.

Ahora, si bien es cierto se han intensificado acciones contra la tala


clandestina, sobretodo en las regiones consideradas como criticas, la
corrupción y complicidad hacen que el problema continúe en toda su
crudeza. A los habitantes de zonas donde el desmonte es un hecho incluso a
plena luz del día, como la zona de la mariposa monarca, los ejidatarios solo
han obtenido como alternativa a la práctica de la tala ilegal, trabajos como
guías de turista, con salarios de miseria, abrir puestos para venta de
artesanías y venta de comida para turistas , esto solo en la temporada , los
ocho meses restantes del año, viven como pueden.

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal, un presupuesto anual


superior a los 194 millones de pesos se ejerció en Michoacán desde el 2001
al 2006, lo que significó un crecimiento del 270 por ciento.

Para el 2007, la cifra federal se incrementó a 320 millones, de los mil 200
millones que se requieren para atender las demandas, necesidades y los
diversos fenómenos que atentan contra los bosques michoacanos y hasta se
establecieron zonas críticas.

Ante este panorama, el programa Pro-árbol se habría propuesto revertir la


tendencia en la entidad, bajo las siguientes metas.
-Forestar 16 mil 700 hectáreas, de las cuales 8 mil 700 serán para
reforestación, 2 mil en conservación y 6 mil en plantaciones forestales.

-Incorporar 54 mil hectáreas al Pago por Servicios Ambientales.

-Otorgar atención fitosanitaria en 31 mil 160 hectáreas.

-Se destinarán 19 millones 250 mil pesos para la producción de 17.5 millones
de plantas

Las zonas prioritarias de atención en el estado son: Mariposa Monarca,


Meseta Purépecha, Tierra Caliente y la Costa. Y los municipios Huetamo,
Nocupétaro, Carácuaro, Churumuco, La Huacana, Tzitzio, San Lucas,
Susupuato, Tiquicheo, Tuzantla, Turicato, Aquila, Coahuayana y Chinicuila.

Como en otras entidades del país, estas metas no se cumplieron y solo


sirvieron para atender necesidades mediáticas de la presidencia de la
república. El actual director de la Comisión Forestal, Alejandro Méndez
López , exdiputado local por el Partido Verde Ecologista, continúa la inercia
de otras direcciones y atiende lo que va saliendo al paso, bajo el argumento
de la falta de recursos, sin embargo, este año le fueron autorizados 78
millones ,660 mil cuarenta pesos, sólo para el estado, a esta cifra habría que
sumarle, los convenios con instituciones internacionales y fundaciones,
además de los señalados recursos federales.

Uno de los lugares que ha presentado mayor conflicto en materia de


deforestación y de tala clandestina, ha sido la Meseta Purépecha en donde
además se han registrado enfrentamientos armados entre grupos de
talamontes con policías y comuneros que tratan de cuidar los bosques.

Los muertos por esta guerra han sido muchos, entre ellos policías que han
huido ante la superioridad de sus enemigos.

Un estudio realizado por la propia Comisión Forestal del gobierno


michoacano, reconoce que la Meseta Purépecha es un foco rojo en materia de
tala clandestina, porque en comunidades como Capacuaro, San Lorenzo,
Santa Cruz Tanaco y Santa Juana, operan los grupos dedicados al robo y
venta de madera ilegal.

Lo que a nadie resulta ajeno, sobretodo si se toman en cuanta los recientes


acontecimientos en Cherán, es que si bien se habla de conflictos políticos,
estos también tienen un componente derivado de la explotación ilegal del
bosque en la región.
Basta recorrer a pie la zona para darse cuenta que las bandas dedicadas a la
tala clandestina están perfectamente identificadas por las autoridades
judiciales y se trata de delitos del ámbito estatal y federal.

En síntesis, la Meseta Purépecha es un foco en donde los comuneros ya están


cansados de que les roben su madera y buscan hacer justicia por su propia
mano, de tal manera que no sería extraño ver nuevos conflictos en esa zona
en los próximos meses.

Existen otros puntos del estado como Salvador Escalante y Ciudad Hidalgo,
donde la operación de otras bandas dedicadas al robo y venta de madera
ilegal es cosa de todos los días, pero la situación más grave se registra en la
Meseta Purépecha.

La pregunta sigue siendo la misma desde hace años: ¿Por qué si las
autoridades estatales y federales tienen perfectamente identificados a los
integrantes de estas bandas delictivas no se les detiene?

El 80 por ciento de la destrucción forestal deriva de los desmontes agrícolas


que se realizan para el cultivo de aguacate, y que se registran en la Meseta
Purépecha, Ario de Rosales, Tacámbaro y Maravatío. De las 40 mil hectáreas
que se estiman se pierden anualmente de bosque, solo se realizan acciones de
reforestación en 15 mil, el resto no se recupera.

Para Alejandro Reyes, investigador de la Universidad de Chapingo, el


problema de la deforestación y el cambio de uso de suelo en Michoacán,
tiene tintes tan graves como el del narcotráfico y las autoridades sólo han
acertado a dar soluciones políticas durante años a este problema; ahora la
situación tiene tintes dramáticos por la grave miseria no solo económica sino
humana que enfrentan los grupos que fueron dueños de bosque y la pérdida
de más del 60 por ciento de la superficie boscosa de la entidad.

Explicó que las bandas de talamontes se encuentran bien organizadas y


armadas, y cuentan incluso con la complicidad de las autoridades en zonas
como las de la mariposa Monarca.

“Cualquier hijo de vecino" le puede a uno informar de fortunas y cargos


públicos que ocuparon y ocupan quienes de manera ilícita viven del bosque,
a esto se suman los cambios y autorizaciones de cambio de uso de suelo en
diversos municipios para la instalación de zonas urbanas”.

Ahora en lugares como Pátzcuaro, donde el bosque debería ser una prioridad,
cada día los asentamientos irregulares son mayores y la pérdida de bosque
una realidad.

Esta, aseguró, es la realidad y las reforestaciones que “pomposamente


anuncian los ayuntamientos y gobierno del estado y federal", no son sino
medidas políticas que poco o nada benefician a la restauración del recurso,
como con el narcotráfico y la violencia.

Dijo que se deben tomar medidas preventivas y para ello puntualizó, también
es fundamental involucrar a la sociedad, el bosque puede ser un elemento
para frenar la migración, sin embargo aseguró primero hay que actuar contra
los grupos organizados que "con una fachada legal actúan de manera ilegal".

Esto significa, aseguró, “que hay quienes cumplen con los ordenamientos
legales para explotar el bosque, pero también actúan en complicidad con
ayuntamientos y corporaciones policíacas, de la otra manera, que es la que
realmente les produce ganancias. No es necesario ser investigador para darse
cuenta de esto, en las regiones boscosas de Michoacán, a plena luz del día se
pueden ver los camiones cargados de madera ilegal y si te adentras en el
monte, puedes escuchar las motosierras actuando con total impunidad”.

Consideró que los gobiernos estatal y federal, no cuentan con una política en
materia forestal y ambos se han dedicado a actuar bajo circunstancias
inmediatas y no con una planeación a largo plazo, lo que hace más
vulnerable el recurso que ahora es presa del crecimiento poblacional, la
burocracia y las pésimas condiciones en que viven los habitantes de las zonas
boscosas.

“Al no haber alternativas y enfrentarse solo a la demagogia de los gobiernos,


los pequeños propietarios y ejidatarios han optado por el cambio de uso de
suelo y ahora se dedican a la ganadería, agricultura y o bien emigran hacia
los Estados Unidos”, señaló.

De esto, agregó, “ya se ha hablado mucho, pero nadie, ni el gobierno de


Michoacán ni el federal, hasta ahora han presentado un plan a largo plazo en
este sentido; es decir no se cuenta con una estrategia y las medidas que hasta
ahora se han aplicado tienen sólo un carácter político y por lo tanto muy poca
efectividad”.

Como ejemplo, señaló a la ciudad de Morelia, que en los últimos diez años
perdió gran parte de su zona boscosa para convertirla en zonas habitacionales
por no haber una política ambiental.

“Cambiamos bosque por cemento”, dijo.

Siembra de Aguacate.

Otro fenómeno que ha mermado considerablemente los bosques


michoacanos, ha sido el cambio de uso de suelo y en caso particular, el boom
provocado por la apertura total de la frontera de la Unión Americana al
aguacate michoacano.

Tan sólo en los últimos años 100 mil hectáreas de bosque se perdieron por la
expansión de la frontera agrícola al cultivo de aguacate, que es ya un jugoso
negocio para los productores del estado ante la apertura comercial hacia los
Estados Unidos; sin embargo esos desmontes están completa ilegalidad.

Esta práctica resulta común incluso en zonas como Zirahuén donde gracias a
la terquedad de los comuneros, no se ha avanzado en la deforestación, sin
embargo a hora bajo el argumento milenario de llevar “progreso” a esos
lugares , las autoridades municipales y estatales fomentan mediante el
turismo, la instalación indirecta de huertas de aguacate;
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales es la encargada de
proporcionar los permisos para los desmontes, sin embargo a decir del
director de la Cofom, esta instancia no ha otorgado ninguna autorización al
respecto.

La Ley General de Desarrollo Forestal especifica que cualquier cambio de


uso de suelo requiere autorización de la Semarnat, lo cual significa que las
huertas de aguacate que actualmente operan, o por lo menos las que se
abrieron en los últimos años en el estado, se encuentran en la ilegalidad
porque no cuentan con permisos de la Semarnat para dedicarse a esa
actividad.

Según un reporte de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo


Rural, son un total de 90 mil las hectáreas dedicadas al cultivo de aguacate
en el estado.
La destrucción forestal en Michoacán por la expansión de la frontera agrícola
es muy grave porque “son beneficios privados con costos públicos muy
altos”.

Las zonas más afectadas son la Sierra Purépecha en donde los desmontes se
registran en municipios como Uruapan, Tangancícuaro, Ziracuaretiro y
Pátzcuaro. En tanto que en el Oriente del estado es en Maravatío,
Zinapécuaro en donde particularmente se registra ese fenómeno.
Fecha 2009-01-14
noticia:
Fuente: Mi Morelia.com

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