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de análisis, debemos tener en cuenta todo el entorno de referencia bajo el cuál se desarrolla.
Desarrollado el drama dentro de la Europa renacentista, donde los valores son determinados
de acuerdo a los conceptos de la iglesia (en su mayoría), surge la relación entre Pedro
Abelardo y Eloísa, generando un punto de vista diferente a los habituales de la época.
Los prejuicios de una sociedad permeada por un mal concepto de los valores, los cuáles son
abordados o evaluados por sujetos cuya escala de valores se encuentra basada en las
condiciones sociales, las ganancias de tipo económico que puedan obtenerse de posiciones
dominantes y relaciones comerciales con ventaja, enajenan el juicio de valor con claridad.
Esto lo vemos en la relación comercial entre el tío de Eloísa que aprovecha su posición de
canónigo dentro de una iglesia, la cuál posee poder absoluto y arbitrario sobre los criterios
de valor de la época.
Tanto que este poder absoluto y arbitrario aprovecha su posición de ventaja para evitar las
discusiones libres de pensamiento y desarrollo del ser humano, este tipo de discusiones se
hallan en un punto de próximo nacimiento gracias a los planteamientos filosóficos de Pedro
Abelardo.
nuevas ideas generadas por libre pensadoras hace que el modelo de autoridad se vea
Por ultimo cabe anotar que este tipo de juicios de valor no se hacen eternos, siempre en
algún momento se llega a una verdad que sin ser absoluta permite que analicemos los
valores desde diferentes perspectivas y podamos emitir juicios ecuánimes para estos.
Pedro Abelardo
(Le Pallet, 1079-priorato de Saint-Marcel, 1142) Filósofo y teólogo francés.
Talento privilegiado, fue alumno y bien pronto adversario de Guillermo de
Champeaux y de Anselmo de Laon. No siendo clérigo, reunía a numerosos
discípulos (en Melun, Corbeil, París). Se enamoró y tuvo un hijo de Eloísa,
cuyo tío, el canónigo Fulberto, contrató sicarios para que castrasen a
Abelardo. Éste y Eloísa se retiraron a sendos monasterios, pero sus
discípulos pidieron a Abelardo que volviera a su magisterio público ( Historia
de desventuras, 1136, y Cartas de Abelardo y Eloísa son testimonios de
esos patéticos sucesos). Su Introducción a la teología fue condenada a las
llamas en el Concilio de Soissons (1121) y san Bernardo consiguió una
nueva condena de frases de sus libros en el Concilio de Sens (1140). Lógico
eximio, intentó conciliar realismo y nominalismo; a la vez, reunió
argumentos contrapuestos en su Sic et non (1121) y reclamó que la fe
fuese limitada por «principios racionales», que expuso en
su Dialéctica (1121), por lo que algunos lo consideran padre de la
escolástica. Por su espíritu crítico racional y por el papel que su Ética otorga
al factor subjetivo, Abelardo rebasa ampliamente la filosofía de su tiempo.
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/abelardo.htm