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21 de enero de 2020
Resumen
En este trabajo abordaremos la teorı́a del láser de electrones libres y el advenimiento de futuras apli-
caciones desde la perspectiva y el contexto histórico del descubrimiento y formulación del fenómeno de
la radiación Cherenkov. En el primer capı́tulo construiremos la base fenomenológica que servirá de pilar
vertebral para la teorı́a del láser de electrones, a través de la obtención de la condición de emisión de
radiación Cherenkov, la distribución espectral en frecuencia de energı́as para una partı́cula y la ilus-
tración de distintos resultados vinculados a distintas aplicaciones de la fı́sica de partı́culas y la óptica
electromagnética como ramas operacionales independientes. Todo ello para combinar ambos enfoques
y confirmar la validez de las hipótesis iniciales seguidas. En el segundo capı́tulo nos sumergiremos por
completo en el desarrollo analı́tico de las expresiones relativistas en régimen de pequeña señal. Esto nos
permitirán concluir que un haz de electrones relavista puede generar una onda lenta de energı́a negativa
bajo el marco de un sistema de referencia laboratorio, que permitirá obtener ondas de mayor potencia
a través de un proceso de amplificación. En el capı́tulo tercero, conduciremos los resultados obtenidos
al desarrollo y formulación del fenómeno de la radiación Cherenkov estimulada considerando un sistema
elemental formado por un haz de electrones relativista semi-infinito inmerso en un medio vacı́o y pa-
ralelo a un recubrimiento dieléctrico sobre una placa conductora plano paralela, tanto desde el prisma
de un modelo fluido como de un modelo de partı́cula única, obteniendo la expresión de los campos en
cada medio y derivando de ello las consecuentes relaciones de dispersión que resultan en un valor para el
número de onda complejo con parte imaginaria positiva, asegurando el transvase de energı́a del haz de
electrones hacia la onda electromagnética generada, situación que coincide con la condición de emisión
de radiación Cherekov. A su vez, obtendremos la expresión de la tasa de crecimiento de la onda, la pro-
fundidad pelicular, la ganancia y el fenómeno de agrupamiento (bunching) de los electrones en el haz,
siendo este último esencial para comprender el funcionamiento del láser de electrones libres. Con todo
ello, estaremos en disposición de realizar una introducción fenomenológica al láser de electrones libres,
las caracterı́sticas esenciales de este y su funcionamiento experimental, con el objetivo de establecer una
equivalencia con el efecto Smith-Purcell y el principal desafı́o a la hora de obtener un láser basado en
este efecto. Finalmente, enunciaremos en el capı́tulo quinto las conclusiones esenciales del fenómeno, su
formulación analı́tica y el marco para futuras aplicaciones.
Índice general
1. Radiación Cherenkov 2
1.1. Introducción histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.2. Fundamento teórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.1. Descripción cualitativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.2. Problema de Frank-Tamm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.2.3. Campos y potenciales electromagnéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2.4. Fórmula de Frank-Tamm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.2.5. Medios dispersivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.3. Resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3.1. Índice de refracción constante y velocidad variable . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3.2. Índice de refracción variable y velocidad constante . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3.3. Frenado de partı́culas por radiación Cherenkov . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
5. Conclusiones 42
1
Capı́tulo 1
Radiación Cherenkov
No es de extrañar que la radiación Cherenkov pasara a formar parte de uno de los fenómenos más
destacados estudiados en el siglo XX, aún llenando de orgullo a cientı́ficos de la esfera post-soviética y
en la actual Rusia, donde se sigue utilizando la denominación Vavilov-Cherenkov en reconocimiento a la
labor consagrada de su tutor, que inspiró a su alumno para ver más allá del prisma de su tiempo, dando
explicación a un fenómeno conocido, pero hasta entonces inexplicable.
La radiación Cherenkov, tal y como se formula, tiene lugar cuando una partı́cula cargada se mueve a
través de un medio con una velocidad v mayor que la velocidad de la luz en dicho medio, que a partir
de ahora denotaremos como cn , donde cn = c/n siendo c la velocidad de la luz en el vacı́o y n el ı́ndice
de refracción del medio material considerado. En la labor de formar una imagen mental del fenómeno,
encontramos un primer marcador protohistórico en la forma de un análogo acústico capturado en las
bellas fotografı́as del fı́sico austriaco Ernst Mach a mediados del siglo XIX. El estampido lumı́nico propio
del pasar de una partı́cula cargada a través de un medio material puede encontrar su sı́mil en un proyectil
que, tras superar la velocidad del sonido, despliega tras de si una majestuosa onda de choque cónica,
denominada cono Mach, con su vértice situado aproximadamente en la posición del proyectil. No obs-
tante, la concatenación de descubrimientos que conducirı́a al descubrimiento de la radiación Cherenkov,
propiamente dicha, no comenzarı́a hasta finales de la misma centuria.
2
Si bien a dı́a de hoy podemos establecer una comparativa entre los conos Match y la radiación Che-
renkov, a principios del siglo pasado se consideraba que la luz viajaba a través del éter, medio al cual se le
atribuı́an una serie de caracterı́sticas peculiares. A su vez, cabı́a dentro de la naturalidad del pensamiento
cientı́fico tratar de buscar un estado de similitud entre las ondas del éter y las ondas elásticas en un medio
material. No obstante, no habı́a razón alguna para examinar el movimiento de las partı́culas en un medio
denso, en tanto que el movimiento de los átomos en dichas circunstancias no parecı́a fı́sicamente realista.
El fı́sico alemán, Arnorld Sommerfeld, se planteó, al igual que Heavisde, qué ocurrirı́a si una partı́cula
con carga viajase a más velocidad que la luz. Fue en 1904 cuando dedujo que un electrón superlumı́nico
emitirı́a radiación [3], incluso a velocidad constante. Lamentablemente para sus méritos, un año más
tarde, el maravilloso año de Einstein, se establecen los principios que rigen la teorı́a de la relatividad.
Nada puede superar la velocidad de la luz, y con esa misma rapidez, los trabajos acerca de una partı́cula
superlumı́nica de Sommerfeld y Heaviside compartieron su estancia en el olvido. Tal fue el desinterés, que
la constancia de las ideas del caballero inglés no fueron recordadas hasta 1974, tras una extensa labor de
búsqueda.
Sin embargo, hay un asunto mucho más intrigante. En plena época de descubrimientos para la fı́sica
de los procesos radiativos, a qué se debió que el matrimonio Curie no reportase conclusiones, esta vez,
definitivas del extraño brillo azulado observado en las sales de radio. La respuesta, por suerte, es mucho
más simple que la pregunta. Pière y Marie Curie se encontraban demasiado ocupados como para estudiar
aquel extraño fenómeno que describieron, erróneamente, como fruto de la luminiscencia. Cualquier atisbo
de esperanza por comprender aquel enigmático brillo azulado se habı́a perdido, pero no por mucho tiempo.
El mismo año que Sommerfeld soñaba con partı́culas superlumı́nicas, nacı́a en Nı́zhniaya Chiglá, en
el oblást de Vorónezh, Pável Cherenkov. Sin mayor conocimiento de su infancia y etapa adulta, se lin-
cenció en la Universidad de Vorónezh. En 1930, se trasladó a Leningrado, comenzando a trabajar en
su tesis sobre la luminiscencia activa por rayos gamma en lı́quidos, bajo la supervisión activa de Sergei
Vavilov. Sergei era conocido como la escenificación del genio introvertido, pero uno al que todos desea-
ban escuchar por su acertada e inmanente intuición para encontrarse ante problemas prometedores. En
1934, Cherenkov comenzó a trabajar en el Instituto Lebedev de Moscú y Vavilov fue nombrado direc-
tor de dicha institución. Allı́ Cherenkov comenzó su auténtica andadura, tanto en lo cientı́fico como en
lo vital ya que a ojos de sus compañeros no era descrito como un genio, sino la versión glorificada de
un estudiante promedio venido de un entorno rural y sin experiencia. Pese a ello, gozaba de una pa-
ciencia formidable, sumada a una capacidad de análisis versátil, un profuso espı́ritu de autocrı́tica y la
más estricta rigurosidad a la hora de llevar a cabo sus experimentos. Agarrado a una cuerda sobre el
abismo de los desconocido, Cherenkov disponı́a de las herramientas necesarias para confrontar el sublime.
Tras años de resultados, Ilya Frank e Igor Tamm se unieron al equipo de investigación contribuyendo
con el desarrollo de la fórmula que daba cuenta del fenómeno responsable de aquel extraño brillo azulado
que tanto el matrimonio Curie como Cherenkov habı́an observado. La explicación final que otros habı́an
intentado parecı́a haber llegado, esta vez para no ser olvidada. Cuando una partı́cula cargada se mueve
a una velocidad mayor que la luz en el seno de un medio material, incluso si esa velocidad es constante,
la emisión de radiación se presentaba como causa y su pérdida de velocidad, como efecto. Esto no con-
tradecı́a los postulados de Einstein, ya que el lı́mite impuesto estaba referido a la velocidad de la luz en
el vacı́o, detalle que solı́a pasar desapercibido cuando se hablaba de la velocidad lı́mite de una partı́cula,
al menos hasta entonces.
3
En los años siguientes, este descubrimiento revolucionó el mundo de la fı́sica de partı́culas, ocupó
su lugar en la rama de la astrofı́sica, se consideró para ciertos fenómenos ópticos y quedó plasmado en
diversos métodos y aplicaciones que fueron arrojando algo de luz. Una luz tenue, sin duda, pero igual
de extraña y cautivadora que esa otrora inexplicable luz azulada que captó la atención (con la misma
admiración que Herman Melville habla, en Moby Dick, en favor de los aventureros de todas las épocas y
meridianos) de cuatro mentes brillantes. Cuatro mentes brillantes agitadas por una atracción permanente
por las cosas remotas y que adoraban surcar por mares prohibidos.
Figura 1.1: De izquierda a derecha: Pável Alekséyevich, Cherenkov, Iliá Mijáilovich Frank, Ígor Yevguénievich
Tamm y Serguéi Ivánovich Vavilov.
Figura 1.2: La polarización en un dieléctrico ante el paso de un electrón. A la izquierda: partı́cula cargada más
lenta que la luz en el medio material. A la derecha: partı́cula cargada más rápida que la luz en el medio material.
Bajas velocidades
Cuando el electrón se desplace hacia otra posición, los átomos del medio recuperarán su forma original.
No obstante, mientras permanezcan deformados, actuarán como dipolos elementales orientados radial-
mente hacia afuera a la trayectoria del electrón. Cada región del medio a lo largo de la misma recibirá
un breve pulso electromagnético. Las ondas radiadas interfieren destructivamente. A distancias lejanas,
el campo resultante se anula y, por consiguiente, no observaremos fenómenos de radiación.
4
Altas velocidades
Sin embargo, si la velocidad del electrón es lo suficientemente elevada, y por este requisito debe
entenderse una velocidad superior a la de la luz en dicho medio, las ondas emitidas radialmente en un
punto lejano estarán en fase, por lo que tendremos un campo resultante, observable bajo un cierto ángulo.
Empleando la construcción de Huygens, la condición de coherencia tiene lugar cuando el electrón recorre
una distancia en el mismo tiempo que la luz viaja desde el punto inicial de la partı́cula cargada al
resultante de la intersección de la recta tangente al frente de ondas y el segmento perpendicular a este
que pasa por el punto inicial. En un tiempo ∆t el electrón habrá viajado una distancia OO0 = βc · ∆t,
siendo β = v/c el cociente entre la velocidad del electrón y la velocidad de la luz en el vacı́o. Mientras
tanto, la luz viajará una distancia OO00 = (c/n) · ∆t. De esto deducimos que el ángulo bajo el que se
observa este fenómeno, denominado ángulo de Cherenkov, viene dado por la expresión:
1
cos θc = (1.1)
βn
O lo que es lo mismo:
βn > 1 (1.2)
Expresiones de las que es posible deducir la existencia de una velocidad umbral para la emisión de
radiación Cherenkov (βmin = 1/n) y un ángulo máximo θc,max = arc cos(1/n). Llegados a este punto,
debemos remarcar que hemos supuesto que el ı́ndice de refracción es constante, esto es, independiente de
la longitud de onda (o la frecuencia) de los fotones.
1 Nota al lector: Uno de los aspectos más fascinantes de la ciencia es la posibilidad intrı́nseca que ofrece a la hora de
plantear y abordar un mismo problemas desde múltiples formalismos. Debido al carácter ineludible del paso del tiempo y la
intromisión de diversas tareas en él, he optado por ceñirme, no sin comezón alguna, a mostrar aquı́ la resolución analı́tica a
través de las ecuaciones de Maxwell y expresar los resultados en términos de las funciones modificadas de Bessel. Si desea
estudiar este apasionante fenómeno desde el formalismo de las funciones de Green [6], a través de los métodos de la mecánica
analı́tica [7], mediante el desarrollo de potenciales retardados [8] o incluso ceñirse al procedimiento original de 1937 [9], le
recomiendo encarecidamente consultar las referencias bibliográficas.
5
Partiendo de las ecuaciones constitutivas para medios materiales [10]:
~ =ρ
∇·D (1.3)
~
~ = − ∂B
∇×E (1.4)
∂t
∇·H~ =0 (1.5)
~
∇×H ~ = ~j + ∂ D (1.6)
∂t
Estas ecuaciones pueden reducirse a una forma más elegante empleando las relaciones existentes entre
campos y potenciales:
~
~ = −∇Φ − ∂ A
E (1.7)
∂t
~ = 1 (∇ × A)
H ~ (1.8)
µ0
Operando dentro de la condición del gauge de Lorentz:
~ = −εµ0 ∂Φ
∇·A (1.9)
∂t
Obtenemos las siguientes ecuaciones:
∂2A~
~ − εµ0
∇2 A = −µ0~j (1.10)
∂t2
∂2Φ ρ
∇2 φ − εµ0 =− (1.11)
∂t ε
Con el propósito de describir el espectro de frecuencias, gracias a la teorı́a asociada a las transformadas
de Fourier:
~ ω + εµ0 ω 2 A
∇2 A ~ ω = −µ0~jω (1.12)
ρ
∇2 Φω + εµ0 ω 2 Φω = − (1.13)
ε
Si consideramos el modelo más elemental de un electrón que viaja a lo largo del medio descrito a lo largo
del eje z con una velocidad constante v, la densidad de corriente vendrá dada por la siguiente expresión:
~jz = evδ(x)δ(y)δ(z − vt)~uz (1.14)
~ ω + εµ0 ω 2 A
~ω = − eµ0 −iωz
∇2 A δ(r)e v ~uz (1.15)
2πr
Tal y como se ha definido la densidad de corriente, el potencial vector solo va a tener componente z.
El problema va a tener, por tanto, simetrı́a cilı́ndrica y va a depender de (r, z; ω), esto es Ar (r, z; ω) =
Aφ (r, z; ω) = 0. Proponemos como solución al potencial vector:
−iωz
Az (r, z, ; ω) = u(r)e v (1.16)
Donde u(r) es una función que depende de la distancia radial de un punto P del espacio al eje z. De tal
manera, obtenemos una ecuación diferencial de segundo orden inhomogénea:
eµ0 −iωz
∇2 Az (ω) + εµ0 ω 2 Az (ω) = − δ(r)e v (1.17)
2πr
Sustituyendo la propuesta de solución (1.16):
∂ 2 u 1 ∂u eµ0
+ − kr2 u(r) = − δ(r) (1.18)
∂r2 r ∂r 2πr
Donde:
ω2
kr2 = (1 − β 2 n2 ) (1.19)
v2
6
El procedimiento que seguiremos a continuación fue la genialidad que les valió el premio Nobel. En
lugar de encontrar una solución particular y emplear una serie de condiciones iniciales para obtener la
solución general, multiplicaron la ecuación (1.18) por r e integraron [11] [12]2 :
Z ∞
eµ0 ∞
Z
∂u ∂u 2
− + − rkr dr = − δ(r)dr (1.20)
0 ∂r ∂r 2π 0
Llegamos a la condición:
∂u eµ0
lı́m r = (1.21)
r→0 ∂r 2π
Las soluciones a la ecuación (1.18) que satisfacen la condición anterior son:
eµ0
u(r) = K0 (kr r) (1.22)
2π
Donde K0 (kr r) es la función modificada de Bessel de segunda especie de orden cero.
Bajas velocidades
Si βn < 1, kr es un número real y tendremos una onda evanescente en la componente radial.
Altas velocidades
Si βn > 1, kr es un número imaginario puro. Esta es la condición, tal y como hemos estudiado previa-
mente, para la obtención de radiación Cherenkov y su observación bajo un cierto ángulo θc . Reescribiendo
las ecuaciones (1.25)-(1.27) para dicha condición en el rango de distancias lejanas:
r
e iπ|kr | −i(|kr |r+ ωz )
Hφ = e v (1.29)
2π 2r
r
e iπ|kr | −i(|kr |r+ ωz )
Er = e v (1.30)
2πεv 2r
r
e iπ|kr |(β 2 n2 − 1) −i(|kr |r+ ωz )
Ez = − e v (1.31)
2πev 2r
2 En una búsqueda reciente he podido confirmar que este último artı́culo no se encuentra disponible. No obstante, resultó
ser tan instructivo para el propósito indicado que he querido guardar en recuerdo la referencia original.
3 Tiene a su disposición un cálculo más extensor respecto a la obtención de los campos y potenciales en [11]
7
Las ondas electromagnéticas dadas por estas tres expresiones tienen las mismas propiedades que las
ondas planas. De forma más especı́fica, tal y como se ilustra a continuación, los vectores del campo
eléctrico y magnético son perpendiculares entre si y al vector de onda ~k, en la dirección en la que se
propaga la onda. Con esto, llegamos al mismo resultado dado en la descripción cualitativa del fenómeno.
Figura 1.4: Representación de los campos electromagnéticos producidos por la radiación Cherenkov.
|Er | Er 1 1
cos θc = =p =p = (1.32)
|E| 2 2
Er + Ez 2 2
(β n − 1) + 1 βn
Z ∞ Z ∞
U = 2rl Sρ dω = −2rl Ez Hφ dω (1.33)
0 0
8
Llegando ası́ a la expresión obtenida originalmente por Frank-Tamm4 :
e2 µ0 l ∞
Z
1
U= ω 1 − 2 2 dω (1.34)
4π 0 β n
La ecuación (1.34) da cuenta de la energı́a radiada por un electrón a través de la superficie de un cilindro
de longitud l. En donde n representa el ı́ndice de refracción del medio, β el cociente entre la velocidad
de la partı́cula y la de la luz en el vacı́o, y ω la frecuencia. A continuación, vamos a introducir ciertos
aspectos que no hemos considerado, de manera intencionada, y que ofrecen una comprensión más profusa
de la radiación Cherenkov.
Permeabilidad magnética
Para un medio de permeabilidad magnética µ que dificulte o facilite la formación de un espı́n magnéti-
co, basta con usar este valor en lugar de la permeabilidad magnética en el vacı́o en la ecuación (1.34).
Distribución espectral
A pesar de la importancia de la ecuación (1.34), resulta útil en el campo de aplicaciones conocer
la distribución espectral de la radiación Cherenkov y del número de fotones Cherenkov emitidos. De la
relación con la frecuencia de la energı́a U = N h̄ω:
d2 U µe2
1
= ·ω 1− 2 2 ∝ω (1.35)
dzdω 4π β n
d2 U µe2 1
1 1
= · 1− 2 2 ∝ 3 (1.36)
dzdλ 4π λ3 β n λ
d2 N µe2
1
= 1 − 2 2 ∝ cte. (1.37)
dzdω 4πh̄ β n
d2 N µe2 1
1 1
= · 2 1− 2 2 ∝ 2 (1.38)
dzdλ 2h̄ λ β n λ
De esta última expresión, integrando para un rango de longitudes de onda comprendido entre λ1 y λ2 ,
aplicando la condición de coherencia (1.1) para la radiación Cherenkov y relizando un cambio al sistema
cgs (µ = 4π/c):
2πe2 l 1
1
N= − sin2 θc (1.39)
h̄c2 λ2 λ1
Siendo e2 /h̄c2 = 1/137 la constante de estructura fina. Para un electrón con una energı́a de 500 keV
(β ∼= 3/4)a través de un espesor de 1 mm de agua (n=1.33), para un rango de longitudes de onda
definidas por los extremos del espectro electromagnético (entre 400 y 700 nm), se emiten del orden de 10
fotones Cherenkov.
En los experimentos [5] realizados por Jelley (1958) con electrones ultra-relativistas estimó un destello
con una duración del orden de 10−12 s.
4 En el artı́culo original se encuentra escrita en el sistema de unidades cgs.
9
Energı́a umbral
Pável Cherenkov reescribió la fórmula de Frank-Tamm en términos de la energı́a cinética del electrón
V y las pérdidas dV , en una sección de longitud dz [13]. De la expresión de la energı́a relativista:
E = T + mo c2 = γm0 c2 (1.41)
Esto es, cuanto mayor sea la energı́a cinética suministrada a la partı́cula, mayor será la velocidad de esta.
La velocidad de la partı́cula es uno de los parámetros implicados en la emisión de radiación Cherenkov
(βn > 1), por tanto, existirá una energı́a cinética umbral a suministrar a una partı́cula para que esta
tenga lugar. Esta se deriva de imponer un valor crı́tico β = 1/n y despejando V de la ecuación (1.42):
−1/2
1
Eumbral = m0 c2 1− 2 −1 (1.43)
n
Esto es, la energı́a cinética necesaria para la obtención de radiación Cherenkov debido al paso de una
Figura 1.6: Energı́a umbral en MeV para la emisión de radiación Cherenkov en medios materiales de diferentes
ı́ndices de refracción y distintas partı́culas cargadas.
Este contratiempo puede soslayarse invocando el argumento fı́sico de que un medio real siempre presenta
fenómenos de dispersión, esto es, n = n(ω). No obstante, esta condición es necesaria. Dado nuestro
especial interés para βn > 1, la radiación Cherenkov queda restringida para el rango de frecuencias para
las cuáles existe una cota superior dada por:
1
n(ω) > (1.45)
β
De lo que se deduce que la velocidad de una partı́cula cargada debe ser mayor que la velocidad de fase a
la que se propagan los campos electromagnéticos a una frecuencia ω:
c
v> (1.46)
n(ω)
10
Siendo esta la demostración formal para la obtención de radiación Cherenkov, pero lo realmente impor-
tante de este resultado es que no constituye, bajo ningún concepto, una violación del segundo postulado
de la teorı́a de la relatividad especial, ya que está referido a la velocidad de la luz en dicho medio y no
el vacı́o, y porque la comparación se establece con la velocidad de fase, no la de grupo, responsable de
la propagación de la información. Pero ante todo, no debe pasarse por alto el hecho fundamental de que
una partı́cula que emite radiación, pierde energı́a y con ello su velocidad disminuye. Con ello, se produce
la consecuente variación del ángulo de Cherenkov. En contraposición a cualquier otro tipo de radiación,
la radiación Cherenkov es la causa, no el efecto, esto es, al emitir radiación, la partı́cula cargada reduce
su velocidad.
Donde ωp2 = Ne e2 /mε0 es la frecuencia de plasma (Ne es la densidad electrónica y m la masa del
electrón) y ω0 la frecuencia natural de resonancia. Llegados a este punto, resulta conveniente conocer el
comportamiento del parámetro β a frecuencia nula para el modelo propuesto, esto es, para frecuencias
lejanas al valor de resonancia, donde el ı́ndice de refracción diverge. De la condición para βmı́n. , de (1.47)
llegamos a:
1
βc = r (1.48)
P ωp2i
1+ ω2 0i
i
Considerando ahora hasta i = 2, obtenemos la representación gráfica que se corresponde al fenómeno re-
producido experimentalmente, en el que (para electrones en agua) la radiación Cherenkov es más intensa
en el rango del ultravioleta cercano y el azul visible.
Si pasamos a considerar los efectos de pérdidas por dispersión en virtud del desplazamiento de los
dipolos átomicos, modelados como osciladores armónicos amortiguados, estos pierden energı́a debido a
las colisiones en el medio. Este término de amortiguamiento dota a la expresión del ı́ndice de refracción
de una parte real y de una parte imaginaria. Mas allá de la forma, da cuenta de la presencia de un
pico de absorción en un intervalo próximo a la frecuencia de resonancia y un ensanchamiento de la lı́nea
de absorción. Si consideramos el desplazamiento x(t) ~ de un electrón dentro del átomo sometido a una
oscilación forzada:
d2 ~x(t) d~x(t) ~ r, t)
m 2
+ mγ + mω0 ~x = eE(~ (1.49)
dt dt
Este modelo recibe el nombre de oscilador de Lorentz, donde γ es la tasa de amortiguamiento (dam-
ping), en el que se asumirán fuerzas isótropas y que el amortiguamiento deriva de fuerzas de rozamiento
proporcionales de la velocidad del electrón. Aplicando transformadas de Fourier:
Despejando ~x(ω) y conociendo que el momento dipolar inducido es p~(ω) = e~x(ω), calculamos la
~
expresión para el vector de desplazamiento eléctrico D(ω), de la cual, dividiendo entre ε0 llegamos a
una expresión análoga al caso sin amortiguamiento. Extendiendo el resultado de una única frecuencia de
resonancia a varias:
X ωp2i
n2 (ω) = 1 + 2 (1.51)
i
ω0i − ω 2 + iγω
5 Las bandas de absorción son transparentes para ciertas longitudes de onda correspondientes al rango visible tales
como para limitar la radiación mas allá del ultravioleta cercano. No obstante, para la región de rayos X o en la ionosfera,
n(ω) es menor que la unidad, por lo que la radiación Cherenkov queda imposibilitada en dicho rango. Sin embargo, para
radiofrecuencias tendremos una banda pasante como en el espectro visible.
11
De esta ecuación para el ı́ndice de refracción con parte real e imaginaria, la fórmula de Frank-Tamm
puede escribirse como:
µ0 e2 l
Re εr (ω)
Z
ω 2
U= exp − β r · Im εr (ω) 1− 2 ωdω (1.52)
4π v β 2 εr (ω)
El primer factor en el integrando contiene el término de absorción, por lo que la radiación a una frecuencia
ω solo se apreciará, a una distancia r, si la condición − ωv β 2 r · Im εr (ω) 1 se verifica.
1.3. Resultados
En este apartado estudiaremos en detalle distintas representaciones de la condición de la radiación
Cherenkov y la dependencia del parámetro β con z.
Figura 1.7: Ángulo de Cherenkov para distintos valores de β en aire el aire (n=1.0002926), agua (n=1.333), vidrio
(n=1.520), cuarzo (n=1.544) y diamante (2.420).
12
Figura 1.8: Índice de refracción de un medio dieléctrico en las zonas de dispersión anómala.
Figura 1.9: Ángulo de Cherenkov para un modelo con amortiguamiento con dos frecuencias de resonancia..
6 Un tema transversal de discusión bastante interesante relacionado con nuestro estudio es el hecho de que la mayorı́a
de las formas de vida, cuyos ojos siguieron un proceso de adaptación evolutivo en el agua y fuera de ella, carecen (salvo
majestuosas excepciones como la Odontodactylus schyllarus o mantis marina) de visión infrarroja y ultravioleta.
13
1.3.3. Frenado de partı́culas por radiación Cherenkov
Para concluir este capı́tulo, realizamos una simulación empleando un algoritmo de integración Runge-
Kutta, integrado en la librerı́a de funciones de MatLab. Para esta tarea, partiendo de la expresión:
m0 c2
U=p (1.53)
1 − β2
Derivando con respecto a z e igualando con la fórmula de Frank-Tamm y despejando dβ/dz, obtenemos:
ω2
(1 − β 2 )3/2 µ0 e2
Z
dβ 1
=− · ω 1− dω (1.54)
dz βm0 c2 4π ω1 β 2 n2 (ω)
Figura 1.10: Variación de β con la distancia recorrida para un modelo de medio material con amortiguamiento.
Este código fue mejorado y depurado posteriormente, ampliando el rango de frecuencias a todo el
espectro electromagnético del agua, en lugar del modelo de Drude-Lorentz. [15].
Figura 1.11: Variación de β con la distancia recorrida para un modelo de medio material con amortiguamiento.
14
Para el cálculo numérico realizado con un conjunto de datos para el ı́ndice de refracción del agua. En
base a dichos resultados, pudimos concluir que la masa en reposo es un parámetro que permite discriminar
entre varios tipos de partı́culas cargadas o que interaccionan con el material, por lo que un experimento
basado en este criterio resulta útil, siendo el caso más conocido la detección de neutrinos cósmicos 7 .
Además, para frecuencias más bajas, el ı́ndice de refracción adquiere un comportamiento muy distinto
que para altas energı́as. Mientras la velocidad de la partı́cula sea mayor que la velocidad de fase de
la onda propagada en el medio, se emitirán fotones Cherenkov8 . Si nos centramos en el rango visible,
de un análisis dimensional de la inversa de la expresión (1.54) podemos confirmar que la aproximación
β = cte. ampliamente usado en la bibliografı́a es válida en aplicaciones del orden de centı́metros y
metros. No obstante, si la distancia recorrida por la partı́cula se vuelve del orden de la longitud de onda
esta aproximación deja de ser válida. Estas configuraciones variarán de un material a otro. Para cerrar
este capı́tulo, es interesante dar a conocer que las pérdidas energéticas que experimenta una partı́cula
cargada relativista son descritas por la ecuación de Bethe-Bloch [16]. En esta expresión, las pérdidas
por radiación Cherenkov están incluı́das en un término de corrección que da cuenta de la polarización
y el apantallamiento de átomos distantes de la carga en movimiento. No obstante, la contribución a las
pérdidas energéticas por este proceso oscilan en torno al 1 % del total (en el que se incluyen diversos
procesos de ionización, reacciones nucleares, bremsstrahlung, etc).
7 Existen una serie de proyectos a largo plazo para la detección de neutrinos como los llevados a cabo en el SuperKamio-
experimento ANITA para detectar neutrinos cósmicos cuando atraviesan el hielo de la Antártida.
15
Capı́tulo 2
~ = − eN0 r ~ur
E (2.1)
2ε0
~ = − eN0 v0 r ~uφ
B (2.2)
2ε0 c2
Donde e es la carga en valor absoluto del electrón y r la distancia radial al eje del haz. La fuerza de
Lorentz nos arroja una primera imagen del movimiento del haz:
2
F~ = −e(E ~ = N0 e r 1 − β02 ~ur
~ + v~0 × B)
(2.3)
2ε0
Debido a esta fuerza, el haz de electrones se esparce radialmente hacia huera. Para evitar dicho
efecto podemos, o bien neutralizar la carga y la corriente del haz inyectando un haz de electrones en un
plasma o un gas neutro, esto es, añadiendo un flujo de iones positivos, o de manera alternativa, aplicar
campos magnetostáticos intensos en la dirección del flujo del haz, disminuyendo el efecto de los campos
y potenciales producidos por el propio haz, minimizando la componente transversal de la velocidad de
los electrones. Ambas situaciones deben ser tratadas, y de hecho las trataremos simultáneamente, en
conjunto con la consideración de un movimiento térmico y de fenómenos colisionales despreciables.
ρ = −(N0 + n)e ∼
= −ne (2.4)
16
La densidad de corriente vendrá representada por la velocidad de deriva del haz v~0 y la velocidad de
oscilación de los electrones ~v . Debido al flujo de iones positivos y despreciando los fenómenos de segundo
orden:
~j = −(N0 + n)e(v~0 + ~v ) ∼
= −N0 e~v − nev~0 (2.5)
Modelo convectivo
En virtud de las ecuaciones de Maxwell, será posible llegar a una expresión de los campos en régimen de
pequeña señal para la densidades de carga y corriente obtenidas anteriormente. La velocidad de oscilación
~v se obtiene de la bien conocida ecuación de movimiento relativista para un electrón:
d~v e ~ − v0 (v~0 · E)
~ + v~0 × B
~ + ~v × B~0
=− E (2.6)
dt γm0 c2
Donde hemos asumido que la velocidad de las oscilaciones es mucho menor que la velocidad de deriva
del haz. No obstante, en todo este proceso hemos considerado que las oscilaciones de pequeña amplitud
tenı́an lugar en el vacı́o.
Por aplicación inmediata de las propiedades de las transformadas de Fourier, el operador derivada
temporal pasa a escribirse como:
d
= i(ω − v0 kz ) (2.11)
dt
Por tanto, la ecuación de movimiento (2.6) puede reformularse como sigue:
e v0
 · ṽ = − Ẽ − 2 (~v0 · Ẽ) + ~v0 × B̃ (2.12)
γm0 c
En donde:
i(ω − v0 kz ) ωc 0
eB0
 = −ωc i(ω − v0 kz ) 0 ωc = (2.13)
γm0
0 0 i(ω − v0 kz )
17
Siendo ωc la frecuencia ciclotrónica del electrón en el sistema laboratorio. La transformada de Fourier
de la velocidad de las oscilaciones se obtiene despejando de (2.12) contemplando el resultado anterior:
v0
ṽ = T̂ · Ẽ − 2 (~v0 · Ẽ) + ~v0 × B̃ (2.14)
c
En donde:
T11 T12 0
T̂ = −T12 T11 0 (2.15)
0 0 T33
e ω − v0 kz e ωc e 1
T11 = i T12 = − T33 = i (2.16)
m0 γ (ω − v0 kz )2 m0 γ (ω − v0 kz )2 − ωc2 m0 γ ω − v0 kz
Sustituyendo (2.14) en (2.5):
v0
j̃ − ρ̃~v0 = γ σ̂ · Ẽ − 2 (~v0 · Ẽ) + ~v0 × B̃ (2.17)
c
En donde:
σ11 σ12 0
σ̂ = −σ12 σ11 0 (2.18)
0 0 σ33
ω 0 ε0 X ω 0 ε0 XY
σ11 = −i σ12 = σ33 = −iω 0 ε0 X (2.19)
1−Y2 1−Y2
s
N0 e 2
X = (ωp /ω 0 )2 Y = ωc0 /ω 0 ω 0 = γ(ω − v0 kz ) ωp = ωc0 = γωc (2.20)
γm0 ε0
En las ecuaciones anteriores, ωp es la frecuencia de plasma del haz de electrones, que es un invariante
independiente de la velocidad de deriva del haz. ω 0 y ωc0 hacen referencia a la frecuencia de la onda
electromagnética y la frecuencia de ciclotrón para el electrón en el sistema centro de momentos (en
reposo). El tensor (2.18) está referido a dicho sistema de referencia. Un diferencia fundamental de la
ecuación constitutiva (2.17) con respecto a la forma usual de un medio conductor es que la corriente no
da origen a disipaciones por efecto Joule. Esto es debido, tal y como se enunció en el primer apartado de
este capı́tulo, a una de nuestras consideraciones de partida; hemos despreciado las colisiones electrón-ión,
responsables de la disipación térmica de la energı́a.
Donde:
−(ω − v0 kz )2
iωc (ω − v0 kz ) 0
eB0
F̂ = −iωc (ω − v0 kz ) −(ω − v0 kz )2 0 ωc = (2.22)
2 γm0
0 0 −(ω − v0 kz )
Despejando s̃ de (2.21) y sustituyendo el resultado en (2.7) obtenemos el vector de polarización P̃ pro-
ducido por el haz:
2 ˆ v0
P̃ = γ ε0 (ε̂ − I) · Ẽ − 2 (~v0 · Ẽ) + ~v0 × B̃ (2.23)
c
Donde Iˆ es el tensor unidad y ε̂ el tensor de permeabilidad eléctrica relativa del haz de electrones en el
sistema centro de momentos:
1 − X/(1 − Y 2 ) −iXY /(1 − Y 2 )
0
ε̂ = iXY /(1 − Y 2 ) 1 − X/(1 − Y 2 ) 0 (2.24)
0 0 1−X
18
El tensor (2.24) dieléctrico correspondiente a un haz de electrones en el sistema centro de momentos
tiene la misma forma que en el caso de un plasma estacionario de electrones magnetizado. Esto es, el haz
se comporta como un plasma de electrones moviéndose a velocidad constante. Cada elemento de (2.24)
depende de de la frecuencia en el sistema en reposo, el haz de electrones puede considerarse, por tanto,
como un medio dieléctrico con dispersión en frecuencia. En el sistema laboratorio, cada elemento del
tensor es una función que depende de la frecuencia y el número de onda, por ende, el haz se comporta
como un dieléctrico con dispersión en frecuencia y para el número de onda.
Por razones de extensión, dejaremos fuera del desarrollo el cálculo de las expresiones detalladas de los
elementos tensoriales del los campos D̃ y H̃. No obstante si que nos vemos en la obligación de introducir de
describir las propiedades de estos, siendo, tal vez, la más interesante de todas ellas la dependencia múltiple
de D̃ y H̃ con los campos Ẽ y B̃. Tanto la excitación magnética como el desplazamiento eléctrico dependen
de los campos eléctrico y magnético a través de unas magnitudes tensoriales, todas ellas dependientes
de la frecuencia y el número de onda. Esto es lo que se conoce [22], desde la teorı́a electromagnética
macroscópica, como un medio bianisotrópico1 con relaciones de dispersión en frecuencia y número de
onda.
D̃ = ξˆ · Ẽ + η̂ · B̃ (2.25)
H̃ = η̂ · Ẽ + χ̂ · B̃ (2.26)
Las constantes para un haz de electrones relativistas cumplen, a su vez, las siguientes propiedades de
simetrı́a:
ξˆ = ξˆ† η̂ = η̂ † χ̂ = χ̂† (2.27)
Esto es, las constantes materiales de un haz de electrones relativista son hermı́ticas y, por consiguiente,
un haz de electrones relativista es un medio bianisótropo sin pérdidas.
~ + ∂hwi + hqi = 0
∇ · hSi (2.29)
∂t
~ y hwi representan el valor promedio temporal del flujo de la densidad de potencia y la
En donde hSi
densidad de energı́a para campos de pequeña amplitud. A su vez, hqi representa la potencia media por
unidad de volumen suministrada por una fuente externa. El flujo de la densidad de potencia puede des-
componerse como la suma de dos contribuciones hSi ~ = hS~0 i + hS
~1 i, en donde hS
~0 i representa la densidad
~
de flujo de potencia portada por los propios campos electromagnéticos. hS1 i expresa la densidad de flujo
de potencia debido a la deriva del propio haz de electrones.
1 Los materiales bi-isótropos tienen la propiedad óptica de rotar la polarización de la luz tanto en la refracción como en
la transmisión. Esto no significa que todos los materiales con este fenómeno sean bi-isótropos. El efecto de torsión de los
materiales bi-isotrópicos es causado por la quiralidad y la no reciprocidad de la estructura del medio, en el cual el campo
eléctrico y magnético de una onda electromagnética (o simplemente, la luz) interactúan de una manera inusual. Cuando las
relaciones constitutivas entre los campos viene acompañada de elementos tensoriales, se denominan medios bianisotrópicos.
2 En medios temporalmente dispersivos no es posible emplear las ecuaciones habituales para el cálculo de la densidad de
energı́a electromagnética. Esto es debido a que tanto la polarización y la magnitización en un instante no solo depende de
la intensidad de los campos en dicho instante, sino que también la asociada a todo el intervalo temporal previo a este.
19
Si descomponemos ahora la densidad de energı́a en dos contribuciones, independiente una de ellas de
~1 i como:
la dispersión de los electrones y dependiente la otra, podemos reformular el término hS
~1 i = hw1 i~v0
hS (2.30)
∂hP i ∂hW i
+ + hQi = 0 (2.31)
∂z ∂t
Motivo por el cual, debemos incidir en que la relación de dispersión que vincula ω y kz viene dada por
las expresiones de los campos electromagnéticos de un haz de electrones y las condiciones de contorno.
Consideremos en primer lugar una onda descrita por una única frecuencia y un único número de onda.
El plano de fase constante se propaga con la velocidad de fase, vf = ω/kz en la dirección del eje z. En
un haz de electrones, la velocidad de fase difiere generalmente de la velocidad con la que se propagan la
energı́a y la información de la onda.
Para la onda anteriormente mencionada se extiende infinitamente tanto a lo largo del dominio espacial
como temporal. Tal onda no puede propagar ningún tipo de información. Dicho de otro modo, para poder
transmitir información debe modularse una onda portadora con una única frecuencia ω y un único número
de onda kz , en concordancia con la propia señal. Una onda modulada no tiene una única frecuencia y
un único número de onda. En su lugar, dispone de un amplio espectro de frecuencias y números de onda
distribuidos en torno a la frecuencia y el número de onda de la onda portadora. Lo que tenemos, en
definitiva, es un paquete de ondas y en conclusión, la información es transportada por dicho paquete
y la velocidad a la que dicha información se propaga recibe la designación de velocidad de grupo. Esta
velocidad viene dada por la relación matemática:
∂ω
vg = (2.33)
∂kz
Si consideramos en (2.31) que hQi = 0:
hP i
vg = (2.34)
hW i
Es decir, la velocidad a la que la energı́a viaja a lo largo del haz de electrones. De este resultado, concluimos
que la velocidad de transporte energético es igual a la velocidad de grupo en el caso donde la disipación
en el haz de electrones pueda despreciarse.
20
Donde |vg | < c, h̄ puede compararse con la carga de una partı́cula cargada, hNω i representa la densidad
de partı́culas cargadas por unidad de longitud y vg la velocidad de grupo. Definimos pues a partir de
estas expresiones dos nuevas magnitudes fı́sicas:
hW i
= h̄hNω i (2.37)
ω
hP i
= h̄hNω ivg (2.38)
ω
Estas, divididas por la sección eficaz del haz, pueden compararse con la densidad de carga y la densidad
de corriente, respectivamente. Debemos hacer hincapié en que la sección eficaz es un invariante bajo
transformaciones de Lorentz. Por ello:
hW 0 i
hW i v0 hP i
= γ − (2.39)
ω0 ω c2 ω
hP 0 i
hP i hW i
=γ − v0 (2.40)
ω0 ω ω
Los términos de la izquierda hacen referencia a las cantidades medidas en el sistema centro de momentos
y los de la derecha a los referidos al sistema laboratorio. La transformación de Lorentz para la frecuencia
es conocida y viene dada por:
ω 0 = γ(ω − v0 kz ) (2.41)
Sustituyendo (2.33) en las transformaciones de Lorentz para las cantidades anteriores:
hW 0 i
v0 vg hW i
= γ 1 − (2.42)
ω0 c2 ω
hP 0 i
v0 hP i
0
=γ 1− (2.43)
ω vg ω
Vamos a discutir ahora las conclusiones vertebrales que supondrán la culminación de este capı́tulo y nos
catapultarán al siguiente, estando en condiciones de analizar el problema que nos compete.
Densidad de energı́a
De (2.41) y (2.42) deducimos que:
0 2 v0 vg hW i
hW i = γ 1 − 2 (ω − v0 kz ) (2.44)
c ω
La densidad de energı́a en el sistema centro de momentos hW 0 i del haz de electrones siempre toma
un valor positivo. En contraposición, la densidad de energı́a vista desde el sistema laboratorio (en el
que el haz de electrones es arrastrado con una velocidad v0 ) hW 0 i puede tomar valores negativos para
una condición particular que, de momento, nos resulta desconocida. Un análisis del signo de (2.44) nos
conducirá a ello. Para empezar, hW 0 i siempre toma un valor positivo. Por otro lado, el factor (1−vg v0 /c2 )
es también mayor que cero, ya que la velocidad de arrastre del haz y la velocidad de grupo son siempre
menores que la velocidad de la luz en el vacı́o. Como no, las frecuencias ω se definen positivas. Por
consiguiente, si se satisface la condición:
ω − v0 kz < 0 (2.45)
La densidad de energı́a podrá tomar valores negativos en el sistema laboratorio [24]. De la definición de
velocidad de fase, la ecuación anterior puede reescribirse presentando la forma de la condición para la
emisión de radiación Cherenkov (1.46):
vf < v0 (2.46)
En caso contrario, la densidad de energı́a toma valores positivos en el sistema laboratorio.
21
Densidad de potencia
De (2.41) y (2.43) llegamos a:
0 2 v0 v0
hP i = γ 1− 1− hP i (2.47)
vg vf
Significado fı́sico
Para concluir este capı́tulo vamos a estudiar el significado fı́sico de estos resultados [24]. En primer
lugar, en la ausencia de campos en régimen de pequeña señal en el haz de electrones, este tiene una
energı́a cinética constante con una densidad energética que se corresponde al movimiento de arrastre o
de traslación. Introduciendo en el fenómeno oscilaciones de pequeña amplitud en torno a posiciones de
equilibrio, si la densidad total de energı́a toma un valor mayor que en el caso anteriormente descrito, los
campos de pequeña amplitud llevan asociados una energı́a que toma valores positivos. En caso contrario,
la energı́a asociada toma valores negativos. Las ondas generadas por el haz que transportan energı́a con
valores negativos pueden acoplarse con aquellas que llevan valores positivos para amplificar o generar
ondas electromagnéticas de alta potencia.
3 Existen materiales para los que, según la polarización de la luz incidente y la geometrı́a de estos, la velocidad de grupo
22
Capı́tulo 3
Modelo fluido
Bajo este enfoque, estudiaremos el acoplamiento de la onda de energı́a negativa generada por el haz
y la onda electromagnética que se propaga a lo largo de una guı́a de ondas dieléctrica. Entre aquellas
generadas por la radiación Cherenkov, solo las que satisfagan la relación de dispersión para la guı́a de
ondas y la condición de acople de la fase de la onda con la carga espacial podrán continuar obteniendo
energı́a del haz, amplificándose a medida que se propagan con este.
23
Figura 3.1: Modelo simplificado de un haz de electrones inmerso en el vacı́o separado una distancia (b-a) de un
recubrimiento dieléctrico colocado sobre una superficie conductora plana perfecta.
Consideremos pues, la propagación de las ondas TM debidas a la carga espacial, las cuales tienen una
componente z no nula. Sea una componente arbitraria de un campo C de pequeña amplitud en su forma
compleja:
C = C̃(y)ei(ωt−kz z) (3.1)
Entonces, de las ecuaciones de Maxwell, los valores de la densidad de carga y la densidad de corriente
dados, respectivamente, por (2.4) y (2.5), y el resultado (2.11), puede obtenerse para las ondas TM que:
∂ Ẽz
+ ikz Ẽy = −iω B̃x (3.2)
∂y
ω
−ikz B̃x = i Ẽy − µ0 eN0 ṽy (3.3)
c2
∂ B̃x ω
− = i 2 Ẽz − µ0 e(ñv0 + N0 ṽz ) (3.4)
∂y c
∂ Ẽy e
− ikz Ẽz = − ñ (3.5)
∂y ε0
Donde −e es la carga electrónica, v0 la velocidad de deriva del haz, ṽy y ṽz las respectivas componentes
de la velocidad en régimen de pequeña señal. N0 y ñ designan la densidad promedio de electrones y la
densidad promedio de electrones que oscilan con amplitudes pequeñas, respectivamente. De la ecuación
de movimiento relativista (2.6) y en virtud de los resultados anteriores:
e
ṽy = i (Ẽy + v0 B̃x ) (3.6)
γm0 (ω − v0 kz )
e
ṽz = i Ẽz (3.7)
γ3m 0 (ω − v0 kz )
Donde m0 es la masa en reposo del electron. A través de la ecuación de continuidad:
∂ρ
∇ · ~j = − (3.8)
∂t
Entonces, la densidad de electrones oscilantes en pequeña señal resulta:
N0 ∂ṽy
ñ = i − ikz v˜z (3.9)
ω − v0 kz ∂y
Sustituyendo las componentes anteriores en pequeña señal de la velocidad en la ecuación anterior
permite expresar dicha cantidad en términos de las componentes TM de los campos:
N0 ekz N0 e ∂
ñ = i Ẽz − (Ẽy + v0 B̃x ) (3.10)
γ m0 (ω − v0 kz )2
3 γm0 (ω − v0 kz ) ∂y
24
Sustituyendo la expresión para ṽy en (3.3), se llega a una relación entre B̃x y Ẽy :
1 ωp2 − ω(ω − v0 kz )
B̃x = − Ẽy (3.11)
c2 (β/c)ωp2 − kz (ω − v0 kz )
∂ Ẽy (β/c)ωp2 − kz (ω − v0 kz )
= −i Ẽz (3.12)
∂y ω − v0 k z
Si ahora introducimos el resultado (3.11) en (3.2), llegamos a:
2 2
∂ Ẽz ω − v0 kz ω ωp
= iky2 Ẽy ky2 = kz2 − + (3.13)
∂y (β/c)ωp2 − kz ω − v0 kz c c
Hemos obtenido ası́ un sistema de ecuaciones diferenciales de primer orden que podemos dejar en
términos de una única variable derivando (3.13) con respecto a y en ambos lados de la ecuación y
sustituyendo en dicha expresión (3.11). Siguiendo estos pasos obtenemos una ecuación diferencial de
segundo orden cuya solución es bien conocida en toda la literatura al respecto al cálculo diferencial:
∂ 2 Ẽz
− ky2 Ẽz = 0 (3.14)
∂y 2
Con toda esta información, ya estamos en disposición de obtener las expresiones para Ẽz , Ẽy y
B̃x , es decir, las componentes de las ondas transversales magnéticas que se propagan con el haz. Un
detalle importante que debemos señalar es que los campos electromagnéticos se anulan para valores
suficientemente grandes de y, esto es, cuando y → ∞, por lo que ky2 > 0. De (3.14) obtenemos:
Con este resultado y la relación entre B̃x y Ẽy obtenida en (3.11), llegamos a que:
ωp2 − ω(ω − v0 kz )
B̃x = −i A1 e−ky y (3.17)
c2 ky (ω − v0 kz )
En donde A1 es una constante que determinaremos a partir de las condiciones de contorno.
25
Campos en el vacı́o
En la región de vacı́o, las componentes de los campos se obtienen imponiendo únicamente la condición
N0 = ñ = 0 en las ecuaciones (3.2), (3.3), (3.4) y (3.5). La componente z del campo eléctrico en esta
región debe verificar que:
2
∂ Ẽz 2 2 2 ω
− h Ẽ
y z = 0 h y = k z − (3.22)
∂y 2 c
La condición h2y > 0 proviene del hecho de que la velocidad de fase de las ondas electromagnéticas
del sistema contemplado es menor que la velocidad de la luz en el vacı́o. Resolviendo (3.22), obtenemos
el resto de componentes deseadas para estar en disposición de profundizar en el siguiente apartado:
Donde hemos retomado las caracterı́sticas del medio dieléctrico, definido por sus constantes εr y µ0 .
Por otro lado, las condiciones de contorno en la superficie del haz (y = b) derivan de la aplicación de
~1 − E
~ 2) = 0 ~1 − B~ 2 ) = (1/c2 ) ~n · (E
~1 − E
~ 2)
~n × (E ~n × (B (3.27)
Por tanto:
β
Ẽ2z − Ẽ3z = 0 B̃2x − B̃3x + (Ẽ2y − Ẽ3yz ) = 0 (3.28)
c
Imponiendo las condiciones de contorno obtenidas en las componentes de los campos, llegamos a un
conjunto lineal de ecuaciones algebraicas donde nuestras incógnitas a determinar serán las constantes
A1 ,A2 ,A3 y A4 .
26
La ecuación anterior es la forma consolidada de la relación de dispersión para las ondas producidas
por el acoplamiento de la onda electromagnética, que se propaga a lo largo del recubrimiento dieléctrico
de la superficie conductora en ausencia del haz de electrones, y de las onda generada por la carga espacial
que se propaga en ausencia del medio dieléctrico.
Esta es la relación de dispersión para una onda superficial que se propaga a lo largo de un recubrimiento
dieléctrico sobre una guı́a de ondas plano conductora. Para este caso, las curvas de dispersión para los
1/2
distintos modos TM se encuentran acotadas por las rectas ω = ckz y ω = ckz /εr en el diagrama de
dispersión ω = ω(kz ). El comportamiento de la relación de dispersión (3.32) se torna asintótico a medida
que ω tiende a un valor próximo a la primera recta. De este comportamiento es posible deducir una
frecuencia de corte. √
(ωcn /c) εr − 1 √
p tan((ωcn /c) εr − 1 · a) − εr = 0 (3.33)
(ωcn /c) − (ωcn /c)
Para salvar la indeterminación, el argumento de la tangente debe ser cero por lo que:
ωcn a nπ
=√ (3.34)
c εr − 1
hy
εp tanh(hy b) + 1 = 0 (3.35)
ky
La relación de dispersión resultante está definida por dos ramas asintóticas paralelas, la superior
representa a la onda rápida debida a la carga espacial (onda con energı́a positiva), mientras que la rama
inferior corresponde a la onda lenta debida al haz (onda con energı́a negativa). A medida que la frecuencia
aumenta, las curvas de dispersión tienden asintóticamente a:
1 ωp
ω − v0 k z = ± √ (3.36)
2 γ
Tasa de crecimiento
Volviendo a la ecuación (3.31), la onda electromagnética y la onda debida a la carga espacial interac-
cionan con notoriedad cuando sus velocidades de fase coinciden, dicho de otro modo, en la intersección
de las curvas (3.32) y (3.35). Para simplificar esta cuestión, que ya ha adquirido una notable carga ma-
temática y conceptual, asumamos que la densidad del haz es tan baja que podemos mantener, sin pérdida
de generalidad, que ωp ω. Bajo dichas condiciones, la relación de dispersión (3.31) puede ser escrita
como: 2
py ωp
e2hy (b−a) tan py a − εr (ω − v0 kz )2 = εr (3.37)
hy γ
Para un haz de baja densidad, existirán una serie de valores de ω y kz que verifican (3.31) y además
estarán próximos a la intersección entre (3.32) y la recta ω = v0 kz . Sean pues los valores ω0 y kz0 los
correspondientes a la intersección de la curva (3.31) y dicha rama. El objetivo ahora pasa a ser determinar
el valor de kz que satisfaga la ecuación (3.37). Llegados a este punto, debemos recordar el propósito
fundacional con el que se inició esta sección del capı́tulo: encontrar una expresión para el número de onda
y comprobar si era un número complejo con parte imaginaria positiva. Sea entonces un número de onda,
con una frecuencia ω fijada al valor ω0 , con el significado fı́sico con el que la acabamos de dotar, este
puede escribirse, a su vez, como:
kz = kz0 + δkz (3.38)
27
Cumpliéndose siempre que |δkz | kz0 , esto es, las variación del valor de kz en torno al valor de
intersección entre la relación de dispersión de las ondas acopladas y la rama descrita previamente kz0 son
muy pequeñas y esto nos permitirá realizar un estudio en las inmediaciones de dicho punto. Sustituyendo
(3.38) en (3.37):
2
e−hy0 (b−a)
3 ωp
(δkz ) = εr ∂ py hy0 = kz0 /γ (3.39)
γv0 ∂kz ( hy tan py a)
Es decir, la ecuación (3.37) admite tres valores posibles de kz para una frecuencia angular ω dada. Uno
de ellos es un número real, el resto son cantidades pertenecientes a los números complejos, siendo estos
el complejo conjugado del otro. Para el caso particular de m = 0 la parte imaginaria de kz es positiva.
Hemos confirmado ası́ que para el modelo desarrollado, obtenemos ondas crecientes. Como sabemos, el
número de onda puede escribirse como:
kz = β + iα (3.42)
Donde β no debe confundirse con la expresión del cociente de velocidades. Entonces (3.38) puede
escribirse como kz = (kz0 + β) + iα. Donde α vendrá dada por la parte imaginaria de la expresión (3.41)
para m = 0:
√ 2/3
e−(2/3)hy0 (b−a)
3 1/3 ωp
α= εr 1/3 (3.43)
2 γv0
∂ py
∂kz ( hy tan py a)
La tasa de crecimiento α conlleva un crecimiento exponencial de las ondas por unidad de longitud.
Este disminuye en conforme la separación entre el haz y el dieléctrico aumenta, esto es (b − a) aumenta.
Esto se debe a que los campos son más intensos en la superficie del haz y en la superficie del dieléctrico
y disminuyen su presencia de manera exponencial conforme se alejan de estas. El espesor del haz, al cuál
los campos decaen a un valor múltiplo de 1/e de sus valores originales en la superficie del haz, puede
calcularse de:
ky δ ≈ hy δ = 1 (3.44)
En el punto ω = ω0 , kz = kz0 tenemos que hy = hy0 . Por lo que la profundidad pelicular de un haz
de electrones relativista será:
δ = 1/hy = γv0 /ω0 (3.45)
Desde el punto de vista del campo de las aplicaciones este resultado es de suma importancia. La
razón tras ello es que para obtener un acople eficiente entre la onda y el haz, la separación entre este
y la superficie del dieléctrico debe ser lo más reducida posible. Siendo esta condición más sencilla de
obtener para haces de electrones relativistas debido al factor relativista γ, el cual permite una distancia
de separación mayor.
28
Además, a medida que la amplitud de la onda electromagnética aumenta, el haz de electrones se
desacelera aún más debido a la acción del campo eléctrico amplificado, conduciendo a un aumento de la
amplitud de la onda lenta.
De forma iterativa, en las etapas posteriores tiene lugar un mecanismo de retroalimentación positivo
entre la onda electromagnética y la onda lenta, amplificándose ambas. El crecimiento de la onda lenta,
recordemos que transporta una densidad de energı́a negativa, se corresponde con una disminución de la
energı́a cinética del haz. En definitiva, el aumento de la energı́a de la onda electromagnética se debe a la
energı́a cinética extraı́da del haz. Por otro lado, la velocidad de deriva del haz v0 debe ser mayor que la
velocidad de fase de la onda plana en el dieléctrico c/n, como ya discutimos en la relación de dispersión
en ausencia del haz. Este requisito es, nada más y nada menos, que la conocida condición para la emisión
de radiación Cherenkov (1.2), o (1.46) si se prefiere.
Figura 3.2: Estudio de la transferencia de energı́a del haz a la onda en pequeños segmentos.
29
Si asumimos que la velocidad de deriva del haz cambia gradualmente entre segmentos consecutivos
con un valor constante en cada uno, la potencia del modo de la onda electromagnética Pn (z) para el
enésimo segmento sera:
Pn (z) = P0n cosh2 (αz) (3.49)
Con P0n y αn constantes, donde la primera debe verificar que la potencia es una función continua en
la frontera de cada segmento, siendo P01 = P0 . Además, debemos tener en cuenta que la energı́a cinética
de un electrón viene dada de (1.41). Realizando un análisis dimensional de la potencia por ancho de
unidad en la dirección x, perpendicular al haz:
1
Phaz = (γ − 1)m0 c2 N v∆ef. = m0 c3 N β∆ef. p −1 (3.50)
1 − β2
Donde N hace referencia a la densidad electrónica promedio y ∆ef. el espesor efectivo del haz, que
será igual a la profundidad pelicular δ para haces anchos e igual a la anchura del haz para haces muy
confinados. Asumimos a su vez que N β es una cantidad constante con N β = N β0 , que se corresponde
con los valores para la densidad electrónica y el cociente de velocidades para z = 0.
Esta condición no surge de una imposición arbitraria, sino que deriva de la continuidad del flujo
del haz; el número de electrones que atraviesan el plano perpendicular al haz por unidad de tiempo es
constante para todos los segmentos considerados. De (3.48) se deriva para el segmento enésimo:
Si estudiamos el cambio entre la velocidad de los electrones del haz entre segmentos consecutivos
debido a la amplificación de los modos de la onda electromagnética. Dado que la potencia transferida a
los modos de la onda de la carga espacial, que transporta en el sistema laboratorio una energı́a negativa,
es debido a una disminución en la potencia transportada por el haz, podemos vincular las siguientes
expresiones en una sola ecuación:
1 1
∆Qn = ∆Phazn = m0 c3 N βn ∆ef. q −p (3.52)
2
1 − βn+1 1 − βn2
Despejando βn+1 :
s
1 2 1 ∆Pn
βn+1 = 1− 2 γn+1 =p − (3.54)
γn+1 1 − βn2 m0 c3 N0 β0 ∆ef.
A partir de aquı́, iterando sucesivamente obtenemos para cada segmento consecutivo el valor asociado
de la tasa de crecimiento αn+1 desde n = 0 obtenemos la potencia transferida desde el haz a la onda.
La evolución temporal de la energı́a cinética relativista viene dada por la variación de la cuarta
componente del tetravector fuerza que viene dada por:
K d ~ = −evz Ez 1
= ((γ − 1)m0 c2 ) = q~v · E γ=p (3.55)
dt dt 1 − (vz /c)2
30
En donde K representa la energı́a cinética del electrón. De la ecuación de movimiento relativista de
una partı́cula cargada nos permitirá obtener una expresión completa del campo eléctrico. Esto es:
d~v q ~ ~v ~ ~ dvz e
= E − 2 (~v · E) + ~v × B ⇒ = − 3 Ez (3.56)
dt γm0 c dt γ m0
Escribiendo la componente z del campo eléctrico de la forma habitual, donde E0 es la amplitud del
campo eléctrico (que supondremos cosntante) y φ la fase del electrón:
Ez = E0 cos(ωt − kz t + φ) (3.57)
Entonces, retomando la ecuación (3.56) y partiendo de una primera aproximación para el movimiento
del electrón z = v0 t, la ecuación de movimiento (3.56) puede reescribirse como:
dvz e 1
=− E0 cos(Ωt + φ) γ0 = p Ω = ω − v0 kz (3.58)
dt γ0 m0 1 − (v0 /c)2
En donde Ω es la frecuencia efectiva del electrón en una posición dada. Integrando (3.58):
vz (t,φ) t
−eE0
Z Z
eE0
dvz0 = cos(Ωt + φ)dt0 ⇒ vz (t, φ) = v0 −
sin(Ωt + φ) − sin φ (3.59)
v0 γ03 m0 0
3
γ0 m0 Ω
Sustituyendo (3.60) en (3.57) llegamos a una expresión para componente z del campo eléctrico:
e2 kz E02
Ez (t, φ) = E0 cos(Ωt + φ) + sin(Ωt + φ) cos(Ωt + φ) − cos φ + Ωt sin φ (3.61)
γ03 m0 Ω2
La ecuación para la evolución temporal de la energı́a del electrón se obtiene finalmente de imponer el
resultado de (3.61) en (3.55) y promediando para todas las fases, esto es entre 0 y 2π:
dK ev0 kz E02
= −ev0 E0 cos(Ωt + φ) − 3 2
sin(Ωt + φ) cos(Ωt + φ) − cosφ + Ωt sin φ
dt γ0 m0 Ω
e2 E02
+ 3
cos(Ωt + φ) sin(Ωt + φ) − sin φ (3.62)
γ m0 Ω
Por lo que:
2π
ω2 E 2
Z
1 dK
dφ = 3 0 2 sin Ωt − Ωt cos Ωt
h dK/dtiφ = (3.63)
2π 0 dt 2γ0 m0 Ω
Donde ha sido estrictamente necesario asumir que la frecuencia efectiva, en módulo, era mucho menor
que ω. Ası́ pues, esta relación da cuenta de la cantidad promedio de energı́a obtenida por el electrón si es
positiva, y la perdida por el mismo si es negativa. Luego, para una distancia recorrida L por el electrón
en un tiempo τ = L/v0 :
L/v0
ωe2 τ 3 E0 2(1 − cos Ωτ ) − Ωτ sin Ωτ
Z
h∆Kiφ = h(dK/dt)iφ dt = g(Ωτ ) g(Ωτ ) = (3.64)
0 2γ03 m0 (Ωτ 3 )
Donde g(Ωτ ) es la conocida función de ganancia empleada en la teorı́a de láseres de electrones libres.
Esta función tiene simetrı́a impar. Vamos a obtener una serie de conclusiones a raı́z de esta. Para empezar,
la energı́a cinética disminuye cuando la función de ganancia toma valores negativos y aumenta para una
ganancia positiva. En términos fı́sicos, la energı́a del conjunto de los electrones disminuye en pos de
la onda electromagnética interaccionando con ella para los valores de ω y kz en los que la función de
ganancia es negativa. Por otro lado, para una ganancia positiva, la energı́a de los electrones aumenta a
costa de la de la onda electromagnética, que se atenúa. Cuando la velocidad del los electrones supere la
velocidad de fase, se alcanza el principal valor para la ganancia de la onda electromagnética. Este hecho
coincide con la condición para la emisión de radiación Cherenkov, que ha sido tratada en detalle en el
capı́tulo 1.
31
Figura 3.3: Para valores negativos de la ganancia, la energı́a de la onda se trasfiere al conjunto de electrones del
haz, aumentado la energı́a cinética de estos y esta se amplifica. La función ganancia presenta un máximo/mı́nimo
en Ωτ = ±2,6, respectivamente.
Esto es, en definitiva, si los electrones verifican la condición de radiación Cherenkov, habrá una mayor
cantidad de estos que podrán ser desacelerados permitiendo un transporte de energı́a del haz hacia la
onda. De manera análoga, si la velocidad de la mayorı́a de los electrones es menor que la velocidad de fase
de la onda, estos se situarán en las fases aceleradas del campo, tendremos pues un transporte de energı́a
de la onda hacia el haz. Como puede deducirse de todo este razonamiento, el estudio de la evolución
temporal de la energı́a cinética resulta esencial, por lo que si recuperamos parte de la ecuación (3.55):
dK dK dz dK dK
= = vz ⇒ = −eEz = −eE0 cos(kz z − ωt − φ) (3.65)
dt dz dt dt dz
De manera análoga, de (3.56) llegamos a que:
dvz e e
=− 3 Ez = − 3 E0 cos(jz z − ωt − φ) (3.66)
dt γ vz m 0 γ vz m 0
Definimos para nuestra comodidad operatoria una nueva fase, en analogı́a a Ω en el apartado anterior,
de la que podemos deducir que:
dψ ω
ψ = kz − ωt − φ + π/2 ⇒ = kz − (3.67)
dz vz
32
Como la situación caracterı́stica de los electrones viajando a la velocidad de fase deriva en un caso
crı́tico en torno al cual tenemos dos escenarios distintos, vamos a considerarla (la velocidad de fase) como
una situación de resonancia. Esto se transcribe matemáticamente como:
ω
vz = vf + ∆vz vp = (3.68)
kz
Donde asumimos que las variaciones con respecto a la velocidad de fase son muy pequeñas. Sustitu-
yendo esta definición en la evolución espacial de la nueva fase ψ:
dψ ω ∆vz ∆vz
= = kz (3.69)
dz vf vf vf
Derivando el factor de Lorentz γ respecto a la velocidad vz :
dγ 1 vz
= → ∆γ = (γ 3 vz /c2 )∆vz (3.70)
dvz vz 2 3/2 c2
1−( c )
Por lo que (3.70) puede escribirse como:
dψ c2 ∆γ 1
= kz 2 2 γf = q (3.71)
dz γf v f γf 1−(
vf 2
c )
Además, si derivamos una vez más la ecuación (3.69) , en virtud de los resultados obtenidos llegamos a
una ecuación diferencial homogénea de segundo orden que se corresponde con la ecuación de movimiento
oscilatorio para un péndulo simple.
d2 ψ ωeE0
= −kψ2 sin ψ kψ2 = (3.72)
dz 2 γf3 vf3 m0
Para valores pequeños de la fase ψ, la ecuación (3.72) puede resolverse fácilmente, coincidiendo con
la expresión para un oscilador armónico. Para una solución general,si multiplicamos a ambos lados de la
igualdad en (3.72) por 2(dψ/dz) e integramos con respecto a z:
Z Z Z
dψ d dψ dψ dψ
2 dz = 2 d = −2kψ2 sin ψdz
dz dz dz dz dz
2
√
dψ dψ p
= 2kψ2 cos(ψ + C) ⇒ = ± 2kψ2 cos(ψ + C) (3.73)
dz dz
Con C una constante de integración a determinar. Las curvas dadas por la ecuación diferencial (3.73)
son un resultado ilustrativo y didáctico muy común en el estudio de las ecuaciones diferenciales. En el
caso que nos atañe, las curvas de esta ecuación separa las regiones correspondientes a órbitas cerradas
del electrón de aquellas en las que el electrón describirá órbitas abiertas.
Para valores de C > 1 el electrón describirá una órbita abierta, mientras que para el caso contrario
realizará una órbita cerrada. No solo eso, si prestamos atención al desarrollo realizado, la variación espa-
cial de la fase con respecto a la posición es proporcional a la variación de la velocidad del electrón, esto
es, de su energı́a cinética.
Centrémonos ahora en el movimiento para órbitas cerradas restringida por la condición de contorno
dψ/dz(±ψ0 ) = 0 con 0 < ψ0 < π obtenemos la siguiente ecuación:
r
dψ √ p ψ0 ψ
= ± 2kψ cos ψ − cos ψ0 = ±2kψ sin2 − sin2 (3.74)
dz 2 2
Mediante un cambio de variable:
ψ ψ0
= η sin ζ
sin η = sin 0<η<1 (3.75)
2 2
Obtenemos una versión más elegante y familiar de la ecuación anterior:
du
q
= ±kψ 1 − η 2 sin2 ζ (3.76)
dz
33
Figura 3.4: Órbita de los electrones en el espacio de fases. Para obtener una amplificación eficiente, si se suministra
una energı́a (lı́nea discontinua), no muy por encima del valor estacionario (energı́a de resonancia del sistema),
más electrones van a perder energı́a cinética en favor de la onda electromagnética.
Si calculamos el periodo espacial del movimiento orbital del electrón tendremos una ecuación integral
donde un lado de la igualdad se corresponderá con una integral elı́ptica de primera especie:
Z Lψ Z 0
dζ
= kψ dz = 4 p (3.77)
0 π/2 1 − η 2 sin2 ζ
Para valores pequeños de η, mediante un desarrollo en serie de funciones con respecto a η 2 se llega a:
2π 1 2 9 4 6
Lψ = 1 + η + η + O(η ) (3.78)
kψ 4 64
De donde podemos comprobar que para valores lo suficientemente pequeños de η, la trayectoria
periódica se corresponde con la que cabrı́a esperar de un movimiento armónico simple. Lo que aquı́
acontece se resume en que partiendo de un estado inicial, los electrones con la misma velocidad están
distribuidos de manera uniforme en las fases del campo eléctrico entre -π y π. La fuerza que se ejercen
sobre cada electrón difiere de uno a otro, por lo que cada uno describe una órbita particular. Como
resultado de la interacción entre el conjunto de electrones y el campo eléctrico, los electrones situados a
lo largo de una lı́nea se dispersan en el espacio de las fases. Al transcurrir medio ciclo del movimiento
orbital, la energı́a cinética alcanza un valor mı́nimo. Tras un ciclo completo, alcanza un máximo, trayendo
de vuelta a la mayorı́a de los electrones al estado inicial.
34
Capı́tulo 4
4.1. Introducción
Como sabemos, un láser es un dispositivo que, mediante emisión estimulada, es capaz de emitir luz
aproximadamente coherente y de alta intensidad que puede recorrer largas distancias. La luz emitida por
un láser convencional, implementado en distintas tecnologı́as, presenta tantas ventajas como limitaciones,
siendo, tal vez, la principal la longitud de onda (o frecuencia) de emisión. Esta magnitud fı́sica dependiente
del material (un láser basado en el rubidio genera un haz láser de luz roja, uno de sodio de color amarillo,
etc). En una láser de electrones ya no va a depender más del material. Las raı́ces fundacionales de la
investigación sobre los láseres de electrones libres se pueden rastrear en los primeros tubos de electrones
de microondas. En 1951, Motz [29] analizó por primera vez el espectro de frecuencias de una ondas
electromagnéticas emitidas por un electrón que viajaba a través de un conjunto de imanes permanentes
llamados onduladores. Al cabo del tiempo, Phillips tuvo éxito en la generación de ondas milimétricas de
alta potencia, utilizando uno de estos onduladores. A partir de ahı́, la comunidad cientı́fica, tuvo que
esperar un tiempo antes de la llegada del primer electrón libre láser en Stanford a mediados de los años
70.
Como decı́amos, un láser de electrones libres opera bajo un mecanismo diferente al de un láser conven-
cional. Mientras que un láser tı́pico emplea la radiación coherente emitida por las transiciones cuánticas
de los electrones, un láser de electrones libres o FEL (de sus siglas en inglés Free Electron Laser) produce
radiación coherente por la conversión directa de la energı́a cinética de los electrones relativistas, en el seno
de un campo magnético periódico, en energı́a transportada por la onda emitida. Un láser de electrones
libres convencional está formado por tres componentes principales, a saber, un acelerador de electrones,
un ondulador y un conjunto de espejos resonantes. Sin embargo, en el desarrollo de esta tecnologı́a, han
surgido distintos modelos adaptados a las necesidades de su tiempo:
35
FEL de baja ganacia
En esta disposición el haz de electrones se hace pasar repetidas veces por el ondulador colocando dos
espejos en sus extremos. Como consecuencia, la luz se refleja en ellos hasta que en algún momento se
obtiene un haz de gran potencia. El principal problema con este montaje es que para longitudes de onda
pequeña, la radiación generada atraviesa los espejos.
Un láser de electrones libres requiere del uso de un acelerador blindado, ya que los electrones son
partı́culas ultrarrelativistas que, de no ser contenidos adecuadamente, suponen un potencial peligro de
radiación. Estos aceleradores obtienen su potencia de un klistrón, que a su vez requieren de un alto
voltaje. El haz debe mantenerse en el vacı́o, lo que requiere del uso de una ingente cantidad de bombas
de vacı́o a lo largo de la trayectoria dentro del acelerador para que el haz no sea dispersado por la
materia o los átomos presentes en la cavidad. Estos equipos son voluminosos y su precio desorbitado.
Sin embargo, gracias a este mecanismo, los láseres de electrones libres pueden alcanzar picos de potencia
muy altos y una capacidad de ajuste deseable en varias disciplinas y aplicaciones. Entre sus componentes
se encuentran una fuente de partı́culas (para electrones se emplean cátodos termoiónicos), una fuente
de alto voltaje para inyectar partı́culas, una estructura hueca con un alto nivel de vacı́o y de longitud
comprendida entre el metro y varios kilómetros, electrodos cilı́ndricos aislados, varias fuentes de voltaje
alterno y un sistema de lentes magnéticas para mantener el haz focalizado en el centro del tubo de vacı́o.
Entre las principales ventajas de un acelerador lineal destacan la capacidad de evitar una resonancia
destructiva, ya que el haz atraviesa el acelerador una vez, en contraposición a los sincrotrones. A su
vez, no tendremos pérdidas por radiación sancritrónica. No obstante, la obtención de haces de partı́culas
cargadas de alta energı́a presenta como principal inconveniente un alto coste de construcción en tanto
que una mayor cantidad de elementos serán necesarios.
Figura 4.2: Índice de refracción de un medio dieléctrico en las zonas de dispersión anómala.
Una vez que el haz de electrones sale del acelerador lineal, atraviesa una configuración periódica de
imanes denominada ondulador (wiggler) en la que los electrones describen un movimiento sinusoidal,
en el plano perpendicular al campo magnético, confinados en torno al eje de desplazamiento del haz.
Debido a este movimiento, los electrones son acelerados y emiten radiación sincrotrón. En la región
de campo lejano en la dirección de movimiento de los electrones tendremos la superposición de pulsos
electromagnéticos. A medida que el número de pulsos aumenta el espectro de frecuencias, y este es el
resultado aprovechable de esta tecnologı́a, se aproxima a una onda monocromática caracterizada por un
36
pico de alta intensidad y estrecho. Sin embargo, si se extiende esta perspectiva del fenómeno al conjunto
completo del haz de electrones, obtenemos la composición de ondas radiadas por los electrones. De manera
general, la velocidad de los electrones están distribuidas aleatoriamente en torno a un valor promedio. Por
este motivo, la superposición de las ondas generadas en la región lejana resulta en una luz temporalmente
incoherente, ya que los electrones no irradian en fase, pero con coherencia espacial, debido a la dirección
de la radiación sincrotrón. La coherencia es obtenida mediante el agrupamiento (microbunching) de los
electrones en el haz en conjuntos muy concentrados separados por una longitud de onda de la radiación
emitida, en base a lo que ya hemos estudiado en el apartado 3.4.
De la figura superior se ilustra un pulso emitido por un electrón en el punto A en un instante inicial
y otro pulso emitido desde el punto B tras un tiempo ∆t0 = λ0 /vz .Donde vz es la velocidad promedio
del electrón en dicha dirección y λ0 la longitud de onda asociada al campo magnético transversal, esto
es, la distancia de periódica de separación entre cada par de imanes del ondulador.
Figura 4.3: Distribución periódicas de imanes en el ondulador. Construcción de Huygens para los fotones emitidos.
2π
By = B0 cos k0 z k0 = (4.1)
λ0
Supongamos que el electrón recorre la distancia λ0 en un tiempo t1 , mientras que la radiación emitida
desde el punto A alcanza un punto C en un tiempo t2 :
37
De la ecuación de movimiento relativista para un electrón en el seno del campo magnético dado por
la ecuación (4.1), la aceleración en la componente x del electrón viene dada por:
dvx eB0 1
= vz cos k0 z γ=p (4.5)
dt γm0 1 − (v/c)2
Para calcular vx vamos a suponer que la perturbación de la velocidad del electrón en la componente z
es despreciable frente a la velocidad en torno a la que oscila, es decir, vz ≈ dz/dt. Sustituyendo en (4.5)
e integrando llegamos a:
eB0
vx = sin k0 z (4.6)
γm0 k0
Conocida vx , podemos calcular el módulo de vz como sigue:
p
2 2
1 2 2 eB0 eB0 λ0
vz = v − vx = c 1 − 2 1 + an sin k0 z an = = (4.7)
2γ m0 k0 c 2πm0 c2
Para un régimen de ángulos de emisión pequeños θ 1, como vimos en la ecuación (1.1), tendremos
de manera unı́voca un factor γ 1. Por tanto, sustituyendo (4.8) en (4.4) y haciendo un desarrollo en
serie del cos θ hasta segundo orden, obtenemos la condición de coherencia de la onda resultante en función
del parámetro de separación entre los imanes λ0 :
0
1 − Cγ (1 − θ2 /2) ∼
2
a2n θ 2 a2n a2n
θ 1 7 λ0 2
λs = λ0 = λ0 + 2 1+ − 2 1 + = 2 1+ + (θγ) (4.9)
Cγ 2 2γ 2 4γ 2 2γ 2
Con Cγ = 1 − (2/γ 2 )(1 + (a2n /2)). La frecuencia que satisface la condición de coherencia resulta:
2γ 2 ω0
ωs = ω0 = v z k0 (4.10)
1+ (a2n /2)+ (γθ)2
Las ondas electromagnéticas producidas por el haz de electrones cubre un amplio rango de frecuen-
cias. Aquellas que generen pulsos con una velocidad próxima, pero no igual, a la velocidad promedio
de los electrones dan lugar a una fuerte interacción. Como resultado de este fenómeno de resonancia, la
fuerza longitudinal anteriormente nombrada ajusta la densidad de los electrones a lo largo del haz en
distribuciones periódicas y los confina en dicha dirección. Si las velocidades antes citadas son iguales,
tendremos el mismo número de electrones acelerados que frenados, por tanto no habrá una transferencia
de su energı́a cinética hacia la onda. En contraposición, si el conjunto de electrones viaja más rápido
que la onda, una mayor cantidad de electrones serán desacelerados, amplificando la onda resultante. Esta
situación se conoce como emisión estimulada para un láser de electrones libres. Esto es lo que hemos
denominado previamente microbunching, los electrones se van a ordenar espacialmente.
38
Vamos a discutir ahora esta descripción de forma cuantitativa, obteniendo con ello la condición de
resonancia entre un conjunto de electrones con una onda onda plana electromagnética bajo la influencia
un campo magnético periodico transversal. Las componentes de dicha onda electromagnética son:
E0
Ex = E0 sin(ωt − kz + φ) By = sin(ωt − kz + φ) (4.11)
c
De la ecuación de movimiento relativista y teniendo en cuenta la componente del campo magnético
de la ecuación (4.11) y la velocidad de los electrones en la dirección transversal:
e2 B0 E 0
Fz = −evx By = − sin(ωt − kz + φ) sin(k0 z) =
γm0 k0 c
ean E0
− cos(ωt − (k + k0 )z + φ) − cos(ωt − (k − k0 )z + φ) (4.12)
2γ
Del primer término entre paréntesis podemos deducir la condición viajarán conjuntamente con el pulso
producido con el acople de una onda plana y el campo magnetostático periódico transversal.
ω
= vz (4.13)
k + k0
El término de la izquierda de la expresión anterior representa, nada más y nada menos, que la velocidad
de fase de la onda. Podemos definir en virtud de este último resultado una fase ponderomotriz:
El significado de esta magnitud es un reflejo de la acción conjunta de la radiación que emite el electrón
y su propio movimiento generador por el campo del ondulador. Para que un haz sea coherente, hemos
visto que lo que debe mantener constante es su fase, esto es, todo se mueve a un mismo ritmo durante
toda la trayectoria. Por tanto si derivamos (4.14) con respecto al tiempo e igualamos a cero:
39
analogı́a a la radiación Cherenkov. En 1960, se publicó una prueba analı́tica de ello en On the theory
of some Cherenkovian effects[32]. Sin embargo, aquı́ nos remitiremos a una representación intuitiva del
fenómeno.
Una electrón desplazándose en el vacı́o con velocidad constante, paralelo y próximo a la superficie de
una rejilla metálica, bajo ciertas direcciones, la radiación guardará simulitud con la radiación Cherenkov
en lo que respecta a la condición de coherencia e intensidad. Este hecho fue observado y descrito por
primera vez por Smith y Purcell. La radiación es producida por el movimiento periódico de la carga
inducida en la superficie de la rejilla. Cuando un electrón se encuentra en la cresta de la rejilla, tendre-
mos un dipolo formado por él mismo y su carga imagen. En una posición correspondiente con el valle
de la estructura periódica, la carga imagen habrá cambiado y con ello el dipolo. Estas fluctuaciones del
momento dipolar solo serán apreciables cuando el electrón se mueva muy próximo a la rejilla. Dicho en
términos precisos, si la distancia a la superficie es mucho menor que el espacio periódico de la estructura.
d 1 nλ d 1
t1 − t2 = − cos θ = ⇒λ= − cos θ (4.18)
c β c n β
Este resultado es presenta una forma idéntica al obtenido en (4.4) y su fundamento reside en el empleo
de una estructura periódica. Como curiosidad con respecto a los agentes históricos de los fenómenos que
hemos considerado, cabe destacar que este resultado fue concebido sobre las bases de la ecuación del
efecto Doppler por Ilya Frank [33], quien consideró la posibilidad de la existencia de un fenómeno ası́. En
ausencia de refracción, la fórmula que obtuvo se reducı́a a la forma en frecuencia de la ecuación (4.18) :
2πβc
ω(θ) = (4.19)
d(1 − β cos θ)
40
4.2.2. Investigaciones posteriores
Se desarrollaron numerosos experimentos e investigaciones teóricas a lo largo de la década de 1990
relacionados con el estudio del efecto Smith-Purcell, pero todos ellos bajo la aplicación de haces de
electrones no relativistas. Con el paso de la década la técnica fue perfeccionada y se ha alcanzado un
nuevo horizonte de planteamientos a resolver. Entre las principales consecuencias de la formulación y
descubrimiento de la radiación Smith-Purcell destaca la creación de un orotrón. Este dispositivo es una
fuente de alta potencia de radiación monocromática cuya longitud de onda está comprendida en un rango
entre el orden de los centı́metros y milı́metros [35]. Ası́ como generadores de radiación por difracción (8)
con el uso de los intensos haces de electrones de baja energı́a [36]. Recientemente, el interés por estudiar la
radiación de Smith-Purcell ha aumentado notablemente en vista de la posibilidad de implementarlo para
el diagnóstico de haces de electrones relativistas. Conduciéndonos pues, inevitablemente, a las primeras
teorı́as para modelar un láser de electrones libres basado en el efecto Smith-Purcell [37].
Para empezar, entendemos por onda lenta aquella con una velocidad de fase menor que la de la luz
en el vacı́o. Esta puede viajar por un espacio libre, pero requerirá la presencia de algún material en las
fronteras que satisfaga las condiciones de contorno. Un haz de electrones, en el sistema laboratorio puede
dar lugar a este tipo de ondas. Pero el detalle interesante surge del estudio de la interacción de una onda
evanescente por una rejilla metálica, puesto que alguna de las ondas difractadas actúa como una onda
plana corriente, transportando energı́a lejos de la estructura periódica. Debido a esta interacción del haz
de electrones en el vacı́o con una estructura de onda lenta, la onda electromagnética generada tiene una
velocidad de grupo opuesta al sentido de desplazamiento del haz. Esto es propio de los dispositivos BWO
(Backward wave oscillator) o carcinotrones.
En el estudio del efecto Smith-Purcell como un espécimen de radiación Cherenkov, se señaló que
tanto cuando la onda incidente y la reflejada eran evanescentes, la red presentaba una fuerte resonancia.
Esto ha llevado a considerar el estudio de aquellas situaciones en las que la onda reflejada era una onda
plana plana. En el desarrollo reciente de una teorı́a de láseres de electrones libres SP (Smith-Purcell) se
han empleado las ecuaciones de Maxwell tal y como hemos procedido para un ondulador. Sin embargo,
los resultados han arrojado un resultado ineludible; los efectos de atenuación y difracción adquieren un
especial importancia y no pueden ignorarse. A su vez, conocer el criterio para obtener un haz eficiente
se mantiene como el principal desafı́o aunque en la actualidad se está explorando la necesidad de un haz
plano de electrones de baja emitancia en la dirección vertical.
Si los criterios de calidad son formulados en el futuro, parece que los láseres de electrones libres
Smith-Purcell tienen una gran probabilidad para postularse como una fuente compacta para generar luz
coherente de alta potencia con geometrı́as diferentes a los onduladores.
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Capı́tulo 5
Conclusiones
Para dar por finalizado este trabajo vamos a enumerar una serie de conclusiones que podemos extraer.
En primer lugar, la radiación Cherenkov se presenta como causa y no como el efecto de la pérdida de la
velocidad de la partı́cula cargada. Por otro lado, no guarda relación alguna con la radiación de frenado
o los distintos procesos de ionización en la vecindad del núcleo de los átomos del medio. Depende del
ı́ndice de refracción y este de la frecuencia, por lo que realmente es una condición extensible a aquellas
regiones del espectro que verifiquen la emisión de radiación Cherenkov y para las cuales la longitud de
la onda emitida sea mucho menor que la distancia recorrida por las partı́culas cargadas. A su vez hemos
comprobado para el rango de aplicaciones de la óptica electromagnética y la fı́sica de partı́culas, la apro-
ximación β ∼= cte. es válida.
En virtud de este resultado, hemos obtenido las relaciones de dispersión correspondientes al haz de
electrones, en el dieléctrico, en el vacı́o y la correspondiente a la imagen conjunta de dicho sistema en
el que el número de onda es una magnitud compleja con parte imaginaria positiva. Del cálculo de la
profundidad de penetración pelicular deducimos que aquellas aplicaciones basadas en el modelo referente
serán más accesibles a la hora de construirse debido al factor γ. Es decir, el haz puede operar a una
distancia mayor del recubrimiento pasando a ser la dificultad obtener electrones de altas velocidades y no
realizar un montaje en el que el haz pase próximo, pero no lo suficiente como para desencadenar en una
serie de efectos no deseados. La razón fı́sica por la que la energı́a de la onda aumenta es un intercambio,
una transferencia entre la energı́a del haz y la energı́a de la onda. Si los electrones tienen una velocidad
superior a la velocidad de fase de la onda, la energı́a cinética de estos disminuye. Por contra, si un número
de electrones se desplazan a una velocidad menor que la de la onda, estos son acelerados, creando un
agrupamiento (bunching) que se corresponde en el espacio de las fases con órbitas periódicas.
Por último, hemos presentado la teorı́a del láser de electrones libres, en la que nuevamente obtenemos
un agrupamiento a longitudes más pequeñas debido a la geometrı́a del problema, esto es, a la disposición
de un arreglo de imanes periódicos que permiten la amplificación de la onda generada sin necesidad de
un dieléctrico, sino de un campo magnético transversal al movimiento del centro del haz. A su vez, hemos
justificado gracias a la descripción del movimiento orbital de los electrones la necesidad de la inyección
de una radiación semilla que acompañe el haz para obtener la amplificación. La condición de coherencia
obtenida en un láser de electrones libres coincide con la condición de coherencia del efecto Smith-Purcell
por lo que resulta de interés para las aplicaciones implementar en el diseño láser estructuras de onda
lenta que abaratarı́an el coste energético a producir en los aceleradores y el correspondiente blindaje.
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