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Departamento de Historia
Maestría en Historia
Escuelas de Construcción Histórica
Profesor Isidro Vanegas
Presentado por Luis Alejandro Castro Sanchez
En una segunda instancia, el autor nos plantea la idea de los repertorios políticos.
¿Cómo se interpreta esto?, cuando la lectura se refiere a los repertorios políticos,
nos enmarca en una dimensión de la acción política, por parte de los ciudadanos.
En este punto en especial, el autor nos lleva a entender el contexto en el que los
subalternos ganan el derecho al voto, y su acción política no solo se limitaba al
sufragio, sino que antes por el contrario, luego de las elecciones el respaldo a los
candidatos y los escenarios de discusión política se asentaban de forma
consecutiva. El autor nos plantea la idea de participación política constante en el
espectro de la vida social y la interacción del ciudadano con el estado, para ello
nos muestra algunos ejemplos de la vida cotidiana en donde se presentaban
algunas situaciones, sobre todo de manifestación social, boicots civiles, asistencia
asambleas y escenarios políticos, en donde el ciudadano alzaba su voz y hacía
sentir lo que hoy en día se puede llamar “la voz del pueblo”. Todo esto sin duda
alguna hace parte del proceso de configuración de la democracia nacional, todo
ello, por supuesto, aunque sea comparable con situaciones de la actualidad, no se
puede hacer una interpretación única de los procesos electorales y políticos de
hoy en día, ello, debido a que las dinámicas del orden social y cultural del siglo
XIX son muy distintas a las sociedades modernas colombianas. Una de estas
iniciativas de participación, se dieron en la conformación de los clubes políticos,
pues con el ingreso de los subalternos a la participación política del país, se
comenzaron de igual forma a dar espacios de negociación y discusión hacia
algunos asuntos, en los que el gobierno nacional llevaba las directrices y de
alguna manera existía un desacuerdo, desde la base. A lo largo de este momento
de la lectura, podemos ver una serie de circunstancias que enriquecieron todo lo
que al autor llama el repertorio político, escenarios de difusión de ideas, reuniones
periódicas para tratar asuntos políticos, escenarios de discusión por posiciones
ideológicas; esto de alguna manera nos permite ver que el siglo XIX constituyo
para la historia nacional, un mundo democrático que se adaptaba a las ideas de
los nacionales y los órdenes políticos de participación legitimados desde la base,
sin duda alguna, la política nacional por su misma naturaleza de acción, y cambios
en los lineamientos legislativos y políticos en la conformación y decisiones del
estado, dieron todas las condiciones para que en el espectro de lo político se
asentaran los escenarios de participación y se configurara a democracia en su
diferentes manifestaciones, a lo largo y ancho del territorio nacional.
En ese mundo de tensiones políticas, más allá de lo rudimentario que podía ser la
cultura política el país, el autor nos lleva al enfrentamiento del mundo del
republicanismo, entendido este desde la representación y el mundo de la
democracia. ¿Por qué esta ruptura?, por supuesto, las interpretaciones de lo que
podía ser la representación de la democracia tenía dos visiones, primero desde los
liberales y segundo desde los conservadores. En este punto, es válido destacar
que la dinámica de una elección, por supuesto, no denota la definición absoluta
del proceder legítimo democrático para la conformación del estado, y es
simplemente porque la democracia no termina allí. Ahora bien, ¿en qué consistían
los cuestionamientos respecto al republicanismo y la democracia? , en esta
postura el autor, nos permite visualizar como a lo largo del siglo XIX y con el
ingreso de los subalternos al juego de la política, los conservadores cuestionaban
los espacios de participación y difusión de ideas como elementos que atentaban
contra la democracia; si lo miramos a simple vista no es coherente en la
dimensión que tenemos de lo que es la democracia, sin embargo, para este bando
político la acción democrática solo se enmarcaba en el sufragio, y cualquier acción
después de este momento, según el autor, lo consideraban nocivos. En todo el
juego político de este siglo, existían elites políticas y locales del poder, por ende
las relaciones de poder se enmarcaban en relaciones de conformación y captación
del poder desde lo local, hasta lo nacional y todo ello porque un bando político,
trataba siempre de obtener así fuera por influencia todo el aparato estatal para la
dirección política. Las ideas republicanas se enfrentaron a la legitimación de la
representación, pues en su lucha de oposición los conservadores cuestionaban al
republicanismo desde su auto legitimación a través de la democracia. Temas
como la tierra las sociedades económicas y asuntos del orden social, fueron la
principal discusión de los liberales en los escenarios de negociación. La distinción
entre republicanismo y democracia no fue absoluta entre los subalternos en el
cauca, pero si constituía una oportunidad de acceso equitativo al estado, disfrutar
de sus oportunidades y todo lo que desde el ciudadano implicaba en la
participación política. Sin lugar a duda, la pretensión del autor en este punto de la
lectura no es diferenciar conceptualmente, entre lo que es republicanismo y
democracia, sino dejarnos ver cómo puede desde lo ideológico haber un ruptura
simbólica de estos dos mundos, que sin duda alguna son complementarios desde
la legitimación y el proceder político.