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Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Departamento de Historia
Maestría en Historia
Escuelas de Construcción Histórica
Profesor Isidro Vanegas
Presentado por Luis Alejandro Castro Sanchez

Informe de lectura: “Republicanos Indóciles. Política popular, raza y clase


en Colombia, Siglo XIX”, James Sanders

Las nociones que enmarcan los procesos democráticos en Colombia, son el


resultado de un complejo de situaciones del orden social y político, que de alguna
manera, nos muestra parte del proceso de evolución de la democracia nacional.
La lectura de Sanders, nos refleja muchas de estas connotaciones a través de los
diversos factores y particularidades que rodearon el triunfo liberal hacia la década
de los años 60 -70, teniendo como base fundamental los procesos electorales que
se dieron hacia esta época. En este orden de ideas, es válido resaltar, que el
orden político y la estructura del estado colombiano, por supuesto, no es
comparable con lo que consagra para la misma la constitución actual, es sabido,
que el proceso constitucional en Colombia a lo largo de los años, obedeció de
alguna manera a los diversos intereses políticos de los partidos y líderes, que
configuraban la política nacional. Sin duda alguna, el autor plantea algunos
supuestos respecto a la dinámica de las elecciones; de hecho, lo titula como el
triunfo de la democracia, no obstante, en la lectura podemos ver como se
cuestiona desde la interpretación de algunas situaciones la veracidad de algunos
hechos históricos consagrados en la historiografía nacional. Si bien, bajo esta
óptica y como todo en el quehacer histórico las fuentes no son de fácil
interpretación social, el autor nos plantea algunas situaciones que nos deja
entrever, lo cotidiano y cuestionable que pueden ser las circunstancias bajo las
cuales los liberales tuvieron una pequeña hegemonía en la dirección política y
estatal del país en este periodo histórico.

Hablando de circunstancias, el autor de manera oportuna caracteriza parte de la


cultura política de la sociedad colombiana, antes del 53, por supuesto, haciendo
alusión a las inclinaciones ideológicas, el grado de madurez política en los
ciudadanos y sus condiciones intelectuales. En este punto el autor afirma, que
muchos de los votantes antes del 53 eran inscritos de forma indebida, teniendo en
cuenta su condición socioeconómica o grado de analfabetismo; estas acusaciones
se daban en los distintos bandos políticos, ahora bien, no quiere decir que ello
implicara una definición absoluta de una elección. En este contexto, la lectura nos
deja ver varios asuntos; el primero de ellos, el fraude. Aunque a ciencia cierta y
teniendo en cuenta que el pensamiento democrático en Colombia, aun hoy en día,
se encuentra en proceso de maduración, comparar los indicios de fraude que se
pueden interpretar de la época, no son comparables con la dinámica de los
procesos electorales actuales, sin embargo, la presunción en la medida en que le
autor desarrolla la descripción histórica, podemos inferir que, aun en la época, ya
se daban y de forma objetiva lo específica, algunos fraudes electorales, todo ello
por supuesto, con el afán de mantener el poder político. Decir que los liberales
actuaron de forma fraudulenta en este periodo, para ganar las elecciones, no es
una afirmación que se pueda sustentar objetivamente, así como, establecer una
estadística respecto, al censo electoral, estadísticas de participación y demás. En
todo este punto respecto a las elecciones, el autor afirma que las jornadas
electorales, que no eran una sola en la construcción del gobierno, se tornaban
muy tensas y carecían de mucha fiabilidad en la población civil. Hay muchos
según el autor, que miran con mucho recelo los procesos electorales del siglo XIX,
teniendo en cuenta que es un periodo de mucho patronato, de un nivel educativo
muy bajo en la población colombiana, y que de alguna manera, el mayor incentivo,
por el que depositar un voto, era por respaldo, sumisión u obediencia a los
señores patronos que había a lo largo del territorio nacional. Así mismo las
jornadas electorales, también constituían tiempos de folclor, fiesta e incluso
violencia, las veedurías ciudadanas se extendían por todas partes, la opinión
pública se limitaba a cuestionar en cualquier bando político y la democracia cada
vez más, se establecía en la cultura de lo político en las sociedades colombianas.

En una segunda instancia, el autor nos plantea la idea de los repertorios políticos.
¿Cómo se interpreta esto?, cuando la lectura se refiere a los repertorios políticos,
nos enmarca en una dimensión de la acción política, por parte de los ciudadanos.
En este punto en especial, el autor nos lleva a entender el contexto en el que los
subalternos ganan el derecho al voto, y su acción política no solo se limitaba al
sufragio, sino que antes por el contrario, luego de las elecciones el respaldo a los
candidatos y los escenarios de discusión política se asentaban de forma
consecutiva. El autor nos plantea la idea de participación política constante en el
espectro de la vida social y la interacción del ciudadano con el estado, para ello
nos muestra algunos ejemplos de la vida cotidiana en donde se presentaban
algunas situaciones, sobre todo de manifestación social, boicots civiles, asistencia
asambleas y escenarios políticos, en donde el ciudadano alzaba su voz y hacía
sentir lo que hoy en día se puede llamar “la voz del pueblo”. Todo esto sin duda
alguna hace parte del proceso de configuración de la democracia nacional, todo
ello, por supuesto, aunque sea comparable con situaciones de la actualidad, no se
puede hacer una interpretación única de los procesos electorales y políticos de
hoy en día, ello, debido a que las dinámicas del orden social y cultural del siglo
XIX son muy distintas a las sociedades modernas colombianas. Una de estas
iniciativas de participación, se dieron en la conformación de los clubes políticos,
pues con el ingreso de los subalternos a la participación política del país, se
comenzaron de igual forma a dar espacios de negociación y discusión hacia
algunos asuntos, en los que el gobierno nacional llevaba las directrices y de
alguna manera existía un desacuerdo, desde la base. A lo largo de este momento
de la lectura, podemos ver una serie de circunstancias que enriquecieron todo lo
que al autor llama el repertorio político, escenarios de difusión de ideas, reuniones
periódicas para tratar asuntos políticos, escenarios de discusión por posiciones
ideológicas; esto de alguna manera nos permite ver que el siglo XIX constituyo
para la historia nacional, un mundo democrático que se adaptaba a las ideas de
los nacionales y los órdenes políticos de participación legitimados desde la base,
sin duda alguna, la política nacional por su misma naturaleza de acción, y cambios
en los lineamientos legislativos y políticos en la conformación y decisiones del
estado, dieron todas las condiciones para que en el espectro de lo político se
asentaran los escenarios de participación y se configurara a democracia en su
diferentes manifestaciones, a lo largo y ancho del territorio nacional.

En ese mundo de tensiones políticas, más allá de lo rudimentario que podía ser la
cultura política el país, el autor nos lleva al enfrentamiento del mundo del
republicanismo, entendido este desde la representación y el mundo de la
democracia. ¿Por qué esta ruptura?, por supuesto, las interpretaciones de lo que
podía ser la representación de la democracia tenía dos visiones, primero desde los
liberales y segundo desde los conservadores. En este punto, es válido destacar
que la dinámica de una elección, por supuesto, no denota la definición absoluta
del proceder legítimo democrático para la conformación del estado, y es
simplemente porque la democracia no termina allí. Ahora bien, ¿en qué consistían
los cuestionamientos respecto al republicanismo y la democracia? , en esta
postura el autor, nos permite visualizar como a lo largo del siglo XIX y con el
ingreso de los subalternos al juego de la política, los conservadores cuestionaban
los espacios de participación y difusión de ideas como elementos que atentaban
contra la democracia; si lo miramos a simple vista no es coherente en la
dimensión que tenemos de lo que es la democracia, sin embargo, para este bando
político la acción democrática solo se enmarcaba en el sufragio, y cualquier acción
después de este momento, según el autor, lo consideraban nocivos. En todo el
juego político de este siglo, existían elites políticas y locales del poder, por ende
las relaciones de poder se enmarcaban en relaciones de conformación y captación
del poder desde lo local, hasta lo nacional y todo ello porque un bando político,
trataba siempre de obtener así fuera por influencia todo el aparato estatal para la
dirección política. Las ideas republicanas se enfrentaron a la legitimación de la
representación, pues en su lucha de oposición los conservadores cuestionaban al
republicanismo desde su auto legitimación a través de la democracia. Temas
como la tierra las sociedades económicas y asuntos del orden social, fueron la
principal discusión de los liberales en los escenarios de negociación. La distinción
entre republicanismo y democracia no fue absoluta entre los subalternos en el
cauca, pero si constituía una oportunidad de acceso equitativo al estado, disfrutar
de sus oportunidades y todo lo que desde el ciudadano implicaba en la
participación política. Sin lugar a duda, la pretensión del autor en este punto de la
lectura no es diferenciar conceptualmente, entre lo que es republicanismo y
democracia, sino dejarnos ver cómo puede desde lo ideológico haber un ruptura
simbólica de estos dos mundos, que sin duda alguna son complementarios desde
la legitimación y el proceder político.

Finalmente, y no menos importante, el autor plante de forma conceptual la relación


entre republicanismo y raza. Esto, debido a que en el cauca fue lo que menos
preocupo a los caucanos, y es que hablar de raza en el orden de participación
política es muy importante, teniendo en cuenta que hacia este siglo, Colombia se
consolidaba como un país multirracial y en el mundo de la cultura política, no se
había hecho claridad respecto a la idea de raza y su interpretación en el mundo
democrático. Una de las formas de concebir la raza desde las posturas ideológicas
se daba en el grado de racismo que se tenía en cada bando político, esto, por
supuesto, influía en el proceder político y en la conformación del pensamiento, por
ejemplo, los conservadores eran abiertamente más políticos, mientras que los
liberales, aun no tenían claridad de las ideas políticas enfrentadas a la raza. Los
no blancos, mestizos o afros, con su ingreso a la república, representaban un
nuevo orden en la configuración política, y para los conservadores, de una u otra
forma representaban una amenaza. Es en este punto, donde vemos como en
estos procesos de conformación política, los liberales marcaron una ruptura
tradicional de estigma y discriminación en la participación política, dejando
entrever que esto preocupaba algunas elites en el país. La dinámica de la historia
de la democracia en Colombia, nos deja muchas reflexiones. Es importante tener
en cuenta que los procesos políticos que dieron forma a la democracia, son un
juego de tensiones entre los dos bandos políticos tradicionales, que formaron
diversos grupos políticos que buscaban en el espectro de lo social, educar a la
población civil, inclinando sus ideas. Todo esto, conllevo a una formación de
cultura política que tuvo varios momentos a los largo del siglo XIX, pero que sin
duda alguna, son importantes para entender la maduración de la sociedad
colombiana en el mundo político.

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