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RESEÑA HISTORICA DE LOS PLANES DE SEGURIDAD CIUDADANA

El 19 de octubre de 1951, la Junta de Gobierno presidida por el General Marcos Pérez


Jiménez, bajo el decreto n° 323 publicado en la Gaceta Oficial (en adelante GO) n° 23.660;
fija la creación de una Comisión para la Prevención de la Delincuencia, la cual estaría
adscrita al Ministerio de Justicia. Esta comisión, tenía como su principal objetivo el estudio
de las causas de la criminalidad en diferentes regiones del país, con el propósito
de proponer al gobierno la implementación de acciones para prevenirlas, disminuirlas o
contrarrestarlas.

El siguiente paso que dio inicio a la Dirección General de Prevención del Delito (en
adelante DGPD), ocurre en el primer mandato de Rafael Caldera, cuando se le da a la
Comisión para la Prevención de la Delincuencia  el carácter de Dirección, bajo decreto
n°240 publicada en GO n° 29.143 de fecha 11 de febrero de 1970, contando entre sus
atribuciones; la orientación de las investigaciones para obtener un diagnóstico sobre las
actitudes sociales y los hechos sociales concurrentes a la génesis del acto criminal, así
como otro tipo de componentes de situaciones delincuenciales; la evaluación de
investigaciones criminológicas para establecer un plan de profilaxis social con el fin de
disminuir la incidencia delictiva en el país; la formación del personal adecuado para aplicar
medidas inherentes a la prevención; la realización de campañas de orientación de la
colectividad para obtener su colaboración en la prevención del delito; la centralización,
confección y publicación de estadísticas y tablas de pronósticos de criminalidad; la
elaboración de proyectos de leyes, de reglamentos y de normas o procedimientos
relacionados con la política anti delictiva; el estudio y coordinación de todo lo referente a la
asistencia del Gobierno de Venezuela a eventos nacionales o internacionales relacionados
con la etiología y prevención del delito; La aplicación de medidas de profilaxis social; la
coordinación de los planes oficiales relacionados con la prevención del delito y las demás
que le señalen las leyes y reglamentos.

En el año 1983, a través de la proclamación del reglamento interno del Ministerio de


Justicia según GO Extraordinaria n° 3.221, de fecha 14 de julio de 1983, se adscribe a la
Dirección General Sectorial de Servicios Administrativos; ratificando con esta decisión su
carácter de dirección teniendo como sus funciones; formular, coordinar y evaluar políticas
y programas relacionados con la prevención del delito; Promover y ejecutar la política del
Estado en materia de investigación del fenómeno delictivo; Promover la formación del
personal para el desarrollo de los planes y programas de prevención del delito; la
promoción de la participación de la comunidad en los programas de prevención del delito;
mantener en forma permanente el sistema de información del fenómeno delictivo, para la
elaboración de las estadísticas y tablas de pronósticos sobre la criminalidad; estudiar, en
coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, todo lo referente a la asistencia
del Gobierno de Venezuela a reuniones nacionales e internacionales relacionadas con la
etiología y la prevención del delito; Promover la ejecución de programas destinados a
incorporar a los miembros y organizaciones de la comunidad, y en especial al sector
juvenil, a labores de desarrollo y prevención social dentro de la comunidad; Elaborar el
respectivo informe anual de sus actividades para la presentación de la Memoria y Cuenta
del Despacho.

 En el año 1999, ocurre la fusión entre el para entonces Ministerio de Justicia y el
Ministerio de Relaciones Interiores; en esta fusión se ratifica una vez más a la institución
como Dirección General. Para el año 2005, la Dirección es designada como autoridad
central en materia de Trata según Gaceta Oficial nº 38.140 de fecha 04 de marzo de 2005;
confiriéndole con esto otras funciones operativas a la dirección; entre las cuales se
encuentran; elaborar, coordinar y ejecutar medidas preventivas y de cooperación previstas
en el artículo 9 del protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas,
especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

Para el año 2008, Con la creación del Plan Nacional para la Protección Prevención y
Atención en Periodos Festivos de Asueto y Vacacionales; se produce la interacción
interministerial unificando esfuerzos para la prevención en materia riesgos y desastres e
información y resguardo de los ciudadanos durante estos periodos festivos. Entre los
ministerios que se encuentran participando en este plan se encuentran; el Ministerio del
Poder Popular para la Defensa, Salud, Mintic, Mintur, Mippam, Minep, Finanzas, Mincit,
Cultura, Ambiente, Industrias medias y Comercio, Educación, Planificación y Desarrollo,
Trabajo y Seguridad Social.
Con la creación y publicación del Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular
para las Relaciones de Interiores y Justicia el 09 de junio de 2009, publicado en gaceta
oficial 39.196; en su artículo 24 se establece que la Dirección se adscribe a la
Viceministerio de Prevención y seguridad Ciudadana; en este sentido se establece en el
artículo 25 numeral 7, 8 y 9 las competencias del Viceministerio que inciden directamente
en la Dirección General de Prevención del Delito.

Asimismo, en su artículo 26 del Reglamento Orgánico, se plantean las funciones de la


Dirección, entre las cuales se mencionan; Apoyar al Viceministro o Viceministra, en el
diseño y formulación de políticas y estrategias relacionadas con la prevención del delito y
la criminalidad; Promover y diseñar investigaciones de corte criminológico, que coadyuven
a la ejecución de planes y programas preventivos integrales, así como el estudio estadístico;
articular planes, programas y jornadas preventivas de atención integral para enfrentar las
situaciones que propicien la reducción de la incidencia delictiva en conjunto con el sector
público, consejos comunales y demás organizaciones sociales; promover la participación
comunitaria en el diseño de políticas y estrategias de prevención integral, a fin de contribuir
con el impulso de la contraloría e inclusión social;  Diseñar programas de formación y
capacitación en materia de prevención integral, a nivel nacional, estatal y municipal, con el
propósito de optimizar las políticas, estrategias y acciones en la materia; Cooperar y
coordinar con organismos nacionales e internacionales en la participación y suministro de
información relativa a la prevención del delito que coadyuven a la divulgación de las
acciones del Estado, de conformidad con los convenios, acuerdos y tratados internacionales
debidamente suscrito, previa autorización del Ministro o Ministra.

El 10 de julio de 2012, se promulgó en GO n° 39.961 la Gran Misión !A Toda Vida!


Venezuela bajo decreto presidencial n° 9.086, en el cual se crea un plan nacional
interinstitucional de seguridad y prevención social, donde se plantea garantizar la seguridad
y la convivencia pacífica y solidaria; en este plan con rango de política de estado se
muestran seis vértices, los cuales se complementan para garantizar la suprema felicidad
social a través de la seguridad ciudadana, la DGPD se encuentra participando activamente
en dos (2) vértices, a saber: 1. Prevención Integral y convivencia Solidaria; 6. Creación y
socialización de conocimiento para la convivencia y Seguridad Ciudadana.
Así mismo, en el artículo 8 del mismo decreto se plantea la creación de comandos estadales
donde la Dirección muestra protagonismo en una de sus comisiones esta es la “Comisión de
Prevención Integral y Participación Ciudadana”, que tiene como objetivo fundamental el
trabajo articulado con las comunidades organizadas a fin de que a través de talleres y
charlas, se promueva la convivencia pacífica.

ORIGEN Y EVOLUCION DE LA PREVENCION DE DELITO EN VENEZUELA

La prevención del delito en Venezuela depende del Ministerio de Justicia.

El 11 de febrero de 1970, se crea la Dirección de Prevención del Delito (DPD) que


reemplaza a la Comisión de Prevención de la Delincuencia, creada durante la dictadura
militar mediante Decreto Nº 323 de fecha 19 de octubre de 1951; se trataba entonces de un
organismo interministerial ad-honorem cuyo objetivo principal según su decreto de
creación era “investigar las causas de la criminalidad en las distintas regiones del país, y
proponer al Ejecutivo Federal las medidas adecuadas para contrarrestarla” pero sin la
posibilidad de definir las acciones específicas y lograr que éstas se ejecutaran. Para 1959, el
Secretario Ejecutivo de la Comisión había planteado la necesidad de modificar el régimen
legal de la Comisión de Prevención del Delito “para que este Organismo pueda no
solamente investigar sobre las causas del delito y sugerir la aplicación de medidas
profilácticas, sino también ordenarlas y hacerlas cumplir directamente” (Birkbeck C.,
2004). De esta manera y con el regreso de la democracia, se evalúa la posibilidad darle
otras características y competencias a esta comisión, convirtiéndola en una institución que
se ocupe de la producción de políticas públicas en materia preventiva. Es así como surge en
el año 1970 durante el gobierno del presidente Rafael Caldera la Dirección de Prevención
del Delito. La Dirección de Prevención del Delito nace entonces como una dirección de
línea adscrita a la Dirección General Sectorial de Defensa y Protección Social, del entonces
Ministerio de Justicia, según Decreto Presidencial Nº 241. Se creó como organismo
ejecutivo, de suficiente rango administrativo, con oficinas en todas las regiones del país,
capaz de desarrollar programas, adelantar las investigaciones sobre las causas del delito y
promover su labor a través de campañas de concientización. El encargado de convencer al
gobierno de la necesidad de fortalecer las políticas de prevención y primer director de esta
institución fue el abogado y criminólogo Juan Manuel Mayorca5. En sus comienzos, la
Dirección contó con tres divisiones: la de Investigaciones Criminológicas, la de
Publicaciones y Prensa, y la Coordinación de Zona que a su vez tenía cinco Jefaturas de
Zona. Dentro de las primeras cosas que se hizo fue recopilar y publicar los datos sobre
casos delictivos denunciados a la policía judicial y sobre la población penitenciaria,
empezando desde 1961 y actualizando la serie Estadística Delictiva cada año. La División
de Investigaciones Criminológicas estuvo a cargo de la criminóloga Rosa Del Olmo6, quien
dirige la obra La prevención del delito: textos para su estudio, una obra colectiva
inicialmente de dos tomos, que luego llegó a seis, que compila artículos publicados en
distintos idiomas por los autores más relevantes para la criminología de ese momento7
traducidos al español. El prólogo del libro señala que el objetivo de la compilación es
solventar la dificultad con la que se enfrenta el científico de la prevención para la obtención
de textos específicos y fundamentales en la materia. El doctor Juan Manuel Mayorca
encontrará en Rosa Del Olmo una profesional que cuenta, por una parte, con una excelente
formación universitaria, y por la otra, con una vocación clara hacia el estudio de las
cuestiones sociales. Una de sus primeras labores fue la elaboración del primer cuerpo de
lineamientos propuestos para reducir la frecuencia y la gravedad de los hechos delictivos
que habrían de ocurrir en Venezuela a finales de los años 60 y en la década subsiguiente
(Bravo Dávila, 2005: 103).

POLITICAS PÚBLICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD VERTICES Y


PROYECTOS DE LA MISION A TODA VIDA VENEZUELA

“Una víctima se busca en cualquier lugar, el ladrón con experiencia escanea a la persona
rápidamente y ve si lleva cosas de valor, dice tiene zapatos de mil bolívares, un blackberry
último modelo, cuando son principiantes arrebatan las carteras y se van, sin embargo, las
personas no pueden vivir en zozobra, porque uno convive con la delincuencia quiera o no
quiera”. Palabras de un ex-delincuente.

La violencia como fenómeno social es un síndrome en el que convergen muchos factores


que se refuerzan mutuamente, generando problemas más grandes que la suma de sus partes.
Existen muchos estudios a nivel mundial, nacional, regional y local que intentan explicar
las raíces de este conflicto social, debido principalmente a que se ha roto el pacto de
convivencia que, a lo largo de la historia del hombre, la sociedad ha impuesto a través de
leyes, normas y regulaciones.
Casi 120 mil personas han muerto en Venezuela a manos de la inseguridad en los últimos
diez años, cifras alarmantes si las comparamos con guerras civiles u otros conflictos
regionales. Esto sin contar los miles de ciudadanos que han sido objeto de hurtos, robos,
atracos y secuestros. Estamos viviendo en un país en guerra, una sociedad en conflicto en la
cual el Estado en su incapacidad para controlar este flagelo, esgrime discursos y
pronunciamientos ajenos a la realidad de las calles y experimenta soluciones que mas allá
de reducir los números violentos, llenan a la sociedad de miedo, zozobra y una
incertidumbre que los obliga a repensar sobre la responsabilidad del Estado y su
corresponsabilidad como sociedad para el diseño e implementación de medidas.

La pobreza y desigualdad como características resaltantes en los países en desarrollo son


piedra angular en este complejo conflicto social que afecta a sus habitantes, sin embargo,
estudios recientes del Banco Mundial y otras organizaciones indican que muchos delitos
son cometidos por personas del mismo estrato socioeconómico de la víctima. Venezuela a
pesar de los inmensos recursos económicos no escapa a esta realidad social, los índices de
carencia e inequidad se destacan en las altas cifras de violencia e inseguridad que se viven
en el país. Para muchos psicólogos, sociólogos, criminalistas y trabajadores sociales, la
principal raíz del problema reside en la brecha de desigualdad de nuestros pueblos,
reflejada esta inequidad en los barrios y la marginalidad. Las respuestas de políticas
públicas podrían ser más exitosas para detener el auge de la delincuencia si conducen a la
inclusión de determinados segmentos de la población o a mitigar su exclusión.

Esta cruda realidad que vive el venezolano, ha obligado a la sociedad a evolucionar para
evitar ser víctima de la violencia, forzándola a cambiar su estilo de vida, limitando sus
actividades de recreación y diversión por temor a ser objeto de acciones delictivas. Los
estudios de opinión señalan al fenómeno de la inseguridad como la principal preocupación
en la mayor parte de los estratos sociales. Por medio de la radio, la televisión, las redes
sociales, la prensa escrita y digital, en fin, por todos los mecanismos de comunicación
creados por las sociedades modernas, se refleja la preocupación por este flagelo que afecta
a todos por igual sin distingo de raza, género, credo o afinidad política.

La prevención del delito no queda solo en meras medidas caseras o fortuitas, pasa por
examinar las verdaderas causas que lo originan, hablar de prevención es hablar de evitar el
surgimiento de condiciones de vulnerabilidad social, por lo tanto debe ser integral y para
lograr este objetivo es vital el compromiso entre el Estado y la sociedad, para lo cual los
ciudadanos deberían exigir una mejor actuación de los cuerpos de seguridad y mejores y
más efectivas políticas de prevención por parte de los gobiernos, llámese nacional, regional
o municipal.

Como respuesta de la sociedad ante un Estado inerte se han creado mecanismos de


resguardo o de prevención del delito, los cuales han surgido de forma espontánea a través
de organizaciones civiles no gubernamentales. Los ciudadanos están comprendiendo y
concluyendo que es necesario asumir un nuevo rol ante la sociedad que clama por la
colaboración de todos por igual.

Según Adela García Pírela, Profesora de Derecho Penal de la Universidad del Zulia, “Se
han desarrollado mecanismos de autoprotección de los cuales algunos podrían ser válidos
para resguardarse, pero paradójicamente otros son impulsadores de más inseguridad. Si una
persona está armada frente a cualquier conflicto, la resolución de este podría implicar otro
acto de violencia y ese no es el objetivo”. 

Una de las causas del incremento de la inseguridad es que no existe una conexión directa
con el Estado, no prevalece esa identificación que permita denunciar y sentirse seguro.
Desde la creación de la Defensoría del Pueblo en 1999, no ha habido un mayor impacto en
la defensa de los derechos humanos, especialmente los que implican la actuación de los
cuerpos policiales en la vida, la integridad física y la privacidad de la gente, en este
contexto no se ha logrado obtener seguridad, control de la criminalidad ni de prevención
del delito.

Los cuerpos de seguridad en su accionar han sido rebasados por la agudeza y astucia de la
delincuencia para cometer sus delitos, suponer las causas de esta falta de capacidad pasaría
por examinar detenidamente el sistema de administración de justicia, la legislación sobre la
materia y sobre todo la brecha social existente.

La delincuencia no es un problema político – partidista, es un problema social, de salud


pública, las personas están tomando conciencia de que el problema no es solamente una
percepción, la violencia está rebasando las barreras de la división política que hay en el país
en estos momentos. La responsabilidad de cada ciudadano pasa por ser menos apáticos e
indolentes, ello conlleva a involucrar a las personas en el problema de la delincuencia
presente en la interacción social del día a día. No se puede construir una sociedad alrededor
de la inseguridad, por el contrario se debe levantar alrededor de la cultura, la educación, la
música, la convivencia y la participación de la comunidad.

La prevención está claramente relacionada con oportunidades plenas para el ejercicio de los
derechos, para ello es indispensable enfrentar la exclusión social, la violencia, la
explotación, la deserción escolar y la ausencia de principios y valores en el hogar. El
control del delito comienza tomando conciencia de que el problema existe, cobra vidas día
tras día y sumerge al venezolano en un estado de angustia que transforma psicológicamente
su jornada.

Muchas son las acciones, procedimientos y proyectos emprendidos para prevenir y evitar
ser objeto de la delincuencia, las cuales van desde planes de seguridad en casa, al transitar
por las calles o en el lugar de trabajo, pero de nada valdrán si no existe la voluntad
individual y el esfuerzo conjunto como sociedad para articular acciones a fin de que estas
medidas sean lo mas efectivas posibles. Tal vez haga falta mas voluntad por parte de otros
organismos que parecen inertes ante el problema, tales como las Alcaldías y los consejos
comunales para construir mecanismos de participación y concertación que permitan abordar
la grave situación de inseguridad y sus implicaciones en la vida de las comunidades, no con
nuevas estructuras policiales ya que la insuficiencia presupuestaria juega un papel adverso,
sino involucrando a todos en la búsqueda de soluciones.

"LA GRAN MISIÓN A TODA VIDA VENEZUELA TIENE LOS SIGUIENTES


VÉRTICES:

La nueva misión tiene 8 vértices de acción. Los primeros 2 son la prevención integral junto
a la convivencia solidaria, y el fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana para
el pueblo.

1) Prevención integral y convivencia solidaria.

2) Fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana.

3) Transformación del sistema de Justicia Penal y mecanismos de resolución de conflictos.

4) Transformación del Sistema Penitenciario y

5) Sistema Nacional de Atención a las víctimas"

 El sexto vértice se concentrará en la "creación y socialización de conocimiento para la


convivencia y seguridad ciudadana".

El séptimo plantea el combate contra el uso indebido y tráfico de drogas El octavo es contra
la legitimación de capitales.
 "Estos vértices agrupan 29 líneas estratégicas y 117 acciones programáticas, 30 de éstas
últimas de ejecución inmediata"

También se propone transformar el sistema penitenciario, instalar un sistema nacional de


atención a las víctimas, así como crear y socializar el conocimiento para la convivencia y la
seguridad ciudadana.

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