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Presentado por:
Profesor:
Julián Mauricio Pérez
En éste caso se trata como ejemplo un tipo de literatura surgida en Inglaterra a finales del
Siglo XVIII. Según los datos históricos ésta surge como reacción o respuesta contra el
natural del hombre, felicidad, orden y sobriedad. La época narrativa gótica es toda una expresión
emocional que abarcaba literatura, arte, arquitectura; y que intentaba revelar las sensaciones y
miedos más profundos del ser humano en cada uno de sus estructuras narrativas fundamentadas
en lo sobrenatural y maligno.
espacios boscosos, ruinas, lugares solitarios y macabros que podían hacer sentir al lector tanta
desorientación como los personajes mismos; tal como se aprecia en la leyenda mexicana (La
amante macabra., s.f) “Afuera, el manto de la noche, negro y denso, soltó su furia. Los rayos
trazaban grietas luminosas al tiempo que la lluvia tormentosa se dejó caer. El padre Luis se puso
obsesión por los objetos comunes o fetiches; un ser humano completamente irracional, miedosos
y víctima de sus fuertes sensaciones; tal como se aprecia en la historia Berenice (Allan, poe.
1835) donde el protagonista Egaus desarrolla una extraña obsesión por los dientes de su amada,
que el mismo arrancó mientras estaba viva. “¡Los dientes! ¡Los dientes! Estaban aquí y allí y en
todas partes, visibles y palpables, ante mí; largos, estrechos, blanquísimos, con los pálidos labios
distenderse. Entonces sobrevino toda la furia de mi monomanía y luché en vano contra su extraña
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e irresistible influencia. Entre los múltiples objetos del mundo exterior no tenía pensamientos
prohibido, emociones aparatosas se presentan en éste sentido. Se tratan de amores que según no
son aceptados por Dios. En éste sentido, se exponen sentimientos de culpa del hombre por
encontrarse fascinado por lo que no debería, éstas eran figuras femeninas muchas veces oscuras y
penitencias, mas ni los ayunos, ni los rezos, ni el látigo que extraía la sangre de su espalda,
consiguieron alejar el recuerdo de la mujer. Su cuerpo yacía; exhausto, pero su mente seguía
fresca, sus pensamientos sólo repetían la pregunta: “¿Cómo hacer para verla otra vez? ¿Quién es
ella?”.” (La amante macabra., s.f). En otro caso “Berenice! Invoco su nombre... ¡Berenice! Y de
las grises ruinas de la memoria mil tumultuosos recuerdos se conmueven a este sonido. ¡Ah,
vívida acude ahora su imagen ante mí, como en los primeros días de su alegría y de su dicha!
¡Ah, espléndida y, sin embargo, fantástica belleza! ¡Oh sílfide entre los arbustos de Arnheim! ¡Oh
náyade entre sus fuentes! Y entonces, entonces todo es misterio y terror, y una historia que no
que aunque se trata de objetos, personas e instancias opuestas y alejadas de Dios, recalcan el
carácter de lo que es divino y celestial “Ya no me cabe la menor duda, esa mujer es un vampiro, y
tiene pacto con el diablo. Ahora me explico las muertes atribuidas a los murciélagos en los
últimos tiempos.” “¡Por Dios, hijo mío! ¡Ni vos ni nadie podía salvar esa alma condenada! ¡No
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penséis más en ella! ¡Esa mujer tenía vendida ya su alma al demonio con su conducta disoluta!”.
totalmente incorrecto. Sin embargo, debe resaltarse que se trataba de una narrativa muy rica, llena
de simbolismos que sin duda alguna lograban conectarse y provocar diferentes sensaciones en el
lector.
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Referencias
Allan Poe, E. (2008). Berenice [Ebook]. Madrid: Editorial del cardo. Retrieved from
https://www.biblioteca.org.ar/libros/133480.pdf