Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Sobran los argumentos para afirmar que Venezuela está frente a una emergencia
económica. El Presidente Nicolás Maduro aprobó, justamente, un Decreto de
Emergencia Económica el pasado 14 de Enero del 2016.
Decretó aquello que era evidente, aunque necesario por responsabilidad política:
sólo cuando se reconoce una situación adversa, se pueden encontrar las
respuestas efectivas para superarla. El contexto económico en Venezuela es
cada vez más preocupante, tanto a nivel externo como interno.Ante tales
circunstancias adversas, el Ejecutivo ha puesto en marcha una Agenda
Económica Bolivariana con el objetivo de salir adelante.
1. La condición externa de la emergencia económica
2.
La caída de los precios del petróleo marca de modo considerable una restricción
muy inquietante para las arcas públicas del país. Lo mismo le ocurre a todos
aquellos Estados que dependen de este recurso. El precio del petróleo ha sufrido
una de sus mayores caídas, prolongadas, desde hace décadas. En junio del 2014,
el precio por barril alcanzó los 115 dólares. Sin embargo, desde ese momento se
viene produciendo un derrumbe continuado en su precio. En el año 2015 acabó
por debajo de 40 dólares; a inicios de este año, continuó a la baja alcanzando su
mínimo de los últimos 11 años. El precio no termina de recuperarse. La disputa
geopolítica y geoeconómica es de alto voltaje. No todo es cuestión de exceso de
oferta (aunque también) ni de contracción de la demanda. Hay otro factor clave: el
interés especulativo de los grandes capitales mundiales que, a partir de los
mercados de valores futuros, imponen los precios en el presente1. No será fácil
estimar qué sucederá con este fenómeno en el corto plazo. Es todo demasiado
imprevisible.
Estos últimos constituyen parte relevante de una propuesta que durante 1991
realizó el en ese entonces presidente de los EE.UU. George Bush y que
posteriormente, en particular luego de una Cumbre en la ciudad de Miami, derivó
en el intento de la construcción más formal y de contenido de un Área de Libre
Comercio Americana (ALCA) que, como pronunció dicho presidente, trata de crear
un sistema de liberalización comercial “desde Alaska a Tierra del Fuego». En
efecto, se ha impuesto en este continente, sobre todo en algunos países firmantes
de dichos Tratados (destacándose que no en todos ni con la misma intensidad),
mediante rebajas arancelarias y disposiciones comerciales complementarias, una
decidida política de apertura y liberalización de dichas economías al mundo, en
particular a la región (y/o sub-regiones), típica de la concepción neoliberal vigente
en sus conducciones.
Esas políticas han derivado en distintas repercusiones para la producción, el
empleo, la distribución del ingreso y el consumo de carácter nacional, o sea para
el mercado interno en general, confirmando y agregando importantes
condicionamientos estructurales y coyunturales para todos esos temas. De ahí, la
confirmación de la necesidad de analizar tales consecuencias.
Para abarcar tal conjunto de problemas y situaciones, parece esencial determinar
las principales características de la economía internacional que permitan entender
el marco en el cual dichas políticas y concepciones se desenvuelven, y así poder
comprender más completamente sus causas, consecuencias y objetivos. Este tipo
de análisis, a la vez, permitirá comprobar si la situación económica internacional
y/o regional conduce efectivamente con un concepto bastante manejado,
especialmente durante la última década del siglo XX, denominado «globalización
mundial». Por el mismo se pretende inculcar que el conjunto del planeta manifiesta
una «creciente uniformidad en el plano económico, político y cultural» en el
entendido que ello alienta o implica de hecho, además, la aceptación de dicha
realidad y sus consecuencias generales como incambiables. Algo así como una
versión del fin de la Historia.