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Sobre el concepto de aculturación

Es el resultado del contacto entre culturas distintas, ya sea que se


haya producido en forma pacífica, como encuentro, o violenta,
como choque, donde se van perdiendo identidades, adquiriendo
otras, y modificando otras tantas. El resultado es una cultura
nueva, que involucra por ende el proceso de transculturación,
diferente a las involucradas, en la mayoría de los casos, con
predominio de alguna de ellas sobre la otra.

Sociedad del conocimiento en la multiculturalidad

El compromiso de la educación en la actualidad supone participar activamente en todo tipo de


actividades sociales que supongan una mejora en las condiciones de las personas, así como de
una aportación valiosa en la articulación de la multiculturalidad en esta cambiante sociedad
del conocimiento.

Los elementos de la posmodernidad social y la sociedad del conocimiento son fuente de gran
influencia para la educación.

Comprende:

1.- La flexibilidad ocupacional y la complejidad tecnológica del mundo que crean necesidades
para atender la diversidad, pero también se elaboran tendencias que fomentan la divisibilidad
de la realidad. De este modo, el profesorado deberá desarrollar habilidades y estrategias de
flexibilidad con el alumnado.

2.- La paradoja de la globalización confiere dudas nacionales e inseguridades que desatan


peligros como la reestructuración y la reconstrucción de los antiguos currícula de carácter
etnocéntrico y xenófobo. Estos currículas pueden reforzar las desigualdades culturales entre
diversos grupos ya que no se atienden a las diferencias y a las desigualdades.

3.- La muerte de las certezas genera una inseguridad moral y científica que reduce la confianza
en los grandes discursos que deben ser enseñados; esto hace que disminuya la dependencia
sobre algunos aspectos científicos, pero aumenta la indeterminación de cómo los hechos
deben ser transmitidos. Esta tarea le resulta muy difícil al profesorado ya que no tiene la
seguridad moral de por qué las cosas deben ser enseñadas de una determinada manera como
la podría tener antes.

4.- La estructura del gran mosaico del conocimiento está en línea con el pensamiento de la
posmodernidad, como metáfora de la organización del trabajo en educación. El conocimiento
puede ser más flexible frente a otra estructura más balcanizada de la enseñanza. Esta manera
de organizar la enseñanza en forma de mosaico móvil contribuye a que haya una organización
más fluida de la información y de la comunicación a desarrollar.

5.- El carácter ilimitado del ser es otro de los elementos de la condición social de la
posmodernidad. La ansiedad personal y la búsqueda de autenticidad llega a ser una cuestión
psicológica continua en un mundo sin seguridad moral, en el sentido que nos estamos
refiriendo, un tema fundamental es el desarrollo autopersonal del profesorado conectado con
la acción y la colaboración con otros docentes.

6.- La complejidad y sofisticación tecnológica crea un mundo de imágenes instantáneas y


apariencias artificiales. La simulación segura de la realidad, especialmente a través de los
medios de comunicación, puede ser más perfecta y plausible que la mera realidad
incontrolable. Ello puede contribuir a la cooperación dentro de la clase y, de igual forma,
dentro de los equipos que trabajan conjuntamente en un proceso de colaboración y
elaboración de discursos muy relacionados con el momento que nos ha tocado vivir.

7.- La comprensión del espacio y el tiempo pueden conducir a una mayor flexibilidad, a una
mejora de la responsabilidad de los grupos y a un aumento de la comunicación dentro de las
escuelas.

La globalización ha dado origen, sin lugar a dudas, a un entorno completamente nuevo para las
actividades de liderazgo, gestión y gerencia de instituciones y actividades culturales. Este
nuevo entorno puede definirse por las siguientes características:

1. Reducción de costos. Hay una apreciable reducción de costos asociados con el


intercambio cultural, gracias a las nuevas tecnologías de información y a las
comunicaciones.
2. Incremento de la oferta y la demanda. Varios factores, en particular la reducción de
costos reseñada en el punto anterior, han causado un sustancial aumento de la oferta
cultural global en todas sus manifestaciones. Además, en el mundo de hoy, la
demanda cultural se ha ampliado, debido al creciente interés que han despertado las
múltiples culturas locales.
3. Entorno económico. El incremento de la riqueza, producto de un intercambio
económico más acelerado y eficiente, causará que las sociedades y los individuos
dispongan de los recursos cada vez más cuantiosos para invertir en el campo cultural.
4. Entorno político. En las dos últimas décadas la configuración política del mundo ha
sufrido cambios que han contribuido a crear un entorno más dinámico de oferta
cultural.
5. Culturas locales. Como consecuencia de los fenómenos antes anotados y, en particular
por la expansión tecnológica, se amplían las posibilidades de las culturas locales, con
sus manifestaciones propias, de ser conocidas y apreciadas en medios muy amplios.
Tanto la globalización económica, como el conjunto de fenómenos considerados como
globalización cultural, han sido también objeto de un fuerte debate. Algunas personas
consideran que, por causa de la globalización, las culturas locales afrontan la amenaza de la
homogenización cultural, proceso en el cual todas las expresiones culturales tenderían hacia
manifestaciones propias de la cultura cotidiana de centros hegemónicos. Y esto no se ha
quedado en el ámbito de los debates, sino que ha trascendido al entorno de las políticas
públicas.

IDENTIDAD INDÍGENA Y MULTICULTURALIDAD EN AMERICA LATINA

Las culturas indígenas, con sus propias identidades, tradiciones, costumbres, organización
social y cosmovisión nunca tuvieron un lugar en el proceso de "construcción de la nación" en
América Latina. Es más, las políticas indigenistas estatales de los años 40 fueron diseñadas
para "integrar" o "asimilar" a los indígenas. Hoy, América Latina experimenta un resurgimiento
de las organizaciones indígenas, que rechazan la asimilación, afirman sus raíces y reclaman sus
derechos. El surgimiento, en los últimos años, de pueblos indígenas como nuevos
protagonistas sociales y políticos en América Latina puede ser visto como un paso en la
transformación del Estado y la transición a una nueva forma de vida, más democrática.
Durante el periodo colonial, los pueblos indígenas tuvieron un status claramente definido en la
sociedad, pero desde el surgimiento de las repúblicas independientes en la región, hace casi
200 años, su relación con el Estado y sus instituciones ha sido difícil y ambigua.

La destrucción de las culturas indígenas Desde el arribo de los europeos a las costas de
América a conquistar y colonizar esas tierras, los pueblos indígenas han sido víctimas de
discriminación, explotación y racismo. Durante 300 años de dominación colonial (desde los
viajes de Colón hasta los comienzos del siglo XIX, en los que la mayoría de los países
latinoamericanos se independizaron de España), las sociedades indígenas fueron objeto de las
peores formas de opresión y explotación.

Los cambios desde los años 50 La situación de desigualdad y desventaja se mantuvo hasta
mediados del siglo XX, comenzando a cambiar sólo en los años 50, con la desintegración del
sistema tradicional de tenencia de tierras y la modernización económica hasta en las zonas
más apartadas (en México, el proceso comenzó antes, después de la revolución de 1910). Pero
el proceso de desarrollo en las últimas cinco décadas ha sido muy desigual en América Latina y
los beneficios del crecimiento económico se han concentrado (y siguen concentrándose) en el
extremo superior de la escala social y económica. Mientras que la pobreza y la extrema
pobreza se hallan repartidas en todas las áreas rurales y urbanas, los pueblos indígenas se
hallan concentrados en los niveles más bajos. En un informe del Banco Mundial publicado en
1994 se lee que las condiciones de vida de los indígenas son desastrosas y su pobreza,
persistente y severa. La pobreza y la desigualdad económica explican gran parte del
"subdesarrollo" y el "atraso" de los indígenas latinoamericanos en relación con el resto de la
sociedad.

Los pueblos indígenas, las culturas indígenas, con sus propias identidades, tradiciones,
costumbres, organización social y cosmovisión nunca tuvieron un lugar en el proceso de
"construcción de la nación", en el que se embarcaron las elites latinoamericanas a comienzos
del siglo XIX. Es más, las políticas indigenistas llevadas a cabo por los estados en los años 40
fueron diseñadas para "integrar" o "asimilar" a los indígenas al modelo cultural nacional
dominante. Las ideologías nacionalistas hegemónicas del siglo XX se percibieron a sí mismas
como naciones sin indígenas, como naciones pertenecientes a la "civilización occidental" o, por
lo menos, como "naciones mestizas", que lograron una especie de síntesis cultural entre las
raíces europeas y las indígenas (agregándose en algunos casos elementos africanos), pero cuya
identidad era de hecho en gran parte una identidad "occidental".

Las Naciones Unidas se interesan por los pueblos indígenas Las Naciones Unidas comenzaron
a interesarse por los derechos y el desarrollo de los pueblos indígenas en los años 50. También
por esas fechas, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe sobre las
condiciones de vida de los pueblos indígenas y en 1957 aprobó la Convención 107 para la
protección de los indígenas y los pueblos tribales en los países independientes.

El surgimiento de las organizaciones indígenas

El surgimiento de organizaciones indígenas en las últimas tres décadas puede ser considerado
tanto una causa como un efecto de las transformaciones ocurridas en la esfera pública con
respecto a los pueblos indígenas en América Latina. En los años 60 existía sólo un puñado de
organizaciones formales creadas y dirigidas por indígenas y que defendían intereses de los
pueblos indígenas. En los años 70 y 80, un febril proceso de organización y movilización llevó al
surgimiento de numerosas asociaciones indígenas en el ámbito local, así como esfuerzos por
articularlas a nivel regional y nacional. Algunas de ellas tuvieron corta vida, otras atravesaron
numerosas fases y transformaciones y sólo algunas sobrevivieron en los años 90.

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