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Planteamiento del problema.

La idea sobre el tema en cuestión me surgió a partir de diversas dudas adquiridas en el


curso de seminario de problemas filosóficos, en el cual me dediqué a investigar
profundamente sobre la cuestión “creación o big bang”. Dentro de la indagación y
asimilación de los contenidos me preguntaba si acaso el big bang o alguna de las otras
hipótesis serian “compatibles” con la doctrina católica sobre la creación del cosmos.
Fue así que me encontré con la obra del ahora Papa emérito Benedicto XVI (Joseph
Ratzinger) titulado “Fe y Ciencia” y es a partir de aquí donde he comenzado a entender
algunas cosas que no comprendía, sin embargo, me he encontrado con nuevas dudas que
espero en el transcurso de las investigaciones se aclaren poco a poco.
Delimitar el status questionis demasiado amplio y complicado como bien dirá Ignacio
Silva1, sobre todo porque es un problema que sigue vigente desde finales de la edad media
hasta nuestros días y además de que existe cierta vaguedad en los conceptos, dado que, si
decimos ciencia, está bien lo podemos comprender ; sin embargo, decimos religión o
teología, pero, ¿Cuál religión y/o cuál teología?. A este punto tomaré la religión cristiana.
Quisiera abordar tres situaciones concretas en la historia de la filosofía, concretamente en la
transición entre la época medieval y moderna en las cuales se ha desarrollado el conflicto
entre la fe y la razón.
Primero, en dicha transición, es evidente que existe un cambio epistemológico radical en
cuanto a la relación entre fe y razón la cual, en la tradición escolástica permanecía
estrechamente unidas al grado de considerarse la filosofía como ancilla theologiae.
Considero que encontramos en ésta sentencia pistas para descubrir el problema real de
nuestro tema, puesto que éste “adagio” formulado al parecer por vez primera por Filón de
Alejandría o bien por San Justino habrá de ser severamente criticado por el movimiento de
la Ilustración dado en el siglo XVIII, a éste respecto, Immanuel Kant habrá de responder
qué es, pues la Ilustración en una entrevista que le fue hecha, dirá: “[…] es la salida del
hombre de su autoimpuesta inmadurez”. De ésta respuesta el mismo Kant habrá de
formular su célebre proposición: “Sapere aude!”2, es decir, atrévete a pensar, en el sentido
de rechazar toda tradición, o autoridad, de ahí se comprende el rechazo de parte del

1
Ignacio Silva es Doctor en Filosofía e investigador en la Universidad de Oxford. La conferencia se encuentra
en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=phtINtsDFkA&t=703s
2
M, LÓPEZ CAMBRONERO, Verdad versus Revelación en revista SCIO [ noviembre 2011], 15-49.

Seminario de Tesis Juan Carlos Flores Pérez 20 de febrero de 2020


movimiento ilustrado a que la filosofía sea sierva de la teología, sino que antes bien la
teología habrá de ser ancilla philosophiae.

Segundo, otra cuestión que ha afectado las relaciones entre la fe y la razón es el


cientificismo que surge a razón del Circulo de Viena en el siglo XX el cual –comenta M.
Artigas3- tenía como objetivo eliminar la metafísica y la teología, puesto que éste
movimiento pensaba que no tenía sentido alguno preguntarse por las cuestiones de Dios o
del alma puesto que no había respuesta para ello, antes bien, solo podía haber respuesta a
aquello que fuese verificable y lógicamente razonable.
Por último, el nacimiento del historicismo el cual, parafraseando a J. Ratzinger 4, consistió
en una transformación intelectual, en la que sale a relucir el filósofo italiano Giambattista
Vico que contrapuso a la ecuación escolástica: verum est ens , la fórmula verum quia
factum, es decir, podemos conocer solo aquello que hemos hecho, o mejor aún solo puedo
conocer aquello de lo cual conozco también su causa, siguiendo a Aristóteles. De ahí el
surgimiento y auge de la época científica.
Considero que el tema en cuestión tiene completamente continuidad y especial incidencia
en el campo teológico, concretamente en la teología fundamental, la cual consiste de
acuerdo con César Izquierdo Urbina en una “reflexión sistemática y científica a partir de
una actitud espontánea, que de una manera o de otra, surge en todo creyente… se trata de la
actitud teológica básica: lo de la fe que busca entender (fides quaerens intellectum)”5. En
pocas palabras se trata de fundamentar la razonabilidad de la fe; ésta se expone de manera
elocuente en la obra apologética del ahora santo John Henry Newman “El asentimiento
religioso”.
A estas tres posibles causas del divorcio entre fe y razón surge la inquietud por conocer
¿Cuáles han sido los efectos de éste “divorcio” entre la fe y la razón en el pensamiento
filosófico de nuestros días y de qué manera fundamentar desde la misma filosofía una
armonía o complementariedad entre ambas cuestiones que aparentemente están
desligadas una de otra?

3
M. ARTIGAS, Ciencia, Razón y Fe, EUNSA, 110.
4
J. RATZINGER, Fe y Ciencia, Sal Terrae, 2019, 81-84.
5
CÉSAR IZQUIERDO URBINA, Teología Fundamental, EUNSA,

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