Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
formas, imágenes y
tiempos educativos
Al geógrafo
que emprendió un largo viaje:
Juan Pavié Lagos.
Estarás siempre en nuestra memoria
La Opacidad del Paisaje:
formas, imágenes y
tiempos educativos
(A opacidade da Paisagem: formas, imagens e tempo de ensino)
É proibida a reprodução total ou parcial desta obra, sem autorização expressa do autor ou da editora. A violação
importará nas providências judiciais previstas no artigo 102, da Lei nº 9.610/1998, sem prejuízo da responsabilidade
criminal. Os textos deste livro são de responsabilidade de seus autores.
Compasso Lugar-Cultura Editora Imprensa Livre
Editora-chefe Projeto gráfico e diagramação
Dirce Maria Antunes Suertegaray
Editora-chefe
Conselho Editorial Karla Viviane
Álvaro Heidrich
Carlos Henrique Aigner Equipe Editorial
Cláudia Luiza Zeferino Pires Ane Sefrin Arduim
Dilermando Cattaneo da Silveira Augusto Barros
Dirce Maria Antunes Suertegaray Leonardo Rolin
Elisabeth Helena Coimbra Matheus Nathalia Rech
Jaeme Luiz Callai Vitória Régia da Silveira
João Osvaldo Rodrigues Nunes
Helena Copetti Callai Revisão
Laurindo Antonio Guasseli Rodrigo Contrera
Nelson Rego
Roberto Verdum (51) 3249-7146
Rosa Maria Vieira Medeiros Rua Comandaí, 801
Cristal – Porto Alegre/RS
(51) 3208-1971 www.imprensalivre.net
Rua Baronesa do Gravataí, 612 imprensalivre@imprensalivre.net
Cidade Baixa – Porto Alegre/RS facebook.com/imprensalivre.editora
www.compassolugarcultura.com twitter.com/editoraimprensa
compassolugarcultura@gmail.com
twitter.com/compasso_lcult
Inclui bibliografia.
Título em espanhol e português.
ISBN 978-85-7697-357-7
CDU 91:37
CDD 910.7
Primera Parte
PAISAJE COMO ESCENARIO DE LOS PROCESOS
EDUCATIVOS
Segunda Parte
PAISAJE COMO CONTENIDO DE LOS PROCESOS
EDUCATIVOS
11
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
12
Marcelo Garrido Pereira
en el último siglo y medio, esta categoría cuenta con un historial que exce-
de el desarrollo del pensamiento espacial moderno. Recuperar algunas pis-
tas de su uso en el campo intelectual artístico y científico, nos permitiría
entender sus potenciales alcances a la hora de aproximarnos a una espacia-
lidad como la que queda descrita por el fenómeno escolar.
Si bien el paisaje como categoría conceptual, ya estaba presente en la li-
teratura y en la pintura occidental desde el siglo XVI, aparecía – en térmi-
nos de relato visual y narrativo-cosificado y naturalizado escénicamente.
Sólo con la secularización y laicización de los elementos naturales, algunas
expresiones artísticas lograron salvar la distancia entre el creador y quien se
aproximaba al vestigio paisajista. A la ciencia moderna en general y a la
Geografía en particular, llegan desde los discursos filosóficos, estetas que in-
fluenciaron a una parte importante de quienes propiciaron el naturalismo
positivista del siglo XIX, siendo el paisaje - para muchos de ellos - una ca-
tegoría de anclaje y de permanencia, que permitía una distinción primaria
entre campos constituyentes (y desmantelables) de una realidad: naturale-
za en oposición a la sociedad. Al racionalismo positivista imperante en las
aproximaciones al paisaje, se enfrentó una contraparte romancista-idealista.
Mientras el paisaje denotó una realidad material científica- la primera de
las ya mencionadas influencias - fue siempre posible encontrar un espacio para
la apreciación, la contemplación (como modalidades estéticas de interven-
ción sobre la naturaleza) que se fundaba primordialmente en la subjetividad
y en la impresión como mecanismo de respuesta diferenciada. La escuela ale-
mana así lo comprendió y prontamente algunos abordajes deterministas, hi-
cieron del paisaje una categoría relevante a la hora de definir el orden natu-
ral que imperaba sobre las acciones humanas, siendo en este plano destacado
el trabajo de Schluter. Por su parte la escuela lablachiana-recuperando la se-
gunda de las mencionadas influencias- de manera complementaria (pero un
tanto antagónica), construyó un discurso que relevó el papel de la técnica en
la producción material de los paisajes, poniendo énfasis en el sentido unita-
rio de recomposición - ensamblaje - que debe animar el análisis geográfico.
En una de sus variantes más interesantes, Bruhnes da cabida a una ruta de
reconfiguración perceptiva de los espacios, teniendo a la imagen como alia-
da fundamental para el desarrollo de aproximaciones espaciales unitarias.
13
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
14
Marcelo Garrido Pereira
mantuvo por muchas décadas durante y después del auge de Berkeley. Salvo la
escuela geomorfológica amparada en los estudios de Tricart, el paisaje no pudo
albergar en la tradición de los estudios físicos-naturales, aquellas modificacio-
nes estructurantes que el orden cultural, político, económico y social dan a los
espacios. El neopositivismo, con sus apuestas inferenciales reforzó dicha expul-
sión haciéndose sustantivo su legado sobre todo en la década del ’70. Modelos
y abstracciones dieron paso a sofisticados entramados de variables e indicadores
que permitieron (y han permitido) durante muchos años, consolidar la idea de
que es posible, no sólo explicar la configuración paisajística, sino manipularla,
intervenirla y modificarla en relación a intereses y necesidades de todo orden.
Es indudable el valor construido por esta concepción al desarrollo de una for-
ma de significar el espacio geográfico. No obstante, la complejización del dis-
curso ecologista, y la cooptación del término por corrientes conservacionistas,
volvieron a acentuar el retorno al orden natural y muchas de las aproximacio-
nes al Paisaje se volvieron reduccionistas en contenido y forma.
Más recientemente, y con varias décadas de diferencia, la Geografía fue
receptora de la irrupción del giro cultural, el ascenso de las discusiones so-
bre diferencia e identidad, la revalorización de las políticas promotoras del
reconocimiento, el desarme categorial, la fuga semántica, el develamiento
del nuevo orden colonial y el ascenso de la voz subalternizada. En los ’80,
casi treinta años después del gran desarrollo de la escuela de Berkeley, el
paisaje se tornó un elemento complejo de análisis que renunciaba de ma-
nera anticipada a la vía fragmentaria de los modelos explicativos intentan-
do hallar el camino para la construcción de una ruta unitaria de cultura y
naturaleza. En esa perspectiva la influencia del culturalismo - representa-
do entre otros por los aportes de Williams - sofisticó la agenda de investi-
gación y de reflexión sobre el paisaje en Geografía. Autores como Jackson,
Cosgrove y Duncan se volvieron fundamentales para consolidar una mira-
da al espacio historizado, donde la cultura - no sólo material - en su condi-
ción dinámica, es modificada a diario por los influjos de la multiplicidad y
el desmantelamiento de las posiciones esencialistas.
Pero, con todo ese desarrollo, ¿cuáles fueron las reales apuestas por con-
siderar escalas específicas de expresión material de los paisajes?, ¿cuáles fue-
ron los intentos por comprender y /o explicar la relación entre espacios y
15
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
16
Marcelo Garrido Pereira
17
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
18
Marcelo Garrido Pereira
19
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
20
Marcelo Garrido Pereira
der al paisaje como una de esas expresiones del mundo, en donde las cosas
aparecen, se expresa, cambian, se re-estructuran, a medida que son activa-
dos procesos cognitivos geográficos propios que van desde la observación a
la imaginación. De manera específica, se adentra en las posibilidades, que
desde la experiencia del paisaje urbano cotidiano, pueden cuestionar la in-
mediatez y fugacidad de la vida actual.
Por último, el profesor Arenas, explora los alcances de la categoría paisa-
jística en el trabajo educativo formal. En primer lugar, desarrolla una refle-
xión sobre la formalización del conocimiento espacial a través del concep-
to paisaje. En este, señala el autor, queda contenida y significada la realidad
unitaria y compleja del mundo de la vida. Al mismo tiempo, se detiene en
un análisis sobre los modos en que dicha realidad unitaria significada se
transforma en situación potencialmente pedagógica.
21
Primera Parte
ANÁLISIS Y EXPERIENCIAS
Raquel Gurevich1
1.- Introducción
1
Profesora e Investigadora, Universidad de Buenos Aires-Argentina.
25
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
26
Marcelo Garrido Pereira
27
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
28
Marcelo Garrido Pereira
un signo de época que los docentes de aula, tanto como los investigado-
res académicos o los viajeros gustosos de las geografías amateurs, encuen-
tran abundantemente cuando se disponen a observar y leer diferentes pai-
sajes de lugares o regiones.
Cada paisaje selecciona ángulos de la vida social y privilegia segmen-
tos con infinidad de detalles e indicios, que permiten imaginar el mun-
do, representarlo y, en cierto sentido, transformarlo. Para entender así a
los lugares, no
29
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
¿Qué se ve y qué permanece oculto en cada paisaje del globo?. Las accio-
nes de los actores sociales impregnan todo paisaje. Las construcciones ma-
teriales así como las representaciones simbólicas e intangibles configuran su
composición y, en ocasiones, hasta nos permiten entrever posibles deriva-
ciones sociales, económicas, políticas o culturales. Los elementos fijos y las
estructuras más estables, tanto como los elementos móviles y los flujos de
todo tipo (culturales, mercantiles, mediáticos, financieros, ideológicos) se
advierten en los paisajes urbanos y rurales del mundo. Ambos “fijos y flu-
jos” son concebidos en este ejercicio de lectura de los paisajes como prácti-
cas sociales, con sus múltiples tiempos, duraciones y velocidades.
La multiplicidad y diversidad de la vida social se singularizan según los
lugares en los que acontecen las historias, y se plasman en paisajes que mar-
can líneas de rupturas visibles e invisibles como rasgos salientes de nues-
tro tiempo, entre los grupos sociales, entre las culturas, entre las comuni-
dades. La simultaneidad temporal coexiste con la diferenciación geográfica
en cada lugar, permitiendo reconocer procesos de desterritorialización, re-
30
Marcelo Garrido Pereira
31
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
les más amplios y se presentan las vidas de los sujetos en contexto, habili-
tando relatos, experiencias, vivencias, encuentros que entrelazan el espacio
íntimo y el espacio público.
Según Appadurai (2001) los tres factores que más afectan la produc-
ción de lo local en el mundo contemporáneo son: el Estado-nación, los flu-
jos migratorios y las comunidades electrónicas y virtuales. Ellos se articu-
lan de un modo variable y dependen del escenario cultural donde entren
en contacto. Los distintos grupos humanos, las poblaciones desplazadas,
los turistas, los viajeros de todo tipo, los inmigrantes, los trabajadores invi-
tados, entre otros, estamos envueltos en la configuración de lo local, suma-
do al impacto de las organizaciones y de los movimientos subnacionales y
transnacionales que desafían permanentemente la producción de lo local.
Las relaciones dinámicas entre espacio y sociedad se expresan en los pai-
sajes del mundo: son envolventes, comunicantes, producen y a la vez son
mutuamente producidas, en un proceso de acciones recíprocas y efectos in-
tercondicionados entre sí. Nuevamente, se abren posibilidades para las geo-
grafías de la multiplicidad, de las diferencias, de las desigualdades producidas
por el propio sistema-mundo, configurando territorios entre la homogenei-
dad y la fragmentación. Y también las nociones de simultaneidad e inma-
terialidad del tiempo, como datos fundamentales de la fluidez de nuestra
época, están retratadas en los distintos paisajes del mundo.
32
Marcelo Garrido Pereira
33
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
34
Marcelo Garrido Pereira
5.- Bibliografía
35
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
36
ESTUDAR A PAISAGEM
PARA APRENDER
GEOGRAFIA
“Bela renda de matéria inerte, trabalhada pelo tempo dos vivos e pela his-
tória das culturas, e cuja informação sensorial, chamados, cheiros e cores di-
versas, atravessa o tecido de mil dobras; a paisagem, frágil, em desequilíbrio
sob sua serenidade tranqüila, se expõe ao risco de desabar”
1.- Introdução
1
Professora e Pesquisadora UNIJUÍ-Brasil. Pesquisadora do CNPq
37
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
38
Marcelo Garrido Pereira
mas, por detrás deste visível, a história diz muito daquilo que ali aparece, e
os processos que se sucedem demarcam características especificas. A paisa-
gem é o pano de fundo onde acontecem as coisas da nossa vida, e por isso
desperta interesse na sua interpretação e nos estudos, sendo que ela vai se
transformando continuadamente, às vezes de modo mais acelerado, outras
vezes mais lentamente.
Atualmente, no contexto das preocupações com a vida saudável, o con-
ceito de paisagem tem sido abordado por varias ciências e tem orientado pro-
cedimentos de pesquisas que permitem desvendar os elementos que interfe-
rem na sua construção, mas também na sua aparência. Aliás, é a aparência
que mais chama a atenção, pois a paisagem torna visível num determina-
do momento os processos que ali se sucedem e que vão interferindo, crian-
do novas configurações. Esta aparência gera interesses e, no sentido de que
é um bem da população, precisa ser cuidado para valorizar os lugares e para
contribuir ao bem estar da sociedade. Com este enfoque, a paisagem urbana
tem sido tema relevante que é pautado na mídia diariamente e que tem sido
a base de discursos que abordam a questão do meio ambiente, pelo cuida-
do com o planeta e com a sobrevivência da humanidade. Existe atualmente
uma tendência mundial que torna a paisagem objeto de interesse, de estudo
e de cuidado, que diz respeito ao acesso da população a um ambiente saudá-
vel para viver. De um modo geral, a paisagem urbana em especial tem mere-
cido essa atenção, considerando que a maior parte da população é urbana e
vive nas cidades, gerando alterações no espaço de um modo muito acentua-
do, degradando o ambiente e tornando-o muitas vezes inóspito para o bem
estar. Nessa linha de interpretação o direito a uma paisagem agradável, sau-
dável que cause bem estar tem sido motivo de atenção para com a popula-
ção, e não apenas no meio urbano, mas também nas áreas rurais. Enfim, é a
busca do direito a uma vida digna num ambiente acolhedor e agradável que
possa despertar interesses estéticos e dar oportunidades para o lazer, além de
simplesmente suprir as necessidades básicas. Isso é parte de um movimento
mundial que busca muitas vezes fazer frente a problemas específicos e ao mes-
mo tempo tornar a vida das pessoas plena dos seus direitos.
Para a disciplina escolar de Geografia, o que interessa este tipo de abor-
dagem? Penso que essa é uma questão importante, pois sendo a paisagem
39
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
40
Marcelo Garrido Pereira
“Você está vendo, agora, assim como eu, essas covas e essas po-
ças calmas, diante dos pinheiros austeros e rígidos, de braços estendi-
dos de modo desigual, em meio ao horizonte disposto como um bu-
quê refinado, onde as sombras deslizam e às vezes se inclinam?”.
(Serres, 1998, p. 85)
41
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
42
Marcelo Garrido Pereira
te) natural, pois mesmo que não haja a modificação material feita pelo ho-
mem, existem lugares que pelo seu interesse estratégico não valem em si
mesmo pelo natural, mas pelo que representam.
Na página 65: “a paisagem é um conjunto heterogêneo de formas naturais
e artificiais: é formada por frações de ambas, seja quanto ao tamanho, ao vo-
lume, cor, utilidade ou por qualquer outro critério. A paisagem é sempre hete-
rogênea.” A aparência do espaço mostrada pela paisagem traz em si diver-
sas características que no conjunto expressam resultados de movimentos,
transformações e acomodações tanto no que diz respeito aos aspectos da
natureza quanto àquilo que decorre do trabalho do homem e das relações
(entre os homens e destes com a natureza) que ali vão acontecendo. Nesse
sentido, a paisagem é heterogênea, pois sempre será diferenciada, seja en-
tre uma e outra paisagem, seja nos aspectos internos da mesma paisagem.
Na página 66: “a paisagem não se cria de uma só vez, mas por acréscimos,
substituições ... Uma paisagem é uma escrita sobre a outra, é um conjunto de
objetos que têm idades diferentes, é uma herança de muitos diferentes momen-
tos” e na página 68 diz que: “a paisagem não é dada para todo o sempre, é ob-
jeto de mudança. É um resultado de adições e subtrações sucessivas”. Pode-se
observar uma paisagem (do mesmo lugar) se modificando durante o dia, no
decorrer dos dias, em que algumas mudanças são perceptíveis, mas outras
são mais lentas. Essas modificações que geram paisagens diferentes podem
ser causadas por fatos momentâneos, por episódios catastróficos da nature-
za – um vendaval, uma chuva torrencial, um terremoto, ou por episódios
também da natureza, mas lentos – uma seca continuada. A cada dia pode
ser diferente, porque existe um movimento da natureza que pode ser len-
to ou que pode ser intempestivo e principalmente porque existem pessoas
que vivem ou têm interesses envolvidos nos lugares.
A partir desta constatação pode-se ter os caminhos para estudar a pai-
sagem que pode ser a que aparece ao redor da escola, que pode ser a cida-
de, ou a rua. Enfim, o que aparece naquele exato momento é decorrente de
uma série de aspectos: a construção de um prédio que vai mudando a cada
dia, as melhorias urbanas, a própria sinalização da rua. Ao mesmo tempo
em que resulta de uma série de ações que vão se sucedendo, superpondo
objetos uns aos outros, são visíveis elementos atuais e outros mais antigos.
43
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
“À questão: onde ir?” a resposta é “aos caminhos que vão do local para o universo
global, ao longo dos quais se reencontram os problemas do lugar e do mundo”.
(Serres, 1994, p.200)
44
Marcelo Garrido Pereira
45
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
46
Marcelo Garrido Pereira
47
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
48
Marcelo Garrido Pereira
5.1.- Observar
Para ver o que está se apresentando, quais as formas que são aparentes,
como são estas formas, qual a característica que possuem. São do mundo
natural ou são formas sociais de arrumação da população? Com a observa-
ção pode-se verificar e constatar a distribuição dos fenômenos, distinguin-
do se decorrem de elementos da natureza ou da sociedade. A distribuição
pode mostrar a densidade e a concentração ou descentralização de um e
outro fenômeno.
5.2.- Descrever
5.3.- Analisar
49
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
50
Marcelo Garrido Pereira
51
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
52
Marcelo Garrido Pereira
lhas amarelas numa foto, e muitas folhas verdes na outra. Pode-se também
observar que é o mesmo tipo de arvore, que forma uma alameda ao lado
de uma via asfaltada. Ao observar pode-se dar início à descrição de tudo o
que é visível e buscar nos cortes transversais no tempo as justificativas para
a paisagem ter essa aparência, que é o tipo de vegetação (plátanos), o cli-
ma (subtropical), a localização (Rio Grande do Sul - paralelo 29 º). A par-
tir daí, pode-se desenvolver a análise e interpretação, verificando inclusive
as possibilidades de comparação entre as duas paisagens. São cortes trans-
versais no tempo e que aqui estão apresentados através das fotos da mesma
paisagem em tempos/períodos diferentes.
Foto Nº2: Cidade nos Alpes- 2011 y Cidade do sul da Europa – 2010
Acima duas cidades européias. Neste caso, são duas paisagens com apa-
rência bem diversa e que podem após a observação e descrição ser com-
paradas buscando estabelecer as características que podem ser comuns
entre as duas. Estas características podem ser marcas que estão aparen-
tes e que podem também ser buscadas na história das cidades, o que ex-
plica o tipo de construção, o tipo de organização das casas e das ruas. A
paisagem de cada uma destas cidades mostra a história que existe por de-
trás das edificações.
Após a observação atenta, pode-se fazer a descrição daquilo que é visí-
vel, e a partir desta buscar explicações sobre o que é aparente e as explica-
ções de por que é do modo que aparecem quanto ao tipo de construções,
o modo de distribuição das casas e, buscando o nome das cidades, verificar
53
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
A partir desta imagem, que mostra uma paisagem natural, ao fazer a ob-
servação constata-se as características que marcam o lugar – uma área seca,
com vegetação muito rala, pedras e na proximidade um lago. Após a des-
crição daquilo que é visível, pode-se buscar os elementos que explicam essa
paisagem: localização, história do lugar (considerando a evolução da natu-
reza e a intervenção humana), atividades ali desenvolvidas e tipo de popu-
lação que ali vive.
54
Marcelo Garrido Pereira
Nesse sentido, é fundamental “ir além da paisagem que é visível” para en-
tender o espaço que é construído pelos homens nos processos de produção
das suas histórias, quer dizer, de suas vidas. Os conceitos de tempo – espaço
– grupo têm um papel significativo como ferramentas intelectuais para pro-
duzir este entendimento, pois os mesmos expressam o conjunto das relações
que se materializam nos espaços constituindo as paisagens e portanto são sig-
nificativos na análise geográfica. São três conceitos que estão no bojo das ex-
plicações que queremos construir para estudar geografia. E, no caso de estudar
a paisagem, considero que ela, sendo o retrato/fotografia do espaço num de-
terminado tempo, de um determinado lugar, precisa incorporar que existem
pessoas que são responsáveis pela construção do espaço que gera a paisagem.
7.- Bibliografia
55
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
56
CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO ESCOL AR
A TRAVÉS DE L AS VISUALIDADES:
1.-Introducción
1
Investigadora Programa de Investigaciones e Intervenciones Territoriales PIIT, Universidad Acade-
mia de Humanismo Cristiano-Chile.
2
Investigadora Programa de Investigaciones e Intervenciones Territoriales PIIT, Universidad Acade-
mia de Humanismo Cristiano-Chile.
3
Investigadora Programa de Investigaciones e Intervenciones Territoriales PIIT y Profesora de la Facul-
tad de Pedagogía, Universidad Academia de Humanismo Cristiano-Chile.
57
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
4
El resultado de la interacción entre el ser humano y la naturaleza primera (entiéndase, según Milton
Santos, como la naturaleza salvaje no modificada por el ser humano) (Santos, 1990,p.188).
5
Entiéndase como la relación que establecen los seres humanos con los signos como medio de expresión.
6
Modalidad de construcción espacial.
7
La transformación que realiza el ser humano en la naturaleza primera.
58
Marcelo Garrido Pereira
59
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
8
Entiéndase como la vulneración de las normas y preceptos impuestos por la institución escolar.
60
Marcelo Garrido Pereira
• Utilización de colores.
• Presencia de elementos de los M.C.M. (Medios de Comunicaci-
ón Masivos)
• Intervención Individual/ Colectiva
• Tendencias Ideológicas.
61
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
62
Marcelo Garrido Pereira
63
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Lo antes descrito, tiene que ver con las manifestaciones ideológicas que
contienen estas visualidades, así también como de las prácticas cotidianas
que llevan a cabo los sujetos; prácticas que tienen que ver con un contex-
to temporal adolescente que se caracteriza por la experimentación y la mo-
ratoria. Así, la imagen deja notar probables situaciones cotidianas de las
cuales los estudiantes son protagonistas. La tendencia por tanto es dejar en
evidencia y de manifiesto símbolos que representan ciertas identidades y
cosmovisiones que poseen los estudiantes. El acto de graficar, entonces, im-
plicaría plasmar sentimientos y emociones, los cuales dejan de manifiesto
mediante un sello visual que es parte de la construcción de un espacio pro-
pio y significativo. Un paisaje contenedor de identidad. Según los entrevis-
tados el graficar tendría que ver con:
Esto nos introduce en otro ámbito de las graficas, que no tiene sólo que
ver con el dibujar figuras, sino que también con el proyectar discurso hacia
las personas queriendo expresar de este modo: “Ideales más que nada…o co-
sas políticas o de contra-cultura” (UCL.E.3.27). A su vez, se reconoce el re-
gistro visual como un dispositivo de expresión de la vida cotidiana proyec-
tándola en el espacio escolar, pero afirmando que la percepción del espacio
escolar, de su paisaje como escenario visual es distinto a la experiencia coti-
diana, cuestión que queda expresada en la siguiente apreciación:
64
Marcelo Garrido Pereira
[...] tudo aquilo que nós vemos, o que nossa visão alcança, é a paisa-
gem. Esta pode ser definida como o domínio do visível, aquilo que a
vista abarca. Não é formada apenas de volumes, mas também de cores,
movimentos, odores, sons, etc. (p. 61).
65
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
túan las gráficas. Todas estas marcas traspasan los muros escolares y se cons-
tituyen en marco orientador de acciones cotidianas en el barrio.
66
Marcelo Garrido Pereira
pecto al contexto escolar. Las visiones sobre el espacio escolar, entonces, van
a adquirir una doble dimensión las que están dadas por el contexto particu-
lar de los estudiantes. Por una parte, la escuela logra ser percibida como un
espacio significante de las relaciones sociales, en la medida que existe per-
tenencia y construcción de relaciones interpersonales en la comunidad es-
colar. Al contrario, la tónica que subyace a la visión de la escuela como un
medio de reproducción de conocimientos es la que finalmente imposibili-
ta a los estudiantes a construir espacios significativos de expresión, crea-
ción y relaciones sociales.
La escuela como aparato ideológico de reproducción promueve y legiti-
ma los cimientos de una experiencia que debe tener la mínima varianza en
relación a lo considerado óptimo, cierto y verdadero. Una expresión extre-
ma de esta función de normalización es aquella que acaba con la vida co-
tidiana contenida en una forma de lenguaje, a través de la cual los sujetos
existen, se reconocen o se identifican. El lenguaje, entendido no sólo en su
restrictivo significado sintético, opera en las expresiones sonoras, corpora-
les, y por supuestos visuales, como un todo experiencial. De manera parti-
cular, lo visual, puede ser entendido no sólo como un mecanismo particu-
lar de significación de la realidad, sino que además como una modalidad
de lenguaje, o sea como un medio-soporte de expresión, por el cual los es-
tudiantes, por ejemplo, representan su sentir-vivir en un tiempo cotidiano.
Un lenguaje que se torna simbólico y que ofrece pautas de comportamien-
to para ellos en la medida que representen tanto sus inquietudes frente al
mundo, como al espacio que habitan.
El universo discursivo de los estudiantes en torno a la relación de la es-
cuela con la cotidianeidad se visualiza a partir de la inexistencia de un vín-
culo entre los aprendizajes formales y los que existen en otras instancias de
lo cotidiano. Esto provoca que no se generen aprendizajes arraigados a la
experiencia, significativos en términos socio-cognitivos puesto que los estu-
diantes no son agentes activos que participan en la construcción de conoci-
mientos involucrados en un plan de estudio. Por el contrario, cumplen un
rol más pasivo, en donde sus experiencias cotidianas constituyen un apar-
tado de la realidad escolar. Las formas visuales contenidas (y contenedoras)
en los espacios escolares en estudio, así lo demuestran. Rara vez, las expre-
67
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
68
Marcelo Garrido Pereira
Por eso, es pertinente señalar que al ser las gráficas visibles para otros se
establece un lenguaje comunicativo a través de un campo perceptivo que
exige ciertas condiciones de decodificación en un formato de alfabetización
compleja que rara vez tienen los agentes educativos. Tal forma de expre-
sión no precisa de presupuestos convencionales de comunicación, puesto
que mediante las gráficas es posible establecer modos de interacción sin la
69
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
presencia de la oralidad, sino que por el contrario es una dinámica que trae
consigo la capacidad de generar alternativas de mundos posibles. En este
terreno, la imagen, el color y todo el universo de lo visual vienen a com-
portar los elementos que el ser humano ha hecho suyos como mecanismos
de acción y construcción. Las evidencias halladas en los discursos de los es-
tudiantes indican la asignación de una valoración a la permanencia de las
gráficas, así como también, a las modificaciones que provienen no sólo de
los gestores o creadores de estas gráficas, sino que igualmente, de otros es-
tudiantes que hacen y construyen nuevas gráficas como medio de expresi-
ón sobre las anteriores. En este mismo sentido, el presupuesto de la trans-
temporalidad del rayado (y del paisaje) y la producción de un palimpsesto
remiten a un escenario de cambio y transformación de los mensajes y de los
medios que se utilizan para hacerlos circular. Esto indica en última instancia
la necesidad de tensionar la visión prejuiciosa sobre la relativa permanencia
del discurso de los jóvenes, que muchos incluso se atreven a calificarla como
falta de posicionamiento frente a una realidad en permanente mutación.
En último término, se evidenció concretamente mediante las imágenes,
que los procesos de construcción espacial no sólo implican la generación
de mecanismos de resistencia frente al espacio escolar, sino que también la
creación de aparatos de significación y configuración de identidad. La for-
ma en cómo construyen espacio escolar los estudiantes va a variar según el
contexto y según la experiencia cotidiana de cada sujeto, sin embargo, el
elemento que de manera transversal opera en este proceso es el relativo di-
namismo del componente visual, ya que en ella están contenidos todos los
imaginarios posibles sobre el cotidiano que se habita.
3.-Consideraciones finales
70
Marcelo Garrido Pereira
71
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
72
Marcelo Garrido Pereira
4.-Bibliografía
73
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
74
Marcelo Garrido Pereira
75
JÁ É OUTUBRO! TE AMO AINDA MAIS!
OUVIR!
1.- Introdução
“Se o livro que estamos lendo não nos acordar com uma pancada na ca-
beça, para que o estamos lendo? [...] Precisamos de livros que nos afe-
tem como um desastre, que nos angustiem profundamente [...] como
ser banidos para florestas distantes de todos, como um suicídio. Um li-
vro tem de ser o machado para o mar congelado dentro de nós”.
(Kafka in Begley, p. 176)
1
Professor e Pesquisador da Universidade Federal do Rio Grande do Sul – Brasil
77
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
78
Marcelo Garrido Pereira
Canção da Primavera
Catavento enlouqueceu
Ficou girando, girando.
Em torno do catavento,
Dancemos todos em bando.
Dancemos todos, dancemos.
Amadas, mortos, amigos.
79
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Se me meto com poesia e falo de flores não é porque seja poeta ou sen-
sível. É somente uma forma de fugir um pouco da realidade que invade
nossa vida cotidianamente através, por exemplo, dos correios eletrônicos.
Segue abaixo um correio eletrônico recebido por uma equipe de profes-
sores – eu incluído –que estava realizando palestras de formação de professo-
res num município de meu estado. Nós, professores, estávamos desejosos em
receber pelo serviço já feito há cerca de 90 dias. Creio que pode ser facilmen-
te encontrada esta situação em tantos rincões deste país. Vejamos o e-mail:
80
Marcelo Garrido Pereira
Após (mais) 90 dias e tantos mails mais a situação se resolveu. Ufa! Ka-
fka ao vivo! A vida real, não raro atrasada, imita a literatura. Com menos
brilho. Logo, usemos mais a literatura.
81
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
coisas próximas, ou seja, por ele mesmo e, além disso, ao menos nos pri-
meiros tempos, por vontade própria, uma vez que ele era o agressor, sem
ser apenas ele que lutava por si, mas também, ao que parece, outras for-
ças que ele não conhecia, mas nas quais podia crer a partir das medidas
tomadas pelas autoridades. (Kafka, p.70, capítulo 5 “Com o prefeito”).
2
Cia. de seguros italiana onde Kafka trabalhava em Praga.
82
Marcelo Garrido Pereira
83
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
a) Uma mansão carioca, de estilo inglês, para ser alugada, dois anda-
res, belo jardim;
b) Um conjunto habitacional visto de uma foto oblíqua (9 blocos de
4 andares, 172 unidades);
c) Um edifício – lançamento anunciado em página dupla de jornal –
com o título “Realize o sonho do lazer próprio”. 2D = 57m²; 3D =
68m² (1 suíte). Detalhe: não aparece o edifício, só uma criança na
piscina do empreendimento. O mapa de localização diz “sem escala”;
d) Um lançamento (400 a 800 m², 4 suítes, 5 vagas na garagem): “Nas-
ce um projeto único a poucos passos do Parque Y”. Planta baixa do
apartamento em página dupla;
e) Também em página dupla de jornal: “Seus novos vizinhos estão
trazendo novidades ao lado do Parque Z. Apenas 4 torres em mais
de 24 mil m² de terreno. Aptos. de 2 e 3 dormitórios: 68 e 87m²”.
(aparecem parte de duas das quatro torres em pequena porção da
folha, menores que a figura de 3 filhotes de patos (amarelos) e um
esquilo;
f ) Em página dupla, foto aérea (oblíqua) de um terreno (onde será o
novo empreendimento): “O empreendimento mais desejado de Y:
terreno com 60% de áreas verdes preservadas. Lazer completo para
você viver um dia melhor que o outro”. Aparecem os principais atra-
tivos do entorno ao terreno;
84
Marcelo Garrido Pereira
A partir desta pequena seleção (penso que não convém abrir demais o
leque de imagens pois o excesso tende a ser dispersivo) podemos pensar te-
mas geográficos, bem como o belo, a imaginação e a perguntação. Preco-
nizo que não precisamos exagerar no material oferecido para ser analisado,
mas o oposto; o “fundamental é que se façam perguntas que orientem a re-
flexão”. O princípio metodológico aqui é claro: o menos pode ser mais. Me-
nos quantidade de estímulos, menos correria no conteúdo pode gerar refle-
xão com mais profundidade.
Algumas perguntas que são possíveis. Insisto: escreva no quadro as per-
guntas, estimule e cobre dos alunos a resposta por escrito. A escrita é um
exercício que devemos praticar –e cobrar – deles.
a) Quem vive nestas casas? Quantas pessoas por casa? Que profissões
têm? Qual o salário médio?
b) Onde e como se divertem?
c) Que meios de transporte utilizam?
85
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
b) Se você fosse gestor público e tivesse liberdade para criar uma esco-
la como ela seria fisicamente? Pense duas coisas que você manteria
das escolas atuais e duas que você mudaria?
Aliás, este exercício poderia ser ampliado: como seria a educação das
crianças e jovens? Poderíamos propor algumas questões – agora estou pen-
sando em você, professor – que extrapolassem a fisicidade da escola: como
seria o currículo desta escola? Quais conteúdos seriam priorizados? E a ava-
liação? Que tipo de professor você escolheria para dar aula ali? Que tipo de
aluno buscaríamos construir? Por que hoje estamos distantes (ou não) des-
te modelo? É, essa já seria uma outra viagem...
Penso noutro desafio: Se você, aluno, fosse um gestor público, como se-
ria uma praça se pudesse criar uma no bairro onde você vive? Que tal criá-
-la em dupla com seu colega e fazer uma planta baixa dela?
Sempre estamos idealizando (whisfull thinking) o... ideal! Nada contra,
mas mantenhamos os pés no chão, pois o sonho só se concretiza se traba-
lharmos com os pés no chão.
Este confronto entre a escola atual/real com uma ‘do futuro/ideal’ é im-
portante para vermos quão difícil é sair da mera idealização e irmos para o
enfrentamento dos obstáculos cotidianos.
Vamos “pensar agora especificamente nas crianças”, seja do conjunto
habitacional, dos apartamentos de distintos padrões e da referida mansão:
Estas perguntas podem ser respondidas pelos seus alunos. Usando es-
tes anúncios comuns de jornal ou distribuídos em esquinas, nos semáforos,
86
Marcelo Garrido Pereira
você pode levantar outras questões ligadas à sua cidade. Volto então com a
ideia da “gcz, Geografia do custo zero” (Kaercher, p. 135, in Rego, 2011).
Se o “professor estiver atento ao mundo” que circula nele “encontrará ma-
teriais, e, sobretudo, perguntas” que são passíveis de discussão em aula.
Penso que as imagens/fotos são ponto de partida para imaginarmos não
só os espaços, a fisicidade, da sua cidade, mas como vivem as pessoas que
ali habitam. Pessoas de carne e osso, medo e desejo, que compõem aque-
le componente curricular de qualquer série: Geografia da população. Se os
próprios alunos e o professor responderem às questões acima, teremos um
bom material geográfico/antropológico para nossas aulas. Afinal, também
somos ‘população’.
Com isso estou perguntando a você, leitor –um professor já em ação
ou em formação –: você, afinal, conhece seus alunos? Você conhece as pre-
ferências deles? Volto ao que já escrevi em outros textos: a Geografia como
reflexão ontológica. A Geografia como forma de pensar o ser/estar no mun-
do. A Geografia como ponte entre pensar o indivíduo (o eu) e o coletivo
(você, o ‘não-eu’, o ‘outro’).
Veja que nestas perguntas – que não são retóricas pois considero-as, de
fato, importantes e muito úteis para darmos nossas aulas – há uma “vi-
rada epistemológica” fundamental para nós, professores. Explico: é mui-
to comum que nós nos refiramos aos nossos alunos de uma forma nega-
tiva. Os alunos não sabem, os alunos não lêem, os alunos não escrevem
bem, os alunos não se comportam, os alunos não nos tratam com respei-
to,... Os alunos não! Os alunos são definidos a priori, negativamente. Eles
sempre estão nos devendo, ainda que na maioria das vezes o nosso aluno
ideal seja apenas fruto de nossa imaginação (wishfull thinking = pensa-
mentos desejosos). Nunca existiram tais alunos que já chega(ria)m até nos
sabendo tudo, seja do ponto de vista cognitivo (ler, escrever, expressar-se
bem), seja do ponto de vista comportamental. Justamente por isso, por
precisarem ser educados, é que estão na escola. Aqui não vamos entrar na
discussão tão sensata quanto pouco produtiva: sim, nossos alunos estão
com uma série de deficiências que deveriam ter sido abordadas/tratadas
no seio da família ou até mesmo pelos colegas professores que nos ante-
cederam. Não quero imputar culpabilidades. Estou constatando o desa-
87
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
88
Marcelo Garrido Pereira
6.- Exercício dois: Ler o espaço além dos livros e das paisa-
gens: as marcas mais lembradas
“A partir da folha que contém a marca (logo) de uma empresa responda, no caderno,
às perguntas abaixo:
89
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Depois pedi para fazerem em casa (calma, este ‘tema de casa’ eles fa-
zem. Gostam, e o que é melhor, descobrem coisas legais que vão nos aju-
dar a continuar a aula):
Entre no site da empresa. Responda:
a) O que você aprendeu no site? (escreva duas linhas com duas aprendizagens)
b) Crie uma pergunta sobre o produto, sua fabricação, enfim, com algo que não ficou bem
entendido. Tente responder à sua pergunta (se não conseguir, não tem problema).
3
Algo já proposto em Rego, N. et al (2007, p.22). Os meus dois textos (Rego 2007 e 2011) estão dis-
poníveis em www.nestorkaercher.blogspot.com
4
Gosto de brincar com meu público: O que vocês fariam se tivessem cem reais? E se tivessem mil reais?
E dez mil? E cem mil? Sorrisos vão aparecendo nos lábios e as respostas...
90
Marcelo Garrido Pereira
7. Veja que várias perguntas têm o ‘onde’ como foco. Para mim está
é uma boa pista. A Geografia se preocupa ‘onde’ estão as coisas, as
pessoas e os processos. Por que aqui e não lá? A Geografia se preo-
cupa com o onde e por que aqui!
Buscar a “geografia do custo zero (gcz) e pensar sobre o que se vê (qsv)” não
implica em se conformar com a pobreza de nossas escolas. Significa que pode-
mos incluir nossos alunos no próprio planejamento de nossas aulas e conteúdos
porque a geografia deve falar dos espaços e das pessoas com quem convivemos.
Fazer perguntas é uma estratégia de sedução e curiosidade com o meu
aluno. Desejo que ele deseje me ouvir, que preste atenção no que eu falo.
Para isso é conveniente que eu também proponha ouvi-lo com atenção, in-
seri-lo na geografia do cotidiano da sala de aula.
Temos mais liberdade dentro da sala de aula do que imaginamos. Depois
que você, professor, fecha a porta da sua sala pode muita coisa com a geografia.
A Geografia, a docência, a educação podem muito pouco, mas este pou-
co não é nada desprezível. Descubra este ‘nada desprezível’! Ai está o belo da
nossa profissão. Ver nossos limites para não desanimar com eles, mas para
buscar novos pactos e ideias.
Não, você não vai mudar o mundo com suas aulas, “mas pode, com suas aulas,
mudar a indiferença do seu aluno para com a Geografia”. Para mim, tão acostuma-
do a ouvir (maus) relatos das aulas de nossa disciplina, isso já é uma baita revolução.
Imaginação, busca do belo e perguntação são, a meu ver, a busca do sen-
tido da boa docência5. Hoje essas palavras me movem na busca constante
5
In Tonini discuto isso (p. 205-220).
91
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Amo os ipês, mas amo também caminhar sozinho. Muitas pessoas le-
vam seus cães a passear. Eu levo meus olhos a passear. E como eles gos-
tam! Encantam-se com tudo. Para eles o mundo é assombroso.
Leve seu olhos a passear. Assombre-se. Se não quiser, tudo bem. Mas, por
favor, assombre seus alunos, pois eles são a razão e a emoção da nossa profissão.
Em frente, marche, marujada!
8.- Bibliografia
92
“ES MI ALUMNO, NO MI HIJO”:
FRONTERAS Y EXCLUSIONES EN EL
1.-Introducción
El presente artículo propone un ejercicio tal vez poco ortodoxo, pero sin
duda tentador como desafío analítico: partiendo de una frase escuchada al
azar, en un contexto informal, se propone bucear en sus connotaciones y
significaciones para identificar algunos posibles conceptos que, nos parece,
aportan una mirada interesante al análisis de la escuela, más que como una
institución social significada en distintos momentos y en distintos grupos
sociales con diferentes roles y funciones, como una experiencia vivenciada
cotidianamente por diversos actores, en la que se tensionan identidades y
1
Este ensayo forma parte de las reflexiones teóricas llevadas a cabo en el contexto del Proyecto FON-
DECYT de Iniciación N°11100272.
2
Investigadora ONG Raíces-Chile
3
Profesor e Investigador de la Carrera de Geografía, Universidad Academia de Humanismo Cristia-
no-Chile
93
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
4
Esta idea de la escuela como experiencia es sostenida de manera interesante por Dubet y Martucce-
lli (1999), permitiendo una mirada dinámica a dicha institución, que complejiza los análisis funcio-
nalistas de la misma.
94
Marcelo Garrido Pereira
95
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Autores como Freire (1996), Dubet y Martucelli (1998, 1999), Savater (1997),
Dubet (2006), Skliar (2007), Garrido (2007, 2009) y Calvo (2007) advierten de
la tensión que existe entre la formación del ser humano que se produce entre lo
que, en primera instancia pareciera ser el mundo doméstico, ligado a la familia o
algún otro grupo de pertenencia/significación, y el mundo de la escuela. La fra-
se que impulsa la presente reflexión da cuenta de una tensión en la misma línea,
que nos demuestra, de entrada, que la escuela define su campo de acción desde
ciertos límites que excluyen otros territorios y paisajes posibles. “Es mi alumno,
no mi hijo”, implica que hay una forma de relación de la cual le corresponde a la
escuela hacerse cargo y otra (expresada en este caso en la palabra “hijo”) que no,
y que pertenece al ámbito más doméstico. Dubet (2006) ya lo adelantaba en su
prolijo análisis sobre el declive de las instituciones modernas:
96
Marcelo Garrido Pereira
Todos los debates de los profesores demuestran que éstos apuntan a tres
objetivos: una socialización merced a la interiorización de una disciplina
escolar, una enseñanza de conocimientos y saberes y una subjetivacón de
los niños que deben desarrollar su potencial en la escuela (Ibid, p.120).
97
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
5
La destrucción del triángulo hacia un modelo más complejo, pero igualmente reduccionista ya fue
planteado en la hipótesis del fractal al que hace alusión Garrido (2007) en su investigación sobre edu-
cación informal y espacio Aymará. Al parecer el contenido como mecanismo formalizador del conoci-
miento sigue en estrecha relación con el aservo cultural seleccionado y con muy pocos vínculos con la
experiencia cognitiva cotidiana de los sujetos.
98
Marcelo Garrido Pereira
99
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
100
Marcelo Garrido Pereira
101
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
102
Marcelo Garrido Pereira
Una frontera, como la que aquí hemos planteado, que se constituye como de-
finitoria de la relación pedagógica, podría pensarse como inquebrantable, o, por
6
No olvidar la hipótesis planteada por Alicia Lindón (en Molina, 2006) de que “en la vida cotidiana, lo peri-
férico no es una simple forma espacial […]”, si bien “estaría dado por la materialidad localizada […] de inmedia-
to se multiplica en un proceso de desdoblamiento en múltiples planos o dimensiones de la vida cotidiana” (p. 46).
103
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
El propio Moreira señala que las prácticas actúan en al menos tres niveles, sien-
do las prácticas de despliegue espacial, aquellas en donde la fluidez y la movilidad
actúan para asegurar una permanente reestructuración de la geograficidad de las co-
sas, de la espacialidad de los hechos y situaciones7. En este nivel, la frontera es pai-
saje para la disputa de un modo de existencia, el lugar para el reconocimiento, un
territorio potencial de legitimidad. Al aplicar esta mirada espacial a las relaciones en-
tre alumnos y profesores, estamos esquivando análisis monolíticos, que asuman la
7
Harvey enuncia una interesante contraposición de una lectura de De Certau, en la defensa de la ca-
pacidad de los individuos de generar y cambiar espacios, frente a una lectura más rígida de Foucault,
de la comprensión de los espacios sociales entendidos desde la metáfora de un recinto de poder funda-
mentalmente represor (Harvey, 1990, p. 238).
104
Marcelo Garrido Pereira
105
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
8
Sin duda, la discusión en torno a las formas de reivindicación de justicia social es más amplia que lo
que reflejan las dos categorías destacadas por Fraser. Sin embargo, considerando que entrar en ese debate
106
Marcelo Garrido Pereira
no es objetivo de este trabajo, nos pareció que recurrir a ellas permitía dimensionar la existencia de un
debate que, por lo demás, se hace visible en la interpretación de los conflictos sociales actuales. Otros au-
tores fundamentales para profundizar en este tema son Dubet (2010), Honneth (2010), Walzer (1993).
107
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
por ejemplo- o se trata más bien de una categoría de status, que lleva implí-
cita una necesidad de reconocimiento de una forma propia y distintiva de ser
en el aula? La manera mediante la cual se logre desplazar el espacio fronteri-
zo del niño/a o joven expulsado o “expulsable” para permitir, en la escuela,
formas de existencia y de espacialización que fomenten el desarrollo creativo
y no lo coarten de entrada, dependerá, en gran medida, de la óptica desde la
cual conceptualicemos dicho espacio, o la escala –siguiendo el concepto de
Smith (1996)- desde la cual se posicione nuestra comprensión del mismo.
Al estar inserto en contextos políticos donde se tensionan proyectos y
formas de pensamiento que aparecen como diferentes e incluso opuestas,
se pueden identificar dos ejes gravitantes en torno a los cuales se concre-
tan los desplazamientos:
108
Marcelo Garrido Pereira
Hay algo evidente en las situaciones descritas: los niños y niñas cuya mo-
chila histórica no permite adaptarse al ritmo de enseñanza, desarrollar sus
méritos para competir y formar parte del espacio inclusivo (que además de
reconocido es legitimado), no están teniendo el mismo acceso a los recursos
109
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
escolares que el resto. Así, desde el otro eje mencionado, que se sitúa en la es-
cala del hijo como categoría social excluida, las mencionadas dificultades es-
tán asociadas, en última instancia, a carencias explicables desde situaciones
económicas desfavorecidas9. La naturalidad con que categorías socio-econó-
micas son relacionadas con características psicológicas y conductas crimina-
les ilustra una lógica de pensamiento que se refleja en testimonios actuales
también y que podría explicar el espacio que ocupan los niños, niñas y ado-
lescentes que se encuentran en el borde de la frontera de lo aceptable y no
aceptable en la escuela, ese confuso espacio de los niños y niñas desertores,
de los “niños y niñas SENAME10”, que resulta difuso precisamente porque
se construye sobre una asunción de que la pobreza constituye, además de un
estado, una esencia. Más allá de la discusión extensa acerca de la categoría de
pobreza, y sus implicancias, esta apreciación está más que asentada en Chile
y en otras partes del mundo, por lo que la conceptualización del espacio ex-
cluido del “hijo” desde categorías de clase, aparece como lectura frecuente.
Frente a lo que podría aparecer como una disyuntiva en la forma de
abordar la exclusión de la relación pedagógica desde la frontera entre lo que
es considerado parte de ella y lo que es visualizado como externo, la herra-
mienta conceptual del espacio nos permite alivianar la rigidez de las cate-
gorías conformadas en algunas interpretaciones estructuralistas, y airear el
otro lado de la frontera, permitiendo concebirlo como cambiante, en cons-
tante movimiento, ágil. El concepto de espacio pone énfasis en la interac-
ción, introduce movilidad, ductilidad, densidad y variabilidad al análisis.
Al analizar el espacio que la frontera de la relación pedagógica deja en sus
márgenes (el espacio del “hijo”) nos planteamos las posibilidades que existen
de que, de un espacio así, surjan reivindicaciones de justicia social (recono-
9
No sólo historiadores de la infancia, sino historiadores de procesos sociales han evidenciado esta si-
tuación. Resulta elocuente la siguiente cita ofrecida por Salazar y Pinto (2002), pronunciada por un
patrón agrícola en el Primer Congreso Libre de Agricultores de 1875: “en ese individuo” (refiriéndose
al joven peón gañán) “se personifican todos los vicios de nuestras clases trabajadoras; lleva a las haciendas,
junto a sus harapos, la semilla de la desmoralización y del crimen” ( p. 83).
10
El Servicio Nacional de Menores de Chile tiene como objetivo restituir derechos de niños/as y ado-
lescentes vulnerados, al mismo tiempo que promover la responsabilización y inserción social de infrac-
tores de ley a través de una red de programas sociales.
110
Marcelo Garrido Pereira
7.- Bibliografía
111
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
112
Marcelo Garrido Pereira
113
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
114
Segunda Parte
CONTENIDO O RECURSO?
1.-Introducción
1
Profesor e Investigador de la Universidad Autónoma de Madrid-España.
117
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
118
Marcelo Garrido Pereira
119
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
The Colorado and its tributaries run to-day just where they ran after the
region emerged from the waters. Since that time mountains and plateaus
120
Marcelo Garrido Pereira
have risen across their tracks, whose present summits mark less than half
their total amounts of lift. The rivers have cleft them to their foundations.
Hacia la mitad del siglo XIX, Alexander von Humboldt escribió Cosmos, don-
de efectúa la descripción física de la Tierra, como corolario a las aportaciones
realizadas en sus viajes. Para ello, Humboldt revisa las observaciones de los auto-
res clásicos, de los viajes de los pueblos fenicios, griegos, romanos y de los explo-
radores contemporáneos, así como de las contribuciones de las ciencias modernas.
Humboldt (1875, II, p.117-119) combina los autores clásicos y la información
geológica para esbozar los contrastes físicos del Mediterráneo septentrional y orien-
tal. Por un lado, su proximidad a la península Arábiga y al Mar Rojo. Y, por otro
lado, destaca el tapizado de islas del Mar Egeo, lugar estratégico de desarrollo y
expansión de las culturas clásicas por el Mar Mediterráneo y, finalmente, reforzar
su papel de enclave para el acercamiento de las culturas del Oriente.
Tras sus propias observaciones en distintos lugares del mundo y las in-
formaciones de otros científicos, Humboldt (1875, IV, p.160-162) hace re-
121
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
[…] Después del gran temblor de tierra de Nápoles (16 de julio de 1805)
y después de la erupción de lava que siguió 17 días mas tarde, sentado
sobre el cráter del Vesubio, con un cronómetro en la mano por la no-
che, al pie de un pequeño cono de erupción, sentí con gran regulari-
dad, cada 20 ó 25 minutos, una conmoción en el suelo del cráter, in-
mediatamente antes de cada eyección de escorias incandescentes […].
Una segunda especie de temblor de tierra, […] suele acompañar ó pre-
ceder á las grandes erupciones volcánicas, ya viertan torrentes de lava,
como sucede en Europa, ya arrojen solo masas escorificadas, cenizas y
vapores, como el Cotopaxi, Pichincha y el Tunguragua de la cadena de
los Andes. […] Pero las ondas de quebrantamiento cuyos estragos se es-
tienden por grandes espacios son […] el más propio para el convenci-
miento de la existencia de una causa general, que no es otra que la cons-
titución térmica del interior de la Tierra. […] Este tercer grupo […]
quebrantan el suelo sin interrupción, durante meses enteros, en un es-
pacio extremadamente estrecho, y hacen temer la formación de un vol-
cán activo. Esto aconteció en el Piamonte, en los valles de Clusson y de
Pélis, y cerca de Piguerol, en los meses de abril y de mayo de 1808, en
Murcia, entre Orihuela y la ribera del mar en un espacio que tenía ape-
nas una milla cuadrada, en la primavera de 1829.
Por otro lado, en el ámbito popular y, sobre todo, rural surgen numero-
sos rincones y parajes que se recogen en la toponimia menor. La voz acota
un paisaje, denotando un determinado lugar con características específicas.
Ese lugar ha adquirido una identidad que constituye la cultura y esencia del
paisaje mismo, donde se proyectan las pasiones, los miedos, los deseos y las
transformaciones humanas. Este hecho confirmaría las palabras de Caval-
canti (2011, p. 12), quien considera que “o lugar, assim, é uma das ferramen-
tas intelectuais que compõem o pensamento geográfico, formado por um con-
122
Marcelo Garrido Pereira
123
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
124
Marcelo Garrido Pereira
125
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
mar que existe una tendencia humana a categorizar la realidad. Luria distin-
gue la percepción sensorial inmediata, tutelada por la experiencia sensible,
de la percepción categorizada, regida por la experiencia abstracta racional
humana. Vygotsky (2003) afirma que “la percepción humana consiste en una
percepción categorizada, más que en percepciones aisladas”. Además, Bruner
(2008, p. 47) resalta el valor del último estadio de codificación y procesa-
miento, esto es, la representación simbólica de la realidad, que correspon-
de fundamentalmente al lenguaje. En este sentido, Vygotsky (2003, p. 59)
razona que “el lenguaje alcanza formas sintetizadoras e instrumentales al lo-
grar formas complejas de la percepción cognoscitiva”.
El currículo oficial carece de una formulación de los contenidos que lle-
gue a concretar los elementos del paisaje, pues éste tampoco resulta ser el
objetivo del currículo. Tan sólo se interesa por mencionar los elementos ge-
nerales y el mosaico de paisajes a distintas escalas (local, regional y global).
Los elementos generales del paisaje, que constituyen otro tipo de categorí-
as, corresponden a los grupos conceptuales de la clasificación clásica refe-
rida al relieve, hidrografía, vegetación, clima y suelos. Entonces, también
cabría preguntarse si estos grupos de conceptos se formulan jerarquizados
e interrelacionados entre sí, además de poseer suficientes rasgos distintivos
para generar conceptos científicos.
Shulman (1986 y 1987) desarrolló un modelo de razonamiento peda-
gógico desde la comparación entre el profesor principiante y experto. Shul-
man propugna varios dominios de conocimiento: del contenido, didácti-
co del contenido, del currículo, didáctico general, de las metas y objetivos
educativos, del alumnado y de los contextos y de la gestión educativa. En
consecuencia, se trata de una formación científica y pedagógica del docen-
te para mostrar los contenidos adecuados al alumnado.
Por otro lado, en los libros de texto se puede verificar los supuestos ele-
mentos que configuran el paisaje para alcanzar una perspectiva escalar y
sintética en las enseñanzas medias. De manera que, como se ha dicho ante-
riormente, en los cursos iniciales se presentan distintos elementos del pai-
saje, s. l., como son: la montaña, la costa, la meseta, el río, la playa, el mon-
te, el cerro y la sierra. Posiblemente, esta presentación esté relacionada con
la formación que el profesorado adquiere sobre los temas de ámbito físico-
126
Marcelo Garrido Pereira
127
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
128
Marcelo Garrido Pereira
129
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
130
Marcelo Garrido Pereira
131
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
132
Marcelo Garrido Pereira
133
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
134
Marcelo Garrido Pereira
135
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
136
Marcelo Garrido Pereira
8.- Bibliografía
137
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
138
Marcelo Garrido Pereira
139
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
140
Marcelo Garrido Pereira
141
ENSEÑAR EL PAISAJE A TRAVÉS DE
ALTERNATIVA EN L A EDUCACIÓN
GEOGRÁFICA
1
Profesora e Investigadora de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.C. Colom-
bia. Integrante Grupo de Investigación Geopaideia.
2
Profesor e Investigador de la Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá D.C. Colombia. Integrante
Grupo de Investigación Geopaideia.
143
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
de contacto con la civilización era la ruta del norte. De modo que dotó de
herramientas de desmonte y armas de cacería a los mismos hombres que lo
acompañaron en la fundación de Macondo; echó en una mochila sus ins-
trumentos de orientación y sus mapas, y emprendió la temeraria aventura”.
(García, 1997, p. 21-22)
1.- Introducción
3
Programa de Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales – Universidad Pe-
dagógica Nacional.
144
Marcelo Garrido Pereira
145
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
146
Marcelo Garrido Pereira
hicieron cada vez más lejanos los gritos de los pájaros y la bullaranga de
los monos, y el mundo se volvió triste para siempre. […] Durante una
semana casi sin hablar, avanzaron como sonámbulos por un universo
de pesadumbre, alumbrados apenas por una tenue reverberación de in-
sectos luminosos y con los pulmones agobiados por un sofocante olor
de sangre. No podían regresar, porque la trocha que iban abriendo a su
paso se volvía a cerrar en poco tiempo, con una vegetación nueva que
casi veían crecer ante sus ojos. […] Cuando despertaron, ya con el sol
alto, se quedaron pasmados de fascinación […] Sus sueños terminaban
frente a ese mar color de ceniza, espumoso y sucio, que no merecía los
riesgos y sacrificios de su aventura (García, 1997, p.23-24).
147
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
148
Marcelo Garrido Pereira
y por ello en este proceso es fundamental la imagen del lugar que ayuda a
consolidar el conocimiento del estudiante.
Por tanto, es necesario retomar marcos conceptuales y metodológicos
que orienten el trabajo de la salida, los cuales presentan una estrecha rela-
ción con aspectos teóricos de las Ciencias Sociales al igual que con aspec-
tos didácticos que posibiliten la reflexión y vivencia de la salida de campo
como una estrategia pedagógica y así mismo incorporar enfoques interdis-
ciplinarios que potencien la complementariedad del saber en una pedago-
gía de terreno. Esta articulación motiva el engranaje entre el paisaje propia-
mente dicho como espacio constitutivo de la geografía y las vivencias de los
humanos en él o en su radio de acción. Se reafirma entonces que,
149
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
con el espacio, lo usa sin observarlo sin describirlo y sin ser conscien-
te de su dinámica. Mediante la observación dirigida y la elaboración
de una descripción se centra la atención en detalles que en condiciones
normales no se verían, lo que permite al observador detectar el gran di-
namismo del objeto observado, en este caso, del espacio geográfico que
incluye aspectos biofísicos y sociales en tiempos muy cortos, pero visi-
bles (Rodríguez y Torres, 2004, p. 25-26).
150
Marcelo Garrido Pereira
sica de los paisajes con la realidad socio – cultural de sus habitantes, como
posibilidad para aportar en la renovación de los estudios geográficos en los
contextos escolares; atributos que permiten nominarla como una pedago-
gía de terreno4.
Entonces, la salida de campo como pedagogía de terreno permite am-
pliar el horizonte de habilidades y conocimientos propios en el desarrollo
del aprendizaje geográfico. De un lado la experiencia posibilitará la apro-
piación y comprensión de conceptos y lenguajes de la disciplina geográfica
a través de la vivencia del lugar y de otro el contrastar estos conocimientos
con la realidad, con lo observable, con la percepción y apropiación de los
conocimientos mediante la experiencia permitirá crear un horizonte am-
plio que enriquecerá su formación y su propia práctica pedagógica, retroa-
limentando el aprendizaje de la Geografía a través de nuevas formas didác-
ticas empleadas para tal fin.
Es importante resaltar que la salida de campo en el programa de for-
mación de docentes potencia de igual forma, habilidades en cuanto a la es-
tructura misma de su elaboración, distribución de tiempo, itinerarios, re-
corridos y demás aspectos que no corresponden exclusivamente al marco
disciplinar pero que son fundamentales para una excelente ejecución y apro-
vechamiento de ella a la luz de la necesidad por reconocer la riqueza y va-
riedad del paisaje y de los espacios geográficos.
4
Sobre esta denominación es necesario destacar los valiosos aportes construidos por la profesora Glo-
ria Umaña en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, y para
quien el salón de una clase de Geografía estaba depositado en las salidas de campo, en la realidad mis-
ma de los lugares y en el aprendizaje geográfico de los paisajes, más que en el ámbito convencional del
aula universitaria.
151
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
5
Núcleo temático que hace parte del programa curricular de la LEBECS de la UPN; este núcleo cen-
tra su objeto de estudio fundamentalmente en estudios geográficos de Colombia.
152
Marcelo Garrido Pereira
Fuente: Base de trazado del recorrido, Guía de rutas por Colombia 2012
153
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
6
Estos escenarios geográficos, en su mayoría, eran desconocidos para un número mayoritario de estu-
diantes que participaron de la salida, pues la zona costera del Caribe colombiano dista de la ciudad de
Bogotá en algo más de 1000 kilómetros. De otra parte, varias de las condiciones socio – económicas
de los estudiantes en general, les impide la visita frecuente a estos lugares alejados de la ciudad de Bo-
gotá, que es su lugar de residencia.
154
Marcelo Garrido Pereira
155
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
a) Geografía física
b) Interrelación entre Geografía física y humana
c) Enseñanza y aprendizaje de la Geografía
d) Percepciones de la salida de campo
156
Marcelo Garrido Pereira
Objetivo: Develar las relaciones que hacen los estudiantes con un espacio determinado y los
factores y elementos que pueden encontrarse en él para explicar algún fenómeno.
7
Este trabajo se adelanto con la colaboración de Carolina Moreno Cruz y Armando Galindo Joya en
lo que se refiere a la clasificación, tabulación y análisis parcial de los hallazgos, y quienes en su momen-
to actuaban como estudiantes - monitores de investigación del Grupo Geopaideia.
157
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
158
Marcelo Garrido Pereira
Nota: La sigla SNSM corresponde al sistema motañoso de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fuente: Elaboración de los autores
159
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
160
Marcelo Garrido Pereira
161
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
8
Para el desarrollo de esta salida de campo los estudiantes elaboraron previamente la lectura del libro
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, pues en esta obra se recrea de manera constante, nu-
trida y variada muchos de los elementos del paisaje del Caribe en Colombia.
162
Marcelo Garrido Pereira
Se puede observar que las palabras más utilizadas para sustentar teórica-
mente una observación se encuentran ligadas a las exposiciones hechas por
los maestros y los demás compañeros; lo que permite suponer una aproxi-
mación y quizá acertada comprensión del fenómeno observado que no par-
te sólo de la experiencia sino también de lecturas de libros especializados.
Fenómenos como sotavento y barlovento, clima, precipitaciones, vientos ali-
sios, vegetación, suelos y temperatura hicieron parte de las narraciones en forma
muy reiterativa, varios casos acertaban a complementar el fenómeno con sus con-
secuencias, otros usaban de forma enumerativa la palabra sin hacer una reflexión
profunda. Desde la narrativa, los estudiantes partícipes expresaron por ejemplo:
163
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
“En el desierto encontramos un clima árido en el que sus tierras no son ap-
tas para el cultivo, predomina el cactus, no se encuentra fauna a excepci-
ón de los chivos…”
164
Marcelo Garrido Pereira
9
Narración elaborada por los estudiantes Lina María Franco, Claudia Ramírez, William Kaled Serra-
no, Jorge Tulio Galindo, Alexandra Ríos, Jennifer Barreto, Juan David Sánchez y Ana Manuela Guti-
érrez. Estudiantes Tercer Semestre. LEBECS – UPN
165
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Los chivos se hicieron altos, perdieron sus cuernos por ser demonios; las mal-
diciones dejan de ser hijas de Yoluja, para ser hijas de Satanás. Las cruces
se clavan en el polvoroso suelo.
Pobre iguana, tener que correr para no morir, para no ser clavada al suelo
con una cruz en el pecho, llenando la arena con su sangre.
Pobre iguana, con el polvo de los centauros levantadores de muros de cemento, para
encerrar a todos los dioses que corrían libres por el desierto.
Pobre iguana, ver cómo los caminos dejan de ser caminados para ser rotos, para
cargar máquinas de muerte, para rasgar las vestiduras y colocarlas de yeso.
Pobre iguana, saber que las paredes de bahareque se hicieron de cemento; po-
bre iguana, no tener sombra limpia, todos los árboles llenos de plástico; pobre
iguana, no saber qué dicen los altos; pobre iguana, saber que la tierra no se
protege, se posee; pobre iguana, no escuchar dulces cantos, sólo agrios alaridos.
166
Marcelo Garrido Pereira
La nueva capital, de las cajas que vienen y van, se divide en dos. Qué pe-
sado resulta para la iguana caminar sobre la playa, cuando, además de la
densa arena, se vislumbran los ágiles e incesantes pies blancos, que buscan
la manera de recordarla cambiando tejidos ancestrales por metales y pape-
les banales. Pero, qué más triste que reconocer la pobreza de quienes, lejos
en la playa, superviven en un ambiente cargado de rencores, y reconocen,
en la piel blanca, la garantía para alimentarse.
El agua, cada vez más salada, dificulta el paso del pan por la garganta; en-
tonces, quedan dos opciones: se hace necesario suavizar la sal, o amar, en el
banquete, su fino cristal.
Las aves negras, volaban despacio sobre la melodía nostálgica de la iguana
moribunda, retorciéndose en el baile mórbido, retorciéndose de dolor, con
el vientre desocupado, parte por parte, despacito, ese padecimiento constan-
te, milimétricamente organizado por hormigas con casco, dispuestas a ma-
tar y a rezar, pero no a morir.
167
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
168
Marcelo Garrido Pereira
5. Consideraciones finales
Las diversas reflexiones que se plantearon a lo largo del escrito y que tie-
nen como eje central la salida de campo realizada, admiten reafirmar que:
169
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
“La salida de campo [...], trajo consigo un reto adicional que no había
sido planteado en ninguno de los demás espacios académicos en los cua-
les hemos participado y consistía en asumirnos como docentes dentro
de una salida de campo. Esta situación requería de una fundamentaci-
ón teórica, un reconocimiento del espacio y la construcción de una es-
trategia que diese cuenta de nuestro objetivo, a la vez que en los demás
espacios trabajados, pasaríamos a ocupar el lugar de estudiantes, partici-
par como tal y además de asumir el rasgo de compromiso académico, se
desarrolló paralelamente un proceso de colaboración al interior de todos
y cada uno de los grupos.
El reto estaba ahí, debíamos ser docentes y emplear la salida de campo
como estrategia pedagógica, no era un simple ejercicio, representaba el
posesionarse de nuestra profesión, así como de los riesgos y virtudes de
una salida de campo y el manejar un grupo en un escenario ajeno a nues-
tro entorno cotidiano. La situación no era hacer un ejercicio en el patio
de un colegio o en el “campus” de una universidad, representaba coordi-
nar una serie de actividades en un escenario que ninguno de nosotros co-
nocía a profundidad [...] en un proceso de formación que rompa los es-
quemas tradicionales en los que la fotografía se ve como algo estático y
poco significativo, para pasar a escenarios de interacción entre la teoría
formal y la realidad percibida por el estudiante, lo cual configura una se-
rie de procesos que favorecen el aprendizaje de conocimientos significa-
tivos para todos, que en última instancia se ven reflejados en la adquisi-
ción y reflexión geográfica basada en el uso de habilidades espaciales”.10
10
Reflexión elaborada por los estudiantes Carlos Rico y Erika Zamora. Estudiantes del programa de
la LEBECS que culminaron satisfactoriamente su proceso de formación en la Universidad Pedagógica
Nacional. Esta reflexión pretende además hacer un homenaje a la memoria de Erika Zamora; gracias
170
Marcelo Garrido Pereira
6.- Bibliografía
profesora por sus enseñanzas y aportes. Usted decidió abandonar estas esferas de la vida y por ello su
recuerdo es más significativo al evocarla como docente en constante formación.
171
A ESCOL A, A FORMAÇÃO DOCENTE E O
1.- Introdução
1
Professora e Pesquisadora da Universidade de São Paulo. Parte desse texto foi elaborada para a tese de
livre-docência defendida em 2010 na FEUSP.
173
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
174
Marcelo Garrido Pereira
175
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
176
Marcelo Garrido Pereira
177
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
178
Marcelo Garrido Pereira
179
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
180
Marcelo Garrido Pereira
ele construiu sobre liberdade e cidadania; enfim, uma cultura política que
está presente na escola e sobre a qual pouco sabemos. Nessa perspectiva,
entende-se que para o aluno sentir-se cidadão é importante que ele se sin-
ta pertencente ao lugar onde vive – e a escola é um desses lugares, sendo o
território onde ele pode criar vínculos e aprender as regras de convivência.
181
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
182
Marcelo Garrido Pereira
cativo, com uma gestão do currículo, nada servindo como justificativa para
o aluno não aprender – seja a estrutura ou as condições de trabalho da es-
cola. Não desconsideramos o peso que as condições de trabalho impõem
ao cotidiano do professor, mas sugerimos, neste artigo, um olhar que fuja
da concepção fatalista que reproduz as desigualdades sociais na escola, tal
como apresentado no início deste texto.
Para romper com a exclusão social na escola, tornando o conhecimento
um bem que ajudará a diminuir as desigualdades, temos de enfrentar vá-
rios desafios. Dizemos isso porque, para estimular a mudança conceitual
e atitudinal do professor, ele precisa, antes de qualquer coisa, acreditar no
que faz, ver sentido em sua profissão e no papel da escola. Esse sentimen-
to é pouco perceptível na medida em que o professor não se considera um
mediador nem um autor de suas aulas e avaliações, e esse é um dos desafios
apresentados no excerto de Dubet (2008).
Estruturar um currículo escolar com a dimensão que estamos propon-
do requer autonomia do professor para elaborar suas aulas, individualmen-
te ou em conjunto com a equipe escolar.
Sabemos, entretanto, que mudanças didáticas não são fáceis. Para Car-
valho (2004, p. 11),
183
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
184
Marcelo Garrido Pereira
Essas questões não podem ser deixadas de lado quando se analisa a forma-
ção dos professores e a ação docente, na medida em que atuam diretamente na
construção de conhecimentos que os estudantes precisam ter. Há a necessidade
de se efetivar uma formação voltada para a cidadania, sólida do ponto de vista
do conhecimento das ciências e que abra caminhos para a vida.
185
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
186
Marcelo Garrido Pereira
187
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
aprendizagem, não de uma maneira utópica, mas realista, com suas dimen-
sões cognitiva, afetiva e cultural, tem-se a clareza de que o processo de ensino
e aprendizagem é parte integrante da prática social historicamente constituída.
188
Marcelo Garrido Pereira
189
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
O lugar pode ser definido de diversas maneiras. Dentre elas, esta: lu-
gar é qualquer objeto estável que capta nossa atenção. Quando olhamos
uma cena panorâmica, nossos olhos se detêm em pontos de interesse.
Cada parada é tempo suficiente para criar uma imagem de lugar que,
em nossa opinião, momentaneamente parece maior. [...] Não é possí-
vel olhar uma cena de uma só vez; nossos olhos continuam procuran-
do pontos onde repousar a vista (Tuan, 1983, p.179).
Esse cenário nos permite uma outra forma de ler a paisagem e compre-
ender o lugar de vivência. Se o objeto da Geografia é o espaço geográfico, a
partir dele pode-se definir com rigor a interpretação e a organização dos
lugares em vários países do mundo, e elaborar um estudo de ordenamento
territorial ou mesmo geopolítico. Isso significa entender que o espaço é re-
sultado das ações dos homens sobre o próprio espaço, intermediados pelos
objetos, naturais e artificiais. Dessa forma, a paisagem está presente no espa-
ço quando afirmamos que esta é um conjunto heterogêneo de formas natu-
rais e artificiais (Santos, 1988, p.65). Assim, entendemos que para compre-
ender os conceitos – no caso espaço e paisagem – é importante articulá-los
com a realidade dando um significado mais relevante ao que se ensina.
A interligação dos saberes efetiva-se por meio do uso metodológico da
escala de análise, da escala dos fenômenos e da escala da representação e,
dessa maneira, os alunos poderão sentir-se autores de seu conhecimento.
Essas referências contribuirão para o entendimento e construção dos con-
ceitos necessários para a leitura da realidade por meio da Geografia.
Há muito tempo se analisam os propósitos da Geografia escolar e o pro-
cesso de construção conceitual. Entendemos ser esta uma discussão necessária
quando se refere à educação geográfica, na medida em que os conceitos geo-
gráficos que são estruturantes da Geografia escolar têm referência nas matri-
zes clássicas da Geografia desde antes de Humboldt e Ritter na segunda me-
tade do século XIX até as abordagens atuais. Segundo Moreira (2008, p.15),
190
Marcelo Garrido Pereira
191
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
1988, p.65), e é nesse momento que os nexos são criados e a rede concei-
tual faz sentido para o aluno.
Ao se tratar de uma aprendizagem a partir do estudo da cidade, por exem-
plo, no qual está presente uma rede de conceitos, exige-se também um méto-
do de análise para que o aluno relacione o que está visível na paisagem com
o que está invisível: a maneira como o espaço está organizado e produzido.
Discussões sobre os processos históricos que levariam à formulação dos con-
ceitos são evitadas e, não sendo valorizadas, acaba-se retirando o valor cien-
tífico do conhecimento escolar, embora ele seja importante para compreen-
der o mundo real, permitindo entender sua totalidade por meio das partes.
O discurso fragmentado da Geografia (Geografia humana e Geografia física
e no interior de cada uma) não contribui para o aluno entender os movimentos
que ocorrem nas paisagens. O ensino torna-se descritivo, dogmático, e o alu-
no não estabelece relações entre os conteúdos e a realidade; o discurso em sala
de aula já vem depurado, com valores e sem conteúdo do método de análise.
A discussão conceitual da Geografia fará sentido para os alunos quando os
geógrafos que trabalham com o ensino conscientizarem-se de que o conheci-
mento científico vincula-se à forma como os conceitos se relacionam, em uma
rede conceitual, na qual cada um deles pode organizar outras redes, ou seja,
pode ser ponto de partida ou de chegada, quando se trata de escolher uma
das partes para analisar criticamente a realidade e estabelecer nexos com ela.
Pensar como os conceitos mudam com novas ideias e informações, compre-
endendo as ideias apresentadas pelos alunos e propor investigações sobre elas.
Um exemplo possível é compreender o conceito de paisagem por meio
do estudo das cidades ou do processo de urbanização, o que fará mais sen-
tido para o aluno em função das interrelações conceituais. Em relação ao
estudo da(na) cidade, a superação da dicotomia entre Geografia humana e
Geografia física (da natureza) está na análise que se faz, exemplificando, a
partir do estudo de Ross (2004, p.198):
192
Marcelo Garrido Pereira
utiliza das águas cada vez mais contaminadas pelos esgotos, lixos e se-
dimentos [...].
193
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
194
Marcelo Garrido Pereira
195
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Com esse cenário que desenvolvemos neste artigo, podemos superar uma
visão fatalista da escola, a de que é preciso mudar muitas coisas para que o
aluno aprenda, tenha acesso ao conhecimento e se torne um cidadão autôno-
mo e crítico. Essa é uma coragem importante que Dubet, Carvalho e Bache-
lard nos provocam: a coragem de mostrar por meio da investigação das prá-
ticas docentes como podemos melhorar a escola. Entendemos, ainda, que a
construção dos conceitos não é exclusividade da escola, na medida em que
ocorre a partir da vivência do sujeito, das interpretações sobre o mundo, e
das representações sociais que ele possui. Ou seja, os conceitos são constru-
ções de significados dos fenômenos e objetos que criamos para interpretar ou
explicar o mundo ao nosso redor, e a escola auxilia na transformação deles.
No processo de construção do conhecimento, o professor deve atuar como
mediador, criando condições para que ocorra uma aprendizagem significativa,
com uma dimensão holística e dialética dos objetos de estudo. Temos como
pressuposto que a solução para essas questões está na didática e na metodo-
logia do ensino, ou seja, no modo como o conteúdo é desenvolvido e como
os alunos adquirem seus conhecimentos, construindo os conceitos científi-
cos. O resultado da aprendizagem é consequência desse processo.
Entendemos que para se democratizar a escola e considerar o aluno como su-
jeito do processo de ensino e aprendizagem é importante não apenas transmitir
o conhecimento, mas compreender o próprio aluno como ator desse processo,
como um sujeito que tem referências, que vive em um contexto sociocultural.
Entretanto, é preciso coragem também para se reestruturar a base da formação
inicial e continuada do professor para que ele possa ter consciência do seu papel
em sala de aula e da importância da escola na sociedade.
7.- Bibliografia
196
Marcelo Garrido Pereira
197
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
198
EL PAISAJE COMO CONCEPTO ARTICUL ADOR DE
GEOGRAFÍA EN CHILE 1
1.- Introducción
1
El contenido de este escrito forma parte del trabajo realizado como parte del Proyecto Semilla “Análisis
de la percepción de los saberes geográficos presentes en el subsector Historia, Geografía y Ciencias Sociales en
la perspectiva de una educación geográfica de calidad para la Enseñanza Media en Chile”, financiado por
la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad Católica Silva Henríquez.
2
Profesora e Investigadora de la Universidad Católica Silva Henríquez-Chile.
3
Profesor e Investigador de la Universidad Católica Silva Henríquez-Chile.
4
Profesor e Investigador de la Universidad Católica Silva Henríquez-Chile.
199
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
200
Marcelo Garrido Pereira
201
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
202
Marcelo Garrido Pereira
203
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
204
Marcelo Garrido Pereira
205
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
que en el año 2012 debiera estar aplicándose el curriculum a 3er año de Ense-
ñanza Media, por eventualidades solo se ha aplicado hasta 2do Enseñanza Me-
dia, salvo casos excepcionales.
Mediante un breve análisis de los tres decretos (Bianchi, 2007), utilizando
los cuadros comparativos, es posible señalar que el Decreto 300 tiene la ten-
dencia a equilibrar los aprendizajes de Geografía e Historia, dando una gran
profundización a los aprendizajes en Geografía. Existe una preocupación por el
conocimiento del territorio chileno y americano, con una base de geografía del
paisaje en 1ero y 2do año de Enseñanza Media y poco a poco se integra al ser
humano como elemento del paisaje. Aún cuando el tratamiento es parcializa-
do, los objetivos generales tratan de darle una connotación sistémica (integra-
da) cuando se habla de “carácter dinámico e interdependiente” de los diversos
fenómenos. La cantidad de objetivos y contenidos programados le da un caráct-
er racionalista que destaca al curriculum como transmisor de conocimientos.
A partir de la reforma educacional se exige un tratamiento basado en la
aplicación de un modelo teórico constructivista, el que expresa señalando
y proyectando formas de desarrollar el proceso de Enseñanza –Aprendizaje
(Campos, Concha y Rodríguez, 2002). Esta reforma plantea un currículo
prescriptivo, orientador del sistema educativo con un marco curricular de
mayor flexibilidad, es decir, el estado determina mínimos curriculares que
garanticen la acción social de la educación “…los principios que de él ema-
nan exigen un cambio en el rol del docente. De un profesor que sólo se preocu-
pa de enseñar los contenidos del programa, a un profesor reflexivo que compren-
da su acción pedagógica…” (Campos, Concha y Rodríguez, 2002, s/r). La
acción pedagógica en el aula es la acción didáctica, es la didáctica misma.
En el decreto 220, 1er año de Enseñanza Media está organizado en cua-
tro unidades: “Entorno natural y comunidad regional”, en la que se preten-
de caracterizar los rasgos físicos, demográficos y culturales de la región en
que se encuentra el establecimiento escolar. Para que luego el tenor sea el
“Territorio regional y nacional”, abordando “el espacio regionales forma inte-
grada, analizando las relaciones urbano-rurales, la economía regional y la or-
ganización del territorio regional”. “Además, se estudia los rasgos geográficos y
económicos del territorio nacional, entendiendo la región como parte del país”
(MINEDUC, 1999).
206
Cuadro Nº1: Comparación Decretos Curriculares para la Enseñanza Media, 1981, 1998, 2009
Decreto 300/81 Decreto 220/98 Decreto 254/2009
PRIMER AÑO: OBJETIVOS GENERALES PRIMER AÑO: OBJETIVOS FUNDAMENTALES PRIMER AÑO: OBJETIVOS FUNDAMENTALES
Unidad 1: “La tierra un todo complejo e interde- Unidad I: “Entorno natural y comunidad regional” 4. Caracterizar geográficamente el proceso de
pendiente urbanización, las transformaciones demográfi-
cas y la diversidad cultural del mundo actual.
1.-Comprender los fenómenos físicos más re- 1. Reconocer los rasgos geográficos, económi- 5. Comprender que las transformaciones demo-
levantes de la superficie terrestre con el fin de cos, sociales y culturales característicos de su gráficas contemporáneas plantean desafíos eco-
apreciar su carácter dinámico e interdependien- región, identificando relaciones entre ellos, y nómico-sociales, culturales, políticos y éticos.
te, su integración planetaria y su incidencia en explorando su historicidad.
las actividades humanas.
2.-Valorar las respuestas positivas de los grupos 2. Valorar la preservación del medio ambiente, 6. Caracterizar las principales dimensiones del
humanos frente a los fenómenos naturales, es- comprendiendo la interrelación entre éste y la proceso de globalización y sus consecuencias
pacialmente cuando estos provocan situaciones vida humana. espaciales, económicas culturales.
problemáticas o catastróficas.
3.-Desarrollar habilidades para localizar, observar 3. Vincular la realidad de su región con la realidad 8. Interpretar información de diversas fuentes
y analizar fenómenos y/o procesos físicos esta- nacional y analizar la inserción de su región en el para el análisis de procesos geográficos, demo-
bleciendo las relaciones existentes entre ellos país, identificando los rasgos que los hacen par- gráficos, económicos y sociales.
mediante la utilización de mapas diagramas, te de una comunidad nacional.
gráficos, fotografía láminas y otros materiales.
Unidad 2: ”Características y contrastes del mun- Unidad IV: “Organización económica”
do urbano y rural”
1.-Comprender la ciudad como un hecho polari- 6. Conocer y analizar los rasgos distintivos de la
zado de complejas relaciones sociales, económi- economía nacional, comprendiendo conceptos
cas y culturales, que implican una dinámica de básicos de la ciencia económica.
desarrollo con múltiples efectos en la forma de
vida del hombre contemporáneo.
207
Marcelo Garrido Pereira
208
Decreto 300/81 Decreto 220/98 Decreto 254/2009
PRIMER AÑO: OBJETIVOS GENERALES PRIMER AÑO: OBJETIVOS FUNDAMENTALES PRIMER AÑO: OBJETIVOS FUNDAMENTALES
2.-Distinguir los diferentes elementos que con- 7. Buscar, organizar y comunicar información
forman el mundo rural con el propósito de com- sobre la región y el país, en forma oral, escrita y
prender y analizar el paisaje agrario como una gráfica, respetando criterios de rigurosidad en el
organización peculiar del espacio, valorando los manejo de las fuentes y en el análisis.
esfuerzos del hombre contemporáneo para su-
perar sus limitaciones.
3.-Comprender la interdependencia entre el
mundo urbano y el mundo rural constatando
que sus respectivas dinámicas de crecimiento
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
209
Marcelo Garrido Pereira
210
Decreto 300/81 Decreto 220/98 Decreto 254/2009
TERCER AÑO TERCER AÑO TERCER AÑO
Unidad: “Presentación general de Chile” Formación Humanístico-Científica 6. Evaluar los efectos en la calidad de vida de las
1.-Comprender la tricontinentalidad de En el área científica no se encuentran Objetivos personas de los principales procesos sociales,
nuestro país, constatando su gravitación en Transversales relacionados con Geografía. económicos, culturales, políticos y geográficos
el contexto americano y su proyección en el En la educación humanística se trata la ciudad en Chile durante el siglo XX.
Pacífico y en la Antártica con el propósito de contemporánea en tercero o cuarto medio. 7. Caracterizar y comparar los diversos modelos
evaluar las ventajas y desventajas que esta económicos implementados en Chile durante el
situación conlleva para su desarrollo econó- siglo XX y comprender su impacto en las trans-
mico. formaciones del espacio geográfico.
2.-Distinguir los rasgos físicos distintivos de Chi- 12. Indagar sobre procesos históricos, y sobre
le, a fin de apreciar su incidencia en la variedad las transformaciones en el espacio geográfico, a
de recursos naturales y en las múltiples activida- nivel nacional, regional y local, considerando la
des de la población. interrelación entre procesos económicos, demo-
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
211
Marcelo Garrido Pereira
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
212
Marcelo Garrido Pereira
213
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
214
Marcelo Garrido Pereira
215
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
216
Marcelo Garrido Pereira
4.- Bibliografía
217
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
218
APREENDER A PAISAGEM GEOGRÁFICA:
A EXPERIÊNCIA ESPACIAL E A
FORMAÇÃO DO CONCEITO NO
1.- Introdução
1
Professora e Pesquisadora da Universidade Federal de Goiás. Pesquisadora CNPq.
2
Sobre a preocupação com os modos de tratar outros conceitos geográficos no ensino de Geografia,
como lugar, território, região, conferir Cavalcanti (1998, 2009 e 2012).
219
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
220
Marcelo Garrido Pereira
3
Patrarca é um poeta e humanista italiano do século XIV.
221
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
pensamento que leva o sujeito para outro lugar. Essa a metáfora da viagem
geográfica. Quando o professor está com seus alunos trabalhando um con-
teúdo, qualquer que seja, ele poderá “levar” seus alunos para uma viagem...
A viagem depende de diferentes condições, entre elas: 1 – do trabalho do
professor, que é o mediador, o orientador, o guia dessa “viagem” – com sua
fala, com o tom e a escolha de seu discurso, do que dizer, do modo de di-
zer, e com seus recursos (computador, vídeos, fotos e outros); cabe a ele con-
vidar o aluno para a viagem, instigá-lo a sair “de si” para pensar, imaginar,
conhecer outros lugares e pessoas; 2 – do envolvimento do aluno, que é o
sujeito dessa atividade, que “embarcará” nela se algo lhe instigar e lhe pare-
cer convidativo; que fará, no pensamento e na imaginação, o percurso dos
lugares que lhe são apresentados. Essa viagem é parte integrante da experiên-
cia humana cotidiana, mas na escola pode adquirir dimensões específicas.
Na experiência cotidiana, viagens geográficas são feitas todos os dias; nos
deslocamentos cotidianos, todos fazem o tempo todo Geografia, produzem e re-
produzem espaços, suas práticas são condicionadas por essas espacialidades. No
cotidiano, as viagens dependem de referências empíricas, de referências cons-
truídas também no dia-a-dia. Por exemplo, pela cidade as pessoas circulam, se
deslocam da casa para o trabalho, para a escola, para o lazer, ao longo da sema-
na, e para isso contam com referências, para não se perderem se munem de ins-
trumentos – sinais, letreiros, casas, ruas, cruzamentos, linhas de ônibus, o que
for. Sem as referências, as pessoas se perdem na cidade, como o personagem de
Calvino, Marcovaldo, que está sempre num tempo lento, em contraposição ao
mundo veloz e líquido (Bauman, 2005; Augé, 2010) das grandes cidades con-
temporâneas. Em um dos seus contos, através dos quais Calvino conta as his-
tórias de Marcovaldo (1994), um cidadão viajante, o personagem entra em um
bonde para voltar para casa à noite, e se põe a “projetar diante de si” o filme que
acabara de assistir – sobre a Índia. E segue contando Calvino sobre Marcovaldo:
222
Marcelo Garrido Pereira
223
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
4
Na verdade, Augé faz referência ao trabalho do etnólogo e sua análise antropológica, e diferencia seu
trabalho de viajante da viagem que faz um turista. Aqui, reforça-se o caráter de viajante do geógrafo
e do papel dos conteúdos geográficos como material para levar a viagens; por isso, é pertinente a
apropriação dessa imagem.
5
Necessário esclarecer que a expressão “olhar” não deve ser tomada no seu sentido literal, pois trata-
se na verdade de uma referência aos sentidos do sujeito, podendo-se reunir nessa expressão o ouvir, o
cheirar, o tocar à em uma palavra: o sentir das pessoas.
224
Marcelo Garrido Pereira
A paisagem, em sua dimensão estética, com suas cores, sabores, odores, per-
mite apreender um conjunto diverso, em sua unidade; daí sua força. Saber con-
templá-la, sentir e refletir sobre ela, coloca o sujeito em confronto com essa uni-
dade, levando-o a resgatar algum sentido nessa experiência: não necessariamente
um sentido transcendental, mas um sentido para cada um e para a sociedade.
Assim, observar, contemplar, descrever a paisagem aguça o sensível, o ra-
cional, o imaginário, o corporal, podendo levar a uma “reconciliação das fa-
culdades (razão e sensibilidade) separadas pela ciência” (Besse, 2010). O con-
tato com uma paisagem permite certo olhar, e com esse olhar é possível a
apreensão para além da experiência mais imediata.
Mas, como ampliar essas experiências com as paisagens? Como desen-
volver um olhar que permita a apreensão desse algo que vai além do ime-
diato? Em que medida a paisagem estudada pela Geografia interfere nessas
experiências? Como entender o conceito geográfico de paisagem?
A paisagem tem sido tratada na Geografia, em sua concepção clássica,
como parte de uma extensão territorial em sua expressão de combinação
de elementos físico-naturais (incluindo suas transformações) e sociais/cul-
turais. Nesse sentido, são correlatos do sistema de conceitos de paisagem a
ideia de arranjo e configuração espacial.
Numa compreensão dialética da dinâmica de estruturação dos espaços, a
paisagem é parte do método de conhecimento desses espaços, pois o sujeito
que se relaciona com o mundo por meio da paisagem, ao observar a localiza-
ção e a distribuição dos objetos espaciais, vê/percebe o arranjo espacial, que ex-
pressa distintos conteúdos. Portanto, sua abordagem remete ao par indissociá-
vel forma/conteúdo. Conforme indica Moreira, faz parte da análise geográfica
o caminho do visível (pela paisagem) ao invisível e deste ao visível novamen-
te “num movimento dialético da intelecção no curso do qual a paisagem – aquilo
que no fundo se quer compreendido – se torna o concreto-pensado” (2007, p.115).
Pela paisagem grava-se a produção dos espaços ao longo do tempo, dan-
do sentido ao sistema de objetos, pelas ações sociais. Ao ser assim significado
e valorado, o conjunto de formas adquire função social, constituindo-se em
225
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
espaço geográfico. Sendo concebida desse modo, pode-se entender que a pai-
sagem tem uma relação intrínseca com o espaço, mas não é o mesmo que ele.
Conforme Santos, paisagem e espaço não são sinônimos, pois, enquanto a pai-
sagem é o conjunto de formas que exprimem as heranças, o espaço são essas
formas “mais a vida que as anima” (1999, p. 83). Entendida como dimensão
da forma-contéudo, que é o espaço geográfico, a paisagem tem um caráter de
palimpsesto, pois é memória viva de um passado já morto, mas que está im-
pregnado de significado, portanto participando de uma história viva. Con-
forme esse autor explica: são as formas da paisagem que realizam, no espaço,
as funções sociais, mas não há paisagem com formas desprovidas de sentido:
Uma casa vazia ou um terreno baldio, um lago, uma floresta, uma mon-
tanha não participam do processo dialético senão porque lhes são atri-
buídos determinados valores, isto é, quando são transformados em es-
paço. O simples fato de existirem como formas, isto é, como paisagem,
não basta. A forma já utilizada é coisa diferente, pois seu conteúdo é so-
cial. Ela se torna espaço, porque forma-conteúdo (Ibid, p. 88).
226
Marcelo Garrido Pereira
227
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
228
Marcelo Garrido Pereira
229
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Imaginação: “Imaginar é ter alguma ideia sobre algo que não está pre-
sente, percebendo mentalmente o que não foi totalmente percebido. É
uma forma de criatividade, liberta dos fatos e da realidade. Vai além da
realidade, dos fatos e da experiência. Socializar o imaginado introduz
flexibilidade às formas de pensamento”.
Analisadas nessas acepções, pode-se entender que são capacidades que se com-
plementam na experiência cognitiva com a paisagem, no sentido atribuído pelo
texto. Mas, cabe ainda outra, bastante cara aos geógrafos – a descrição –, que con-
sidero de igual modo complementar, podendo compor um único processo. Ou
seja: com a orientação de uma observação detida, minuciosa, mas também ques-
tionadora, problematizadora, identifica-se elementos mais objetivos, num pri-
meiro momento, e podendo-se ampliar livremente, com a possibilidade da ima-
ginação (liberta da realidade), as sensações, as percepções, as inferências sobre o
que se observa. Assim, pode-se ir além da experiência em direção a um conheci-
230
Marcelo Garrido Pereira
231
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
232
Marcelo Garrido Pereira
dar caminhos de análises do espaço. Além disso, focar na paisagem significa tam-
bém abordar as imagens construídas sobre o espaço, imagens dos alunos e também
imagens daqueles que constróem representações dessa paisagem (pintores, poetas,
romancistas, fotógrafos, planejadores, paisagistas, arquitetos, entre outros).
Ao longo de minha trajetória de investigar sobre o ensino de Geografia e
questões de método, tenho reiterado a relevância de fazer caminhar o ensino no
sentido de buscar inicialmente problematizar o conteúdo a ser trabalhado em
sala de aula, mobilizando a atividade intelectual e emocional dos alunos. Para
isso, destaco a potencialidade da condução de observações de paisagens para
desencadear processos cognitivos, considerando alguns aspectos, como a seguir:
Todo esse processo guarda uma relação com o que Vygotsky (1999) chama de
atividade criadora do homem, condição indispensável para sua existência. Ana-
lisando esse processo, esse autor destaca a relevância da experiência para a capa-
cidade imaginativa do ser humano, mas também aborda o papel das diferentes
formas de narrativas (experiência social) na ampliação das experiências. Essa úl-
tima abordagem interessa de modo especial aos argumentos do texto porque re-
força a possibilidade de tomar os conteúdos geográficos como narrativas – nesse
sentido, são imaginações, criações culturais – que ao serem internalizadas pe-
los alunos passam a ter existência real, passam a fazer parte das suas experiências.
Considerando, então, o papel da escola de ajudar os alunos a desenvol-
verem capacidades de observar, imaginar e descrever (entre outras, eviden-
temente) a paisagem, como se pode trabalhar temas da Geografia urbana,
233
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
Cena 3 Cena 4
234
Marcelo Garrido Pereira
235
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
236
Marcelo Garrido Pereira
6.-Bibliografía
237
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
BESSE, J.M. (2010). La sombra de las cosas, sobre paisaje y geografía. Madrid: Edi-
toral Biblioteca Nueva.
CALVINO, I. (1994). Marcovaldo ou as estações na cidade. São Paulo: Compa-
nhia das Letras.
CANCLINI, N. (2007). Imaginários urbanos. Buenos Aires: Eudeba.
CAVALCANTI, L. (2012). O Ensino de Geografia na Escola. 1. ed. São Paulo: Pa-
pirus Editora, 2012.
CAVALCANTI, L. (2009). A educação geográfica e a formação de conceitos: a im-
portância do lugar no ensino de Geografia. In: GARRIDO, M. (Org.). La espesu-
ra del lugar: reflexiones sobre el espacio en el mundo educativo. Santiago: Ediciones
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
CAVALCANTI, L. (2009). Geografia, escola e construção de conhecimentos. São Pau-
lo: Papirus Editora.
MOREIRA R. (2007). Pensar e ser em Geografia: ensaios de história, epistemologia e
ontologia do espaço geográfico. São Paulo: Contexto.
NOGUÉ, J. (2011). Otros mundo, otras geografías. Los paisajes residuales. In: Re-
vista da Pós-graduação em Geografia – ANPEGE, Vol. 7, número especial.
SANTOS, M. (1988). Metamorfoses do espaço habitado. São Paulo: Hucitec.
SANTOS, M. (1999). A natureza do espaço: técnica e tempo, razão e emoção. São
Paulo: Hucitec.
VYGOTSKY, L.S. (1999). Imaginación y creación en la edad infantil. Ciudad de la
Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación.
238
REFLEXIONES POSIBLES SOBRE EL
Y LO GEOGRÁFICO
1.- Introducción
Esta es una reflexión en voz alta sobre el valor del paisaje como realidad y con-
cepto en el espacio de vinculación Educación – Geografía, que mira las posibilida-
des del paisaje en cuanto contenido de los procesos de enseñanza y de aprendiza-
je, y como el soporte de ellos en su despliegue social. Como reflexión en voz alta
no tiene la pretensión de ser exacta sino más bien quiere “tirar al ruedo” una serie
de ideas y proposiciones que alimenten una reflexión más colectiva y prospera.
Reflexionar sobre el paisaje como soporte de los procesos de enseñanza
y aprendizaje a la vez que contenido de los mismos, no solo requiere abor-
1
Profesor e Investigador del Laboratorio de Didáctica de Geografía y Desarrollo Profesional. Instituto
de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
239
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
dar con acuciosidad y profundidad estas dos cuestiones sino que además
tener en cuenta, en esta reflexión, al paisaje como una de las dimensiones
paradigmáticas del espacio geográfico.
Se conforma así una triple dimensión de análisis, las cuales siendo par-
tes de un todo complejo pueden ser pensadas en sí mismas en la medida de
las relaciones que se dan entre ellas y caracterizan el todo.
Este todo complejo y relevante es el inmenso campo que se profundi-
za al explorar en los vínculos entre la Geografía y la Educación, dado que
estas son dimensiones de la realidad, tanto como campos de acción profe-
sional y ciudadana.
Este todo complejo tiene múltiples variantes entre ellas dos caminos
aparentemente divergentes: la Geografía de la Educación y la Educación
Geográfica. Es decir, la relevancia de los fenómenos y procesos educativos
como sujeto-objeto de la Geografía, por una parte, y los fenómenos y pro-
cesos geográficos como sujeto-objeto de la Educación, por otra.
Unidades analíticas, como por ejemplo, la escuela y la región, podrían
ser estudiadas respectivamente por la Geografía de la Educación y la Edu-
cación Geográfica. No es menos cierto que reflexionar sobre la escuela des-
de la perspectiva geográfica no solo sitúa el análisis desde una mera seña-
lización de ella como un dato y una simple ubicación en un espacio plano
e invariante; así como estudiar la región desde lo educativo, no es la mera
constatación de entidades nominales y administrativas en una lista larga de
referencia por enseñar que no explican ni aportan a la formación y la vi-
vencia ciudadana.
Sin embargo, esto puede más enriquecedor y complejo que realizar las
necesarias descripciones, sino de hacer más patentes y fructíferos los vín-
culos no tan evidentes y profundos entre la Geografía y la Educación, más
que ser el sujeto-objeto una de la otra. Aquí es donde le paisaje podría ocu-
par un “espacio vinculante” de gran importancia, el paisaje como concep-
to analítico y como “realidad geoeducativa”.
Sí esta perspectiva es posible entonces el paisaje cobra relevancia
al ser un puente de conexión entre estos dos caminos aparentemen-
te divergentes, al pensar en las relaciones fructíferas entre Geografía
y Educación.
240
Marcelo Garrido Pereira
241
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
242
Marcelo Garrido Pereira
243
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
2
En este sentido paisaje y lugar desafían las visiones tecnocráticas y funcionales de territorio y región,
tan instaladas en el currículo escolar como en nuestras prácticas espaciales.
3
Un buen ejemplo de ello es el libro “La Espesura del Lugar” (Garrido, 2009).
244
Marcelo Garrido Pereira
245
La Opacidad del Paisaje: formas, imágenes y tiempos educativos
versidad) y porque este aquí junto con el allá (paisaje cultural) forman un
todo de interrelaciones complejas: un “paisaje geoeducativo”.
En definitiva cómo no hacer trabajar dialógicamente el contenido des-
de el soporte cuando el contenido paisaje es parte del hecho educativo que
es contenido del paisaje cultural, es decir parte del soporte social y no mero
escenario, y las personas no meros transeúntes.
En todo caso, las separaciones y visiones reduccionistas que se han co-
mentado más arriba son reales y están en plena operación, incrementan
una mirada reduccionista de lo educativo y de lo geográfico, donde la pre-
valencia de la racionalidad técnica crea y re-crea los diferentes paisajes bajo
sus propias lógicas.
Por el contrario, no habría que dejar engañarse por la sola posibilidad de
vinculación que otorga el paisaje a la Educación y la Geografía. Requiere de un
profundo análisis y búsquedas de simetrías a lo menos en los ámbitos metodo-
lógico y epistemológico. Sin descontar, además de la pluridimensionalidad del
propio concepto paisaje (natural, cultural, científico, visual, estético, intangible,
emocional): es la cuadratura del círculo que aún se está realizando.
Ante la “desvalía” con que aparece el paisaje, por lo menos en el con-
texto del currículo escolar chileno, ante el territorio y el propio, pero ge-
nérico, espacio geográfico y de la prevalencia en una práctica espacial que
cabila entre los espacios geográficos administrativos rígidamente territoria-
lizados y la banalización los lugares como escueta ubicación; la “valía” del
paisaje como contenido-soporte de los procesos de enseñanza y aprendiza-
je depende de su entendimiento y de su sentido de uso social.
6.- Bibliografía
246
Marcelo Garrido Pereira
247