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CAPITULO I.
EL LIBRO I DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.
“DISPOSICIONES COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO.
I.- CONTENIDO.
En el libro I del Código de Procedimiento Civil, que comprende XX Títulos y abarca los
artículos 1º a 252, se contienen las "Disposiciones Comunes a todo Procedimiento".
-En el Título IV, denominado “De las cargas pecuniarias a que están sujetos los
litigantes”, se regula las cargas pecuniarias y se establecen las personas responsables de ellas.
-En el Título VI, denominado “De las Notificaciones”, se contemplan los requisitos
específicos de esta actuación judicial y se regulan las diversas clases de éstas.
-En el Título VII, denominado “De las Actuaciones Judiciales”, se contemplan los
requisitos generales que deben cumplir las actuaciones judiciales, los plazos y los exhortos.
-En el Título VIII, denominado “De las Rebeldías”, se regula la rebeldía y los incidentes
especiales de nulidad procesal de falta de comparecencia por fuerza mayor y falta u errónea de
notificación personal del demandado.
-En los Títulos IX a XVI, se regulan los incidentes ordinarios y los incidentes especiales
de acumulación de autos, las cuestiones de competencia, las implicancias y recusaciones, el
privilegio de pobreza, las costas, el desistimiento de la demanda y el abandono del
procedimiento.
-En el Título XVII, denominado “De las Resoluciones Judiciales”, se contempla no sólo la
clasificación de las resoluciones judiciales en atención a su naturaleza jurídica y los requisitos
formales que deben cumplirse en su dictación, sino que también se contienen normas destinadas
a regular la vista de la causa en los tribunales colegiados, la Cosa Juzgada (Arts. 175 a 180), el
Recurso de Reposición (Art.181), el Desasimiento del Tribunal, y la Aclaración, rectificación y
enmienda de las sentencias,
-En el Título XIX, denominado “De la ejecución de las resoluciones judiciales”, se regula
el procedimiento de ejecución de las resoluciones pronunciadas por tribunales chilenos y de las
resoluciones pronunciadas por tribunales extranjeros.
II.- IMPORTANCIA.
a) Tienen una aplicación general dentro de los diversos procedimientos y asuntos que
reglamenta el Código de Procedimiento Civil en sus Libros II, III y IV, salvo norma
expresa en contrario.
Es así por ejemplo, que cada vez que nosotros debemos determinar que norma rige una
notificación que deba efectuarse dentro de cualquiera de esos procedimiento o la forma que debe
tener una sentencia definitiva que ha de pronunciarse dentro de alguno de esos procedimientos, a
falta de una norma especial establecida en ellos, deberemos aplicar las disposiciones contenidas
en el Libro I.
Ello ocurre, por ejemplo, con la notificación del artículo 44 en las querellas posesorias, en
que dicha notificación puede practicarse de acuerdo a lo previsto en el artículo 553 del C.P.C.,
aún cuando el querellado no se encuentre en el lugar del juicio, o con la forma de las sentencias
definitivas que debe dictar el árbitro arbitrador, la que no se rige por el artículo 170 del C.P.C.,
sino que por la norma especial del artículo 640 de ese Código.
Es así como esas normas reciben aplicación por ejemplo en el procedimiento sobre juicio de
arrendamiento de predios urbanos regulado en la Ley 18.101, en el nuevo procedimiento del
trabajo regulado en el Libro IV del Código del Trabajo, en los Procedimiento ante los Tribunales
de Familia, en los Procedimientos antes los Jueces de Policía Local, salvo que en ellos se
contemple una norma especial diversa.
Sin embargo, debemos advertir que dado que el Código de Procedimiento Civil regula
procedimientos escritos a diferencia de los nuevos procedimientos orales que se contemplan
respecto de los Tribunales de Familia y Laborales en las Leyes 19.968 y 20.087, se dispone en
los artículos 27 de la Ley que Crea los Tribunales de Familia y en el 432 del Código del
Trabajo, que las disposiciones comunes a todo procedimiento establecidas en el Código de
Procedimiento Civil sean aplicables en lo no regulado en esos cuerpos legales, a menos que
ellas resulten incompatibles con la naturaleza de los procedimientos o con los principios
que informan los procedimientos. En dicho caso, el juez dispondrá la forma en que se debe
3
Las normas del Libro I del C.P.C. tienen aplicación por remisión en los procedimientos
penales que reglamenta el Código de Procedimiento Penal, salvo que no se opongan a las
normas que éste establezca (Art. 43 del C.P.P.); y en todos los procedimientos penales
contemplados en leyes especiales que se remiten al procedimiento por crimen o simple delito de
acción penal pública y que no tengan establecida una norma especial en contrario. (Por ejemplo.
Procedimiento Penal Militar en tiempo de paz. Art. 122 del Código de Justicia Militar y 15 de la
Ley Seguridad del Estado).
En el nuevo sistema procesal penal, dispone el artículo 52 del Código Procesal Penal,
titulado Aplicación de normas comunes a todo procedimiento, que serán aplicables al
procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este Código o en leyes
especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el Libro I del Código
de Procedimiento Civil.
Desde este punto de vista genérico, el proceso es el estado dinámico de cualquier fenómeno
(químico, biológico, histórico, social).
B) Concepto etimológico.
C) Concepto procesal.
El proceso es de acuerdo con esa definición, una institución de carácter teleológico, es decir,
persigue a través de su secuencia un fin, que consiste en obtener la dictación de una sentencia
por parte del tribunal que resuelva el asunto sometido a su decisión.
De acuerdo con la evolución histórica acerca de la naturaleza jurídica del proceso, se han
sostenido las siguientes teorías:
1. Contrato : Contratactualista.
6. Relación Jurídica compleja: Carnelutti. Aplicable casi enteramente al proceso civil, pero
trasladadas al penal con algunas características diferenciadoras, sobre todo en los procesos
penales de acción pública.
d) La decisión constituye un acto jurisdiccional que debe emanar del órgano adecuado y
establecido por la Constitución y la ley.
1
Eduardo Couture. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. Páginas 122. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1985.
5
D) TERMINOLOGÍA.
Si bien un proceso supone un litigio o litis que se pretende solucionar, es posible un proceso
sin litigio (jurisdicción voluntaria).
El litigio corresponde al elemento objetivo del proceso, esto es, el conflicto que ha de ser
solucionado dentro de él.
2.Proceso y juicio:
3.Proceso y procedimiento:
a) Proceso: Conjunto de actos unidos hacia un fin común, que el procedimiento organiza para
el mejor cumplimiento de su fin.
c) Todo proceso supone un procedimiento, un sistema para el debate dialéctico en que aquel se
devuelve. Pero puede existir - especialmente en otras ramas - un procedimiento sin proceso
6
“La distinción entre proceso y procedimiento radica en constatar dos ideas: la de los actos y la
de los sujetos en relación.
“Si bien el procedimiento aparece desde el punto de vista formal como un conjunto o serie de
actos sucesivos que se desarrolla en el tiempo hasta devenir en un acto final, el mismo no es sino
una exteriorización de derecho positivo contingente y variable según las finalidades que se
pretendan.
“El proceso como entidad abstracta también es representado como una sucesión temporal de
actos, pero actos que son iniciados, impulsados y ejecutados por sujetos relacionados entre sí por
relaciones, vinculaciones o situaciones jurídicas.
“Desde otro punto de vista todo proceso se exterioriza en un procedimiento dado, en una suerte
de encarnación positiva; pero naturalmente no todo procedimiento realiza un proceso
jurisdiccional, ya que aquél puede ser de orden administrativo o legislativo, e incluso
comprender etapas o pre-etapas de un proceso, como los procedimientos cautelares, incidentales
o impugnativos.
“A modo figurado el procedimiento representa los cauces naturales de un río cuya forma existe
independientemente de su contenido. El agua que escurre según su caudal irá cubriendo cauces
menores o mayores, cauces centrales o alternativos para desembocar normalmente en el mar. El
agua constituye la actividad de los sujetos del proceso que conducen su conflicto o litigio a
través de un cauce formal en función de un resultado final. Ambos elementos componen el río.
Sin cauce éste no podría escurrir. Así el proceso necesita el procedimiento para que los sujetos
obtengan un pronunciamiento jurisdiccional; es decir, el procedimiento está al servicio del
proceso. Sin procedimiento el proceso sería sólo una idea; con el procedimiento el proceso es
una realidad. 2
4.Proceso y expediente:
Expediente: Expresión material del proceso, un objeto físico, una cosa. Legajo de papeles en
que se registran los actos de un juicio. (art. 29 Título V, Libro I).
5.Causa y proceso
6.Proceso y autos:
La expresión "Autos”es usada en múltiples sentidos por la ley: Como sinónimo de proceso en
la acumulación de autos (art. 92 C.P.C.); como sinónimo expediente (art. 161 C.P.C.) y como
una especie de resolución Judicial (art. 158 C.P.C.).
2
Separata El Proceso. Desarrollo- Naturaleza Jurídica y Fines. Cátedra Mario Mosquera. Autor Nelson Rojas.
7.Proceso y pleito:
8. Proceso y litis:
El fin del proceso es componer la litis, mediante la decisión del órgano jurisdiccional.
Es cierto que los vocablos se prestan, por su remoto sentido, variable a lo largo del tiempo, a
diversas traducciones. Pero la verdad es que “procedimiento debido” sería “due procedure” y no
“due process”.
Desde 1839, nuestro continente prefirió la expresión “forma de proceso”, exacta a nuestro
modo de ver, pues lo que constituye una garantía constitucional no es, propiamente un
procedimiento. La garantía la constituye un proceso. Un procedimiento en el estilo que se da a
esta palabra en el derecho policial, en ciertas ramas del derecho administrativo, o, aún, en el
derecho judicial propiamente dicho al referirse a la jurisdicción voluntaria, no constituye una
garantía para nadie. Nuestro texto constitucional utilizó, pues, la palabra proceso en el sentido
que históricamente tiene la palabra. La garantía de la defensa se desenvuelve sólo en el proceso y
no fuera de él.
“Pero no todos los actos del proceso son indispensables para la defensa. Algunos de ellos
pueden suprimirse sin desmedro de la garantía constitucional” 3
Bastará recordar los principios milenarios de la acción de parte (“nemo judex sine actore”), de
la imparcialidad del juez (“nemo judex in re sua”), del contradictorio (“auditur et altera pars”).
Otros principios constituyen conquista menos antigua, como el de la independencia de los jueces
frente al ejecutivo y la garantía del juez natural preconstituido por ley, o el principio de carácter
abierto y público del procedimiento. Finalmente otros tienen naturaleza menos general y
aparecen como típicos solamente de algunos ordenamientos, como por ejemplo la garantía de
motivación de las sentencias, el derecho de impugnar una sentencia desfavorable ante una corte
(tribunal) superior o ante la Corte Suprema, la participación de los jueces populares y la
administración de la justicia. 4
El “due process of law “se trata de una institución de origen y desarrollo anglosajón. Es
3
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 58 y 59.Ediciones Depalma.
Buenos Aires. 1989.
4
Mauro Capeletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 526. Ediciones
Jurídicas Europa America.1974. Buenos Aires.
8
comúnmente aceptado y así ha sido demostrado que la frase “due process of law”es una
variación de la contenida en la Carta Magna de 1215 “per legem terrae”, “by de law of tha
land”. En el capítulo 39 de la Carta Magna el rey promete “No free man shall be taken or
imprisioned or disseided or outlawed or exiled or in any way ruined, nor wil we go or send
againt him, except by tha lawful judmendt of his peers or by the law of the land”. 5
De acuerdo con Cappelletti se nos ha señalado por Couture que “el precepto de auditur et
altera pars existió siempre en el derecho clásico. Pero es en la Carta Magna que adquiere su
verdadera significación de orden político.
“Su formulación es, entonces, la siguiente: “Nullus liber homo capiatur, vel imprisonetur aut
disseisiatur, aut utlagetur, aut exuleter, aut aliquo modo destruatur, nec super eum ibimus, nec
super eum mittemus, nisi per legale iudicium parium suorum vel per legem terre.”
“Este texto constituyó en su momento, el apotegma de la libertad civil. Pero juzgado con el
espíritu de nuestro tiempo y tratando de medir su justo significado técnico, se advierte el carácter
procesal de sus dos garantías principales.
“El “legale iudicium suorum” configura la garantía procesal del juez competente. Nuestros
textos actuales que obligan al actor a acudir, en las acciones personales, al juez del fuero del
demandado, tienen que inclinarse, como un remoto predecesor histórico, ante ese derecho
configurado políticamente , de ser juzgado solamente por el juez natural, el de la misma
condición.”
“El “iudicium per legem terre” constituye en el derecho moderno, la garantía de la ley
preexistente. La ley de la tierra es la ley preestablecida, aquella a la cual el individuo ajusta su
conducta en la vida. Solo por infringir esa ley se puede sufrir castigo. Cuando nuestros textos
procesales dicen hoy que el juez en su sentencia aplicará las disposiciones legales vigentes, lo
único que hacen es reglamentar la garantía política de ser juzgado tan sólo a la luz de ese
derecho.” 6
“La garantía procesal constituida por la necesidad de aplicar la ley de la tierra, fue recogida en
las primeras constituciones anteriores a la Constitución federal de los Estados Unidos. Las
constituciones de Maryland, de Pensylvania y Massachusetts recogieron en una disposición
expresa el concepto de que nadie puede ser privado de su vida, libertad o propiedad sin el debido
proceso legal (“due process of law”)
“Más tarde las enmiendas V y XIV, a la Constitución de Filadelfia habrían de recoger ese texto
expreso.
“Entre “law of the land”y “due process of law” no media sino una instancia de
desenvolvimiento. El concepto específicamente procesal de la Carta Magna, se hace genérico en
la Constitución.
“Ya no se habla del juicio de los pares y de la ley de la tierra: se habla de un “debido proceso
5
Iñaki Esparza Leibar. El principio del proceso debido. Pág 71.Bosch Editor S.A. Barcelona 1995.
6
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 47 y 48.Ediciones Depalma. Buenos
Aires. 1989
9
“Cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos tuvo que establecer en que consistían estas
garantías del proceso debido y de la ley de la tierra, dijo: “Determinando lo que es el “due
process of law” en las Enmiendas V y XIV la Corte debe referirse a los usos establecidos, a los
modos de procedimiento consagrados antes de la inmigración de nuestros antepasados que, no
siendo inadaptables a su condición civil y política, han continuado aplicándose por ellos después
de su establecimiento en este País”.
“Y en otro caso: “el lenguaje de la Constitución no puede ser interpretado sanamente sino por
referencia al “common law” y a las instituciones británicas, tal como existían en el momento en
que la Constitución fue redactada y adoptada.” 7
“Si existe sin embargo entre los autores un sustrato básico de común aceptación que atribuye al
DPL unos determinados contenidos, que, como mínimo, deben concurrir para que efectivamente
se dé. En este sentido se concibe el DPL como una válvula reguladora entre la libertad individual
y las previsibles imposiciones de la autoridad, asumiendo la existencia de conflictos entre los
ciudadanos y aquella y encauzando la resolución de los mismos por medio de procedimientos
legales. Es el concreto alcance de esa legalidad el que, y en la práctica, ha ofrecido sucesivas
versiones del DPL, dependiendo de las oscilaciones de conceptos indeterminados tales como
interés general, arbitrariedad, injusto o desleal.
“Es evidente en este punto el indudable componente sociológico del concepto, siendo así que
su definitorio concurso lo dota de una indudable flexibilidad que ha permitido la longevidad de
la institución y a cambio la imposibilidad de definirlo absolutamente si no es relación con un
momento histórico determinado, aunque siempre subyace la idea de una “constante voluntad de
armonizar, de forma consciente y sutil, la aspiración de una vida más justa con la relación entre
la satisfacción individual y el bienestar social”
“Dado el enorme campo que tras la institución que pretendemos analizar se adivina, deberemos
necesariamente acotar aquellas facetas del mismo que por su trascendencia procesal puedan
sernos de especial utilidad. Así una primera acepción del DPL que, no por obvia, debemos dejar
de tratar es la que considera el mismo como “aquél proceso que es debido – entendido como
7
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 50 y 51.Ediciones Depalma.
Buenos Aires. 1989
10
“En la practica, las mencionadas previsiones constitucionales junto con los preceptos también
constitucionales que las determinan, incluyen dos garantías distintas, según se deduce de una
inicial aproximación al tema:
“1°.- El DPL dispone lo que es conocido como “Due Process procesal”, lo que significa que
ningún órgano jurisdiccional puede privar de la vida, libertad o propiedad, a ningún sujeto de
derecho, excepto a través de procesos ajustados a la United States Code. Así, una persona no
podrá ser expropiada sin ser notificada de ello y oídas sus alegaciones, ni puede ser privado
nadie de su libertad sin un juicio limpio (“Fair Trial”).
“2°.- La cláusula de DPL garantiza el “Due Process sustantivo”, lo que significa que la
administración no puede limitar o privar arbitrariamente a los individuos de ciertos Derechos
Fundamentales, como aquellos contenidos en la United States Code, sin disponer de un motivo
que así lo justifique, se trata en definitiva de una forma de autocontrol constitucional, de la
discrecionalidad en la actuación de la administración pública en general (v.gr. el Due Process
sustantivo prohíbe a los poderes públicos la aplicación de leyes restrictivas a la libertad de
expresión, excepto si pueden, los poderes públicos, demostrar que tales leyes son necesarias por
un apremiante – y por tanto superior - interés público).
“La finalidad del DPL procesal lo constituye en esencia la garantía de un juicio limpio para las
partes en cualquier proceso y en especial para las partes en un proceso penal, ya que la función
jurisdiccional aplicada de acuerdo a sus características minimiza el riesgo de resoluciones
injustas. Ello no supone la obligación para todos los estados de circunscribirse a un exclusivo
tipo de procedimiento, ya que cualquiera que respete su finalidad , especialmente que evite el
ejercicio arbitrario del poder, será perfectamente válido.
“En otras palabras, en los USA la garantía del juicio limpio es parte, y parte nuclear pero no la
totalidad, del alcance de la cláusula DPL que contiene superpuestas y desarrolladas otras
específicas garantías destinadas a asegurar la realización de la Justicia en los procesos
principalmente penales.
“Varias de las garantías a las que hacemos referencia, las más básicas, que constituyen los
elementos irrenunciables del “Fair trial”y por lo tanto manifestaciones propias del DPL procesal,
11
están recogidas a modo de catalogo en la Sexta Enmienda de la United States Code y son:
Podemos provisionalmente concluir que en los EEUU la garantía del juicio limpio no es un
concepto simple, sino una combinación de elementos que aseguran una determinada forma de
proceso en torno a los valores equidad, imparcialidad, independencia, igualdad, publicidad,
racionalidad, certeza y universalidad, estando todos ellos incluidos y presentes en la cláusula
DPL que además incorpora otros requisitos específicos contenidos en otras partes de la United
States Code. ”8
La extraordinaria trascendencia que tiene el debido proceso para la adecuada protección de los
derechos de la persona humana generó la incorporación de este concepto como uno de los
trascendentales derechos que posee en todos los tratados de derechos humanos que sobre la
materia se han celebrado a nivel internacional a partir de la mitad del presente siglo.
Al efecto, podemos reseñar como los principales tratados internacionales de derechos humanos
en los cuales nuestro país es parte y que contemplan la existencia del debido proceso como una
de las principales garantías - por no decir la principal garantía- para los derechos de la persona
humana, los siguientes:
-Artículo 8
- Artículo 10
- Artículo 14.1
Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona
8
Iñaki Esparza Leibar. El principio del proceso debido. Págs. 71 a 77.Bosch Editor S.A. Barcelona 1995.
12
tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación
de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los
juicios por consideraciones de orden moral, orden público o seguridad nacional en una
sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la
medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales
del asunto la publicidad pudiera perjudicar los intereses de la justicia ; pero toda sentencia en
materia penal o contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de
edad exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de
menores.
1.- Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantía y dentro
de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal, o de cualquier
otro carácter.
Además, debemos tener presente que “a partir de la Enmienda V la formula “law of the land”,
transformada ya en “due process of law”, comenzó su recorrido triunfal por casi todas las
constituciones del mundo y en especial las americanas. El concepto de “procedimiento legal”fue
considerado desde entonces como la garantía esencial del demandado, de la cual ninguna ley
podrá privarle.” 9
9
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 50 y 51.Ediciones Depalma.
Buenos Aires. 1989.
13
El texto exige que “toda sentencia de un órgano que ejerce jurisdicción debe fundarse en
un proceso previo, legalmente tramitado, correspondiendo al legislador establecer siempre
las garantías de un racional y justo procedimiento.
Encontramos aquí varios requisitos para la validez de la sentencia de cualquier órgano que
ejerza jurisdicción. Aclaremos primero que se trata de un texto aplicable a cualquier autoridad,
expresión sinónima de órgano en la constitución, que ejerza jurisdicción, o sea, que deba
cumplir funciones o ejercer atribuciones que afecten derechos de las personas. Además, dejamos
establecido que la expresión “sentencia”no se refiere exclusivamente a la sentencia judicial, sino
a cualquier resolución, ya vimos que de cualquier autoridad, que ejerciendo sus atribuciones
afecte derechos constitucionales o legales.
Para que esa resolución de autoridad sea válida debe reunir los siguientes requisitos:
1) Que exista un proceso previo, legalmente tramitado. Luego, la resolución es nula si no existe
una tramitación anterior a ella, en que el afectado haya sido oído en sus defensas y sus
pruebas.”10
De acuerdo con ello, no sería legítimo que se ejerciera la función jurisdiccional para la solución
de cualquier conflicto si no emana ella de un proceso previo legalmente tramitado.
Con las ideas de que el proceso debe ser previo y legalmente tramitado, el Constituyente “se
refiere al acto jurisdiccional máximo que resuelve el conflicto, con efecto de cosa juzgada, que
es la sentencia definitiva. Si este inciso 5° N° 3 del art. 19 lo concordamos con el primer inciso
del mismo N° 3 , relativo a la igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos de las
personas, podemos concluir que, tanto en el artículo 19 N° 3 , como en el artículo 76 – a
propósito de las facultades de conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado y de la organización de
los tribunales, la Carta Fundamental ha dado un amplio reconocimiento al proceso como forma
de solucionar el conflicto de relevancia jurídica.
“En relación con esta misma materia, hay un grupo de disposiciones que, por ser ultra
conocidas, y que se refieren al proceso penal, me voy a permitir reseñarlas solamente : son el
artículo 19 N° 7 letra b), que trata de la detención; el 21, que se refiere al amparo; el 19 N° 7
letra c), atinente al derecho que tiene toda persona a ser procesada por el juez competente; y
otras disposiciones del mismo artículo 19 N° 7 , que se refieren a la incomunicación, la
declaración del inculpado, la libertad provisional y la indemnización del daño causado por un
proceso injusto. Estas son disposiciones constitucionales referidas al proceso penal.”11
Al efecto, se ha señalado que para la validez de la resolución de autoridad es necesario que “la
ley haya establecido un racional y justo procedimiento. Si la ley no lo ha establecido,
corresponde que la autoridad que va a aplicar una sanción o que de alguna manera va a afectar
derechos, antes de resolver cumpla con la exigencia del “racional y justo procedimiento”. Si así
no sucede, la sanción aplicada y el acto de autoridad son nulos (art. 7° de la Constitución) y así
debe declararlo la justicia ordinaria.
10
Enrique Evans de la Cuadra. Los Derechos Constitucionales. Tomo II. Página 28.Editorial Jurídica de Chile.
11
Juan Colombo C. El Derecho Procesal funcional y sus bases constitucionales. Páginas 77 y 78. Revista de Derecho Procesal. Facultad de
Derecho Universidad de Chile. N° 19. 1997. Santiago Chile
14
“El señor DIEZ manifiesta que ambos conceptos son distintos: racional y justo. Racional,
referido al procedimiento, y justo, a lo sustantivo.
“El señor EVANS expresa que si se emplea escuetamente la expresión “debido proceso”, tiene
el temor - aunque es partidario de un texto escueto - de obligar al interprete, a la jurisprudencia,
a los tratadistas y a los abogados, a un estudio exhaustivo de los antecedentes, especialmente,
como ha señalado el profesor Bernales, de la doctrina y la jurisprudencia anglosajonas.
“En cambio, cree que nadie puede dejar de entender o de sostener con un mínimo de valor, en
el sentido de eficacia, que hay ciertas garantías mínimas racionales de un proceso Ya se
desprenderá de la naturaleza del proceso si es garantía mínima racional el que, por ejemplo, deba
ser la sentencia objeto de apelación o de consulta, o no; dependerá de la naturaleza del asunto el
que racionalmente pueda concluirse que no es necesario otorgar un recurso. Por eso, consulta si
sería conveniente emplear la expresión “racional”agregada a “justo”, como se ha sugerido, en
lugar de “debido proceso”.
“Si se pone solo la expresión “debido proceso”, podría interpretarse que lo que es debido es lo
que está en la ley, y lo que se debe hacer es lo que ha dicho la ley. Entonces resulta que es un
poco restringido y puede interpretarse asimismo en forma limitada. Por eso, considera adecuado
agregar las expresiones “racionalidad y justicia”. 12
“Como estos conceptos son , ciertamente, muy genéricos y se prestan para entenderlos con
cariado criterio, la Comisión de Estudio que elaboró la norma prefirió referirse al “racional y
justo procedimiento”en vez de enumerar cuáles son las garantías reales del debido proceso,
obviando así la dificultad de tipificar específicamente los elementos que lo componen y el riesgo
de omitir algunos.
“Con todo, acordó dejar constancia en actas, para la historia fidedigna de la disposición, que
sus miembros coincidían en que eran garantías mínimas de un racional y justo proceso permitir
oportuno conocimiento de la acción, adecuada defensa y producción de la prueba que
correspondiere. (Sesión N° 103, Págs. 19 y 20)”
El racional y justo procedimiento “son dos términos valorativos, difíciles de definir, pero
apuntan hacia lo que yo comentaba al principio de esta exposición: que si el proceso no es
racional y justo, va a seguir siendo proceso, pero no va a cumplir con la finalidad de proteger
realmente los derechos del Estado y de los particulares, pues no se restablecerá la vigencia de la
norma con la velocidad y eficacia que se requieren. De allí el énfasis que pone la Constitución al
señalar que el proceso debe ser útil para el cometido que dicha Carta señala. Todas esas ideas se
refieren a la norma de procedimiento.
12
Enrique Evans de la Cuadra. Los Derechos Constitucionales. Tomo II. Página 28.Editorial Jurídica de Chile.
13
Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección IV. Los Derechos y Deberes constitucionales. Derecho constitucional Tomo I. Página 217.
Editorial Jurídica de Chile. 1994.
15
“En relación con el tema, cabe destacar algo bastante importante, que es el principio de la
bilateralidad y la prueba. El primero consiste en que nadie puede ser condenado si no ha sido
debidamente emplazado. Y eso, obviamente está comprendido en un proceso racional, ya que si
éste se pudiera seguir sin notificar o emplazar al sujeto pasivo, sería evidentemente irracional,
sin perjuicio de que, además, pudiese ser injusto.
“El otro punto de gran interés es la prueba. Tanto el actor, en si caso, como el sujeto pasivo,
tienen derecho a la prueba porque el proceso en el fondo, es un expediente para reconstituir
hechos pasados; el conflicto se va reconstruir, favorable o desfavorablemente para una y otra
parte, según la convicción que el juez se forme de los hechos que antes ocurrieron. La forma de
trasladarlos al proceso es justamente la prueba.”. 14
D.- Las Garantías que deben contemplarse por el legislador para que la sentencia emane
de un proceso previo, desarrollado según un racional y justo procedimiento.
En primer lugar, debemos recordar que el Derecho Procesal, así como sus principales
instituciones como la acción, la jurisdicción y el proceso, conforman una unidad, reconociendo
la diversidad que pueden existir entre los procedimientos civiles y penales para el desarrollo de
un proceso en atención al conflicto que debe resolverse mediante él.
En consecuencia, las garantías para que el procedimiento sea racional y justo y permita el
desarrollo del proceso destinado a la dictación de la sentencia destinada a resolver el conflicto
deberán ser comunes tanto para el proceso civil como para el proceso penal.
Sin embargo, ello no obsta a que en atención a la diversa naturaleza del conflicto que se debe
resolver luego del desarrollo del proceso, se contemplen respecto del procedimiento penal
garantías adicionales tanto por parte del Constituyente como del legislador, las que serán
estudiadas en el ramo de Derecho Procesal Penal, más aún cuando está en actual tramitación una
reforma de nuestro procedimiento penal, mediante la cual se pretende aumentar dichas garantías
al tenderse al establecimiento de un nuevo sistema procesal penal predominantemente
acusatorio.
Las garantías mínimas para que nos encontremos ante un procedimiento racional y justo
para el desarrollo de un debido proceso son las siguientes:
e.- El derecho a un procedimiento que conduzca a una pronta resolución del conflicto.
14
Juan Colombo C. El Derecho Procesal funcional y sus bases constitucionales. Páginas 77 y 78. Revista de Derecho Procesal. Facultad de
Derecho Universidad de Chile. N° 19. 1997. Santiago Chile.
16
En primer lugar, debemos dejar establecido que la independencia del juez dice relación con los
órganos legislativos y ejecutivos del Estado, base orgánica para el ejercicio de la función
jurisdiccional que se encuentra contemplada en el artículo 76 de la Carta Fundamental y a la cual
ya nos hemos referido en cuanto a sus diversos alcances.
Para que nos encontremos ante un debido proceso de ley, que permita el pronunciamiento de
una sentencia para dar cumplimiento a la garantía de igual protección de la ley en el ejercicio en
los derechos contemplada en el art. 19 N° 3 de la Carta Fundamental, es menester como
requisito sine qua non que el órgano jurisdiccional encargado de ejercer esa función sea
imparcial.
De allí, que el juez que ejerce la jurisdicción debe ser impartial, es decir, debe ser una persona
distinta a las partes del conflicto , e imparcial, es decir, no debe poseer ninguna vinculación con
las partes que le motive un designio en favor o en contra de alguna de las partes.
A propósito de los estudios de la Constitución de 1980, el profesor José Bernales dejó expresa
constancia que uno de los presupuestos para que nos encontremos ante un racional y justo
procedimiento, consiste en la existencia de “un tribunal constituido de tal manera que dé una
seguridad razonable de honestidad e imparcialidad. 15
Por otra parte, es menester tener presente que en los tratados internacionales suscritos por Chile
sobre los derechos humanos se diferencia claramente la independencia de la imparcialidad.
En caso que concurra una causa que le reste imparcialidad al juez para la solución del conflicto
se dice que éste no posee una competencia de carácter subjetiva.
Al efecto, el artículo 194 del C.O.T. establece que “los jueces pueden perder su competencia
para conocer determinados negocios por implicancia o recusación declaradas, en caso
15
Enrique Evans de la Cuadra. Los Derechos Constitucionales. Tomo II. Página 31.Editorial Jurídica de Chile.
16
Raúl Tavolari Oliveros. Tribunales, Jurisdicción y Proceso. Página 55. Editorial Jurídica de Chile.
17
Los medios a través de los cuales se pueden hacer valer las inhabilidades de un juez por carecer
de la imparcialidad necesaria para conocer de un determinado proceso son las implicancias y
recusaciones.
Para que nos encontremos ante un debido proceso, no basta con que el juez sea independiente e
imparcial, sino que además es menester que el tribunal se encuentre predeterminado por la ley y
no nos encontremos en presencia de un tribunal que sea designado especialmente para la
solución de un determinado conflicto.
Este principio se encuentra contemplado en el inciso 4° del N° 3 del art. 19 de nuestra Carta
Fundamental al señalarnos que “nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por un
tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido con anterioridad a la perpetración del
hecho.”
“La disposición guarda perfecta concordancia con el artículo 73 (hoy 76) que al definir la
jurisdicción reitera el principio de la legalidad del tribunal, y además, con el artículo 74 ( hoy
77), que establece que una ley orgánica constitucional determinará la organización y atribuciones
de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y cumplida administración de justicia”
En la actualidad, el texto vigente de nuestra Carta Fundamental dispone que Nadie podrá ser
juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare
establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
17
T. Constitucional. 5.4.1988. R. t. 85. Sec.6ª.pág. 4) Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección IV. Los Derechos y Deberes
constitucionales. Derecho constitucional Tomo I. Página 214. Editorial Jurídica de Chile. 1994.
18
Al efecto, nuestra Carta Fundamental establece en su artículo 19 N° 3 inciso primero que “La
Constitución asegura a todas las personas: 3° La igual protección de la ley en el ejercicio de sus
derechos.
“Como es natural, no basta con que la ley establezca derechos si ello no va acompañado de las
medidas de protección adecuadas para asegurar que tales derechos se respeten. Pero hay más,
cualquiera que recurra a la justicia a de ser atendido por los tribunales con arreglo a unas mismas
leyes y con sujeción a un procedimiento común, igual y fijo.
“La igualdad ante la justicia supone no solamente un trato igualitario a todas las personas
comprometidas o sometidas a un mismo proceso o juicio, sino también el derecho de quienes
son juzgados en un juicio determinado a recibir el mismo trato que en otros juicios o procesos
han recibido otras personas que estaban en su misma situación. 19
De acuerdo con ello, se ha señalado que “se impide al legislador privar subrepticiamente a los
particulares de los derechos reconocidos en el plano sustancial negando a los titulares de tales
derechos el acceso a los tribunales, tal como ocurrió bajo el régimen fascista, sobre todo con las
leyes raciales. En segundo lugar, la misma se opone a todo intento dirigido a reducir el número
de los procedimientos mediante la transferencia de ciertas clases de casos – por ejemplo, los de
valor limitado o los conexos con el tráfico de la circulación- de los tribunales a los órganos de
naturaleza administrativa”. 20
“Sabido es que sin el auxilio del letrado (abogado) todas las garantías de un proceso justo
pueden quedar malogradas.
“De ahí que, junto con elevarse a rango constitucional el derecho que tiene toda persona para
contar con asistencia letrada, se asegura a los abogados plena libertad para el desempeño de sus
tareas. La intervención del letrado debe admitirse no sólo ante los tribunales ordinarios de
justicia, sino en cualquier órgano jurisdiccional o ante cualquier autoridad.
18
Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección IV. Los Derechos y Deberes constitucionales. Derecho constitucional Tomo I.
Páginas 214 y 215. Editorial Jurídica de Chile. 1994.
19
Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección IV. Los Derechos y Deberes constitucionales. Derecho constitucional Tomo I.
Páginas 211. Editorial Jurídica de Chile. 1994.
20
Mauro Capeletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 548.
Ediciones Jurídicas Europa América.1974. Buenos Aires.
19
“Con todo, se precisa que la intervención del letrado – que no puede ser impedida, restringida,
o sea limitada, ni perturbada, o sea obstaculizada- debe ser “debida”, es decir, pertinente y
respetuosa, y realizarse conforme a los procedimientos racionales y justos que señale la ley.
El tiempo tiene también una especial consideración en relación con el proceso, así la sexta
enmienda de United States Code garantiza el derecho a un juicio rápido / Speed Trial, de tal
manera que un retraso injustificado, imputable a los Tribunales y que cause perjuicio al acusado
supondrá una violación del Due Procees of Law.- ”. 22
De acuerdo con lo anterior, y teniendo que el proceso debe conducir como señala nuestra
Constitución a una pronta y cumplida administración de justicia en todo el territorio de la
República, si se estableciera un procedimiento que contemplara plazos o trámites innecesarios
para la resolución del conflicto, dilatando innecesariamente su solución en el proceso, el referido
procedimiento no sería racional y por ello tendría un carácter inconstitucional.
Esta garantía se manifiesta como la “del día ante el tribunal”en el derecho anglosajón.
“La Suprema Corte de los Estados Unidos ha sostenido sistemáticamente que la garantía del
proceso debido, en cuanto se refiere a actuaciones judiciales, consiste en una razonable
posibilidad de hacerse escuchar, constituida por una “notice”y una “hearing”.
“Interpretando el sentido de esta garantía, la suprema Corte ha dicho que “his day in
Court”equivale a las siguientes cosas: 1) Que el demandado haya tenido noticia , la que puede se
actual o implícita, de la promoción de los procedimientos con los cuales el derecho puede se
afectado; 2) Que se la haya dado una razonable oportunidad de comparecer y exponer sus
derechos, incluso el derecho de declarar por sí mismo, de suministrar testigos, de introducir
documentos relevantes y otras pruebas 3) Que l tribunal ante el cual los derechos son
cuestionados esté constituido de tal manera razonable de su honestidad e imparcialidad; 4) Que
se un tribunal de la jurisdicción adecuada (a court of the competent jurisdiction). 23
Para que se verifique la existencia del contradictorio respecto del demandado, y este tenga un
21
Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección IV. Los Derechos y Deberes constitucionales. Derecho constitucional Tomo I.
Páginas 213 y 214. Editorial Jurídica de Chile. 1994.
22
Iñaki Esparza Leibar. El principio del proceso debido. Pág. 112.Bosch Editor S.A. Barcelona 1995.
23
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 59 y 60.Ediciones
Depalma. Buenos Aires. 1989
20
efectivo derecho de defensa, es menester que se cumplan respecto de éste los siguientes
requisitos:
b) Que la noticia que se le de del proceso existente en su contra sea tal que le permita conocer
de la pretensión hecha valer en el proceso, para que pueda formular su defensa;
c) Que se contemple la existencia de un plazo razonable para que el demandado pueda hacer
efectivo su desea su derecho de defensa respecto de la pretensión hecha valer en su contra.
Sin embargo, debemos tener presente que la garantía general del contradictorio debe se
respetada no sólo al inicio del procedimiento, sino que durante todo su curso y respecto de todos
quienes son partes en el mismo.
En esta materia, es menester tener presente que nada se sacaría con la consagración de un
contradictorio en lo que dice relación con la defensa, si no se otorga a las partes la posibilidad de
rendir prueba dentro del proceso para los efectos de acreditar los fundamentos fácticos de ellas.
De acuerdo con ello, se ha estimado que el debido proceso de ley contempla respecto de las
partes “un derecho garantizado a la prueba, derecho que debería asegurar a ellas la posibilidad de
valerse de los medios de prueba generalmente reconocidos por el ordenamiento y, al mismo
tiempo, impedir al legislador poner obstáculos no razonables de los derechos hechos valer en
juicio”. 25
Sin embargo, es menester tener presente que este derecho no es absoluto como para permitir la
rendir de pruebas que hayan sido ilícitamente obtenidas, las cuales no deberían ser consideradas
en el proceso. En efecto, debemos tener presente que “una moderna concepción probatoria,
según la cual todos los elementos relevantes para la decisión deberían poder ser sometidos a la
valoración crítica del juez, admite sin embrago hipótesis en que el derecho a la prueba puede
ceder frente a otros valores, en especial si están garantizados constitucionalmente. 26
En este caso, resulta claro que sobre el derecho de la prueba, nuestro legislador ha hecho
primar el derecho de la inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada
previsto en el art. 19 N° 5 de la Carta Fundamental, que sólo permite el allanamiento y la
24
Mauro Cappelletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 526.
Ediciones Jurídicas Europa América.1974. Buenos Aires.
25
Mauro Cappelletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 558.
Ediciones Jurídicas Europa América.1974. Buenos Aires.
26
Mauro Cappelletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 560.
Ediciones Jurídicas Europa América.1974. Buenos Aires.
21
“En tanto sea posible dentro de las necesidades técnicas del debate, la ley procesal primero, y
el juez luego, deben propender a que el actor y el demandado actúen en el proceso en un plano
de igualdad. En la etapa de conocimiento esa igualdad debe consistir en dar a ambos
contendientes análogas posibilidades de expresión y de prueba. En la etapa de ejecución, en
admitir dentro de términos más reducidos, los medios de defensa necesarios para evitar la
ruinosa realización de los bienes del deudor. 27
En consecuencia, es menester para que exista una real igualdad que la parte de escasos recursos
cuente con una asesoría jurídica según ya hemos visto; que el ejercicio de facultades del proceso
no se vea entorpecido por tener que asumir cargas económicas para ejercer sus derechos
procesales antes de la dictación de una sentencia, lo que se ha tratado de obtener con la
eliminación de consignaciones para deducir los recursos como criterio general y respecto de
todos ellos; y finalmente que la escasez relativa de recursos respecto de determinados procesos
no conduzca a la imposibilidad de rendición de prueba, lo que se pretende remediar con la
concesión del beneficio de privilegio de pobreza, ya sea legal o judicial.
El proceso tiene una finalidad, que no es otra que la solución del conflicto, por lo que
necesariamente éste debe contemplar la existencia al termino de su tramitación de la dictación de
una sentencia que tenga por objeto dar una solución al litigio, la que tendrá un carácter
inmutable una vez que ella haya pasado en autoridad de cosa juzgada.
La necesidad de que el proceso termine por la existencia de una sentencia nos lo revela el
propio precepto de la Carta Fundamental que contempla el principio del debido proceso, al
señalarnos que toda sentencia de un órgano que ejerce jurisdicción debe fundarse en un proceso
previo, legalmente tramitado.-
27
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 66.Ediciones Depalma.
Buenos Aires. 1989.
28
Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil. Páginas 66 y 67.Ediciones
Depalma. Buenos Aires. 1989.
22
Por otra parte, el artículo 76 inciso primero de la Carta Fundamental nos señala que los
procesos deben en algún momento pasar a adquirir el carácter de fenecidos, lo que ocurrirá una
vez que hayan precluído los medios de impugnación en contra de la sentencia dando lugar a la
cosa juzgada.
Finalmente, pensamos que el debido proceso que contempla nuestra Carta Fundamental exige
como regla general que la sentencia que pronuncian los órganos jurisdiccionales sea fundada,
puesto que ellos necesariamente deben existir, no obstante que ni el Presidente de la República
ni el Congreso Nacional se encuentran facultados en caso alguno para “revisar los fundamentos
o contenido de sus resoluciones”(artículo 76 inciso primero de la Carta Fundamental).
El deber inderogable de los jueces de indicar las razones de hecho y de derecho que justifican
cualquier providencia suya, representa el desarrollo extremo de un principio que comenzó a
manifestarse con la Revolución Francesa. . 29
Si no se contemplará la existencia del recurso de casación para impugnar una sentencia viciada
dentro del procedimiento, nos encontraríamos que todos los principios que resguardan la
existencia de un debido proceso carecerían del instrumento necesario para velar por su efectivo
resguardo y existencia.
Finalmente, cabe señalar que para la existencia de un debido proceso penal es menester que
además se dé cumplimiento a una seria de otros principios específicos que, atención a la especial
naturaleza de la pretensión deducida en éste y las medidas cautelares personales que afectan el
preciado bien de la libertad, se han establecido tanto en los tratados internacionales como en las
Constituciones de los diversos países.
Veamos ahora las principales clasificaciones sobre las bases recién señaladas:
I. -CIVILES
Debemos recordar que la expresión civil se refiere - como en otras materias - a todo lo que no
es penal o criminal. Se entiende, por lo tanto, como procedimiento civil, el propiamente tal y, el
comercial, el de minas, trabajo, etc.
29
Mauro Capeletti. Proceso Ideología y Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano. Pág. 560.
Ediciones Jurídicas Europa America.1974. Buenos Aires.
23
a) De cognición o conocimiento
b) De ejecución.
1. Meramente declarativos.
2. Constitutivos, y
3. De condena.
II. PENALES
Existen dos órdenes básicos: público y privado. En Chile se denominan procedimientos por
delitos de acción penal pública y procedimiento de acción penal privada.
Los delitos de acción penal privada son aquellos cuya sanción no puede obtenerse sin que el
ofendido o las personas señaladas por la ley requieran la intervención de la justicia, comenzando
siempre la actuación jurisdiccional respecto de estos delitos por querella.
Los delitos de acción penal pública son aquellos en que la violación de la ley interesa a toda la
comunidad y en que no es necesario el requerimiento del afectado para que se inicie y continúe.
Más aún, si el afectado no requiere que continúe o comience, puede iniciarse por otros medios.
Dichos medios en Chile son varios:
1. Por denuncia: El denunciante no es ni va a ser parte en el juicio penal. Sólo realiza un acto
de participación de conocimiento acerca de la comisión de un hecho punible a la autoridad.
4.El Juez de oficio podía llevar adelante un proceso ejerciendo el mismo la acción penal si
tomaba conocimiento de un hecho que puede revestir caracteres de delito. Esta posibilidad se
encuentra excluida en el nuevo sistema procesal penal por la separación de funciones que debe
existir en un proceso acusatorio y corresponder la investigación al Ministerio Público.
Aparte de los delitos de acción privada y pública, en Chile existe una tercera categoría: los
delitos de acción penal mixta o acción penal pública previa instancia particular , los que en su
naturaleza presentan las particularidades de los delitos de acción penal pública, pero se asemejan
a los de acción penal privada por requerirse un requerimiento del ofendido para el inicio del
procedimiento. En los delitos de acción penal mixta el procedimiento nace por requerimiento de
la parte que la ley establece, a lo menos a través de una denuncia, con lo cual se asemeja a los de
acción penal privada; pero una vez que se efectúa tal requerimiento, se considera como un delito
de acción pública para su tramitación posterior. Art. 54 CPP.
Cuando no se trate de una pretensión discutida que implique la necesidad de declarar quien
tiene la razón, sino de una pretensión cuya existencia aparece clara y determinada en el título que
se aduce pero que está satisfecha, porque el obligado no ha cumplido una obligación correlativa,
estemos en presencia del proceso ejecutivo. En aquél el mandato debe ser formado por el juez
mediante la decisión o la sentencia; en cambio, en éste el mandato ya existe y se trata
simplemente de su ejecución.
La diferencia entre ambos procesos resulta de la antítesis entre la razón y la fuerza: aquélla es
el instrumento del proceso de conocimiento o declarativo genérico, y ésta, el del proceso
ejecutivo. 30
1.- COGNICIÓN
De acuerdo con ello es que se ha señalado por Sentís Melendo que existen sentencias
declarativas de certeza, declarativas de constitución y declarativas de condena.
Al respecto se nos ha explicado que “cuando el interesado solicita al juez que declare la
existencia o inexistencia de un derecho o relación jurídica, sin que se trate de imponer al
demandado ninguna responsabilidad, ni de alegar incumplimiento, nos hallamos en presencia de
un proceso declarativo puro, que busca la certeza jurídica del derecho o la relación jurídica.
30
Devis Echandía. Teoría General del Proceso. Tomo I. Páginas 166 y 167.Editorial Universidad
31
La pretensión meramente declarativa. Guillermo Enderle. Pág. 41. Librería Editora Platense. La Plata.1992.
25
“La sentencia de fondo procede: a) cuando se pide la declaración de una pretensión, cuya
existencia discute el supuesto sujeto pasivo demandado en el proceso, sin pedir condena alguna
contra éste y sólo para producir la certidumbre jurídica; b) cuando aún sin discutirse actualmente
una pretensión y no habiéndose, por lo mismo, manifestado el litigio, exista su posibilidad en el
futuro, en razón de hechos o situaciones objetivas concretas; c) cuando existe interés jurídico en
la declaración de un estado civil, y se requiera su certidumbre jurídica mediante la sentencia.
“Para que proceda hacer en la sentencia la declaración solicitada, debe existir un interés
jurídico actual en el demandante, en que ella se haga y que ese interés jurídico esté relacionado
con algún hecho o acto que pueda originarlo y no con la sola apreciación subjetiva del
demandante.
“Muy distinto es el caso de lo que podría llamarse demanda interrogativa, que se formula con
el objeto de obligar al demandado a que explique qué consecuencia se propone sacar de tal o
cual facultad que le pertenece, o qué pretensiones tiene en relación con un derecho o título que
no se le discute. Esta clase de demandas no son procedentes. 32
La sentencia dictada en un proceso declarativo produce cosa juzgada, pero dado que en ella no
se contiene la condena a prestación alguna respecto del demandado no requiere, al igual que
respecto de las dictadas en los procesos constitutivos, del ejercicio de la acción de cosa juzgada
para exigir su cumplimiento, puesto que ellas satisfacen al actor con su sola dictación.
Como ejemplo de acción meramente declarativa en nuestro derecho podemos citar la acción
destinada a obtener la declaración de inaplicabilidad de una ley por ser inconstitucional de parte
de la Excma. Corte Suprema.
El procedimiento constitutivo es aquel que procura una sentencia que además de declarar un
derecho, produzca la génesis de un nuevo estado jurídico, al innovar sobre el preexistente, o sea
no se limitan a la mera declaración sino que crean , modifican o extinguen un estado jurídico. 33
Las sentencias constitutivas, al igual que las meramente declarativas, no son susceptibles de
ejecución ni la necesitan, puesto que lo perseguido por el actor se satisface con la sola dictación
de la sentencia.
32
Devis Echandía. Teoría General del Proceso. Tomo I. Páginas 161 y 162.Editorial Universidad
33
La pretensión meramente declarativa. Guillermo Enderle. Pág. 40. Librería Editora Platense. La Plata.1992
26
El procedimiento de condena “tiene lugar cuando una parte pretende frente a la otra que esta
reconozca la existencia de un derecho de la primera, quede obligada por él y lo satisfaga, o que
quede sujeta a las consecuencias del incumplimiento de una obligación suya y se le imponga la
consecuente responsabilidad. Es decir, cuando se persigue que se imponga al demandado una
condena cualquiera .Por ejemplo: se pide que se declare un hecho ilícito o una obligación y la
responsabilidad del demandado. La condena del demandado va ligada, por lo tanto, a la
declaración de que el derecho del demandante existe como base de aquella.
“Por lo general se asocia la condena a la ejecución forzosa diciendo que la primera sirve para
preparar la segunda. La conexión que existe entre la sentencia de condena y la de ejecución
radica en que aquélla declara la sanción a que el obligado debe ser sometido o impone la
prestación que debe cumplir, con lo cual prepara el proceso ejecutivo, pues la ejecución es la
aplicación de la responsabilidad y ésta, a su vez, viene declarada precisamente en la condena.
“Toda sentencia de condena sirve de título ejecutivo, pues no se concibe una que imponga la
prestación o sanción, sin que pueda hacerse cumplir. La ejecución es el resultado necesario del
incumplimiento de la prestación impuesta en la condena. 34
2. DE EJECUCIÓN
Es aquel que tiene por objeto satisfacer, para la parte que ha obtenido en el juicio declarativo
de condena o que es titular de un derecho que permite aplicarlo por constar en un título
ejecutivo, la plena satisfacción de lo establecido en la sentencia de condena o en la fuente de la
obligación que ha sido infringida.
El procedimiento ejecutivo es subsidiario del de condena. Nace para llevar a cabo la sentencia
condenatoria que ha establecido alguna prestación. Su objetivo o propósito es que a través de la
acción de cosa juzgada se cumpla íntegramente la sentencia condenatoria. Además, se aplica
directamente el procedimiento ejecutivo cuando la parte tiene un derecho que consta en un título
ejecutivo; y en tal caso, no opera en forma subsidiaria de un procedimiento de condena, sino que
en forma directa. Esta acción directa y no subsidiaria de la acción de cosa juzgada se manifiesta
en el juicio ejecutivo que permite también satisfacer la obligación correlativa de un derecho
violado, cuando esa obligación aparece de documentos a los cuales la ley les ha atribuido el
valor de título ejecutivo.
Son aquellos en los cuales el actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte del ejecutado
que se entregue un objeto determinado de éste en pago de la obligación, que será una suma de
dinero en las obligaciones de genero o de una especie o cuerpo cierto que no se encuentra en
poder del deudor, o del bien específico que se adeuda en caso de tratarse de una especie o cuerpo
cierto que se encuentra en poder del deudor: y
34
Devis Echandía. Teoría General del Proceso. Tomo I. Páginas 163 y 164.Editorial Universidad
27
Son aquellos en los cuales el actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte del ejecutado
que se ejecute una obra o se deshaga lo hecho indebidamente a su costa.
Ordinario: Es aquel que debe aplicarse siempre al desenvolvimiento de un conflicto, salvo que
exista disposición expresa en contrario (artículo 2° del C.P.C.).
Especial: Es aquél que sólo se aplica a los asuntos para los que ha sido expresamente previsto
(art. 2° C.P C.).
Sumario: Son los que tienen características comunes con los procedimiento ordinarios y
especiales, pero que tienen vida autónoma y propia separados de ellos. Su aplicación se produce
normalmente, en general, en aquellos casos en que la acción deducida requiere de una
tramitación rápida para ser eficaz.
Los sumarios participan de características del ordinario ya que pueden ser declarativos, de
mera certeza o constitutivos. Además, participan de las características de los especiales, pues su
tramitación es concentrada.
Según el artículo 680 del Código de Procedimiento Civil, el llamado juicio sumario tiene una
aplicación especial en todos aquellos casos en que la ley lo hace aplicable especialmente y que
se encuentran enumerados en dicho precepto y, además tiene una aplicación general, como antes
se expresó en todos los casos en que la acción (pretensión) deducida, requiera por su naturaleza,
de una tramitación rápida para que la acción sea eficaz como se indica en el inciso primero de
ese precepto.
En Chile las llamadas en doctrina providencias o medidas cautelares son las medidas
precautorias. Se ha disentido si existe o no un proceso (procedimiento) autónomo de carácter
cautelar. Carnelutti dice que el proceso cautelar constituye un proceso separado. Pero los autores
en su mayoría son contrarios a la tesis de Carnelutti. Por razones obvias, lo que caracteriza un
proceso es su vigencia por sí solo. No hay autonomía en la providencia cautelar, pues el fin de
éstas está subordinado completamente al proceso (procedimiento) propiamente tal. Esto parece
claro en la legislación chilena: las medidas precautorias son accesorias al juicio principal y se
tramitan como incidentes.
Ordinarios: que equivalen, en Chile, al juicio ejecutivo de mayor y mínima cuantía (arts. 434 y
siguientes y 729 y siguientes C.P.C.).
Especiales: Entre otros pueden citarse en Chile los relacionados con las prendas (especial,
industrial, agraria) y otros que establecidos en el propio Código de Procedimiento Civil, como el
cumplimiento de la sentencia en juicio de hacienda (mediante decreto supremo) y cumplimiento
de sentencia en juicio de desahucio y otros de arrendamiento (lanzamiento).
28
Incidental: Se sigue ante el mismo tribunal que dictó la sentencia en única o primera instancia
siempre que su aplicación se solicite dentro de 1 año contado desde que la prestación contenida
en el fallo se hizo exigible (arts. 231 y sgtes. del C.P.C.).
Supletorios: Reciben aplicación en los casos que no hay medios compulsivos, establecidos por
la ley para cumplir la sentencia quedando entregados al criterio del tribunal, consistiendo
principalmente en multas y arrestos (art. 238 C.P.C.).
RESUMEN
EJECUCION ORDINARIOS
ESPECIALES
INCIDENTALES
SUPLETORIOS
La determinación de la naturaleza jurídica del proceso reviste importancia porque con ello se
precisa la legislación que debe aplicarse.
De acuerdo con la evolución histórica acerca de la naturaleza jurídica del proceso, se han
sostenido las siguientes teorías:
1.Contrato: Contratactualista.
3. Relación jurídica: Relación jurídica procesal (Von Bulow, Chiovenda, Kohler, Hellwig,
Wach,etc)
5. Relación Jurídica compleja: Carnelutti. Aplicable casi enteramente al proceso civil, pero
trasladadas al penal con algunas características diferenciadoras, sobre todo en los procesos
penales de acción pública.
A)Esta teoría aplica la figura privatística del contrato para explicar la naturaleza jurídica del
29
B) “Esta teoría arranca del derecho romano y específicamente del contrato de litis contestatio,
la que supone en forma expresa o implícita un acuerdo de voluntades. Al comienzo, el proceso
se desenvuelve como una deliberación más que como un debate. Las partes exponen su derecho
ante el pretor, hablando libremente tanto entre sí como con el magistrado. De estas
circunstancias y del carácter de la formula, se infiere que durante esta primera etapa del derecho
romano, no puede existir litis contestatio si las partes de común acuerdo no lo quieren. Más que
un juicio, este fenómeno debe considerarse como un arbitraje ante el pretor. Cuando más
adelante, ya en el siglo V, tales formas se van despojando de su primitivo contenido, el derecho
justinianeo hace subsistir, sin embargo, la idea de litis contestatio como una ficción jurídica, con
efectos semejantes a los que tuvo en la etapa anterior. 35
C)La doctrina francesa de los siglos XVIII y XIX continuo considerando que el juicio suponía
la existencia de una convención entre las partes, en la cual ambos litigantes se hallaban de
acuerdo en aceptar la decisión de su conflicto por el juez. De acuerdo con ello, se afirmó que el
efecto entre las partes de la cosa juzgada no era otra cosa que la consecuencia lógica del
principio que las convenciones sólo afectan a los contratantes, y que la fuente de la cosa juzgada
es la convención, esto es, el acuerdo entre las partes llamado contrato judicial, por el cual ambos
litigantes aceptan someter a la decisión del juez el litigio que los divide. 36
D) Esta explicación responde a la idea filosófica de Rosseau del contrato social, en cuanto la
sujeción de la voluntad individual a la autoridad dentro del proceso deriva de un contrato entre
las partes.
F) De lo expuesto aparece que esta teoría no explica el proceso en sí, sino alude a la institución
que lo origina. En el derecho moderno sabemos que la obligatoriedad de la sentencia emana de
la ley de modo que carece de sentido justificar el imperio o vinculación del fallo desde un punto
de vista privado. Sólo subvirtiendo la realidad de las cosas se puede ver en el proceso un acuerdo
de voluntades en que conmina al adversario, aún contra sus deseos, a contestar o defenderse. El
proceso romano era arbitral y no jurisdiccional y de ahí la limitación del juez en la resolución del
conflicto, lo que no se justifica en un proceso en que el juez desempeña una función pública.
Por otra parte, a través de la teoría del contrato resulta imposible explicar los procesos en
rebeldía, en los cuales no se puede llegar a configurar una convención judicial para la generación
de un proceso, por faltar la existencia de una de las partes de éste.
A) Descartada la figura del contrato para explicar la naturaleza jurídica del proceso, se
procedió por descarte a encuadrar la figura del proceso en una de las fuentes de las obligaciones.
B) Esta teoría emana de la constatación de la ausencia de una voluntad enteramente libre del
demandado para la generación del proceso, por lo que descarta al contrato como instituto para
explicar la naturaleza jurídica del proceso. Asimismo, usando el método de descarte se excluye
al delito y cuasidelito civil, ya que el proceso no se origina en un hecho ilícito. Acontecido ello,
sólo resta explicar el proceso por la fuente cuasicontrato.
35
Eduardo Couture. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. Páginas 126 y 127. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1985
36
Eduardo Couture. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. Páginas 127. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1985
30
D) Esta teoría también pretende explicar el origen del proceso y no el proceso mismo. La
cuestión se centra en explicar, desde un punto de vista civil y por la vía de descarte de las
diversas fuentes de las obligaciones, cual figura es la que nos permite determinar la naturaleza
jurídica de éste. Valiéndose de una interpretación de la Ley 3 De Puculio, en particular la
expresión “in judicio quasi contrahimus”, se sostuvo que ello era prueba de la naturaleza
cuasicontractual del origen del proceso. Revisadas con posterioridad la fuente citada se verificó
que la interpretación en referencia era equivocada por cuanto el sentido exacto era una referencia
al contrato.
A) Esta teoría fue enunciada por el insigne procesalista alemán Oscar von Bülow, profesor de
la universidad de Giessen en el año 1868 en su obra “La teoría de las excepciones y
presupuestos procesales”, de quienes la tomaron los autores de más prestigio en Italia, formados
en las enseñanzas de los maestros alemanes, y especialmente por Giuseppe Chiovenda, discípulo
de Adolfo Wach. 37
B)Por relación jurídica debe entenderse toda vinculación intersubjetiva regulada por la
voluntad de la ley. Una especie de esta relación jurídica es la relación jurídica procesal, que es el
vínculo o ligamen regulado por la ley que une a los sujetos del proceso, generando poderes y
deberes en relación con los actos procesales.
De acuerdo con ello, se ha definido la relación jurídica procesal como “el vínculo jurídico,
creado a petición de parte, en razón de la actuación del Estado a través de sus órganos
jurisdiccionales que impone a todos sus intervinientes una forma de actuar regulada, según la
naturaleza del asunto, para la obtención de la solución del conflicto a través de una sentencia que
produzca cosa juzgada.(Mario Mosquera R).
C) Entre los sujetos del proceso (actor, demandado y juez) se crean vínculos o ligámenes, que
los unen entre sí, constituidos por poderes y deberes que pueden ejercerse en los diversos actos
procesales previstos en la ley.
37
Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de Derecho Procesal.- Pág. 152. Editorial Jurídica de Chile. 1987.
31
D) La relación jurídica crea derechos y obligaciones recíprocas, como la obligación del juez de
proveer y sentenciar, y de las partes de comparecer, ejercer sus facultades y de acatar las
resoluciones del Tribunal.-
E) En cuanto a la forma y los sujetos entre los cuales se generaría la vinculación subjetiva del
proceso se han formulado diversas teorías:
E.1.- KOHLER
Sostiene que la relación jurídica procesal se concibe como vínculos recíprocos entre
demandante y demandado a modo de dos líneas paralelas, excluyendo al juez como sujeto de
dicha relación.
ACTOR DEMANDADO
E.2.HELLWIG
Afirma que la relación jurídica procesal no puede admitirse sin involucrar al juez ante quien las
partes formulan sus peticiones y quien, a su turno, dicta resoluciones que impulsan la actividad
procesal. Al mismo tiempo observa que la relación no se da directamente entre las partes sino a
través del juez, por su intermedio a modo de ángulos.
JUEZ
ACTOR DEMANDADO
E.3.WACH
Esta tercera posición considera la relación en forma triangular, en la cual no se dan sólo
relaciones de partes a juez y de juez a partes, sino que también de las partes entre sí, las que
vienen a cerrar el triángulo.
JUEZ
ACTOR DEMANDADO
F) Esta relación jurídica procesal se caracteriza por una relación jurídica de Derecho Público,
autónoma, unitaria, compleja, dinámica, formal, y heterogénea.
32
G) Es una relación de Derecho Público, puesto que está destinada a regular el ejercicio de la
función pública que debe ejercer el juez, como lo es la jurisdicción, destinada a mantener la paz
social y a solucionar los conflictos que se presentan entre los miembros de ella
I) Es unitaria, en el sentido de que las relaciones recíprocas que se traban entre los sujetos en
forma bilateral se enlazan y coordinan en función de un fin común. El proceso se presenta como
una unidad, porque a pesar de que las relaciones jurídicas que en el se producen son varias, todas
ellas están orientadas a la consecución de un mismo fin, como institución teológica que es el
proceso: la solución del conflicto o litigio. 38
Desde el punto de vista de su existencia depende de la voluntad manifestada en forma legal por
el actor, y presupuestada por la ley.
L) Es formal, por cuanto encuentra su fuente en la ley.- Debe desarrollarse en forma continua a
través de una serie sucesiva de actos de las partes y el tribunal que la conforman hasta la
solución del conflicto, todos los cuales deben ejecutarse en la forma preestablecida por la ley.
38
Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de Derecho Procesal.- Pág. 155. Editorial Jurídica de Chile. 1987.
39
Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de Derecho Procesal.- Pág. 154. Editorial Jurídica de Chile. 1987.
33
Respecto al instante en el cual se traba la relación jurídica procesal se han sustentado dos
teorías:
Esta teoría encuentra su respaldo legal en los artículos del Código Civil: Art. 1.603 inc.5, sobre
pago por consignación, y art. 1.911 relativo a la cesión de derechos litigiosos. Los detractores de
esta teoría sostienen que se trata de preceptos específicos y que no poseen alcances generales
para la determinación del momento en que debe existir juicio, sino que tienen por objeto
proteger intereses de terceros (art. 1911) o de evitar la existencia de situaciones poco claras.
(1.603)
Nosotros pensamos que este es el instante a partir del cual existe la relación jurídica procesal,
pero para que ella se constituya en forma válida requiere la concurrencia del segundo elemento
consistente en el transcurso del termino de emplazamiento.
b) Para la mayoría, la relación jurídica procesal se constituye una vez que se ha verificado el
emplazamiento, en que se configura en la primera o única instancia por la concurrencia de dos
elementos: la notificación válida de la demanda y el transcurso del termino de emplazamiento,
aún cuando el demandado no conteste la demanda.
En caso que el procedimiento se hubiere iniciado por una medida prejudicial y ella hubiere
sido notificada al demandado, en tal caso no se le practicará obligatoriamente la notificación
personal de la demanda que se presente posteriormente, pudiendo en tal caso ella serle notificada
por el Estado Diario, al no recaer la resolución que le da curso en la primera presentación
efectuada en el juicio.
Además, debemos tener presente que las medidas prejudiciales no contienen la pretensión que
se hará valer en el proceso, por lo que nuestra jurisprudencia ha entendido que la notificación de
ella no genera la constitución de la relación jurídica procesal. En efecto, la pretensión se debe
34
hacer valer por el actor al momento de presentar la demanda, y la pretensión que se hace valer es
la que constituye el elemento objetivo del proceso desde el punto de vista de éste. Tratándose de
las medidas prejudiciales, la pretensión no se hace valer, puesto que el legislador exige que sólo
que se enuncie la pretensión que se hará valer con posterioridad y someramente los fundamentos
de ella (art. 287).- De acuerdo con ello, una medida prejudicial no permite que se tenga por
constituida la relación jurídica procesal, y en consecuencia, no genera el estado de
litispendencia.
El termino de emplazamiento, entendido como el plazo fatal para que el sujeto pasivo del
proceso se defienda varía según el procedimiento civil que se trate. En el juicio ordinario es
termino de emplazamiento para contestar la demanda es de 15 días, ampliable en tres días si la
notificación se verifica fuera de la comuna que sirve de asiento al tribunal pero dentro de su
territorio jurisdiccional, y ampliable más los días que contempla la tabla de emplazamiento si la
notificación al demandado se verifica fuera del territorio jurisdiccional del tribunal (arts 258 y
259 del C.P.C.); en el juicio sumario el termino de emplazamiento para contestar la demanda es
de cinco días contados desde la última notificación, ampliable en los días de la tabla de
emplazamiento si la notificación de la demanda al demandado se verifica fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal en que se sigue el juicio (art. 683 del C.P.C), y finalmente, en el juicio
ejecutivo, el termino de emplazamiento para oponer excepciones el ejecutado es de 4 días si el
requerimiento del ejecutado se verifica en la comuna que sirve de asiento al tribunal; de 8 días si
el requerimiento al ejecutado se verifica fuera de la comuna, pero dentro del territorio
jurisdiccional del tribunal ; y de 8 días, más la tabla de emplazamiento, si el requerimiento al
ejecutado se verifica fuera del territorio jurisdiccional que conoce del juicio y se desean formular
excepciones ante ese tribunal (arts. 460 y 461 del C.P.C.).
En el juicio ordinario el demandado puede optar por oponer excepciones dilatorias dentro del
termino de emplazamiento y antes de contestar la demanda, en caso que se hubieren incurrido en
el procedimiento vicios respecto de él, que no afecten el fondo de la acción que se hubiere hecho
valer.
O) A esta teoría de la relación jurídica procesal se le han formulado dos objeciones.”En primer
lugar, que no hay realmente verdaderos derechos y obligaciones procesales. En segundo lugar,
que los derechos y obligaciones procesales, aunque existan, por el hecho de ser múltiples, exigen
la formulación de un concepto superior que los sintetice y que sirva para designar la unidad
procesal. La primera de estas objeciones da lugar a la teoría de la situación jurídica procesal; la
segunda, a la teoría de la institución jurídica procesal. 40
40
Derecho Procesal Civil. Jaime Guasp Pág. 35.Civitas.4ª edición. 1998.
35
A) La teoría de la situación jurídica fue creada por el autor alemán James Goldschmidt en su
obra “El proceso como situación jurídica”como una reacción frente a la teoría de la situación
jurídica.
B) El proceso no es una relación jurídica, porque el juez no está obligado para con las partes y
porque entre los litigantes no existe ninguna obligación.
La obligación del juez de dictar una sentencia no es una obligación procesal, sino una
obligación ex officio que, como funcionario público corresponde al juez frente al Estado. 41El
juez no dicta sentencia porque esté obligado para con las partes, sino que porque como
funcionario público tiene ese deber. ( art. 76 C. Pol., 1°, 2°, y 545 del C.O.T.; 162 y 170 C.P.C.;
500 del C.O.T.)
Las partes tampoco tienen verdaderos deberes ni derechos; sólo sumisión como ciudadanos al
cumplimiento de deberes o, en su caso, ejercicio de derechos públicos al margen del proceso. En
el proceso no hay, pues, una relación jurídica, sino una mera situación, la cual se define por
oposición a la correlación de deber y derecho que caracteriza a la relación jurídica, como un
complejo de meras posibilidades de obrar, expectativas y cargas. 42No existen obligaciones entre
las partes entre sí, sino que sólo un estado o posición de cada una de las partes frente a una
sentencia que se espera obtener dentro del proceso.
Normalmente la omisión por parte del otro contendiente en la realización de un acto que le
corresponde le acarreará un aumento de las expectativas de obtener una sentencia favorable;
aunque no siempre ello será así, toda vez que ella dependerá de lo fundada que este la
pretensión.
41
Derecho Procesal Civil. Jaime Guasp Pág. 35.Civitas.4ª edición. 1998.
42
Derecho Procesal Civil. Jaime Guasp Pág. 35.Civitas.4ª edición. 1998.
36
Se entiende por carga procesal el ejercicio de un derecho para el logro del propio interés.
a) La carga es una facultad que conlleva un riesgo para su titular, siendo voluntario el
sobrellevarla.
Las principales cargas que podemos apreciar en el proceso es la carga de la afirmación que
pesa sobre el demandante; la carga de la defensa que recae en el demandado; y la carga de la
prueba, que es donde mayor aplicación de ha dado a este concepto como podremos apreciar el
próximo año al estudiar la teoría de la prueba.
Liberación de carga se verifica cuando una parte es libre de no cumplir con cierto acto, sin
que de esta omisión se le pueda generar un perjuicio procesal.- Así por ejemplo, si el demandado
opone una excepción, el actor queda liberado de la carga de probar los hechos en que
fundamenta su pretensión, puesto que en tal caso ella se traslada al demandado.
E) Según Goldschmidt, la teoría de la relación jurídica procesal está basada en una formulación
estática del Derecho ; y en cambio la situación jurídica parte de una formulación dinámica del
derecho, puesto que la posición de las partes en el proceso en relación a la obtención de una
sentencia favorable se va transformando y variando continuamente y en cada instante de
37
acuerdo a la forma en la cual cada una de ellas asuma las posibilidades, expectativas, cargas y
liberaciones de cargas .
F) La crítica mayor formulada a esta tesis es la de haber considerado una visión empírica y
sociológica, muchas veces defectuosa o apartada de lo que debe ser el proceso. Según sus
críticos es preciso buscar la naturaleza jurídica del proceso no en su realidad práctica, sino en su
estructura jurídica de carácter teleológico o finalista. La situación jurídica nos indica como
puede tener lugar el proceso en la vida del foro, pero no nos indica como debe ser el proceso.
Además, se señala que ella no es aplicable al derecho procesal penal, en el cual si es posible
apreciar la existencia de derechos y obligaciones, con lo cual se rompe con el concepto de la
unidad del proceso. Es por ello, se señala que esta teoría sólo persigue destruir la teoría de la
relación jurídica procesal, pero no establece una visión unitaria respecto del proceso.
No se justifica la exclusión del juez como parte del proceso y sometido en cuanto a sus deberes
solo a las normas constitucionales y administrativas, puesto que las partes poseen los medios
para exigir dentro del proceso el cumplimiento de los deberes por parte del juez.
Finalmente, se ha señalado que la situación jurídica nos puede conducir a la ley de la selva,
puesto que el proceso aparece concebido como un medio para hacer aparecer y valer como
derecho lo que no es derecho.
B)Dicha pluralidad puede examinarse desde un punto de vista normativo en cuyo caso el
proceso es relación jurídica compleja; desde un punto de vista estático, el proceso es situación
jurídica compleja; y desde un punto de vista dinámico el proceso es un acto jurídico complejo.
C) Como el proceso es una combinación de actos, se negó la existencia de una relación jurídica
única.
Cada conflicto que se plantea durante su desarrollo implica una relación jurídica, porque el
proceso es un CONJUNTO DE RELACIONES.
D) A esta tesis se le formula como crítica que decir que el proceso es un fenómeno complejo es
sólo un punto de partida. Se trata de constatar que se trata de un instituto más complejo que lo
habitual.
A)El proceso es un complejo de actividades relacionadas entre sí por una idea común objetiva,
a la cual se adhieren las voluntades particulares de las partes.
•El proceso es una realidad jurídica permanente, ya que la idea de actuación estatal siempre
existe no obstante el nacimiento o la extinción de procesos concretos.
38
•El proceso tiene carácter objetivo, ya que su realidad trasciende las voluntades individuales.
•Las actividades procesales están vinculadas entre sí por una idea común y objetiva,
independientemente de la finalidad concreta que persigan los distintos sujetos intervinientes.
•Decir que el proceso es una creación del Derecho para lograr sus fines significa apuntar más
que a su naturaleza jurídica a un aspecto jurídico-sociológico.
El Derecho sirve al individuo, satisface sus aspiraciones; por ello, el proceso es una garantía
individual. El proceso ampara al individuo y lo defiende del “abuso de la autoridad del juez, de
la prepotencia de los acreedores o de la saña de sus perseguidores”.
Esa garantía no sólo favorece al actor, sino en términos equivalentes al demandado. En este
segundo aspecto especial relevancia tiene en el orden penal en que aparece con énfasis el
principio de la legalidad o del “debido proceso”.
En verdad los fines apuntados en los párrafos precedentes no pueden ocultar los fines del
proceso como método o instrumento:
1)El fin del proceso es posibilitar un acto de conocimiento del juez, tanto por la reconstrucción
histórica de los hechos alegados, como por la ubicación, interpretación y aplicación del derecho;
y
39
2)Su finalidad estrictamente procesal es posibilitar la declaración y/o la realización del derecho
material.
Los elementos subjetivos: Pueden considerarse tales las partes y el juez, sin perjuicio que
existan otros intervinientes subjetivos del proceso que pueden llegar a ser partes en él,
especialmente, en el orden penal: Ministerio Público, el denunciante -si se transforma en
querellante- y el inculpado - si es sometido a proceso, en el antiguo proceso penal, y el
imputado, quien es a quien se atribuyere participación en un hecho punible en el nuevo
proceso y que puede ejercer sus facultades y hacer valer sus derechos y garantías que la
Constitución Política de la República, este Código y otras leyes le reconocen desde la primera
actuación del procedimiento dirigido en su contra y hasta la completa ejecución de la
sentencia..
El elemento objetivo del proceso es el conflicto sometido a resolución del tribunal, que se
integra por dos instituciones procesales trascendentes: la pretensión que hace valer el actor y las
excepciones que opone el demandado.
La calidad de sujeto en el proceso del juez dependerá de la doctrina que sobre la naturaleza
jurídica del proceso se acepte. Si es la de la relación jurídica, dependerá a su vez de la variante
que se acoja. En la variante de Kohler el vínculo es sólo entre el demandante y el demandado;
aquí el juez no es sujeto. En la de Wach se reconoce plenamente al juez como sujeto: la relación
jurídica se traba entre partes y el juez. La variante de Hellwigh considera que, la relación se
traba entre las partes a través del juez; el juez es sujeto indirecto.
1.- El Juez
El juez tiene un papel decisivo y vital dentro del proceso. La relevancia varía según si en el
procedimiento prima el principio dispositivo o inquisitivo. Si prima el dispositivo es más pasivo
que las partes. Si prima el inquisitivo el juez pasa a ser el sujeto trascendental en la tramitación
del procedimiento.
a) Recibe las presentaciones de las partes; esto como la aplicación de un principio casi sin
variación: la bilateralidad de la audiencia. Debe verificar la exactitud de las peticiones de las
partes por examen de las pruebas. Aquí intervienen los principios de mediación o inmediación.
b) El juez resuelve o provee las presentaciones de las partes como medio de hacer avanzar el
proceso. Lo hace a través de las resoluciones judiciales que no tienen carácter de sentencia
definitiva.
c) Tiene la gran misión de ponderar el valor de la prueba rendida por las partes (sistema de la
40
d) La gran misión del juez como elemento subjetivo es fallar, originar el acto jurídico procesal
sentencia.
2.1. Concepto
Partiendo de la base de la doctrina que explica el proceso como una relación jurídica, partes
son los sujetos de la relación procesal. Es diferente el enfoque del concepto de partes en la
relación sustancial al concepto de partes en la relación procesal.
Importa determinar con exactitud el concepto, porque la sentencia que se dicte va a afectar sólo
a los que han sido parte en el juicio.
a)Son parte en el juicio, el titular de un derecho que se reclame y aquel a quien afecta la acción
deducida. Emana este concepto de la doctrina clásica sobre la acción. Importa aquí el titular del
derecho y el obligado correlativamente.
b)Son partes en el juicio los sujetos de la relación sustantiva material. El ejemplo sobre la
nulidad lo explica: Quien demanda la nulidad es el sujeto activo. Quien se opone, es el sujeto
pasivo: son las partes en el proceso las mismas de la relación substantiva material.
c)Parte es aquél que como actor o demandado tiene de cualquier modo una participación en el
proceso. Esta doctrina señala que se puede ser parte en un proceso sin actuar en él.
d)Ya en relación con las doctrinas modernas sobre la acción materia da la que nos referiremos
más adelante, se construye una concepción del concepto de parte: Parte “es en el proceso
aquél que en nombre propio o en cuyo nombre se pretende la actuación de la Ley y aquél
respecto del cual se formula una pretensión".
Hay una diferencia formal y material en el análisis de la idea de parte. Esta circunstancia de
actuar en nombre propio o en nombre ajeno se relaciona con el interés que tiene una persona en
el reconocimiento de una situación jurídica. Si el concepto fuere el clásico, nunca el demandante
podría perder un juicio, pues se parte de la preexistencia de un derecho. El concepto de interés
no es, pues, el concepto rotundo que habitualmente se tiene de él.
Otro concepto que podemos dar desde un punto de vista procesal es: "todo aquél que pide o
frente al cual se pide en juicio la actuación de la ley en un caso concreto".
Demandado: “El que es llamado o provocado a tomar parte en el proceso, por hecho de otro ".
El demandado o reo: es el ente pasivo dentro del proceso. Es aquel respecto del cual se pide la
actuación de la ley en un caso concreto.
Debemos recordar que esta separación entre sujeto activo y pasivo se hace bilateral en la
reconvención.
Para saber cual es la capacidad para ser parte se aplican las reglas generales que están en el
Código Civil o Penal, según la naturaleza de la acción de que se trata. En el Código de
Procedimiento Penal en cambio, si la hay como se analizará más adelante.
b) No estar afectado por ninguna incapacidad. Si está afectado por una incapacidad de ejercicio
será parte, pero a través de sus representantes legales, o no podrá ejercer determinados derechos,
como ocurre en el Código de Procedimiento Penal (prohibiciones para denunciar y querellarse).
A este propósito nace una institución: Es necesario tener "capacidad procesal”Qué es? Es la
facultad para comparecer en juicio, para realizar actos procesales con efectos jurídicos en
nombre propio o por cuenta de otros.
La capacidad procesal no es sólo la capacidad de ejercicio civil, ya que teniendo ésta puede no
tenerse aquella.
2.- Capacidad para actuar en el proceso: aún aquel que no tiene capacidad de ejercicio, actúa
pero representado, sin perjuicio de las incapacidades especiales señaladas en el Código de
Procedimiento Penal; y
3.- Lo que se denomina "Jus Postulandi", capacidad para que la actuación judicial sea correcta.
Capacidad para ser parte: Para determinar si existe capacidad para ser parte, hay que eliminar
lo que no tiene relación con la capacidad material y procesal.
La capacidad para ser parte y la capacidad para ser sujeto de la relación procesal. Sus
requisitos los establece la Ley Sustancial: basta ser sujeto físico y vivo (o una sucesión
hereditaria en su caso). Esto incluye a todos los entes reconocidos por la ley.
42
Puede hacerse valer por el demandado mediante excepción dilatoria o incidente de nulidad
procesal.
Respecto del demandante, puede hacer valer la nulidad, a través de un incidente de nulidad
procesal.
También puede hacerse valer por ambas partes y cumpliéndose los requisitos legales, por la vía
indirecta, a través de un recurso de casación en la forma.
Capacidad para actuar. Esta capacidad se refiere a la posibilidad que tienen los incapaces
para intervenir. Ellos pueden hacerlo a través de sus representantes legales (padre por el hijo,
curador por el pupilo, etc.) cumpliéndose siempre los requisitos y formalidades establecidos por
la ley para ello y, obviamente, dándose los requisitos referentes a la capacidad para ser parte.
Sin embargo, en nuestro Código de Procedimiento Penal existen prohibiciones que constituyen
verdaderas incapacidades especiales para actuar en el juicio penal, ya que ellos limitan el
ejercicio de la acción penal restringiéndolo. Esas incapacidades especiales o prohibiciones son
absolutas en los casos que señala el artículo 16 del Código de Procedimiento Penal y relativas en
los que aborda el artículo 17 del Código de Procedimiento Penal, el primero referente a la acción
penal pública y el segundo tanto a la pública como a la privada. En el nuevo Código Procesal
Penal se contemplan prohibiciones para querellarse en el artículo 116, las que siempre revisten el
carácter de relativas.
De modo que aún existiendo capacidad general o representación legal, en esos casos no es
posible constituirse en sujeto activo de las acciones penales.
a) El patrocinio. La Ley N° 18.120 (ver apéndice C.P.C.) exige que las primeras presentaciones
que las partes hagan ante los tribunales sean firmadas por un abogado en el ejercicio de la
profesión (art. 1º, indicando el nombre, apellidos y domicilio de éste.
El abogado para encontrarse habilitado, pudiendo actuar como patrocinante y/o mandatario
judicial, se entendió durante mucho tiempo que debía estar al día en el pago de su patente
municipal.
El patrocinio se entiende constituido por la sola firma del abogado puesta en la solicitud
respectiva, debiendo indicarse, además, por este, su nombre, apellidos y domicilio.
43
Véase antecedentes en www. colegio de abogados.cl
43
La carencia de patrocinio tiene una drástica sanción: el escrito que no lo contenga cuando sea
la primera presentación en asuntos contenciosos o no contenciosos ante cualquier tribunal no
podrá ser proveído y se tendrá por no presentado para todos los efectos legales. Las resoluciones
que al respecto se dicten no serán susceptibles de recurso alguno (art. 1º).
En lo que dice relación con el mandato judicial, sólo pueden ser mandatarios aquellos a
quienes la ley faculta para ello: los abogados habilitados para el ejercicio de la profesión;
procuradores del número; estudiantes inscritos en 3º, 4º o 5° años de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de algunas de la Universidades autorizadas por el Estado; o egresado de esas
mismas Facultades que hubieren cursado 5° año y hasta tres años después de haber rendido lo
exámenes correspondientes (art. 2º Ley N° 18.120).
En todo caso, es importante recalcar que la falta de mandato trae consigo también una sanción
drástica, aunque menor que la ausencia de patrocinio.
Como la regla general es que ninguna persona pueda comparecer ante los tribunales sin otorgar
poder a alguna de las personas que antes indicamos, la Ley sobre comparecencia en juicio (art,
2°, inciso 4°) sanciona esa omisión de la siguiente manera: “Si al tiempo de pronunciarse el
tribunal sobre el mandato, este no estuviere legalmente constituido, el tribunal se limitará a
ordenar la debida constitución de aquel dentro de un plazo máximo de tres días. Extinguido este
plazo y sin otro trámite, se tendrá la solicitud por no presentada para todos los efectos legales.
Las resoluciones que se dicten sobre ésta materia no serán susceptibles de recurso alguno".
La capacidad para ser parte, la capacidad procesal y el jus postulandi configuran la denominada
legitimatio ad processum.- De acuerdo con ello, la legitimatio ad processum se confunde con la
capacidad, entendida como quienes pueden actuar en cualquier proceso por reunir las aptitudes
requeridas por la ley.
a.- Concepto.
La capacidad o legitimatio ad processsum nos dice quienes pueden actuar en cualquier proceso
por tener la aptitud requerida por la ley.
44
Sin embargo, esto no basta para poder ejercer eficazmente los derechos o deducir determinadas
pretensiones, sino que es necesaria una condición más precisa y específica referida al litigio de
que se trata.
Para poder figurar y actuar eficazmente como parte, no ya en un proceso cualquiera, sino en un
determinado y específico, no basta con disponer de esta aptitud general de la capacidad o
legitimatio ad processum, sino que es necesaria además poseer una condición más precisa y
referida en forma particularizada al proceso individual de que se trate. Tal condición que se
denomina legitimatio ad causam o legitimación procesal afecta al proceso no en su dimensión
común, sino en lo que tiene de individual y determinado.
Más correcto es hablar como lo hace Carnelutti de legitimación para pretender o resistir la
pretensión; o de legitimación para obtener sentencia de fondo o mérito. Pero creemos que lo
mejor es mantener la denominación tan conocida y antigua de legitimatio ad causam o
legitimación en la causa. 44.
La sola capacidad procesal no basta para formular una pretensión y para oponerse a ella en un
proceso, sino que es necesaria una condición más precisa y específica referida al litigio mismo
específico.
Ticio es un sujeto plenamente capaz (capacidad procesal) pero, para demandar el desalojo,
debe demostrar o que es arrendador, o subarrendador, o titular de un derecho real de goce, por
ejemplo. Para reivindicar debe ser propietario, y así sucesivamente. A su vez, para ser
demandado de desalojo deberá ser arrendatario, subarrendatario, etc., o poseedor del bien para
ser demandado de reivindicación.
Por otra parte, se nos ha señalado que la legitimación procesal es la consideración especial en
que tiene la ley, dentro de cada proceso, a las personas que se hallan en una determinada
relación con el objeto litigio, y, en virtud de la cual, exige, para que la pretensión procesal
pueda ser examinada en cuanto al fondo, que sean dichas personas las que figuren como parte
en tal proceso. Cuando el ordenamiento jurídico impone, v.gr., que sea sólo cierta clase de
parientes la que pueda pedir una declaración de prodigalidad, no está reclamando a los
demandantes un grado de capacidad procesal, pues cualquier otro promotor del proceso podría
44
Devis Echandía. Teoría general del proceso. Tomo I. Pág298. Editorial Universidad.1984
45
Enrique Vescovi. Teoría general del proceso. Pág. 196.1984.Editorial Temis.
45
tener perfectamente ésta, sino que está afirmando o negando una condición más particular y
determinada, que es precisamente la legitimación procesal o legitimatio ad causam. 46
“En los procesos civiles, laborales y contencioso- administrativos, esa condición o cualidad
que constituye la legitimación en la causa, se refiere a la relación sustancial que se pretende
existe entre las partes del proceso y el interés sustancial en litigio o que es objeto de la decisión
reclamada. Se puede tener la legitimación en la causa, pero no el derecho sustancial pretendido
(por ejemplo: quien reclama una herencia o inmueble para sí, tiene legitimación en la causa por
el solo hecho de pretender ser heredero o dueño; pero puede que no sea realmente heredero o
dueño y por ello la sentencia será de fondo, pero adversa a su demanda.
“Creemos que se precisa mejor la naturaleza de esa condición o calidad o idoneidad; así: en los
procesos contenciosos, la legitimación en la causa consiste, respecto del demandante, en ser la
persona que de conformidad con la ley sustancial está legitimada para que por sentencia de
fondo o mérito se resuelva si existe o no el derecho o la relación jurídica sustancial pretendida en
la demanda, y respecto del demandado en ser la persona que conforme a la ley sustancial está
legitimada para discutir u oponerse a dicha pretensión del demandante.
“Es decir, el demandado debe ser la persona a quien conforme a la ley corresponde contradecir
la pretensión del demandante o frente a la cual permite la ley que se declare la relación sustancial
objeto de la demanda; y el demandante la persona que según la ley puede formular las
pretensiones de la demanda, aunque el derecho sustancial pretendido por él no exista o
corresponda a otra persona.
“No se necesita ser el titular o el sujeto activo o pasivo del derecho o relación jurídica material
(lo que supondría que esta siempre existiera) , sino del interés en que se decida si efectivamente
existe (y por lo tanto, aún cuando en realidad no exista), pues la legitimación será perfecta desde
el momento en que, en caso de existir, los sujetos del interés en la declaración y discusión sean
el demandante y el demandado. Por lo tanto, debe examinarse cuales deben ser los sujetos de
ese interés en el litigio, en el supuesto de que el derecho sustancial o la relación sustancial
existan.
“Si además de existir la legitimación en la causa, resulta que el derecho o la relación jurídica
sustancial existe en verdad, el demandante es su titular y el demandado el sujeto pasivo,
entonces el demandante obtendrá sentencia favorable de fondo; más en caso contrario, la
sentencia será de fondo o mérito, pero desfavorable a aquél. 47
b.- Clasificación.
Legitimación en la causa total es aquella que corresponde a las partes directas para los
efectos de actuar tanto en la causa principal como en sus incidencias.
Legitimación en la causa parcial es aquella que exista para sólo ciertos trámites y fines
determinados del proceso que no se relacionan con la decisión de fondo sobre la litis, como
ocurre cuando un tercero poseedor pide el levantamiento de un secuestro o embargo o se opone a
ellos, o cuando un secuestre rinde cuentas. El legitimado parcialmente no está facultado para
intervenir en los otros aspectos del proceso y el juez no debe oírlo cuando pretenda hacerlo.
Legitimación en causa permanente es aquella que existe cuando se tiene para toda la
duración del proceso, como es el caso de las partes del proceso quienes poseen la legitimación
principal.
Legitimación en causa transitoria es aquella que se otorga para una determinada actuación
en el curso del proceso, y corresponde a los intervinientes parciales, quienes no pueden seguir
interviniendo una vez que termina la cuestión incidental o transitoria para la cual están
legitimados.(como el opositor a un secuestro o entrega de bienes.). 48
Legitimación en causa ordinaria es aquella que corresponde al actor que afirma la existencia
de una pretensión que le corresponde de acuerdo con el derecho sustancial y al demandado a
quien le corresponde oponerse a la pretensión de acuerdo con el derecho sustancial.
La legitimación extraordinaria es aquella que se confiere por la ley una persona que no
afirma la existencia como propia de una pretensión que se encuadre dentro de las normas del
derecho sustancial, sino que lo hace en lugar del titular de ella.
La ampliación de la legitimación para obrar respecto de terceros que no son los titulares de una
pretensión de acuerdo con el derecho sustancial y que no obstante se les permite actuar puede
obedecer a alguno de los siguientes supuestos:
48
Hernando Devis Echandía. Teoría general del proceso. Tomo I. Págs.299 y 300. Editorial Universidad.1984.
47
1. Motivos de orden privado, permitiendo que una persona actuando en nombre e interés
propio afirme y ejercite derechos ajenos, como ocurre en el caso del acreedor que ejerce la
acción subrogatoria, el Administrador de un Edificio de acuerdo a la Ley de Administración de
Edificios, y en general en los casos en que se permite la sustitución procesal.
En este caso, también la defensa de intereses difusos puede dar lugar a un ámbito de
legitimación extraordinaria, entendiendo por tales, aquellos cuya titularidad pertenece a personas
indeterminadas, no existiendo entre ellos vinculo jurídico alguno ni un ente, sea o no persona
jurídica, que agrupe al colectivo de personas físicas. Tal sería el caso de la competencia desleal
en España.
3. Motivos de interés público, que es cuando se confiere una acción popular para los efectos
de hacer valer una pretensión aun cuando no se trate de una persona directamente afectada con
un hecho, como ocurre en el caso de la denuncia de obra ruinosa y acontecía con el ejercicio de
la acción penal pública en el antiguo sistema procesal penal en que ella podía ser ejercida por
cualquiera persona que poseyera la capacidad procesal.49
a) En su aspecto formal, el sustituto es parte legítima y por ello puede ser sometido a
confesión, no puede ser testigo ni perito y a ella se le impondrán la condena en costas. El
sustituido no es extraño al proceso y podría ser traído al mismo con fines de prueba, pudiendo
prestar confesión en cuanto parte material y procesal.
En este sentido, se establece en el inciso 3º del art. 50 de la Ley 19. 496, publicada en el Diario
Oficial de 7 de Marzo de 1997. Establece normas sobre protección de los Derechos de los
Consumidores modificada por la Ley 19.955, en adelante la Ley que “el ejercicio de las acciones
puede realizarse a título individual o en beneficio del interés colectivo o difuso de los
consumidores”.
48
En primer lugar, lo que constituye la regla general en nuestro ordenamiento jurídico, es que nos
encontremos con la presencia del interés individual, en cuyo caso el consumidor a quien se le ha
incumplido un contrato o se le ha producido un daño por un tercero mediante una acción u
omisión que importe una infracción a la Ley, pretende accionar directamente o debidamente
representado para la protección de su interés.
En el inc. 4º del art. 50 de la Ley se señala que “son de interés individual las acciones que se
promueven exclusivamente en defensa de los derechos del consumidor afectado.”
En este caso, no cabe dar mas que dar aplicación a las reglas de carácter general que se
contemplan en nuestro ordenamiento jurídico, pudiendo el consumidor actuar personalmente o
debidamente representado de conformidad con las reglas generales y conforme al procedimiento
contemplado en el párrafo 1º de la del Título IV de la Ley.
En los casos en que se actúa en el proceso para la protección del interés individual no cabe más
que dar aplicación a las reglas generales contempladas en nuestro ordenamiento, como son las
relativas a la comparecencia en juicio, legitimación, competencia, cosa juzgada, etc, sin que se
presenten mayores complejidades que resolver a este respecto.
En segundo lugar, debemos reconocer la existencia de los que se han denominado intereses
colectivos, en cuyo caso estamos ante la presencia de una pluralidad de personas que se
encuentran ligadas con uno o mas terceros por un vinculo contractual previo, pero que ante el
incumplimiento de una obligación común a todos ellos. En este caso, se permite actuar a uno en
representación y en beneficio de todos aquellos que se encuentren en su misma situación,
obteniendo su representación del proceso, mediante la denominada certificación, que la habilita
para ejercer las denominadas acciones de clase.
En el inc. 5º del art. 50 de la Ley se señala que “son de interés colectivo las acciones que se
promueven en defensa de derechos comunes a un conjunto determinado o determinable de
consumidores, ligados con un proveedor por un vínculo contractual.”
Para remediar la situación de los casos en que varias personas se encuentran afectadas por una
misma situación de hecho derivada de un incumplimiento contractual que les es común se han
generado en el derecho comparado las denominadas acciones de clase o la legitimación para
obrar en su presentación al Ministerio Público, entendiendo por tal, no necesariamente al órgano
contemplado en nuestra legislación, sino que mas bien en términos genéricos a una entidad
pública a quien se le atribuye semejante facultad.
Las acciones de clase como su nombre lo indica requieren necesariamente como trámite previo
determinar las personas que pertenecen a ella, y se han justificado en el derecho comparado
porque conducen a un principio de economía procesal al evitar la multiplicidad de procesos
respecto de un mismo conflicto, y por otra parte, adopta las medidas para conferir a una persona
la adecuada representación de todos los miembros de una clase, se encuentren presentes o no en
dicho proceso.
En este caso claramente deben contemplarse normas claras y precisas que tengan por objeto
ampliar la legitimación de actuación por terceros que se encuentren bajo una misma situación de
hecho, lo que nos conduce además a delimitar claramente los tribunales que deben ser
competentes para conocer de dichos conflictos y ampliar las normas existentes para determinar
la identidad que deben utilizarse para configurar la litispendencia y cosa juzgada que debe regir
entre los procesos en que se dé la relación de identidad, ya sea para impedir que se tramiten
procesos paralelos sobre un mismo hecho a través de la litispendencia, como para impedir que
procesos que se encuentran terminados puedan pretenderse ser reiniciados mediante la
excepción de cosa juzgada.
49
En tercer lugar, cabe concebir la existencia de los denominados intereses difusos, en los cuales
nos encontramos en presencia de una pluralidad de personas que no se encuentran ligadas con
uno o mas terceros por un vínculo contractual previo, sino que pretenden impedir que con su
acción u omisión afecten intereses de carácter público, permitiéndose actuar a una determinada
persona en representación y en beneficio de todos aquellos que se encuentren en su misma
situación, obteniendo del proceso el título de su representación.
En el inc. 6º del art. 50 de la Ley se señala que “son de interés difuso las acciones que se
promueven en defensa de un conjunto indeterminado de consumidores afectados en sus
derechos.”
En este caso, nos encontramos más bien ante verdaderas medidas de carácter cautelar que
tienen por objeto impedir que se causen daños, adoptándose las medidas para que se haga cesar
la acción u omisión que atenta en contra de un bien público.
A diferencia de lo que acontece con los intereses colectivos, en los cuales existe una
multiplicidad de daño causado a diversas personas, que actúan representados por un tercero en
virtud de una autorización judicial, en los intereses difusos el afectado es la comunidad en
general, por lo que no cabe pretender que se indemnicen los daños en beneficio de una clase,
sino que mas bien se adopten las medidas en beneficio de la comunidad para que se llegue a
precaver el atentado que se pretende causar a un bien público.
De acuerdo con ello, en los intereses colectivos cabe siempre contemplar el pago de una
determinada indemnización en beneficio de los sujetos que han actuado como clase en el
proceso y que han experimentado un daño material; y en cambio, en los intereses difusos ello no
es posible dado que lo que tiende a precaverse o repararse es la acción u omisión anómala que se
comete respecto de un bien que no le pertenece a la clase, sino que más bien a la comunidad en
general.
Para los efectos de graficar esta situación podemos señalar que existe un interés colectivo si a
varias personas se les vende un producto diverso al contenido en una determinada publicidad o
se le cobra por un determinado bien o servicio un precio mayor a aquel contratado; en cambio
existe un interés difuso, si una o mas personas, que no han contratado un bien o servicio,
reclaman porque una determinada publicidad no cumple con las reglas establecidas en la ley o
porque en un determinado contrato se contemplan cláusulas abusivas respecto de quienes
desearen contratar dicho servicio.
Es por ello, que para la protección de los intereses difusos se ha estimado que no procede el
ejercicio de acciones individuales, sino que tan sólo por parte de agrupaciones colectivas o del
representante público encargado de proteger dichos intereses. Lo anterior, reviste gran
importancia dado que si se ejercen acciones individuales, ella no generará efectos absolutos, lo
que si sucede con el ejercicio de las acciones de clase.
Estas acciones de clase revisten un carácter excepcional respecto de las acciones individuales,
puesto que tienen por objeto alterar el principio general que una persona se beneficia o perjudica
sólo por las acciones que ejerce por sí o debidamente representada por quien convencional o
legalmente es procedente, permitiéndose sólo en virtud de una calificación judicial previa que
actúen en su representación personas a quienes convencionalmente o el legislador no le ha
conferido dicha representación, pero actuando por muchos y en un solo proceso, el que generará
efectos de carácter general y no meramente individual como acontece debido a la identidad de
partes que se exige en la institución de la cosa juzgada.
50
Es por ello que para ejercer la acción de clase se ha exigido en el derecho comparado la
concurrencia de alguno de los siguientes supuestos:
a.- Que el enjuiciamiento de acciones separadas, ejercitadas individualmente por los miembros
de la clase conllevan el riesgo de originar sentencias contradictorias o si dichas sentencias
pueden dificultar la tutela de los derechos de quienes permanezcan extraños al proceso, aún
siendo miembros de la clase;
b.- Que la actividad u omisión de la contraparte origen del litigio ha sido debida a motivos
comunes a la clase, haciendo apropiada una sentencia final inhibitoria o declarativa común a
todos los miembros; o
c.- Que el tribunal considere que las cuestiones fácticas o jurídicas comunes a los miembros de
la clase predominan sobre las cuestiones que afectan individualmente a los miembros y resulta
que la acción de clase es el único instrumento procesal apropiado para la resolución de la
controversia.
Dado que la acción de clase constituye una situación de carácter excepcional, requiere que ella
sea previamente autorizada en cuanto a su ejercicio por parte del tribunal, previa certificación de
la concurrencia de los requisitos que la hacen procedente.
Del estudio de la Ley, se puede constatar que el propósito del legislador con la última
modificación legal ha sido contemplar, en relación a la protección de los intereses colectivos y
difusos, los siguientes procedimientos:
a.- Procedimiento de certificación previo para determinar la procedencia del ejercicio de
acciones para la protección de intereses colectivos o difusos
b.- Procedimiento declarativo para la protección de intereses colectivos o difusos y
c.- Procedimiento indemnizatorio en los procesos de protección de intereses colectivos o
difusos.
Creemos que claramente estos tres procedimientos deben llevarse a cabo ante el mismo
tribunal, dada la estrecha vinculación que existe entre ellos, y porque además permite que se
establezcan criterios uniformes para los efectos de resolver las materias que se promueven ante
él.
“En la discusión general se estableció que “se establece la exigencia de una certificación de
admisibilidad.......por medio de la cual la Corte de Apelaciones respectiva, en un procedimiento
breve, calificará la concurrencia de los requisitos exigidos por la ley para iniciar el
procedimiento. Es decir, no se podrá seguir adelante con la reclamación, las multas y las
indemnizaciones si primero la Corte de Apelaciones respectiva no califica la seriedad y
atingencia de la reclamación y sus fundamentos”.
De este modo, con arreglo a lo previsto en el art. 52 LPC, corresponde al propio tribunal
declarar la admisibilidad de la acción deducida para cautelar el interés colectivo o difuso de los
consumidores.
Se inicia con una solicitud de declaración de admisibilidad de la acción, que debe ser
presentada por una de las tres sujetos legitimados antes señalados.
a) Que la acción ha sido deducida por uno de los legitimados activos individualizados en el
artículo 51.
b) Que la conducta que se persigue afecta el interés colectivo o difuso de los consumidores en
los términos señalados en el artículo 50.
c) Que la acción deducida precisa las cuestiones de hecho que afectan el interés colectivo o
difuso de los consumidores y los derechos afectados.
a) Que la acción ha sido deducida por uno de los legitimados activos individualizados en el
artículo 51.
b) Que la demanda contiene una exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho
que justifican razonablemente la afectación del interés colectivo o difuso de los
consumidores, en los términos del artículo 50.
Respecto de las personas que reservaren sus derechos conforme al artículo 54 C, el cómputo
del nuevo plazo de prescripción se contará desde que la sentencia se encuentre firme y
ejecutoriada. (Art. 51 Nº 6)
Frente a esa resolución que deberá notificarse personalmente al demandado por ser la
primera resolución dictada en el proceso, podrá éste adoptar las siguientes actitudes:
53
Por otra parte, desde la notificación por el estado diario de la resolución que rechaza la
reposición, comienza a correr el plazo de diez días fatales para el demandado conteste la
demanda.
En este caso el demandado deberá contestar la demanda dentro del plazo fatal de diez días
contados desde la notificación personal de la resolución que le confiere traslado.
El aviso en el sitio web del SERNAC se deberá mantener publicado hasta el último día del
plazo de vente días para que hagan uso de sus derechos.
Corresponderá al secretario del tribunal fijar el contenido del aviso, el que contendrá, a lo
menos, las siguientes menciones:
c)El nombre, rol único tributario o cedula nacional de identidad, profesión u oficio y domicilio
del representante del o de los legitimados activos;
d)El nombre o razón social, rol único tributario o cedula nacional de identidad, profesión,
oficio o giro y domicilio del proveedor demandado;
b) El llamado a los afectados por los mismos hechos para hacerse parte o para que
hagan reserva de sus derechos, expresando que los resultados del juicio empecerán
también a aquellos afectados que no se hicieran parte en él.
a.4. Litispendencia
54
Desde la publicación de dicho aviso, ninguna persona podrá iniciar otro juicio en contra
del demandado fundado en los mismos hechos, sin perjuicio de comparecer hacer
valiendo sus derechos o formulando una reserva de derechos dentro del plazo de 20 días.
Dentro del plazo de 20 días contados desde la publicación del aviso en el medio de
circulación nacional, cualquier consumidor podrá ocurrir ante el tribunal haciendo reserva
de sus acciones, en cuyo caso no le serán oponibles los resultados del juicio.
a.5..- Acumulación.
1)Se acumularán al juicio colectivo los juicios individuales. Si una o más de las partes
hubiere comparecido personalmente al juicio individual, deberá designar abogado patrocinante
una vez producida la acumulación, y
2)No procederá acumular al colectivo el juicio individual en que se haya citado a las
partes para oír sentencia.(Art. 53)
En caso de que el juez, dentro del plazo de tres años, declare temerarias dos o más
demandas colectivas interpuestas por una misma Asociación de Consumidores, podrá, a
55
c.- Características.
a) No se identifica con el derecho sustancial, sino que solo requiere la existencia de una
afirmación respecto de la titularidad de una pretensión respecto de él y de la posición para
oponerse a ella de acuerdo con las normas del derecho sustancial
b) La legitimación no es una condición para el ejercicio de una acción, sino que para obtener el
derecho a exigir un pronunciamiento sobre la pretensión hecha valer y la oposición formulada
para su satisfacción
e) La legitimación en la causa determina quienes deben estar presentes en un proceso para que
sea posible emitir una sentencia sobre la pretensión que se ha formulado.
f) La falta de legitimación activa o pasiva en la causa debe declararse de oficio por el tribunal
en la sentencia de fondo
En nuestro derecho, se ha sostenido por el profesor Juan Agustín Figueroa Y. que la falta de
legitimación activa, en atención a que si ella es acogida en la sentencia definitiva no puede
existir un pronunciamiento sobre el fondo y por razones de economía procesal, dado que no
tendría sentido tramitar enteramente un proceso sin que se resuelva en definitiva el conflicto
promovido, sería procedente que ella se hiciera valer como una excepción dilatoria. La falta de
legitimación activa configuraría según su parecer las excepciones dilatorias de incompetencia
del tribunal (art. 303 Nº 1 del C.P.C.) , porque si se excusa el tribunal de resolver el conflicto de
fondo en caso de concurrir la falta de legitimación para obrar, está reconociendo su falta de
competencia para ello; la incapacidad del actor (art. 303 Nº 2 del C.P.C.), entendida la capacidad
como la aptitud y suficiencia para hacer valer una pretensión, la que no concurre en el caso de la
falta de legitimación; y la dilatoria genérica del Nª6 del art. 303 del C.P.C., puesto que es
defectuoso un procedimiento en el cual no concurre un presupuesto procesal de la acción o de la
pretensión según la posición doctrinaria que se adopte. 51
sentencia final (de mérito), pero antes de entrar al fondo. Por excepción en algunos países
(Venezuela, Brasil, Francia) funciona como una cuestión previa.
“Es indispensable para que pueda dictarse una sentencia eficaz, la cual, naturalmente, podrá ser
favorable o desfavorable.”. 52
52
Enrique Vescovi. Teoría general del proceso. Pág. 197.1984.Editorial Temis.
53
Manuel Ortells Ramos. Derecho Procesal Civil. Pág 155. Editorial Aranzadi. 6ª Edición. Septiembre 2005. Navarra. España.
57
a.- Según la posición que ocupan los varios sujetos de la relación procesal que
actúan en una misma calidad de parte.
Estos casos están enumerados en el artículo 18, que no es una norma amplia sino de
restricción. Lo normal es que se acepte sólo un demandante y un demandado y sólo en los
casos señalados taxativamente por el mencionado precepto legal se acepta lo contrario.
De acuerdo con ese precepto legal, los casos en los cuales es posible que se genere
un litisconsorcio activo o pasivo inicial son:
Como ejemplo de esta situación se ha señalado por la doctrina el caso en que cinco
personas entablan una acción reivindicatoria respecto de un predio que dicen haber
obtenido por herencia; cuando varios herederos ejercen la acción de petición de herencia;
etc.
La Doctrina ha señalado como ejemplo de este caso, cuando diez personas entablan
una acción de indemnización de perjuicios en contra de una empresa de transportes por
lesiones sufridas con motivo de un accidente ocurrido durante el viaje".
-Cuando la ley autoriza para proceder por muchos o contra muchos, como en el
caso de las obligaciones solidarias.
De acuerdo a lo señalado en las Actas de la Comisión Revisora esta "parte final del
artículo se refiere especialmente a los juicios que surgen de las obligaciones solidarias e
indivisibles; acciones de comuneros o contra comuneros, pago de deudas hereditarias o
testamentarias, etc.".
En estos casos, el procurador común deberá ser nombrado de común acuerdo por las
partes a quienes éste haya de representar de acuerdo a lo establecido en el inciso 1º del
artículo 12 del C.P.C.- El nombramiento deberá hacerse por las partes dentro del término
razonable que señale el tribunal.
Si por omisión de todas las partes o por falta de acuerdo entre ellas no se hace el
nombramiento del procurador común dentro del término establecido por el tribunal, deberá
este hacer la designación, con la limitación de que en este caso ella deberá recaer el
nombramiento en un procurador del número o en el procurador de una de las partes que
hayan concurrido al proceso de acuerdo a lo previsto en el artículo 13 del C.P.C..-
60
De acuerdo con ese precepto legal, este procurador común designado por las partes o
el tribunal no podrá revocarse sino que por el acuerdo unánime de las partes o por el
tribunal a petición de una de ellas, siempre que existan motivos justificados que hagan
procedente la revocación.
La revocación, sea que se acuerde por las partes o se decrete por el tribunal, no
producirá efectos mientras no quede constituido el nuevo procurador.
afectar la sentencia que sobre el fondo se pueda dictar, pero - a diferencia del litisconsorcio
necesario propio- el legislador no indica expresamente los casos en que se debe conformar
la relación procesal necesariamente plural. Esta figura nace de la imposibilidad que tiene el
legislador para fijar de manera anticipada y nominativa los supuestos en que se debe
configurar obligatoriamente un proceso con pluralidad de sujetos , que actúen en una
misma posición de parte ( activa o pasiva).Por lo mismo, la determinación de este tipo de
litisconsorcio es una cuestión que debe calificarse atendiendo a la situación de derecho
sustancial deducida en juicio, determinando si ella exige para la producción de sus efectos
iniciar una relación procesal con todos los sujetos que, activa o pasivamente, allí deben ser
parte. 54
54
Alejandro Romero Seguel. La acumulación inicial de Acciones. Páginas 23 y 24.Editorial Jurídica Conosur
Ltda. Septiembre 2000. Santiago. Chile.
55
Alejandro Romero Seguel. La acumulación inicial de Acciones. Páginas 26 y 27.Editorial Jurídica Conosur
Ltda. Septiembre 2000. Santiago. Chile.
56
María Encarnación Dávila Millán. Litisconsorcio necesario. Concepto y tratamiento procesal. Pág.230.
Segunda edición. Bosch.1992. Barcelona
62
Uno de los caracteres básicos del ejercicio de las acciones es su voluntariedad por
parte del demandante que cree ser afectado en algún derecho para concurrir a los
tribunales.
- La jactancia
- Citación de evicción
El referido precepto legal establece que “si la acción ejercida por alguna persona
corresponde también a otra u otras personas determinadas, podrán los demandados pedir
que se ponga la demanda en conocimiento de las que no hayan concurrido a entablarla,
quienes deberán expresar en el término de emplazamiento si se adhieren a ella."
Este es un derecho que el legislador contempla sólo en favor del demandado para
que otras personas comparezcan al juicio como demandantes y reviste para él un carácter
facultativo, puesto que puede hacer uso discrecionalmente de él.
Esta solicitud podría ser una forma de excepción dilatoria, pero no es posible
otorgarle esa naturaleza al ser válido el procedimiento que se sigue contra el demandado.
Simplemente es una facultad procesal que debe ejercitarse previamente a cualquier defensa
sobre el fondo del asunto.
Accediéndose por el tribunal a la solicitud del demandado, ella debe ser puesta en
conocimiento de las personas a quienes les corresponde la acción y no hubieren
demandado, suspendiéndose el procedimiento hasta que la demanda sea notificada a los
demás titulares de la acción para que se adhieran a la demanda dentro del término de
emplazamiento.
Las actitudes que pueden asumir los notificados de la demanda dentro del término de
emplazamiento pueden ser las siguientes:
En este caso caducarán los derechos del potencial demandante y se demanda con
posterioridad se opondrá a esa demanda la excepción de cosa juzgada. Esta resolución de
no adherirse a la demanda importa un verdadero desistimiento a la demanda.
En este caso, los notificados no adquieren el carácter de parte, pero tampoco pierden
el derecho de comparecer posteriormente en el juicio, pero respetando todo lo obrado con
posterioridad.
En todo caso, sea que comparezcan o no con posterioridad durante el curso del
juicio, les afectará el resultado del proceso sin nueva notificación, por lo que la sentencia
que se dicte producirá respecto de ellos cosa juzgada, la que se podrá oponer en el juicio
posterior que ellos pretendieren iniciar mediante la interposición de una nueva demanda.
La Jactancia puede ser definida como la acción y efecto de atribuirse, por persona
capaz de ser demandada, derechos propios sobre bienes de otro, o asegurar ser su acreedor.
(Couture).
La jactancia es la situación en que se encuentra una persona que dice tener derecho
64
del que no esta gozando, es decir, cuando una persona se atribuye tener un determinado
derecho puede ser obligado por aquel a quien la jactancia afecta a interponer la demanda
correspondiente a los derechos de que se jacta.
- Cuando una persona haya gestionado como parte un proceso criminal del cual
puedan emanar acciones civiles contra el acusado, para el ejercicio de esas acciones.
Aquel a quien la jactancia puede afectar, puede deducir una demanda en contra del
jactancioso para que se declare la obligación de éste de demandar el derecho que dice
poseer y que no está gozando. Esta acción de jactancia prescribe en el plazo de 6 meses,
contados desde que tuvieron lugar los hechos en que pueda fundarse de acuerdo a lo
establecido en el artículo 272 del C.P.C..-
Dicha demanda que se deduce en contra del jactancioso se debe someter a los
trámites establecidos para el juicio sumario.(Art. 271 inc.1º del C.P.C.).-
En dicho procedimiento sumario, la sentencia que se dicte puede resolver dar lugar a
la demanda de jactancia, en cuyo caso el jactancioso tiene el plazo de 10 días para entablar
la demanda, plazo que puede ampliarse por el tribunal hasta 30 días por motivo fundado.
Una vez que el tribunal dicte la sentencia que declara que el jactancioso ha incurrido
en el apercibimiento legal, no puede éste deducir demanda sobre el derecho que se jactaba
con posterioridad.
defenderla.
Esta facultad del comprador de citar al vendedor para que comparezca en el juicio a
defenderlo respecto de las acciones judiciales deducidas en su contra destinados a privarlo
de la cosa vendida por causa anterior a la venta, es la denominada citación de evicción que
se regula en los artículos 1843 y 1844 del código Civil y 584 del C.P.C. y que da lugar a la
intervención forzada de parte.-
Se refiere esta materia a los acreedores del fallido que tienen la obligación de
verificar sus créditos en la oportunidad que la ley señale.
Existe, sin embargo una posibilidad extraordinaria de verificar los créditos fuera de
66
la oportunidad ordinaria que establece la ley. En efecto, los acreedores que no hayan
verificado sus créditos en el período ordinario, podrán hacerlo mientras no esté firme y
ejecutoriada la Cuenta Final de Administración del Liquidador, para ser considerados sólo
en los repartos futuros, y deberán aceptar todo lo obrado con anterioridad.
a.- Concepto.-
Puede ocurrir que un patrimonio (y todo lo que con él diga relación) interese a un
tercero, y que el sujeto titular de ese patrimonio no tenga interés en que se incorpore a él un
determinado derecho. El interesado, entonces, hace uso de esta facultad para incorporar el
derecho al patrimonio del indolente para hacer efectivos sus créditos.
67
En este caso, los cambios en la relación jurídica procesal pueden producirse durante
el curso del proceso.
El artículo 5 del C.P.C., que tiene en la actualidad poca aplicación debido a que la
comparecencia personal de la parte implica no tener que cumplir con el requisito del jus
postulandi (necesidad de abogado patrocinante y de apoderado), establece que si muere la
parte que estaba litigando personalmente, el juicio se suspende y para continuarlo es
necesario notificar a los herederos del fallecido y esperar después de la notificación el
transcurso del término de emplazamiento. Sólo así el juicio se reinicia procesalmente. La
ley, en todo caso, no exige que se comunique la muerte de la parte a la contraparte.
El mandato judicial no se extingue por la muerte del mandante; por tanto, si las
partes están actuando por medio de apoderados, su muerte no tiene relevancia procesal.
Si se trata de una cesión de derechos litigiosos, la situación cambia (Ver art. 1911 y
sgtes del C.Civ). Un derecho se entiende litigiosos desde el momento en que se notifica
judicialmente la demanda.
c.- La subrogación.
Contemplada en el artículo 1.610 del Código Civil opera por el solo hecho del pago
en las situaciones que ese artículo contempla.
Establecida en el artículo 1.611 del Código Civil, por expresa disposición del
artículo anterior produce el efecto de traslación de los derechos y obligaciones del
subrogado. El que paga ocupa el lugar procesal del acreedor antiguo por la subrogación
convencional; se produce una alteración de la parte en el juicio.
En el proceso penal, la regla general es que las personas no son obligadas a deducir
querella o denunciar la comisión de un delito al órgano jurisdiccional, teniendo para ella el
ejercicio de la acción penal un carácter facultativo (arts. 83 y 93 del C.P.P.).
Los Terceros son aquellas personas que no están vinculadas expresa y directamente a
un conflicto promovido ante el órgano jurisdiccional.
El proceso sólo tiene efectos relativos y la sentencia sólo afecta a las partes que han
intervenido en el procedimiento del cual emana. Normalmente, los que no han sido
demandantes ni demandados no son afectados por la sentencia.
Terceros interesados son todos aquellos que, sin ser partes directas en un proceso,
ven afectados sus derechos a causa de ese proceso.
Tercero interesado es pues, aquel que teniendo interés en los resultados del juicio, no
ha sido parte originaria en él y llega a serlo por afectarse un derecho propio.
ejecutante en el juicio ejecutivo con el producto de la liquidación de los bienes por poseer
un crédito privilegiado; y la tercería de pago, en la cual un tercero solicita concurrir como
valista a pagarse a prorrata con el ejecutante de su crédito con el producto de la
liquidación, por no poseer el ejecutado otros bienes.
Los requisitos que deben concurrir para interponer una tercería son:
Para que exista relación procesal válida deben concurrir los requisitos:
El interés actual en el resultado del juicio se entiende que debe existir en el momento
de la intervención. No puede tratarse de un interés eventual o condicionado. (Art. 23 del
C.P.C.).
La ley al hablar de terceros se refiere a los que tienen posibilidad de ser parte en él.
Esto quiere decir que hay terceros que nunca serán partes en el juicio. Ellos son los
testigos y los peritos.
Los testigos son sólo un medio de prueba cuyos derechos y obligaciones nada tienen
que ver con los de las partes: sus obligaciones son las de comparecer ante el tribunal y de
declarar cuando se les solicite, diciendo la verdad acerca de lo que se les pregunta.
Los peritos son también un medio de prueba, cuya obligación se reduce a dar una
información técnica cuando le es solicitada.
Las clases de tercerías que pueden hacer valer los terceros o las forma en que ellos
pueden llegar a intervenir en relación con las partes son:
70
Al existir una identidad de defensas y posiciones del tercero con una de las partes, el
tercero deberá actuar conjuntamente con esa parte a la que adhiere a través de un
procurador común de acuerdo a lo previsto en el artículo 23 del Código de Procedimiento
Civil, sin perjuicio de hacer separadamente las alegaciones y rendir las pruebas que
estimare conducentes, cuando no se conformare con el procedimiento adoptado por el
procurador común.
La Jurisprudencia ha señalado que poseen este carácter los acreedores de una de las
partes, los cesionarios de una cuota de derecho de herencia, los accionistas de una sociedad
anónima en un juicio que se sigue en contra de la sociedad, el sindico de la quiebra del
marido en los juicios de separación de bienes seguidos por la mujer contra el marido, el
comunero; etc.
Son aquellos, como su nombre lo indica, que sostienen un interés independiente del
que han hecho valer las partes en el juicio.
Estos terceros no actúan conjuntamente con alguna de las partes a través del
procurador común, sino que en forma separada y sin sujeción al procurador común.
Las resoluciones que recaen en los juicios en que intervienen terceros, cualquiera sea
la clase de éstos, producen respecto de ellos los mismos efectos que respecto de las partes
principales de acuerdo a lo previsto en el artículo 24 del C.P.C.
RESUMEN
Demandante
Directas
Demandado
PARTES Indiferente
Peritos
Indirectas Intervinientes
Testigos
Previamente hay que recordar que en nuestra legislación el proceso penal puede ser
de dos clases: público y privado, pudiendo existir una tercera, el proceso penal mixto.
El proceso penal público es aquel en que se persigue la sanción del que ha cometido
un delito cuya represión interesa a toda la sociedad; el Código de Procedimiento Penal lo
72
El proceso penal privado es aquel en que sólo puede ser perseguida la sanción del
delincuente por requerimiento del ofendido mediante la interposición de una querella.
La regla general es que el delito sea de acción pública, es decir, que pueda ser
iniciado por requerimiento de cualquier persona. La excepción la constituyen los de acción
privada que están taxativamente señalados por el Código de Procedimiento Penal en el
artículo 18 del C.P.P.
Sumario
Ministerio Público
PARTES ACTIVAS
Acusador
Plenario
Actor Civil
Sumario Procesado
PARTES PASIVAS
Acusado
Plenario
Es posible que se reúnan en una persona los dos calidades de querellante y actor
civil.
73
La importancia que tiene el ser parte en el proceso penal, es que tienen el derecho de
intervenir y solicitar diligencias en el proceso, aún cuando éste se encuentre en la etapa del
sumario.
La figura jurídica del procesado o reo no nace en forma arbitraria y nada tiene que
ver con la manera de aparecer el demandado en el proceso civil.
La figura del procesado o reo sólo nace cuando el tribunal que substancia la causa
dicta una resolución en tal sentido. Esta resolución está cuidadosamente reglamentada por
el Código de Procedimiento Penal y, para que produzca sus efectos, tiene que reunir dos
requisitos copulativos:
2.-Que esté acreditado un hecho punible (es decir, que se encuentre establecido el
cuerpo del delito).
b)Sin que exista reo en el proceso no es posible que la causa pase al estado de
plenario; si no hay reo, jamás habrá plenario y menos aún sentencia definitiva: el
procedimiento termina de una manera anormal.
Cuando en el proceso penal se pasa a la etapa del plenario, este hecho va unido a otro
de suma importancia y de naturaleza similar a la declaratoria del reo: es la llamada
acusación, por la cual se imputa al reo o procesado la comisión del delito de que se trata.
El auto-acusatorio es una resolución por la cual el juez fija los principios básicos para
seguir adelante el proceso penal; los elementos que configuran el delito y la persona contra
quién se seguirá la acción.
Existe también otra situación que se configura en el solo orden civil: es la del tercero
civilmente responsable que no es sujeto pasivo de la acción penal sino únicamente de la
acción civil. Ej: en un cuasidelito cometido por un menor de edad, responde éste del
cuasidelito, pero responde su representante legal de los efectos civiles que pudieren
derivarse de la acción penal.
Con respecto a la parte pasiva, se siguen las reglas, tanto para el sumario como para
el plenario, que rigen el proceso por delito de acción pública. En el plenario siempre habrá
un querellante o acusador y un querellado, reo o acusado.
Es casi imposible que exista un tercero civilmente responsable; podría ocurrir esto en
los delitos de rapto o violación, pero es, de todas maneras, muy difícil.
2.-Inculpado.- Se entiende por tal, el sujeto contra el cual se dirige la acción penal
antes de ser declarado reo o sometido a proceso, ya que por la dictación del auto de
procesamiento se transforma en parte pasiva para todos los efectos legales y nacen para él
todos los derechos establecidos en el Código de Procedimiento Penal. Sin embargo, el
inculpado tiene ciertos derechos que le son propios: ellos son solicita la libertad
provisional, deducir el recurso de amparo, en contra de una detención arbitraria y ejercer
además los derechos que le confiere el artículo 67 del C.P.P.
proceso penal por crimen o simple delito de acción pública, atendido el texto del artículo
21 del Código de Procedimiento Penal. En efecto, ello se desprende claramente de ese
precepto al expresar: "Si varias personas no exceptuadas pretendieren ejercer la acción
pública con respecto a un mismo delito, podrán hacerlo procediendo conjuntamente por
medio de un mandatario común.
La víctima ( art. 108 del C.P.P), puede participar en el proceso ejerciendo los
derechos que le confiere el artículo 109 de ese Código. Sin embargo, la victima podrá ser
parte activa del proceso penal si ejerce la respectiva querella criminal (art. 111), quien
podrá acusar particularmente o adherirse a la acusación, y presentar la demanda civil en
contra del imputado, ofreciendo pruebas (art. 261) , y asistir al juicio oral para sustentar la
pretensión penal que hubiere hecho valer por vía de adhesión a la formulada por el Fiscal o
en forma principal, rindiendo las pruebas necesarias para tal efecto y que se hubieren
aceptado en la audiencia preparatoria de juicio oral.
En el nuevo sistema procesal penal, solo la victima puede ejercer la acción civil,
debiendo todo otro tercero que hubiere experimentado algún daño proceder a demandar
ante los tribunales civiles competentes según las reglas generales.
Para este efecto, se entenderá por primera actuación del procedimiento cualquiera
diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie, que se
realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el ministerio público o la
policía, en la que se atribuyere a una persona responsabilidad en un hecho punible.
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77
78
1.- CONCEPTO.
El emplazamiento es el llamamiento con plazo hecho por el juez, citando a alguna
persona para que comparezca en un proceso o instancia a manifestar su defensa o a cumplir
con lo que se mandare.(Couture)
2.- ELEMENTOS.
El emplazamiento siempre se encuentra compuesto de dos elementos:
2.- Transcurso del plazo para que se hagan valer los derechos.
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Este término de emplazamiento del juicio ordinario contemplado en los artículos 258
y 259 del C.P.C. tiene importancia, puesto que el que deberá aplicarse en todos los casos
en que el legislador se refiere en sus disposiciones al término de emplazamiento sin señalar
su extensión. Esta situación es la que se produce por ejemplo en los casos contemplados en
los artículos 5, 21 y 492 del Código de Procedimiento Civil.
Este plazo en el juicio sumario es para que las partes comparezcan ante el tribunal a
un comparendo de discusión en el cual el demandante ratifica su demanda, y el
demandado, debe proceder a efectuar la contestación de la demanda.
80
Por otra parte, el artículo 80 del C.P.C. posibilita al demandado rebelde para solicitar
que se declare la nulidad de todo lo obrado en caso de acreditar que no se le ha hecho
llegar las copias de la demanda y resolución recaída en ella o que ellas no son exactas en su
parte substancial.
Este plazo comienza a correr desde el hecho material consistente en el certificado del
secretario del tribunal de alzada de haber ingresado los antecedentes correspondientes al
recurso de apelación.
81
El plazo fatal para que las partes comparezcan ante el tribunal de segunda instancia,
que se cuenta desde el certificado de ingreso, varía de acuerdo a la ubicación del tribunal
de primera instancia en relación con la del tribunal de alzada, pudiendo ser éste a saber:
a) El proceso pasa a tener existencia legal, creándose un vínculo de las partes entre sí
y de estas con el tribunal. De acuerdo con ello, las partes permanecen ligadas ante ese
tribunal para la resolución del conflicto y el tribunal se encuentra obligado a dictar
82
d) Las partes tienen la obligación de realizar las actuaciones necesarias para que el
procedimiento avance.
Si las partes del proceso civil permanecen inactivas sin realizar actuaciones útiles
para darle curso al procedimiento por más de seis meses contados desde la última
resolución recaída en una gestión útil, el demandado podrá solicitarle al tribunal que
declare el abandono del procedimiento.
2.-Se genera para el demandado la carga de la defensa, derecho que debe ejercer
dentro de los plazos fatales que establece la ley so pena de quedar en rebeldía y disminuir
sus posibilidades de ganar el juicio.
3.-Se genera la carga de la prueba, la que en general debe ser soportada por quien
sostiene posiciones positivas.
4.-El tribunal, debe dictar las providencias para dar curso al procedimiento y una vez
terminada su tramitación proceder a dictar sentencia para la resolución del conflicto dentro
de los plazos legales. El incumplimiento de estas obligaciones posibilita la interposición de
una queja disciplinaria en contra del juez de acuerdo a lo previsto en el artículo 545 del
C.O.T..-
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b.- Se transforman en litigiosos los derechos para los efectos de su cesión de acuerdo
a lo previsto en el artículo 1911 del C.Civ.
e.- Impide que el pago por consignación sea calificado de suficiente por el tribunal
en la gestión voluntaria, debiendo ella efectuarse en el juicio que se hubiere iniciado o se
encontrare pendiente al efecto de acuerdo a lo previsto en el artículo 1.603 del C. Civil.
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De acuerdo con esa institución del abandono de la acción penal privada, si las partes
no dan curso al procedimiento de acción penal privada durante 30 días, el tribunal que está
conociendo de la causa en primera o segunda instancia, de oficio o a petición de parte,
puede declarar el abandono de la acción.
Esta sanción del abandono de la acción penal privada es más drástica que el
abandono del procedimiento, no sólo porque su plazo es menor y puede ser declarada de
oficio por el tribunal, sino porque además produce la pérdida no sólo del procedimiento,
sino que además de la pretensión penal privada que se hizo valer en él.
Este derecho sólo podrá ejercerse hasta por dos veces en cada instancia, sin perjuicio
de hacerlo valer además, ante la Corte Suprema en caso que, ante dicho tribunal, estuvieren
pendientes recursos de casación o de queja en contra de sentencia definitiva.
De acuerdo con ello, tenemos que la suspensión tiene su origen en una convención
de carácter procesal, puesto que ella sólo puede operar por el acuerdo unilateral de ambas
partes.
Ese acuerdo se encuentra acotado en cuanto a su procedencia por parte del legislador,
puesto que sólo puede ser ejercido hasta por dos veces y hasta por un plazo máximo de
noventa días, en la primera instancia, en la segunda instancia, cualquiera sea el estado de
ellas, y ante la Corte Suprema, pero sólo si ella se encuentra avocada al conocimiento de
recursos de casación y queja y siempre que esos recursos se hayan interpuesto en contra de
sentencias definitivas.
El efecto que genera el acuerdo de las partes, que se debe materializar generalmente
mediante la presentación de un escrito de común acuerdo al tribunal, consiste en que los
plazos que estuvieren corriendo se suspenderán al presentarse el escrito y continuarán
corriendo vencido el plazo de suspensión acordado.
Ello significa que el período que media entre la presentación al tribunal del escrito de
suspensión de común acuerdo por las partes y el del vencimiento del plazo de suspensión
acordado no debe ser considerado para el computo de ningún plazo dentro del
procedimiento, puesto que se establece expresamente la suspensión de ellos dentro de ese
período.
Sin perjuicio de la suspensión del procedimiento por acuerdo de las partes, es posible
también que ella se produzca con motivo de la dictación de diversas resoluciones por parte
del tribunal que conoce la causa o del tribunal superior de aquel.
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Por otra parte, los tribunales superiores de aquel que conoce de un proceso pueden
ordenarle al inferior la tramitación de una causa mediante la orden de no innovar en los
recursos de apelación concedido en el sólo efecto devolutivo y en el recurso de queja.
Tratándose del recurso de queja, la orden de no innovar no suspende el curso de los plazos
fatales que hayan comenzado a correr antes de comunicarse dicha orden de acuerdo a lo
previsto en el Nº 7 del Auto Acordado de la Corte Suprema sobre tramitación y Fallo del
Recurso de Queja de 6 de Noviembre de 1972, que se contiene en el Apéndice del Código
Orgánico de Tribunales.
Sin embargo, existen otros medios o manera anormales de poner término al proceso,
como la transacción (Art. 2.460 C.Civ.), el avenimiento y la conciliación total (Art. 267
C.Civ.), el desistimiento de la demanda (Art.148 del C.P.C.), el abandono del
procedimiento (Art. 152 y siguientes del C.P.C.), y el abandono de la acción penal privada.
(Art. 587 del C.P.C.).-
87
De acuerdo con ello, es menester para que el proceso se origine que se ejerza una
acción para a poner en movimiento la jurisdicción destinada a obtener la solución del
conflicto promovido.
De acuerdo con lo anterior, tenemos que la acción “va dirigida al Estado, que es su
destinatario, y no al adversario, respecto de quien el ejercicio de ella opera únicamente la
sujeción, presupuesto lógico para que la decisión del órgano jurisdiccional despliegue su
eficacia con relación al demandado o acusado, creándose así las relaciones jurídicas entre
los diversos sujetos del proceso.
II.- ACEPCIONES.
La voz acción ha sido utilizada a lo largo del campo del derecho en los más variados
significados.
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a) Como sinónimo de derecho (así, se suele decir que “el actor carece de
acción”para significar la ausencia del derecho cuya tutela se invoca)
-En segundo lugar, no nos explica los casos en que existe el ejercicio de una acción
sin derecho, como ocurre con todas las demandas que son rechazadas en la sentencia
definitiva por ser ellas infundada.
-En tercer lugar, no nos explica las acciones insatisfechas no obstante haberse
acogido en el proceso, como ocurre en los casos de insolvencia de un deudor.
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Respecto de la teoría dualista se han sustentado tres variables, las que son
conocidas como las teorías concretas, abstractas y abstractas atenuadas de la acción.
Las teorías de la acción como derecho concreto la conciben como “un derecho a
obtener una sentencia de contenido determinado, de carácter favorable para el titular, el
cual tiene derecho a tal contenido, concreto y favorable, precisamente por la titularidad de
la acción que disfruta.”(Jaime Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I. Pág. 203.Civitas.4ª
edición.1998).
Los principales sustentadores de esta teoría han sido los autores italianos Chiovenda,
Calamandrei y Redenti.
a.- Chiovenda.
c.- La existencia de un objeto, que no es más que el efecto al cual tiende el poder de
obrar lo que se pide.
b.- Calamandrei.
Los requisitos que contempla Calamandrei para el ejercicio de la acción son los
siguientes:
b.- Legitimación para obrar. Consiste en que las partes del litigio deben encontrarse
frente al hecho específico real en una posición determinada que les permita estar sujetas a
las resultas del juicio.
c.- Interés. La satisfacción del interés debe necesariamente ser logrado en el proceso.
91
Se critican estas teorías porque no explican los casos en que el litigante ejerce una
acción sin poseer condiciones necesarias para obtener una sentencia favorable.
Las teorías de la acción como derecho abstracto “se definen por no concebir la
acción como poder de reclamar un fallo de contenido más o menos concreto, sino un fallo
sin más, ya se subordine o no este derecho a requisitos distintos como el de buena fe del
accionante. Suele replicarse a esta concepción diciendo que la acción así entendida no es
un verdadero derecho, sino una mera facultad, pero la objeción no es atendible porque nada
impide, en efecto, que el poder de actuar ante los Tribunales de Justicia no sea sino una
manifestación secundaria de un derecho más amplio, v.gr., del derecho constitucional de
petición”(Jaime Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I. Pág. 204.Civitas.4ª edición.1998).
a.- Carnelutti.
Para Carnelutti, la acción es un derecho autónomo para que el litigio tenga una justa
composición.
b.- Couture.
Para Couture, la acción es el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de
acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles la satisfacción de una pretensión.
Guasp ha criticado las dos teorías precedentes, señalando que “la doctrina no ofrece
sino la exasperación de las tesis privatistas con la vuelta a las doctrinas unitarias en su
forma de identificación de derechos o de justificación de derechos o la radicalización de la
tesis publicista hablando, v.gr., de la acción como del ejercicio por un particular de
funciones públicas. Y es que en realidad, a la terminación de este ciclo se descubre el error
de planteamiento que supone erigir la idea de la acción en concepto central de la teoría del
objeto del proceso, pues se observa, en efecto, la relatividad e intrascendencia de tal
concepto para la resolución de los problemas puramente procesales. El derecho de acudir a
los tribunales, ya sea concreto o abstracto, frente al particular o frente al Estado, no es,
evidentemente, un derecho de naturaleza procesal, sino un supuesto del proceso, que
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permanece fuera de él, y que se acantona, bien en el terreno civil, bien en el terreno
político, quizá en ambos, sin poder, por ello, funcionar como clave explicativa de las
cuestiones de orden procesal estricto.”(Jaime Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I.
Páginas. 204 y 205. Civitas.4ª edición.1998).
Además, se diferencia del derecho de acción abstracto, en que no basta para accionar
ejercer un derecho de petición, sino que es menester además que a través de él se formule
una pretensión, esto es, un reclamo de un bien de la vida frente a otro sujeto distinto de un
órgano jurisdiccional.
En nuestro derecho, el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil nos estaría
demostrando al establecer los requisitos de la demanda, que no basta con el mero accionar
para que se inicie un proceso, sino que es menester que se haga valer una pretensión (parte
petitoria), la que debe encontrarse fundada en los hechos y en el derecho, precisándose
quien la ejerce, respecto de quien se ejerce y el tribunal ante el cual se hace valer. El
incumplimiento de la individualización de las partes de la relación procesal permite al
tribunal de oficio no darle curso (art. 256) , y al demandado pedir la corrección del
procedimiento si no se da cumplimiento a uno o mas de cualquiera de los requisitos del art.
254, mediante la excepción dilatoria de ineptitud de libelo.(Art. 303 Nº 4). Por su parte, el
art.102 del Código de Procedimiento Penal establece que no basta con el mero accionar
para que se inicie un proceso penal, puesto que “si no constituyen un delito los hechos
expuestos en la querella, el juez no le dará curso y dictará al efecto un auto motivado”
Desde este punto de vista, Guasp concibe la acción como el poder concedido por el
Estado de acudir a los Tribunales de Justicia para formular pretensiones. (Jaime Guasp
Derecho Procesal Civil. Tomo I. Página. 205. Civitas.4ª edición.1998).
Mediante la acción una persona ejerce el derecho ante el juez de formular una
pretensión de reclamación de un bien de la vida frente a persona distinta, la que debe
satisfacerla mediante la realización de una conducta determinada. La acción viene a ser el
continente y la pretensión el contenido. Esta teoría se ha criticado por asimilar el concepto
de acción y de pretensión.
Más que hablar de una clasificación de la acción, concebida ella como el derecho de
poner en movimiento el ejercicio de la función jurisdiccional, lo que procedente es
referirse a la clasificación de las pretensiones que se hacen valer mediante el ejercicio de
ésta.
Sin embargo se suele clasificar las acciones desde distintos puntos de vista:
b.- De acuerdo al objeto que se persigue a través de la pretensión civil que se hace
valer, se suelen clasificar en acciones muebles, inmuebles y mixtas.
93
La pretensión no es un derecho, sino que un acto, algo que se hace, pero no que se
tiene.
-La pretensión reclama una cierta actuación del órgano jurisdiccional que el actor
especifica.
-La pretensión se interpone siempre frente a una persona determinada distinta del
actor, pues en otro caso, carecería de la dimensión social que el derecho exige para
concederle el tratamiento adecuado.
B. ESTRUCTURA.
a)el órgano jurisdiccional, que debe contar con jurisdicción y competencia objetiva
y subjetiva ;
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b) el actor, que es quien formula la pretensión y debe contar con la capacidad para
ser parte, capacidad procesal, ius postulandi y con la legitimación activa para obrar; y
C. EFECTOS DE LA PRETENSIÓN.
fin normal, y concluye mediante la decisión judicial, ya que la decisión judicial no quiere
decir otra cosa que satisfacción de una pretensión o, en palabras más amplias, expresión de
una voluntad que decisoriamente examina y actúa o deniega la actuación de una pretensión
procesal. Si la pretensión procesal, sin llegar a quedar satisfecha, desaparece del mundo del
derecho, v.gr., porque, considerada como objeto de un acto de disposición, se admite la
posibilidad de revocarla íntegramente, entonces el proceso se extingue igualmente, sin que
resulte justificada su ulterior continuación, lo que explica que los actos de disposición de la
pretensión, característicamente, el desistimiento, lleven consigo una verdadera terminación
anormal del proceso, esto es, una extinción en sentido técnico del mismo. (Jaime Guasp
Derecho Procesal Civil. Tomo I. Página. 222 y 223. Civitas.4ª edición.1998).
E.PRETENSIONES MÚLTIPLES.
Lo normal es que el proceso tenga por objeto la satisfacción de una sola pretensión.
96
que se produce cuando dos o más pretensiones que se han hecho valer en procesos distintos
se acumulan de forma tal de pasar a formar parte de un solo proceso (acumulación de
autos).
b.- Por razón de forma, hay tres tipos de pluralidad de pretensiones: la simple,
la alternativa y la eventual o subsidiaria.
Sin embargo, podrá proponerse en una misma demanda dos o más acciones
incompatibles para que sean resueltas una como subsidiaria de la otra”.
Se estima que son incompatibles entre sí todas las pretensiones que no son
contradictorias entre sí, esto es, que pueden ser cumplidas en forma simultánea.
Sin embargo, es menester tener presente que la pluralidad de pretensiones exige para
que puedan hacerse valer simultáneamente en una misma demanda que el tribunal sea
competente para conocer de todas ellas y que las pretensiones deban hacerse valer y
tramitarse de acuerdo a un mismo procedimiento y no una de acuerdo con un
procedimiento y las otras de acuerdo con otro procedimiento.
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2.- REACCIÓN.
2.1.Allanamiento.
2.2.-Oposición a la pretensión.
Además, el tribunal no tiene que hacerse cargo de las alegaciones o defensas para su
resolución en la parte dispositiva del fallo, sino que ellas pueden ser analizadas por parte
del tribunal en la parte considerativa de éste.
b. Las excepciones.
Las excepciones dilatorias son aquellas que versan sobre vicios del procedimiento y
no se refieren a la pretensión que se ha hecho valer por parte del actor.
Las excepciones dilatorias tienen un carácter taxativo, puesto que ellas se encuentran
enumeradas en el art. 303 del C.P.C., pero genérico, atendido a que se pueden comprender
en el número 6 todos los vicios del procedimiento cuya corrección es posible solicitar del
tribunal por esta vía, los cuales no se especifican. Así por ejemplo, es posible solicitar por
esta vía la nulidad del procedimiento por falta o defectuosa notificación de la demanda, la
falta de capacidad del demandado o personería o representación legal de quien ha sido
emplazado en su nombre; etc.
Las excepciones dilatorias deben hacerse valer todas en un mismo escrito, antes de la
contestación de la demanda y dentro del término de emplazamiento. Las excepciones
dilatorias suspenden la tramitación del juicio y deben ser resueltas por el tribunal una vez
concluida la tramitación del incidente que ellas generan.
100
Finalmente, el tribunal tiene que pronunciarse acerca de las excepciones hechas valer
por el demandado en la parte dispositiva de la sentencia definitiva, debiendo contener las
consideraciones de hecho y de derecho en las que se basa para emitir ese
pronunciamiento.(Art. 170 Nº 6 del C.P.C.)
3.- LA RECONVENCIÓN.
El demandado puede en el proceso no solo adoptar una actitud defensiva para los
efectos de obtener el rechazo de la satisfacción de la pretensión hecha valer frente a él, sino
que además puede adoptar una actitud agresiva haciendo valer el demandado una
pretensión en contra del demandante, quien pasa a ser sujeto pasivo respecto de ella.
102
1.- CONCEPTO.
Los presupuestos procesales son aquellos antecedentes necesarios que deben
concurrir para que el juicio tenga una existencia jurídica, validez y eficacia.
De acuerdo con esta definición, nos encontramos en que es posible distinguir los
presupuestos procesales de existencia, esto es, aquellos antecedentes que deben concurrir
para que nos encontremos ante un proceso para que tenga una existencia jurídica, y
presupuestos procesales de validez, esto es, aquellos antecedentes que deben concurrir
para que un proceso no obstante poseer una existencia jurídica, tenga una validez formal, y
de eficacia, esto es, aquellos antecedentes que deben concurrir para que un proceso no
obstante poseer una existencia y validez jurídica, produzca sus efectos en relación con
determinados sujetos.
-El tribunal no está obligado a proveer la demanda para dar inicio a un proceso si
constata la falta de concurrencia de un presupuesto de existencia del proceso.
-No se produce una vez firme la sentencia la cosa juzgada, sino que estamos en
presencia de solo una cosa juzgada aparente
-Las partes pueden desconocer en cualquier momento el fallo por cualquier vía, sin
que exista un plazo para que se pueda sanear la inexistencia
103
-No se puede producir la convalidación del acto inexistente ni por voluntad de las
partes ni por transcurso del tiempo
-No es procedente interponer recursos, puesto que ellos están destinados a impugnar
una sentencia que tenga una existencia jurídica.
a.- No dar curso a la demanda en caso de no cumplir con alguno de los tres primeros
requisitos contemplados en el art.254 del C.P.C. (art. 256)
e.- Corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso. (Art. 84
inc. Final del C.P.C.)
f.- Casar de oficio la sentencia en la cual concurre un vicio que hace procedente el
recurso de casación en la forma.8 art. 775 C.P.C.)
- Las partes pueden durante el curso del proceso alegar la nulidad procesal que afecta
al proceso o a un acto específico de este mediante alguna de las siguientes vías:
d.- Ejerciendo la acción de revisión en los casos excepcionales que la ley contempla.
-El proceso nulo y los actos realizados en él generan todos sus efectos jurídicos
mientras no sea declarada la nulidad.
-El proceso nulo genera el estado de litispendencia, y este permanece vigente con
todos sus efectos mientras no se declare la nulidad.
-La nulidad procesal debe ser declarada, salvo disposición expresa de ley en
contrario, sólo en el caso que el vicio irrogue un perjuicio a las partes que sea reparable
sólo con la invalidación del fallo.
-La sentencia dictada en un proceso una vez firme produce cosa juzgada, puesto que
han precluído los medios de impugnación para reclamar del vicio. Excepcionalmente, se
puede pretender la declaración de nulidad en los casos específicos que se contemplan en el
llamado recurso de revisión.
-Las partes sólo pueden alegar la nulidad dentro del proceso y antes de que se
encuentre ejecutoriado el fallo, puesto que la cosa juzgada como summa preclusión
produce el saneamiento de los vicios de nulidad procesal.
-El acto nulo puede ser convalidado por voluntad expresa de las partes y por
transcurso del tiempo, en caso de no ejercerse los medios para reclamar la nulidad dentro
del término establecido en la ley.
-El recurso contemplado en la ley para alegar la nulidad procesal por haberse dictado
una sentencia viciada o emanar de un procedimiento viciado es el recurso de casación en la
forma.
“Es indispensable para que pueda dictarse una sentencia eficaz, la cual, naturalmente,
podrá ser favorable o desfavorable.”.(Enrique Vescovi. Teoría general del proceso. Pág.
197.1984.Editorial Temis.)
5. LA OPONIBILIDAD PROCESAL.
Para el desarrollo de la inoponibilidad procesal se ha acudido a la obra del profesor
Juan Colombo Campbell, denominada “los Actos Procesales”, quien en el Tomo II de
ellas, páginas 522 y siguientes, ha abordado por primera vez en forma orgánica en
nuestro ramo dicho tema, debiendo para profundizar los conceptos aquí extractados
105
“El acto procesal es oponible cuando produce efectos con relación a las personas a
quienes está destinado; es inoponible en todos los demás casos. La inoponibilidad debe
examinarse dentro del esquema de los actos procesales, puesto que impide que el acto
produzca sus efectos normales.
En cuanto al proceso, recuerdo que éste se forma al vincularse el juez, las partes y el
conflicto.
Por el contrario, lo resuelto por la sentencia será inoponible al resto de las personas y
conflictos. Los actos procesales ejecutados en un proceso no son oponibles a los terceros
absolutos, entendiéndose por tales a todos aquellos a que no vincula la relación procesal,
no a otro conflicto que no sea debatido en el proceso.
sido emplazado de manera alguna en el proceso. No se trata aquí de que haya sido mal
emplazado, sino que no haya sido emplazado. Igual situación se presenta con la extra petita
en función del conflicto. En tales situaciones, no estamos frente a un problema de
inexistencia o de nulidad procesal, sino de una posición de inoponibilidad de la sentencia y
de todos los actos del proceso, con relación a quienes no fueron vinculados en tiempo y
forma en él
-La inoponibilidad debe hacerse valer por un tercero en contra de quien se pretende
hacer valer un acto procesal o una sentencia.
-La inoponibilidad se puede hacer valer en contra de toda persona que pretenda
prevalerse del acto o de la nulidad afectada de ineficacia.
-La inoponibilidad no es una sanción que tenga por objeto atacar el acto mismo, sino
sus efectos.
107
I.-GENERALIDADES.
Los miembros de una comunidad civilizada saben anticipadamente que el proceso,
cuando no tenga cabida la autodefensa o no se haya arribado o no sea admisible la
autocomposición, constituye el medio normal para la resolución de los conflictos
jurídicamente trascendentes que se susciten dentro de la sociedad.
Todos los actos que configuran el proceso constituyen una unidad, que tiene un
carácter teleológico, cuyo fin es la decisión del conflicto mediante un juicio de autoridad
que adquiera el carácter de cosa juzgada.
Sin embargo, el proceso es una idea de carácter abstracta y por ello era menester que
se estableciera una forma externa que canalizara su desarrollo o avance para arribar a su fin
propio. La forma externa destinada a canalizar este desarrollo del proceso para arribar al
fallo del conflicto es el procedimiento. Por procedimiento entendemos "el sistema
racional y lógico que determina la secuencia o serie de actos que deben realizar las partes
y el tribunal para obtener los fines del proceso."
Los actos están, ante todo, vinculados por la unidad del fin, entendido en sentido
formal, en cuanto están dirigidos a provocar y preparar el acto final que cumplirá y cerrará
el procedimiento. Cada acto tiene, desde luego, una finalidad inmediata propia, que lo
califica en su individualidad, pero esta finalidad inmediata no tiene otra razón de ser que la
de representar un paso hacia un objeto más lejano, que es común a todos los actos y es la
formación del acto final, que resumirá el entero procedimiento y constituirá su resultado.
(Liebman).
Es así como los actos procesales son los actos jurídicos del proceso, el cual se
compone, como hemos dicho, de una sucesión de actos tendientes a un fin. La relación
procesal significa una combinación de estos actos. (Vescovi), siendo la oportunidad, forma
y lugar en que ellos deben ser llevados a cabo establecida por el procedimiento. Como
108
señala el profesor Colombo, el proceso vendría a ser una secuencia de actos ligados por la
relación procesal; podría compararse con una tira cinematográfica en que los actos
procesales representan cada uno de los cuadros de la misma; éstos aisladamente, carecen
de sentido, pero vistos y proyectados en el tiempo y en el espacio tienen un contenido y un
fin.
El acto jurídico procesal no viene a ser más que una especie del acto jurídico,
diferenciándose de éste fundamentalmente en que está destinado a producir sus efectos en
el proceso.
Es por ello, que los actos jurídicos procesales se rigen por las disposiciones del
derecho sustancial y cuando corresponda por ciertas disposiciones especiales establecidas
por el Derecho Procesal modificatorias de los requisitos y efectos establecidos por aquel.
Desde el punto de vista del derecho procesal, es evidente que existen hechos en sí
mismos jurídicamente indiferentes y otros que pueden afectar el proceso, por lo cual son
regulados por nuestra ciencia.
Por su parte, Couture nos señala como ejemplos de hechos jurídicos procesales la
pérdida de la capacidad de una de las partes, la amnesia de un testigo, la destrucción
involuntaria de una o más piezas de un expediente.-
109
Finalmente, cabe mencionar el transcurso del tiempo, que tiene gran importancia en
el derecho procesal, puesto que el proceso consta de una serie de hechos y actos regulados
en las formas y el tiempo por las normas procesales.
Chiovenda define a los actos jurídicos procesales como aquellos "actos que tienen
importancia jurídica respecto de la relación procesal; esto es, los actos que tienen por
consecuencia inmediata la constitución, la conservación, el desenvolvimiento, la
modificación o la definición de una relación procesal".
Couture nos da una definición sin pronunciarse acerca de la naturaleza jurídica del
proceso, por lo que ella tiene un carácter mas general y es ampliamente aceptada por la
doctrina nacional y extranjera."Por acto procesal se entiende el acto jurídico emanado de
las partes, de los agentes de la jurisdicción o aun de los terceros ligados al proceso,
susceptible de crear, modificar o extinguir efectos procesales".
Los elementos del acto jurídico procesal de acuerdo con su definición, son los
siguientes:
El acto jurídico procesal se diferencia del resto de los actos jurídicos en que
normalmente la exteriorización de la voluntad deberá manifestarse en forma solemne o
formal y no en forma consensual.
En efecto, el acto jurídico procesal debe realizarse según las formas procesales,
entendidas éstas como las condiciones de lugar, tiempo y medios de expresión a la que
deben someterse los actos procesales. (Chiovenda).
Al respecto, podemos señalar siguiendo a Alsina, que ni las partes ni el juez pueden
infringir el texto legal en relación a las formas, cuando se halle afectado el interés público y
que aún cuando el concepto de orden público es poco preciso , puede decirse que él
comprende siempre las garantías constitucionales, especialmente la relativa al derecho de
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defensa.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que por regla general lo prohibido es la
disposición o renuncia anticipada de las formas, pero no su renuncia posterior.
Para definir un acto jurídico procesal el énfasis se pone no en que éste se haya
realizado dentro del proceso, sino en que necesariamente, cualquiera sea el lugar e instante
en que se realice, él está destinado a producir efectos en el proceso.
Lo normal será que el acto jurídico procesal se realice dentro del proceso, pero
existen actos procesales que se realizan fuera del proceso o antes incluso de su constitución
que están destinados a producir efectos a su respecto. Así podemos mencionar a título
meramente ejemplar el compromiso, la cláusula compromisoria, la prorroga expresa de la
competencia, la transacción, etc.-
Se puede escoger cualquier acto jurídico procesal para comprobar ese aserto. Así,
v,gr., la demanda (art.254 C.P.C.), la contestación de la demanda (art.309 C.P.C.); la
sentencia definitiva (art.170 C.P.C.), etc. En todos estos preceptos el legislador indica una
serie de requisitos, los que son imperativos, dada la redacción de todos ellos al contemplar
las formas verbales "debe", "contendrán", etc.
En tercer lugar, cualquiera sea la teoría de la naturaleza del proceso que se sustente,
los actos jurídicos procesales se integran de tal manera al proceso que lo suponen (no
pueden existir sin él) y lo crean (el proceso se configura por una serie de actos jurídicos
procesales). Sin ellos, el proceso no existe.
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La unidad del proceso y del procedimiento es la que permite llegar al fin. Ejemplo:
una confesión se puede pedir una vez que esté contestada la demanda, siendo autónoma
respecto de los hechos no se extiende al fallo del asunto.
Todos los actos jurídicos procesales están dentro del concepto de unidad del proceso;
de ahí que exista la preclusión. Con autonomía absoluta nunca puede haber preclusión.
VI.- CLASIFICACIONES
Los actos jurídicos procesales admiten una serie de clasificaciones. Tales son:
Los actos jurídicos unilaterales son la regla general y nos da una idea de que los
actos principales del procedimiento siempre tienen esta naturaleza. así, v.gr., la demanda,
la contestación, el ofrecimiento de prueba, la apelación, la sentencia, etc.
b) Desde el punto de vista del sujeto que origina el acto, éstos se clasifican en:
3.- Actos de terceros, entendiendo por tales a las personas que son ajenas al litigio,
pero vinculadas al proceso y que no son parte del mismo.
Es esencial en primera instancia civil la demanda; puesto que sin ella no puede haber
ejercicio de actividad jurisdiccional (art.10 C.O.T.).
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c) Desde el punto de vista de las partes, los actos procesales se clasifican en:
1.- Los actos de impulso procesal son aquellos que realizan las partes para dar
curso al procedimiento. Estos constituyen peticiones que cada parte dirige al tribunal para
que éste proceda, según corresponda, a dejar afinado el proceso para sentencia.
2.- Distintos son los actos de "postulación”de las partes, en que éstas pretenden no
sólo dar curso al procedimiento sino que también formular cuestiones de fondo o que se
vinculan con el asunto que ha sido objeto del juicio. Entre estos destacan la demanda, la
réplica, el desistimiento de la demanda, las excepciones perentorias, las defensas, la
contestación de la demanda, etc.
3.- Los actos probatorios se explican por sí mismos. Se refieren a aquéllos que las
partes realizan para acreditar los hechos fundantes de sus respectivas pretensiones y
oposiciones.
4.- Los actos de impugnación son aquellos que, indistintamente utilizados por las
partes, pretenden atacar resoluciones o actos del tribunal por defectos de forma o de fondo,
o bien, porque tales actos producen un agravio o un gravamen irreparable. Los principales
actos de impugnación son los recursos procesales.
d)Desde el punto de vista de los terceros, los actos que éstos realizan se clasifican
en:
2.- Los actos de certificación de terceros están entregados a los ministros de fe, que
son auxiliares de los tribunales que dan fe o acreditan la realización de un hecho o de un
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acto, o lo materializan.
Dos son los típicos ministros de fe, dentro del procedimiento, que se encuentra
presentes a lo largo de toda nuestra legislación procesal: el receptor y el secretario.
En seguida, los actos de certificación pueden tener una finalidad bastante clara: dejar
constancia en el expediente de lo que en el proceso ha ocurrido. Esta modalidad hace
aplicable el Principio de la protocolización y se traduce en dejar constancia de una
circunstancia que sea relevante en el Derecho positivo chileno. Así, v.gr., la constancia de
las búsqueda estampadas de acuerdo al art.44 CPC.; la certificación que hace el secretario
del tribunal para los efectos de determinar el momento en que una resolución se encuentra
ejecutoriada (art.174 CPC.); el certificado de haberse acompañado dinero suficiente para
compulsa (art.197,inc.2º CPC.); etc.
Las partes, para efectos de seguridad jurídica, siempre deben estar atentas a solicitar
por sí actos de certificación, aunque la ley no los exija.
3.-Los actos de opinión de terceros son todos aquellos que el tribunal está obligado
o queda facultado para recurrir al informe de un tercero.
En el art.357 C.O.T. establece los casos en que el ministerio público debe ser oído; el
358 indica cuáles son las circunstancias en que no se oirá al ministerio público; y el art.359
establece la facultad para los tribunales de oir al ministerio público en todos los casos en
que lo estime conveniente.
Tratándose de los defensores públicos, art.366 C.O.T. señala los casos en que deben
éstos ser oídos. En seguida, el art.369 C.O.T. indica que es facultativo para los defensores
públicos representar en los negocios judiciales a los incapaces, a los ausentes, a las
herencias yacentes, a los derechos de los que están por nacer, a las personas jurídicas o a
las obras pías, siempre que no tengan guardador, procurador o representante legal.
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Los informes en derecho, de que tratan los arts. 228 a 230 C.P.C., quedan
comprendidos dentro de esta clasificación.
Elemento primario de todo acto jurídico es la voluntad, entendida como "la facultad
que nos permite hacer o no hacer lo que deseamos".
La voluntad expresa en los actos jurídicos procesales debe producirse a través del
exacto cumplimiento de las formas que señala la ley. El ejemplo más claro de este requisito
es el acto jurídico procesal de presentación de un recurso de casación: el escrito debe
señalar expresa y determinadamente la ley o leyes que se suponen infringidas, la forma en
que se ha producido la infracción y la manera cómo ésta influye en lo dispositivo del fallo
(recurso de casación en el fondo);o la mención expresa y determinada del vicio o defecto
en que se funda y la ley que concede el recurso por la causal que se invoca (recurso de
casación en la forma), etc.
Si en el Derecho Civil los requisitos exigidos para dar valor al silencio son de por sí
minuciosos y excepcionales; en el Derecho Procesal el legislador es extraordinariamente
riguroso. En ningún caso se requiere que el juez deduzca, por sí, alguna orientación de la
voluntad en el silencio de alguna de las partes.
En materia procesal, los vicios de la voluntad son el error, la fuerza y el dolo. Estos
aparecen en Derecho Procesal más atenuados en su regulación y efectos que en materia
sustancial civil.
A.- ERROR
El error no sólo puede estar presente en los actos de las partes, sino que también en
los del tribunal. Así por ejemplo, el error de derecho es causal del recurso de casación en el
fondo en materia penal (art.546 C.P.P., donde se habla de "calificación equivocada", "error
de derecho", etc.) y en materia civil (art.767 C.P.C.).
En otro orden de ideas, el error en un acto procesal del tribunal impone un tipo de
responsabilidad en virtud de lo dispuesto en el art.19, Nº7, letra i) de la Constitución: "Una
vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere sido sometido
a proceso o condenado en cualquier instancia por resolución que la Corte Suprema declare
injustificadamente errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el Estado de
los perjuicios patrimoniales y morales que haya sufrido..."
B.- LA FUERZA:
Desde otra perspectiva, la fuerza también aparece en caso de que se notifique una
demanda y el demandado sea retenido en un lugar determinado hasta que venza el término
para contestarla, dejándosele en libertad luego de haberse producido la rebeldía en el
proceso. Esta situación no se contempla en nuestro Código en términos explícitos, pero, a
juicio del Sr. Mosquera, es claro que cuando el legislador se refiere a "fuerza mayor”en el
art.79 C.P.C., debe incluirse en ésta el caso propuesto: "Pondrá un litigante pedir la
rescisión de lo que se haya obrado en el juicio en rebeldía suya, ofreciendo probar que ha
estado impedido por fuerza mayor”(inc.1º).
C.- EL DOLO
Con este vicio de la voluntad pasa lo mismo que con la fuerza. El dolo no fue
considerado, dentro del Código de Procedimiento Civil, como vicio de la voluntad.
sobre esta petición el tribunal no mantiene dichas medidas, por este sólo hecho quedará
responsable el que las haya solicitado de los perjuicios causados, considerándose doloso su
procedimiento". (art.280, inc.2º C.P.C.).
Un tribunal es tal desde que tiene jurisdicción, esto es, desde que ha sido nombrado y
ha jurado en el cargo el juez.
Respecto de las partes, por regla general, toda persona tiene capacidad, salvo
aquellos que son incapaces por expresa disposición de la ley. La capacidad procesal se
completa con el ius postulandi.
A la capacidad se refieren los arts.254, Nº2; 8º, 273 Nº1; 303, Nº2; 82; y 309, Nº2
C.P.C.; 136,257, 258, 259, 150, 390, 440, 490, 494, 1447, C.C.; etc.
3.- EL OBJETO
El objeto, al igual que en materia sustancial, debe ser real, determinado o
determinable. Asimismo, no debe ser ilícito o contrario a la moral, a las buenas costumbres
o al orden público.
En definitiva, esta clase de venta es procesal in limine litis, esto es, sólo al comienzo,
ya que en lo demás es enteramente sustancial.
Finalmente, en cuanto al objeto ilícito nos encontramos con varios casos. Así, v.gr.,
la prórroga de la competencia en materia penal y en asuntos civiles no contenciosos, las
materias de arbitraje prohibido, etc.
4.- LA CAUSA
Nuestra legislación sustancial señala que la causa es "el motivo que induce al acto o
contrato”(art.1467, inc.2º C.C.) Esta idea se vuelve a hacer presente tratándose de los actos
procesales. En efecto, "la causa de un acto jurídico procesal es un motivo o por qué en
cuanto jurídicamente relevante, pero no el principio a que obedece, los rasgos con que se
exterioriza o el fin que lo inspira".
En todos los actos jurídicos procesales siempre existe un causa. Así, v.gr., en la
apelación es el agravio, en el patrocinio es tener un debate de alto nivel jurídico , en el
mandato es tener buenos representantes, etc.
Asimismo, la causa de todo acto debe ser lícita. Su opuesto se vincula con el dolo y
con la colusión procesal, con los testigos falsos, etc. (art.810 C.P.C.), etc.
Este elemento, referido al contenido y finalidad de los actos, no ha sido hasta ahora,
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en general, considerando debidamente por la doctrina, en virtud del carácter formalista que
se asigna a nuestra disciplina.
Teniendo en cuenta dicho interés, dichos motivos impulsores de los actos procesales,
es como se ha podido explicar que no solo para deducir una pretensión -esto es, para poner
en movimiento el proceso todo se necesita interés, sino también para los diversos actos
procesales en particular.
Por ello debemos admitir que se trata, en definitiva, de un elemento esencial para el
estudio de los actos procesales.
Es cierto que el primer impulso es antiformalista y nos lleva a aborrecer las formas
por encontrarlas como un obstáculo a la realización de la justicia que debe mirar el fondo
de las cosas. Pero, luego, la meditación y la experiencia nos hacen considerar dichas
formas como indispensables para la función jurisdiccional misma.
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Naturalmente que nos referimos a las formas necesarias como garantías de los
derechos de las partes en el proceso e indispensables para el mejor cumplimiento del fin
público de aquel, mientras que rechazamos todo formalismo vacío e inútil.
Por supuesto que el predominio del principio dispositivo hace que, en ciertos casos,
las formas estén establecidas para cumplir la voluntad de las partes, por lo que estas
pueden apartarse de ellas. Así sucede con el propio proceso, que las partes pueden iniciar o
no, sustituirlo por el juicio arbitral, desistir de él, etc. Así ocurre con la posibilidad de
prorrogar la competencia, de minorar los plazos de prueba, de renunciar a las excepciones
del juicio ejecutivo pero, como cualquiera que sea se trata de normas expresas estatuidas
en leyes, que son, como sabemos, las que pueden establecer el orden y la formalidad de los
juicios. Además, son casos limitados e instituidos expresamente por las leyes.
En otros casos, el acto se halla establecido en interés de una de las partes (apelación)
y esta puede no cumplirlo. Por lo demás, la mayoría de las nulidades procesales quedan
convalidadas durante el propio proceso, si no se reclama de ellas inmediatamente. Este
principio, estatuido para sanear el procedimiento y evitar que se hagan reclamaciones
tardías, no implica renunciar a las formas, sino imponer otros valores necesarios (certeza,
no necesidad de anular si no hay perjuicio, etc.).
O sea que, en definitiva y fuera de las formas que las partes están autorizadas para
alterar por expresa disposición legal, existe la posibilidad de prescindir de algunas de ellas,
establecidas solo en interés de las partes. ALSINA dice que la pauta para determinar cuáles
pueden renunciarse y cuáles no, es la de que debe estarse a lo dispuesto por el Código
sobre las materias que pueden someterse o no a juicio arbitral. Esto en lo que se refiere a la
posibilidad de apartarse del proceso, pero en cuanto a las formas de éstos rige el principio
general enunciado, es decir, que las partes no pueden apartarse de tales formas. No
olvidemos que el proceso y el procedimiento tienen en general un fin público y no
privado.
actos, motivo por el cual se sigue de ello la ineficacia del acto realizado.
El acto jurídico es ineficaz en sentido amplio cuando no genera sus efectos propios o
deja de producirlos por cualquier causa, sea intrínseca o inherente a la estructura del acto
mismo, sea que dicha causa consista en un hecho extrínseco o ajeno a él.
B.- LA INEXISTENCIA.
La inexistencia es la sanción que tienen los actos jurídicos procesales ejecutados con
omisión de los requisitos exigidos para que ellos tengan existencia jurídica.
Formando el acto jurídico procesal parte del proceso, necesariamente la falta de los
presupuestos procesales de existencia de este conllevará la inexistencia del acto procesal.
"El concepto de inexistencia se utiliza para denotar algo que carece de aquellos elementos
que son de la esencia y de la vida misma del acto; un quid incapaz de todo efecto.
(Couture)".
Así, la sentencia dictada por quien no es juez no es una sentencia sino una "no
sentencia". Ni siquiera es un acto; es frente al proceso un simple hecho de terceros.
b) La falta de parte.
En el caso que se trabará una relación procesal para resolver un conflicto, sin que
existiera sujeto activo o sujeto pasivo, en los casos en que no puede procederse de oficio.
Jamás podría acogerse en materia civil una demanda que no se dirigiera respecto a
alguna persona, como tampoco podría iniciarse un proceso sin que existiera un actor.
c) La falta de proceso.
El acto jurisdiccional tiene que emanar de un proceso, por lo que su inexistencia sólo
lo hace consistir a éste en meras opiniones carentes de toda eficacia.
a).- Si el proceso es inexistente, no hay sentencia ni cosa juzgada real. Sólo existe
una mera apariencia, que para desconocerla no es necesario deducir recurso alguno ni
efectuar gestiones dentro del pseudo proceso.
c).- No existe plazo alguno para desconocer los supuestos efectos que genera un acto
inexistente.
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d).- El acto inexistente no necesita ser convalidado sea por la voluntad de las partes o
el transcurso del tiempo.
C.- LA NULIDAD
La nulidad es una sanción de ineficacia respecto de los actos jurídicos del proceso
por el incumplimiento de algunos de los requisitos que la ley prescribe para su validez.
La nulidad del acto jurídico procesal se rige por normas procesales y que no aplican
directamente respecto de ellas las normas sobre la nulidad civil.
La nulidad es aquella que puede ser declarada de oficio a petición de parte por
haberse infringido normas que emanen del interés público, es decir, se refieren a la relación
procesal o que tengan por finalidad el orden público. Son casos de nulidad procesal los de
incompetencia absoluta, implicancia, nulidad incidental del art.84 del C.P.C. y la casación
de oficio.
La anulabilidad es aquella que puede ser declarada por el juez sólo a petición de
parte por haberse infringido normas que miren al orden privado. Son casos de anulabilidad
las excepciones dilatorias la incompetencia relativa. Ello es así se ha señalado por cuanto el
juez no está en su intervención en el proceso destinado a reemplazar a las partes en el
cumplimiento de sus obligaciones, sino que para velar por el respeto de todo aquello que es
trascendente para la existencia de un debido proceso.
Las causales genéricas son aquellas contempladas en el art.84, relativas a vicios que
anulen el proceso o circunstancias esenciales para la ritualidad o la marcha del juicio; la
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contemplada en el Nº9 del art.768 del C.P.C. y la causal de casación en el fondo en materia
civil.
Las causales especificas son las contempladas en los 8 primeros números del art.768
del C.P.C. y las nulidades especificas señaladas en los arts.79 y 80 del C.P.C. a propósito
del litigante rebelde y la fuerza mayor.
El acto que adolece de un vicio produce todos sus efectos mientras no es declarada la
nulidad procesal que lo afecta.
Es por ello que los actos procesales que se hubieren realizado fuera del proceso
(P.Ej. La transacción) no deben ser anuladas por vía de la nulidad procesal.
Por regla general, la nulidad de un acto procesal sólo afecta a éste y no al resto de
los actos realizados en el proceso. En tal caso, la doctrina nos habla de nulidad propia.
P.Ej. La nulidad de la declaración de un testigo.
Por otro lado, existe la nulidad extensiva o derivada, que es aquella que se produce
cuando la nulidad de un acto jurídico procesal no afecta sólo a éste, sino que a todos
aquellos que se hubieren realizado con posterioridad en atención a la vinculación existente
entre ellos en el proceso.
Asi, a partir de la última reforma debe promoverse dentro del plazo de 5 días desde
que se tuvo conocimiento del vicio. Transcurrido dicho plazo se extingue la facultad de
hacerla valer, a menos que se trate de la incompetencia absoluta.
En cuarto lugar, la nulidad se purga por la convalidación expresa o tácita del acto
nulo. (art.83 inc.2º del C.P.C.). El principio de la convalidación es aquel que establece que
toda nulidad se convalida con el consentimiento expreso o tácito del afectado.
Es así como en un fallo de muchos años atrás de don Rafael Fontecilla se declaró
valida la ratificación de un mandato judicial no autorizado por el secretario del tribunal
sobre la base de la falta de perjuicio y de haberse tolerado por largo tiempo por la parte
contraria el que ese mandatario interviniera en el juicio.
h) La nulidad procesal debe ser declarada sólo en el caso que el vicio que la genera
hubiere causado un perjuicio. En doctrina, se ha establecido respecto de la nulidad procesal
el principio de la trascendencia o protección. Este se enuncia en una forma muy simple y
escueta, pero tremendamente categórica: No hay nulidad sin perjuicio (pas de nullité sans
grief), esto es, la nulidad sin perjuicio no opera.
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Por tanto, si se comete un vicio que en nada altera los resultados finales, o sea, que
no produzca un perjuicio, no se podrá pedir la nulidad aun cuando el vicio exista".
Por otra parte, el art.767 requiere para interponer un recurso de casación en el fondo
no sólo que exista una infracción de ley, sino que ella además hubiere causado un perjuicio
por haber influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Los medios directos son aquellos que atacan directamente el acto que se pretende
invalidar. Revisten este carácter la declaración de nulidad de oficio por el tribunal (art.84
C.P.C.);la casación en la forma de oficio por el tribunal (art.776); la casación en el fondo
de oficio (art.785); el incidente de nulidad; las excepciones dilatorias; el recurso de
casación en la forma; el recurso de casación en el fondo y el recurso de revisión.
Los medios indirectos son aquellos que sin perseguir directamente la nulidad,
pretenden que ella sea declarada. Revisten este carácter el recurso de reposición; el recurso
de apelación; el recurso de queja.
D.- LA INOPONIBILIDAD
La regla general es que el acto procesal es sólo oponible a las personas vinculadas
con el proceso en que produce o que hayan tomado parte en la celebración de un acto
jurídico procesal extrajudicial.
Es así, como el acto jurídico procesal mas importante que emana del proceso como
es la sentencia, sólo produce sus efectos respecto de aquellos que hubieren sido parte en el
proceso. (art.177 del C.P.C.).
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Por otra parte, el art.185 del C.O.T. establece que la prorroga de jurisdicción
(competencia) sólo tiene efectos entre las personas que han concurrido a otorgarla, mas no
respecto de otras personas como los fiadores o codeudores"; en otras palabras, la prorroga
expresa de competencia es inoponible respecto de quienes no hubieren concurrido a
convenirla.
E.- LA PRECLUSION
En los procesos inspirados por el orden consecutivo legal es posible concebir la
preclusión (extinción) de la facultad de impetrar la nulidad procesal si no se respeta el
orden y las oportunidades establecidas para tal efecto por el legislador.
Además, debe tenerse presente que la sentencia ejecutorida produce la cosa juzgada
(suma o máxima preclusión), momento a partir de la cual se extingue la facultad de
impetrar la nulidad procesal en el proceso de cualquier acto.
Por otra parte, dentro del derecho procesal se establecen otras sanciones para el
incumplimiento de una carga u obligación dentro del proceso.
Podemos citar a título meramente ejemplar las siguientes: La condena en costas; las
consignaciones; la deserción; prescripción de los recursos; el apercibimiento al no
acompañarse copia de los escritos; la inadmisibidad como incumplimiento a requisitos
formales de escritos de defensa o recursos, etc.
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