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LO MODERNO1

Aunque el autor no habla directamente de modernidad, presenta una precisión


importante del término “moderno”, del cual se derivan algunos rasgos distintivos que
pueden contribuir a una mayor comprensión de esta categoría de análisis. La tarea del
profesor Cataño consiste en tratar de definir lo que se debe entender por pensamiento
moderno para el marco de su investigación, a pesar de las dificultades que implica para
este fin el carácter polisémico, complejo, relativo, paradójico y contradictorio del término.
Por esta razón, el autor no se inclina por una conceptualización en particular, sino que
prefiere identificar algunas características y rasgos particulares, que permitan la discusión
y la aplicación imaginativa del mismo dependiendo del contexto que se busca estudiar.

El autor entiende lo moderno como un estado espiritual y repetitivo, y como un periodo


histórico, pero también es las dos cosas a la vez. Lo espiritual y lo repetitivo hace relación
a lo “actual”, “… a lo que sucede de un tiempo para acá”, “a lo reciente”, o “a las cosas
que vienen sucediendo en el presente”. Esta connotación del término se viene aplicando
desde el renacimiento, especialmente desde el uso que Maquiavelo le da al término en “El
Príncipe”.

Como periodo histórico el término hace relación a un periodo de cambio en los planos de
la economía, la política y la cultura. Desde esta perspectiva, significa cosas contrarias al
mismo tiempo: superación de un estadio anterior (la modernización de américa Latina
significó la superación de la tradición), pero también es el resultado de un proceso que
viene desarrollándose de tiempo atrás (la teoría de la evolución permitió retornar al
estado animal del hombre y entender sus desarrollos desde este punto); el término no
significa una ruptura con el pasado, sino continuidad y articulación.

Desde esta perspectiva, lo moderno no es solo un proceso de transformación armónico y


pacífico, por el contrario se trata de un periodo lleno de conflictos, rompimientos y
contradicciones. El avance y el desarrollo están acompañados por la fragmentación y la
diferenciación de la sociedad, hecho ocurrido por la prevalencia de la diversidad de
intereses en pugna. La heterogeneidad ha tornado compleja y difícil la utilización del
término. Lo que para unos es moderno, para otros no. No necesariamente todas las
personas que asisten a este tiempo son modernas. Lo actual no es percibido por la
sociedad de igual manera. Todo esto da lugar a la emergencia de la subjetividad.

Ante estas dificultades, el autor comparte el siguiente consejo: para trabajar un concepto
tan multiforme y escurridizo como “moderno” (o “modernidad”), se debe comenzar por
establecer cuál es su objeto de estudio. Pero teniendo en cuenta que se trata de una tarea
compleja, ya que es un término cargado de contradicciones, paradojas y ambigüedades,
sobre todo cuando nos acercamos a la actualidad presente. Su definición depende del
contexto donde éste se contraste.
1
CATAÑO, Gonzalo (2013). Introducción del pensamiento moderno en Colombia. El caso de Luis E. Nieto
Arteta. Bogotá: publicaciones Universidad Externado de Colombia. 558 p.

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