Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
INVISIBLE
Título original:
THE INVISIBLE MAN
Traducción:
JUAN IZQUIERDO
ISBN: 978-987-571-178-5
GRADIFCO SRL©
Viamonte 2632 - Caseros
(B1678DWB) - Prov. de Buenos Aires - Argentina
Tel/Fax: (54-11) 4759-0286 / 4750-5688
E-mail: editorial@gradifco.com.ar
www.gradifco.com.ar
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
ESTUDIO PRELIMINAR
El hombre invisible
4 GRADIFCO SRL
forastero se convirtió en el centro de las habladurías, de
los rumores más sofisticados que se pudieran escuchar,
infundiendo terror en toda la población. Porque nadie
sabía la verdad... y ni podrían sospecharla.
Un experimento malogrado o, tal vez, inconcluso
había desencadenado en la destrucción, a la vista, de los
signos físicos de este hombre. Y así se lo fue contando a
la persona en la que depositó su confianza y a quien le
manifestó que tal tragedia le afectaba tanto física como
psicológicamente por lo que despertaba en las otras per-
sonas; y que así, viendo cómo habían resultado las cosas,
su única meta era crear el Reinado del Terror.
En esta obra, Wells apuesta a sus conocimientos
científicos para describir, paso a paso, una serie de expe-
rimentos detallados minuciosamente en el relato que “el
hombre invisible” hace de sus desafortunados actos.
EQUIPO EDITORIAL
GRADIFCO SRL 5
CAPÍTULO I
La llegada del extraño
GRADIFCO SRL 7
H. G. WELLS
8 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
frenó, confundida.
—Gracias —contestó secamente, mirando en primer
lugar a la puerta y luego a ella.
—Los haré secar enseguida —murmuró al retirar la
ropa de la habitación.
Cuando se dirigía hacia la puerta, se dio vuelta para
observar de nuevo la cabeza vendada y los anteojos azules;
él continuaba cubriéndose con la servilleta. Al cerrar la puer-
ta, sintió un leve escalofrío y su cara manifestó sorpresa y
perplejidad.
“¡Vaya!, nunca...”, iba murmurando al acercarse a la
cocina, muy preocupada como para ocuparse de lo que
Millie estaba haciendo en ese momento.
El huésped se sentó y escuchó que se alejaban los
pasos de la señora Hall.
Antes de retirar la servilleta de su cara para continuar
con la comida, miró hacia la ventana, entre bocados, y con-
tinuó mirando hasta que, sujetando la servilleta, se levantó y
corrió las cortinas para dejar el cuarto en penumbra. Después
volvió a la mesa para terminar su comida con tranquilidad.
—Pobre hombre —pensó la señora Hall—, habrá sufri-
do un accidente o una operación, pero ¡cómo me han asusta-
do todos esos vendajes!
Agregó más carbón en la chimenea y colgó el abrigo en
un tendedero. “¡Y esos anteojos!, ¡parecía más un buzo que
un humano!” Tendió la bufanda del huésped. “Y hablando
todo el tiempo a través de esa servilleta blanca..., es proba-
ble que tenga su boca destruida”. De pronto giró como
alguien que acaba de recordar algo: “¡Dios mío, Millie!
¿Todavía no has finalizado?”.
Cuando la señora Hall retornó para recoger la mesa,
confirmó su idea de que el visitante tenía la boca destrozada
por algún accidente, porque aunque estaba fumando una
pipa, no se quitaba la bufanda para no descubrir la parte infe-
rior de la cara, ni siquiera al llevarse la pipa a su boca. No se
trataba de una equivocación, porque ella veía cómo se iba
10 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO II
Las primeras sensaciones
del señor Teddy Henfrey
12 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
14 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
16 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO III
Miles de botellas
Así es la historia de la llegada a Iping de aquel tipo
extraño, como caído del cielo, un nueve de febrero, a
GRADIFCO SRL 17
H. G. WELLS
18 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
20 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
22 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO IV
El señor Cuss habla con el extraño
24 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
26 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
28 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO V
El robo de la vicaría
Lo sucedido durante el robo en la vicaría nos llegó a
través del relato del vicario y su mujer. El acontecimiento
GRADIFCO SRL 29
H. G. WELLS
30 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO VI
Los muebles enloquecen
32 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
34 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO VII
El desconocido se descubre
36 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
38 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
40 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
42 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
—¿Y qué?
—Que los hechos demuestran...
—¡Deje de decir idioteces! —exclamó el hombre invi-
sible.
—Eso espero, señor. Pero me han ordenado...
—Está bien. Iré. Iré con usted, pero sin esposas.
—Eso dice el reglamento —indicó Jaffers.
—Sin esposas —insistió el forastero.
—De acuerdo, como quiera —aceptó Jaffers.
De repente, la silueta se sentó y, antes de que alguien
se percatara, se había quitado las zapatillas, las medias y
había arrojado los pantalones debajo de la mesa. Después se
volvió a levantar y su abrigo cayó.
—¡Eh, espere un momento! —dijo Jaffers, dándose
cuenta de lo que, en realidad, ocurría. Lo agarró del chaleco,
hasta que la camisa se deslizó y se quedó con la prenda vacía
en las manos—. ¡Atrápenlo! —gritó Jaffers—. En el
momento en que se quite todas las cosas...
—¡Que alguien lo agarre! —gritaban todos juntos
mientras intentaban tomar la camisa, que se movía por todos
lados y que era lo único que permitía percibir al forastero.
La manga de la camisa pegó un golpe en el rostro de
Hall, evitando que continuara avanzando con los brazos
abiertos, y lo empujó, hasta que cayó de espaldas sobre
Toothsome, el sacristán. Poco después, la camisa levitó en el
aire, como si alguien se la sacara por la cabeza. Jaffers la
tomó enérgicamente, pero con eso logró ayudar a que el
forastero terminara de quitársela; le dieron un golpe en la
boca y, agitando su cachiporra con violencia, golpeó a Teddy
Henfrey en la coronilla.
—¡Cuidado! —gritaban todos, cubriéndose como
podían y lanzando golpes por todos lados—. ¡Atrápenlo!
¡Que alguien cierre la puerta! ¡No lo dejen escapar! ¡Creo
que he agarrado algo, lo tengo!
Eso era un verdadero campo de batalla. Según parecía,
todo el mundo estaba recibiendo golpes, y Sandy Wadger,
44 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
GRADIFCO SRL 45
H. G. WELLS
CAPÍTULO VIII
De paso
CAPÍTULO IX
El señor Thomas Marvel
46 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
48 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
50 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO X
El señor Thomas Marvel llega a Iping
52 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
54 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XI
En la posada de la señora Hall
56 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
58 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XII
El hombre invisible se impacienta
GRADIFCO SRL 59
H. G. WELLS
60 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
62 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XIII
El señor Marvel presenta su renuncia
64 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
66 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XIV
En Port Stowe
GRADIFCO SRL 67
H. G. WELLS
68 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
70 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XV
El hombre que corre
72 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XVI
En el Jolly Cricketers
74 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
76 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
78 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XVII
Alguien visita al doctor Kemp
GRADIFCO SRL 79
H. G. WELLS
80 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
82 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
84 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
86 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XVIII
El hombre invisible descansa
88 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
90 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
GRADIFCO SRL 91
H. G. WELLS
CAPÍTULO XIX
Algunos principios fundamentales
92 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
94 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
96 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XX
En la pensión de la avenida Portland
Durante un rato, Kemp permaneció sentado en silen-
cio, mirando al ser sin cabeza, de espaldas a la ventana.
GRADIFCO SRL 97
H. G. WELLS
98 GRADIFCO SRL
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO XXI
Por la calle Oxford
CAPÍTULO XXII
En las grandes tiendas
CAPÍTULO XXIII
En Drury Lane
CAPÍTULO XXIV
El plan que no tuvo éxito
—Ni a un alma.
—Bien.
El hombre invisible paró y, con los brazos en jarras,
comenzó a dar vueltas por el cuarto.
—Cometí un error muy grave, Kemp, al intentar sobre-
llevar este asunto yo solo. He derrochado energías, tiempo y
oportunidades. Yo solo, ¡es increíble lo poco que puede
hacer un hombre solo!, robar algo, hacer algún daño, y eso
es todo. Kemp, necesito la ayuda de alguien y un lugar para
esconderme, un sitio donde poder dormir, comer y estar tran-
quilo sin que nadie sospeche de mí. Necesito un cómplice.
Con un cómplice, casa y comida se pueden hacer mil cosas.
Hasta ahora he seguido planes poco precisos. Tenemos que
considerar los significados de ser libre y, también, de no
serlo. Tiene una mínima ventaja para espiar y para cosas de
ese tipo, porque no se hace ruido. Quizás ayude para entrar
en las casas, pero si alguien me encuentra, me pueden encar-
celar. Por otro lado, es muy difícil atraparme. De hecho, la
invisibilidad es útil en dos situaciones: para escapar y para
acercarse a los lugares. Por eso resulta ideal para cometer
asesinatos. Puedo acercarme a cualquiera, más allá del arma
que porte, y elegir el lugar, pegar a gusto, esquivarlo como
quiera y escapar de todas formas.
Kemp se tocó bigote. ¿Se había movido alguien abajo?
—Y lo que tenemos que hacer, Kemp, es matar.
—Estoy escuchando lo que dices, Griffin, pero no
estoy de acuerdo contigo. ¿Por qué matar?
—No quiero decir matar descontroladamente, sino ase-
sinar de modo sensato. Ellos saben que hay un hombre invi-
sible, así como nosotros lo sabemos. Y él, Kemp, tiene que
establecer ahora su Reinado del Terror. Sí, sin dudas, la idea
es espeluznante, pero es lo que quiero decir: el Reinado del
Terror. Tomar una ciudad como Burdock, por ejemplo, ate-
morizar a sus pobladores y dominarla. Dar órdenes. Realizar
esta tarea de mil maneras; por ejemplo, se podrían pasar
unos cuantos papeles por abajo de las puertas. Y hay que
GRADIFCO SRL 129
H. G. WELLS
CAPÍTULO XXV
La caza del hombre invisible
CAPÍTULO XXVI
El asesinato de Wicksteed
El hombre invisible salió de la casa de Kemp ciego de
furia. Agarró y arrojó a un costado a un niño que jugaba
cerca de allí, tan violentamente, que le quebró un tobillo.
Después, se esfumó durante algunas horas. No se sabe a
dónde fue ni qué hizo. Pero podemos imaginarlo bajando la
colina soleada de esa mañana de junio hacia los campos
ubicados atrás de Port Burdock, colérico y desesperado por
su mala fortuna y refugiándose, finalmente, sudado y ago-
tado, entre la vegetación de Hintondean, preparando de
nuevo algún proyecto destructivo para los humanos.
Sospechan que se había escondido allí porque reapareció en
ese lugar, de una forma terriblemente trágica, alrededor de
las dos de la tarde.
Podemos preguntarnos por su estado de ánimo durante
ese período y por los planes que tramó. Sin duda, sentiría
furia por la traición de Kemp y, aunque podemos entender lo
que motivó el engaño, también podemos imaginar e, inclu-
so, justificar de alguna manera la ira que le produjo la sor-
presa. Era posible que recordara la impresión que le produ-
jeron sus experiencias de la calle Oxford, porque había dado
por descontada la ayuda de Kemp para la realización de su
sueño brutal de aterrorizar al mundo.
De todos modos, desapareció alrededor del mediodía y
nadie puede afirmar qué hizo hasta las dos y media, más o
menos. Quizás esto fuera conveniente para la humanidad,
pero ese paréntesis fue fatal para él. En aquel momento, un
grupo de personas ya había comenzado a buscarlo por toda
la región, que se extendía cada vez más. En la mañana solo
era una leyenda, un cuento de terror; en la tarde, después del
relato de los acontecimientos que hizo Kemp, se había trans-
formado en un enemigo tangible al que había que herir, apre-
sar o vencer, y para eso toda la región comenzó a organizar-
se por su cuenta con una rapidez increíble. Hasta las dos de
CAPÍTULO XXVII
El sitio de la casa de Kemp
CAPÍTULO XXVIII
El cazador cazado
EL HOMBRE INVISIBLE
CAPÍTULO I - La llegada del extraño ...................... 7
CAPÍTULO II - Las primeras sensaciones del señor
Teddy Henfrey .......................................................... 12
CAPÍTULO III - Miles de botellas ........................... 17
CAPÍTULO IV - El señor Cuss habla con el extraño 23
CAPÍTULO V - El robo de la vicaría ........................ 29
CAPÍTULO VI - Los muebles enloquecen ............... 32
CAPÍTULO VII - El desconocido se descubre ......... 36
CAPÍTULO VIII - De paso ....................................... 46
CAPÍTULO IX - El señor Thomas Marvel ............... 46
CAPÍTULO X - El señor Thomas Marvel llega a
Iping .......................................................................... 52
CAPÍTULO XI - En la posada de la señora Hall ....... 55
CAPÍTULO XII - El hombre invisible se impacienta 59
CAPÍTULO XIII - El señor Marvel presenta su
renuncia .................................................................... 64
CAPÍTULO XIV - En Port Stowe ............................. 67
CAPÍTULO XV - El hombre que corre .................... 72
CAPÍTULO XVI - En el Jolly Cricketers ................. 74
CAPÍTULO XVII - Alguien visita al doctor Kemp .. 79
CAPÍTULO XVIII - El hombre invisible descansa .. 87
CAPÍTULO XIX - Algunos principios fundamentales 92