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SALMOS 91

Bajo la sombra del Omnipotente v.1


“El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del
Omnipotente” (Salmos 91:1
‫ ֭י ֹׁשֵב ּב ֵ ְ֣סתֶ ר ֶעלְי֑ ֹון‬siéntate, sentar. Permanecer sentado, Estar
habitado, vivir,

‫סתֶר‬
ֵ escondite, prenda, refugio, secreto
‫צ ֵל‬ sombra, protección,
‫ ׁשַ֜ ַ֗יּד ִיתְלוֹנ ָֽן׃‬permanecer en la noche, pasar la noche,
conservar, durante la noche

Dios nos brinda un lugar secreto en el cual encontramos la paz y la seguridad


que solo Él puede otorgarnos. Pero no representa este lugar un espacio físico
sino más bien uno espiritual donde Su presencia nos brinda la fortaleza para
sobreponernos a las preocupaciones y cargas. Cuando oramos y nos
mantenemos firmes en la búsqueda de los caminos del Señor estamos
habitando “al abrigo del altísimo”, es decir haciendo de nuestro hogar su
lugar secreto.
La etimología de la palabra habitar hace referencia a morar, vivir, convertir
o volver un espacio, nuestra morada. Para que ese lugar secreto pueda
convertirse en nuestra morada, debe haber un sentido de permanencia en el
tiempo. Si sólo acudimos al lugar secreto cuando nos atrapa una
circunstancia apremiante, no podríamos afirmar que moramos en él. Sin
embargo si tomamos residencia permanente con nuestra oración constante,
seremos dignos de acceder a ese lugar secreto de seguridad y paz Y cuál es el
resultado final de entrar en el lugar secreto: poder gozar del privilegio de vivir
bajo la sombra del omnipotente. Todo ello como una hermosa metáfora
utilizada por el salmista para resaltar una modalidad de vida de la época en la
que el sol atrapante de las zonas desérticas era considerado como altamente
perjudicial, así encontrar una sombra era encontrar un alivio a ese calor
abrasante. De esa misma manera el salmista denota que Dios, al entrar en el
lugar secreto, nos cobijaría son su sobra, ahora del calor abrasante de las
preocupaciones, dudas y cargas que socavan nuestro corazón y nos hacen caer.
La maravillosa sombra del Señor nos protegería de tal circunstancia.
Versículo 2: Mi Dios, en quien confiaré. –
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien
confiaré” (Salmos 91:2) l versículo empieza con una orden del salmista a sí
mismo: decir, proclamar una verdad. Y es que a veces como cristianos
olvidamos que el poder de la palabra proclamada mentalmente o a viva voz,
multiplica grandiosamente su valor liberando un poder que de otra manera
quedaría reprimido. Al pronunciar las palabras del salmista reconociendo al
señor como roca y esperanza estamos declarando su señorío sobre todas las
cosas y abriendo la puerta al lugar secreto.

La proclamación del señor como esperanza, como castillo como “Mi” Dios y
“mi” protección simboliza una metáfora de lo que Dios representa para
nosotros, en términos militares. Es Él nuestro lugar defensivo, nuestra
protección personal de todo enemigo invasor. Finalmente el salmista resuelve
rendir su confianza ante Dios, pero una confianza plena y total. Cuando
escribe Mi Dios en quien confiare, expresa una acción de terminada de sólida
fe, bajo la cual no dejara espacios en su corazón para angustias o
preocupaciones, porque firmemente ha resuelto ponerlas en manos del Señor

Versículo 3: Te Librará Del Lazo


“Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora” (Salmos 91:3)

El salmo 91 representa una de las más grandes promesas para librarnos de la


tentación y de la posibilidad de quedar atrapados en la trampa del pecado
repetitivo. El versículo 3 constituye la manifestación de dicha promesa al
hablarnos de la protección contra dos tipos de trampas. 1 ero la liberación del
lazo del cazador y 2do la peste destructora.

El lazo del cazador es la trampa de aquellos que pueden maquinar contra


nosotros, malas intenciones, envidia, tentaciones que el enemigo pone en
nuestro camino para probar nuestra fe, justo como el cazador que coloca a su
presa obstáculos para hacerla caer prisionera. Junto a DIOS esos lazos que son
venenos morales que llevan a destrucción no nos alcanzan, porque Él nos guía
un paso delante de ellosLa peste destructora es la imagen usada por el salmista
para entregarnos la promesa de sanidad y sanación. Así el versículo 3 aborda
dos interrogantes: que bien haría la liberación del daño para quedar atrapados
en un pecado que nos destruya, por otro lado, que bien haría ser liberados del
pecado, si a su vez seremos víctimas de una peste destructora. El versículo 3
cobres ambos aspectos.

Versículo 4: Bajo Sus Alas


“Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y
adarga es su verdad” (Salmos 91:4)

La protección maternal del ave a sus polluelos es la analogía que el salmos 91


nos brinda en este versículo para ilustrar el resguardo que El Señor nos ofrece
en cada momento, en cada circunstancia apremiante. Esa protección tal cual
aquella de una madre a sus hijos, es tierna para guiar, pero feroz para hacer
frente a cualquier amenaza que estos puedan sufrir, Y es también sabia para
corregir y disciplinar cuando esos hijos han perdido el rumbo.

La seguridad que en el regazo de Dios encontramos se complementa en la


segunda parte del versículo con la noción de fuerza y resistencia ante los
embates del enemigo que nos encuentra en batalla; El Señor es nuestro castillo
nuestra roca, al final nuestro escudo protector. La declaración de esta última
parte es clara: Mi fe es fuerte porque sé que mi Dios es fiel y su fidelidad es
mi escudo y mi verdad.

Versículo 5: No temerás frente a La Oscuridad


“No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día” (Salmos 91:5)
La noche antes de la batalla es preludio del más atrapante miedo. El temor de
perder la vida. Esa experiencia aterradora de los guerreros de la época es
aquella que nos embarga cuando pensamos que solo nos tenemos a nosotros
mismos para superar las pruebas de la vida. Es allí donde el versículo
interviene, nos instruye el salmista: No le temas al temor. Y es ello lo que
Dios espera de nosotros no que pensemos: “si pudiera creer lo suficiente,
quizás estaría protegido” sino que en su lugar declaremos: pase lo que pase Ya
me encuentro protegido porque he recibido la promesa del Señor.
Del mismo modo tendremos que proceder con las saetas que sobrevuelan de
día. Esas flechas encendidas en fuego que eran dirigidas por efectivos
tiradores, son las mismas que el enemigo dirige a nuestro punto más débil en
lo espiritual, en lo mental, en lo material, creamos por fe, como nos indica el
versículo que el Señor nos hará libres de esa calamidad.

Versículo 6: Ni pestilencia que ande en oscuridad


“Ni mortandad que en medio del día destruya” (Salmos 91:6)
La primera parte del versículo es una repetición de lo que el salmista rescata
en el versículo 3, la peste destructora, Y es que Dios no desperdicia palabras,
pero si las refuerza por lo que nos alienta en fe, a saber que la sanidad es
efectiva en nosotros, es pues una promesa consumada.
La primera parte del versículo es una repetición de lo que el salmista rescata
en el versículo 3, la peste destructora, Y es que Dios no desperdicia palabras,
pero si las refuerza por lo que nos alienta en fe, a saber que la sanidad es
efectiva en nosotros, es pues una promesa consumada.
Versículo 7: La Esperanza supera al mal.
“Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará” (Salmos
91:7)

Este versículo del salmo 91 reafirma la seguridad de la que gozan todos


aquellos que plenamente confía en Dios. A su vez nos da la garantía de que El
Señor será nuestro refugio en tiempos de angustia, nuestra protección en
momentos de peligro espiritual y físico, nuestro Padre protector que se
encargará de las trampas y maquinaciones que nuestros enemigos puedan
plantar para conducirnos a la oscuridad.
Muchas cosas podrán pasar a nuestro alrededor, podrán caer “miles a nuestra
derecha o izquierda”, pero los que decidieron seguir el camino del creador se
mantendrán de pie ante cualquier plaga.

Versículo 8: Recompensa de Los Impíos. Salmos 91


“Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos”
(Salmos 91:8)

La metáfora de este versículo es similar a aquel dicho popular, lo que siembras


cosechas. Aquellos que se apartan de los caminos de Dios tendrán finalmente
recompensa conforme las acciones de perjuicio que hayan realizado.

Aquel que se aleja de la guía del Señor, pero que provisionalmente puede
experimentar un bienestar en muchos ámbitos de su vida, no tendrá la garantía
de salvación, debido a que la justica de Dios es sabía y justa, valga la
redundancia, para definir el destino de cada uno.
Versículo 9: En Dios Nuestra Esperanza
“Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu
habitación” (Salmos 91:9)
Jesús responde al tema central de este versículo en Lucas 4:27. Y muchos
leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos
fue limpiado, sino Naamán el sirio. Sólo Naamán, el sirio, obtuvo sanación
porque siguió el camino de la obediencia y la sólida confianza en el poder de
Dios.
De allí que de manera intrínseca este versículo del salmo 91, imponga una
afirmación seguida de una condición: No todos recibirán los beneficios de las
maravillosas promesas en él contenido, sino aquellos que creen en Dios de
corazón y se aferran a lo infalible de sus palabras. Sin embargo, algo es
constante, que esas promesas se mantienen y estarán disponibles para aquellos
que quieran volverse al Señor, luego de haber apartado su camino. Como
Padre misericordioso y bondadoso las promesas del Señor estarán disponibles
para todo aquel que quiera volverse a Él y decidan plenamente confiar en ÉL y
en su palabra.
Versículo 10: No Te Sobrevendrá Mal
“No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada” (Salmos 91:10)

En este punto del salmo 91 encontramos una nueva dimensión en la protección


que el Señor nos ofrece, la noción de colectividad. En este sentido nos abre la
puerta a ser determinados en el ejercicio de la fe, pero ya no para nosotros
mismos sino también para nuestra casa. Y es que Dios tiene presente que si
estas promesas estuvieran solo disponibles para nosotros, no serían
completamente consoladoras.
Por ello en el versículo 10 se rescata que el mal no nos sobrevendrá, pero a su
vez nos indica que tampoco lo hará para nuestra morada, nuestro hogar, y con
ello tampoco a nuestros seres queridos. Que mayor gozo que saber que Dios
no solo cuida por nuestro bienestar sino también por el de nuestra familia y
aquellos cercanos a nuestra morada.

Versículo 11-12: Sus Ángeles con Nosotros


“Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus
caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra”
(Samos 91:11-12)
Todos podemos recordar momentos en que escapamos de una tragedia y no
hubo explicación en lo natural. Es posible “hospedar ángeles sin saberlo”,
como dice Hebreos 13:2. Sin embargo muchas veces pasamos por alto esta
verdad.

Que alegría saber que a esa garantía de protección incondicional que el Señor
nos ofrece a lo largo del salmo 91, se tiene a su vez la seguridad de que sus
ángeles estarán allí para ayudarnos a no tropezar, a no caer. Esos ángeles
vendrán en multitud de formas, a veces desconocidas, fuera de lo normal, a
veces formando parte de nuestra vida, por el apoyo de seres queridos, o por
eventos que, por el plan del Señor, jueguen a nuestro favor.
Las escrituras lo sostienen Los ángeles de Dios fueron creados por El, están a
Su servicio, a Su disposición. El Salmo 34:7dice que “el ángel de Jehová está
alrededor de los que le temen y los defiende”. En cualquier situación están
para ayudarte y protegerte ¡Dios lo quiere así!.

Versículo 13: Sobre El León y El Dragón


“Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón”
(Salmos 91:13)
En 1 Pedro 5:8 y Apocalipsis 12:9 se describe al enemigo del alma utilizando
la metáfora de que este es encarnado en el león la serpiente y el dragón.
Deseando nuestro mal y destrucción, querrá hacernos caer pero es ya un
enemigo vencido. El salmo 91 en este versículo es la continuación de esa
promesa de protección, que a pesar de ser respaldada en esa metáfora,
aconteció de manera real en varios capítulos de las santas escrituras: ¿Dios
protegió al pueblo de Israel de la mordedura de la serpiente? ¿No es cierto que
Daniel no fue tocado por ninguno de los leones en el foso? ¿No derrotó
Sansón a un león? ¿No se enfrentaba David a los leones mientras cuidaba las
ovejas? Los misioneros que trabajan en la selva pueden contarte mil y una
historias de cómo Dios los ha cuidado de serpientes y animales diversos. Así
que podemos tomar este versículo tanto de manera literal como figurada.

Versículo 14: Lo Pondré en Alto


“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en
alto, por cuanto ha conocido mi nombre” (Salmos 91:14)
El conocimiento del Señor mediante su palabra y en oración nos conduce a la
liberación que sólo él nos concede. Es un premio que él nos otorga como
respuesta a nuestra fe.

Este conocimiento es un don de la gracia, y el Señor lo convierte en la razón


por la que Él concede otro don de la gracia, es decir, poner en alto. Colocarnos
en las alturas, nos permite escapar de la tentación, de las trampas del cazador,
de la peste destructora, de la oscuridad. Esto es gracia sobre gracia. Cuando
Dios nos pone en alto, el mismo enemigo no puede derribarnos.

Versículo 15-16: Lo Pondré en Alto


“Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo
libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación”
(Salmos 91:15-16)
El salmo 91 es por sí mismo hermoso, y este último vesícula mucho más al ser
la voz de Dios mismo confirmando las palabras que el salmista ha
desarrollado a lo largo del capítulo: el amor que entregamos a Dios es
devuelto y multiplicado en consecuencia, con paz renovadora, misericordia,
bondades, guía paternal, cuidado incondicional.

Todas estas promesas están reservadas para quienes han depositado su


confianza, su fe, sus debilidades, sus imperfecciones y su esperanza en Dios.

Sin duda Dios, el Buen Padre Dios, es generoso en misericordia, en dádivas de


amor; nos viste de honra dándonos la calidad de Hijos amados

Salmos 91
El salmo 91 tiene sus promesas, pero, también tiene sus demandas.
 Las leyes de la vida nos enseñan que el que exige sus derechos,
tiene también que cumplir con sus deberes.
El que habita" al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del
omnipotente.
Esta forma de comienzo del Salmos es muy importante. El termino
habitar y morar son sinónimos, sin embargo los dos se refieren a dos
estados; el frío y el calor; el Abrigo te protege del frió y la sombra
se preserva del calor:  Esto nos demuestra, que el Señor, en cualquier
estado que te encuentres, es nuestro protector.
Por esto es muy importante destacar la situación del medio ambiente que
viven las tierras de Oriente Medio. El clima en Israel fluctúa desde
templado a tropical, con abundante sol. Hay dos estaciones
predominantes: un período de invierno lluvioso desde noviembre a mayo,
y una estación de verano seco que se extiende durante los seis meses
restantes. 
La expresión metafórica comparativa que el Señor hace, en el encabezado
del salmo tiene como centro, mostrar al pueblo, en la antigüedad,
la relación climática de sus territorios.
Aceptarlo, como protector en el ejercicio de su voluntad, demandaba
la recepción de todas las promesas allí escritas en el Salmo, con el derecho
de manifestar a voz en cuello "Esperanza mía y castillo mío". mi Dios en
quien confiaré.
La protección Él no la relaciona con un rancho, tampoco con una casa,
sino un castillo, que posee todas las características equipadas de un lugar
habitable.
Lo mas notable en el desarrollo de este Salmo, son sus promesas
de preservación de manera específica, en cada uno de sus versículos.
Habla de:

 Librarnos del lazo del cazador


 De la peste destructora, o muerte masiva de personas; especie de
pandemia. 
 De la protección y seguridad, usando la figura de un ave cuando
protege a sus polluelos con sus alas.
 Su Palabra como  adarga; especie de escudo en cuero con figura
de corazón, usado por los antiguos en la guerra.
 Los ataques de los enemigos generalmente solían ser de noche y aun
de día había protección de cualquier saeta, que es sinónimo de
flecha, lanzada por el enemigo.
 Protección  de la Pestilencia: define espíritus destructores que
habitan la oscuridad.
 Protección  de la Mortandad define: destrucción y muerte en
guerra masiva.
 Mil o Diez mil define: cualquier cantidad que puedan caer a tu
alrededor pero a ti no llegará.
 promete la oportunidad de observar la recompensa de los que no
son piadosos o malvados.
 Y por haber puesto a Dios como tu habitación, tendrás la
oportunidad de ser inmunizado por su presencia.
 Sus Ángeles serán enviados como protectores.
 Por haber puesto tu amor hacia Él te pondrá en alto, por haber
conocido su nombre.
 Al invocarle: te responde, está contigo en la angustia, te libra te
glorifica, te sacia de larga vida y te muestra su salvación.
 Considerado como el salmo de las grandes promesas, satura
nuestra alma en confianza.
 hasta citarlo de memoria es un gran alivio para nuestro espíritu.
 Saludos y Bendiciones!!! 
SALMO 91 – LA SEGURIDAD DE AQUELLOS QUE CONFÍAN
EN DIOS
Este Salmo no tiene título y por lo tanto el autor permanece desconocido. Ya
que comparte algunos de los temas del Salmo 90, algunos piensan que
Moisés fue el autor. Ya que comparte algunos de los temas y frases de
los Salmos 27 y 31, algunos piensan que el autor fue David. “Algo de su
lenguaje, de fortalezas y escudos, nos recuerdan de David, la cual la LXX la
adscribe, otras frases hacen eco con el Canto de Moisés de Deuteronomio
32, así como con el Salmo 90, pero es de hecho uno anónimo y sin tiempo
establecido, y quizás más accesible debido a ello.” (Derek Kidner)
Muchos han notado el maravilloso carácter de este Salmo: “Este salmo es
una de las mayores posesiones de los santos.” (G. Campbell Morgan) “En
toda la colección no hay un Salmo más alentador, su tono es elevado y
sostenido a través de éste, la fe está en su más alto apogeo, y habla
noblemente.” (Charles Spurgeon) Es una de las más excelentes obras de
este tipo que ha aparecido. Es imposible el imaginar algo más sólido, más
hermoso, más profundo, o más ornamental.” (de Muis, citado en
Spurgeon)

A. La seguridad de la protección de Dios.


1. (1-2) La protección, consuelo y cuidado de Yahvéh.
El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
a. El que habita al abrigo del Altísimo: Dios tiene un lugar secreto para
los Suyos (Salmo 27:5, 31:20), y es un lugar donde se puede habitar.
Aquellos que habitan allí morará bajo la sombra del Omnipotente,
conociendo Su protección, consuelo y cuidado.
i. En el Salmo 90:1 Moisés habló de Dios como una morada para Su
pueblo. Las líneas de apertura del Salmo 91 parecen tomar la idea más
allá. “Moisés habló de Dios como la morada, la habitación, el hogar para
el hombre. Este cantor parece aceptar esa gran idea, y luego para hablar
del cuarto central de la morada, refiriéndose al Lugar Secreto, y
describiendo su completa seguridad.” (Morgan)
ii. Hay muchos seguidores de Cristo Jesús que parecen conocer muy poco
del abrigo del Altísimo o de lo que es el morar bajo Su sombra. Muchos
parecen tomar esto solamente como algo místico o sobrenatural. Pero
David, quien conocía esto, era un guerrero y un hombre bien relacionado
con las realidades de la vida. Es cierto que la vida del espíritu parece
llegar más fácilmente para algunos que para otros, pero hay un aspecto
del abrigo del Altísimo que es para todos los que ponen su confianza en
Él.
iii. “Cada hijo de Dios mira hacia el interior del santuario y al
propiciatorio, pero no todos moran en el lugar santo; corren hacia éste en
todo tiempo, y disfrutan de acercarse ocasionalmente, pero no residen
habitualmente en la misteriosa presencia.” (Spurgeon)
iv. La sombra del Omnipotente: “Esta es una expresión la cual implica
gran cercanía. Debemos de caminar muy de cerca con un compañero si
queremos que su sombra caiga sobre nosotros.” (Duncan, citado en
Spurgeon)
v. Spurgeon (tomando prestado de otro) sugirió cuatro maneras en que la
Escritura habla de la sombra del Omnipotente.
· La sombra de la roca (Isaías 32:2)
· La sombra del árbol (Cantar de los Cantares 2:3)
· La sombra de Sus alas (Salmo 63:7)
· La sombra de Su mano (Isaías 49:2)
vi. Estos primeros dos versículos del Salmo 91 utilizan cuatro
maravillosos títulos o nombres de Dios:
· Altísimo: Elyon
· Omnipotente: Shadday
· Jehová: Yahvéh
· Mi Dios: Elohay
b. Esperanza mía, y castillo mío: Aquel que vive en la intimidad en Dios
conoce la grandeza de SU protección. Dios mismo se convierte en una
poderosa esperanza y castillo para el creyente.
i. Esperanza mía: “Alguna vez has dicho de manera definitiva, ‘¿Oh
Señor, tú eres mi esperanza? Huyendo de todo lo demás, ¿te has
refugiado en Él de la tormenta y la tempestad, de la tormenta del día y la
pestilencia de la noche, del hombre y del diablo? Tú debes de confesarlo.
No solamente lo pienses, sino dilo.” (Meyer)
c. Mi Dios, en quien confiaré: Esta cercana relación con Dios y todos los
beneficios que vienen de ello son para aquellos que conocen a Yahvéh
como Dios, y para aquellos que verdaderamente confían en Él. AL mismo
tiempo, al haber recibido de Su protección, consuelo y cuidado, el
creyente le cree a Dios aún más, y de manera creciente le conoce a Él
como su Dios.
i. “Los hombres son lo suficientemente aptos para proclamar sus dudas, y
aun el jactarse de ellas, y en verdad que hoy en día hay fiesta para los que
pretenden audazmente tener la cultura y las ideas, los cuales se glorían de
echar sospechas sobre todo; así que se vuelve en el deber de todos los
verdaderos creyentes en hablar y testificar con calma y coraje hacia su
propia confianza bien fundamentada sobre su Dios.” (Spurgeon)
ii. Spurgeon sugirió muchos personajes Bíblicos que tenían su propia
expresión de la frase Mi Dios.
· Mi Dios es la confesión de conversión de la joven (Rut)
· Mi Dios es la creencia individual del Cristiano (Tomás)
· Mi Dios es la declaración del creyente cuando se le opone (Miqueas)
· Mi Dios es el voto secreto del creyente en consagración (Jacob)
· Mi Dios es el consuelo más profundo para los hijos de Dios en gran
temor aflicción (Jesús)
· Mi Dios es la celebración del creyente victorioso (Miriam)

2. (3-4) Cómo Dios trae Su protección, consuelo y cuidado.


Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
a. Él te librará del lazo del cazador: Siguiendo la declaración general de
los primeros dos versículos, ahora el Salmista describe las maneras
específicas en que Dios protege y cuida a Su pueblo – comenzando con el
rescate de aquellos que atraparían al pueblo de Dios así como
el cazador pone lazo sobre las aves.
i. “Las metáforas para las tramas las cuales pueden enredar nuestros
asuntos (Salmo 140:1–5) o comprometer nuestra lealtad (Salmo
119:110).” (Kidner)
ii. “Somos necios y débiles como pequeñas pobres aves, y somos muy
aptos en ser engañados hacia nuestra destrucción por enemigos astutos,
pero si habitamos cerca de Dios, él mirará para que el engañador más
hábil no nos atrape.” (Spurgeon)
iii. El diablo y sus agentes a menudo obran como el cazador obra.
· El cazador trabaja en lo secreto
· El cazador cambia su trampa y métodos
· El cazador a menudo seduce con placer o ganancia
· El cazador a menudo utiliza un mal ejemplo, una carnada
iv. “La característica más sorprendente de esta sección (y la que le sigue)
es el uso de la persona singular tú durante todo esto, lo cual es una
manera de decir que estas verdades son para cada persona en lo
individual. Estas son para ti si pones en verdad tu confianza o
permaneces en Dios.” (Boice)
b. De la peste destructora: Dios también protege a Su pueblo en los
tiempos de plaga y enfermedad. El Salmo (ni el Espíritu Santo el cual le
inspiró) no tiene la intensión de esto como una promesa absoluta, de que
cada creyente será librado de cada lazo o peste. Pero la idea es que el
Salmista podía señalar las múltiples veces en que Dios hizo justamente eso
para Su pueblo que confía en Él.
i. “Esto no significa, por supuesto, que aquellos que confían en Dios nunca
morirán de enfermedades infecciosas o que son sufrirán de la trama del
enemigo. Significa que aquellos que confían en Dios son liberados
habitualmente de tales peligros. ¿Qué Cristiano no puede testificar a
muchos de tales liberaciones?” (Boice)
ii. “El Lord Craven, un Cristiano, era un nombre que estaba viviendo en
Londres cuando la plaga devastó la ciudad en el siglo XV. Para que
pudiera escapar del esparcimiento de la plaga Craven se determinó a
dejar la ciudad hacia su casa de campo, así como lo hicieron otros de su
misma posición social. Él pidió su coche y maletas para que estuvieran
listas. Pero mientras iba caminando por uno de los pasillos de su hogar, a
punto de entrar al carruaje, él escuchó a uno de sus siervos que le dijo a
otro, ‘Supongo que, ya que mi Lord abandona Londres para evitar la
plaga que su Dios vive en el campo y no en la ciudad.’ Fue una nota
directa y aparentemente inocente. Pero se quedó con el Lord Craven de
una manera tan profunda que él canceló su viaje diciendo, ‘Mi Dios vive
en cualquier lugar y me puede preservar en la ciudad así como en el
campo. Me quedaré donde estoy.’ Así que él se quedó en Londres. Él
ayudó a las víctimas de la plaga, y él mismo no contrajo la plaga.” (Boice)
iii. También hay un entendimiento espiritual y una aplicación de esto. “El
alma tiene de manera similar sus enemigos, listos para atacar y
sorprenderla en todas horas. La avaricia y la ambición están mirándola
durante el día; mientras que la concupiscencia, como una pestilencia,
‘camina en la oscuridad.’ En la adversidad ella es molestada por terrores;
en la prosperidad, aun en mayor peligros de los placeres.” (Horne)
iv. “Hijos de Dios no siempre son inmunes de la plaga física y de la
pestilencia; pero son siempre guardados de las fuerzas destructivas
espirituales ya que permanecen en el lugar secreto del Altísimo.”
(Morgan)
c. Con sus plumas te cubrirá: En una metáfora, Dios es representado
como un ave, cubriendo a sus polluelos debajo de sus alas– así como lo
describió David anteriormente en el Salmo 61:4.
i. “El águila, extendiendo sus temibles alas sobre sus aguiluchos, es un
símbolo maravilloso de la unión de poder y gentileza. Sería una mano
muy audaz la que quiera sacar a los aguiluchos del lugar cálido y secreto
para atreverse a tener los terrores del pico y las garras.” (Maclaren)
ii. “Dijo Lutero; es la fe la que te ha convertido en el polluelo, y Cristo la
gallina; para que tú puedas esconderte, y esperar, y revolotear, y cubrirte
bajos sus alas; pues hay salud en sus alas.” (Trapp)
iii. Boice conectó Mateo 23:37 con el Salmo 91:4: “Jesús pudo haber
salvado y cubierto a Jerusalén y a sus habitantes, pero el pueblo no estaba
dispuesto. Ellos no vendrían a él. Ellos no ‘habitarían’ en el abrigo del
Altísimo. Pero en lugar de eso éstos clamaron para crucificarle.” (Boice)
d. Escudo y adarga es su verdad: La ilustración de la protección de Dios
continúa con Su verdad representada por el escudo, a menudo
un escudo redondo, y un escudo más grande y a menudo rectangular,
la adarga.
i. “Y en cuanto al cuidado por Dios, combina el calor protector de un ave
con la fuerza dura y sin ceder de la armadura.” (Kidner)
ii. “Una doble armadura tiene aquel que confía en el Señor. Él lleva un
escudo y lleva puesta una malla de hierro — tal como la fuerza de la
palabra ‘adarga.’” (Spurgeon)
iii. Boice en adarga: “La palabra Hebrea significa algo que está envuelto
alrededor de una persona para el cuidado de él o ella; por lo tanto, puede
significar ‘adarga,’ ‘armadura,’ o, como en la NIV, ‘muralla,’ o
‘fortaleza.”

3. (5-6) El resultado de la protección y cuidado de Dios.


No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
a. No temerás: Al tener a Dios como esperanza y refugio esto fuerza y
coraje al pueblo de Dios. Cuando el pueblo de Dios está atrapados en el
temor, esto es una indicación de que ellos están faltos de la confianza
apropiada en Dios, como su protector y consolador.
i. “No tener temor es en sí mismo una bendición que no tiene palabras, ya
que cada sufrimiento que soportamos de una verdadera herida somos
atormentados por mil dolores las cuales se levantan solamente del temor.”
(Spurgeon)
ii. “Durante la vida el Señor podría permitir muchas cosas terribles le
sucedan a sus hijos (por ejemplo Job), así como lo permitió con su propio
Hijo. Pero sus hijos saben que ningún poder está fuera del control de
Dios.” (VanGemeren)
b. El terror nocturno, Ni saeta que vuele de día: El Salmista representó
todos los tipos de destrucción que podían venir en todo tipo de
circunstancias. Podría ser de noche o de día; en la oscuridad o
en mediodía. Podría llegar como un terror o como una saeta,
como pestilencia o como mortandad. De la manera o forma que llegue,
Dios es capaz de defender a Su pueblo.
i. “El asalto de enemigos y la devastación de las pestilencias son tomadas
en el Salmo 91:5-6 como tipos de todos los peligros.” (Maclaren)

4. (7-8) Seguridad para el creyente.


Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
a. Caerán a tu lado mil: El Salmista describió cómo la protección de Dios
podía conquistar cualquier probabilidad o posibilidad. La protección y
cuidado de Dios puede estar enfocada específicamente que puede
preservar a uno entre diez mil.
i. “Es imposible que cualquier mal le deba de pasar al hombre que es
amado del Señor; las calamidades más aplastantes únicamente pueden
hacer más corto su viaje y apurarle hacia la recompensa. La enfermedad
para él no es enfermedad, sino un bien de una forma misteriosa. Las
pérdidas le enriquecen, la enfermedad es su medicina, el reproche es su
honor, la muerte es su ganancia. Ningún mal en el sentido estricto de la
palabra le puede suceder, pues todo es anulado por el bien.” (Spurgeon)
b. Verás la recompensa de los impíos: En contraste a la protección de Sus
escogidos, Dios también ha señalado una recompensa para los impíos. El
pueblo de Dios es animado a mirar a esta verdad y considerarla
cuidadosamente.

B. La seguridad repetida por segunda ocasión.


1. (9-13) Repitiendo la promesa de liberación y seguridad de la victoria.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
a. Porque has puesto a Jehová… por tu habitación: Los siguientes
principios y promesas son aptas para aquellos que confían en el Señor, al
hacerle a Él su habitación– su fuente de vida y satisfacción.
b. No te sobrevendrá mal: Las promesas anteriores (Salmo 91:5-8) de
seguridad y protección aun en el tiempo de la plaga es repetido. De nuevo,
esto no es tenido como una absoluta promesa para cada creyente en
cualquier circunstancia, porque gente amada de Dios han caído hacia el
mal o muerto en la plaga. Es una feliz observación del Salmista, y una
expresión en general de la protección, consuelo y cuidado de Dios para
con Su pueblo.
i. “Martín Lutero escribió que esto se refiere a ‘aquel que
verdaderamente habita y que no solamente aparenta habitar y que no
solamente se imagina en que él habita en Dios.” (Boice)
ii. “Esta y otras promesas similares no deben de ser entendidas de una
manera absoluta y universal, como si verdaderamente ningún buen
hombre pueda ser cortado por la plaga u otras calamidades comunes, las
cuales son presentadas por otros textos llanos de la Escritura, y por la
incuestionable experiencia.” (Poole)
iii. “Pues puede que caiga sobre un santo para que comparta una
calamidad en común; así como es cortada el trigo y la cizaña juntos, pero
para un diferente fin y propósito.” (Trapp)
iv. “Dios no dice que ninguna aflicción caerá sobre nosotros, pero ningún
mal.” (Watson, citado en Spurgeon)
c. Ni plaga tocará tu morada: Charles Spurgeon dio un notable testimonio
a un cumplimiento en específico de esta promesa:
i. “En el año de 1854, cuando apenas estuve en Londres doce meses, el
vecindario en el cual laboraba fue visitado por el cólera Asiático, y mi
congregación sufrió en sus incursiones. Familia tras familia me invocaron
a estar al lado del herido, y casi cada día era llamado para visitar la
tumba. Me entregue hacia la ferviente joven labor de las visitas a los
enfermos, y fui enviado a todas las esquinas del distrito por personas de
todos los rangos y religiones. Me cansé en mi cuerpo y enfermé en el
corazón. Mis amigos parecían caer uno a uno, y me sentí o creí que estaba
enfermando como aquellos alrededor de mí. Un poco más de trabajo y
llanto me hubiera llevado al desánimo así como los demás; sentía que mi
carga era más pesada de lo que podía soportar, y estaba a punto de
hundirme debajo de ella. De la manera como Dios dispuso, estaba
regresando de una casa en luto del funeral, cuando mi curiosidad me
condujo a leer un papel el cual estaba sobre la ventana de un zapatero en
la Calle Dover. No parecía como un anuncio del comercio, ni tampoco lo
era, pues llevaba en una buena letra de molde estas palabras:–‘Porque
has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No
te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.’ El efecto sobre mi corazón
fue inmediato. La fe se apropió de este pasaje como propio. Me sentí
seguro, refrescado, lleno con inmortalidad. Fue hacia la visita del
moribundo con calma y con un espíritu en paz; no sentí temor ni mal, y
no sufrí ningún daño. La providencia la cual movió al comerciante a
colocar esos versículos en su ventana los cuales agradecidamente
reconocí, y en la memoria de su maravilloso poder, yo adoré al Señor mi
Dios.” (Spurgeon)
d. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti: Esto describe otra manera en
la que Dios puede enviar Su protección y cuidado para con SU pueblo –
por medio de Sus ángeles. Dios puede cuidar a Su pueblo por medio de
Sus siervos, los cuales conocemos como ángeles, ordenándoles
que cuiden y lleven a Su pueblo.
i. “Los ángeles de Dios tendrán un encargo especial de acompañarles,
defenderles, y preservarles; y en contra de su poder, la influencia de
espíritus malvados no puede prevalecer. Estos harán, cuando sea
necesario, cambiar tus pasos fuera del camino del peligro, los alejarán
cuando venga en tu camino normal.” (Clarke)
ii. “Mandará; mandar es una orden estricta, más que una simple
ordenanza; como cuando pones a un siervo para que haga un asunto de
una manera certera y completa, tú lo mandarás, te mando a que no
descuides ese asunto; no le dices solamente lo que debe de hacer, le dices
en que trabajará, sino que le mandas a hacerlo. Así dice el Señor sobre los
ángeles.” (Bridge, citado en Spurgeon)
iii. “No un ángel guardián, como algunos añoran profundamente, sino
todos los ángeles son aludidos aquí. Ellos son los guardaespaldas de los
príncipes de la sangre imperial del cielo, y han recibido la comisión de
parte de su Señor y el nuestro para guardar de manera cuidadosa sobre
todos los intereses de los fieles.” (Spurgeon)
iv. “No podemos saber cómo es que los ángeles nos guardan. Ya sea que
alejen a los demonios, o contraataquen tramas espirituales, o que alejen
las sutiles fuerzas físicas de la enfermedad, no lo sabemos. Quizás un día
estaremos de pie asombrados en los múltiples servicios que han hecho las
bandas invisibles para con nosotros.” (Spurgeon)
v. “Debemos de recordad que es de Dios de quien son estos ángeles; Él les
manda, de Él reciben la comisión, — para Él éstos son responsables por
su orden. De parte de Dios tú debes de esperarlos; y por la ayuda de ellos
solamente Él debe de recibir alabanza. Se dice de manera expresiva, Pues
a sus ángeles mandará; para mostrar que éstos no deben de ser alabados,
sino solamente Dios, de quien son estos siervos.” (Clarke)
e. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti: La promesa del Salmo 91:11-
12 fue citada y tergiversada por Satanás en su tentación de Jesús en el
desierto (Mateo 4:5-7,Lucas 4:9-12). Satanás tentó a Jesús para crear una
crisis artificial al echarse a Sí mismo desde lo alto del templo, y Satanás
citó el Salmo 91:11-12 como una promesa de protección si Jesús hubiera
hecho esto.
i. En Mateo 4 está registrado la cita de Satanás del Salmo 91:11-12 como
un patrón de cómo él tuerce la Palabra de Dios.
· El Salmo 91:11-12 fue citado de una manera falsa, ya que el diablo dejó
fuera las palabras, que te guarden en todos tus caminos. El probar a Dios
en ese camino no era el camino de Jesús; no era parte del camino del
Salvador o Mesías. “Dios jamás ha prometido, ni ha dado cualquier
protección de ángeles en los caminos pecaminosos o prohibidos.” (Poole
en Mateo 4)
· Este texto es aplicado de una manera errónea, porque no fue utilizado
para enseñar o animar, sino que se tuvo la intención de engañar.
“Haciendo de esta palabra una promesa que sería cumplida sobre el
descuido de Cristo de su deber, extendiendo la promesa de la providencia
especial hacia los peligros en los cuales los hombres voluntariamente se
arrojan a sí mismos.” (Poole sobre Mateo 4)
ii. De una extraña manera estamos agradecidos por el intento de Satanás
en Mateo 4, ya que nos ayuda a entender de una mejor manera el Salmo
91. Vemos que no da una absoluta promesa para cada creyente en
cualquier circunstancia, sino hermosas promesas de la protección,
consuelo y cuidado de Dios, que son específicamente recibidas y aplicadas
en el creyente por medio del Espíritu Santo.
iii. Los ángeles estuvieron allí para ayudar a Jesús en Su tentación,
solamente que no en la manera que el diablo sugirió (Mateo 4:11).
f. Hollarás al cachorro del león y al dragón: La protección de Dios hacia
Su pueblo se extiende más allá de la liberación genérica del dolor;
también habla de una permisibilidad genérica de victoria hacia Su
pueblo, aun en contra de oponentes tan fuertes como el cachorro del
león y al dragón.
i. “Representando a los siervos de Dios, no solamente como
sobrevivientes, sino como victoriosos, quienes pisotean a enemigos
mortales bajo sus pies.” (Kidner)
ii. Hay otra interesante conexión con la tentación de Jesús en el desierto.
“La confianza del Señor en su Padre también resulto en la derrota de
Satanás, otra parte del salmo que el diablo omitió.” (Boice)
iii. “Este texto fue vergonzosamente abusado por el Pala Alejandro, 1159
d.C., cuando en Venecia él pisoteó el cuello del Emperador Frederic
Barbarossa, y dijo como dice aquí, super leonem et aspidem ambulabis,
&c.” (Trapp)

2. (14-16) La promesa de Dios de bendición sobre aquel que le ama.


Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
a. Por cuanto en mí ha puesto su amor: Estos últimos tres versículos son
puestos en la primera persona, como Dios hablando de la promesa y
bendición sobre SU pueblo. Él habla específicamente de aquellos que
han puesto su amor en Él. Se ha hecho notar de una manera maravillosa
que la última palabra de este Salmo no es hablada por el pueblo de Dios,
sino al pueblo de Dios.
i. Por cuanto en mí ha puesto su amor: “La palabra de él ha puesto en mí
su amor es utilizada en cualquier otra parte en contexto de colocar el
corazón en alguien o en una empresa. Como un hombre comprometido
con Dios esto viene solo aquí.” (Kidner)
ii. El poner el amor en Dios significa en hacerlo por elección. No espera a
que el sentimiento de amor llegue o no, sino que simplemente elige en
pensar y actuar hacia Dios en maneras para expresar y construir amor.
Esto podría incluir:
· Pasar tiempo con Dios
· Escuchar a Dios
· Leer lo que Dios ha escrito hacia el amado
· Hablar con Dios
· Pensar en Dios en tiempos no afanados
· Adorar a Dios
· Hablando de Dios hacia otros
· Dando a Dios y haciendo sacrificios agradables ante Él
iii. Nuestra cultura actual a menudo piensa del amor como algo que le
sucede a las personas, no como algo que se elige. La frase por cuanto en
mí ha puesto su amor nos recuerda que un significante aspecto de amor es
en verdad una elección, y esto describe en parte el amor que debemos de
dar hacia Dios.
b. Yo también lo libraré: Las promesas y principios declaradas
previamente en este Salmo son repetidas de nuevo, pero este tiempo como
estando en la boca de Dios mismo. Dios protegerá a Sus amados y les
pondrá en alto– y lo hará por cuanto ha conocido mi nombre, teniendo
una verdadera relación con Dios.
i. Le pondré en alto: “Le pondré fuera del alcance de todos sus enemigos.
Le honraré y le ennobleceré, por cuanto ha conocido mi nombre – porque
me ha amado, honrado y servido, y ha rendido la adoración que debe de
entregarme. Ha conocido que soy el Dios de amor y misericordia infinita.”
ii. “Estas son bendiciones que algunos creyentes pierden de vista,
simplemente porque siempre están aturdidos y no confían en Dios como
debieran. Aquí el salmista cita a Dios como diciendo que las bendiciones
son para aquellos que aman a Dios y reconocen su nombre (v. 14), le
invocan (v. 15), y buscan satisfacción en lo que únicamente él puede
proveer.” (Boice)
c. Me invocará, y yo le responderé: Dios promete contestar la oración de
aquel que le ama, y de aquel que genuinamente le conoce.
d. Con él estaré: En las últimas líneas del Salmo Dios habló de
bendiciones personales y maravillosas sobre aquel que le ama y le conoce:
· La bendición de Su presencia: Con él estaré yo en la angustia
· La bendición de SU protección: Lo libraré
· La bendición de Su promoción: Le glorificaré
· La bendición de Su prosperidad: Lo saciaré de larga vida
· La bendición de Su preservación: Y le mostraré mi salvación
i. Con él estaré: “Así que ningún hombre debe de añadir soledad a la
tristeza, sino que tendrá a Dios sentado a su lado, como los amigos de Job,
esperando consolarle con verdadero consuelo.” (Maclaren)
ii. Con él estaré yo en la angustia: “De nuevo Dios habla y actúa como una
madre con un corazón de ternura hacia su hijo enfermo. Cuando el hijo
está en perfecta condición de salud puede dejarlo ella en las manos de la
nodriza; pero cuando está enfermo ella misma lo atenderá; le dirá a la
nodriza, ‘Puedes ir y atender otros negocios, yo misma cuidare al niño.’”
(Dawson, citado en Spurgeon)

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