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COMBARRANQUILLA

DIPLOMADO EN GESTIÓN HUMANA


MODULO: GESTION DEL TALENTO HUMANO
PROFESOR: MAGISTER REINALDO DE JESUS GÓMEZ PEREZ

ENSAYO
LA PERSONA HUMANA EN LA EMPRESA DE FIN DE SIGLO.

Integrantes:
Edna López
Elizabeth Alvear
María Mercado
Darwin Rojas
Natlya Mangones

10 de agosto de 2.019
Se entiende por laboral a todas aquellas situaciones o elementos vinculados
de una u otra forma con el trabajo, entendido este último como cualquier
actividad física o intelectual que recibe algún tipo de respaldo o
remuneración en el marco de una actividad o institución de índole social,
también el término puede tener relación con el aspecto legal del trabajo, que
incluye aquellas consideraciones, leyes y normativas regidas a nivel político
para cualquier situación de trabajo.

Para que un trabajo se considere como tal legalmente, debe existir un


contrato entre el individuo que ofrecerá sus servicios y capacidades a los
fines de la institución y la empresa que se beneficiará de dichas
capacidades

El papel de las personas en la organización empresarial ha evolucionado


mucho. Durante el siglo XIX y principios del XX los empleados eran
consideradas únicamente como mano de obra que realizaba un trabajo
mecánico, sin valor añadido y fácilmente reemplazable. Actualmente, se ha
dado un paso más, la mayoría de empresas son conscientes de que para
ser exitosas y situarse por delante de la competencia deben seleccionar
lo mejor posible su equipo profesional, motivarlo y potenciar su talento,
tratando de que los profesionales se encuentren satisfechos y con un buen
nivel de bienestar.

Teniendo en base el texto leído podemos inferir que el impacto que tiene el
trabajo en una persona se puede resumir en la siguiente frase “La persona
humana se presentaba como un factor insusceptible de racionalizarse
mediante sistemas homogéneos y universalistas” (p.6) ya que se puede
observar que en la vida las personas tienden a consumir su trabajo en su
vida cotidiana además que como la frase nos lo indica “O mejor aún, los
sistemas configuran al hombre, sí, pero previamente han partido de él
mismo.” las grandes empresas no tenían en cuenta el estímulo de la
persona como ser humano tendían a confundir el actuar con ser una
“maquina autónoma” que se comportaban de acuerdo al sistema que la
empresa maneje satisfaciendo únicamente la necesidad laboral dejando a
un lado la vital y valor social que este personal tiene dentro de una
compañía.
El impacto del trabajo en las familias es un tema subjetivo, sin embargo,
siempre se llegará al mismo punto; siempre será un error no distinguir los
tiempos de calidad entrelazando los tiempos familiares junto con las labores
podemos observar que cada vez hay más empresas que están pensando en
cambiar su enfoque hacia sus empleados, familias y sociedad. Los entes
gubernamentales deben apoyar los esfuerzos e iniciativas de las empresas
y trabajadores hacia medidas adaptadas a la familia, conciliación entre vida
familiar y laboral, e intentar abrir más posibilidades para la consecución de
sus necesidades y soluciones ya que las situaciones influyen en nuestro
trabajo aun evitando que las situaciones se entrelacen en sí es importante
que las compañías tengan presentes este fenómeno que cada vez afecta
más trabajadores por el mismo consumismo social que las compañías dan a
sus empleados, trabajar más y más para conseguir más “beneficios” .
Como nos hemos referido en todo el texto la importancia de la persona en
las compañías se debe trabajar en pro del trabajador generando así un
efecto domino positivo sobre la calidad del trabajo en conjunto de la vida
familiar y personal. A través de la motivación de los trabajadores, el
incremento de su satisfacción y la reducción del estrés, la lealtad a las
empresas, el incremento de la productividad todo el apoyo para los
trabajadores y las familias también está justificado económicamente o,
mejor aún, es económicamente necesario.
Todas estas acciones contribuyen a lograr una mayor satisfacción y
motivación de las personas, lo cual reporta beneficios a las organizaciones
como una mayor eficacia y eficiencia en los procesos. reducir costos o
aumentar la rentabilidad y productividad empresarial.
Quienes trabajan en la empresa, en sus diversos niveles; y, de otra manera,
también quienes aportan capital y el entero entorno social que permite el
éxito de la empresa. Sin duda alguna, lo más importante de la empresa
deben ser las personas, empezando por los trabajadores que aportan, no
algo externo a ellos mismos, sino su actividad personal. Para algunos
directivos, los problemas urgentes de deuda y financiación pueden hacer
perder de vista lo realmente importante a largo plazo: cuidar a los
empleados y contar con ellos y, a través de ellos, cuidar también a los
clientes.
En el primer tercio del siglo fueron desapareciendo paradigmas
relacionadas al funcionalismo, pero fue gracias a Pérez Galdos quien
impone el concepto de la persona en su carne natural. Ya que la sociedad
funcional nos ofrece conceptos tales como que este sistema se basa en
operaciones mecánicas libres de valores. Pero surge la preocupación, que
es precisamente lo que se viene estudiando hoy en día la preocupación de
crear un equilibrio entre la relación del sistema y la persona que se enfrenta
a este sistema. Porque definitivamente este último tiene mayor poder de
transformación, por la energía misma que emana.
Y respondiendo a la pregunta de la importancia que tiene la persona y su
trabajo dentro de la empresa, se puede decir que es tan vital este primero y
su desempeño en el trabajo para lograr el éxito en la organización, ya que
es él, el que configura el sistema del trabajo y no al revés. De allí nace
importancia de atender con profundidad a los aspectos verdaderamente
antropológicos de las empresas. La empresa arranca del fondo de las
personas, responde al estilo de vida de quienes la crean, es el reflejo
carácter de los que la llevan a cabo. Porque de allí se desprende la
creatividad, los retos, la inventiva. Por ello se dice que las empresas, son
las personas, pues al entender que la simplicidad de estas se consigue
dando su lugar a la persona, pero cuando pretendemos que la persona deje
de serlo, todo se complica. Es decir, sino se invierte y se cambia el
paradigma que inicialmente existía que lo más importante en las empresas
eran la tecnología, el sistema mismo, las estructuras más que el hombre
(sabiendo hoy en día que los sistemas, las funciones y las estructuras no
crean la disposición), sino que el hombre y su sistema de valores, la
motivación, las actitudes individuales, son quienes tienen el punto de partida
aquí y de allí su gran importancia; vendrán los problemas de carácter
funcional en la empresa u organización, pues las personas, todo lo que se
invierta en ellas y su motivación son elementos claves para crear la mayor
disposición posible, el trabajo en sí, dando lugar a resultados de éxito en la
empresa y viéndose en ese orden de ideas el crecimiento de esta, y la
calidad de su producción para mantenerse en el mercado competitivo.
De allí se concluye en la lectura que la atención a la persona singular
individualizada es lo que hace a la empresa magnánima; y que la empresa
encuentra su magnanimidad en la sencillez de su organización.

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