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ENSAYO
INTRODUCCION
Son los actos jurídicos que, al concurrir sobre un objeto y por una causa, determinan la
perfección de un contrato. El que ha formulado la oferta, se denomina oferente; el que
expresa la aceptación aceptante. Conviene no confundir la oferta contractual con la
oferta comercial: la primera es la que es aceptada, perfeccionándose entonces
el contrato; la segunda es una iniciativa que, casi siempre, genera una contraoferta o
nueva oferta, que constituyen el itinerario habitual de las negociaciones preparatorias
de un contrato. De todas ellas, sólo la última oferta, la que precisamente es aceptada,
es oferta en el sentido jurídico.
DESARROLLO
Una propuesta o oferta es una manifestación seria que hace el proponente a una
persona denominada destinatario para la realización de un negocio jurídico; la oferta o
propuesta puede hacerse ya sea de forma verbal o por escrito. Cuando una propuesta
se presenta de forma verbal, el código de comercio establece que esta debe ser
aceptada o rechazada en el momento de escucharse.
Por otro lado al referirse el código de comercio a la propuesta hecha por teléfono la
asimila a la verbal, es decir, que al momento de ser escuchada el destinatario deberá
dar inmediatamente su aceptación o rechazo; mientras que cuando la oferta se
presente por escrito existe un término para que esta sea aceptada por el destinatario.
Es más recomendable hacer la oferta por medio escrito, pues al existir un término para
que el destinatario de esta diga si acepta o rechaza la propuesta, existen más
posibilidades de que el destinatario evalué la conveniencia de la propuesta y así decida
aceptarla. El termino para que el destinatario manifieste la aceptación o el rechazo de
la propuesta cuando esta se presenta por escrito está consagrado en el artículo 851 del
código de comercio, el cual dice lo siguiente:
Los contratos producen efecto entre las partes y sus herederos (artículo 1257.I del
Código civil), pero semejante extensión a los causahabitentes mortis causa no tiene
lugar en el caso de la oferta. El fallecimiento del oferente pone punto final a su eficacia
o vigencia si en ese momento no se ha perfeccionado el contrato por la aceptación de
aquélla. Lo mismo cabe decir en el caso en el que antes de producirse esta aceptación
el sujeto oferente pueda incurrir en alguna incapacitación. No obstante, si la oferta se
ha producido dentro del marco habitual de actividad de una empresa, la seguridad del
tráfico empresarial, basada en la confianza generada, que deriva de la apariencia
producida por la continuidad de esa actividad empresarial, elimina esa caducidad
(pérdida de eficacia) de la oferta, derivada del fallecimiento o incapacitación del
oferente.
La aceptación, como declaración recepticia que es, puede ser también revocada,
siempre que ello se produzca antes de que la misma dé lugar a la perfección o
nacimiento del contrato. Esa revocación es igualmente una declaración de voluntad
recepticia. También pierde eficacia la aceptación si, antes de que fuese perfeccionado
el contrato, fallece el aceptante o queda incapacitado. No obstante, en el tráfico
empresarial también la exigencia de seguridad, relacionada con la confianza en la
apariencia, puede excluir esa ineficacia o caducidad de la aceptación.
HERNANDO DE JESUS PAEZ