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Estar pendientes casi de manera obsesiva de la vida de los demás puede convertirse en un grave
problema. Dos especialistas explicaron a Infobae la importancia de evitar situaciones en las que se
generen adicciones
Las redes sociales son positivas si se usan de manera medida (Getty Images)
Hoy en día, internet es, para muchos, una herramienta casi indispensable para trabajar,
relacionarse con otros y hasta planificar distintos tipos de actividades.
En su justa medida, su uso es positivo, ya que se utiliza como un medio para facilitar y hacer
mucho más llevaderos distintos aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, están aquellos que no
pueden vivir sin las redes sociales. Tal es la adicción que llegan a modificar muchas situaciones,
rutinas y hasta sus relaciones interpersonales.
“Instagram es una de las redes sociales más nocivas”, explicó la psicóloga Adriana Guraieb (Getty
Images)
Nora Leal Marchena, médica psiquiatra, explicó a Infobae que la mayoría de la gente usa las redes
sociales porque estas permiten expresar distintas versiones idealizadas de uno mismo. No
obstante, muchas no son ciertas sino mentirosas y hasta están los que se ocultan bajo el
anonimato: un ejemplo muy común son los "trolls" o personas que bajo otra identidad comentan
estados, fotos o videos.
"Es frecuente publicar fotos de épocas en que eran más jóvenes, muy producidas o retocadas,
también están los que ponen fotos de otras personas lindas y jóvenes. Quien tenga baja
autoestima puede dar rienda suelta a sus deseos y fantasías mucho más fácil a través de las redes,
ya que no hay que poner la cara para afrontar las mentiras y resulta mucho más fácil que hacerlo
personalmente", dijo la experta.
Las redes sociales pueden afectar negativamente la forma de relacionarse con el otro (Getty
Images)
Según la psicóloga Adriana Guraieb, la problemática es que quedan enceguecidos por la vida del
otro en lugar de conseguir optimizar la propia. También está la ilusión de que se van a encontrar
todos los resultados esperados en cuanto a las inseguridades que se tienen y finalmente eso no
resulta así.
“Estar en internet no es algo malo, lo nocivo es el exceso o la extrema dependencia que puede
llegar a generar adicción a las redes sociales”, dijo Adriana Guraieb
"Las razones por las cuales un usuario muestra una vida feliz, cuando a veces no la tiene, responde
a muchas motivaciones. Entre ellas podemos destacar la necesidad de aprobación, algo esencial
en los seres humanos, ya que es casi natural querer que nos acepten. También nos encontramos
con la necesidad de pertenencia, porque deseamos que nos incluyan dentro de un determinado
circuito social o profesional ", aseguró a este medio Guraieb.
Y agregó: "Hay una necesidad de obtener cierto estatus y convencer a los demás de que se tiene
una posición económica o de liderazgo que se pueda asociar al éxito y la prosperidad. Por
supuesto, existe el afán de prestigio, las ganas de ser importante y de sobresalir; en otras palabras,
se tratan de satisfacer todas nuestras necesidades narcisistas".
Las redes sociales están conformadas por personas o entidades de cualquier tipo, que se
encuentran conectados entre sí y se unen por cualquier tipo de relación que se tenga.
Las influencias de este tipo de redes son muy impactantes, desde su comienzo han sido muy
mencionadas y hasta el día de hoy no se deja de hablar de ello; las cuales son creadas con soporte
tecnológico y alojadas en internet, que son a las que nos ajustamos, no cabe duda de que el
internet ha puesto para la sociedad una evolución que ha cobrado mayor fuerza al ponerlo en
manos de los ciudadanos, con el fin de promover y mantener las relaciones entre personas, que
comparten sus mismos intereses la cual procede a ser un beneficio mutuo ya sea social o
profesional.
La aparición de las redes sociales se dio por la gran necesidad de poder comunicarnos con otras
personas que se encuentran a kilómetros de distancia y hasta en otro continente; también poder
conocer, aunque se encuentren lejos o poder obtener información desde cualquier parte del
mundo.... pero en consecuencia, las redes sociales se convirtieron en la "droga" mas consumida en
el mundo.
Es tanta la crisis en el mundo, que ya en varios paises de Europa existen clínicas para tratar este
fenomeno. Una de las mas conocidas, es la clinica italiana "oliclinico Gemelly", donde una de las
divisiones de sus instalaciones, esta especialmente designada a tratar a esta clase de personas,
que según el Doctor italiano Federico Tonioni, "la adiccion al internet tambien depende de otras
enfermedades de origen siquiatrico"
La adiccion a las redes sociales se convirtió en la incapacidad de saber socializar con el resto del
mundo.
En la actualidad, cada 9 de 10 personas pertenecen a una red social, bien sea con fines sociales o
con fines educativos.
Existen mas de 80 redes sociales alrededor del mundo, de las cuales 18 de ellas son de interes
general, las otras 62 son solo con fines sociales. Las redes sociales no son tan recientes como
pensaba muchas personas... la primera red social fue creada en el año 1995, y con el surgiemiento
de esta, fueron apareciendo la mas populares en estos momentos, como "My Space", "Twitter",
entrs otras.
ADICCIÓN A LA TECNOLOGÍA
La adicción es un estado psicofísico de dependencia hacía una sustancia o cosa sin la cual resulta la
vida no tener aliciente, ni gusto, ni merecer ser vivida.
Históricamente en occidente la palabra adicción ha estado vinculada al alcohol hasta hace pocas
décadas. Y no era fácil para un adolescente ser adicto al alcohol debido a la escasez de recursos
que tenía y al control social para su expedición. Desde 1960 se han multiplicado las adiciones
juveniles hacía las drogas y desde 1990 han entrado en el campo de las adicciones adolescentes las
video consolas y los teléfonos móviles.
Algunas cifras
Algo más del 50% de los jóvenes de 17 años se agobia si no tiene el móvil, un 12 por ciento de los
adolescentes españoles abusan del móvil o de Internet. Y el 14% de los adolescentes reconoce
estar enganchado a algún videojuego, aunque aún no se sabe cuántos de estos adolescentes
terminarán siendo casos patológicos.
Según los expertos, el móvil, internet, los chats o el messenger pueden ser simples
entretenimientos, pero, cuando se convierten en adicción, se producen desequilibrios en el niño
que impiden su socialización y entorpecen su desarrollo. Finalmente, afirman, el niño se esclaviza
al igual que ocurre con otras adicciones, lo que conlleva consecuencias como el fracaso escolar y
social, alteraciones de la conducta, autismo y encerramiento progresivo en sí mismo.
Para los especialistas, detrás de estas adicciones, además de un origen social (costumbres) y
biológico (neurotransmisores), sobre los que se está investigando, podría haber un problema de
desatención familiar; opinan que si las familias ejerciesen la función contenedora que deben
tener, esto no ocurriría.
Se ha investigado el cerebro humano para buscar un origen biológico que condicione dichas
adicciones. Según estudios, los jóvenes se hacen adictos a una tecnología o a un comportamiento
porque, al final, se convierte en algo biológico y que está relacionado con varios elementos: la
dopamina (que está relacionada con los circuitos de recompensa), la noradrenalina (relacionada
con la excitación) y las endorfinas (también conocidas como hormonas de la felicidad).
procesos educativos, para redireccionar la conducta del menor hacia fines positivos.
Síntomas
pegados a la video consola… son algunas de las características que distinguen a los niños y
adolescentes de nuestro tiempo y que, a simple vista, podrían pasar por meras herramientas que
les distraen y entretienen. Sin embargo, cuando esas aficiones se convierten en adicción, es
cuando comienzan a surgir los problemas.
Como apunta el doctor Jesús de la Gándara, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo
Asistencial de Burgos, “si bien es cierto que el uso de estas nuevas tecnologías es consecuencia de
la hipermodernidad en la que nos movemos, cuando su uso se convierte en abuso el problema que
ocasionan a las familias es tan grande que merece la pena estudiar estas conductas como
adicciones. Además, se habla mucho de estos asuntos, dando por verdades cuestiones que no se
han verificado científicamente, por lo que la reflexión y la evidencia científica determinan el hecho
de que podamos abordar estas nuevas habilidades en un encuentro científico”.
Si bien la adicción las nuevas tecnologías cuenta, por su reciente implantación, con escasos datos
epidemiológicos en España y en el mundo en general, ya comienzan a conocerse estudios que
reflejan el aumento de este incipiente problema.
Es el caso de un trabajo realizado por la oficina del Defensor del Menor de la Comunicada de
Madrid en el año 2004, para el grupo de población de entre 11 y 17 años, un 10 por ciento
reaccionó “pasándolo fatal” ante la imposibilidad de usar el móvil y un 28 por ciento se sintió
“agobiado”, un estado de ánimo que, según los expertos, puede ser indicativo de padecer una
conducta adictiva.
En opinión del doctor Javier San Sebastián, coordinador del Segundo Simposio Internacional
Multidisciplinar sobre el Trastorno por Déficit de Atención y trastornos de la conducta y jefe de
Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, “es cierto que cada vez se da más
este tipo de adicciones a las nuevas tecnologías y quizás las más invalidantes sean las de Internet,
videojuegos, chat, messenger, apuestas, telefonía móvil…”
alteraciones de la conducta,
Posibles causas
Según el doctor San Sebastián “el origen de estas nuevas adicciones podría residir, entre otras
causas, en las dejaciones de las responsabilidades familiares ya que si las familias tuvieran la
función contenedora que han de tener esto no ocurriría y la oferta de nuevas tecnologías no
sobrepasaría a la que ha de ofrecer la familia”.
Según Adrián Pérez nos sugiere: “Creo que aquí se olvida un punto fundamental: la causa no es
que las familias no toman responsabilidad controlando el tiempo que sus hijos pasan con la
tecnología. La causa es que los niños se encuentran en un mundo que no les respeta, que no les
tiene en cuenta, que les obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Todo esto les lleva a buscar
una vida mejor, una vida virtual, de la que se sientan dueños, en la que sí tengan algo que decir.”
Según el estudio Nielsen publicado por ADESE (Asociación Española de Distribuidores y Editores de
Software de Entretenimiento http://www.adese.es/web/estudios.asp) El motivo más frecuente
que los encuestados alegan para jugar a videojuegos es el sentido de diversión inherente a esta
actividad (mencionado por un 80% como uno de los motivos, y por el 47% como el motivo
principal). También se mencionan de forma generalizada factores como el “reto”, la “emoción” y la
capacidad de “usar la imaginación”, y parecen constituir elementos clave de la “diversión” de los
videojuegos en su conjunto.
Aunque existe un elemento pasivo (el 41% afirma que juega cuando se aburre), más de la mitad de
jugadores europeos encuestados (55%) afirman que juegan activamente como una forma de
aliviar la tensión o relajarse.