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Es posible una paz no solo para la gente sino también para los bosques?

Introducción

A partir del acuerdo de paz firmado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla
de las FARC, surgieron grandes interrogantes sobre el futuro de los bosques en el país.
Muchos de los territorios antes ocupados por este grupo armado cuentan con una extensa
cobertura boscosa. En los acuerdos firmados en la Habana, se trató de manera tímida el
tema de la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva forestal. Se planteó el
tema de administración de tierras de la nación y el régimen de ocupación,
aprovechamiento y adjudicación de tierras baldías con vocación forestal o agrícola
sustraídas de zonas de reserva forestal de Ley 2 de 1959.

Esta sustracción tendría como prioridad el acceso a la tierra para campesinos sin tierra o
tierra insuficiente. Es claro que EL 70% de las tierras de ZRF tienen vocación forestal y no
agrícola, y que permiten la realización de un manejo forestal sostenible sin necesidad de
sustraerlas; razón por la cual ya se está cayendo en un grave error al plantear esta
sustracción. Muchas experiencias internacionales han mostrado que el postconflicto sin
institucionalidad, asistencia técnica y políticas forestales claras, es un factor de riesgo
para la permanencia de áreas boscosas, por lo cual se debe aprovechar la opción
productiva del bosque como parte del desarrollo rural.

Análisis crítico (1000)

En el marco del postconflicto la destrucción deliberada de los bosques es un peligro


latente, y Colombia es testigo de esto. Expertos en política ambiental, manifestaron que el
país no estaba preparado para tomar el control de las extensas áreas que eran
controladas por las FARC. Lo cual las deja expuestas e indefensas, ante posibles usos no
compatibles con su vocación de uso. Es así como la revista Semana en su sección de
medio ambiente del 26 de Junio de 2018 reporta cómo los acuerdos de paz trajeron
consigo un aumento en la deforestación de las zonas de La Macarena, Tumaco, Guaviare
y Caquetá. Al no haberse planteado políticas claras a cerca de la ordenación y
administración de estas áreas boscosas, actividades como la ocupación ilegal, la minería
y la expansión agropecuaria prosperaron de manera acelerada. Este fenómeno es bien
conocido en la historia de países que han pasado por acuerdos de paz como Camboya,
La República Democrática del Congo, Salvador, Nicaragua, Guatemala entre otros FAO,
2005; Aimo & Spijkers, 2011; Barreto (Ed), 2015);.

Se debe tener en cuenta que en un país con vocación forestal como es el nuestro, las
políticas forestales deberían ser el eje fundamental en el tema del desarrollo económico.
Sin embargo no es así y las principales víctimas son los bosques que son destruidos de
manera deliberada. En el afán por compensar a las víctimas del conflicto muchas veces
se toman decisiones que ponen en peligro la integridad de los bosques, ya que puede
aumentarse la presión sobre estos.

El posconflicto no tiene un matiz propio, su color depende de las acciones que lo


acompañen; puede ser tanto debilidad como oportunidad para el desarrollo forestal. Una
adecuada asesoría técnica y el planteamiento y ejecución de proyectos productivos en los
bosques puede hacerlos menos vulnerables ante el escenario del posconflicto. Esto se
puede lograr mediante la implementación de modelos de desarrollo sostenible, como lo
muestra la experiencia vivida en los años 90 en Guatemala, donde se generaron una serie
de políticas que buscaron asegurar la paz no solo para la gente sino también para los
bosques. Una paz duradera en las áreas forestales dependió del trabajo del Estado, entes
internacionales, comunidades locales, indígenas y campesinos. Una agenda estatal que
incluyó a los bosques como un activo que permite mejorar la vida de las personas, fue la
clave para controlar la deforestación (FAO, 2005) .

Se planteó el tema de administración de tierras de la nación y el régimen de ocupación,


aprovechamiento y adjudicación de tierras baldías con vocación forestal o agrícola
sustraídas de zonas de reserva forestal de Ley 2 de 1959. Esta sustracción tendría como
prioridad el acceso a la tierra para campesinos sin tierra o tierra insuficiente. Es claro que
EL 70% de las tierras de ZRF tienen vocación forestal y no agrícola. El tema de la
sustracción de tierras de Zonas de Reserva Forestal de Ley segunda, merece especial
atención al analizar el tipo de consecuencias que traería el acuerdo de paz para los
bosques, disponer de este banco de tierras, no solo dejaría al país sin esta franja de
protección, sino que esto tendría un impacto fuerte en pérdida de biodiversidad, deterioro
de servicios ecosistémicos, degradación de tierras, entre otros. Pero lo más grave de
recurrir a estas franjas de Zona de Reserva de Ley Segunda, es que le deja intactas la
matriz productiva agropecuaria que lleva consigo una inequitativa distribución de tierras, a
los grandes terratenientes y acaparadores de tierras, las mejores tierras agrícolas del
país.

Uno de los principales conflictos al realizar estas sustracciones de las zonas de reserva
forestal es que se está cortado de tajo la posibilidad de realizar una economía en torno al
recurso forestal, ya que al eliminar la capa forestal, se cambia el uso de la tierra.

Es claro como estado no se da la pelea de la redistribución de tierras, por el contrario


toma el camino fácil y no actúa frente a la expansión de la frontera agropecuaria. Lo ideal
sería que el estado generara una nueva política de redistribución de tierras en la que las
tierras con vocación agrícola, sean de los terratenientes o no, sean distribuidas entre los
campesinos sin tierra, y no se recurra a tierras de montaña para este propósito.

La restitución de tierras a las víctimas del conflicto debe considerar las necesidades de la
población en función de las características biofísicas del suelo y la oferta natural
disponible, este es un gran reto que trae consigo la implementación de planes de
ordenación forestal y programas de apoyo económico a las comunidades para orientar el
manejo sostenible de los bosques, tema que evidentemente no es prioritario en el manejo
que se ha dado al acuerdo de paz. Adicionalmente se suma el reto del manejo del suelo
para generar alternativas de producción, puesto que el 48% de los suelos en Colombia
son susceptibles a erosión y gran parte de los suelos dedicados a la producción
agropecuaria presentan casos de compactación y contaminación (IGAC, 2012).

Conclusiones

Es importante realizar un análisis de cómo podemos evitar el escenario catastrófico de


destrucción de los bosques en un ámbito de postconflicto y como hacer de este escenario
una oportunidad para el desarrollo forestal. Temas que van mucho más allá de lo que
queda escrito en los acuerdos que si bien han sido determinantes en la consecución de la
paz, no aseguran que la construcción de una paz estable y duradera tendrá éxito,
entonces vale la pena preguntarse, ¿de qué factores depende esto?, la respuesta puede
ser más simple de lo que parece y recae en la voluntad política del Estado, si hay decisión
real para afrontar todo lo que implica el postconflicto, por difícil que se muestre el
panorama se puede alcanzar el éxito, pues es claro que se requiere de un gran esfuerzo
por parte no. Es importante aclarar que para que la paz sea duradera en las áreas
forestales debe contarse con institucionalidad, asistencia técnica y generación de
incentivos.

El postconflicto puede ser una oportunidad de desarrollo para el país o poner en riesgo la
permanencia de los bosques naturales y traer consigo graves consecuencias los ámbitos,
social, ambiental y económico. El rumbo que tome este tipo de situación, depende del
papel del Estado y su voluntad política, guiar al país por el camino hacia una paz estable y
duradera, a través de la consolidación de estrategias claras y concisas para la gestión de
los bosques; con la participación conjunta de todos los actores y la creación conjunta de
políticas forestales. Es de vital importancia que las instituciones y la sociedad civil, tomen
conciencia de su papel en cuanto al cuidado de los bosques en el escenario del
posconflicto

Bibliografía

Aimo, B., Spijkers, P. (2011). Campesinos, Tierra y Desarrollo Rural. Reflexiones desde la
experiencia del Tercer Laboratorio de Paz.

Barreto, H.M. (Ed). (2015). Experiencias Internacionales de Paz: Lecciones aprendidas


para Colombia. Universidad Jorge Tadeo Lozano. Facultad de Ciencias Sociales.
Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. 440 p.

FAO. (2005). Situación de los Bosques del Mundo. Los bosques y la guerra, los bosques y
la paz (Parte II).

IGAC. (2012). Atlas de la Distribución de la Propiedad Rural en Colombia.

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