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Introducción
A partir del acuerdo de paz firmado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla
de las FARC, surgieron grandes interrogantes sobre el futuro de los bosques en el país.
Muchos de los territorios antes ocupados por este grupo armado cuentan con una extensa
cobertura boscosa. En los acuerdos firmados en la Habana, se trató de manera tímida el
tema de la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva forestal. Se planteó el
tema de administración de tierras de la nación y el régimen de ocupación,
aprovechamiento y adjudicación de tierras baldías con vocación forestal o agrícola
sustraídas de zonas de reserva forestal de Ley 2 de 1959.
Esta sustracción tendría como prioridad el acceso a la tierra para campesinos sin tierra o
tierra insuficiente. Es claro que EL 70% de las tierras de ZRF tienen vocación forestal y no
agrícola, y que permiten la realización de un manejo forestal sostenible sin necesidad de
sustraerlas; razón por la cual ya se está cayendo en un grave error al plantear esta
sustracción. Muchas experiencias internacionales han mostrado que el postconflicto sin
institucionalidad, asistencia técnica y políticas forestales claras, es un factor de riesgo
para la permanencia de áreas boscosas, por lo cual se debe aprovechar la opción
productiva del bosque como parte del desarrollo rural.
Se debe tener en cuenta que en un país con vocación forestal como es el nuestro, las
políticas forestales deberían ser el eje fundamental en el tema del desarrollo económico.
Sin embargo no es así y las principales víctimas son los bosques que son destruidos de
manera deliberada. En el afán por compensar a las víctimas del conflicto muchas veces
se toman decisiones que ponen en peligro la integridad de los bosques, ya que puede
aumentarse la presión sobre estos.
Uno de los principales conflictos al realizar estas sustracciones de las zonas de reserva
forestal es que se está cortado de tajo la posibilidad de realizar una economía en torno al
recurso forestal, ya que al eliminar la capa forestal, se cambia el uso de la tierra.
La restitución de tierras a las víctimas del conflicto debe considerar las necesidades de la
población en función de las características biofísicas del suelo y la oferta natural
disponible, este es un gran reto que trae consigo la implementación de planes de
ordenación forestal y programas de apoyo económico a las comunidades para orientar el
manejo sostenible de los bosques, tema que evidentemente no es prioritario en el manejo
que se ha dado al acuerdo de paz. Adicionalmente se suma el reto del manejo del suelo
para generar alternativas de producción, puesto que el 48% de los suelos en Colombia
son susceptibles a erosión y gran parte de los suelos dedicados a la producción
agropecuaria presentan casos de compactación y contaminación (IGAC, 2012).
Conclusiones
El postconflicto puede ser una oportunidad de desarrollo para el país o poner en riesgo la
permanencia de los bosques naturales y traer consigo graves consecuencias los ámbitos,
social, ambiental y económico. El rumbo que tome este tipo de situación, depende del
papel del Estado y su voluntad política, guiar al país por el camino hacia una paz estable y
duradera, a través de la consolidación de estrategias claras y concisas para la gestión de
los bosques; con la participación conjunta de todos los actores y la creación conjunta de
políticas forestales. Es de vital importancia que las instituciones y la sociedad civil, tomen
conciencia de su papel en cuanto al cuidado de los bosques en el escenario del
posconflicto
Bibliografía
Aimo, B., Spijkers, P. (2011). Campesinos, Tierra y Desarrollo Rural. Reflexiones desde la
experiencia del Tercer Laboratorio de Paz.
FAO. (2005). Situación de los Bosques del Mundo. Los bosques y la guerra, los bosques y
la paz (Parte II).