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No obstante, a pesar de todos los rasgos negativos presentes, es justo afirmar que
el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, fue el primer gobierno que trajo
a Venezuela, el ideal del Estado Moderno, con todo lo que implica.
Se hallan gestiones liberales por el mismo Guzmán Blanco inspiradas, cuyo
objetivo original es la de cuidar el país y la silla presidencial mientras el dictador se
halla ausente en el país, Guzmán Blanco siguió como la figura política
predominante en él país.
Reacción Antiguzmancista (1877-1879).
Presidencia de Francisco Linares Alcántara
Quien sucede a Guzmán Blanco en el poder, es su antiguo aliado, Francisco
Linares Alcántara, un militar, hijo de hacendados, que luchó con él en la Guerra
Federal, como su subordinado y que luego, durante el período de Falcón,
demostró su lealtad en numerosas ocasiones.
Una de las primeras cosas que hace Linares Alcántara, es restaurar la libertad de
prensa, lo cual dio pie a que comenzaran a surgir críticas contra la persona de
Guzmán Blanco, convirtiéndose en blanco de fuertes insultos y degradantes
acusaciones.
Todo esto ocasiona un clima de tensión constante, que permanece hasta que
repentinamente, Francisco Linares Alcántara, muere en 1878, dejando la
presidencia en manos de José Gregorio Valera.
Obra de Gobierno
Política interior
Desde el inicio, Guzmán Blanco, tuvo como principal objetivo, lograr la
estabilización del territorio nacional y el afianzamiento de su régimen, para lo cual
sería necesario erradicar a la inmensa cantidad de caudillos existentes en el país.
Además, con el fin de asegurar un mayor control sobre el territorio nacional, lleva a
cabo de construcción de múltiples carreteras y vías férreas, instalando así el tren a
vapor por primera vez en país.
En su afán por modernizar al país, múltiples edificaciones y obras toman forma,
tales como el Palacio Federal Legislativo, el Teatro Municipal de Caracas, el
Teatro Baralt en Maracaibo, las líneas de Ferrocarril, la remodelación de la Plaza
Bolívar, el Panteón Nacional, la Basílica de Santa Teresa, el Parque el Calvario,
entre otros.
Política exterior
En este ámbito, Guzmán Blanco ideó toda una nueva visión acerca de cómo se
debían manejar las políticas internacionales y las relaciones con países
extranjeros. Tradicionalmente, Venezuela había sido un país «débil». Hasta
entonces, el mayor mérito que sobre los hombros de nuestra diplomacia
descansaba era el reconocimiento de nuestra independencia por una España
visiblemente debilitada.
Como parte de este propósito, llevó al país a confrontar a naciones como el Reino
Unido, España, Holanda y a Estados Unidos, a las cuales para hacer entrar
en cauce, les cerró embajadas, consulados y establecimientos diplomáticos, e
incluso llegó a conflictos severos tales como el caso de su enfrentamiento con
Holanda, al cual poco le faltó para terminar en guerra.
Esta actitud enérgica, mantenida durante muchos años, hizo que en 1886 el
Senado Estadounidense aprobara un nuevo tratado menos oneroso.
3.-En cuanto al problema fronterizo con Colombia, Guzmán Blanco mantuvo los
derechos de Venezuela sobre la región occidental del Orinoco, que siempre
perteneció a la Provincia de Guayana. Sin embargo, en 1882 convino en someter
el problema de la frontera con Colombia al arbitraje del Rey de España. Los límites
con la Guayana Inglesa fue causa de un problema más grave con Inglaterra. Los
ingleses ocupaban paulatinamente cada vez más territorio venezolano y la
bandera inglesa fue plantada en el Amacuro y el Barina. La protesta del gobierno
venezolano no fue oída y en 1887 quedaron rotas las relaciones diplomáticas. Por
último, durante el gobierno de Guzmán Blanco, en 1879, fueron fijados los límites
con el Brasil.